FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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jueves, 23 de febrero de 2012

Primavera valenciana


ATRIO

¡Ojalá de Valencia -sede física de Atrio- salga algo más que noticias sobre corrupción y sobre el voto masivo a la derecha, a pesar de todo! La bola de indignación frente a los recortes y la desmesurada acción policial empezó en un emblemático Instituto de Educación Secundaria, el que lleva el título del gran humanista valenciano Luis Vives. Cuenta el inicio de la protesta y da datos sobre su contexto la escritoraLucía Etxebarria, una valenciana universal, como Luis Vives, muy sensible a todas las injusticias, cuya última actualización en Facebook reproducimos a continuación.
Actualización de estado
De Lucía Etxebarria
Los valencianos han pagado con sus impuestos los siguientes despilfarros inútiles :
  • 760.880.921 euros = el edificio de la ciudad de Ciudad de las Artes.
  • 1.500.000.000 euros = America’s Cup. solo tuvo una audiencia del 4% de share
  • 100.000.000 euros = Formula 1.
  • 100.000.000 euros =La visita del Papa en 2006
  • 400.000.000 euros = El nuevo Mestalla. para el Valencia club de futbol (entidad privada), cuando está a punto de quebrar la entidad
  • 113.000.000 euros=Open de Tenis. que todas las ciudades han desechado
  • 2.000.000 euros = Plaza cubierta. en Xativa
  • 4.000.000 euros = Campaña A favor del trasvase.
  • Subvención anual de la Televisión Valenciana: 130 millones de euros. Todo el cine español recibe al año 70 millones de euros.15000 personas trabajan allí, más personal que en Telecinco. Pagó 500.000 euros para estrenar ‘La piel que habito’ y a continuación la vendió a Telecinco para que la emita antes por 150.000 euros. ( Es decir, el directivo se quedó con la pasta restante, a todas luces)
  • 15.000.000.000 euros : Deuda de la comunidad Valenciana
Pero no había dinero para que los menores valencianos pudieran estudiar en edificios y no en barracones. Para que pudieran estudiar sin tener que ir con mantas a un instituto sin calefacción y con goteras
  • Cuando un chico sacó un vídeo de la situación, en la que se veía a los estudiantes tomar apuntes cubiertos por mantas, se le expulsó del instituto. Los alumnos pues decidieron salir a la calle a protestar y reclamar una educación digna.
  • Como respuesta, se les envió un operativo policial más potente que el enviado a Sol en las protestas del 11 M.
  • Se agredió a menores que se habían manifestado pacificamente. Están corriendo videos en los que se ve como la policía agrede a dos niñas y a un niños que no estaban haciendo nada, que simplemente estaban quietos.´
La Comunidad Valenciana es la segunda autonomía con más fracaso escolar. Ha empeorado en 14,4 puntos en el período 2000-20006 y sólo está por detrás de Ceuta.
Además EL País Valencià es la comunidad autónoma que más desatiende su sistema sanitario. Según el informe de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp) en su último informe sobre Los servicios sanitarios de las comunidades autónomas 2010.
Por supuesto, la televisión autonómica valenciana ( repito : Subvención anual de la Televisión Valenciana: 130 millones de euros. Todo el cine español recibe al año 70 millones de euros) no informa de esto
La policía ha realizado más detenciones en Valencia en la protesta estudiantil de los últimos días que en las movilizaciones registradas en el último año, en el resto de España ( manifestaciones del 15M y contra r los recortes presupuestarios) Ha habido 38 detenciones, ocho detenidos menores.
El jefe superior de Policía de Valencia, Antonio Moreno, se ha negado a explicar cuántos efectivos policiales ha desplegado porque no piensa “proporcionar esa información al enemigo”. Si tu enemigo es un crío cuya arma es una mochila, tienes un problema.
Se supone que los estudiantes han alterado el orden público. No ha habido quemas de contenedores, ni un escaparate roto, ni un cristal rajado.
La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Paula Sánchez de León, que ha presentado al responsable policial y no ha intervenido hasta que han terminado las preguntas para expresar su deseo de que los incidentes queden “como un anécdota que no se vuelva a repetir”.
Tú, votante de derechas, que eres católico ¿ Quieres que hablemos del mensaje de Cristo? ¿ Es esto ayudar al desfavorecido? ¿ Es esto sostener el mensaje cristiano de la genenerosidad y la no violencia?
En los evangelios, Jesús nos habla de los niños o nos pone en sus ejemplos a los niños : “El que recibe a este niño en mi Nombre me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe a Aquel que me envió” Lc 9, 46-50 ¿ De verdad te puedes decir católico y justificar la agresión a menores que, repito, no han roto un cristal, no han quemado un contenedor, no han destrozado un escaparate, sino que se limitaban a reclamar una escuela con calefacción y sin goteras, escuela que podrían haber tenido si el dinero de los impuestos de los valencianos se hubiera destinado a lo que se supone que se destina y no a fastos faraónicos que benefician – mucho- a muy pocos ?

No acato, ni respeto un escándalo supremo


Gaspar Llamazares Trigo

La condena anunciada del Tribunal Supremo al juez Garzón pone en evidencia la politización corporativa del poder judicial.
El linchamiento o juicio inquisitorial a Garzón resume, como pocos, nuestros males nacionales, en este caso, las aberraciones del poder que se convierten en afrentas a la ética civil y la justicia.
La condena anunciada del Tribunal Supremo pone en evidencia la politización corporativa del poder judicial.
El primero de ellos es la soberbia y prepotencia clasista de los que se consideran todavía hoy vencedores de la guerra civil y luego también de la interpretación de la transición. Los que no están dispuestos a que nadie cuestione, revise o interprete el pasado: ni de la impunidad, ni de las leyes, como ha hecho con el caso de las víctimas del franquismo, Baltasar Garzón. A él se le podía permitir sacar a la luz los trapos sucios de las “dictaduras bananeras”, pero ni hablar de sacar los colores a la Metrópoli del Imperio ¡Aquí somos más serios, aquí la impunidad del franquismo no se toca!
Se trata también de un juicio que simboliza el conflicto entre las Instituciones del Estado
La utilización burda de la Ley de Amnistía como ley de punto final y el menosprecio de derecho internacional en materia de Derechos Humanos reanuda la apropiación de la Constitución por los sectores que más la combatieron.
El segundo es un mal, tan viejo como el mundo, la codicia, que extiende un manto de silencio sobre la ominosa corrupción que durante décadas y, con pasividades y complicidades de muchos, se ha enseñoreado de nuestro sistema económico y social (especulación urbanística y financiera) y de nuestra clase política, contaminando “a todas” las Instituciones del Estado. La codicia de los plutócratas del Estado. Los Gürtel, Palma Arena y demás resumen la corrupción ramplona y una exhibición hortera por parte de empresarios, políticos y demás corte de los milagros.
Por ello, la defensa sin matices del derecho de defensa, interpretada como inmunidad de los despachos de abogados, deja inermes a los jueces en su lucha contra el delito de guante blanco.
El tercero de los males es muy nuestro, tan nuestro como la envidia. Envidia del éxito del juez Garzón que se puede permitir organizar cursos en el centro del imperio. Envidia de su valentía y de su trabajo, mientras otros dormitan a la sombra de los viejos muros de la Audiencia. Envidia de su soltura para mantener la profesionalidad y opinar políticamente. Envidia de su compromiso con las causas justas. Envidia de su imán mediático, de sus contactos internacionales, incluso de sus errores, de todo.
Pero envidia también transformada en rencor corporativo e institucional. Se trata también de un juicio que simboliza el conflicto entre las Instituciones del Estado. Un juicio al papel político y mediático en la lucha antiterrorista, a la persecución internacional de los crímenes contra la humanidad, y luego en la lucha contra el crimen organizado y la corrupción. Un rencor supremo, una ira sorda. Por eso no es casual que todo empiece por las escuchas. Un debate jurídico transformado en un juicio por prevaricación. Una patología suprema.
Una factura también al papel de Garzón en la lucha antiterrorista, por parte de los mismos que le jalearon antes, y que no perdonan ahora su papel comprometido ante la opinión pública en el intento fallido de proceso de paz. Había que abortarlo y con la ayuda de los bárbaros de ETA se abortó, y ahora se trata de eliminar a todos sus actores “simbólicamente”.
¡Qué mejor forma de meterle mano ante la opinión pública que un juicio a sus supuestas extralimitaciones en materia de garantías! ¡Qué mejor forma de linchar a Garzón que cuestionando su compromiso con los derechos humanos! Una jugada maestra.
Nunca un tribunal tan alto pudo volar más bajo. Un esperpento, tan nuestro. ¡Una vergüenza nacional!
Y una estrategia también suprema donde se coordinan los tiempos, los temas y los actores. Todo ello encaminado a una crónica de una condena anunciada. La condena del juez Garzón, es la condena una vez más, de las víctimas de los juicios franquistas a la luz de las leyes de la transición, utilizadas como ley del silencio.
La condena también de la persecución penal internacional y del papel de la Audiencia Nacional en materia de derechos humanos. La condena del éxito de un juez mediático y polémico para que todo vuelva a la normalidad de los grises muros como diría García Lorca.
Pero también una factura atrasada de la política que no perdona. De la derecha y una llamada izquierda que comparten las razones y los pecados de la soberbia y la codicia. De una parte también de la izquierda que no olvida las viejas afrentas, ni las nuevas ambiciones.
En el fondo también la vieja aspiración a constituir al Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional en una suerte de tercera Cámara que vigile y castigue los excesos de la política: el Estatut de Catalunya o el proceso de paz.
Una politización judicial que ha crecido al calor de la judicialización de la política, que junta extraños compañeros en el Consejo General del Poder Judicial y que desde ahí se extiende como una mancha de aceite. Despolitizando la justicia mediante el corporativismo conservador. Desjudicializando la justicia, degradando y privatizando el servicio público. Despolitizando la política al servicio de los mercados.
Todo junto se explica, pero todos juntos, estos juicios en cadena como bombas de racimo son una infamia. Nunca un tribunal tan alto pudo volar más bajo. Un esperpento, tan nuestro. ¡Una vergüenza nacional! ¡Un escándalo internacional!
Las injusticias que se comenten con la cobertura del derecho no deben ser ni respetadas, ni acatadas, precisamente en aras de la justicia. Como en el caso Dreyfus la justicia española, situada entre la verdad y el prestigio corporativo, ha preferido lo último, quedándose sin verdad y sin prestigio.
Es necesario que junto al legítimo derecho que asiste al juez Garzón para recurrir a todas las instancias se produzca un amplio movimiento en pro de la democratización profunda del poder judicial, así como del desarrollo social de la justicia como servicio público, a partir de la demanda de verdad y justicia para las víctimas del franquismo.
Porque el futuro está en la memoria ofendida de nuestros abuelos y el sentido de sus luchas, tanto como en la rebeldía de nuestros hijos.