FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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sábado, 7 de julio de 2018

Jorge Costadoat, sj: “¿Por qué no puede haber cenas eucarísticas sin sacerdote?”


Eucaristía4“HAY LAICOS QUE NO SOPORTAN MÁS EL MODO EN QUE LOS CURAS CELEBRAN LA LITURGIA”
“Debiera ya ahora ensayarse nuevas modalidades de celebrar fraternalmente la fe”
Imaginemos que entra en la humanidad un virus letal que mata a la tercera parte de los seres humanos y, por una razón desconocida, mueren todos los sacerdotes, todos los obispos y el Papa. El desastre eclesial que se produce es mayor. Los cristianos se encuentran completamente desorientados.··· Ver noticia

Tanto los animales como los humanos del Planeta necesitamos los bosques para sobrevivir


Editorial de África Fundación

amazonasLos bosques son un ecosistema repleto de vida y ocupan el 31% de la superficie terrestre del planeta, y más del 75% de la biodiversidad terrestre vive en ellos.
Existen también unas 2.000 culturas indígenas, que habitan en ellos y que guardan una relación tan especial con la naturaleza que, si no fuese por ellos, probablemente muchos bosques ya habrían desaparecido.
Los bosques no solamente disminuyen la contaminación atmosférica sino que reducen el calentamiento global, favorecen la agricultura sostenible y constituyen una fuente importante de alimentos, agua, energía e ingresos.
Sin embargo, los bosques continúan a desaparecer a gran velocidad, por la acción humana, y sobre todo por la trasformación de terrenos forestales en tierras de cultivo de agro-combustibles. En los últimos 25 años el espacio forestal ha disminuido en 93 países del mundo y se han perdido 4.100 millones de hectáreas, (como toda Sudáfrica).··· Ver noticia ··

‘Migrantes con Derechos’ pide al Gobierno que lidere “un cambio radical” en la política migratoria de la UE


Inmigrantes3CRITICAN EL ACTUAL MODELO, “EXCLUYENTE E INSENSIBLE” ANTE EL DRAMA DE MILLONES DE PERSONAS
La propuesta para externalizar las solicitudes de asilo “es inaceptable”, denuncian
Las entidades de Iglesia que conforman la Red Migrantes con Derechos: Cáritas, Confer, Justicia y Paz y la Comisión Episcopal de Migraciones, tras conocer las conclusiones y acuerdos en materia de migraciones y protección internacional alcanzados en el Consejo Europeo celebrado los pasados días 28 y 29 de junio, expresamos firme e inequívocamente nuestro rechazo al modo en que se está construyendo una Unión Europea excluyente e insensible ante las necesidades de las personas que se acercan a sus fronteras en busca de protección internacional y de un mejor futuro.··· Ver noticia 

El Papa clama contra la cultura del descarte que aplasta a pobres y migrantes


“¡Cuántos pobres son hoy aplastados! ¡Cuántos pequeños resultan exterminados! Son todos víctimas de esa cultura del descarte que en cada vez se denuncia más”, clamó el Papa Francisco durante la Misa por los migrantes celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano este viernes 6 de julio con motivo del quinto aniversario de la visita del Santo Padre a la isla de Lampedusa.··· Ver noticia

El deseo satisfecho y el que nunca se sacia


José M. Castillo, teólogo

Castillo1El último de los diez mandamientos, que Dios le impuso a su pueblo en el monte Sinaí, prohíbe el deseo de apropiarse lo ajeno: “No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni sus propiedades, ni su casa, ni su asno…”. El que desea lo que es de otro, si no controla ese deseo, vive en el constante peligro de hacer suyo lo que no le pertenece. El respeto a los demás empieza en el control de las apetencias que nos empujan a quedarnos con lo que es propiedad de otro o de otros.
Esto es lo que explica por qué hay gente honrada. Y por qué hay tantos sinvergüenzas. El que pone sus deseos en sí mismo (vivir bien, pasarlo lo mejor posible, disfrutar de todo, etc.), ése será inevitablemente un peligro, quizá muy grave, para quien esté cerca de él. Por el contrario, el que orienta y centra sus deseos en el bien y la felicidad de los demás, en defender los derechos de quienes están a su alcance, ése es y será siempre una buena persona, un manantial inagotable de paz, de alegría y de esperanza.
Todo esto es tan obvio, tan evidente y hasta tan elemental, que no necesita – en principio – más explicaciones. Sin embargo, con lo dicho no hemos tocado nada más que la superficie del problema. Porque hablar del “deseo” es hablar de la raíz de todas las conductas, desde las más ejemplares hasta las más indeseables. Por eso, al tratarse de una realidad tan enorme y tan diversa, me voy a fijar aquí en una cuestión, en la que casi nunca pensamos, y que sin embargo es fundamental.
Me refiero a los deseos que normalmente se satisfacen. Y a los que, por el contrario, difícilmente se logran saciar. En seguida se entenderá por qué hablo de este asunto. Y la importancia que entraña.
Los deseos, que brotan de necesidades biológicas, en condiciones normales, pueden encontrar plena satisfacción. Valgan como ejemplo la alimentación o el sexo. Encontrar en la vida personas que, en estos dos ámbitos tan elementales de la vida, se sienten y viven satisfechos, son ámbitos de la vida en los que no es extraño encontrar personas que tienen sus deseos básicamente saciados.
Otra cosa es si hablamos de los deseos que brotan de problemas que nos crea, no ya la naturaleza, sino la sociedad. Estoy pensando, por poner dos ejemplos, en la riqueza o en el honor. Nadie duda que, con la llamada “civilización” (tres mil quinientos años a. C.), nació el poder vertical, la desigualdad económica, las honores que distinguen a unos seres humanos de otros, las jerarquías (religiosas y civiles), que distinguen a unos con detrimento de otros. Y así sucesivamente.
Ahora bien, así las cosas, nos llama la atención un hecho que estamos viendo todos los días. Las religiones se suelen organizar y gestionar de manera que tienen comportamientos represivos en deseos que brotan de la naturaleza. Por ejemplo, el sexo. Al tiempo que sintonizan y asumen comportamientos permisivos en el turbio mundo del deseo que fomenta el poder, las jerarquías y los honores. Lo que asocia a las religiones y sus dirigentes con los sectores mejor situados en cuanto se refiere a la riqueza y la gestión de privilegios, dignidades y distinciones.
¿No estará todo esto en la base del rechazo que hoy siente tanta gente ante las religiones y sus jerarquías? En cualquier caso, me parece que todo esto explica el conflicto mortal que, según los evangelios, llevó a Jesús a la muerte humillante que cerró su vida en este mundo. Como también se me antoja que estas motivaciones inexplicables son las que ahora llevan a tantos “hombres de Iglesia” a rechazar y hasta odiar al Papa Francisco. Sea lo que sea, con quien no estoy de acuerdo es con el obispo de Alcalá, Mons. Reig.

El Papa pide a Maduro encontrar "caminos justos y pacíficos" para la reconciliación en Venezuela

Religión  Digital 
(J. B./Agencias).
- "Que entre todos encuentren los caminos justos y pacíficos, que conduzcan a esa nación a vivir días de concordia y respeto, reconciliación y paz". El Papa Francisco ha enviado un mensaje a Nicolás Maduro, con motivo de los 207 de la independencia de Venezuela.LEER NOTICIA

¿CÓMO PODEMOS AYUDAR AL PAPA FRANCISCO EN NUESTRA IGLESIA LOCAL?

col voz crist sev

Este importante interrogante nos ha ocupado bastante tiempo y reflexión en nuestros Encuentros últimos.
No resulta fácil de responder cuando la oposición a los cambios que propone Francisco (del dogma a la pastoral, de la intolerancia a la misericordia, de la ostentación y el privilegio al testimonio de humildad y el olor a oveja...), encuentran en la Institución clerical –y no sólo en ella– una soterrada oposición que se atrinchera mayoritariamente en el silenciamiento y la pasividad, cuando no en el disimulo y el Código de Derecho Canónico.
Hechas las anteriores consideraciones, llegó el momento de concretar los objetivos que como laicos encontramos adecuados. Proponemos los siguientes:
· Hacernos presentes dentro y fuera de la Iglesia, como laicos adultos en la fe que tienen opinión propia, y que se sienten corresponsables con la misión de aquella como la desea Francisco.
· Romper en la Iglesia el esquema de un clericalismo jerárquico que manda y un laicado sin opinión, que calla y obedece dócilmente; pues ese esquema lo consideramos inadecuado para regular las relaciones de una comunidad que se reclama como fraternal y es un anti-testimonio de la Buena Nueva que deseamos difundir.
· Defender la diversidad de lecturas lícitas de dicha Buena Nueva, que –no siendo incompatibles con la unidad en un mismo Espíritu–, son una riqueza de cara a difundirla.
Pues consideramos que una interpretación única, intolerante e impuesta, supone un serio obstáculo para dicha tarea.
Fijados estos objetivos claros y transversales, queda el plasmarlos en iniciativas concretas alrededor de las cuales aglutinar a otros fieles.
Quizás la entrada en vigor de la nueva Ordenación General del Misal Romano y las abundantes discrepancias sobre los cambios respecto al propiciado por el Concilio Vaticano II, haya sido la causa para detenernos a considerar el tema de la Liturgia. Y resultado de la atención prestada a ese tema ha surgido la “carta abierta” que a continuación sometemos a su consideración.
Voces cristianas de Sevilla     
vocescristianasdesevilla@gmail.com                                                         
Twitter: @vocesxnassvq
Sevilla, Junio de 2018

Carta abierta y pública dirigida a:
Conferencia Episcopal de España
Comisión Episcopal de Liturgia
c/Añastro nº 1 28033 Madrid

"La liturgia es ‘popular’ y no clerical, es una acción para el pueblo, pero también del pueblo".
El pontificado del Papa Francisco está propiciando nuevas y renovadas esperanzas de que la Iglesia encuentre un sitio propio en el siglo XXI. Pero la apertura al mundo que manifiesta en sus exhortaciones y encíclicas, a pesar de ser muy bien acogidas por la mayor parte de los creyentes y de todas las personas de buena voluntad, está encontrando dentro de la Curia vaticana serias resistencias, así como presiones involucionistas procedentes de los Cardenales y Obispos más conservadores. Estos alientan en algunos casos ataques abiertos o calificaciones negativas de sus textos y comunicados a los que llegan a calificar de heréticos; si bien está más extendida la postura de silenciarlos, neutralizarlos o manipularlos mediante citas parciales sacadas de contexto.
Entre los rasgos de la renovación de la vida eclesial que impulsa el Papa Francisco queremos destacar el deseo de limitar el excesivo protagonismo y predominancia de los clérigos, para potenciar el papel interno y externo del laicado – especialmente el de las mujeres-, aumentando su capacidad decisoria en los órganos y manifestaciones públicas de la Iglesia. Especialmente sobre la Liturgia manifiesta que: “…es vida para todo el pueblo de la Iglesia”, “…es popular, no clerical… una acción para el pueblo, pero también del pueblo”, “…es vida y no una idea para entender”.
Desde “Voces cristianas de Sevilla” como laicos en sintonía con el Papa Francisco, deseamos señalar ciertos hechos que contradicen prácticamente ese rasgo de revitalización, tan necesario para la credibilidad de la Iglesia como fraternal Pueblo de Dios; y para que ésta atienda cercanamente las necesidades e inquietudes reales y concretas de los hombres y mujeres de hoy.
No hace mucho nos sorprendió la entrada en vigor de cambios no desdeñables en las fórmulas y ritos del Misal Romano que regula la celebración de la Eucaristía. A nuestro parecer estos cambios distorsionan y anulan los criterios anteriores emanados del Concilio Vaticano II. A este hecho consumado no le precedió, al menos en nuestra diócesis, una amplia explicación y extendida catequesis que justificara esos cambios, desoyendo la advertencia de Benedicto XVI –patrocinador de los mismos-, que consideraba esa catequesis previa importante y necesaria.
A pesar de imponerse estos cambios hace algún tiempo, siguen siendo poco aceptados por muchos fieles, especialmente en lo relativo al cambio central de la fórmula de consagración del cáliz, en la cual se sustituye la fórmula postconciliar del Vaticano II sangre derramada “por vosotros y por todos los hombres”, cuya interpretación es claramente universal e inclusiva en español, por esta otra “por vosotros y por muchos”, la cual se presta a una interpretación sin duda más restrictiva y que entendemos como menos ajustada al espíritu del Evangelio.
En ningún momento –ni antes ni después de imponer los cambios–, se ha consultado con suficiente amplitud la opinión de los laicos, a pesar de que éstos son la inmensa mayoría a la que debe dirigirse la liturgia eucarística. Esta omisión es tanto más lamentable en cuanto la celebración eucarística, es el más privilegiado lugar teológico para que los fieles vivenciemos el Evangelio y la Comunidad; por lo cual todo cambio afecta marcadamente a quienes componemos las Asambleas Eucarísticas.
Esta inadecuada manera de implantar los cambios litúrgicos –descartando a priori el diálogo con la inmensa mayoría laica del Pueblo de Dios–, refleja una mayoritaria, errónea, y habitual forma de actuar de las altas jerarquías eclesiásticas, que se apropian en exclusiva de la Liturgia como inapelable “Iglesia docente”, en detrimento de que ésta liturgia refleje vitalmente la fe actual y concreta de los laicos reducidos a ser una “Iglesia discente” menor de edad.
 Hecho que consideramos debemos denunciar al dificultar la vivencia de la Buena Noticia de Jesús en la vida cotidiana y real.

Voces cristianas de Sevilla
Siguen firmas refrendando el texto

NUEVO MODELO CARDENALICIO: DE PRÍNCIPES A TESTIGOS

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(José Manuel Vidal, basílica de San Pedro).
-¿Nervioso?
-A mi edad, los honores ya no producen vanagloria.
En la puerta de entrada de la basílica De San Pedro, el neo cardenal Aquilino Bocos espera a su secretario el padre Valderrabano para entrar en el templo. Al instante llega el secretario y el cardenal Sebastián, que anima a su hermano claretiano:
-Gran día Aquilino, para ti y para la Iglesia...
Y Aquilino, sonriente, entra a la basílica en la que el Papa le creará cardenal.
El flujo de cardenales y de coches oficiales de embajadores es continuo. Huele a día grande. El colegio cardenalicio sigue siendo un poder eclesiástico e, incluso, temporal, a pesar de haber perdido muchas ínfulas y haber recortado honores y hasta el tamaño de la púrpura.
Y eso que el Papa no quiere príncipes. Y se lo dice directamente a los nuevos cardenales: "El mayor honor es lavar los pies de los pobres". Y cita a Juan XXIII que confiesa haber nacido y muerto pobre.
Pero el colegio cardenalicio ha sido durante siglos la corte del Romano Pontífice. Queda mucho lastre. Se arrastra mucho polvo acumulado de la Historia. Y la burocracia de los altos funcionarios eclesiásticos se niega a morir. Y resiste con uñas y dientes a las ‘locuras' De Francisco.
Saben que Bergoglio, el Papa de la primavera, quiere cambiar también su senado cardenalicio. Pero la Iglesia no cambia a golpes. Y la corte recela los cambios. Y Francisco le busca las vueltas y está cambiando el colegio cardenalicio cambiando las reglas de elección de sus miembros.
Desde que ha llegado al solio pontificio ha quebrado la regla de oro de la burocracia episcopal: las púrpuras no se asignan ya a las grandes archidiócesis del mundo, sino a las personas, sean altos prelados de las mejores diócesis o simples y desconocidos obispos de pequeñas y pobres diócesis, como el de Madagascar o el Karachi.
Le falta dar un paso más, con el que posiblemente nos sorprenda en un futuro próximo: cambiar radicalmente el modelo. ¿Cómo? Sembrando el colegio cardenalicio de testigos.
Si tienen que seguir existiendo los cardenales, para elegir al Papa, que pierdan todos sus honores y que los elegidos sean los mejores en santidad y ejemplaridad a los ojos del pueblo santo De Dios. Misioneros que se han dejado la piel en los infiernos del mundo. Laicos testigos de la ternura de Dios. Monjas que hayan entregado su vida entera por los demás. En definitiva, aquellos a los que el propio Papa llama "los santos de la puerta de al lado".
¿Por qué no hacer cardenal al Padre Ángel, a la monja Dolores Aleixandre, a los teólogos Castillo, Pikaza, Gutiérrez o Sobrino? O laicos de consolidado prestigio, como Guzmán Carriquiry o Andrea Riccardi. Y, si ya quisiese aplicar al colegio cardenalicio lo que suele predicar constantemente, entonces el Papa tendría que buscar sus purpurados entre los últimos, entre los pobres, en el universo de los sin techo, en las comunidades de base, en las parroquias de barrio o en los conventos de clausura.
Busque, Santidad, modelos concretos de paz, misericordia, ternura, alegría, justicia, amor y alegría. Abundan entre el pueblo santo y fiel. Y desmontaría, además, las clases en la Iglesia, dedicando los primeros puestos a los más humildes y a los que más se lo merecen. A los que mejor encarnan el Evangelio de la misericordia y la contagian con sus vidas.
Un sueño que Francisco tiene al alcance de la mano. Que el Espíritu lo ilumine.

¿Por qué es tan desconocida como criticada, la Teología de la liberación ?


Luís Ángel Aguilar

Es cierto que la Teología de la Liberación (TL) nunca fue del agrado de muchos papas, ni por supuesto de los movimientos neocons, incluidos el OPUS DEI, los guerrilleros de Cristo Rey, Comunión y Liberación, Kikos, …
Pero, ¿por qué tanta gente habla por boca de ganso sin conocer casi nada de una Teología que plantea que “la liberación de los oprimidos es el lugar obligado y privilegiado en la vida cristiana”?
Para quienes quieran saber un poco más del tema, juzgar por sí mismos o “desfacer” algunos entuertos, voy a tratar de resumir en ésta pequeña entrada··· Ver noticia

Católicos y anglicanos apuestan por dar “voz y voto” a los laicos en la toma de decisiones


Cameron Doody

COMO FORMA DE MANTENER EN LA UNIDAD “DIFERENCIAS CULTURALES LEGÍTIMAS”
“La Iglesia católica podría aprender de la práctica anglicana de diversidad provincial”
La Iglesia católica puede aprender de la anglicana cómo garantizar la “consulta y deliberación” de las iglesias particulares en la toma de decisiones generales, y la anglicana de la católica cómo preservar la “unidad a los niveles trans-locales y universales” por encimas de las diferencias locales.··· Ver noticia ··

¿Qué pasa con la Iglesia en América latina? ¿Una Iglesia al servicio de los pobres o del Imperio?


Óscar Fortín

LatinoamericaDe lo que vemos, los episcopados latino-americanos se ponen a la orden de los intereses de Estados Unidos en América latina. Los episcopados de los países emergentes se declaran en contra de sus gobiernos y se transforman en verdadera oposición política a ellos. Por otro lado, los que se encuentran en países sometidos a Washington, se alegran de sus gobiernos .··· Ver noticia 

¿En el plano de igualdad o de obediencia y mando?


Benjamín Forcano

Redes Cristianas
Benjamín Forcano1Una interpretación de la involución posconciliar.
Un hecho innegable: la involución posconciliar
Somos muchos los que podemos subrayar la esperanza y entusiasmo suscitados por el concilio Vaticano II y su progresivo declive hasta nuestros días. Han pasado más de 50 años. La celebración del Vaticano II fue tan importante que no se puede encontrar nada en los últimos siglos que haya revolucionado tanto a la Iglesia católica. Esta revolución incidió principalmente en el tema de la Iglesia y en el de sus nuevas relaciones con el mundo. La Iglesia era comunidad (Pueblo de Dios) y la jerarquía ministerio, puro servicio. Todos, dentro de ella, pasban a gozar de una misma igualdad y de los derechos a la participación y responsabilidad.
Con el mundo se establecía una nueva relación de colaboración y diálogo sin absolutismos ni exclusión de nadie.
Por todo esto, el concilio supuso un gran signo de credibilidad para la Iglesia y se acogió con regocijo y esperanza.
Pero, pronto comenzó la restauración. Han sido unos años en pugna, donde se ventilaba la vuelta a Trento o la fidelidad al Vaticano II. Es de justicia constatar que el período posconciliar se ha caracterizado por un repertorio amplio de involución, diseñado y protagonizado por la jerarquía y los movimientos neoconservadores.
Entre otros hechos, se pueden señalar : la desvirtuación de la colegialidad episcopal, de las conferencias episcopales y de los sínodos; la intromisión ejercida en la Compañía de Jesús y en otras Congregaciones religiosas; el control romano del nombramiento de los obispos; la censura sobre la Conferencia de Santo Domingo y del Sínodo Africano; la prevención y acoso a la Teología de la Liberación y otras teologías modernas; la represión de muchos teólogos; la marginación de los obispos más avanzados; el control de revistas y otros medios de información; el enfoque preconciliar del nuevo catecismo, de la encíclica “Veritatis Splendor”; el fomento de un catolicismo de masas a través de los controvertidos viajes del Juan Pablo II, etc.
Las causas de la involución
Sin duda alguna, pueden señalarse diversas causas que expliquen este estado de involución. Me limito a señalar la sería la causa principal: falta de democracia en la Iglesia o, si se quiere, la vuelta a un modelo jerárquico de Iglesia.
Ligeramente muchos creerán que, quienes reivindicamos fidelidad al Vaticano II, lo hacemos encubriendo intenciones de relajo y desobediencia. Nosotros más bien partimos del hecho histórico de que la configuración de la autoridad en la Iglesia se ha apartado, demasiadas veces, del espíritu del Evangelio. Una cosa es luchar contra la autoridad y otra contra el autoritarismo. Y es deber hacerlo cuando éste traspasa los límites debidos. Y los traspasa cuando actúa con procedimientos antidemocráticos, claramente opuestos a la dignidad humana y sus derechos.
Se trata, pues, de un conflicto entre renovación e involución, democracia y autoritarismo y, más al fondo, de un actitud que rechaza la modernidad. Porque, se quiera o no, la modernidad trajo la democracia y con ella otros valores. Y la Iglesia, como institución, funciona con estructuras altamente autoritarias y no podía aceptar la democracia.
Lo escribe magníficamente el teólogo E. Schillebeeckx: “La razón humana debe usarse al cien por cien en el campo de la fe. Sacar a colación la obediencia y cerrar los ojos, no es cristiano, no es católico. Es cada vez más necesaria la racionalidad, sobre todo, para reaccionar contra el fundamentalismo que mina cada vez más a la Iglesia… El retorno al catolicismo del primer milenio es , para Juan Pablo II, el gran reto. En el segundo milenio, Europa ha decaído y con ella ha decaído toda la cultura occidental. Para reevangelizar Europa es necesario superar la modernidad y todos los valores modernos y regresar al primer milenio… Yo critico este retorno porque los valores modernos de libertad de conciencia, de religión, de tolerancia no son, desde luego, los valores del primer milenio” (Soy un teólogo feliz, Atenas, 1994, pp. 73-74).
Seguramente, buena parte de la jerarquía eclesiástica sigue oponiéndoseal cambio bajo el pretexto de querer mantener la fidelidad al patrimonio auténtico del cristianismo. Pero no es ese el problema. La cuestión está en no abrirse a un modelo cultural distinto, que obliga a relativizar modelos del pasado y a distinguir lo que en ellos hay de contenido fundamental de la revelación y de formulación variable del mismo.
La merma o ausencia de democracia dentro de la Iglesia se muestra en tres cosas:
A) Vuelta al modelo de Iglesia preconciliar, en el que la Iglesia era entendida en paralelismo radical al mundo, como si no necesitara par nada de él. Ella sería el único lugar de lo sagrado, de la salvación, de los valores éticos y, por tanto, de la solución para los problemas. El mundo sería el lugar del mal y de lo negativo. No se puede confiar en él.
B) Reimplantación hegemónica de la jerarquía. La jerarquía volvería a ser el elemento central y dominante, en desigualdad con la comunidad. Tal posición imposibilita que la Iglesia funcione desde la responsabilidad y creatividad de la comunidad y acepte la renovación.
C) Una teología institucional uniforme y eclesiocéntrica, que supervalora el papel de la autoridad y del magisterio, que marca jurídicamente el ámbito de pertenencia a la Iglesia, que acentúa lo propio frente a lo común y que frena y deslegitima a los movimientos más críticos y transformadores. Se busca una Iglesia fuerte, socialmente cohesionada, que permita actuar con homogeneidad poderosa.
El por qué o interpretación de una “Iglesia sin democracia”
Yo creo ver la edificación del autoritarismo eclesiástico sobre el concepto de una obediencia ciega como “ideal de vida”, que lleva a extinguir el yo, trasladando la voluntad propia a la voluntad de otro. Esta dejación se reviste de humildad, pero en el fondo se trata de ir reduciendo el yo -indigno, pecador, inseguro, recalcitrante- para que interiorice las consignas de la autoridad. Se sustenta así la convicción de que lo personal es falso, sospechoso, inauténtico, contrario a la voluntad de Dios, es decir, se engendra una radical desconfianza en sí mismo y una tendencia a depositar la responsabilidad, el crédito y la salvación en las orientaciones de los que mandan.
Una expresión máxima de esta mentalidad la vemos en el texto de Inocencio II cuando escribe: “Todo clérigo debe obedecer al Papa, aun cuando le ordene hacer el mal, ya que nadie puede juzgar al Papa” (Citado por Drewermann, en Clérigos, p. 413).
Y comenta al respecto el mismo Drewermann: “En nuestro tiempo sólo tenemos una palabra para describir esa mentalidad: fascista. Un ´caudillo´ que es dueño de la verdad y del derecho, que exige la obediencia como medio para imponer las verdades establecidas. ¡Qué perversión de la ´verdad´ del cristianismo! ¡Qué lejos está la realidad imperante hoy en la Iglesia de aquellas palabras sarcásticas de Jesús en Mc 10, 42 sobre la ´tiranía´ que los gobernantes ejercen sobre sus súbditos, y del enérgico mandato: ´Entre vosotros no sea así´“ ( Idem, Clérigos, p. 414).
De esta manera, el colectivo jerarquía se disuelve en una magnitud absoluta, incuestionable, que pretende ser la verdad misma. La verdad en este caso ya no se hace depender de razones, sino de la función. Por el simple hecho de ser autoridad se tiene la verdad. Las personas concretas no cuentan para nada. El grupo jerárquico, por otra parte, se identifica con Cristo y, así, obedecerle a él es obedecer a Cristo. La anulación de sí mismo y de la propia inteligencia y voluntad se elevan a categoría de ideal cristiano: “Aparece como aberrante y escandaloso que, entre todos los movimientos espirituales y culturales de Occidente, la Iglesia católica haya sido la única que se ha atrevido a mantener hasta hoy su interpretación de la ´obediencia evangélica`, entendida como una sumisión incondicional del individuo a la voluntad de los superiores eclesiásticos, y que no ha querido adaptar su estilo de vida comunitario al espíritu fundamental de la era moderna, es decir, a la libertad del hombre y, en particular, a la `libertad del cristiano´” (Drewerman, Idem, p. 411).
¿Qué es, pues, lo que lo que fundamenta el autoritarismo eclesiástico?
Descubrir en virtud de qué mecanismo una persona renuncia a sí misma dejándose creer que su realización se alcanza por el camino inverso de la obediencia es dar seguramente con la base que sustenta el autoritarismo eclesiástico. Drewermann desarrolla una tesis original, que se puede sintetizar en estos aspectos:
1. Los clérigos son el eje de la Iglesia. A pesar de la nueva eclesiología del Vaticano II, los clérigos son y siguen siendo la clase preferente de la Iglesia.
2. Por consiguiente, la continuidad y el éxito están asegurados mientras pueda mantenerse fuerte esta clase preferente. Pero, entiéndase, los clérigos son tales no por cuenta propia sino porque se ajustan a una características estructurales que se les exigen para poder ejercer su función.
3. Esta característica consiste en desarrollar en su vida la función central de clérigo, que le confiere oficialmente (es ordenado por el obispo a quien se siente vinculado y sometido incondicionalmente) el rango de “jefe”, de ser “extraordinario”, de “mediador de la divinidad”, etc. Su proyecto y camino personal quedan asumidos y reemplazados por el proyecto y camino clerical.
4. Su realización como persona va unida a esta función, que le exige obediencia a sus superiores y le le demanda exigirla a sus subordinados. Obedecer y, a su vez, mandar, es lo suyo. La función le viene dada, lo suyo es ser funcionario de Dios tal como se le prescribe, es decir, lo clerical se instaura en su vida como elemento autónomo. Sus aspiraciones de crear, expresarse con libertad, realizar sus sentimientos con sinceridad podrá hacerlo mientras no se lo prohíba el “superego” clerical. El clérigo debe realizarse según las exigencias de esta su función y no según las exigencias de su propia persona. Nunca en público podrá tener él la razón y la verdad sino su condición de clérigo.
El clérigo, si se quiere acabar con la raíz de todo despotismo eclesiástico, debe atreverse a pensar, a pensar por cuenta propia y expresar sus convicciones para no ser, cuando haga falta, un funcionario, mero ejecutor de los mandatos de una estructura jerárquica. Esto supone, y requiere, estudio y convicciones profundas, sinceridad y, si el caso lo requiere, valentía para oponerse a lo establecido: “La mentalidad funcional empuja inexorablemente de todo clérigo a poner su lealtad al deber ministerial por encima de la sinceridad personal y del auténtico amor a la libertad” (Idem, p. 122

El papa nombra por primera vez a un laico como ministro del Gobierno del Vaticano

Público

Papa Francisco7Paolo Ruffini estará al frente de la Secretaría de la Comunicación de la Santa Sede
El papa Francisco nombró prefecto de la Secretaría de la Comunicación del Vaticano a Paolo Ruffini, que hasta ahora era director de TV2000, la televisión de la Conferencia Episcopal italiana, el primer laico en ocuparse de un dicasterio de la Santa Sede. Su nuevo cargo es una especie de ministro en los dicasterios que forman el Gobierno de la Iglesia católica.··· Ver noticia ··