FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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ATALAYA

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jueves, 4 de abril de 2019

LA MISA DEL DOMINGO Semana V de Cuaresma 7 de abril de 2019 Isaías 43, 16 – 21. Salmo 125. Filipenses 3, 8 – 14. Juan 8, 1 – 11.


Este quinto domingo de cuaresma se nos presenta una nueva disputa de Jesús frente a los fariseos y escribas. Estos siguen tratando de buscar alguna manera de acusarlo para que sea condenado. 

Pero hemos de fijarnos también en lo que nos relata el inicio del evangelio de hoy. Jesús se retira, se aleja de las tareas, del ruido, de la gente. Y va al monte de los olivos, se va a una zona para orar, para estar con Dios. Tal como hará tiempo después, cuando es apresado. Tiene confianza plena en Dios, y está con él todo el tiempo que puede.  IR A LA PÁGINA

MISA CON NIÑOS DOMINGO V de CUARESMA (C) “Perdonar como Jesús” 7 de abril de 2019


(El evangelio de hoy se sitúa dentro de la catequesis de preparación al bautismo: el perdón de los pecados, siempre y para todos.Convendría transmitir en la celebración la misericordia de Jesús con los pecadores.  

• La celebración de hoy será buena ocasión también para comunicar todos los actos programados para la Semana Santa, comenzando por la celebración penitencial, si es que se celebra en alguno de estos próximos días. • Un signo para la celebración: unas cuantas piedras. Se pueden colocar en una bandeja unas cuantas piedras. En cada piedra viene pegado un papelito con una palabra (mentiras, insultos, desobedecer, malgastar el dinero, no trabajar…). Son algunos de nuestros límites que queremos superar antes de Pascua. • Hoy también se puede hacer una procesión de entrada, destacando el libro de las Lecturas que abre la procesión. • Una canción para la celebración: “La sal y la luz” (Brotes de Olivo). Se puede cantar en la Acción de Gracias)   IR A LA PÁGINA

Dibujando el perdón - 5º Domingo Cuaresma, Ciclo C

EL MIEDO ES EL MATERIAL SOBRE EL CUAL SE CONSTRUYEN LAS DICTADURAS


col bastante

...Y de repente, en mitad de la entrevista, en pleno Vaticano, Jordi Évole sacó una cuchilla. Una de las muchas que existen en la valla de Melilla y Ceuta, en la frontera con Marruecos. El Papa, que días después viajaba al reino alauita (este domingo por la noche regresó a Roma), tomó con profunda tristeza la concertina, negó con la cabeza y contestó: “Es tal la inconsciencia que parece lo más natural. Nos hemos acostumbrado a esto”.
'Salvados' emitió esta noche una histórica entrevista, cargada de titulares y de una sensación: el Papa Francisco es, sin lugar a dudas, un animal mediático. Seguramente el Papa más influyente de los últimos años, y el más incomprendido de puertas abiertas.
El programa arrancó con la fumata blanca, y con la explicación que el Papa dio para llamarse Francisco: “Cómo me gustaría una iglesia pobre y para los pobres”, como diría san Francisco de Asís. El programa se 'trasladó' al siglo XIII, a la cuna del poverello, dramatizando el encuentro con un joven Francesco y un leproso, que resultó ser el propio Jesús. Y que llevaba consigo la misma concertina que Évole le mostró a Bergoglio.
¿Tiene usted enemigos en el Vaticano? “En teoría puede haberlos, pero me cuesta declarar un enemigo”, señaló casi al final de una conversación, que estaba prevista para hablar de temas relacionados con la migración -Open Arms ha tenido mucho que ver en el 'Salvados' de hoy-, Francisco no obvió un repaso por la realidad de la sociedad y la Iglesia. El aborto, la eutanasia, los abusos sexuales, el papel de la mujer... Con momentos para las risas y las confidencias familiares.
Un Papa que, en la comida, “hablamos de todo, de fútbol, de lo que salga”. Un papa que “duermo como un tronco, seis horas seguidas”, y que “nunca me acostumbré” a vivir en el Vaticano. “Es bueno no acostumbrarse nunca al trabajo, porque pierdes la capacidad de cambiar las cosas”. Francisco no ve la televisión, ni tiene móvil. “Me regalaron uno cuando me ordenaron obispo en el 92, hice una llamada a mi hermana, y al mes lo devolví”.
Encontrar los cadáveres
“Siempre he defendido el derecho a encontrar los cadáveres. Una sociedad no puede sonreír al futuro teniendo sus muertos escondidos. Los muertos son para ser enterrados, son para ser individualizados en los cementerios, pero no para ser escondidos. Nunca vas a tener paz con un muerto escondido. Nunca”. El Papa Francisco contestó a casi todo en una histórica entrevista a Jordi Évole en 'Salvados'. Excepto a la exhumación de Franco que, adujo, es un tema que no depende del Vaticano.
La respuesta sobre las fosas del franquismo no es fruto de la improvisación. Bergoglio lo vivió en carne propia durante la dictadura de Videla en Argentina, que extrapoló a la realidad española. “En Argentina fueron más de 30.000, en la época de la dictadura, y me tocó de cerca eso. Siempre he defendido el derecho a la verdad sobre lo que pasó. El derecho a una sepultura digna. A encontrar los cadáveres. En Argentina se sigue haciendo eso, lentamente... Es un derecho. No sólo un derecho de la familia, de la sociedad”.
"El mundo se olvidó de llorar"
La entrevista tuvo lugar el 22 de marzo, pocos días antes del viaje que el Papa acaba de concluir a Marruecos. En un momento de la misma, Évole sacó de su bolsillo una cuchilla, similar a la que se ven, todavía hoy, en las vallas de Ceuta y Melilla. Francisco tomó el trozo de concertina y, con profunda tristeza, negó con la cabeza, la miró, y respondió: “Pienso que cada persona que tiene que cruzar esa valla, cada uno de los que hace eso es mi hijo, mi madre, mi hermano. Es tal la inconsciencia que parece lo más natural. Nos hemos acostumbrado a esto. El mundo se olvidó de llorar. Eso es lo más inhumano que hay. Esto demuestra hasta dónde es capaz de descender la humanidad de una persona”.
“El que levanta un muro termina prisionero del muro que levantó. Y eso es ley universal. Y eso se da en el orden social y en el personal. Si vos levantas un muro entre personas, terminas prisionero de ese muro que levantaste” dijo, tajante, Bergoglio. “La alternativa son los puentes, que son un invento de Dios, son las alas de los ángeles que Dios inventó para que los hombres puedan comunicarse”.
¿Qué le diría a los católicos españoles que rechazan la inmigración?
 “Que lean el Evangelio. Son católicos, que lean el Evangelio. Y que sean coherentes”, contestó el Papa, que también hizo referencia a la actitud de algunos medios de comunicación de la Iglesia española: “Algunos los conozco, sí. Católicos de misa, y no hacen más que ensuciar a los demás”
Bergoglio defendió la labor de organizaciones como Open Arms, cuyo barco sigue retenido en el puerto de Barcelona. “Me parece una injusticia muy grande. ¿Para qué se hace? ¿Para que se ahoguen? Es simplista, pero si no los puedes rescatar… ¿Y para qué vienen? Viven en una desesperación, unida a una ilusión tan grande, que se lanzan… No miden las consecuencias. Y nosotros no medimos el dolor de esa gente.”
El Papa que ha denunciado en varias ocasiones que el Mediterráneo se ha convertido en el mayor cementerio de Europa confesó su “dolor, mucho dolor”, al ver como Europa asiste, impasible, a la muerte de miles de migrantes en sus aguas. “No entiendo. No entiendo la insensibilidad. O no entiendo la injusticia de guerra, la injusticia de hambre, la injusticia de explotación, que hace que una persona migre buscando cosas mejores. Y la injusticia de quien le cierra la puerta”.
Europa se envejeció de golpe
“La madre Europa se volvió demasiado abuela, se envejeció de golpe. Ese es el problema de Europa es que se olvidó cuando después de las guerras sus hijos iban a golpear las puertas de América (…). En Europa nos olvidamos que Europa está llena de inmigrantes. Pero también es ahora, que vienen de otros lados. ¿Me querés decir que los de África son de segunda categoría?”
Évole le preguntó por el miedo que genera estas crisis. “El Premio Nobel a la cosa más abyecto fue el nacionalsocialismo, con cadáveres por todos lados, y falta de dignidad humana. Eso se puede repetir, totalmente, se está repitiendo. El miedo es el material sobre el cual se construyen las dictaduras”. ¿La Iglesia ha jugado con el miedo?, cuestionó el periodista. “Evidentemente, tenemos una historia que a veces nos avergüenza”.
El dinero del Vaticano
Sobre el dinero, el Papa denunció cómo “cada vez hay menos ricos con mucha plata, y cada vez hay más pobres con mucha plata”, aunque aclaró que “no soy anticapitalista, creo en un capitalismo sano. La doctrina social de la Iglesia no condena formas que sean objetivas, justas. Yo sigo la doctrina social de la Iglesia, no soy anticapitalista ni antisocialista”.
¿Debe pagar el IBI?
“Los hombres de Iglesia son ciudadanos, y tienen que cumplir con todo su derecho de ciudadano. Hay cosas dedicadas al culto, hay propiedades dedicadas al fin social. Todo lo que no sea culto o bien común, hay que pagar impuestos”. Eso sí: “Yo no puedo vender un ladrillo de San Pedro”.
Francisco también fue muy crítico con la venta de armas de España a Arabia Saudí aunque, como asumió, “no es el único gobierno”. Y lanzó una advertencia. “Si vos armas la guerra allá, la vas a tener en tu casa, quieras o no quieras”.
Abusos y los procesos
Sobre los abusos, Francisco volvió a pedir paciencia a las víctimas. “Las cosas concretas de la cumbre fueron iniciar procesos. Y eso lleva su tiempo. Comprendo la gente que haya quedado insatisfecha, porque cuando hay un dolor de por medio, vos tenéis que callar, rezar, llorar, acompañar, y punto. Pero iniciar procesos es la manera para que sea irreversible la cura”. Pero también, que quiere limpiar: “Trato de que la limpieza se vaya haciendo sola, creando pautas de administración tan limpias.... que en la estructura no haya lugar para cierta suciedad, … pero esto es muy lento, y yo te digo que hay problemas en el Vaticano”.
Respecto al aborto, el Papa dijo comprender que una mujer víctima de la trata, y que queda embarazada, quiera abortar, pero “también sé que no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema”. Así, dijo “respetar” a la persona que, voluntariamente, decide ejercer la prostitución, “otra cosa son las redes de explotación”.
Si una chica se quedara embarazada fruto de esa violación, “la entendería. Pero también sé que no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema”.
No al machismo con faldas
Sobre el papel de la mujer en la Iglesia, el Papa admitió que “es muy triste. Todos estamos al servicio, pero parece que a las mujeres además les está reservada la servidumbre. La mujer es protagonista en la Iglesia, pero hay que moverse. Y eso cuesta más”.
Francisco quiso explicar su polémica frase sobre el feminismo (“un machismo con faldas”). “La frase justa tendría que ser: Todo feminismo puede correr el riesgo de transformarse en un machismo con faldas. La otra me equivoqué”.
También hubo un momento para hablar sobre el Vaticano, y sobre los “mercaderes del templo” que sigue habiendo, hoy, en el interior de la Iglesia. “Sí, hay. Los hay, como en todos los sitios. El Estado de la Ciudad del Vaticano no se salva de los límites y de los pecados y las vergüenzas de otras sociedades. Acá somos hombres y tenemos los mismos límites y caemos a veces en las mismas cosas”. ¿Qué hacer frente a ello? “Hay que ir limpiando. El trabajo es ir limpiando, limpiando, limpiando”. ¿Será capaz de hacerlo? Ese es tema para otra entrevista, o tal vez para la Historia.

LA LEY DE LA NUEVA OPORTUNIDAD


col rosario ramos
Jn 8, 1-11
La liturgia de este 5º Domingo de Cuaresma nos propone adentrarnos en este relato del Evangelio de Juan, tan profundamente importante para nuestra vida creyente. Hemos recorrido un camino presentado como una oportunidad para una nueva consciencia de nuestra posición ante la vida. Sin embargo, es recurrente el tema del “pecado” quizá porque se presenta como un gran obstáculo para vivir una fe más vital en detrimento de una fe más centrada en el “cumplimiento”. El asunto del “pecado” era casi una obsesión en el judaísmo. Podría decirse que marcaba la pertenencia o no al Pueblo y a su Religión. Juan nos presenta el caso de una “mujer pecadora” para mostrar una visión de Dios que dignifica y sostiene nuestra debilidad.
Los escribas y fariseos se relamían con el caso de esta mujer “pecadora”. Era muy evidente que había cometido un solemne pecado y además era mujer cuya condena por este acto era mucho más dura que para los varones. El desenlace desde su punto de vista estaba claro. Los escribas y fariseos no necesitan a Jesús para dictar sentencia. Acuden a él, una vez más, para ponerle a prueba. La situación en este texto no puede reflejar mejor la intención liberadora de Jesús, no sólo de la ley sino también de la situación de la mujer.
Se da una constelación de los personajes en este texto que merece la pena tener en cuenta para comprender el final de la historia. Jesús va al Templo, está sentado porque no fue a orar sino a enseñar.  Los fariseos y escribas llegan en clara oposición, ellos no enseñan, pero tienen el control de lo que se debe enseñar. Estos personajes son los que saben de la Ley, van en colectivo poseedor de la verdad a cuestionar a Jesús. Los miembros de este colectivo se van empoderando entre ellos y les une intentar poner en evidencia la situación de esta “pecadora”. La mujer es la transgresora de la Ley y es llevada por la fuerza para ser juzgada.  Ella está en el centro, es decir, el punto de desacuerdo es esa mujer que ha cometido adulterio. La descripción de los hechos por parte de los “maestros letrados” no puede ser más despreciativa. Parece ser que el cumplimiento obsesivo de la ley no les permitía humanizar su visión de las personas; lejos de esta intención, la degradan y no obtener palabras de Jesús les pone cada vez más nerviosos.
Jesús observa y no habla, no merece la pena entrar en una discusión en la que los interlocutores están en una nula disposición para el diálogo. Es verdad que piden opinión a Jesús pero con la intención de probarle para encontrar razones que les confirme su deslealtad al Judaísmo. El silencio de Jesús genera todavía más expectación. Escribe en el suelo las dos veces que los legalistas le preguntan directamente. El significado de este gesto de escribir en el suelo tiene muchas interpretaciones en las que no hay gran acuerdo. Quizá, cuando Jesús escribe en la tierra pretende superar la ley escrita en piedra por Moisés y, por coherencia con lo que ocurre después, está escribiendo una nueva ley basada en la destrucción del pecado, pero no del pecador(a).
Por fin habla Jesús y se posiciona. No intenta dar la razón a todos, toma posición por la mujer sin importarle lo que digan y arriesgando el rechazo de los oyentes.  Es parcial, entiende que hay que posicionarse con claridad porque es la única manera de resolver el conflicto.  Esta es la libertad de Jesús que le lleva a ser valiente y no quedarse en contentar a todo el mundo.  Sus palabras con autoridad rompen la escena y libera a la mujer de la carga del juicio introduciendo la nueva visión de Dios revelada en su actuación: el Dios de la miseri-cordia, es decir, el Dios que pone corazón en la miseria humana del orden que sea. No entender así al Dios de Jesús nos distancia mucho de la esencia del Evangelio.
La constelación de la escena inicial cambia. Se van de uno en uno, dice el texto; ese equipo de leguleyos basado en la Ley de Moisés se rompe; los más ancianos son los primeros en irse que representan la autoridad judía y la tradición más arraigada. Ahora es la relación personal la que va a marcar la nueva experiencia del Dios de Jesús. No se atreven a condenar porque Jesús les ha puesto delante de sus ojos y de su conciencia la cara B de la realidad humana, la dureza de las normas de la Ley mosaica en contraposición a la nueva ley del Amor.
Con la mujer sí habla, se sitúa en simetría con ella y la libera de una ley opresiva y androcéntrica, cruel y deshumanizada, para ampararla en la ley de la nueva oportunidad y de la incondicionalidad del amor cristiano. El pecado, en este nuevo escenario, no es una cuestión de humillación sino de humildad; la humillación degrada a la persona, la humildad la pone ante su verdad. Se trata, pues, de reconocer aquello que ha frustrado el proyecto de Dios, de haber negociado mal con los dones recibidos. Jesús no le pide nada a la mujer tan sólo que no peque más; no se nos pide nada más que estemos atentos para no anular nuestra dignidad y fortalecernos interiormente para que otros no nos la arrebaten.  Pero también podemos situarnos al otro lado del espejo y ser como ese colectivo que, con dureza, juzga y anula, desprecia desde la intolerancia y la insensibilidad. Recordemos, entonces, que “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra” y el resultado será un corazón solidario y empático con la debilidad humana. Tal vez sería otro importante paso a dar en nuestra vida.
¡¡FELIZ DOMINGO!!

¿EN NOMBRE DE QUÉ DIOS SEGUIMOS CONDENANDO?


col fraymarcos
Jn 8,1-11
La principal característica de las tres lecturas de hoy es que nos invitan a mirar hacia adelante. Isaías, desde la opresión del destierro, promete algo nuevo para su pueblo. Pablo quiere olvidarse de lo que queda atrás y sigue corriendo hacia la meta. Jesús abre a la adúltera un horizonte de futuro que los fariseos estaban dispuesto a cercenar. El encuentro con el verdadero Dios nos empuja siempre hacia lo nuevo. En nombre de Dios nunca podemos mirar hacia atrás. A Dios no le interesa para nada nuestro pasado. A mí debía interesarme, solo en cuanto me permite descubrir mis verdaderas posibilidades de futuro.
El texto que acabamos de leer, está en un contexto artificial. No se encuentra en ningún otro evangelista y, seguramente ha sido añadido al evangelio de Jn. No aparece en los textos griegos más antiguos y ninguno de los Santos Padres lo comenta. Está más de acuerdo con la manera de redactar de Lc; incluso aparece incorporado a este evangelio en algunos códices. Está garantizado que es un relato muy antiguo y su mensaje está muy de acuerdo con todos los evangelios, incluido el de Juan. Puede ser que la supresión y los cambios se deban a su mensaje de tolerancia, que se podía interpretar como laxitud o permisividad.
En el relato, se destaca de manera clara el “fariseísmo” de los letrados y fariseos, acusando a la mujer y creyéndose ellos puros. No aceptan las enseñanzas de Jesús, pero con ironía le llaman “Maestro”. El texto nos dice expresamente que le estaban tendiendo una trampa. En efecto, si Jesús consentía en apedrearla, perdería su fama de bondad e iría contra el poder civil, que desde el año treinta había retirado al Sanedrín la facultad de ejecutar a nadie. Si decía que no, se declaraba en contra de la Ley, que lo prescribía expresamente. Como tantas veces, los jefes religiosos están buscando la manera de justificar la condena de Jesús.
Si los pescaron “in fraganti”, ¿dónde estaba el hombre? (La Ley mandaba matar a ambos). Se consideraba adulterio la relación de un hombre con una mujer casada, no con una soltera. Se trataba de un pecado contra la propiedad, porque la mujer se consideraba propiedad del marido. Cuando el marido era infiel a su mujer con una soltera, su mujer no tenía ningún derecho a sentirse ofendida. Hoy seguimos midiendo con distinto rasero la infidelidad del hombre y de la mujer. Qué pocas veces se tiene esto en cuenta.
No se trata, pues, de un pecado sexual sino de un pecado contra la propiedad privada. Llevamos dos milenios tergiversando los textos con la mayor naturalidad. Decimos “palabra de Dios” pero no tenemos empacho alguno a la hora de distorsionarla. La Biblia apenas habla de la sexualidad, no era para ellos un problema, no estaban obsesionados con el tema. La obsesión enfermiza que nos ha inoculado la Iglesia no tiene nada que ver con el mensaje de la Biblia. Ni el AT ni el NT hacen hincapié en un tema que nos ha traumatizado a todos.
Aparentemente Jesús está dispuesto a que se cumpla la Ley, pero pone una simple condición: que tire la primera piedra el que no tenga pecado. El tirar la primera piedra era obligación o “privilegio” del testigo. De ese modo se quería implicar de una manera rotunda en la ejecución y evitar que se acusara a la ligera a personas inocentes. Tirar la primera piedra era responsabilizarse de la ejecución. Nos está diciendo que todos aquellos hombres acusaban, pero nadie quería hacerse responsable de la muerte de la mujer.
En contra de lo que nos repetirán hasta la saciedad durante estos días, Jesús perdona a la mujer antes de que se lo pida; no exige ninguna condición. No es el arrepentimiento ni la penitencia lo que consigue el perdón. Por el contrario, es el descubrimiento del amor incondicional lo que debe llevar a la adúltera al cambio de vida. Tenemos aquí otro gran tema para la reflexión. El “perdón” por parte de Dios es lo primero. Cambiar de perspectiva será la consecuencia de haber tomado conciencia de que Dios es Amor y está en mí.
Es incomprensible e inaceptable que después de veinte siglos, siga habiendo cristianos que se identifiquen con la postura de los fariseos. Sigue habiendo “buenos cristianos” que ponen el cumplimiento de la “Ley” por encima de las personas. La base y fundamento del mensaje de Jesús es precisamente que, para el Dios de Jesús, el valor primero es la persona de carne y hueso, no la institución ni la “Ley”. El PADRE estará siempre con los brazos abiertos para el hermano menor y para el mayor. El Padre no puede dejar de considerar hijo a nadie.
La cercanía, que manifestó Jesús hacia los pecadores, no podía ser comprendida por los jefes religiosos de su tiempo porque se habían hecho un Dios a su medida, justiciero y distante. Para ellos, el cumplimiento de la Ley era el valor supremo. La persona estaba sometida al imperio de la Ley. Por eso no tienen ningún reparo en sacrificar a la mujer en nombre de ese Dios inmisericorde. Jesús nos dice que la persona es el valor supremo y no puede ser utilizada como medio para conseguir nada. Todo tiene que estar al servicio del individuo.
Ni siquiera debemos estar mirando a lo negativo que ha habido en nosotros. El pecado es siempre cosa del pasado. No habría pecado ni arrepentimiento si no tuviéramos conciencia de que podemos hacer las cosas mejor. Con demasiada frecuencia la religión nos invita a revolver en nuestra propia mierda sin hacernos ver la posibilida­d de lo nuevo, que sigue estando ahí, a pesar de nuestros fallos. Dios es plenitud y nos está siempre atrayendo hacia Él. Esa plenitud, hacia la que tendemos, siempre estará más allá pero siempre alcanzable.
En la relación con el Dios de Jesús tampoco tiene cabida el miedo. El miedo es la consecuencia de la inseguridad. Cuando buscamos seguridades, tenemos asegurado el miedo. Miedo a no conseguir lo que deseamos, o miedo a perder lo que tenemos. Una y otra vez, Jesús repite en el evangelio: "no tengáis miedo". El miedo paraliza nuestra vida espiritual, metiéndonos en un callejón sin salida. El descubrimiento del verdadero Dios tiene que ser siempre liberador. La mejor prueba de que nos relacionamos con un ídolo, creado por nosotros y no con el verdadero Dios, es que nuestra religiosidad produce miedos.
El evangelio nos descubre la posibilidad que tiene el ser humano de enfocar su vida de una manera distinta. La “buena noticia” consiste en que el amor de Dios es incondicional, no depende de nada ni de nadie. Dios no es un ser que ama sino el amor. Su esencia es amor y no puede dejar de amar sin destruirse. Nosotros seguimos empeñados en mantener la línea divisoria entre el bueno y el malo. Lo que hace Jesús es destruir esa línea divisoria. ¿Quién es el bueno y quién es el malo? ¿Puedo yo dar respuesta a esta pregunta? ¿Quién puede sentirse capacitado para acusar a otro? El fariseísmo sigue arraigado en nosotros.
Recordemos el evangelio del domingo pasado. La adúltera ha desplegado el hermano menor y se cree digna de condena. Los fariseos actúan desde el hermano mayor y se creen con derecho a condenar. Jesús está ya identificado con el Padre y unifica los tres. Tanto el menor como el mayor tienen que ser superados. Una vez más descubrimos que el menor está dispuesto a cambiar con más facilidad que el mayor. Seguimos empeñados en echar la culpa al otro, y en consecuencia, siempre será el otro el que tiene que cambiar.

Meditación
Quien condena no habla en nombre de Dios.
Si uno te ayuda a descubrir tus fallos,
te está ayudando a encontrar el camino de tu plenitud.
Si alguien te convence de que eres una mierda,
te está metiendo por un callejón sin salida.
Sea cual sea tu situación, siempre hay una salida.


DOS CONVERSIONES DISTINTAS Y PARECIDAS


Domingo 5º de Cuaresma. Ciclo C.
Los domingos anteriores han tratado el tema de la conversión con distintos enfoques: amenazando con un final trágico a los que no se conviertan, pero concediendo un año de plazo para evitar la desgracia (domingo 3º); acogiendo al hijo pródigo, que se convierte por puro egoísmo, pero que da una inmensa alegría al padre con su vuelta (domingo 4º). En este quinto domingo habla del mejor recurso para convertirse: el contacto con Jesús, como lo demuestran una adúltera y un fariseo radical y violento.
¿Qué hacemos con la adúltera?
El evangelio parte de un hecho concreto: una mujer sorprendida en adulterio. Se trata de un pecado condenado en todas las legislaciones antiguas y en el Decálogo. El problema que plantean a Jesús es qué hacer con la adúltera. Del tema ya se habían ocupado los legisladores antiguos. Recojo tres opiniones.
La ahogamos con el adúltero (Código de Hammurabi)
Es la respuesta del famoso Código de Hammurabi, rey de Babilonia muerto hacia 1750 a.C. En el párrafo 129 dictamina: “Si la esposa de un hombre es sorprendida acostada con otro varón, que los aten y los tiren al agua [al río Éufrates]; si el marido perdona a su esposa la vida, el rey perdonará también la vida a su súbdito.” Adviértase que la ley empieza por la mujer, pero los dos merecen la condena a muerte, aunque cabe la posibilidad de que el marido perdone.
La apedreamos (los escribas y fariseos)
Es lo que proponen escribas y fariseos invocando la Ley de Moisés. Es el procedimiento más frecuente en la Biblia para ejecutar a un culpable. Cosa lógica, ya que en Israel no abunda el agua, como en Babilonia, y sí las piedras. Sin embargo, estos escribas y fariseos no habrían aprobado un examen de Biblia por dos motivos.
1) La Ley de Moisés, que usa a menudo el verbo “apedrear” para hablar de un castigo a muerte, nunca lo aplica al adulterio. El texto que podrían invocar sería este del Deuteronomio: “Si uno encuentra en un pueblo a una joven prometida a otro y se acuesta con ella, los sacarán a los dos a las puertas de la ciudad y los apedrearán hasta que mueran: a la muchacha porque dentro del pueblo no pidió socorro y al hombre por haber violado a la mujer de su prójimo” (Dt 22,23-24). Pero esta ley no habla de adulterio, sino de violación (aparentemente consentida) de una muchacha.
2) Si tienen tanto interés en cumplir la Ley de Moisés, al primero que deberían haber traído ante Jesús es al varón, ya que también a él lo han sorprendido en adulterio y por él comienza la ley (“Si uno encuentra a una joven…y se acuesta con ella”). Hay un caso en el que solo se habla de apedrear a la muchacha, pero tampoco se trata de adulterio, sino de la que ha perdido la virginidad mientras vivía con sus padres. Cuando se casa, su marido lo advierte y lo denuncia, si la denuncia es verdadera “sacarán a la joven a la puerta de la casa paterna y los hombres de la ciudad la apedrearán hasta que muera, por haber cometido en Israel la infamia de prostituir la casa de su padre. (Dt 22,20-21).
¿Cómo puede un escriba, con tantos años de estudios bíblicos, cometer estos errores elementales? ¿Por ignorancia? ¿Por el deseo de interpretar la ley de la forma más rigurosa posible? ¿Para poner a Jesús en un aprieto y poder acusarlo, como dice Juan?
La perdonamos (Jesús)
Jesús no precipita su respuesta. Le piden una opinión (“¿qué dices tú?”) pero se calla la boca y escribe en el suelo. Ellos insisten. Buscan lana y salen tranquilados. “Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”. El principal pecado de escribas y fariseos no es la ignorancia, ni el rigorismo, sino la hipocresía.            Cuando se retiran, solo quedan Jesús y la mujer, ella de pie en el centro. Un imagen de gran impacto, digna de la mejor película. Por suerte para la mujer, Jesús no es un confesor a la vieja usanza. No le pregunta cuántas veces ha cometido adulterio, con quién, dónde, cuándo. Se limita a dos preguntas breves (“¿dónde están?, ¿nadie te ha condenado?”) y a la absolución final: “Yo tampoco te condeno. Ve y en adelante no peques más”.
A veces se habla de la actitud de Jesús con los pecadores de forma muy ligera, como si los abrazase y aceptase su forma de vida. Pero a la mujer no le dice: “No te preocupes, no tiene importancia; ya sabes a quién tienes que acudir la próxima vez”. Lo que le dice es: “en adelante no peques más”. Se lo dice por su bien, no porque corra peligro de ser apedreada. A este caso, cambiando de género, se puede aplicar el proverbio bíblico: “El adúltero es hombre sin juicio, el violador se arruina a sí mismo” (Prov 6,32). Eso es lo que Jesús no quiere, que la mujer se arruine a sí misma.
El buen ejemplo de los escribas y fariseos
A pesar de su hipocresía y mala idea, hay que reconocerles algo bueno: se van retirando poco a poco, empezando por los más viejos. Hoy día, somos muchos los que conocemos la opinión de Jesús pero seguimos considerándonos buenos y no vacilamos en apedrear (más con palabras y juicios condenatorios que con piedras) a quien hemos elegido como víctima.
Nota: Un texto escandaloso
Este pasaje del evangelio es de los más desconcertantes para los especialistas. Forma parte del evangelio de Juan, pero falta en los mejores manuscritos, códices y leccionarios; otros lo trasladan al final del evangelio de Juan; y algunos lo traen en el evangelio de Lucas (después de 21,38s o de 24,53). Como si hubiese sido una hoja suelta que muchos dudaban de incluir, y otros no sabían dónde meterla.
No es raro que este pasaje provocase dificultades. Con el criterio “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra” podrían verse libres desde los terroristas del Isis hasta los ladrones de guante blanco. Naturalmente, no es eso lo que pretende Jesús. Sus palabras finales a la mujer, “no peques más”, dejan claro que no defiende un mundo en el que cada cual hace lo que quiere.
La conversión del fariseo radical y violento (2ª lectura: Filipenses 3,8-14))
La lectura de Pablo a los Filipenses no cuenta su conversión, pero hace un balance de su vida antes y después de ella. Antes se gloriaba de ser israelita de pura cepa, de la tribu de Benjamín (¡ocho apellidos vascos!), circuncidado a los ocho días, estrictísimo en la observancia de la Ley, perseguidor de los cristianos. De todo estaba enormemente orgulloso hasta que descubrió a Cristo. A partir de ese momento, su vida cambia. Todo lo anterior lo considera basura. Él estaba obsesionado con salvarse, pero la Ley de Moisés no puede salvarlo, solo la fe en Cristo. Por eso, lo único importante es conocerlo cada vez mejor, compartir sus sufrimientos, resucitar con él. Pablo ve su vida como una extraña carrera. Ya le ha concedido el primer premio, pero debe seguir corriendo hacia la meta, sin mirar atrás.
La adúltera y el fariseo
A pesar de las diferencias, hay algo común a la conversión de estas dos personas: el contacto con Jesús. Lo cual supone una gran novedad con respecto al mensaje de los domingos anteriores. Ahora, lo que provoca la conversión no es el miedo, ni el hambre, sino la relación personal con el Señor. Relación a la que se llega por caminos muy diversos: en el caso de la adúltera, son sus enemigos quienes la llevan ante Jesús; en el caso de Pablo, es Jesús quien le sale al encuentro. Este encuentro personal con él es la única garantía de una conversión auténtica y duradera.
El éxodo antiguo y el nuevo (1ª lectura: Isaías 43,16-21)
La primera lectura sigue recordando momentos capitales de la Historia de la salvación: Abrahán, Moisés, Josué. Hoy se contraponen el éxodo de Egipto, con la gran victoria sobre el ejército del faraón, y el nuevo éxodo de Babilonia, en el que Dios protegerá a su pueblo durante la marcha por el desierto. El peligro de los israelitas es seguir soñando con lo antiguo. Y el profeta le dice: “no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo”. Curiosamente, coincide con lo que dice Pablo en la segunda lectura: “olvidándome de lo que queda atrás, me lanzo a lo que está por delante”.

El obispo homófobo de Alcalá no está por encima de la ley


Ignacio Escolar

Reig Pla
La orientación sexual ni se elige ni se cura, por mucho que lo crea el obispo de Alcalá
Las terapias de conversión de la orientación sexual no están prohibidas en Madrid por capricho del legislador. Son ilegales porque está más que acreditado el daño psicológico que provocan en aquellos que pasan por esta falsa curación
La ley de Protección Integral contra la LGTBfobia de Madrid es bastante clara. Artículo 70.4.C: es una infracción muy grave “la promoción y realización de terapias de aversión o conversión con la finalidad de modificar la orientación sexual o identidad de género de una persona. Para la comisión de esta infracción será irrelevante el consentimiento prestado por la persona sometida a tales terapias”.
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La monja Teresa Forcades regresa al convento


Teresa Forcades
Considera que uno de sus principales objetivos tras pedir una exclaustración -la gran coalición de la izquierda soberanista- no se ha conseguido
La monja benedictina Teresa Forcades ha regresado al convento dando por finalizado el periodo de exclaustración al que le autorizó el Vaticano con el fin de formar una candidatura unitaria independentista y entrar en política de la mano de Procés Constituent.
Forcades dio por finalizada esta etapa en septiembre, casi cuatro años después.
También se ha echado a un lado otro el cofundador de Procés Constituent Arcadi Oliveres, economista y ex presidente de Justícia y Pau.
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¿Agoniza el paraíso neoliberal español?

Redes Cristianas
Germán Gorráiz López, analista
El milagro económico del paraíso neoliberal español estaría amenazado por la aparición de un nuevo virus patógeno,(el DDD) que podría acabar por arrasar con todo rastro de brotes verdes en la economía española al poseer un ADN dotado de la triple enzima D (Deuda Pública desorbitante, Desbocada inflación y Desempleo endémico).
Deuda Pública desorbitante
La sustitución de la tradicional doctrina económica del Equilibrio Presupuestario del Estado por la del déficit endémico ( práctica que por mimetismo han adoptado múltiples ayuntamientos y Comunidades Autónomas), contribuirá a que la Prima de Riesgo se dispare, se rebaje la calificación de la Deuda del Estado y se incrementen las dificultades para obtener financiación exterior, lo que podría actuar como espoleta de una metástasis recesiva en la economía española. Así, según el Ministerio de Economía, la Deuda pública de España en el Tercer Trimestres del 2018 alcanzó el techo estratosférico del 98,5 % del PIB nacional, (1,17 Billlones €), lo que representa un crecimiento imparable desde el 2005 cuando la Deuda rondaba el 42% del PIB nacional (casi 400.000 millones de €).
Además, el Instituto Nacional de Estadística (INE) prevé que el país pierda un millón de habitantes en la próxima década, una tendencia que va a empeorar a medida que la generación del baby-boom comience a fallecer,dibujándose un escenario insostenible para el 2021 en que la “tasa de dependencia” según el INE, crecerá en un 57%. Ello supone que habrá seis personas inactivas ya sea jubilados, parados o estudiantes por cada persona activa lo que podría conllevar el colapso de la Seguridad Social en el horizonte del 2.021.
Desbocada inflación
La progresiva depreciación del euro frente al dólar aunado con el riesgo de una subida del crudo hasta los 80$ debido a factores geopolíticos hará que la inflación coquetee con el 2% para finales del 2.019, lo que provocará la pérdida de competitividad de los productos españoles respecto a los de sus homólogos europeos con la consiguiente constricción en las exportaciones e incremento del déficit comercial. Igualmente, una inflación descontrolada conlleva la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas, la contracción del consumo interno y la desincentivación del ahorro y búsqueda de rentas fuera de las actividades productivas, lo que podría provocar en un futuro mediato una desertización productiva que fuera incapaz de satisfacer la demanda de productos básicos.
Desempleo endémico
El milagro económico del paraíso neoliberal de Rajoy (reducción de la tasa del paro del 23,5% al 14,1%), tendría como efectos colaterales el incremento desmesurado del trabajo precario en España (más de 6 millones de personas), la desaparición del mito del puesto de trabajo vitalicio ( tasa del 90% de contratación parcial) y progresiva pérdida de poder adquisitivo de asalariados y pensionistas pues según el FMI “el ajuste económico español se habría producido mediante la caída de la producción y el incremento del paro, pero insuficiente en el lado de los salarios hasta fechas recientes”. Además, de seguir obviando la inversión en I+D+i, España podría convertirse en la próxima década en un país tercermundista a nivel de investigación e innovación, condenado a comprar patentes extranjeras y producir productos de bajo perfil tecnológico que requieran mano de obra de escasa o nula cualificación y fácilmente explotable, con salarios seiscieneuristas e interinidad vitalicia.
Conclusiones:

Si la Deuda Pública prosigue su vuelo por la estratosfera, los salarios y las pensiones siguen congelados o con incrementos inferiores al IPC, el crédito bancario sigue sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales a pymes, autónomos y particulares y no se aprovecha la dilación en los plazos para reducir el déficit establecidos por la Comisión Europea en incrementar la inversión en I+D+i y en Obra Pública para reducir el desempleo, la economía española se verá abocada a un peligroso cóctel explosivo,(el DDD), cuyos ingredientes serían una depreciación del poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas, una deuda pública desbocada así como desempleo endémico que podría generar una década de estancamiento en la economía española, rememorando la Década perdida de la economía japonesa.

Domingo 7 de abril, 5 Cuaresma – C (Jn 8,1-11)

JOSÉ ANTONIO PAGOLA

TODOS NECESITAMOS PERDÓN

Según su costumbre, Jesús ha pasado la noche a solas con su Padre querido en el Monte de los Olivos. Comienza el nuevo día, lleno del Espíritu de Dios que lo envía a «proclamar la liberación de los cautivos… y a dar libertad a los oprimidos». Pronto se verá rodeado por un gentío que acude a la explanada del templo para escucharlo.
De pronto, un grupo de escribas y fariseos irrumpe trayendo a «una mujer sorprendida en adulterio». No les preocupa el destino terrible de la mujer. Nadie le interroga de nada. Está ya condenada. Los acusadores lo dejan muy claro: «En la Ley de Moisés se manda apedrear a las adúlteras. Tú, ¿qué dices?».
La situación es dramática: los fariseos están tensos, la mujer angustiada, la gente expectante. Jesús guarda un silencio sorprendente. Tiene ante sí a aquella mujer humillada, condenada por todos. Pronto será ejecutada. ¿Es esta la última palabra de Dios sobre esta hija suya?
Jesús, que está sentado, se inclina hacia el suelo y comienza a escribir algunos trazos en tierra. Seguramente busca luz. Los acusadores le piden una respuesta en nombre de la Ley. Él les responderá desde su experiencia de la misericordia de Dios: aquella mujer y sus acusadores, todos ellos, están necesitados del perdón de Dios.
Los acusadores solo están pensando en el pecado de la mujer y en la condena de la Ley. Jesús cambiará la perspectiva. Pondrá a los acusadores ante su propio pecado. Ante Dios, todos han de reconocerse pecadores. Todos necesitamos su perdón.
Como le siguen insistiendo cada vez más, Jesús se incorpora y les dice: «Aquel de vosotros que no tenga pecado, puede tirarle la primera piedra». ¿Quiénes sois vosotros para condenar a muerte a esa mujer, olvidando vuestros propios pecados y vuestra necesidad del perdón y de la misericordia de Dios?
Los acusadores se van retirando uno tras otro. Jesús apunta hacia una convivencia donde la pena de muerte no puede ser la última palabra sobre un ser humano. Más adelante, Jesús dirá solemnemente: «Yo no he venido para juzgar al mundo sino para salvarlo».
El diálogo de Jesús con la mujer arroja nueva luz sobre su actuación. Los acusadores se han retirado, pero la mujer no se ha movido. Parece que necesita escuchar una última palabra de Jesús. No se siente todavía liberada. Jesús le dice: «Tampoco yo te condeno. Vete y, en adelante no peques más».

Le ofrece su perdón, y, al mismo tiempo, le invita a no pecar más. El perdón de Dios no anula la responsabilidad, sino que exige conversión. Jesús sabe que «Dios no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva».

Domingo 7 de abril de 2019, 5º de Cuaresma


5 de CuaresmaC
El bello texto de la primera lectura, de un discípulo de Isaías, es característico de su teología. Se ha llamado con frecuencia a Isaías el “profeta del nuevo éxodo” (35,6; 41,18ss) y el texto que comentamos, un texto muy citado y utilizado pastoralmente, lo muestra claramente. Con la fórmula clásica del “enviado” (“así dice…”) comienza la unidad; como ocurre con mucha frecuencia Dios, es presentado por lo que “hace”. La misma concluye en el v. 21 ya que en v. 22 comienza un nuevo oráculo de estilo muy diferente, con lo que el texto de la liturgia presenta claramente una unidad “redonda”. El estilo es hímnico, como se nota en los paralelismos (semejante a 40,22s; Sal 104,2ss; 136,5ss).
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DIRIGIRSE AL MONTE


comentario editorial
Cada vez que caminamos por la naturaleza recibimos mucho más de lo que buscamos” (John Muir)
7 de abril. Domingo V de Cuaresma.
Jn 8, 1-11
Jesús se dirigió al monte de los Olivos
La palabra monte, sinónimo de montaña se utiliza incontable número de veces en la Biblia. No solamente en el Antiguo Testamento sino también en el Nuevo.
Desde el Génesis 7:18, se menciona a los montes desde la creación. En Éxodo, 3:12 Dios le dijo a Moisés en la huida de Egipto: “Yo estaré contigo y ésta será la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto daréis culto a Dios en este monte”.
Cristo fue tentando en un monte por el rey de la mentira: “De nuevo lo lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria” (Mt, 4:8). El milagro de la multiplicación de los panes se menciona que Jesús estaba en el monte sentado (Mt, 15,29): “Desde allí, Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la montaña, se sentó”. Y se sentó en libertad, porque él sabía ya que, como ha dicho el papa Francisco en la entrevista retransmitida por televisión el lunes pasado, “quien levanta un muro para evitar que los demás lleguen hasta él, termina prisionero del muro que levantó”.
La transfiguración de Jesús se llevó a cabo en el Monte Tabor (Mt 17, 1-2): “Seis días más tarde llamó Jesús a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña elevada. Delante de ellos se transfiguró: su rostro resplandeció como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz”
Y antes de su pasión subió a orar al Monte de los Olivos, “Jesús salió de la ciudad y, como de costumbre, se dirigió al monte de los Olivos, y sus discípulos lo siguieron”. (Lc. 22, 39)
La palabra monte tiene un significado muy relevante en la transmisión del mensaje de Dios y en la persona de Jesús, pues es una referencia muy significativa. Y no solo en nuestra Biblia. De Buda se ha dicho lo siguiente:
La Transfiguración sucedió dos veces en la vida de Buda, en una de ellas su cuerpo brilló tanto que, según se dijo de él: “los nuevos mantos dorados que estaba portando, parecían haber perdido su lustre”.
La similitud con el relato de Lucas es patente. Son mitos aplicados también a personajes de otras muchas religiones.
Pero bíblicamente las montañas no solo tenían la función de origen de mantener el ecosistema del planeta en este entonces. La montaña tenía un uso principal que vemos tanto en el antiguo testamento como en el nuevo: era un lugar de oración, de contacto con Dios, pudiéramos decir de revelación.
Las montañas representan a los reinos. En este caso, al reino de Dios donde Él mismo reveló su presencia, no solo a los que por designio de Él mismo había escogido para una misión particular como lo fueron los profetas, sino al mismo Jesús, quien infinidad de veces se separó de la muchedumbre para subir al monte a orar a buscar paz en su espíritu.
La frase de John Muir, que encabeza nuestro artículo, Cada vez que caminamos por la naturaleza recibimos mucho más de lo que buscamos”, nos sugiere que debemos orientar nuestra atención, a transfigurarnos a nosotros mismos, y también los otros y a la Naturaleza entera.
Yolanda Barry, es una mujer con alma de girasol, firme como su tallo, pero frágil como sus pétalos. En este Poema canta sus ansias de despertar y vivir. ¿Y porqué no de transfigurarse y ser feliz?

POEMA A LA MÚSICA
Embellece mi alma, 
me calma, me alimenta, 
me llena, me entretiene, 
solo con oírla 
me siento viva. 

Mi música 
me alegra, me aligera, 
me olvido de mis penas, 
me transforma, enamora. 

Quiero vivir a ritmo 
de los compases, 
iluminar mi mundo 
de luces centelleantes. 

Solo quiero oír música, 
sentirla al calor de mi cuerpo, 
llenarme de estrellas relucientes 
y bailar, bailar sin descansar. 

Quiero bailar con su armonía, 
cantar con sus lindos versos, 
escribir mientras la escucho 
y dormir...oyéndola en mis sueños. 

Solo así viviría feliz, 
llevándola en lo más hondo 
de mi alma, llevándola 
hasta mi último suspiro, 
aún así...la quiero conmigo.


Es la interpretación, estúpidos

 Redes Cristianas
Jaime Richart, Antropólogo y jurista
 
Después de la experiencia de estos últimos cuarenta y cuatro años, y visto todo lo sucedido en su transcurso, se me ocurre que, de haber vivido Franco 20 ó 30 años más, esta Constitución y el mapa político-administrativo vigente le hubieran servido al aggior­namiento de su ideología: la Constitución de 1978 reempla­zaría a las Leyes Fundamentales del Reino, nombraría jefe de Estado al­que ya tenía preparado para rey, y él pasaba a la reserva para vigi­lar la transición y cuidar que en adelante todo lo fundamental se ajustase a su ideario.

Con un partido conserva­dor libre de sospe­chas y otro progresista pero dócil en alternan­cia; con una Diputa­ción en cada provincia, una Audiencia Nacio­nal atenta a los ama­gos de sublevación, un Tribunal Consti­tucional corrigiendo la tenta­ción de todo desvío, un Tribu­nal Supremo a lo suyo pero emi­nentemente conservador, y un Se­nado repleto de adictos al Nuevo Régimen, España hubiera se­guido su andadura como una balsa de aceite. Así, gradual­mente, se hubiese podido llegar algún día a la de­mocracia sin es­peciales contratiempos ni dolor. Yo mismo hubiera podido su­gerírselo dada mi cercanía en su última época, des­tinado en la Fis­calía General del Estado; destino al que muy pronto renuncié.
Al fin y al cabo, la mayoría de las leyes franquis­tas eran impeca­bles, técnicamente. Sencillamente porque sus redacto­res, el legis­lador, no estaban presionados por los mercados, ni apremia­dos por la impaciencia, como lo están ahora. Y distintos concep­tos que suenan bien, como “seguridad”, “derechos”, “coges­tión, etc, estarían cumplidamente atendidos, en la teoría, de esta misma Constitución. Pues así es cómo se pone de manifiesto que la Constitución no fue más que un apaño de siete redactores prove­nientes del Régimen. Ninguno procedía de las clases popula­res. Se metió en el paquete a votar, a la monarquía. El ejér­cito vigilaba. El pueblo temía un golpe de Estado a la muerte del dictador y estaba deseando pasar página cuanto antes, por eso firmó lo que fuese con tal de empezar una nueva vida polí­tica henchida de libertades. No eran aquellos momentos para ana­lizar el contenido del texto de esta Constitución, ni lo tram­posa que podría ser…
 
Ésta es sin duda la razón de que, según el CIS, un 70 por ciento de los españoles sea fa­vorable a la reforma de la Constitución. Y a propósito de ella, dos pilares: un referéndum monarquía-república, por un lado, y la entro­nización del Estado Federal. Sin embargo, en tanto esto no su­ceda, entiendo que no es la Constitución el pro­blema más grave, por arriba, que tiene España.

Pues, a pesar de es­tar viciada en ori­gen y ser centralizadora, contra natura por las muy distintas sensibi­lida­des geográficas, el verdadero pro­blema ha está en la pésima voluntad interpretativa del texto constitu­cional mostrada por los gobiernos que se han ido su­ce­diendo, por parte del TC, por parte del TS y por parte del perio­dismo oficialista al que se suma un periodista sa­lido de cloacas. Pu­diendo haberla inter­pre­tado con flexibilidad de otro modo –casi to­das las normas suelen te­ner más de una lec­tura- gobierno, TC, TS y periodismo ofi­cia­lista, además sub­vencionado, siempre han interpre­tado las nor­mas para cerrar el paso a la auténtica libertad de expresión, al de­sarrollo de las libertades participativas y a toda posi­bilidad de avance de la idea republicana. Y también, para impe­dir el cambio del sis­tema electoral que prima a los dos parti­dos de la alternan­cia.
Cuando España comenzó la nueva singladura, esta “aventura de­mocrática”, el pueblo esperaba muchas cosas. La esperanza era el motor. Era lógico y natural. Pero luego, a medida que han ido pa­sando los años, se ha ido agravando más y más la frustra­ción. En lu­gar del esperado saneamiento de la sociedad, se ha re­velado la co­rrupción generalizada en la clase política y empresa­rial. En lugar de la esperada disminución de las desigualdades, las desigualdades se han ido ensanchando todavía más.
En lugar del esperado pro­greso político y la esperada separación de pode­res del Estado, la clase política se ha mostrado en general más oportunista que servi­dora pública, cuando no malhechora, y los tres poderes se han mani­festado semi fundidos en uno. En lugar del ejercicio democrá­tico a través del referéndum y de las consul­tas populares previstas en la Constitución y, eventual­mente, la esperada autodeterminación de los territorios y pue­blos de España, no sólo no ha habido lugar ni al uno ni a las otras en ningún caso y circunstancia, sino que se ha reaccionado por parte de esas cuatro instituciones con parecida represión a la franquista, a pesar de que la Constitución prevé re­feréndum y con­sulta popular en su artículo 149, 32º, sólo dependien­tes de la autorización del gobierno de turno.
Es un cúmulo de cosas que hace indeseable las condiciones en que se ha ido manifestando esta democracia que parece un simula­cro. Porque luego, ahí está la permisividad del ejecutivo y del legisla­tivo hacia los poderes fácticos; la benevolencia de la justicia hacia los miembros indeseables y, eso sí, felones que han saqueado las arcas públicas; la respuesta de los gobiernos, del TC, del TS da­das al pueblo y a sus demandas a lo largo de es­tas cuatro décadas so­bre distintas cuestiones… Todo lo que hace aflorarlas fuerzas ocul­tas manejadas por los poderes bancarios, financieros y de las grandes empresas, y por los reaccionarios franquistas a los que a ve­ces se unen los falsos socialistas con los que comparten los benefi­cios de las puertas giratorias (139 mi­nistros y altos cargos desde 2014, según “Público”).
Fuerzas que fre­nan la evolución de­mocrá­tica e in­terpretan las normas de cual­quier rango, más en cla­ves franquis­tas que en términos de la tolerancia que caracteriza a los estados mo­dernos y avanzados. Es más, hubiera bastado una ver­dadera sepa­ración de los pode­res del Estado, una interpretación razonable de los artículos de la Constitución, del código penal y otras normas concomitantes, res­pecto al orden público, respecto al País Vasco y Cataluña y otras cuestiones de calado, por un lado, y una interpre­ta­ción implacable de las leyes punitivas para castigar a los políti­cos expoliadores haciéndoles devolver hasta el último euro el producto de su nauseabunda rapiña, por otro lado, para que el pue­blo se hubiese aceptado como mal menor la Constitu­ción sin deseos significativos de derogarla o reformarla. Por­que la se­para­ción de poderes siempre ha sido sospechosa, y nunca la tole­ran­cia ha sido la pauta; ni por parte de los gobier­nos ni por parte de la justi­cia. Sólo han sido tolerantes ambos con quienes no debían serlo: con los abusadores del poder y con los forajidos de traje y cor­bata.

En estas condiciones, aunque nunca las leyes en sí mismas son la solución, porque la solución viene de la catadura de quienes las inter­pretan y aplican, la reforma de la Constitución que intro­duzca el Estado Fede­ral y a la larga o a la corta la posibilidad de la Re­pública como forma de Estado, es una asignatura tan pen­diente que, hasta que no sea realidad, será muy difícil que Es­paña viva con estabilidad y ver­daderamente en paz. Por eso Cata­lunya y la de­seable exhuma­ción de los restos del dictador se han convertido en otras más de las muchas cortinas de humo pro­vocadas para que en el fondo todo siga igual. Para que todo siga igual, si no es que eclosiona la oficial involución institucio­nal en los inminentes comi­cios a través del par­tido oficial de ul­traderecha, al que se adhiere como una lapa el que finge ser de centro pero es tan extremoso co­mo él, con la obse­cuencia y con­descendencia efectivas del partido mayoritario progre­sista que fue…