FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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miércoles, 29 de junio de 2022

La Fiscalía investigará las muertes en la frontera de Melilla

 


Público

El Ministerio Público cree que han podido verse afectados los derechos humanos y derechos fundamentales de las personas y destaca la “singularidad y complejidad” de la investigación.
La fiscal general del Estado, Dolores Delgado, ha encargado una investigación para esclarecer los hechos registrados en la valla fronteriza de Melilla el pasado 25 de junio, donde murieron al menos 23 personas en territorio marroquí.
Según ha informado la Fiscalía en un comunicado, Delgado ha firmado este martes un decreto para encomendar a la fiscal de sala Coordinadora de Extranjería, Beatriz Sánchez, la investigación de lo ocurrido, ante su “trascendencia y gravedad”.
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Romper el monopolio de la derecha reaccionaria

 

15M Serranía de Ronda

 Redes Cristianas

Vivimos en un mundo en el que las personas somos vigiladas por la tecnología, gestionadas por tecnócratas, alimentadas con un sinfín de productos y convertidas en dóciles trabajadoras. Vivimos en una Andalucía que se sigue votando a ladrones que nos están robando la sanidad, las pensiones, la educación, la tierra… Y tenemos un referente en Albania, ha surgido un movimiento que critica el aumento de precios y se enfrenta al orden político existente.

Se puede romper el monopolio de la derecha reaccionaria impulsando la resistencia.

Durante los últimos treinta años, Albania ha sido objeto de experimentos de mercado brutales que han destrozado las instituciones públicas. Pocos días después de la
ofensiva rusa en Ucrania, se propagó la idea de que la crisis afectaría drásticamente al poder adquisitivo de las categorías más vulnerables de la sociedad; pero no se
han quedado con los brazos cruzados, están organizando los grupos más marginalizados, creando consciencia política entre ellos y movilizando para crear un país libre
de la corrupción generalizada que actualmente contamina la política, la sociedad y el medio ambiente.

Los recientes aumentos de precios afectan gravemente a gran parte de la población de Albania, sobre todo porque las condiciones de vida de la mayoría de la gente ya eran
difíciles. Por otro lado, unas pocas personas ricas han acumulado una enorme riqueza. Luchando contra esta embestida neoliberal, en abril de este año surgió un
movimiento, Organización Política, un grupo de izquierda formado por estudiantes, docentes y gente de clase trabajadora que critica el aumento de precios y se
enfrenta al orden político existente.

El miércoles 9 de marzo, a raíz de un llamamiento a través de las redes sociales, hubo una concentración ante la sede del primer ministro en Tirana, la capital de Albania,
para protestar por el aumento inaceptable de los precios.
Al día siguiente se produjeron nuevas manifestaciones en Tirana y otras ciudades de Albania, con más gente en las plazas y más detenciones. En una semana se contabiliza-
ron 300 personas jóvenes detenidas en varias ciudades del país. La movilización culminó en los días siguientes, con más de 20.000 manifestantes en las calles. Ahora ya es costumbre organizar una gran manifestación con regularidad para seguir exigiendo medidas frente a la crisis.

Esta ola de protestas recientes es un ladrillo más en la pared de la resistencia social. Tratan de exponer en lo posible la incapacidad del gobierno para intervenir en el mercado y fomentar la movilización social con el fin de asegurar unas condiciones de vida dignas a la población.

Una de las consignas más llamativas es “¡Que paguen los oligarcas, no el pueblo!”, que refleja que la gente es consciente de la contradicción social entre ricos y pobres.
Otra consigna es “Saldremos a la calle por cientos, por miles, si no caen los precios, caerá el gobierno”

Un informe del Banco Mundial sobre Albania decía que 900.000 albanesas y albaneses viven con menos de cinco dólares al día. En un país de unos 2,8 millones de
habitantes vemos que más del 40 % de la población vive por debajo del umbral de pobreza oficial (6 dólares al día). El salario mínimo es de 30.000 leks (unos 247 euros) y el salario medio ronda los 50.000 leks (unos 411 euros).

Un cálculo reciente de los gastos básicos muestra que ninguno de esos importes basta para vivir con dignidad, la mayoría de la población albanesa se halla a un paso de
una catástrofe sanitaria, económica y social.
Pensamos que este gobierno no tiene la voluntad ni la capacidad para quitar dinero a los ricos e iniciar un proceso de redistribución de la riqueza, aligerando la
carga económica que pesa sobre las espaldas de la clase trabajadora. Pensamos que la asociación con los oligarcas, establecida por este gobierno, es señal de que
necesitamos una nueva alternativa sociopolítica, no solo para hacer frente a la crisis, sino para construir finalmente un Estado más democrático y social, basado en los derechos y las demandas de la gente trabajadora, las y los estudiantes y los sectores más oprimidos.

Sólo a través de una solidaridad mundial efectiva podemos redactar un nuevo contrato social transnacional que haga realidad los Derechos Humanos básicos como la
atención sanitaria y la educación universal, que haga realidad la justicia fiscal internacional, que allane el camino para un ingreso básico universal.
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EN POCAS PALABRAS

¡SÍ SE PUEDE!

15-M RONDA JUNIO 2022 No 47

Sinodalidad a la pata coja

 


Gabriel Mª Otalora

Eclesalia

Soy consciente de que el título de esta reflexión no es muy espiritual, cuando la sinodalidad es un signo da salvación en forma de “proceso espiritual que parte del vaciado de uno mismo” (Papa Francisco) que debe huir de encastillarse cada persona en su verdad si queremos realizar juntos el Camino en escucha fraterna.
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Dolor del Papa por las masacres de migrantes en Melilla y Texas

 


Vatican News

papa47

El reciente tuit del Santo Padre expresa sus condolencias por las dos recientes tragedias de migrantes en Melilla y Estados Unidos, y asegura su oración por las víctimas.
En los últimos días, las noticias ponen de relieve la realidad de la inmigración en el centro de dos acontecimientos dramáticos que exigen respuestas de la comunidad internacional. En su tuit de esta mañana, el Papa Francisco escribe:
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“Dios, el gran silencio del universo” Juan José Tamayo, teólogo

 


El Blog de Juan José Tamayo

Tamayo4

“Mis encuentros con José Saramago”
“Estamos celebrando el centenario del nacimiento del escritor portugués José Saramago, ateo convencido. Efectivamente, la vida y la obra de Saramago fueron una permanente lucha titánica con-contra Dios”
“Muchas son las definiciones de Dios con las que me he topado. Pero, sin duda una de las más bellas definiciones de Dios es la de Saramago: ‘Dios es el gran silencio del universo, y el ser humano el grito que da sentido a ese silencio'”
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Asesinos. ( 26-6-22) (Ante la masacre en Melilla 24-6-22: más de 30 muertes y cientos de heridos)

 


Deme Orte

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Melilla

No son muertes. Son asesinatos.
Son personas humanas expoliadas de sus derechos,
y muchas, demasiadas, del derecho a la vida.
Africanos subsaharianos, hermanos
de países ricos explotados de sus riquezas.
Riquezas robadas que producen pobres.
Los países del sur no fabrican armamento pero lo sufren.
Sufren la pobreza, el hambre, las guerras que producen los ricos del norte.

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¿Puede sanar la Iglesia de Mallorca?

Guillem Ramis y Moneny

 Redes Cristianas

Hoy la Iglesia vive malos momentos: se han demostrado muchos abusos de sacerdotes a menores, obispos se han apoderado de bienes del pueblo, el Vaticano ha hecho escandalosas especulaciones financieras, doquier faltan curas, muchos templos permanecen vacíos o cerrados, generaciones jóvenes pasan por completo de la religión… Simultáneamente ha surgido un papa quien, viendo el desastre y siguiendo un proyecto iniciado en Alemania, convoca a todos los obispos —más de cinco mil— para que el próximo año le expliquen lo que piden a la Iglesia millones de personas del mundo. Así, pues, el pasado octubre empezó universalmente un sínodo o proceso de revisión y reforma del mundo católico.

En Mallorca 3.143 personas (apenas un 1% de los fieles) se han pronunciado para remediar la grave situación que hoy vive la Iglesia. Quiero remarcar el escrito que el grupo “Gent Cristiana Aporta“ —grupo de 21 miembros al cual yo pertenezco— ha presentado; son DIECISEIS PROPUESTAS para mejorar la Iglesia de Mallorca; hoy —si ella quiere— pueden ser puestas en práctica sin tener que esperar el final del Sínodo en octubre de 2023. Concretamente pedimos: Sensibilidad democrática (ahora en la Iglesia todo es decidido por el obispo o los curas) // Consejos parroquiales deliberativos (donde los hay, sólo son consultivos) // Mejor atención y acompañamiento de adolescentes y jóvenes (sin ellos no hay futuro) // Más recursos al servicio de personas vulnerables (pobres, inmigrantes, marginados, excluidos, LGTBI) // No retener bienes que son del pueblo (templos cerrados, rectorías vacías, locales no utilizados, joyas, donaciones, herencias) // Fomentar la desclericalización (ya se pidió en el Sínodo Diocesano de 1999) // Protagonismo de las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres // Muchos cristianos han huido (porque la Iglesia no ha sabido asumir compromisos que salen del Evangelio) // Celebrar la Eucaristía (no debe ser la única acción de los fieles practicantes, que son entre el 2% y el 6% de los creyentes) // Misas (muchas son rutinarias y su lenguaje corresponde a otro tiempo y cultura) // La Biblia (a menudo mal interpretada, sólo literalmente).

En mi opinión, existen tres aspectos fundamentales para reformar la Iglesia y están totalmente interrelacionados:

a) Entender y aplicar la Biblia de forma genuina según las actuales investigaciones; de ello se puede nutrir adecuadamente la teología y la doctrina de la Iglesia.

b) Utilizar lenguaje y signos comprensibles en la cultura actual. La Iglesia católica todavía se encuentra demasiado anclada en el platonismo y en el antiguo mundo greco-latino; el mundo actual no lo entiende.

c) Mostrar con obras la vivencia de la fe; la fórmula es sencilla y difícil a la vez: simplemente se trata de aplicar el Evangelio. Esto vale para las altas jerarquías, así como para cualquier persona o comunidad que desee seguir el mensaje de Jesús. “Mirad cómo aman” debe seguir siendo actual el antiguo distintivo de las comunidades cristianas.

Me hago eco de lo que escribe sobre la Iglesia el teólogo José Arregi: “Un cambio real y profundo es urgente e indispensable. Si la Iglesia quiere anunciar hoy lo que Jesús anunció, debe hablar en otro paradigma. Se trata de situarse en el mundo de otra forma: mirar y vivir y relacionarse con todos los seres con un corazón y una mente diferente. Urge aplicar los principios democráticos a todos los niveles de la Iglesia y a todas sus instituciones. Es necesario asumir la complejidad y la incertidumbre de nuestra cultura, siempre con pluralismo y diálogo.” (https://ctmymas.blogspot.com 19.06.2022)

Ante los sucesos acaecidos en la Valla de Melilla Comisión General de Justicia y Paz

 

Justicia y Paz

Justicia y Paz denuncia la cultura de la muerte que hay detrás de la política migratoria europea y española que cada año se cobra miles de vidas.
Los gravísimos sucesos acontecidos durante el día de ayer en el puesto fronterizo de la valla de Melilla en el que los muertos ya se cuentan por decenas y los heridos por centenares no deben calificarse como un episodio más en la gestión de flujos migratorios en el que se asume como normal la represión con extrema dureza por parte de fuerzas policiales, en el que se practican devoluciones en caliente y en el que se intenta desviar la atención de la opinión pública poniendo el énfasis en actuaciones de tipo violento que puedan haberse producido por parte de algunos migrantes sin entrar en las causas profundas que provocan la desesperación de millones de personas que no ven otra solución que entrar a Europa para poder tener un futuro digno.
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¿Espiritualidad Ignaciana? Dos mártires responden

 


Jorge A. Ochoa

Cristianismo y Justicia

Hace apenas una semana, en el simposio sobre ejercicios espirituales que tuvo lugar en Manresa me debatía entre varias concepciones de la espiritualidad ignaciana y lo esencial en ella. Tuvo que llegar el martirio de dos jesuitas en la sierra Tarahumara, México, para ayudarme a reconocer lo imperdible en el asunto del espíritu.
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Centenares de personas se manifiestan en Madrid contra las políticas migratorias tras las muertes de Melilla

 

El diario

“No venimos a España porque nos guste morir, arriesgamos nuestras vidas porque los recursos en nuestros países son saqueados por Occidente”, dice Samb, un joven senegalés que llegó a España después de intentar cruzar el Estrecho en varias ocasiones
— Devoluciones en caliente y agresiones de la policía marroquí: lo que no se ha visto del salto de Melilla en el que han muerto 37 personas
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SI ESTAMOS AQUÍ POR ACCIDENTE Y NO POR DESIGNIO DIVINO, ¿QUÉ SE SUPONE QUE TENEMOS QUE HACER?

 

col leandro sequeiros

 religión digital

Los lectores de Religión Digital no pueden dejar de lado los planteamientos interdisciplinares sobre la explicación del mundo. Cada vez es más necesario formarse para comprender y dialogar con una realidad cultural emergente dentro de la Iglesia Sinodal.

No se pueden dejar de lado preguntas como esta: El Universo, la vida, el ser humano ¿son producto de un diseño divino o del puro azar? Esta cuestión parecía arrinconada por los filósofos y los teólogos. Muchos de nosotros, en nuestra juventud, discutimos las ideas de Jacques Monod. Medio siglo más tarde parece que regresan desde otras categorías filosóficas y científicas, y, por supuesto, teológicas.

El bioquímico francés Jacques Monod fue uno de los que mejor abordó esta cuestión en el siglo XX. Luego de quedar impresionado por la naturaleza aleatoria de las mutaciones genéticas dentro de los organismos vivos, este héroe de la Resistencia francesa y ganador del Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1965 escribió: “El puro azar, absolutamente libre pero ciego, se encuentra en la misma raíz del extraordinario edificio de la evolución (...). El ser humano fue el producto de un número incalculable de sucesos fortuitos”.

Publicado en octubre de 1970, su libro 'El azar y la necesidad' -título inspirado en la frase atribuida a Demócrito: “Todo lo que existe en el universo es fruto del azar y la necesidad”- provocó un terremoto intelectual en Francia. Sus consecuentes réplicas le sucedieron en el resto del mundo poco después de ser traducido.

En 1970, el bioquímico Jacques Monod desató la polémica con el libro en el que planteaba que nuestra existencia está dominada por el azar.

Monod planteaba que toda la existencia se debía al azar y que el inevitable reconocimiento de este hecho por parte de la humanidad requeriría un completa revolución en el pensamiento humano. Sorpresivamente, las ideas del por entonces director del Instituto Pasteur de París desataron una indignación generalizada entre filósofos, políticos y teólogos, quienes la concibieron como “uno de los ataques al teísmo más intensos e influyentes del siglo”.

El regreso de las propuestas sobre azar creador

Un nuevo ensayo, recién editado, hace regresar la hipótesis del azar creador. El biólogo Sean B. Carroll ha publicado 'Una serie de eventos afortunados', editado por Debate. / Crédito: Stuart Conway (Debate, 2022).

El autor, Sean B. Carroll (nacido el 17 de septiembre de 1960) es un biólogo del desarrollo evolutivo estadounidense. Es el Profesor de Biología Molecular y Genética en la Universidad de Wisconsin–Madison. Sus estudios se centran en la evolución de los elementos reguladores en cis en la regulación de la expresión génica en el contexto del desarrollo biológico, utilizando Drosophila como sistema modelo. Es miembro de la National Academy of Sciences, de la American Philosophical Society (2007), de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias y la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia. Es investigador del Instituto Médico Howard Hughes.

En el ensayo que comentamos ha escrito: Todo lo que los libros nos enseñan sobre el azar, la fuerza invisible que domina nuestras vidas y “deja a Dios desempleado”

El azar regresa a la cultura del siglo XXI

El actor y director Ricky Gervais, muy conocido por su serie Supernature en Netflix, pone el dedo en la llaga de la cultura de la cancelación; promueve, como un necesario militante ateo, una visión racionalista y desangelada de la naturaleza y también, con su acostumbrada risa burlona, le expone a su audiencia una verdad incómoda que muchas veces olvidamos o no queremos ver: esto es, cuán afortunados somos. “Las probabilidades de estar aquí, de que existan en este momento, de su concepción, son de 400 billones a uno”, dispara el cómico.

En su inteligente comentario, el creador de la serie The Office, en realidad, sin nombrarla alude a una fuerza invisible que domina nuestra vida y la del universo: el azar. Por lo general, pensamos que se esconde en sitios específicos como los hoteles exageradamente fastuosos de Las Vegas; en las ruletas de los casinos del mundo; en los partidos de cartas con los que muchos eligen pasar una tarde en la playa o en los intestinos oscuros de las máquinas tragamonedas. Pero en verdad, el azar está en todas partes. Ya lo había dicho Séneca en el siglo I: “Vivimos como por azar y es el azar quien nos gobierna”.

Los descubrimientos genéticos que alimentaban el concepto mismo del azar aniquilaban la comodidad del antropocentrismo, es decir, la visión predominante durante siglos sobre la vida que indicaba que toda su intrincada complejidad y belleza habían sido diseñadas por completo por Dios en su forma actual y que eras inmutables. El pastor R. C. Sproul llegó a decir en su libro Not By Chance: “La mera existencia del azar basta para expulsar a Dios de su trono cósmico. El azar no necesita reinar; no precisa ser soberano. Si existe como mero e impotente siervo, no solo deja a Dios anticuado, sino desempleado”.

Tras la muerte de Monod en 1976, su nombre e ideas se disiparon en el olvido. Y con ellas, también se disolvió la polémica. Hasta que poco a poco, físicos, biólogos y estadistas la reflotaron en los últimos 20 años y la amplificaron.

Así lo hizo el matemático y financiero Nassim Nicholas Taleb en su influyente best-seller El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable; el físico Leonard Mlodinow en El andar del borracho: cómo el azar gobierna nuestras vidas; el estadista Nate Silver en La señal y el ruido: Cómo navegar por la maraña de datos que nos inunda, localizar los que son relevantes y utilizarlos para elaborar predicciones infalibles.

El camino del azar en Sean B. Carroll

El más reciente en emprender el mismo camino es Sean B. Carroll, quien aborda nuestra relación compleja y conflictiva con el azar. En su revelador y divertido libro Una serie de eventos afortunados: el azar, el mundo, la vida y tú (editorial Debate), este biólogo estadounidense de la Universidad de Wisconsin-Madison -que no debe confundirse con su homónimo Sean M. Carroll, físico y también reconocido divulgador- recuerda cómo el curso de la vida se ha visto sacudido por una variedad de accidentes cosmológicos y geológicos sin los cuales no estaríamos aquí: pandemias, guerras, sequías, eternas crisis económicas y otros episodios que han alterado el mundo han sido activados por sucesos aleatorios y singulares de la naturaleza, que fácilmente podrían no haber tenido lugar.

En los últimos años, matemáticos, físicos y estadistas han vuelto a explorar las ramificaciones filosóficas y prácticas del concepto del azar.

“Es razonable pensar que, sin del choque del asteroide, los dinosaurios, que habían reinado durante más de cien millones de años, probablemente seguirían aquí -sugiere el autor, conocido ya por su libro Las leyes del Serengeti: cómo funciona la vida y por qué es importante saberlo-, y por tanto no estarían los primates (ni nosotros)”.

Carrol es un escritor elegante. En lugar de bombardear al lector con conceptos y definiciones, envuelve sus ideas y argumentaciones en historias. Es cierto que en ciertos momentos parece irse por las ramas. Hasta que pone el freno y explica, por ejemplo, de qué manera la maquinaria del azar opera en el interior de cada célula de cada criatura, incluidos nosotros mismos o cómo nuestro cerebro está adaptado para funcionar a diario reconociendo patrones y conectando eventos en realidad aleatorios (de ahí que, cuando perdemos, lo aceptamos como “mala suerte” pero, cuando ganamos, pensamos que todo sucede por una razón).

Si bien en algunos pasajes la historia universal del azar que relata Carroll puede empujar al lector al abismo del nihilismo -al fin y al cabo, indica que todo ser viviente en el fondo es un accidente único que habita en un planeta mucho más inestable de lo que podemos percibir en nuestras breves vidas-, la desesperación pronto transmuta en revelación: “La dosis de azar en nuestros nacimientos es tan grande que todos deberíamos sentirnos afortunados”, concluye. “Al toparse con estas afirmaciones, uno de los posibles recursos es simplemente negar el azar.

No obstante, si tenemos el valor de aceptar el ubicuo papel del azar, surgirán determinadas cuestiones acerca del significado y el propósito de nuestras vidas: si estamos aquí por accidente y no por designio divino, ¿qué se supone que tenemos que hacer? ¿Cómo vamos a vivir a la luz de estos conocimientos?”.

TIEMPO DE DESCANSO… Y DE CONFIAR


col otalora

 

El verano está asociado a la estación propicia para el descanso. Quien más, quien menos, todos procuramos cambiar el chip durante un tiempo para eliminar tensiones y agobios y, por qué no, ilusionarnos con nuevos planes y actividades que el resto del año no encuentran la posibilidad de encaje. El problema es que son demasiadas las personas que llega el verano y no pueden desconectar por mil agobios, mala salud, dificultades económicas o quizá todo a la vez. Para ellas es un tiempo especialmente frustrante y desalentador, desde el convencimiento de que “todo el mundo puede disfrutar del verano menos yo”. La realidad es muy diferente…

Descansar en verano significa quitarse la fatiga con unas vacaciones de por medio que rompan con la aburrida rutina o el estrés. El descanso estival es el momento mejor para adueñarse del tiempo sin las interferencias del trabajo o de las obligaciones de cada momento y así poder acomodarnos al ritmo de vida tal y como deseamos en cada momento. En esto, los cristianos no somos diferentes al resto del mundo. Pero lo cierto es que muchas personas no podrán coger vacaciones, así entendidas…

Lo diferente y peculiar nuestro es que seguimos siendo cristianos también en verano, algo de lo que no debemos descansar nunca y tampoco contradice lo anterior. Conocemos bien aquellos disgustos que nos ha martilleado interiormente durante el año y que nos han dejado marca junto a nuestras propias incoherencias personales, el sentimiento de decepción que nos causa nuestra institución eclesial, no ver ni recoger frutos, nuestras propias confusiones interiores… Pero también existen realidades no tan cercanas que nos lastran, y mucho, como es el caso de la realidad mundial, la economía, el ecosistema, etc.

La diferencia de los cristianos ante un verano incierto es que tenemos que centrarnos en descubrir aquello que nos deja concentrarnos en el descanso veraniego. Es decir, alentar nuestra confianza en Dios y descansar… en Él.

Los cristianos, con el Evangelio en la mano, debemos ser especialistas en la sabiduría de reposar, de saber disfrutar del tiempo de verano que tengamos, como lo que puede ser: tiempo de calma, de sosiego, de alivio, de nuevas experiencias, puestos los ojos del corazón en la confianza en Dios. Muchas, demasiadas veces, el verano se nos va sin disfrutar del presente que Dios nos regala, como si en este tiempo también Dios se tomara sus días de descanso. Es justo en ese tiempo cuando la fe puede serenarse de los ajetreos de la vida y surge la posibilidad para sentarnos con el Señor a repasar nuestros momentos sin prisas, sin reloj, sin las preocupaciones de llegar tarde. Vivir el verano en cristiano significa creer que Dios quiere nuestro descanso, que va a la playa o al campo con nosotros, que se ríe y divierte con nosotros, que disfruta de nuestros momentos de ocio, conociendo nuevos lugares o compartiendo más tiempo con quienes menos vemos durante el año.

Dios, que nos ama y desea nuestro bien, quiere que aprovechemos las oportunidades de descansar y coger fuerzas, de cambiar el chip y gozarnos de la existencia en el sentido más pleno de la palabra. Si no es posible por las circunstancias, al menos llenarnos de todo el bien que nos rodea que no nos fijamos durante el resto del año. Démonos una oportunidad, confiemos. Y para comenzar con la mejor actitud, hagamos una oración del siguiente poema:

Tiempo de verano 

Amigo, amiga:
La naturaleza te espera
para aliviarte de tu trabajo.
Si caminas, escucha tus pasos,
observa tu sombra que se alarga
y gustarás el acompañamiento
más íntimo y consciente.
Agradece la brisa, el viento suave,
el agua refrescante, el azul del cielo.
No avances los días sin mirada
a lo que permanece y te espera:
No pierdas la ocasión de escuchar
el gemido interno, la moción de paz,
la soledad sonora y anchurosa.
Atrévete a rezar aunque sea un poco.
Lee, descansa, déjate querer.
Oye el murmullo de las olas,
y quizá el bramido del mar.
Contempla, calla, admira,
Observa, cada instante encierra
el posible beso invisible del Amor más grande.

Ángel Moreno, Buenafuente del Sistal


LA REVOLUCIÓN DE LO PEQUEÑO


col koldo

fe adulta 

- ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? ¿Te puedo echar una mano? ¡Con estos calores...!

- Estoy bien, muchas gracias. Tengo el coche ahí mismo, pero da gusto encontrarse con gente así, como tú. 

Ella arrancó satisfecha, pues ya había cumplido. Se había detenido al verme parado junto a la enorme maleta tomando aire. Me había interpelado sólo por altruismo y ya no tenía sentido seguir hablando. La respuesta me salió del alma. Nada más lejos de mí echar flores huecas, sin genuino perfume, ni sentido.

No deberíamos perder tan fácilmente la fe en la humanidad, ni en su juventud. Las preguntas de la joven mujer se sucedieron con decisión y sin tregua. Venían para mi asombro desde un viejo coche que se detuvo a la par de mí. Yo remontaba el día pasado a pie, con un gran trasto sobre ruedas y evidente esfuerzo, la pequeña rampa desde la estación de tren de Altsasu al pueblo.

Es muy mala la costumbre de salir de casa con todas las letras, con todos los documentos, correos y archivos digitales a cuestas. Hay que saber viajar como sentenció el poeta, "ligeros" y sin pesados “gigas” a cuestas. No se puede ir por el mundo pegado a un enorme ordenador que impide remontar con agilidad las cuestas. Podría arramblar con el ordenador pequeñito, pero los ojos están muy hechos a la pantalla grande, muy mal acostumbrados a tener siempre toda la información a mano. 

Es muy mal hábito adherirte de por vida a una máquina, porque después resoplarás en los días de calor tórrido y llamarás la atención de conductores y viandantes. De cualquier forma, me alegro de haber resoplado. Sí, yo estaba bien. Tan sólo un poco acalorado. En realidad, me sentía reconfortado en lo interno, cada vez más convencido de la revolución de las pequeñas cosas, de que son los cotidianos gestos de humanidad los que en realidad contribuyen a cambiar para bien nuestro mundo. Yo me sentía bien, feliz de constatar que hay una juventud que no tiene prisa para llegar a ningún lugar, que se detiene en su camino las veces que haga falta para asistir a quien lo pueda necesitar, al cabezón, por ejemplo, que se lleva a todas partes su entera vida a cuestas. 

Ella arrancó desconocedora de que en realidad ya me había quitado el mayor peso, el de pensar que el humano a la salida de su estación, de su largo letargo egocentrista no tenía remedio, ni futuro. Estos días están cambiando los mapas políticos. Colombia, Francia y Andalucía acaparan la atención de los medios. Nos alegramos cuando nuestros colores ganan apoyo y ascienden. 

“El  Gobierno de los nadies y para las nadies” se instalará felizmente en Bogotá. El país hermano camina a paso firme del miedo a la reconciliación, de la violencia a la paz. Nos complacemos cuando nos enteramos de que Gustavo Petro entra decidido a poner coto a una historia de abismales diferencias sociales, cuando las fuerzas de progreso en Francia toman más asientos en el Parlamento, cuando la moderación y el equilibrio ganan adeptos en las filas de los populares…, pero a la postre sabemos que todo ello carga con importante ficción. Queremos que desde lejanos despachos transformen un día a día que en realidad nos corresponde mayormente a nosotros y nosotras transformar. 

Más que nuestra opción política prospere, más que el color del sobre que introduzcamos en la urna de cristal salga triunfante, es nuestra actitud de vida en medio del inmenso escenario planetario, son los gestos de ayuda y cooperación sencillos y diarios, los llamados a ir transformando poco a poco la realidad. A la postre es nuestra actitud solidaria para con el prójimo la que inaugurará un escenario local y global más halagüeño. 

El “¿Estás bien…?, la preocupación y vigilancia del otro, el sentimiento de que el otro es con nosotros y nosotras, de que nos interesa, representa la antítesis de ese tentador “¡Sálvese quien pueda!” que igualmente cosecha sus adeptos en nuestra sociedad con fuerte impronta materialista. “¿Estás bien…?” ya sea por el calor intenso de estos días, la enfermedad, las llamas cercanas, las guerras más alejadas… El sencillo y elemental “¿Estás bien…?”, ante cualquier azar de la vida, ya inmediato, ya en apariencia distante, nos vacuna ante el virus más peligroso y despiadado que jamás hayamos podido llegar a conocer: el individualismo.

¿CLERICALIZAR LA FELIGRESÍA?

 

col ramon hdez

 

Por mucho que se avance por el camino de la “sinodalidad”, tendencia que pretende animar la Iglesia institucional en nuestros días, mucho me temo que la esperanza suscitada no se acople a los signos de los tiempos, es decir, a las actuales pulsiones del Espíritu en su seno. En otras palabras, que no sea más que un parche para curar heridas, no la inyección de adrenalina evangélica que la vida cristiana necesita. Audacia a medio gas, recorrido que mucho me temo que ni siquiera alcance la fácil meta pretendida. Ciertamente, el proyecto es de por sí un gran avance, sobre todo comparado con lo que ha venido primando durante siglos, pues trata de meter en el ring eclesial a laicos, incluso femeninos, para que ocupen algunos de los estamentos de poder de una complejísima organización institucional. Pero no parece que el intento tenga fuerza suficiente para resolver los problemas de fondo que hoy plantea una fe débil y acomplejada y, sobre todo, que postula una forma de vida muy comprometida, como debería ser siempre la cristiana.

Desde luego, aplaudiré fervorosamente cualquier avance sinodal que se produzca, pero mis aplausos no podrán ser desgraciadamente ni fuertes ni prolongados. No es cuestión de plantearse a estas alturas en el seno de lo eclesial, tan férreamente dominado por el clericalismo, algo que en la política es tan casino y repelente como lo de “quítate tú para ponerme yo”, sino de que tú y yo y cuantos se confiesen cristianos reequilibremos nuestras vidas y las ahormemos en el amor que nos hace tales, el amor fraternal promovido y prescrito por Jesús. Por tanto, la solución de la desidia y el desprecio que nos envuelven depende, más bien, de cómo nos comportemos tú y yo, de que nos convirtamos de verdad y en serio y de que equilibremos nuestras vidas para dar testimonio de Jesús a quienes viven en nuestro derredor. Si fuéramos capaces de hacerlo, seguro que quienes así se comportan, en vez de silenciarnos o ningunearnos, terminarían envidiándonos por ser la nuestra una forma de vida, la cristiana, mucho mejor y preferible a la que ellos llevan.

Creo que no entenderemos a fondo el cristianismo hasta que rompamos definitivamente las cadenas que sobre él ejerce lo sagrado y facilitemos que en su seno se acomode todo lo creado. Hemos tenido la religión por algo tan sagrado que apenas nos hemos atrevido a levantar la cabeza. En mis tiempos de niño, años cuarenta, el cura del pueblo era una especie de hombre de otro mundo, un chamán, un gurú, un brujo o hechicero que, cual sacristán de san Pedro, abría o cerraba las puertas del Cielo y sacaba del Purgatorio a nuestros seres queridos. Pues bien, un buen día, al recogerse un poco la sotana para encaramarse a la grupa de un borrico para ir a decir misa a un pueblo próximo, los niños descubrimos con picarona curiosidad que debajo de ella llevaba pantalones. Tan inocente descubrimiento nos lo devolvió a la realidad cruda de la higiene íntima, de las necesidades orgánicas y de la instrumentación del sexo. ¡También él era un hombre!

A nada conduce, por ejemplo, que nos fabriquemos un Jesús de pan para postrarnos ante él, adorarlo y consolarlo por la anómala orfandad o soledad en que lo enclaustra nuestro mundo, el religioso y el profano, un mundo en el que muchos dicen que Dios ha sido retirado de la circulación u olvidado por completo. ¿Puede nuestro mundo vivir de espaldas a Dios? Afortunadamente, no tenemos poder más que para calentarnos la cabeza con semejantes elucubraciones y fallidas pretensiones. Mil veces he repetido que el cristianismo no es cuestión de papas eminentes ni de obispos tipo señores feudales, de catedrales esbeltas ni de sagrarios llenos o vacíos. Sabemos que los papas gustan recordar que son “servus servorum” en atención a un título descriptivo rimbombante, pero que muchas veces no encaja en su quehacer de tales; que los obispos deberían oler a oveja y entrar de lleno en los apriscos, sin miedo a mancharse de excrementos; que los templos son vacías y desencarnadas expresiones de espiritualidad que, aun siendo valiosas obras de arte, no dejan de ser tan frágiles y efímeras construcciones como lo son los materiales con que se construyen; que los sagrarios, esos preciados joyeros católicos, ni siquiera están refrigerados para preservar el pan que se guarda en ellos, pan de hornadas atrasadas que se endurece antes de ser comido.

Jesús, el nuestro, el que fundamenta y alimenta nuestra fe, sí que podía sentir y sufrir las agresiones y las soledades cuando fue de carne y hueso, pero hoy ya no está sometido a tales avatares. Pero ello no impide que también hoy perdone en toda situación y circunstancia; que ore fervorosamente en cualquier lugar y que se apiade de todo el que sufre por enfermedad, hambre o abandono. Nada cambia que hoy no haga todo eso por sí mismo, sino por sus discípulos y por quienes nos honramos como seguidores suyos. Viniendo a lo que hemos dado en llamar “amor de los amores”, la eucaristía, digamos que se ha hecho “pan de vida” para ser comido, para dar vida eterna y para que nosotros, socorriéndonos y amándonos unos a otros (partiendo y compartiendo el pan que somos), nos convirtamos en un gigantesco cuerpo místico, su cuerpo glorificado.

De ahí que deberíamos entender a fondo que hay tanta eucaristía en el lavatorio de los pies (servir) como en el mandato del amor (amar) y en el ágape de la última cena (compartir). Con ello queremos subrayar que hay tanta “memoria viva” de Jesús en dichos lavatorio y precepto del amor como en el hecho de partir y compartir el pan. Es tiempo de dejar atrás, en pro de una forma de vida mejor para los hombres, el vano intento no solo de ablandar el duro rostro divino, concebido supuestamente como un pedernal, con la invocación de “¡señor, señor!”, sino también de embargar nuestro propio ánimo para ahormar nuestro pensamiento errático y revolucionar un corazón mortecino. En otras palabras, es tiempo de bajar de las nubes y ponerse a trabajar en serio. De nada sirve semejante invocación si no va acompañada de servicio, de amor y de entrega, acciones básicas que ponen cuerpo a la fe cristiana.

No hay otro camino para que el hombre retorne a Dios, e incluso para que la creación entera permanezca conscientemente en él, que el camino del hombre, el camino que es Jesús mismo. Por eso, quien de verdad quiera ver a Dios tendrá que llamar a la puerta de su vecino o abrir sus brazos para acoger a su cónyuge, a sus hijos y a cuantos se relacionan con él. Hay vida e imán en un Dios que no lo es de muertos. Para contemplar su auténtico rostro, el único en que los cristianos decimos creer, no es necesario viajar al opaco y hasta siniestro Vaticano de tantas intrigas, ni adentrarse en la penumbra de una catedral que cobija un sagrario alumbrado por una lamparilla. Basta salir a la calle y mirar la cara doliente de cualquier transeúnte, ese libro abierto que refleja con gruesos trazos las preocupaciones y los problemas humanos.

Resumido en una palabra, y más en un día como este, digamos que Jesús vino a este mundo para que tengamos vida y la tengamos abundante. Las asociaciones pro-vida españolas están recorriendo, justo cuando publico esto, las calles de Madrid en “defensa de la vida”, propósito al que se suma la “defensa de la verdad”, sin reparar posiblemente en que, a fin de cuentas, la verdad es la vida. Se trata de una defensa numantina que adquiere colorido político al proponerse, sobre todo, abolir la ley del aborto imperante. De entendérseme bien, me atrevería a asegurar, resaltando ese colorido y ahondando en el contenido de la reflexión que hoy hacemos sobre el clericalismo, que dicha manifestación es un intento más de “clericalizar” no solo los motivos del masivo evento social, sino también a quienes lo promueven.

Los seguidores de este blog saben muy bien que soy defensor acérrimo de la vida, de cabo a rabo, y que busco afanosamente la verdad de nuestra forma de vida cristiana para mejorarla. Cuando menos, espero que ninguno de ellos dude de la sana intención que guía estas reflexiones. Pero, ¿se puede salir en procesión así contra el aborto, de frente y a pecho descubierto? Partiendo de que todo aborto es un penoso drama humano y de que, hagamos lo que hagamos, esa quiebra nos acompañará a lo largo de toda nuestra historia, lo procedente para no hacer brindis al sol sería luchar a brazo partido para que se reduzca su número. Cien abortos serían mucho mejor que mil, pongamos por caso. Mejor aún, diez que cien, y muchísimo mejor uno que diez. ¡Cuantos menos, mejor, menos dramas! Evitar un aborto equivale a ganar una vida. No he dicho que lo óptimo sería cero abortos mejor que uno solo por la sencilla razón de que también la naturaleza es abortiva. Dados los muchos abortos espontáneos o “naturales” que se producen y que la mente humana, que es la que, en última instancia, decide continuar un embarazo o interrumpirlo, es tan naturaleza como el vientre gestante que repudia su fruto o el sistema respiratorio que ahoga el feto, no puede condenarse todo aborto. Tengo muy claro que quien no esté a favor de la vida se pone del lado de la muerte y, por ello, se convierte automáticamente en asesino, pero ello no me impide reconocer que, por paradójico que resulte, a veces un aborto resulta vital.

 

¿DERECHO AL ABORTO?

religión digital

col faus

 

Una de las cosas más serias que dijo Simone Weil es que la Declaración de los derechos humanos será papel mojado si no va acompañada por otra declaración universal de los deberes humanos. Temo que así va ocurriendo. Y un ejemplo de ellos puede ser el derecho al aborto, vuelto a poner sobre la mesa por la decisión del tribunal supremo de EEUU.

Vaya por delante que aunque no creo que exista un “derecho” al aborto (como luego explicaré) soy totalmente partidario de una “despenalización” del aborto. En este caso cabría hablar de un derecho meramente “legal” y local (según países). Pero está claro que quienes invocan el derecho al aborto se refieren a un derecho de los que antes llamábamos “naturales” o un derecho moral, y universal por tanto.

1.- Despenalización.- Soy partidario de la despenalización del aborto porque el pensamiento occidental ha dicho en sus mejores exponentes que la misión del legislador no es imponer la moral sino buscar el bien común. ¡Si eso se decía en una sociedad confesional, de cristiandad, cuánto más valdrá para una sociedad plural y laica! Con el ejemplo que solía ponerse entonces, despenalizar la prostitución no significa que exista un derecho a prostituirse ni a irse de putas, sino solo que aquello resultaba entonces mejor para el bien común. (Este ejemplo puede que ya no valga para hoy y así es atacado por muchas feministas; pero lo que importa ahora no es el contenido del ejemplo sino el modo social de proceder).

Dicho lo cual, repito que defiendo una despenalización del aborto por razones de bien común; y no iré a Madrid a manifestarme este domingo, por más que me inviten a ello obispos y correos electrónicos: los abortos se evitarían mucho más proporcionando salidas que promulgando leyes. Y además me temo que esa manifestación tan cacareada y con tantos autobuses montados desde toda España, no es para defender el derecho a la vida sino para atacar al gobierno. ¿Por qué no montan otra manifestación para protestar contra muchas cosas que ocurren en los CIEs? A lo mejor a esa sí que me apuntaba…

2.- Derecho.- Dicho todo eso, quiero proclamar que no creo que exista un derecho al aborto. Me refiero a un derecho no meramente positivo sino natural y universal, como antes dije. Pues, si al final resultara como dicen algunos, que la razón definitiva dada por el Tribunal Supremo de EEUU para negar el derecho al aborto, es que ese derecho “no está contenido en la Constitución estadounidense”, entonces estaríamos ante un caso particular de un país particular, del que no podrían sacarse las consecuencias morales universales que se pretende sacar. Y lo único que cabría deducir es que, a los autores de tamaño argumento, cuando eran niños, no debieron ponerles en los informes escolares aquello de “progresa adecuadamente”…

No creo que exista ningún derecho a eliminar una vida con destino humano. Sé además, por haberlas tratado, que mujeres que se profesan de izquierdas, ateas o creyentes, comparten esa opinión aunque no tengan audiencia en nuestros medios de comunicación.

Otras voces protestan indignadas porque eso puede poner en peligro la vida de muchas mujeres. Y da la casualidad de que esa protesta se levanta el mismo día en que mueren en Melilla 18 jóvenes (que añadir a los centenares de muertos en pateras) por ejercer un derecho bien natural, como es el derecho a emigrar del propio país cuando uno no puede vivir en él. Parece que unas muertes son simplemente noticias y otras son canalladas. Y conviene añadir que, en la manera individualista con que gestionamos hoy los derechos humanos, resulta que los más amenazados son los derechos de aquellos que no tienen voz y, por eso, no pueden defenderse: los derechos de los niños, de los bebés, de muchos seres humanos del mundo pobre.

3.- Derechos.- La importancia que tiene el caso que tratamos no es meramente la del tema del aborto. Es que parece ser un ejemplo de cómo estamos degradando el sagrado tema de los derechos humanos convirtiéndolo en una legitimación de deseos o caprichos propios. Si el hombre es un lobo para el hombre, el derecho es algo mío, que defenderé como la presa que ha encontrado un animal. Si el hombres es “el ser supremo para el hombre”, el derecho es la llamada a un enorme respeto, que solo querrá resolver los conflictos dialogando.

En cambio hoy, los mismos que proclaman que no hay un derecho al aborto, defienden a capa y espada el derecho a portar armas, aunque luego sucedan todas las matanzas que hemos ido conociendo estos últimos días (y recordemos aquí las últimas palabras de Francisco: ¡ningún país tiene derecho a poseer armas nucleares!). El “sacrosanto derecho de propiedad” es el más falseado y absolutizado: porque tiene una extensión reducida y se le da una extensión ilimitada. Pero ¿quién se atreve a tocar eso? Porque no es precisamente una zona erógena, sino una zona superirritable.

Hay también gente que nos habla de los derechos “de los animales”, desconociendo que los derechos son propiedad solo de seres personales y que la seriedad de lo personal es tanta que una persona puede tener deberes para con realidades carentes de personalidad. Pero una cosa es decir que una persona tiene obligación de no maltratar a los animales (por eso aspiro a la supresión de la llamada “fiesta nacional” por muchos rasgos atractivos que tenga), y otra que los animales son sujetos de derechos. Tampoco la tierra tiene derechos y sin embargo el ser humano tiene deberes muy serios para con la tierra. Que, por cierto, tanto Putin como Biden se los están pasando por el forro: porque ahora construirán oleoductos para llevar el gas ruso a Asia y el americano a Europa (como se habla también de que Alemania va a volver al carbón), y todo eso será la última puñalada mortal a la tierra, que desbaratará todas las aspiraciones y obligaciones ecologistas. Hablé otra vez del derecho de todo catalán a ser independentista: pero eso no sirve para camuflar un inexistente “derecho a decidir” que, desde el punto de vista internacional, no está reconocido por todos los juristas y, desde el punto de vista nacional, no está reconocido hoy (y ojalá lo esté algún día) por la Constitución española.

Todas esas alusiones aspiran a poner sobre la mesa la pregunta que hoy me parece muy importante: ¿Estamos desfigurando y prostituyendo todo el tema de los derechos humanos convirtiéndolo en una falsa justificación de egoísmos propios? Porque, de ser así, estamos poniendo en un serio peligro, tanto la convivencia humana como la llamada “casa común” (que solo merecerá ese nombre si de veras hay convivencia entre todos). Esto era lo importante.

Volviendo al tema del aborto con el que abrimos estas reflexiones quisiera evocar otra vez un viejo artículo de Gustavo Bueno, ateo convicto y confeso, quien declaró hace años en “Nueva España” que él, como materialista y hombre de izquierdas, era contrario al derecho al aborto. Más tarde explicó en una entrevista a “El Mundo” (11.07.2009): que el problema del aborto no es asunto de moral sino de estupidez. ¡Con la cantidad de medios que hay para no quedarse embarazada, quien se embaraza solo puede ser porque es imbécil! (habría que añadirle a Gustavo: “o porque es víctima” como es el caso de muchas prostitutas). Así el mal llamado derecho al aborto se convierte en el “derecho a follar irresponsablemente”. Y no está mal darles a las cosas a veces otro nombre, a ver si eso nos hace pensar un poco.

Porque, como diría Graham Greene, a lo mejor está ahí “the heart of the matter”.


LA POLÍTICA DE ODIO Y EL ASESINATO DEL INDIGENISTA BRUNO PEREIRA Y DEL PERIODISTA DOM PHILIPS

col boff

 

El asesinato del conocido indigenista Bruno Pereira y del periodista inglés Dom Phillips ha conmovido al país y al mundo entero. Este crimen sólo es comprensible en el marco de una política de odio y persecución que el gobierno actual ha establecido como política normal, afectando principalmente a los pueblos originarios, los negros, las personas de otra opción sexual y los pobres en general. Sólo en tiempos del nazismo se instaló tal práctica política. Ella es expresión de barbarie, cuando pasa por encima del contrato social que establece relaciones civilizadas entre los ciudadanos.

Estos asesinatos tienen que ser investigados hasta el fondo y han de tener en cuenta la atmósfera de odio y de violencia, estimulada desde arriba, que se ha apoderado del país. Quien ha afirmado que la revolución del 64 se equivocó al torturar pues debería haber matado, quien explícitamente declara que habría que fusilar a 30 mil izquierdistas y hace apología abierta de un conocido torturador, no es ajeno a la atmósfera que propició el bárbaro crimen cometido en el Vale do Javari amazónico. ¿Por qué la Policía Federal suspendió las investigaciones? ¿Quién lo ordenó? Las instituciones jurídicas están siendo puestas a prueba. Deben actuar.

A pesar de esta verdadera desgracia nacional no queremos perder la esperanza de que todo saldrá a la luz y los culpables directos e indirectos serán castigados. El país va a encontrar su verdadero destino. Nos inspira el legado de uno de los mayores pensadores de Occidente, el africano san Agustín (354-430) que decía: jamás debemos perder la esperanza porque su alternativa es el suicidio. Confiemos en ella, pues tiene dos hermosas hermanas: la indignación y la valentía. La indignación para rechazar todo lo que es malo y perverso. La valentía para trasformar esta situación en beneficiosa. En este momento sombrío de nuestra historia tenemos que enamorarnos de estas dos hermanas.

La hermana indignación

Nos indignamos contra un gobierno que se ha propuesto como tarea destruir todo nuestro pasado cultural e imponer otro modelo que pretende conducirnos a tiempos oscuros del pasado. Servidor de los intereses norteamericanos, ha hecho alianza con lo más atrasado y reaccionario que existe en aquel país.

Nos indignamos con un jefe de estado, que por su alta función debería vivir los valores y virtudes que quisiera que el pueblo viviese también, pero que muy al contrario no hace más que dar malos ejemplos. Ha difundido desde arriba una ola de odio, de mentiras, de violencias y de fake news como política de estado. Tal actitud ha infundido en la sociedad y en los órganos policiales situaciones de barbarie con uso indiscriminado de la violencia dirigida contra los más desvalidos. Se ha mostrado totalmente irresponsable en cuestiones ambientales, de modo particular en lo que se refiere a la Amazonia y al Pantanal.

Nos indignamos por haberse aliado con la Covid-19, negando su importancia, tratando de imponer la inmunización de rebaño, sacrificando con ello a centenares de personas, y prescribiendo medicinas sin efecto inmunizador.

Negó la eficacia de las vacunas hasta el punto de rechazar comprarlas en su momento. Él es responsable de buena parte de las más de 660 mil víctimas de Covid-19, cuando podría haberlo evitado. Pocas veces, de forma ritual, ha mostrado empatía y solidaridad con las familias enlutadas de las víctimas.

Nos indignamos con él por despreciar las leyes y la Constitución, atacar al Supremo Tribunal Federal y al Tribunal Superior Electoral, por amenazar con un golpe de estado y afirmar que solo reconocerá en las elecciones un único resultado: su reelección. En caso contrario habrá convulsión social, manipulando a su base fanatizada y armada.

Nos indignamos por haberse traicionado a sí mismo y al pueblo brasilero, retomando sin escrúpulos la vieja política que quería superar, aliándose a grupos políticos oportunistas y conservadores con los cuales articuló vergonzosamente un presupuesto secreto, fuente de grandísima corrupción.

Nos indignamos, finalmente, por ser corrupto en el sentido originario de la palabra: tener un corazón (cor) corrupto (corruptus). Peor que la corrupción monetaria existente en el actual gobierno, que no puede ser investigada y puesta bajo secreto, es la corrupción de su mente y de su corazón. Él está dominado visiblemente por la pulsión de muerte, dado el descuido que muestra de la vida de las personas y de la naturaleza. De esta corrupción fundamental nace su odio, su grosería, las palabras de mal gusto, las mentiras y la distorsión de la realidad.

¿Cómo puede todavía decir que tiene a Dios en el corazón?

La hermana valentía

Nos animan la oposición y la resistencia de políticos ligados a los intereses generales de la nación, especialmente de los movimientos sociales populares del campo y de la ciudad y de varios estratos maltratados por su gobierno como artistas y actrices, los cultivadores de la cultura, los negros, los quilombolas, los indígenas y los pobres.

Nos animan los medios de información y de opinión alternativos ya sea los impresos o los medios virtuales que mantienen viva la conciencia crítica y denuncian los desmanes gubernamentales y parlamentarios.

Nos animan los varios manifiestos de profesores y profesoras, de intelectuales, artistas, gente de los movimientos sociales y del pueblo organizado contra las reformas que han desmantelado conquistas históricas de derechos de los trabajadores y de los jubilados, entre otros.

Nos anima la conciencia nacional y colectiva en defensa de nuestra democracia representativa que, aunque no sea de alta intensidad, es hoy por hoy el gran instrumento político para el mantenimiento de un estado de derecho, la vigencia y respeto a la constitución y a las leyes, siendo el espacio de las libertades de opinión y de elaboración de los consensos.

Nos animan, a pesar de la falta de apoyo de los órganos oficiales, las iniciativas populares y de los movimientos sociales para vivir concretamente la ética de la solidaridad en tiempos de pandemia, ofreciendo toneladas de alimentos biológicos y millones de platos calientes a los miles y miles de desempleados y afectados por la Covid-19.

Nos animan los cientos de encuentros virtuales, en vivo, promovidos por grupos u organizaciones sobre temas actuales, reforzando el compromiso y la esperanza. Cabe enfatizar el alto valor civilizatorio del Instituto Conhecimento Liberta (ICL) fundado por el exbanquero Eduardo Moreira y su grupo, que ofrece 145 cursos online, dados por las mejores cabezas nacionales e internacionales, llegando a más de 60 mil alumnos al precio de 42-49 reales al mes, pudiendo seguir todos los cursos por ese precio.

Nos anima la posibilidad de elegir representantes políticos de las asambleas estatales y del parlamento que podrán sustentar a un eventual gobierno que rescate la democracia, los derechos perdidos y una soberanía activa y orgullosa con repercusión internacional.

Nos anima el apoyo internacional a nuestras fuerzas democráticas, contra el autoritarismo y la barbarie social, para recuperar nuestra importancia conquistada en las relaciones internacionales, especialmente por las políticas contra el hambre y las demás políticas de inclusión social, técnica y universitaria.

Nos anima, finalmente, la relevancia que tiene nuestro país por su privilegiada situación ecológica en el equilibrio de los climas, en el mantenimiento del sistema-vida y del sistema-Tierra para beneficio nuestro y de toda la humanidad.

Estamos convencidos de que ninguna sociedad se construye sobre el odio ni sobre la pulsión de muerte, sino sobre la convivencia pacífica entre todos, mediante el cuidado de unos a otros y de la gran Casa Común, incluida la naturaleza, especialmente la Amazonia, bien común de la humanidad.

DISCURSO DEL PROVINCIAL DE LOS JESUITAS EN MÉXICO DURANTE LA MISA DE CUERPO PRESENTE EN CHIHUAHUA


col moro

Agradezco la presencia en esta Eucaristía de mis hermanos sacerdotes, del Señor Arzobispo Constancio, de mis hermanos Jesuitas. Gracias a todas y todos ustedes aquí presentes; agradezco también a las personas que nos siguen a través de las redes sociales.

Hoy, especialmente, saludo y les doy mi pésame a las familias del Padre Joaquín Mora, Javier Campos y de nuestro hermano Pedro Palma…

Sepan que no hemos dejado de pedir por ustedes, que cuentan con nuestro apoyo y afecto sincero.

El pasado miércoles 22, en la madrugada, me tocó, junto con el director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro-Juárez, ir a reconocer los cuerpos de mis hermanos jesuitas; entre el dolor, el desconcierto, y la rabia ante tal evento, también noté que aparecía un sentimiento de profundo agradecimiento por la vida de mis hermanos, pude constatar el regalo que Dios les tenía reservado a Javier y a Joaquín, a quienes meses atrás había ido a visitar a Cerocahui.

En aquella ocasión, Javier, el Gallo me dijo: “Gerardo, ésta es mi vida, de aquí yo quiero salir en un ataúd”; por su parte, Joaquín me dijo “Provincial, aquí quiero morir”.

El jueves, tuve la oportunidad de estar en Cerocahui, encontrarme con mis hermanos jesuitas que vieron lo sucedido; hablé con las religiosas, quienes meses atrás sí habían sido amenazadas. Pude constatar el amor de un pueblo por sus sacerdotes, el dolor de lo que significa perder a sus pastores y la súplica de quien te dice, NO PODEMOS DEJAR AL PUEBLO.

Javier, Joaquín, Pedro, USTEDES han hecho lo que nadie había podido. Lograron que el mundo se enterara de CEROCAHUI, hicieron que los ojos de millones de personas miraran hacia la Tarahumara, hermoso lugar lleno de contrastes es como un paraíso pero que se ha corrompido por la pobreza, la injusticia, la violencia, el hambre, la falta de recursos médicos, de apoyo educacional.

Hoy, con la muerte de nuestros 3 hermanos, con la recuperación de sus cuerpos, y en la espera de la próxima detención del sospechoso… Nos damos cuenta de que NO ES SUFICIENTE.

La realidad de violencia no se va a resolver sólo capturando a los cabecillas de los grupos delictivos. Necesitamos cambiar nuestra cultura de violencia, por una de reconciliación y amor, como nos lo enseñó el Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo.

No podemos ni queremos quedarnos satisfechos ahora. Si en 72 HORAS se lograron recuperar los cuerpos de dos personas y avanzar en las averiguaciones, ¿PORQUÉ NO HACER ESTO CON TANTOS Y TANTOS CASOS IMPUNES? Ya no nos BASTA, YA NO NOS ES SUFICIENTE…

Imploro a Dios que no OLVIDEMOS, que nos de la gracia de la MEMORIA HISTÓRICA.

Ya no podemos olvidar que en México llegamos entre 1964-2022 a 100 mil personas desaparecidas.

Que hasta ahora llevamos 122 mil asesinatos.

Que existe un mayor control territorial por parte del crimen organizado. Y eso todos y todas lo sabemos.

Que crece el consumo y venta de droga en todos los lugares del país. Y que la violencia se ha convertido en un modo de resolver los conflictos, una manifestación de poder y una práctica cotidiana.

Pero, sobre todo, NO PODEMOS OLVIDAR que hay una mercantilización de lo político que atrae cada vez más a las economías ilegales.

Nuestra respuesta.

San Ignacio nos dijo: que el “Amor, se debía poner más en las obras, que en las palabras”.

Por ello, hoy la Compañía de Jesús, refrenda y se compromete a seguir apoyando en los lugares más recónditos del país.

Que sepan que no nos vamos a salir de la Sierra Tarahumara, que queremos estar con nuestros pueblos indígenas.

Pero también, que todas las personas, toda la sociedad, los gobiernos, empresarios, Iglesia, tenemos una responsabilidad moral ante tantos asesinatos y personas desaparecidas. Y que necesitamos YA HACER ALGO.

La sangre de Pedro, Javier y Joaquín se une al río de sangre que corre por nuestro país. Exigimos que las autoridades cumplan con su vocación y deber.

Hemos recibido muchos signos de solidaridad y muchas muestras de indignación que nos hacen sentir el llamado de Dios a responder sabiamente a esta situación.

Los obispos han llamado a un diálogo nacional y queremos secundar esta iniciativa.

Hacemos un llamado a la sociedad y autoridades a ya no agudizar la polarización del país; NECESITAMOS construir puentes para encontrar caminos de paz; queremos trabajar con todos y todas para crear esas condiciones de paz que tanto necesitamos.

Javier y Joaquín eran hombres sabios, incluyentes y enamorados de los pueblos indígenas.  México necesita la justicia y la reconciliación.

Hoy le pedimos a Dios, desde este lugar sagrado, y con los cuerpos de nuestros 3 hermanos aquí expuestos, que la verdadera justicia nos lleve a una transformación institucional que haga posible la paz en los territorios.

Y ésta, puede que comience a construirse cuando de verdad ESCUCHEMOS la sabiduría de los pueblos indígenas, la fuerza de las familias víctimas de la violencia, de HOMBRES Y MUJERES honestos/as y de las organizaciones sociales y educativas que buscan el bien común.

La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús se encuentra discerniendo las acciones públicas a seguir en la exigencia de justicia por el asesinato de nuestros hermanos y en el impulso de las políticas de paz que México demanda.

Urge buscar la reconciliación, construir espacios de diálogo desde lo local y lo nacional; la situación de violencia que hoy vive nuestro PAÍS necesita de todas y todos, no existe un único responsable, todos tenemos una responsabilidad en esta tragedia nacional.

En memoria de Pedro, Javier y Joaquín, y de tantas víctimas de la violencia, hoy decimos al pueblo de México, queremos trabajar por la paz y necesitamos de ustedes.

Muchas gracias.

 

P. Luis Gerardo Moro S.J. (Prepósito Provincial)