FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA

miércoles, 6 de junio de 2012

El Vaticano, incapaz de frenar la hemorragia de escándalos


La nuevas revelaciones aportan pistas sobre el paradero de la chica de 15 años desaparecida en 1983
El mayordomo del Papa habría actuado durante los últimos meses como agente doble
Cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo. Dos semanas después de la detención de Paolo Gabriele, el Vaticano sigue sin explicar cuándo, desde cuándo, por qué y para quién robó el mayordomo infiel la correspondencia secreta del Papa.
En consecuencia, los periodistas —en el papel del diablo— se han puesto a rebuscar por su cuenta y lo que empieza a surgir, en medio de la hemorragia incontenible de filtraciones, es un agujero insondable de escándalos interconectados. Un topo que antes de su detención hizo de agente doble. Una muchacha de 15 años desaparecida hace tres décadas y cuyo rastro vuelve ahora para señalar a un supuesto obispo pedófilo. Y un banquero de Dios caído en desgracia y perseguido hasta la deshonra por un grupo de cardenales furiosos. La interconexión es un pequeño Estado de 40 hectáreas gobernado por hombres ya ancianos cuya teórica función es administrar los asuntos de Dios en la Tierra.
Paolo Gabriele sigue detenido, aunque también esto es una cuestión de fe. Nadie sabe a ciencia cierta qué derechos asisten al mayordomo, si ha declarado realmente o si no, si lo ha hecho asistido de abogado, si ha llegado a algún tipo de acuerdo con su empresa que es a la vez su Estado, su policía y su juez. Tan es así que el portavoz de lo abogados de Paolo Gabriele es también el portavoz del Papa, Federico Lombardi, un hombre, por lo general, de pocas palabras. Por tanto, todo lo que se sabe del filtrador detenido es lo que se filtra, valga la redundancia. Y, según los últimos datos, Paolo Gabriele, el traidor, el topo, habría actuado durante los últimos meses de agente doble.
más información
El ‘cuervo’ filtra nuevos documentos secretos del Papa
Nido de cuervos en el Vaticano
El Papa critica a la prensa en el caso del mayordomo que filtró documentos
Detenido el mayordomo del Papa por desvelar y difundir documentos secretos
Tras ser descubierta su traición, la Gendarmería vaticana habría pactado con él la identificación de sus compinches. Solo así se explicaría el hecho de que el tal Paoletto, de 46 años, casado y con tres hijos, conservara en su apartamento de la ciudad del Vaticano tres cajas repletas de documentos secretos. En los últimos días antes de su detención, el mayordomo habría seguido filtrando cartas de Benedicto XVI pero ya bajo la supervisión de Domenico Giani, el superpolicía al frente de la Gendarmería. A cambio de su colaboración, Paolo Gabriele habría obtenido la promesa de un indulto papal no muy lejano y el compromiso de que su familia pueda seguir viviendo en Vía Porta Angelica, al resguardo del muro vaticano.
En la misma casa, por cierto, que la madre de Emanuela Orlandi. La muchacha desapareció en 1983 junto a la basílica de San Apolinar. Solo tenía 15 años. Su padre era funcionario vaticano y desde siempre se especuló con que detrás de su desaparición estuviese el terrorismo internacional –el turco Alí Agca había atentado dos años antes contra Juan Pablo II— o las siempre turbias cuentas del Vaticano. Hasta se temió que los restos de la muchacha estuviesen en la misma tumba que Enrico de Pedis, el último jefe de la banda de la Magliana, enterrado hasta hace unos días en una cripta de la basílica de San Apolinar, como si se tratase de un cardenal.
En los últimos días, y a la luz de las filtraciones, el rastro de la muchacha vuelve a conducir al Vaticano. Las nuevas pistas conducen a Boston, a una dirección postal de un supuesto cardenal pedófilo. La madre de Emanuela, que se cruza en el zaguán con la esposa del mayordomo, sigue rogándole a Benedicto XVI qué le diga lo que sabe. Pero el Papa calla. Su silencio mereció la pasada semana un sonoro abucheo de una parte de las personas congregadas en la plaza de San Pedro. Un hecho grave, jamás visto.
La explicación oficial de lo que está sucediendo se circunscribe a los tres datos aportados por el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano. El mayordomo ha iniciado la declaración formal. La imputación es de “robo con agravante”, que puede conllevar una pena de hasta ocho años de reclusión. Según la legislación vaticana, la “custodia cautelar” puede mantenerse durante 50 días prorrogables a otros 50. Lombardi, como no podía ser de otra manera, añadió que todo es secreto. Todo, claro está, menos lo que se filtra. Y de un tiempo a esta parte, el Vaticano, además de escenario de una feroz guerra de poder entre cardenales, es un gran emisor de documentos secretos. Una hemorragia de escándalos que el Vaticano no acierta a frenar.
La primera reacción, marca de la casa, fue el silencio. La segunda, en la voz del Papa citando a Jesús de Nazaret, mostraba una cierta indiferencia: “Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se abatieron sobre aquella casa, pero no cayó, porque estaba fundada en la roca…”. La tercera reacción, más terrenal, fue la que, el lunes por la noche, se apañó el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone. Hizo llamar a un entrevistador de la RAI y, con las respuestas escritas en un papel, ofreció cómodamente su versión: “Ataques han existido siempre, también en los tiempos de Pablo VI, aunque ahora parece que son más feroces, hirientes y organizados”.
No dijo por quién. Bertone tuvo palabras de afecto para Benedicto XVI –“es un hombre manso, de gran fe y de gran oración que no se deja intimidar por los ataques”–, aunque en la práctica su firma ha servido para alejar del Vaticano a grandes colaboradores del Papa. Sobre todo a aquellos –el arzobispo Carlos María Viganò, el propio Gotti Tedeschi— cuya función consistía en poner luz sobre los muy sucios dineros del Vaticano.
El tercer asunto nos devuelve al presente, aunque un presente tan oscuro como el pasado. Solo unos días después de ser destituido por el Vaticano, Ettore Gotti Tedeschi, el banquero de Dios, soporta una persecución en la que muchos creen ver el largo brazo justiciero del cardenal Tarcisio Bertone. Un asunto que merece capítulo aparte.
Los personajes de la trama
Benedeicto XVI
A sus 85 años, enfermo, el papa Benedicto XVI no parece sentirse con fuerzas de poner orden en el campo de batalla en que a todas luces se ha convertido el Vaticano. Todo el mundo señala a Joseph Ratzinger como el hombre de fe, erudito, introvertido, dedicado a sus libros, tan distinto de su antecesor, el viajero Juan Pablo II. Sin embargo, el Papa alemán conoce bien los vericuetos de la Santa Sede, no obstante llegó a Roma en 1981, fue la sombra de Karol Wojtyla y dirigió con mano firme la Congregación para la Doctrina de la Fe, la antigua Inquisición. A todas luces, Joseph Ratzinger sabe dónde está la avería, pero sus últimas intervenciones en Milán indican que dejará que sea su sucesor el que las intente arreglar.
Tarcisio Bertone
Según uno de los primeros documentos filtrados en el caso Vaticanleaks, el cardenal italiano Paolo Romeo, arzobispo de Palermo (capital de la isla de Sicilia), dijo durante un viaje a China que el Papa y su número dos, Tarcisio Bertone, se llevan a matar y que Benedicto XVI estaría dejando todo atado y bien atado para que su sucesor al frente de la Iglesia fuese el actual arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola. La guerra en el Vaticano ya existía, pero se recrudeció. Bertone, salesiano, extrovertido, es el enemigo número uno de una buena parte de la curia vaticana, la llamada casta de los diplomáticos pontificios. Son los mismos que considera que el papa Benedicto XVI ha ido demasiado lejos al promover la transparencia en los dineros de la Iglesia y a cortar de un tajo la permisividad con los abusos a menores.
Emanuela Orlandi
Emanuela Orlandi, de 15 años, hija de un empleado del Vaticano. La última vez que la vieron fue a las siete de la tarde del miércoles 22 de junio de 1983, tras salir de clase de música, junto a la romana basílica de San Apolinar, a solo unos metros de la plaza Navona. Su familia empapeló la ciudad con su retrato en blanco y negro: “Pelo negro, largo y lacio. Pantalón vaquero y camisa blanca. Zapatillas de gimnasia. 1,60 de estatura…”. Unas horas después, en la ciudad del Vaticano se empezaron a recibir llamadas de los supuestos secuestradores. Un varón que hablaba italiano con acento anglosajón pedía la liberación del turco Alí Agca, quien dos años había atentado contra el papa Juan Pablo II en la plaza de San Pedro. Las extrañas y muy escurridizas llamadas telefónicas -hubo hasta 16 y ninguna logró ser grabada por la policía- desaparecieron un día y jamás se supo si detrás de su secuestro estaba realmente el terrorismo internacional o las siempre turbias cuentas del Vaticano.
Paolo Gabriele
Es una de las nueve personas laicas que compartían la vida diaria del Papa en su apartamento, la llamada “familia pontificia”. Se trata de un hombre de buena presencia, muy reservado, extremadamente religioso y devoto de la santa polaca Faustina Kowalska. Hasta su detención, vivía con su familia en un confortable apartamento dentro de las 40 hectáreas que conforman el Estado Vaticano. Fue allí donde, según los medios italianos, Domenico Giani, el comandante en jefe de la Gendarmería, habría encontrado numerosas fotocopias de la correspondencia privada del Papa: “Cajas repletas de documentos y el aparataje necesario para fotografiar y reproducir documentos”. Ni su confesor cree que Paolo Gabriele, conocido por sus amigos como Paoletto, haya sido capaz de urdir en solitario una conspiración de tal magnitud.
Ettore Gotti Tedeschi
Tedeschi es de los pocos que guarda fidelidad al Papa. De hecho, fue el propio Joseph Ratzinger quien se lo recomendó a Bertone. Eran viejos amigos. El economista, miembro del Opus Dei, había colaborado con el Papa en la encíclica “Caritas in veritate”. Ahora la colaboración que le pedía era Limpiar el Banco del Vaticano. Bertone y Tedeschi chocan. Hasta el punto de no dirigirse la palabra.. El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano, anunció la destitución de su presidente, Gotti Tedeschi, por irregularidades en su gestión.
La explicación oficial, en lenguaje diplomático, achacaba al economista, de 67 años, “no haber desarrollado funciones de primera importancia para su cargo”. Lo cierto es que la Banca del Vaticano está siendo sometida desde el pasado mes de septiembre a una investigación judicial por supuesta violación de las normas contra el blanqueo de capitales. Además de a Gotti Tedeschi -presidente también del Santander Consumer Bank, la filial italiana del Banco Santander–, la fiscalía investiga al director general del IOR, Paolo Cipriani.
El directivo depurado ha mostrado gran enfado en sus declaraciones a la prensa: “Prefiero no hablar. Si lo hiciera, solo diría palabras feas. Me debato entre el ansia de explicar la verdad y no querer turbar al Santo Padre con tales explicaciones”.

EUCARISTÍA Y CRISIS

El Cuerpo y la Sangre de Cristo (B) Marcos 14, 12-16
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA, 06/06/12.- Todos los cristianos lo sabemos. La eucaristía dominical se puede convertir fácilmente en un "refugio religioso" que nos protege de la vida conflictiva en la que nos movemos a lo largo de la semana. Es tentador ir a misa para compartir una experiencia religiosa que nos permite descansar de los problemas, tensiones y malas noticias que nos presionan por todas partes.
A veces somos sensibles a lo que afecta a la dignidad de la celebración, pero nos preocupa menos olvidarnos de las exigencias que entraña celebrar la cena del Señor. Nos molesta que un sacerdote no se atenga estrictamente a la normativa ritual, pero podemos seguir celebrando rutinariamente la misa, sin escuchar las llamadas del Evangelio.
El riesgo siempre es el mismo: Comulgar con Cristo en lo íntimo del corazón, sin preocuparnos de comulgar con los hermanos que sufren. Compartir el pan de la eucaristía e ignorar el hambre de millones de hermanos privados de pan, de justicia y de futuro.
En los próximos años se van a ir agravando los efectos de la crisis mucho más de lo que nos temíamos. La cascada de medidas que se nos dictan de manera inapelable e implacable irán haciendo crecer entre nosotros una desigualdad injusta. Iremos viendo cómo personas de nuestro entorno más o menos cercano se van empobreciendo hasta quedar a merced de un futuro incierto e imprevisible.
Conoceremos de cerca inmigrantes privados de asistencia sanitaria, enfermos sin saber cómo resolver sus problemas de salud o medicación, familias obligadas a vivir de la caridad, personas amenazadas por el desahucio, gente desasistida, jóvenes sin un futuro nada claro... No lo podremos evitar. O endurecemos nuestros hábitos egoístas de siempre o nos hacemos más solidarios.
La celebración de la eucaristía en medio de esta sociedad en crisis puede ser un lugar de concienciación. Necesitamos liberarnos de una cultura individualista que nos ha acostumbrado a vivir pensando solo en nuestros propios intereses, para aprender sencillamente a ser más humanos. Toda la eucaristía está orientada a crear fraternidad.
No es normal escuchar todos los domingos a lo largo del año el Evangelio de Jesús, sin reaccionar ante sus llamadas. No podemos pedir al Padre "el pan nuestro de cada día" sin pensar en aquellos que tienen dificultades para obtenerlo. No podemos comulgar con Jesús sin hacernos más generosos y solidarios. No podemos darnos la paz unos a otros sin estar dispuestos a tender una mano a quienes están más solos e indefensos ante la crisis. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Un movimiento de párrocos rebeldes se extiende por Austria y otros países

 Joaquín Rábago
Un movimiento de párrocos rebeldes iniciado en Austria se extiende ya por la vecina Alemania y otros países europeos y comienza a preocupar al Vaticano. Su principal impulsor es Helmut Schüller, de 60 años, un personaje muy conocido y popular en Austria desde la época en que quien firma estas líneas trabajaba allí como corresponsal para la Europa del Este. Presidía entonces Cáritas y era a la vez vicario general de la archidiócesis de Viena, a cuyo frente estaba y sigue estando el cardenal Christoph Schönborn.
Su trabajo en Cáritas fue tan exitoso que la Facultad Económica de Viena le distinguió en 1993 con el premio al mejor gestor del año. Y su preocupación constante por los pobres e inmigrantes suscitó el odio de un terrorista neonazi, que le envió un paquete bomba, afortunadamente interceptado antes de que pudiera causar una desgracia.
Pero un día de febrero de 1999, por razones no del todo aclaradas, el cardenal depositó personalmente una carta a la puerta de las habitaciones que ocupaba Schüller en el palacio episcopal en la que le comunicaba que le relevaba con efecto inmediato de la vicaría.
Schüller se retiró entonces a una pequeña parroquia de Probstdorf, en la región de la Baja Austria, próxima a Viena, donde encontró tiempo para meditar sobre lo sucedido.
Junto con otros párrocos preocupados por la deriva autoritaria del Vaticano y su aceptación por la jerarquía católica, Schüller lanzó en 2006 una iniciativa que ha ido creciendo desde entonces como bola de nieve y que cuenta ya con 405 entre párrocos y diáconos.
La iniciativa comenzó a preocupar seriamente a la jerarquía cuando en junio del año pasado publicó un «Llamamiento a la Desobediencia». En él, los impulsores de ese movimiento, que cuenta con el apoyo del conocido teólogo suizo Hans Küng, se comprometían, entre otras cosas, a hacer caso omiso de ciertas prohibiciones dictadas por Roma como la de administrar la comunión a los divorciados si han contraído nuevas nupcias o a los miembros de otras confesiones, así como a luchar por la ordenación de mujeres y de hombres casados.
La preocupación del Vaticano se hizo patente cuando el papa Benedicto XVI se preguntó en sus recientes sermones, sin citar expresamente a los rebeldes, si la desobediencia era la vía correcta. Más directo fue el nuncio apostólico en Austria, quien señaló en tono de amonestación que no se llega a la verdad «por decisión de una mayoría democrática».
La popularidad de las causas que defienden Schüller y sus colegas es, sin embargo, evidente ya que, según un sondeo de la Radiotelevisión pública austriaca, dos tercios de los párrocos austriacos son favorables a su «Llamamiento a la Desobediencia».
El propio Schüller concedió recientemente una entrevista al semanario austriaco Profil en la que afirmaba tener cada vez más contactos con círculos eclesiásticos de otros países: desde Francia, Alemania, Eslovaquia o Irlanda hasta los Estados Unidos. Schüller negaba querer provocar un cisma, es decir, convertirse en un nuevo Lutero, pero acusaba a los obispos de considerar a la Iglesia como su finca particular. «Los obispos se sienten como señores feudales», criticaba el párroco.
Frente a quienes creen que la Iglesia no ha cambiado con el tiempo, Schüller explicaba que, tal y como la conocemos hoy, data en realidad del año 1871, cuando se celebró el Primer Concilio Vaticano. «Se convirtió en lo que es hoy, con un Papa autocrático y obispos que no cuentan para nada».
Al igual que ocurre en otros países de mayoría católica, la Iglesia tiene en Austria más de un motivo de preocupación. Solo el año pasado, 58.603 austriacos se dieron de baja oficialmente y suspendieron sus cotizaciones. Y si todavía en 1951, cerca de un 91 por ciento de los ciudadanos de esa República se declaraban católicos, el año pasado solo llegaban a un 65 por ciento. Y muchos menos, solo 700.000, decían asistir regularmente a misa.

Mary Mackillop: primero excomulgada, después canonizada


 

En estos momentos en que tantas santas mujeres están siendo perseguidas por la jerarquía, recordamos con especial cariño a Mary Mackillop, la “santa patrona” de todos los que han sufrido la persecución de autoridades religiosas de miras estrechas, convencidos de que actúan en nombre de Dios.
Mary Mackillop (1842-1909), fundadora de la Congregación de San José del Sagrado Corazón, se convirtió en 2010 en la primera santa australiana al ser canonizada por el papa Benedicto XVI. Una santa que anteriormente había sido excomulgada por “insubordinación” al denunciar en 1870 a un sacerdote que cometía abusos contra niños.
La congregación por ella fundada se dedicó desde el principio a atender a la población rural en situación de pobreza y a proporcionarles educación gratuita y otros servicios. No obstante, lo más significativo en su caso, no son tanto sus obras de caridad, sino que es considerada como “la santa patrona” de todos los que han sufrido la persecución de autoridades religiosas de miras estrechas, convencidos de que actúan en nombre de Dios.
Durante la canonización el pontífice elogió su “ejemplo de coraje y santo celo de la perseverancia y la oración”.

Comunicado de prensa de la Iglesia Evangélica Española: La crisis económica en España, crisis de un modelo social

Comunicado valiente el de la Iglesia Evangélica Española. Contrasta con el silencio cómplice de la Jerarquía católica española que asiste muda, con su silencio , a todo el sufrimiento que la crisis, provocada por entidades financieras y muy mal gestionada por los políticos, está provocando en el pueblo. ¿Hasta cuándo permanecerá callada? (Redacción de R. C.)
30 de mayo de 2012
Ante la grave situación que está atravesando nuestro país, la Iglesia Evangélica Española quiere poner de manifiesto su solidaridad con aquellas personas que están sufriendo directamente y, de forma más intensa, los efectos de la crisis económica y financiera que es, en su base, una crisis del modelo social.
Al mismo tiempo, deseamos denunciar las decisiones políticas que se están tomando, algunas de ellas ya iniciadas por el Gobierno anterior, a partir de una obediencia acrítica a una política europea basada en criterios dictados por el pensamiento económico más conservador y los poderes financieros que están socavando seriamente el modelo social europeo.
También mostramos nuestro desacuerdo con el fondo y la forma que las diferentes Administraciones del Estado están llevando a cabo en lo que respecta a los recortes económicos y a sus reformas, renunciando al diálogo con los agentes sociales, obedeciendo las directrices de los mercados y desmontando los fundamentos del Estado del Bienestar: 1) la estabilidad del empleo; 2) provisión universal pública de los servicios sociales; y 3) la garantía de un nivel de vida digno.
La desbocada tasa de desempleo, especialmente entre los más jóvenes, y la dramática situación que atraviesan las familias en las que ninguno de sus miembros puede acceder al derecho a un empleo, nos deja ante un escenario nada esperanzador para la ciudadanía. Asimismo, constatamos que las políticas que se están llevando a cabo a través de la reforma laboral impulsada por el gobierno se muestran incapaces para crear empleo y contribuyen a su precarización.
La provisión universal de los servicios sociales está sufriendo una serie de recortes presupuestarios que afectan dramáticamente la calidad de la educación y la sanidad, elementos clave para el desarrollo de una país. Esto se une a la situación de una ley de dependencia, de facto, en vía muerta por falta de asignación de recursos y a la dificultad de acceder a una vivienda digna. Todo ello perjudica de una forma notable la calidad de vida de las personas. Debemos hacer especial mención de la precariedad de los inmigrantes en situación irregular, con su exclusión de la asistencia sanitaria, y de las familias que pierden sus viviendas por no poder hacer frente a las hipotecas y, por ello, se ven obligadas a cargar con deudas que las esclavizarán durante toda su vida.
Las cifras hablan por sí solas: Una tasa de desempleo del 24,5%, que se sitúa en el 52,01% entre los jóvenes menores de 25 años. El número de familias con todos sus miembros en paro es de 1.728.400. Durante el año 2011 el número de desahucios alcanzó la impresentable cifra de 58.241 procedimientos. Y en el último informe de Unicef España se nos enfrenta con la realidad de que, por primera vez en España, la pobreza tiene rostro de niño. Detrás de los datos, cifras y porcentajes hay personas “de carne y hueso” que no ven garantizado un nivel de vida digno.
Mientras tanto, la preocupación del Gobierno es implantar en el país políticas de austeridad aplicadas de modo indiscriminado, que lo único que logran es provocar desazón e incertidumbre entre la población. Austeridad que, por otra parte, no se ve reflejada –entre otras cosas- en los millones de euros que se destinan, y que sin duda se seguirán destinando, a salvar a la banca española con absoluta falta de transparencia en la búsqueda de responsables, todo ello unido a los sueldos y retiros millonarios de sus gestores o a la falta de aplicación de la tan querida austeridad gubernamental, entre otros, al gasto militar.
Reiteramos que nos encontramos ante una crisis provocada por el modelo social neoliberal que ha derivado en un capitalismo salvaje al que nadie pone freno, a partir de una renuncia a la regulación de los mercados que desemboca en una falta de ética que ha generado el empobrecimiento de grandes capas de la población.
Hace siglos, Jesús de Nazaret –nuestro singular referente- nos enseñó que “no se puede servir a dos amos, porque aborrecerá a uno y apreciará al otro; será fiel a uno y del otro no hará caso. No podéis servir al mismo tiempo a Dios y al dinero” (Mateo, 5.24). Hoy nosotros afirmamos, remedando la enseñanza del profeta galileo, que “no se puede servir a dos amos, no se puede servir al prójimo (imagen de Dios en el mundo) y a los mercados”. Y al día de hoy, mucho nos tememos que la fidelidad del Gobierno de España es hacia los mercados y hacia las grandes corporaciones sin ningún compromiso con los ciudadanos y ciudadanas a los que dice servir.
Por todo ello, la Iglesia Evangélica Española entiende que, como parte de su misión, es llamada a ser agente social de transformación social en cobeligerancia –sin perder su identidad cristiana- con otros movimientos sociales que luchan y viven por conseguir ese otro mundo posible, un modelo social alternativo al actual. No podemos seguir por más tiempo siendo marionetas en las manos invisibles de los mercados y de intereses que ignoran las necesidades básicas y urgentes de la ciudadanía.
Las iglesias protestantes no nos conformamos sólo con hacer propuestas, más bien deseamos demostrar a través de nuestras opciones eclesiales que vivir de otra manera en medio de la aldea global es posible. Las iglesias son llamadas a ser una “aldea alternativa”.
En la medida en que llevemos a cabo el proyecto de Jesús de Nazaret, la Iglesia y las iglesias se convertirán en agentes de cambio social y no en justificadoras y legitimadoras de un mundo resignado a la creencia de que “a los pobres siempre los tendréis entre vosotros”. ¡No sólo protestamos, sino que actuamos de forma visible ante todos los que nos rodean!
Pedimos al Gobierno, al Parlamento y al Senado españoles que tomen, de forma urgente, las medidas necesarias para que la crisis económica deje de afectar de forma directa a los que no han sido causantes de la misma, y que estudien medidas alternativas que eviten añadir más sufrimiento y desesperanza al pueblo al que representan.
Comisión Permanente de la Iglesia Evangélica Española
Madrid, 30 de mayo de 2012
___________________