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jueves, 22 de marzo de 2012

“El Cielo Abierto”, la historia de monseñor Romero, el obispo que no quiso callar


(El documental del mes) Cuando se cumplen 22 años de su asesinato, el 24 de marzo de 1980, se estrena en España el documental (PINCHAR AQUÍ PARA VER) que retrata al Monseñor Romero más desconocido, desde sus inicios conservadores hasta su final trágico y revolucionario.
El Documental del Mes lleva a la pantalla el documental que cuenta la verdadera historia del Obispo Romero, uno de los grandes representantes de la Teología de la Liberación, junto a figuras como Pedro Casaldáliga que, de hecho, lo llamó “San Romero de América”. Conocido por muchos gracias a la canción de Rubén Blades “El Padre Antonio y el Monaguillo Andrés” -donde el cantautor panameño le llamaba “el cura bueno”- el Obispo Romero, “la voz de los sin voz”, fue criticado por los estamentos más oligárquicos de la iglesia y asesinado por un gobierno corrupto que cometía abusos constantes contra la población civil.
“El cielo abierto” se centra en los 3 años durante los cuales este personaje sufrió una profunda transformación personal e ideológica que lo alejó de sus orígenes, marcadamente conservadores, para convertirlo en uno de los detonantes de una larga guerra civil en El Salvador, así como en un emblema internacional de la lucha a favor de la dignidad de las clases más pobres y en contra de la violación de los derechos humanos.
Cuando, en febrero del año 77, Romero fue nombrado arzobispo, las clases más humildes de El Salvador perdieron cualquier esperanza de progreso. Era un obispo conservador, elegido por un régimen de derechas y antidemocrático que ya había expulsado del país a otros sacerdotes que se habían posicionado en contra de la explotación y la pobreza de sus compatriotas y fieles.
Cuando su compañero de profesión e íntimo amigo, el padre Rutilio Grande, el hombre que había estado al frente de la parroquia de Aguilares promoviendo la conciencia colectiva y la organización de los campesinos a favor de una vida digna, fue asesinado el 17 de marzo de 1977, algo cambió muy profundamente en el interior del Obispo Romero.
“El cielo abierto” sigue los 3 años posteriores a aquel hecho y que acabarían con el asesinato a sangre fría del Obispo Romero en pleno desarrollo de una misa. El día anterior, domingo de Ramos, el Obispo había ofrecido un sermón histórico, el último de las decenas de homilías seguidas por radio, cada domingo, por centenares de miles de salvadoreños.
En aquel sermón había dicho: “Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del Ejército (…) Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: “No matar”. (…). Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla”. El sermón fue su sentencia de muerte.
Surgido como un encargo de la Universidad norteamericana de Notre Dame, desestimado por los presuntos ataques que lanzaba contra la iglesia y por el retrato incendiario que ofrecía del Obispo Romero, “El cielo abierto” ve finalmente la luz de manera independiente.
Durante el mes de marzo se realizan varias proyecciones.


El Vaticano y los teólogos


MOCEOP

Estamos viendo con gran preocupación la actitud que están tomando algunos obispos con teólogos de signo aperturista, como ha ocurrido estos días con Tamayo por parte del obispo de Palencia.
Como movimiento de Iglesia queremos decir lo siguiente:

1.- Desde el Vaticano se insiste en la idea, superada en tiempos del Vaticano II, de que los teólogos “deben someterse a los obispos”. Se pretende así silenciar la voz de los teólogos que ellos consideran “peligrosos” por sus investigaciones teológicas y así querer mantener con disciplina férrea el control doctrinal, basado en una concepción teológica de corte tradicional, desfasada y que no sirve para el hombre de hoy.
2.- Si esa va a ser la función de la Comisión Teológica Internacional, está claro que es un mecanismo más para ejercer el autoritarismo y el control sobre los teólogos del mundo para que nadie pretenda apartarse de lo que dicen el Papa y los obispos, incluso en cuestiones perfectamente opinables en el seno de la Iglesia.
3.- El caso Tamayo no es nuevo. Tampoco, por desgracia, será el último. La desautorización, la descalificación y las sanciones, han sido algo habitual durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, éste último jefe supremo, durante muchos años, de la Congregación del Santo Oficio, antigua Inquisición. Unos 600 teólogos según algunas fuentes, han sido expedientados en estos últimos años posteriores al Concilio.
Por eso nos parece que de nuevo, desde el Vaticano, se pretende implantar la Inquisición con nuevo nombre y silenciar la labor de investigación de los teólogos. Es decir, si los teólogos no pueden investigar, como es lo propio de su trabajo ¿para qué tienen que existir? Mejor que dejen su oficio de investigadores y desaparezcan . Porque lo que quieren es que “se sometan a los obispos”.
4.- Hay que decir también que, en la inmensa mayoría de los casos, los obispos no son personas preparadas en ciencias teológicas, ni bíblicas como para poder tener criterios bien fundados sobre muchas cuestiones que hoy se discuten en la Iglesia. Los obispos se atendrán a lo que les digan de más arriba: arzobispado, presidente de Conferencia Episcopal y el Vaticano. Y es que, como el Vaticano controla a los obispos, así no hay problema y queda todo atado y bien atado, como si la Iglesia funcionara al modo de un batallón militar.
5.- Nos parece que desde Roma con este tipo de medidas se está enterrando definitivamente el espíritu del Concilio Vaticano II que decía hablando de los teólogos: “La investigación teológica siga profundizando en la verdad revelada, sin perder contacto con su tiempo, a fin de facilitar a los hombres cultos en los diversos ramos del saber un mejor conocimiento de la fe. Este buen entendimiento proporcionará grandes servicios a la formación de los ministros sagrados, quienes podrán presentar a nuestros contemporáneos las enseñanzas de la Iglesia acerca de Dios, del hombre y del mundo, de forma mas adaptada y a la vez más gustosamente aceptable por parte de ellos” (“Sobre la Iglesia en el Mundo actual” -62)
….” debe reconocerse a los fieles, clérigos o laicos, la debida libertad de investigación, de pensamiento y de hacer conocer, humilde y valerosamente, su manera de ver en el campo de su competencia” (“Sobre la Iglesia en el Mundo actual”- 62)
6.- Por último queremos decir que teólogos como Tamayo y otros, llevan años iluminando nuestro caminar como cristianos y ayudándonos a muchos en muchos lugares del Mundo, con sus artículos, libros y conferencias. Les animamos a todos ellos a que sigan adelante enriqueciéndonos con sus investigaciones teológicas que tanto bien nos hacen y que piensen que su trabajo tiene un gran sentido, tratando de mostrar el mensaje nuclear de Jesús de Nazaret, adaptándolo al hombre de hoy, por mucho que desde el vértice de la estructura jerárquica pretendan silenciarlos y acallarlos. Al fin y al cabo, Jesús pagó con su propia vida sus enfrentamientos con el poder religioso y político de su tiempo. Desde MOCEOP nuestro apoyo y solidaridad con todos ellos.
!9 de Marzo de 2012