FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Jesús casado? Por qué asusta esa idea

Juan G. Bedoya

El papiro de King vuelve sobre la hipótesis que desmontaría el celibato y la visión represora del sexo
Descubierto un fragmento de papiro que menciona a “la esposa de Jesús”
Por supuesto, un manuscrito. Hasta hace un siglo, en el mercado de antigüedades de El Cairo se podían encontrar libros en papiro con los que revolucionar la historia de las religiones. Le ocurrió en 1896 a Carl Reinhardt, cuando compró uno escrito
en copto a principios del siglo II.
Lo depositó en el Museo Egipcio de Berlín y no fue desvelado hasta 1955 por el egiptólogo Carl Schmidt. Resultó ser El Evangelio de María y agitó las investigaciones sobre el protagonismo de las mujeres en las primeras comunidades cristianas. En una religión cuyas jerarquías desprecian, e incluso detestan, a la mujer, reabría el viejo debate sobre el estado civil de Jesús, el fundador cristiano. Así lo subrayó entonces Karen King, reputada catedrática en la Universidad de Harvard, que ofreció en 2006 otra traducción y un estudio riguroso (en español lo editó Poliedro, traducido por Marco Aurelio Galmarini).
Ahora vuelve otro papiro. Al comprado por Reinhardt le faltaban las seis primeras páginas y cuatro más del centro. Karen King cree que eran la clave de un hecho que se ha querido ocultar como si fuese peligroso. La semana pasada ha dado a conocer el texto en el que se dice que Jesús se casó. La tradición cristiana imperante siempre ha dicho que no lo estaba, a pesar de no existir evidencias que respalden tal afirmación o la contraria.
“Si en los primeros textos no hay referencias al matrimonio de Jesús, es porque en el contexto judío lo normal era que estuviera casado. ¿Por qué, entonces, las reacciones, más viscerales que argumentadas, en contra? Las razones tienen que ver con el sexo. Porque cae por tierra todo fundamento cristológico del celibato impuesto a los sacerdotes; porque pierde justificación la superioridad de la vida consagrada a Dios sobre la vida de los cristianos seglares, y porque se desmonta la visión negativa que la Iglesia tiene de la sexualidad y la consiguiente represión sexual que impone”, sostiene el teólogo Juan José Tamayo, autor de tres libros sobre la vida y la obra de Jesús de Nazaret.SEGUIR LEYENDO EN El País

Los obispos catalanes presionarán a la Permanente para que emita una nota sobre la crisis

¿Habrá una nota sobre la crisis durante la Comisión Permanente?
¿Habrá documento sobre la crisis esta semana? Este martes, los obispos de la Comisión Permanente se reúnen en Madrid. Será el primer encuentro del nuevo curso, que se presenta caliente, pues se espera que a lo largo de este año se anuncien los relevos episcopales en Madrid y Barcelona. Sin embargo, el principal tema que preocupa a fieles y a no pocos obispos es el de la crisis.
Especialmente a los obispos catalanes, que ya en agosto publicaron la que hasta ahora es la única nota conjunta del episcopado sobre la crisis. Según ha podido saber RD, los prelados de Cataluña presentes en la Permanente presentarán una propuesta para que este organismo publique una breve nota sobre la actual situación y el papel de la Iglesia española en la misma.
Junto al presidente Rouco, el vicepresidente Blázquez y el secretario Camino, la Comisión Permanente está compuesta por los siguientes miembros:

Lluis Martínez Sistach. Cardenal Arzobispo de Barcelona

Juan José Asenjo Pelegrina. Arzobispo de Sevilla

Juan del Río Martín. Arzobispo Castrense

Manuel Ureña Pastor. Arzobispo de Zaragoza

Francisco Javier Pérez González. Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela

Francisco Javier Martínez Fernández. Arzobispo de Granada

Braulio Rodríguez Plaza. Arzobispo de Toledo

Francisco Gil Hellín. Arzobispo de Burgos

Carlos Osoro Sierra. Arzobispo de Valencia

Julián Barrio Barrio. Arzobispo de Santiago de Compostela

Santiago García Aracil. Arzobispo de Mérida-Badajoz

Ciriaco Benavente Mateos. Obispo de Albacete

Jesús E. Catalá Ibáñez. Obispo de Málaga

Adolfo González Montes. Obispo de Almería

Jesús García Burillo. Obispo de Ávila

Casimiro López Llorente. Obispo de Segorbe-Castellón

Joan Píris Frígola. Obispo de Lleida

Josep Àngel Sáiz Meneses. Obispo de Terrassa

Vicente Jiménez Zamora. Obispo de Santander

Sebastià Taltavull Anglada. Obispo Auxiliar de Barcelona
Esto es: cuatro de los 23 prelados de la Permanente -entre ellos el cardenal Sistach y el auxiliar Taltavull, auténtico artífice del texto publicado por las diócesis catalanas-. La iniciativa contaría con el apoyo de Blázquez, Osoro, Barrio, Del Río o García Aracil.
Sin embargo, la tesis capitaneada por el cardenal Rouco es que la Iglesia ya está hablando sobre el particular, en forma del trabajo de Cáritas y de otras instituciones, y que la “reflexión”, de la que habla el Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal recientemente aprobado, no tiene por qué traducirse en un texto o documento. Al menos, no por el momento. Una decisión que, en todo caso, está motivando fuertes críticas tanto en ámbitos eclesiásticos como en sectores sociales, molestos por el hecho de que la Conferencia Episcopal toque prácticamente cualquier tema en cuestión (desde el aborto a la reforma educativa), pero no el de la crisis.
Otros temas que se van a abordar serán los de Eurovegas -parece prácticamente descartada una nota conjunta- o la reforma educativa, para la que el Episcopado probablemente dará una opinión, pero esperará, como es costumbre, a que exista un texto de proyecto aprobado o presentado en Cortes.
La solución, el próximo jueves.
baronrampante@hotmail.es

EL DÉCIMO MANDAMIENTO

ecleSALia
EL DÉCIMO MANDAMIENTO
GABRIEL Mª OTALORA, gabriel.otalora@euskalnet.net
BILBAO (VIZCAYA).

ECLESALIA, 21/09/12.- Manu Zabala, persona recta donde las haya y apasionada de la defensa de los derechos de los Pueblos, me enseña un libro de moralina publicado en 1938 en el que se hacía un repaso a los diez mandamientos pero en el que solo se comentan los nueve primeros, y me da su explicación: sería porque en aquella ebullición de la dictadura del expolio generalizado, cualquiera se ponía a pontificar sobre la codicia de los bienes ajenos. Afortunadamente, ha pasado el tiempo de las coacciones generalizadas habiendo recuperado la libertad que aquél nacional-catolicismo contribuyó a hurtarnos durante demasiados años.
Ahora estamos en un modelo social más poliédrico y abierto y los que añoran aquellos tiempos tienen que ser, por fuerza, más sibilinos. Solo así se explica el silencio de algunos cristianos que se abate sobre el dichoso décimo mandamiento, incluida la Conferencia Episcopal, a pesar de su rabiosa actualidad. A lo peor solo es miedo a que algunos se enfaden y la institución eclesiástica pierda parcelas de poder que nunca deberían haberle correspondido según el mensaje evangélico. Todo lo contrario a los que lideran la codicia: “El capitalismo de nuestro tiempo parece haber perdido el sentido del miedo”, en palabras de Eric Hobsbawm.
No se trata de pedir a los obispos que se meta en política, sino de que se conviertan en altavoz de los sin voz en nombre del que nos trajo la Buena Nueva, y por ello fue atropellado por las élites de sus tiempo; ser voz de las muchas gentes que la crisis financiera les ha roto el eje de sus vidas atropellados por una injusticia cada vez más proporcional al tamaño de la globalización financiera, muchos millones de personas cada vez más cerca nuestro. Lo acaba de decir el congreso de de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII: “La voz de los sin voz no se está oyendo” al tiempo que acusan al plenario de los obispos de “escándalo y complicidad con quienes han provocado la crisis”. El décimo mandamiento está en barbecho como lo está la bienaventuranza que asegura la dicha para los perseguidos por causa de la justicia.
Codiciar los bienes ajenos es afirmar como Ronald Reagan -o estar de acuerdo con él- que "los pobres tienen demasiado y los ricos demasiado poco" mientras que el 1% más rico de la población norteamericana sigue aumentando su porción de riqueza del PIB. En el mercado financiero actual se intercambian, solo en dólares, cuatro billones diarios que es una cifra varias veces superior a los requerimientos del comercio internacional y las inversiones extranjeras. Y alrededor del 90% de estas operaciones especulativas se dan en el plazo de una semana. Las grandes empresas frecuentemente obtienen mayores ganancias en estas operaciones que en las inversiones productivas.
Los bancos europeos reciben préstamos del BCE a tasas de interés inferiores al 1% y los han colocado al 6% y al 7% en los países en crisis. Pero cuando los países deudores tienen dificultades, no asumen los riesgos que corrieron. Tienen poder e influyen para que la Unión Europea y el FMI obliguen a los países deudores a fuertes ajustes económicos para garantizar el cobro de sus colocaciones aunque los resultados sean desastrosos para la economía real, en recesión “obligatoria” en casi toda la UE. A los que imponen su codicia les parece demasiado el despido que puede cobrar un trabajador, la pensión que puede cobrar un jubilado o el crédito que necesita una pequeña empresa para seguir subsistiendo. Pero callan ante los miles de millones que se reparten los que recomiendan austeridad y moderación.
¿No hay materia suficiente para alzar la voz en nombre del evangelio y la dignidad humana? No es normal escuchar todos los días el evangelio sin reaccionar ante sus llamadas, señores obispos. No podemos vivir en paralelo a los predilectos del evangelio, los más indefensos ante la crisis. Pero a la vista está que sí podemos, ellos y los demás, aunque sea esgrimiendo una hipócrita postura apolítica. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia). 

INVITACIÓN A LA UTOPÍA

Nuevo libro de Juan José Tamayo
INVITACIÓN A LA UTOPÍA
Estudio histórico para tiempos de crisis
EDITORIAL TROTTA, editorial@trotta.es
MADRID.

ECLESALIA, 24/09/12.- No corren tiempos propicios para la utopía. Pero quizá sea esa su característica principal: la de tener que avanzar contra viento y marea. Calificar a una persona o a un proyecto de utópicos no es precisamente un piropo. Más bien, todo lo contrario: puede ser un insulto o, al menos, una crítica. La situación de destierro en que viven hoy las personas y los proyectos utópicos es muy similar a la de los poetas en la República de Platón: son expulsados de la ciudad ideal porque no alcanzan la verdad.
Acaba de aparecer el nuevo libro de Juan José Tamayo que se propone intervenir en el actual debate en torno a dos concepciones de la razón, la utópica y la científico-técnica, con un doble objetivo: por una parte, rehabilitar y activar la utopía con sentido crítico y dialéctico en medio de la oscuridad del presente; por otra, ponerla al servicio de la emancipación humana y de la liberación de los pueblos.
Para ello estudia pormenorizadamente algunos de los hitos más importantes de la historia de la utopía, de las contrautopías y de las distopías. Empieza con los principales cultivadores del género utópico en Grecia: los escritores Homero y Hesíodo, los urbanistas Hipódamo de Mileto y Faleas de Calcedonia y el filósofo Platón, considerado el padre de la utopía. No se olvida de sus críticos más madrugadores y agudos: Aristófanes y Aristóteles. Continúa en la Edad Media con el análisis de la utopía del milenarismo, de la Ciudad de Dios de Agustín de Hipona y de las Tres Edades de Joaquín de Fiore, que ejerció una extraordinaria influencia en la posterior filosofía de la historia y en los movimientos revolucionarios modernos.
Presta especial atención a las creaciones utópicas de Tomás Moro, Tomasso Campanella y Francis Bacon, las más emblemáticas en el género literario y analiza en profundidad los problemas que plantean, sobre todo a la hora de compaginar la comunidad de vida con el respeto a la individualidad. Profundiza en algunas de las utopías revolucionarias de la Modernidad: el socialismo utópico, el marxismo y el anarquismo. En esta historia se incorpora, quizá por primera vez, a la utopía feminista, que reconstruye en sus momentos estelares desde la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791), de Olympia de Gouges hasta El segundo sexo (1948), de Simone de Beauvoir, pasando por Vindicación de los Derechos de la Mujer (1792), de Mary Wollstonecraft, la Declaración de Sentimientos (1848), de Seneca Falls, y la utopía feminista socialista.
El recurrido histórico se completa con las distopías del siglo XX y con la más reciente utopía alterglobalizadora de los Foros Sociales Mundiales concretada en la crítica a la dictadura de los mercados y en la propuesta de “otro mundo posible”, donde convergen tendencias políticas, corrientes intelectuales y movimientos emancipatorios de distinto signo. Es, junto con la utopía feminista, sin duda, una de las aportaciones más significativas de la obra.
La historia constituye la base para la posterior reflexión filosófica y teológica sobre la utopía. Uno de los capítulos centrales del libro está dedicado a recuperar el verdadero sentido y significado del término utopía, a partir de las reflexiones de los pensadores del siglo XX que han reflexionado sobre el tema desde diferentes enfoques, tanto los que han elaborado una filosofía de la esperanza, como Bloch, Marcel, Ricoeur, Kolakowski, Laín Entralgo, entre otros, y una sociología de la utopía como el clásico y madrugador Karl Mannheim, cuanto los que han desarrollado una filosofía de la utopía negativa, como algunos autores de la Escuela de Frankfurt.
Como teólogo de la liberación y especialista en los estudios bíblicos, Tamayo dedica un extenso capítulo, sin duda muy logrado dada su especialidad en el tema, al estudio de la Biblia como enciclopedia de utopías y contra-utopías, esperanzas y desesperanzas, promesas e incumplimientos en la Biblia, que tiene la mirada puesta en la tierra prometida, bajo la inspiración de los teólogos de la esperanza. Le sirven de guía el teólogo Jürgen Moltmann, el sociólogo Max Weber y el filósofo Hermann Cohen, quienes destacan la originalidad del pensamiento hebreo al colocar el desarrollo de la humanidad en el futuro, mientras que los demás pueblos lo remiten a un pasado dorado. Es este un capítulo que tiene la impronta de la antropología bíblica de la esperanza, de la idea de mesianismo y de la concepción de la existencia como historia.
Tamayo no desconoce algunas de las principales críticas la utopía, como las de Popper, Hayek, Günther, Ciran, Himkelammert, etc., sino que las tiene muy en cuenta y las expone con objetividad y respeto intelectual. Pero el libro no se queda en la crítica. Ni el tema ni la orientación del mismo justificarían dicho final, que sería muy amargo. Tras las críticas, viene un capítulo, el último, dedicado a la rehabilitación de la utopía, pero no apologética e ingenuamente, sino con sentido crítico: una utopía no mitificada, descolonizadora, con intencionalidad ética, en un horizonte laico y desde la pluralidad de tradiciones emancipatorias.
Con este libro Tamayo completa con brillantez y rigor histórico, filosófico y teológico, su trilogía sobre la utopía, cuyas dos entregas anteriores son: Religión, razón y esperanza. El pensamiento de Ernst Bloch (1992), su tesis doctoral en filosofía bajo la dirección del profesor Carlos Parías, y Para comprender la escatología cristiana (32008), uno de los mejores estudios de la esperanza cristiana en diálogo con las utopías históricas.
¿Utopía en tiempos de crisis? Es la pregunta que guía toda la obra. Las utopías tienen su temporalidad, afirma Ernst Bloch. Es precisamente en tiempos de crisis cuando los oprimidos expresan su descontento e indignación, radicalizan su sentido crítico y formulan utopías movilizadoras de las energías emancipatorias de la humanidad, que son desarrolladas en sus diferentes géneros literarios: filosófico, narrativo, poético, ético, ficción, etc. Por eso este libro es una invitación a cultivar la utopía, a seguir escribiendo nuevos relatos utópicos y a pensar la realidad más allá los límites de lo posible, como sugiere Walt Whitman: “Antes del alba, subí a las colinas, miré los cielos apretados de luminarias y le dije a mi espíritu: cuando conozcamos todos estos mundos y el placer y la sabiduría de todas las cosas que contienen, ¿estaremos tranquilos y satisfechos? Y mi espíritu dijo: No, ganaremos esas alturas para seguir adelante”. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
Para más información: www.trotta.es

NADIE TIENE LA EXCLUSIVA DE JESÚS

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA26/09/12.- La escena es sorprendente. Los discípulos se acercan a Jesús con un problema. Esta vez, el portador del grupo no es Pedro, sino Juan, uno de los dos hermanos que andan buscando los primeros puestos. Ahora pretende que el grupo de discípulos tenga la exclusiva de Jesús y el monopolio de su acción liberadora.
Vienen preocupados. Un exorcista, no integrado en el grupo, está echando demonios en nombre de Jesús. Los discípulos no se alegran de que la gente quede curada y pueda iniciar una vida más humana. Solo piensan en el prestigio de su propio grupo. Por eso, han tratado de cortar de raíz su actuación. Esta es su única razón: "no es de los nuestros".
Los discípulos dan por supuesto que, para actuar en nombre de Jesús y con su fuerza curadora, es necesario ser miembro de su grupo. Nadie puede apelar a Jesús y trabajar por un mundo más humano, sin formar parte de la Iglesia. ¿Es realmente así? ¿Qué piensa Jesús?
Sus primeras palabras son rotundas: "No se lo impidáis". El Nombre de Jesús y su fuerza humanizadora son más importantes que el pequeño grupo de sus discípulos. Es bueno que la salvación que trae Jesús se extienda más allá de la Iglesia establecida y ayude a las gentes a vivir de manera más humana. Nadie ha de verla como una competencia desleal.
Jesús rompe toda tentación sectaria en sus seguidores. No ha constituido su grupo para controlar su salvación mesiánica. No es rabino de una escuela cerrada sino Profeta de una salvación abierta a todos. Su Iglesia ha de apoyar su Nombre allí donde es invocado para hacer el bien.
No quiere Jesús que entre sus seguidores se hable de los que son nuestros y de los que no lo son, los de dentro y los de fuera, los que pueden actuar en su nombre y los que no pueden hacerlo. Su modo de ver las cosas es diferente: "El que no está contra nosotros está a favor nuestro".
En la sociedad moderna hay muchos hombres y mujeres que trabajan por un mundo más justo y humano sin pertenecer a la Iglesia. Algunos ni son creyentes, pero están abriendo caminos al reino de Dios y su justicia. Son de los nuestros. Hemos de alegrarnos en vez de mirarlos con resentimiento. Los hemos de apoyar en vez de descalificar.
Es un error vivir en la Iglesia viendo en todas partes hostilidad y maldad, creyendo ingenuamente que solo nosotros somos portadores del Espíritu de Jesús. El no nos aprobaría. Nos invitaría a colaborar con alegría con todos los que viven de manera evangélica y se preocupan de los más pobres y necesitados.

Promoción del 67

 FERNANDO VALMASEDA QUIERE JUNTAR A LOS DE LA PROMOCIÓN DEL 67.
PUBLICAMOS LA CARTA QUE HA ENVIADO Y TODOS LOS INTERESADOS O LOS QUE TENGAN ALGÚN DATO DE ESTOS COMPAÑEROS ROGAMOS SE PONGAN EN CONTACTO CON NOSOTROS.

Sr. Martín, soy de la promoción del 67 y un par de compañeros me sugirieron que nos reuniesemos para celebrar los 50 años ( 2017 ), los que estemos todavía por este mundo, en Salesianos de Baracaldo donde acabamos hasta 6º Bchto. En Baracaldo solo conozco a Angel Tellaeche que me parece hizo alguna gestión para encontrar más A.A. Yo conozco  a uno en Vitoria, otro en Alcorcon, yo vivo en Coslada. El asunto es si Vd amablemente podría proporcionarme la lista de los AA de  esa promoción del 67 y ya veriamos como poder localizarlos, o bien acepto sus sugerencias sobre este tema. Con gracias anticipadas le saluda atentamente Fernando Valmaseda Nieto.