FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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miércoles, 13 de abril de 2022

¿Quién critica al Papa?: sectores conservadores atacan a Francisco por su posición ante la guerra

 


Elena Llorente

Público

(Página 12)
Aunque ha recibido numerosas críticas por su inacción, el Vaticano asegura que son varios los intentos que el pontífice ha hecho para mediar en el conflicto.
La invasión rusa a Ucrania comenzó el 24 de febrero de 2022, y ha sido considerada como el mayor ataque militar convencional en suelo europeo desde las guerras yugoslavas. El panorama internacional tiene la mirada puesta allí, tras la amenaza que supone para Occidente y por las grandes consecuencias humanitarias, económicas y sociales que se está saldando el conflicto.
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Las incómodas preguntas sobre la masacre de Bucha que Occidente prefiere no realizar

 


Luís Gonzalo Segura

luisgonzalosegura

El suburbio de Bucha se sitúa al noroeste de Kiev, emparedado entre Irpín, otro suburbio, y Hostomel, la localidad en la que se sitúa el aeropuerto internacional de Antonov. Ocupa poco más de veinticinco kilómetros cuadrados y está habitada por unas treinta mil personas. Un distrito residencial de pequeñas calles rodeadas de viviendas en planta baja ajardinadas y valladas. Pero no es por ello por lo que se la conoce ni por lo que pasará a la historia. Bucha ha dejado de ser un suburbio, y, también, una localidad desconocida, al menos durante algunos años, aunque la mayoría no lo sitúen en el mapa. Bucha es, desde el fin de semana, una masacre.
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“¿Poner la otra mejilla o abofetear al agresor? ¿Poner la otra mejilla o interceptar el misil?”

 


Juan Masiá sj, teólogo

Vivir y pensar en la frontera

Masiá

“No ceder al chantaje de la amenaza nuclear”
-Maestro, si Putin me da una bofetada en la mejilla izquierda, ¿estoy obligado como discípulo tuyo a ofrecerle la derecha?
-No, obligado no estás. Puedes hacerlo, si tu conciencia te lo pide. Y puedes también detener su mano con tu derecha a la vez que un izquierdazo en su estómago le deja sin ganas de repetirlo. Puedes hacerlo, porque tienes derecho a defenderte
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Vía Crucis en el Coliseo: Familias unidas en un abrazo de paz entre Ucrania y Rusia

 


Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano

Vatican News

Las historias, alegrías y dificultades de muchas familias en las 14 estaciones del Vía Crucis del Viernes Santo nuevamente en el Coliseo romano. En el Año de la Familia “Amoris Laetitia”, las meditaciones relatan escenas de la vida cotidiana, pero también la guerra en Ucrania y las dificultades de los inmigrantes en los países de acogida.
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Entrevista a Luisa F. Cabeza, coordinadora del IPCC: «Si se invirtiera más en renovables no necesitaríamos la nuclear ni tanto gas»

 


Eduardo Robaina

Rebelión

Fuentes: La marea climática
A cargo del capítulo sobre edificios, la profesora y doctora en Ingeniería ha sido una de las responsables de negociar online con casi 200 países y durante dos semanas el resumen político del informe sobre mitigación del IPCC.
Son miles las formas que hay para reducir las emisiones que calientan el planeta e impulsan el cambio climático. Tantas, que el IPCC (el panel de especialistas en la materia de la ONU) acaba de presentar un documento con casi 3.000 páginas.
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La guerra en Ucrania

 

Pedro Serrano García

Redes Cristianas

Ucrania

Mirad como los reyes del mundo dominan y esclavizan a los pueblos,
más vosotros no seáis así; sed los servidores de los hombres (Jesucristo)
El conflicto político-militar fundamental es de EEUU usando a la OTAN contra Rusia, para, a su vez, debilitar a China. Estas dos potencias últimas, se unen en alianza estratégica para frenar el intento del Imperio por recuperar su hegemonía unipolar en el mundo alcanzada desde la disolución de la Unión Soviética.

EEUU va perdiendo poder en la medida que se recupera Rusia y progresa China como segunda superpotencia. Ucrania es uno de los países fronterizos con Rusia que se disputan ambas superpotencias: Rusia para defensa de su territorio y USA para debilitar, someter y rebajar a Rusia a la categoría de potencia regional, y si fuera posible, dividirla en varios países.

La élite norteamericana, utiliza a los Estados europeos como colaboradores integrados a la OTAN en sus agresiones contra Rusia desde el desmantelamiento soviético en 1991. La OTAN incumple sistemáticamente los acuerdos postsoviéticos con Gorbachov en donde Rusia permitió la reunificación alemana a cambio de que la OTAN no se expandiera hacia países cercanos a Rusia.

Sin embargo, USA como mando supremo de la OTAN, ha ido integrando a los países que rodean a Rusia, imponiéndoles bases militares y misiles (nucleares y convenciones), posiblemente apuntando a Rusia. Asimismo, ni EEUU ni la OTAN ni la UE han atendido durante más de varias décadas los reclamos rusos para acordar un nuevo sistema de seguridad satisfactorio para Rusia y la OTAN. De los doce países que fundaron la OTAN EN 1949, a pesar del desmantelamiento del Pacto de Varsovia y aprovechando la desintegración de la URSS, la OTAN ha ido creciendo hasta llegar a los 30 Estados que la componen actualmente.

La estrategia de Biden con la colaboración sumisa y a la vez interesada, de los gobiernos de la UE y la OTAN es: primero, apoyando el golpe de Estado en Ucrania contra el presidente Yanukovich (neutral) en 2014 e imponer otro presidente favorable a la OTAN, Petro Paroshenko, lo que dio origen al comienzo de una gran represión organizada por la dirigencia ucraniana contra los ucranianos de habla rusa en la zona del Donbass, cuyas regiones principales son Donetsk y Luhansk; ello motivó a Rusia para apoderarse de Crimea (de habitantes prorrusos). Al final se llegaron a los acuerdos de Minsk 1 y Minsk 2 en 2015, pero el gobierno ucraniano de extrema derecha apoyado, financiado y rearmado por EEUU nunca los ha respetado siguiendo con sus agresiones contra los autonomistas de habla rusa; mientras, los países de la OTAN hicieron y hacen la vista gorda.

Al continuar defendiéndose los ucranianos del Donbass, incluso contra la continuación de la represión del nuevo presidente Zelensky, se puede decir que la guerra no ha comenzado en marzo del 2022 con la invasión Rusa sino que se inició en 2014 con el golpe de Estado y la posterior guerra civil. Y así como los dirigentes ucranianos con sus batallones, principalmente el batallón Azov (con inclinaciones neonazi para algunos) e integrados por bastantes mercenarios solicitan ayuda a EEUU y la OTAN, los ucranianos del Donbass ruegan a Rusia ayuda para frenar las hostilidades que están padeciendo durante ocho años las regiones autonomistas de Donetsk y Luhansk, entre otras.

Biden y la OTAN no dejaron a Putin y a la Duma de Rusia más alternativa que invadir para defender a los habitantes de las dos regiones prorrusas, asumiendo el castigo de las feroces sanciones económicas y financieras o dejar que prosiga la represión contra los ucranianos de habla rusa, además de ver como se integra el Estado ucraniano en la OTAN, con bases militares, misiles y sistemas antimisiles norteamericanos apuntando a regiones rusas.

La decisión ya la sabemos, la invasión rusa a Ucrania para defender a la población de Donbass y evitar la expansión de la OTAN en Ucrania a costa de padecer las sanciones de la UE y de EEUU. Claro, las sanciones económicas y financieras están teniendo repercusiones fuertes en Rusia, pero también en los sancionadores de la UE; y, en menor medida, en EEUU. Alemania sale más perjudicada pues depende del gas ruso en un 60%, así como otros Estados Europeos donde su dependencia del gas alcanza el 100%. EEUU, quiere evitar que la UE tenga una relaciones comerciales y políticas normales con Rusia y que nunca posea un ejército europeo, pues eso sería perjudicial para su afán de poder unipolar mundial.

Observamos pues, que es guerra total de EEUU-OTAN contra Rusia realizada en la nación ucraniana (que es la que más sufre las consecuencias). Además de militar, la guerra es económica, mediática, propagandística y psicológica. Para los medios informativos de la OTAN-EEUU, Putin es el culpable y el criminal, usándose toda clase de mentiras y difamaciones contra él, mientras Zelensky es un heroico y valiente patriota defendiéndose de la invasión. A su vez, EEUU está intentando expulsar y aislar a Rusia de las instituciones principales de Naciones Unidas y de otras internacionales. Ya ha conseguido expulsar a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y pretende denunciar a Putin como criminal de Guerra en el Tribunal de Justicia Internacional.

Seguramente la propaganda e información que utilice Rusia y sus aliados sobre los dirigentes de EEUU, OTAN y Ucrania puede que sean algo semejante, aunque intuyo que no tendrá tanta virulencia. En España. Se habla de los desmanes (reales o inventados) que comenten las fuerzas militares rusas, pero jamás nos dicen nada de los atropellos, vejaciones, torturas y crímenes que comenten las milicias radicales del gobierno ucraniano, sobre todo en el Donbass, donde ya han perdido la vida unas 14.000 personas. Asimismo, en Occidente, la propaganda antirrusa no está informando de la fuerte corrupción de la oligarquía ucraniana, ni de los cerca de 30 laboratorios de investigación de armas químicas y bacteriológicas controladas por la CIA donde el hijo de Biden, al parecer, está involucrado.

La obsesión para hundir a Rusia, tanto de Estados Unidos como de los países europeos afines, no solo es a base de imponer sanciones económicas, sino que a los deportistas, artistas y científicos rusos se les impiden que participen en eventos deportivos, culturales, artísticos y científicos. Una doble vara de medir, pues nunca ha habido sanciones contra EEUU en las diversas agresiones y genocidios contra las poblaciones civiles que realizó en las invasiones a los pueblos del Vietnam, Serbia, Irak, Libia, Siria, Afganistán y otros.

Tampoco se condena a Israel por sus abusos contra los palestinos. Asimismo, los medios de comunicación occidentales olvidan a los más de treinta conflictos armados actuales, donde hay fuertes masacres y crímenes contra civiles, tales como en el Camerún, Yemen, Senegal, Nigeria, Etiopía. Mali, República del Congo y otros.

A pesar de la estrategia agresiva de EEUU-OTAN, considero que los dirigentes rusos no debieran haber invadido Ucrania por varias razones: a) es una violación evidente del derecho internacional, y no es justificable porque EEUU lo haya hecho en otras ocasiones como en Irak o Vietnam ; b) contradice los principios morales y pacifistas que deben observar los Estados por encima de los intereses políticos; c) no son los dirigentes ucranianos los perjudicados, sino los sectores populares que son los que ponen los muertos, sufren la destrucción de sus viviendas, desciende su nivel de vida y han de tratar de refugiarse en otros países; y d) mientras la OTAN y EEUU sigan proporcionando armas a Zelensky, la guerra puede que se alargue más tiempo de los previsto; y e) también el pueblo ruso sufre los bloqueos económicos a los que les somete Occidente y lamenta las víctimas de los combatientes rusos.

Nos parece justo que los países occidentales acojan a los miles de refugiados ucranianos, pero se olviden de atender compasivamente a los otros miles de refugiados ucranianos de habla rusa y a los innumerables refugiados y emigrantes subsaharianos que huyen de las guerras y del hambre.

Como China sabe que está también en el punto de mira del Imperio, aunque trata de no inmiscuirse en el conflicto, no le queda más remedio que apoyar a Rusia. Pues la fortaleza de Rusia ayuda a la fortaleza de China. Si cayera su aliado ruso, tendría menos capacidad para defenderse del acoso norteamericano. Por eso China critica a Europa, que pretenda la paz y sin embargo esté enviando armas a Ucrania. Estimo yo, que la guerra acabaría enseguida si EEUU se comprometen a no integrar a Ucrania en la OTAN.

La guerra ruso-ucraniana está sirviendo de pretexto para que Alemania comience un rearme que lo ha estado evitando desde el final de la II Guerra Mundial; asimismo, países como España, Polonia, Japón y otros aprovechan el conflicto para rearmarse más. Con esta guerra y con las otras, el comercio de armas se acelera evitando el progreso de la paz.
A su vez, EEUU al bloquear la venta de gas y petróleo ruso, no ha tenido más remedio que solicitar carburantes a Venezuela, para lo cual tendrá que olvidar a Guaidó y aflojar las sanciones económicas contra ese país bolivariano. Habrá que ver los resultados.

Los dirigentes norteamericanos necesitan señalar a ciertos países fuertes como enemigos, aunque estos prefieran las relaciones amistosas (actualmente Rusia y China), para mantener su hegemonía en su afán de aumentar el rearme y el gasto militar con la finalidad de dominar la tierra y el espacio. La élite de EEUU usa y manipula a su propio pueblo norteamericano que ha contribuido y contribuye, como pocos, al desarrollo y progreso de la humanidad.

En cuanto a la Iglesia ortodoxa, se ha mantenido unida durante la URSS y después de la separación de Ucrania y Rusia, pero a partir de esta guerra, el patriarcado de Ucrania apoya a Zelensky y el patriarcado principal de Rusia apoya a Putin. Sin embargo, la Iglesia Católica mantiene una postura ecuménica, de la paz y del desarme; clama para parar la guerra; que la diplomacia resuelva con diálogo y la negociación. El papa Francisco invita a que sea la misericordia con las víctimas y la reconciliación entre los dos países las que marquen el camino de las relaciones entre Rusia y Ucrania, Rusia y Estados Unidos, Rusia y países europeos.

Esperamos que las negociaciones entre Ucrania y Rusia lleguen a conseguir la paz con acuerdo de seguridad para ambas naciones, pues la extensión del conflicto a algún país de la OTAN supondría una guerra nuclear de consecuencias terroríficas para la humanidad. De todas formas, posiblemente Ucrania tendrá que asumir una postura neutral y puede que se quede sin las zonas de Crimea, Donetsk y Luhansk. En el futuro, habrá que iniciar otras negociaciones posteriores entre EEUU-OTAN con Rusia-China para conseguir un nuevo sistema mundial sin guerras ni hegemonías por ninguno de los dos bandos.

Pero como la política de las potencias se rigen por la correlación de fuerzas, las negociaciones para establecer un sistema de seguridad mundial, solo serán posibles si hay un equilibrio de poderes entre las superpotencias actuales y las emergentes. Sabemos por la historia, que los gobernantes estadounidenses jamás cederán en sus esfuerzos para tratar de debilitar a sus enemigos prioritarios Rusia y China, pero también a sus aliados europeos y las otras potencias emergentes, con tal de alcanzar el poder mundial en solitario, pues la multipolaridad no va con sus ambiciones. Por ello, puede que la guerra en Ucrania se alargue en la medida que Zelensky reciba cada vez más armas y mejores de EEUU y de la OTAN, aunque esperamos que acabe pronto.

¿Qué podemos aportar desde las humildes bases cristianas? Pues tratar de que los poderes políticos, acepten el consejo de Jesús: ser los servidores de las personas y de los pueblos y no sus dominadores; tratar de influir humildemente en los gobernantes para lograr un sistema fraternal internacional; participar para resolver los conflictos por la vía del diálogo y la negociación. Hemos de difundir entre los políticos el Evangelio de Jesús: sobre el perdón a los enemigos, la misericordia con los empobrecidos y marginados, la compasión con las víctimas y con los que sufren y el amor a amigos y extraños, pues son los mejores medios ético-políticos necesarios para hacer una humanidad mejor.


Hay que derrotar políticamente a los militares brasileños

 


Emir Sader

Alainet

El documento firmado por los tres comandantes de las Fuerzas Armadas de Brasil confirma que su visión no es democrática: siguen reclamando un rol político, de tutela del país.
Los militares latinoamericanos se lanzaron con todas sus fuerzas en golpes militares en varios países sudamericanos en las décadas de 1960 y 1970. En Brasil en 1964, en Chile y Uruguay en 1973, en Argentina en 1976.
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¿Un cisma religioso al hilo de la guerra?

 


Pedro Moya Milanés

Cristianismo y Justicia

Hablar de la guerra de Ucrania es hablar de muchas cosas: del espanto de las víctimas, las oleadas de refugiados, el destrozo de las ciudades, la crueldad totalitaria de sus mentores, el colapso de unas relaciones históricas, la razón de la fuerza como criterio inapelable de actuación, el frío cálculo de las estrategias de dominio y destrucción…. Pero no es mi intención detenerme en ninguna de esas facetas, que tan profusamente vienen siendo abordadas por analistas de todo el mundo. Trataré solo de reflexionar sobre un elemento colateral, el de la dimensión “religiosa”, que de manera turbulenta subyace en el seno de las iglesias ortodoxas desde que se inició la invasión rusa.
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Peligro de destrucción de nuestro futuro


boff

 Leonardo Boff*

En julio de 2021 el gran pensador de la complejidad Edgard Morin cumplió 100 años. Observador atento del curso del mundo, nos entregó un libro Réveillons-nous! – ¡Despertemos!, lleno de sabias y serias advertencias. Resumió su pensamiento en una entrevista a Jules de Kiss, publicada el 26 de marzo de 2022 en Franceinfo y reproducida en portugués por el IHU el 4/4/22. Lector asiduo de sus escritos, esta entrevista inspiró el presente artículo.

Morin advierte lo que vengo repitiendo desde hace mucho tiempo: debemos estar atentos, intentar ver y entender lo que está ocurriendo. La gran mayoría, inclusive jefes de estado, no son conscientes de las graves amenazas que pesan sobre el planeta Tierra, sobre la vida y sobre nuestro futuro. Parecen sonámbulos o zombis, obcecados con la idea del crecimiento económico sin fin y también con la seguridad y con más construcción de armas de destrucción masiva.

Estamos viviendo varias crisis, todas ellas graves: la más inmediata es la pandemia que afecta a todo el planeta, cuyo sentido último no ha sido identificado todavía. Para mí es una señal que la Tierra viva ha enviado a sus hijos e hijas: “no pueden seguir con el pillaje sistemático de la comunidad de vida en la cual se encuentran los hábitats de los distintos virus que en los últimos años han asolado regiones del planeta”. La Covid-19 ha alcanzado todo el planeta, pero no a otros seres vivos y domésticos. Es una señal que no está siendo leída por la mayoría de la humanidad, ni tampoco por los analistas, centrados en las vacunas y en los cuidados necesarios. 

¿Quién se pregunta en qué contexto apareció el virus? Él es consecuencia del asalto de los seres humanos a la naturaleza, especialmente por la deforestación de vastas regiones, destruyendo la casa donde habitan los virus, que pasaron a otros animales y de ellos a nosotros.

La crisis climática es grave, pues si no tenemos cuidado

hasta 2030 el calentamiento global puede aumentar 1,5 grados centígrados o más, lo que comprometería a la mayoría de los organismos vivos y a gran parte de la humanidad. Junto a esto está la Sobrecarga de la Tierra (Earth Oveshoot), constatada el 29 de julio de 2021: los bienes y servicios importantes para la vida se están agotando. Ya ahora necesitamos 1,7 Tierras para atender el tipo de consumo principalmente de las clases opulentas. Arrancamos de la Tierra lo que ella ya no nos puede dar. Ella reacciona aumentando el calentamiento, los eventos extremos, la erosión de la biodiversidad y más conflictos sociales.

Lo que funciona como una espada de Damocles es la posibilidad de una guerra nuclear que puede destruir toda la vida y gran parte de la humanidad. Morin escribe: “Pienso que hemos entrado en una nueva fase. Por primera vez en la historia, la humanidad corre peligro de aniquilación, tal vez no total –habrá algunos supervivientes, como en Mad Max –, pero una especie de ‘reinicio‘ desde cero en condiciones sanitarias sin duda terribles”. 

La guerra en Ucrania ha suscitado este fantasma, pues Rusia, como ya decía Gorbachov, puede destruir toda la vida con solo la mitad de sus ojivas nucleares. Pero, lleno de confianza en que la historia anda, no está cerrada, Morin afirma esperanzado: “Precisamos esperar lo inesperado para saber como navegar en la incertidumbre”.

Es de todos conocida la erosión de las ideas democráticas en el mundo entero. En muchos países, como en Brasil, se está imponiendo un espíritu autoritario y fascistoide, que hace de la violencia física y simbólica y de la mentira directa una forma de gobernar. La democracia ha dejado de ser un valor universal y una forma de vivir civilizadamente en comunidad. Este espíritu puede provocar un tsunami de guerras regionales de gran destrucción.

No olvidemos la advertencia del Papa Francisco en la Fratelli tutti (2020): “estamos en el mismo barco, o nos salvamos todos o nadie se salva”. Somos responsables de nuestro futuro y de la vida en el planeta.

Tenemos la confianza de Morin de que, como la historia ha mostrado, lo inesperado y lo improbable pueden ocurrir. Ya nos enseñaba un pre-socrático: “si no esperamos lo inesperado, cuando venga, no lo percibiremos”. Y así lo perderemos.

Esta es nuestra confianza y esperanza: estamos en medio  de crisis que no  tienen por qué terminar en tragedias fatales. Pueden ser el  despertar de una nueva conciencia y entonces, la ocasión para un salto cualitativo hacia un tipo de convivencia pacífica dentro de la única Casa Común. ¿Será este el próximo paso de la humanidad? ¡Bienvenido sea! 

*Leonardo Boff es teólogo y filósofo y ha escrito: Cómo cuidar de la Casa Común, Vozes 2017.

Traducción de María José Gavito Milano

El Papa pide una tregua por la paz en Ucrania: “Nada es imposible para Dios”

 


Vatican News

papa47

“Dejemos las armas, iniciemos una tregua pascual, pero no para recargar las armas y reanudar la lucha, sino una tregua para lograr la paz, a través de una verdadera negociación, dispuestos incluso a hacer algunos sacrificios por el bien del pueblo”, fue la oración del Papa Francisco en este Domingo de Ramos a la hora del rezo del Ángelus.
Tras haber celebrado la santa Misa del domingo de Ramos, 10 de abril, en la plaza de San Pedro, el Papa pidió una vez por el cese de la guerra en Ucrania.
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Cuando el apartheid se mete en tu cama

 


María Landi

palestina en el corazón

Palestina9

Tan cerca, sin embargo tan lejos. (Visualizing Palestine).
«Cuando estaba en secundaria, mi profesor de historia enfatizaba que una de las señales más claras de la transformación de Alemania en un estado totalitario en los años treinta era la intervención del gobierno en la vida afectiva de las personas: la prohibición a la población “aria” de tener relaciones sentimentales con personas “indeseables” como las judías.» Uri Yacobi Keller (investigador judío-alemán)
Hace poco más de una década escribía en mi blog, a partir del caso de una pareja palestina amenazada de separación forzada: «En el marco de una escalada de leyes y políticas racistas, la Suprema Corte israelí recientemente ratificó la “constitucionalidad” (en un país que no tiene Constitución) de la Ley de Ciudadanía de 2003, que apunta, como tantas otras en ese país, a forzar una mayoría demográfica para justificar el carácter judío del Estado
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Pascua, mensaje de esperanza. ¿Dónde está Dios en las guerras y masacres?

 

Fernando Bermúdez

Redes Cristianas

Los medios de comunicación nos están mostrando la destrucción y muerte provocada por la invasión del ejército ruso en Ucrania. Multitud de personas muertas y heridas y más de cuatro millones de refugiados. Gente que lo ha perdido todo, absolutamente todo, vivienda, objetos personales, trabajo y sobre todo familiares y amigos. Pero ésta no es la única guerra que hay en la actualidad. Son más de 20 conflictos bélicos de los que los medios de comunicación apenas hablan. En estos conflictos millones de personas murieron y otras se vieron forzadas a buscar refugio en otras partes.

En todas las guerras la población civil es la que más sufre, sobre todo niñas y niños a los que se les ha robado el derecho a vivir. Y como consecuencia, se acrecienta el hambre, el odio, las venganzas, la deshumanización.
¿Dónde está Dios en medio de tanto sufrimiento? La sangre derramada a lo largo y ancho de la tierra corre por las venas de la historia. Sangre de masacrados en todas las conquistas, sangre de indígenas de la Amerindia, sangre de esclavos negros de África, sangre de los asesinados en Auschwitz, sangre de palestinos, iraquíes, sirios, yemeníes, etíopes, somalíes, congoleños, ucranianos…, sangre de mártires que dieron su vida por una causa justa, sangre de innumerables personas inocentes…

Esta sangre es un indicador de que en la historia hay víctimas y victimarios.
¿Dónde estaba Dios cuando los fuertes mataban a los débiles? ¿Dónde estaba Dios en los barcos repletos de esclavos negros, cazados en África para su venta en las Américas?, ¿dónde estaba Dios en la matanza de indios en el continente americano?, ¿dónde estaba Dios en los bombardeos de la “Desbandada” de Málaga?, ¿dónde estaba Dios en las matanzas entre los tutsis y los hutus en el corazón de África…?

Las guerras son la estrategia de los poderosos de las grandes potencias que siempre van a justificar, desde arriba, desde sus despachos y con mentiras, sus acciones bélicas, para acrecentar su dominio, poder y riqueza.
Esta realidad nos hace sentirnos impotentes. El llanto y la muerte de millones de inocentes nos golpean el alma y destrozan la esperanza. ¿Dónde estaba Dios? ¿Dónde?

Es el interrogante que arranca desde lo profundo del sufrimiento injusto provocado por los señores de la guerra.
¿Dónde está Dios?, ¿por qué no actúa? Si Dios es amor y quiere evitar el sufrimiento humano y no lo hace, ¿por qué lo permite? ¿Es que no es omnipotente? Y si es todopoderoso y no evita el sufrimiento, ¿dónde está el Dios bueno, compasivo y misericordioso? “Si Dios existe el mal no tiene explicación, pero si Dios no existe el mal no tiene solución”, señala González-Faus.

¿Por qué los tiranos lo pasan tan bien y tanta gente buena lo pasa tan mal?, se preguntaba José Luis Caravias. ¿Por qué Dios guarda silencio viendo cómo el malvado se traga al inocente?
Estos interrogantes superan nuestra capacidad de respuesta. El horroroso sufrimiento de las matanzas y las guerras nos deja abatidos y sin sentido. Desde el día en que escuché a los refugiados guatemaltecos, en Chiapas, testimonios de masacres, solo encontré una respuesta:
el silencio. Y en el silencio descubrí la presencia de Jesús de Nazaret, torturado, crucificado, humillado, muerto y destazado en la cruz. El hombre que pasó por el mundo amando y haciendo el bien, fue aniquilado por los poderes del mal. Él refleja a todos los inocentes y masacrados de la historia. El Verbo de Dios se hizo muerte, decía Pedro Casaldáliga.

No encuentro otra respuesta sino en la contemplación profunda del Crucificado del Gólgota, quien en su angustia clamaba: “¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado!” (“Eloí, Eloí, lammá sabactaní, en su lengua aramea). Jesús expresa un sentimiento profundo de abandono, de rebeldía y casi de desesperación, señala José Cervantes. Da la impresión de que Dios está ausente. Jesús, impotente y moribundo, pregunta ¿por qué? La confianza en un Dios que se revela como Padre justo y misericordioso se convierte en sentimiento de fracaso. La resistencia humana ante el sufrimiento llega a su límite y estalla en un grito que suena a rebeldía y desconsuelo. Le grita a Dios. Y en su angustiosa desesperación le interroga ¿por
qué?, ¿por qué este sufrimiento inmerecido? Es una pregunta profundamente desgarradora.

Jesús muere sin respuesta. Es la expresión más trágica de la humanidad sufriente. Su grito es el grito de todos los oprimidos, perseguidos y masacrados a lo largo de los tiempos. ¿por qué?
¿Dónde está Dios?
Parece que Dios calla ante el que murió injustamente en la cruz porque amaba a los pobres, porque proclamaba la justicia y la fraternidad universal, porque quería otro estilo de vida que sea signo del reinado de Dios.

En este grito, “¿Dios mío, por qué me has abandonado?”, que expresa un sentimiento de abandono, soledad, desesperación y tristeza de muerte, Jesús carga con el sufrimiento de todos los seres humanos. Se hace solidario con ellos. Es un grito que expresa una duda existencial. “Es la palabra más universal frente a la muerte como abismo y muestra la más radical incomprensión de la muerte y especialmente de la muerte injusta”, como la de tantos hombres y mujeres que son asesinados, masacrados, bombardeados.

Jesús Crucificado estaba en aquel niño iraquí, sirio, yemení o ucraniano que murió aplastado por una bomba. Jesús estaba en el anciano degollado, estaba en aquellas mujeres violadas y asesinadas, estaba en los palestinos que reclamaban sus tierras, estaba en las mujeres que con sus niños murieron ametralladas y ahogadas en el río Sumpul y en el Mozote, El Salvador; y en la selva de Ixcán o en San Francisco Nentón, Guatemala.

Jesús estaba en aquellos hombres y mujeres que fueron asesinados por defender la vida de su pueblo, defensores de derechos humanos, líderes sociales, políticos o religiosos como Luther King, Enrique Angelelli, Salvador Allende, Robert Kénnedy, Rutilio Grande, Oscar Romero, Dorothy Stang, Policarpo Chem, Juan Gerardi, Víctor Gálvez, Berta Cáceres, Luis Espinal, Ignacio Ellacuría…

Los que mataban decían que lo hacen por defender el orden establecido o la civilización cristiano-occidental frente a la amenaza del comunismo. Veían comunismo en la defensa y promoción de los derechos humanos, en la exigencia de justicia, en los retos de la doctrina social de la Iglesia… Por eso mataron obispos, sacerdotes, religiosas, catequistas y ministros de la Palabra.

El Dios de los poderosos, de los opresores, no es el Dios de Jesús. Es otro Dios. Es el dios de la Seguridad Nacional, el dios dinero, el dios de los imperios. “Su Dios no es mi Dios”, dijo el santo arzobispo Óscar Romero al presidente de El Salvador. Un Dios sin justicia, sin respeto a la dignidad de todo ser humano es un fetiche. Muchos poderosos toman el nombre de Dios en vano, convirtiéndolo en un monstruo.

Dios es amor. Está en los pobres y en la humanidad sufriente. No puede ser vencido por el odio, el mal y la muerte, ni puede contemplar impasible el sufrimiento de las víctimas. Dios nos presenta como respuesta al sin sentido de tanto horror y dolor a Jesús muerto en la cruz, quien fue resucitado. Jesús es la respuesta.

Por eso solo se puede asumir el sufrimiento y la muerte de tantos hombres y mujeres
masacrados, desde una actitud contemplativa del misterio de Dios. La última palabra no la tienen los poderes de este mundo ni el sistema capitalista neoliberal ni las potencias político- militares, ni las multinacionales económico-financieras que hoy se consideran dueñas y señores de la humanidad. La última palabra la tiene el Dios de la vida que resucitó al Crucificado y en él hace justicia a los crucificados de la historia.

La resurrección de Jesús, el Cristo de Dios, abre la puerta a la esperanza. La muerte deja de ser el final de la existencia. Es el triunfo de la justicia sobre la injusticia, de la libertad sobre la opresión, de la verdad sobre la mentira y la falsedad, de la vida sobre la muerte. Todos los que a lo largo de la historia cayeron aplastados por el pecado de la injusticia y, concretamente los
hombres, mujeres, niños y niñas muertos en estas masacres y en todas las guerras, viven en el corazón de Dios y en la memoria de las personas y pueblos que aman y trabajan por la vida y la paz. Son como el grano de trigo que cae en el surco de la tierra y se descompone para germinar en una nueva vida. Así ellos, no mueren, resucitan en la memoria histórica de los pueblos y, sobre todo, en la plenitud de la Vida.

¿Dónde estaba Dios en estas tragedias de dolor y de muerte? Dios estaba, asimismo, en todas aquellas personas que abrieron su corazón para aliviar el sufrimiento humano, compartiendo techo, vestido, pan, amor y compasión. Ahí estaba Dios. Dios está en la solidaridad de quienes acogen a las víctimas de las tragedias, sin importar el color de la piel, nacionalidad, ideología política o religión. Dios está en las organizaciones, iglesias y demás religiones que salen al encuentro de la humanidad sufriente, de los refugiados, aportando su dinero y su tiempo,
acogiéndolos como hermanos. Dios está en las personas que sueñan y luchan por otro mundo más humano y fraterno, como señala el papa Francisco en la Fratelli tutti.

Ubi caritas et amor Deus ibi est. Donde hay solidaridad y amor allí está Dios.

Carta al Papa Francisco

 


Jesús López Sáez

Eclesalia

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Hermano Francisco: Soy sacerdote de la diócesis de Ávila, residente en Madrid, responsable de la Asociación Pública de Fieles Comunidad de Ayala, que promueve la creación de grupos y comunidades en diversos ambientes mediante procesos de inspiración catecumenal. Desde la Comunidad de Ayala hemos promovido otras asociaciones semejantes, así como la Fundación Betesda, que tiene como fin el desarrollo integral de discapacitados físicos y psíquicos.
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La doble moral y la doble vara de medir

  

Jaime Richart

Redes Cristianas

No sé por qué se habla y se protesta tanto contra la doble moral que es la hipocresía y contra la doble vara de medir que es la injusticia. Quienes las mencionan (y se hace con frecuencia en todos los foros y en todos los debates) saben muy bien que no es que la doble moral y la doble vara de medir sean algo ocasional o
de coyuntura, es que el sistema social, político y económico del mundo occidental hace mucho que hundió sus raíces en esa doble moral y en la doble vara de medir.

Por eso la protesta resulta inane, una mezcla de puerilidad, de estupidez y precisamente también de hipocresía, sobre todo cuando la invoca alguien
relevante.

Pues ahí, en estas dos contradicciones está basado el éxito forzoso
del sistema. Los pueblos nada pueden hacer para evitarlo sin la
revolución, pero también contribuyen con su pasividad, su indiferencia o su enfermiza voluntad de promocionar a los canallas a través del voto. Razón por la cual amplias mayorías, que ciertamente no contamos para nada, nos negamos a reforzar
un sistema podrido. Nos basta mantenernos despiertas y absolutamente escépticas para soportar a todas horas, de muchas maneras, esas dos lacras que son la doble moral y esa doble vara de medir que actúan como la carcoma en la madera…

¿De los gitanos quien se acuerda?

 


José Carlos Enríquez Díaz

artículo sin censura

Hoy comparto un nuevo artículo de nuestro obispo Fernando Cadiñanos
Un obispo que por su buen hacer me recuerda al Jesús de los Evangelios. Un obispo entregado a las circunstancias vitales de los demás.
Un obispo conciliador donde los haya. Un obispo de todos y para todos. Un obispo trabajador. Un obispo del que me dolerá desprenderme si algún día se marcha de nuestra diócesis.
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¿QUÉ DIOS? ¿QUÉ JESÚS? ¿QUÉ CRISTIANISMO?

 

col arregi

Propongo 10 puntos de reflexión que considero fundamentales en estos tiempos de transición hacia una filosofía, una teología y una espiritualidad no-teísta, posteísta o transteísta. Este último término, “transteísta”, es el que yo prefiero: con una imagen u otra o ninguna (?) de Dios, con nombre o sin él, pero siempre “más allá” de toda imagen y nombre, hacia el Misterio, el Silencio.

Divido mis reflexiones en dos partes: la primera en torno a Dios y la segunda en torno a Jesús.

I. DIOS MÁS ALLÁ DE “DIOS”

1.1. ¿Crees en Dios?

Se cuenta que Arnold J. Toynbee, el famoso historiador de las civilizaciones, conversaba en 1963 con su hijo, que de pronto le preguntó: "¿Crees en Dios?". Toynbee contestó: "Creo en Dios si las creencias hindúes o chinas están incluidas en la creencia en Dios. Pero me parece que los cristianos, judíos y musulmanes, en su mayoría, no admitirían esto y dirían que no es una genuina creencia en Dios".

Si se me pregunta, como su hijo preguntó a Toynbee, “¿Tú crees en Dios?”, también yo podría responder como él. O simplemente diría: “Depende de lo que entendamos por Dios”. No creo lo que se entiende por “Dios teísta”, pero creo que creo en Dios como Misterio fontal indecible de la Realidad. Esto me lleva al segundo punto.

1.2. ¿Qué se entiende por “imagen teísta de Dios”?

También el término teísmo es equívoco. Para simplificar, me remito a la definición que ofreció el gran teólogo obispo John Shelby Spong: “la creencia en un Ser externo, personal, sobrenatural y potencialmente actuante en lo real” (Why Christianity must change or die [Por qué el cristianismo debe cambiar o morir)], HarperSanFrancisco, Nueva York 1998, p. 46). Un Ente Supremo, anterior y exterior al mundo, “personal”, que creó el mundo de la nada e interviene en él cuando quiere.

Al año siguiente, en 1999, formuló sus “doce tesis” sobre lo que debía cambiar en la teología cristiana, y la primera de las tesis dice así: “El teísmo como forma de definir a Dios ha muerto. Dios ya no puede ser pensado con credibilidad como un ser sobrenatural por su poder, que habita en el cielo y está listo para intervenir en la historia humana periódicamente e imponer su voluntad. Por eso, la mayor parte del lenguaje actual sobre Dios carece de sentido; lo cual nos lleva a buscar una nueva forma de hablar de Dios” (In: http://www.servicioskoinonia.org/relat/436.htm).

1.3. ¿Por qué ya no es creíble este “Dios teísta”?

Esa idea de Dios como Ente Supremo y creador exterior al mundo y el sistema religioso teísta surgieron hace unos 7000 años allá por Sumeria, y se impusieron o prosperaron –es importante decirlo– porque, sin duda, ofrecía alguna ventaja evolutiva para la sociedad. Es la ley básica de la evolución en general y de la vida en particular: de todas las formas emergentes, prosperan aquellas que resultan ventajosas. La imagen teísta de Dios ha servido para explicar la existencia del mundo y para mantener el orden, para promover la bondad y evitar el daño mutuo.

Pero esa imagen de Dios ya no cabe en el marco cultural de nuestro tiempo: ni como causa primera explicativa del mundo, ni como fundamento último de la ética. Un Dios en cuanto causa primera extrínseca al mundo sería un Ente lógico postulado por la necesidad humana de explicación. Dios sería creación de la mente humana y de sus necesidades de fundamento lógico. Y a quien diga que no existe nada sin alguna causa, se le podría replicar lógicamente: “¿Y quién creó a esa causa primera?”. Si insistiera en que “Dios” es la causa increada, el interlocutor podría responderle que tan lógico como postular una causa increada anterior y distinta de lo creado sería afirmar que algún tipo de electromagnetismo –que es como decir “luz”– es la causa increada (“eterna”), fuera de las categorías del universo que vemos.

Ahora bien, la negación de un Dios causa primera y explicación necesaria no nos condena a un cientificismo materialista. Todo depende de lo que se entienda por ciencia y por materia. La ciencia es la primera que reconoce que la “materia” es no solo un enigma, sino un gran misterio, que no es algo inerte y estático, sino misteriosa energía que transciende todas nuestras categorías de espacio y tiempo, y que de ninguna manera podemos entender la materia como algo contrapuesto a lo que denominamos “espíritu”. La materia es matriz inagotable, posibilidad, relación y auto-creatividad sin origen ni fin, de la que emergen todas las formas, tanto las que llamamos “materiales” como las que llamamos “espirituales”.

Del mismo modo, la negación de un “Dios fundamento” de la ética no nos condena a un mundo sin ética, sino que nos remite a una ética sin fundamento externo a la realidad misma que formamos, sin otro fundamento que el reconocimiento del misterio absoluto de la realidad entera en cuanto relación, en cuanto “Interser”, un reconocimiento que suscita la reverencia y el amor del otro como a sí mismo y de sí mismo como a “otro”. Por lo demás, el pasado y el presente demuestran que las personas que creen en el “Dios necesario” no son más justas, generosas y felices que quienes dicen no creer.

Por todo ello, el Dios Ente tradicional de las religiones ya no entra dentro de lo “creíble disponible” (P. Ricoeur) de nuestra época. Su idea ya no resulta creíble para una mayoría social en general, y muy en particular para quienes contemplan, investigan y piensan lo Real. La negación de un “Dios” Ente explicativo necesario de ningún modo convierte a nadie en menos sensible al asombro, la veneración y el compromiso por el bien o por el Misterio más hondo de la realidad, que es otra forma de decir Dios.

1.4. ¿El Misterio más hondo de la Realidad es personal?

No digo que Dios, en cuanto Misterio más hondo de la Realidad no sea personal, y menos aún que sea impersonal. Una vez más, todo depende de lo que entendamos por “persona”.  El concepto sugiere un sujeto individual dotado de conciencia propia frente a otro sujeto, otro individuo, dotado de su propia conciencia, distinta de la primera. Desde Hegel en particular, se han dado muchos intentos filosóficos por redefinir la “persona” en clave de relación y comunión en lugar de la clave de la individualidad, pero, de hecho, “persona” sigue significando un sujeto, un centro autoconsciente individual distinto de otro centro autoconsciente individual. Pues bien, si entendemos a Dios como lo Real más hondo o como Misterio más hondo de lo Real, difícilmente podemos pensar que sea “persona” en el sentido de un sujo frente a otro sujeto, alguien junto a alguien, distinto de él.

Sin embargo, Dios como Fondo de la Realidad o como puro y pleno Ser del universo o del multiverso, Dios como Aliento Vital infinito de todo lo Real o como Relación Absoluta, no es “algo” impersonal, sino más, infinitamente “más que personal”. Se podría decir que es “transpersonal” en el sentido más pleno. No es un Yo frente a un tú, ni un Tú frente a un yo. Es pura relación creativa de todo con todo, sin fusión ni distinción. Es el Yo de todo tú y el Tú de todo yo más allá tanto de la unidad como de la dualidad. Todas las formas de amor, reconocimiento, respeto, ternura, relación, compasión, solidaridad y cuidado son epifanía y encarnación de Dios o del Fondo de todo lo Real.

1.5. ¿El Infinito es inmanente o transcendente?

A la teología posteísta o transteísta se le reprocha a menudo que encierra a Dios en la pura inmanencia y que ignora o niega su transcendencia. Nos hallamos ante otro malentendido. En realidad, Dios, comprendido como Fondo o como Aliento vital de todo lo Real, transciende absolutamente la antítesis inmanencia-transcendencia, al igual que transciende la antítesis entre monismo y dualismo. Dios no es una parte del Todo (dualismo), ni tampoco es la suma de todas las partes (monismo). Dios no es el nombre de un Ente espiritual contrapuesto a un mundo material (dualismo), ni tampoco el nombre de un Todo material-espiritual divino (monismo “panteísta”). El universo está constituido de formas, pero Dios no es una forma, sino el Fondo no objetivable, trans-objetivo, de todas las formas. Por lo demás, el Fondo no es una forma, pero tampoco es ni fuera ni dentro de las formas, sino que es más allá de las categorías dentro-fuera. Como el Ser en los entes, como la belleza en todo lo bello, como la bondad en todo lo bueno, como el sentido en la palabra, como el sabor en el pan, el vino o la naranja, como el Todo en cada parte y en la suma de todas las partes.

El cardenal Nicolás de Cusa (s. XV) enseñó que Dios no es “relativamente otro”, sino “absolutamente otro” de todo, y que por eso es “No Otro” o que no es “otro de nada”. Es absolutamente inmanente y absolutamente trascendente, la absoluta trascendencia en la absoluta inmanencia (R. Panikkar).

1.6. En el fondo, ¿la mística de todos los tiempos y tradiciones no apunta más allá del teísmo?

Creo que sí. No se piense que la superación de la imagen teísta de Dios sea solo cosa de nuestro tiempo. La experiencia más profunda de lo Real ha movido a sabios y sabias, místicos y místicas, profetas y profetisas de todas las tradiciones a superar la imagen teísta de Dios, en realidad toda imagen mental e institucional del Absoluto. Así Confucio y Laozi en China; Buda, Mahavira y los autores de las Upanishads en la India; Parménides, Pitágoras y Heráclito en Grecia… Todos ellos intuyeron y apuntaron al Absoluto irrepresentable más allá del “Dios” representado.

De igual modo, los y las grandes testigos del Infinito en la tradición judeo-cristiana experimentaron a Dios más allá de “Dios”, de su imagen de Dios: los extranjeros Abraham, Sara y Agar lo reconocieron en el extranjero; el perseguido Jacob lo reconoció en el vado, el paso o tránsito, de Yaboc; el exiliado Moisés lo reconoció en la montaña pagana del Horeb; y Jesús lo reconoció fuera del Templo y de la letra, en los heridos de los caminos. Y así deberíamos hablar de Hildegarda de Bingen y Margarita Porette, el Maestro Eckhart, Juan de la Cruz y Teresa de Ávila, Bonhöffer, Simone Weil y Etty Hillesum… Son incontables.

Todos ellos transcendieron en el fondo la imagen teísta de Dios, aun cuando a menudo siguieran utilizando también el lenguaje teísta propio de su cultura. Hoy nos vemos más impelidos que nunca a buscar un lenguaje transteísta, precisamente para ser fieles a su experiencia más profunda y a nuestra propia experiencia. Después de “Dios”, queda lo Real, el Misterio fontal dinámico que late como su Fondo. Y creo que Toynbee aceptaría este lenguaje filosófico y teológico, tanto oriental como occidental, esta manera metafórica, mística y “transteísta” de decir Dios. Creo que también lo podrían aceptar Einstein y buena parte de las científicas y científicos de hoy.

1.7. ¿Podemos todavía llamar Dios al Misterio innombrable?

Al “Dios” Ente Supremo que niegan los ateos yo también lo niego, pero afirmo que el término Dios o sus equivalentes en las diversas lenguas (TheosGottBog..) no expresa únicamente la imagen llamada “teísta” de Dios como Ente Personal distinto de los entes del mundo. Y, en este tiempo de transición transteísta en que nos hallamos, y dependiendo de dónde me halle y a quién me dirija, o incluso en mi diálogo interno más profundo, yo no renuncio a utilizar la palabra “Dios” para referirme al Misterio innombrable, más allá de todos sus significados. Por eso hablo de “Dios más allá de ‘Dios’ “. Parece contradictorio, y es discutible, pero hoy por hoy es mi opción, a sabiendas de que el nombre que demos al Innombrable es lo de menos.

II. JESÚS MÁS ALLÁ DEL “HIJO DE DIOS”

En la segunda de sus famosas Doce Tesis, John Shelby Spong afirma: “Dado que Dios no puede pensarse ya en términos teístas, no tiene sentido intentar entender a Jesús como la encarnación de un Dios teísta. Por eso, la Cristología antigua está en bancarrota” (http://www.servicioskoinonia.org/relat/436.htm). Propongo 3 reflexiones al respecto:

2.1. Más allá del dogma y de la historia

Todos los dogmas cristológicos están formulados en el marco de una cosmovisión y de un lenguaje teísta. Afirman que Jesús es la única encarnación plena del Dios Ente Supremo: en un universo o multiverso infinito (no en el sentido propiamente “filosófico”, sino más bien físico), Dios se habría encarnado de manera plena hace solamente 2000 años, en un varón judío de una de las especies humanas conocidas, el Homo Sapiens, en un planeta de una de las incontables estrellas de las innumerables galaxias, cuya historia de 13.800 millones de años no es tal vez más que una de tantas historias en un multiverso infinito. Además, los dogmas afirman que Jesús nació de madre virgen, que hizo milagros (“rompiendo” las leyes de la naturaleza, siendo así que ni de lejos las conocemos todas), que murió en la cruz para expiar nuestras culpas y resucitó y se apareció milagrosamente, físicamente. Esa cristología se derrumba. Jesús me pide otro lenguaje para hablar de su Misterio, que es el Misterio de cuanto es, también de nosotros mismos.

Pero, cuando digo “Jesús”, no me refiero tampoco al “Jesús estrictamente histórico”, del que sabemos muy poco con plena certeza. Me refiero al “Jesús de los relatos evangélicos”. Estos relatos son a su vez plurales, cuando no contradictorios, y fueron elaborados en las primeras comunidades cristianas y recogidos fundamentalmente en los evangelios (tanto canónicos como “apócrifos”). Hoy, claro está, debemos leer todos estos relatos de manera libre e inspiracional, en coherencia con los diversos saberes.

Miro a Jesús como símbolo o icono del ser humano en comunión con todos los vivientes. Como icono del ser humano inspiradamente comprometido en favor de la plena comensalía, de la plena liberación, de la plena sanación y de la plena bienaventuranza compartida. Como icono de la esperanza anticipadora.

Miro a Jesús como icono de una profunda confianza en la Plenitud de lo Real, en la Fuente primera, en el Corazón latiente de cuanto es, en el Aliento que insufla y sostiene la Vida. Jesús lo llamaba Dios y, de acuerdo a la cultura judía de su tiempo, lo imaginaba de una manera que hoy llamaríamos teísta, pero transcendió y enseñó a transcender toda imagen y doctrina aprendida. Miro a Jesús como símbolo real, cercano, concreto, interpelante, compasivo del Absoluto, como persona-símbolo a la que podemos escuchar, hablar, querer, y de quien nos podemos fiar.

Y quede claro: no miro así a Jesús porque sea la figura única o perfecta o superior a las demás, sino porque su figura forma parte singular de mis raíces, de nuestras raíces culturales y espirituales, personales y colectivas.

2.2. ¿Fue Jesús un hombre perfecto?

Jesús, ¿una persona humana como nosotros? es el título del último libro del sabio jesuita Roger Lenaers. El teólogo belga invita a liberar a Jesús del ropaje mitológico de los Evangelios y del lenguaje de la dogmática posterior. Insiste en que Jesús no fue un ser híbrido compuesto de doble naturaleza (humana y divina) cuya “hipóstasis” o sujeto o centro personal sería la “persona divina”, el Logos, la “segunda Persona de la Santísima Trinidad”. En ese sentido, dice Lenaers, Jesús “fue persona humana como nosotros” (p. 158), y tuvo, por lo tanto, “las mismas necesidades, deseos y reacciones que nosotros” (p. 158).

No obstante, afirma también Lenaers, Jesús no se sitúa en el “bajo nivel evolutivo en que estamos nosotros” (p. 52). “Hombre como nosotros, debió haber tenido las mismas necesidades sexuales que nosotros, pero de toda evidencia las manejó de manera distinta al término medio de la humanidad y no fue dependiente de ellas, sino interiormente libre, con la misma libertad que demostró tener frente al dinero, a las apariencias y a la crítica de sus adversarios” (p. 158).

Jesús habría sido, pues, un Homo Sapiens perfecto. Pero ¿no es una contradicción en los términos? Somos por definición fruto, maravilloso y frágil, de una evolución azarosa esencialmente inacabada y abierta. ¿Puede alguien concebir siquiera una persona humana de nuestra especie dotada de inteligencia perfecta, voluntad perfecta, emotividad perfecta, espiritualidad perfecta…?  Por lo demás, ¿por qué no vamos a imaginar que en un planeta lejano existe ya o que en nuestro propio planeta, dentro de millones de años o dentro solo de 100 años o menos, existirá una especie –humana, transhumana o posthumana– más “humana” –solidaria y bienaventurada– y por lo tanto “divina” que todos nosotros, incluido Jesús?

¿Podemos imaginar razonablemente a un Jesús que nunca hubiera padecido rencillas, resquemores ni resentimientos, que nunca hubiera experimentado envidia, codicia y orgullo, que nunca hubiera flaqueado y sucumbido en su confianza, su solidaridad y su esperanza? Si fuera así, no sería humano. Y yo no puedo imaginarlo sino como una persona humana, hecha como todos nosotros de arcilla animada de Espíritu o de Aliento, de arcilla llena de luz y de sombras. Solo así, y no porque fuera perfecto ni siquiera el más perfecto, podría seguir inspirándome.

2.3. ¿Puede Jesús inspirarnos todavía?

Estoy absolutamente convencido de que sí.  Pero hablaré en nombre propio. Dejo por supuesto de lado lo que no me inspira o me resulta contrainspirador, y me abro a lo que me da aliento. Si me inspiran Laozi (que ni siquiera existió) y el Popol Vuh o el silencio del atardecer, ¿por qué no me habrá de inspirar Jesús?

Me inspira, por ejemplo, su profunda confianza en la Hondura de la Realidad. Me inspira el hecho de que Jesús libere a Dios del sistema religioso-sacrificial y sacerdotal del templo y de las “tradiciones humanas”, y nos remita al Misterio último que “levanta del polvo al humilde y derriba del trono al poderoso”, que busca lo perdido y se alegra de encontrarlo, que “justifica” al publicano frente al fariseo, que llueve sobre buenos y malos, que anuncia por boca del “último profeta” el Jubileo de la gracia y de la liberación…

Me inspira su personalidad de profeta carismático itinerante, y el hecho de que, en su vida itinerante, se hiciera acompañar por hombres y mujeres a la par, para escándalo de la gente de bien. Me inspira su sensibilidad, su espíritu, su praxis fraterno-sororal: “Todos sois hermanos/hermanas”. Me inspira su insistencia en que “misericordia quiero y no sacrificios”, su compasión, su comensalía abierta, la fuerza sanadora que suscitaba en las enfermas y enfermos (“tu fe te ha sanado”), y que no le importara el pecado (la “culpa”), sino el sufrimiento. Me inspira la profunda “revolución de valores” que llevó a cabo, atribuyendo a los pobres y a los últimos los valores que eran habitualmente atribuidos a la aristocracia (magnanimidad, paz, generosidad, filiación divina, sabiduría…), y revalorizando los valores de los pobres (hospitalidad, economía familiar de la reciprocidad…). Y me inspira su libertad interior y pública frente al poder político-religioso, que le llevó a jugarse la vida hasta perderla (y así ganarla) del todo.

Pero, en última instancia, no se trata de asentir a unas creencias, sean antiguas o modernas. Se trata de tener raíces que nos nutran y de suelo sobre el que caminar en confianza. No importa creer o dejar de creer, sino entregar el corazón, confiar en la Realidad, hacerse samaritano compasivo de toda criatura doliente, y ser lo que SOMOS eternamente. Eso es en realidad creer en Dios, independientemente de las creencias. Y es la forma de crear a Dios o de recrear el mundo.

 

José Arregi