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ATALAYA

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jueves, 25 de enero de 2018

IN MEMORIAM de Don Andrés Sopeña Alcorto

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- Por: Germán Espinosa




Yo no sé si D. Andrés Sopeña Alcorlo –tras su fallecimiento a los 92 años de edad- hará muchos o pocos milagros que le habiliten y legitimen para ser elevado al honor de los altares.



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Porque el auténtico milagro –por lo inusual, escaso y raro- ha sido, es y será el de su vida ejemplar: Fue un hombre intelectualmente honesto y amante de la verdad, moralmente íntegro, austero, frugal y sobrio como un monje cartujano, trabajador incansable “cuatro-estaciones”, sencillo, acogedor y sonriente en el trato, siempre disponible y orientado a los otros, asesor, orientador y consejero centrado en la persona, sus necesidades y aspiraciones legítimas, religioso ejemplar.

Desde que su padre –y siendo él aun un niño- salvó la vida a D. Alejandro Vicente cuando éste se dirigía al piso de Bravo Murillo donde se escondieron los salesianos de Estrecho durante la persecución religiosa del Madrid republicano, la vida de Andrés quedó ligada para siempre a un destino y compromiso mutuos en provecho –siempre- de la juventud más necesitada.

D. Andrés también fue un prestigioso profesional en el campo de la Educación. Impartió clases de Hª. de la Educación en el filosofado de Guadalajara; se doctoró en Psicología de la Educación en la Universidad católica de Lovaina; fue nombrado Catedrático de Pedagogía en la Universidad Pontificia de Salamanca y ocupó –durante muchos años- el puesto de Director del I.C.E de su Universidad organizando –con cargo a fondos públicos- cientos de Cursos de Perfeccionamiento de profesores/as de Colegios religiosos/as de toda España.

Tras su jubilación –y empezar a percibir de la Seguridad Social una modestísima y casi simbólica pensión, y sin queja alguna- continuó impartiendo clases en el recientemente creado C.E.S “Don Bosco” de la Dehesa de la Villa. Y cuando –tras su jubilación definitiva- iba a verle al Colegio de Estrecho, siempre le encontraban o asistiendo a los chicos/as en la Biblioteca del Colegio o rezando en la pequeña capilla de la Comunidad. Más tarde –y ya aquí- D. Andrés no me reconocía, cuando vine a verle, ni por mi rostro ni por mi nombre. Desde entonces, siempre le tuve en mi mente y en mis mejores recuerdos del pasado.

En resumen: D. Andrés no fue una higuera decorativa y estéril llamada a convertirse en leña seca destinada a servir de combustión en cualquier hoguera sino que fue un espléndido, abundante y glorioso frutal –siempre disponible para otros- que hundió sus profundas y alargadas raíces en el humanismo integral de su formación intelectual y recibió el permanente abono y fertilizante de su fe cristiana.
¡Gracias, D. Andrés, por su ejemplo de vida personal y profesional a lo largo de tantos y tantos años de amistad y trabajo compartidos! ¡Adiós, para siempre, adiós!

Solo un punto negro

¿Qué nos está pasando? Por Sergi Torres

TODO TIPO DE DIVISIÓN


col zapatero

Conocemos muchas y muchos de nosotros que del 18 al 25 de enero se celebra la semana de oración por la unidad de las Iglesias Cristianas. No es una cuestión, esta de la unidad de las diferentes Iglesias, que me preocupe demasiado, lo cual no quita, sin embargo, para que considere que siempre es bienvenida cualquier ocasión para orar; y, ¿por qué no por la unidad?, como es este caso. Pero no solo de las Iglesias, que también, sino por todo lo que está dividido, truncado, partido y destrozado, en definitiva.
Me parece que es demasiado reduccionista rezar solamente por las Iglesias Cristianas separadas y divididas como es bien sabido, cuando existen otras religiones, confesiones religiosas y también tantas y tantas realidades de la vida que con su rompimiento no hacen sino provocar un profundo dolor a muchas personas. Por ello, creo que sería muy oportuno aprovechar la ocasión, no solo para orar, sino también y de manera especial para hablar, dialogar, debatir, etc. sobre todo aquello que rompe y desgarra, dejando tantas realidades, no solamente las cristianas y las religiosas, abandonadas a su suerte.
Y ya que estos ocho días están dedicados de manera específica a la oración por la unidad del cristianismo, ¡hagámoslo!, pues no en vano el mismo Jesús dijo de manera muy clara que la unidad sería un signo de credibilidad para la gente. Pero insisto una vez más: recemos para que todo lo que desune, fruto precisamente de egoísmos, envidias y particularismos, quede superado por el amor que “todo lo disculpa y perdona”. Quisiera hacer una pregunta, antes de decir algo sobre ciertos aspectos concretos: mirado nuestro mundo de hoy de manera global, un mundo que es por encima de todo y principalmente pluricultural y plurireligioso, ¿creéis que interesa a alguien, incluso a una gran mayoría de los cristianos, eso de la unidad entre las diferentes confesiones cristianas? Me temo que no, y menos en la línea en qué tengo la intuición que se había pretendido hacer hasta ahora, y que consistía en rezar para conseguir la unicidad que, por cierto, bien poco o nada tiene que ver con la unidad evangélica.
Precisamente para ello, es decir, para hacer todo lo posible de cara a conseguir que sea el amor lo que nos una de verdad a todos los hombres y mujeres, oremos quienes creemos en la fuerza de la oración, pero a la vez unamos fuerzas con quienes tienen otras creencias o, quizás ninguna según dicen ellos mismos, con el fin de conseguir un proyecto de humanidad donde no existan hendiduras que produzcan dolores innecesarios ni alturas o bajuras que conviertan el camino de la vida en una realidad tortuosa y difícil de afrontar.
Unamos esfuerzos, cuantos más, mejor, y todos los posibles, para tirar por tierra todas esas fronteras, reales unas, virtuales otras, que convierten este mundo, que debiera ser de todos, en una feria y en un mercado donde solamente los fuertes, poderosos y ricos tiene opción a vivir y a disfrutar a sus anchas, a costa siempre de que una gran mayoría tenga que malvivir y sufrir duras estrecheces.
Trabajemos todo lo posible de cara a conseguir que el color de la piel, la cultura, la posición geográfica, el credo, etc., no sean factores que nos enfrenten los unos contra los otros, sino elementos de riqueza que nos ayuden a crecer juntos y a hacer el mismo camino cogidos de la mano, intentando que nunca el más débil quede rezagado, debido a que cada uno mira exclusivamente por su bien propio, sino que empujemos con todas nuestras fuerzas, porque nos hemos convencido de que el bien común es la gran meta a conseguir.
Hagamos todo lo posible para que dejemos de degradar a nuestro planeta al ritmo que lo venimos haciendo, intentando más bien lo contrario, es decir, no solo respetarlo, sino también mimarlo con el máximo cariño para que abandone la degradación en la que le hemos introducido, dejando de ser un estercolero para volver a ser casa y jardín para toda criatura.
Pensarán muchas y muchos que es demasiado laico rezar así por la unidad, tal y como yo en este escrito la planteo. Pues bien; si así fuere, ya me doy plenamente por satisfecho, pues he conseguido el fin que pretendía que no era otro que hacer de lo humano el motivo más profundo de religiosidad.

LECTIO DIVINA DESDE LA VIDA DE LAICOS Y LAICAS EN EL MUNDO


col paz santos

Hay muchos tesoros en la vida monástica que tiene un mensaje para la vida de los laicos en el mundo. Uno de ellos es la Lectio Divina.
Muchos se preguntarán qué puede interesar esa lectura pausada de la Palabra que hacen los monjes y monjas en los scriptorium. Sentados cada uno en su mesa o pupitre, como maduros colegiales. En silencio van desgranando letra a letra el Mensaje que irá calando en el interior de la persona que se expone a una lectura orante que será alimento para el camino de la vida.
Los monjes necesitan ese alimento pero los laicos también. Adentrarse en la Lectura, Meditación, Oración y Contemplación de la Palabra de Dios es alimento nutritivo en la vida espiritual y tendrá su expresión en todos los momentos de nuestra vida.
Creo que  hemos de felicitarnos pues parece que estamos en un tiempo de descubrimiento de la Lectio Divina que en otros tiempos era considerada casi en exclusiva para la vida monástica.
Si nos animamos a hacer que sea un espacio que se incorpore a nuestra vida con la misma naturalidad que cualquiera de los actos personales que realizamos en el día: comer, asearnos, dormir o respirar, en determinado momentos reconoceremos que es necesaria para la vida de los laicos también.
Dejar espacio en el ajetreado día de quienes vivimos en el mundo con tantas y tan diversas tareas, preocupaciones, ruido y poco tiempo para nada que no sea lo que está programado como obligatorio, es una compleja aventura que sólo saldrá adelante si el deseo de Dios es sencillo al tiempo que profundo.
Creo que es importante empezar escogiendo un tiempo y un espacio concretos. Esto no es que sea indispensable pero ayuda mucho a adquirir un hábito, al menos al principio.
¿Cuándo y dónde? Eso ya es cosa de cada uno, mirando su jornada y todo lo que ella trae habitualmente. Lo que es seguro es que lo importante es el primer paso, perseverar y un buen día darse cuenta de que se va haciendo camino.
Cuando vamos a pasar unos días en un monasterio vemos que el horario y los espacios propician el clima de oración, meditación, lectio, etc.; pero esto no pasa en el entorno de los laicos. Sin ánimo de copiar el modelo monástico, vemos que es necesario “hacerse un hueco” físico para adentrarse en la oración y la lectio.
Compartiré una experiencia de hace ya muchos años. Sentí profundamente la necesidad de tener un espacio de soledad, silencio… al menos un poco (tenía tres hijos pequeños), en donde poder sentarme y hacer oración. Elegí un rinconcito del dormitorio: puse un par de cojines, uno para sentarme y el otro de respaldo y una vela. Era fácil de poner y quitar según las necesidades de la habitación, pero se convirtió en “mi sitio orante”.
Entendí enseguida que era importante que no sólo yo tuviera claro de qué se trataba mi espacio y mi tiempo con los dos cojines y la vela, habría de ser paciente y esperar que mi entorno familiar lo integrara con normalidad. Tantas veces, nada más sentarme, aparecía una cabecita por la puerta diciendo: “Mamá, puedes venir un momento”. Yo preguntaba: “¿Es muy urgente o puedes esperar diez minutos?”… “¡Vale, me espero!”.
Oración, silencio, soledad, lectio… en nuestra vida de laicos y laicas en el mundo, es alimento nutritivo para quien busca a Dios.
Como decía Guido, el cartujo, en el siglo XII: “Buscad leyendo, y encontraréis meditando; llamad, orando, y se os abrirá por la contemplación”.
Os recomiendo un pequeño libro titulado “Orar con la Lectio Divina- El beso de Dios a su pueblo creyente” del abad cisterciense Bernardo Olivera (ocso), Ed. EDIBESA. Es de lectura sencilla y muy práctica.
Publicado en la revista SEGÚN TU PALABRA – Guía para practicar lectio divina sencilla, Nº 110 (enero 2018), págs. 46-47

YO ESTUVE ALLÍ, EN PUERTO MALDONADO, Y JAMÁS LO OLVIDARÉ


col caro

No podía conciliar el sueño por la reverberación de todo lo vivido durante el día: palabras y silencios, colores, gestos, sonrisas, esperanzas y proyectos compartidos... Y la impresión inequívoca de haber participado en un momento histórico: el encuentro del Papa Francisco con los pueblos indígenas de la Amazonía en Puerto Maldonado.
Es increíble que el Papa haya elegido venir a esta chacra, una pequeña ciudad de 65.000 habitantes situada estratégicamente cerca de las fronteras con Brasil y Bolivia, capital de una región como Madre de Dios, que reúne en sí una muestra de todos los problemas que aquejan a la Amazonía (devastación del medio ambiente, minería ilegal, trata, narcotráfico, liquidación de las culturas ancestrales...). Él quería encontrarse expresamente con los indígenas, para eso vino a esta periferia, y así lo dijo en su discurso. Se trata pues de un acontecimiento que trasciende la mera visita al Perú, pensado desde el principio como pan-amazónico.
Pero antes de hablar, el Papa Francisco sintió y escuchó. Sintió el agradecimiento que se fue adueñado de la gente desde la madrugada, desde la jornada anterior, en los meses que siguieron al anuncio de que "el Papa viene a nuestra casa". Gratitud que no necesitó de aplausos para materializarse, y que conectó inmediatamente con esa corriente de cariño que él genera de forma natural. No precisó hablar: bastó con que se colocarse de pie ante nosotros con ese gesto tan suyo, los brazos caídos a los lados, con franqueza, exponiéndose y haciéndonos sentir lo que él sentía: sorpresa ante la bondad de Dios, satisfacción por una aspiración realizada, expectativa ante los retos que se apuntan y las puertas que se abren con el Sínodo amazónico en el horizonte.
Tras entrar en el coliseo Madre de Dios, durante los primeros 35 minutos, el Papa solamente escuchó. Representantes de diferentes pueblos indígenas le saludaron en sus lenguas y le mostraron sus heridas, le contaron sus sufrimientos, las injusticias que soportan, sus luchas y sus deseos. Con gran naturalidad le hablaron de los abusos de las empresas que invaden sus territorios y pretenden arrebatárselos, de la contaminación que hace que escaseen los alimentos, de la marginación y el olvido por parte del Estado, de la necesidad de la educación para sus hijos, pero sin que la escuela borre sus culturas ancestrales, sus tradiciones, sus idiomas y su espiritualidad. En un bellísimo gesto, leyeron ante Francisco sus propias palabras de Laudato Si, una delicada forma de reconocimiento.
Solo después de todo eso oímos por fin la voz del Papa. Comenzó pronunciando los nombres de varios de los pueblos allí presentes, y en las gradas la expresión de las caras transmitía que solo por eso ya había merecido la pena el viaje. En su discurso "dio duro" (como él dice): denunció la gran complicidad que permite las diversas formas de trata de personas, esclavitud sexual o laboral; cargó contra el neo-extractivismo (petróleo, madera, oro, monocultivos) que degrada la naturaleza y asfixia a los pueblos originarios; pidió espacios de respeto y diálogo intercultural, y protección para los pueblos indígenas en aislamiento voluntario. Calificó a los indígenas de "memoria viva de la misión que Dios ha encomendado a todos: cuidar la Casa Común"; los llamó interlocutores y protagonistas en la preservación de sus culturas originarias ante los nuevos colonialismos: "Muchos han escrito y hablado sobre ustedes. Está bien que ahora sean ustedes mismos quienes se autodefinan y nos muestren sus identidad".
En varios momentos el público rompió a aplaudir. Mientras escuchaba yo iba sintiendo una emoción incontenible, Francisco me confirmaba en tantas cosas que pienso y vivo, con lo que significa que el Papa las dijera de esa manera tan clara y rotunda ante mí y también para mí. De hecho habló de los misioneros que se han comprometido con estos pueblos "y han defendido sus culturas" inspirados en el Evangelio. Tenía los ojos llenos de lágrimas cuando escuché que "necesitamos que los pueblos originarios moldeen culturalmente las iglesias locales amazónicas" para plasmar "una Iglesia con rostro amazónico y una Iglesia con rostro indígena". Ahí están el desafío y la chamba.
No hay vuelta atrás: desde ahora nada será igual para la Iglesia en la Amazonía. Este día pasará al la historia, y las palabras de Francisco serán recordadas por siempre. Citó el libro del Éxodo, cuando Dios dijo a Moisés: "Quítate las sandalias, porque el suelo que pisas es tierra sagrada" (Ex 3, 5), y recordé que esta llamada de Dios me ilumina el corazón desde el día en que puse el pie en la selva, y la veo cada mañana en el corcho que tengo frente a mi mesa. Monseñor David había invitado antes a los misioneros a "permanecer con estos pueblos". No tengo escapatoria pues.
19 de enero de 2018 en Puerto Maldonado. Yo estuve allí y jamás lo olvidaré.

César Luis Caro, misionero en la Amazonía
Religión Digital

NO SE VUELVAN PROFESIONALES DE LO SAGRADO (...), DÉJENSE ACONSEJAR POR EL PUEBLO DE DIOS


col bastante

"No se vuelvan profesionales de lo sagrado, olvidándose de su pueblo, que fue de donde los sacó el Señor, de detrás del rebaño. No pierdan la memoria ni el respeto por quien les enseñó a rezar". Guante de seda, puño de hierro. Así fue el discurso del Papa Francisco a obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas de Perú, a quienes pidió que "no caigan en la tentación de una autoridad que se convierte en autoritarismo".
"Los que tienen esa misión de ser autoridad, piénselo mucho. En los ejércitos hay bastante ejércitos, no hace falta que se nos metan en la comunidad", clamó el Papa, quien intercaló en su discurso escrito bastantes ejemplos de su propia cosecha. Con claras advertencias: "El pueblo de Dios tiene olfato, y sabe distinguir entre el funcionario de lo sagrado y el servidor, entre el memorioso y el olvidadizo", apuntó.
"No desprecien la oración casera", pidió el Papa, especialmente a los maestros de novicios y rectores de seminarios, reclamando el respeto a la fe de la infancia. "La fe de tu madre y de tu abuela es la que tenés vos. No desprecien la oración casera, porque es la más fuerte".
Pidió tres cosas el Papa a los religiosos: no olvidar las raíces, recordar la memoria del momento de la llamada, y compartir la alegría recibida. Y también, no caer en la autorreferencialidad ni en el autoritarismo. "Déjense aconsejar por el Pueblo de Dios".
También, una advertencia contra "la fragmentación o el aislamiento", que no se dan fuera. "Hermanos, las divisiones, guerras, aislamientos los vivimos también dentro de nuestras comunidades, dentro de nuestros presbiterios, en nuestras conferencias episcopales... ¡y cuánto mal nos hace! ¡Cuántas veces nos ponemos zancadillas unos a otros!".
"Mirar a nuestras raíces, a lo que nos sostiene a lo largo del tiempo, para crecer hacia arriba y dar fruto", porque "sin raíces no hay flores ni fruto", advirtió el Papa, quien lamentó "ver algún obispo, algún cura, alguna monja... marchito. Y mucha más pena me da cuando veo seminaristas marchitos. Esto es muy serio. La Iglesia es buena, es madre, y si ustedes ven que no pueden, por favor, hablen antes de tiempo, antes de que sea tarde, antes de que se den cuenta de que no tienen raíces y se están marchitando".
Y no darse demasiada importancia. "Nuestra fe es memoriosa, sabe reconocer que ni la vida, ni la fe, ni la Iglesia, comenzó con el nacimiento de ninguno de nosotros", recordó. Así lo hizo Juan Bautista, que "tenía claro que no era el Mesías, sino quien lo anunciaba". Y "lleva esto hasta las últimas consecuencias, y Dios lo permite: muerte degollado en un calabozo. Así de sencillo".
"Nosotros, consagrados, no estamos llamados a suplantar al Señor, simplemente se nos pide trabajar con el Señor, codo a codo, pero sin olvidarnos nunca de que no ocupamos su lugar", recordó. "Nos hace bien saber que no somos el Mesías. Nos libra de creernos demasiado importantes". Y, si continúa la tentación, el Papa recomendó "reirse de uno mismo".
"La risa nos salva del neopelagianismo autorreferencial y prometeico de los que, en el fondo, solo confían en sus propias fuerzas, y se sienten superiores a los otros. Rían en comunidad, y no de la comunidad", pidió Bergoglio, quien también recetó dos 'pastillas': "Una, rezar; la segunda pastilla... mírate en el espejo (...). Esto no es narcisismo, al contrario. El espejo acá sirve como cura".
En segundo término, el encuentro con Jesús, que "cambia la vida, establece un arte y un después". Por eso es tan importante recordar el momento preciso de la llamada. "Cada uno de nosotros conoce el dónde y el cuándo.".
"Nuestra vocación es una llamada de amor para amar, para servir, no para sacar tajada para nosotros mismos", insistió. "Si el Señor se enamoró de ustedes y los eligió no fue por ser más numerosos que los demás, pues son el pueblo más pequeño, sino por amor. Eso le dijo a Israel: No te la creas, no sois el pueblo más importante, pero se enamoró de eso... Y qué quiere, tiene mal gusto el Señor, pero ¡¡¡se enamoró de eso!!!".
"No olviden, y mucho menos desprecien, la fe fiel y sencilla de vuestro pueblo", clamó. "No se vuelvan profesionales de lo sagrado, olvidándose de su pueblo, de donde los sacó el Señor. No pierdan la memoria ni el respeto por quien les enseñó a rezar".
Finalmente, la alegría contagiosa, pues "la fe en Jesús se contagia, y si hay un obispo, un cura, una monja, un seminarista, un consagrado... que no contagia, es un aséptico de laboratorio. Que salga y se ensucie las manos un poquito".
"La mejor señal de que hemos descubierto al Mesías es la alegría contagiosa", subrayó, insistiendo que "alegría no es para guardarla, sino para transmitirla. En este mundo fragmentado, estamos llamados a ser profetas en comunidad, porque nadie se salva solo".
Para finalizar, el Papa hizo un llamamiento a conservar las raíces, mantener viva la memoria, en la forma de los religiosos ancianos. "Manden a los jóvenes a hablar con los curas viejos, con los obispos viejos, con las monjas viejas. Dicen que las monjas no envejecen porque son eternas... Mándenlos hablar". Porque "los jóvenes caminan rápido, y lo tienen que hacer, pero son los viejos los que conocen el camino".

Diario “El País” colonizado

Benjamín Forcano
Benjamín Forcano1
Pretendo analizar la posición de la gran prensa y en especial del diario El País, con respecto a la revolución bolivariana.
Seguí lo escrito por dicho diario 25 días sucesivos (del 26 de julio al 19 de agosto de 2017), y registré 2 editoriales, 4 artículos de opinión y numerosos reportajes o crónicas de noticias a cargo de unos 14 periodistas. De esa lectura, puedo entresacar varias observaciones:
1. Encuentro insólito que un periódico dedique por 25 días consecutivos, espacios amplios , con titulares en primera página, a un único tema. Sin contar los días y semanas que ya desde antes venía haciéndolo.

2.La información proporcionada transcurre siempre en la misma dirección, con obsesiva reiteración, empeñada en recalcar y conseguir al fin unos predeterminados objetivos:
. Ignorar y desestimar la creación democrática de la revolución bolovariana.
. Dar como inexistentes los cambios y logros alcanzados por la revolución en tan pocos años.
. La Democracia venezolana se rige por una Constitución, que reconoce pluralidad de Partidos, cuenta con un Gobierno legítimo y una oposición normal, que deben actuar en diálogo, pacíficamente, sin recurso a la violencia, con exclusión de toda actividad que se salga de las reglas democráticas.

La deslegitimación de la Asamblea Nacional sentenciada con razón por el Supremo Poder Judicial, señala el momento en que la Democracia y el Proceso Democrático de la revolución se acaban y vienen abajo por considerar la Oposición que esa deslegitimación es un golpe de Estado del Gobierno de Maduro. La celebración de la convocatoria electoral del 30 de julio marca la línea roja en que la Democracia Chavista se convertiría en dictadura y Maduro en tirano.
En opinión del politólogo Boaventura de Sousa Santos, “Lo que está en curso es usar todos los medios disponibles para poner a los pobres en contra del chavismo, la base de la revolución bolivariana y los que más se benefician de ella. Y, en concomitancia, provocar una ruptura en las fuerzas armadas que deponga a Maduro. La política exterior de Europa, (si se puede hablar de tal) podría constituir una fuerza moderadora si, entre tanto, no hubiera perdido el alma”.

. No sólo , pero es a partir de esa deslegitimación de la ANC, cuando la oposición de la MUD (Mesa Unida Democrática) viene presentada por los grandes medios de comunicación con indisimulada mentira: la oposición ejerciendo su derecho, se lanza a la calle, organiza protestas, manifestaciones, huelgas, todo pacíficamente, como si con ella estuviera la gran parte de venezolanos , para reclamar incluso la defensa y derechos de los más pobres, y sufrir como consecuencia la persecución, la tortura y la represión desmedida del Gobierno chavista. Se trata de introyectar en la opinión pública hechos e imágenes de violencia , agresiones y represión atribuidos a las “bandas paramilitares” del Gobierno y así propalar como onda expansiva la impopularidad y crueldad de un Gobierno que ha dejado de ser demócrata y debe ser desalojado.
Así suenan, por ejemplo, las palabas de la dirigente opositora venezolana Marina Corina Machado: “Desde hace más de cuatro meses hemos ejercido presión en la calle para lograr la salida de Maduro en el más corto plazo , partiendo de la base de que el hambre , la violencia y la miseria no van a finalizar mientras él continúe en el poder. El régimen quiere que la oposición acepte el golpe del Estado de las dos sentencias del Tribunal del Supremo, que les quitaron las competencias al Parlamento. Esto es una dictadura criminal y mafiosa que está enquistada. Ellos son capaces de matar a una sociedad que está luchando pacíficamente por su libertad” (El País , 12 de agosto de 2017).
. El llamado que la oposición hizo para las elecciones una semana antes de las del 30 de julio del Gobieerno, no se hicieron según censo real, con urnas adecuadas y representantes de los Partidos. Las papeletas depositadas, no fueron contadas y se incineraron de inmediato.
No obstante, esta exigua celebración electoral se convirtió, por obra de la gran prensa, en una verdad de gran respuesta popular contra Maduro: habrían votado 7 millones de venezolanos.
Las elecciones del 30 de julio, abiertas a todos, con procedimiento riguroso, superaron los 8 millones, a pesar de los obstáculos, amenazas, saqueos, ataques y víctimas, para impedir que la ciudadanía fuera a votar. Pese a la evidencia, la gran prensa propalaba haber habido un fraude de un millón de votos y otros de haber logrado apenas tres millones y medio.

Aunque el sentido común se impuso, la mentira circuló. ¿Cómo un Gobierno , que ha tenido el apoyo mayoritario del pueblo en casi todas las votaciones, que ha procurado como ningún otro en la historia el bien y derechos de esa mayoría social, puede tener interés en salir a la calle para reprimir y dañar a esa mayoría? ¿Quiénes, -apoyados y pagados por quién- estuvieron esos días del final de julio instigando, destrozando, matando a la ciudadanía?
.Es obvia y resabida –históricamente innegable- la intromisión de los Estados Unidos en la soberanía de otras naciones, sabedores y firmantes de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional que exigen el respeto y cumplimiento de los mismos.

América Latina tiene mucho que decir de esa trayectoria continua de invasiones, explotaciones y capitulaciones impuestas por la fuerza. Al imperio USA, por destino Manifiesto, es decir, por predestinación divina, se le reserva la misión de conducir y dominar el mundo, sin perder su hegemonía y manteniendo la desigualdad que ha establecido: “Poseemos cerca de la mitad de la riqueza mundial. Nuestra tarea principal consiste en el próximo período en diseñar sistemas de relaciones que nos permitan mantener estas relaciones de disparidad sin ningún detrimento para nuestros intereses (George Kennan, jefe del Departamento de Estado en 1945).”El destino nos ha trazado nuestra política; el comercio mundial es y será nuestro. Lo adquiriremos como nuestra madre (Gran Bretaña) nos enseñó” (Alberto J. Beberidge, exponente de la ideología del Destino Manifiesto”).
Son palabras de ayer, pero también de hoy: “Yo pretendo apoyar a América Latina y lograr la restauración pacífica de en Venezuela. Un Estado falido amenaza la seguridad y properidad de todo nuestro hemisferio. No puedo estar tranquilo ante la creación de una dictadura en nuestro hemisferio” (Minke Pince, vicepresidente de Estados Unidos).
La real política del Imperio USA muestra qué hay de verdad en esas palabras. Al imperio USA le importa poco el que en una u otra nación haya democracia o dictadura, siempre que obre subordinada a sus intereses:”Ciertamente Somoza es un hijo puta, pero es nuestro hijo puta”. (Roosvelt) .
Y confirma ser verdad esta real política un estadounidense bien conocido: “Cuando en nuetras posesiones se cuestiona la quinta libertad (La libertad de saquear y explotar) Los Estados Unidos suelen recurrir a la subversión, al terror, o a la agresión directa para restaurarla” (Noam Chomsky).


Quien no entienda esto, no entiende el fondo de la de la crisis actual de Venezuela: “Sin injerencia externa, estoy seguro de que (Boaventura de Sousa).Venezuela sabría encontrarar una solución no violenta y democrática” .
Quien no entienda esto, no entiende nada. Y si lo entiende, cómo explica que, desde la trinchera de su poder mediático, induzca, divulgue, justifique y ampare la ruta, procedimientos y 0bjetivos de la Alianza opositora de Venezuela (MUD), tan opuesta a la ética y derecho internacional? ¿En sus decenas y centenas de páginas dedicadas al tema, es humana y moralmente aceptable el silencio de la gran prensa, sin que mencione ni denuncie una sola vez el cruel y cínico intervencionismo yanqui?
¿ Por qué? ¿Para qué? 

El lenguaje religioso: desmitologización y cambio cultural


Andrés Torres Queiruga

Queiruga
Publicado originalmente en gallego en «Encrucillada» 198(mayo-junio 2016) 245-256.
Traducción al castellano de Koinonía, publicado en febrero de 2017.
En un artículo anterior traté el tema del lenguaje religioso atendiendo sobre todo a los problemas planteados por lo que Richard Rorty bautizó como “giro lingüístico” del pensamiento moderno[1]. Aquí lo doy por supuesto y tataré de tocar dos temas complementarios: el suscitado por el programa de la desmitologización defendido por el escriturista protestante Rudolf Bultmann, y el más hondo y englobante que nace de la magnitud del cambio causado por la entrada de la Modernidad[2].
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La gira del Papa argentino disgusta al neoliberalismo y a los medios hegemónicos


Rubén Armendáriz

Papa Francisco35
Tras el anuncio, meses atrás, de la visita de Francisco a Chile y Perú las críticas al Papa, primero disimuladas de escepticismo y luego directamente transformadas en cuestionamientos, se multiplicaron en los medios hegemónicos de comunicación, no solo de Argentina. A su paso por el espacio aéreo argentino solo dejó un formal mensaje –en inglés- al gobierno y pueblo argentino.
¿Cuál es el motivo de estas visitas pastorales? El primero y más importante es mantener, afianzar y hacer crecer la disminuida grey católica. Ésa es la tarea principal de todos los papas y su eficacia está en directa relación con la capacidad de cada jefe eclesial para establecer el nexo entre el pensamiento religioso que representa y la cultura de su tiempo y de los diferentes pueblos. Al respecto cada Papa tiene su propia visión de la realidad y de la mejor manera de interpretar ese rol, señala Juan Guahán.
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Sobre el límite de los gestos y la figura de Francisco


Nicolás Panotto

Hablando con un miembro referente dentro de la iglesia católica chilena sobre la visita del Papa a su terruño, me dice lo siguiente frase lapidaria: “esta ha sido no una de las peores visitas de Francisco, sino de un Papa a un país latinoamericano en las últimas décadas”. Esta fuerte expresión resume la sensación extendida de amargura que ha quedado en el paladar de gran parte de la población chilena, tanto en miembros de la propia iglesia católica como de la ciudadanía en general.
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La soledad no querida

Gabriel Mª Otalora
Leo que Theresa May se toma en serio la soledad de los suyos. Y no es para menos, ante las cifras de personas que están solas y se sienten solas; las dos cosas a la vez, que no solo sufren en Gran Bretaña sino en todos los países llamados “civilizados”, incluido el nuestro. Son muchos los millones de personas que se sienten mortalmente solos, sin tener a nadie con quien compartir si no es robando conversación a jirones mientras compran el pan o mendigando palabras al vecino coincidente en el ascensor. Y lo peor no es la soledad sino el no saber qué hacer para salir de esa situación ominosa que preside cada minuto de cada día.
Es un agujero negro de nuestro tiempo que corroe y destruye por dentro y que no gusta de ser aireado: depresión, una pena muy grande, una mala temporada… solo los viejos que se han quedado solos no temen las palabras y proclaman su dolor sin ambages en cuanto se les presenta la ocasión. Son muchos los miedos que nos acechan y el de la soledad no querida es uno de los más grandes. Quien pasa por ello sabe bien el mordisco que deja en el alma. A veces es coyuntural, otras veces son razones de temperamento o predisposición al decaimiento; en ocasiones viene dado por acontecimientos desdichados de la vida que fabrican enfermos crónicos sociales. El estilo de vida que llevamos en el primer mundo contribuye a que el ser humano se sienta solo, esté solo entre desasosiegos e incertidumbres.
Nuestro mundo moderno tiene pánico al silencio porque a una mayoría no pararía de hablarles de su soledad. “El hombre amontona las palabras para llenar el hueco, el gran silencio universal, el miedo”, en acertadas palabras del poeta Luis Rosales. Lo verdaderamente temible, por lo peligroso, es el miedo, en este caso, a la soledad no querida. El desvalimiento y la incomunicación producen temor y resistencia que al final desemboca en angustia. Ignacio Larrañaga repetía a menudo: “el mal del fracaso no es el fracaso en sí, sino el miedo al fracaso. El mal de la muerte no es la muerte, sino el miedo a la muerte”.
El daño que hace esta soledad llega a producir marginados; es la enfermedad del momento capaz de romper el espíritu a cualquiera ante el debilitamiento del consuelo y la fortaleza de la fe en Dios. La caridad (ahora la llaman solidaridad) necesita más que nunca de nuestro tiempo para perder las horas con aquellos que claman compartir con un igual, que piden sentirse entre sus semejantes, no sólo estar entre ellos. Qué soledades tuvo que pasar Sartre para decir que “el infierno son los otros”. O Kafka, al escribir que los humanos somos extranjeros sin pasaporte en un mundo glacial.
Sé muy bien de lo que estoy escribiendo pues me toco experimentar el agujero negro de la soledad como el mayor zarpazo que he recibido de la vida, hasta ahora. Me suenan cercanos los versos de José Luis Martín Descalzo: “Estamos solos, flores, frutas, cosas / Estamos solos en el infinito / Yo sé muy bien que si en esta noche grito / Continuarán impávidas las rosas”. No son tiempos para huir de uno mismo ni para vivir esperando que otros arreglen mi felicidad derrochando grandes energías. Sentir la soledad no querida es una forma de dolor que obliga a saber estar para afrontar los hechos con capacidad de espera; y mientras no podamos cambiar el aislamiento que nos machaca, adaptemos los ojos a la oscuridad para seguir viendo, aunque se haya hecho de noche…

El tiempo pasa y solo quedan las cicatrices que duelen como la rotura lejana de un hueso, “cuando hay cambio de tiempo”. También quedan los recuerdos de la pelea por salir adelante y lo que has conseguido crear por el camino durante ese tiempo negro con la ayuda de Dios y de algunas personas estratégicamente diseminadas por Él en ese período doloroso de la vida. Martín Descalzo hizo de faro cuando sentenció: “En la manera de sufrir es donde verdaderamente se retrata un ser humano”.

La carta de Estrella al papa


Estrella Gutiérrez

Acabada de recibir a través de Enrique Orellana. AD.
Santiago 20 de Enero de 2018
Querido Papa Francisco:
Esta tarde quisiera abrirle mi corazón para contarle la profunda amargura que me dejó su visita.
Se que no tengo derecho a juzgarle. Usted es el Papa, el jefe máximo de la Iglesia. Yo, una simple mujer laica, cuya fe en la Iglesia, muchas veces tambalea y en los últimos días mucho más.
Quisiera poder hablarle desde mis sentimientos.
Eso aprendí en los Encuentros Matrimoniales donde participé con Luciano mi difunto esposo y traté de poner en práctica por casi 40 años en mi vida matrimonial. Para Luciano, fue la mejor manera de seguir siendo cura.
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Reflexión sobre el reciente viaje del Papa por Chile y Perú


Eduardo de la Serna

“EL PERIODISMO ANTE EL PAPA Y LA IGLESIA”
“En la iglesia parece no haber una acabada comprensión de la distinción entre pecado y delito”
El reciente viaje del Papa por las hermanas y queridas repúblicas de Chile y Perú suscitó una importante cadena de comentarios muy diversos. El diario El Tiempo (Bogotá, Colombia) interpreta el paso por Chile como una suerte de fracaso (21 de enero 2018) y dice allí Darío Menor Torres: “En su momento histórico más bajo a raíz de los escándalos de abusos sexuales contra menores cometidos por eclesiásticos, la Iglesia de ese país era la más necesitada de América Latina en recibir al obispo de Roma”.
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Cardenal de Boston criticó al papa por su defensa al obispo Barros


Ricardo Pérez Vallejos

Es “comprensible” que las palabras del Papa “fueron una fuente de gran dolor para los supervivientes de abuso sexual por parte del clero o cualquier otro perpetrador”, declaró Sean Patrick O’Malley.
El presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores del Vaticano, el cardenal Sean Patrick O’Malley, criticó los comentarios hechos esta semana por el Papa Francisco en defensa del obispo Juan Barros, acusado de encubrir abusos sexuales contra menores.
El pasado jueves, el Papa defendió a Barros y aseguró que las acusaciones de que encubrió de los abusos sexuales contra menores cometidos por el sacerdote Fernando Karadima “son calumnias”.
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En Porto Alegre: no es ser petista, es ser justo y defender la democracia

Leonardo Boff
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El enjuiciamiento de Lula por el juez de primera instancia, Sergio Moro, y su argumentación final están totalmente vacíos de pruebas concretas. Abundan las deducciones y convicciones subjetivas, inapropiadas al ethos de un juez imparcial. No se acusa a Lula de tener cuentas en el exterior, que nunca tuvo, ni de haber desviado fortunas del erario en beneficio propio. Nada de eso. Se trata de un apartamento de tres pisos en Guarujá sin mayores calificaciones y de una finca en Atibaia, modesta, como modesta era la vida de su esposa María Leticia a la que, hija de agricultores, le gustaba cultivar la tierra.

Las alegadas intervenciones de Lula junto a Petrobrás en favor de la constructora OAS, que a cambio le habría dado el triplex en Guarujá-SP, no se confirmaron. La solución fue entonces la invención de una justificación esdrújula y hasta vergonzosa para un juez mínimamente serio. Escribió: «si no hubo intervención de Lula, hubo sí un acto de oficio indeterminado». Esto equivale a decir: un acto no conocido y por eso inexistente. ¿Cómo puede un juez decidir sobre algo que él mismo no conoce? La situación colocó al juez Moro en dificultades cuando se hizo público que la OAS en negocios hechos en Brasilia empeñó el apartamento de Guarujá, signo de posesión y dominio del inmueble. Por lo tanto, no podía ser de Lula.
El hecho es que no se ha identificado ningún crimen de Lula, mucho menos cuentas en offshores.
Lo que ha quedado claro como la luz del sol es la voluntad condenatoria del juez Sergio Moro y de aquellos en cuyo nombre está actuando: las clases adineradas, el PSDB y parte significativa del PMDB con Temer al frente.
No se puede usar metáforas y ocultar el discurso con malabarismos. Tenemos que decir abiertamente que hubo un golpe parlamentario-jurídico-mediático, hegemonizado por los grupos altamente adinerados (0,05% de la población) que controlan gran parte del área económica y mantiene al Estado rehén de los altos intereses que le cobran para que pueda cerrar sus cuentas.
La verdad cristalina es que la elite dominante (según L.G.Belluzzo, no es élite, sólo hay ricos) comenzó a darse cuenta de que el poder proveniente del piso de abajo, con Lula, el PT y aliados, podría consolidarse y cambiar el rumbo del país con políticas sociales de inclusión de millones de pobres, amenazando así sus privilegios. Como siempre han hecho en la historia, organizaron un golpe.
No hay que olvidar la afirmación muchas veces repetida de Darcy Ribeiro que nuestras clases opulentas y dominantes son las más reaccionarias y antisociales del mundo. Nunca pensaron un Brasil para todos; ni siquiera tienen un proyecto de nación. Están contentos con lo que el Pentágono (que también está implicado en el golpe, según fuentes fidedignas) y las grandes corporaciones mundiales están imponiendo: la recolonización de toda América Latina, particularmente de Brasil. A estos, en la división mundial del trabajo, sólo les cabe ser exportadores de commodities. Este proyecto asumido por los que dieron el golpe no está sólo privatizando los bienes públicos. Están desnacionalizando nuestro parque industrial, el petróleo y otros commons brasileros. Están desmontando el país. El objetivo es abrir espacio a las grandes corporaciones a costa de la disminución del Estado, para que ocupen nuestro mercado de 200 millones de consumidores y puedan acumular de un modo excesivo a costa nuestra.
Alguien con más autoridad que yo, el economista Luiz Gonzaga Belluzo, en una entrevista fue al núcleo de la cuestión: El crimen de Lula en realidad fue dirigir un gobierno vuelto hacia los más pobres, un gobierno más popular y soberano, y eso, amigos y amigas, jamás será aceptado por la Casa Grande. Defender a Lula es defender la historia, es defender la justicia. No es ser petista, es ser justo.
Lo que se juega el 24 de enero en Porto Alegre con los tres jueces de segunda instancia que van a juzgar a Lula es la definición del futuro de nuestro país: si aceptamos ser nuevamente colonia o si rechazamos ese proyecto indigno y llevamos adelante el sueño de tantos años, ahora reforzado, de refundar en el Atlántico Sur un país robusto, autónomo, social y justo, que se propone sanar la herida que sangra hasta el día de hoy: millones y millones de personas, víctimas de la Casa Grande de ayer y de hoy, los abandonados por ser considerados ceros económicos, en su mayoría hijos e hijas de la senzala, ante los cuales tenemos una deuda humanitaria hasta hoy nunca saldada.
El pueblo está callado, pero está atento. Conoce los derechos que le han sido secuestrados y la carga que se le quiere poner sobre su espalda. Dependiendo de la decisión de los jueces de segunda instancia en Porto Alegre puede haber una especie de desbordamiento imparable.
A los jueces sólo les recuerdo las palabras de la Revelación: “La ira de Dios vendrá sobre aquellos que en la injusticia aprisionan la verdad” (Romanos 1,18). El instrumento de la ira de Dios será, esta vez, la acción indignada del pueblo.
Por lo tanto, señores jueces de segunda instancia, traten de juzgar según la justicia para escapar de la ira de Dios y del furor del pueblo indignado.
*Leonardo Boff ha escrito: Brasil: concluir la refundación o prolongar la dependencia, que saldrá publicado por la editorial Vozes a finales de febrero.

Traducción de Mª José Gavito Milano