FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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miércoles, 5 de octubre de 2022

José Antonio Pagola

 ATRIO

José Antonio Pagola

A finales del pasado mes de junio se presentó en Madrid el libro-entrevista que, firmado por su sobrino, Juan Ignacio Pagola, narra algunos de los pasajes de la vida del teólogo donostiarra más leído y traducido estas últimas décadas: “José Antonio Pagola. Un creyente apasionado por Jesús”. Quien se adentre en su lectura se va a encontrar con una interesante conversación, escrita con la empatía que, aún hoy, se le sigue negando en no pocos sectores de la Iglesia y de la sociedad civil. Entiendo, a diferencia de estas personas, que dicha empatía es exigible a quien busque comprender cualquier aporte, sea el del teólogo nacido en el barrio donostiarra de Añorga o el de otro autor. Y, de manera particular, a quien pretenda criticar –con la intención de prolongar y, si fuera el caso, superar– la contribución que funda y explica la vida a la que se refiere el texto al que me refiero en estas líneas.

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Palabra y conversión

 


Carlos Maza Serneguet

Cristianismo y Justicia

Cuando los chavales de mi calle estábamos todos en edad de jugar al balón, solía venir por el barrio un cuentacuentos al que llamábamos Esopo. No porque conociéramos de antes al fabulista griego, sino porque aquel hombre del que no recuerdo el nombre tiraba sobre todo de fábulas y, entre los nombres de Esopo, Iriarte o de la Fontaine, nos pareció más gracioso el primero como mote. Gracias a él conocimos mejor a la perezosa cigarra y a la abnegada hormiga, a la liebre que se creía capaz de romper el tiempo corriendo y a la tortuga que caminaba segundo a segundo.
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Enrique Solano, astrofísico, primer presidente en España de la Sociedad de Científicos Católicos: «El científico católico ha de mostrarse firme, no achantarse y vivir la fe con naturalidad»

 


Pablo J. Ginés

Religión en Libertad

La Sociedad de Científicos Católicos, de ámbito internacional, ya tiene su primer capítulo o grupo filial organizado fuera de Estados Unidos y es el capítulo español. Acaban de anunciar quién es su primer presidente: Enrique Solano Márquez, astrofísico del Observatorio Virtual Español, un apasionado de la divulgación, con gran capacidad comunicativa. Explica a ReL los retos de los científicos católicos hoy y les anima a unirse a la asociación para vivir la fe con más libertad y mostrar la armonía de ciencia y fe, que se ayudan mutuamente.
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El Papa: Recemos por una Iglesia sinodal abierta a todos

 


Vatican News

Papa56

En el Video del Papa con la intención de oración para el mes de octubre, el Pontífice invita a rezar para que la Iglesia viva cada vez más la sinodalidad. “Eso es lo que Dios se espera de la Iglesia del tercer milenio: que retome conciencia que es un pueblo en camino”
¿Qué significa “hacer sínodo”? Significa “caminar juntos, en la misma dirección. Y esto es lo que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”. Con esta afirmación, el Papa Francisco inicia el Video del Papa del mes de octubre con la intención de oración por una Iglesia sinodal “abierta a todos”, que el Pontífice confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa.
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En el reino del revés, la víctima es el agresor


María Landi

Palestina en el corazón

Palestina

¡LIBERTAD PARA HAFEZ HURAINI!
Hafez Hureini es un conocido y querido líder comunitario del poblado Al-Tuwani, en las Colinas al Sur de Hebrón. Practica y enseña la acción no violenta. Su hijo Sami, también líder comunitario, es fundador del novedoso colectivo Jóvenes de Sumud. Ambos participan en la resistencia pacífica para defender a las comunidades de Masafer Yatta de la inminente expulsión de su tierra. El 13 de septiembre Hafez fue atacado por colonos ilegales armados con barras de metal y M16, pero como ‘castigo’ los soldados lo detuvieron a él por intentar defenderse, no a los atacantes. Traduzco un hilo de la periodista Yumna Patel en Twitter:
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¿Por qué está “harto” el nuncio Bernardito Auza?

 


José Lorenzo

Religión Digital

Nuncio Bernardito

Las ternas que prepara con posibles obispos son analizadas a fondo
Hay quien asegura que el nuncio “está harto del equipo de asesores” del que le han rodeado una vez que se encendieron algunas alarmas por las ternas que Bernardito Auza enviaba a Roma
“Se achacaron aquellos nombramientos a que el diplomático filipino se aconsejaba con el arzobispo emérito de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela”
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Brasil. Lula lidera elecciones para una segunda vuelta incierta por factor Bolsonaro


Kaosenlared

Lula

El 30 de octubre se sabrá en segunda vuelta quién será el próximo presidente de Brasil para el periodo 2023-2027, tras los comicios generales de este 2 de octubre, donde Luiz Inácio Lula da Silva encabezó la contienda con un 48,16% de las preferencias, equivalente a más de 56 millones de votos, la pugna contra el ultraderecha Jair Bolsonaro, que sacó el 43,43%, equivalente a más de 50 millones de votos, luego de conocerse por el Tribunal Nacional Electoral el 98,86% de las mesas escrutadas en todo el país.
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CCOO saluda el “contrapunto” del gobierno a la rebaja “irresponsable” de impuestos

 


Jose Luis Palacios

Noticias Obreras

El sindicato celebra “los reflejos del Gobierno”, pero advierte de los elementos “oscuros” de su plan fiscal. Eso sí, ha insistido en que “España no puede ir a una rebaja generalizada de impuestos”.
El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ve positivo el hecho de que el Ejecutivo “rompa el mensaje fuerza que se había instalado en los últimos días en España, según el cual lo que tocaba era una política generalizada de bajar impuestos”.
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El Papa: Putin detenga la guerra. Zelensky ábrase a serias propuestas de paz

 


Vatican News

papa47

Francisco, preocupado por la amenaza nuclear y la escalada militar del conflicto en Ucrania, dedica todo el Ángelus a hacer un fuerte llamamiento al alto el fuego. Lamenta las anexiones, recomienda respetar la integridad territorial de cada país y los derechos de las minorías. Se lamenta por los miles de víctimas, “especialmente entre los niños”.
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Natalia Peiro, secretaria general de Caritas española: “Me quita el sueño imaginar cómo afrontarán tantas familias este invierno”

 


José Lorenzo

Religión Digital

La secretaria general de Cáritas Española considera el de la vivienda el problema más grave
“El Gobierno debería aprobar un bono familiar que vaya más allá de la cesta de 30 euros”
“Estamos aquí para transformar la vida de esas personas, para transformar la sociedad en un mundo más fraterno y en el que todos seamos iguales”
“Por supuesto que es importante la cesta de la compra, pero, en la actual coyuntura, hay que considerar otros gastos esenciales de las familias en educación o sanidad, porque, en momentos de emergencia, la gente tendrá que elegir entre ir al dentista o pagar la electricidad”
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Giorgia Meloni, la católica que reniega de Francisco y gobernará el ‘país del Papa’

 


Jesús Bastante

eldiario

Es una orgullosa defensora de los “valores innegociables” de Juan Pablo II, del odio al extranjero, el negacionismo climático y la defensa de la cruz y de la fe frente a la ‘invasión’ musulmana, frente a un Bergoglio que defiende el diálogo entre civilizaciones y la defensa del planeta
— La derecha política y mediática arremete contra el “Papa antiespañol” por menos de lo que dijeron sus predecesores
“No es fascista, es simplemente cristiana”. Así saludó la prensa ultraconservadora católica la victoria de Giorgia Meloni en las elecciones italianas. Una mujer de profundas raíces religiosas, partidaria del matrimonio tradicional, contraria al aborto, fan de Juan Pablo II (también lo fue –¿lo es?– de Mussolini) y defensora de la identidad cristiana de Europa frente a los “ataques islámicos” y la “invasión” de inmigrantes.
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REVERENCIAR LA VIDA*


col koldo

Hay ideas que maduran en el consciente colectivo, que empiezan a saltar de mente en mente, señal indubitativa de que les ha llegado su hora aguardada. Tal es el caso de conceptos como “espiritualidad ecológica” o “ecología profunda”, que expresan, al fin y al cabo, nuestro anhelo de vivir más insertos en la Creación, su armonía y sus ritmos, más en comunión respetuosa y amorosa con la Tierra, nuestra Madre, y sus Reinos. En el ocaso de una civilización desacralizada y meramente consumista, en los estertores del paradigma individualista-materialistas, en el agotamiento de la sociedad que depreda sin medida agua, cielo y tierra…, conviene abrazar estos pensamientos simiente-esperanza. Conviene también dilucidar cómo los querremos encarnar, aplicar en nuestra vida cotidiana. Todo ideario deberá buscar su compromiso o conexión con la realidad. 

Si deseamos que nuestra ecología sea comprometida, verdadera y “profunda”, conviene acertar cómo y hasta dónde deseamos “cavar”. “Reverenciar la Creación” puede ser un ejercicio de adoración pasivo o puede invitarnos a una actitud más proactiva, por ejemplo a calzar buzo, a coger carretilla, rastrillo y azada. Proponemos reverenciar la Vida, no sólo en el reclinatorio apartado, sino en medio de Ella.

La urgencia planetaria de nuestros días demanda que esa ecología profunda arraigue de forma preferencial en la educación. La educación de hoy nos permitirá visualizar y predisponer la sociedad del mañana.  La huerta acerca al niño al asombro y éste desemboca a su vez en el agradecimiento. No podremos sumirnos en el sincero y profundo agradecimiento sin, en algún momento, dar con un Eco, sin encontrar Receptor, sin tropezar, tarde o temprano, con Aquello que nos desborda y que hemos convenido referir como “Dios”. Ese Dios, que felizmente ha mutado de arriba abajo nuestras vidas, siempre se hallará al final de todas nuestras rendiciones, no necesariamente al comienzo de la “instrucción” en el tradicional sentido del término. 

Más que “conducir” (“educere”), abrir ventanas, puertas y oportunidades. Más que el ayer del encaminar, el mañana de creciente libertad y por lo tanto de sorpresa y descubrimiento.   Quien es “conducido” a menudo querrá tomar relevo, protagonismo, delantera; a veces también deshacer el camino. La conducción férrea puede anunciar el postrero peligro del extravío. Por lo tanto, no tanto “conducir” al alumno a Dios por los caminos ya trillados y a menudo gastados, sino levantar las vallas y cerrojos, propiciar las condiciones para que en algún momento del recorrido se dé ese “tropiezo sagrado”, esa singular experiencia sin retorno, ese “hallazgo” que no tendrá vuelta hacia atrás. 

El agradecimiento a la postre siempre desembocará en el Misterio sin Nombre. Estamos dibujando un nuevo recorrido para llegar a Dios, un nuevo trazado con todos sus borrones inevitables, con todos sus errores y despistes, con todas sus desazones…, sobre todo desbordados y desbordadas de un nuevo entusiasmo ('En -Theos', que lleva a Dios dentro). 

No tanto el academicismo libresco, la recepción pasiva de conocimientos por "divinos" que semejen, sino la experiencia directa, protagonista y vital. No tanto la metafísica inasible, sino la física, los procesos naturales visibles y cercanos. Que el niño, la niña pueda llegar a Dios, a lo Inombrable no precisamente memorizando un catecismo ajeno, a menudo ininteligible; sino en medio de la Naturaleza, cavando la tierra con la azada, sembrando la semilla y aguardando a que la magia de la planta, de la flor, del fruto… se revelen, lenta y silenciosamente, ante sus ojos maravillados. 

Estamos cocreando una nueva educación que resuene con nuestra hora intensa, difícil, a la vez que cargada de oportunidades; una educación que prescinda cada vez más del aula pequeña entre las paredes e invite a salir al aula inmensa de la Creación, que nos permita darnos de bruces con su Origen. Ya no importa tanto los nombres que demos al Creador, tantas veces los Nombres nos han dividido y confrontado; lo que más nos interesa es propiciar ese santo "tropiezo", capaz de enfocar nuestras vidas en el mejor de los sentidos: el de la absoluta rendición e infinito agradecimiento. 

 

Koldo Aldai

* Resumen de la ponencia del autor en el próximo Encuentro Galilea 2022, “Espiritualidad ecológica”. https://www.centrovedruna.org/actividades/formacion/87/galilea-2022

FUERA DEL MUNDO NO HAY SALVACIÓN, Y LA IGLESIA DEBE CONECTAR CON ÉL, NO IMPONERSE

RELIGIÓN DIGITAL

col espeja

 

Acaba de salir el nuevo libro del dominico Jesús Espeja 'La eternidad en lo efímero. Evolución y esperanza'. Jesús pertenece a esa generación de teólogos que con los aires renovadores del Vaticano II, ha seguido interpretando la fe cristiana en los cambios culturales y en los vaivenes de la Iglesia durante los últimos cincuenta años. En sus muchas publicaciones van inseparablemente unidos la experiencia de Dios revelado en Jesucristo y el apasionamiento por una sociedad fraterna. Es lo que deja claro en este libro de texto breve y de lectura fácil que viene a ser como una síntesis al final su la andadura.

-¿Qué te propusiste al escribir este libro?

-Pensé que la mejor forma de narrar mi evolución como creyente cristiano a lo largo de varias décadas marcadas por muchos cambios, sería exponer de modo claro y sencillo mi comprensión actual sobre algunos temas centrales de la fe o experiencia cristiana.

"La Biblia cuenta no tanto lo que ocurrió sino lo que está ocurriendo siempre"

-Perteneces a una generación de profesores que os formasteis en la teología escolástica y con la orientación del Concilio emprendisteis una renovación de la teología.Pero en los años de postconcilio ha cambiado el mundo y esos cambios han dejado su impacto en la Iglesia ¿No habrá que dar nuevos pasos en la reflexión teológica?

-Soy consciente del rápido y alborotado cambio cultural después del Concilio; incluso pienso que ya cuando se celebró, estaba irrumpiendo la postmodernidad a la que no responden los documentos conciliares. Es posible que, instalados en la reflexión teológica que se hizo por los años 70 del siglo pasado, pretendamos hacer una teología renovada repitiendo hoy sin más el discurso que pudo ser renovador en esa etapa de postconcilio.

-Entonces ¿qué sentido puede tener ahora esta síntesis que nos brindas?

-Veo el proceso de mi reflexión teológica en dependencia de los otros. En primer lugar de mis maestros que me dieron lo mejor que tenían; con su herencia, y escuchando lo nuevo que ha ido naciendo, he tratado de avanzar; por eso en el subtítulo del libro digo “evolución”. Los otros son también las nuevas generaciones que mejorarán los pequeños pasos adelante que mi generación ha dado; por eso en el subtítulo digo “esperanza”. También a los jóvenes vendrá bien conocer las visiones y apuestas de mi generación para beneficiarse de lo bueno, corregir nuestros errores y roturar nuevos caminos.

-Con brevedad pero con precisión hablas sobre Dios, sobre la vocación de la humanidad, sobre la Iglesia, y su relación con el mundo, los sacramentos, la Virgen María, la muerte y el más allá de la muerte ¿Cuál es la clave común de tu enfoque en estos temas?

-La clave es la encarnación. Jesucristo, revelación de Dios como Presencia de amor que continuamente se está dando, manifiesta plenamente la vocación de la humanidad que crece abriéndose libre y totalmente a esa Presencia. Y la encarnación continua de algún modo en todas las personas y en la evolución de la sociedad humana.

-Dices en el libro que “el teísmo puede ser tan nefasto e incluso más que el ateísmo para la identidad de Dios revelado en la conducta de Jesús” ¿Qué quieres decir?

-Entiendo aquí por teísmo la creencia en un ser supremo con poderes sobrenaturales que está fuera del mundo y arbitrariamente interviene para hacer su voluntad. Según el Evangelio, Dios es “Abba”, Presencia de amor en que todos y todo habitamos. No se impone desde arriba y desde fuera con su poder, sino que se da como amor desde dentro de la misma humanidad.

-Pero ¿la muerte de Jesús no fue un sacrificio para, en justicia, pagar y aplacar a la divinidad ofendida?

-Según la fe de la Iglesia, la muerte de Jesús fue la expresión del amor de Dios encarnado en la humanidad que, seducida por ese amor, es capaz de vivir y morir para hacer el bien a todos. Su muerte no fue obra de reconciliación que la humanidad ofrece a Dios airado sino la expresión incomprensible de Dios encarnado que manifiesta su poder en la misericordia.

-Algunos dicen que ya estamos salvados ¿Cómo escribes que “necesitamos ser salvados?”

Llamo salvación a tener buena salud, ser libres y felices. Pero nuestra libertad necesita ser liberada y nuestra salud es muy deficiente. La Biblia cuenta no tanto lo que ocurrió sino lo que está ocurriendo siempre. El relato bíblico sobre la caída de la primera pareja en el paraíso, evoca lo que sucede una y otra vez en la historia de la humanidad. Llevamos dentro el anhelo de una salud y liberación plenas; pero nos equivocamos si rompemos con el Creador cuya Presencia de amor nos constituye. Los cristianos creemos que en Jesucristo se abrió para todos el camino, y experimentamos que ya estamos salvados “en esperanza”.

-Cuando hablas sobra la encarnación de lo divino en lo humano, escribes: “Por eso nadie puede ser obligado a pensar y actuar en contra de su conciencia que no debe ser manipulada, coacciona o ignorada” ¿No te parece arriesgado hablar así ?

-Creo que ésta es la fe de la Iglesia proclamada en el Vaticano II y ratificada expresamente hoy por el papa Francisco que, según ha dicho, no se cree autorizado para juzgar a nadie. Sí, esto supone un cambio para la teología moral y para la conducta de muchos cristianos que, acostumbrados a lo que les manden, fácilmente abdican de su libertad y responsabilidad personales.

-Cuando hablas de la Iglesia dices: ”Solo avivando la fe cristiana como experiencia personal, es posible una Iglesia en salida con la que hoy sueña el papa Francisco” ¿Crees que esto es fácil?

Pienso que el sueño no se arregla solo con un “aggiornamento”. Es necesario un nuevo nacimiento del Espíritu para una constante conversión al Evangelio. Hay formas en las estructuras esenciales de la Iglesia que son antievangélicas y la impiden llevar a cabo su misión. Pero las cosas no se arreglan con unos cambios en esas formas a modo de barniz si nuestro corazón sigue instalado. Hay que avivar personal y comunitariamente la fe o experiencia cristiana como seguimiento de Jesús, recreando en la propia historia la conducta de aquel hombre a quien los cristianos confesamos Palabra e Hijo de Dios.

"El 'aggiornamento' no es suficiente. Es necesario un nuevo nacimiento del Espíritu para una constante conversión al Evangelio"

-¿Puedes resumir la renovación que, siguiendo la orientación del Concilio, propones en la celebración de los sacramentos, la devoción mariana y la relación de la Iglesia con el mundo?

-En los sacramentos hay que pasar del ritualismo, a la celebración de unos símbolos que sean profesión pública de la fe comunitaria y personal. El Concilio no propuso una mariología de milagros y privilegios, sino que celebró a la Virgen María como primera discípula de Jesús e imagen purísima de lo que toda la Iglesia ansía y espera ser. En el Concilio la mirada de la Iglesia, aun reconociendo el lado oscuro de la humanidad con todas las realidades entre las que vive, fue de simpatía y de solidaridad, consciente de que el mundo sigue acompañado y bendecido por el Creador. Esa mirada permite concluir que fuera del mundo no hay salvación. En consecuencia la Iglesia no debe imponerse al mundo sino conectar con los anhelos, gozos y sufrimientos de la sociedad humana, hacerlos suyos, y ofrecer de modo creíble el Evangelio para el desarrollo integral de la humanidad.

-El capítulo final sobre la muerte y el más allá respira libertad y confianza ¿En qué te apoyas?

-Sencillamente me apoyo en la fe o experiencia cristiana de Dios, Presencia de amor que continuamente se está dando y nunca nos abandonará. Es verdad que nosotros, puestos en manos de nuestra propia decisión podemos cerrarnos a esa Presencia y fracasar definitivamente. Pero desde la fe o experiencia cristiana, es impensable que Dios tenga preparado un equipo de especialistas en tortura para castigar eternamente a los seres humanos obra de su amor.

"Hay que avivar personal y comunitariamente la fe o experiencia cristiana como seguimiento de Jesús"

LA IMPOSIBLE UNIFORMIDAD

FE ADULTA

col otalora

 

El pluralismo es la base de la naturaleza. Lo vemos en la enorme variedad botánica, en los millones de especies animales, en el despliegue impresionante de diversidad que aun no conocemos bien del todo. Ocurre igualmente con la pluralidad universal  de etnias, culturas e idiomas. Lo diferente es la norma, no la excepción, y de ahí surgen las diferentes maneras de crear, crecer y convivir, abocadas a la participación y la solidaridad para un mundo mejor, al menos para la mayoría. No estamos hechos para la uniformidad por más que nos tiente imponerla. Compartir y respetar es lo único que nos hace capaces de avanzar como sociedad al implicarnos desde la escucha, la reflexión y el consenso entre diferentes. Donde todos piensan igual, es que nadie está pensando mucho, que dijera el agudo periodista Walter Lippmann.

Es cierto que nuestra democracia es imperfecta, pero aceptamos -a regañadientes- el derecho de los oponentes a participar de tú a tú en las instituciones como la mejor manera de convivir. La dictadura, acordémonos, es el reino del pensamiento único. Pero la cabra tira al monte y la tentación de reducir la influencia del pensamiento plural, ha vuelto con maneras sibilinas muy peligrosas, de modo que a aquellos que se postulan diferentes, se exponen a que les respondamos con la vileza y el ninguneo. Ocurre en la calle, pasa en el Parlamento, en las redes sociales, cada vez menos respetuosas en la medida que, inexplicablemente, se permite el anonimato a la hora de insultar. El resultado de esta deriva irracional la capitalizan grupos como Vox que propugna abiertamente una sociedad excluyente en lo social, en lo económico y en lo político desde un catolicismo que recuerda las actitudes de las autoridades religiosas que crucificaron a Jesús. Italia hoy es otro ejemplo triste de esto.

El tiempo de las libertades, creativas por definición, parece tener menos encanto que el pensamiento único. Pero nuestra condición nos hace rebelarnos a favor del pluralismo inevitable; podemos arrinconarlo, perseguirlo, que  volverá como las hierbas que brotan de nuevo bajo el suelo construido, en cuanto nos descuidamos. Y ocurre así porque alguien habrá siempre que luche por las libertades y la concordia creativa, por la convivencia entre diferentes como la única llave para llegar a acuerdos generales de convivencia aprovechando la diversidad creativa. Cuando tenemos amigos de verdad, es porque aceptamos y valoramos que piensen diferente a nosotros; nos tienta “convertirles”, pero sabemos que sería el principio del fin de la mejor amistad.  

¿Por qué enquistarnos en lo que nos separa, hasta el punto de fomentar la guerra entre naciones y entre personas, en lugar de valorar primero lo que nos une? La fuerza mantiene artificialmente el pensamiento único. Y cada vez que padecemos la uniformidad, estamos en retroceso político, social o religioso. Incluso decimos que Dios está de nuestra parte, los creyentes de todo siglo y condición; es capital que mi ideología triunfe para avanzar, decimos desde la política. La unidad no es uniformidad. El pluralismo y la unidad no tienen por qué ser excluyentes ni contradictorios.  La Torre de Babel quería ser un inmenso icono que simbolizara la uniformidad. 

El dogma esencial de lo que surge todo lo demás es el amor, vivido a la manera de Jesús de Nazaret, decimos todos los cristianos. En ello está el Papa Francisco con su apuesta sinodal, a la manera de un Concilio encubierto, en forma de proceso de revisión sobre la forma de ser y actuar de los católicos viviendo su experiencia de fe desde la escucha respetuosa y el servicio con amor.

La globalización financiera es otro intento mendaz para laminar la diversidad en beneficio de un poder económico más centralizado. Afortunadamente, siempre vuelve la necesidad de unirnos y enriquecernos desde la diversidad, recuperar el respeto a la opinión diferente, la escucha activa, la colaboración sincera que propicia compartir lo esencial que nos une, como debiera ocurrir también en el universo fragmentado cristiano.

Ante el diferente, ¿optamos por la imposición o por la convivencia abierta y respetuosa, incluso hasta dejarnos sorprender para salir enriquecidos mutuamente? El resultado de la elección salta a la vista, ya en la vida cotidiana.

ENCENDAMOS UNA VELA

FE ADULTA

col gerardo

 

Si echamos un vistazo al mundo, enseguida nos llegan a los ojos las guerras, muertes, hambre, refugio… La lista de calamidades es tremenda. Pero quiero tener una visión al revés. Sin negar lo malo que existe, vamos a fijarnos en lo positivo, en lo bueno, en lo justo que se da ya en el mundo. Podríamos hacer una lista enorme. El otro día hacíamos en un grupo la dinámica de encender una velita por cada cosa buena que hemos visto este verano. Y enseguida faltaron velas, porque hicimos previamente un lavado de ojos, y nos pusimos las gafas muy limpias. Necesito cada día leer y escuchar y ver los medios de comunicación con otros ojos y fijarme y valorar las cosas pequeñas, los detalles sencillos, lo positivo que brota aun entre las piedras de la fachada, entre las baldosas del suelo.

Nos hemos habituado a dejarnos impresionar por lo negativo sin pararnos a valorar lo que hay en cada uno y en la sociedad de alternativo. A veces puede en nosotros la visión religiosa más que la cristiana y valoramos lo popular, lo externo, lo “milagroso” más que lo humano, lo natural, lo divino. Era más importante entrar en el templo, como David, y comer los dones de la proposición, para quitar el hambre por encima de lo que se consideraba religioso y sagrado.

Por supuesto que existen guerras, muertes, hambre, calamidades, epidemias…. Pero escarbemos debajo de esas realidades y seguramente que encontramos rescoldos de perdón, amor, entrega, servicio, preocupación por los demás, ayuda….

Me llega en este momento propaganda del libro de Santos Urías: "La calle es un cántico nuevo lleno de risas, llanto, danzas y pasión. Con ojos nuevos”.

Me ofende cada vez que se cuenta la muerte de una esposa a manos de su marido contando toda clase de detalles. Lo mismo que siempre que se narran los aspectos más truculentos de un crimen. Es cierto que necesitamos que nos informen de las guerras, los desastres, el hambre… Pero no creo darnos más detalles hirientes nos ayude a sanar.

Voy a predicar en la eucaristía sobre el dinero. Creo que animo más a compartir, ofreciendo alternativas positivas, propuestas de justicia, más que censurar el egoísmo que me hace más cerrado.

En medio de la oscuridad, encendamos una vela.

LA REVUELTA DE LAS MUJERES EN LA IGLESIA


col marisa

 

Reseña del libro “La revuelta de las mujeres en la Iglesia”.
Ed. La Imprenta, Madrid, 2022

El pasado sábado 24 de septiembre, fiesta de la Merced, se ha presentado en Madrid, en la parroquia San Carlos Borromeo, un libro que recoge y celebra la Revuelta de las Mujeres en la Iglesia. La Revuelta es un movimiento de mujeres nacido en los diferentes territorios del estado español en el año 2020, y aunque su inicio pareció verse frustrado con la irrupción de la pandemia, lejos de que esta circunstancia supusiera un debilitamiento, la emergencia sanitaria y el cierre subsiguiente nos hizo más fuertes. Gracias a la pandemia hemos desarrollado habilidades y estrategias que reforzaron nuestro movimiento.

La obra ha sido realizada por un equipo de siete mujeres: Pili Calle Humanes del grupo de Mujeres de la HOAC de Barcelona, Mercedes López Herrera de Mujeres y Teología de Sevilla, Mabel Ruiz Ruiz de Mujeres y Teología de Zaragoza, Marisa Vidal Collazo de Mulleres Cristiás Galegas Exeria de Galicia, Pepa Moleón Caro, de Mujeres y Teología de Madrid, Pepa Torres Pérez de la Red Miriam de Espiritualidad Ignaciana Femenina y Silvia Martínez Cano de la Asociación de Teólogas Españolas. Hemos asumido este reto sabiendo que respondemos al deseo y el clamor de muchas mujeres que, en todo el mundo, trabajan en la construcción de una Iglesia en la que la igualdad sea costumbre.

En la presentación del libro saltan ya los motivos que nos han llevado a acometer este acto de rebeldía editorial. Y es que creemos que la situación de las mujeres en la Iglesia católica es una vulneración de derechos y su restitución una cuestión de justicia. También una oportunidad de conversión para la comunidad eclesial. El camino que estamos abriendo es indispensable, ineludible, imparable… Para recorrerlo nos sentimos habitadas por la Ruah, el Espíritu de la Sabiduría de Dios, que nos alienta e impulsa.

Para lograr este propósito, hemos contado con muchas y muy buenas manos que son el claro reflejo de la sororidad que implica la Revuelta de Mujeres en la Iglesia y la polifonía que nos define. Una polifonía sororal que abre desde Italia, la historiadora y periodista Lucetta Scaraffia, autora del  prólogo.

El contenido está estructurado en cuatro partes y un amplio apartado de anexos.

La primera parte recoge las Genealogías de la Revuelta, el seno materno en el que nace y se desenvuelve la Revuelta, que estalla gozosa en Barcelona, pero que es un movimiento que viene de lejos, gestado a lo largo de los años con el empuje de muchas.

La parte segunda, Geografías de la Revuelta, abre campo y nos muestra las revueltas que crecen, en paralelo a la nuestra, por ósmosis o contagio, en diálogo con el feminismo y otros movimientos sociales, en países como India, la América Andina o México. Contamos en esta parte con las colaboraciones de la teóloga de Ecclesia of Women in Asia Kochurani Abraham, la teóloga aymara Sofía Chipana Quispe, de la Comunidad de Sabias y Teólogas Indígenas de Abya Yala y las mxicanas Marisa Noriega Cándamo y María Andrea González Benassini, de la Cátedra de Teología Feminista “Carmen Montull Vallés” de la Universidad Iberoamericana, fundadoras de Tras las Huellas de Sofía.

La tercera parte, Políticas y Vivencias, da cuerpo teórico a lo que muestra nuestra práctica. La Teología feminista nos cambia la mirada y nos lleva a hacer propuestas concretas desde la Revuelta a la Iglesia, ejerciendo políticas de la confianza y del vínculo. La teología feminista es una Teología del Cuerpo, que se materializa en la vida. Destacan en esta parte las colaboraciones de la teóloga gallega Carme Soto Varela y la brasileña Ivone Gebara.

La cuarta parte es un vuelo de futuro en el que queremos sentipensar la Iglesia que soñamos. Partiendo del proceso sinodal que estamos llevado adelante las mujeres de todo el mundo, coordinadas por el Catholic Women’s Council, contamos con las colaboraciones de tres mujeres que saben mucho de procesos sinodales: la teóloga Pilar de Miguel Fernández, miembro del European Women Synod y de los comités internacionales que organizaron los Sínodos Europeos de Mujeres (Gmunden, 1996 y Barcelona 2003) y con Teresa Casillas Fiori y Mónica Díaz Álamo, dos de las mujeres integrantes del Comité de Habla Hispana del CWC. En esta sección del libro planeamos nuestro futuro en resistencia y creatividad, proponiendo buenas prácticas en la pastoral y la liturgia. La última palabra la tienen los sueños de las más jóvenes, en la voz de María González Barral, del grupo Feminista&Cristiana.

El epílogo ha sido escrito por Mari Pau Trayner i Vilanova, de Dones en l’Esglesia per la Paritat, una mujer que, como otras muchas, ha vivido y empujado para que todo este proceso de mujeres pudiera llegar desde los años 80 del siglo pasado hasta el día de hoy.

Un trazo característico del libro es nuestro empeño por hacer praxis de lo que relatamos. Por eso cada parte culmina con una muestra de cómo poner en práctica las cuestiones que se plantean. Así, al remate de la primera parte ofrecemos pistas de trabajo para poder construir nuestras propias genealogías. Al final de la segunda parte mostramos en formato QR descargable como se forma un grupo de Revuelta con el caso particular de Victoria-Gasteiz narrado por Miriam Aristimuño. En la tercera Marisa Rodríguez Pereiro, de la Red Miriam de Espiritualidad Ignaciana Femenina, propone pistas para preparar celebraciones y rituales que dan hondura a la vida. La última parte se cierra con los tips de supervivencia, un aporte de las más jóvenes, pensando para su difusión en redes sociales, que se pueden descargar desde un código QR.

Completamos la obra con un apretado apartado de Anexos que abre el Manifiesto de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia, nuestro documento fundacional. También en formato descargable QR “La Revuelta de las Mujeres en las calles” ofrece guiones de diferentes actos celebrados por la Revuelta en distintas ciudades: ¡todo un despliegue de creatividad! Cierra el libro una necesaria cronología de 60 mujeres imprescindibles, que a lo largo de la Historia de la Iglesia han abierto y caminado las sendas que ahora pisan nuestros pies.

Como última información se incluye la presentación de las autoras y las direcciones web, presencia en redes sociales y contacto de todos los grupos de la Revuelta en España y México.

Y así, con la premura de la hija que agranda y hace avanzar la herencia de sus madres, firmamos este libro hasta que la igualdad, ¡la justicia y el cuidado de la casa común se hagan costumbre en la Iglesia!

 

Marisa Vidal Collazo

Mulleres Cristiás Galegas Exeria

BERNARD BESRET: LA UTOPÍA DE BOQUEN


col arregi

 

En las calurosas tardes de la primera semana del pasado agosto, a la sombra de un tilo en Champigny-sur-Veude, tranquilo pueblecito francés rodeado de extensos campos de girasol y de maíz, leí con entusiasmo y desazón a la vez la tesis doctoral de Béatrice Lebel-Goascoz: Boquen entre utopie et révolution 1965-1976 (Presses Universitaires de Rennes, 2015). Una historia apasionante cuyo protagonista es Bernard Besret.

Hace tiempo dejó de ser noticia, pero sigue siendo una figura refrescante, inspiradora. Un hombre profético, visionario y valiente. Un hombre de alma mística, de ojos abiertos, de palabra arrebatadora. Libre y fiel al fuego que le habitaba y le sigue habitando. Durante una década decisiva de la historia que nos ha tocado vivir, lideró un movimiento vigoroso de reforma espiritual, cultural, política. Sucedió en los años 1965-1976, tan cercanos todavía, pero tan lejanos ya.

Era una época llena de promesas. Desde el fin de la II Guerra Mundial (1945) hasta 1980, sobre toda la Tierra se alzaron arcoíris de esperanza. Más de 50 países de África, Asia y América colonizados por estados europeos obtuvieron la independencia. Un mundo justo, fraterno y libre parecía posible. Diversos mayos como el del 68 francés ondearon las banderas de la utopía, sacudiendo los cimientos del orden establecido. Una refundación de la política y de la economía, una revolución social, cultural, espiritual estaba germinando. En la Iglesia Católica Romana, un papa italiano conservador y muy mayor, convocó de manera inesperada el Concilio Vaticano II (1962-1965) bajo la consigna del aggiornamento o puesta al día. Que ventanas y puertas se abran, proclamó. Viejos cerrojos cedían. Multitudes de jóvenes, que todavía llenaban las iglesias de Europa y América, podían soñar. En América Latina, la oprimida, proliferaban comunidades cristianas de base, inspiradas por la teología de la liberación. Otra Iglesia nacía: una Iglesia comunión de comunidades diversas y libres, sin jerarquías; Iglesia hermana más que madre, compañera más que regente, diálogo más que magisterio, carisma más que código, fermento más que credo, cuidado de la vida y de la tierra más que culto al dios del cielo. Inspiración y aliento, no estructura de poder.

Desde el día de su primera comunión, Bernard Besret, precoz niño bretón, había abandonado la vieja Iglesia institucional y pronto inició el camino al interior que le irá abriendo a horizontes y anchuras sin dentro ni fuera. A raíz de la muerte de su madre a sus 13 años, sintió más intensamente la Llama de amor viva sin nombre y sin forma arder en lo más profundo de su ser. Se volvió buscador. Leyó a Aristóteles, Leibniz, Aldous Huxley, Laozi… Crecía en él un profundo deseo de vida retirada en algún tipo de ashram o monasterio. Un día, en 1952, a sus 17 años, un compañero de liceo le habló de su reciente visita al monasterio de Santa María de Boquen (Bretaña) –que en bretón significa “Espino blanco” y en vasco equivale a “Arantzazu”, coincidencia que me llena de emoción–. Allí, un monje cisterciense, también bretón y carismático, Alexis Presse, acababa de restaurar el antiguo monasterio en ruinas y de reiniciar un proyecto innovador de vida monástica, ligada a la cultura bretona. Inmediatamente, Bernard fue a verlo y quedó fascinado. Un año más tarde, Dom Alexis lo recibió como novicio y entre los dos se creó una profunda sintonía de inspiración y de proyecto.

A pesar de las resistencias del joven monje a todo orden clerical, el abad Alexis lo ordenó sacerdote y lo envió a Roma a estudiar filosofía y teología. Su personalidad seductora, su hondura espiritual, su impresionante capacidad intelectual, su palabra cautivadora hicieron que muchos quisieran tenerlo a su lado. El Abad General de la Orden Cisterciense lo hizo su asistente personal, un obispo bretón lo llamó a acompañarle en el Concilio Vaticano II (1962-1965) como su teólogo particular. En las todopoderosas Curias vaticanas de Roma se le abría el futuro más brillante, podía ascender a lo más alto del escalafón. Pero a nada de eso aspiraba Bernard. Se volvió a Boquen. Allí, durante 10 años, floreció el espino y dolieron las espinas.

En 1964, debido a la grave enfermedad de Dom Alexis (fallecería un año después), y a petición suya, la Orden cisterciense nombró abad a Bernard. A sus 29 años, tomó el relevo de su referente espiritual. Afluyeron multitudes de jóvenes y adultos, estudiantes y profesores de Bretaña y de París, líderes del 68, militantes sociales, campesinos y urbanitas de aquí y de allá. Soñadores y activistas de todo tipo. Católicos críticos, protestantes, ateos, homosexuales, divorciados vueltos a casar… todos eran acogidos por igual. Por allí pasaron también Y. Congar, M.D. Chenu, M. Légaut, J. Moingt. La belleza del lugar, la liturgia innovadora, el silencio y la oración profunda, la sublimidad del canto polifónico compuesto (o improvisado a modo de jazz) por Bernard y cantado por él mismo junto con dos de sus compañeros, la elegancia del joven abad y su palabra encendida los arrastraba.

¿A dónde? A una nueva vida monástica, a una comunión abierta más allá de toda clausura, de la distinción canónica entre monjes y laicos, de la rígida separación entre hombres y mujeres, de la rúbrica litúrgica. A una nueva Iglesia carismática y fraterno-sororal sin clases ni jerarquías, sin clérigos, religiosos y laicos, sin límites entre ortodoxia y herejía, una Iglesia de comunión sin anatemas. A un mundo libre y hermanado, sin desigualdad ni sumisión, sin hambre ni exclusión ni fronteras cerradas, a una revolución sin violencia. A un nuevo cristianismo espiritual y aconfesional, sin separación entre sagrado y profano, sin vinculación necesaria a ningún credo, sin lectura literal de la Biblia y de los dogmas, sin pretensión de exclusividad ni de superioridad sobre otras religiones o sobre la ausencia de toda religión, un cristianismo con sacramentos desacralizados, un cristianismo místico y político y eco-feminista liberador, un “cristianismo crítico, lírico y político”, en palabras de Bernard Besret.

¿Pero era posible? Lo fue mientras él estuvo allí y, con su carisma personal, limó desavenencias y buscó equilibrios. La pregunta decisiva es, me parece: para la Orden cisterciense y la institución católica ¿era tolerable la evolución de Boquen y la continuidad allí del joven abad? ¿Por qué no habría de serlo? Pero de hecho no lo fue. El motivo o la excusa final se produjo cuando Dom Bernard, el 20 de agosto de 1969, fiesta de San Bernardo, ante un millar de personas, pronunció una sonora conferencia sobre “Boquen ayer, hoy y mañana”. En ella soltó, como quien no quiere la cosa, la idea de abrir un año sabático para que todos los clérigos y religiosas/os pudieran discernir y abandonar o mantener su compromiso de celibato. ¡Escándalo en la Iglesia católica!

Dos meses después, el 15 de octubre, el Abad general de la Orden cisterciense destituyó a Dom Bernard como abad, conminándole a abandonar el monasterio antes del fin del mes. A partir de ese momento todo fue más difícil. Las posiciones se radicalizaron peligrosamente. En el monasterio, la contestación eclesial amenazaba con ahogar la búsqueda del silencio, la revolución política parecía eclipsar la aspiración mística. En las instituciones eclesiales, los márgenes de tolerancia se fueron estrechando y multiplicándose las reconvenciones. Acorralado y atrapado, en octubre de 1974, Bernard dejó el monasterio y el sacerdocio clerical, sin trámites ni papeleos de por medio, emprendió otra vida y siguió por libre su búsqueda de silencio y comunión. En el otoño de 1976, la Orden y la jerarquía católica expulsaron del monasterio la comunidad tanto monacal como laica que aún permanecía en “Santa María del Espino”, e impusieron la entrada de otra congregación contemplativa femenina, alejada de la utopía de Alexis, Bernard y compañeras y compañeros de la “Comunión de Boquen”. Un gran sueño, uno más, se desvaneció. En octubre de 1978, Juan Pablo II fue elegido papa; en 1979, Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido; en 1981, Ronald Reagan, presidente de los EEUU. Los sueños se malogran uno tras otro, pero nunca se malogra la esperanza activa sin apego a ningún logro.

En 1997, Bernard Besret viajó a Shangai para crear un museo de ciencias. Allí conoció maestros taoístas. Desde su jubilación, reparte su tiempo entre su casa de Plougrescant (Bretaña) y China, donde anima un monasterio taoísta junto con un monje chino amigo. Bernard sigue siendo monje en búsqueda de otras utopías inalcanzables, animado por el Espíritu, la Ruah, el Aliento que sopla donde quiere, que crea y recrea sin cesar y transciende fronteras, que vibraba sobre las aguas del génesis. Lo sentimos vibrar también hoy si abrimos los ojos y atravesamos fronteras.

Al final del epílogo con que cierra la tesis de B. Lebel-Goascoz, Bernard Besret escribe (en 2014): “A lo largo de estos años [1965-1975] he vivido lo que, con un poco de humor, me permito llamar ‘la gracia de la des-conversión’.

Todo eso me queda ya lejos. A lo largo de los cuarenta años transcurridos desde entonces, he vivido otras varias vidas, pero sin perder jamás el hilo rojo que las une todas, a saber, una confianza inquebrantable en el fondo último de lo real del que no dudo que es, pero del que evidentemente ignoro qué es.

Boquen no habrá sido más que un grito. El grito de los hombres y de las mujeres sedientas de agua viva. Hace mucho tiempo que dejó de escucharse, pero de vez en cuando percibo su eco. A veces incluso hasta en China”.

 

José Arregi

Aizarna, 28 de septiembre de 2022

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WE, THE PEOPLE

RELIGIÓN DIGITAL

col acebo

Recientemente me ha llegado por Whatsapp una antigua frase del expresidente, Ronald Reagan, de los Estados Unidos. Su pequeña charla se puede resumir en tres palabras y una metáfora. Las palabras We, the People (nosotros el pueblo) hacen alusión al sujeto en torno al que debe girar la vida política y la metáfora habla de un coche, cuya propiedad es del pueblo que deja como conductor al gobernante de turno tras unas elecciones y un programa de gobierno para cuya ejecución ha sido elegido.

Es bueno recordar este hecho ya que muchos gobernantes se consideran dueños y señores de la silla que ocupan y con frecuencia no miran al bienestar de la gente sino al suyo propio. Hacen nombramientos entre sus familiares y conocidos a los que llenan los bolsillos y tratan de perpetuarse en el poder. Hay algunos que hacen fraude en las elecciones o incluso fuerzan el cambio de las constituciones para que no haya límites temporales al ejercicio del cargo. Todo vale para conseguirlo por lo que el pueblo, ese sujeto que es el propietario del poder, no se atreve a levantar la voz por miedo a represalias.

Todos somos conscientes de que la democracia está muriendo por una lenta enfermedad de las instituciones que pueden frenar al ejercicio despótico del poder, ya sean los jueces, los fiscales o los medios de comunicación a los que se ponen constantes trabas que llegan incluso al asesinato.

¿Y qué pasa en la Iglesia? Nuestra institución no es una democracia, pero vive en un mundo cambiante que influye en el pensamiento eclesial cuando la cultura ambiente difiere, o parece diferir, de las certezas eclesiales. La primera reacción es cerrarse en banda algo imposible ya que no hay más que ver la presión que ejercen las mujeres para alcanzar puestos de poder y los colectivos LGTB que piden ser reconocidos. El concilio Vaticano II pidió que se tuvieran en cuenta estos signos de los tiempos pues eran una realidad que con frecuencia nuestra Iglesia no había tenido en cuenta o les había dado la espalda. No había ayudado en este empeño de apertura del pensamiento la declaración de infalibilidad pontificia que hizo el concilio Vaticano I.

Pero no estoy hablando de algo nuevo, aunque estaba dormido que es el sentido de los fieles, sensus fidei, que significa la comunión de todos los fieles invadidos por el Espíritu en pos de la verdad. El cardenal Newman habló de tres magisterios en la Iglesia: los obispos, los teólogos y el pueblo, los dos últimos muchas veces silenciados ya que el que levantaba la voz sufría las consecuencias que alcanzaban desde la excomunión hasta la pérdida de empleos o cátedras. Aquí destaca como algo novedoso la teología del laicado, la teología de un creyente cuya vida está inmersa en las realidades temporales y en su situación la revelación del Espíritu puede adquirir connotaciones distintas. De aquí la necesidad de que la jerarquía escuche a todos los fieles.

La Gaudium et Spes nos dijo que era propio de todo el pueblo de Dios, pero especialmente de los pastores y los teólogos, auscultar, discernir e interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la Palabra divina, a fin de que la Verdad pueda ser mejor percibida y entendida.

Veo con esperanza el proceso sinodal donde la voz de todas las parroquias del mundo va a estar presente. También creo que algunos miembros de la jerarquía, que no están acostumbrados a escuchar, van a poner todos los palos en la rueda que puedan con la intención, que nunca confesarán, que descarrile el movimiento, pero poco a poco, la Iglesia se va abriendo y hace camino al andar.

ENCUENTRO, SANACIÓN Y AGRADECIMIENTO

FE ADULTA

col pepa torres com

 

Lucas (17,11-19)

El evangelio de hoy narra un milagro de Jesús, una curación. Los milagros de Jesús son expresión de su acción liberadora, de sus relaciones sanadoras e incluyentes frente a un orden social y religioso más preocupado por el cumplimiento de las leyes que por aliviar el sufrimiento de las personas. En este caso el de diez leprosos. Pero el tema central de este texto no es propiamente el milagro sino el agradecimiento.

Jesús obra el milagro como es habitual en él, desde la absoluta gratuidad, sin pretender ningún tipo de protagonismo o compensación, porque lo que está en el centro de su acción liberadora es el sufrimiento del otro y no su ego ni su necesidad de reconocimiento. El milagro busca la restitución y la inclusión de los leprosos en la comunidad y por ello Jesús les envía a los sacerdotes, para que una vez confirmado que han quedado sanados de la enfermedad sean reintegrados y acogidos en la comunidad de la que forman parte.

Pero el tema central del relato es el desigual modo con que el grupo de leprosos procesa interiormente el encuentro con Jesús y su sanación. Sólo uno de ellos, el samaritano, vivirá aquel encuentro y su sanación como algo absolutamente inédito, desde una experiencia profunda de agradecimiento que le desborda y le hace volver a Jesús, consciente que una experiencia radicalmente nueva ha surgido en su vida y nada podrá ya volver a ser igual. La mediación de los sacerdotes ya no le es necesaria. A partir de lo que el mismo ha experimentado se ha convertido en testigo de la irrupción de un nuevo orden inaugurado por Jesús, el del amor y la compasión frente a la ley y los ritos vacíos.

De esa experiencia brota el agradecimiento como un don incontenible: convertirse en amor como respuesta al amor recibido. Los gritos iniciales de auxilio se convierten por parte del leproso samaritano en gritos de alegría. No es casual, que sea precisamente un samaritano, un “maldito”, el único del grupo que reaccione de esta manera y capte el misterio de novedad radical acontecido en Jesús, pues el evangelio está siempre atravesado por esa constante: los últimos serán los primeros y los pobres son los preferidos de Dios.

La gratuidad y el agradecimiento son signos de que el reino esta ya entre nosotros y nosotras. Ambos nacen de la lógica del don, no de la retribución, la suficiencia o los merecimientos. También de la humildad radical que supone experimentarnos vulnerables y necesitados.

Jesús toma la palabra al final del relato y sus preguntas van dirigidas también a nosotras y nosotros hoy. ¿Dónde nos encontramos con Él?, ¿De qué nos sana? ¿Qué novedad radical introduce en nuestra vida? ¿Qué puede más en nosotros la lógica del don y el agradecimiento o la suficiencia? ¿Quiénes son para nosotros y nosotras nuestros maestros para vivir en clave de agradecimiento en nuestra vida cotidiana?

28 Tiempo ordinario – C (Lucas 17,11-19) 28 Tiempo ordinario – C (Lucas 17,11-19) Evangelio del 9 / Oct / 2022Publicado el 03/ Oct/ 2022por Coordinador - Mario González Juradoevangelio, Pagola RECUPERAR LA GRATITUD

 


JOSÉ ANTONIO PAGOLA

Se ha dicho que la gratitud está desapareciendo del «paisaje afectivo» de la vida moderna. El conocido ensayista José Antonio Marina recordaba recientemente que el paso de Nietzsche, Freud y Marx nos ha dejado sumidos en una «cultura de la sospecha» que hace difícil el agradecimiento.

Se desconfía del gesto realizado por pura generosidad. Según el profesor, «se ha hecho dogma de fe que nadie da nada gratis y que toda intención aparentemente buena oculta una impostura». Es fácil entonces considerar la gratitud como «un sentimiento de bobos, de equivocados o de esclavos».

No sé si esta actitud está tan generalizada. Pero sí es cierto que, en nuestra «civilización mercantilista», cada vez hay menos lugar para lo gratuito. Todo se intercambia, se presta, se debe o se exige. En este clima social la gratitud desaparece. Cada cual tiene lo que se merece, lo que se ha ganado con su propio esfuerzo. A nadie se le regala nada.

Algo semejante puede suceder en la relación con Dios si la religión se convierte en una especie de contrato con él: «Yo te ofrezco oraciones y sacrificios y Tú me aseguras tu protección. Yo cumplo lo estipulado y Tú me recompensas». Desaparecen así de la experiencia religiosa la alabanza y la acción de gracias a Dios, fuente y origen de todo bien.

Para muchos creyentes, recuperar la gratitud puede ser el primer paso para sanar su relación con Dios. Esta alabanza agradecida no consiste primariamente en tributarle elogios ni en enumerar los dones recibidos. Lo primero es captar la grandeza de Dios y su bondad insondable. Intuir que solo se puede vivir ante Él dando gracias. Esta gratitud radical a Dios genera en la persona una forma nueva de mirarse a sí misma, de relacionarse con las cosas y de convivir con los demás.

El creyente agradecido sabe que su existencia entera es don de Dios. Las cosas que le rodean adquieren una profundidad antes ignorada; no están ahí solo como objetos que sirven para satisfacer necesidades; son signos de la gracia y la bondad del Creador. Las personas que encuentra en su camino son también regalo y gracia; a través de ellas se le ofrece la presencia invisible de Dios.

De los diez leprosos curados por Jesús, solo uno vuelve «glorificando a Dios», y solo él escucha las palabras de Jesús: «Tu fe te ha salvado». El reconocimiento gozoso y la alabanza a Dios siempre son fuente de salvación.

 

NO ES EL CUMPLIMIENTO DE LA LEY LO QUE TE SALVARÁ DOMINGO 28 (C) Lc 17,11-19

fe adulta

col fraymarcos

 


Una vez más se nos recuerda el texto que Jesús va de camino hacia Jerusalén, donde se enfrentará al poder del templo, lo que le llevará a la muerte y a la plenitud como ser humano en la entrega total. En esa subida se va haciendo presente la salvación, no solo al final del camino como nos han hecho creer. Jesús sale al encuentro de los oprimidos y esclavizados de cualquier clase. Se preocupa de todo el que encuentra en su camino y tiene dificultades para ser él mismo. Sin la compasión de Jesús, el relato sería imposible.

Dice un proverbio oriental: cuando el sabio apunta a la luna, el necio se queda mirando al dedo. Al seguir empleando el título “los diez leprosos” nos quedamos en el dedo y no descubrimos la luna a la que apuntan. Debíamos decir: diez leprosos curados, uno salvado. En el texto vemos que la fe abarca no solo la confianza sino la respuesta, fidelidad. Es la respuesta que completa la fe que salva. La confianza cura, la fidelidad salva. Mientras el hombre no responde con su propio reconocimiento y entrega, no se produce la verdadera liberación. Una vez más queda cuestionada nuestra fe, por no llevar implícita la fidelidad.

El protagonista es el que volvió. La lepra era el máximo exponente de la marginación. La lepra es una enfermedad muy peligrosa. Al no tener clara la diferencia entre lepra y otras infecciones de la piel, se declaraba lepra cualquier síntoma que pudiera dar sospechas. Muchas de esas infecciones se curaban espontáneamente y el sacerdote volvía a declarar puro al enfermo. A esta manera de actuar puramente defensiva, Jesús quiere oponer una fe-confianza que debe cambiar también la actitud de la sociedad. Al tomar como referencia la salvación del samaritano, está resaltando la universalidad de la salvación de Dios; pero sobre todo, está criticando la idea judía de una relación con Dios excluyente.

No tiene por qué tratarse de un relato histórico. Los exégetas apuntan más bien a una historia del primer cristianismo, encaminada a resaltar la diferencia entre el judaísmo y la primera comunidad cristiana. En efecto, el fundamento de la religión judía era el cumplimiento estricto de la Ley. Si un judío cumplía la Ley, Dios cumpliría su promesa de salvación. En cambio, para los cristianos, lo fundamental era el don gratuito e incondicional de Dios; al que se respondía con el agradecimiento. “Se volvió alabando a Dios y dando gracias”. Tenemos datos para descubrir que esta era la actitud de la primera comunidad.

Distinguimos 7 pasos: 1º.- Súplica profunda y sincera. Son conscientes de su situación desesperada y descubren la posibilidad de superarla. “Jesús, maestro, ten compasión de nosotros. 2º. - Respuesta indirecta de Jesús. “Id a presentaros a los sacerdotes”. Ni siquiera se habla de milagro. 3º.- Confianza de los diez en que Jesús puede curarlos. 4º.- En un momento del camino quedan limpios. “Mientras iban de camino”. 5º.- Reacción espontánea de uno. “Viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios y dando gracias”. 6º.- Sorpresa de Jesús, no por el que vuelve, sino por los que siguieron su camino. “Los otros nueve, ¿dónde están? 7º.- Una verdadera actitud vital que permite al samaritano alcanzar mucho más que una curación: una verdadera salvación. “Levántate, vete, tu fe te ha salvado”.

En este relato encontramos una de las ideas centrales de todo el evangelio: La autenticidad, la necesidad de una religiosidad que sea vida y no solamente programación y acomodación a unas normas externas. Se llega a insinuar que las instituciones religiosas pueden ser un impedimento para el desarrollo integral de la persona. Todas las instituciones tienden a hacer de las personas robots, que ellas puedan controlar con facilidad. Si no defendemos nuestra personali­dad, la vida y el desarrollo individual termina por anularse. El ser humano, por ser a la vez individual y social, se encuentra atrapado entre estos dos frentes: la necesidad de las instituciones y la exigencia de defenderse de ellas para que no lo anulen.

Solo uno volvió para dar gracias. Solo uno se dejó llevar por el impulso vital. Los nueve restantes se sintieron obligados a cumplir la ley: presentarse al sacerdote para que les declarara puro y pudieran volver a formar parte de la sociedad. Para ellos, volver a formar parte del organigrama religioso y social era la única salvación que esperaban. Los nueve vuelven a someterse a la institución; van al encuentro con Dios en el templo. El Samaritano creyó más urgente volver a dar gracias. Fue el que acertó, porque, libre de las ataduras de la Ley, se atrevió a expresar su vivencia profunda. Encuentra la presencia de Dios en Jesús.

La verdadera salvación para el leproso llega en el agradecimiento. El problema es que queremos expresar a Dios nuestro agradecimiento como lo hacemos a otras personas. Solo viviendo el don podemos agradecerlo. Los otros nueve fueros curados, pero no encontraron la verdadera salvación; porque tenían suficiente con la liberación de la lepra y la recuperación del estatus social. Nos sentimos inclinados a buscar la salvación en las seguridades externas y a conformarnos con ella. Incluso no tenemos ningún reparo en meter a Dios en nuestra propia dinámica y convertirle en garante de la salvación material.

El cumplimiento de una norma solo tiene sentido religioso cuando la hemos interiorizado desde el convencimiento personal. Jesús no dio ninguna nueva ley, solo la del amor, que no puede ser nunca un mandamiento. Ese valor relativo, que Jesús dio a la Ley, le costó el rechazo frontal de todas las instancias religiosas de su tiempo. Jesús tuvo que hacer un gran esfuerzo por librarse de todas las instituciones que, en su tiempo como en todo tiempo, intentaban manipular y anular a la persona. Para ser él mismo, tuvo que enfrentarse a la ley, al templo, a las instancias religiosas y civiles, a su propia familia.

El seguimiento de Jesús consiste en una forma de vivir. La vida escapa a toda posible programación que le llegue de fuera. Lo único que la guía es la dinámica interna, es decir, la fuerza que viene de dentro de cada ser y no el constreñimiento que le puede venir de fuera. La misma definición de Aristóteles lo expresa con claridad. Vida = "motus ab intrinseco" (movimiento desde dentro). No basta el cumplir escrupulosamente las normas, como hacían los fariseos, hay que vivir la presencia de Dios. Todos seguimos teniendo algo de fariseos.

Un ejemplo puede aclararnos esta idea. Cuando se vacía una estatua de bronce, el bronce líquido se amolda perfectamente a un soporte externo, el molde; la figura puede salir perfecta en su configuración externa, solo le falta la vida. Eso pasa con la religión; puede ser un molde perfecto, pero acoplarse a él no es garantía ninguna de vida. Y sin vida, la religión se convierte en un corsé, cuyo único efecto es impedir la libertad. Todas las normas, todos los ritos, todas las doctrinas son solo medios para alcanzar la vida espiritual. Conformarnos con aceptar una programación perfecta puede impedirnos esa vida auténtica.

No sé si somos conscientes de que “eucaristía” significa acción de gracias. Además, en ella repetimos más de quince veces “Señor ten piedad”, como los diez leprosos. Salvación es reconocer y agradecer a Dios lo que Él es. El evangelio de hoy tenía que motivarnos para celebrar conscientemente esta eucaristía. Que sea una manifestación de agradecimiento y alabanza. Antiguamente tenía gran importancia la celebración de las Témporas en Octubre. Eran días de acción de gracias que tenían mucho sentido para la gente del campo. Al finalizar la recolección de los frutos, se le daba gracias a Dios por todos sus dones.