FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
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ATALAYA

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sábado, 27 de junio de 2020

NOSOTROS,LOS ESCRITORES

JAIME  RICHART 
Redes Cristianas
La música, la poética y la matemática son lenguajes superiores. El lenguaje hablado es el instrumento natural, pero no el único, de comunicarnos. Sin embargo, a algunos, que no podemos expresarnos en ninguno de los tres primeros, éste nos resulta insuficiente para todo cuanto no sea materia ordinaria y coloquial. Insuficiente y particularmente incómodo. Sobre todo en materia política y jurídico: las preponderantes en un país que ha estado 40 años sin política y por eso a lo largo de ellos ni se hacía ni se hablaba de política.
Falta costumbre y entrenamiento, por un lado, y por otro, el comportamiento de los políticos a lo largo de las cuatro décadas posteriores ha dejado mucho que desear. Ninguno de los dos partidos principales, ni la justicia en lo concerniente a la política, han roto con los tics y autoritarismo propios del franquismo. El lastre, pues, es considerable. Esas carencias y los vicios de la dictadura se han notado desde el principio. Y se notan demasiado.
Pues bien, aunque partimos mal, muy mal después del régimen dictatorial, y aunque ni la Política ni el Derecho son ciencia ni matemática, yo he esperando paciente pero inútilmente otros 40 años que la política y el Derecho empezasen a jugarse alguna vez a algo parecido a una interesante partida de ajedrez. Pero me rindo. Tal como se hace, se escribe y se habla de política en España, hace mucho que he desistido de tomarla en serio. No me interesa. No hay hombres ni mujeres de Estado, ni de altura. Por eso suelo dar a mis escritos un sesgo sociológico.
Sólo veo hombres y mujeres del montón, arribistas vulgares que no me inspiran ninguna confianza. Entre otros motivos porque, después de promulgada una Constitución diseñada por reaccionarios en cuya redacción no estuvo presente ningún hombre o mujer del pueblo, no se ha hecho amago alguno para corregir lo que falta: un referéndum monarquía/república, igualar en lo posible a las clases sociales suprimiendo privilegios y aforamientos, y atender la demanda ancestral de al menos dos territorios para saberse cuánta población está a favor de seguir unida a España y cuánta desea independizarse. Estos tres asuntos siguen pendientes. Por ello, en lugar de apaciguarse la población, cada vez se enconan más…
Por eso trato la política española como fenómeno de sociología aparte de los demás países. Sólo así siento superar la pésima estética parlamentaria, la maledicencia de comadres, la politiquería subterránea y bajuna, el disparate continuado, el resentimiento justificado de los que no han sido resarcidos en aspecto alguno de su condición de perdedores de una guerra, y la nauseabunda y permanente ofensiva de los que, bien situados desde el comienzo del nuevo orden hasta hoy, son el caldo de cultivo de una política infame que se hace imposible camino de la involución.
Y como fenómeno sociológico constato que por todo eso, todo también carece del mínimo rigor. Desde luego cualquier análisis ha de ser necesariamente asimétrico, pues la confrontación política áspera y agresiva por parte de la oposición invita a tomar las armas. No hay correspondencia alguno entre lo que proponen unos y lo que replican los otros.
Pero es que si a los políticos les falta rigor, los jueces hacen lo que quieren con el Derecho aplicado a la política. Todo cuanto se habla en las tribunas y lo que se escribe de política y de juridicidad política, salvo excepciones, adolece de una elección caprichosa de las normas de la Constitución y de una más caprichosa todavía interpretación de las mismas. Los jueces y los juristas del establishment eligen la norma más acorde al espíritu conservador o la interpretan conforme a él. El caso reciente de la investigación del abuso de poder en su provecho, del Emérito, propuesta por la Fiscalía General del Estado, es a este respecto muy relevante. ¿Cómo es posible que la promueva el Fiscal General, tan versado en leyes como los que integran el Cuerpo de Letrados del Congreso, y estos sostengan que la inviolabilidad del rey sigue protegiéndole aunque no sea rey? Otro caso es “el catalán”.
¡Qué decir de tan aparatoso, prolijo y extensísimo proceso! Un proceso que antes de iniciarse se sabía que ya se tenían preparadas más o menos las sentencias: lo mismo que en tiempos de guerra los juicios sumarísimos, aunque en este caso extendiendo el tiempo de sustanciación hasta la náusea para encubrir mejor la felonía. Siete políticos catalanes, que venían hacía mucho tiempo solicitando de los gobiernos un referéndum previsto en el artículo 149 de la Constitución, cuya celebración, aunque sólo hubiese sido consultivo, sólo dependía de la voluntad política, fueron a prisión condenados a graves penas! Y otros ejemplos relacionados con la lectura dolosamente reaccionaria de la Constitución vigente todavía, y con la aplicación implacable de su articulado conforme al espíritu del dictador…
Por eso, sólo quienes escribimos en claves sociológicas, podemos esmeramos en la equidistancia, en la objetividad y en la neutralidad. Equidistancia, objetividad y neutralidad difíciles pues pensando que todo viene urdido desde 1978, malamente podemos justificarlo. Sólo se justificaba entonces aquel texto como puente legislativo, como articulado de carácter transitorio en espera de la redacción definitiva. Pero dar por liquidada la Transición con el mismo texto sin propósitos ni de abolición ni de enmiendas irrenunciables, fue una auténtica traición a la ciudadanía. De aquellos polvos vienen estos lodos…
Por eso a veces puede parecer que los escritores heterodoxos profesamos una ideología porque hay ideas que tienen que ver con alguna de ellas, y otras con la opuesta. Pero nuestro esfuerzo por la objetividad y la equidistancia reside en la convicción de que nadie acapara absolutamente la razón, que nadie tiene derecho a monopolizarla (hace mucho que dejaron de regir el dogma católico y el absolutismo; desde hace mucho reina la teoría de la relatividad, y hace mucho, 1921, que el matemático Gödel demuestra en 1921, por la aritmetización de la sintaxis, que si un sistema es consistente es incompleto y si es completo es inconsistente).
Pero lo cierto es que no profesamos ideología alguna. Hablar en términos de sociológicos implica no tomar partido. Mejor dicho, implica tomar partido sólo por la “ideología” de la ética kantiana y de los “Derechos Humanos”. Por eso, ni el Derecho ni la Política me sirven. Están llenos de fisuras y de costurones. Fabricadas ambas superestructuras por las clases dominantes, ellas los manufacturan y los aplican, los manejan e interpretan a su antojo y conveniencia. Se avanza muy poco respecto a lo que se hacía en tiempos de la dictadura. Lo único tranquilizante es que ahora no hay tortura y la “libertad” de sexo está consolidada. Pero todo ello es, mucho más fruto del cambio inexorable de los tiempos, de la necesidad de evitar el aislamiento de Europa y de no ser excluidos de los Fondos Comunitarios, que de la voluntad de transformar la sociedad española para ponerla política y sociológicamente a la altura de los demás países europeos y del siglo que vivimos…

SI EL AMAR A DIOS SE OPONE A OTRO AMOR, UNO DE LOS DOS ES FALSO

col fraymarcos
Mt 10,37-42
La manera de hablar semita, por contrastes mientras más excluyentes mejor, nos puede jugar una mala pasada si entendemos las frases literalmente. Lo que es bueno para el cuerpo, es bueno también para el espíritu. La lucha maniquea que nos han inculcado no tiene nada que ver con la experiencia de Jesús. El evangelio de hoy propone, en fórmulas concisas, varios temas esenciales para el seguimiento de Jesús. Todos tienen mucho más alcance del que podemos sospechar a primera vista. No podemos tratarlos todos. Vamos a detenernos en el primero y diremos algo sobre otros.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí. Sería interminable recordar la cantidad de tonterías que se han dicho sobre al amor a la familia y el amor a Dios. El amor a Dios no puede entrar nunca en conflicto con el amor a las criaturas, mucho menos con el amor a una madre, a un padre o a un hijo. Jesús nunca pudo decir esas palabras con el significado que tienen para nosotros hoy. Como siempre, el error parte de la idea de un Dios separado, Señor y Dueño, que plantea sus propias exigencias frente a otras instancias que requieren las suyas.
Ese Dios es un ídolo, y todos los ídolos llevan al hombre a la esclavitud, no a la libertad de ser él mismo. Hay que tener mucho cuidado al hablar del amor a Dios o a Cristo. En el evangelio de Juan está muy claro: “Un mandamiento nuevo os doy, que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. Creer que puedo amar directamente a Dios es una quimera. Solo puedo amar a Dios, amando a los demás, amándome a mí mismo como Dios manda. Jesús no pudo decir: tienes que amarme a mí más que a tu Hijo. Recordad: porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve ser y me disteis de beber...
El evangelio nos habla siempre del amor al “próximo”. Lo cual quiere decir que el amor en abstracto es otra quimera. No existe más amor que el que llega a un ser concreto. Ahora bien, lo más próximo a cada ser humano son los miembros de su propia familia. La advertencia del evangelio está encaminada a hacernos ver que, desplegar a tope esos impulsos instintivos no garantiza el más mínimo grado de calidad humana. Pero sería un error aún mayor el creer que pueden estar en contra de mi humanidad. Aquí está la clave para descubrir por qué se ha tergiversado el evangelio, haciéndole decir lo que no dice.
El evangelio no quiere decir que el amor a los hijos o a los padres sea malo y que debemos olvidarlo para amar a Jesús o a Dios. Pero nos advierte de que ese amor puede ser un egoísmo camuflado que busca la seguridad material del ego, sin tener en cuenta a los demás. El “amor” familiar se convierte entonces en un obstáculo para un crecimiento verdaderamente humano. Ese “amor” no es verdadero amor, sino egoísmo amplificado. No es bueno para el que ama con ese amor, pero tampoco es bueno para el que es amado de esa manera. El amor surge cuando el instinto es elevado a categoría humana.
Lo instintivo no va contra la persona, más que cuando el hombre utiliza su mente para potenciar su ser biológico a costa de lo humano. El hombre puede poner como objetivo de su existencia el despliegue exclusivo de su animalidad, cercenando así sus posibilidades humanas. Esto es degradarse en su ser especifico humano. Cuando estamos en esa dinámica y, además, queremos meter a los demás en ella, estamos “amando” mal, y ese “amor” se convierte en veneno. Esto es lo que quiere evitar el evangelio. Nada que no sea humano puede ser evangélico. No amar a los hijos o a los padres no sería humano.
Un verdadero amor nunca puede oponerse a otro amor auténtico. Cuando un marido se encuentra atrapado entre el amor a su madre y el amor a su esposa, algo no está funcionando bien. Habrá que analizar bien la situación, porque uno de esos amores (o los dos) está viciado. Si el “amor a Dios” está en contradicción con el amor al padre o a la madre, o no tiene idea de los que es amar a Dios o no tiene idea de lo que es amar al hombre. Sería la hora de ir a psiquiatra. ¡A cuántos hemos metido por el camino de la esquizofrenia, haciéndoles creer que, lo que Dios les pedía era que odiara a sus padres!
El que quiera salvar su vida la perderá, pero el que la pierda por mí, la encontrará. Hemos dicho muchas veces que en griego hay tres palabras que nosotros traducimos por vida, “Zoe”, “bios” y “psiques”. El texto no dice zoe ni bios, sino psiques. No se trata, pues, de la vida biológica, sino de la vida psicológica, es decir, del hombre capaz de relaciones interpersonales. En ningún caso se trataría de dejarse matar, sino de poner tu humanidad al servicio de los demás. Esto no sería “perder”, sino “ganar” humanidad. Quien pretenda reservar para sí mismo su persona (ego) está malogrando su propia existencia, porque pasará por ella sin desplegar su verdadera humanidad.
El que dé a beber un vaso de agua fresca… El ofrecer “Un vaso de agua fresca” a un desconocido que tiene sed, puede ser la manifestación de una profunda humanidad. El dar, sin esperar nada a cambio, es el fundamento de una relación verdaderamente humana. En nuestra sociedad de consumo nos estamos alejando cada vez más de esta postura. No hay absolutamente nada que no tenga un precio, todo se compra y se vende. Nuestra sociedad está montada de tal manera sobre el “toma y da acá”, que dejaría de funcionar si de repente la sacáramos de esa dinámica y nos decidiésemos a vivir el evangelio.
La misma institución religiosa está montada como un gran negocio económico, en contra de lo que decía uno de estos domingos el evangelio: “Gratis habéis recibido, dad gratis”. Hoy todos estamos de acuerdo con Lutero, en su protesta contra toda compraventa de bienes espirituales (bulas, indulgencias, etc.). Pero seguimos cobrando un precio por decir una misa de difuntos. Es verdad que debemos insistir en la colaboración de todos para la buena marcha de la comunidad, pero no podemos convertir las celebraciones litúrgicas en instrumentos de recaudación de impuestos.
El objetivo primero de todo ser vivo es mantenerse en el ser. Tres mil ochocientos millones de años de evolución han sido posibles gracias a esta norma absoluta. Pero la misma evolución ha permitido al ser humano ir más allá de los instintos biológicos y alcanzar conscientemente una meta más alta que no está en contradicción con la biología. Todo lo que le acerca a ese objetivo último le puede causar más satisfacción y felicidad que satisfacer sus instintos. La raíz última de todo acto bueno está en la misma biología, no es contrario a ella. Nada más falso que una lucha entre lo biológico y lo espiritual.
Resumiendo mucho. La trampa en la que caemos y que quiere evitarnos el evangelio, es quedarnos en el placer inmediato que nos proporciona satisfacer las necesidades de nuestra biología y perder de vista el bien total del ser humano más allá de lo biológico y lo instintivo. Ahí está la causa de tanto desajuste en la conducta humana. Debemos tomar conciencia de que lo que es malo para nuestro verdadero ser, no puede ser bueno bajo ningún aspecto del ser humano. Todo egoísmo personal o amplificado, que solo busca el bien material del individuo o la familia, nos lleva a la deshumanización.

Meditación
El amor puramente teórico no tiene consistencia.
Un vaso de agua puede ser la manifestación más auténtica de amor.
No tiene importancia ninguna lo que hagas.
Lo que vale de veras es la actitud de entrega en lo que hagas.
El amor es anterior a cualquier manifestación del mismo.
Pero si no se manifiesta no es amor

EXIGENCIAS Y RECOMPENSA

col sicre

Domingo 13 TO. Ciclo A
El largo discurso dirigido a los apóstoles (resumido en los domingos 11-13) termina con una serie de frases de Jesús que son, al mismo tiempo, severas y consoladoras. Las severas se dirigen a los apóstoles; las consoladoras, a quienes los acogen.
¿Quién no es digno de Jesús?
La sección comienza con tres frases que terminan de la misma manera: “no es digno de mí”. Las dos primeras están muy relacionadas: no es digno de Jesús el que ama a su padre o a su madre más que a él, o el que ama a sus hijos o a su hija más que a él. Estas frases recuerdan lo que se dice en Deuteronomio 33,9 a propósito de los levitas. En un caso de grave conflicto entre los vínculos familiares y la fidelidad a Dios, optaron por lo segundo. Leví, representación de todos los levitas, «dijo a sus padres: ‘No os hago caso’; a sus hermanos: ‘No os reconozco’; a sus hijos: ‘No os conozco’. Cumplieron tus mandatos y guardaron tu alianza.»
Una opción en tiempos de conflicto
Para comprender estas palabras tan exigentes de Jesús hay que tener en cuenta lo que dice inmediatamente antes (suprimido por la liturgia). El aviso de que pueden perder la vida (tema del domingo pasado) puede provocar en los discípulos el desconcierto. ¿A qué ha venido Jesús? A esto responde que no ha venido a traer paz sino espada. Que su persona y su mensaje crearán problemas incluso entre los miembros de la familia. Llegarán momentos en que los apóstoles, y todos los cristianos, tendrán que optar.
La opción por Dios de los levitas
En el libro del Éxodo se cuenta que, mientras Moisés estaba en el monte Sinaí recibiendo del Señor las tablas de la Ley, los diez mandamientos, el pueblo, cansado de esperar, decidió fabricar un becerro de oro y adorarlo. Cuando Moisés baja del monte y contempla el espectáculo, rompe las tablas, se planta a la puerta del campamento y grita: «¡A mí los del Señor! Y se le juntaron todos los levitas.» Moisés les ordena: «Ciña cada uno la espada; pasad y repasad el campamento de puerta en puerta, matando, aunque sea al hermano, al compañero, al pariente». Los levitas cumplieron las órdenes de Moisés y este, al final, les dice: «¡Hoy os habéis consagrado al Señor a costa del hijo o del hermano, ganándoos hoy su bendición» (Éxodo 32,25-29).
El historiador moderno duda que los levitas tuvieran espadas en el desierto y que llevaran a cabo esta matanza. Pero los antiguos no eran tan críticos. Aceptaban las cosas que se contaban, e incluso alaban a los levitas, ya que en un caso de grave conflicto entre los vínculos familiares y la fidelidad a Dios, optaron por lo segundo: «Dijeron a sus padres: ‘No os hago caso’; a sus hermanos: ‘No os reconozco’; a sus hijos: ‘No os conozco’. Cumplieron tus mandatos y guardaron tu alianza» (Deuteronomio 33,9).
La opción por Jesús de los discípulos
Se podría decir que Jesús exige a sus discípulos la misma actitud de los levitas. Pero hay dos diferencias importantísimas: 1) Jesús no ordena matar a los padres o a los hermanos en caso de conflicto. 2) Los levitas se comportaron así por fidelidad a los mandatos de Dios y a su alianza; los discípulos deben hacerlo por amor a Jesús. Al exigir este amor superior al de los seres más queridos, Jesús se está poniendo al nivel de Dios, al que hay que amar sobre todas las cosas.
Los primeros cristianos, en momentos de persecución, se vieron a veces en la necesidad de optar entre el amor y la fidelidad a Jesús y el amor a la familia. La elección era dura, pero muchos la hicieron, convencidos de que recuperarían a sus padres e hijos en la vida futura.
La frase siguiente («el que no coge su cruz…») también se entiende mejor a la luz del texto del Deuteronomio. En él se dice que los levitas, por haber mostrado esa fidelidad a Dios, recibieron un gran premio y dignidad: «Enseñarán tus preceptos a Jacob y tu ley a Israel; ofrecerán incienso en tu presencia y holocaustos en tu altar.» Jesús no promete nada de esto a sus discípulos, solo exige.
Amar a Jesús más que a la familia ya lo hicieron Pedro y Andrés, Santiago y Juan. Lo que ahora exige Jesús es infinitamente más duro: cargar con la cruz. ¿Hay que interpretarlo al pie de la letra o simbólicamente? Simbólicamente, pero con posibles repercusiones prácticas: hay que estar dispuestos a cargar con ella y marchar camino de la muerte. No una muerte cualquiera, sino la más infamante, típica de rebeldes contra Roma y esclavos. Cuando Jesús exige cargar con la cruz está pidiendo algo terrible desde el punto de vista físico, moral y social. Además, la exigencia no carece de macabra ironía cuando la comparamos con los vv.9-10: los que deben predicar el reino sin llevar nada, ahora tienen que seguir a Jesús cargando con la cruz.
Conviene advertir que el amor a la familia y el amor a Jesús no se excluyen ni se oponen. Son compatibles, con tal de mantener el orden adecuado. Los hijos de Zebedeo abandonan a su padre, pero la madre los acompaña e incluso le pide a Jesús un favor especial para ellos. María, al menos según la versión del cuarto evangelio, está al pie de la cruz. Pablo recuerda que «los demás apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas» se hacen acompañar de su esposa cristiana (avdelfh.n gunai/ka 1 Cor 9,5).
Acogida y recompensa
La última parte se dirige a las personas que acojan a los discípulos. Dos cosas les dice:
1) Recibirlos a ellos equivale a recibir a Jesús y recibir al Padre. Lo que hacen es mucho más de lo que pueden imaginar. No es solo un acto de caridad, sino un inmenso honor, mucho mayor que el de la persona que pudiese acoger en su casa a un artista, un deportista o un personaje mundialmente famoso.
2) Esa acogida tendrá su recompensa, igual que ocurrió en el Antiguo Testamento con quienes acogieron a profetas y justos. La primera lectura cuenta como un matrimonio de Sunám decidió acoger en su casa al profeta Eliseo cuando pasaba por el pueblo; le construyeron una habitación en el piso de arriba y le proporcionaron una cama, una silla, una mesa y un candil. Una gran inversión para aquel tiempo. Pero recibieron su recompensa con el nacimiento de un hijo.
En comparación con Eliseo, los discípulos pueden parecer unos pobrecillos sin importancia. A nadie se le ocurrirá darles alojamiento permanente. Pero basta un vaso de agua fresca (algo muy de agradecer cuando no existen bares ni agua corriente en las casas) para que esas personas reciban su recompensa.
Resumen
Si en la primera parte entreveíamos los grandes conflictos familiares provocados por las persecuciones, en este final intuimos lo que experimentaron muchas veces los misioneros cristianos: la acogida amable y sencilla de personas que no los conocían. De estos últimos versículos, solo uno tiene paralelo en el evangelio de Marcos. El resto es original de Mateo, que ha querido dejarnos al final de este duro discurso un buen sabor de boca.

Todo parece indicar que el obispo de Cádiz “castiga” al párroco “crítico” con su gestión


Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares

Zornoza-RafaelVEZEl día 23 de Junio el Obispo Zornoza comunicó una serie de nombramientos en la Diócesis. Cesa por fin el ecónomo Diufaín, tan criticado por todos, pero lo sustituye la abogada Carmen Lobato, bien conocida en los juzgados por los muchos despedidos de estos últimos años en el obispado, Seminario, parroquias, Caritas etc…··· Ver noticia 

Mujeres a la sombra de la casulla: las esposas de los curas secularizados hacen oír su voz


Dumar Espinosa

curas casados“Los sacerdotes casados son una realidad invisibilizada, pero sus compañeras y esposas lo son aún más” Mujeres a la sombra de la casulla: las esposas de los curas secularizados hacen oír su voz
Muchas han tenido que sufrir el aislamiento en su embarazo, ocultamiento para evitar el escándalo
Las críticas iniciales de sus allegados con el pasar de los años se fueron cambiando por respeto, ayuda y admiración
Educamos a nuestros hijos en valores cristianos; queremos que conozcan a Dios y que lo amen sobre todas las cosas··· Ver noticia ·

Domingo 28 de Junio, 13 Tiempo ordinario – A (Mateo 10,37-42)


José A. Pagola


DISPUESTOS A SUFRIR

Jesús no quería ver sufrir a nadie. El sufrimiento es malo. Jesús nunca lo buscó ni para sí mismo ni para los demás. Al contrario, toda su vida consistió en luchar contra el sufrimiento y el mal, que tanto daño hacen a las personas.
Las fuentes lo presentan siempre combatiendo el sufrimiento que se esconde en la enfermedad, las injusticias, la soledad, la desesperanza o la culpabilidad. Así fue Jesús: un hombre dedicado a eliminar el sufrimiento, suprimiendo injusticias y contagiando fuerza para vivir.
Pero buscar el bien y la felicidad para todos trae muchos problemas. Jesús lo sabía por experiencia. No se puede estar con los que sufren y buscar el bien de los últimos sin provocar el rechazo y la hostilidad de aquellos a los que no interesa cambio alguno. Es imposible estar con los crucificados y no verse un día «crucificado».
Jesús no lo ocultó nunca a sus seguidores. Empleó en varias ocasiones una metáfora inquietante que Mateo ha resumido así: «El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí». No podía haber elegido un lenguaje más gráfico. Todos conocían la imagen terrible del condenado que, desnudo e indefenso, era obligado a llevar sobre sus espaldas el madero horizontal de la cruz hasta el lugar de la ejecución, donde esperaba el madero vertical fijado en tierra.
«Llevar la cruz» era parte del ritual de la crucifixión. Su objetivo era que el condenado apareciera ante la sociedad como culpable, un hombre indigno de seguir viviendo entre los suyos. Todos descansarían viéndolo muerto.
Los discípulos trataban de entenderle. Jesús les venía a decir más o menos lo siguiente: «Si me seguís, tenéis que estar dispuestos a ser rechazados. Os pasará lo mismo que a mí. A los ojos de muchos pareceréis culpables. Os condenarán. Buscarán que no molestéis. Tendréis que llevar vuestra cruz. Entonces os pareceréis más a mí. Seréis dignos seguidores míos. Compartiréis la suerte de los crucificados. Con ellos entraréis un día en el reino de Dios».
Llevar la cruz no es buscar «cruces», sino aceptar la «crucifixión» que nos llegará si seguimos los pasos de Jesús. Así de claro.

Domingo 28 de Junio, 13ª del tiempo Ordina


  • 13 del tiempo ordinarioBIreneo (203)
    Las exigencias de la cruz cambian para cada generación de creyentes. En la época de Jesús existía la amenaza inminente de la muerte ignominiosa, bien fuera por la cruz, la espada o la lapidación. Los cristianos eran vistos como una amenaza para el imperio y, con frecuencia, se les acusaba falsamente de sedición. Con el tiempo, la pena capital fue cambiando de modalidad y sus cuerpos fueron quemados en locales públicos, o arrojados a leones, osos, tigres, toros y toda clase de fieras. Todas estos intentos de bloquear, anular o eliminar la novedad del evangelio fueron vanos porque la fuerza del cristianismo radica en la cruz de Cristo.··· Ver noticia ···
  • jueves, 18 de junio de 2020

    El Culto al Emperador

    ATRIO

          Es suficientemente conocido que en la antigua Roma se empieza hablar de Imperio con la llegada al poder de Octavio Augusto. Este emperador no sólo trajo una reforma política, sino también religiosa. Ésta última, en parte, le servía para legitimar y dar mayor fuerza a la primera, y se orientó a desarrollar un culto hacia el emperador, presentándolo como descendiente de alguna divinidad. Ya Julio César –que se consideraba descendiente de Venus– consintió que se levantara una estatua en su honor en el año 44 a.C., y Octavio, sobrino y heredero de Cesar, le dedicó un templo en Roma calificándole de Divus Julius “Divino Julio”,

    Sin miedo #blacklivesmatter - 12º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo A

    LAS ESPIRITUALIDADES BUDISTA Y CRISTIANA DE LA GRATITUD Y LA CONFIANZA COINCIDEN

    col masia
    La colección “El peso de los días”, que dio a conocer clásicos budistas como el Sutra del Loto y el Despertar de la fe, engrosa el repertorio con el Tannisho. Palabras de Shinran sobre el Camino de la Tierra Pura, recogidas por su discípulo Yuien. (edición bilingüe, directamente del japonés al castellano por Masateru Ito y Elena Gallego, Salamanca, Ed. Sígueme, 2020)
    En un volumen, dos libritos –que son cuatro-: la traducción directa al castellano de Tannisho comentada; más la versión japonesa original, la parafraseada en japonés actual y la versión castellana, alineadas paralelamente. Merece elogio el lujo y precisión editoriales, más allá de los criterios de rentabilidad en la difusión. Hasta las “buenas personas” se salvan, gracias al Otro Poder.
    Al presentar en nuestro Occidente calculador las palabras de Shinran: “Si hasta las buenas personas se salvan...”, nos preguntan: - ¿Se ha confundido? ¿Querrá decir: “si hasta los malos se salvan...”? -No, no es confusión. La salvación inmerecida es don gratuito de la misericordia absoluta.
     Ya en tiempo de Shinran lo malentendían. Lo mismo ocurrió con el mensaje evangélico: “No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Marcos 2, 17).
    Cuando Pablo dice: “Dios quiere que todos sean salvados” 1Timoteo 2, 4), o cuando Shinran dice: “Recitar el nembutsu con el corazón impregnado de misericordia salva a todos los seres” (Tannisho, cap. 4), surgen tres reacciones diferentes:
     1) unos dicen cínicamente: si al final todos se salvan, hagamos el mal sin preocuparnos;
     2) otros se creen “buenas personas” y se indignan contra Dios o contra Amida, que salvan a “los malos”;
     3) Pero otros se emocionan con gratitud: ¿es posible que incluso alguien como yo, que no se lo merece, también pueda salvarse?
    Esta última reacción conduce a una espiritualidad de gratitud y confianza, centrada en el doble reconocimiento de la propia carencia de méritos y de la instancia absoluta de misericordia infinita que les anima a dejarse salvar y desear la salvación universal.
    Con razón Yuien (1222-1289), el discípulo de Shinran, redactor del Tannisho, lo escribió para disipar “las dudas y malentendidos entre quienes sigan nuestros pasos” y quiso propagar la enseñanza auténtica de Shinran sobre “la salvación por la fe en el Otro Poder”.
    Cuando se habla de salvación o perdición (según el esquema de los “novísimos” o “postrimerías”: muerte y juicio, seguidos de purgatorio, infierno o cielo) se entiende mal la enseñanza cristiana sobre el juicio definitivo, como si solo fuera cuestión de discriminar entre perdición y salvación en un juicio final post mortem. Desde esa perspectiva costará aceptar el sentido de la salvación en Pablo o en Shinran.
    Pero quienes concuerden con la interpretación del Juicio definitivo como reconocimiento en el presente del pasado de perdición que nos condiciona y de la misericordia infinita que nos salva en el presente y nos da siempre futuro, podrán captar más fácilmente la afinidad de la espiritualidad de Shinran con la del Evangelio de Jesús.
    (Ver en este mismo blog de RD las conversaciones sobre este tema con la teología de Adolfo Nicolás en sus clases de escatología y sacramentos:     https://www.religiondigital.org/convivencia_de_religiones/posible-juicio-premio-merecido-castigo_7_2182351752.html).
    En vez de un castigo interminable en un futuro sin salida, se entiende la perdición como una carga de karma que nos condiciona desde el pasado. El Otro Poder nos libera de esa carga cuando la reconocemos.
    Y cuando reconocemos la instancia absoluta que sana, perdona y libera, “la reconciliación en el presente se convierte en el sacramento del futuro que te da siempre esperanza de libertad” (A. Nicolás, Sobre la confesión).
    Después de reconocer lo que el condicionamiento de “perdición” ha hecho de ti en el pasado, te hace reconocer la salvación en el presente y futuro. Es decir, gracias a la infinita misericordia gratuita, siempre es posible hacer algo nuevo con lo que el condicionamiento del mal pasado ha hecho de ti...
    Coinciden así las espiritualidades budista y cristiana de la gratitud y la confianza. Se puede entender el Juicio definitivo como un Juicio de la Luz en el presente, en vez de un mero “juicio final de premios y castigos”, ambos como remuneración de méritos o deméritos.
    Para eso conviene entender el Juicio definitivo como un juicio “a la luz de Luz” que nos salva facilitándonos el reconocimiento de sí mismo (herido y sanado, culpable y salvado), para despertar a la toma de conciencia de la propia oscuridad vulnerable y de la voluntad salvífica absoluta.
    Con otras palabras, el reconocimiento de la desgracia y la gracia: la desgracia (karma del pasado) y la gracia (amazing grace), que me abre siempre futuro de esperanza desde el presente de la salvación. El cuerpo mortal del animal vulnerable se ilumina con la promesa gratuita de vida verdadera para el animal reconciliable. En esta reconciliación se abre un panorama esperanzador para hablar de cuerpo mortal y vida verdadera.
    Podemos entonces releer la simbólica del juicio de ovejas y cabritos, alineados a izquierda y derecha, en el capítulo 25 del evangelio según Mateo, para descubrir cómo es posible que todos se dejen salvar (según la espiritualidad del juicio como “crisis de reconocimiento” en el evangelio según Juan: Jn 9, 39-41 y 20, 21-2. Ver más en: “Reconocimiento de sí mismo en el perdón”, Perspectiva teológica, Belo Horizonte, v. 50, n.2, p. 247-261, 2018).

    NUEVOS RITOS

    col gerardo

    Muy a menudo nos quejamos de que los ritos en la celebración de la Eucaristía están poco relacionados con la vida, que son poco expresivos.
    De repente con el coronavirus nos hemos encontrado con unas eucaristías que han añadido gestos expresivos y significativos. Nos ayudan más a celebrar la entrega de Jesús y nuestra propia entrega.
    Como no nos podemos dar la paz con la mano, nos volvemos hacia todos los presentes en el templo y nos miramos con cara sonriente. Es un gesto que resulta expresivo y que crea relación. Antes, al darnos la mano, solamente veíamos al vecino y al de nuestro banco o al de adelante.
    Usamos y nos damos repetidas veces gel. No para purificarnos, sino para suavizar nuestras manos y que así nuestra relación con los demás, y el recibir la eucaristía, esté llena de amabilidad, de suavidad. Suavizar nuestras manos para eliminar toda animadversión, envidia o lejanía.
    Y sobre todo, llevamos puesta la mascarilla. No podemos hablar, pero durante la celebración somos conscientes de la realidad social que estamos viviendo y lo hacemos presente en la ofrenda de los dones a Dios. También la palaba de Dios recae sobre esa realidad.
    Es más fácil ir reflexionando qué nos dice Jesús en su Palabra para nuestras realidades de dolor, de ayuda, de servicio, de entrega. No hacemos ofrenda de dinero sino de algo más importante, que es nuestra vida, ésta que estamos viviendo con dificultades.
    Y al final de la misa, limpiamos con gel los asientos en los que hemos estado sentados. Toda una expresión. Lo que hemos oído, hemos celebrado, no es para dejarlo ahí en el banco sino para llevarlo a la vida y con su fuerza transformar nuestra realidad.
    Nos tenemos que colocar cada día en un sitio con cierta distancia. Somos peregrinos, caminantes, en busca de Dios. Así nos sentimos celebrando la Cena del Señor.
    En el templo donde yo participo, nos sirven las formas consagradas en una bandeja de donde vamos recogiendo cada uno. Un regalo, un don que recibimos de Dios, que nos lo va ofreciendo todos los días.
    Es una oportunidad. La realidad del virus nos va ayudando a unas celebraciones vivas, actuales, implicadas. Ojalá seamos capaces de ir creando y viviendo eucaristías con gestos que nos impliquen en nuestra vida y que nos hagan celebrar la vida, muerte y Resurrección de Jesús y también nuestras vidas, con las luchas, los logros, los dones y los esfuerzos.
    Jesús nos ayuda a “tomar el pan, a repartirlo y a compartirlo”. Así nos resulta más fácil vivir en positivo el coronavirus.

    SAN JUAN DE RIBERA CONTRATÓ A JUAN BAUTISTA COMES “PARA ACRECENTAR LA POMPA DEL CORPUS Y SU OCTAVA”

    col baltasar

    Este año, a causa de la pandemia del coronavirus,  tampoco habrá processó de la huitava de Corpus en el Real Colegio Seminario de Corpus Christi de Valencia, en la que se desarrolla uno de los ritos tradicionales de adoración eucarística más singulares de nuestras tradiciones, a través de un recorrido por el claustro del histórico edificio,  en el que es portado el Santísimo Sacramento en custodia sobre andas bajo palio con un cuidadoso y elegante protocolo encuadrado en la estética de la religión:  cada seis pasos por parejas seminaristas colegiales, arrodillados y revestidos con dalmáticas, inciensan y lanzan pétalos de flores al Senyor Manifestat.
    La fiesta en esta ocasión quedará plegada sola y exclusivamente a la Misa solemne y en gregoriano que será oficiada a las 10 de la mañana de este domingo 14 de junio, a la que seguirá la ceremonia de los ramos, que es uno de los ritos establecidos por san Juan de Ribera consistente en el ofrecimiento de 12 ramos de espigas al Santísimo, expuesto en el altar mayor de la capilla y la interpretación del  “Canto de los Alabados”, otro rito del siglo XVI, que interpretan los superiores, capellanes y seminaristas mientras caminan en procesión hacia el altar mayor para adorar al Santísimo Sacramento.  
    De no ser por el coronavirus, por la tarde del jueves de la octava a las 18.30 horas  se hubiera cantado vísperas y completas solemnes y polifónicas y a las 19 horas se hubiese desarrollado la procesión por el claustro renacentista del Colegio Seminario con la Custodia de 'El Patriarca', la que terminaba con el canto de las letanías del Santísimo compuestas por el ilustre músico valenciano Juan Bautista Comes. Al menos esto es lo que se ha hecho público de momento. Internamente, a puertas cerradas, no se sabe si habrá algún acto más de sus pomposas celebraciones eucarísticas.
    Comes escribió las “Danzas al Santísimo o Eucarísticas”, por indicación del arzobispo  Juan de Ribera, a ejemplo de las danzas de los Seises de Sevilla, “quien quiso tener unas composiciones cantadas y bailadas que acompañaran la procesión particular del Corpus”. Como manera de mejor solemnizar la fiesta de Corpus, las cuales eran bailadas por infantillos, a la manera de los Seises de Sevilla, cuya Diócesis rigió antes de la de Valencia.
     Juan de Ribera, escribe Juan María Solá, “acrecentó la pompa del Corpus y su octava con nuevas y honestísimas danzas de hombres, con representaciones de autos, con mil variedades de cánticos, villancicos y motetes, que con la mayor elegancia solía componer su no menos sabia devoción, para así convidar a todos a que, con señales de la más sencilla gratitud, reconociesen tan incomprensible beneficio de la eterna Divina Majestad”.
     Estas danzas fueron ejecutadas con desigual suerte dependiendo de los gustos de obispos y rectores, tuvieron sus altibajos. En estos momentos -nos ha correspondido este infortunio-  no son bailadas, porque la rectoría colegial las ve poco apropiadas y distraen de la debida atención y devoción que se debe tener al Santísimo. El profesor de la Universidad Católica de Valencia, Rodrigo Madrid, que los dirige se ha llevado las danzas a la iglesia desacralizada del antiguo Monasterio de san Miguel y de los Reyes, construido por el Duque de Calabria, en cuya iglesia desacralizada ensayan y actúan los infantillos para actos culturales, no religiosos, como una manera de mantenerlas vivas, una vez logró recuperarlas.
    Juan Bautista Comes
    Juan Bautista Comes nació en Valencia en 1582 y fue bautizado en la desaparecida iglesia de la Santa Cruz, corazón del barrio del Carmen. Ingresó como infantillo en 1594  en la catedral de Valencia, donde aprendió música y canto en su escuela. Al cambiarle la voz, en 1602 dejó el grupo de infantillos y optó a organista de la parroquia de san Pedro, en Sueca. En 1603 es tenor de la catedral de Lérida, donde llegó a Maestro de Coro. En 1608, vuelve a Valencia, reclamado por el arzobispo Juan de Ribera, para  encargarse de la capilla musical y coral del recién fundado Colegio de Corpus Christi –el monumento levantado en homenaje a la Eucaristía- permitiéndosele que también ejerciera en la catedral.
     Al morir Juan de Ribera, siguió dos años más en la capilla del Patriarca y luego solo en la catedral. En 1619, el rey Felipe III le nombró segundo maestro de la Real Capilla y marchó a Madrid, ciudad que no le gustó y desde donde hizo varios intentos de regresar a Valencia.  “En la correspondencia epistolar mantenida con los superiores del Patriarca – cuenta José Climent Barber- se plantea su deseo de volver a Valencia y las condiciones de ambas partes para que pueda hacer efectiva esta vuelta, así como los sentimientos del mismo Comes, ya que “deseando dar gusto a mis padres, que desean acabar sus cortos días cerca de mi persona, me he determinado a suplicar se sirvan admitirme otra [vez] sólo que Vs. Mds. me den cincuenta escudos más de los que tenía ms. Narcís [...] y me permitan no tener obligación de los niños que es lo mismo que mosén Narcís tenía, y me ofrezco a servir a Vds. Mds. con la puntualidad a que queda obligado un sacerdote que, desengañado de las confusiones de esta corte, desea recogerse en un Santuario tan aparejado a gozar la quietud que se requiere para tener dichoso fin”.
     En 1628, Comes se hizo cargo de la maestría de El Patriarca, aunque su estancia fue corta, pues hubo disensiones entre las partes. En 1632 es nombrado maestro de capilla de la catedral donde Comes terminaría sus días lleno de problemas económicos, dado su carácter bohemio. A su muerte, legó sus composiciones a la catedral, diciendo lo hace “per la molta afició que hi tengut e tinch a dita Çeu, per haverme criat desde chic en aquella y ser també yo fill de Valencia” y con la finalidad de que con ellas también se pudiera pagar las deudas que dejaba.
    Para Lope de Vega era “uno de los mejores compositores” de la Europa de entonces y “de los primeros que atendieron en sus obras a la filosofía y prosodia de las letras”. Para Ruiz de Lihory, Comes rompió moldes “en una época en la que se consideraba la música como un cálculo matemático”. En cualquiera de sus obras litúrgicas “pueden apreciarse los arranques espontáneos de su genio brotando del espíritu eminentemente religioso que las informa”. Liberó a la música de las trabas y rigor de la escolástica. Asenjo Barbieri encontró en sus composiciones “elementos de grandísima utilidad para el estudio de la música popular española en general y de la valenciana o lemosina en particular”.
    Un anillo de piedras preciosas
    Juan Bautista Guzmán cuenta que Juan de Ribera admiraba a Comes y un día en que el músico le preguntó si le gustaba sus composiciones, el prelado le dijo: “Sí, me satisface por completo, pero deseo os pese algo más la mano al llevar el compás”. Y diciendo esto se la cogió, colocándole en un dedo un magnífico anillo de brillantes.
    Marco Antonio Ortí, en su crónica de los actos del IV Centenario de la Conquista de Valencia, dice: “La solemnidad con que se cantó el oficio fue tan extraordinaria, que no solo suspendió a los forasteros, pero aún a los naturales, que debieran tener menos ocasión de admirarse, así por estar acostumbrados a la música de la Capilla, como a la destreza, concierto, y dirección del Maestro Juan Bautista Comes, de cuya habilidad está por toda España extendida la noticia y experimentada en la Corte”.
    José Climent Barber señala que “las composiciones musicales de Comes durante su estancia en El Patriarca fueron eminentemente eucarísticas. Las Letanías al Santísimo  “pasaría a ser obra ritual de la nueva fundación, como composición obligada en la Reserva solemne del Santísimo. Es una obra que reúne la religiosidad musical del renacimiento con todo su misticismo y los planteamientos propios de la grandiosidad del siglo XVII incluyendo, además, innovaciones que la caracterizan. Está escrita a ocho voces, en dos coros, y lleva un acompañamiento continuo nada frecuente en aquellas calendas. Fue obra que tuvo tal aceptación en toda la iglesia diocesana de Valencia que, en arreglos a tres y cuatro voces, pasó a formar parte del ritual de la valenciana obra eucarística de las XL Horas hasta bien entrado el siglo XX, cuando se perdió toda solemnidad de las XL Horas, aunque perdure la devoción”.
     Los valiosísimos Archivo de la Catedral de Valencia del Real Colegio Seminario del Patriarca de Corpus Christi conservan casi todas las composiciones musicales que hizo, se estima en unas 300, todas ellas estudiadas y catalogadas por el que fuera hasta hace poco en que falleció el Canónigo Prefecto de Música Sacra de la Catedral de Valencia, músico y compositor, José Climent Barber, quien, entre otros trabajos de investigación ordenó y catalogó todas las partituras musicales obrantes en los archivos de las catedrales existentes en territorio valenciano, un trabajo que patrocinó la Generalidad Valenciana.

    TAMBIÉN TÚ ERES EUCARISTÍA

    col bennasar

    Del griego “euxaristos”: decir bien, acción de gracias, la Eucaristía es mucho más que lo que “sabemos, sentimos y hacemos…”. Es lo que Somos.
    Reflexionando sobre lo liberador que es vivir la sencillez y pobreza como servicio, la pregunta que emerge es dónde mirar para aprender a Ser, y el pan hecho vida. La vida hecha pan es la genialidad que Jesús nos regala como síntesis y símbolo para que empecemos a despertar al pan que somos esencialmente.
    Hemos hablado y escrito tanto del pan que estos días, preparando este texto al “chuf chuf” del silencio oracional, del paseo, del estudio, de la Escucha… Me he sentido invitada a buscar en mi vida alguna experiencia o imagen que también me hable de Eucaristía, sin pretender obviar y menos ser irreverente con el eterno pan de Amor que ES. Tal vez para captar más hondamente otros aspectos de su significado.
    Si tuvieras que explicar a alguien tu experiencia, en palabras tuyas, qué es Eucaristía más allá de alimento, presencia, amor…
    Te invito a hacer silencio por unos momentos y a sentirlo antes de contárnoslo. Te invitamos,  si quieres, a que nos lo cuentes y junto con lo de otras personas, lo colgaremos aquí.
    Yo hice este tiempo de preparación varios días, y ayer, regresando de un paseo largo en silencio, después de unos días convulsos… emergía una imagen que en mi vida es potente: la manera en que Dios se ha hecho pan, también, la veo en la imagen de Éxodo 19,4: “Vosotros visteis como os tomé sobre alas de águila y os he traído a mí…”
    Nos dicen que el modo que tiene el águila de enseñar a volar a sus polluelos es dándoles la seguridad de su solidez en pleno vuelo; cuando considera que el momento ha llegado, se retira, dejando en el aire a los pequeños,  para que tengan que agitar sus alas en un entrenamiento, sin más protección que la presencia segura del águila volando debajo. Mientras, ell@s hacen todo lo que saben, incluso lo que no sabían que saben, para ejercitar su don, su potencial, su carisma: volar.
    Para mí Eucaristía es como la vida que me da Amma águila. Me considera águila como ella, me alimenta y capacita para volar alto, y despertar a otr@s al alto vuelo.
    Algo así como el “coaching”: entrenamiento personalizado, acompañamiento personal y confidencial. Presencia que te ayuda a descubrir tus caminos, tus fuerzas y debilidades… pero en nuestro caso mucho más ya que hay una identificación total con la coach.
    Piensa en los jóvenes, tal vez lo de lavar pies, o compartir pan no les toca mucho. Pero lo del coaching inspirado en la belleza arrolladora y potente del águila danzando con los polluelos despertándoles… ¡flipante!
    Luego está la Eucaristía celebrativa, donde tenemos que reinventar la rueda para que sea como Jesús nos la dejó.  El coach nos dijo que hiciéramos lo que él hacía, claro, hoy.
    Por mi parte intento enseñar-compartir como volar, como reconocer la silueta de Amma águila volando debajo, protegiendo, indicando, respetando. Compartir vuelo, es importantísimo, para levantar del suelo a los que quieren volar.
    Gracias por compartir tu experiencia.

    La banca gana 100.000 millones en una década tras despedir a 88.000 empleados


    Eduardo Bayona

    Los números resultan escalofriantes: la banca española ha ganado 100.604 millones de euros en la misma década, la transcurrida entre 2009 y 2019, en la que, con al menos 88.300 despidos y prejubilaciones, se ha deshecho de casi un tercio de su plantilla.
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    Justicia para la UCA


    Iosu Perales

    ellacuria
    Inocente Orlando Montano es todo menos inocente. El lunes día 8 de junio ha comenzado el juicio en Madrid contra el ex coronel y ex viceministro de Defensa de El Salvador, por su responsabilidad en los crímenes de la Universidad Centro Americana (UCA), donde fueron asesinados el 16 de diciembre de 1989 seis padres jesuitas y dos mujeres, Elba y su hija Celina. Y, ¿saben una cosa? Me duele que este juicio sea posible por la decisión de Estados Unidos que siempre estuvo del lado del ejército de la dictadura, de extraditar a España a Inocente Orlando Montano, toda vez que las autoridades salvadoreñas poco o nada hicieron por la extradición de los culpables reclamados por la justicia española.
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    La ONU condena la decisión de Israel de anexarse territorios palestinos en Cisjordania


    Palestina4
    La anexión de un territorio ocupado es una violación grave de la Carta de las Naciones Unidas y los Convenios de Ginebra, no obstante, todos los llamados, resoluciones y declaraciones son inútiles si no se lleve a cabo acciones reales para hacer respetar la legalidad y evitar la imposición de la ley de la selva a nivel global.
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    Domingo 21 de Junio, 12 Tiempo ordinario – A (Mateo 10,26-33)

    José A. Pagola

    SEGUIR A JESÚS
    SIN MIEDO

    El recuerdo de la ejecución de Jesús estaba todavía muy reciente. Por las comunidades cristianas circulaban diversas versiones de su pasión. Todos sabían que era peligroso seguir a alguien que había terminado tan mal. Se recordaba una frase de Jesús: «El discípulo no está por encima de su maestro». Si a él le han llamado Belcebú, ¿qué no dirán de sus seguidores?
    Jesús no quería que sus discípulos se hicieran falsas ilusiones. Nadie puede pretender seguirle de verdad sin compartir de alguna manera su suerte. En algún momento alguien nos rechazará, maltratará, insultará o condenará. ¿Qué hay que hacer?
    La respuesta le sale a Jesús desde dentro: «No les tengáis miedo». El miedo es malo. No ha de paralizar nunca a sus discípulos. No han de callarse. No han de cesar de propagar su mensaje por ningún motivo.
    Jesús les explica cómo han de situarse ante la persecución. Con él ha comenzado ya la revelación de la Buena Noticia de Dios. Deben confiar. Lo que todavía está «encubierto» y «escondido» a muchos, un día quedará patente: se conocerá el Misterio de Dios, su amor al ser humano y su proyecto de una vida más feliz para todos.
    Los seguidores de Jesús están llamados a tomar parte desde ahora en ese proceso de revelación: «Lo que yo os digo de noche, decidlo en pleno día». Lo que les explica al anochecer, antes de retirarse a descansar, lo tienen que comunicar sin miedo «en pleno día». «Lo que yo os digo al oído, pregonadlo desde los tejados». Lo que les susurra al oído para que penetre bien en su corazón, lo tienen que hacer público.
    Jesús insiste en que no tengan miedo. «Quien se pone de mi parte», nada ha de temer. El último juicio será para él una sorpresa gozosa. El juez será «mi Padre del cielo», el que os ama sin fin. El defensor seré yo mismo, que «me pondré de vuestra parte». ¿Quién puede infundirnos más esperanza en medio de las pruebas?
    Jesús imaginaba a sus seguidores como un grupo de creyentes que saben «ponerse de su parte» sin miedo. ¿Por qué somos tan poco libres para abrir nuevos caminos más fieles a Jesús? ¿Por qué no nos atrevemos a plantear de manera sencilla, clara y concreta lo esencial del evangelio?

    Domingo 21 de Junio, 12º del tiempo Ordinario


    12 del tiempo ordinarioB
    Luis Gonzaga (1591)
    No hay mentira que no encuentre su verdad tarde o temprano. En julio de 2014, luego de 38 años de impunidad, en un juicio sin precedentes, fueron condenados a cadena perpetua los autores del homicidio de Mons. Enrique Angelelli, obispo mártir de La Rioja, Argentina. Días antes el prelado había confesado a sus allegados que querían alejarlo del país: “Tengo miedo… pero no se puede esconder el evangelio debajo de la cama”. Su muerte fue presentada por la prensa local como un accidente y como tal fue tratada durante mucho tiempo, incluso por sus hermanos en el episcopado. Como tantos otros testigos de Jesús, Angelelli prefirió la verdad desnuda del evangelio a la incómoda seguridad de los cobardes.
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    miércoles, 17 de junio de 2020

    ¿QUIÉN SOY YO?

    Como decía José Enrique Ruiz de Galarreta, todo cuanto necesitamos saber para vivir con sentido está dicho en el evangelio. Por ejemplo, y en el caso que nos ocupa —quién soy—, del evangelio se desprende que somos Hijos y Herederos, y esta respuesta nos permite llenar nuestra vida y afrontar con esperanza nuestra muerte. No necesitamos más, pero nuestra mente nos empuja a buscar respuestas racionales, y —en el caso de los creyentes— a compaginar la fe con la razón. “Entiende para creer y cree para entender”, decía San Agustín, y eso es lo que vamos a intentar en los párrafos siguientes.
    ¿Quién soy?... ¿Qué parte de mí es la que conforma mi esencia, y qué parte es una simple posesión?...
    Yo ya era yo cuando acababa de nacer, y lo seguiré siendo aunque me corten un brazo o pierda la razón. Antes “tenía” dos brazos y después solo uno, pero eso no cambia mi identidad. Antes “tenía” conciencia y después no, pero eso tampoco la cambia, lo que significa que “yo tengo” un cuerpo y un cerebro, pero que “no soy” ni lo uno ni lo otro. Cuando era un bebé no diferenciaba entre mí mismo y los demás, pero todos a mi alrededor admitían mi identidad. Después de la muerte ya no tendré ni cuerpo ni cerebro, pero seguiré siendo yo en la memoria de mi gente.
    También “tengo” un conjunto de conocimientos que se va acrecentando con el paso del tiempo. Pero mis conocimientos no son yo, sino algo de mi posesión. Por mucho que cambien, yo seguiré siendo el mismo, y si pierdo la razón, perderé todo mi conocimiento, pero seguiré siendo yo. Y lo mismo ocurre con mi experiencia. Antes acumulaba poca experiencia y después mucha más: pero eso no cambia mi identidad.
    Y tras este repaso a mis pertenencias ya sé lo que tengo, pero sigo sin saber lo que soy. Sé que no soy mi cerebro, ni mi cuerpo, ni mi experiencia de la vida, ni mis conocimientos (porque mientras ellos cambian o desaparecen, yo sigo siendo el mismo). No sé hasta qué punto soy mi capacidad de amar, o de vibrar con la belleza, o de sentir felicidad, o los valores arraigados en mí, o mi personalidad, o mi conciencia, o el conjunto de todo ello... pero en definitiva no sé lo que soy.
    Ahora bien, al menos tengo una pista, pues si considero la parte material de mi ser (la cosa extensa) como una simple posesión, tendré que admitir que estoy hecho de sustancia inmaterial. La corriente filosófica que niega la materialidad de nuestro ser se llama idealismo, y como representantes más destacados podemos mencionar a Platón, Descartes, Leibniz, Berkeley, Kant, Fichte, Hegel o Schopenhauer.
    Dicho esto, tratemos ahora de entroncar esta idea con nuestra fe. El cronista del capítulo segundo del Génesis nos dice que en nosotros sopla el viento de Dios, pero —según este razonamiento— quizás sería más oportuno decir que “somos” soplo de Dios; espíritu de Dios. Pero en nuestro mundo material, la única forma en que puede existir ese espíritu es encarnado, y esto significa que no puede haber amor en el mundo si no hay personas que amen y sean amadas; que el amor solo se manifiesta en las personas; solo se manifiesta encarnado. Yo soy soplo de Dios con todo lo que ello implica; amor, compasión, tolerancia, libertad... en busca de felicidad. Lo demás son mis pertenencias.
    Sabemos que el cristianismo es dualista: cuerpo y alma. El cuerpo muere, pero el alma inmortal le sobrevive eternamente. Una idea preciosa que puede ser válida si se toma como símbolo o analogía, pero que difícilmente aguanta el razonamiento que acabamos de realizar. Si estamos destinados a vivir tras la muerte, lo razonable es pensar que sobreviviremos íntegros, sin mutilaciones, aunque perdamos aquellas posesiones que ya no necesitamos en esa vida.