FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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ATALAYA

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miércoles, 2 de abril de 2014

Nos sigue robando la oligarquía española 15M Ronda


Enviado a la página web de Redes Cristianas

En el debate del Estado de la Nación, ellos contentos, la ciudadanía cabreada cada vez más
Oposición y Gobierno contentos en el debate
¿Cómo que no estamos intervenidos? ¿Entonces por qué se pasean los “hombres de negro” de la Troika por España impartiendo órdenes?
En el debate sobre el Estado de la Nación de 2014, Rajoy ha mentido descaradamente en el parlamento. Ha comenzado su discurso recordando los titulares de la prensa extranjera de hace un año, donde se afirmaba que “España está cerca del abismo”. Y ha afirmado que, gracias a su política, “se ha evitado el rescate, se ha salvado a España de la intervención.


Acaba el presidente su discurso destacando de nuevo el cambio de tendencia producido en España en el 2013 y subrayando que todavía no se alcanzado la meta pero el país va “en la buena dirección”.
Sin embargo, el presidente del Gobierno ha silenciado el sangrante atraco a la población por parte de la oligarquía española, esto es, el grupo minoritario de personas con gran poder e influencia, que dirigen y controlan el parlamento español a favor de sus intereses.


Para redistribuir la riqueza
primero tememos que liberarnos
de estos buitres.
El 10% más rico apenas pierde un
1% de sus rentas, mientras que,
sumando todos los recortes, a las
familias españolas nos quitaron
entre 2008 y 2012 más de 2.600
euros por persona.
Misión cumplida, bajada de
impuestos a los que más tienen
y subida al 90% de la población.


Si no estamos intervenidos, por qué se ha firmado con la UE el memorándum (acuerdo), que supone entregar 40.000 millones a la banca impuesto desde fuera del parlamento de España.
Rajoy también ha mentido cuando ha afirmado que “gracias a la reforma laboral, en 2014 veremos creación neta de empleo”. La realidad es que se ha ralentizado el ritmo de destrucción de empleo, pero a costa de más precariedad, menos empleo fijo y salarios más bajos.


El presidente del gobierno nos ha engañado cuando ha presentado como “medidas estrellas” de “rebaja de impuestos” que los trabajadores que ganen menos de
12.000 euros no pagarán IRPF, o que, para incentivar el empleo, se aplicará a las empresas una “tarifa plana” de 100 euros en las cotizaciones a la Seguridad Social.

Porque trabajadoras y trabajadores con salarios inferiores a 11.266 euros ya están exentos del IRPF. Y esta medida en ningún caso compensa los 172.000 millones que hemos perdido desde 2010 a causa de las rebajas salariales, los recortes y las subidas de impuestos.

Y porque las pymes o los autónomos no necesitan una pequeña rebaja en las cotizaciones sociales, sino poder tener acceso al crédito que la gran banca les niega.
La reforma fiscal que necesitamos no es la que ha empezado a presentar Rajoy. Sino la que acabe con el escándalo de que bancos y monopolios paguen solo el 3,5% de sus beneficios… cuando deberían pagar el 30%.


El problema de Rajoy no es que sea “de derechas” o “neoliberal”. Sino que es el representante político de los intereses de la oligarquía. Por eso acepta el saqueo
y la intervención de Washington y Berlín, o permite que la oligarquía española chupe la sangre al país y la población. O dicho de otra manera, “amparar un capitalismo confesional, rentista y parásito”.


(Acusación del portavoz de Iniciativa per Catalunya, Joan Coscubiela, a Rajoy en el Estado de la Nación).
Lo que necesitamos es una alternativa que no se plantee “limitar los desmanes neoliberales” o “poner freno a los excesos de la derecha”, sino que ponga al servicio del desarrollo del país y el bienestar de la población los enormes recursos que ahora monopolizan oligarcas y el capital extranjero.
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EN POCAS PALABRAS LA TRASTIENDA DE LA DEMOCRACIA
15-M RONDA http://www.facebook.com/15MRonda MARZO 2014 Nº12

El juez Velasco esquiva el recorte a la justicia universal y sigue con el ‘caso Ellacuría’ como terrorismo

Público


El magistrado considera “ilógica” y “contradictoria” la reforma legal impulsada por el PP que limita la justicia universal
El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha retirado los delitos de lesa humanidad que atribuyó a los 13 exmilitares salvadoreños procesados por el asesinato del jesuita Ignacio Ellacuría y otras siete personas, que se produjo el 16 de noviembre de 1989 en El Salvador, para continuar instruyendo la causa por el asesinato terrorista de los cinco religiosos que eran españoles. SEGUIR LEYENDO

Rouco y las causas de la Guerra Civil. Palabras innecesarias y subjetivas

El País

Por: | 31 de marzo de 2014

Con frecuencia, y con mayor fuerza no hace mucho, con motivo de la Ley de la Memoria Histórica, el aún cardenal arzobispo de Madrid, Rouco Varela, solía decir que el tema de la Guerra Civil había que ir superándolo, y dejando ya de hablar de ella. Y se quejaba de películas, novelas y temas que abordaban el conflicto español de 1936-1939. Sin embargo, en él, ha sido un tema recurrente últimamente. Nació justo cuando el levantamiento de los militares africanistas cumplía un mes. Ya es viejo el tema, pues… Sin embargo, hoy, en el funeral de Estado por el ex presidente Adolfo Suárez, el cardenal madrileño, ante el Rey, el Gobierno, el cuerpo diplomático, los ex presidentes de la democracia y la “toda España” oficial, desde su sede episcopal, aprovechando la ocasión, abuso del micro,  pidió reconciliación. Y no echó mano a los textos del Papa Francisco, como suele hacer últimamente, ni a los documentos de la Conferencia Episcopal Española sobre la reconciliación y la paz. Echó mano de nuevo, a la guerra civil con una de esas desafortunadas frases suyas. “Los hechos y las actitudes que desencadenaron la guerra civil pueden repetirse”. Lo ha dicho ante tan suculento plato de asistentes. No es de recibo que la Iglesia, en ese momento, analice causas de la guerra y se ponga del lado de quienes repiten esas barbaridades y piden las mismas soluciones ante aquellos problemas. No, por Dios. El año pasado, con más virulencia pero ante un escaso numero de personas lo dijo en Paris, en el Instituto Católico, pero hubo quien, al final, le dijo algo al oído, reprendiéndolo.
No es el momento la homilía para refrescar con las páginas de la Historia, una página dolorosa en la que todos sufrieron. El cardenal madrileño habla de causas de la Guerra pero no de todas. No hacia falta que lo hiciera. “Una palabra de Paz, piedad y perdón” decía Azaña, refiriéndose a lo que pedía el entonces presidente del gobierno de  la Iglesia. Pero cerca de 80 años después, en el país europeo con más tiempo sin conflicto bélico generalizado, no puede, desde ese cargo de responsabilidad, decirse tal barbaridad. Insisto una vez más, porque ya ha habido otros prelados que repiten impunemente atroces juicios sin que nadie los llame al orden. No puede ser el púlpito la patente de corso para la opinión personal. Lo de la guerra civil, pero fundamentalmente, lo de sus causas, tendrá su réplica y ya encargarán los historiadores, que es a quienes corresponde, de refrescar la memoria de las causas al cardenal. Dolores de cabeza innecesarios que deja quien ya está de salida, larga, pero de salida. Y en esto…habrá muchos eclesiásticos que se ruboricen cuando se abra el capítulo de esa parte de Iglesia que alentó y estuvo en las causas de la Guerra. Porque, Sr, Cardenal, como dicen en su tierra, causas, “haberlas, haylas”. Y todos hemos de ponernos colorados.

Lluvia de críticas a las palabras de Rouco sobre la Guerra Civil en el funeral de Suárez

Religión Digital


Rosa Díez: “Me pareció absolutamente impresentable”
CIU le acusa de “justificar de alguna manera” el golpe de 1936
Como era de esperar, las palabras del cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, haciendo referencia durante el funeral de Adolfo Suárez, a los “hechos y actitudes” que causaron la Guerra Civil “y que la pueden causar”, han desatado la indignación y una marea de críticas de todos los estamentos políticos. SEGUIR LEYENDO

•Sor Lucía Caram: “Que el señor Montoro dimita ya por dignidad”



Una monja ha sacado los colores al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, por negar que el informe de Cáritas que sitúa a España como el segundo país con mayor pobreza infantil de Europa "no se ajusta a la realidad". El correctivo en Twitter de sor Lucía Caram, quien exigió su dimisión, ha sido amplificado por varios medios, entre ellos Cuatro, que entrevistó a la monja.

"La pobreza no sólo crece sino que se está cronificando", explicó la religiosa, quien echó la culpa a un "capitalismo sin entrañas". Caram, que presenta un programa en el Canal Cocina lamentó que las declaraciones del ministro no tengan ninguna consecuencia. "Los españoles estamos muy cabreados por esta mentira organizada. Y lo peor de todo es que Cáritas seguirá trabajando para parar el golpe y el Gobierno seguirá recortando prestaciones sociales", añadió.

"En este país no ha habido un estallido social gracias al soporte familiar y a la implicación de toda la sociedad", cree la monja, que considera que "estaría muy justificado por la actuación de un Gobierno que sigue mirando para otra parte". Después de despreciar el informe de Cáritas porque su contenido, a juicio del ministro, es "puramente estadístico", Caram se preguntó: "Yo no sé dónde vive el señor Montoro [...]. Que dimita ya por dignidad".

Domingo 6 de abril de 2014, 5 Cuaresma (A): Un profeta que llora José Antonio Pagola



Juan 11, 1- 45
Jesús nunca oculta su cariño hacia tres hermanos que viven en Betania. Seguramente son los que lo acogen en su casa siempre que sube a Jerusalén. Un día Jesús recibe un recado: nuestro hermano Lázaro, “tu amigo”, está enfermo. Al poco tiempo, Jesús se encamina hacia la pequeña aldea.
Cuando se presenta, Lázaro ha muerto ya. Al verlo llegar, María, la hermana más joven, se echa a llorar. Nadie la puede consolar. Al ver llorar a su amiga y también a los judíos que la acompañan, Jesús no puede contenerse. También él “se echa a llorar” junto a ellos. La gente comenta: “¡Cómo lo quería!“.


Jesús no llora solo por la muerte de un amigo muy querido. Se le rompe el alma al sentir la impotencia de todos ante la muerte. Todos llevamos en lo más íntimo de nuestro ser un deseo insaciable de vivir. ¿Por qué hemos de morir? ¿Por qué la vida no es más dichosa, más larga, más segura, más vida?
El hombre de hoy, como el de todas las épocas, lleva clavada en su corazón la pregunta más inquietante y más difícil de responder: ¿Qué va a ser de todos y cada uno de nosotros? Es inútil tratar de engañarnos. ¿Qué podemos hacer? ¿Rebelarnos? ¿Deprimirnos?

Sin duda, la reacción más generalizada es olvidarnos y “seguir tirando”. Pero, ¿no está el ser humano llamado a vivir su vida y a vivirse a sí mismo con lucidez y responsabilidad? ¿Solo a nuestro final hemos de acercarnos de forma inconsciente e irresponsable, sin tomar postura alguna?
Ante el misterio último de nuestro destino no es posible apelar a dogmas científicos ni religiosos. No nos pueden guiar más allá de esta vida. Más honrada parece la postura del escultor Eduardo Chillida al que, en cierta ocasión, le escuché decir: “De la muerte, la razón me dice que es definitiva. De la razón, la razón me dice que es limitada”.
Los cristianos no sabemos de la otra vida más que los demás. También nosotros nos hemos de acercar con humildad al hecho oscuro de nuestra muerte. Pero lo hacemos con una confianza radical en la Bondad del Misterio de Dios que vislumbramos en Jesús. Ese Jesús al que, sin haberlo visto, amamos y, sin verlo aún, le damos nuestra confianza.
Esta confianza no puede ser entendida desde fuera. Sólo puede ser vivida por quien ha respondido, con fe sencilla, a las palabras de Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida. ¿Crees tú esto?”. Recientemente, Hans Küng, el teólogo católico más crítico del siglo veinte, cercano ya a su final, ha dicho que para él morirse es “descansar en el misterio de la misericordia de Dios”. 

Cuidar de la Madre Tierra y amar a todos los seres Leonardo Boff, teólogo y escritor


El amor es la mayor fuerza que existe en el universo, en los seres vivos y en nosotros los humanos. Porque el amor es una fuerza de atracción, de unión y de transformación. Ya el antiguo mito griego lo formulaba con elegancia: «Eros, el dios del amor, se irguió para crear la Tierra. Antes, todo era silencio, vacío e inmóvil. Ahora todo es vida, alegría, movimiento». El amor es la expresión más alta de la vida que siempre irradia y pide cuidado, porque sin cuidado languidece, enferma y muere.
Humberto Maturana, chileno, uno de los mayores exponentes de la biología contemporánea, mostró en sus estudios sobre la autopoiesis, es decir, sobre la autoorganización de la materia de la cual resulta la vida, cómo el amor surge desde dentro del proceso evolutivo. En la naturaleza, afirma Maturana, se verifican dos tipos de conexiones (él las llama acoplamientos) de los seres con el medio y entre sí: una necesaria, ligada a la propia subsistencia, y otra espontánea, vinculada a relaciones gratuitas, por afinidades electivas y por puro placer, en el fluir del propio vivir.
Cuando esta última ocurre, incluso en estadios primitivos de la evolución hace miles de millones de años, surge ahí la primera manifestación del amor como fenómeno cósmico y biológico. En la medida en que el universo se inflaciona y se vuelve complejo, esa conexión espontánea y amorosa tiende a incrementarse. A nivel humano, gana fuerza y se vuelve el móvil principal de las acciones humanas.
El amor se orienta siempre por el otro. Significa una aventura abrahámica, la de dejar su propia realidad e ir al encuentro del diferente y establecer una relación de alianza, de amistad y de amor con él.
El límite más desastroso del paradigma occidental tiene que ver con el otro, pues lo ve antes como obstáculo que como oportunidad de encuentro. La estrategia ha sido y sigue siendo esta: incorporarlo o someterlo o eliminarlo como hizo con las culturas de África y de América Latina. Esto se aplica también a la naturaleza. La relación no es de mutua pertenencia y de inclusión sino de explotación y de sometimiento. Negando al otro, se pierde la oportunidad de alianza, de diálogo y de mutuo aprendizaje. En la cultura occidental ha triunfado el paradigma de la identidad, con exclusión de la diferencia. Esto ha generado arrogancia y mucha violencia.
El otro goza de un privilegio: permite surgir el ethos que ama. Fue vivido por el Jesús histórico y por el paleocristianismo antes de constituirse en institución con doctrinas y ritos. La ética cristiana estuvo más influenciada por los maestros griegos que por el sermón de la montaña y la práctica de Jesús. El paleocristianismo, por el contrario, da absoluta centralidad al amor al otro, que para Jesús es idéntico al amor a Dios. El amor es tan central que quien tiene amor lo tiene todo. Testimonia esta sagrada convicción de que Dios es amor (1 Jn 4,8), que el amor viene de Dios (1 Jn 4,7), y que el amor no morirá jamás (1Cor 13,8). Ese amor incondicional y universal incluye también al enemigo (Lc 6,35). El ethos que ama se expresa en la ley áurea, presente en todas las tradiciones de la humanidad: «ama al prójimo como a ti mismo»; «no hagas al otro lo que no quieres que te hagan a ti». El Papa Francisco está rescatando al Jesús histórico: para él es más importante el amor y la misericordia que la doctrina y la disciplina.
Para el cristianismo, Dios mismo se hizo otro por la encarnación. Sin pasar por el otro, sin el otro más otro, que es el hambriento, el pobre, el peregrino y el desnudo, no se puede encontrar a Dios ni alcanzar la plenitud de la vida (Mt 25,31-46). Esta salida de sí hacia el otro a fin de amarlo en sí mismo, amarlo sin retorno, de forma incondicional, funda el ethos más inclusivo posible, el más humanizador que se pueda imaginar. Ese amor es un solo movimiento, va al otro, a todas las cosas y a Dios.
En Occidente fue Francisco de Asís quien mejor expresó esta ética amorosa y cordial. Él unía las dos ecologías, la interior, integrando sus emociones y deseos, y la exterior, hermanándose con todos los seres. Comenta Eloi Leclerc, uno de los mejores pensadores franciscanos de nuestro tiempo, sobreviviente de los campos de exterminio nazi de Buchenwald:
«En vez de hacerse rígido y cerrarse en un soberbio aislamiento, Francisco se dejó despojar de todo, se hizo pequeño. Se situó con gran humildad en medio de las criaturas, próximo y hermano de las más humildes entre ellas. Confraternizó con la propia Tierra, como su humus original, con sus raíces oscuras. Y he aquí que “nuestra hermana y Madre-Tierra” abrió ante sus ojos maravillados el camino de una hermandad sin límites, sin fronteras. Una hermandad que abarcaba a toda la creación. El humilde Francisco se hizo hermano del Sol, de las estrellas, del viento, de las nubes, del agua, del fuego, de todo lo que vive, y hasta de la muerte».
Ese es el resultado de un amor esencial que abraza a todos los seres, vivos e inertes, con cariño, ternura y amor. El ethos que ama funda un nuevo sentido de vivir. Amar al otro, sea el ser humano, sea cada representante de la comunidad de vida, es darle razón de existir. No hay razón para existir. El existir es pura gratuidad. Amar al otro es querer que él exista porque el amor hace al otro importante. «Amar a una persona es decirle: tú no podrás morir jamás» (G.Marcel); “tú debes existir, tú no puedes irte».
Cuando alguien o alguna cosa se hacen importantes para el otro, nace un valor que moviliza todas las energías vitales. Por eso cuando alguien ama, rejuvenece y tiene la sensación de comenzar la vida de nuevo. El amor es fuente de suprema alegría.
Solamente ese ethos que ama está a la altura de los desafíos de la Madre Tierra devastada y amenazada en su futuro. Ese amor nos podrá salvar a todos, porque nos abraza y hace de los distantes, próximos y de los próximos, hermanos y hermanas.
Leonardo Boff es autor de El cuidado necesario, Vozes 2013.
Traducción de Mª José Gavito Milano