FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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jueves, 27 de febrero de 2020

Necesidad - 1º Domingo de Cuaresma, Ciclo A

Jesús, la eucaristía y las mujeres


José Mª Castillo, teólogo

Castillo1“Sus grandes amistades fueron ellas”
“Jesús llegó a anular la ley de Moisés (Dt 24, 1), precisamente cuando le concedía al marido el derecho a repudiar a su mujer (Mt 19, 3-9)”
“Si hay tantos obispos que viven en palacios, se ponen vestimentas que nadie más se pone, tienen privilegios que nadie más tiene, se creen que tienen poderes que Dios les ha dado a ellos, y a nadie más que a ellos, ¿no es lógico e inevitable que en la Iglesia esté pasando lo que todos vemos que ocurre?” ··· Ver noticia ··

LA MISA DEL DOMINGO Domingo I de Cuaresma 1 de marzo de 2020

Agustín Fernández, sdb 

UNA LECTURA DIFERENTE DEL EVANGELIO DE HOY 

El simbolismo bíblico del número cuarenta ha pasado a nuestra cultura dando origen a la palabra cuarentena. Precisamente estos días la estamos oyendo continuamente a propósito de la epidemia de `Coronavirus´ que se extiende por muchos países desde China hasta Europa.  
 Así se denomina al espacio de tiempo en el que el sujeto ha de demostrar una determinada cualidad cuestionada: salud, resistencia, buen funcionamiento del tratamiento, etc. Trasladando esta significación, la cuaresma es para el cristiano un simbólico tiempo "de prueba". Tiempo de prueba como el que vivió Jesús en el desierto poniendo “a prueba” su fidelidad a Dios.  
 El símbolo del desierto evoca la experiencia de nuestra vida: soledad, llamada a lo verdadero, tierra sin caminos, silencio... 
Todos estamos en el desierto, pero no lo aceptamos o no lo sabemos. Y tenemos que descubrirlo y aceptarlo. Quien no sufre la experiencia del desierto y siente la sed no puede comprender el valor del "agua"; quien no camina largamente con un sol abrasador no puede gozarse con la "sombra". El desierto lo verifica todo: la mentira, la vanidad, la inconsistencia de la vida que llevamos. En el desierto nada nos separa de Dios, descubrimos la realidad de nuestra frágil condición humana. Por el desierto el hombre busca, peregrina, espera, decide su camino, prepara el futuro, se encuentra delante de sí mismo sin posibilidad de hacer trampa. en el desierto el hombre se pone ante el espejo de sí mismo. 
Jesús también lo hizo; también caminó por el desierto para escuchar la voz de Dios. Pero si no vamos al desierto... ¿a dónde vamos? 
Del desierto a la ciudad: ¿Es la ciudad nuestro desierto? 
Lo sabemos. El hombre actual del siglo XXI siente el atractivo de la «urbe». Lo muestra claramente eso que hoy se llama en nuestro país “la España vacía o vaciada”. Como dice algún autor: «Algún mal espíritu le ha conducido a la gran ciudad seguramente para ser tentado por el diablo de las aglomeraciones». ¡Y bien que está sufriendo la prueba! Camina entre muchedumbres; trabaja en grandes empresas cuyos trabajadores son «fichas» más que personas con nombre y apellido; se divierte masivamente en playas, estadios y discotecas; vive en torres inmensas, modernos enjambres en los que se amontonan las personas sin apenas conocerse ni saludarse. ¿La «gran urbe» ha mejorado al hombre? ¿Lo ha hecho más humano? Y, en nuestro caso, ¿mejor cristiano? ¿Le ha acercado más a Dios o, por el contrario, lo ha alejado de Dios y de sí mismo? Contestemos a esas preguntas cada uno personalmente. El evangelio de hoy nos dice que «Jesús fue conducido al desierto para ser tentado por el diablo». Y Jesús salió confortado de la prueba. Desde ahí arrancó el itinerario que iba a cumplir. Dos alternativas, pues: el clima de «ciudad» y el clima de «desierto». ¿Por cuál nos decidimos? 

MISA CON NIÑOS DOMINGO I de CUARESMA (A) “Tentaciones” 1 de marzo de 2020



(Preparados por la imposición de la ceniza, comenzamos a recorrer el camino que nos llevará hasta el Domingo de Pascua. Serán varios los elementos que nos ayudarán a vivir este tiempo con más profundidad: la Palabra de Dios, la conversión, la privación de algo, la limosna, la referencia al Bautismo, la luz, la eucaristía… de una u otra manera irán apareciendo estos signos y referencias en la celebración de las eucaristías dominicales.  IR A LA PÁGINA

El papel del comunicador salesiano en la actualidad


- Por: Joana Monzó


Salesianos Madrid acogió la VI Jornada Salesiana de Comunicación en la que han participado más de 100 referentes de comunicación de los distintos ambientes salesianos de las Inspectorías María Auxiliadora y Santiago El Mayor.

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En el encuentro se ha abordado el papel del comunicador salesiano en la actualidad y la formación en herramientas sociales como Instagram y podcast.

Javier Valiente, delegado nacional de comunicación, dio la bienvenida y valoró la riqueza en comunicación de ambas inspectorías, así como el trabajo conjunto y señaló: “Podemos pensar en la comunicación como una obra Salesiana. Sobre todo, la conciencia compartida de trabajar coordinados”.

La VI Jornada de Comunicación contó con la participación de José María Rodríguez Olaizola, jesuita, sociólogo y escritor con gran proyección en redes. Fiel defensor del uso de la Comunicación y la Pastoral para tender puentes, unir a personas e ideas, Olaizola expuso los retos del comunicador cristiano y los desafíos que hay que sortear para lograr una comunicación en Internet al servicio de la palabra.

El comunicador cristiano debe vencer la tentación de las trincheras y tender puentes
Que la Iglesia debe estar y está en Internet no cabe duda. Actualmente el contenido católico en el mundo de la comunicación viene dado por un mosaico de presencias y comunicadores cristianos, pero no necesariamente con intención evangelizadora.

“La comunicación cristiana empieza con una actitud cristiana”, compartió Olaizola.  Más importante incluso que los contenidos es la actitud. Para el jesuita, la mejor forma de estar en la comunicación es tender puentes, es decir, buscar espacios de diálogo y de encuentro y vencer las trincheras. “Hay comunicadores que han elegido jugar al juego de la división”, lo cual es un error, considera. “Se puede estar de una manera menos radical, menos apologética”.

Los puentes deben tenderse entre creyentes y no creyentes; entre diferentes sensibilidades dentro de la Iglesia; hay que tender puentes intergeneracionales; entre lugares; y el reto más importante, según Olaizola, “hay que tender puentes hacia los invisibles, los excluidos”. Esos puentes se tienden con los lenguajes, los contenidos y la actitud.

Olaizola considera que estamos saturados y es necesaria una reflexión más amplia, de fondo, así como crear estrategias a largo plazo y un contenido evangelizador de calidad.

Pero, ¿a qué dificultades se enfrenta el comunicador cristiano? Principalmente a las propias características de Internet: la inmediatez y el cambio constante que provocan falta de profundidad, “es difícil dar un contenido que vaya más allá de un titular o de 280 caracteres”. También al ‘emocionalismo’, “nos pesan mucho las críticas, y es necesario mantener la cabeza fría. En comunicación no se puede entrar al trapo del ‘polemismo’ porque destruye puentes”, explicó. Otro rasgo contraproducente de Internet es el analfabetismo digital: entendido como la cantidad de personas que no entienden lo que está leyendo, gente que responde a sus propias obsesiones.

“Una de las exigencias que se le hace al comunicador es definirte”, explicó. “Estar en tierra de todos cuesta porque la tendencia es polarizar”; en Internet “pesan más las voces estridentes y eso hace difícil escuchar voces ponderadas”, advirtió.

Al comunicador cristiano se le debe exigir tener una opinión informada, con capacidad de análisis; transparencia, frente a los que opinan ocultos tras un avatar y comunicar con una identidad personal y para ello “necesitamos trabajar perfiles”, pero eso no se consigue de la noche a la mañana.

Y, por último, el comunicador debe tener en cuenta para quién comunica y con qué fin.

En cuanto al público, Olaizola categorizó tres escenarios y diferentes objetivos: los ya convencidos. Con quienes hay que incidir más en lo que nos une que en lo que separa. Intentar abrir algunas fisuras en los pensamientos planos y ayudar a pasar a una fe más adulta. Los distantes –“en esta categoría estarían la mayoría de nuestros alumnos”, señaló-. Para ellos y ellas “hay que estar preparados para una nueva evangelización; crear contenidos que sean un primer anuncio”. Y los no creyentes, con los se puede abrir brecha.

Uno de los grandes retos que se le proponen al comunicador cristiano en esta nueva etapa de la comunicación es, además de la ya mencionada estrategia a largo plazo, el construir comunidades, “mucha gente busca un espacio de pertenencia mayor” y las redes ofrecen la posibilidad de crearlos.

Tras su exposición, en el tiempo de diálogo, Olaizola habló de sus proyectos más conocidos: pastoralsj.org y “Rezandovoy”, por su experiencia, un proyecto comunicativo tiene que tener un liderazgo, señaló.

De la teoría a la práctica
En una segunda parte de la Jornada se impartieron dos talleres prácticos: Instagram, “El éxito de la imagen”, para sacarle el máximo partido a esta herramienta y red social conociendo todas sus funciones y posibilidades. Impartido por José Luis García Moscoso y Manuel Serrano, de la delegación de comunicación.

Un segundo taller abordó el Podcast como herramienta para las entidades y presencias salesianas. Javier González, periodista de la COPE, explicó las posibilidades que tiene el podcast y guió a los participantes en su edición para hacerlo más atractivo y dinámico, y en la mejor forma de difundirlo, atendiendo a público y objetivos.

Las jornadas de comunicación son además de un encuentro formativo, un espacio de reflexión y de buenas prácticas compartidas.
 
 



Adjuntos

Domingo 1 de marzo, 1 Cuaresma – A (Mateo 4,1-11)

José Antonio Pagola

LAS TENTACIONES DE
LA IGLESIA DE HOY

La primera tentación acontece en el «desierto»
Después de un largo ayuno, entregado al encuentro con Dios, Jesús siente hambre. Es entonces cuando el tentador le sugiere actuar pensando en sí mismo y olvidando el proyecto del Padre: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan». Jesús, desfallecido pero lleno del Espíritu de Dios, reacciona: «No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de Dios». No vivirá buscando su propio interés. No será un Mesías egoísta. Multiplicará panes cuando vea pasar hambre a los pobres. Él se alimentará de la Palabra viva de Dios.
Siempre que la Iglesia busca su propio interés, olvidando el proyecto del reino de Dios, se desvía de Jesús. Siempre que los cristianos anteponemos nuestro bienestar a las necesidades de los últimos, nos alejamos de Jesús.
La segunda tentación se produce en el «templo»
El tentador propone a Jesús hacer su entrada triunfal en la ciudad santa, descendiendo de lo alto como Mesías glorioso. La protección de Dios está asegurada. Sus ángeles «cuidarán» de él. Jesús reacciona rápido: «No tentarás al Señor, tu Dios». No será un Mesías triunfador. No pondrá a Dios al servicio de su gloria. No hará «señales del cielo». Solo signos para curar enfermos.
Siempre que la Iglesia pone a Dios al servicio de su propia gloria y «desciende de lo alto» para mostrar su propia dignidad, se desvía de Jesús. Cuando los seguidores de Jesús buscamos «quedar bien» más que «hacer el bien», nos alejamos de él.
La tercera tentación sucede en una «montaña altísima»
Desde ella se divisan todos los reinos del mundo. Todos están controlados por el diablo, que hace a Jesús una oferta asombrosa: le dará todo el poder del mundo. Solo una condición: «Si te postras y me adoras». Jesús reacciona violentamente: «Vete, Satanás». «Solo al Señor, tu Dios, adorarás». Dios no lo llama a dominar el mundo como el emperador de Roma, sino a servir a quienes viven oprimidos por su imperio. No será un Mesías dominador, sino servidor. El reino de Dios no se impone con poder, se ofrece con amor.
La Iglesia tiene que ahuyentar hoy todas las tentaciones de poder, gloria o dominación, gritando con Jesús: «Vete, Satanás». El poder mundano es una oferta diabólica. Cuando los cristianos lo buscamos, nos alejamos de Jesús.

Domingo 1 de Marzo, 1º de Cuaresma


1 de CuaresmaA40 Mártires de Sebaste (320)
Los comentarios bíblico-litúrgicos para ayudar a la elaboración de las homilías dominicales de este típico “domingo de las tentaciones”, el primero de cuaresma, suelen presentar en esta ocasión un sencillo paralelismo antagónico: la primera tentación fue la que se le presentó a Eva, que acabó en el pecado; pero ha habido otra tentación, la que sufrió Jesús en el desierto, que acabó en victoria, de la que podemos tomar ejemplo. ··· Ver noticia ··

ADÚ


col gerardo

Me da igual: abrir los ojos que escuchar. Una situación muy dura en la humanidad: coronavirus, guerras, refugiados, manifestaciones, muchas y muy fuertes, descontento…. Me produce dolor y tristeza, necesito buscar alguna estrella que brille en medio de esta noche tan obscura, y no encuentro muchas estrellas, ni la luna. Percibo pequeñas luciérnagas que tenuemente marcan y denuncian su presencia.
Somos muchos los que esperábamos del papa más decidido a favor de los viri probati, que casados, pudieran acompañar a las comunidades cristianas, pero el problema sigue y no se ve postura de tomar decisión.
¿Hay algo de luz? ¿Existe alguna chispa de esperanza?
Como el rey Acáz pregunto a los profetas de hoy. Y la respuesta es la misma: “un Niño nos va a nacer y de ahí viene la salvación”. Veo la película ADÚ, y me entusiasmo. Un niño tan valiente, tan decidido. Sí, es película, pero en la realidad se sigue dando. Son tantas personas débiles, niños, ancianos, empobrecidos. Y de ahí va a venir la salvación. Parece un contrasentido.
Pero tantos débiles, sufrientes, empobrecidos, son los que traen las respuestas a los problemas, porque, además, el Padre Dios, está ahí actuando. Igual, muchos millonarios pierden sus riquezas, pero la fuerza de la debilidad, del amor, abre nuevos caminos y viene la salvación. Aunque para ello sea necesario el que exista de por medio una bicicleta vieja y estropeada. Coraje, decisión, valentía.
Fue en la cumbre sobre el clima donde oímos la valentía y el coraje de Greta Thunberg que conquista la cumbre del clima de Madrid casi sin decir una palabra. Surgen constantemente profetas, líderes, mensajeros que marcan otra alternativa a la sociedad.
Y en este sentido me sorprende. Hay una persona capaz de decir lo que siente y vive con total valentía y honestidad. Está creando otro ambiente en el mundo. Es el papa Francisco, porque además va en el camino de sembrar esperanzas y poner los medios: Un palacio para los pobres, vive en la sencillez absoluta, tiene libertad de palabra, ¿qué más se puede hacer?
Es una denuncia demasiado fuerte: un niño contra todas las leyes internacionales, que consigue llegar a un país donde poder vivir mejor. Gracias por no haber buscado los premios del festival. Así hace más denuncia y tiene mayor fuerza su planteamiento. Con muchas personas como Adú, que las hay, el mundo tiene arreglo. Otro mundo.

AMOR INCONDICIONAL DESDE “LO FEMENINO”


col bennasar
Cuando Rut (Rut 1,16…) le dice a Noemí “A donde tú vayas yo iré, donde quiera que vivas viviré, tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios” no sabe en qué situación pone su vida. La confianza, lealtad y abandono de esta joven viuda en su suegra, es escalofriante.
¿Por qué será que la fuerza, casi magnética de estas palabras que emergen de las entrañas de Rut, nos enganchan e incluyen en este círculo potente -de pérdida y amor incondicional-?
La Noemí que sufre en silencio, cargada de pérdidas y nostalgias, resetea su “gps” interior y es guiada a Belén, su lugar de origen: Belén: “casa del pan”. Hace mucho había marchado de allí, joven, del brazo de su esposo. Ambos llenos de vitalidad y futuro, buscando un lugar para formar una familia con dignidad, sin pasar necesidad.
Como esa pareja del este de Europa, con dos hijos en su país, que ayer me encontré pidiendo ayuda en la calle. También ellos desean regresar a su tierra, dejar de dormir en cajeros, ducharse, calzar zapatos y no pantuflas en la lluvia y sentir el olor a hogar. Su pérdida de esperanza en una Europa saturada que los mira como a delincuentes hace que deseen regresar a su pobreza donde está su tesoro, sus hijos.
Sí, no exagero, mientras hablaba con ellos y me intentaba situar para ver cómo ayudarles, pasa el típico español cuya imagen no gusta: estirado, prepotente, con un perro que, alimentarle un día, cuesta más que alimentar a toda una familia en otros países, y desde la distancia el hombre del perro, me grita “señora, no se deje tocar”, indignada y confusa le pregunté ¿por qué? y sin detenerse me dice, “por si luego le falta algo”.
Cuando me volví, vi la cara de dolor y humillación en mi joven y atractiva pareja: rubios, guapos, si hubieran ido duchados, descansados y alimentados, podrían parecer más pijos que el del galgo. Pero iban andrajosos, y esto da miedo.
Dejé que aquel ego bien vestido con su perro elegante marchara y seguí con mi, ya más cercana, pareja. Zapatos, calcetines, dinero para el autobús a su tierra… poquito pero básico para su subsistencia un día más, con esperanza.
Y a mi querido señor del galgo, le cuento que no me faltó nada, me dejé tocar por dentro y me sentí hermana, tanto que me sentí culpable de todo lo que me sobra y feliz de saber que nada me pertenece.
Entiendo a Rut y a Noemí, ellas como ellos, mi pareja del este, necesitan encontrar de nuevo sus raíces, y tal vez labrar su pedazo de tierra y dejar de soñar en occidente porque aquí… ¡hay mucho galgo!
Estábamos orando en el retiro de fin de semana con este texto de Rut y Noemí, y pude sentir en el grupo de unas 30 personas, mujeres y hombres, mayoría jóvenes, que había muchas Ruts y Noemís entre nosotras y nosotros.
Unas personas mostraban cansancio, sequedad interior, otras ilusión y miedo a la vez por sentir la energía de un amor que nos invade y toca y mueve nuestros cimientos.
Pienso que es más fácil dejarnos tocar por el pobre de recursos materiales que por los que están tan desertizados por dentro que casi no pueden llegar a la fuente, o prefieren creer que es un espejismo. A veces mirar nuestro vacío es más cómodo que hacer el camino a la fuente; al vacío lo controlamos más y es una opción, el camino a la fuente es una sorpresa, y no siempre nos gusta no saber qué viene después de la curva.
Estas dos mujeres nos hablan de empoderamiento mutuo. Nos hablan de lealtad y de sinergia. Hacen el proceso de despatriarcalizarse, y juntas, apoyadas en el Dios que nos sostiene, emprenden su camino sin más brújula que la del Dios de Noemí.
¿Cómo es el Dios de Noemí que tanto atrae a la joven Rut? ¿Cómo ha logrado Noemí esa seguridad en sí misma? Es una presencia que actúa en su interior, que se intuye en los sentidos. Es la sutil energía que realiza la transformación de nuestro ADN interior.
¿Cómo se da ese cambio, esa transformación? Cuando nos despatriarcalizamos también nosotras, como ellas, y pasamos de un Dios mediado (por instituciones, personas más importantes que  nosotros…) a un Dios que habla directamente al corazón.
Es el Dios que me pone en contacto con mi tierra y me invita a ser parte activa en el proceso, co-creando con la Ruah un mundo nuevo, alternativo y ya sembrado y brotando.
Ese Dios es el tuyo y el mío. El que nos sostiene y habita. El que crea comunidad y comunión. Es el Dios que conduce a Belén, a la casa del pan, en forma de cariño, de comunidad, de sentido, de presencia, de desconcierto y riesgo, de saber que hay alguien con quien hacer el camino.
Cuando el sábado por la noche, en nuestro retiro, otras cuatro personas se comprometían en comunidad a hacer el camino, con otras seis en España, yo me sentí, con el resto, un poco Noemí: lo único que tenemos es ese Dios que nos habita y una fuerza interior imparable que nos mueve como a peonzas por la geografía, porque en cada lugar hay alguien ¡está Rut! y hay que acompañarla en su proceso de descubrir esa fuerza de Noemí dentro de ella.
Y, ya estamos preparando la Pascua, esta vez viene precedida, con el tiempo primaveral, de algún aleluya ya, sí, después de muchas pérdidas… aparecen brotes de vida, Belén está cerca.
Y al grupo, lo que les impactó, fue el espíritu de Rut en los que se comprometían, porque al final, no son las palabras, sino los hechos los que tocan.
Amor incondicional, porque no pone condiciones, porque no pone cánones, porque es abierto, creativo, inclusivo, profético, empoderador, liberador.
Amor porque es energía creadora que sigue evolucionando desde dentro de nosotros y desde el cosmos hacia nosotros. La belleza y el dolor que nos envuelve nos formatean e impulsan a ser Rut, que se fía incondicionalmente de la luz que descubre en Noemí, pedazo de Ruah en nosotras.

Magda Bennàsar Oliver, sfcc

QUERIDA AMAZONÍA


col koldo
Una madre del brazo es privilegiada forma de revivir sin premura la ciudad, (San Sebastián) de exprimir hondos recuerdos, de explorar gratas novedades. El andamiaje exterior y los grandes toldos que esconden nuestra catedral no restaban un ápice de su original belleza interior. El soleado domingo se preocupó de encender para la hora todas las alargadas cristaleras. El órgano gigante añadía la restante solemnidad. San Martín no dolía. El caos de la gran arteria urbana abierta en canal quedaba lejos.
La reforma de la arquitectura exterior bien pudiera ir acompañada de los imprescindibles cambios por dentro. La piedra no puede envejecer si acoge un siempre renovado Espíritu. Podemos invertir muchos millones en nuevas fachadas sin lograr frenar anquilosamiento. No alcanzo a comprender por qué el Papa Francisco no da luz verde al sacerdocio de las mujeres, ni siquiera en la remota selva. 
“Querida Amazonía”, pese a su amable encabezamiento, no deja de ser una exhortación apostólica lastrada de cierta frustración. El “mayor protagonismo de la mujer” ya no puede ser menos que el de una igualdad de derechos felizmente consagrados, por lo menos de palabra, en el resto de los ámbitos sociales. ¿Pueden seguir separados el amor a la Amazonía y el amor a la mujer? Ese amor pasa por la devolución de la presidencia que le corresponde, ya en los altares de la selva tropical, ya en los del asfalto. 
El Espíritu, manifestado de forma clara y seguramente preferencial en el rostro, tierna y amorosamente, encendido de una mujer, es capaz de renovar lo aparentemente caduco. Pero, a veces, sólo a veces, más que a reivindicar, somos invitados a revivir. En ocasiones la fuerza incontestable de un recuerdo vívido, sincero y puro, puede echar el lazo al escurridizo futuro. ¿Quién dudaría que esa mujer que ayudaba en la misa mayor reencarnaba a su manera al Sumo Oficiante de aquella última y más sagrada Cena? 
Fue el pasado domingo en la misa de las doce, en el templo más importante de la ciudad. Detrás de la más bendita Forma brillaba la sonrisa más amable. La contenida sonrisa no desbordaba los márgenes de la obligada ortodoxia en tan significativo templo. Los apuraba. Esa sonrisa fraterna, solar podría ser el adjetivo que más se le acercara, se encendía radiante en el preciso instante que anunciaba al cuerpo de Cristo. La palabra emanaba de un alma consciente del instante único. ¿Habría una mujer más feliz en el mundo que esta asistente compartiendo el pan de la sagrada comunión, la fe en el Jesús de la Iglesia ancha, del amor que no conoce límites?
Esa entrañable sonrisa, ese singular gozo al repartir el “cuerpo” del Nazareno, esa invitación a revivir una profunda comunión, a participar en una hermandad universal, no merece ninguna puerta cerrada. Es el “password” indiscutible a los más elevados y privativos altares. La ayudante jamás pedirá nada, jamás reclamará lo que le corresponde por sobrados y evidentes motivos. Ella no relevará al ya anciano y sacrificado sacerdote que debía gozar de una bien ganada jubilación. Por eso escribimos nosotros. Ella nos perdone. A ella le basta aguardar a que el domingo suenen de nuevo las imponentes campanadas en la torre del Buen Pastor. Entonces se preparará para asir la más sagrada copa, debajo de la más elevada cúpula y ejercer, siquiera por unos muy contados segundos, el más sublime oficio, compartir "Su Cuerpo". 
Con nuestros más finos hilos y esmerados bordados les hemos de preparar atavío de ceremonia. Esa Sonrisa lo merece. Seguramente nuestros ojos de carne no verán a la mujer presidir el altar. Surgirán otros altares y la Iglesia inevitablemente irá perdiendo esas Sonrisas. Querida Amazonía de América y del mundo entero, porque todos respiramos el aire que tu generoso follaje nos regala. En tu floresta sin par, en tu infinito templo sin adoquines, ellas retornen a su sagrado centro. Ellas dieron con las bellas flores y las sublimes esencias; ellas conocen los secretos de la Vida, sostienen la belleza y el mañana. A uno y otro lado del océano no menos infinito, ellas presidan también nuestros altares de verde junco, de madura madera, de inmortal piedra. En el momento supremo, ellas eleven a los cielos esa Forma que jamás caduca.

EN VÍSPERAS DE LA REVUELTA DE LAS MUJERES EN LA IGLESIA… I HAVE A DREAM


col pepa torres
En la víspera de las convocatorias de la Revuelta de las mujeres en la Iglesia… Hasta que la dignidad se haga costumbre, en numerosos lugares del estado español, he tenido un sueño…  
Soñé que estaba en una mezquita y que cuando iba a acceder al espacio separado que se nos designa a las mujeres en ella, una mujer mayor con hijab, nos animaba a levantarnos y a colocarnos en la parte central, mientras los hombres nos abrían amablemente el paso. Otra mujer, joven y negra, con la cabeza descubierta cogía el micrófono y animaba a hombres y mujeres a no consentir ningún tipo de discriminación ni violencia contra mujeres y niñas, y lo hacía en nombre de Allah y Muhammad, su profeta, quien por su trato y relación con las mujeres había siempre reivindicado su dignidad e integridad. Su discurso continuaba argumentando que un buen musulmán o una buena musulmana no podían ser indiferentes ni naturalizar, y mucho menos provocar, el sufrimiento y la violencia contra mujeres y niñas, ni en el interior de los hogares y las instituciones religiosas, ni en los espacios sociales o públicos. Pero mi sueño no terminó aquí, sino que fue poblándose de nuevas imágenes que me iban impregnando de una sensación de alegría y perplejidad.
El segundo escenario era una iglesia de mi barrio en la que los sacerdotes aparecían sentados entre las gentes, sin más distinción que una estela morada con unas letras escritas en blanco en las que se podía leer: en nombre de Jesús ni una muerta más. En el templo reinaba un gran silencio que se rompió cuando desde el púlpito unas voces de mujeres, con distintos acentos, empezaron a proclamar la homilía comentando los textos del crimen de Guibea (Ju 19, 1-29), el Evangelio de la hija de Jairo y la hemorroisa (Mt 9, 18-29), conectando las lecturas con las más de 900 mujeres asesinadas en España en la última década, el feminicidio de Ciudad Juárez, las violaciones de mujeres en la India, el negocio multimillonario de la trata de mujeres en el mundo y los informes presentados al Vaticano recientemente sobre sobre los abusos y la explotación de las religiosas al   interior de la iglesia.
Las mujeres predicaban con convicción y fuerza, pero lo que más me llamaba la atención en mi sueño no eran ellas, sino la escucha interesada y convencida de la mayoría de los hombres que asentían con entusiasmo a sus palabras. La homilía terminaba urgiendo a los poderes públicos, a las iglesias y a todas las autoridades religiosas a no consentir prácticas ni lenguajes violentos ni discriminatorios hacia las mujeres y a implantar en los proyectos pastorales de todos los centros religiosos un programa específico para erradicar la violencia de género y la discriminación.
El tercer y último escenario de mi sueño era la plaza de la catedral de Madrid, donde el papa Francisco, en visita sorpresa, rompiendo todo protocolo, había convocado a una rabina, una imán, una mujer sacerdote, una monja budista y una líder feminista para hacer un declaración conjunta universal de todas las religiones contra la violencia machista, la discriminación y los feminicidios. Cuando la líder feminista iba a coger el micrófono el despertador me hizo volver a la realidad. Los sueños son eso, sueños, pero tienen también el valor de anticipar deseos e imaginarlos y hacer de brújulas para el camino. Quizás esto sea lo que esté en el trasfondo de mi sueño de anoche: iniciativas como la de los obispos estadounidenses  When I Call for Help: A Pastoral Response to Domestic Violencia Against Women, condenando la violencia de género la discriminación de las mujeres y el uso de la religión y la Biblia como forma de legitimación de las mismas.
En el contexto de la revuelta de las mujeres en la Iglesia el próximo 1 de marzo frente a las catedrales de nuestras ciudades las mujeres cristianas tenemos sueños inaplazables que exigen una urgente reforma estructural de la iglesia, de modo que las mujeres estemos presentes, con voz y voto, en los lugares donde se toman las decisiones y ninguna mujer por el hecho de serlo sea excluida de ningún ministerio ni objeto de explotación o violencia.  
Del mismo modo que muchas mujeres del mundo hoy estamos convencidas que el cambio del sistema será feminista o no será, los cambios en la iglesia para ser creíbles han de incluir los sueños impostergables de las mujeres, las eternas ignoradas e instrumentalizadas por los intereses patriarcales de la institución, que olvida que la gloria de Dios es que las mujeres vivamos y lo hagamos con plenitud y en abundancia.  Por eso
Estamos y estaremos en revuelta… Hasta que la igualdad se haga costumbre.
Súmate a la revuelta el 1 de marzo, a las 12 h, frente a la catedral y únete de este modo a la movilización mundial convocada por el movimiento intencional de mujeres  católicas Voices of faith (https://voicesoffaith.org/es-home)...

JESÚS DE NAZARET VOCERO DEL REINO Y DIGNO DE CONFIANZA


col Carme Soto

Mt 4,1-11
El evangelio de Mateo después de informar sobre el bautismo de Jesús en el Jordán introduce el relato de las tentaciones. Un relato que no busca recordar una experiencia ocurrida en un momento y lugar determinado de la vida del Maestro, sino que quiere ofrecer respuestas a algunas preguntas clave que tiene la comunidad receptora del evangelio.
Mateo pertenece a una comunidad cristiana procedente del judaísmo (judeocristianos), pero que han sido expulsados de la sinagoga por defender, ante sus hermanos judíos, que en Jesús se habían cumplido las promesas que Dios había dado a Israel y era el Mesías.  Esta situación les produce dolor y desarraigo y necesitan ahondar y afianzar su fe, por eso para Mateo es tan importante recordarles con frecuencia que Jesús desde su nacimiento está cumpliendo las Escrituras y que en su vida las cosas no ocurren por casualidad, sino que en todo está guiado por el Espíritu de Dios.
Mateo señala con fuerza que Jesús es el hijo de Dios, el mesías y, a pesar de la cruz, el Dios de Israel lo resucitó y confirmó toda su vida, sus palabras y sus obras. La comunidad ha de construir su nueva identidad en Cristo fuera de la sinagoga, pero sabe que el Dios que acompañó a Israel por el desierto hacia la tierra prometida os acompaña ahora también a ellos en su camino de seguimiento de Jesús el Cristo.
El relato de las tentaciones pone de manifiesto de qué manera Jesús es Mesías e Hijo de Dios. Este episodio presenta a Jesús afrontando la experiencia de ser tentado pero la intención primera de la narración no es exhortar a la excelencia moral, ni alertar sobre el carácter engañoso de muchos reclamos sociales que enfrentan y empequeñecen a las personas porque las hacen egoístas soberbias e incluso tiranas.
El relato muestra que Jesús es digno de confianza como lo había afirmado Dios, su padre/madre, en el bautismo. Jesús, al afrontar la misión recibida de proclamar que el Reino de Dios está llegando, no va a utilizar a Dios en su propio beneficio (4,3-4), ni va a vincular su mensaje a la espectacularidad o el éxito (4,5-7), ni va a reunir adeptos por su poder (4,8-10).
La escena se centra en Jesús afrontando el espejismo de las seguridades religiosas.  Las tentaciones lo llevan desde el desierto al Templo.  Dos espacios que, en la fe de Israel, evocan encuentros significativos con Dios.
El desierto es memoria del Dios liberador que acompaña y alimenta a su pueblo, pero también lugar de tentación, de cansancio y búsqueda de seguridades. El templo, lugar sagrado por excelencia para Israel se convirtió muchas veces en terreno donde crecía el orgullo y se levantaban muros de desigualdad y elitismo.  Jesús citando la Escritura rechaza entrar en ellos asumiendo sus tentaciones y los resignifica para convertirlos en espacios de la acción salvífica de Dios.
 Jesús afrontando la tentación deja fuera de su camino la manipulación de lo sagrado, la tranquilidad de las seguridades, el miedo a perder. Afrontando la tentación se hace digno de confianza, inaugurando un modo nuevo de escuchar a Dios, de creer en él. Afrontando la tentación se hace palabra encarnada del Dios del Reino, hogar de quienes tienen hambre y sed, de quienes no tienen poder ni político ni religioso.
Para Mateo y su comunidad contemplar a Jesús en este relato fortalece su fe en él, sostiene su esperanza, los invita a transitar una nueva sacralidad fuera ya de la sinagoga. Las palabras del Deuteronomio pronunciadas por Jesús suenan ahora de forma nueva:
No son los milagros los que hacen mesías a Jesús sino la liberación y sanación que sus signos ofrecen en nombre de Dios (Mt 4,4; Dt 8,3)
No es la construcción de un Reino poderoso lo que orienta la vida de Jesús, sino el hacer visible el amor gratuito de Dios que reconstruye lo que estaba perdido (Mt 4, 7; Dt 6,16)
No todo vale cuando se habla de Dios, no toda forma de creer es digna de Dios, solo la Palabra de la cruz (1 Cor 1, 17-31) balbucea la fe en el Abba de Jesús, locura y necedad para quienes esperan milagros o sabiduría donde solo puede haber amor y perdón (Mt 4,10; Dt 6, 13).

Carme Soto Varela, ssj