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miércoles, 29 de noviembre de 2023

Carta a los rabinos italianos enfadados con el Papa (y no es para defender a Francisco)

 


José I. González Faus

Miradas cristianas

«Netanyahu es hoy como Jeroboán II, que ‘hizo lo que el Señor reprueba, repitiendo los pecados de su pueblo’”
Estas líneas no pretenden defender a Francisco, sino defender al judaísmo, al que creo que ustedes han hecho daño
Netanyahu hizo un gran daño injusto a los palestinos negándose a aplicar los acuerdos de Oslo (de 1993) y el Memorándum Wye River (firmado ante el presidente Clinton en 1998) y fomentando esa política tácitamente violenta de ocupaciones sistemáticas. Pero creo que eso de ninguna manera justifica el atentado criminal de Hamas «Netanyahu es hoy como Jeroboán II, que ‘hizo lo que el Señor reprueba, repitiendo los pecados de su pueblo’” Carta a los rabinos italianos enfadados con el Papa (y no es para defender a Francisco) Ver noticia

Francisco: Palestinos e israelíes tienen derecho a vivir en paz

 Redes Cristianas

Ciudad del Vaticano. 
En un videomensaje difundido por la Red Mundial de Oración del Papa, Francisco pide a los fieles oraciones por Ucrania, y especialmente por Tierra Santa, «para que las diferencias se resuelvan en
el diálogo y en la negociación y no con una
montaña de muertos de cada lado».

«Toda guerra es una derrota. Nada se resuelve con la guerra. Nada. Todo se gana con la paz, con el diálogo».
Francisco lo repite incesantemente, para todos los conflictos del mundo, en los últimos tiempos dirigiendo su mirada particularmente a Ucrania y a Tierra Santa, lugares por los que los llamamientos son cotidianos, como el de hoy, confiados al videomensaje realizado por la Red Mundial de Oración del Papa, a la que él mismo ha pedido que organice una campaña especial de oración por la paz en el mundo y en Tierra Santa.

En sus palabras, el Santo Padre expresa que «todos sentimos el dolor de las guerras. Ustedes saben que desde que terminó la segunda guerra mundial hasta ahora siguieron guerras en diversas partes del mundo.
Cuando son lejanas, por ahí no las sentimos fuerte».
También sostiene que hay dos muy cercanas que nos hacen reaccionar: Ucrania y Tierra Santa. «Es duro lo que pasa en Tierra Santa. Es muy duro», exclama.

Y luego, reitera que «el pueblo Palestino, el pueblo de Israel, tienen derecho a la paz, tienen derecho a vivir en paz dos pueblos hermanos».
Por último, el Pontífice pide orar por la paz en Tierra Santa y «para que las diferencias se resuelvan en el diálogo y en la negociación y no con una montaña de muertos de cada lado».

La Red Mundial de Oración del Papa también pone a disposición un libro para descargar de modo gratuito con una novena por la paz.
(vaticannews.va) 22/11/2023

Fundamentalismo, terrorismo, genocidio

 


Leonardo Boff

Redes Cristianas

Hemos presenciado el 7 de octubre un acto terrorista contra Israel, perpetrado por el brazo armado del grupo Hamas de la Franja de Gaza, que es también una forma convencional de organización civil de la sociedad que administran. La venganza del Estado sionista de Israel, dirigida por B. Netanyahu, está siendo tan asimétrica y desproporcionada que, según la misma ONU, representa un verdadero genocidio del pueblo palestino de la Franja de Gaza con muerte de miles de niños inocentes, de civiles y destrucción de gran parte de las casas.
Se ha vuelto un Estado terrorista.

Crece por todo el mundo una ola de fundamentalismo, asociado al terrorismo y, en su forma extrema, al genocidio.

Comencemos con el fundamentalismo.

El fundamentalismo no es una doctrina, es una forma excluyente de ver la doctrina. El fundamentalista está absolutamente convencido de que su doctrina es la única verdadera y todas las demás, falsas. No teniendo éstas derechos, pueden y deben ser combatidas. Cuando alguien se considera portador de una verdad absoluta no puede tolerar otra verdad y su destino es la intolerancia que degenera en desprecio del otro, agresividad y eventualmente guerra.

Es lo que ocurre con una parte del judaísmo llamada sionismo, que pretende un estado solo de judíos. Este dice que la tierra de Palestina fue entregada por Dios a los judíos y estos tendrían derecho a un estado exclusivamente de ellos. En función de eso, ocupan las tierras de la Cisjordania, expulsan a sus habitants árabes, quitándoles sus casas y todo lo que tienen dentro. El sueño del sionismo raíz se propone crear un estado judío del tamaño del de los tiempos del rey David. Una parte de los palestinos y de los árabes de la región creen tener un derecho secular y rechazan reconocer a Israel como Estado, por ser usurpador.

Declaran el propósito de defender y recuperar sus tierras expropiadas y para eso se arman y realizan actos de violencia, llegando al terror, como respuesta al terror que ellos sufren por parte de los radicales judíos desde hace 75 años.

¿Cuáles son las características del terrorismo? Lo singular del terrorismo consiste en la ocupación de las mentes.

En las guerras no bastan los bombardeos aéreos, como podemos ver en los centenares de raids aéreos israelíes. Es preciso ocupar el espacio físico para imponerse efectivamente. Así fue en Afganistán y en Irak y ahora en la Franja de Gaza por parte del ejército israelí. En el terror, no. Basta con ocupar las mentes con amenazas que producen miedo, internalizado en la población y en el gobierno. Los norteamericanos ocuparon físicamente el Afganistán de los talibanes y el Irak de Saddam Hussein, pero Al Qaeda ocupó psicológicamente las mentes de los norteamericanos. Osama Bin Laden, que entonces estaba todavía vivo, el día 8 de octubre de 2001 afirmó: “A partir de ahora, los Estados Unidos nunca más tendrán seguridad, nunca más tendrán paz”.

Para dominar las mentes por el miedo al terrorismo se sigue la siguiente estrategia:

(1) los actos tienen que ser espectaculares, en caso contrario, no causan una conmoción generalizada;

(2) aunque odiados, deben provocar estupefacción por la sagacidad empleada;

(3) deben sugerir que fueron minuciosamente preparados;

(4) deben ser imprevistos para dar la impresión de ser incontrolables;

(5) los autores deben permanecer anónimos (usar máscaras) porque cuanto más sospechosos, mayor el miedo;

(6) deben provocar miedo permanente;

(7) deben deformar la percepción de la realidad: cualquier cosa diferente puede configurar el terror. Un árabe en un avión fácilmente es visto como terrorista y son alertadas las autoridades. Después, se ve que era un simple ciudadano.

Formalizando: terrorismo es toda violencia espectacular, practicada con el propósito de ocupar las mentes con miedo y pavor. Además de la violencia, lo que se busca es su carácter espectacular, capaz de dominar las mentes de todos.

De modo general, el terrorismo es la guerra de los débiles, de los siempre dominados y humillados. En el límite, como actualmente en la Franja de Gaza, no les queda otra alternativa sino resistir y cometer actos de violencia. La resiliencia tiene sus límites.

Tememos que, después de esta violencia genocida de Israel en la Franja de Gaza segando la vida de tantas víctimas inocentes, especialmente miles de niños y de mujeres (el 68%) y también de civiles, sucedan actos de terror contra los judíos o irrumpa un antisemitismo, semitismo que no debe ser identificado con el sionismo-raíz.

Dios nos libre de este horror que suscita el espíritu de venganza y la espiral de la violencia asesina.

Dada la virulencia que los países militaristas aplican a quienes se oponen a ellos, especialmente representados por los estadounidenses, es de temer que el terrorismo se vuelva una expression permanente en muchos países dominados. El terrorismo no nace por sí mismo. Es la explosión de una dominación y humillación tan desenfrenadas (violencia primera) que los que las sufren no ven otra alternativa sino rebelarse, algunos hacerse hombres-bomba y practicar actos de terror (violencia segunda).

La respuesta de los países dominadores es responder de forma más violencia todavía, haciendo guerras híbridas y absolutamente asimétricas con las armas más modernas, matando indiscriminadamente, arrasándoles a los dominados sus casas y cometiendo verdaderos genocidios, asesinando a niños y personas mayores que no tienen nada que ver con la guerra, destruyendo templos, hospitales, escuelas y centros de cultura. No es una guerra del fuerte contra el débil, sino crímenes de guerra y un genocidio real por parte del fuerte.

*Leonardo Boff ha escrito El doloroso parto de la Madre Tierra: una sociedad de fraternidad sin fronteras y de amistad social, Vozes 2021; Comensalidad y la cultura de la paz, Vozes 2015.

Traducción de MªJosé Gavito Milano

Carta abierta a Don Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo

 


¿Este modo de hablar es adecuado para un obispo diocesano?

Carta abierta al Sr. Obispo de la Iglesia católica de Asturias

Es evidente la contradicción. En su artículo en el ABC del 17 de noviembre dice lo que no debe hacer, pero luego lo hace. “Sería improcedente para nuestro ministerio si bajásemos a la arena de un debate partidista constituyéndonos en unas siglas más que aspirasen a tribunas como si quisiéramos recuperar extrañas teocracias y creyentes banderías”. “Nuestra clave no puede ser política, aunque hagamos crítica a algunas derivas de gobernanzas administrativas o legislaciones vinculantes”. De acuerdo con Ud. al cien por cien.

Es verdad que no firma como militante o dirigente del PP, VOX o cualquier otro partido similar. Pero no por ello, deja de ser evidente el lenguaje político de sus palabras. Ud. mismo se sentencia. También es verdad que el que aparezca su artículo en el ABC y visto el tema que aborda, ya da pista de que no es inocuo políticamente hablando.

Hay que reconocer que es Ud. muy claro en el decir, a veces hasta tanto que parece descarado y retador, estimo yo. No hay más que leer lo que dice para ver que se ha lanzado de cabeza a la arena política partidista, llegando incluso al ataque personal al Sr. Presidente de nuestro gobierno, sin nombrarlo, pues lo que Ud. dice es justo lo que el PP, y otros, atribuyen que ha hecho Pedro Sanchez. El carácter político lo prueban bien sus propias palabras. “Se percibe el disparate en el modo corrosivo y destructor de plantear la gobernanza de España. “Pretenden formar gobierno desde programas políticos contradichos y burlados por otros intereses espurios que terminan siendo bastardos”. Más claro ni el agua.

Lo triste es que lo haga insultando (deduzco yo, no sé si equivocadamente, lo que me gustaría y le pediría disculpas) y lo haga tan categóricamente: están “… falseando cifras de participación e introduciendo grupos desestabilizadores extremistas” (¿no es una barbaridad que llegue a decir esto último?). Y sigue en el mismo tono: “Usa y abusa de la mentira como arma política, no tiene credibilidad y le acusan sus propias trampas”. Utiliza “la insolidaridad chantajista entre regiones autonómicas como moneda de cambio para inconfesables prebendas, divide y crispa” (A mí siempre me pareció que la crispación era la oposición quien la producía. Uno no entiende nada.) Está socavando “la independencia de los poderes públicos acorralando y manipulando la judicatura y la fiscalía para amañar la ley impunemente poniendo en riesgo la misma democracia”. ¿Usted lo cree de verdad? Y… ¿no tendrá Ud. nada que decir del tiempo que lleva sin renovarse el Consejo General del Poder Judicial?

No me parece propio de un obispo interpretar tan partidistamente lo que sucede en nuestra sociedad, como tampoco escribir tan agresivamente de los que no hacen las cosas como Ud. cree que se deben hacer. Además, fíjese que quienes gobiernan lo hacen legítimamente, es decir, porque han obtenido el respaldo de los diputados necesarios para ello. Por otra parte, hablando de la ley de la amnistía, que puede gustar mucho, poco o nada, si se llega a aprobar con los votos necesarios, cuando ello suceda se podrá recurrir toda ella o en parte al Tribunal Constitucional que dictaminará lo que estime al respecto. Y a Ud. yo le preguntaría: ¿eso de la amnistía no va algo de perdón? Aunque sea para asegurarse siete escaños, el medio para conseguir ese fin no parece tan antievangélico, ¿verdad?

Me gustaría también preguntarle: ¿no le parece que les sigue faltando al respeto a los asturianos de su diócesis que han votado en la anterior o en esta legislatura a alguno de los partidos que estuvieron o están en el gobierno, o que promueven esta amnistía? Porque no es solo discrepar de nuestras opiniones políticas, que es normal, sino que su modo de decir es hiriente, como tantas otras veces. De los políticos que votamos, dice Ud., que son corrosivos, destructores, contradichos debido a dejarse llevar por intereses espurios y bastardos, falsean datos, usan y abusan de la mentira, son tramposos, chantajistas, dividen la sociedad y crean crispación, envenenan a las nuevas generaciones manipulando la educación, su proyecto político supone la destrucción de la familia. Están destruyendo el Estado de derecho dejando la democracia herida. Vuelva Ud. a leer lo que ha escrito, por favor: ¿no le parece que ha ido demasiado lejos? Añada lo que insinúa de nuestro Sr. Presidente del Gobierno. Habla Ud. de “la patológica aspiración continua de una poltrona de gobernanza por quienes (¿plural?) en su delirio egocéntrico pagan cualquier precio para ello, aun vendiendo en fullera almoneda la misma Patria, sufren una amoralidad indigna del recto gobernante”. Casi las mismas palabras que el PP ha empleado y emplea ahora también para descalificar al hoy legítimo Presidente de España, D. Pedro Sánchez.

Después de todo lo dicho sobre los políticos que no le gustan, esta es su conclusión: “cabe otro tipo de política”. La única posible, lo sabe Ud. bien, es la del PP-Vox, que propuso al Parlamento para que gobernase el Sr. Núñez Feijóo y no alcanzó mayoría, a pesar de que, según Ud., está llena de “bondad y belleza”. Ya ve. Hoy la mayoría de los españoles no pensamos como Ud. Pero en política las cosas cambian muy deprisa y con frecuencia el poder económico y mediático inclina la balanza hacia la parte donde Ud. está situado. A otros nos toca intentar impedirlo. Es el “juego” democrático que se disputa en la arena política. Entrecomillo juego, porque esto de juego no tiene nada.

José María Álvarez Rodríguez (miembro del Foro Gaspar García Laviana)

Oviedo, 25 de noviembre de 2023

Tras cinco horas de reunión, el Papa evita cualquier reprimenda pública a los obispos españoles

 


eldiario

“Ha sido un diálogo cordial y no un tirón de orejas”, asegura el presidente de la Conferencia Episcopal tras un maratoniano e inédito encuentro que, oficialmente, solo ha versado sobre la situación de los seminarios y en el que no se ha hablado de abusos, la situación política o la migración  Ver noticia

JUSTICIA SOCIAL, SÍ


col sequeiros

 

La justicia es –según Ulpiano, jurista de la antigua Roma que a su vez recoge una definición anterior– la constante y firme voluntad de dar al otro lo que le es debido.

También, desde el punto de vista clásico, la justicia comprende tres formas o especies: la justicia conmutativa que regula los intercambios, las obligaciones y los contratos libremente contraídos entre las personas, entre la que uno da y la otra recibe; establece una “igualdad aritmética”; por ejemplo, un salario justo, ni más ni menos.

Por su parte, justicia distributiva rige las relaciones entre la sociedad y sus miembros, repartiendo equitativamente los cargos y las cargas en base a una “igualdad proporcional” según la responsabilidad, méritos, necesidades y posibilidades de cada uno. A su vez, la llamada justicia legal determina las obligaciones y contribuciones, también en forma proporcional, de los ciudadanos para con la sociedad a la que pertenecen. De esta manera, otro ejemplo, cuanta más capacidad económica se posea mayor serán los impuestos que se deberán aportar.

Ahora bien, más allá de una visión solamente contractual de la justicia hay que considerar que no siempre la justicia y el derecho coinciden, ya que puede haber derechos injustos como en el caso de la esclavitud que, aunque se basaba en un derecho, representaba una injusticia. O sea, lo que es justo no está determinado originariamente por la ley sino por la identidad profunda del ser humano. Tal el caso de los derechos humanos fundamentales que se derivan de la dignidad de la persona, e incluso por encima de los contratos y leyes positivas.

Se puede decir que la tarea de promover y sostener los derechos fundamentales, anteriores a la vida social y al Estado, le corresponde a lo que modernamente se ha llamado la justicia social que prolonga y sintetiza la justicia general. La justicia social, expresa una concepción dinámica del derecho y de la justicia que tiene en cuenta las transformaciones exigidas por los nuevos sistemas técnico-productivos y por las nuevas sensibilidades de la conciencia humana.

La justicia social –históricamente relacionada con la "cuestión social", surgida a partir de los desequilibrios producidos tras la revolución industrial– es la superación de una justicia legal cuando se vuelve obsoleta e incapaz de procurar el bien común y la paz social. Suele ocurrir que la legislación, al no tener en cuenta un contexto socio-económico cambiante, deja de cumplir, por insuficiencia o inadecuación, su función socialmente equitativa. En ese sentido, la justicia social busca superar los desajustes y se esfuerza en restablecer la armonía.

Es así que la justicia social ha venido a significar en la acción política, las ciencias sociales y el derecho laboral una tendencia doctrinal y práctica encaminada a proteger a las personas económicamente débiles y desfavorecidas, elevando su nivel de vida y buscando remover inadmisibles desigualdades sociales. La justicia social está a la base de lo que se conoce como democracia social y Estado social, por oposición a un Estado abstencionista e individualista, estableciendo políticas sociales y un derecho laboral adecuados.

Estrictamente hablando el término “justicia social” fue acuñado por el jesuita Luigi Taparelli a mediados del siglo XIX, si bien hay una concepción medieval previa y aún anterior. Su uso se fue extendiendo en diversas corrientes de pensamiento y luego de la de la Primera Guerra Mundial, en 1919, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) incorpora la noción de justicia social a su constitución como fundamento indispensable de la paz universal. Por su parte, el papa Pío XI en la encíclica “Quadragesimo anno” (1931) incluye el concepto de justicia social junto con el de subsidiariedad, aportes que han sido asumidos por legislaciones nacionales y en el derecho internacional. 

Mas recientemente han ido surgiendo "otras cuestiones" que representan otros desafíos a la justicia social, entre otras: la "cuestión femenina" referida a la emancipación y paridad de dignidad de la mujer; la "cuestión de los ancianos" en relación con el envejecimiento de la población; la "cuestión ecológica" atenta al cuidado de la casa común. Tal es la función “innovadora" de la justicia social, y no sólo correctiva, capaz de plantear la justicia exigida por las nuevas situaciones.

Reafirmar la justicia, especialmente en lo que atañe al valor de la persona, de su dignidad de sus derechos y obligaciones, reviste una relevancia fundamental –a pesar de las declaraciones retóricas y oportunistas que las terminan bastardeando– que está seriamente amenazada por la difundida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de la utilidad y del beneficio puramente individuales.

Específicamente hay que decir sí a la justicia social que busca a combinar mejor igualdad, libertad y fraternidad. A ello apunta también la Organización de las Naciones Unidas cuando cada 20 de febrero desde 2007 celebra el Día Internacional de la Justicia Social.

 

Eloy Mealla. Universidad del Salvador – Buenos Aires

Religión Digital

JESÚS DE NAZARET: INDIGNADO CON LA SOCIEDAD Y LA RELIGIÓN PATRIARCALES


col martell

 

__Juan José, sigamos dialogando sobre otras actitudes de indignación de Jesús de Nazaret que demuestran su talante subversivo. Tú te mueves en el horizonte de la teología feminista e incluso te defines como teólogo feminista, ¿verdad? ¿Qué te parece si hablamos de Jesús, pero del que anda indignado con la sociedad y la religión patriarcales de su tiempo y defiende la dignidad y la subjetividad de las mujeres?

JJT.  Adelante, Jesús. Me parece un tema fundamental. Empiezo por decir que el modelo de reconstrucción crítico-feminista de los orígenes del cristianismo sitúa los comienzos del movimiento profético galileo en un marco multicultural más amplio que el puramente religioso, que lleva a rastrear las estructuras patriarcales de la sociedad y de la religión, y las luchas de los movimientos emancipatorios guiados por la lógica de la igualdad.

En la cultura griega, romana, asiática y judía ya existían movimientos que luchaban contra la opresión patriarcal, en los que se inscriben las luchas emancipadoras de las mujeres de la Biblia. Según la teóloga y biblista Elisabeth Schüssler Fiorenza, las primeras seguidoras del profeta Jesús de Nazaret fueron mujeres galileas que se reunían para compartir comidas en común, eventos de curación y llevar a cabo reflexiones de carácter religioso. Gozaban de autonomía económica.

Es en este contexto en el que hay que situar la indignación de Jesús con la sociedad y la religión patriarcales de su tiempo. El cristianismo histórico ha mantenido oculta esa actitud indignada durante muchos siglos, ya que las iglesias cristianas se han configurado patriarcalmente y necesitaban legitimar dicha configuración a través de una imagen igualmente patriarcal del propio Jesús, de su mensaje y su práctica.

Tampoco la exégesis y la teología fueron capaces de descubrir esa indignación, ya que han operado hasta muy recientemente con métodos histórico-críticos androcéntricos, que, por muy rigurosos que se presentaran, resultaban patriarcales en la comprensión de la realidad, en la traducción e interpretación de los textos y en las imágenes que ofrecían de Jesús en la predicación, la catequesis, los tratados de teología y los libros de piedad.

__ ¿Cómo se ha logrado romper esa imagen? 

JJT.  Pues es gracias, sobre todo, a la hermenéutica, a las teologías feministas de la sospecha y a los estudios de antropología cultural y de sociología del Nuevo Testamento, del cristianismo primitivo y del Jesús histórico. Se pone de manifiesto la importancia e incluso la centralidad de la indignación de Jesús con el patriarcado religioso, político, social y jurídico [1].  

Las mujeres sufrían una marginación total en Israel tanto en la vida política y religiosa como en la familiar a lo largo de toda su vida. Hasta que llegaban al matrimonio, eran propiedad del padre. Cuando se casaban, pasaban a ser propiedad del marido, que podía repudiarlas con relativa facilidad. A él le debían obediencia, como antes al padre. Y la obediencia debida se consideraba una virtud. En la vida cívica y religiosa, la mujer era asimilada a los niños, los ancianos y los paganos, y, como estos, carecía de derechos. Un buen ejemplo de dicha asimilación discriminatoria era la oración que tenía que recitar a diario todo judío piadoso: "Bendito sea Dios que no me hizo gentil; bendito sea Dios que no me hizo mujer; bendito sea Dios que no me hizo esclavo".

__ ¿Y cómo rompe con esta actitud excluyente y se reconoce a las mujeres la dignidad que el judaísmo les negaba en todos los órdenes: antropológico, cultural, familiar, social, político, religioso, jurídico, etc.? 

JJT.► Poniendo en cuestión las leyes penales que condenaban con más severidad a las mujeres que a los varones, como la lapidación por adulterio y el  libelo de repudio. En la escena evangélica de la mujer adúltera hay dos elementos a tener en cuenta en la conducta de Jesús: echa en cara a los acusadores su doble moral y perdona a la mujer, eximiéndola del castigo que le imponía la ley: la lapidación. Jesús se opone al libelo de repudio porque suponía dejar a la mujer en terreno de nadie, totalmente desprotegida y objeto de todo tipo de abusos. Me parece exegéticamente deshonesto utilizar la oposición de Jesús al libelo para fundamentar la oposición al divorcio, como a veces se hace. Jesús elogia públicamente a la mujer que se presenta en casa de Simón, donde Jesús estaba comiendo, y derrama sobre su cabeza un frasco de perfume muy caro al tiempo que afea la actitud de los discípulos que, desde la lógica economicista, reprueban el gesto de la mujer. El comportamiento de esta mujer sin nombre demuestra cercanía, e incluso ternura, hacia Jesús y reconocimiento simbólico de su profetismo y de su mesianidad.

El anonimato con que aparece la mujer en el relato evangélico tiene su contrapunto en la vinculación que hace Jesús del gesto profético de la mujer con el anuncio de la Buena Noticia de la salvación y en la memoria de dicho gesto que se torna central en el cristianismo: “Dondequiera que se proclame la Buena Noticia, en el mundo entero, se hablará también de lo que esta ha hecho, en memoria de ella” (Mc 14,9; cf. Mt 26,13).  En memoria de ella es precisamente el título del libro de Elisabeth Schüssler Fiorenza, una de las obras pioneras de la reconstrucción feminista de los orígenes del cristianismo.

En otra ocasión osa afirmar, con harto escándalo para las autoridades religiosas, que las prostitutas, los pecadores y los publicanos precederán en el reino de los cielos a los fieles cumplidores de la ley.  Tal modo de actuar entra en conflicto con la rigidez de los guardianes de la ley, quienes toman nota de lo sucedido para poder acusarle de transgresor de los preceptos tenidos por "divinos". Aquí no se juzga a las prostitutas moralmente, y menos aún se las condena, como sucedía en el ambiente religioso. Todo lo contrario, las prostitutas son valoradas socialmente como personas marginadas por ser mujeres y por tener que ejercer la prostitución para sobrevivir y por eso tienen prioridad en el proyecto liberador de Jesús de Nazaret.

__ ¿Hay alguna otra práctica de Jesús que demuestra su reconocimiento de la igual dignidad de las mujeres y de los hombres?

JJT.   Sí, una que no puede pasar desapercibida porque es quizá la que mejor expresa su ruptura con el patriarcado (entonces vigente en la sociedad y en la religión judía). Jesús incorpora a las mujeres a su movimiento en igualdad de condiciones que los varones, con el mismo protagonismo y sin cargas especiales. El ser mujer no es motivo de discriminación en el movimiento de Jesús.

El elemento común a mujeres y hombres dentro del movimiento que Jesús pone en marcha es el seguimiento del Maestro, que consiste en compartir su estilo de vida en pobreza, acoger su enseñanza y acompañarlo en el anuncio del reino de Dios como Buena Noticia de la Liberación para las personas y los colectivos empobrecidos y marginados.

El seguimiento de las mujeres se pone de manifiesto en un texto del evangelio de Lucas que ha pasado desapercibido durante mucho tiempo: "Recorrió a continuación ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios; le acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que le servían con sus bienes (Lc 8, 1-3).    

__ ¿Y tal actitud no provocaba escándalo en una sociedad y una religión tan patriarcales? 

JJT.   Claro que sí. La actitud integradora e inclusiva de las mujeres tenía que provocar necesariamente conflicto en aquella sociedad y constituía un desafío a las estructuras patriarcales del judaísmo y a su discurso androcéntrico. El discipulado igualitario tuvo, por tanto, unas consecuencias revolucionarias en aquel entorno socio-religioso misógino.       

__ ¿Fue, entonces, importante la contribución de las mujeres a la expansión del movimiento de Jesús fuera de las fronteras de Israel?

JJT.  Por supuesto, yo diría que fue fundamental. Así parecen indicarlo dos relatos evangélicos pertenecientes a dos tradiciones diferentes: el de la Samaritana, difusora de la Buena Noticia de Jesús en medio de un pueblo heterodoxo a los ojos de los judíos como era el samaritano (Jn 4), y el de la Sirofenicia, mujer pagana que pide a Jesús la curación de su hija, poseída por un espíritu inmundo (Mc 7, 24-30; Mt 15, 21-28) y consigue vencer sus iniciales resistencias, hasta convertirlo a la concepción universalista de la salvación.

__ ¿Qué papel, o mejor, qué lugar ocupan las mujeres en los relatos de la Resurrección?

JJT.  Pregunta fundamental, porque son los relatos evangélicos de la Resurrección los que rompen todos los esquemas patriarcales de la sociedad y la religión judías. Las mujeres, cuyo testimonio carecía de valor en los juicios porque se las consideraba mendaces por naturaleza, aparecen como las primeras testigos del Resucitado. Los mismos relatos presentan a los Doce como testigos indirectos que acceden al conocimiento de que Jesús ha resucitado a través de las mujeres. Su actitud ante el testimonio de estas concuerda con el comportamiento adoptado durante el proceso de Jesús: si entonces huyeron, ahora se muestran reticentes y desconcertados e incluso descreídos. Como judíos misóginos, no creen a las mujeres.

__ Juan José, ¿ qué importancia tiene Pablo de Tarso en la exclusión de las mujeres como testigos de la Resurrección?  

JJT.  Fue precisamente Pablo quien excluyó a las mujeres de la lista de las apariciones, sustituyéndolas por los Doce, y a María Magdalena por Pedro (1 Cor 15, 3-8). Y como el testimonio de la Resurrección era el criterio para el reconocimiento de una persona como Apóstol, al excluir a las mujeres de las apariciones, las excluía también del grupo apostólico. Pero dicha exclusión no fue óbice para que el mismo Pablo en la Carta a los Gálatas reconociera la igualdad entre los hombres y las mujeres en un texto que el filósofo de la esperanza Ernst Bloch llama “La Internacional de la Igualdad”. Dice Pablo: “Ya no hay distinción entre judío y gentil, entre esclavo y libre, entre hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gál 3,28). Elisabeth Schüssler Fiorenza afirma que en este texto la eliminación de las desigualdades sociales, religiosas y patriarcales no se refiere solo a la comunidad cristiana, sino también a la sociedad. 

Asimismo, Pablo reconoce el protagonismo que las mujeres ejercían en sus comunidades. No hay más que leer el capítulo 16 de la Carta a los Romanos para identificar a varias mujeres que ejercían cargos directivos en las comunidades paulinas. Pero hay que reconocer que, a pesar del silencio de Pablo en su relato de las apariciones del Resucitado y de la misoginia de otros escritos del Nuevo Testamento –por ejemplo, la carta a Efesios y la primera carta a Timoteo-, coincido con la teóloga Suzanne Tunc cuando afirma: "Ellas [las mujeres] son el eslabón indispensable de la transmisión del mensaje evangélico, e incluso el eslabón esencial para nuestra fe en Cristo resucitado"[2]. Pero yo voy más allá y afirmo: sin el testimonio y la experiencia de la Resurrección de las mujeres, quizá no hubiera nacido la Iglesia cristiana.  

֍ NOTAS:

[1] Cf. E. Schüssler Fiorenza, En memoria de ella. Una reconstrucción teológico-feminista de los orígenes del cristianismo, Desclée de Brouwer, Bilbao 1989;  id., Pero ella dijo. Prácticas feministas de interpretación bíblica, Trotta, Madrid 1996; id., Cristología feministaJesús, hijo de Miriam, Profeta de la Sabiduría, Trotta, Madrid 2000;id., Los caminos de la Sabiduría. Una introducción a la interpretación feminista, Sal Terrae, Santander 2004; J. J. Tamayo, Otra teología es posible. Pluralismo religioso, interculturalidad y feminismo, espec. cap. 8 “Revolución feminista en la teología”, Herder, Barcelona 2012, 2ª ed.

[2] S. Tunc, También las mujeres seguían a Jesús, Sígueme, Santander 1999, 75-76.

EL MINISTRO PROVINCIAL FRANCISCANO DE ARANTZAZU RESPONDE A LAS PREGUNTAS DE VIDA NUEVA AL HACERSE PÚBLICA LA SENTENCIA CONTRA JAVIER GARRIDO POR ABUSAR DE DOS RELIGIOSAS


col acebo

 

Tras conocerse la condena del franciscano Javier Garrido por abusos de poder, conciencia y sexuales a dos consagradas que implica dejar “todo ejercicio ministerial y pastoral”, el provincial de la Provincia de Arantzazu, Joxe Mari Arregi, comparte con ‘Vida Nueva’ cómo ha vivido todo el proceso hasta la sentencia definitiva del Tribunal de la Rota. A la vez que pide perdón a las víctimas, consciente de que “no hemos sabido abordar adecuadamente este asunto tan grave”, se compromete en nombre de la Orden a “a acompañarlas en un proceso de justicia restaurativa”.

PREGUNTA.- ¿Cómo ha vivido personalmente todo este proceso?

RESPUESTA.- Me resulta muy difícil expresar en corto todo lo que he ido viviendo a lo largo de este tiempo. Lo primero sin duda, perplejidad al conocer el asunto del que se trataba. Yo no fui la primera persona que abordó esta situación y tuve que ponerme al día de los pasos que se habían ido dando. Mi perplejidad iba y va unida a un sentimiento de dolor. Es verdad, no lo voy a negar, que me importaba la situación en la que quedaba y queda nuestro hermano Javier Garrido. Pero cada vez más se ha ido imponiendo la percepción del dolor, la frustración y la impotencia de las personas afectadas. Y en este último tiempo la constatación de que como Provincia no hemos sabido abordar adecuadamente este asunto tan grave. Es cierto que pedir perdón ahora a las víctimas puede resultar tarde, insuficiente, incoherente e hiriente incluso, pero no me cabe duda de que es lo que corresponde.

P.- A quien permanezca ajeno a la realidad eclesial, le sorprenderá una condena por “falso misticismo” cuando en realidad se trata de abusos de poder, conciencia y sexuales. ¿Se puede explicar esto de forma pedagógica?

R.- “Falso misticismo” es el término que ha sido designado por el Tribunal de la Rota para juzgar este comportamiento. Y tal como aparece en la sentencia, se trata de “una legitimación moral de acciones inmorales echando mano de motivaciones de carácter teológico espiritual, tergiversando así el juicio de los hechos reprobables, que se justifican como lícitos, incluso laudables… La inmoralidad del caso se concreta en acciones de naturaleza sexual, de género e intensidad muy variada, en muchas ocasiones en el marco de una relación espiritual” (M. Visioli).

P.- ¿Cree que han actuado con la diligencia exigida o, a posteriori, a la luz de los acontecimientos y de la sentencia, consideran que podrían haber hecho algo más por las víctimas?

R.- Lamentablemente, aun cuando se ponen todos los medios al alcance para atajar estas situaciones y trabajar en materia de prevención, siempre hay hueco para errar y se pueden dejar entrever, sin mala voluntad, actitudes o gestos que pueden generar revictimización. Si así fuera, si no hemos sido casa de acogida sino muro de resistencia para quien quiso dar un paso al frente para denunciar el calvario sufrido, pido personalmente y en nombre de los franciscanos perdón a cada unas de las víctimas por no haber estado a la altura y nos comprometemos a acompañarlas en un proceso de justicia restaurativa para mitigar y enmendar, en la medida en que sea posible, el incalculable dolor causado.

En cualquier caso, toda la Iglesia, y nosotros los primeros, tenemos que sensibilizarnos todavía más sobre lo que significa ser un adulto en situación de vulnerabilidad. A nosotros, lo reconocemos, nos ha costado aprenderlo y es tiempo de adentrarnos en esa conversión personal y comunitaria que nos plantea el papa Francisco para caer en la cuenta de que los abusos pueden darse y se dan entre adultos.

De la misma manera, nos unimos a la petición realizada en estos días por el decano del Tribunal de la Rota y también por el Defensor del Pueblo para que las víctimas no se queden ajenas al proceso canónico, que sean informadas en todo momento y no solo en el momento final.

P.- Las víctimas que se han puesto en contacto con ‘Vida Nueva’ dan por hecho que habría otras muchas más que no han dado un paso al frente por la estigmatización que lleva consigo ser adulta y ser mujer, ya sea laica o consagrada. ¿Tienen constancia de que puede ser así?

R.- De reciente hemos sabido que otra tercera persona ha presentado su acusación, pero no sabemos ni quién es ni cuándo ha denunciado… pero, ciertamente nos gustaría contar, y lo decimos con total sinceridad, con aquellas personas que pudieran saber algo más; que nos lo comuniquen para así actuar de inmediato. Somos conscientes de que los abusos a adultos vulnerables son todavía hoy un drama silenciado y solo si todos ponemos de nuestra parte podemos poner coto a esta lacra.

Lecciones aprendidas

P.- ¿Qué es lo que han aprendido los franciscanos de este caso?

R.- En todo este proceso no hemos sabido escuchar el dolor de las víctimas. No hemos sabido estar cerca y reaccionar. No hemos puesto en marcha los mecanismos adecuados para que estas actuaciones no se produjesen. Y hemos aprendido que esto es lo primero que tenemos que hacer.

Yo, personalmente he aprendido que los casos de abusos crean unas heridas profundas en las víctimas. Por ello, he aprendido también que en casos semejantes el foco debe ir dirigido primeramente y sin tardanza a las víctimas; acercarse a ellas, escucharlas y ayudarlas en lo posible a ir cerrando la herida profunda que se crea. He aprendido que no se gana con ocultar y tapar, sino que hay que abordar inmediatamente el caso y, tras verificar y objetivar los hechos llevar el caso a donde se inicie un proceso de justicia restaurativa.

P.- Según ha podido confirmar ‘Vida Nueva’, desde que se han impuesto las medidas sancionadoras, el religioso habría recibido algunas visitas, cuando lo tendría prohibido. ¿Son conscientes de esta situación? ¿Tienen previsto atajarlo?

R.- En su momento, Javier fue trasladado a otra comunidad precisamente porque en su lugar de residencia habitual era demasiado conocido. Es cierto que ha recibido la visita de algunas personas en la comunidad en la que está ahora. La sentencia actual que ratifica la anterior no incluye entre las medidas sancionadoras la prohibición de recibir visitas.

P.- De la misma manera, la decisión de apelar la sentencia, que posteriormente ha sido ratificada con cierta rapidez, habría generado malestar tanto en las víctimas como en la Santa Sede, sobre todo, teniendo en cuenta la solidez de argumentos del tribunal. ¿Por qué interpusieron este recurso?

R.- Tuvimos muchas dudas a la hora de apelar la sentencia, pues por una parte la misma sentencia daba la posibilidad de recurrir y por otra veíamos que las cosas estaban claras y demostradas. Al final, con muchas dudas, optamos por apelar.

P.- En cualquier caso, se trata de una sentencia canónica. ¿Animarían a las víctimas a acudir a la justicia civil?

R.- Por supuesto, siempre hay que ir de la mano de la justicia civil. Pero, hasta donde sabemos, lamentablemente en este caso no podría darse el paso porque, al parecer, los hechos habrían prescrito. No es así en el ámbito canónico y ahí está la resolución. Creemos, por nuestra parte, que esta sentencia ya establece los mecanismos suficientes para que los hechos sancionados no vuelvan a ocurrir. Y a la institución nos ha movido a poner en marcha todos los mecanismos de supervisión externa que nos ayuden a prevenir estos comportamientos.

 

Vida Nueva Digital

NO PUEDO SER ANTISEMITA NI DESEO SER ISLAMÓFOBO


col zapatero

 

El 7 de octubre iniciaba la guerra entre Israel Palestina. Poco más de un mes después, los números son desoladores: hay más de 10 mil palestinos muertos en Gaza y 1400 muertos en Israel. 4 mil 100 niños palestinos han perecido mientras que en Israel lo han hecho 31.avede

A estos números se suman 30 niños israelíes secuestrados, 1270 niños desaparecidos bajo los escombros en Gaza, un millón y medio de desplazados, 46 periodistas y 175 miembros del personal de salud asesinados.

Las naciones latinoamericanas en su gran mayoría han mostrado su rechazo a la agresión israelí. En efecto, el ataque terrorista realizado por Hamas que inició este conflicto fue terrible. Israel fue tomado por sorpresa. Sin embargo, la reacción de Israel ha rebasado toda proporción.

No sólo Hamas ha sido el blanco de los ataques, sino que la población palestina está siendo diezmada. El presidente Netanyahu, en un reciente discurso, ha citado el libro de Samuel, del Antiguo Testamento, en el que se ordena exterminar al pueblo de los amalequitas. De este modo, introduce en medio de toda la retórica de legitimación de la guerra, un componente religioso, particularmente preocupante.

El escenario, altamente polarizado, ha tenido diversos efectos colaterales. Las agresiones contra población judía y palestina en diversas partes del mundo han comenzado a cundir. En Estados Unidos, Wadea Al Fayoumi, niño de 6 años, muere de 26 puñaladas propinadas por un hombre de 71 años en reacción a la guerra de Israel y Hamas.

En general el prejuicio y la discriminación contra los seguidores del Islam, en ocasiones por el sólo aspecto físico, el atuendo o el acento al hablar, se extiende, y siembra una atmósfera de rechazo sin matiz.

Los episodios antisemitas, por su parte, se han incrementado en Francia, Alemania, Austria, Suecia, España y Reino Unido. En este último país hay un alza de incidentes de odio 537% superior respecto del año pasado.

Es así como descubrimos, con gran pesar, que en estos conflictos, como en tantos otros, la ideología, es decir, la simplificación manipuladora, irracional y tendenciosa, termina conquistando a tirios y a troyanos. En efecto, en algunos ambientes basta con que una persona realice un juicio crítico contra las posturas de extrema derecha del presidente israelí para que de inmediato sea calificado de “antisemita”. Y de manera simétrica, basta con que una persona muestre simpatía hacia el pueblo judío, para ser calificado de “islamófobo”. Quienes viven en la prisión de la ideología no logran advertir que la realidad no está definida por parámetros izquierda-derecha, conservador-progresista, pro-palestina o pro-israelí, sino que siempre la complejidad del mundo desborda estos fáciles maniqueísmos

Me niego a sobresimplificar el complejo mundo islámico y pensar que no existen grupos y tendencias, matices y acentos. Más aún, cuando Palestina no es un bloque meramente islámico, ya que ahí viven cristianos que sufren por igual las consecuencias de la guerra. Así mismo, me niego a juzgar en bloque a los judíos, mis hermanos. Y no sólo por que unos son sionistas y otros no, sino porque el traído y llevado “sionismo”, también es un universo complejo que resiste ser explicado con dos o tres trazos. Una vez más, en medio de esta desolación, la voz del Papa Francisco destaca: “Ninguna guerra vale la pérdida de un ser humano”. Ninguna.

 

Rodrigo Guerra López - Secretario del Pontificio Consejo para América Latina

OCÉANO VERDE

fe adulta

col koldo

 

Es imposible detener la larga espiral de violencia con más violencia. En el país de más densidad de sabios de largas barbas y mentes preclaras, alguien deberá acordarse del perdón, aunque sólo sea por un frío cálculo de la lógica y la razón. Hamas muere en sus miembros abatidos, pero renace y se multiplica en los chavales que quieren ser levantados un día a hombros entre la multitud bulliciosa. ¡Qué mayor gloria en medio de ese panorama de laberintos sin salida, escasez y desesperación! 

Hay lejanos “ongi etorris” que auguran al día de hoy más pesadumbre. Las estrellas de fútbol han de hacer muchas más piruetas con el balón hasta ganar altura sobre los suyos. El océano verde de Hamas rodea a los adolescentes y mujeres que salen de las prisiones israelíes, verde empapado de rojo hasta arriba, verde de joven y larga venganza, verde que rasga y mata a sangre fría, no importa que sea bajo los bordados de algodón en una cuna. Las enseñas de la Autoridad Nacional Palestina apenas despuntan en medio de ese mar tan desatado y bravío. La eventual moderación ha sido engullida por las olas dentadas del terror. 

¿Cómo sorber esa amenaza, cómo hacer de esa radical marea verde se diluya poco a poco? ¿Cómo inundar de anhelo de paz? ¿Cómo apaciguar los ánimos e izar el blanco de la felicidad y armonía compartidas? ¿Cuántas generaciones han de pasar hasta que ceda el verde de la ira? ¿Cómo lograr que la sed de represalia se agote en lo profundo de todos los corazones? Difícilmente tras las montañas inmensas de escombros, tras los bombardeos inmisericordes, complicadamente tras tantos cientos de vidas segadas cuando recién amanecían en otras cunas sin bordados de algodón, con leche materna agriada por el pánico.

Netanyahu y su gobierno extremista ha ensanchado el océano verde de Hamas hasta unas costas hasta ahora desconocidas, ha agudizado una exasperación que obligará a las próximas generaciones israelíes a una duermevela, a cerrar apenas un ojo, a acostarse con un fusil a la vera. ¿Por cuánto tiempo quiere vaciar las universidades de juventud, las calles de alegría, la patria de porvenir?

Los bebés de Egipto retornen a sus madres, a sus pechos sanos, a sus nanas ininterrumpidas, a la cuna de madera, encajes y algodón. Que en realidad todos vuelvan a casa, puedan abrazar a los suyos. Que liberen todos los rehenes verdes, blancos, azules…, de todos los colores, de todos los bandos. Nadie a la fuerza lejos de su hogar. Que se perdonen los muertos, los que nunca se debieron haber causado, sobre todo los que prometieron causarse. Que se detenga el horror, no por cuatro o cinco días, sino por siempre; que acuerden, que se comprometan más allá de su fatal alianza con la violencia y la destrucción del adversario; que renazca la paz en Tierra Santa.

Benjamín Netanyahu afirmaba el día pasado que están determinados "a mostrar al mundo la fuerza de Israel". Es importante observar eso de "la fuerza de un pueblo", de una persona, reflexionar dónde verdaderamente estriba. Alguien deberá explicar a tiempo al primer ministro israelí que su pueblo no es más fuerte porque más bombardee, porque más plásticos se desplieguen para envolver a sus víctimas inocentes. Ya superan las 14.800.

Eso de “la fuerza” debieran mirárselo quienes confían exclusiva y ciegamente en su expresión bruta, sobre todo cuando su despliegue y exhibición comporta la muerte de tantos miles de civiles “contrarios”. Eso de “la fuerza” no sólo iba de modernos blindados y potentes misiles, de bombardeos indiscriminados y de ciudades convertidas en ruinas. 

Cómo es arriba es abajo. Las gentes y los pueblos tendrán siempre pendiente la implementación de una fuerza más poderosa, auténtica y eficaz, la fuerza de los valores y de la razón. Alguien debiera decirle a Netanyahu que el poder de las armas es el último a desplegar, que antes es preciso exhibir el poder, ése sí descomunal, del diálogo y del acuerdo, incluso algún día del perdón y la compasión.

CRÓNICA DE LA PRESENTACIÓN DEL ÚLTIMO LIBRO DE JOSÉ ARREGI. DIOS, MÁS ALLÁ DEL TEÍSMO


col anso

 

Hace apenas unos días tuve la gran suerte de acompañar a José Arregi en la presentación de su último libro: “Dios más allá del ateísmo”. Era como ese parto esperado, pero que tardaba en llegar y, al fin, ya lo tenemos en las librerías y en la editorial “Fe Adulta” que todos conocemos más que de sobra.

Oír hablar a un doctor en teología es un gran regalo, pero cuando este doctor es José Arregi, es mucho más que eso. Porque durante algo más de una hora consiguió dejarnos a todos los presentes sin respiración, transmitiendo una paz y serenidad en sus palabras difícil de expresar.

Nos habló de Dios más allá del teísmo, a saber, más allá del “Ente supremo” sobrenatural y metafísico, que creó el mundo de la nada y lo rige desde fuera según su voluntad. Dios es lo Real fontal, la Creatividad sagrada, la Presencia creadora en el fondo de cuanto es, el Aliento vital - Él/Ella/Ello – que nos anima y acompaña en  nuestra itinerancia y peregrinar, como a las figuras bíblicas simbólicas de Jacob, Moisés  o Elías, entre otros muchos, siempre en tránsito.

Arregi nos interrogaba si tiene sentido hoy en día hablar de Dios en un mundo desgarrado por la desigualdad, las guerras y el hambre, un mundo en el que los humanos Sapiens nos hallamos sumergidos en la mayor transformación cultural desde nuestro origen, y enfrentados a desafíos jamás conocidos como el cambio climático y la inteligencia artificial.

La palabra Dios no puede ser utilizada como expresión de nuestras proyecciones, nuestras necesidades, nuestro afán de ser, tener, poder, como legitimación de la sumisión y de abusos de todo tipo, en una visión dualista de la realidad: materia-espíritu, cuerpo-alma, el más acá y el más allá, tiempo-eternidad, profano-sagrado…

Pero, insistió en que, aún podemos seguir utilizando la palabra Dios para referirnos a la Presencia, la Alteridad sin división, la Posibilidad inagotable que nos habita y nos impulsa como el ser profundo que somos como posibilidad y como realidad presente más allá de toda categoría temporal.

Os comparto una sencilla pincelada de lo que fue su gran conferencia, hablándonos del Misterio de lo Real fontal más allá del teísmo y del ateísmo.

Os invito a leerlo, personalmente, creo que a nadie deja indiferente…

 

Ana Bou

Religión Digital

EL TRANSTEÍSMO SEGÚN JOSÉ ARREGI


fe adulta

col arregi

 

Acabo de leer con sumo deleite la última obra de José Arregi a quien, teólogo muy conocido en los ámbitos del cristianismo crítico y avanzado, no hará falta presentar. Publicado primero en francés (Dieu au-dèla du théisme: Esquises pour une transition thèologique, Khartala, 2023), lo podemos leer ahora en Ediciones FeAdulta con el título “Dios más allá del teísmo. Apuntes para una transición teológica”.

Doscientas veinticinco páginas sin desperdicio estructuradas en cuatro partes que vienen a responder al desafío que en el terreno de las religiones y, más en concreto, en el cristianismo, ha supuesto la revolución cultural que se viene fraguando desde la Ilustración y que tienen como corolarios el fin de los grandes relatos (crisis de la Metafísica, muerte de Dios, obsolescencia de la moral clásica…) y los avances en el terreno de ciencia humanas y empíricas. Imprescindible es para el autor la necesidad de caminar hacia una nueva concepción más allá del dios de la metafísica, lo que él llama el “transteísmo”: “Ningún cambio profundo será posible mientras no pasemos del dios a Dios, del Ente supremo metafísico causa de sí y del mundo al Dios Todo en todo. Mientras no reinventemos una nueva cristología más allá de la divinidad metafísica dualista, más allá de la encarnación única y acabada, más allá de la idea del hombre Jesús perfecto. (pp.224-5)”

Se cuestiona Arregi en la primera parte si tiene todavía sentido hablar de Dios y recurre a una fecunda distinción entre “dios” (el dios de la Metafísica, de la elaboración teológica y filosófica) y “Dios” (misterio último, realidad inefable, aliento de vida, realidad fontal, emergencia creativa…): “Para que la palabra Dios tenga sentido, para que aún pueda inspirar, deberá inventarse o ser reinterpretada en coherencia con el paradigma básico de comprensión de la realidad en general, desde las partículas a las galaxias, desde las emociones más elementales hasta las manifestaciones espirituales más complejas y sublimes. (p.21)” Consciente de que la filosofía y la teología occidentales nos han metido en un cauce racional demasiado estrecho para la comprensión de la totalidad, apuesta por volver a una visión originaria y mística.

Repasa en la segunda parte los hitos principales desde el nacimiento del concepto de dios hasta su muerte. Desde su nacimiento en la Mesopotamia de hace unos 6.000-7.000 años hasta su defunción o agonía descrita en el fragmento 125 de la Gaya Ciencia (1882) de Nietzsche donde se cuenta cómo un loco cogió un día un farol y corrió al mercado gritando que buscaba a Dios. De  gran interés es la relectura actualizada de los conceptos-clave de la filosofía nietzseana: muerte de dios (es el dios de la metafísica el que muere), superhombre  (persona humanamente engrandecida con moral no de un esclavo, sino de señor), voluntad de poder (capacidad de autosuperación) y eterno retorno (concepto este menos explicado en el libro, pero que hace referencia no a un tiempo cíclico, sino a la metáfora de la eterna confirmación y aceptación de la vida entendida como constante advenimiento y  creatividad).

Aborda el autor en la tercera parte los antecedentes transteístas desde hace 2.500 años, desde las Analectas de Confucio, pasando por las Upanishad de los sabios brahmanes de la India, el Tao de Lao-Tse, el judaísmo de la Biblia hebrea, el pensamiento de los presocráticos y la figura de Jesús: “La representación teísta, aun siendo predominante a partir del nacimiento de dios, no ocupa todo el lugar en las diferentes filosofías y religiones. La superación del teísmo se inició y se desarrolló en el seno mismo de las religiones teístas (politeístas y monoteístas). Siempre hubo corrientes, colectivos e individuos, místicos y pensadores, que transcendieron la figura “dios” en su representación mítica, metafísica, antropomórfica. (p.101)”. En este sentido lee, por ejemplo, a los presocráticos en clave metafórica más allá de las interpretaciones materialistas. Así el “arjé” de la “physis” (principio de todas las cosas) de Tales de Mileto no sería tanto un elemento físico, sino Principio originario, Fondo último, “metáfora de lo divino, de Eso que mueve todo cuando es, Eso que anima al universo, que constituye el “alma” de todos los seres, no solo de los seres humanos. (pp.106-7)”. Finaliza esta tercera parte repasando las figuras del Maestro Eckart (ss. XIII-XIV) en el que ve una genial síntesis entre la mística oriental y la mística cristiana; y la figura del pastor luterano Dietrich Bonhoeffer (s. XX), condenado a horca en la Alemania nazi, quien propuso una nueva teología basada en un cristianismo no religioso: “Vivir ante Dios sin Dios”.

Es la última parte una lúcida reflexión sobre “Dios” como metáfora, la figura de Jesús, el sentido de conceptos como salvación, muerte y resurrección y el posible futuro del cristianismo. Alguna de sus afirmaciones quizá hubiera merecido mayor desarrollo (“No resucitaremos en forma de cuerpo espacio-temporal, ni con nuestro yo egoico, superficial, sino que resucitará nuestro yo profundo plenamente consciente de la plenitud de su ser. (p.194)” y otras pueden resultar poco accesibles al gran público: “El término panenteísmo me plantea, sin embargo, una pequeña dificultad: podría sugerir que Dios es un “medio” en el que somos, como la energía en un campo o las plantas en un clima o los astros en el espacio. Yo preferiría darle la vuelta a la imagen y decirlo con un neologismo bárbaro, teoempantismo: ‘Dios es en todo’, como “Alma” que lo habita y que a la vez emerge de todo. (p.204)” Pero ello no supone ningún demérito, sino un reto para el lector, que además deberá lidiar con un razonamiento paradójico, de tradición oriental, todo un desafío para quienes razonamos por defecto con la lógica aristotélica y su principio de identidad.

Texto de densa temática, rigor conceptual y exquisita sensibilidad. De su lectura sale uno mejorado. Todo ello lo convierte en un buen libro y en algo más que unos “apuntes” para una transición teológica.

 

Pedro Miguel Ansó Esarte

Exprofesor de Humanidades

MIRADA APOCALÍPTICA EN TIEMPOS COYUNTURALES


col labrador

 FE ADULTA

El relato de Mc 13,33-37 se inserta al final de un discurso llamado de género apocalíptico. En él se ven reflejados momentos que pueden ser críticos en la historia o también que son propicios para el desenlace de determinados acontecimientos. Este capítulo 13 se enmarca en una etapa ciertamente decisiva: comienza con la plausible destrucción de Jerusalén y está ubicado justo antes del complot para arrestar a Jesús. ¿Cómo vivir estas situaciones que conmueven las mismas bases religiosas? La respuesta apunta en primer lugar a la atención, a la observación vigilante e incluso la aceptación, tanto de los acontecimientos globales (caída del templo, guerras, destrucción…) como de los individuales (los azotarán, los entregarán…). En segundo lugar, el texto da pistas espirituales para vivir en estos momentos: la constancia, el cuidado recíproco, la confianza… son algunas de las actitudes para sobrellevar las situaciones conflictivas. Y, en tercer lugar, el relato agrega unas “tareas” (cf. Mc 13,34: “asignó a cada uno una tarea”) que se deben realizar durante este tiempo que tiene un plazo determinado y concreto.

Como venimos describiendo, el género apocalíptico es muy sugerente sobre todo para leer en momentos difíciles, por ejemplo, durante una pandemia o una guerra, o incluso con la cercanía de la muerte de algún ser querido. Los relatos apocalípticos desarrollan, explican, y hasta dan detalles acerca del devenir de los acontecimientos que son ciertamente coyunturales. Y además proponen cómo vivir y afrontar este tipo de situaciones: con atención a la realidad -sin huir de ellas-, con la mirada atenta y conscientes de que el desenlace está próximo -no durará mucho-.

Este texto de género tan marcadamente apocalíptico se proclama en la liturgia del tiempo de Adviento. Probablemente se debe a que la tradición de la Iglesia asocia el Adviento a un momento sumamente decisivo en la historia: la esperanza de una próxima y radical venida de Jesús. La Iglesia trae al recuerdo cómo los primeros cristianos, pasada la muerte de su maestro y aun percibiendo las señales de su resurrección, lo esperan y desean apasionadamente que vuelva. En este tiempo de esperanza era posible ser radicales en todas las opciones y acciones porque era “por poco tiempo”. La motivación para vivir los principios del Reino era exigente entonces y el tiempo estrechamente limitado. Como dice el relato de Marcos, al igual que un señor que se va de viaje y deja tareas a sus empleados, así también cada uno tiene una misión que cumplir, durante este “corto tiempo intermedio”. Pasados los años y las primeras generaciones, la esperanza se alarga, el tiempo se prolonga, y se espera que el Señor venga “pronto”, que "no tarde" (como rezan muchos himnos).

El Adviento pretende entonces volver a acortar el tiempo y sugiere afrontar la realidad con una mirada clara y profunda, podríamos decir desde la proximidad de un devenir que lo transforma todo. Los acontecimientos, todos ellos, han de leerse con ojos atentos, confiados e incluso vivirse con la radicalidad de un desenlace próximo. Atención a cada instante, a cada momento. La hondura del presente, siempre y en toda circunstancia, se consolida como el tiempo propicio para acoger una presencia próxima y transformadora. ¡Que este Adviento nos encuentre alerta!