FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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jueves, 15 de noviembre de 2012

QUÉ VERGÜENZA

Los que visteis SALVADOS, el programa de Jordi Évole del domingo, lo entenderéis mejor: el Congreso rechaza una Iniciativa Legislativa Popular según la cual al menos 500.000 ciudadanos españoles han solicitado la eliminación de las prebendas que tienen los políticos que pierden su cargo.

NO SE ADMITE A TRAMITE (desvergüenza nacional)
No se podía esperar menos de nuestros políticos
La comisión del Congreso NO ADMITE A TRÁMITE UNA PROPOSICIÓN POR LA CUAL LOS POLÍTICOS DEJARÍAN DE COBRAR DEL ESTADO TERMINADO SU MANDATO.
Así se aprietan el cinturón y son solidarios con las personas que los han elegido.
Me han pedido que difunda esta iniciativa popular rechazada por los políticos de este país, donde se solicita que los políticos no tengan privilegios y que sean considerados ciudadanos como todo el mundo.
Por favor darle la máxima difusión ¿¿ para que??.... para que se les caiga la cara de vergüenza (si eso es posible)

Desahuciados

¡Por fin!
Cuando el clamor ha desbordado las calles, cuando el Movimiento 15 M ha extendido su indignación imparable, cuando la Plataforma Stop Desahucios se ha expandido a todas las ciudades, cuando la gran mayoría de los partidos políticos minoritarios ya han pedido cambiar la ley, cuando hasta la Conferencia Episcopal Española ha reclamado “que se dé un signo de esperanza a las familias que no pueden hacer frente al pago de sus viviendas y son desahuciadas”, cuando el Sindicato Unificado de la Policía y la Ertzaintza y los Mossos han decidido respaldar a los agentes compañeros que fueren penalizados por negarse a colaborar en casos de desahucio, cuando hasta los jueces han protestado contra la actual ley de la hipoteca, cuando Juan Luis Ibarra, presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, refiriéndose a los desahucios, ha asegurado que los jueces “intentan sacar chispas de Justicia” de un derecho “que, a veces, se revela injusto” y ha apelado a “una obediencia pensante” de la legislación (!!!), cuando la propia Banca ha paralizado los desahucios para dos años (eso sí, solamente “en casos extremos”, y dicen sin pudor que “por motivos humanitarios”…), cuando tres personas se han quitado la vida antes de que les quitaran una casa donde vivir, cuando Amaia Egaña se ha arrojado por la ventana para no ser arrojada por la puerta (¿llamaremos a eso suicidio o lo llamaremos homicidio?), cuando los desahuciados ya van por las 400.000 personas, …también el PP y el PSOE, a última hora y de prisa, parecen haberse decidido a buscar alguna solución conjunta al drama creciente de los desahucios.
¡Faltaría que no lo hubieran hecho! Pero más vale tarde que nunca, y se lo reconocemos. Por cierto, no se entiende muy bien por qué no han querido sumar a ese acuerdo a todos los demás partidos que se les han adelantado en el empeño. Tal vez sea porque se les han adelantado, y para recuperar el crédito social perdido.
La cuestión, como tantas otras cuestiones, es compleja y la solución no es fácil. Supongo que si nadie pagara las hipotecas, el abuso se generalizaría. Supongo que si los bancos renunciaran a cobrar todas las hipotecas quedándose con la propiedad de las casas, se colapsaría el sistema bancario (aunque, visto lo visto, no sé si eso sería de lamentar o de celebrar).
La solución no será fácil, porque el problema no son solamente las hipotecas de las casas. El problema es toda la economía, el modelo y el sistema que, sin embargo, parecen empeñados en seguir sosteniendo. Un sistema que puede llevar, como ha llevado, a que la quinta parte de la población no tenga trabajo ni salario (y ¿cómo tendrán casa si no tienen trabajo ni salario?); o a que, solo en el estado español y en pocos meses, se haya echado de sus casas a 400.000 personas, cuando en el estado español hay más viviendas que habitantes y los bancos poseen tantas casas que no saben qué hacer con ellas; o a que el estado vaya a tener que pagar el próximo año 40.000 millones de euros en intereses, muchos de ellos a bancos privados rescatados con dinero público, nuestro dinero…
¿Qué pasa, pues, con esta economía? Que nos digan la verdad, porque no nos harán creer que la causa primera de esta crisis y de todos sus dramas sean los salarios de los trabajadores, seamos los contribuyentes de a pie, la ciudadanía en general. Que reconozcan el mal en su raíz, que salta a la vista: la desregulación del mercado financiero, la especulación incontrolada, la corrupción que afecta a las grandes fortunas (¿cómo es posible que todavía no se haya puesto coto ni tomado medidas para perseguir e impedir los paraísos fiscales, siendo así que circulan en Internet listas con nombres concretos que todos conocemos –empresarios, políticos, políticos empresarios, presidentes y ex-presidentes de gobiernos– que han puesto sus millones a buen recaudo en bancos suizos?).
No habrá solución para los desahucios mientras no haya solución –otra solución muy distinta que la que se está aplicando– para esta economía y sus crisis.
Una moratoria de dos años, que parece ser a lo que llegarán a acordar el PP y el PSOE, no es ciertamente la solución. Ni ahora ni dentro de dos años debe quedar nadie sin casa. NADIE SIN CASA. No un palacio, no una mansión, sino una casa sencilla. Pero una casa. Todos deben tener siempre una casa, y que cambien para ello las leyes que deban cambiar. Somos seres de acogida, seres necesitados de acogida: de ser acogidos y de acoger. Somos seres necesitados de una casa donde sentirnos acogidos y donde poder acoger, igual que necesitamos un pecho donde reclinar la cabeza cada noche.
El salmo bíblico lo dice con inmensa sencillez y belleza: “El gorrión ha encontrado una casa y la golondrina un nido donde colocar sus polluelos” (Sal 84). Hasta los patos, cuya casa es un río, necesitan un nido, muy rudimentario pero nido, un lugar seguro para ocultar e incubar sus huevos hasta que todos los pollitos rompan la cáscara y salgan al mundo y correteen y naden; entonces viene la madre con su nidada nadando alegremente y se instalan en la represa del Narrondo junto al puente, sin hipotecas ni plazos ni miedo a que nadie les desahucie.
A Jesús sí que le desahuciaron, pues ya entonces existían desahucios, porque existían abusos. Jesús tenía casa, una casita muy pobre de madera y adobe, pero se puso del lado de los desahuciados, los hambrientos, los endeudados. Y quiso compartir su suerte y su desgracia. Y se fue, y le echaron. Se desahució, y le desahuciaron. Un día, a alguien que se le acercó diciéndole: “Quiero quedarme contigo, quiero ser como tú”, Jesús le advirtió:“Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero yo no tengo dónde reclinar la cabeza. Soy itinerante, vivo a la intemperie y así viviré, sin patria ni hogar, para que todos y hasta que todos tengan casa, mesa y pan. ¿Quieres venir conmigo?” (Lc 9,58).

Derechos adquiridos Juan de Dios Regordán Domínguez

Enviado a la página web de Redes Cristianas
Retiros blindados millonarios, jubilaciones pactadas con cantidades excesivas, tarjetas bancarias a libre discreción, derecho a viajar gratis en preferente, potestad para fijarse los sueldos, complementos y dietas, despachos con las últimas comodidades – aunque poco usados- , derecho a utilizar móviles sin control, exigencia de que se les reponga el Notebook a quién lo perdió, etc. … se podría decir que estos son algunos derechos adquiridos para una parte dirigente de nuestra sociedad.
No podré olvidar lo que hace aproximadamente quince años me dijo un ciudadano. Decía, con resignación, que se podría tolerar el abuso de ciertos políticos siempre que, al menos, dejaran caer algunas migajas para el pueblo. Entonces mi mente dio un brusco vuelco. Ahora veo migajas en el “cheque bebé” indiscriminado, entrega de ordenadores a alumnos andaluces, subida del uno por ciento de las pensiones, sorteo de algunas viviendas sociales.
Tal vez la Ley de Dependencia haya sido un alivio para bastantes familias, tanto en la parte humana como de ayuda económica. No obstante, hay que reconocer que estos avances se quedan cortos. Citemos las pensiones no contributivas (PNC), que oscilan entre doscientos a cuatrocientos Euros. Entre las prestaciones sociales encontramos el salario social, RAL ( Renta Activa de Inserción) para quiénes salen de prisión, mujeres maltratadas o discapacitados con un 33% y menos del 75% del Salario mínimo interprofesional (SMI)
Cerca de cumplirse treinta y cuatro años de Democracia, en que el Pueblo Español en uso de su soberanía se haya constituido en Estado Social y Democrático de Derecho, después de que haya habido Gobiernos de diferentes apoyos parlamentarios, nos encontramos con alrededor de cinco millones de parados, desahucios y cada vez más desigualdades. Por tanto, estamos todavía en el Preámbulo de la Constitución que habla de: “establecer la justicia, garantizar la convivencia, promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida”
Inmersos en una sociedad en la que hay opiniones diversas y muchas veces encontradas, es difícil definir y concretar pautas serias para seguir avanzando con claridad de ideas y buscando lo mejor que habría que hacer para que el Estado Social y Democrático no se tambalee en ninguno de sus pilares básicos. Para ello hay que convencerse de la exigencia de que los poderes públicos, como prescribe el artículo noveno de la Constitución, deben “promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integran sean reales y efectivos”.
Es verdad que se ha producido, durante el tiempo democrático de España, un notable desarrollo legal del Estado de Derecho, aunque quedan aún artículos vírgenes, como la participación ciudadana. Pero, no se ha avanzado hacia un Estado de Bienestar. De poco sirven las leyes si después no se cuenta con la realidad de los que quedan marginados y cada vez se ven más imposibilitados para cumplirlas. El Derecho Natural obliga a unos padres a poderles dar de comer a sus hijos todos los días y los gobernantes deben ponerse en el “lugar de todos aquellos” que hoy lloran porque no tiene trabajo ni cómo alimentar a sus familias.
A pesar de las dificultades actuales es necesario y urgente desarrollar unas líneas básicas de un proyecto que ofrezca a los españoles la esperanza de caminar hacia democrática avanzada. El proyecto de futuro y esperanza debe responder a un análisis riguroso de los graves problemas de la convivencia nacional; a la elaboración de soluciones imaginativas y una decidida voluntad de llevarlo a cabo. Se conseguirá bienestar social cuando los derechos “adquiridos” sean para todos los españoles.
juandediosrd@hotmail.com

VALORES A LA BAJA, DERECHOS AL HOYO

ecleSALia 15 de noviembrede 2012
"PREMIO ALANDAR 20
MARI PAZ LÓPEZ SANTOS, pazsantos@pazsantos.com
MADRID.

ECLESALIA, 15/11/12.- Atrapados en la “anti-cultura” que sólo considera importante el dinero, los valores no monetarios han bajado de rango: unos, empobreciéndose; otros, desapareciendo; y algunos más, tan prostituidos, que miedo da quitarles la máscara. Aunque suene muy duro esta es la realidad y tiene dramáticas consecuencias.
La crisis económica es el fruto podrido de una pérdida de valores en todos los campos: político, económico, social y religioso. La ética ha brillado por su ausencia y los resultados los estamos viviendo hace tiempo, sin tapadera que los camufle.
No está sucediendo nada que no se supiera que iba a ocurrir pero que nadie quería enfrentar. La sociedad de consumo y del crecimiento implacable está dañada, dolorida, herida… haciendo aguas. Y no olvidemos que esa sociedad de consumo se ha sustentado, y pretende seguir en ello, en las riquezas de países que, no hace mucho, se denominaban Tercer Mundo. ¿Cómo se les llama ahora?
Es muy lamentable que los avances del último siglo en ciencia, tecnología y comunicación; los logros a nivel social y laboral; el reconocimiento de los Derechos Humanos y de la Infancia; la incorporación de la mujer en campos que ni se podían imaginar anteriormente; y tantos otros beneficios que han constituido un impresionante adelanto del ser humano en tan poco espacio de tiempo, se vean ensombrecidos por una caída en picado de valores que son los que deben mantener no sólo a flote esos logros sino en continuo y fértil crecimiento.
El exceso vivido durante años ha producido hastío provocando un estado de desinterés y de apatía que deteriora actitudes del ser humano como la capacidad de sorpresa, el disfrute, la ilusión, el trabajo bien hecho, utilizar el tiempo con cosas sencillas, valorar lo que no tiene precio, saber esperar en el amor, cuidar la educación de los hijos, respetar y agradecer la vida de nuestros mayores, cuidar la salud de todos, atender a los amigos, ayudar al que no tiene y tantas otras cosas que podríamos citar.
Cuando los valores caen, los derechos van detrás. Cuando la dignidad del ser humano no se contempla como algo a respetar y proteger, y la ética más elemental desaparece de la vida diaria, empiezan a suceder cosas muy injustas que generan mucho sufrimiento y puede aparecer la violencia.
Los sistemas democráticos se vuelven descafeinados: da igual quien gane en las urnas porque en realidad no gobierna, son los grupos económicos y financieros los que marcan tendencia; un gran peligro, al dinero no le interesa nada la gente vote lo que vote.
Se cuida la fachada de unas democracias que van perdiendo la esencia de lo que significa esa palabra. La burocracia se vuelve densa, los sueldos y prebendas de los representantes contrastan escandalosamente con la aprobación de leyes que deterioran o hacen desaparecer derechos laborales y ayudas sociales. Desaparecen logros conseguidos tras una dura lucha de muchos que nos antecedieron y fueron consiguiendo un cambio de mentalidad, y volvemos a situaciones sociales y laborales injustas y discriminatorias. Por otro lado el “Estado-nodriza” ha funcionado mientras había dinero, inculcando un estilo de dependencia de las estructuras políticas nada saludable, pero consentido.
Así la democracia es para quienes tienen dinero, pueden pagar hipotecas, fondos de jubilación, sanidad y educación privada, etc. En tiempo de elecciones, el ritual se repite una y otra vez: salen con la máscara puesta a reclamar la atención y el voto utilizando la libertad de información, que tiene poco de libertad pues está amordazada por los grupos de poder que controlan los medios de comunicación. Menos mal que hay un competidor que les vuelve locos: Internet, “refugio informativo democrático” de fácil acceso y gran difusión.
En el campo religioso tampoco las cosas están para tirar cohetes. La denuncia profética desde la cúpula en defensa de los más débiles y perjudicados se evita por que compromete. El miedo al cambio hace girar la cabeza hacia tiempos pasados con deseo de involución y ese giro no permite ver los signos de los tiempos en el momento presente, dejando de lado los sufrimientos concretos de nuestro mundo hoy. Ese miedo se instaura en las conciencias dando al traste con la confianza y la esperanza que se trasmite desde el Evangelio.
Mientras, como en todas las épocas, desde abajo la gente sigue organizándose en el día a día, con la pesada carga del deterioro de valores y la caída en picado de los derechos. En las sociedades donde la familia sigue teniendo un valor como grupo humano, estas soportan el peso de recortes e injusticias; acogiendo y sosteniendo a los miembros más desprotegidos ante la situación económica y social, los que son dependientes por enfermedad o vejez y los niños que necesitan tiempo y atención.
Además de la solidaridad familiar hay otra que también se mueve desde abajo, a través de miles de voluntarios laicos, cooperantes, misioneros y religiosos; mujeres y hombres que, desde su vida y su opción intentan paliar necesidades primarias como alimentación, educación, sanidad, techo y calor humano. Esto es Evangelio, es Ética, es recuperación de Valores y su testimonio se convierte en Denuncia de injusticia por la pérdida de Derechos Humanos. Creyentes y no creyentes se unen, la mayoría de las veces de forma silenciosa, para salir en ayuda de los más desfavorecidos.
Pero como dice Jesús (Mt 1,4):“No sólo de pan vive el hombre…” ni la mujer, ni el niño, ni la niña, tampoco las familias, ni los pueblos, “sino de la palabra que sale de la boca de Dios” Permanezcamos atentos a esa palabra para recuperar el pande valores y derechos que alimente y hagan más digna la vida del ser humano.
Y sigamos pidiendo a nuestros pastores de la Iglesia que abran la Casa para que entre el viento del Espíritu, como dijo el papa Juan XXIII cuando convocó el Concilio Vaticano II hace ahora 50 años, y amagando el miedo con fe y confianza , seanpalabra viva y profética en la denuncia contra los poderes del mundo, arriesgando desde el Amor y el Evangelio; sean esapalabra traducida que sale de la boca de Dios para acoger, ayudar, consolar, sanar y abrazar a tanta gente necesitada del Pan y la Palabra.
El Papa Benedicto XVI ha convocado, en Carta Apostólica, el Año de la Fe, coincidiendo con la celebración del 50 aniversario del Concilio Vaticano II, en el apartado 14, remite a presentar una fe con obras. ¡Adelante, como cristianos, como Iglesia caminante y sencilla… todos a una! (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).