Leonardo Boff, 27-Junio-2014
Realizó en sí misma un impresionante proceso de liberación, narrado en el
libro Los seis meses en que fui hombre (1990, 6ª edición). Pero quizá
la obra más importante de Rose Marie Muraro haya sido Sexualidad de la Mujer
Brasilera: cuerpo y clase social en Brasil (1996). Se trata de un
investigación de campo en varios Estados de la federación, analizando como se
vivencia la sexualidad, teniendo en cuenta la situación de clase de las mujeres,
cosa ausente en los padres fundadores del discurso psicoanalítico. En este campo
Rose innovó, creando una cuadrícula teórica que nos hace entender la vivencia de
la sexualidad y del cuerpo según las clases sociales. ¿Qué tipo de proceso de
individuación puede realizar una mujer famélica que para no dejar morir a su
hijito le da sangre de su propio pecho?
Trabajé con Rose 17 años como editores de la Editorial Vozes: ella
responsable de la parte científica y yo de la parte religiosa. Incluso bajo el
estricto control de los órganos de represión militar, Rose tenía el valor de
publicar a los entonces autores malditos como Darcy Ribeiro, Fernando Henrique
Cardoso, Paulo Freire, los cuadernos del CEBRAP y otros. Después de años de
larga discusión y estudio en conjunto reunimos nuestras convergencias en un
libro que considero germinal Femenino & Masculino: una nueva conciencia
para el encuentro de las diferencias (2010). Destaco apenas una frase suya:
«educar a un hombre es educar a un individuo, pero educar a una mujer es educar
a una sociedad».
Sin abandonar nunca la cuestión de lo femenino (en el hombre y en la mujer)
pronto dirigió su atención hacia los retos de la ciencia y de la técnica
moderna. Ya en 1969 lanzaba Autonomación y el futuro del hombre donde
preveía la precarización del mundo del trabajo.
La crisis económico-financiera de 2008 la llevó a plantear la cuestión del
capital/dinero con el libro Reinventando el capital/dinero (2012),
donde enfatiza la relevancia de las monedas sociales y complementarias y las
redes de intercambio solidarias que permiten a los más pobres garantizar su
subsistencia a contracorriente de la economía capitalista dominante.
Otra obra importante, realmente rica en conocimientos, datos y reflexiones
culturales se titula Los avances tecnológicos y el futuro de la humanidad:
¿queriendo ser Dios? (2009). En este texto se confronta con la ciencia
puntera, con la nanotecnología, la robótica, la ingeniería genética y la
biología sintética. Ve ventajas en esos frentes, pues no es oscurantista, pero
por el hecho de vivir en una sociedad que hace mercancía de todo, inclusive de
la vida, percibía el grave riesgo de que los científicos presumieran de poderes
divinos y usaran los conocimientos para rediseñar la especie humana. De ahí el
subtítulo: ¿Queriendo ser Dios? Esa es la ingenua ilusión de los
científicos. Lo que nos salvará no es esa nueva Revolución Tecnológica sino que,
como dice Rose, la «Revolución de la Sostenibilidad es la única que podrá salvar
a la especie humana de la destrucción… pues de continuar como está, no estaremos
en un juego de gana-pierde sino en un terrible juego de pierde-pierde que
significará la destrucción de nuestra especie, en la cual todos perderemos»
(Reinventando el capital/dinero, 238).
Rose poseía un sentimiento del mundo agudísimo: sufría con los dramas
globales y celebraba los pocos avances. En los últimos tiempos veía nubes
sombrías sobre todo el planeta, poniendo en peligro nuestro futuro. Murió
preocupada por la búsqueda de alternativas salvadoras. Mujer de profunda fe y
espiritualidad, soñaba con las capacidades humanas de transformar la tragedia
anunciada en una crisis purificadora que señale el camino a una sociedad para
que se reconcilie con la naturaleza y la Madre Tierra. Concluye su libro Los
avances tecnológicos con esta sabia frase: «cuando desistamos de ser dioses
podremos ser plenamente humanos, que aún no sabemos que es, pero que intuimos
desde siempre» (p. 354).
Proclamada oficialmente Patrona del Feminismo Brasilero, por el presidente el
30 de diciembre de 2005, con la creación de la Fundación Cultural Rose Marie
Muraro en 2009 dejará un legado de fecundo humanismo para las futuras
generaciones. Rose Marie Muraro mostró en su saga personal que lo imposible no
es un límite sino un desafío. Ella se inscribe en el linaje de las grandes
mujeres arquetípicas que ayudan a la humanidad a mantener viva la lamparilla
sagrada del cuidado de todo lo que existe y vive. En este afán ella se volvió
inmortal.
Traducción de MJ Gavito Milano