FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

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ATALAYA

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lunes, 24 de octubre de 2016

Papa Francisco: el pastor que se queda solo tiene siempre a su lado a Dios

ADMA comienza su curso en Bilbao y en Madrid

- Por: Arcadio Cuadrado e Iñaki Lete




Salesianos Deusto y Salesianos Atocha han acogido las reuniones de comienzo de curso de las Asociaciones ADMA.












En distintas zonas de la Inspectoría ha tenido lugar el encuentro de inicio de curso pastoral de la Asociación de María Auxiliadora (ADMA). Este primer encuentro convoca especialmente a los Consejos locales de la Asociación, que reciben de sus respectivos dirigentes las propuestas de formación y actividades para el nuevo curso, siempre con el matiz de trabajar para propagar el nombre y confianza en María Auxiliadora.

Como comentaba Arcadio Cuadrado, animador de ADMA en la zona norte: “Todo tiene su fin y su principio. Ha ce tiempo que tuvo su fin un curso y hay que dar comienzo a otro”.

El día 22 de octubre de 2016, en Deusto y en Madrid, tuvo lugar el inicio oficial del curso de ADMA. En en el encuentro de Deusto se contó con la asistencia del Sr. Inspector don Juan Carlos Pérez Godoy, “que había prometido hace unos meses ya su asistencia, y estuvo con nosotros toda la mañana, compartiendo nuestra comida familiar y una pequeña sobremesa”.

Se inició la mañana con la Eucaristía, que presidió nuestro Sr. Inspector, que nos dejó como recuerdo estas tres palabras: el conocimiento, devoción e imitación. Como respuesta de los asistentes se ofrecieron en la Eucaristía 16 lamparitas encendidas (una por cada Asociación) como signo de nuestra vigilancia ante la presencia del Señor y la Señora en nuestras vidas.

El Animador de la Zona Norte don Arcadio Cuadrado, completó la mañana con una exposición sobre la historia de nuestras actividades durante el curso pasado y una reflexión sobre nuestro sentido de pertenencia a la Asociación sobre la que se continuó dialogando durante el tiempo de grupos, y en la puesta en común.

Participaron unas 120 persona de todas las Asociaciones de la zona Norte que llevarán a sus centros las inquietudes y deseos de esta jornada vivida con intensidad y entrega.
En Madrid, comenzó el encuentro con el rezo de laudes en la Capilla de los Mártires, en el Santuario de María Auxiliadora de Atocha, y a continuación la celebración de la eucaristía, presidida por el Vicario Inspectorial, Samuel Segura. Estuvo acompañado por los salesianos José Antonio Hernández, Delegado Inspectorial para la Familia Salesiana, y por Mariano Sáez, Animador de ADMA de la zona centro.

En la eucaristía se celebró la Memoria litúrgica de San Juan Pablo II, tan unido a la Familia Salesiana y apóstol de la devoción a la Virgen María.
Después de la reunión de programación concluyó la jornada con el encuentro en una fraternal comida, ocasión también para que comenzaran a aparecer las "loterías" de las diversas casas.                               
Más momentos del inicio de curso de
ADMA en Salesianos Deusto (Bilbao). Fotos: Francisco Martín
Otros momentos del inicio de curso de
ADMA en Salesianos Atocha (Madrid). Fotos: Iñaki Lete y Rafael Moreno.

Compasión, cuidados, misericordia

Lucía Ramón

El cuidado es una dimensión indispensable de la justicia. Desde el pensamiento y la praxis ecofeminista y de los movimientos sociales se nos propone repensar el sujeto, las relaciones sociales, la economía y la política desde esta clave para revertir la crisis ecológica y civilizatoria en la que estamos inmersos. Ensanchar nuestro trabajo por la justicia desde las aportaciones de las luchas sociales por la cuidadanía y nuestras propias experiencias de cuidar y ser cuidados.
La idea de cuidadanía expresa una alternativa a nuestro modelo actual más allá del concepto tradicional de ciudadanía, que pone en el centro a los mercados e impone un modelo imposible de autonomía atomizada, y que excluye a los y las que trabajan fuera del mercado, incluida la naturaleza. Frente a esta lógica que invisibiliza y desvaloriza los procesos que hacen posible la vida, que nos sostienen cuando somos frágiles y dependientes, y que oculta nuestra interdependencia y vulnerabilidad constitutivas, la cuidadanía pone el cuidado de la vida en el centro de la vida personal y comunitaria, del análisis social, de la economía y de la política. LEER MÁS…)

Del asesinato de los dirigentes del MUCA a la represión de la marcha indígena en Honduras



24/10/2016 - El pasado martes 18 de octubre, a pocas horas que nuestra compañera y coordinadora general Miriam Miranda recibió el reconocimiento Carlos Escaleras -dedicado a los defensores de los derechos a la tierra y bienes comunes- fueron asesinados dos dirigentes del Muca, los señores José Angel Flores y Silmer George. La guerra de no tan baja intensidad que se libra en el Valle del Aguan, con el propósito de preservar los privilegios de grandes latifundistas en detrimento del campesinado desposeídos, (...)

ANTE LA GRAVE CRISIS SOCIO-AMBIENTAL, LA URGENCIA DE UNA ÉTICA PLANETARIA

col mateos

Nuevos debates que actualizan el concepto clásico de Justicia.
La reflexión de Cristianisme i Justícia, desde el primer cuaderno, ha estado marcada por el intento de buscar que fe y justicia dialogaran y se alimentaran mutuamente. Sin embargo, en estas últimas décadas, el concepto de justicia, entendido inicialmente como «justicia solo socioeconómica», se ha ido enriqueciendo con dimensiones nuevas. No se trata de diluir el concepto de justicia, sino de incorporar al debate realidades que habían quedado injustamente al margen: diversidad cultural, perspectiva de género, cuidados, justicia medioambiental… Detrás de cada una de estas dimensiones, porciones de humanidad sufriente que no habían sido suficientemente tenidas en cuenta hasta ahora.
Nuestro mundo globalizado y su modelo de consumo son un gran transatlántico con rumbo al desastre. Dicha afirmación no es algo distópico ni exagerado: nuestra huella ecológica ha alcanzado niveles
extraordinarios, el planeta ya no es capaz de regenerar buena parte de lo que consumimos y los expertos advierten de que si mantenemos el ritmo actual de consumo, en 2050 necesitaremos el equivalente a por lo menos tres planetas para abastecernos. Las consecuencias de todo este modelo son sabidas y reconocidas por todos: calentamiento global, cambio climático, refugiados ambientales… El sentido de urgencia respecto a esta grave coyuntura ha sustituido al tratamiento casi anecdótico que la cuestión del cambio climático recibía hace tan solo unos años.
1. La justicia ambiental se ha convertido así en parte intrínseca e ineludible del debate amplio sobre la justicia en el siglo xxi. Desde grandes organismos internacionales hasta los principales líderes mundiales, pasando por científicos o multinacionales, todos hoy reconocen algo que es innegable y ha sido denunciado repetidamente por algunas voces desde hace años: el modelo de vida occidental no es universalizable. El gran crecimiento económico de los llamados países emergentes en base al modelo de desarrollo capitalista no ha sido una buena noticia, pues ha servido para constatar que el desarrollo era algo más que crecimiento económico y que el progreso se ha alcanzado en nombre de la depredación ambiental y la consolidación de un modelo de consumo insostenible. Ha sido necesario esperar a que centenares de millones de personas en el Sur global (especialmente en China e India) abrazaran el modelo, que antes únicamente ostentábamos el 15% del planeta, para darnos cuenta de que el progreso y el desarrollo deben definirse siguiendo unos criterios y valores que no se limiten a la capacidad de consumo y la riqueza económica. Estamos en un callejón sin aparen- te salida, una verdadera encrucijada, una cuenta atrás a la que la humanidad debe ser capaz de dar la más urgente y diligente de las respuestas. «El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad» (Laudato Si’, nº 25). «Un grito que viene de la humanidad y de la Tierra misma, uno que tiene que ser escuchado por la comunidad internacional», exhortaba Francisco a los reunidos en la Conferencia de París sobre Cambio Climático (COP21) celebrada en diciembre de 2015. No cabe duda de que la COP21 ha significado un primer paso al poner de relieve la urgencia de la situación actual, pero asimismo ha mostrado una vez más la falta de instrumentos y alternativas para trascender el modelo de producción, consumo y desarrollo que se practica. La rueda del capitalismo necesita seguir girando… En palabras de Pere Casaldàliga: «¿Quién, cómo y cuándo bloqueará sus radios?».
1.1. Regular por arriba: una comunidad terrestre con un destino común La coyuntura es compleja. Existen instrumentos o iniciativas que abordan algunos de los efectos colaterales de todo este desvarío medioambiental, configurando una «gobernanza fragmentada». No obstante, seguimos careciendo de instrumentos vinculantes que conformen una verdadera gobernanza global, poniendo de relieve uno de los dramas de este siglo xxi: mientras que nuestros problemas se han globalizado, los mecanismos de los que disponemos para regularlos se han quedado atrapados en el marco del Estado-nación. Dentro de este preocupante contexto nos queda por lo menos una buena noticia: parece existir cada vez mayor consciencia de que esta cuestión no es algo ficticio, ni teórico, ni procedente de un reducido grupo de científicos, sino que cunde una creciente sensación de que estamos ante un problema real y acuciante. Incluso el Foro Económico Mundial, que se reúne anualmente en Davos, o los informes de los principales centros de inteligencia mundiales como la CIA han incluido este asunto en sus agendas tras calificarlo como la principal amenaza a la seguridad mundial. Esta toma de conciencia es positiva, siempre que no sea ya demasiado tarde. Sea como fuere, la inexistencia de una ética planetaria y la hegemonía de un modelo económico, social y cultural muy individualista, basado en el consumo, hace difícil afrontar el problema buscando una solución global. Como afirma el prólogo de la Carta de la Tierra, «somos una sola familia humana y una única comunidad terrestre con un destino común». Un destino que no solo nos compromete a nosotros sino también a otras especies, así como a las generaciones que están por venir. El sentido de interdependencia es hoy mucho más importante que en cualquier otro momento histórico: interdependencia con la biosfera e inter- dependencia con las generaciones futuras. No debemos eludir ese sentido de urgencia. Necesitamos un gran pacto global que supere el paradigma de la seguridad nacional para abrazar el de la seguridad planetaria. Un pacto que implique, comprometa y obligue a todos (individuos, estados, organizaciones, empresas…) a producir, consumir y estar en el planeta de una forma que garantice el futuro de todos. Esa gobernanza global, tan difícil y casi inimaginable en un contexto en el que los intereses nacionales y privados priman por encima del bien común, deberá ser posible si queremos que el planeta siga existiendo.
1.2. Desbordar por abajo: hacia una civilización de la sobriedad y la pobreza compartidas Pero además de regular este modelo por arriba, es necesario un modo de vida que sea capaz de extenderse y desbordar al sistema por abajo, impulsando una transformación cultural, re-politizando y re-educando nuestras conciencias y nuestros hábitos, pasan- do, como señala Jorge Riechmann, de una «cultura de la hybris [de la des- mesura] a una cultura de la autocon- tención». Desbordar el capitalismo por abajo sería posible aplicando un modelo de civilización basado en la sobriedad y la pobreza compartidas, y tratando de que la política vuelva a recuperar el poder. Son ya muchas las iniciativas que abogan por el cambio para trabajar en red de una forma mucho más democrática y más participativa. Iniciativas emergentes que aportan la consciencia de que es necesario otro modelo social y cultural. Desbordar el capitalismo por abajo sería posible aplicando un modelo de civilización basado en la sobriedad y la pobreza Este modelo cultural debe ser desbordado también desde el plano de la identidad, construida en torno al consumo, entendido como una especie de
comensalidad histórica que jerarquiza y genera estratificación social. Todo el mundo consume, pero no todo el mundo consume bien. Deconstruir esta dimensión más cultural, yendo más allá de la dimensión política y gubernamental, es un reto clave para evitar la homogeneización. El diálogo entre civilizaciones y la recuperación de la diversidad cultural del planeta, de sus prácticas y saberes, se impone como un importante reto a tener en cuenta y asumir. Este es nuestro reto. Como Francisco en su encíclica Laudato Si’, somos cada vez más conscientes del diagnóstico, de las alternativas de las que disponemos y de la responsabilidad que supone condicionar la vida de las generaciones futuras. Ahora bien, la cuenta atrás ha empezado, no podemos esperar más. Un modelo basado en la sobriedad y la pobreza no es algo únicamente deseable sino algo necesariamente posible que puede verse potenciado y reforzado a través de la espiritualidad que conlleva el diálogo interreligioso e intercultural.

Óscar Mateos
Cristianisme i 

¿No va a haber misericordia para obispos y presbíteros casados? (III)

Rufo González


Cura casado2“Por mucho tiempo nos hemos olvidado… de andar por la vía de la misericordia” (Mv. 10)
En cuanto al celibato, el tiempo ha sido excesivo. Siglos imponiendo. A pesar de la práctica secular de la Iglesia Oriental que conservó en parte la libertad evangélica. En Occidente causa sonrojo leer la historia que no se ha podido ocultar. La ley, que vincula celibato y sacerdocio, no existió en el primer milenio. En el siglo IV surgió la ley de “continencia”, promulgada por el Papa Siricio (384-399). Prohíbe a los clérigos el uso sexual del matrimonio, y les “cierra todo camino de indulgencia”. Conviene reparar en la razón de la ley: “los que están en la carne, no pueden agradar a Dios (Rm. 8, 8). Confundiendo “carne” con “sexo”, el uso del matrimonio “no puede agradar a Dios”. Esta aberrante teología de la sexualidad y la no menos aberrante interpretación del texto de Pablo (Rm 8, 8) son la base originaria de la ley del celibato ministerial:



“Todos los levitas y sacerdotes estamos obligados por la indisoluble ley de estas sanciones, es decir que desde el día de nuestra ordenación, consagramos nuestros corazones y cuerpos a la sobriedad y castidad, para agradar en todo a nuestro Dios en los sacrificios que diariamente le ofrecemos. Mas los que están en la carne, dice el vaso de elección, no pueden agradar a Dios [Rom. 8, 8].
… En cuanto aquellos que se apoyan en la excusa de un ilícito privilegio, para afirmar que esto les está concedido por la ley antigua, sepan que por autoridad de la Sede Apostólica están depuestos de todo honor eclesiástico, del que han usado indignamente, y que nunca podrán tocar los venerandos misterios, de los que a sí mismos se privaron al anhelar obscenos placeres; y puesto que los ejemplos presentes nos enseñan a precavernos para lo futuro, en adelante, cualquier obispo, presbítero o diácono que —cosa que no deseamos— fuere hallado tal, sepa que ya desde ahora le queda por Nos cerrado todo camino de indulgencia; porque hay que cortar a hierro las heridas que no sienten la medicina de los fomentos” (H. Denzinger 185: Sobre el celibato de los clérigos).


Sigue la queja: “¿Acaso el Papa no conoce la palabra de Dios?”
En el siglo XI, por influjo de monjes (celibato opcional), Gregorio VII (1073-1085) impuso la ley del celibato actual. El decreto dice que el que desea ser ordenado debe hacer antes voto de celibato: “los sacerdotes [deben] primero escapar de las garras de sus esposas”. Para cumplir la ley, Urbano II (1088-1099) en 1095 propone vender a las esposas de los sacerdotes como esclavas y abandonar a los hijos. La oposición del clero en Italia, Francia y Alemania, fue casi unánime. Sólo tres obispos alemanes promulgaron el decreto papal. En ambientes eclesiásticos se oía la misma queja: “¿Acaso el Papa no conoce la palabra de Dios: ‘El que pueda con esto, que lo haga’ (Mt 19, 12)?”. A lo que se podría añadir, como me recuerda un comentarista: ¿Acaso el Papa no conoce la práctica de Jesús, “el pequeño relato evangélico de la curación de la suegra de Pedro (Mc.1,29-31 y paral. Mt. y Lc.)? ¡Qué fallo del evangelista! Con lo fácil que hubiera sido no recoger esta humilde historia que nos recuerda que el mismo Simón Pedro, el elegido por Jesús con el “Tu es Petrus”, era nada menos que un pescador casado. La elección de Jesús echa por tierra siglos de celibato obligatorio”.


“El celibato obligatorio es inmoral”
Esperemos que el Papa Francisco tenga valor para volver a la libertad de los primeros siglos. La incultura, el fanatismo y el afán de dominio hicieron que una opción evangélica quedara vinculada necesariamente al ministerio. A finales del primer milenio corrió entre el clero una carta atribuida a San Ulrico, obispo de Ausburgo (890- 973), canonizado por Juan XV, en el primer decreto de canonización. La carta aparecida cien años tras su muerte dice exponer la mente del santo. En ella se dice que para el pueblo cristiano “el celibato obligatorio es inmoral”, ya que San Ulrico, brillante por su nivel de exigencia moral en sí y en su clero, defendía el matrimonio de los curas: “Basándose en el sentido común y la Escritura, la única manera de purificar a la Iglesia de los peores excesos del celibato es permitir a los sacerdotes que se casen” (cf. “Analecta Boll.”, XXVII, 1908, 474).


“La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia” (Mv. 10)
Si esta “viga” fuera la base de la Iglesia, el derecho a elegir el estado de vida estaría vigente entre los clérigos. Es un derecho fundamental humano. Es de justicia. La misericordia colabora con la justicia para que las personas experimenten que nuestro Dios “se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos” (Mv. 9). Aunque en una época de su vida prometiera no casarse nunca, la evolución personal puede llegar a convencerle de que esa promesa fue equivocada. “Crece la conciencia de la dignidad de persona…, de su superioridad sobre las cosas y de sus derechos y deberes universales e inviolables… El Espíritu de Dios está presente a esta evolución. El fermento evangélico en el cora­zón del hombre excitó y excita una irrefrenable exigencia de dignidad” (GS 26). El texto conciliar reconoce la historicidad, la construcción personal durante la vida, la evolución, el cambio responsable, máxime cuando cambiamos a otras decisiones buenas y mejor adaptadas a nuestra personalidad. Cualquier promesa es hija del momento cultural y psicológico personal. Darle carácter de inmutabilidad es inhumano. Sobre todo cuando la promesa no es necesaria para la salvación definitiva. Lo importante es la conciencia personal responsable.


El trato a obispos y presbíteros casados no ha sido ni es misericordioso
La Iglesia se deja llevar de la tentación del poder, y no respeta la justicia, “el primer paso, necesario e indispensable” (Mv 10). El trato a los sacerdotes casados no es “anuncio y testimonio hacia el mundo de tener misericordia” (Ibid.) Su actuación con obispos y presbíteros casados es causa evidente de pérdida de credibilidad: “La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo” (Ibid.). En este asunto, no “se ha hecho cargo de las debilidades y dificultades de nuestros hermanos” (Ibid.) para mantener el celibato, y les ha aplicado con rigor la ley, sin alternativa evangélica, conforme con su preparación y vocación. A veces ni siquiera opción humana. Para ello necesitaba abolir la ley. Y ha preferido la ley a la vida de las personas: “ha hecho al sacerdote para la ley, y no la ley para el sacerdote” (Mt 12, 7-8; Mc 2, 27; Lc 6,5). Esta es la triste historia del trato a los sacerdotes casados. Éstos, a pesar de su conciencia acorde con el evangelio, han sido expulsados del ministerio. No ha importado la aceptación del Pueblo de Dios, ni la débil y cuestionable fundamentación bíblica y teológica, ni el funcionamiento azaroso, ni el cumplimiento problemático, ni las razones iniciales maniqueas y luego ideológicas, económicas, o de poder…


Relean este texto papal (Mv 12) mirando a los miles de sacerdotes “desaparecidos”:
“La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona. La Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo de Dios que sale a encontrar a todos, sin excluir ninguno… Es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre. La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo… Donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre… Cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia”.


Para la Iglesia oficial no existen
No está en el programa del Jubileo Extraordinario de la Misericordia reunir a obispos y presbíteros casados para brindarles la misericordia del Buen Pastor. Son muchos. Están asociados en múltiples confederaciones. Organizan congresos internacionales. Para la Iglesia oficial no existen. ¿Olvido intencionado? ¿O seguir el camino de la Ley: “nosotros tenemos una ley, y, según esa ley, deben morir” (Jn 18, 7) los obispos y presbíteros, en cuanto tales, si se casan? Es el Código, es la Ley. Aunque el Evangelio diga que “no todos pueden con eso, sólo los que han recibido el don” (Mt 19, 11). La ley, al que dice no tener ese don, le prohíbe ejercer el otro “don”, más claro y urgente. Jesús hizo justo lo contrario: llamó a casados y solteros. Y encargó orar por las vocaciones misioneras: “La mies es abundante, los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9,38). Pero sin condicionar al “dueño de la mies”: que los envíe solteros.

Los curas argentinos en la Opción por los Pobres denuncian que las fuerzas de seguridad hacen “caza de pobres”


José Manuel Vidal


Piden investigación “independiente y creíble” sobre “muerte dudosa” de Viroche
Dicen que el plan económico del Gobierno “es pariente del modelo de la Dictadura Militar”
Como curas queremos cambiar nuestra mirada; no mirar como mira la superficialidad televisada o los aplausos sincronizados sino mirar con los ojos de Dios que se ubica entre los últimos
El grupo de Curas en la Opción por los Pobres (COP), cercano al Papa Francisco, que reúne a sacerdotes católicos de todo el país, sigue ejerciendo la denuncia profética. En su nueva Carta abierta, los sacerdotes realizan una severísima crítica la la política de seguridad del Gobierno argentino y al funcionamiento de la justicia, al tiempo que advierten del constante aumento de la pobreza. ··· Ver noticia ···