FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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viernes, 4 de septiembre de 2015

•Domingo 6 de septiembre, 23 Tiempo Ordinario – B (Marcos 7,31-37): Curar nuestra sordera José Antonio Pagola

CURAR NUESTRA SORDERA

Los profetas de Israel usaban con frecuencia la «sordera» como una metáfora provocativa para hablar de la cerrazón y la resistencia del pueblo a su Dios. Israel «tiene oídos pero no oye» lo que Dios le está diciendo. Por eso, un profeta llama a todos a la conversión con estas palabras: «Sordos, escuchad y oíd».
En este marco, las curaciones de sordos, narradas por los evangelistas, pueden ser leídas como «relatos de conversión» que nos invitan a dejarnos curar por Jesús de sorderas y resistencias que nos impiden escuchar su llamada al seguimiento. En concreto, Marcos ofrece en su relato matices muy sugerentes para trabajar esta conversión en las comunidades cristianas.
  • El sordo vive ajeno a todos. No parece ser consciente de su estado. No hace nada por acercarse a quien lo puede curar. Por suerte para él, unos amigos se interesan por él y lo llevan hasta Jesús. Así ha de ser la comunidad cristiana: un grupo de hermanos y hermanas que se ayudan mutuamente para vivir en torno a Jesús dejándose curar por él.
  • La curación de la sordera no es fácil. Jesús toma consigo al enfermo, se retira a un lado y se concentra en él. Es necesario el recogimiento y la relación personal. Necesitamos en nuestros grupos cristianos un clima que permita un contacto más íntimo y vital de los creyentes con Jesús. La fe en Jesucristo nace y crece en esa relación con él.
  • Jesús trabaja intensamente los oídos y la lengua del enfermo, pero no basta. Es necesario que el sordo colabore. Por eso, Jesús, después de levantar los ojos al cielo, buscando que el Padre se asocie a su trabajo curador, le grita al enfermo la primera palabra que ha de escuchar quien vive sordo a Jesús y a su Evangelio: «Ábrete».
Es urgente que los cristianos escuchemos también hoy esta llamada de Jesús. No son momentos fáciles para su Iglesia. Se nos pide actuar con lucidez y responsabilidad. Sería funesto vivir hoy sordos a su llamada, desoír sus palabras de vida, no escuchar su Buena Noticia, no captar los signos de los tiempos, vivir encerrados en nuestra sordera. La fuerza sanadora de Jesús nos puede curar.

Domingo 6 de septiembre de 2015, 23º del tiempo ordinario

 

23 del tiempo ordinarioB
Eleuterio, abad (s. VI)
El profeta Isaías es el profeta de la consolación. El pueblo en medio del dolor que ha generado el destierro, necesita de una voz de aliento y esperanza, por eso el profeta los invita a tener valor a que «no tengan miedo», es necesario confiar en Dios pues él va a salvar a su pueblo de la esclavitud.
El profeta evoca con sus palabras el recuerdo de la tierra de Palestina con sus riquezas naturales, torrentes y manantiales, una tierra fértil y espaciosa, un paraíso o una tierra prometida, que les espera después del exilio, a la que regresarán como en un nuevo éxodo. En esta tierra se volverán a instaurar y reconstruirán el Templo, la ciudad y la historia. Y vivirán en plenitud, llenos de vida y salud, con sus órganos de los sentidos completos, capaces de percibir lo que está pasando a su alrededor. En las mismas palabras del profeta, se puede descubrir la fuerza de Dios, que busca reanimar a los abatidos y transformar la tierra devastada. El profeta anuncia tantos bienes que parece la llegada de los tiempos mesiánicos. ··· Ver noticia ···

Durísimo comunicado de Cáritas, Confer y Justicia y Paz ante el drama de los refugiados

 

Inmigrantes2
“Es el estrepitoso fracaso de una política migratoria indecente, sostenida sobre el discurso del miedo”
“NO a la política del miedo, Sí a la política de la integración, la acogida y el desarrollo de los pueblos”
(Cáritas, Confer y Justicia y Paz).- Los sangrantes e inhumanos acontecimientos de los que estamos siendo testigos en la Frontera Este (Serbia, Grecia, Macedonia…), apenas un par de meses después de la presentación de la Agenda Europea de Inmigración, además de un saldo en vidas, en dramas humanos, arroja un saldo de ineficiencia política inaceptable en términos de dignidad y defensa de los Derechos Humanos, que nuestra sociedad no puede permitir.··· Ver noticia ···

El transexual al que se le niega ser padrino ha decidido apostatar

 


“La Iglesia católica me ha demostrado que no me quiere”.
Alex Salinas, el transexual de San Fernando (Cádiz) al que el Obispado de Cádiz y Ceuta ha negado de nuevo que ejerza de padrino en el bautizo de su sobrino, ha decidido apostatar porque “la Iglesia católica me ha demostrado que no me quiere”.
En declaraciones a EFE, Alex Salinas, ha explicado también que su hermana, madre del niño del que él quería apadrinar, también ha decidido no seguir adelante con su intención de bautizar a su niño y educarle “en la fe cristina” pero al margen de la Iglesia Católica. ··· Ver noticia

No hay más recursos en la despensa de la Casa Común Leonardo Boff


Leonardo Boff2La Tierra es un planeta pequeño, viejo, con 4,44 mil millones de años de edad, con 6.400 km de radio y 40.000 km de circunferencia. Hace 3,8 mil millones de años surgió en él todo tipo de vida y hace unos 7 millones, un ser consciente e inteligente, altamente activo y amenazador: el ser humano. Lo preocupante es que la Tierra ya no tiene reservas suficientes en su despensa para proporcionar alimentos y agua a sus habitantes. Su biocapacidad se va debilitando día a día.

El día 13 de agosto fue el Día de la Sobrecarga de la Tierra (Earth Overshooting Day). Es lo que nos informó la Red de la Huella Mundial (Global Footprint Network) que, junto con otras instituciones como WWF y Living Planet siguen sistemáticamente el estado de la Tierra. La huella ecológica humana (la cantidad de bienes y servicios que necesitamos para vivir) ha sido sobrepasada. Las reservas de la Tierra se han agotado y necesitamos 1,6 planetas para atender nuestras necesidades, sin considerar aquellas muy importantes de la gran comunidad de vida (fauna, flora, micro-organismos). En palabras de nuestro diario vivir: nuestra tarjeta de crédito está en números rojos.
Hasta 1961 necesitábamos solamente del 63% de la Tierra para atender nuestras demandas. Con el aumento de la población y del consumo, en 1975 necesitábamos ya el 97% de la Tierra. En 1980, el 100,6%, la primera Sobrecarga de la Huella Ecológica Planetaria. En 2005 alcanzábamos ya la cifra de 1,4 planetas. Y actualmente, en agosto de 2015, 1,6 planetas.
Si hipotéticamente, nos dicen los biólogos y cosmólogos, quisiésemos universalizar el tipo de consumo que los países opulentos disfrutan, serían necesarios 5 planetas iguales al que tenemos, lo cual es absolutamente imposible además de irracional (cf. R. Barbault, Ecologia geral, 2011, p.418).
Para completar el análisis debemos tener en cuenta la investigación sobre “Los límites planetarios: una guía para el desarrollo humano en un planeta en mutación”, hecha por 18 científicos y publicada en la prestigiosa revista Science de enero de 2015 (hay un buen resumen en IHU de 09/02/2015). En ella se enumeran 9 fronteras que no pueden ser violadas, en caso contrario ponemos en peligro las bases de la vida en el planeta (cambios climáticos; extinción de especies; disminución de la capa de ozono; acidificación de los océanos; erosión de los ciclos de fósforo y nitrógeno; abusos en el uso de la tierra, como deforestaciones; escasez de agua dulce; concentración de partículas microscópicas en la atmósfera que afectan al clima y a los organismos vivos; introducción de nuevos elementos radioactivos, nanomateriales, microplásticos).
Cuatro de las 9 fronteras ya han sido sobrepasadas, pero dos de ellas – el cambio climático y la extinción de las especies– que son fronteras fundamentales, pueden llevar a nuestra civilización a un colapso. Fue lo que concluyeron los 18 científicos.
Tal dato pone en jaque el modelo vigente de análisis de la economía de la sociedad mundial y nacional, medida por el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Este implica una profunda intervención en los ritmos de la naturaleza y la explotación de los bienes y servicios de los ecosistemas con vistas a la acumulación y con ello al aumento del PIB. Este modelo es una falacia pues no considera el tremendo estrés al que somete a todos los servicios ecosistémicos globales que garantizan la continuidad de la vida y de nuestra civilización. De forma irresponsable e irracional considera tal hecho, con sus graves consecuencias, como “externalidades”, es decir, como factores que no entran en la contabilidad nacional e internacional de las empresas.
Y así, alegremente, vamos al encuentro de un abismo que se abre delante de nosotros. Curiosamente, en las discusiones sobre temas económicos que se organizan semanalmente en las televisiones, nunca o casi nunca se hace referencia a los límites ecosistémicos de la Tierra. Con raras excepciones, los economistas parecen ciegos y cegados por las cifras del PIB, rehenes de un paradigma anticuado y reduccionista para analizar la economía concreta que tenemos. Si todas las fronteras fuesen violadas, como todo parece indicar, ¿qué sucederá con la Tierra viva y la humanidad? Tenemos que cambiar nuestros hábitos de consumo, las formas de producción y de distribución como no se cansa de repetir la encíclica del Papa Francisco sobre “El cuidado de la Casa Común”. Pero sobre eso los analistas no dicen ni una sola palabra. Mal imaginan que podemos conocer un “armagedón” ecológico-social sin precedentes.
Imaginemos al planeta Tierra como un avión de pasajeros. Tiene alimentos, agua y combustible limitados. El 1% viaja en primera clase; el 5% en ejecutiva y el 95% en clase económica o junto a los equipajes con un frío aterrador. Llega un momento en que todos los recursos se agotan. El avión planea un poco y luego se precipita, acabando con todos los pasajeros de todas las clases.
¿Queremos este destino para nuestra única Casa Común y para nosotros mismos? No tenemos alternativa: o cambiamos nuestros hábitos o iremos desapareciendo lentamente como los habitantes de la isla de Pascua hasta quedar solamente algunos representantes, tal vez envidiando a los que murieron antes. Ciertamente, no hemos sido llamados a la existencia para conocer un fin tan trágico. Seguramente “el Señor, soberano amante de la vida” (Sab 11,26) no lo permitirá. No será por un milagro sino mediante nuestro cambio de hábitos y con la cooperación de todos.
Leonardo Boff escribió Proteger la Tierra-cuidar la vida: como escapar del fin del mundo, Nueva Utopía, Madrid, 2011.
Traducción de MJ Gavito Milano

Hay cuatro modelos de catolicismo: el cultural, el integrista, el institucional y el crítico Juan José Tamayo, teólogo

 

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Continúa el curso de verano de la Complutense sobre “Pluralismo en la Iglesia católica”, que se viene desarrollando desde el día 19 en El Escorial. Por él han desfilado ya personalidades de la talla de José Bono o José maría Setién. Hoy le toca el turno, al director del curso, el teólogo Juan José Tamayo, en el que retrata las cuatro tendencias actuales del catolicismo español “en conflicto, sin apenas diálogo entre ellas y con posturas numantinas”. ··· Ver noticia ···