FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
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ATALAYA

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jueves, 29 de abril de 2010

PAGOLA SERMÓN 2 DE MAYO

2 de mayo 2010, 5 Pascua: No perder la identidad


José Antonio Pagola
Tabira

Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Dentro de muy poco, ya no lo tendrán con ellos. Jesús les habla con ternura especial: «Hijitos míos, me queda poco de estar con vosotros». La comunidad es pequeña y frágil. Acaba de nacer. Los discípulos son como niños pequeños. ¿Qué será de ellos si se quedan sin el Maestro?
Jesús les hace un regalo: «Os doy un mandato nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado». Si se quieren mutuamente con el amor con que Jesús los ha querido, no dejarán de sentirlo vivo en medio de ellos. El amor que han recibido de Jesús seguirá difundiéndose entre los suyos.
Por eso, Jesús añade: «La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros». Lo que permitirá descubrir que una comunidad que se dice cristiana es realmente de Jesús, no será la confesión de una doctrina, ni la observancia de unos ritos, ni el cumplimiento de una disciplina, sino el amor vivido con el espíritu de Jesús. En ese amor está su identidad.
Vivimos en una sociedad donde se ha ido imponiendo la “cultura del intercambio”. Las personas se intercambian objetos, servicios y prestaciones.
Con frecuencia, se intercambian además sentimientos, cuerpos y hasta amistad. Eric Fromm llegó a decir que “el amor es un fenómeno marginal en la sociedad contemporánea”. La gente capaz de amar es una excepción.
Probablemente sea un análisis excesivamente pesimista, pero lo cierto es que, para vivir hoy el amor cristiano, es necesario resistirse a la atmósfera que envuelve a la sociedad actual. No es posible vivir un amor inspirado por Jesús sin distanciarse del estilo de relaciones e intercambios interesados que predomina con frecuencia entre nosotros.
Si la Iglesia “se está diluyendo” en medio de la sociedad contemporánea no es sólo por la crisis profunda de las instituciones religiosas. En el caso del cristianismo es, también, porque muchas veces no es fácil ver en nuestras comunidades discípulos y discípulas de Jesús que se distingan por su capacidad de amar como amaba él. Nos falta el distintivo cristiano.
Los cristianos hemos hablado mucho del amor. Sin embargo, no siempre hemos acertado o nos hemos atrevido a darle su verdadero contenido a partir del espíritu y de las actitudes concretas de Jesús. Nos falta aprender que él vivió el amor como un comportamiento activo y creador que lo llevaba a una actitud de servicio y de lucha contra todo lo que deshumaniza y hace sufrir el ser humano.

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS

Contribuye a recuperar la identidad cristiana. Pásalo.

Juan 13, 31-33a.34-35

REDES CRISTIANAS CON EL P. JUAN MASIÁ

Redes Cristianas con el P. Juan Masiá


Apartado en el año 2006 de la Cátedra de Bioética de la Universidad de Comillas, el P. Juan Masiá es requerido nuevamente por el Superior Provincial de los jesuitas en Japón para abandonar “toda actividad relacionada con España y a concentrarte plenamente en su trabajo en el Japón.” La orden reta al P. Masiá a renovar la “oblación generosa” que hizo de sí mismo hace más de 40 años en favor de la Compañía de Jesús y de la Iglesia en el Japón”. No se cuestiona para nada su ortodoxia, ni se le invita a abandonar la Compañía. La orden se apoya, finalmente, en “la responsabilidad y prudencia pastoral” y en “el deber de contribuir a la edificación del pueblo de Dios en armonía con sus pastores… aun cuando no se esté de acuerdo con su juicio”.
Leída con objetividad y espíritu cristiano crítico, esta orden nos conmueve y sobrecoge, nos preocupa y, honestamente, la consideramos un disparate.
Nos conmueve y sobrecoge porque descubrimos un chantaje que juega hábilmente con la “oblación generosa” que hizo el P. Masiá hace 40 años para obligarle espiritualmente a aceptar el actual silencio impositivo. Se crea de este modo un conflicto entre la libertad de conciencia (“para ser libres nos liberó el Señor”, dirá S. Pablo) y la obediencia obsequiosa a la autoridad constituida. ¡Y esto no es justo!
Nos preocupa el sometimiento acrítico y la falta de discernimiento que refleja este mandato. Aunque entendemos perfectamente la necesidad de armonización de los fieles con sus máximos responsables en la Iglesia, nunca podríamos interpretarla como mera sumisión. Porque en la Iglesia, antes que el servicio de armonización o de unión, existe un “sensus fidelium”, más básico y fundamental, al que también le está prometido el auxilio del Espíritu. Por esto vemos en esta postura del Superior Provincial más un voluntarismo precipitado y un sometimiento impositivo que un discernimiento sensato y responsable. ¡Y esto nos preocupa!
Y, en tercer lugar, mirada desde España, nos parece una orden equivocada. El P. Juan Masiá es una de las pocas voces libres que se atreve a abordar con competencia y claridad los retos que la actual sociedad plural, secularizada y democrática está plantando a la fe cristiana. Exigirle, en este contexto, sometimiento y “oblación generosa” -tanto más cuanto, como nos tememos, se trata de adherirlo a una ideología integrista, autoritaria y trasnochada, que no es la suya- supone no sólo una pérdida para el cristianismo en España, sino también una “desnaturalización” del propio Masiá como se refleja en la canción de Mikel Laboa: “Si le hubiera cortado las alas/, hubiera sido mío, no habría escapado./ Pero así habría dejada de ser pájaro./ Y yo lo que amaba era un pájaro”.
Por todo esto, Redes Cristianas y todos cuantos y cuantas nos ha tocado vivir el cristianismo, no al cobijo de la catedral sino a la intemperie y en frontera, tenemos en gran estima la libertad, el coraje y las aportaciones del P. Masiá. Defendemos con él su derecho a pensar, porque “incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar” (Hipatia, s.IV). Y consideramos que, en el “silencio español“que se le ordena, la jerarquía española está cometiendo, una vez más, un grave disparate.

Redes Cristianas, 15 de octubre de 2009