FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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viernes, 15 de marzo de 2024

La farsa judicial contra Julian Assange Fabian Scheidler

 


Rebelión



Fuentes:Scheerpost Ctxt
Assange se enfrenta a una sentencia descabellada de 175 años en EE.UU.
El periodista de investigación más importante de su época está siendo criminalizado y privado de libertad. Si EE.UU. consigue condenarlo, será más difícil y peligroso sacar a la luz la sórdida realidad de las guerras.  Ver noticia

Israel asesina a palestinas y palestinos que esperaban “ayuda humanitaria” en Gaza


KAOS EN LA RED

 El jefe de la oficina de medios del gobierno con sede en Gaza, Salameh Maarouf, apuntó que la nueva masacre aumenta a 400 la cifra de personas asesinadas que esperaban ayuda mientras también se registran 1.300 que han resultado heridas.


Las fuerzas de ocupación israelíes asesinaron este martes a nueve palestinos que esperaban ayuda humanitaria en el norte de la Franja de Gaza en el marco del genocidio sionista cuando se reportan más de 31.000 ultimados desde octubre pasado.

LEER NOTICIA

Un matrimonio afronta el desahucio de su casa durante 49 años en un convento vendido por el Obispado de Cádiz Santiago F. Reviejo

 


Público

El juicio por la demanda de desalojo solicitada por la diócesis se dirimirá un año después del anuncio de la compraventa del monasterio de las Capuchinas en San Fernando para construir viviendas y una residencia de mayores.
Un matrimonio mayor, de 68 y 72 años, se enfrenta este jueves a un juicio en el que el Obispado de Cádiz y Ceuta pide que sea desahuciado de la vivienda que ocupa desde hace 49 años en el convento de las Capuchinas de San Fernando, un alojamiento del que disfrutaban a cambio de su trabajo como encargados de la portería, limpieza y mantenimiento del edificio. «Es muy triste que te echen así y más si la que lo hace es la Iglesia», han dicho a Público los demandados.  Ver noticia

UN AÑO PARA ORAR EN SILENCIO ESCUCHANDO LA PALABRA


col zapatero

 

En el año de la oración, palabra, silencio y oración, han de considerarse como una trinidad integrativa de la espiritualidad: “En el principio existía la Palabra”, pero no se ha dicho que la Palabra fuese el principio. El principio es el silencio del Padre, de Quien emerge la Palabra. “La Palabra estaba junto a Dios”, porque Palabra y silencio van juntos; Palabra y silencio son las dos caras del Misterio. “Y la Palabra era Dios” y la encontramos en la sagrada escritura, pero no queda atrapada en ella. 

Ella estaba en el principio con Dios”: la Palabra es propia del Silencio divino; un silencio que supera los silencios del hombre. La Palabra tiene su cuna en el silencio de Dios, a ese silencio aspira todo verdadero orante. “Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe”: la Palabra emerge del Silencio divino, allí es engendrada y por eso de ella emergen todas las cosas. Todo cuanto existe es propio de la Palabra. Toda oración auténtica tiene como atmósfera el silencio del que emerge la Palabra en la que todas las cosas existen.

La Palabra une al hombre con Dios en la oración, porque la Palabra es la presencia de Dios entre los hombres, y al final, la oración plena y más sublime es el silencio, porque el principio es el silencio del Padre. Nadie puede orar si no se adentra en el silencio; en todo aquel que conoce el silencio resuena la Palabra divina; y todo aquel que ora gusta la Palabra en silencio, superando el discurso de las palabras.

Quien habla en la experiencia orante es Dios mismo, haciendo de este diálogo experiencia mística. Mística porque es propia del Misterio, en el que se calla, no se ve ni se actúa. Más Palabra, menos palabras. Dios habla con Su silencio que todo lo trasfigura, mientras que el hombre aporta su silencio pasivo, abierto, confiado. Esa es la gran obra del orante: no hacer, no decir, no pretender, para que la Palabra silente sea en él; porque orar no es atrapar nada, sino dejarse sumergir en Dios; esa es la experiencia orante en Dios. 

“En ella estaba la Vida y la Vida era la luz de los hombres”, así, en el encuentro orante, el silencio del hombre se encuentra con la Palabra divina, y ella colma de vida al orante, porque la Vida viene de la Palabra de Vida. La oración se hace plena cuando se hace vida, cuando retoma la vida y cuando emerge en la vida del hombre. 

Un orante se adentra en el silencio contemplativo y en él es iluminado por la Luz de la vida. Así se descubre que la Palabra es la luz de los hombres. No hay quien fuese iluminado, que no haya tenido experiencia de la Palabra. Solo el orante que se encuentra con la Palabra experimenta la Vida en Plenitud como iluminación.

“y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron”, porque la mente confusa del orante permanece en tinieblas, llena de palabras, asfixiada por discursos, saturada de sentencias; pero aun así es llamada al silencio que es el origen de la Palabra. Para abandonar las palabras y quedarse con la Palabra que ha emergido del silencio, es necesario hacerse silencio. Las tinieblas de confusión, desaparecen ante la luz de la Palabra, porque todo pensamiento, todo sentimiento, toda voluntad humana se somete a la Palabra divina que habla en el silencio. Las tinieblas humanas no la vencen, por el contrario, se doblegan ante Su presencia, gracias al abandono humilde del orante.

“Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz”: como la estela de orantes, contemplativos y místicos, que al igual que Juan, vivieron el desierto, subieron a la montaña, se adentraron en el Misterio de la oración, para escuchar la Palabra silente de Dios, que iluminó sus existencias, el orante está llamado a ser testigo de esta Luz, que ilumina en la experiencia orante. 

Siguiendo los pasos de los grandes maestros, los padres del desierto, san Agustín, san Benito, san Francisco de Asís, Maestro Eckhart, santa Teresa, san Juan de la Cruz, Thomas Merton, Hugo Lassalle, Raimon Panikkar, y los actuales, que no son la luz, pero dan testimonio de la Luz de la vida que viene de la Palabra reconocida en el silencio orante, así buscamos nosotros, guiados por la sed.

“La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo”. Porque a ninguno se le ha negado esta luz, como dice san Juan de la Cruz. Todo hombre está llamado a este encuentro con el Misterio, todos pueden conocer la atmósfera de los místicos, en el que el alma sigue los pasos de la Palabra de Dios que acompaña silente el caminar de los hombres. Como en el camino de Emaús, acompañando silente en el anochecer, haciendo arder el corazón con el fuego de la Luz, mientras las tinieblas de la confusión, de la tristeza y del desconsuelo van siendo poco a poco vencidas por la presencia de la Palabra-Silencio, en la oración.

“En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció”Angustia, soledad y sinsentido están despertado a muchos, para buscar afanosamente caminos de encuentro con la plenitud divina. Una plenitud que está entre nosotros, pero enceguecida por las tinieblas de la distracción discursiva, porque la Luz está en medio de nosotros. Somos fruto de la Palabra que Ilumina, ella no nos es extraña, hemos sido hechos por ella, con ella y en ella, como sentencia san Pablo: “En Él vivimos nos movemos y existimos”. Aún estamos a tiempo para conocer esta plenitud, esta luz, este silencio en el que emerge la Palabra que todo lo vivifica, para que no nos digan que “vino a su casa, y los suyos no la recibieron”.

“Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Diosa los que creen en su nombre”, porque es en la oración en donde se tiene experiencia de Hijo. “¡Abbá!”, clama el Espíritu en el orante; “Padre Nuestro”, dice la comunidad orante; “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, clama el alma humana en agonía. Es en la experiencia orante en la que la Palabra, de Vida y de Luz, da ese poder de descubrirse nacido del Padre. Por esto el orante ora con amor filial, porque es engendrado en la Palabra, no en la limitación humana, pues la Palabra “no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios”.

“Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad”Y así podemos concluir parafraseando: Y la Palabra se hace carne en el orante; el orante es la Morada de la Palabra, hasta elevarse a la contemplación de la Gloria del Padre, como el Hijo único, experimentado por tantos místicos, primereados por María, mujer que meditaba en el Silencio de su corazón, llenos de gracia y de verdad.

Oración, Palabra y Silencio, para superar las palabras humanas que el Maestro pidió omitir: “Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados”. Un año para orar en silencio escuchando la Palabra.

Con ocasión del Año de la Oración, el Dicasterio para la Evangelización ha elaborado un subsidio titulado "Enséñanos a orar" (enlace para el subsidio), cuyo título está tomado del capítulo undécimo del Evangelio de Lucas (Lc 11,1). Ya se encuentra disponible en línea y se puede descargar gratuitamente desde la página web. Este material, inspirado en el Magisterio del Papa Francisco.

 

Víctor Ricardo Moreno Holguín

Religión digital

LOS POBRES, TEMPLO PROFANADO POR LOS MERCADERES


col martell

 

La Misericordia de Jesús, “hace lío” como dice Francisco. No es nada modosita y “falsamente prudente” sino que es conflictiva, como lo demuestra su actitud tajante ante los mercaderes del templo o su enfrentamiento con los fariseos y escribas “dueños” de la religión a quienes trata como “hipócritas” o con su rey Herodes, a quien llama despectivamente “zorro”.

También cuando advierte que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el Reino de los cielos o cuando no da chances al rico Epulón en el infierno y lleva consigo al pobre Lázaro al seno de Abraham. Sus parábolas ponen el dedo en la llaga, quitan la falsa seguridad del hijo "cumplidor"  que se queda con el padre, pero termina juzgando a su hermano pródigo. Jesús habla de otro tipo de Justicia, la de Dios fundada en la Misericordia y que paga lo mismo a jornaleros de diferentes momentos,  perdona setenta veces siete, tiene más esperanza en prostitutas y publicanos arrepentidos que en la gente "piadosa", etc.

Jesús marca un camino diferente al ir a las periferias en vez de los centros de poder establecidos, que es como uno imagina que se cambian las cosas y como el demonio lo tentaba en el desierto. Jesús confía en que la renovación de la vida proviene de la acción de Dios a partir de los descartados y expulsados de los sistemas. "Él vino a buscar lo que estaba perdido" (Lc 9,10)

El Hijo de Dios se hizo pueblo pobre y trabajador, de aquellos que están ausentes de la toma de decisiones de las naciones pero que desde la puerta de al lado mantienen el mundo con su trabajo y silencio. Pero también se hizo "antisistema" por no ser cómplice de templos manipulados por mercaderes, de sociedades gobernadas por corruptos y falsas meritocracias para legitimar las injusticias con otros seres humanos. 

Él es la piedra que cualquier arquitecto desecharía y que se ha convertido en piedra angular del nuevo Templo de los Bienaventurados, los únicos que entran sin pasaporte al Cielo y a quienes hemos de apegarnos de corazón, si queremos compartir su Gloria. El abrió las puertas de la Resurrección desde el aparente fracaso humano de la Cruz.

Jesús no ha venido para que nos “portemos bien” en un mundo que no funciona bien. "En un mundo injusto, el lugar del justo es la cárcel o la muerte" (Ghandi). Desestabiliza la moralina burguesa, cómoda con los beneficios producidos por las estructuras injustas de las cosas como están. Porque este mundo, creado con tanta belleza y posibilidades para todos, no funciona bien como lo demuestran las guerras millonarias que matan y pauperizan, el hambre y la falta de bienes básicos de un tercio de la humanidad, el abuso y descarte de millones de seres humanos deambulando en pateras existenciales y que “no importan” a pesar del inmenso desarrollo tecnológico actual que puede solucionar tanto dolor.

Sin embargo, unos pocos dueños de casi todo, nos hacen creer que el problema lo tienen las mayorías que son dueñas de casi nada. El irónico discurso legitimador es siempre el mismo: Democracias “formales”, con mercados “libres” que no son “entendidas” por la mayoría de países y miles de millones de personas que son “tontos” y se “empecinan” en sufrir. Hablan de un orden establecido ficticio, con grandes desigualdades, que siempre terminarán en delincuencia, guerras, revoluciones y violencia…para volver a comenzar de nuevo. 

Solo la fraternidad nacida en la Pascua, el gran derroche" de la Misericordia hecha carne, puede darnos una perspectiva histórica distinta, una Esperanza nueva, un nuevo orden de amor.

Jesús vino para cambiar las cosas. Ese cambio continuo se llama Reino de Dios y su Justicia. Lo quiere llevar a cabo con nuestra participación. “El Dios que te creó sin ti no te redimirá sin ti” (S.Agustín). No se conformó con “denunciar”. Él hizo el Reino. Asumiendo todo lo humano, recreó con su Misericordia una nueva realidad a partir de la que ya existía. Redimir es más grande que aniquilar para comenzar de cero.

Convertirse es hacer del Reino de Dios la "opción fundamental", un compromiso existencial y relacionarlo todo con su construcción. No estamos en la vida para entretenernos y pasar el tiempo, estamos llamados a una misión…que además nos irá dando la añadidura del ciento por uno de todas las cosas y relaciones en este largo caminar (Mt 19,23).

Él curó nuestras heridas, comenzó con lo que ya existe, con nuestras pobres vidas cuando admitimos su amor transformador. Un proceso llamado Historia de Salvación y que llega hasta el final de los tiempos donde habrá cielos nuevos y tierra nueva y todos, personas y civilizaciones, seremos juzgados en el amor.

El gran impedimento sigue siendo el mismo pecado original de la soberbia, no apreciar con humildad lo recibido sino pretender "ser como dioses” (Génesis, 3,5), usurpando el lugar de Dios para someter a los hermanos.

El pobre, templo de Cristo profanado por los mercaderes

Pero también el templo se mercantiliza cuando legitima poderes o ideologías, tranquiliza conciencias perversas, y justifica violencias. La religión del mercado y el poder tiene su ritual de sacrificios humanos, que nunca son suficientes para llenar las arcas de paraísos fiscales y lujos descabellados.

Antiguamente las guerras venían después de grandes sequías donde el alimento escaseaba y la gente se rebelaba. Hoy las guerras son por la acumulación y el lujo, aunque a la población le vendan discursos patrióticos e ideologías de mercado. En este punto, la religión suele ser usada como justificación de sistemas que agreden la dignidad de muchos humanos u "opio de los pueblos" que adormece conciencias.

La pregunta de este domingo es si santificamos el templo de Dios en los innumerables rostros de Jesús que tienen hambre, inocentes de las guerras, inmigrantes y refugiados, bebés por nacer, ancianos necesitados de compañía, etc. O estamos tranquilos con nuestra conciencia porque "cumplimos" con oraciones y rituales de templo aunque el otro "no nos importe". En este caso seremos cómplices de esta idolatría que todo lo reduce a beneficio económico inmediato, poder y destrucción sobre los demás, prestigio y placer a costa del dolor de la mayoría humana.

A partir de Jesús, el lugar del encuentro con Dios ya no es el templo con sus sacerdotes y rituales, sino el pobre, su Presencia vicaria. Dios ya no se encuentra en la aparatosidad de sacralidades inventadas por los clérigos sino en la misericordia de las relaciones humanas.

Los templos no son más importantes que los seres humanos, sino que deberían ser siempre "recordatorios", símbolos y estímulo del compromiso con el otro. Cada ser humano es una piedra viva y real del santuario que Dios quiere.

El criterio del único juicio que interesa es: “Cada vez que dejasteis de ayudar a uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo” (Mt 25, 45). Jesús garantiza así, digan lo que digan los mercaderes de ayer y de siempre, que el templo del encuentro con Dios es el necesitado.

 

Guillermo Jesús Kowalski

Religión Digital

ROSELLÓ: "EN JAVIER NADIE ES MÁS QUE NADIE, SI APLICÁSEMOS SU ESTILO A LA SOCIEDAD, LLEGARÍAMOS A ACUERDOS"


col koldo

 

El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Florencio Roselló, ha presidido este domingo la misa de su primera Javierada, después de que el pasado 27 de enero fuera ordenado arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, y ha destacado durante su homilía que "Javier nos une, nos hace iguales a todos ante Dios". "En Javier nadie es más que nadie. Lo cual quiere decir que si aplicásemos el estilo de Javier en nuestra sociedad todo nos iría mejor y llegaríamos a acuerdos, cuando a veces parece que es imposible", ha resaltado.

Roselló ha afirmado que "el santo misionero consigue lo que muchas realidades de nuestra sociedad no consiguen". "Por encima de sensibilidades, de opciones políticas, de procedencia, de sexo, inclusive de credo, por encima de filias y fobias, nos reunimos en Javier sin preguntarnos por tantas cuestiones que en la sociedad nos separan, muchas veces inútilmente. Javier nos une, nos hace iguales a todos ante Dios. En Javier nadie es más que nadie. Lo cual quiere decir que si aplicásemos el estilo Javier en nuestra sociedad todo nos iría mejor y llegaríamos a acuerdos, cuando a veces parece que es imposible", ha destacado, según recoge Europa Press.

En la estela del “corazón inquieto” del santo navarro, Roselló ha defendido que "la Iglesia de esta época, como la Iglesia de la época de San Francisco, está llamada a ser misionera". "No podemos permanecer en la comodidad de nuestros pequeños grupos de fe que se encierran en sí mismos y se dicen 'qué bien se está en este grupo', 'qué bien estamos en esta parroquia'. O salimos, o somos misioneros, o el evangelio se apaga, la palabra de Dios se silencia y la Iglesia se empobrece", ha destacado.

"No podemos adoptar una actitud de queja"

Además, el arzobispo ha subrayado que "ante las dificultades, que son muchas, no podemos adoptar una actitud de queja, de lástima, de derrota". "Hemos de ser una Iglesia peregrina, en salida, que sale de la parroquia, de la zona de confort y se arriesga por conocer la verdad. Y esa verdad es Jesús, que hoy queremos anunciarlo a través de nuestra peregrinación y por medio de nuestro santo San Francisco Javier", ha añadido.

"No se nos piden sacrificios, liturgias o penitencias, de tipo personal y sencillas, se nos pide más acciones de amor, de misericordia, de acogida, de perdón, de reconciliación, de fidelidad, de justicia. Más gestos con los pobres, con personas necesitadas, con inmigrantes sin rumbo ni techo fijo", ha afirmado, para subrayar que "mirar a la cruz" es "reconocer a nuestro lado los nuevos cristos crucificados que están demandando nuestra ayuda y solidaridad, están pidiendo luz", ha señalado el arzobispo al referirse al tiempo de Cuaresma, cuyo cuarto domingo se celebra hoy.

El arzobispo ha resaltado que "es urgente salir de la pasividad ante la injusticia, del silencio ante las exclusiones, del conformismo ante la violencia, del desinterés frente a la suerte de los pobres, en otras palabras, de todo aquello que es contrario a los valores del Reino".

Finalmente, el arzobispo ha destacado que "todavía son 500 misioneros navarros, hombres y mujeres que llevan la buena noticia de un Dios rico en misericordia, y hace que alcance a todos y que el mensaje liberador de Jesús no quede en el olvido". "Como lo hacía San Francisco, nuestros misioneros siguen anunciando el Evangelio, desde la promoción de la educación, de la sanidad, de la cultura, la justicia, los derechos humanos, haciendo que en cada cultura y lugar donde están las personas crezcan y se desarrollen", ha señalado.

 

Religión Digital/Agencias

CAMINOS DE EVANGELIZACION


col zapatero

 

Conocemos que cada día hay menos cristianos practicantes. Hoy no interesa a muchos el catolicismo más que como noticia, por cierto, llamativa y negativa.

¿Qué caminos podemos seguir para que haya más cristianos?

Es preciso reconocer que el creer en Jesús, el formar parte de la comunidad cristiana, no es algo que podamos conseguir con esfuerzo. Nosotros estamos para ofrecer el Evangelio y mostrar a Jesucristo, y después, las personas que hayan visto y oído ese mensaje, decidan seguirlo.

Nosotros podemos ofrecer:

1. Anunciar a Jesucristo y el Evangelio.

2. Para ello, aprovechar a fondo las catequesis de cada uno de los sacramentos.

3. Trabajar la catequesis parroquial de niños y jóvenes con nuevos contenidos y nuevos métodos.

4. Cambiar la predicación de los domingos con claridad, incisión y anuncio del Mensaje.

5. Aprovechar los funerales, no para contar las maravillas del difunto, sino para ofrecer la visión cristiana de la Resurrección.

6. Aprovechar las hojas PARROQUIALES, NO PARA INFORMAR de los actos intraeclesiales, las devociones y rezos de novenas…. sino COMO OFERTA NUEVA de Reino y sus valores.

7. Usar los medios informáticos y los canales para hacer resonar la visión cristiana ante los acontecimientos y los hechos de la vida con valentía y coraje.

8. No transmitir tantas celebraciones de todo tipo en la tele y en internet sino más bien Evangelio y propuestas alternativas cristianas.

9. Estar cerca de los marginados, pobres, enfermos, solos…. Con propuestas y con hechos reales.

10. Los cristianos que lo deseemos salir a la palestra con testimonio de hoy, doctrina de hoy, ofertas de hoy, mensajes de hoy.

11. Creo que algo muy necesario para anunciar el evangelio es que la Iglesia seamos hoy testigos de Jesús: pobreza, servicio, alegría, perdón.

11. Que las estructuras ofrezcan sencillez, verdad, autenticidad.

12. Vivir la pobreza y la debilidad. Ser comunidad.

13. Participación de los miembros de la comunidad en toma de decisiones, comentario de evangelio, celebraciones…

14. Ofrecer una lectura creyente de la vida y los acontecimientos.

 

ISABEL GÓMEZ-ACEBO: “EN LA COLABORACIÓN DE LOS SEXOS LA IGLESIA TIENE MUCHO QUE GANAR”

 

col koldo

 

El martes 5 de marzo, aprovechando la celebración esta misma semana del Día Internacional de la Mujer, la teóloga Isabel Gómez-Acebo presentaba en la parroquia madrileña de San Carlos Borromeo su libro ‘Perseguida por el amor’ (Ediciones Mensajero, 2023), una biografía novelada de Dorothy Day (Nueva York, 1897-1980). Un retrato del compromiso por la paz y la justicia de la protagonista, pionera en la defensa de los más desvalidos de la sociedad de su época, cuya rica personalidad y sus firmes convicciones resultan inspiradoras para tantas mujeres de nuestro tiempo.

PREGUNTA.- ¿Qué podemos aprender hoy de Dorothy Day en el seno de nuestra Iglesia y en la sociedad en general?

RESPUESTA.- Dorothy fue una pionera en cuanto a su preocupación por los desvalidos de la sociedad: los negros, los sin techo, los presos, los judíos, las sufragistas y los huelguistas por causas razonables, cuando sus problemas no estaban en la agenda ni de la Iglesia ni de muchas sociedades incluso estaban mal vistos. También levantó su voz contra las guerras que nunca encontró justas. Simplemente, imitarla sería lo mejor pudiéramos hacer.

Pocas y poco conocidas

P.- ¿Faltan mujeres tan “militantes” como ella en su radicalidad evangélica para que se opere un cambio profundo en la estructura y usos de la Iglesia?

R.- Creo que las hay, aunque son pocas y como no mandan en la estructura de la Iglesia no se conocen sus trabajos teológicos ni sus aportaciones en pro de las personas más desfavorecidas. En la medida que se escuchen sus voces y se les otorguen medios, la Iglesia avanzará por el camino al que fue llamada.

P.- ¿Confía en que las propuestas de “desmasculinización” de la Iglesia emprendidas por el papa Francisco lleguen a buen puerto?

R.- Soy escéptica en la medida que veo la poca recepción que han tenido esas propuestas en la jerarquía de la Iglesia, que es la que tiene que realizar los cambios necesarios. A las mujeres nos toca seguir reclamando derechos para que nos caigan algunas migajas de la mesa presidencial con las que en algún momento podamos formar un gran pan para repartir.

Machismo y clericalismo

P.- ¿Cuesta más erradicar el machismo en nuestras sociedades o el clericalismo de la Iglesia? ¿Podría hacer más la Iglesia para combatir la violencia machista?

R.- La institución eclesial forma parte de la urdimbre de la sociedad y se ve amenazada por los mismos vicios que esta. Desde mi juventud, en que a las mujeres casadas se les recomendaba aguantar palizas en aras de la familia, la Iglesia ha dado algunos pasos en defensa de las mujeres, nunca suficientes por el machismo que impera en nuestras sociedades. No ayuda en su labor la imagen que tiene la institución tras la pedofilia sacerdotal y la necesidad de que su jerarquía sea exclusivamente masculina. Tiene que cambiar algunos vicios que llevan siglos y que retrasan su acción.

P.- ¿Cómo viviría Dorothy hoy ciertos posicionamientos de la Iglesia y el Episcopado de su país, claramente contrarios a este pontificado y a todo lo que suene a Vaticano II?

R.- Seguiría siendo una ferviente católica, pero alzaría la voz contra lo que consideraba errores eclesiásticos. Formó parte de un piquete que pedía aumento de sueldo ante la propietaria del cementerio que era la diócesis neoyorquina y criticó al cardenal Spellman cuando aseguró que las tropas Estados Unidos eran las tropas de Dios en Vietnam. Cuando era joven se apartó de la Iglesia al considerar que no hacía lo suficiente por los pobres que consideraba era la misión principal de los seguidores de Cristo ya que veía su rostro en ellos.

La ética del cuidado

P.- ¿Qué pueden aportar las mujeres de Iglesia a la actual, y ya imparable “revuelta feminista”?

R.- La sociedad está compuesta por hombres y mujeres y en la colaboración de los sexos la Iglesia tiene mucho que ganar. Algunos teólogos han achacado a los laicos ser el león dormido y parece que en este caso son las leonas las que se han despertado. A las mujeres tradicionalmente se nos dedicó a la ética del cuidado y si la “revuelta” pudiera introducir esta manera de ser en la Iglesia con que no hiciera nada más, sería dar un gran paso. Cuidar de los otros, de los más vulnerables, de los niños, de los ancianos y estar siempre ahí para quien nos necesite sin mirar el interés de la Institución, sino el de la persona concreta.

 

José Luis Celada

Vida Nueva, 11/03/2024

LUIS ARGÜELLO: CIEN DÍAS DE CONFIANZA

 


col kowalski

 

Confieso que me hubiera gustado haber escrito estas líneas sobre mons. L. Argüello, el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española, con un mayor conocimiento del que me aportan las informaciones en los medios de comunicación social o algunas de sus declaraciones públicas.

Me he encontrado con él en un par de ocasiones, que no han pasado de ser protocolarias. Pero sí conozco a algunos buenos amigos que -, nada sospechosos de incurrir en proclividades populistas o frentistas- han tenido la suerte de hablar con él, largo y tendido, en diferentes ocasiones, y que, por ello, le conocen mucho mejor que yo. Me permito resumir, en concreto, algunas de sus impresiones. Me parece que es de justicia, y como necesario contrapunto, a no pocos calificativos y comentarios -tanto a favor como en contra- que he podido escuchar y leer en estas horas, anteriores y posteriores, a su elección. Luego, añadiré a lo dicho por estos buenos amigos otro asunto, a partir del cual también habrá que evaluar su gestión, dejando al margen, como he indicado, muchos de los descalificativos -y también, desmedidas alabanzas- que vengo escuchando.

“Luis Argüello, me dicen, no es la alegría de la huerta, pero es una persona hábil, un excelente comunicador y, en su juventud, estuvo muy cercano al Partido Comunista de España, además de haber sido profesor universitario (apunto yo, creo que de derecho administrativo). No es un carcamal indeseable, sino -como ya se ha adelantado- una persona hábil, que sabe por qué caminos transita la política de este país, tanto la de la derecha como la de la izquierda- y que, pásmate, se siente muy cercano a todo lo que supone el movimiento de juventud, la espiritualidad y la teología que se mueve alrededor de Taizé”. Por cierto, comento por mi parte, se trata de un movimiento postconciliar y ecuménico que, poco o nada, tiene que ver con otros más recientes que se están poniendo de moda estos años, como, por ejemplo, Hakuna y similares. 

Luis Argüello el día de su nombramiento

“Además, prosiguen, L. Argüello no es, en absoluto, de extrema derecha, sino -como casi todos los obispos- un conservador. Pero se entiende que muchos colegas suyos se hayan decantado por él, frente al “meteorito” (así se le llama en los mentideros eclesiásticos) que es el cardenal Cobo. Su elección ha sido más que previsible, sabiendo que el cardenal de Madrid había dicho, por activa y por pasiva, que no quería meterse en el berenjenal de la presidencia porque bastante tenía con gobernar la diócesis de Madrid”.

“Por lo dicho y escuchado, no se le puede comparar con Mons. A. M. Rouco, aunque, seguro que nos provocará más de dos o tres disgustos. Hace ya unos meses que se pronunció en contra de la amnistía, pero no se le ve -de ninguna manera-que vaya a hacer el caldo gordo -como lo hizo A. M. Rouco a la derecha política española- propiciando que la Conferencia Episcopal Española aprobara un texto para negar el pan y la sal a otros nacionalismos que no fueran el suyo, es decir, el español”. Dicho documento -apunto, de nuevo, por mi parte- fue “Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias” (2002). Su aprobación provocó el inmediato desmarque de una parte de los obispos vascos y catalanes del tiempo. “No parece -concluyen estos buenos amigos- que L. Argüello sea tan estúpido como para hacer algo semejante. Y no lo va a hacer porque no es, de ninguna manera, un talibán, a pesar de la imagen que están presentando de él algunos medios de comunicación”.

Hasta aquí la confidencia. Pero, cerrado este apartado, me adentro, ahora, por mi cuenta, en ofrecer una breve referencia a otro asunto, a partir del cual también habrá que ir evaluando su gestión al frente de los obispos españoles: es el referido al afrontamiento de la pederastia eclesial. Creo que es muy importante que clarifique cómo va a entender e implementar, a la luz del Informe “Para dar luz II” de la Conferencia Episcopal Española (2023), que la pederastia eclesial es, comparativamente con la existente en otros ámbitos e instituciones sociales, “cuasi residual”. También creo necesario que aclare si va a propiciar un esclarecimiento-por supuesto que, externo e independiente- sobre los criterio sen los que se sustentan las enfrentadas cifras del Informe Cremades & Calvo Sotelo (“denuncias creíbles”) y las de la misma Conferencia Episcopal (“casos probados”). Y, finalmente, si -una vez debidamente resuelto este último asunto- va a impulsar una autocrítica y reforma eclesial a fondo al estilo, por ejemplo, de la propiciada por la Iglesia alemana o si, por el contrario, va a dar la callada por respuesta.

Argüello, con García-Gallardo en su toma de posesión

En el afrontamiento del drama de la pederastia eclesial y en el modo de alentar o torpedear la necesidad de una nueva forma de convivencia entre todos nosotros -la cuestión de fondo de la ley de amnistía- se juega la valoración que pueda merecer su gestión. Yo, de momento, y aunque no haya sido mi candidato preferido, estoy dispuesto a darle los -políticamente correctos- cien días de confianza.

 

Jesús Martínez Gordo

Religión Digital

EL PROFETA EN SU TIERRA


col anso

 

Jesús frecuentaba la calle y las sinagogas con personas que le escuchaban, la mayoría entre sorprendidos y admirados de lo que decía y hacía; al fin y al cabo, era hijo de un carpintero sin mayores conocimientos. Pero no faltaban en Nazaret quienes se encendían por orgullo y envidia viendo como hacía el bien en otros pueblos, y además saliéndose del carril de la rígida ortodoxia. Les corroía saber que triunfaba lejos de su pueblo. Jesús, viendo su actitud de rechazo, exclamó que ningún profeta es estimado en su propia tierra, pensando en sí mismo. Lo señala el evangelista Juan esta semana. Un dicho que parece proceder de un antiguo proverbio hebreo.

Me imagino al Papa leyendo el evangelio en el que aparece esta frase de Jesús mientras insiste en la necesidad de la fe. Qué difícil es predicar en el propio ámbito de pertenencia, sea éste el pueblo de origen, el lugar de trabajo o la Iglesia. El propio Francisco profundizó una homilía sobre el pasaje del Evangelio según Marcos (6:1-6) en el que se relata el regreso de Jesús a Nazaret para enseñar cuando ya venía precedido de una gran fama por toda Galilea. Y es allí, en su aldea natal donde no fue capaz de realizar ningún prodigio por la falta de fe.

No me extraña que el Papa se sienta interpelado a diario, repitiéndose que él tampoco es bien aceptado en su país, en su caso el Pueblo de Dios, con personas que le rechazan abiertamente mientras en las periferias le siguen con admiración valorando su ejemplo y su mensaje. Algunos han ido más lejos expresando lo que tantos callan: que el Señor se lo lleva pronto, eufemismo del deseo de que se muera de una vez para volver a “lo de siempre”. Él tiene sus similitudes con Jesús: no viene de la Curia romana, no es un teólogo de carrera y cuestiona los lobbies de poder en la Iglesia. Y encima, predica mejor que los escribas del siglo XXI y vive contracorriente al poder institucional que se le supone al Vaticano.

El resultado es que no es profeta en sus lares. No pocos rigoristas se escandalizan en lugar de abrirse a la evidencia del cambio necesario que propugna Francisco a través de la sinodalidad: ¡Dios es demasiado grande para rebajare a hablar a través de un hombre poco ortodoxo y tan rojeras!”.

Francisco recuerda que esto sucede por el escándalo que conlleva la Encarnación: “Dios hecho carne, que piensa con una mente humana, trabaja y actúa con manos humanas, ama con un corazón humano, un Dios que lucha, come y duerme como cada uno de nosotros”.

Nos alimentamos de racionalidad excesiva, que suple a la falta de verdadera fe para vivir la realidad con otra mirada. Francisco no cesa de hacer hincapié en que el Señor hoy nos invita a adoptar una actitud de “escucha humilde y de espera dócil, porque la gracia de Dios a menudo se nos presenta de maneras sorprendentes, que no se corresponden con nuestras expectativas”, si estamos abiertos a lo imprevisible.

Por eso es importante esforzarnos para abrir el corazón y la mente, “para escuchar y acoger a la realidad divina que viene a nuestro encuentro”.

No bastan los gestos y los signos si vivimos en la pura razón de la estrechez de la mente, queriendo razonarlo todo y rechazando lo que el razonamiento no es capaz de asimilar. Lo esencial es invisible a los ojos, decía el principito de A. de Saint Exupéry. Lo necesario de verdad es activar la inteligencia espiritual en su justa medida, es decir en profundidad, sin tantos rodeos superficiales por miedo a encontrarnos con la experiencia del Amor con mayúsculas. Y algunos de los que rechazan la actitud evangelizadora del Papa, son los que gritan cada vez más fuerte que Francisco no es querido en su tierra. No importa, le acogerán los excluidos, que son los predilectos del Evangelio.

MARGIT ECKHOLT: "FRANCISCO VE LA NECESIDAD DE NO CERRARSE A LA DISCUSIÓN ACERCA DE LA ORDENACIÓN SACRAMENTAL DE MUJERES"



col arregi

 

La teóloga alemana Margit Eckholt ha sido la protagonista de la séptima edición de la Tribuna Joan Carrera, celebrada en Barcelona el pasado 5 de marzo, y en donde ha reivindicado que "un diaconado femenino que no sea sacramental será una ofensa a todas aquellas mujeres que trabajan en la Iglesia, y un ministerio no sacramental supondrá un diaconado de segundo orden.

Hasta hace pocos meses presidenta de la Asociación Europea de Teología Católica y miembro del Comité Sinodal de Alemania, esta profesora de dogmática y teología fundamental en la Universidad de Osnabrück, destaca, en entrevista con Religión Digital, la importancia de que el Papa y su Consejo de Cardenales hayan invitado recientemente a una de sus reuniones a una obispa anglicana. "Significa que ven la necesidad de no cerrarse a la discusión acerca de la ordenación sacramental de mujeres".

El papa Francisco ha dicho que es necesario “desmasculinizar” la Iglesia. ¿Le daría algún consejo para iniciar la tarea?

El papa Francisco ha nombrado en los últimos años a varias mujeres para funciones directrices en Consejos o Comisiones de la Curia. Ya empezó a integrar a mujeres en funciones de liderazgo según sus competencias en esas específicas instituciones. Eso se nota también en el Informe de síntesis “Una Iglesia sinodal en misión”, que fue publicado después del Sínodo de Roma en octubre 2023, y en el Informe se habla de la necesidad de cambios en el nivel del derecho canónico referente a una participación mayor de mujeres en la Iglesia: “Es urgente garantizar que las mujeres puedan participar en los procesos de decisión y asumir roles de responsabilidad en la pastoral y en el ministerio. El Santo Padre ha aumentado considerablemente el número de mujeres en posiciones de responsabilidad en la Curia Romana. Lo mismo debería ocurrir en otros niveles de la vida de la Iglesia. Habría que adaptar, en consecuencia, el derecho canónico.”

Pero, cierto, si el Papa habla de “desmasculinizar” la Iglesia, no es solamente un asunto de una presencia mayor de mujeres dentro de puestos de liderazgo, o una presencia mayor en la Asamblea Sinodal. Se trata más de una cuestión de la “cultura” eclesial, de trabajar juntos, mujeres y varones, clero y laicos y laicas, de superar una “misoginia escondida” o un cierto machismo, de ser de verdad Iglesia como Pueblo de Dios, caminando juntos y juntas, ser Iglesia fraternal y sororal (en alemán tenemos la palabra linda de “geschwisterlich”, difícil a traducir al castellano).

La última reunión del Consejo de Cardenales incluyó la visita de varias mujeres para hablar con el Consejo de Cardenales que asesora al Papa en el gobierno de la Iglesia, incluida una obispa anglicana. ¿Qué opina de ese gesto?

Para mí es más que un gesto, es un signo importante de que el papa Francisco toma en serio las múltiples voces de mujeres dentro la Asamblea sinodal y en la fase preparatoria en los diferentes procesos sinodales continentales que enfocan la importancia de trabajar con seriedad el tema del papel de mujeres en la Iglesia.

Ese tema es uno de los signos de los tiempos de la actualidad de los cuales depende el futuro y la credibilidad de la Iglesia. Y Francisco quiere informarse, junto con el Consejo de Cardenales, escuchando a mujeres –teólogas, laicas, religiosas etc.- sobre el “estado de la cuestión”: sobre temas importantes de la antropología teológica, sobre la formación de los sacerdotes y la presencia de mujeres, sobre el diaconado femenino etc.

Fue muy importante la invitación de la obispa anglicana Joe Wells, una de las primeras mujeres de la Iglesia anglicana que recibió la ordenación. Escucharla a ella como obispa, con ordenación sacramental, es un signo muy importante de que el papa Francisco y el Consejo de Cardenales quieren escuchar a mujeres que han recibido una ordenación sacramental. Para mí es una actitud sinodal muy importante, significa que ven la necesidad de no cerrarse a la discusión acerca de la ordenación sacramental de mujeres. Es un tema que salió en el Sínodo y en diferentes sínodos continentales y locales en la fase preparatoria.

¿Cree que este es un paso previo al reconocimiento del diaconado femenino?

Cierto, es uno de los muchos pasos necesarios para poder reconocer el diaconado femenino dentro de los ministerios eclesiales. Pero referente a ese tema, había diferentes posturas en el Sínodo: posturas en favor que quieren reanudar una tradición de la Iglesia antigua; otras en contra, porque no ven ese nexo con la tradición; y otras que, así lo dice el Informe de síntesis del Sínodo, “que ven en ese paso una respuesta adecuada y necesaria referente a los signos del tiempo, fiel a la tradición y con un eco en los corazones de muchos/as que buscan nueva vitalidad y energía en la Iglesia”.

En el Sínodo se ha discutido también el diaconado permanente (de los varones); pienso que el tema del diaconado femenino es vinculado con toda la renovación de la Iglesia en perspectiva “diaconal”: para poder ser Iglesia en las huellas del Jesús pobre, al lado sobre todo de todos y todas que son “pobres” –en el sentido de ser excluidos/as de diferentes maneras, a causa de su situación económica, su pertenencia étnica, su sexo etc-. Abrir los ministerios y encontrar nuevas formas ministeriales, sea de ministerios laicales o sacramentales, tiene que ver con la renovación de la Iglesia como tal, en esa perspectiva “diaconal” y “fraternal” y “sororal”.  

De aprobarse el diaconado femenino, ¿deberíamos olvidarnos por un tiempo del sacerdocio femenino, o es un primer paso?

No sabemos el momento ni forma que el papa Francisco y la Curia van a dar al diaconado femenino, si van a abrir ese ministerio para mujeres. No conocemos los resultados de la segunda comisión establecida por parte del Papa y que ha concluido sus trabajos el año pasado: puede ser la forma de un diaconado femenino con forma sacramental, como lo conocemos de la Iglesia de los primeros siglos, o puede ser la forma de un diaconado femenino no-sacramental, con una ordenación para un ministerio laical.

La figura del diaconado sacramental, cierto, va a abrir las discusiones acerca de la ordenación sacramental de mujeres en general. Cada ministerio se refiere a la “representación de Cristo”, eso, en este momento, se disputa y critica mucho en los textos del Magisterio. Por eso necesitamos espacios para discusiones abiertas, para el intercambio sinodal de posturas teológicas diferentes y para poder debatir un documento importante del Magisterio como la “Ordinatio sacerdotalis”.

¿Qué puntuación le daría al pontificado del papa Francisco sobre la cuestión de la actualización del papel de la mujer en la Iglesia?

El tema del papel de la mujer en la Iglesia cada vez está más presente en la Iglesia. Todos y todas, incluso la Curia, saben que no es posible no tomar posición referente a ese tema, y que es de una transcendencia fundamental para la Iglesia en la actualidad y en el futuro. El tema está en la agenda del Sínodo de Roma y en los procesos sinodales en las Iglesias locales en todos los continentes.

Asistentes a la conferencia de Margit Eckholt en la Tribuna Joan Carrera TJC

El Vaticano ha criticado reiteradamente las reformas del Camino Sinodal alemán, la última de ellas hace unos días, al pedirle a la Conferencia Episcopal Alemana que no votase la aprobación de los estatutos del Comité Sinodal. ¿Ve todavía un futuro para el Camino Sinodal dentro de la Iglesia católica o acabará fuera de la órbita de Roma?

Estamos en la Iglesia católica en tiempos de sinodalidad, y un tema muy importante del Sínodo de Roma fue y va a ser reflexionar más sobre la autoridad del ministerio de los obispos dentro de nuevas estructuras sinodales de la Iglesia. En ese sentido, el Camino Sinodal alemán no se encuentra “fuera de la órbita de Roma”, pero es una concreta forma de búsqueda de estructuras sinodales inculturadas en el contexto específico de la Iglesia en Alemania.

Ya desde el siglo XIX se ha desarrollado en Alemania una forma del catolicismo laical – y esa forma se ha fortalecido después de la Segunda Guerra Mundial, después del régimen nazi con todas sus crueldades– que se orienta a una cultura democrática, con formas de participación de laicos y laicas y de cooperación con los obispos, que es diferente de la Acción Católica vigente en ese tiempo por ejemplo en Italia o España.

Sinodalidad significa tomar en serio los aspectos concretos de ser Iglesia en los diferentes contextos locales y culturales. Sinodalidad es un proceso de aprendizaje. En ese sentido, veo el futuro del Camino Sinodal dentro del proyecto sinodal de la Iglesia universal.

 

José Lorenzo

Religión Digital

PERDER PARA GANAR. FECUNDIDAD INSOSPECHADA col labrador (Jn 12.20-33)


col labrador

 fe adulta


Con el texto de este último domingo de Cuaresma nos vamos situando en el pórtico de la Semana Santa. Es decir, en las consecuencias de una existencia vivida al modo de Jesús. Jesús muere no solo como consecuencia de su encarnación. Es decir, porque los hombres y las mujeres, morimos, sino que Jesús muere porque los hombres y las mujereas matan. En este texto Jesús revela el verdadero sentido de la existencia humana, que no es otro que estar dispuestos a entregarla por amor.

Pero el amor no es un ideal “blando” ni romántico, sino que pasa por el descentramiento de uno mismo, y la vivencia de una fidelidad y libertad conflictiva, vividas desde el convencimiento y la confianza en su  fecundidad misteriosa. Una fecundidad que no es “automática”, sino sembradora de un futuro alternativo. La lógica del evangelio no es exitosa ni triunfalista. El mesianismo de Jesús es un mesianismo descalzo que nos invita como iglesia a situarnos al lado de los perdedores y perdedoras de la historia para, desde abajo y desde dentro, señalar que es urgente y necesario otro mundo posible, sin primeros ni últimos, e ir alumbrándolo, desde la práctica de la gratuidad y el amor generoso, que antepone el bien común a los intereses  privados.

Esta lógica chirria frontalmente con el individualismo dominante, el sálvese quien pueda, la meritocracia, o el no todas las vidas importan, que son algunos de los dogmas con que el capitalismo neoliberal coloniza nuestras conciencias y sensibilidad. Pero el evangelio nos hace otra propuesta alternativa: la  Fraternidad, que se  construye desde un nosotros inclusivo y no desde el yo narcisista.  El camino de la  fraternidad lleva muchas veces a un aparente “perder para ganar” y a trabajar con conciencia del a largo plazo, pero con la confianza profunda  en que  lo que no  se da no se pierde y lo entregado gratuitamente puede ser semilla de un futuro inédito.

Sin embargo, una interpretación literalista de este texto puede a conducir a una inadecuada en la comprensión de la autoestima y el amor a uno mismo como una realidad no querida por Dios. Sin embargo, solo desde el amor y el reconocimiento de la propia dignidad humana en cada uno de nosotros podemos amar  y reconocer la de otros. El problema es cuando convertimos nuestro yo y nuestras necesidades personales en la medida de lo humano y en el centro de nuestros ideales y acciones, olvidando que somos en interdependencia y  en relación  y que solo desde este ser en comunión y en projimidad alcanzamos nuestra plenitud como personas. Vivir de esta manera tiene sus dificultades, pero también nos lleva a tener existencias que merezcan la alegría y el sentido de ser vividas y en esa aventura experimentar que el Dios de Jesús hace camino con nosotras sosteniéndonos y alentándonos de una forma insospechada, desde el misterio de la Pascua.

NO SE AMA IMPUNEMENTE José Antonio Pagola



Pocas frases tan provocativas como las que escuchamos hoy en el evangelio: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere da mucho fruto». El pensamiento de Jesús es claro. No se puede engendrar vida sin dar la propia. No se puede hacer vivir a los demás si uno no está dispuesto a «desvivirse» por los otros. La vida es fruto del amor, y brota en la medida en que sabemos entregarnos.

En el cristianismo no se ha distinguido siempre con claridad el sufrimiento que está en nuestras manos suprimir y el sufrimiento que no podemos eliminar. Hay un sufrimiento inevitable, reflejo de nuestra condición creatural, y que nos descubre la distancia que todavía existe entre lo que somos y lo que estamos llamados a ser. Pero hay también un sufrimiento que es fruto de nuestros egoísmos e injusticias. Un sufrimiento con el que las personas nos herimos mutuamente.

Es natural que nos apartemos del dolor, que busquemos evitarlo siempre que sea posible, que luchemos por suprimirlo de nosotros. Pero precisamente por eso hay un sufrimiento que es necesario asumir en la vida: el sufrimiento aceptado como precio de nuestro esfuerzo por hacerlo desaparecer de entre los hombres. «El dolor solo es bueno si lleva adelante el proceso de su supresión» (Dorothee Sölle).

Es claro que en la vida podríamos evitarnos muchos sufrimientos, amarguras y sinsabores. Bastaría con cerrar los ojos ante los sufrimientos ajenos y encerrarnos en la búsqueda egoísta de nuestra dicha. Pero siempre sería a un precio demasiado elevado: dejando sencillamente de amar.

Cuando uno ama y vive intensamente la vida, no puede vivir indiferente al sufrimiento grande o pequeño de las gentes. El que ama se hace vulnerable. Amar a los otros incluye sufrimiento, «compasión», solidaridad en el dolor. «No existe ningún sufrimiento que nos pueda ser ajeno» (K. Simonow). Esta solidaridad dolorosa hace surgir salvación y liberación para el ser humano. Es lo que descubrimos en el Crucificado: salva quien comparte el dolor y se solidariza con el que sufre.

TU VIDA BIOLÓGICA ES SOLO UN MEDIO PARA ALCANZAR LA VERDADERA VIDA DOMINGO 5º DE CUARESMA (B) Jn 12, 20-33f


 fe adulta


Estamos en el c. 12. Después de la unción en Betania y de la entrada triunfal en Jerusalén, y como respuesta a los griegos que querían verle, Juan pone en boca de Jesús un pequeño discurso que no responde ni a los griegos ni a Felipe y Andrés. Versa, como el domingo pasado, sobre la Vida, pero desde otro punto de vista. Aquí la Vida solo puede ser alcanzada aceptando la muerte del falso yo. También hoy Jesús es levantado en alto, pero para atraer a todos hacia él. Los “griegos” que quieren ver a Jesús podían ser simplemente extranjeros simpatizantes del judaísmo. El mensaje de Juan es claro: Los judíos rechazan a Jesús, y los paganos le buscan.

Ha llegado la hora de que se manifieste la gloria de este Hombre. Todo el evangelio de Juan está concentrado en la “hora”. Por tres veces se ha repetido la palabra “hora”; y otras tres, aparece el adverbio “ahora”. Es el momento decisivo de la cruz, en el que se manifiesta la gloria-amor de Dios y de “este Hombre”. En su entrega total refleja lo que es Dios. Todos estamos llamados a esa plenitud humana que se manifiesta en el amor-entrega. Ahora es posible la apertura a todos. El valor fundamental del hombre no depende ni de religión ni de raza ni de cultura. Los que buscaban su salvación en el templo tienen que descubrirla ahora en “el Hombre”.

Si el grano de trigo no muere, permanece él solo; Declaración rotunda y central para Juan. Dar Vida es la misión de Jesús. La Vida se comunica aceptando la muerte. La Vida es fruto del amor. El egoísmo es la cáscara que impide germinar esa vida. Amar es romper la cáscara y darse. La muerte del falso yo es la condición para que la Vida se libere. La incorporación de todos a la Vida es la tarea de Jesús y será posible gracias a su entrega hasta la muerte. El fruto no dependerá de la comunicación de un mensaje sino de la manifestación del amor total. Ese amor es el verdadero mensaje. El fruto-amor solo puede darse en relación con otros.

Hoy sabemos que el grano de trigo muere solo en apariencia. Desaparece lo accidental (la pulpa) para ser alimento de lo esencial (el embrión). En la semilla hay vida, pero está latente, esperando la oportunidad de desplegarse. Esto es muy importante a la hora de interpretar el evangelio de hoy. La vida no se pierde cuando se convierte en alimento de la verdadera Vida. La vida biológica cobra pleno sentido cuando se pone al servicio de la Vida. La vida humana llega a su plenitud cuando trasciende lo puramente natural. Lo biológico no queda anulado por lo espiritual.

Tener apego a la propia vida es destruirse, despreciar la propia vida en medio del orden este, es conservarse para una Vida definitiva. La traducción del griego es muy difícil. Primero habla de “psyche” (vida psicológica) y al final, de “zoen” vida, pero al añadir “aionion” perdurable, eterna, (vitam aeternam), está hablando de una vida trascendente. No es un trabalenguas, está hablando de dos realidades distintas. Hoy podemos entenderlo mejor. Se trata de ganar o perder tu “ego”, falso yo, lo que crees ser o de ganar o perder tu verdadero ser, lo que hay en ti de trascendente.

El amor consiste en superar el apego a la vida biológica y sicológica. En contra de lo que parece, entregar la vida no es desperdiciarla, sino llevarla a plenitud. No se trata de entregarla de una vez muriendo, sino de entregarla poco a poco en cada instante, sin miedo a que se termine. El mensaje de Jesús no conlleva un desprecio a la vida, sino todo lo contrario; solo cuando nos atrevemos a vivir a tope, dando pleno sentido a la vida, alcanzaremos la plenitud a la que estamos llamados. La muerte al falso yo no es la destrucción de la vida biológica, sino su plenitud. Si tomas consciencia de esto y has perdido el temor a la muerte, nadie ni nada te podrá esclavizar.

El que quiera colaborar conmigo, que me siga. “Diakonos” significa servir, pero por amor, no servir como esclavo. Traducir por servidor, no deja claro el sentido del texto. Seguir a Jesús es compartir la misma suerte; es entrar en la esfera de lo divino, es dejarse llevar por el Espíritu. El lugar donde habita Jesús, es el de la plenitud de Vida en el amor. Lo manifestará cuando llegue su “hora”. Allí entregando su vida, hará presente el Amor total, Dios. No se trata de la muerte física que él sufrió. Se trata de dar la vida, día a día, en la entrega confiada a los demás.

Ahora me siento fuertemente agitado; ¿Qué voy a decir?  “Padre líbrame de esta hora” ¡Pero, si para esto he venido, para esta hora! En esta escena, que los sinópticos colocan en Getsemaní, se manifiesta la auténtica humanidad de Jesús. Está diciendo, que ni siquiera para Jesús fue fácil lo que está proponiendo. Se trata del signo supremo de la muerte al “ego”. Se deja llevar por el Espíritu, pero eso no suprime su condición de “hombre”. Su parte sensitiva protesta vivamente. Pero está en el ámbito de la Vida, y eso le permite descubrir que se trata del paso definitivo.

Ahora el jefe del orden este va a ser echado fuera. Cuando sea levantado de la tierra, tiraré de todos hacia mí. Como el domingo pasado, identifica la cruz y la glorificación, idea clave para entender el evangelio de Juan. Muerte y vida se mezclan y se confunden en este evangelio. Habla de dos clases de muerte y dos clases de vida. Una es la muerte espiritual y otra la muerte física, que ni añade ni quita nada al verdadero ser del hombre. La muerte física no es imprescindible para llegar a la Vida. La muerte al falso “yo”, sí. La Vida de Dios en nosotros, es una realidad muy difícil de aprehender, pero a la que hay que llegar para alcanzar la plenitud humana. Toda vida espiritual es un proceso, un paso de la muerte a la vida, de la materia al espíritu.

La atracción de Jesús, una vez que ha sido levantado, no es una fuerza que nos llega desde fuera, sino un descubrimiento de que eso que vivió Jesús debemos vivirlo nosotros porque es nuestra verdadera naturaleza. Su Vida es la misma Vida de Dios y resuena en nosotros con total naturalidad, porque también está en nosotros. Ser lo que él fue es la meta de todo ser humano, porque es la única manera de desplegar nuestra humanidad. El cristo que llevo dentro me está empujando a la entrega a los demás, pero debo superar a la fuerza del ego que también me atenaza.

Mi plenitud humana no puede estar en la satisfacción de los sentidos, de las pasiones, de los apetitos, sino que tiene que estar en lo que tengo de específicamente humano; es decir, en el desarrollo de mi capacidad de conocer y de amar. Debo descubrir que mi verdadero ser consiste en darme a los demás. El dolor que causa el renunciar a la satisfacción del ego, la interpreta el evangelio como muerte, y solo a través de esa muerte se puede acceder a la verdadera Vida. Si ponemos todo nuestro ser al servicio de la vida biológica y psicológica, nunca alcanzaremos la espiritual.