Redes Cristianas
1)En los siglos VIII-VII aC, algunos profetas (Amós, Isaías, Miqueas y Jeremías), de parte de Yahvé, plantearon, de manera muy clara y contundente, un gran objetivo: el Derecho y la Justicia. Con el fin de asegurar una sociedad “humana”. Siglos después, Jesucristo y sus inmediatos seguidores expusieron unos principios complementarios de ayuda a personas necesitadas y de aceptación de todas las personas, principios llamados evangélicos.
2)Pasada la generación de los apóstoles, la siguiente alteró el espíritu evangélico (así como los anteriores principios proféticos) reduciendo la experiencia “cristiana” al hecho de bautizarse. El instrumento más eficaz para conseguirlo fue el mal libro “Hechos de los apóstoles”, que, en el pasaje (cap 2, ver 37-38), desvirtuó del todo la doctrina de Jesús. O sea, se pasó de “hacer el bien” a una ceremonia burocrática.
3)A este fracaso inicial se añadieron las complicaciones propias de las relaciones con la estructura política, empezando por los emperadores romanos (sobre todo Teodosio, que impuso la nueva doctrina como oficial). A los emperadores siguieron señores feudales, reyes y una interminable serie de aprovechados, entre los cuales los mismos burócratas de la Iglesia: obispos, cardenales, papas.
5)Los principales culpables del fracaso histórico de la Iglesia han sido, sin paliativos, casi todos los dirigentes, sobre todo de obispos hacia arriba. Han continuado enseñando creencias antiguas, sin darse cuenta de que habían periclitado, y han continuado poniendo los aspectos teóricos por encima de los prácticos (la justicia y hacer el bien).
6)Los resultados han sido: pérdida de la clase obrera, pérdida de la juventud y pérdida de muchas mujeres y de todo tipos de personas. En Europa, sin querer definir todo el mundo, a la vieja Iglesia le resta, creemos, una generación de vida, sin relevo.
7)Si se piensa y se está dispuesto a hacer las cosas bien, tenemos esta salida: romper la estructura endurecida (jubilar o bien dejar de escuchar a todos los obispos) y formar pequeñas comunidades de buenas personas con criterios independientes. Es muy importante que las nuevas comunidades cristianas tengan una firme relación con las ONGs, y que tengan buena relación con los sindicatos de trabajadores. Un buen consejo seria dejar de celebrar todas las fiestas del año entre semana, excepto Navidad y Pascua.
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