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martes, 24 de diciembre de 2019

La Navidad de los Herodes de hoy



La Navidad tiene siempre su idilio.No puede haber tristeza cuando nace la vida, especialmente cuando viene al mundo el puer aeternus, el Niño Divino, Jesús. Hay ángeles que cantan, la estrella de Belén que brilla, los pastores que velan por la noche su rebaño.Pero allí están principalmente María, el buen José y el Niño acostado en un pesebre, “porque no había sitio para ellos en la posada”. Y he aquí que aparecieron, también venidos de Oriente, unos sabios, llamados magos, que abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra, símbolos misteriosos.
     Pero había también un rey malo, Herodes, cruelísimo hasta el punto de ejecutar a toda su familia. Oyó que había nacido en la ciudad de David, Belén, un niño que sería el Salvador. Temiendo perder el trono, mandó matar en Belén y sus alrededores a todos los niños menores de dos años.
     Los textos sagrados conservan un lamento de los más lacerantes de todo el Nuevo Testamento:”En Ramá se oyó una voz, muchos llantos y muchos gemidos. Es Raquel que llora a sus hijos y no quiere ser consolada porque ya no existen” (Evangelista Mateo 2,18).
 La navidad  de este año nos trae a la mente a los Herodes actuales que están diezmando a nuestros niños y jóvenes. Entre 2007-2019, 57 niños y jóvenes menores de 14 años murieron en Brasil por balas perdidas en acciones policiales. Solo en este año de 2019 en Rio de Janeiro, perdieron la vida 6 niños y 19 adolescentes en acciones policiales, informa la Plataforma Fuego Cruzado. En la región metropolitana de Rio ha habido 6.058 tiroteos con arma de fuego, con 2.301 personas baleadas, de las cuales 1.213 fueron muertas y 1.088 gravemente heridas. El caso más clamoroso fue el de la niña de 8 años Agatha Félix muerta por un disparo de fusil en la espalda cuando se encontraba dentro de una furgoneta kombi yendo para casa con su madre.
     








Sus nombres merecen ser mencionados. Con pocos años más, tuvieron el mismo destino de los muertos por Herodes: Jenifer Gomes,11 años; Kauan Peixoto, 12 años; Kauã Rozário 11 años; Kauê dos Santos 12 años; Agatha Félix 8 años; Ketellen Gomes 5 años.
     El gobernador de Río de Janeiro, con su policía feroz, está siendo acusado de crímenes contra la humanidad, pues manda atacar a las comunidades con helicópteros y drones, aterrorizando a la población. El alcalde Marcelo Crivella confesó que en las 436 escuelas instaladas en las comunidades, debido a los operativos policiales, los niños perdieron 7000 horas de aula.
     Junto con la madre de Agatha Félix, Vanessa Francisco Sales, que llevaba en el entierro la muñeca de su hijita, se hacen oír las mismas voces que las de la Raquel bíblica: las madres del Morro do Alemão, de Jacarezinho, de la Chatuba de Mesquita, de la Vila Moretti de Bangu, del Complejo de Chapadão, de Duque de Caxias, de Vila Cruzeiro en el Complexo de Penha, de Maricá. Escuchemos sus lamentos:“Se oyen muchas voces, muchos llantos y muchos gemidos. Las madres lloran a sus hijos queridos, muertos por balas perdidas; no quieren consolarse porque han perdido a sus niños para siempre. Piden una respuesta que no viene de ninguna parte. Entre lágrimas y muchas lamentaciones suplican: paren de matar a nuestros niños. Paren, por el amor de Dios. Queremos a nuestros hijos vivos. Queremos justicia”.
      
     Este es el contexto de esta Navidad de 2019, agravado por una política oficial que usa los medios perversos de la mentira, de las fake news, de mucha rabia y odio visceral. Jesús nació pobre y vivió pobre toda su vida. Y surge un presidente que tiene frecuentemente a Jesús en sus labios pero no en su corazón, porque difunde ofensas a homoafectivos, a negros, a indígenas, a quilombolas y a mujeres.
     Dice abiertamente que no le gustan los pobres, es decir, no le gustan aquellos de los cuales Jesús dijo: “bienaventurados los pobres” y los llamó “mis hermanos y hermanas menores”, y que en el ocaso de la vida serán nuestros jueces (Mt 25,40). Que no le gusten los pobres significa que no quiere gobernar para la mayoría de los brasileros que son pobres y hasta miserables, para los cuales debería gobernar primeramente y cuidarlos.
     A pesar de todo eso, hay que celebrar la Navidad. Está oscuro, pero festejamos la humanidad y la jovialidad de nuestro Dios. Él se hizo niño indefenso. Qué felicidad saber que seremos juzgados por un niño que solo quiere jugar, recibir y dar cariño.
     Que la Navidad nos conceda un poco de aquella luz que viene de la Estrella que llenó de alegría a los pastores de los campos de Belén y que orientó a los sabios-magos hacia la gruta. “Su luz ilumina a todas las personas que vienen a este mundo” (Jn 1,9), a ti y a mí, a todos, no solo a los bautizados”. Feliz Navidad.
    
*Leonardo Boff es teólogo y ha escrito Navidad, sol de la esperanza, historias, poesías y símbolos, Mar de Ideias, Rio de Janeiro 2007.
 Traducción de María José Gavito Milano
     

Nacimientos

(Publicado el 22 de diciembre de 2019 en DEIA y en los Diarios del Grupo NOTICIAS)


Yo traje hojas de roble americano e Itziar puso el Nacimiento navideño con su exquisito gusto. Una aurora boreal en rojo, verde y amarillo, la luz de las hojas. El niño Jesús en brazos de su padre, mejilla con mejilla, y María dulcemente reclinada sobre el hombro de José. La vida como un río de belleza y de bondad, de plena armonía, de paz profunda. Como esta mañana de Aizarna, donde los corderos brincan y corren, y se tumban plácidamente junto a sus madres. Un universo feliz.
    ¿Un universo feliz? ¿Por qué entonces tanto dolor y llanto? Antes de fin de año, esos corderos que juegan serán degollados. En la frontera de Méjico, separan de sus padres a los niños, de su esposo a la esposa. Raquel llora desconsolada por sus hijos palestinos. Muchos Herodes, en su codicia insaciable, o en su miedo cerval, masacran la Tierra y a sus pobres gentes, la infancia inocente, la juventud sin futuro.
    ¿Cómo extrañarse de que los jóvenes, en nuestros países, se lo piensen dos veces antes de tener un hijo, una hija? En 2018, en el País Vasco nacieron 1,31 hijos por mujer (en España 1,26), muy lejos del 2,1 necesario para reemplazar a los que mueren y mantener el nivel de población. La media mundial ha descendido del 4,7 hijos por mujer de 1950 al 2,4 de 2017. Toda Europa está por debajo de 2 (incluida la “cristiana” Polonia), al igual que China y los países más ricos de América, Asia y Oceanía. Por el contrario, el índice está por encima en toda África, desde el 2 por mujer de Marruecos hasta el 5 de Nigeria o el 6 de Angola y… Somalia. ¿Qué nos pasa en el mundo? ¿Será que la vida está dejando de ser una gracia precisamente allí donde su llamado desarrollo económico es más alto?
    El papa Francisco expuso su diagnóstico particular en la homilía del primer domingo de este Adviento de 2019: “Este es el drama de hoy: las casas se llenan de cosas pero se vacían de hijos, el invierno demográfico que estamos sufriendo. El tiempo se desperdicia en pasatiempos, pero no hay tiempo para Dios y para los demás”.
    Me parece un diagnóstico injusto, y apuntaré dos argumentos. Primero: la demografía global sigue siendo un problema grave para el equilibrio de la vida en el planeta; los humanos somos demasiados; hemos de dar la vuelta a aquello del Génesis bíblico “creced y multiplicaos”; hemos de decrecer. Segundo: si desciende la natalidad en “el mundo rico”, no es porque las casas se estén llenando de cosas, ni tampoco a que haya disminuido la fe en Dios o en la Vida, sino a que la mayoría de las familias se están empobreciendo por la avidez insaciable de unos pocos, y tienen miedo del futuro de sus hijos y del planeta.  ¿Cómo queremos que las parejas tengan dos o más hijos, cuando no pueden conciliar el trabajo y la familia, ni pagarse una casa, ni mantener dos hijos, porque los precios suben y los salarios bajan? Comprendo a quienes dudan si traer o no hijos a esta Tierra maltratada.
    Pero celebro el nacimiento de la vida hace 4.000 millones en algún océano primitivo de este fascinante planeta. La vida, un poderoso milagro seguramente repetido en innumerables otros planetas. Celebro la Gracia de la Vida encarnada en cada átomo, en cada hoja, en cada viviente que goza, en cada ser humano bueno y feliz. Celebro la comunión de todos los seres, nacidos de aquel campo de energía que dio lugar al Big Bang, no sabemos por qué. Pero sabemos que todo lo que es nace sin cesar y vive en el Todo, y que todos los seres estamos tejidos del hidrógeno primordial que llenaba este universo visible instantes después del Big Bang hace unos 14.000 millones de años.
    Indigno cristiano, celebro el nacimiento de Jesús, hijo de María y de José junto con sus seis hermanas y hermanos. Lo celebro no porque fuera la única y plena encarnación del Infinito en un universo sin fin de billones de galaxias formadas de cientos de miles de millones de estrellas rodeadas de planetas, o en un multiverso de mundos infinitos fuera de nuestro tiempo y espacio. Lo celebro por su vida libre y dada, testigo de la bienaventuranza y del poder de la bondad, la auténtica encarnación.

    Acabo de escuchar a cuatro jóvenes adultos del África negra cantar maravillosamente a voces el villancico Haurtxo txikia (“Un Niño pequeño”), en torno a una mesa de cocina ante la mirada natural, bondadosa, del matrimonio que los acoge. He ahí la humanidad, la encarnación humana del Misterio divino que anima el universo. Un coro de ángeles innumerables sigue cantando a las afueras de todos los Belenes: “Os ha nacido un Niño, está naciendo el Liberador. Ayudadlo a nacer y cuidadlo. No temáis. Renaced”.

Feliz Navidad 2019!




El Inspector de Salesianos Santiago el Mayor envía un mensaje de felicitación de la Navidad en el que invita a descubrir, estos días, la Luz de la que viene toda luz.


 
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A TODA LA FAMILIA SALESIANA:
Queridos hermanos y hermanas:

Os saludo a todos con afecto en este momento en el que vamos a comenzar la Navidad, con el deseo de que estéis bien.

En tiempo de oscuridades e incertidumbres, por las que sin duda todos pasamos, a consecuencia de circunstancias de la vida que podemos vivir en nuestras familias, en nuestras comunidades, personalmente o en este mundo nuestro; llega a nosotros en este tiempo de Navidad la palabra del profeta que acogemos con una enorme esperanza:

“El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló” (Is 9, 1).

Nos deseamos Feliz Navidad, porque en esta celebración reconocemos que Dios cumple su promesa y nos envía a Quien es la Luz que brilla de tal manera que toda sombra y toda obscuridad desaparece. En el débil Niño del pesebre de Belén arropado por María y José, y por una mula y un buey, Dios nos ha dado esa Luz, que San Juan de la Cruz reconoce en su cántico:

Qué bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche.
Aquella eterna fonte está escondida,
que bien sé yo do tiene su manida,
aunque es de noche.
Su origen no lo sé, pues no lo tiene,
mas sé que todo origen de ella tiene,
aunque es de noche.
Su claridad nunca es oscurecida,
y sé que toda luz de ella es venida,
aunque es de noche.

Es la luz de la que viene toda luz. Sólo esa luz puede transformar nuestras incertidumbres, obscuridades y dificultades en Esperanza, con mayúsculas, porque ese Niño, el Hijo de Dios, el Emmanuel –Dios con nosotros- nos ha traído la posibilidad de una nueva humanidad. La semilla de la divinidad ha prendido en nuestras vidas y nos abre a horizontes insospechados. Esa luz ilumina nuestra vida y la llena de sentido.

Con mi deseo de una Feliz Navidad pido al Niño de Belén que nos dé capacidad de soñar a lo grande, de soñar el sueño de Dios sobre cada uno de nosotros, sobre nuestras familias, sobre nuestras comunidades, sobre nuestro mundo. José tuvo un sueño e hizo lo que en él se le decía. Nosotros, familia salesiana, somos hijos de un soñador, Juan Bosco, que se entregó por completo a la realización del sueño de su vocación y su misión: la salvación de la juventud. Nos atrevemos a soñar iluminados por la Luz que brilla en la noche y disipa toda tiniebla: Jesucristo el Señor, nuestra Esperanza. También nosotros queremos hacer y vivir lo que él nos pide y ser luz para quienes la necesitan, ese es nuestro compromiso al desearnos una feliz Navidad.

¡FELIZ NAVIDAD 2019!

Con mi abrazo fraterno y mi oración.

Navidad esperanzada - Natividad del Señor, Ciclo A

ALGUNAS CONCLUSIONES NO TAN EVIDENTES DE LA RELIGIOSIDAD, HOY


col elzo
Nuestro colaborador habitual Javier Elzo se adelanta a comentar la Encuesta Europeas de Valores (EVS 2018), que está pendiente de publicación oficial en España. Compara los datos de religiosidad tomados en Francia y en España. IV.
Las encuestas europeas de valores (EVS) se llevan realizando desde 1977 por oleadas, más o menos cada diez años. La última, la quinta, en 2018. Ya tengo en mis manos la publicación francesa. En España, ya se ha efectuado el trabajo de campo. Por la Universidad de Deusto. Su Equipo de estudio de los valores está analizando los datos, luego habrá que esperar a que presenten su Informe. Las líneas que siguen, son unos datos significativos a partir del Informe de Francia y, a continuación, me permito unas reflexiones sobre la comparabilidad entre la religiosidad en Francia y en España.
Tras lectura del Informe francés.
Es este: Pierre Bréchon, F. Gonthier, S. Astor (dir) “La France des valeurs. Quarante ans d´évolutions“. Presses Universitaires de Grenoble, abril 2019, 382 páginas. Las Notas que siguen se basan en el inicio de la Sexta parte del Informe “La Religión en movimiento”
. Entre los jóvenes de 18-30 años, los fieles del islam están a punto de ser tan numerosos como los católicos, más del 13% de los musulmanes (de estos grupos de edad) y menos del 15% de católicos.
. Manteniendo la edad constante, quienes han salido más tarde del sistema educativo son quienes en mayor proporción son católicos practicantes. El redactor de este capítulo del libro comenta así este dato: “Las relaciones entre el progreso del nivel de conocimientos y la religión son, por lo tanto, menos sistemáticas que lo que postulan enfoques corrientes del proceso de secularización” que apuntan que más nivel de conocimientos se correlaciona con menos religiosidad.
. Respecto de la relación de la práctica religiosa con la urbanización, la tesis de que la ciudad ha sido durante mucho tiempo equiparada con el abandono de la religión por los migrantes internos que provienen de las campañas, supuestamente católicas, ya no se aplica a la Francia del siglo XXI. Las ciudades grandes, aquellas con más de 500,000 habitantes, son más religiosas que el resto de Francia: “los católicos practicantes pesan más en las grandes aglomeraciones que en las zonas rurales: 15% frente al 13%. (Entienden por “católicos practicantes” aquellos que declaran asistir a un oficio religioso, al menos en algunas fiestas religiosas, y “católicos no practicantes” quienes no asisten más que una vez al año, o menos)
. Este fenómeno está probablemente relacionado con las diferencias sociales. Los dos grupos profesionales católicos que practican con mayor frecuencia son los directores, cuadros directivos y gerentes (18% de practicantes), y las profesiones intelectuales y científicas (16%), mientras que la tasa de práctica religiosa no es sino del 9 % entre los obreros de la industria y de los transportes, sean no cualificados. La encuesta revela, también, que los primeros habitan en gran medida en las grandes ciudades, mientras que los obreros están, hoy, sobrerrepresentados en la Francia rural.
. El análisis de las creencias revela que la creencia en Dios va mucho más allá de la identificación con una religión establecida. Más que un retroceso de la religión en Francia, deberíamos hablar de desinstitucionalización de la religión, y aumento de los cultos minoritarios que llegan, por primera vez, al 10 % de la población francesa.
“Las teorías del fin de la religión no están confirmadas por esta nueva versión de la encuesta sobre los valores de los europeos, y de los franceses en particular. Sin embargo, las iglesias históricas parecen sufrir un creciente desprestigio”. El progreso del islam y el del protestantismo evangélico no es suficiente para compensar el declive del catolicismo, así como el del judaísmo (menos 0, 5 % de la población), del protestantismo histórico lutero-calvinista (1%) frente al 1,6 % de la suma de los evangélicos y los Testigos de Jehová, el cristianismo ortodoxo (menos del 0,5 %), cifra similar a las de otras religiones orientales, budismo e hinduismo. En definitiva, aunque lo religioso no está, en absoluto, en declive, en la Francia del siglo XXI, parece estar claramente en proceso de desinstitucionalización.
Abordamos esta cuestión de la desinstitucionalización de lo religioso y la contrapusimos a la subjetivación de la fe, en nuestro trabajo sobre la Iglesia, comentando la última publicación de Peter Berger[1].
Y, en España, ¿qué? Notas previas para comparar la religiosidad de los españoles con la de los franceses.
Hay que subrayar que la realidad socio-religiosa francesa no es, en absoluto, idéntica a la española, más allá de algunas notas comunes, particular, pero no únicamente, el desplome de la práctica religiosa regular y la ausencia de nuevas vocaciones religiones. Pero hay también diferencias. Brevemente anotaría estas.
La guerra civil española, con el clericidio de los primeros meses de la sublevación, por la parte republicana (indicador de un problema de años anteriores), y la declaración de cruzada por los obispos, excepto Vidal y Barraquer y Múgica, a los que siguieron los años de nacionalcatolicismo están lejos de haberse borrado de la mente de los españoles. Francia vivió conflictos similares, incluso mayores, pero hace más de cien años, básicamente en siglo XIX, sin olvidar la revolución de 1789, y han aprendido a convivir, aun con trifulcas puntuales como, en el mandato de Hollande, con las manifestaciones del “mariage pour tous”.
Avanzaría la hipotesis, admito que arriesgada y de complicada verificabilidad que, en Francia, su episcopado en general se posiciona (por decirlo simple) más a la izquierda que la gran masa de católicos practicantes, a diferencia del episcopado español, en general, de nuevo, que estaría más a la derecha que el practicante católico español en las edades inferiores a los 65 años. Es cierto que la mayoría de católicos en Francia y en España están escorados a la derecha, pero en Francia hay más católicos muy de derechas (con escasísimos claramente de izquierdas), mientras que en España, quedan núcleos, algunos importantes como “socialistas cristianos” (aunque últimamente los oigo poco) y otros grupos, portales digitales y entidades de centro izquierda y claramente de izquierdas, sin que falten los que se dicen muy de derechas, (así VOX), pero lo son mucho más en lo político que en lo religioso.
La belicosidad anti eclesial de parte de la gran prensa española y la de sus lectores, es prácticamente inexistente en Francia, salvo en reductos muy minoritarios. No que la gran prensa francesa (los pocos cotidianos que quedan que se pueden contar con los dedos de una mano) sea habitualmente complaciente con la Iglesia francesa, que no lo es, pero tampoco es monocolor contra ella. Lector habitual de “Le Monde” y “El País” lo compruebo constantemente. La inquina del segundo con la Iglesia (y no es el único, “infoLibre”, del que soy suscriptor, es obsesivo contra la iglesia), no tiene parangón con ningún gran medio francés, comenzando por “Le Monde” que puede publicar un editorial muy duro, incluso con el papa Francisco, pero abrir a cinco columnas valorando positivamente un documento del episcopado francés.
Por otra parte, en España, no se encuentra en sus quioscos y librerías generalistas revistas como el magnífico “Le Monde des religions”, “La Vie- Chrétiens en débat”, “Esprit”, “Etudes”, etc., etc. Las escasas revistas religiosas en España, se reciben por abonados, personales o colectivos, o están enfeudadas en las librerías religiosas, y no forman parte del paisaje intelectual español.
Todo esto hace que la cultura religiosa del francés medios esté unos codos por encima de la del español medio. Con su traslado, comprobable, en los grandes medios de comunicación franceses y españoles, prensa escrita y digital, radios y televisiones, estatales y autonómicas (al menos las que yo controlo, como EITB). Lo que explica, a mi juicio obviamente, no pocas diferencias, en la actualidad, en la religiosidad media de los españoles en relación a la de los franceses. Por ejemplo, ¿es mayor la religiosidad de las personas con mayor formación en España como se apunta en Francia?. Lo dudo. Sospecho que, en España, el fundamentalismo cientista prolifera en mayor medida en las personas con formación superior (especialmente en CC. SS y Humanas) que el fundamentalismo religioso. Pero no tengo datos para confirmarlo o infirmarlo. El desierto, en estudios socio- religiosos en España, es sahariano.
[1] Javier Elzo. “Morir para renacer. Otra Iglesia posible en la era global y plural”. Ed. Sn Pablo 2017 ver, p. 50 y ss.

LA MORAL SEXUAL HA QUEDADO DESFASADA Y ES MAYORITARIAMENTE RECHAZADA INCLUSO POR LOS CATÓLICOS PRACTICANTES


curas bizkaia

El Foro de curas de Bizkaia, respondiendo a la invitación que se ha hecho a toda la diócesis para preparar un nuevo Plan de Evangelización damos a conocer nuestra aportación confiando en que será tenida en cuenta a la hora de determinar los objetivos y los medios con los que nuestra Iglesia pretende anunciar el Evangelio en nuestro pueblo.
Antes de entrar a valorar “la mirada creyente a la sociedad y a nuestra iglesia” que se nos propone en el documento enviado, nos ha parecido necesario señalar la necesidad de establecer un marco general desde el que se puedan determinar con mayor precisión y realismo los objetivos pastorales que se han de aprobar. Las características de nuestra sociedad y también de nuestra Iglesia no se pueden entender al margen de una cultura que se ha globalizado.
Esa cultura difunde unos valores que difieren notablemente de los que tradicionalmente hemos vivido en nuestro pueblo y se manifiestan en la manera de pensar y de vivir las relaciones sociales, económicas, políticas, familiares y también las religiosas. Por ese motivo habrá de ser tenida muy en cuenta a la hora de proponer los valores del evangelio de Jesús en nuestro pueblo; unos valores que hoy, más que en otras épocas, se han convertido en valores contraculturales.
Pensamos que sería necesario determinar un “hecho mayor”, una “ponencia cero” que recoja alguna de las dimensiones de esta cultura que está condicionando el desarrollo de nuestra sociedad y de nuestra iglesia. Así se evitaría, también, la aprobación de excesivos objetivos pastorales que dispersarían la atención y malgastarían los pocos recursos pastorales de que disponemos.
En nuestra reflexión compartida se han sugerido algunos “hechos mayores” que podrían ser recogidos en una presentación del nuevo Plan de Evangelización.
La cultura neoliberal que todo lo impregna y que nos hace buscar la satisfacción personal o familiar como el fin primero en las relaciones sociales. Se trata de conseguir el bienestar a costa de lo que sea y de quien sea. Esa “calidad de vida” es un auténtico ídolo que compite con el Dios de Jesucristo al que no se duda en poner a su servicio y se sostiene gracias a que ha conseguido globalizar la indiferencia para no sentirnos culpables de las condiciones infrahumanas a las que hemos condenado a gran parte de la humanidad.
La economía de mercado extendida como el único modelo de relaciones no sólo económicas sino de todo orden. Es la “economía que mata”, en palabras del Papa Francisco, que nos ha llevado a la cultura del descarte desechando a las personas como si fueran cosas inservibles porque no producen y provocando procesos migratorios de multitudes humanas que no se acogen en los países que deberían integrarlos. Esta economía lo ha contaminado todo, y todos la padecemos como víctimas o como cómplices.
Secularización
El proceso de secularización es otro “hecho mayor” que afecta muy directamente a la Iglesia, sobre todo en Europa. Un proceso que ha vaciado los templos y está convirtiendo a las comunidades cristianas - parroquias, asociaciones, órdenes y congregaciones religiosas - en grupos minoritarios. La actual debilidad y vulnerabilidad de la Iglesia se convierte así en un dato sociológico que puede justificar el repliegue y conducirnos a convertirnos en sectas o guetos sin presencia ni significación en la sociedad; a ser un residuo más que un resto. Muchos pensamos, como se dice en el documento de la consulta, que estamos en un cambio de época más que en una época de cambios y que esta debilidad puede ser una oportunidad para la renovación de la Iglesia.
Entramos también a valorar los rasgos con los que se dibuja la situación de nuestra sociedad y de nuestra Iglesia.
En relación con la situación de la sociedad
La desigualdad. No queda suficientemente recogido a nuestro parecer, la desigualdad creciente de nuestra sociedad con unos pobres cada vez más pobres y unos ricos cada vez más ricos. La pobreza se ha cronificado y nos hemos resignado a esta situación como si no tuviera remedio. Además sólo se reconoce el trabajo por su salario y se descarta que sea una actividad necesaria para el desarrollo de la persona. Sin trabajo, como ha dicho el Papa, no hay dignidad.
La democracia no se acaba de asentar entre nosotros. La participación ciudadana, el diálogo, la consulta, la búsqueda del bien común no son valores debidamente promovidos ni asumidos y ha crecido la desconfianza en la política y en los políticos, sobre todo, por la proliferación de actividades políticas corruptas. El crecimiento tan significativo de partidos políticos de “extrema derecha” es otro dato preocupante que debemos tener en cuenta, más aún, cuando algunos de sus representantes hacen confesión de fe católica en sus manifestaciones públicas.
La emigración. La integración con los emigrantes es una tarea pendiente. Por ahora hay tolerancia ante su presencia pero no se reconocen sus derechos porque no se reconoce su igualdad como personas. Hay más rechazo que integración.
La familia y las relaciones de pareja. Una configuración familiar plural y unas relaciones de pareja que se manifiestan en formas novedosas para la sociedad. Familias con dificultades de conciliación que, con el trabajo de la pareja fuera del hogar y con los contratos temporales y precarios, no se sienten en condiciones para tener hijos ni para cuidar a los ancianos. Hay más mascotas que niños en Bilbao.
En relación con nuestra Iglesia
Se dibuja la situación de la Iglesia con perfiles clericales y sacramentales como si ello fuera lo fundamental a tener en cuenta en el Plan de Evangelización.
La tarea educativa desarrollada por la Iglesia es una fortaleza pero a la vista de las dificultades que se manifiestan en el ámbito educativo para promover la experiencia de Dios y la pertenencia a la comunidad cristiana habría que señalarla como una debilidad. Lo mismo cabe decir de la Escuela de Magisterio - BAM - en relación con la formación de un profesorado cristiano.
La presencia del laicado es una fortaleza en la que se sostienen la mayoría de las asociaciones, parroquias y servicios pastorales de nuestra diócesis. Pero mientras el laicado siga supeditado a la autoridad del ministerio ordenado, su presencia se debilitará y pondrá en crisis la misión de la Iglesia. La sinodalidad practicada de forma ejemplar en la celebración de la Asamblea Diocesana del 83 no se ha mantenido y se toman decisiones que afectan a la vida pastoral sin contar suficientemente con el pueblo de Dios ni con sus Consejos representativos. Cuando los Consejos pastorales son meramente consultivos, la responsabilidad del laicado puede quedar desautorizada; si no hay co-decisión no podrá haber co-responsabilidad.
Otro tanto y más tenemos que decir de la presencia de la mujer en la Iglesia. Son ellas la mayoría del laicado que sostiene la actividad de la Iglesia pero son discriminadas a la hora de ser promovidas a los ministerios y a la hora de compartir responsabilidades pastorales. Es esta una de las mayores y más graves debilidades de la Iglesia Universal que afecta también a nuestra diócesis.
La imagen de la Iglesia ha sido gravemente deteriorada por los múltiples casos de abusos a menores cometidos por clérigos. Lo más grave es ciertamente el daño causado a las víctimas, pero, al hacer este análisis de nuestras fortalezas y debilidades, no podemos dejar de señalarlo como un pecado que ha dañado de forma irreparable a la credibilidad de la Iglesia.
Es una gran debilidad que daña a nuestra diócesis la falta de análisis compartido a la hora de promover y acompañar algunas actividades pastorales. Desde hace unos años se han promocionado nuevos movimientos y grupos. Pero no se ha realizado ninguna evaluación en los Consejos diocesanos de estos movimientos en orden a valorar su capacidad evangelizadora en nuestra diócesis. Han contado con el apoyo explícito de los dos últimos obispos y actúan como planes de pastoral no oficiales pero reales que no se consultan ni se informa de su actuación y desarrollo. Esta forma de actuar en la pastoral debilita la comunión en esta diócesis que pretende elaborar un Plan de Evangelización al ser una única comunidad presidida por el Obispo; pero el Obispo parece que tiene otros planes que no se dan a conocer.
Nos preocupa también la involución que se está dando en las celebraciones litúrgicas y en el cultivo de la espiritualidad. La celebración de los sacramentos que son los símbolos que identifican nuestra relación con Dios y nuestra pertenencia a la Iglesia no se han actualizado desde la celebración del Vaticano II.
La moral sexual se ha quedado desfasada y es mayoritariamente rechazada incluso por los mismos católicos practicantes. Las reiteradas declaraciones de la jerarquía en estos temas debilitan la imagen de la iglesia y le hacen perder credibilidad también en otros temas doctrinales y morales.
En resumen
Estos son los temas y situaciones que hemos señalado como prioritarios a la hora de preparar el nuevo Plan de Evangelización.
Agradecemos la consulta que se hace a toda la diócesis. Como ejercicio de sinodalidad no sólo vertical sino horizontal, publicaremos este texto en nuestra página web, además de enviarla, claro está, por los canales habilitados.

LA IGLESIA ALEMANA REVOLUCIONA EL CATOLICISMO Y PROCLAMA: “LA HOMOSEXUALIDAD ES NORMAL”


clarin

Los obispos alemanes quieren cambios de fondo en la Iglesia, un reclamo que pone al Papa Francisco en una posición difícil ante los conservadores.
Un Sínodo local, iniciado este mes y que durará dos años con medidas progresistas a la vanguardia en la Iglesia, amenaza revolucionar el catolicismo mundial y agravar los conflictos con los sectores más conservadores y tradicionalistas, creando serios problemas al Papa Francisco, garante de la unidad de 1200 millones de bautizados.
“La homosexualidad es normal”, proclama la mayoría de los obispos de Alemania, que quieren quitar las prohibiciones y reclaman cambios de fondo.
Los obispos alemanes pretenden un “camino sinodal vinculante” y han unido en el proceso al Comité Central Católico alemán, la principal asociación de laicos, cuyo líder es el profesor Thomas Stemberg. Los laicos reclaman permitir el sacerdocio de las mujeres, entre ellas las 14 mil monjas, el fin del celibato obligatorio para los 13.285 sacerdotes y hasta bendecir el matrimonio gay en las 10.045 parroquias.
En el Vaticano levantan las barricadas para frenar estos ímpetus, pero será difícil porque hace mucho tiempo que la treintena de obispos germanos quiere los cambios. La razón fundamental es que la Iglesia alemana envejece y se desinfla, pierde continuamente fieles. La hemorragia es continua: quedan 23 millones de católicos, que eran 42 millones en 1950, en un país de 80 millones de habitantes, el más poblado de Europa Occidental. Suman el 27,7% de los habitantes. Los protestantes también se reducen drásticamente en el país de Lutero. Son 21.1 millones, el 25%, mientras que los germanos que se proclaman “sin religión” llegan al 34%.
Los Sínodos son instrumentos para las reformas. El problema es cuánto avanzar sin causar fracturas. Esta es una concreta advertencia que el mismo Papa les ha lanzado a los obispos de la riquísima Iglesia alemana, que influye por tanto mucho en las iglesias más pobres, a las que brinda una generosa ayuda.
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El cardenal alemán Reinhard Marx, uno de los que asesora a Francisco en la reforma de la Curia, es partidario de cambios de fondo. /REUTERS
La mayoritaria ala progresista de la Iglesia germana ha demostrado siempre una gran sintonía con Francisco y no trabaja en favor de un cisma, como afirman los ultraderechistas conspiradores, pero tampoco está dispuesta a ir detrás de los problemas del Papa “cerrando los ojos”. “No será Roma la que nos dirá qué debemos hacer”, afirma un laico militante.
El cardenal Rainer María Woelki reflexionó que “el dilema es si quieren un cisma o alzar la apuesta para obtener una mayor autonomía doctrinal”.
El líder de la oposición a la Iglesia que lidera el poderoso cardenal Reinhard Marx, ex guardián de la ortodoxia católica hasta que el Papa lo quitó como “ministro” para la Doctrina de la Fe, es el cardenal y teólogo de nota, Gerhard Mueller. Acusa a sus obispos compatriotas de “querer casi refundar la Iglesia Católica, un acto de soberbia”.
Mueller acusa al Concilio Vaticano II (1961-1965) de ser culpable de abatir las barreras “que protegían la doctrina y la moral, provocando un relajamiento en el reclutamiento y formación del clero, en una sociedad cada vez más permisible”.
Mueller es discípulo del Papa emérito germano Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, número uno de los teólogos ortodoxos de la Iglesia. Retirado en un convento en los jardines vaticanos, Ratzinger publicó una carta en abril último que causó un enorme revuelo.
“El contexto de liberación de la moral, produjo en veinte años, entre los años 60 y 80, que las normas de la sexualidad fueran completamente arrasadas”, afirmó el Papa emérito en su carta, originada en el debate por los escándalos por abusos sexuales en la Iglesia.

​La carta del Papa
Francisco bendijo la iniciativa del “camino sinodal” (los alemanes no nombran la palabra Sínodo para no dramatizar las cosas), enviando una carta a su amigo el cardenal Marx, que es también miembro del Consejo de los seis cardenales que aconsejan al Papa en la reforma de la Curia y el coordinador económico del Consejo para la Economía del Vaticano.
En trece parágrafos advirtió a los obispos germanos del “peligro de perder la unidad”. “Cuando una comunidad ha querido salir sola de sus problemas se han multiplicado los males que quería superar”, señaló.  “No se debe ceder a la tentación de reorganizar simplemente las cosas. Somos todos conscientes de vivir una época de cambios que es también un cambio de época”, agregó Jorge Bergoglio.
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El cardenal alemán Gerhard Mueller, una de las voces más fuertes de la revuelta ultraconservadora contra Francisco. /AP
Al Papa más que los debates teológicos en la búsqueda sinodal de los cambios le interesa poner al centro “la vida concreta”.
Pero los alemanes saben que este camino también se arriesga a llevar a un desvío de los problemas que les aquejan. Las jóvenes generaciones alemanas quieren que la Iglesia se modernice a fondo.
En cuanto a la figura del Papa cuyas necesidades y directivas no pueden ser puestas en cuestión, el vaticanista Francesco Peloso recordó que “el fin del absolutismo papal comenzó con la renuncia de Joseph Ratzinger en febrero de 2013, la primera en 700 años de papados”. Su decisión “humanizó el instituto pietrino desacralizando cuerpo e imagen del pontífice. Todo el resto es consecuencia”, destaca lúcidamente Peloso.
En su carta a los obispos alemanes, el Papa apremiado los invitó a “caminar juntos a lo largo del camino, como un cuerpo apostólico”. “Escuchemos al Espíritu Santo aunque no la pensamos del mismo modo”.
El cardenal Marx a su vez respondió que “la vida de los obispos y los sacerdotes reclama cambios y testimonios de libertades interiores”.
“Apreciamos el celibato y descubriremos hasta qué punto forma parte de un testimonio en la Iglesia. La teología y las ciencias no han dado hasta ahora de la moral sexual de la Iglesia informaciones suficientemente decisivas”, señaló.
“El resultado es que la educación sexual no da ninguna orientación a la gran mayoría de los bautizados”, agregó Marx.
El cardenal y el líder de los laicos católicos Stemberg se proponen realizar con el proceso sinodal “un nuevo inicio”.
La carta del Papa produjo un resultado. El cardenal Marx auspició buscar una “alternativa” menos fuerte en el camino sinodal, pero la votación arrojó un “no” de 21 obispos, con solo tres “si” y otras tantas abstenciones.
No faltaron quienes recordaron que una cuestión fundamental, que es el ecumenismo avanzado con luteranos y calvinistas, sufrió un serio tropiezo después de que los obispos germanos aprobaron la oración común de un matrimonio mixto católico-protestante en uno de los dos ritos litúrgicos. Roma rechazó la iniciativa que consideró “no madura”. Esta decisión produjo resentimiento en los episcopales.
Las tesis sinodales alemanas también fueron rechazadas por el Vaticano, con una carta del prefecto (ministro) de la Congregación para los obispos, el cardenal canadiense Marc Oulet, que en su respuesta adjuntó una dura carta del presidente del Pontificio Consejo para los textos Legislativos, monseñor Filipo Iannone. En resumen, en términos liquidatorios se les dijo que el Sínodo Vinculante para la Iglesia alemana “no es eclesiásticamente válido” y que los planes de los episcopales germanos “violan las normas canónicas” y aparecen destinadas a “alterar las normas universales y doctrinales de la iglesia”.
Los obispos fueron invitados a seguir en su camino sinodal “las normas del Derecho Canónico”. La reacción fue confirmar los temas urticantes de renovación de la Iglesia. El clima desde Alemania anuncia tormentas a Roma.