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ATALAYA

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martes, 22 de agosto de 2017

Los comisarios del pensamiento Único


Hemos dejado por ahora el tema de Venezuela. Los sucesos de Barcelona y las reflexiones de George sobre la vida y la muerte, continuando las de Blas han mantenido activo ATRIO. Pero a esta redacción le interesa mucho volver sobre el tema de la manipulación sistemática de los grandes medios hasta conseguir un pensamiento único. Sobre si lo mejor para Venezuela y Latinoamérica es la revolución chavista, defendida ahora como puede por Maduro, se ha podido discutir aquí. No es esta una opción en la que ATRIO imponga una única opinión. Pero contra el uso de la mentira programada para conseguir el triunfo de una política —y de eso trata este artículo con seriedad— sí que nos queremos definir en ATRIO. Y seguiremos haciéndolo mientras no se nos convenza, por ejemplo, de que no votaron la ANC los ocho millones y pico que declaró la oficina del censo. AD.

Los comisarios del pensamiento Único.

Carlos Fazio, La Jornada. México. 15-8-2017.


Hoy, cuando la canalla ca está desatada en el mundo occidental, no está de más recordar que como otros términos del discurso político, la palabra “democracia” tiene un significado técnico orwelliano cuando se usa en exaltaciones retóricas o en el “periodismo” habitual, para referirse a los esfuerzos de Estados Unidos y de sus aliados para imponer la democracia liberal representativa a Estados considerados “forajidos” como la Venezuela actual.
En ese contexto, se ha convertido en un lugar común que cuando más democracia y libertades se dice reconocer y defender, más se reprime la facultad de pensar; sobre todo, la actividad de pensar a contracorriente. Con la novedad de que en la persecución del pensamiento crítico ya no hay fronteras. Pero sucede, además, que en el nuevo panóptico planetario y en el marco de la guerra de espectro completo en curso, quienes cuestionan el orden hegemónico o no se ajustan al marco del dogma establecido por los amos del universo, pueden convertirse en un objetivo político-militar.
Pensar entraña riesgos y trae consecuencias. Ello ocurre en las ciencias sociales y las humanidades, pero también en el periodismo. En la actual coyuntura, bien lo saben, entre otros, Atilio Borón (Página 12, Rebelión.org,)y Luis Hernández (coordinador de Opinión de La Jornada), quienes por practicar el ejercicio crítico de pensar con cabeza propia, son objeto de mofa, presiones y campañas de estigmatización y criminalización por un puñado de diletantes vigilantes del pensamiento único neoliberal que responden a un mismo y nauseabundo guión de Washington.
“Nicolás Maduro dictador” emite la voz del amo desde las usinas del poder mundial, y el eco es amplificado urbi et orbi por una cohorte de amanuenses subvencionados y tarifados. El esquema es simple: para el periodismo mercenario, el “Maduro dictador” sustituye hoy a “las armas de destrucción masivas” de Sadam Hussein, en 2003. El saldo de la mentira del Pentágono como arma de guerra costó más de un millón de muertos; pero eran iraquíes.
El modelo “comunicacional” está bien engrasado. Permite debates, críticas y discrepancias, en tanto se permanezca fielmente dentro del sistema de presupuestos y principios que constituyen el consenso de la elite. Es un sistema tan poderoso que puede ser interiorizado en su mayor parte, sin tener conciencia de ello. En general, quien tiene ideas equivocadas o intenta romper el molde es apartado o ignorado; pero en ocasiones puede ser satanizado por los llamados intelectuales públicos, los pensadores políticamente correctos, la gente que escribe editoriales y cosas así, y es colocado frente al paredón de la “prensa libre”.
Recuerda Marcos Roitman que los ideólogos del actual sistema de dominación han reinterpretado los saberes y el conocimiento bajo una única racionalidad: la del capital. El capital niega su carácter totalitario. En su dimensión política, el capitalismo socializa la violencia y deslastra la historia que le resulta incómoda. Bajo los criterios de la “colonialidad del saber”, es capaz de eliminar al nazismo y al fascismo −también al franquismo, al somocismo, al duvalierismo y el pinochetismo− como fenómenos inherentes a su racionalidad.
  1. Lippmann y la ingeniería del consenso

Hace más de un cuarto de siglo, en Los guardianes de la libertad (Grijalbo Mondadori, 1990), Noam Chomsky y Edward S. Herman develaron el uso operacional de los mecanismos de todo un modelo de propaganda al servicio del “interés nacional” (de EU) y la dominación imperial. Nos enseñaron a examinar la estructura de los medios (la riqueza del propietario) y cómo se relacionan con otros sistemas de poder y de autoridad. Por ejemplo, el gobierno (que les da publicidad, fuente principal de ingresos), las corporaciones empresariales, las universidades.
Asimismo, diseccionaron a los medios de elite (The New York Times, The Washington Post, CBS y otros) que marcan “la agenda” de los gestores políticos, empresariales y doctrinarios (profesores universitarios), pero también la de otros periodistas, analistas y “expertos” de los medios de difusión masiva que se ocupan de organizar el modo en que la gente debe pensar y ver las cosas.
Demostraron, en síntesis, cómo mediante la violencia psicológica o simbólica e indignantes campañas de intoxicación lingüística (des)informativas y supresiones (“las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca”, nos alerta a su vez Emir Sader); manipulaciones, normas doble-estándares y duplicidades; sesgos sistemáticos, matizaciones, énfasis y tonos, y de la selección del contexto, las premisas y el orden del día general, se lleva a cabo el control elitista de la sociedad mediante lo que Walter Lippmann denominó “la ingeniería del consenso”.
Ese modelo de propaganda −por lo general dicotómico o maniqueo: verbigracia “Maduro dictador vs. la oposición democrática de la MUD”; las hordas chavistas vs. los luchadores de la libertad de D. Trump− deja entrever que el “propósito social” de los medios es inculcar y defender el orden del día económico, social y político de los grupos privilegiados. Para ello, la fórmula es sencilla: los dueños de la sociedad utilizan a una “clase especializada” −conformada por “hombres responsables” y “expertos” que tienen acceso a la información y a la comprensión, en particular, académicos, intelectuales y periodistas− para que regule las formas de organización del rebaño desconcertado; para manufacturar el consentimiento y mantener a la chusma a raya.
Todo el sistema de ideas políticas del imperialismo tiende a argumentar su derecho a la dominación, a la supeditación del Estado a los monopolios en todas las esferas de la vida; a la manipulación de las masas y la desinformación de la “opinión pública. Según Lippmann, la labor del público es limitada. El público no razona, no investiga, no convence, no negocia o establece. Por ese motivo, “hay que poner al público en su lugar”. La multitud aturdida, que da golpes con los pies y ruge, “tiene su función: ser el espectador interesado de la acción”. No el participante.
  1. Medios domesticados: la mentira del silencio

Para Chomsky, la tarea de los medios privados que responden a los intereses de sus propietarios, consiste en crear un público pasivo y obediente, no un participante en la toma de decisiones. Se trata de crear una comunidad atomizada y aislada, de forma que no pueda organizarse y ejercer sus potencialidades para convertirse en una fuerza poderosa e independiente que pueda hacer saltar por los aires todo el tinglado de la concentración del poder.
¿Ejemplo? Los 8.089.320 votantes que a despecho de las amenazas imperiales y la ofensiva terrorista paramilitar decidieron empoderar a los/as nuevos constituyentes.
Sólo que para que el mecanismo funcione, es necesaria, también, la domesticación de los medios; su adoctrinamiento. Es decir, generar una mentalidad de manada. Hacer que los periodistas y columnistas huyan de todo imperativo ético y caigan en las redes de la propaganda o el doble pensar. Es decir, que se crean su propio cuento y lo justifiquen por autocomplacencia, pragmatismo puro, individualismo exacerbado o regodeo nihilista. Y que, disciplinados, escudados en la “razón de Estado” o el “deber patriótico”, asuman –por intereses de clase o por conservar su estabilidad laboral− la ideología del patrioterismo reaccionario. En definitiva, el miedo a manifestar el desacuerdo termina trastocando la prudencia en asimilación, sumisión y cobardía.
Moraleja: no se vale discrepar con el consenso. Solo se debe pensar en una sola dirección, la presentada por el sistema de dominación capitalista. Y si para garantizar el consentimiento es necesario aplicar las herramientas de la guerra psicológica para el control de las masas (como azuzar el miedo, fomentar la sumisión y generar un pánico y terror paralizantes), los comisarios del gran hermano entran en operación bajo el paraguas de lo políticamente correcto, amparados por todo un sistema de dádivas y premios que brindan un poco de confort y poder acomodaticio.
  1. La no noticia y el Consenso de Lima

Ya encarrerado, el pensamiento reaccionario se refuerza bajo un discurso de desprecio y odio clasista, xenófobo y racista. Siete jóvenes han sido quemados por parecer “chavistas” por los “demócratas” que defienden los 12 presidentes latinoamericanos del “Consenso de Lima”.
En consecuencia, aduladores de los poderes fácticos que actúan en las zonas de penumbra, los social-conformistas de los grandes medios –con el periódico El País de Madrid como buque insignia de la prensa en español− practican a diario el lenguaje operacional del orden sistémico, reproduciendo la lógica de la dominación de manera expansiva.
Así, casi cada día durante los últimos cuatro meses, en Ciudad de México, Madrid, Bogotá o Buenos Aires, el pensamiento reaccionario apuntala la contrarrevolución en Venezuela. Y ello es así porque el poder real ha creado un ejército de hombres y mujeres dedicados a mantener y reproducir la ideología dominante y desarticular el pensamiento crítico; dedicados a frenar el cambio social y democrático de los de abajo mediante “la mentira del silencio” (Sader). Es decir, negando la existencia de lo que no se quiere que se conozca, por ejemplo, en la coyuntura, la formidable victoria del chavismo bravío y los nuevos constituyentes antisistémicos (anticapitalistas y antimperialistas). O, como señala Ángeles Díez, sustituyendo la información principal por la “no noticia”: un atentado de los violentos de la MUD se atribuyó mágicamente a la “represión” de Maduro (aderezado con titulares que reforzaban una matriz de opinión con eje en el autogolpe de Estado, la violencia, el caos y la emergencia humanitaria), para difuminar la verdadera noticia: que el 30/J ocho millones respaldaron la Constituyente.
El poder reclama una única racionalidad, un solo orden, una sola intransigencia verdadera. Es por eso, también, que a la manera de divisiones y/o francotiradores de un ejército vasallo en el frente externo −y dado que toda intervención militar es precedida por una campaña de intoxicación mediática con eje en la guerra psicológica−, los paraperiodistas tienen la misión de vigilar, hostigar y presionar a quienes, como Atilio BorónLuis Hernández, se apartan del consenso de la elite reaccionaria.
A la biopolítica del cuerpo se suma hoy la psicopolítica de la mente (Roitman). Y así, los saberes políticamente correctos forman parte del modelo de dominación y marcan el ritmo de la pulsión del poder: quienes levanten la voz y se aparten de la manada serán denigrados, hostigados y/o castigados. En sentido contrario, y en el marco de la guerra no convencional y asimétrica que libran el Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra el gobierno constitucional y legítimo de Nicolás Maduro y el pueblo de Venezuela, una agenda con la atención constante hacia las víctimas de la represión de la “dictadura” venezolana, ayuda a convencer al público de la maldad del enemigo y prepara el terreno para justificar la subversión de la MUD y una eventual intervención “humanitaria” del Pentágono.
  1. Auschwitz, el trabajo sucio y los neomaccarthistas

El genocidio de Hitler y la Alemania nazi fue un acto consentido por el pueblo alemán; los hornos crematorios funcionaron a plena luz del día. Con distintas modalidades, el horror de Auschwitz y Treblinka se replica hoy en Afganistán, Irak, Libia, Siria, Colombia y en el México de las fosas comunes. Las víctimas mortales de las guerras coloniales del Pentágono y la OTAN en Afganistán, Pakistán e Irak ascienden a cuatro millones. En general, la “buena prensa” de Occidente ha apoyado o justificado todas esas atrocidades. Es fácil predecir qué ocurriría en caso de estallar una intervención “humanitaria” o una guerra civil auspiciada por Estados Unidos en Venezuela.
El uso de la mentira con fines políticos es de vieja data. En 1950, el informe de la Comisión Tydings sobre el senador Joseph McCarthy y el maccarthismo, señaló: “Hemos visto utilizar aquí por primera vez en nuestra historia la técnica de ‘la gran mentira’. Hemos visto cómo, mediante la insistencia y la mezcla de falsedades (simples habladurías, tergiversaciones, murmuraciones y mentiras deliberadas), es posible engañar a un gran número de gente”.
Los periodistas, editores y directores de la gran prensa estadunidense, que con frecuencia sabían que McCarthy estaba mintiendo, escribían y divulgaron lo que él decía y dejaban que el lector, que no tenía ningún medio de averiguarlo, intentara deducir la verdad. Un día, el senador republicano John Bricker, le dijo a McCarthy: “Joe, usted es realmente un hijo de puta. Pero a veces es conveniente tener hijos de puta a nuestro alrededor para que se encarguen de los trabajos sucios”.
El propósito del maccarthismo fue revertir el pacto social keynesiano (el Estado benefactor) que redistribuía parte de las ganancias del capital hacia abajo. Ronald Reagan profundizó el proyecto conocido hoy como neoliberalismo, con epicentro en la liquidación de los bienes y la esfera pública y la mercantilización y privatización radical de todo. El macartismo hizo escuela y lo practican ahora muchos periodistas en el caso Venezuela (¡estúpidos, es el petróleo!), pero las madres no tienen la culpa…

Reflexión teológica tras los sucesos de Barcelona


Apreciadas amigas, apreciados amigos: Como secretario de la Asociación Juan XXIII les envío una declaración de actualidad, que espero sea de su interés

DECLARACIÓN DE LA JUNTA DIRECTIVA DE LA ASOCIACIÓN DE TEÓLOGAS Y TEÓLOGOS JUAN XXIII CON MOTIVO DE LOS ATENTADOS TERRORISTAS DE BARCELONA Y CAMBRILS



    1. La Asociación de Teólogas y Teólogos Juan XXIII desea expresar la más enérgica condenade los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils, que han costado la vida a 14 personas, herido a ciento veintiséis personas, pertenecientes a treinta y cinco nacionalidades, sembrado el terror en la ciudadanía, sumido en el dolor a numerosas familias, conmocionado al mundo entero por su irracionalidad e inhumanidad y generado la repulsa de la comunidad internacional.
    2. El atentando de Barcelona ha sucedido en La Rambla, lugar de encuentro intercultural, interétnico, interlingüístico y, según Federico García Lorca, “la calle más alegre del mundo, donde juntas viven las cuatro estaciones… rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre”. Con él los terroristas han pretendido sembrar el miedo y el terror en un lugar emblemático de con-vivencia. Creemos que la mejor respuesta a la violencia ciega de los terroristas es que La Rambla siga siendo ese lugar donde se encuentran armónica y pacíficamente hombres y mujeres de todas las edades, ideologías, pueblos, culturas y religiones.
    3. Afirmamos que el odio, la intolerancia, el fanatismo y la violencia, si bien en no pocas ocasiones han sido fomentados por las religiones y practicadas por organizaciones que dicen actuar en nombre de Dios, no son actitudes auténticamente religiosas, ni pertenecen a su naturaleza; son, más bien, patologías y gravísimas desviaciones de sus principios morales. Por eso queremosdesvincular tales comportamientos de cualquier religión y considerarlos actos de violencia ciega y criminal sin justificación religiosa alguna.
    4. La ética de las religiones se caracteriza por la lucha por la justicia y el trabajo por la paz a través de la no violencia activa, la libertad inseparable de la igualdad, la solidaridad y la hospitalidad, el pluralismo religioso y cultural y el respeto a la diferencia, que no desemboque en desigualdad. Estos valores fueron vividos ejemplarmente por muchos hombres y mujeres reformadores y dirigentes religiosos.
    5. Consideramos urgente un cambio de actitud en las políticas públicas y en los comportamientos cívicos. Es necesario abrir las puertas a las personas inmigrantes, desplazadas y refugiadas que huyen del terrorismo, de regímenes dictatoriales, de la persecución política y religiosa y de la pobreza extrema, frente a la tendencia generalizada a cerrar las fronteras. Hay que crear espacios de diálogo y encuentro frente a la xenofobia y el racismo, fomentar actitudes de hospitalidad y políticas de inclusión social y de integración bidireccional en todos los niveles: educación, vivienda, sanidad, servicios sociales, derechos humanos, reconocimiento del derecho a la diferencia y de la diferencia como derecho y como riqueza de la humanidad.
    6. Ante la violencia terrorista no podemos dejarnos vencer por el miedo paralizador, las actitudes xenofóbicas o los deseos de venganza. Hemos de comprometernos en la defensa de la vida, especialmente de quienes la tienen más amenazada, y en el deseo de convivir pacíficamente respetando el pluralismo cultural, étnico, religioso, ideológico y político, con la esperanza de construir un mundo más justo, solidario, sin violencia y sin exclusión. La seguridad es necesaria, pero nunca puede hacerse en detrimento de la libertad y de la igualdad ni a costa del recorte de los derechos humanos.
    7. Nos sumamos a la tristeza, el dolor y el duelo de la ciudadanía de Barcelona y Cambrils y de los diferentes países que en los atentados han perdido a sus conciudadanos, y especialmente de las familias afectadas por la pérdida de sus seres más queridos, a quienes queremos expresar nuestra solidaridad. Asimismo, reconocemos y valoramos muy positivamente la generosidad de la ciudadanía que desde el primer momento ha demostrado un comportamiento ejemplar en la atención a las víctimas de los atentados de múltiples formas; comportamiento que debe convertirse en práctica habitual de la conviv

Criar terroristas


Titular de “El País”: Los abuelos del sospechoso de la matanza de Barcelona: “Mi nieto no se ha educado en Marruecos”.
Y luego, en la entrevista: ”Insisten en que Younes se marchó muy joven de Marruecos. Ni los abuelos ni las tías saben precisar cuándo, aunque creen que fue hace años. “Pero una cosa es segura: mi nieto no terminó sus estudios aquí. Estudió en España”.
Mientras los especialistas de altos vuelos nos instruyen sobre la evolución del radicalismo islámico, los políticos hacen proclamas de unidad y convocan actos y manifestaciones sin cuento y la prensa y las teles se lo pasan pipa hinchándonos los oídos y la vista con innumerables repeticiones, mientras se envían más aviones a masacrar iraquíes, afganos o sirios, mientras aumentamos las pegas para viajar en avión y se hacen reiterativas llamadas a la unidad (especialmente dirigidos a la siempre sospechosa izquierda), seguimos impertérritos educando terroristas como si nada fuera con nosotros y eso del terrorismo fuera cosa de algún demonio innombrable.
Aqbouch Aboyaaqoub y Hychami Charifa, abuelos del sospechoso en busca y captura, en su casa de Marruecos.
Alguna vez, algún genio de las alturas se dará cuenta de la queja del abuelo moro de Abuyacub(a cuyo nieto, al parecer, han matado los mossos hoy en Subirats) y quizá entonces puede empezarse a hablar de porqué unos críos que hemos acogido, que viven entra nosotros sin mayor problema y que utilizan todos los medios de los que dispone nuestra rica sociedad, terminan volviéndose locos por las palabras de algún descerebrado imán.
Quizá entonces alguien caiga en la cuenta de que es nuestra rica sociedad la que está enferma (¿de poder?). Y es nuestra enfermedad la que engendra monstruos, o sea, terroristas.

TÚ ERES; YO SOY

col Dolores L Guzman

Mt 16, 13-20
Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? (v.15). Esta es la cuestión. La gran pregunta de Jesús. Porque de la respuesta que demos pende lo demás: la consideración en la que le tengamos, la resonancia de sus palabras en nosotros, y en definitiva, el replanteamiento (o no) de nuestro modo de vivir.
Los acontecimientos y, sobre todo, la gente que encontramos a lo largo de la existencia son los que van haciéndonos cambiar. Por eso, cuando contamos nuestra historia, casi siempre mencionamos a alguien en particular que nos ha marcado “de por vida”. Uno no es el mismo después de haber conocido a ciertas personas que se convierten en especiales. Nuestra mirada y nuestra memoria vuelven a ellas una y otra vez por su constante inspiración y compañía. Por eso la pregunta que hace Jesús no es trivial.
Había muchos rumores sobre Él. Pero de decir que era un profeta o un rabino a afirmar que se trata del Mesías, El Hijo de Dios vivo(v.16), hay un abismo. A los hombres y mujeres coherentes y respetables, como el Bautista, se les escucha con atención porque su autenticidad atrae y sus acciones resultan admirables; pero si quien se pone ante mí no es solo un ser humano excepcional, sino Dios mismo “en Persona”… todo cambia y la vida nos da un vuelco de 180 grados:
Lo primero, porque ya no habría nada comparable a Él; y por tanto, se convertiría en nuestro “objeto de deseo” principal. Escucharle, seguirle, amarle y servirle, sería nuestra ocupación central.
Lo segundo, porque dejándonos guiar por el verdadero Dueño y Señor de todas las cosas encontraremos el sentido de nuestra existencia y del mundo. Quien nos ha creado sabe mejor que nosotros mismos lo que damos de sí y el valor de las criaturas.
Y tercero, porque sólo reconociendo la identidad de Jesús estaremos capacitados para escuchar lo que tiene que decirnos a nosotros. Por eso, cuando Pedro declaró quién era de verdad Aquel al que habían seguido, el Señor le cambió el nombre –Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (v.18)–. Únicamente Jesús sabe bien quiénes somos y qué podemos hacer.
Si nos atrevemos a dejar que el Espíritu nos inspire y nos anime a proclamar que Jesucristo es el Señor, despejaremos la incógnita no solo de su identidad, sino de la nuestra, y descubriremos que el verbo “ser” se conjuga poniendo la segunda persona en primer lugar.

PEDRO, ENTRE DIOS Y SATANÁS

 
col sicre

El evangelio de este domingo y el del siguiente forman un díptico indisoluble. En el de hoy, Pedro recibe una revelación de Dios y una misión. En el siguiente, se convierte en portavoz de Satanás. De este modo, Mateo deja claro que lo importante es la misión recibida, no la santidad del receptor.
El evangelio de este domingo se divide en tres partes: 1) lo que piensa la gente a propósito de Jesús; 2) lo que afirma Pedro; 3) las promesas de Jesús a Pedro.
1. Lo que piensa la gente
Camino de Cesarea de Filipo, muy al norte de Israel, Jesús pregunta a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?» La expresión aramea bar enosh, podríamos traducirla con minúscula y con mayúscula.
Con minúscula, «hijo del hombre», significa «este hombre», «yo», y es frecuente en boca de Jesús para referirse a sí mismo. Por ejemplo: «Las zorras tienen madrigueras, las aves del cielo nidos, pero el hijo del hombre [este hombre] no tiene dónde recostar la cabeza» (Mt 8,20); «El hijo del hombre [este hombre, yo] tiene autoridad en la tierra para perdonar los pecados» (Mt 9,6), etc.
Con mayúscula, «Hijo del Hombre», hace pensar en un salvador futuro, extraordinario. «Os aseguro que no habréis recorrido todas las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre» (Mt 10,23); «El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles para que recojan de su reino todos los escándalos y los malhechores» (Mt 13,41); «El Hijo del Hombre ha de venir con la gloria de su Padre y acompañado de sus ángeles» (Mt 16,27).
La gente que escuchaba a Jesús podía sentirse desconcertada. Cuando usaba la expresión «el Hijo del Hombre», ¿hablaba de sí mismo, de un salvador futuro o de un gran personaje religioso? Por eso no extrañan las respuestas que recogen los discípulos. Para unos, el Hijo del Hombre es Juan Bautista; para otros, de mayor formación teológica, Elías, porque está profetizado que volverá al final de los tiempos; para otros, no sabemos por qué motivo, Jeremías o alguno de los grandes profetas. Lo común a todas las respuestas es que ninguna identifica al Hijo del Hombre con Jesús, y todas lo identifican con un profeta, pero un profeta muerto, bien hace nueve siglos (Elías) o recientemente (Juan Bautista). Es obvio que Jesús no se explicaba en este caso con suficiente claridad o era intencionadamente ambiguo.
2. Lo que afirma Pedro: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».
Estamos tan acostumbrados a escuchar la respuesta de Pedro que nos parece normal. Sin embargo, de normal no tiene nada. Los grupos que esperaban al Mesías lo concebían como un personaje extraordinario, que traería una situación maravillosa desde el punto de vista político (liberación de los romanos), económico (prosperidad), social (justicia) y religioso (plena entrega del pueblo a Dios). Jesús es un galileo mal vestido, sin residencia fija, que vive de limosna, acompañado de un grupo de pescadores, campesinos, un recaudador de impuestos y diversas mujeres. Para confesarlo como Mesías hace falta estar loco o tener una inspiración divina.
3. Las promesas de Jesús a Pedro
Esta tercera parte es exclusiva de Mateo. En los evangelios de Marcos y Lucas, el pasaje de la confesión de Pedro en Cesarea de Felipe termina con las palabras: "Prohibió terminantemente a los discípulos decirle a nadie que él era el Mesías". Sin embargo, Mateo introduce aquí unas palabras de Jesús a Pedro.
Comienzan con una bendición, que subraya la importancia del título de Mesías que Pedro acaba de conceder a Jesús. No es un hereje ni un loco, sus palabras son fruto de una revelación del Padre. Nos vienen a la memoria lo dicho en 11,25-30: "Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y aquel a quien el Padre se lo quiere revelar".
Basándose en esta revelación, no en los méritos de Pedro, Jesús le comunica unas promesas: 1) sobre él, esta roca, edificará su Iglesia; 2) le dará las llaves del Reino de Dios; 3) como consecuencia de lo anterior, lo que él decida en la tierra será refrendado en el cielo.
Las afirmaciones más sorprendentes son la primera y la tercera. En el AT, la "roca" es Dios. En el NT, la imagen se aplica a Jesús. Que el mismo Jesús diga que la roca es Pedro supone algo inimaginable, que difícilmente podrían haber inventado los cristianos posteriores. (La escapatoria de quienes afirman que Jesús, al pronunciar las palabras "y sobre esta piedra edificaré mi iglesia" se refiere a él mismo, no a Pedro, es poco seria).
La segunda afirmación ("te daré las llaves del Reino de Dios") se entiende recordando la promesa de Is 22,22 al mayordomo de palacio Eliaquín, tema de la primera lectura de hoy: "Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá". Se concede al personaje una autoridad absoluta en su campo de actividad. Curiosamente, el texto de Mateo cambia de imagen, y no habla luego de abrir y cerrar sino de atar y desatar. Pero la idea de fondo es la misma.
El texto contiene otra afirmación importantísima: la intención de Jesús de formar una nueva comunidad, que se mantendrá eternamente. Todo lo que se dice a Pedro está en función de esta idea.
¿Por qué pone de relieve Mateo este papel de Pedro? ¿Le guía una intención eclesiológica, para indicar cómo concibe Jesús a su comunidad? ¿O tienen una finalidad mucho más práctica? Ambas ideas no se excluyen, y la teología católica ha insistido básicamente en la primera: Jesús, consciente de que su comunidad necesita un responsable último, encomienda esta misión a Pedro y a sus sucesores.
Es posible que haya también de fondo una idea más práctica, relacionada con el papel de Pedro en la iglesia primitiva. Uno de los mayores conflictos que se plantearon desde el primer momento fue el de la aceptación o rechazo de los paganos en la comunidad, y las condiciones requeridas para ello. Los Hechos de los Apóstoles dan testimonio de estos problemas. En su solución desempeñó un papel capital Pedro, enfrentándose a la postura de otros grupos cristianos conservadores (Hechos 10-11; 15). En aquella época, en la que Pedro no era "el Papa", ni gozaba de la "infalibilidad pontificia", las palabras de Mateo suponen un espaldarazo a su postura en favor de los paganos. "Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Es Pedro el que ha recibido la máxima autoridad y el que tiene la decisión última.
Apéndice 1. El papel de Pedro en la iglesia primitiva
Un detalle común a las más diversas tradiciones del Nuevo Testamento es la importancia que se concede a Pedro. El dato más antiguo y valioso, desde el punto de vista histórico, lo ofrece Pablo en su carta a los Gálatas, donde escribe que tres años después de su conversión subió a Jerusalén «a conocer a Cefas [Pedro] y me quedé quince días con él» (Gálatas 1,18). Este simple detalle demuestra la importancia excepcional de Pedro. Y catorce años más tarde, cuando se plantea el problema de la predicación del evangelio a los paganos, escribe Pablo: «reconocieron que me habían confiado anunciar la buena noticia a los paganos, igual que Pedro a los judíos; pues el que asistía a Pedro en su apostolado con los judíos, me asistía a mí en el mío con los paganos» (Gálatas 2,7).
Esta primacía de Pedro queda reflejada en diversos episodios de los distintos evangelios. Basta recordar el triple encargo («apacienta mis corderos», «apacientas mis ovejas», «apacientas mis ovejas») en el evangelio de Juan (21,15-17), equivalente a lo que acabamos de leer en Mateo.
Lo mismo ocurre en los Hechos de los Apóstoles. Después de la ascensión, es Pedro quien toma la palabra y propone elegir un sustituto de Judas. El día de Pentecostés, es Pedro quien se dirige a todos los presentes. Su autoridad será decisiva para la aceptación de los paganos en la iglesia (Hechos 10-11). Este episodio capital es el mejor ejemplo práctico de la promesa: «lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo».
Apéndice 2. Mateo: ¿falsario o teólogo?
Lo anterior ayuda a responder una pregunta elemental desde el punto de vista histórico: si las promesas de Jesús a Pedro sólo se encuentran en el evangelio de Mateo, ¿no serán un invento del evangelista? Así piensan muchos autores.
Pero el término «invento» se presta a confusión, como si todo lo que se cuenta fuera mentira. Los escritores antiguos tenían un concepto de verdad histórica muy distinto del nuestro, como he intentado demostrar en mi libro Satán contra los evangelistas. Para nosotros, la verdad debe ir envuelta en la verdad. Todo, lo que se cuenta y la forma de contarlo, debe ser cierto (esto en teoría, porque infinitos libros de historia se presentan como verdaderos, aunque mienten en lo que cuentan y en la forma de contarlo). Para los antiguos, la verdad se podía envolver en un ropaje de ficción.
La verdad, testimoniada por autores tan distintos como Pablo, Juan, Lucas, Marcos, es que Pedro ocupaba un puesto de especial responsabilidad en la iglesia primitiva, y que ese encargo se lo había hecho el mismo Dios, como reconocen Pablo y Juan. Lo único que hace Mateo es envolver esa verdad en unas palabras distintas, quizá inventadas por él, para dejar claro que la primacía de Pedro no es cuestión de inteligencia, ni de osadía, se debe a una decisión de Jesús. Y para corroborar que no son los méritos de Pedro, añade el episodio que leeremos el próximo domingo.

Rezad por los que os persiguen


Gabriel Otalora

Leo a vuela pluma algunos pasajes (Juan 13:35 // Salmo 145:9 // Proverbios 24:17) // 1 Pedro 3:9 // Dt 15,11… Y lo hago centrado en esta frase clara de Jesús: Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. (Mateo, 5,38 y Lucas 6,35).
Nos olvidamos enseguida que “todos” somos hijos de Dios a quienes nos ama con ternura infinita. Todos, significa amor a todos, independientemente de nuestra respuesta de amor hacia Dios ¿O es que Dios no amó a Caifás, a Judas Iscariote, a Pilato, a cada uno de los convecinos de Jesús que tan solo unos días antes de su muerte le aclamaban el domingo de Ramos y pocos días después gritaban ¡crucifícalo!? ¿No quiso Dios con amor maternal a Hitler, a Mao, a Franco, a Lenin, a los mafiosos calabreses? ¿No ama a los asesinos de ETA o del GAL? ¿Dios no ama a los fundamentalistas terroristas islámicos? ¿Tampoco ama a Putin, al dictador de Corea del Norte, a Trump, a cada uno de nosotros?
Una cosa es que Dios ame a todas sus criaturas y otra, muy distinta, que sus criaturas le correspondan a través del amor a sus hermanos. Pero si somos sinceros, reconoceremos la repulsión que nos produce leer que Dios pueda amar a estos terroristas que han sembrado la desolación y la muerte en Barcelona, en París, en Londres, en Bruselas… Preguntémonos por qué no chirría leer “Dios ama a todos” en genérico y nos produce un rechazo visceral en cuanto ponemos algunos nombres y apellidos a ese “todos”. A mí también, por cierto.
La Ley del Talión aparece en el Código de Hammurabi, rey babilónico que codificó una serie de leyes en el siglo XVIII antes de Cristo y las preservó esculpidas en un gran pilar, hoy en el Louvre. Este rey babilónico introdujo el castigo proporcional. El ojo por ojo, fue un avance respecto a todo lo anterior hasta el punto de que los judíos lo incorporaron a sus leyes. Pero Cristo lo revoluciona todo pidiendo el bien por mal, la ayuda a nuestro prójimo aunque no nos lo agradezca ni nos salga por gusto. Es algo más que la actitud pasiva de no perjudicarlo.
Y en cuanto a los canallas fundamentalistas que han roto a tantas familias en Barcelona y la paz social general, no se nos pide que les demos cariño, porque es imposible. Pero sí que recemos por ellos, y por todos los que odian de manera tan inhumana. Solo así podremos perdonar llegado el caso que nos ofendan a nosotros. Lo que nos pide Dios son dos cosas: que dejemos a Dios ser Dios sin razonarlo todo y fiarnos de que si no luchamos contra el odio y el rencor vengativo, nos acercaremos peligrosamente a sentir lo que cualquiera de estos agresores deshumanizados.
Rezar por nuestros enemigos humaniza, nos coloca en el camino samaritano y nos convierte en los mejores instrumentos de Dios para implantar su Reino de amor. Pues si al odio y la violencia de tantos se va a unir nuestra agresividad y ganas de venganza, ¿qué es lo que estamos gestando?
Rezar no es solo repetir oraciones más o menos sabidas, sino pedir a Dios que nos cambie el corazón para entender y aceptar su mensaje de amar a los enemigos de verdad, que por algo es un mensaje del NT y también del Antiguo Testamento. Y junto a este mandato, el de no juzgar, que no sabemos nada de la verdadera realidad de las cosas; solo de sus consecuencias.
Y dicho todo lo anterior, mi solidaridad con todas las víctimas y sus familiares, aunque esto, de puro básico si nos sentimos mínimamente humanos, es algo común y universal a cristianos, ateos, musulmanes o adoradores de la luna (“¿Qué mérito tenéis?”). Lo específicamente cristiano es continuar haciendo el bien a pesar del mal, incluso a quienes nos lo causan.

Carta a un comentarista anónimo


SARAH BABIKER, periodista especializada en género y mundo árabe

Dirigida al que clama contra el islam y aboga por la expulsión de todos los árabes y/o musulmanes del país
(publico, 18-8-2017)
Comentarista anónimo:
Los tiempos que añoras no van a volver. Seguramente tu vida es peor que antes, por muchas razones además del terrorismo. Seguramente te cuesta habituarte a diversas incertidumbres, la personal, la económica. Todo es más difícil, no puedes fiarte de nada. Miras a tu alrededor y además están ellos. Gente diferente, percibes, musulmanes que tienen carnicerías halal y hacen el ramadán una vez al año, mujeres con velo, jóvenes que hablan árabe por el móvil. Algunas personas que practican el Islam, una parte mínima, han cometido actos tremendos. Sobre todo contra otras personas de su misma religión, y que hablan, como esos vecinos diferentes, variantes del árabe. También en tu ciudad, comentarista anónimo, por las calles que tantas veces has transitado, en lugares donde podías haber estado tú. ¿Cómo no estar asustado?
Lo que corresponde ahora, en tu opinión, es expulsarlos a todos. No me queda claro, comentarista anónimo, si son los árabes los que deben irse, o los musulmanes. O los árabes musulmanes, o cualquiera que tú consideres que podría ser árabe o musulmán. Quisiera, para empezar, comentarte, que no todos los musulmanes son árabes, ni todos los árabes son musulmanes. Ya que estamos, te aclaro que no todos los musulmanes son practicantes, de los practicantes solo una parte son islamistas, y la inmensa mayoría de estos últimos no son terroristas. Siento la necesidad de explicártelo porque no parece que lo sepas.
Comentarista anónimo, tu ignorancia no es del todo responsabilidad tuya. Primero falló el sistema educativo, más preocupado de que aprendieras los reyes godos, de que memorizaras ríos y afluentes que de instruirte sobre el mundo en el que vives. Tienes un continente aquí al lado, del que desconoces todo. No sabes nada de la gente que allí vive, de la expropiación de recursos y vidas que aún sigue sucediendo, de sus luchas y resistencias, y como no sabes nada de ellos, ni siquiera puedes pensarlos como personas, y por ello no empatizas, y es así como solo les ves como invasores o, en el mejor de los casos, como víctimas para las que no hay lugar. Una víctima, así, sin más biografía, no es una persona. Quizá, comentarista anónimo, acabaste hasta la universidad, sin saber lo más mínimo sobre la segunda religión monoteísta del mundo. No ya sobre la religión, aquí no es la religión lo importante, es la gente que la practica y cómo son sus vidas. ¿Qué te contaron de las personas de tradición islámica en la escuela? ¿Qué sabes de la historia de sus países, de su vida cotidiana? ¿Qué sabes de las personas musulmanas que viven aquí? ¿Qué sabes de los árabes más allá de que muchos de ellos practican el Islam?
Comentarista anónimo, encima los medios masivos de comunicación no ayudan. La mayor parte de los periodistas fueron (mal) educados del mismo modo que tú, el foco puesto en un nosotros “occidental” del que éramos el Sur, y afuera todo sombras y campos de saqueo, espacios de impunidad. Periodistas que cuanto menos saben con más firmeza proclaman mierda eficazmente expandida por la caja de resonancia privilegiada que son los medios. Medios de comunicación que pueden dedicar páginas dobles a la ropa que llevaba Letizia en la última recepción real, reportajes al forúnculo de un afamado futbolista, pero para los que África no existe, y Latinoamérica o el mundo árabe existen en la medida en que interese a sus accionistas.
En nada ayudó tampoco la socialdemocracia, comentarista anónimo. En lo económico asumieron las prácticas del liberalismo, dejaron que el Estado de Bienestar se achicase, que el trabajo se hiciera un bien escaso y mal pago, que la vivienda fuera un lujo, y cuando los empobrecidos locales empezaron a percibir a los empobrecidos foráneos como enemigos, como competidores por los recursos, los progresistas en el poder les dijeron: está feo ser racistas e imprimieron muchas pegatinas en las que ponía: “somos diferentes, somos iguales”. Y hasta ahí llegó la cosa. Bajo lo políticamente correcto se incubó toda esa mierda que ahora brota en forma de comentarios anónimos en todos los medios. Los socioliberales tuvieron la flojera de trabajar mucho el discurso, y poco la educación, y mucho menos las realidades materiales. Entre sus grandes proclamas por la igualdad dejaron que se extendieran páramos de exclusión, desigualdad real y cotidiana, con jóvenes sin lugar ni futuro, listos para alistarse a una causa que dé sentido a sus vidas vacías.
Comentarista anónimo, por cada comentario tuyo identificando a todos los musulmanes como el enemigo tras un atentado, hay un comentario de otro tipo anónimo, que culpa a todo Occidente de la situación del mundo musulmán, de los millones de muertos en Irak, de la guerra interminable en Afganistán, de la situación en Palestina. Los dos sois igual de útiles para unas élites que lo único que están dispuestas a repartir es odio. Los dos basáis vuestros “nosotros” y “ellos” en una ignorancia muy funcional al poder. Pero “ellos” estarás pensando, comentarista anónimo, vienen aquí y nos matan, mientras “nosotros” no vamos a sus países a matarlos. Hay muchas formas de matar, comentarista anónimo. Matan las guerras ilegales, matan las armas de cuya venta se benefician tus élites, matan los discursos del odio financiados con el simpático dinero de los saudíes, con los que ufanamente comercian nuestros gobiernos.
Comentarista anónimo, siento tristeza, porque sé que eres una persona. No eres un “islamófobo”, o un “racista” o un ser abstracto a quien tenga que combatir con discursos. No eres un idiota ajeno del que burlarme en las redes sociales. Eres mi vecina de arriba, mi primo, mi compañero de la facultad, mi amiga de la infancia. Eres quizás la señora que le acarició la mejilla a mi hija pequeña, el joven que fue a donar sangre justo después de los atentados. Siento mucha tristeza y mucho miedo, porque lo que tú dices no son ideas peregrinas de gente radicalizada, racismos bárbaros de iletrados. Lo que tú dices, es cada vez más el sentido común de estos tiempos. Y es de este sentido común, tan bien alimentado de ignorancia y desinformación, al que solo alcanzamos a poner parches discursivos, del que brotarán los peores fascismos. Ya lo estamos viendo.

Frente a la islamofobia los musulmanes responden con la condena del terrorismo


María F. Sánchez

La Plataforma Ciudadana contra la Islamofobia registró hasta 574 de ataques a la comunidad musulmana en 2016, un aumento de más del doble respecto al año anterior.
Las pintadas con mensajes de odio en las mezquitas se unen a los actos de boicot de grupos de ultraderecha y a los ataques a los musulmanes en las redes sociales.
La comunidad musulmana responde: condenan los ataques y salen a manifestarse en solidaridad con Cataluña en varias ciudades del Estado.
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El fondo buitre que ha comprado el ladrillo tóxico de Banco Popular tiene su sede en Islas Caimán


Antonio M. Vélez


(eldiario.es, 10-8-2017)
La mayor operación inmobiliaria de la historia de España, la compra a Banco Santander del 51% del ladrillo tóxico de Banco Popular por parte de Blackstone, ha convertido a este fondo buitre estadounidense en la mayor inmobiliaria privada del país (sólo está por detrás del banco malo, la Sareb) y en el mayor inversor extranjero en este sector. La operación se ha realizado a través de un fondo radicado en el paraíso fiscal de Islas Caimán, uno de los territorios predilectos de Blackstone y otros grandes fondos para canalizar sus inversiones.
La entidad compradora, según comunicaron el martes Banco Santander y la propia Blackstone, es Blackstone Real Estate Partners Europe V (BREP V). Según los registros de la SEC (el regulador bursátil de Estados Unidos, donde cotiza Blackstone), este fondo tiene sus oficinas en la sede central de Blackstone en el 345 de Park Avenue, Nueva York, pero su domicilio social está en George Town, capital de esa jurisdicción caribeña dependiente de la Corona británica, considerada uno de los principales paraísos fiscales del mundo.
Según los registros de GLEIF, entidad dependiente del Comité de Estabilidad Financiera (CEF), organismo internacional que controla y realiza recomendaciones sobre el sistema financiero global, BREP V tiene su sede en Ugland House, un inmueble de oficinas de cinco plantas en el que hay registradas más de 18.000 empresas. “O es el edificio más grande del mundo, o es la mayor estructura de evasión fiscal existente”, dijo de él Barack Obama en 2008, durante la campaña electoral en Estados Unidos.
En Ugland House está la matriz de The Children’s Investment Fund (TCI), el fondo seleccionado por el Gobierno en octubre de 2014 para convertirse en socio de Aena antes de su salida a Bolsa. Hoy es el mayor accionista privado de la empresa semipública, privatizada parcialmente hace dos años a un precio muy inferior al actual (el fondo ha triplicado el valor de su inversión).
El quinto desde 2000
BREP V es el quinto fondo de este tipo que lanza Blackstone, tras los que puso en marcha en 2000, 2005, 2007 y 2013. El pasado 8 de junio, la firma anunció que había logrado conseguir con él 7.800 millones de euros, “convirtiéndose en el mayor fondo dedicado al inmobiliario europeo”.
Fue lanzado en diciembre de 2015 como fondo “oportunista” para invertir de manera preferente en activos inmobiliarios de Reino Unido, Alemania y Francia, y aprovechar también las nuevas exigencias de la normativa de Basilea III sobre la banca en los mercados inmobiliarios más afectados por la crisis financiera global, como Irlanda, España e Italia. Justo lo que ha pasado con el ladrillo tóxico de Popular.
La compra del 51% del negocio inmobiliario del banco por unos 5.100 millones incluye viviendas, locales, suelos y créditos por un valor contable bruto de unos 30.000 millones de euros que, tras diversos ajustes realizados primero por Popular y luego por el Santander, cayó a 10.000 millones, lo que supone un descuento del 66%. También incluye Aliseda (la firma del Popular que gestionaba esos activos) y un ahorro fiscal (activos fiscales diferidos) de unos 300 millones.
La operación, cerrada en tiempo récord (40 días después de que esos activos salieran a la venta), se hizo pública el martes, horas después de que la Comisión Europea aprobase la compra de Popular por parte de Santander por un euro tras la intervención de la entidad, hace dos meses.
Con la venta, Santander logrará ahorrarse pérdidas adicionales y sacar esos activos de su balance con el consiguiente efecto positivo sobre sus ratios de capital y su morosidad, tras llevar a cabo en julio una ampliación de capital de 7.000 millones para digerir la integración del Popular y sanear parte de su ladrillo tóxico. Todo ello, sin renunciar del todo a esos activos, ya que conservará un 49%, aunque la gestión queda en manos de Blackstone, experto en este tipo de operaciones.
Blackstone podrá consolidarse como uno de los grandes protagonistas del sector inmobiliario en España, un mercado en el que ya contaba con cerca de 100.000 activos y en el que irrumpió hace cuatro años, cuando compró 1.860 viviendas sociales, garajes y trasteros al Ayuntamiento de Madrid, entonces dirigido por Ana Botella. Una polémica operación cuestionada por la Cámara de Cuentas de Madrid que ha supuesto un “ negocio redondo” para el fondo. El Ayuntamiento de Manuela Carmena ha intentado revertirla sin éxito.
Tras el asalto a Madrid, en 2014 llegó la adquisición por unos 3.600 millones de 40.000 hipotecas morosas de Catalunya Banc valoradas en 6.400 millones, y posteriormente, otros activos inmobiliarios y créditos morosos de la banca procedentes de CaixaBank y Sabadell. La operación cerrada esta semana es, no obstante, un salto cualitativo para Blackstone, que llega a la primera división del inmobiliario español en pleno cambio de ciclo del sector.
Blackstone fue fundada en 1985 por Stephen Schwarzman, su actual presidente y consejero delegado, y Peter Peterson, ex secretario de Comercio de Estados Unidos en la década de los 70. Schwarzman, fichado hace unos meses por el presidente Donald Trump para un consejo asesor en temas económicos formado por ejecutivos de grandes empresas, se embolsó 677 millones de dólares con la salida a Bolsa en 2007 de la firma.
La entidad es una de las mayores firmas de inversión del mundo y está especializada en comprar activos en “situaciones especiales”. Dicho de otra forma, es un fondo buitre con 370.000 millones en activos gestionados en todo el mundo, de los que casi un tercio son inmobiliarios, lo que le convierte en el mayor propietario de ladrillo del planeta.

El asesor de seguridad del presidente Jimmy Carter: ¡Yo creé el terrorismo yihadista y no me arrepiento!


Nazanín Armanian

“¿Qué es lo más importante para la historia del mundo? ¿El Talibán o el colapso del imperio soviético?” Es la respuesta de quién fue el asesor de seguridad del presidente Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, a la pregunta de la revista francesa Le Nouvel Observateur (del 21 de enero de 1998) sobre las atrocidades que cometen los yihadistas de Al Qaeda. Una escalofriante falta de ética de individuos como él que destruyen la vida de millones de personas para alcanzar sus objetivos.··· Ver noticia ··

Papa Francisco pide menos requisitos para la concesión de visados a refugiados y migrantes


Papa Francisco7VATICANO, 21 Ago. 17 / 05:02 am (ACI).- El Papa Francisco reclamó a la comunidad internacional un mayor esfuerzo para acoger e integrar a inmigrantes y refugiados, y pidió a los gobiernos que simplifiquen los requisitos de concesión de visados por motivos humanitarios.
En un mensaje hecho público con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se celebrará el 14 de enero de 2018, el Santo Padre reflexionó sobre los cuatro verbos sobre los que, según los promotores de la Jornada, debería articularse la respuesta común a las necesidades y problemas de migrantes y refugiados: acoger, proteger, promover e integrar.··· Ver noticia