FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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ATALAYA

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jueves, 23 de mayo de 2019

LA MISA DEL DOMINGO Domingo VI de Pascua “La Paz os dejo, mi Paz os doy” 26 de mayo de 2019

AGUSTIN FERNÁNDEZ SDB

Abrimos el periódico, encendemos la televisión, sintonizamos la radio, miramos las noticias en el móvil o el ordenador... y saltan a nuestra vista y a nuestros oídos los numerosos conflictos que asolan este mundo en el que vivimos. Pocos son los lugares del planeta de los que se pueda decir que hay “paz”. 
Vivimos en una sociedad llena de tensiones, de rivalidades, de enfrentamientos y, lo que es peor, en muchos sitios, de guerra. 
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MISA CON NIÑOS DOMINGO VI DE PASCUA (C) “La paz os dejo”


(Estamos en pleno “corazón” del tiempo pascual. La mirada y los textos litúrgicos van preparando al creyente a celebrar la próxima fiesta de la Ascensión y a recibir el don del Espíritu Santo. 

• En estos domingos se han dado las “primeras comuniones”. Puede ser una ocasión para acoger de manera festiva en la celebración a estos niños y niñas que ya van participando  plenamente de toda la celebración eucarística. • Un signo para la celebración: un cartel, o proyección, con el dibujo de una paloma de la paz, o dos manos en gesto de saludo o ayuda. Si no se ha dibujado el cartel, también se puede representar un gesto sencillo en el momento de la homilía: dos niños que se dan la mano en señal de que reciben y dan la paz de Jesús. Jesús no nos deja solos: Él mismo está presente en nuestra vida, y también lo está a través de las personas que nos quieren y acompañan. • Canción para la celebración: “Tus manos son palomas de la paz” (J. Santos Matías). “Madre, madre” (Kairoi). 

Más que palabras - 6º Domingo de Pascua, Ciclo C

LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES


col gerardo

Me ocurre muy a menudo. Pregunto a las personas por nuestro comportamiento y la respuesta es muy frecuente: “es que nosotros no somos como los buenos cristianos”.
No sabemos valorar el bien que hacemos. Nos fijamos casi siempre en ciertas personas y lo que nosotros hacemos, no lo apreciamos. Y descubro cada día y cada momento maravillas muy ordinarias que hacemos las personas en nuestras propias vidas: son causas humanitarias, ayudas vecinales, colaboraciones en las tareas municipales y de asociaciones.
Y si se trata de servicio o compromiso por los demás, ahí están las horas dedicadas a voluntariado, a comportamientos políticos, dinero que se comparte con ONGs.
A veces no valoramos y lo vemos como lo más normal el adoptar niños como hijos con las dificultades que eso supone.
Me acuerdo siempre de lo que nos cuentan los Hechos de los Apóstoles respecto de las primitivas comunidades. Y pienso que era una admiración exagerada aquello de “vivían y ponían todo en común”. Parece que tal ideal duró poco porque Ananías y Safira ya quisieron engañar y mintieron a la comunidad.
Es cierto que existe el egoísmo y el interés propio, pero creo que sobresale en la conducta de muchas personas la bondad. Me parece que hemos remarcado y recargado mucho a los cristianos sobre “nuestros pecados” e insistimos demasiado en los fallos.
Me parece que es curativo el ir escribiendo y anotando el bien que hacemos, no para presumir, sino para disfrutar y animarnos a crecer en las buenas obras y los comportamientos. Lo que nos dice San Mateo25, lo veo en muchísimas ocasiones: “visitar a los enfermos y a los presos, dar de comer al hambriento…”
¿Nos imaginamos una procesión en la que participásemos todas las personas que de una u otra a manera estamos ayudando a los demás, con sillas de ruedas, llevando del brazo, pagando los dineros para fines sociales, haciendo la vida más fácil y agradable a quienes sufren…?
Saber descubrir las señales de resurrección que hay hoy en día y darles más importancia que a las señales de muerte. Creo que este es nuestro problema. Y además creo que el mal solo se va a cambiar cuando nos fijemos y demos más importancia al bien. La mejor forma de derretir el hielo es el calor que acercamos.
Nos quedamos abrumados al oír las noticias. Están cargadas de fracasos, tsunamis, muerte, guerras, naufragios… Eso es cierto. Pero también es cierto la bondad que se da en todas las personas del mundo, el bien que se realiza, el amor que se expande. “Todo lo tenían en común”… Igual era una utopía, pero esa utopía empuja a la realidad también hoy.
Me gusta contar la vida al estilo de Los Hechos de apóstoles. “El ángel del Señor abrió la puerta a Pedro en la cárcel”. ¿No sería el herrero del pueblo? ES necesario ver y contar la vida con fantasía. Y estos ángeles funcionan a todas horas en nuestra vida y en nuestro mundo.

ECOLOGÍA EN FRAGMENTOS: TODO ESTÁ RELACIONADO CON TODO


col boff
La ecología se ha transformado en el contexto general de todos los problemas, proyectos oficiales y privados. A ella está ligado el futuro de nuestro planeta y de nuestra civilización. De donde se deriva su importancia ineludible. O cambiamos de manera de habitar la Casa Común o podemos conocer situaciones ecológicas y sociales dramáticas, dentro de no mucho tiempo. Aquí van fragmentos de un discurso ecológico, parte de un Todo más grande y vasto.
  1. La irracionalidad de nuestro estilo de vivir
El modelo de sociedad y el sentido de la vida que los seres humanos han proyectado para sí, por lo menos en los últimos 400 años, están en crisis.
Este modelo nos hacía creer que lo importante es acumular gran número de medios de vida, de riqueza material, de bienes y servicios a fin de poder disfrutar de nuestro corto paso por este planeta.
Para realizar este propósito nos ayudan la ciencia que conoce los mecanismos de la naturaleza y la técnica que hace intervenciones en ella para beneficio humano. Se ha procurado hacer eso con la máxima velocidad posible.
En definitiva, se busca el máximo beneficio con el mínimo de inversión y en el tiempo más breve posible.
El ser humano, en esta práctica cultural, se entiende como un ser sobre las cosas, disponiendo de ellas a su gusto, nunca como alguien que está con las cosas, conviviendo con ellas como miembro de una comunidad mayor, planetaria y cósmica.
El efecto final y triste, solamente ahora visible de forma innegable, es el que se expresa en esta frase atribuida a Gandhi: “la Tierra es suficiente para todos, pero no para los consumistas”.
Nuestro modelo civilizatorio es tan absurdo que, si los beneficios acumulados por los países ricos se generalizaran a los demás países, necesitaríamos otras cuatro Tierras iguales a la que tenemos.
Ello muestra la irracionalidad que este modo de vivir implica. Por eso el Papa Francisco en su encíclica “sobre el cuidado de la Casa Común” pide una radical conversión ecológica y un consumo sobrio y solidario.
  1. La naturaleza es maestra
En momentos de crisis civilizatoria como la nuestra, es imperioso consultar a la fuente originaria de todo: la naturaleza, la gran maestra. ¿Qué nos enseña?
Ella nos enseña que la ley básica de la naturaleza, del universo y de la vida no es la competición, que divide y excluye, sino la cooperación, que suma e incluye.
Todas las energías, todos los elementos, todos los seres vivos, desde las bacterias y los virus hasta los seres más complejos, estamos todos inter-retro-relacionados y, por eso, somos interdependientes. Uno coopera con el otro para vivir.
Una red de conexiones nos envuelve por todos los lados, haciéndonos seres cooperativos y solidarios. Queramos o no, esta es la ley de la naturaleza y del universo. Y gracias a esta red de interdependencias hemos llegado hasta aquí.
Esa suma de energías y de conexiones nos ayuda a salir de las crisis y a fundar un nuevo ensayo civilizatorio. Pero nos preguntamos: ¿somos suficientemente sabios para hacer frente a situaciones críticas y responder a los nuevos desafíos?
  1. Todo está relacionado con todo
La realidad que nos rodea y de la cual somos parte no debe ser pensada como una máquina sino como un organismo vivo, no como constituida de partes estancas, sino como sistemas abiertos, formando redes de relaciones.
En cada ser y en el universo entero prevalecen dos tendencias básicas: una es la de autoafirmarse individualmente y otra la de integrarse en un todo mayor. Si no se autoafirma corre el riesgo de desaparecer. Si no se integra en un todo mayor, corta la fuente de energía, se debilita y puede también desaparecer. Es importante equilibrar estas dos tendencias. En caso contrario caemos en el individualismo más feroz –la autoafirmación– o en el colectivismo más homogeneizador – la integración en el todo. Por eso siempre tenemos que ir y venir de las partes al todo, de los objetos a las redes, de las estructuras a los procesos, de las posiciones a las relaciones.
La naturaleza es, pues, siempre co-creativa, co-participativa, ligada y re-ligada a todo y a todos y principalmente a la Fuente Originaria de donde se originan todos los seres.
  1. Desde el comienzo está presente el fin
El fin está ya presente en el comienzo. Cuando los primeros elementos materiales después del big bang empezaron a formarse y a vibrar juntos, ahí se anunciaba ya un fin: el surgimiento del universo, uno y diverso, ordenado y caótico, la aparición de la vida y el irrumpir de la conciencia.
Todo se movió y se interconectó para dar inicio a la gestación de un cielo futuro, que empezó ya aquí abajo, como una semillita, y fue creciendo y creciendo hasta acabar de nacer en la consumación de los tiempos. Ese cielo, desde el comienzo, es el propio universo y la humanidad llegados a su plenitud y consumación.
No hay cielo sin Tierra, ni Tierra sin cielo.
Si es así, en lugar de hablar de fin del mundo, deberíamos hablar de un futuro del mundo, de la Tierra y de la Humanidad que entonces serán el cielo de todos y de todo.

MUJERES DIACONISAS: CRISTIANAS SUBALTERNAS


col tamayo
En la Asamblea Plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales celebrada en Roma en mayo de 2016, le preguntaron al papa Francisco si había algún impedimento para incluir a las mujeres entre los diáconos permanentes, al igual que ocurrió en la iglesia primitiva, y por qué no creaba una comisión oficial para estudiar el tema.
Unos meses después el papa despejó la incógnita y creó una Comisión, formada por seis hombres y seis mujeres, presidida por el entonces secretario –hoy presidente– de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo español Luis Ladaria Ferrer –hoy cardenal– , para el estudio del diaconado femenino en la Iglesia católica. De la Comisión fueron excluidos cuatro continentes: Asia, África, América Latina y Oceanía. Había doce miembros europeos y una estadounidense. El inicio de dicha comisión no podía ser más asimétrico y desigual.
En la rueda de prensa ofrecida el 7 de mayo en el avión de vuelta de su viaje a Macedonia el papa reconoció la disparidad de criterios de los miembros de la Comisión tras dos años de estudio e, implícitamente, se refirió a la disolución de la misma sin que hubiera emitido un informe al respecto. A la vista de la falta de resultados, el papa no ha tomado ninguna decisión.
Mejor, así, porque, en mi modesta opinión, se trataba de una Comisión tan innecesaria como ineficaz, como se ha demostrado por la falta de resultados y su rápida disolución. Era innecesaria porque el estudio ya está hecho por exégetas, teólogos, teólogas, historiadoras e historiadores del cristianismo. Las conclusiones cuentan con un amplio consenso entre quienes vienen investigando desde siglos sobre el tema: Jesús de Nazaret formó un movimiento contrahegemónico igualitario de hombres y mujeres que lo acompañaron por los caminos de Galilea, compartieron su estilo de vida itinerante y asumieron responsabilidades sin discriminación alguna por razones de género.
En los primeros siglos del cristianismo hubo mujeres sacerdotes, diaconisas y obispas que ejercieron funciones ministeriales y tareas directivas hasta que la Iglesia se jerarquizó, clericalizó, patriarcalizó y las mujeres fueron reducidas al silencio. El libro de la teóloga estadounidense Karen Jo Torjesen Cuando las mujeres eran sacerdotes. El liderazgo de las mujeres en la iglesia primitiva y el escándalo de su subordinación con el auge del cristianismo (El Almendro, Córdoba, 1996) lo demuestra con todo tipo de argumentos: arqueológicos, históricos, teológicos y hermenéuticos. Y más recientemente Sacerdotas. La mujer en las diferentes liturgias y religiones, de Yolanda alba /Almuzara, Córdoba, 2018).
La Comisión me parecía ineficaz, si faltaba voluntad de incorporar a las mujeres a las funciones eclesiales directivas, al acceso directo a lo sagrado sin mediación patriarcal y a la participación en la elaboración de la doctrina y de la moral. Hoy puede afirmarse que faltaba dicha voluntad. A los hechos me remito. En la encíclica Inter insigniores, el papa Pablo VI cerró a cal y canto la puerta al acceso de las mujeres al ministerio sacerdotal alegando que Jesucristo solo ordenó a varones.
Sus sucesores han repetido tan falaz argumento como un mantra. Juan Pablo II, asesorado por el cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, radicalizó el cierre al afirmar que el asunto quedaba zanjado definitivamente. Benedicto XVI, conocedor como teólogo que era, de la existencia de mujeres diaconisas, sacerdotes y obispas en el cristianismo primitivo, se mostró igualmente contumaz y siguió el mismo camino de obstrucción al sacerdocio de las mujeres. El papa Francisco ha vuelto a ratificarlo citando la contundente afirmación excluyente de Juan Pablo II.
No puedo compartir la idea del diaconado femenino, porque, de instaurarse institucionalmente y atendiendo a las funciones auxiliares que se les asignaría, las mujeres seguirían siendo subalternas y estarían al servicio de los sacerdotes y de los obispos, no de la comunidad cristiana. Más que de entrar en el estatus de colaboradoras directas de los sacerdotes y obispos, pasarían a un estado de servidumbre permanente.
Creo que es hora de pasar de la subalternidad de las mujeres a la igualdad; de la sumisión al empoderamiento; de su estatuto de dependencia a la autonomía; de ser objetos decorativos a sujetos activos. Y eso con el diaconado femenino no se lograría, sino todo lo contrario: se prolongaría la minoría de edad de las mujeres bajo el espejismo de que se está dando un importante paso hacia adelante y de que se les concede protagonismo.
Insisto, lo que se haría sería perpetuar la humillación y la servidumbre, la subalternidad y la dependencia del clero sacerdotal, episcopal y papal. Para que se produzca un cambio real en el estatuto de inferioridad de las mujeres es necesario que sean reconocidas como sujetos religiosos, eclesiales, éticos y teológicos, cosa que ahora no sucede.
Y para que esto suceda es necesario mirar al pasado, ciertamente, pero no con la añoranza de reproducir acríticamente la tradición, sino con el objetivo de recuperar creativamente el protagonismo que las mujeres tuvieron en el movimiento de Jesús y en los primeros siglos de la Iglesia cristiana. Pero, sobre todo, hay que mirar al presente y al futuro para poner en práctica en el interior de la Iglesia el principio de igualdad y no discriminación de género que rige, aunque imperfectamente, en la sociedad.
Cualquier discriminación y cualquier injusticia de género son, antropológicamente, contrarias a la igual dignidad de todos los seres humanos; teológicamente, van en contra de la creación de ser humano como hombre y mujer a imagen y semejanza de Dios; eclesialmente, son contrarias al movimiento igualitario de Jesús de Nazaret, al principio de fraternidad-sororidad que debe regir en la Iglesia y a la igualdad de las cristianas y los cristianos por el bautismo.
Sin igualdad y justicia de género, la Iglesia seguirá siendo una de los últimos, si no el último, de los bastiones del patriarcado que quedan en el mundo. En otras palabras, se mantendrá como una patriarquía perfecta. Y para justificar dicha patriarquía no podrá apelar a Jesús de Nazaret, su fundador, sino al patriarcado religioso, basado en la masculinidad sagrada, que apela al carácter varonil de Dios para convertir al hombre en único representante y portavoz de la divinidad.
Como afirmara la filósofa feminista Mary Daly, "Si Dios es varón, entonces el varón es Dios". ¡Patriarcado en estado puro! Como escribe la intelectual feminista de la tercera ola, Kate Millet, en su libro Política sexual, "el patriarcado tiene a Dios de su parte". Es verdad. Y lo es desde su alianza y complicidad con Adán en contra de su primera esposa, Lilith, defensora de la igualdad entre ella y Adán, como cuenta un Midrash del siglo XII,
O quizá habría que decir, mejor, que son las masculinidades sagradas, las que se arrogan la representación patriarcal de Dios y es a ellas a quienes el patriarcado ha tenido y sigue teniendo de su parte. ¿Hasta cuándo? De nosotros y nosotras depende que esa situación se perpetúe o, por el contrario, cambie.

ABRAZAR, MARAVILLARSE, AVANZAR


col carmona
Dios es AMOR. Quien es de Dios y está en Dios AMA.
Simple, que no simplista.
Y si el otro | uno/a mismo/a es hetero, homo, bi, trans o de cualquier identidad sexual, ama.
Y si quiere –o no– tener un hijo dentro o fuera del matrimonio, ama.
Y si la familia es de ellos, ellas o elles, de blanco y negro o de todos los colores, ama.
Y si el matrimonio o relación falla, y uno pasa página para no amargarse la existencia, ama.
Y si el religioso, cura o monja se enamora de alguien que le quiere y corresponde, ama.
Y si el otro elige una opción de vida, muerte o pareja diferente de la tuya, por autenticidad y coherencia, ama.
Y sin embargo ahí seguimos, justificándonos y dando explicaciones: la mujer por querer o no ser madre, la religiosa por pretender igualdad y celebrar los sacramentos, el sacerdote por enamorarse, el divorciado por fallarle el proyecto, el trans o el gay… por serlo. En el mejor de los casos, legitimando lo que somos y sentimos (si amamos a esa o aquel, esto o aquello); ocultándolo, en el peor de ellos (por el miedo al qué dirán, represalias en la comunidad, o si me apartan del ministerio).
Llevamos siglos proclamando la ley del Amor y hablando de la riqueza y comunión del Cuerpo de la Iglesia. Claro, en abstracto, porque después se reprime la ternura de la piel, la afinidad de los cuerpos, la utopía de una comunidad verdaderamente abierta donde todos puedan SER (reconocidos, reparados, amados) y vivir la vocación a que se sienten llamados: casarse, adoptar, celebrar la Eucaristía o identificarse con uno u otro sexo.
En plena época del #meToo, #weAll necesitamos nuevos profetas (llamadles “influencers”, si queréis) que aboguen por este anhelo de libertad y justicia. Libertad para mostrarnos como somos, y mirar/revelar sin pudor (y de una vez) al “Dios que nos habita”. Justicia para restablecer esa dignidad tantas veces perdida. Y poner nombre a todo cuanto nos la quita: abusos de poder, desigualdad machista o tradiciones maniqueas que demonizan el amor, acotan la vocación y nos obligan a castrar lo que no cabe en sus moldes de fronteras rígidas.
De verdad, ¿tanto problema existe en que una mujer administre los sacramentos?, ¿en que un sacerdote se case y a la vez sirva a la comunidad?, ¿en que una persona sea cristiana y gay y abogada y mil cosas más?, ¿en que un divorciado vaya a misa y quiera comulgar?
Cuando Jesús dice “Ama” no se refiere a “Acoger a Muchos Aunque” (tengan una tara que tratar). Ese AMA nos susurra corazón adentro: “Abrazo” quien eres, me “Maravillo” contigo y “Avanzamos” juntos. Es decir, te doy voz y presencia, responsabilidad e igualdad por ser quien eres, dentro y fuera de la Iglesia: creyente, ateo, judío o masón, hijo legítimo, ilegítimo, buscado, sorpresivo o adoptado. Como mujer, te doy voz y presencia, responsabilidad e igualdad dentro y fuera de la Iglesia: monja, beata, consagrada, divorciada o la novia que el cura esconde (esperemos, por poco tiempo). Como persona, amante y amada, sea cual sea su tendencia o identidad: por ser quien eres, porque eres Iglesia, te doy voz y presencia, responsabilidad e igualdad para que a tu modo la enriquezcas.
A ver si un día, por fin (¡por Dios!) dejamos de tirar piedras contra nuestro propio tejado, de esas que casi siempre acaban cayendo en tejado ajeno. A ver si dejamos de lapidarnos y competir para ver quién se acerca más a ese modelo de perfección que hemos inventado para un Dios cuya única medida y mandamiento es el Amor.
“Abrazar”, “Maravillarse”, “Avanzar”.
Tan simple, que no simplista. AMAR.

Mª Teresa Sánchez Carmona (teresa_sc@hotmail.com)

En el artículo 149 está la solución


Jaime Richart

La política es asquerosa, y especialmente repulsivo el modo de ejercerla los políticos españoles que han estado gobernando a lo largo de estos cuarenta años. Un partido arrastrando las heces del franquismo con la cohorte del desvalijamiento de las arcas públi­cas desde que empezó a recibir el Estado central los fondos de co­hesión europeos, hasta los desfalcos de la banca y los gastos de cier­tas Comunidades Autónomas, muchos de ellos innecesarios, con las consiguientes trampas y sobredimensión de presupuestos y comisiones hasta casi antes de ayer.
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La Iglesia católica y la Organización internacional del Trabajo apuestan por un trabajo “decente, seguro e inclusivo”


Inauguración del coloquio internacional sobre ‘Qué trabajo para una transición ecológica
solidaria’
Vandana Shiva denuncia a las grandes multinacionales agroalimentarias: “Monsanto y otras dos grandes multinacionales tienen el control total de nuestra alimentación, con el lema de ‘agricultura sin agricultores’”
“Nos hemos olvidado de que tenemos una casa común y nos hemos separado de la tierra, de las comunidades y de nosotros mismos”, dice la activista india
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Por qué sigo en la Iglesia


José Ruiz de Galarreta

Hace unos años, nuestro amigo José Ruiz de Galarreta; Jesuita y estudioso de las Escrituras, dejó este valioso artículo que hoy -para la realidad eclesial chilena y Latinoamericana- tiene renovado sentido y es recomendable discernirlo con sentido de futuro y misericordia. Agradecemos a aquellas personas y Comunidades que desde Gipuzkoa nos piden volver a publicarlo.
Entre los muchos artículos y comentarios que aparecen en los medios a propósito del escándalo de la pederastia en la Iglesia, he encontrado uno que hacía referencia al problema en Alemania de que “un fuerte porcentaje de fieles están pensando en abandonar la Iglesia”.
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Diversos colectivos exigen al Gobierno que declare el estado de “emergencia climática”


Eduardo Robaina

Cartel cadiz por el clima
La Marea
Una nueva huelga mundial por el clima está programada para este 24 de mayo
Piden seguir los pasos de países como Reino Unido e Irlanda para hacer frente a la gravedad de los efectos del calentamiento global.
Mientras todos los focos estaban puestos en el Congreso de los Diputados con el arranque del nuevo curso político, no muy lejos del hemiciclo, en Sol, se habían reunido cerca de una treintena de colectivos ambientales para “exigir” al próximo Gobierno la “declaración urgente” del estado de ‘emergencia climática‘ frente a la gravedad de los efectos del cambio climático.
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El Papa a los obispos: “Un obispo debe ser un padre, un hermano con todos los sacerdotes”


Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares

Papa Francisco 12
Cuando uno escucha cómo se quejan muchos sacerdotes de sus obispos porque no los atienden, porque no los valoran, porque habla mal de ellos…. Cuando muchos sacerdotes comentan cómo sólo atiende a sus preferidos, al grupo que lo adula, pero que a la gran mayoría los margina y que existe un gran malestar entre ellos, aunque permanecen callados por temor a represalias, uno no puede menos que tener en cuenta lo que recientemente ha dicho el papa Francisco a los obispos italianos en la inauguración de la 73 Asamblea General de la Conferencia Episcopal italiana…
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Domingo 26 de Mayo, 6 Pascua – C (Jn 14,23-29)

José A. Pagola
ÚLTIMOS DESEOS
DE JESÚS

Jesús se está despidiendo de sus últimos discípulos. Los ve tristes y acobardados. Todos saben que están viviendo las últimas horas con su Maestro. ¿Qué sucederá cuando les falte? ¿A quién acudirán? ¿Quién los defenderá? Jesús quiere infundirles ánimo descubriéndoles sus últimos deseos.
Que no se pierda mi mensaje. Es el primer deseo de Jesús. Que no se olvide su Buena Noticia de Dios. Que sus seguidores mantengan siempre vivo el recuerdo del proyecto humanizador del Padre: ese «reino de Dios» del que les ha hablado tanto. Si lo aman, estos es lo primero que han de cuidar. «El que me ama, se mantendrá fiel a mis palabras… el que no me ama no las guardará».
Después de veinte siglos, ¿qué hemos hecho del Evangelio de Jesús? ¿Lo guardamos fielmente o lo estamos manipulando desde nuestros propios intereses? ¿Lo acogemos en nuestro corazón o lo vamos olvidando? ¿Lo presentamos con autenticidad o lo ocultamos con nuestras doctrinas?
El Padre os enviará en mi nombre un Defensor. Es el segundo deseo de Jesús. No quiere que se queden huérfanos. No sentirán su ausencia. El Padre les enviará el Espíritu Santo que los defenderá del riesgo de desviarse de él. Este Espíritu que han captado en él, enviándolo hacia los pobres, los impulsará también a ellos en la misma dirección.
El Espíritu les «enseñará» a comprender mejor todo lo que les ha enseñado. Les ayudará a profundizar cada vez más su Buena Noticia. Les «recordará» lo que le han escuchado. Los educará en su estilo de vida.
Después de veinte siglos, ¿Qué espíritu reina entre los cristianos? ¿Nos dejamos guiar por el Espíritu de Jesús? ¿Sabemos actualizar su Buena Noticia? ¿Vivimos atentos a los que sufren? ¿Hacia dónde nos impulsa hoy su aliento renovador?
Os doy mi paz. Es el tercer deseo de Jesús. Quiere que vivan con la misma paz que han podido ver en él, fruto de su unión íntima con el Padre. Les regala su paz. No es como la que les puede ofrecer el mundo. Es diferente. Nacerá en su corazón si acogen el Espíritu de Jesús.
Esa es la paz que han de contagiar siempre que lleguen a un lugar. Lo primero que difundirán al anunciar el reino de Dios para abrir caminos a un mundo más sano y justo. Nunca han de perder esa paz. Jesús insiste: «No os inquietéis ni tengáis miedo».

Después de veinte siglos, ¿Por qué nos paraliza el miedo al futuro? ¿Por qué tanto recelo ante la sociedad moderna? Hay mucha gente que tiene hambre de Jesús. El papa Francisco es un regalo de Dios. Todo nos está invitando a caminar hacia una Iglesia más fiel a Jesús y a su Evangelio.

Papa Francisco: “Hay que decir no a una economía depredadora, que convierte al trabajador en esclavo”


Papa Francisco 12
Monseñor Lugones, ovacionado en la presentación de ‘Los cuidadores de la casa común’ ante el Coloquio internacional de París ”
Monseñor Duffé: “Vengo de compartir, de gritar y de rezar con la gente la pena y la indignación provocada por el extractivismo minero, un claro ejemplo de la economía que mata”
El manifiesto final del congreso ‘El trabajo en una transición ecológica solidaria’ sostiene que “el trabajo no puede seguir siendo una mercancía y debe ser protegido en nombre de la dignidad humana”
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Domingo 26 de mayo de 2019, 6º de Pascua


6 de pascuaC
Mariana de Jesús (1645), Felipe Neri, fundador (1595)
El libro de los Hechos nos presenta la controversia de los apóstoles con algunas personas del pueblo que decían que los no circuncidados no podían entrar en el Reino de Dios. Los apóstoles descartaban el planteamiento judío de la circuncisión. Ésta se realizaba a los ocho días del nacimiento al niño varón, a quien sólo así se le aseguraban todas las bendiciones prometidas por ser un miembro en potencia del pueblo elegido y por participar de la Alianza con Dios. Todo varón no circuncidado según esta tradición debía ser expulsado del pueblo, de la tierra judía, por no haber sido fiel a la promesa de Dios (cf. Gn 17,9-12).
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