FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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jueves, 20 de julio de 2023

¿Quién gobierna en realidad?



 Rebelión

Alejandro Marcó del Pont


Fuentes: El tábano economista
Dios no es el único que para reinar no tuvo que dejarse ver
Es cierto que estamos viendo cómo el mapa mundial se está reestructurando, pasando de aquellos dos bloques de la Guerra Fría a un contexto múltiple en el que surgen nuevos e inesperados actores; desglobalización, regionalización, bloque euroasiático, China, los BRICS plus, etc. VER NOTICIA

El colapso climático amenaza con traer fascismo y guerra

 

hil Hearse

Viento Sur


Los diez días transcurridos a partir del 12 de junio vieron la coincidencia de cuatro cosas que podrían parecer inconexas: la declaración del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, según la cual el mundo se encamina a un calentamiento global de 3 ºC; la noticia de que Arabia Saudí está tratando de comprar 2,2 millones de toneladas de créditos de carbono; la noticia de que por lo menos un millar de personas de Uttar Pradesh y el este de Bihar han muerto a causa del calor extremo de más de 40 grados; y la muerte de más de 500 personas refugiadas en una embarcación frente a las costas de Grecia. VER NOTICIA

Informe Torreciudad: estas son las claves de la 'guerra' entre el Opus y la diócesis de Barbastro

 

El Opus, inmerso en una crisis interna, se negó y no contestó a la petición 

Pérez Pueyo, con el aval del Vaticano, tomó cartas en el asunto. VER NOTICIA


Torreciudad
Torreciudad

Lula da Silva: “Hay un giro conservador en varios países, con una derecha que convierte las elecciones en una fábrica de odio”

 
Andrés Gil

el diario

“En la UE varias corrientes de derechas, pero también hay partidos conservadores que hacen política de manera civilizada; es el caso de España, donde la disputa no será entre el PSOE y Vox, sino entre el PSOE y el PP”, afirma el presidente brasileño
Lula da Silva vive su nueva etapa al frente de Brasil de forma distinta a como fue la primera. No en vano, pasó por la cárcel, de la cual salió después de que se demostrara que el proceso había sido injusto.  VER NOTICIA

La mayoría de las pensiones perdieron poder adquisitivo durante los gobiernos del PP de Rajoy


  Aitor Riveiro

el diario

Pese a lo defendido por Feijóo, 7,24 millones de prestaciones (el 67,63%) subieron 4,6 puntos entre 2012 y 2018 mientras los precios escalaron 8,3 puntos en el mismo periodo de tiempo
La mayoría de las pensiones españolas perdieron poder adquisitivo entre 2012 y 2018, los siete años que gobernó Mariano Rajoy. Las prestaciones contributivas (las más habituales) fueron revalorizadas un 4,68% por el Ejecutivo del PP, mientras el Índice de Precios al Consumo (IPC) se incrementó un 8,10% en la misma etapa, según los cálculos realizados por elDiario.es. De 10.716.483, 7.247.987.  VER NOTICIA

El padre Ángel abre San Antón a los sin techo durante la ola de calor y pide que todas las parroquias lo hagan

 

El padre Ángel, en San Antón
El padre Ángel, en San Antón RD

RELIGIÓN DIGITAL

 Jesús Bastante


"Es muy sencillo y fácil. Las iglesias tienen casi todas aire acondicionado, o son templos más frescos que el resto de edificios o la calle. Además, cumplimos la máxima de dar de beber al sediento, y acoger al que no tiene un lugar donde descansar"  LEER NOTICIA


LA FUERZA TRANSFORMADORA DE LA LEVADURA 16 Tiempo ordinario – A (Mateo 13,24-43)

JOSÉ ANTONIO PAGOLA

Jesús lo repetía una y otra vez: ya está aquí Dios tratando de trasformar el mundo; su reinado está llegando. No era fácil creerle. La gente esperaba algo más espectacular: ¿dónde podían captar el poder de Dios imponiendo por fin su reinado?

Todavía recordaba Jesús una escena que había podido contemplar desde niño en el patio de su casa. Su madre y las demás mujeres se levantaban temprano, la víspera del sábado, a elaborar el pan para toda la semana. A Jesús le sugería ahora la actuación maternal de Dios introduciendo su «levadura» en el mundo.

Con el reino de Dios sucede como con la «levadura» que una mujer «esconde» en la masa de harina para que «todo» quede fermentado. Así actúa Dios. No viene a imponer desde fuera su poder, como el emperador de Roma. Viene a trasformar la vida desde dentro, de manera callada y oculta.

Así es Dios: no se impone, sino que trasforma; no domina, sino que atrae. Y así han de actuar quienes colaboran en su proyecto: como «levadura» que introduce en el mundo su verdad, su justicia y su amor de manera humilde, pero con fuerza trasformadora.

Los seguidores de Jesús no podemos presentarnos en esta sociedad como «desde fuera», tratando de imponernos para dominar y controlar a quienes no piensan como nosotros. No es esa la forma de abrir camino al reino de Dios. Hemos de vivir «dentro» de la sociedad, compartiendo las incertidumbres, crisis y contradicciones del mundo actual, y aportando nuestra vida trasformada por el evangelio.

Hemos de aprender a vivir nuestra fe «en minoría» como testigos fieles de Jesús. Lo que necesita la Iglesia no es más poder social o político, sino más humildad para dejarse trasformar por Jesús y poder ser fermento de un mundo más humano.

¿QUÉ HAY DE-FORMACIÓN EN LOS SEMINARIOS?


col julian bedoya

 

Muchos, cuando escuchan hablar de Seminarios Conciliares, lo primero que se les viene a la mente es que están en sintonía con el Concilio Vaticano II, pero no es así. Los seminarios surgen con el Concilio de Trento que fue convocado por el papa Pablo III en el año 1545. Este Concilio llamado ecuménico, con sus desbarajustes, se desarrolló un año antes de la muerte de Martin Lutero; un monje agustino, el gran reformador y cuestionador del sistema eclesial. Lamentablemente la Iglesia esperó que él muriera para poder desarrollar y debatir acerca de sus postulados y así aclarar, definir la doctrina católica que se encontraba choneta, porque el pensamiento de Lutero había calado; tanto que la Iglesia asiduamente condena a todos los miembros que se vincularon a la Reforma. Trento fue un concilio difícil. Parecía que nadie estaba preparado para responder a los detonantes, cuestionamientos y bombardeos del grupo de la reforma. Contó con varias interrupciones esporádicas y con tres periodos papales (Pablo III, Julio III Y Pio IV) debidos a unas crisis de conflictos políticos y de los cambios soberanos en los pontífices. Se generó una serie de discusiones entre las posiciones del Papa y las del emperador; el Papa quería que se comenzará condenando -‘anatemizando’- todas las posturas de los protestantes, y el emperador por el contrario quería imponer reformas a la Iglesia. La Iglesia, que anuncia a Jesús ‘el manso y humilde de corazón’, no da el brazo a torcer… dice, se contradice, se  desdice.

Jesús no quiso una Iglesia democrática, institucionalizada ni una Iglesia ideal. Jesús quiso presentarnos el proyecto de Dios en lo humano y humanizador. Federico Carrasquilla lo ha entendido muy bien en su frase: “Dios empeñado en el ser humano y nosotros empeñados en ser místicos”. Apotegma que nos sacude y cuestiona. No es pretender que el ser humano no sea místico y si lo es, deje de serlo. El término místico es ambiguo, para la teóloga Saskia Wendel ser místico “es una forma particular de conocimiento de uno mismo y al mismo tiempo de conocimiento del absoluto”. Para otros la mística es un complejo de personalidad indeterminado e incluso problema psíquico; es alejarnos de la realidad creyendo que en ese estado de envilecimiento nos encontramos con Dios. El cristiano está invitado a corregir la postura, donde lo místico me lleve a ser más humano –más sensible– y a tener un encuentro con la persona de Jesús.

Portones levanten los dinteles ¿aggiornamento en la iglesia?

La palabra aggiornamento es un neologismo italiano utilizado por el Papa Juan XXIII, un hombre que pasaba desapercibido por su baja estatura, su bajo perfil y su personalidad ‘deschavetada’. Lo eligieron porque necesitaban un Papa de transición. La Iglesia fue sorprendida con la muerte repentina de su antecesor Pio XII, un pontífice aristócrata y diplomático; para no quedar un largo periodo en sede vacante muchos pensaron colocarlo un cardenal con poca influencia para poderlo manipular. A los 77 años se sube a la cátedra de San Pedro, entronizado el 4 de noviembre de 1958, y a escasos tres meses, el 25 de enero de 1959 anunció el vigésimo primer Concilio ecuménico. ¡Sonaría a campanazo! Obedeciendo al salmo 24 que reza “portones alzad los dinteles, levantaos puertas antiguas va a entrar el Rey de la Gloría” (V. 7) así se convirtió en el hombre que le dio apertura a la Iglesia, no obstante, el Concilio comenzó en el año 62 “dando el adiós definitivo a la Iglesia de cristiandad y el alumbramiento de un nuevo paradigma, el de la Iglesia de la modernidad” (Juan José Tamayo). Juan XXIII no se conformó con la convocatoria de dicho Concilio, también se ocupó de mejorar los derechos laborales de los trabajadores del Vaticano, fue receptivo con algunos teólogos que habían sido mirados con desdén y otros cuantos silenciados –censurados–, por primera vez nombra cardenales de otras razas, canonizó al primer santo afro-negro de América, San Martín de Porres… Vaya revolcón estaba haciendo el viejo Roncalli; era ya necesario para una Iglesia anquilosada y sedentaria en la conservación pastoral, conformista con el proceso que se llevaba hasta entonces.

Vino nuevo para ‘Odres viejos’ estancamiento de la iglesia.

Hay quienes tienen miedo a los nuevos métodos, porque no se conocen resultados. Este episodio aparece en los evangelios sinópticos (Mt 9,14 - 17. Mc 2, 21 - 22. Lc 5, 33 - 39). Este relato marca una ruptura entre Jesús e Israel. Jesús da a entender que los discípulos representan lo nuevo que él trae al mundo, una espiritualidad diferente a esa religiosidad ligada a los ascetismos y observancias. En la formación de los seminarios se continúa con manuales antiquísimos, retrógrados, que se han dogmatizado, porque quien imparte la orientación o el conocimiento no sale de allí, está encadenado en línea con lo que el manual dice y propone. Sabemos que el mundo galopa con rapidez, mientras que la Iglesia en el sentido formativo tiene el efecto del cangrejo “ir hacia atrás”, valiéndose del tradicionalismo y autorefenciándose. No se puede formar a los futuros ministros de la Iglesia –que están llamados a iluminar las nuevas circunstancias– con contenidos viejos, contenidos vacíos, falseados porque sabemos que serían fallidos.

La voluntad de Dios va ligada al bien del ser humano; queda ratificado que no se trata de un simple arreglo, de coser una pieza a un manto ya ajado o de echar vino viejo en odres. Se trata de algo nuevo que coloca en peligro todo lo viejo. Dios no es visto sin el hombre, ni se ve al hombre sin Dios. No se puede estar a favor de Dios y en contra del hombre. No se puede querer ser piadoso y comportarse de forma inhumana.

Los seminarios y casas de formación: imposibilidad para recuperar la plaza pública.

En el seminario son pocos los espacios que propician interacción con el mundo. Hay una concepción ceñida de que el mundo es malo, hay que evitarlo, tomar distancia para que no se nos pegue ese pecado que hay en él. Creemos que el mejor seminarista, el mejor sacerdote, monje o monja es el que pasa todo el tiempo en el santísimo haciendo oración o encerrado en sí mismo, en el cascaron; el serión que se ve amargado, que está pensando más en la oración que en la acción. Olvidamos que: “son más sagradas las manos que ayudan que los labios que rezan” (Robert Ingersoll). Cuando leemos los evangelios descubrimos que Jesús fue un ser andariego, callejero, inquieto; se nos olvida esto o queremos omitirlo llevándolo al olvido. Y reemplazamos esta personalidad de Jesús por la del Jesús que permanece en constante oración, que se aleja del mundo, que se encuentra en el templo echando incienso, postrado, con los ojos cerrados, con una liturgia o libro espiritual en las manos…

El seminarista, sacerdote, debe recuperar esa labor de profeta encomendada por su proyección o por el hecho de ser bautizado, está llamado a hacer: debates, opinar, razonar, sentir y trabajar por la construcción de una sociedad más justa, compasiva, recuperando el sentido natural y axiológico del ser humano, siguiendo el proyecto Jesús, el Reinado de Dios en el compendio de las bienaventuranzas y del juicio de naciones u obras de misericordia.

Para ser sacerdote se estudia filosofía y teología; la teología se habla en genitivo plural ‘las teologías’, aunque hay algunas que no son apetecidas por la Iglesia o algunos sectores de ella la recriminan, reprochan y tildan con una conceptualización que no convergen con los ideales de la institución. Solo se centran en una fracción, no propiciando un conocimiento en el sentido integral; “un teólogo que no sabe dialogar con otras teologías, no se le puede llamar teólogo” (Karl Barth). El teólogo no se puede escandalizar de nada, debe ser una persona abierta, de apertura a lo que se vive y se dice. Por eso que se hable de discernir los signos de los tiempos. En la actualidad, la formación de los futuros presbíteros se orienta de un modo muy significativo a la celebración de los sacramentos y muy especialmente al de la eucaristía. Antes el sacerdote era una figura pública capaz de responder a los diferentes fenómenos que planteaba la sociedad, ahora el prototipo del sacerdote es una figura privada que no sale de los ambientes sacros – sacramentales.

Jesús es quien quiebra y desobedece todas las reglas y los paradigmas. Menos mal, y gracias a Dios; Jesús dijo: “cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” y en ningún momento habló de seminario, por lo que esperamos contra toda esperanza que estos centros de-formación se terminen, colisionen y se acaben, y si no es así, por lo menos que cambien su perspectiva de formación, que se realice pensamiento acorde a lo que pide y espera la sociedad, e iluminar sus realidades desde la Palabra – Evangelio, que es siempre Nueva Noticia y Buena Noticia aunque se esté pasando por momentos críticos.

Formación en los seminarios, seminaristas son sarmientos y los formadores la vid.

El evangelista Juan, que contiene dicha frase, desde el principio nos vislumbra el panorama de la Palabra con aquel que acompaña y es mediador de la creación; la creación subsiste siempre y cuando su Palabra sea escuchada. El Abba de Jesús es quien siembra y con la Palabra limpia – poda. Los sarmientos (discípulos) deben estar unidos a la Vid (Jesús), un sarmiento, una rama no subsiste por si sola; la Vid es la que da sus nutrientes (talentos) para poder producir frutos. Un sarmiento no debe acaparar los nutrientes que son para el resto de las ramas, no se trata de competir y opacar a los demás sarmientos, todos estamos pegados a la misma Vid (Jesús) a través del bautismo se nos otorga la identidad de hijos de Dios y miembros de la Iglesia. En los centros de formación religiosa encontramos un fundamentalismo, donde lo particular y accidental parece ser lo general y esencial. Hay ministros que manipulan y tienen tantas ínfulas que creen tener el dominio sobre el mismo Dios, como quien dice: Dios es Dios porque ellos lo permiten, esto es el riesgo de sacramentalización, los abusos de muchos ministros han puesto de relieve los déficits eclesiales, pastorales y sacramentales.  

Los formadores creen que ellos son dispensables para la formación, cuando sabemos que no lo hacen bajo criterios de formar integralmente, sino que ofrecen una formación de proyección, donde camuflan toda su personalidad defectuosa, donde esculpen un ideal de ministro que ellos tenían en mente serlo cuando estaban en formación. Es frecuente encontrarnos en los seminarios sacerdotes sea en el ámbito de la formación, directores espirituales, acompañantes, etc. la mayoría tienen problemas morales y hasta canónicos, se esconden en las estructuras viejas y anquilosadas de un seminario. Todo lo que llaman formación, puede ser formativo o de-formativo, para imitar o evitar.

La formación sacerdotal carece absolutamente de una dimensión personal, la falta de experiencias impide la maduración plena del sujeto; el proceso de personalización se sustituye por un barniz superficial de fórmulas huecas y sin sentido que desde el sentido lógico y natural son refutables. Desde el punto de vista psicoanalítico, el sistema de formación eclesiástica no engendra una absoluta disponibilidad del clérigo para identificarse con su cometido específico; lo único que hace es exigir y fomentar esa actitud dentro de un sistema de coordenadas previamente establecido. Todos los que estamos aspirando hacia una vida consagrada debemos encarar ciertas cuestiones que la Iglesia oculta o que la convierten en tabú.

Los encargados de los centros donde se preparan los sacerdotes nos insisten que, el presbiterio se forma desde el seminario, el inciso que se plantean en muchos de estos lugares surge algunos cuestionamientos:

Es posible consolidar presbiterio con formadores que comen aparte y diferente, que están para conocer e identificar a los formándoos, pero ellos no se involucran en las diferentes actividades que ellos realizan, y que predican sobre el servicio y lo colocan como eje vocacional al ser una virtud teologal. Encontramos en los seminarios que los formadores no quieren prestar ese servicio, por eso lo único que hacen es desanimar, mostrar el ministerio como algo desagradable. Desde que en la formación se siga con este modelo que controla, manipula: la economía, el pensamiento, la personalidad y hasta el deseo sexual; la Iglesia seguirá con crisis vocacionales, y cada vez menos, porque pocos los que se motivan a experimentar la aventura de ser sacerdotes.

En el seminario se forma el ser, es lo que se piensa, se dice y se cree que se hace; y como bien se sabe, el ser está constituido por materia y forma, como dice Aristóteles ‘hilemorfismo’. La personalidad es el resultado que se relaciona positiva o negativamente; unas actitudes de la personalidad son heredadas por los progenitores, otras actitudes se han acoplado a través de experiencias, relaciones e interacciones con otros seres. En la personal se haya tanto en la materia como en la forma, y dentro de estos constitutivos del ser hay componentes que no cambian, ni varia porque son connaturales al ser, y de cambiar extinguiría el mismo. Es imposible cambiar actitudes o personalidades del ser en los formándoos, por otra que sea más maleable para dominar, controlar, manipular sus conductas, comportamientos o manera de ser.

Fundamentalismo en la iglesia cultivado desde el seminario.

Lo contrario al fundamentalismo es invertir lo que parece o se entiende por jerarquía, por eso se debe apuntar hacia una laicidad del Evangelio, sacar a Jesús de la institucionalidad y ponerlo en el centro de la humanidad.

José María Castillo hace una invitación, corregir el poder en la Iglesia y tener muy presente el Concilio Vaticano II que nos invita abrir las puertas para que las gentes ingrese y salgan con tranquilidad sin ser señalada, monopolizada y echada en la picota comunitaria que en muchas ocasiones degrada a los que piensan diferentes y tienen otras concepciones en el ámbito pastoral, hay que entender la Iglesia de manera articulada y no de manera posesiva, no podemos continuar con una concepción de Iglesia “madre y maestra” que tiene el rejo en una mano y la regla en la otra para castigar las desviaciones o a quien piensa diferente o se comporta diferente.

A Dios hay que sacarlo de lo normativo; del dogmatismo, moralismo, y del fundamentalismo que lo único que hacen es imposibilitar una fe libre, adulta, madura y voluntaria. En la época de la ilustración se tenía como slogan “sapere audire – atrévete a pensar” hoy son pocos los que lo cumplen, el slogan que la misma sociedad se ha dejado incrustar como referencia es: calla, no cuestiones y obedece.

Es evidente la incapacidad del diálogo intra-religioso, entre los mismos católicos de diferentes índoles y pensamientos o tintes (Pastoral vs dogmático; conversador vs liberal; liturgia vs misión), con mayor razón hay imposibilidad de un diálogo ecuménico e interreligioso. Para un diálogo no es necesario desinstitucionalizar la iglesia, sino más bien, corregir su poder fascista y totalitario, ‘que se adueña de la verdad, de Cristo y del Reino’. La jerarquía institucional ha olvidado que ellos son parte del pueblo de Dios, los jerarcas tienen un servicio ‘ministerial’ por tener dicha potestad no dejan de ser pueblo (Cfr. Lumen Gentium, cap. II y III: sobre el pueblo de Dios y la jerarquía, con el que anuncia un nuevo sentido de comprensión de los ministerios).

Los seminarios como se ha mencionado anteriormente surge con el concilio de Trento,  después de la muerte de Martin Lutero quien más adelante la misma Iglesia que lo juzgó, le sale dando razones en unos puntos álgidos que manifestó: sacerdocio general de todos los fieles (Cfr. Lumen Gentium # 11), uso de la lengua vernácula en la liturgia  y en las biblias (Sacrosanctum Concilium #36), comunión bajo las dos especies, protagonismo de los laicos en la iglesia (Lumen Gentium Cap. IV sobre los laicos) y, la biblia como alma del cristianismo y de la teología (Dei Verbum).

Jesús convocó un grupo de personas, en ningún momento aparece que ellos estuvieron de tiempo completo encerrados, era un grupo de transeúntes, en palabras del Papa Francisco “se untaban de pueblo”, es más Jesús no fue a un seminario, ni le dijo a grupo de colaborado que se tenían que formar, Jesús los cautivo con sus gestos y palabras para que estuvieran con él.

Seminarios o centros de formación sacerdotal ¿hasta cuándo?

No escribo desde fuera, sino desde adentro siendo seminarista. Esta consigna es un reclamo de más de uno de los sacerdotes, seminaristas y hasta laicos que son conocedores de las realidades que se padecen en estos centros más que formativos, deformativos.

Los seminarios los han definido muy bien, no sé a quién acuñar esta definición, que se volvió popular: “los seminarios son una burbuja de cristal” a ello agregaría: con un polarizado pegado al contrario de modo que las personas de fuera tienen el panorama para vernos y nosotros no enterarnos de lo que ocurre entre la sociedad, la misma que en unos años culminada la supuesta formación atenderemos y tendremos que dar respuesta de la fe y esperanza… parece absurdo darle a entender tanto a los seminaristas como al pueblo de Dios que vamos responder a las diversas situaciones que vive las gentes, si no conocemos las personas, ni mucho menos sabemos que esperan ellos de los ministros de la Iglesia.

Con Trento se consolida la idea de los seminarios con el fin de uniformar criterios y pensamientos, siguiendo un modelo dogmático y riguroso de un mecanismo de memorizar la doctrina ya estipulada a la que nadie se puede atrever a cuestionar, refutar ni siquiera entrar en diálogo, otro de los criterios, es el de cuidar las vocaciones… constantemente lo han repetido “la vocación es de Dios”, y por eso muchos sacerdotes para atajar los jóvenes en formación que se va a retirar del seminario dicen que es pecado desobedecerle a Dios que te ha elegido y te quiere sacerdote… pero si, tienen razón los que dicen que los seminarios son para cuidar las vocaciones, cuidarnos que seamos seres que pensemos por nuestra propia cuenta, que pensemos libremente sin presunciones de leyes y normas institucionales, y también cuidarnos que en las calles no se nos desvíen los ojos de Jesucristo y los fijemos en las muchachas, porque la Iglesia que en un sentido es femenino por el principio mariano “María es madre de la Iglesia” se le ha olvidado la condición femenina para tildar a las mujeres de pecaminosas, que desvían o hacen perder la vocación de los seminaristas o también a los ministros ya ordenados. Queda sin superar el “mito del pecado original” y son traídas al recuerdo las palabras de tertuliano “por tu culpa mujer tuvo que morir el Mesías, maldita mujer porque mataste al Salvador” esto es un abrupto histórico que no se ha corregido. ¿Acaso si un seminarista o más aún, si un sacerdote, obispo, etc. se enamora está despreciando la vocación a la que Dios lo llamó?

Los problemas de los ministros y sacerdotes son cultivados en el seminario, lugares donde se reprime un sinfín de situaciones, y que, de un momento a otro, tarde o temprano, esa represión que cada uno guarda cuidando su imagen y/o de la Iglesia sale a flote, y algunas veces provocan escándalos y daños difíciles de reparar. La Iglesia ha superado las misas tridentinas en el nivel litúrgico, aquellas que se realizaban de espalda al pueblo y en latín, pero seguimos sin superar la formación tridentina que esto corresponde más a nivel pastoral. Hoy se habla de crisis vocacional, algunos sectores de los ministros ordenados y otra parte de laicos se les escucha tales comentarios, no es nada novedoso en la conferencia de Río de Janeiro que data en 1955 se anotaba el angustioso problema de la escasez de vocaciones a la vida sacerdotal y la vida consagrada, lo mismo sucedió en las demás conferencias episcopales de Latinoamérica, se constata que: la escasez numérica de los presbíteros se pondera con relación al crecimiento democrático.

Ya es hora de despertar y no seguir insistiendo que las vocaciones se conquistan de rodillas, invitando a la gente para que vayan a cultos eucarísticos para que arrodillados “rueguen al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9, 38. Lc 10, 2) no, la cuestión no es del dueño de la mies (no es de Dios), la cuestión es de los que están trabajando en la mies (trabajadores: ministros – jerarcas de la Iglesia). La otra parte de esta realidad se ve reflejada en la otra parábola que tiene un hilo conductor, la parábola de los viñadores homicidas (Cfr. Mt 21, 22-43. Mc 12, 1 -11. Lc 20, 9 – 18 y también se encuentra en el apócrifo de Tomás). La Iglesia, para fundamentar su acérrimo poder, es capaz de seguir con el tradicionalismo para salvaguardar su poder, privilegios y hasta el patrimonio.

VOTAR EN CRISTIANO


col otalora

 

Lo primero de todo ante unas elecciones generales, es la participación. Ha costado mucho mantener una democracia que como tal no es perfecta, pero es el sistema de gobierno que se conoce menos imperfecto de todos.

Votar es una responsabilidad a la que los católicos no debemos sustraernos. Es un deber mayor incluso que para el resto de la ciudadanía por nuestro compromiso moral con el bien común mediante la participación en el  proceso político de la votación. Soy partidario incluso de añadir al derecho de voto la obligación de participar. Ya es obligatorio atender las mesas electorales cuando nos toca por sorteo la jornada de las votaciones, con mayor motivo parece justificada la obligación de participar para la elección de la forma de gobierno y los políticos para cuatro años. Países como Bélgica, Australia o Brasil ya tienen incorporada dicha obligación en su sistema electoral. Y siempre será mejor votar en blanco que no hacerlo para la legitimidad del sistema, sobre todo con abstenciones que han estado cerca del 50%.

En segundo lugar, casi todos los partidos por no decir todos, tienen cristianos en sus filas; algunos incluso en puestos de responsabilidad política. Llama la atención en medio del laicismo imperante y del retroceso de la credibilidad católica y de lo cristiano en general en la sociedad. Y lo que tiene de reseñable, lo podemos percibir también como paradójico: las diferentes ofertas electorales tienen propuestas antagónicas en temas clave para un seguidor de Cristo. Para algunos resulta un verdadero anatema decantarse por partidos que defienden o atacan esta o aquella propuesta.

¿Quién se equivoca? ¿Quién vota mucho o poco cristianamente? Si seguimos este argumento, nunca acertaríamos o no deberíamos votar, ya, que todas las opciones tienen cosas que no nos parecen bien. Pero también hay temas que nos parecen trascendentales y son los que inclinan el voto por estos o por aquellos; el aborto como derecho legal, el modelo capitalista como fuente máxima de la insolidaridad… incluido que mueran miles de niños recién nacidos sin nada que alimentarles. Lo que no cabe en la recta conciencia es la automedicación ética, la ética adaptada a mi conveniencia.

Por esta razón el voto cristiano no puede ser arbitrario o egoísta. La conciencia bien formada es un reto que nadie más que uno mismo puede responsabilizarse a la hora de elegir una candidatura electoral. La dificultad se agrava ante la inexistencia de una candidatura “perfecta” que nos aboque a una elección común para todos. Por eso existen cristianos en la mayoría de candidaturas, aunque no sea en igual número.

También cuenta el factor del contexto, es decir, cuáles son las consecuencias del resultado a nivel general y a quién beneficia. Lo que ya no es tiempo es de adoctrinar sino de facilitar conciencias maduras; no decir a la gente lo que tiene que votar, sino darle criterios morales para que decida en conciencia. Y algunos criterios pueden decidirnos a la vista de algunas propuestas:

La dignidad humana. Quiénes defienden la vida y promuevan políticas que protejan a los más vulnerables: enfermos, ancianos, inmigrantes excluidos, a todos los que no tienen cubiertos los derechos básicos.

Políticas públicas de redistribución de las rentas y el capital que fomenten la justicia y la solidaridad individual y social.

El respeto por la libertad religiosa y la libertad de conciencia, a todas las confesiones religiosas desde una sana laicidad contraria al laicismo.

Políticas públicas de promoción y protección de la vida familiar en su conjunto.

El respeto por el diferente y su derecho a existir sin persecuciones por razón de procedencia, sexo o género.

El cuidado del medio ambiente: políticas públicas que promuevan el respeto al medio ambiente y el desarrollo sostenible. 

El tiempo electoral es el momento de hablar de derechos para mantenerlos, lograr aquellos que nos arrebataron o no hemos llegado a conseguir. Lo que no es frecuente es que los políticos nos hablen de responsabilidades, que es la otra cara de la verdadera libertad: frente a los derechos legítimos, están las responsabilidades, imprescindibles para lograr el logro y la sostenibilidad de aquellos. Y esto es tan importante como todo lo anterior ya que no da igual la manera de lograr lo que prometen unos y otros políticos; el fin no justifica los medios.

Ala, a reflexionar ¡¡Feliz y cristiana elección!!

RENOVAR LOS LIDERAZGOS


col gerardo

fe adulta 

Alberto Garzón: “El poder corrompe, se te puede ir la cabeza, y por eso es bueno renovar los liderazgos”.

Me agrada escucharlo y me impresiona. Es posible que tenga otros motivos, pero el hecho es que un político deje su cargo y se haga un militante más.

Qué bien si este hecho lo viésemos repetido en todas las esferas. Yo siempre he pensado que en los cargos públicos, de cualquier estilo, no debiéramos estar más de ocho años. Porque siempre hay personas que traen nuevas ideas y proyectos. Y estar muchos años en el mismo puesto empobrece la creatividad. Ya lo dice el político “se puede ir la cabeza y acostumbrase a los cargos con sus privilegios”.

He tenido suerte porque solamente he estado a lo sumo en dos pueblos durante diez años. Lo demás han sido períodos mucho más cortos y además- un privilegio- siempre he sido yo quien elegía las parroquias. Claro, yendo siempre a pueblos muy pequeños.

Este planteamiento me gustaría que se realizase en todos los sectores. En todos. Desde el papa, los obispos, hasta el sacristán de la parroquia más pequeña. Y por supuesto, desde los cargos más importantes en la política, como el rey, hasta el alguacil del pueblo.

Renovarnos, y traer nuevas sugerencias. Que nunca se considere como propio y por derecho ese puesto, ese quehacer. Un plan de ocho años ya de sí es tiempo suficiente para hacer algo importante y para inventar soluciones. Pero no más, para que no se nos vaya la cabeza ni caigamos en la posibilidad de corrompernos. Puede ayudar mucho a vivir la sinodalidad.

Cada persona nueva con responsabilidades nuevas trae consigo planes, ideas, sugerencias, propuestas, alternativas que, a la corta y a la larga, enriquecen la sociedad.

Ni ganar ni perder: servir

Han pasado las elecciones municipales y autonómicas y enseguida llegan las elecciones generales. Más que ganar o perder, yo hablaría de responsabilidades. El pueblo hemos elegido a unas personas para que nos representen y trabajen por el bien común.

Que organicen la administración de las realidades de la vida en todos sus aspectos. Y es curioso, porque han salido por pocos o muchos votos unas propuestas. Pero ¿no podríamos intentar trabajar en todas las propuestas de los partidos votados por muchos o por pocos votos? Responden a necesidades ciudadanas. Si hacemos caso a todas las propuestas, en ocho años cambiaríamos la sociedad.

Opino que no podemos dejar toda la realidad en las manos de los políticos. Y los demás nos lavamos las manos.

Qué bonito sería el que TODOS-AS nos hiciésemos participes y constructores de un nuevo pueblo, capital o autonomía; una nueva sociedad.

Esta misma visión la aplico a la Iglesia, en cuanto que todos somos cristianos, sacerdotes. Todos somos seguidores de Jesús con distintos quehaceres y servicios. Nadie es más que los otros. La sinodalidad nos hace a todos iguales, partícipes, sacerdotes del pueblo de Dios. Por supuesto nunca gana ni pierde una postura u otra. Habrá que pensar en cargos, a los que yo no encuentro sentido, como los canónigos. No aportan nada a la comunidad.

Cuando vivimos en una sociedad que cambia constantemente a un ritmo rápido, no podemos quedarnos los responsables a un paso lento, alejándonos cada vez más de la realidad. Entorpecemos la vida.

Me ha maravillado siempre cuando veo que un fraile o monja, que han sido superiores, dejan el cargo y al día siguiente son simples hermanos o humanas en los servicios sencillos. De vez en cuando (rara vez) también hay algún papa u obispo que renuncia y pasa a ser uno más de la comunidad.

Espero que la mayor movilidad sea una de las exigencias de una iglesia sinodal.

Y en la sociedad civil, fomentar el encuentro y el diálogo no como lucha sino como labor entre todos. Entender la política valorando lo que hayamos vivido de unión, de colaboración, de trabajo en común. Una sociedad Unida. Ni GANAR NI PERDER. Simplemente SERVIR.

LUIS JOSÉ RUEDA: "LA ASAMBLEA SINODAL DE OCTUBRE ES MUY IMPORTANTE PARA EL PAPA, PORQUE SABE QUE AHÍ SE JUEGA EL FUTURO DE LA IGLESIA"


col jmvidal

 

El arzobispo primado de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio (San Gil, Colombia, 1962) es un hombre sencillo, de paz y de diálogo, cercano a los excluidos y servidor de su grey. Por eso, dice que "mientras el Señor me conceda la salud y la vida, le pido que me dé sabiduría para servir a Colombia y al mundo entero". Por eso, considera que el capelo es "reconocimiento a la Iglesia de Colombia", para "llenar de esperanza los corazones de todos los colombianos".

El cardenal electo colombiano cree que "la asamblea sinodal de octubre es muy importante para el Papa, porque sabe que ahí se juega el futuro de la Iglesia", pero también está convencido de que "es el Espíritu Santo el verdadero protagonista y conductor de la Iglesia y, en este caso concreto, de la sinodalidad que nos ha propuesto el Papa Francisco".

¿Qué ha sentido al oír su nombre en la lista de los próximos cardenales en labios de Francisco desde la cátedra de la ventana?

Me enteré esa misma mañana, a las 5:45 a través de los medios de comunicación y, concretamente, a través de un mensaje de texto que me envió la comunicadora de la Conferencia episcopal de Colombia. Después, fui a Vatican News y encontré que el Papa, en su voz, me había nombrado en el rezo del  ángelus con el grupo de 21 elegidos para ser cardenales.

Lo que he sentido es una gran alegría en la fe, como seguidor de Jesucristo y como servidor de la Iglesia. Pero, en mi conciencia, también siento una gran responsabilidad, porque sé que el sucesor de Pedro lleva a la Iglesia colombiana en su corazón. De lo que se trata es servir a Colombia con todo el amor, a América latina y a los cinco continentes de manera muy cercana y en comunión viva con el Papa Francisco.

¿Un reconocimiento para usted y para Colombia?

Sinceramente, considero que es un reconocimiento al pueblo de Dios que peregrina y trabaja en las ciudades y en los campos de Colombia. Realmente, es el reconocimiento a los párrocos, a los seminaristas, a los diáconos permanentes, a la vida consagrada masculina y femenina, a los laicos de todas las parroquias del país, a mis hermanos obispos. Es el reconocimiento a la Iglesia que anuncia a Jesucristo el Señor en medio de los dolores y sufrimientos de la historia colombiana. Por lo tanto, no es un reconocimiento a la persona de Luis José Rueda, sino un reconocimiento comunitario del Papa Francisco a toda la Iglesia que peregrina y trabaja en Colombia.

¿Una púrpura para la paz y los excluidos?

La paz y los excluidos en Colombia siempre serán temas muy cercanos al corazón de todos los pastores. Precisamente en esta semana de Asamblea plenaria del episcopado hemos pensado profundamente en esa realidad, en lo que está sufriendo Colombia y en la necesidad de que nosotros, con todo el pueblo de Dios que pone la confianza en el Señor, podamos ser hombres y mujeres cercanos al sufrimiento. Que no seamos indiferentes. Que aportemos desde nuestra fe. Que llenemos de esperanza nuestros corazones y los corazones de todos los colombianos. Creo que estaré siempre cerca de los más desfavorecidos y también he tratado de estar en la problemática de Colombia, aportando con discernimiento y con fe, a la luz del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia. Mientras el Señor me conceda la salud y la vida, le pido que me dé sabiduría para servir a Colombia y al mundo entero.

¿Francisco pisa el acelerador de cara al Sínodo?

Pienso que en el corazón del santo padre la asamblea sinodal de octubre es muy importante, porque sabe que ahí se juega el futuro de la Iglesia. Nosotros queremos colaborar en esa búsqueda en ese discernimiento. Será el Espíritu Santo el que nos muestre el camino. Será el Espíritu Santo el que nos abra las rutas. Será el Espíritu Santo el que nos dé la valentía para avanzar en medio de las dificultades internas de la Iglesia y en medio de las dificultades de la humanidad entera en todos los países del mundo. Por lo tanto, es el Espíritu Santo el verdadero protagonista y conductor de la Iglesia y, en este caso concreto, de la sinodalidad que nos ha propuesto el Papa Francisco.

¿A quién ofrece su cardenalato?

Quiero ofrecerle esta misión que el Señor me confía a través del sucesor de Pedro, el Papa Francisco, a todos aquellos hombres y mujeres, especialmente a los que conozco en Colombia, que se dedican a la evangelización, a la oración, que se dedican silenciosamente al servicio, que son capaces de amar y de perdonar, porque esos hombres y mujeres, con estas características, son los verdaderos discípulos de Cristo el Señor y los que, en el trabajo de cada día, van construyendo y van labrando la santidad y el futuro de la humanidad. Para que el Reino de Dios, que es reino de vida, de justicia y de paz, se haga presente en medio de nosotros.

¿Qué le gustaría decirle al Papa Francisco? 

Me gustaría decirle al Papa Francisco lo que siempre le digo cuando lo saludo, que Colombia lo ama, qué oramos por él, que estamos con él.

 

José Manuel Vidal

EL DOCUMENTO DICE COSAS QUE HACE QUINCE AÑOS ERAN IMPENSABLES EN LA IGLESIA


col jose lorenzo

 

El próximo Sínodo de la Sinodalidad, cuyo título oficial es ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión’, y cuya primera parte se desarrolla del 4 al 29 de octubre de 2023 en Roma, es uno de los acontecimientos eclesiales que más interés ha suscitado en las últimas décadas. El pasado 20 de junio, el Vaticano presentaba el Instrumentum Laboris, un documento abierto que pretende orientar los trabajos que, desde hace dos años, se lleva haciendo en diócesis, congregaciones y grupos a nivel estatal y continental, y que ha protagonizado -el jueves 6 de julio- la nueva edición de los Jueves de RD, un encuentro online patrocinado por Instituciones Religiosas del Banco Sabadell y con el apoyo técnico de Católicos en Red, y moderado por el redactor jefe de Religión Digital, Jesús Bastante, cuyo título era "Instrumentum laboris: el Sínodo afronta su recta final".

Con la participación de Carolina Bacher, teóloga laica argentina, César Kuzma, teólogo laico brasileño, Catalina Cerda-Planas, teóloga laica chilena y Rafael Luciani, teólogo laico venezolano, se abordaron los principales aspectos que contienen esa hoja de ruta para un sínodo que ya es histórico, dado que por primera vez contará con sacerdotes, religiosas y laicos, hombres y mujeres, con derecho a voto.

Precisamente Luciani comenzó señalando que el Instrumentum laboris (IL) "no cierra el proceso, es un texto que sintetiza lo dicho a lo largo de este año, pero en forma de preguntas sobre las que hay que profundizar y que deben ser discernidas en la asamblea sinodal de octubre", lo que da cuenta de "la naturaleza particular de este sínodo que se abarca en un plazo de dos años, y que por primera vez ya no será discernido sólo por obispos".

Bacher destacó en un primer momento que el IL "expresa el camino realizado y percibe un énfasis en los sujetos personales, con un papel destacado a las mujeres", señaló doctora en Teología Pastoral por la Universidad Católica Argentina (UCA).

César Kuzma, por su parte, destacó que "estamos aprendiendo a ser una Iglesia sinodal, que empieza a caminar con otros, donde hay muchos dolores y donde, con este IL, podemos ver el comienzo del proceso, los puntos en los que podemos avanzar más y también los puntos que son límites", entre ellos, los de algunas estructuras eclesiales "que no son sinodales", mostrando su esperanza de que esta asamblea dé respuestas al respecto.

Por su parte, Catalina Cerda-Planas, en su primer análisis sobre el IL, indicó que el documento "es un buen reflejo del proceso hasta ahora realizado", pero que "debería ir avanzando hacia la discusión de propuestas y toma de decisiones, porque este pontificado ha abierto mucho la posibilidad de dialogar y empieza a cuajar la necesidad en las comunidades, después de haber dialogado y conversado, ahora cómo nos hacemos cargo de todo lo conversado, porque no llegan sólo preguntas, sino propuestas y tomas de postura que hay que integrar pronto en la asamblea sinodal". "Sería sano hacer eso como Iglesia", apuntó recordando que, al vivir en Alemania, está influenciada por el desarrollo del Camino Sinodal alemán.

La teóloga chilena mostró también un cierto miedo a "la encapsulación, a mirar hacia dentro", enfatizando que la Iglesia debe estar al servicio del mundo en línea con el Vaticano II, con sensibilidad hacia las culturas en las que se inserta, "donde es mediación entre los seres humanos y Dios", para lo que "tenemos que salir de nosotros mismos".

"Es un cambio de eclesiología -dijo Luciani- Esto es un giro, empezando por las diócesis, las Iglesias locales, nacionales y continentales. Ya no es que sólo Roma decida para que se cambien las cosas, ahora hay que realizar los procesos locales para que se lleven a cabo esas decisiones, y eso supone un cambio de mentalidad que aún no hemos asimilado, por ejemplo, cómo hacemos para que los obispos locales entiendan que ahora hay que hacer un proceso propio, y eso es un cambio fundamental para entender lo que estamos viviendo en la Iglesia", señaló el teólogo venezolano.

"El paso que hay que dar tiene que dar lugar a lo distinto, en la medida que sin cambio no se ve el proceso, y enojados habrá siempre", señaló Bacher, que habló de "un gran ejercicio pastoral para dar ese paso", señalando que "parece que hay bastante consenso en que la mujer tiene que pasar a tener más protagonismo en la toma de decisiones, lo contempla el IL y en las reuniones continentales, y parece consolidado, pero no así sobre la cuestión de su acceso al ministerio ordenado, sobre lo que no parece que haya consensos".

"El documento dice cosas que hace quince años eran impensables en la Iglesia, por lo que muchos tendrán que cambiar su chip mental, un cambio que es gigantesco y aparece reflejado por muchas personas en las consultas diocesanas, así que tampoco podemos esperar que la Iglesia en todo el mundo vaya a cambiar en solo diez años: tiene que ver con los temas y con quién los hablamos", añadió Luciani.

Para Kuzma, "hay que repensar qué entendemos hoy por ministerialidad, con los retos que nos llegan del camino sinodal y entender esta cuestión de una forma nueva, como es el papel de la mujer, de los laicos, de los curas, de los ordenados... Para algunas cosas se deben buscar respuestas prontas, pero para otras habrá que esperar y discernir más tiempo, porque este es un proceso sinodal que debe seguir en la Iglesia para siempre".

"Venimos de una Iglesia que no ha sido la más humana en los últimos años y este sínodo da esta cara positiva, de una Iglesia que escucha y quiere aprender -esa es la intención al menos- y ahí hay resistencias. Y quien no quiere este proceso sinodal es porque tal vez no se abre a la escucha del otro en su familia, en su comunidad, en su país. A lo mejor no es solo que esté contra Francisco, sino que no son capaces de escuchar como personas, no tienen esa formación para la escucha. Y con poco que se abran, habrá un cambio positivo", enfatizó Luciani.

 

José Lorenzo

Religión Digital

PARA QUÉ ESTE BLOG: UNA PROPUESTA DE ITINERARIO


col jm vigil

 

Cada quien habla de la feria como le va en ella, dice el refrán. Unos se sienten encarcelados, y otros no quieren salir de la caverna de Platón, felices con las sombras a las que consideran realidad verdadera. En todo caso, el número de los que hoy se sienten mal en sus convicciones profundas religiosas va en aumento.

En Europa, y en el «continente mundial de las nuevas generaciones», el malestar se extiende silenciosamente, y los abandonos no cesan. Son ya mayoría en algunos países las masas de creyentes que han abandonando el cristianismo. Lo revisaremos.

Pero a la vez, está surgiendo, un poco por doquier, una nueva visión, un nuevo enfoque, un «nuevo paradigma». Multitud de personas sienten que se les agrieta una caja en la que ahora empiezan a ver que han estado secularmente encerradas. Salir de la caja, comenzar a pensar outside the box, se les presenta como una exigencia de emancipación imperativa, y les resulta una experiencia liberadora.

El Concilio Vaticano II dijo que estábamos en una «época de cambios»… Luego se dijo que, más bien, estaríamos en un «cambio de época»… Pero hace tiempo que, cada vez más personas, se sienten ya en la «nueva época». No es cuestión de tiempo, de fecha, de reloj ni de edad… Es una cuestión interior: de mentalidad, de libertad de espíritu, de nueva visión, de «haber salido de la caja».

Hay personas, muchedumbres más bien, que (por la fecha, por la edad, por el tiempo) ya salieron de la época pasada, pero ésta, la época pasada, no ha salido todavía de ellas. Viven en su vieja cajita mental, aunque saben la fecha real de hoy. El mundo está barajado: convivimos personas, grupos, instituciones, ideas, paradigmas... de épocas muy diferentes.

La propuesta que este blog ofrece es compartir ideas y reflexiones que nos ayuden a todos los que ya nos sentimos en otra época y aún tratamos de acomodarnos, así como dar un amable empujoncito a quienes perciben que algo en su interior no marcha, a quienes sienten que ya no consiguen sentir el entusiasmo de antaño, porque el patrimonio simbólico y espiritual profundo que recibieron en la infancia y que les ayudó a vivir con sentido gran parte de su vida, ya no funciona, ha perdido plausibilidad, falla por dentro, sin que acaben de saber por qué.

Muchos ya hemos adelantado un buen trecho por este camino, y lo estamos compartiendo. Otros sienten curiosidad e incluso manifiestan interés por conocer ese recorrido que ya hemos hecho. Creemos que la sociedad como tal ha entrado en un tránsito espiritual profundo, quizá como el que se dio en el milenio primero antes de nuestra era (tiempo axial), y es necesario que nos acompañemos mutuamente. Para captarlo, para entenderlo, discernirlo, y para asimilarlo… porque ya no se trata de creer sometidamente.

Este blog se propone compartir la experiencia de «salir de esa caja que nos ha retenido dentro de sí, inconscientemente, miles de años. Atreverse a sacar los pies de la alforja, a pensar fuera de la caja, como corresponde ya a la época que vivimos, dentro del nuevo paradigma, que viene para quedarse.

Trataremos de hacerlo con un cierto orden, procurando también dar pistas para quien quiera profundizar por su cuenta en los temas propuestos.

Por lo demás, como decía Lenaers a sus lectores: «no leas esto si te sientes bien y crees que en el cristianismo todo está funcionando más o menos como debe; léelo sólo si sientes que esto se hunde, y que en ti mismo la fe tradicional está desapareciendo, como si se evaporara, sin que puedas hacer nada por retenerla. Léelo sólo entonces, porque si no, te vas a enfadar».

 

José María Vigil

Religión Digital 17.07.2023

23-J: CRISTIANISMO Y ELECCIONES

fe adulta

col anso

Históricamente las alianzas entre el trono y el altar han dado funestos resultados. Recordemos, como botón de muestra, el nacional-catolicismo que tuvimos que sufrir durante décadas en la dictatura franquista como si de una mala peste se tratara. En consecuencia, no cabe construir, salvo que se recaiga en el ámbito del fundamentalismo, una alianza o identificación entre política y religión.

Ni se puede afirmar, sin cometer un tremendo dislate, que desde determinada confesión religiosa se esté obligado, en conciencia, a votar a un único partido político. En las democracias parlamentarias donde el pluralismo está garantizado, como es nuestro caso, es perfectamente legítimo para un creyente optar entre los distintos partidos que forman el abanico que se abre desde la izquierda al centro e incluso hasta la derecha.

Hay, sin embargo, algunas líneas rojas que no se deberían traspasar si no se quiere entrar en abierta contradicción entre nuestra manera de pensar y actuar. Me referiré fundamentalmente al cristianismo dado que, en nuestro país, somos la inmensa mayoría culturalmente cristianos (con independencia de nuestra confesionalidad o de nuestra participación en ritos y cultos). Y lo haré desde el cristianismo al que me siento vinculado intelectual y afectivamente: aquel que hunde sus raíces en el Jesús histórico y no en el constructo cristológico paulino-eclesiástico del catolicismo oficial.

Cuando volvemos los ojos a la vida (palabras y hechos) de aquel judío disidente y rebelde del siglo I que fue crucificado por sedicioso y por cuestionar la religiosidad tradicional, observamos un proyecto humanizador que implicaba un compromiso político liberador y antiimperialista. Recientes investigaciones sobre la figura de Jesús como las del profesor Richard A. Horsley (Universidad de Massachusetts, Boston) o las del teólogo Juan José Tamayo (Universidad Carlos III de Madrid) ponen de relieve este aspecto del galileo que no podemos pasar por alto desde una postura de honradez intelectual. Hoy no nos movemos con la convicción de que sea preciso creer para comprender (como pensaba San Anselmo de Canterbury en el siglo XI), sino que necesitamos comprender para creer. Para poder creer de manera sólida y fundamentada y así dinamizar un proyecto que sea a la vez vivo y vivificante.

Recordemos que, en el aspecto político, la Judea en la que vivió Jesús había sido conquistada en el 62 a.C. por las tropas del general romano Pompeyo y que el Imperio ejercía un oprobioso régimen de sometimiento y exacción de impuestos. Socialmente había unas tremendas desigualdades económicas sin que ninguna clase media pudiera ejercer de colchón amortiguador. En este contexto la acción humanizadora de Jesús se dirige preferentemente a todos los marginados (campesinos empobrecidos, viudas desatendidas, prostitutas despreciadas, enfermos apartados como apestados…) y a la vez contra el Imperio romano alentando a no pagar los tributos usurarios y proponiendo un estilo de vida basado en una fraternidad que rompía de facto la perversa dinámica dominador-dominado propia de los conquistadores.

desde esta observación del Jesús histórico se coligen algunas claves de discernimiento que pudieran ser de aplicación cuando reflexionamos sobre la orientación de nuestro voto en unas elecciones que pueden significar un salto adelante, hacia un futuro más esperanzador; o un paso atrás, un salto regresivo a prácticas políticas de un obscurantismo que creíamos superado. De modo que entran en flagrante contradicción quienes se digan católicos, cristianos o seguidores de Jesús y voten a partidos que propongan recortes para los más desfavorecidos (el papa Francisco los llama “descartados”); o defiendan el poder omnímodo y ambicioso de las élites adineradas; o estén por la labor de cerrar fronteras y expulsar a los migrantes ya establecidos; o nieguen los peligros que implica el cambio climático; o no trabajen por la dignidad de la mujer, por la igual de género, por la integración de los sexualmente diferentes; o no se esfuercen por alcanzar una paz social que solo se alcanzará mediante la justicia social; o no apuesten unos servicios sanitarios y educativos con la debida calidad y accesibilidad para todo el mundo; o propongan la derogación de conquistas sociales ya alcanzadas y aun alienten políticas que vulneren los derechos humanos fundamentales y universalizables.

Ser cristiano hoy no puede significar otra cosa que trabajar por una fraternidad universal más allá del lugar de nacimiento, del color de la piel, de la condición sexual, del credo político o religioso… No se puede enarbolar bandera más hermosa que la de la fraternidad ni considerar nada más sagrado que la dignidad humana. Hacer una apuesta por humanizar este despiadado sistema neoliberal en el que nos movemos no es algo distinto a lo que Jesús invitaba: buscar el reino de Dios y su justicia.

Alguien me podrá decir: no hay por qué ser cristiano para defender lo que aquí propones. Y entonces le contestaré: tienes toda la razón. Y es que los que apostamos por un cristianismo laico y humanista no vemos diferencia alguna entre ser radicalmente humano y radicalmente cristiano. Es más, pensamos que no hay otro modo de ser cristiano.

Dejo aquí al lector, para su ulterior reflexión, la pregunta de hondo calado que, mutatis mutandis, se hace David Grossman (escritor judío uno de cuyos hijos mató un proyectil de Hezbolá en la guerra del Líbano) en un reciente artículo refiriéndose a la mayoritaria indiferencia de los israelíes ante la ocupación del pueblo palestino y sus tierras: “¿Cómo es posible que quienes creen que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza pisoteen esa imagen?”

 

Pedro Miguel Ansó Esarte, Exprofesor de Humanidades

Religión Digital