FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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jueves, 21 de diciembre de 2023

Creer a pesar de razones para no creer

 


Leonardo Boff,

Algo parecido sucede en varios lugares del mundo. Hay genocidios perpetrados en África, en Ucrania y en otros lugares del planeta sin que los publiquen las televisiones y los periódicos.

La propia Tierra ha entrado en ebullición. Parece que se está realizando aquello que San Pedro preveía en su segunda epístola: “la tierra será consumida por el fuego; los cielos se disolverán en fuego y los elementos abrasados se derretirán” (2Ped 3,10.12). El calentamiento del planeta está alcanzando tal punto que algunos científicos hablan del inicio de la era del piroceno, la era del fuego, tal vez la más peligrosa para la existencia de la vida sobre el planeta.

Se oyen por todas partes un gran lamento y mucho llanto. Hay ojos secos de tanto llorar. Los que aún creen, gritan desesperados: ¿dónde está Dios? ¿Por qué permite tanta maldad? ¿Por qué no interviene y detiene el brazo criminal? ¿Por qué se calla?

Otros ya no creen en ningún sentido de la vida y de la historia. ¿Por qué podemos ser tan crueles y sin piedad si podríamos ser afables y amorosos los unos con los otros y con la naturaleza? Somos un proyecto fallido en el proceso de la evolución. No tenemos remedio. No aprendemos nada de la historia. Y cometemos crímenes y más crímenes, cada vez con más sevicia y atrocidad.

A causa de estas contradicciones entendemos a los ateos. Ellos aducen muchas razones para negar la existencia de un Ser bueno y amigo de los seres humanos. No obstante, muchos de ellos son sinceramente éticos: creen en la justicia y en la verdad, se compadecen de los que sufren, se solidarizan con los injustamente humillados y ofendidos y procuran bajar a los crucificados de la cruz. Ven sentido en estos sentimientos y en estas prácticas sin formar parte de una religión o de una iglesia.

Pero la llaga sigue abierta y sangrante: ¿no podría ser diferente? ¿Por qué estamos condenados a padecer tanto en el cuerpo, en la mente y en el corazón? Es una pregunta que queda abierta.

Pero hay también obstinados y perseverantes. Contra todos los absurdos creen en un sentido secreto que no ven. Contra todas las razones que los llevarían a negar a Dios, siguen creyendo en Dios. Persistentemente. Obstinadamente.

Corría el año 1943. Cerca de 300 mil judíos eran reclusos, por medio de un alto muro, en un gueto de Varsovia. Se rebelaron. Miles fueron sacrificados o transferidos a campos de exterminio. Antes de que lo matasen, un judío tuvo tiempo de escribir un pequeño documento, que decía:

“Creo en el Dios de Israel, aunque Él haya hecho todo para que no crea en Él. Escondió su rostro. Voy a meter la hoja en la que escribo estas líneas en una botella vacía. Voy a esconderla detrás de los ladrillos de la pared maestra, debajo de la ventana. Si un día alguien la encuentra tal vez va a entender el sentimiento de un judío –uno entre otros millones– que murió abandonado por Dios, ese Dios en el que sigo creyendo firmemente”.

¿Estas palabras no nos hacen recordar a Job, que en medio de la mayor tragedia personal y familiar tenazmente dice a Dios: “Aunque me mates aun así creo en ti” (Job 15,13)? Y otro, contador de inspiradas parábolas y gran sanador de todo tipo de dolencias, que invocaba a Dios con un nombre de extrema intimidad, “Papá querido” (Abba), que fuera condenado por los religiosos de su tiempo por pasar las leyes y las tradiciones por la criba del amor, fue crucificado fuera de la ciudad para expresar la maldición de Dios.

En la cruz, en el auge del sufrimiento “gritó con voz fuerte” en su dialecto arameo: “Eloí, Eloí lemá sabachtani”: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mc 15,34)?

Para que este grito de esperanza contra toda esperanza y de fe contra la fe no permaneciese en un completo absurdo ni fuera una voz que se perdiese en el universo, se cree que todos estos perseverantes fueron acogidos en el seno del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. También se anuncia por ahí que el predicador ambulante que pasó por el mundo haciendo el bien, “el Justo, el Santo y el Verdadero” (1Jn 5,10), fue resucitado por su Papá querido (Abba). La resurrección es una insurrección contra todos los absurdos de este mundo y como anticipación de un último Sentido, bueno, de toda la historia. Pues todo sufrimiento y toda perseverancia jamás serán en vano: ¿Su nombre? Jesús de Nazaret.

*Leonardo Boff escribió Pasión de Cristo-Pasión del mundo, Vozes y Sal Terrae 1977, varias ediciones.

Traducción de María José Gavito Milano

En esta Navidad, un mensaje de duelo y solidaridad desde Palestina

 ATRIO

María Landi

Por fin, tras un silencio que ha durado desde que Israel ha empezado a atacar de esta tan bbrutal o solo a Hamás, sino, con essa escusa a todo el pueblo palestino, silencia que empezaba a preocuparnos, reaparece hoy en ATRIO María Landi, activista propalestina uruguaya, que desde hace más de diez años ha ido despertendo nuetra atención a estos continuos ataques de Israel a Palestina. Invito a leer su primera publicación aquí:  Cristianxs víctimas de Israel en PalestinaAntonio Vicedo tiene un comentario realmente profético sobre la clave del problema y por qué iba a empeorar. AD.

Queridas/os hermanas/os:

Debí enviarles este mensaje al comienzo del Adviento, pero la desolación y la pre/ocupación incesante por el genocidio que se vive en Gaza y la escalada de violencia criminal en el resto de Palestina ocupada me han impedido hacerlo antes. Más vale tarde que nunca, así que aquí se los comparto.

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Ambientando Navidad, 3 Juan Cejudo, 17-diciembre-2023

 FELIZ NAVIDAD 2023, FELIZ AÑO 2024

Un año más NAVIDAD para celebrar el Nacimiento de Jesús de Nazaret.

  • Un año más el Misterio de un Salvador que salva desde la pobreza, nacido en un rincón de un pesebre “porque no había sitio para ellos en la posada”, como tantos y tantas hoy, que no tienen una casa, ni un espacio para vivir: desahuciados, inmigrantes, desplazados, personas sin techo ni hogar.…
  • Este Jesús es persona de PAZ.
  • “Felices los que trabajan por la PAZ porque serán reconocidos como hijos de Dios”
  • “Mi paz os dejo, mi paz os doy”
  • Jesús quiere que haya PAZ en el Mundo.
  • Pero hoy la guerra en GAZA provoca cerca de 19.000 muertos, de ellos más de 8.000 son niños. Hay más de 7.600 desaparecidos y más de 50.000 heridos. 
  • También en Ucrania, en Yemen, en Sudán y en tantos sitios hay guerras con miles de muertos, heridos y desplazados.
  • Cualquier bien nacido debe  rebelarse y actuar contra estas guerras, contra el genocidio en Gaza, que alcanza dimensiones apocalípticas, según ha dicho el Secretario General de la ONU.
  • Celebremos esta Navidad con estos sentimientos contra las guerras y a favor de la PAZ.
  • No callar. Expresar públicamente con otras muchas personas nuestro NO A LAS GUERRAS y SÍ A LA PAZ.
  •  Y…..

 “Mejor poner nuestros brazos
para repartir abrazos,
poner vida donde hay muerte,
para mejorar la suerte
de quienes viven a plazos”  

(Deme Orte: “Contra la guerra”)

 

Jesús nace para traer la PAZ en el Mundo.

Con estos sentimientos os deseo a todos, as una FELIZ NAVIDAD y un FELIZ AÑO 2024

El capitalismo vigente: ¿tomado por la pulsión de muerte?

 Leonardo Boff

        La COP28 realizada en Dubai, en los Emiratos Árabes, ha terminado como terminaron las anteriores: con solo un llamamiento a la reducción de los combustibles fósiles; pero se suprimió la expresión “eliminación progresiva” del uso del petróleo, lo que deja el campo abierto para su uso y explotación. Es importante señalar que los presidentes de los países más decisivos en este tema, Estados Unidos y Rusia no se estuvieron presentes. Aumentó sin embargo el número de lobistas de las empresas de petróleo, gas y carbón.

        Como hizo notar una analista brasilera (Cora Rónai), “esta COP28 es una bofetada en la cara de la humanidad, una tomadura de pelo a quienes se preocupan de verdad de los efectos de nuestras acciones sobre el planeta” (O Globo,7/12, segundo cuaderno,8). Efectivamente los miles de presentes allí no mostraron la sensibilidad necesaria para el drama que significará el aumento del calentamiento global, rozando dentro de poco los 2 grados Celsius o más. El lucro de las empresas, la lógica sistémica de la competición sin ningún atisbo de cooperación efectiva, el asalto continuado a los bienes y servicios naturales, la flexibilización de las leyes que limitan las intervenciones en la naturaleza y el debilitamiento de los controles legales en sociedades dominadas por el sistema neoliberal-capitalista, hacen que no se cambie de rumbo, a lo máximo que se hagan correcciones internas al sistema, que son como una especie de esparadrapo encima de las heridas sin que se ataque la causa de ellas.

        Mantenido el sistema del capital con su dinámica insaciable y su cultura cubriendo todas las esferas, y más aún la “Gran Transformación” (Polanyi) de una sociedad con mercado a una sociedad de total mercado, revelan la tendencia a volver inhabitable al planeta. Ya hace años el genetista francés Albert Jacquard (J’acuse l’économie triomphante,1986) señalaba el carácter suicida del sistema capitalista, su pulsión de muerte, pues se funda sobre el agotamiento de las condiciones que garantizan la vida, cuyo motor es la competición que devora sin piedad a sus competidores, siempre con la perspectiva de mayores beneficios monetarios.

        Tal vez esta pequeña historia venida de Iraq, destruido por Bush y sus aliados en una guerra injusta a partir de 2003, nos pueda iluminar acerca de los peligros que se nos presentan por delante.

        Se cuenta que «un soldado de la antigua Basora, devastada por el ejército norteamericano en la querra contra Iraq, lleno de miedo, fue a ver al rey y le dijo: “Mi Señor, sálvame, ayúdame a huir de aquí. Estaba en la plaza de mercado y encontré a la Muerte vestida de negro que me miró con una mirada mortal. Préstame tu caballo real para que pueda correr deprisa a Samara que está lejos de aquí. Temo por mi vida si me quedo en la ciudad”. El rey cumplió su deseo. Más tarde el rey encontró a la Muerte en la calle y le dijo: “mi soldado estaba muy asustado; me contó que te encontró y tú lo mirabas de forma extrañísima”. “Oh, no”, respondió la Muerte, “mi mirada era solo de estupefacción, pues me preguntaba cómo ese hombre iba a llegar a Samara que queda tan lejos de aquí, porque esta noche lo espero allí”. De hecho, lo encontró por la noche y le dio el abrazo de la muerte».

        Este cuento se aplica al momento actual. Vislumbramos la muerte, el fin de nuestro tipo de mundo asentado en la superexplotación de la naturaleza, pero no disminuimos la aceleración del crecimiento ilimitado, aunque las ciencias nos aseguran que ya hemos tocado los límites que la Tierra puede soportar. Y que ella ya no aguanta más. La voracidad consumista de los países opulentos, situados por lo general en el Gran Norte, está exigiendo más de una Tierra y media para atender sus demandas. Tenemos poco tiempo y menos aún sabiduría. Ya hemos inaugurado una nueva fase de la Tierra, en ebullición y supercalentada (el antropoceno, el necroceno y el piroceno). Los propios climatólogos, en su mayoría, se han vuelto tecnofatalistas y resignados. La ciencia y la técnica han llegado demasiado atrasadas. Ya no podemos detener el nuevo curso de la Tierra en calentamiento. Sí podemos advertir a la humanidad de la llegada cada vez más frecuente de los eventos extremos y mitigar sus efectos dañinos, pero se nos escapa la posibilidad de evitarlos.

        Las consecuencias para toda la humanidad, particularmente para los países insulares del Pacífico, amenazados de desaparecer, y específicamente para los más desasistidos y pobres serán de mayor o menos gravedad dependiendo de las regiones. Pero miles de víctimas tendrán que emigrar pues sus territorios se volverán demasiado calientes, se agostarán las cosechas, campearán el hambre y la sed, los niños y ancianos que no consigan adaptarse acabarán muriendo. Tales fenómenos obligarán a los planificadores a redefinir el trazado de las ciudades, en particular las situadas en las orillas de los océanos, cuyas aguas subirán significativamente.

        Usemos ejemplos comunes. Una vez lanzada una ojiva nuclear desde una gran altura, ya no puede ser detenida. Rotos los diques de la empresa minera Vale en Brumandinho-MG, fue imposible detener la avalancha de miles de toneladas de residuos, barro y agua que, criminalmente, produjeron 172 víctimas y arrasaron la región.

        Es lo que está ocurriendo con la Tierra. La “colonia” humana con relación al organismo-Tierra se está comportando como un grupo de células cancerígenas. En un momento dado perdieron la conexión con las otras células y empezaron a replicarse caóticamente, a invadir los tejidoscircundantes, a producir sustancias tóxicas que acaban por envenenar todo el organismo. ¿No hemos hecho eso al ocupar el 83% del planeta?

        El sistema económico y productivo se ha desarrollado desde hace tres siglos sin tener en cuenta su compatibilidad con el sistema ecológico. Hoy, tardíamente, nos damos cuenta de que ecología y modo industrialista de producción, que implica el saqueo sistemático de la naturaleza, son contradictorios. O cambiamos o llegaremos a Samara, donde nos espera algo siniestro.

        Todos estos problemas exigirían una gobernanza global, para pensar globalmente soluciones globales. No hemos madurado aún para esta exigencia evidente. Continuamos víctimas del soberanismo obsoleto de cada nación y de esta forma, ciegos, engrosamos el cortejo de los que van en dirección a la fosa común. Ojalá despertemos a tiempo.

        *Leonardo Boff ha escrito Tierra Madura: una teología de la vida, Planeta, São Paulo 2023; Habitar la Tierra: ¿cuál es el camino para la fraternidad universal? Vozes 2022.

        Traducción de MªJosé Gavito Milano

La bendición de parejas del mismo sexo Jesús Martínez Gordo, teólogo

 Equipo Atrio

La noticia es de ayer y ya parace vieja. En Religión Digital se han publicado ya muchos comentarios (Arregi, Masiá…). Pero personalmente recomiendo a quien haya tenido prvia relación con textos doctrinales del Vaticano  a leer reposadamente toda la declaración Fiducia supplicans, para ver como el nuevo prefecto surfea para dejar constancia de que lo que se aprueba como acto de Iglesia no es un sacramento y ni siquiera un acto litúrgico regulado. En Atrio abrimos el tema con este artículo de nuestro teólogo Jesús. AD.

El Papa Francisco ha autorizado la bendición de “parejas en situaciones irregulares” y “parejas del mismo sexo” con el fin de dar gracias a Dios por “todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones”. Como era de prever, esta decisión -que algunos han tipificado como “histórica” y otros como “extremadamente corta”- ha hecho correr ríos de tintas e infinidad de comentarios de todo tipo. Quizá, por eso, es posible que no esté de más exponer el contexto eclesial en el que se ha venido gestando.

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LA COP28, EL DECRECIMIENTO Y LA REINA LETICIA


col zapatero

 

La Conferencia de Partes de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP28) inició este jueves 30 de noviembre sus difíciles tareas en Dubai, uno de los países más ricos en petróleo. En las primeras sesiones, los participantes aprobaron algunas medidas favorables a los países empobrecidos que sufren más que nadie los efectos del cambio climático. La Asamblea de la COP28 anuncia la concesión de un fondo millonario para paliar los impactos por el cambio climático en los humanos más vulnerables.

La Conferencia de Partes (COP) de las Naciones Unidas para el Cambio Climático anunció la decisión de poner en marcha un fondo de pérdidas y daños destinado a compensar a naciones más vulnerables ante los impactos del cambio climático. La medida, calificada como "histórica" por el presidente de la COP28, Sultán Al Yaber, destaca por ser la primera vez que se toma una decisión de esta magnitud en el inicio mismo de la cumbre.

Pero hasta el momento no se ha dicho nada de las medidas radicales que habría que tomar para tener ese dinero: los países ricos del mundo deberán renunciar al crecimiento desmesurado de sus economías, y sobre todo renunciar a parte de sus inmensos beneficios a favor de los países víctimas de su desarrollo.

Se introduce aquí un concepto que parece maldito para los ricos: el concepto de decrecimiento económico. Un concepto que en estos días – como veremos – ha esgrimido la Reina Leticia. El decrecimiento, también conocido como decrecentismo o decrecionismo​, es un término utilizado tanto para un movimiento político, económico y social, como para un conjunto de teorías que critican el vigente paradigma del crecimiento económico.​ El paradigma del decrecimiento rechaza el objetivo de crecimiento económico en sí de la ideología del capitalismo liberal y de productivismo sean los dogmas de la religión del progreso. En palabras de una de los intelectuales impulsores, el economista francés Serge Latouche: "La consigna del decrecimiento tiene especialmente como meta, insistir fuertemente en abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento mismo, [...] En todo rigor, convendría más referirse a "acrecimiento", tal como por ejemplo aludimos al "ateísmo"". Por ello también se suelen denominar "objetores de crecimiento". La corriente de pensamiento también se denomina decrecentismo.

Y aquí traemos al tercer elemento de nuestra reflexión: hace muy pocos días (el pasado 24 de noviembre) la reina Letizia mostró su interés a los asistentes para que tuvieran en cuenta la teoría del decrecimiento económico. Se trataba del acto de clausura del XVI Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, celebrado en San Millán de la Cogolla. En este Seminario estuvieron presentes también el nuevo ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, y otras personalidades.

Escrivá saltó enseguida y, aludiendo a que era el único economista presente (y que por ello suponía que debía ser la autoridad científica sobre el tema) también dio su opinión muy descalificatoria sobre esta teoría tachándola de obsoleta y no científica. "La humanidad ha demostrado en la historia capacidad de superar retos" – dijo - y "este creemos que se podrá superar sin decrecimiento", dogmatizó el ministro.

Desde nuestro punto de vista, la COP28, la teoría del decrecimiento, y la opinión del ministro Escrivá tienen componentes científicos. Pero la ciencia no da la respuesta definitiva a todos los problemas. Existen muchos problemas en nuestro mundo – y entre ellos lo que se tratan en la COP28 y en desarrollo económico que tienen componentes éticos, sociales, políticos y humanitarios que exceden y sobrepasan los fríos pragmatismos de las ciencias. Y que forman parte del futuro enigmático de nuestra casa común, la Tierra.

 

Leandro Sequeiros. Presidente de ASINJA (Asociación Interdisciplinar José de Acosta)

HACIA BELÉN VA… CAMINOS HACIA JESÚS


 

Una silla de ruedas, en la que va montada una abuela con un letrero que dice “hacia Belén...” y esta silla de ruedas la empuja una boliviana. Simplemente se trata de trasladar los tiempos y las personas.

La abuela quiere ver al niño Jesús, a María y a José. Y como el camino se hace largo y pesado ha buscado una silla de ruedas. Pero con riesgo de camino, de piedras, de baches, y valladares… se ha apuntado también el marido de la boliviana.

El trayecto se hace largo y se encuentran con dos personas a pie. Es raro el encontrar personas andando. Llevan una alforja, un hatillo de ropa al hombro. Quizás le sirva alguna pieza al Niño.

# Cruza un coche a toda velocidad, pero tiene una avería y tiene que parar; llaman por móvil a un mecánico. Pensaban llegar pronto a Belén, pero necesitan primero arreglar la pieza estropeada.

# Es raro, pero camina un agricultor con su azada al hombro. Y un saco de semillas. Quiere sembrar y camina hacia Belén, porque le han dicho que es tierra de pan.

#Dos personas están paradas al borde del camino quejándose de la sequía tremenda. No hay agua para regar. Van buscando agua y esperan que en alguna cueva de aquellos territorios encuentren un chorrito que sacie su sed.

Nacimiento Gerardo

No lo sabían, pero la abuela va marcando la dirección. Y todos los caminantes se encuentran y dialogan con ella. Les preguntan qué es Belén y qué hay allí. Les cuenta que ha nacido Jesús. Todos se dirigen hacia esa cueva.

Unas personas van en grupo, con ropa pobre… Hablan otro idioma. Vienen de Ucrania y van dando vueltas al mundo. Ya no pueden más. Sueñan con una cueva en la que poder descansar.

Se oyen golpes muy fuertes, disparos, cohetes de guerra… Otros van hacia unos terrenos muy peligrosos. Están en Judea. ¿Llegarán sanos a la Paz?

De todo el mundo caminamos hacia Belén. Hacia la Paz, hacia Jesús que ha nacido. Él trae el gran Mensaje, la Salvación. Por eso merece la pena pasar las dificultades del camino. Encontraremos a Jesús.

BOFF, EL TEÓLOGO MALDITO QUE DEJA MAGISTERIO EN EL VATICANO


col acebo

 

Profeta para unos, santón para otros, lo que está claro es que la figura de Leonardo Boff no deja a nadie indiferente. Primero por su aspecto, a pesar de que hace ya décadas que colgó el hábito franciscano, cuando Roma le puso la proa precisamente por el segundo aspecto por el que no ha pasado ni pasa desapercibido: su reflexión teológica.

Con su barba y melena blanca bien podría ser un figurante a la manera del Charlton Heston de Los Diez Mandamientos, pero también daría bien en el papel del predicador del que se vale Vargas Llosa en La guerra del fin del mundo para mostrarnos, en el mismo Brasil en el que Boff nació hace hoy 85 años, los vericuetos por los que el enfrentamiento entre la cruz y la espada tiene siempre una innegable épica literaria.

Pero Leonardo Boff, en realidad, es un personaje que no necesita asimilaciones, lo es por sí mismo, por una vida en la que trató de encarnar lo que sentía y creía, evangelizando desde lo que pensó la raíz del mensaje y que le llevó a ser uno de los principales referentes de la Teología Liberación, que fue a la Iglesia el mayo del 68 que trajo dolores de parto al planeta.

Ariete del pontificado de Wojtyla

Aquella década prodigiosa le pilló estudiando teología en Europa y, a su regreso, el cruce con la realidad y con otros teólogos como Gustavo Gutiérrez le convirtió, junto con el peruano, en referente indiscutible de la Teología de la Liberación, eso sí, con acento propio y ramificaciones más políticas que las de aquel.

Ariete del pontificado de Juan Pablo II, que lo condenó al ostracismo a través de quien incluso le había ayudado a costarse su tesis, el entonces prefecto Joseph Ratzinger, el proceso vaticano contra obras suyas como Iglesia, carisma y poderlo vivió el brasileño como un ensañamiento inquisitorial y causa de profundo dolor, que le llevó abandonar la orden franciscana en 1992, aunque nunca ha dejado de considerarse un auténtico hijo del Poverello.

Escritor que conseguía vender como un autor de best sellers, divulgador, conferenciante y profesor universitario fuera de la heredad católica, donde era un proscristo, fue pionero también en la reflexión ecológica, a la que supo -en la más pura tradición franciscana- llenar del misticismo que la perversión religiosa del “dominar la tierra” había orillado completamente.

En los últimos años, el teólogo de Petrópolis ha vivido su propia conversión personal a la figura pastoral de un Papa, en este caso a la de Francisco, a quien no vio deseable como pontífice en el cónclave de 2005 y a quien diez años después le envió -a petición de Bergoglio- materiales que felizmente vería incorporados en la primera encíclica ecológica en la historia de la Iglesia. O lo que es lo mismo: su reflexión, convertida en magisterio. Apenas tres décadas después de haber sido silenciado por el Vaticano.

 

José Lorenzo

Religión Digital

JESÚS DE NAZARET, INDIGNADO CON LA RELIGIÓN Y LA TEOLOGÍA OFICIALES


 

__ Juanjo, todavía nos queda hablar de otras manifestaciones de la indignación de Jesús. ¿Empezamos por la que muestra hacia la religión y la teología oficiales?

J.J.T ► Vamos allá. Los evangelios oponen dos interpretaciones de la religión. Una es la dogmática y legalista, que parte de verdades inmutables, se traduce en estricto cumplimiento de la letra de la ley sin atender al espíritu y desemboca en ortodoxia. Es la lógica de las autoridades religiosas. Otra es la humanista, con su teología crítica, cuyo objetivo es la liberación del pueblo y la defensa de la vida. Se trata de una teología que parte de la experiencia religiosa profunda del Dios de vida y desemboca en praxis liberadora de los pobres.

Es la teología de Jesús. Lo que está en juego en ambas interpretaciones es la actitud ante la ley y la función de la religión. Jesús no se indigna con la religión, que respeta y que intenta practicar en sus principios éticos y en su dimensión más profunda. Su indignación se dirige contra la religión oficial y sus intérpretes y leguleyos.

La ley mosaica y las tradiciones deshumanizadoras de ella emanadas constituyen uno de los principales motivos de indignación de Jesús, que llevan directamente al conflicto con las autoridades. Jesús osa corregir la Ley mosaica, quitándole su lado violento y vengativo y haciéndola más exigente en la práctica del bien y del amor a todas las personas: "Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no resistáis al mal..." (Mt 5, 38 ss). "Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen...” (Mt 5, 47 ss). De la venganza se pasa al perdón y a la reconciliación; del odio a los enemigos, al amor.

Jesús transgrede la ley o justifica que otros la incumplan cuando están en juego la vida, la salud, la libertad y la salvación de la persona.

__ ¿Puedes ofrecer algunos ejemplos?

J.J.T ► Por supuesto. El primero es la comida con pecadores y publicanos. Jesús comparte mesa con ellos (Mc 2, 15-17; Mt 9, 10-13; Lc 5, 29-32) y al hacerlo, transgrede las más sagradas tradiciones de Israel. El pueblo despreciaba el oficio de los publicanos, a quienes consideraba engañadores y pecadores. Se les asemejaba a los paganos y esclavos.

Jesús llama al publicano Leví para que forme parte de su grupo de seguidores. Se trata de una persona de fuera, de un excluido, que se incorpora al movimiento itinerante de Jesús. Esta actitud integradora causa escándalo. Pero la cosa no se queda ahí. Jesús va a su casa y comparte mesa con él. Es precisamente la respuesta positiva de Leví lo que da lugar a la celebración del banquete, al que se incorporan otros recaudadores de impuestos y personas descreídas, consideradas impuras y al margen de la ley. Al comer con gente impura, Jesús se hace también impuro.

Ante el escándalo de los letrados por el comportamiento heterodoxo de Jesús, este les explica el sentido de su gesto. La comida con la gente descreída y excluida es signo de la presencia del Reino de dios entre los marginados, es decir, la salvación no llega a los que se creen justos, sino a los pecadores y marginados. Hay una acogida mutua: de la gente descreída a Jesús y viceversa. La hospitalidad es bidireccional.

__ ¿No se muestra también crítico con la religión oficial al infringir la ley del ayuno? 

J.J.T ► Claro. Es otra muestra de indignación. Varias eran las formas de ayuno establecidas por la religión judía: el ayuno impuesto por la ley, el voluntario, el público y el privado. El ayuno voluntario estaba muy extendido entre algunos sectores judíos en tiempos de Jesús. Los motivos del ayuno eran varios. Unas veces se trataba de un acto de reparación; otras, de un acto de humildad ante Dios. El ayuno voluntario era practicado por grupos de tendencia rigorista, como los fariseos y los discípulos de Juan Bautista.   

Jesús justifica la negativa de sus seguidores a ayunar, alegando que es tiempo de fiesta, de alegría, no de luto. Ha comenzado el tiempo mesiánico, que es tiempo de salvación. Para hacer más comprensible esta idea, recurre al símbolo de la boda. Cuando está presente el novio, no tiene sentido que sus amigos ayunen. Ayunar en los tiempos mesiánicos ₋sigue argumentando Jesús₋ es como poner un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, o echar vino nuevo en pellejos viejos. En otras palabras, la práctica ascética del ayuno carece de valor religioso cuando predomina la amistad/adhesión a Jesús.

__ ¿Y qué decir de la infracción del sábado?

J.J.T ► El sábado era día de descanso prescrito por la ley, día sagrado dedicado al Señor (Ex 20, 8-11; Dt 5, 12-15). Los discípulos de Jesús arrancan espigas en sábado al cruzar los sembrados, quebrantando el precepto del descanso sabático. Tal actividad de los discípulos se asemeja a la siega, actividad prohibida en sábado. 

Jesús justifica la actitud transgresora de sus seguidores, recurriendo al ejemplo de David, tomado de la Escritura Sagrada. David, sintiendo hambre, come los panes de la proposición, que sólo podían comer los sacerdotes, y da de comer al grupo que le acompaña. Jesús y los discípulos hacen uso de la misma libertad frente a la ley de David y sus huestes. La carga de la prueba no descansa en la situación de necesidad en que se encuentran los discípulos, sino en la defensa de la libertad frente a la ley.

La ley del descanso sabático no es algo absoluto que haya que cumplir indefectiblemente; es algo relativo que está al servicio del ser humano: "El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado. Así, pues, el Hijo del hombre es también Señor del Sábado" (Mc 2, 27-28). En suma, hay una relativización de la ley y una absolutización del ser humano. Este es fin en sí mismo, nunca medio para el logro de otros fines supuestamente superiores.

En la sociedad judía, el debate sobre el descanso sabático desembocó en una casuística de letra pequeña, donde se discutía qué se podía hacer en sábado y hasta dónde se podía llegar en situaciones extremas, como en el caso de derrumbamiento de una casa que había cogido a una persona debajo. Jesús se aleja de la casuística y sitúa el centro del debate en otro nivel más profundo, el ético, el antropológico o humanitario: "¿Está permitido en sábado hacer el bien o hacer el mal, salvar una vida o matar?" (Mc 2, 49). Hacer el bien se identifica con salvar una vida; hacer el mal se identifica con matar. En esta pregunta, comenta certeramente Gnilka, "se esconde la postura liberadora de Jesús respecto del sábado y de la ley y su lucha contra la intrusión legalista por parte de sus contemporáneos"[1].

El mismo autor subraya la contradicción en que incurren los fariseos: pretenden prohibir la curación de un hombre en sábado, es decir, la realización de una obra buena en defensa de la vida, mientras en sábado realizan ellos una acción mala, cual es la decisión de asesinar a Jesús: "Y los fariseos salieron, se confabularon con los herodianos contra él para aniquilarlo" (Mc 3, 6).        

__ Juan José, ¿Cuál es la actitud de Jesús ante el código de pureza?

J.J.T ► Uno de los pilares en que se sustentaba la religión de Israel era el código de pureza. El ser humano trata con cosas, animales o personas impuras (Mc 7, 1-23; Mt 15, 1-20; Lc 11, 37-54) que le convierten en impuro. ¿Cómo lograr la purificación? ¿Cómo lograr la santidad que permita acceder, ya purificado, a la divinidad? Mediante acciones purificatorias, según la religión judía, que prescribe lavar las copas, los jarros, los recipientes de cobre, las camas, etc., y realizar acciones de aspersión o inmersión para la purificación de los fieles. Se tiene la convicción de que la pureza legal es símbolo de la pureza ética, de que la limpieza exterior es expresión de la limpieza interior.

Jesús y sus discípulos transgreden el código de pureza: se ponen a la mesa sin lavarse antes las manos, incumpliendo la ley que manda hacer abluciones antes de comer (Mc 7, 2; Lc 11, 38). No se trata de una falta de higiene, sino de la transgresión de una tradición muy arraigada. Para Jesús, y esto es clave, las tradiciones no son norma de actuación. Consecuentemente, se puede disentir de ellas e incumplirlas, si no responden a una concepción antropológica liberadora.

__ ¿Dónde radica, entonces, el error del código de pureza?

J.J.T ► En creer que la clave de la pureza o impureza se encuentra en el exterior, cuando, de hecho, se sitúa en el interior: "Nada de lo que desde fuera penetra en el ser humano, puede hacerlo impuro, sino lo que sale del ser humano" (Mc 7, 15). Es del corazón de donde sale lo que hace impuro al ser humano: "los malos pensamientos, fornicación, robos, asesinato, adulterio, avaricia, maldad, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez" (Mc 7, 21-22).

En el planteamiento moral de Jesús hay un desplazamiento del concepto y de la práctica de la santidad: se pasa de la pureza legal a la ética de la projimidad, ejemplificada magistralmente en la parábola del Bue

__ ¿Y la relación de Jesús con Dios puede calificarse de indignada?

J.J.T ► En parte sí. Se trata, quizá, de la indignación más dramática y dolorosa, la que más desgarro interior provoca en su ser y la que pone a prueba su fe y su esperanza, según el testimonio de los evangelios y la reflexión teológica de la carta a los Hebreos. Déjame decirte que la indignación con Dios aparece en la tradición religiosa de Israel de varias formas.

__ ¿Puedes poner algunos ejemplos?

J.J.T ► Por supuesto. La fe de los creyentes judíos en Yahvé no se queda en un asentimiento pasivo o en un amén conformista. Implica discusión, incluso enfrentamiento con Dios, a quien se pide cuentas por su comportamiento a veces despótico, cuando surgen dudas sobre su justicia y equidad. Es el caso de Job (ya citado al principio) que interroga a Dios en tono desafiante: "Si he pecado, ¿qué te he hecho? Centinela del hombre, ¿por qué me has tomado como blanco y me has convertido en carga para ti?... Hazme saber qué tienes contra mí" (Job 7,20; 10, 2). Y en un acto de desesperación llega a decir: "Llevo clavadas las flechas del Todopoderoso y siento cómo absorbo su veneno, los terrores de Dios se han desplegado contra mí" (Job 6, 4).

Es también el caso de los salmistas que creen sufrir injustamente y preguntan a Dios (angustiados e impotentes) por la razón de sus dolores. Igualmente, el pueblo entra en conflicto con Dios y protesta, porque no entiende lo que quiere de él ni sabe adónde lo lleva. Efectivamente, los caminos de Dios no coinciden con los de los seres humanos, ni siquiera con los de sus más fieles seguidores.

Lleva razón Saramago cuando en su novela Caín, uno de los más severos ajustes de cuentas con Dios de la literatura universal, afirma: “la historia de los hombres es la historia de sus desencuentros con dios, ni él nos entiende a nosotros, ni nosotros lo entendemos a él”[2]. ¡Excelente lección de contra-teología en tiempos de fundamentalismos religiosos que manipulan a Dios para sus intereses!

__ ¿Pero la relación de Jesús con Dios no se basa en la confianza mutua?

J.J.T ► Claro que sí. Jesús se había dirigido a Dios con total confianza y familiaridad llamándole cariñosamente Abbá: padre-madre, o mejor, papá-mamá. Lo experimentaba como una persona de la que podía fiarse plenamente. Dios constituía el centro de su vida, el horizonte de su proyecto liberador, el sentido de su existencia.  Nada había que lo separara de él, como no hay prueba alguna capaz de hacer dudar a un niño o una niña de la confianza en su papá o su mamá. Sabe, es más, experimenta que siempre va a estar de su lado y que no le va a fallar. Pero, llegado el momento de la prueba y de la persecución, en Getsemaní, Jesús siente pavor, angustia, tristeza, y vuelve a dirigirse a Dios con la misma confianza y familiaridad con que lo había hecho a lo largo de vida para comunicarle el terrible trance por el que estaba pasando y la crisis de sentido que le rondaba, y pedirle ayuda: "¡Abbá, Padre, todo es posible para ti; aparta de mí esta copa" (Mc 14, 34; Mt 26, 39; Lc 22, 42). Pero Jesús no quiere forzar las cosas y, en la segunda parte de la oración, se muestra comedido, renunciando a utilizar a Dios como "tapaagujeros" -que dijera Bonhoeffer-: "Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú"[3].

__ ¿En qué momento se produce, pues, el conflicto de Jesús con Dios?

J.J.T  Se muestra con toda su radicalidad en el Gólgota. Cuando Jesús pende en la cruz, no siente a Dios a su lado y le expresa su más profunda decepción. Y lo hace gritando, con las palabras del Salmo 22, 2: "Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní", que quiere decir: "¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?" (Mc 15, 34). El grito es de angustia y de protesta. Jesús pide cuentas a Dios por haberlo abandonado. La crisis de fe y de esperanza había tocado fondo. En ese momento, al decir de Moltmann, "sintió desesperación"[4].

Ésa es la gran paradoja del Dios cristiano: cuando se le siente cerca, parece alejarse; cuando se recurre a él, parece no escuchar; cuando se le necesita, parece que nunca se le encuentra; cuando se le pide ayuda, parece decir "arréglatelas tú solo". Y viceversa: habla en el silencio, acompaña en el camino sin ser visto, es solidario en la distancia. El silencio y la ausencia son razones poderosas y convincentes que han llevado a no pocas personas a renunciar a creer en Dios y a negar su existencia.

Quien mejor ha sabido expresar la paradoja del Dios cristiano, del Dios de Jesús, ha sido Bonhoeffer, mártir del nazismo, en un texto igualmente paradójico, como no podía ser de otra manera: "El Dios que está con nosotros es el Dios que nos abandona (Mc 14, 34). El Dios que nos deja vivir en el mundo sin la hipótesis de trabajo Dios, es el mismo ante el que nos hallamos constantemente. Ante Dios y con Dios vivimos sin Dios [...]. Dios es impotente y débil, y sólo así está Dios con nosotros y nos ayuda"[5].

__ Juan José, tras estas entrevistas sobre Jesús de Nazaret Indignado, ¿qué conclusiones podríamos sacar?

J.J.T  Pues verás, Estas manifestaciones de indignación de Jesús de Nazaret a lo largo de su actividad pública con los poderes económicos, políticos, religiosos y quienes los detentaban constituyen un desafío para los cristianos y cristianas de hoy, que, como dijera Bernanos, "tienden a instalarse cómodamente, incluso bajo la cruz de Cristo". Pero también para los ciudadanos y ciudadanas indignados con causa. Y no para sacralizar la lucha de los Indignados. En absoluto, sino para sumar fuerzas y razones a favor de la indignación contra las injusticias de nuestro mundo, generadas por la religión del mercado, que ha sometido a su tiranía la política, la economía, la ética, y hasta las conciencias de no pocos ciudadanos y ciudadanas. Una religión, que en plena crisis de creencias, es la que más adeptos tiene.

La convergencia de voces, manos, voluntades, utopías, proyectos emancipatorios y sueños “despiertos” puede liberarnos del fatalismo histórico, que atenaza hoy a la humanidad y deja abierta la puerta a la esperanza de “otro mundo posible”. Porque no todo está perdido. ¡Hay alternativas! Y la indignación de Jesús puede contribuir modestamente a su búsqueda.

__ Amén, Juan José. Me quedo con tus últimas palabras. Esas que nos sirven no solo en Adviento sino en cualquier tiempo del año porque Dios siempre levanta el brazo de la esperanza.

Apreciados lectores, tras estas entrevistas sobre Jesús Indignado, cada cual puede responder a la pregunta que le hice en su momento al profesor Tamayo sobre si Jesús era o no de izquierdas...

 

NOTAS:

[1]. J. Gnilka, o. c., I, 149.

2 J. Saramago,  Caín, Alfaguara, Madrid 2009, 98. 

3 Según las investigaciones de J. Jeremias, la escena de Getsemaní parece auténtica, si bien ha sido reelaborada teológicamente por Marcos, de quien dependen Mateo y Lucas. J. Jeremias, Teología del Nuevo Testamento I, Sígueme, Salamanca 1974, 166.

4 J. Moltmann, Cristo para nosotros, hoy, Trotta, Madrid, 1997; cf. id., El Dios crucificado, Sígueme, Salamanca 195; id., El camino de Jesucristo, Sígueme, Salamanca 1993. 

5 D. Bonhoeffer, Resistencia y sumisión, Ariel, Esplugues de Llobregat 1969, 212.

 

DONDE HAY AMOR HAY BENDICIÓN


col koldo

 

El programa de Radio Nacional, 24 horas, que conduce Josep Cuní, planteaba ayer la pregunta a la audiencia respecto de la “noticia del día”, la aprobación por parte de la Santa Sede de la bendición no sacramental a las uniones de personas divorciadas y también a las uniones del mismo sexo. La pregunta daba dos opciones: Esta decisión ha sido tomada por la Iglesia por obligación o por convicción. 

Entiendo que las opciones de respuesta se limiten pero creo, en mi humilde opinión, que en este caso no ha sido tanto ni por obligación ni por convicción. Reconozco que el resultado final no llegué a escucharlo porque me quedé dormido escuchando la radio, pero en uno de los avances de resultados ganaba la opción de la convicción. 

Pero como decía creo que falta otra opción pero que difícilmente la puede considerar quizá una radio pública, me refiero a que la decisión ha sido tomada ni por obligación ni por convicción, sino por reflexión y oración. 

Como bien se ha explicado la bendición a la que se refiere ahora la Santa Sede no significa el reconocimiento de estas uniones como matrimonios canónicos. 

Pero es que no me parece que eso sea lo más importante. 

Para mí la importancia de esta bendición es que se reconoce que en esas relaciones está el Amor de Dios, el Amor que Dios ha inspirado al ser humano para unirse a otra persona y realizar un proyecto de vida en común. 

La gran defensa no ha de ser la de la familia entendida como un hombre, una mujer y unos hijos (porque muchas familias responden a este patrón pero luego no viven el amor de familia que se debería, más aún algunas uniones son verdaderos antitestimonios, algunas de esas  familias que responden a ese patrón son el lugar donde se producen las agresiones de todo género) 

Por eso la verdadera defensa de la familia ha de centrar su mirada en el amor que se respire en ese grupo familiar, independientemente de cuántos, y quiénes sean los miembros de la misma. 

La Iglesia, como bien dice Munilla, no está para bendecir pecados, por eso lo que bendice no es la falta de amor, sino la presencia de amor. Y, he sido testigo, en muchas uniones de personas divorciadas, de personas del mismo sexo, hay amor, Dios está presente en esas uniones, y la Iglesia puede y debe bendecir esa presencia. 

Por el contrario en muchas familias que responden a ese patrón de “la familia tradicional” lo que falta realmente es el Amor, la presencia de Dios en su vida familiar, y eso no lo arregla ni una bendición con agua bendita. Eso precisa de una sanación más profunda. 

Y, en parte una reflexión similar es la que creo que, una vez llevada a la oración, ha sido la que ha determinado que en la Santa Sede se haya reconocido la idoneidad de bendecir aquellas uniones en las que haya Amor. 

Por eso la pregunta no debe ser quienes sois, o cómo sois, sino ¿Os queréis y os respetáis, de verdad os amáis? pues recibid la bendición, que Dios esté con vosotros, con vosotras.

Y respecto de la categoría de esa unión, y de todas las demás,  como sacramento creo que sería preciso darle una vuelta. Quizá la categoría de sacramento se ha dado muy alegremente y precise una madurez, una perspectiva, una estabilidad,  unos años antes de dar ese paso. Pero eso es otro tema.

 

Vicente Luis García Corres (Txenti)

19.12.2023 – Religión Digital

CRISMHOM, ANTE LA DECLARACIÓN DEL VATICANO: "ESTAMOS TAN DENTRO DE LA IGLESIA COMO LOS DEMÁS"


col kowalski

 

En CRISMHOM, comunidad cristiana ecuménica LGTBI+H de Madrid, hemos recibido con sorpresa y actitud de acogida la declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, con la firma del Papa Francisco, que permite bendecir parejas de personas del mismo sexo y de personas divorciadas que se encuentran en segunda
unión.

Este posicionamiento de la Iglesia Católica es una afirmación pública y explícita de la presencia de estas parejas y de nuestro colectivo LGTBI+ en su seno. Cambia la propia perspectiva que tiene la Iglesia hacia nuestra realidad, quien en los últimos tiempos nos ha denominado "alejados".

Estas bendiciones muestran que no somos personas alejadas, ni de Dios ni de la Iglesia, y que formamos parte de las comunidades de base. Estamos tan dentro de la Iglesia como los demás.

Esto es algo que, si bien empezaba a estar claro en algunas comunidades pequeñas de forma discreta (y de forma más abierta y directa en la Iglesia de Alemania, que ya lo planteó hace pocos años en su Sínodo), quedaba pendiente de ser admitido expresamente por la jerarquía.

Mediante la bendición de nuestras relaciones de pareja, la Iglesia también reconoce la posibilidad de que alberguen dones de Dios. Y, según la tradición, por ellos se le glorifica mediante la propia bendición.

No obstante, no podemos dejar de hablar del "matrimonio", porque nuestras relaciones de pareja no son exclusivamente sacramentales. Son sacramento. Porque cumplen su función de mediación con Dios. Concebimos la relación entre "eros" y "agape" como consecuente, llevándonos el primero al segundo. Por el amor desde y hacia nuestras parejas hemos conocido el amor desde y hacia Dios.

Por otro lado, a menudo se yerra al tachar nuestras relaciones de infecundas. Reducir el valor de la vida a la genitalidad es una pobreza dañina. La vida va infinitamente más allá del acto de procreación, teniendo tantas dimensiones (como, por ejemplo, la pastoral, la unitiva, la del cuidado, la de la comunión, etc...) que no cabrían en este documento. Nuestras relaciones están abiertas a la vida.

Damos gracias a Dios por este paso que ha dado nuestra madre Iglesia, que parece pequeño pero es significativo, y rezamos para que podamos ver realizada nuestra ilusión: que se produzca la revisión teológica y doctrinal que permita reconocer nuestras parejas como sacramento, además de otros avances.

 

CRISMHOM

19.12.2023 – Religión Digital

ESTÁ BROTANDO ¿NO LO VEIS?


col anso

 

Estamos en Adviento. En un mundo marcado por la guerra, el dolor de mujeres maltratadas, la amarga polarización política, la desesperanza de la pobreza extrema y el lamento de una Tierra herida por la crisis climática, ¿se puede seguir esperando? ¿Es posible la esperanza? En palabras del Papa Francisco: «La esperanza nos abre a lo posible, incluso cuando todo parece imposible». En palabras de Isaias: «¡Mirad que hago algo nuevo! Ya está brotando ¿no lo veis?» (Is 43,19) .ce de la Asamblea  

La esperanza no es solo un deseo, un sueño, o mucho menos una quimera. Porque la esperanza no es una actitud positiva ante las cosas. La esperanza es una expectativa, como estar a la espera de un parto. Y esto me recuerda las últimas palabras del P. Timothy Radcliffe (O.P.) en la pasada Asamblea sinodal. Nos dijo: «Dentro de unos días iremos a casa por 11 meses. Este será aparentemente un tiempo de espera vacía. Pero será probablemente el tiempo más fértil de todo el Sínodo, el tiempo de germinación. Estos 11 meses serán como un embarazo. Nosotros, mis hermanos y hermanas, estamos embarazados de una nueva vida».

Así que este Adviento me hace más presente la esperanza de lo que la Iglesia de Cristo puede aportar a la situación actual de división y conflictos de nuestro mundo. Lo tuvimos muy presente en la Asamblea sinodal, nos preocupa a todos, nos tiene en una esperanza activa, en un adviento porque en resumen se trata de que Jesús venga en cada uno de nosotros y nos dé sus actitudes frente a nuestros hermanos. Por eso espero que todo el Pueblo de Dios (obispos, laicos y religiosos) demos pasos visibles hacia delante en el camino hacia:

1.- La promoción valiente de la paz y los derechos humanos. En un mundo plagado de desafíos y conflictos, la imperiosa necesidad de que nos comprometamos en la promoción valiente de la paz y los derechos humanos adquiere una relevancia vital. La paz y los derechos humanos no son solo aspiraciones colectivas, sino deberes individuales que requieren acción y coraje. La promoción de la paz implica no solo la ausencia de conflictos, sino también la presencia activa de la justicia y la libertad. Del mismo modo, el respeto y la protección de los derechos humanos demandan valentía para desafiar la injusticia y abogar por la dignidad de cada ser humano, independientemente de su origen, género, o creencias.

El Papa Francisco nos ha dicho: «Cada uno de nosotros, en su corazón, tiene la responsabilidad de hacer algo para construir la paz». No se trata solo de palabras. Jesús es la paz, pero ¿cuánto de Jesús reflejamos? Se trata de una responsabilidad personal en la construcción de un mundo más pacífico y justo. El compromiso valiente con la paz y los derechos humanos no es una opción para los cristianos, sino una llamada urgente que requiere nuestra participación activa en la transformación positiva de la sociedad. «La paz se construye día a día a través de pequeños gestos, pequeñas palabras, actos de reconciliación y de hermandad». Echo de menos pronunciamientos y gestos significativos como Iglesia en favor de la paz y los derechos humanos en España.

2.- El compromiso con la justicia social y la promoción de los más pobres. En la búsqueda de un mundo más justo y equitativo, urge que como Iglesia nos comprometamos con la justicia social y la promoción de los más pobres. La justicia social no es simplemente un concepto abstracto, sino un llamado a la acción concreta para abordar las desigualdades sistémicas que afectan a tantas personas en el mundo. La Iglesia tiene la responsabilidad de cuestionar las estructuras injustas, de abogar por la igualdad de oportunidades y de trabajar en la eliminación de las barreras que perpetúan la marginación de los más pobres y vulnerables. Este compromiso implica alzar nuestra voz, participar activamente en la creación de condiciones que permitan a todos disfrutar de una vida digna, sin importar su posición social, económica o cultural.

El Papa Francisco ha afirmado: «No podemos resignarnos a pensar que la caridad y la solidaridad sean un deber de los demás». La caridad cristiana nos obliga a la promoción de los más pobres. No es algo que pueda ser delegado a otros; es una llamada individual a reconocer y abordar las injusticias que afectan a nuestros hermanos. Y lamentablemente, en España no me vienen muchos nombres propios, dentro del ámbito eclesial, que destaquen por este compromiso. «La indiferencia ante el otro y ante Dios es una tentación real en nuestra vida» (Papa Francisco)

3.- El reconocimiento visible de la dignidad bautismal de toda mujer. Nos apremia reconocer con hechos la dignidad bautismal de toda mujer y su lugar fundamental en la Iglesia. El respeto y la valoración de las mujeres deben ir más allá de las palabras y manifestarse en acciones concretas, excluyendo incluso los micro machismos. Las mujeres, como seres humanos dotados de dones y talentos, merecen participar plenamente en la vida de la Iglesia, ocupando espacios significativos y contribuyendo con sus perspectivas únicas para fortalecer la comunidad de fe.

El Papa Francisco ha abogado por este reconocimiento: «Una Iglesia que excluye a las mujeres es una Iglesia estéril, porque está privada de la madre». Al reconocer y valorar la dignidad bautismal de todas las mujeres, la Iglesia puede avanzar hacia una auténtica igualdad, enriqueciéndose con la diversidad y promoviendo un testimonio más pleno del amor y la misericordia de Dios. Sobre todo si tenemos en cuenta el número de mujeres consagradas, misioneras que dan su vida en lugares remotos, madres de familia que transmiten la fe a sus hijos y nietos. Por eso el Papa Francisco dice: «Las mujeres en la Iglesia son más importantes que los obispos y los sacerdotes. ¿Cómo se puede entender una Iglesia sin las mujeres? Las mujeres son la fuerza que sostiene la Iglesia».

4.- La lucha con acciones por el cuidado de la Casa Común. La urgencia de luchar con acciones concretas por el cuidado de la Casa Común es hoy un llamado imperativo para la Iglesia en un momento en que la crisis ambiental y la desigualdad social se entrelazan de manera muy compleja. La interconexión entre el grito de la tierra y el grito de los pobres subraya la inseparabilidad entre el deterioro ambiental y las condiciones de vida desfavorables para las poblaciones más vulnerables. Cada acción que perjudica a nuestro entorno natural tiene consecuencias directas en la vida de aquellos que son económicamente marginados y carecen de recursos para enfrentar los impactos adversos del cambio climático y la degradación ambiental. 

El Papa Francisco ha declarado: «El grito de la tierra y el grito de los pobres son el mismo grito». Muchos niegan el cambio climático, pero sus efectos devastadores son evidentes. Por eso, la lucha por el cuidado de la Casa Común implica no solo la preservación de los recursos naturales, sino también la defensa de los derechos y la dignidad de los más desfavorecidos. La Iglesia española tampoco destaca por una respuesta integral que aborde tanto la justicia ambiental como la justicia social. Me gustaría ver acciones decididas y colaborativas que aborden efectivamente estos desafíos y construyan un futuro sostenible y equitativo.

5.- La apertura hacia al diálogo y la restauración de todas las víctimas de abusos. Es imposible ser testigos de Jesús ante el mundo mientras seamos una Iglesia dividida, polarizada, y además continuemos ocultando casos de pederastia. Las divisiones dentro de la Iglesia, las polarizaciones en redes sociales, y los miles de víctimas de abusos sexuales, de conciencia poder, han afectado la credibilidad y la integridad de la Iglesia. Necesitamos abrirnos al diálogo, escucharnos en nuestras diferencias, la comunión emerge como un antídoto esencial contra las polarizaciones destructivas. La apertura hacia el diálogo no implica renunciar a las convicciones, sino más bien, buscar puntos en común y fomentar un entendimiento que nos permita vivir la comunión, entendida como un compartir profundo y respetuoso. 

Finalmente, el tema de los abusos sigue siendo un escándalo doloroso. Ninguno de nosotros puede ser cómplice. Las medidas en cada diócesis deben ser firmes y transparentes. Además, es esencial implementar políticas estrictas de protección infantil y de adultos vulnerables, así como mecanismos de rendición de cuentas para aquellos que ocupan posiciones de poder. La transparencia en las investigaciones internas y la apertura a la participación de laicos y expertos externos son pasos cruciales. La formación y selección cuidadosa de líderes eclesiásticos, así como una cultura de cero tolerancia hacia cualquier forma de abuso, urgen. No podemos revictimizar a las víctimas. Solo a través de un compromiso total con la justicia, la transparencia y la responsabilidad, la Iglesia podrá comenzar a sanar y reconstruir la confianza perdida.

Queda trabajo por realizar en la Iglesia. Es Adviento. Reavivemos nuestra esperanza de que es posible una Iglesia sinodal con Jesús como referente en todas estas situaciones que hoy vivimos. El documento de síntesis de la XVI Asamblea del Sínodo nos invita a ello. Tomémoslo en serio, Jesús viene. «¡Mirad que hago algo nuevo! Ya está brotando ¿no lo veis?» (Is 43,19) 

 

Xiskya Valladares rp.

Religión Digital

ESPERANZA: UNA NECESIDAD, NO UN LUJO


col arregi

 

Se puede decir que el ser humano ha hecho de la esperanza, desde siempre, una virtud necesaria. Y ha sido así, porque la esperanza no es un no sé qué que un día se le ocurrió a alguien sin más, para continuar después concretándose en diversas formas y realidades a lo largo de los siglos. La esperanza es una llamada, desde lo más profundo, que el ser humano siente de cara a dar sentido a su existencia y, si de paso, ese sentido puede ser de plenitud y de eternidad, mejor que mejor. Tanto es así que nadie puede vivir sin esperanza, si no quiere convertirse en prisionero del absurdo o de la casualidad, en el mejor de los casos.

Dicho esto, y aprovechando el Adviento, tan propicio para esta virtud, me ha parecido oportuno apelar a los tres personajes bíblicos más relevantes de este tiempo para profundizar en ella. Lo haré intentando dar respuesta a tres interrogantes concretos: qué, cómo, con qué actitud.

Esperar, qué? Pues ni más ni menos que el "cielo nuevo y la tierra nueva, donde no habrá muerte, ni habrá llanto, ni clamor ni dolor", que se anuncia en el Apocalipsis (22, 1-4). Pero una novedad hecha realidad, ya desde ahora y aquí, a través de obras liberadoras, tal y como se lo había dicho Jesús a los emisarios de Juan Bautista "Id y decidle lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los sordos oyen, los mudos hablan, etc.".  Ello quiere decir que la esperanza no tiene nada que ver con las ilusiones que uno se hace (el "nosotros esperábamos" de los de Emaús), ni tampoco con lo que otros ofrecen de manera falsa y engañosa (el "seréis como dioses" de la serpiente a Adán y Eva), sino con el compromiso con la vida y con la gente,  "confiando en que, salga como salga, habrá valido la pena"  (Václac Havel).

Enlazando con lo que acabo de decir, entraría en juego el segundo interrogante: esperar, ¿cómo? Con el compromiso como contrario a la pasividad y a la quietud y, por descontado, como totalmente opuesto a la desidia, a la desgana y al falso conformismo. Esperar, por tanto, intentando transformar las estructuras de injusticia y de sufrimiento que deshumanizan y degradan a la gente, de manera especial a los sufrientes y a los más débiles. "Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas". (Is 2,4). No se puede, quizás mejor, no se debe, anunciar la esperanza desde el otro lado ni desde la acera o la orilla del camino. Un anuncio así no será creíble a la larga. Pero debe ser, además, un anuncio que tiene que ir seguido de un compromiso total y radical. Los lavados de cara no sirven en este caso. Por tanto, "lanzas y espadas" convertidas en escuelas, hospitales, lugares de acogida, campos de arroz y de trigo, etc.

Por último, y tratándose de una empresa tan ardua, esperar y anunciar la esperanza solamente puede hacerse desde actitudes que son propicias para ello. María de Nazaret se nos ofrece como verdadero modelo. En primer lugar, desde el silencio personal, muy difícil, por cierto, en una sociedad donde el ruido predomina de manera más que abundante. Un silencio que favorece la reflexión seria y sincera, necesaria para analizar de manera crítica la realidad que urge ser transformada: "María guardaba estas cosas en el corazón y las meditaba" (Lu 2,  16-21). Pero, también, para escuchar y comprender el estilo de un Dios desconcertante, que acostumbra a poner todo patas arriba con cierta frecuencia: "Derriba del trono a los poderosos y ensalza a los humildes" (Lu 1, 46-55).

Después de lo dicho hasta aquí, pienso que la conclusión lógica sería que la esperanza es una necesidad, no un lujo.