FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA

martes, 26 de diciembre de 2017

La canción divina de Dios

Reforma de la curia romana, reforma de la Iglesia

José M. Castillo, teólogo

web de Redes Cristianas
El discurso que el papa Francisco tuvo, como felicitación navideña, a la Curia Romana el pasado día 21 de este mes de diciembre, está dando que hablar en los ambientes relacionados con la Iglesia. El papa les habló, a los miembros de la Curia, con la claridad y la libertad que le caracterizan. Y desde ahora afirmo que, desde su claridad y su libertad, el papa hizo, entre otras, dos afirmaciones que hacen temblar.
1. Dirigiéndose a los cardenales, obispos, monseñores y demás personajes de la Curia, el papa les habló de “la desequilibrada y degenerada lógica de las intrigas o de los pequeños grupos que en realidad representan… un cáncer que… se infiltra en los organismos eclesiásticos”. 

2. Y en seguida añadió: “otro peligro, que es el de los traidores de la confianza o los que se aprovechan de la maternidad de la Iglesia, es decir de las personas que han sido seleccionadas con cuidado… pero se dejan corromper por la ambición y la vanagloria”.
O sea, a juicio del papa Francisco, la Curia que gobierna la Iglesia, es (en este momento) un enfermo grave, en el que “traidores de la confianza, que la misma Iglesia ha depositado en ellos, les ha llevado a actuar motivados por “la ambición y la vanagloria”. 
¿Se puede pensar que el papa Bergoglio exagera al decir etas cosas sobre personas tan respetables? Con toda sinceridad, puedo afirmar que, pocos días antes de conocerse la renuncia de Benedicto XVI al cargo de Sumo Pontífice, uno de los más importantes personajes en el gobierno de la Iglesia, me dijo en Roma confidencialmente: “Rece mucho por la Iglesia, porque la situación, en este momento, es tan grave, que esta Iglesia que tenemos, no puede caer más bajo de lo que ya ha caído”. 
¿Qué está pasando en la Iglesia? Sin miedo a exagerar o sacar las cosas de quicio, creo que se puede (y se debe) afirmar que el “desequilibrio” y la “degeneración”, que el papa denuncia de la Curia Romana, no se reduce a la Curia del Vaticano. Ese “desequilibrio” y esa “degeneración” se extiende – de una o de otra forma, con más o menos profundidad – por la Iglesia entera. Y aquí podemos decir que quien tenga las manos limpias, que tire la primera piedra. Y quede claro que yo soy el primero que lo digo. Porque somos muchos (más de los que nos imaginamos) los que tenemos mucho que callar. 
¿Por qué? ¿Qué está pasando en la Iglesia? Vamos a ser sinceros. Si tomamos el Evangelio en nuestras manos, y si es que aseguramos que en Jesús se nos ha revelado Dios y lo que Dios quiere, entonces no nos queda más remedio que decir que mientras haya obispos viviendo en palacios, clérigos luciendo vestimentas solemnes, diócesis e instituciones religiosas que manejan mucho (pero mucho) dinero, individuos jóvenes que se meten en seminarios y conventos para “hacer carrera”, por más que aseguren que ellos quieren “seguir a Cristo”, mientras las diócesis sigan teniendo privilegios (económicos, legales, sociales…), que la mayoría de los ciudadanos no tienen, ni pueden tener, mientras todo esto funcione así, por más que nos digan que todo esto es así porque así lo estableció Jesucristo, esta Iglesia no tiene arreglo. Ni con este Papa, ni con cincuenta Papas que vengan detrás de él. 
Porque, en una institución que funciona como funciona la Iglesia, y dado lo que es la condición humana, en ella habrá gente, bastante gente, que, pensando que está allí para servir a Dios y para servir a Cristo, para salvar al mundo y dar gloria a Dios, en realidad estamos ahí porque ahí, sin ser un genio o ser un héroe, “te colocas bien en la vida y tienes tu vida asegurada”.
No es cuestión de ambición o egoísmo. El problema está en que, como ha dicho el papa Francisco en su reciente discurso a la Curia Romana, la Iglesia está organizada de manera que los que nos metimos en ella diciendo que lo hacíamos porque “seguíamos a Jesucristo”, en realidad muchos terminamos siendo “funcionarios”, que, en palabras del papa, terminamos siendo “traidores de la confianza”, que depositaron en nosotros. 
No es cuestión de la maldad de los que nos metemos a curas, frailes o religiosos. Ni es un problema de debilidad o cobardía de quienes gobiernan. El problema está en que Jesús pensó en un movimiento profético, que, con el paso de los tiempos, ha terminado siendo una organización mundial cimentada sobre el poder que la religión tiene sobre la intimidad de las personas, la capacidad que da la seguridad económica y, en consecuencia de lo dicho, la influencia socio-política que le dan los poderes de este mundo, con tal que la Iglesia sepa estar siempre en “su sitio”. Un sitio que, con frecuencia, está en los antípodas del que ocupó Jesús, en quien radica su origen y su razón de ser. 
Jesús vino a estar con los últimos y a identificarse con ellos. La Iglesia funciona de tal manera, que no tiene más remedio que estar con los primeros o lo más cerca posible de ellos. Así, vivimos y viviremos siempre en la contradicción. De ahí que un Papa como Francisco es, y será, amado por unos y odiados por otros. Tal como somos los seres humanos, esto no tiene otra salida. 

El evangelio domesticado


Victor Codina


Muchas veces descartamos textos evangélicos que nos resultan difíciles de comprender. Por ejemplo: que lo que hacemos a los pobres, se lo hacemos a Jesús, que a los pequeños les han sido revelados los misterios del Reino ocultados a los sabios y prudentes, que en el Magnificat se diga que Dios ha derribado del solio a los poderosos y exaltado a los humildes, que en las bienaventuranzas se proclame que los pobres son felices y se lance un ¡ay a los ricos!, que Dios prefiera la misericordia a los sacrificios… Incluso nos parece correcto que el hermano mayor de la parábola del hijo pródigo no quisiese participar del banquete festivo.

¡No asusten, no insulten! (nuestra inteligencia)

José María Herreros, Coordinador de Observatorio de Renta Básica de Ciudadanía


(attac madrid)
El pasado 28 de noviembre Alberto Nadal, Secretario de Estado de Presupuestos, compareció ante la Comisión de Empleo y Seguridad Social del Congreso dentro de las consultas que desde la citada Comisión vienen realizándose a partir de que el Pleno del Congreso, allá por el mes de febrero, aprobó con los votos en contra del PP y Ciudadanos la tramitación de una proposición de ley para el establecimiento de un ingreso mínimo de 426 euros para las familias sin recursos, procedente de una iniciativa legislativa popular promovida por los sindicatos CCOO y UGT.


Según el Sr. Nadal, la introducción de este ingreso mínimo provocaría una fuerte subida de impuestos, supondría ‘la quiebra de la Hacienda Pública’ y ‘el sistema de bienestar se vería en peligro’. También explicó que la secretaría que dirige ha realizado diferentes ejercicios sobre los que sustenta esta afirmaciones, señalando además que para poder sostener esa renta mínima habría que elevar el IRPF un 20% y aumentar en tres puntos todos los tipos de IVA, lo que supondría una subida impositiva de un nivel tal que volveríamos a los peores años de la crisis económica en términos de crecimiento y creación de empleo. Lo que haríamos, ha afirmado el Sr. Secretario de Estado, es ‘crear las condiciones para que millones de españoles estuvieran en riesgo de exclusión social y se revertiría todo lo ganado en los últimos años’ y terminó afirmando que tal como está redactada la proposición de ley, ‘la medida desincentivaría el trabajo y tendría un efecto llamada muy importante entre ciudadanos de la Unión Europea’. Y se quedó tan ancho.
Les propongo un juego: olvídense por un momento que hablamos de una renta mínima de 426 euros para las familias más necesitadas y piensen qué podría, por su coste, provocar un cataclismo financiero y social de tal envergadura. ¿Tal vez el fraude fiscal? (60.000 millones anuales según Gestha) ¿el rescate a la banca? (60.000 millones según el tribunal de cuentas o 130.000 millones según otras fuentes que incluyen otros cálculos) o por no seguir elucubrando e ir a lo fácil y seguro: ¿el coste de la corrupción? (90.000 millones anuales). Error. Este acabose lo generarán los 15.000 millones de euros anuales que se estima costaría implantar las rentas mínimas propuestas por los sindicatos.
Sus negros augurios, Sr. Nadal, recuerdan a los que se lanzaban en Estados Unidos contra el proyecto de ley de Seguridad Social de 1935 que establecía un plan federal de pensiones. ‘Con el seguro de desempleo nadie trabajará. Con el seguro de vejez nadie ahorrará, y el resultado final será la decadencia moral, la bancarrota financiera y el derrumbe de la República’. Estas y otras cosas se escribieron entonces. Hay que reconocer que de decadencia moral y bancarrota financiera algo hay, pero no precisamente por los perceptores de pensiones, sino más bien por los que se oponían entones y de alguna forma se oponen ahora. Usted ya sabe de quiénes hablo.
Cosas parecidas si no peores se escribieron en Francia con el establecimiento de las vacaciones pagadas. Nadie volvería al trabajo después de las vacaciones, porque los obreros estarían alcoholizados. Y así, con cada uno de los derechos que hoy consideramos irrenunciables. ‘El radicalismo de ayer es el sentido común de hoy’ escribió Gary Willis. Y parece que llevaba bastante razón.
Por no hablar de la tantas veces augurada quiebra de las pensiones. Anunciada para el 2002, después retrasada hasta el 2010 y ahora en sus últimos estertores a causa, entre otros factores, del vaciamiento de fondo para otros menesteres, que se produce con el fondo del run run mediático sobre el negro futuro de las mismas. Ímprobo esfuerzo para que nos echemos a los brazos protectores de los planes privados de pensiones (pregunte Sr. Nadal en Chile cómo les ha salido el ‘experimento’ y sus consecuencias para la población).
Al final nos pasará como al pobre feligrés que, harto de escuchar desde el púlpito profecías, malos augurios y amenazas, se dirigió al clérigo que las lanzaba diciendo: Sr. Cura, si hay que ir al infierno, se va. Pero deje ya de acojonarnos.
No sea usted antiguo, Sr. Nadal. ¿No le da un poquito de vergüenza recurrir al miedo? Sí, ya sabemos que es un arma poderosa, porque paraliza, pero de usted se espera algo más. Por otra parte, ¿no cree que ha llegado el momento de salir de esta zona de confort ideológico que en el fondo no hace sino inmovilizarnos ante cualquier propuesta que sea más justa, más eficaz y sobre todo más generadora de igualdad y por tanto más necesaria para cimentar el contrato social que, a pesar de algunos, todavía mantenemos?
Le voy a dar buenas noticias Sr. Nadal. No tenemos por qué gastarnos ese dinero y menos en algo que viene mostrando desde hace tiempo su ineficacia en la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Ineficaz y estigmatizador. Porque asignar a las familias más necesitadas una renta cuya cuantía ni siquiera se acerca al umbral de pobreza (684 euros por persona) es crear pobreza por Decreto Ley. Es lo que tienen las llamadas Rentas Mínimas de Inserción, que, a tenor de los resultados obtenidos, deberían empezar a denominarse Rentas de Inserción Mínima.
Tal vez, Sr. Nadal, haya oído usted hablar de la Renta Básica Universal. Tiene que sonarle. Si no es así, infórmese, porque es una medida que elimina la pobreza y que lleva asociada una propuesta de financiación sin coste adicional alguno. Y por supuesto, sin recortar ninguna partida de gasto social. ¿No le atrae la idea? En España se aplica desde hace tiempo, aunque no de manera universal porque la disfrutan únicamente quienes cobran un sueldo y hacen Declaración de la Renta. Se llama ‘mínimo personal’. Vamos, que se benefician los que seguramente menos lo necesitan. Y parece que esto no ha quebrado el sistema ni ha producido el caos que usted nos augura.
La financiación de una Renta Básica (universal, incondicional, individual y suficiente) de cuantía equivalente al umbral de pobreza no deja de ser un problema de carácter técnico, y como tal, tiene solución, porque dinero hay, aunque muy mal repartido. Le remito al estudio realizado por Red Renta Básica en el que mediante una reforma fiscal nada compleja podría financiarse, como le decía, a coste cero. Y de un año para otro, sin esperas.
Pero tiene algunos efectos secundarios que no sabemos si serían del agrado de sus jefes, conocida su aversión al ejercicio de decidir, me refiero a que los demás decidan. La Renta Básica Universal además de eliminar de golpe la pobreza nos daría unas mínimas cotas de libertad que permitirían, por ejemplo, poder rechazar trabajos de mierda (llamemos a las cosas por su nombre) o al menos poder negociar salario y condiciones teniendo cubiertas las necesidades mínimas. También podría suceder que, teniendo esa mínimas necesidades cubiertas, queramos decidir qué queremos hacer y cómo queremos hacerlo. De entrada suena revolucionario, pero no se asuste, Sr. Nadal. Si lo piensa un poco es lo mínimo que podemos esperar de una sociedad tan desarrollada como la nuestra.
Por estas y otras muchas razones que se intuyen fácilmente venimos a proponerle la Renta Básica Universal como medida de amplio espectro. Además es justa, es necesaria y es posible. Y porque queremos que nuestras vidas dejen de ser un problema a resolver y pasen a ser una realidad a experimentar. Nada más, y nada menos.

Belén celebra la Navidad con los límites impuestos por Israel


Palestina libre


images3Los límites impuestos por la ocupación israelí empiezan por el muro que separa Jerusalén de Belén, un muro de nueve metros de altura, rematado por una verja, que impide la libre circulación de turistas y peregrinos en las fechas de Navidad y en el resto del año.
Existe documentación desde hace casi 1.700 años que apunta que los peregrinos sentían la necesidad de conocer la gruta de Belén donde, según la tradición, nació Jesús, y sobre la que la emperatriz Elena, madre de Constantino, mandó construir una iglesia cuando visitó el lugar.
El historiador local Khalil Shokeh destaca que los peregrinos llegaron en todas las épocas históricas. “En la edad moderna se llevaban con ellos imágenes románticas, no en vano el siglo XIX fue la época de los románticos y los orientalistas. Sabemos que en 1845 hubo alrededor de 5.000 peregrinos que llegaron a Belén”.··· Ver noticia ···

Solo el amor es digno de fe

Gabriel Otalora

Navidad es un término que viene del nativitas romano (nascior, nacer). Y Natividad (Nativita), nacimiento de la vida.  La primera referencia a la fiesta de la Navidad aparece en el calendario Filocaliano, el calendario cristiano conocido más antiguo, aunque es posible que se celebrase incluso antes de Constantino. En la fecha del 24 de diciembre, los romanos celebraban la festividad del Sol Naciente Invencible (Natalis Solis Invicti) y los cristianos la hicieron coincidir con la celebración del nacimiento del Señor.

Es cierto que nuestra liturgia marca como día más importante a la Pascua de Resurrección por lo que integra a todo lo demás desde el punto de vista de nuestra experiencia de la Buena Noticia. Sin embargo, en esta fecha de la Navidad es cuando empieza todo, si se me permite hablar en estos términos; (quiero decir que también se puede afirmar que “empieza todo” con el libro del Génesis o al comienzo de la predicación de Jesús, con su llamada a los apóstoles el lago de Galilea).

Todo comienza en el momento en que Jesús se hace uno de los nuestros para acercarnos el verdadero rostro de Dios y darle el verdadero sentido a los textos de las Escrituras. Es por lo que la Navidad no es una simple fecha que pueda reducirse a una fiesta de cumpleaños ni una celebración periódica del misterio de la infancia. La Navidad es algo más profundo que supone la entrada de Dios en nuestra historia. Es la manifestación de la identidad y la misión de Dios que comparte con nosotros. Un misterio maravilloso, algo completamente nuevo, una puerta extraordinaria que nos ayuda de manera decisiva en el camino de la revelación.
He escrito “de manera decisiva” porque la Navidad supone poner en el centro de todo al amor que nos llega en forma de un mandamiento nuevo capaz de condensar a todos los demás mandatos y mensajes de manera rotunda.

A partir de la Encarnación, toda la historia de la Salvación debe ser vista con los ojos del amor de un Dios que nos ama incondicionalmente a cada persona. Y debemos vivirla desde la experiencia que es Dios mismo encarnado quien viene a prender nuestros corazones para hacernos la mejor posibilidad de cada persona. Y desde aquí tiene sentido la evangelización o misión que nos fue encomendada: anunciar al mundo que Jesús es el Salvador, pero hacerlo con hechos, con actitudes, salvando a quienes nos necesitan en sus desgracias y sufrimientos.
Y si al principio del cristianismo nos apoyamos en las fechas de las grandes fiestas paganas para celebrar nuestra liturgia, estamos volviendo al principio cuando ahora somos nosotros quienes paganizamos las fiestas religiosas más importantes como parte de nuestra fe en forma de un consumismo intolerable que ha desdibujado la Navidad y lo que representa, haciendo de estas fiestas, Navidad y Epifanía, un febril ejercicio de materialismo como no ocurre en todo el año.

Los cristianos somos de los principales mantenedores de esta fiesta consumista en el Primer Mundo ocultando el único mensaje capaz de ser creíble: el amor al prójimo como a uno mismo. Esto último de amar como a mí mismo encierra otra maravillosa verdad: tenemos que querernos para querer a los demás. Pero esto lo reflexionaremos en una posterior entrada en el blog.
Felices fiestas del amor y la solidaridad, feliz compromiso evangelizador que deje huella en tantos corazones doloridos gracias a nuestro testimonio solidario. Solo el amor es digno de fe.

El Tribunal de Cuentas fiscalizará a la Iglesia por primera vez en 2018

Jesús Bastante


(eldiario)
La auditoría podrá alcanzar cualquier ingreso de la Iglesia católica y el resto de confesiones con acuerdo con el Estado
La Conferencia Episcopal se ha mostrado sorprendida pero avanza que le parece más una decisión política que técnica que no afectaría al actual modelo de transparencia


El Tribunal de Cuentas auditará el año que viene, por primera vez en la historia de la democracia, a la Iglesia católica española. Así lo ha aprobado este jueves el organismo por unanimidad, según la cadena SER. La medida ha sido acogida por sorpresa en la Conferencia Episcopal, cuyos responsables aseguran que “es la primera noticia que tenemos “, aunque rechazan que suponga un cambio en el actual modelo de transparencia de la Iglesia española.
El tribunal ha aprobado la fiscalizaciones de las actuaciones desarrolladas por la AEG en materia de cooperaciones económica con las confesiones religiosas a través de los programas de ingresos y gastos de los Presupuestos Generales del Estado en el ejercicio 2017.
La propuesta aprobada permitirá al Tribunal de Cuentas elaborar una auditoría que abarcará cualquier ingreso y gasto en las cuentas de la Iglesia católica, y también en el resto de confesiones religiosas con acuerdo con el Estado (judíos, evangélicos y musulmanes). Con esta decisión, que el año pasado fue rechazada con los votos de los miembros designados por el PP, el organismo público considera insuficiente la Memoria Justificativa que todos los años presenta la Conferencia Episcopal al Ministerio de Economía y Hacienda, y en la que detalla sus gastos, ingresos, y el “impacto para la sociedad” del trabajo llevado a cabo por la Iglesia católica en España.
Tras unos primeros momentos de desconcierto, fuentes episcopales pidieron esperar a conocer el acuerdo del Tribunal en su totalidad, si bien recalcaron que parecía más una decisión política que técnica, y que en la práctica no afectaría al actual modelo de transparencia con la que trabaja la Iglesia española.
Alcance real limitado
“Habrá que leerlo despacio”, apuntaban a eldiario.es dichas fuentes, que entienden que la fiscalización real apenas podría afectar a la revisión del convenio con capellanes penitenciarios, y “tal vez” alguna partida referente al 1% de los templos catalogados como Bien de Interés Cultural. No así los conciertos educativos, que dependen de las comunidades autónomas, y que de hecho están revisados por las mismas. Según la CEE, los 251 millones que la Iglesia católica recibe vía IRPF ya están fiscalizados per se.
La propuesta ya fue rechazada el año pasado por estas fechas. En aquel momento, y al menos oficialmente, la Iglesia católica se mostraba dispuesta a que los fondos que recibe del Estado a través de la casilla del 0,7% de la cuota íntegra del Impuesto sobre la Renta puedan ser fiscalizados por el Tribunal de Cuentas. “La Iglesia cumplirá en todo momento lo que se solicite desde la autoridad civil en el marco de la legalidad vigente. No hay ningún problema en ello. Para nosotros la transparencia de cara a la sociedad es clave para poder comunicar lo que la Iglesia es y hace. Es su misión en el mundo”, sostenía en enero Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal.
La Conferencia Episcopal Española presenta una memoria desde 2007 con la ” la información económica que deriva de la asignación tributaria, como la información de las actividades que han desarrollado las distintas entidades de la Iglesia en nuestro país”. En la rendición de cuentas Ministerio de Justicia recoge lo que ha recibido por la vía de los impuestos y donde ha puesto ese dinero. La CEE asegura que la auditoría externa que encarga ya fiscaliza el recorrido de ese dinero.
Una aportación multimillonaria de fondos públicos
Aunque el dinero del IRPF va a 13 apartados, el 81% de los recursos (199,7 millones de euros) se envía directamente a las diócesis “para la realización de sus actividades pastorales”. ¿Qué significa eso? Que, en la práctica, el Estado financia el sueldo del clero católico y su jerarquía.
¿Y cuánto cobra un cura en España? El sueldo medio de uno de los 19.000 sacerdotes españoles está en torno a los 900 euros al mes, en catorce mensualidades, mientras que el de un obispo asciende a unos 1.250 euros al mes. A ello hay que sumar los gastos comunes de las casas parroquiales o sedes episcopales –asumidas por la comunidad o la diócesis correspondiente– y lo recaudado como donativos o por el cobro de los “servicios pastorales” (bodas, comuniones, funerales, bautizos, etc..), que no se registran y, por lo tanto, no están sujetos a investigación alguna. Existen muchas dudas de que esos ingresos puedan ser auditados.
Madrid es la diócesis más beneficiada, con más de 14 millones de euros, seguida por Valencia (8,7), Toledo (5,4) o Santiago de Compostela (5,2), mientas que el Arzobispado Castrense, con 129.000 euros, es el que menos recibe, aunque hay que añadir que, en este caso, el sueldo de sus sacerdotes es asumido por Defensa (los capellanes castrenses son personal militar a sueldo del Estado). Ibiza, Jaca, Menorca reciben menos de un millón de euros. Una mínima parte del IRPF (seis millones) va a Cáritas que recibe otro tipo de financiación.
Los 251 millones recaudados por la Iglesia vía IRPF no son, ni mucho menos, todo el dinero que la institución recibe anualmente de fondos públicos. Un informe de la organización Europa Laica hizo una estimación que elevó esa cantidad hasta los 11.000 millones de euros en distintos conceptos, que van desde los conciertos a los colegios católicos a la financiación de centros sanitarios, sociales o militares gestionados por la Iglesia.
Ese cálculo incluye las exenciones fiscales como en el caso del IBI valoradas en 3.000 millones al año, 4.600 millones para pagar a los 16.000 profesores de Religión y los conciertos con los centros religiosos, 3.200 millones para dispensarios y centros para transeúntes, como hospitales y centros de salud dirigidos por órdenes religiosas, y otros 500 millones para la conservación del patrimonio artístico propiedad de la Iglesia, entre otros.
El dinero del IRPF solo supone el 23,5% del presupuesto de las diócesis españolas, según se afirma en la memoria, que coloca a las “aportaciones directas y voluntarias de los fieles” como su principal fuente de financiación, en torno a un 37% (unos 350 millones de euros que, recordemos, no se declaran al considerarse donativos). Otro 21% (240 millones) se engloba bajo el término “Otros ingresos corrientes”, que no se estipula, como tampoco el 11% (unos 110 millones de euros) que sale de “Ingresos por patrimonio y otras actividades”, otro 6% llamado “Ingresos extraordinarios” (que suele tratarse de herencias) y un 2% de “Necesidades de financiación” (tampoco explicitadas).

Jerusalén, capital de la ocupación culminada


Isabel Pérez


Jerusalen“Trump no solo está siendo políticamente incorrecto; está cometiendo una violación flagrante de la ley internacional”, expone el director del Centro Palestino para los Derechos Humanos.
“Jerusalén es hoy la sede del gobierno israelí moderno. Es el hogar del Parlamento israelí, la Knesset, así como el Tribunal Supremo de Israel. Es la ubicación de la residencia oficial del primer ministro y el presidente. Es la sede de muchos ministerios del gobierno”, justificó el presidente de EEUU, Donald Trump, al anunciar el traslado la embajada de norteamericana a Jerusalén y declarar la ciudad “capital de Israel”. La decisión, añadió, está respaldada por la ley adoptada por el Congreso de EEUU en 1995, que fue apoyada por el Senado hace seis meses. ··· Ver noticia ···

Desorden y esterilidad

Javier Pérez Royo


(eldiario)
La Constitución tiene que definir la estructura del Estado. No basta con que la Constitución remita a los Estatutos de Autonomía, como ocurrió en 1978
En los primeros días del pasado mes de octubre se pudo comprobar que la Declaración Unilateral de Independencia era un espejismo. Lo que parecía verosímil en la distancia, se desvanecía en la proximidad. El 21D hemos podido comprobar que el 155 CE no es menos espejismo que la DUI. La “vuelta a la normalidad” ha desaparecido en cuanto se han contado los votos.


La DUI y el 155 CE son la expresión de la QUIEBRA DE LA CONSTITUCIÓN TERRITORIAL DE 1978. Son las dos caras de la misma moneda. Todo viene de aquí. Sin Constitución hay desorden. Mejor dicho: no puede no haber desorden. Esto es lo que diferencia a un país democráticamente constituido de otro que no lo está. Sin democracia no hay constitución. Con democracia no puede no haberla. Y cuando la constitución quiebra, el resultado es el desorden.
En España nos hemos quedado sin constitución territorial. La constitución territorial de 1978 se hizo básicamente para resolver la integración de Catalunya en el Estado. Lo demás vendría por añadidura. Porque el problema de la constitución territorial de España se llama Catalunya.
Para dar respuesta a ese problema se diseñó la fórmula constitucional del 78: el Pacto entre el Parlament y las Cortes Generales y la ratificación de dicho pacto por los ciudadanos de Catalunya en referéndum. Pacto+Referéndum. Esa es la constitución territorial. No los artículos del Título VIII y los artículos del Estatuto, que lo ciudadanos no los han leído ni los van a leer y que la mayor parte de ellos no sabrían cómo interpretar. Lo que sí saben los ciudadanos es que sus representantes han pactado con los representantes de todos los ciudadanos del Estado un texto y que han ratificado dicho texto en referéndum. Y el resultado de ese pacto y de ese referéndum no puede ser desconocido.
Esta constitución territorial entró en quiebra con la STC 31/2010. El Tribunal Constitucional desautorizó el pacto entre el Parlament y las Cortes Generales y desconoció el resultado del referéndum, condenando de esta manera a Catalunya al DESORDEN. Los ciudadanos de Catalunya no pueden reconocerse en un “bloque de la constitucionalidad” que no es el que pactaron sus representantes con los representantes de los ciudadanos del resto del Estado y que ellos aprobaron en referéndum. Y un “bloque de constitucionalidad” sin adhesión ciudadana es estéril. La vida política en Catalunya desde 2010 es desordenada y estéril.
Y con desorden y esterilidad en Catalunya hay desorden y esterilidad en el conjunto del Estado. Si Catalunya no puede autogobernarse democráticamente, España tampoco puede hacerlo. Esto lo sabían los constituyentes de 1978 y por eso diseñaron la constitución territorial de la forma en que lo hicieron.
Y avisaron de que del éxito de dicha constitución territorial dependería el éxito de la Constitución. En la sesión de 5 de mayo de 1978 en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados, al iniciarse el debate constituyente y hacer la valoración de conjunto del Proyecto de Constitución, todos los portavoces de los grupos parlamentarios en ese debate, Felipe González, Fraga Iribarne, Miguel Herrero, Tierno Galván, Miquel Roca… coincidieron en que la Constitución de 1978 sería juzgada por el éxito o el fracaso que tuviera su constitución territorial.
El éxito fue inequívoco hasta 2010. En ese año Catalunya se quedó sin constitución territorial. Y al quedarse sin Constitución Catalunya, nos hemos quedado sin Constitución todos.Esta es la naturaleza del problema con el que tenemos que enfrentarnos. Estamos instalados en el desorden y en la esterilidad. No solamente en Catalunya sino en toda España.
Y del desorden y la esterilidad únicamente se puede salir, democráticamente, con una Reforma de la Constitución, que, en lo que a la constitución territorial se refiere, exige una nueva Constitución. No es posible recuperar la fórmula de 1978. La Constitución tiene que definir la estructura del Estado. No basta con que la Constitución remita a los Estatutos de Autonomía, como ocurrió en 1978. Tiene que ser la propia definición la que defina la constitución territorial.
Esto se llama Constitución Federal.

A Belén

José Arregi

José Arregui1“Vamos a Belén”, se dijeron los pastores, entre animosos y turbados, según el relato del evangelio de Lucas. Es de noche y están a la intemperie, las ovejas que cuidan a turnos no son de su propiedad, el pan de mañana para sus hijos es incierto. De pronto la noche se ilumina, irrumpe la voz de un ángel, el Fondo mejor del corazón de la vida. “No temáis. En Belén os ha nacido el mesías liberador”. Y allí se encaminan.

Bellísimo relato, cuya verdad no hemos de buscar en el hecho histórico, sino en la metáfora. Una metáfora poética, profética, política. Inspirada y vigorosa metáfora teológica de Dios o de la Vida que ha de nacer, que hemos de gestar y cuidar.
“Vamos a Belén”, quiero decirte también yo, amiga, amigo, desde el fondo de mi alma en este día de Nochebuena, a pesar de que la aurora del sol naciente, la Natividad del único Dios verdadero, la Paz y la Liberación de todos los vivientes, parece aún tan lejano, tan incierto.
Vamos a Belén. ¿Pero a qué Belén? ¿Al antiguo Belén de Judea? ¿O al Belén de las ficciones y de las creencias? Vamos más bien a los Belenes –son tantos– de tierra y de carne que pueblan la Tierra. Son más de ciento treinta ciudades, pueblos, aldeas o lugares que se llaman Belén: de Chile a México, de Argentina a Estados Unidos, de Colombia a Costa Rica, de Venezuela al Salvador, de Uruguay a Guatemala, de Paraguay a Cuba, de Honduras a Perú, de Panamá a Ecuador, Bolivia y Brasil, de Filipinas a Indonesia, de Chequia a Guinea Ecuatorial y de Turquía a Polonia, Grecia, Portugal, España… Lugares sin fin de todos los continentes. Imágenes del verdadero Belén.
También el Belén histórico, del que hablan los evangelios, el que ha dado nombre a todos los lugares que se llaman así, es una imagen del verdadero Belén que aún no es. Los Evangelios hablan de Belén en términos proféticos, más bien que históricos, y la profecía sigue sin cumplirse: Belén sigue siendo una localidad sometida en la Cisjordania palestina ocupada por Israel. Está a 9 kilómetros de Jerusalén, que significa “ciudad de paz” pero es en realidad ciudad de violencia, de la que no hay un único responsable, pero sí un responsable mayor: el estado de Israel con su poderoso aliado, los Estados Unidos de América. Belén de Palestina con sus 25.000 habitantes, todos extranjeros en su tierra, la mitad cristianos y la otra mitad musulmanes, muchos de ellos refugiados palestinos, doblemente extranjeros. Belén rodeado, aislado más bien, por un muro inhumano erigido por el estado israelí, muro de cemento y de soldados que restringen a capricho la libertad de entrada y de salida de sus habitantes.

Belén es toda la geografía del planeta en su diversidad y paradojas, con sus dramas más terribles y con sus sueños más bellos. Es figura de todos los Belenes. Imagen de todas las injusticias y grietas del mundo. E imagen de otro mundo que hemos de engendrar, imagen del poder de lo pequeño y lo sencillo, de la bondad más fuerte, de la fe en la vida y en la humanidad a pesar de todo.
No en balde Belén significa “ciudad del pan”, del pan que falta a tantos, de tanto pan que despilfarramos, de la tristeza de la codicia, de la alegría de la comensalía, de la felicidad de la bondad y del compartir, la única felicidad verdadera. Belén es el nombre de esa ciudad futura de todos los hombres y mujeres, de todos los vivientes
.
Ése es el Belén del que nos hablan los Evangelios. Los evangelios no son crónicas de lo que alguna vez sucedió en el campo de los pastores a las afueras de Belén de Judea. Son más bien profecía de lo que hemos de hacer que suceda: que haya pan, libertad, igualdad para todos. Aunque Jesús no hubiera nacido en Belén, sino en Nazaret, como seguramente nació, y aunque María no fuera físicamente virgen y José fuera, como sin duda fue, el padre de Jesús, eso no restaría nada al mensaje evangélico ni habría de afectar en nada a la fe de los cristianos de hoy. Pues, al igual que los poemas y las profecías, los evangelios se escribieron para mover el corazón y liberar la esperanza, siempre tan amenazada. No se escribieron para contar el pasado, sino para imaginar y suscitar el futuro. Y ahí estamos, ¿o no?

Vayamos, pues. Delante del Belén de nuestra casa, quiero inclinarme ante el niño Jesús – profecía de la humanidad– como María y José. Y volver a soñar, y que el sueño me impulse a construir el Belén de un futuro mucho mejor para todos.
(Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo NOTICIAS el 24 de diciembre de 2017

Noticias climáticas: Mala semana para negar la evidencia


Santiago Sáez


Francia prohíbe el ‘fracking’, China por fin crea un mercado de emisiones, el mayor puerto de carbón del mundo reconoce que ese mineral no tiene futuro… Nuevo resumen con las noticias climáticas más destacadas de la semana.
Francia prohíbe el fracking
El Parlamento francés ha prohibido la extracción de gas por fracturamiento hidráulico, así como las explotaciones petrolíferas en todos sus territorios. Francia no otorgará ningún nuevo permiso de explotación y no renovará los que están en activo más allá de 2040. La nueva ley se ha visto como un movimiento simbólico, ya que el país vecino importa el 99% del combustible que consume. ··· Ver noticia ···