FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA

jueves, 17 de febrero de 2022

El Papa Francisco no visitará España por la polarización política y el escándalo de los abusos

 


el diario

Papa Francisco7

La imposibilidad de tener un encuentro únicamente pastoral con jóvenes, sumado al clima político y los vaivenes en la investigación de la pederastia, han llevado a Bergoglio a descartar su viaje a Compostela, que estaba previsto para agosto
Francisco no vendrá a España este año. Según ha podido confirmar oficialmente elDiario.es, la opción de una visita papal a Compostela en agosto se ha desvanecido. Por el momento, Secretaría de Estado sólo trabaja en dos viajes: el ya anunciado a Malta para abril, y otro en julio a África, previsiblemente Congo.
··· Ver noticia ··

El Foro asturiano señala a Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo: “Niega los abusos e insulta con expresiones ofensivas a sus contrarios políticos”

 


Religión Digital

Carta del Foro de cristianos Gaspar García Laviana contra el arzobispo de Oviedo por sus declaraciones sobre abusos e inmatriculaciones
Aseguran que sus comentarios forman parte de “un discurso impropio”, que “hasta insulta con expresiones ofensivas a sus contrarios políticos”
“Muchos de los católicos asturianos no valoramos la realidad política como él y que cuando él lo hace en estos términos, se descalifica como obispo de la Iglesia asturiana”
··· Ver noticia ··

Ratzinger/Benedicto XVI: ¿Complacencia con los pederastas, intransigencia con teólogas y teólogos? (I)

 


Juan José Tamayo, teólogo

Infolibre

Tamayo4

El teólogo alemán Joseph A. Ratzinger es uno de los eclesiásticos con más poder dentro de la iglesia católica durante uno de los más largos periodos. Ha ocupado puestos de la mayor responsabilidad durante 35 años hasta su jubilación. Como papa emérito sigue ejerciendo influencia y siendo santo y seña de los sectores católicos más conservadores, e incluso integristas, como los cardenales Robert Sarah y Reinhard Müller, miembros muy influyentes en la Curia Romana años atrás y hoy cesados por el papa Francisco de sus funciones curiales.
··· Ver noticia ··

¿Qué le pido a la jerarquía de la Iglesia Católica española en relación con la pederastia?


Juan José Tamayo, teólogo

El Blog de Juan José Tamayo

Tamayo4

Veinte propuestas para erradicar los abusos, y la cultura del silencio
Veinte propuestas en torno a la pederastia con la esperanza de que con ellas se haga justicia a las víctimas
Soy contrario a hablar de la pederastia de la iglesia católica. Lo correcto es hablar siempre de la pederastia en la iglesia católica
Con su negacionismo, ocultamiento y silencio, primero, encubrimiento, inacción y falta de denuncia, después, y su negativa a investigar, ahora, la jerarquía está siendo cómplice de la pederastia y legitima el comportamiento de los pederastas
··· Ver noticia ·

El Papa reforma la Doctrina de la Fe para hacerla más efectiva en los procesos contra los abusos


Daniel Verdú

El País

papa47

El órgano vaticano separará de forma clara el área que juzga los delitos sexuales contra menores de la que se ocupa de los asuntos teológicos y doctrinales
El Vaticano se ha movido este lunes de forma clara y estructural en la lucha contra los abusos. El Papa ha publicado esta mañana una carta apostólica en forma de motu proprio (el equivalente a un decreto ley de efecto inmediato) en la que anuncia la reforma de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), el que fuera el viejo Santo Oficio y uno de los dicasterios más importantes hoy en la Santa Sede
··· Ver noticia ··

Faus: “La sinodalidad será difícil. No esperemos de ella ventajas propias sino más gloria de Dios”


Miradas cristianas

González Faus

Sinodalidad eclesial: Importancia, problemas y sugerencias
La sinodalidad, o el camino conjunto de la Iglesia es posible porque, como decía un viejo título de Rafael Sivatte: Dios camina con su pueblo
La Igleisa no es una democracia porque está sometida a la Palabra de Dios. Pero mucho menos es una monarquía absoluta. Eso último es una de las herejías más grandes
··· Ver noticia ·

Fuerzas de ocupación israelíes atacan con extrema violencia vecinos y viviendas palestinas en un barrio de Jerusalem

 


la nueve

Palestina2

Ataques con piedras contra casas y vehículos, gas pimienta contra palestinos del barrio. Por momentos se temió de que se prendiera fuego a la casa de la familia Salem.
La corresponsal de la agencia Al Mayadeen informó que en las primeras horas de este domingo colonos israelíes atacaron a un grupo de personas palestinas que se encontraban en torno a la casa de la familia Salem, (amenazada de ser desalojada) en el barrio Sheikh Jarrah de la Jerusalén ocupada, según informó la corresponsal de Al Mayadeen.
··· Ver noticia ···

El proyecto REPARA lleva ya año y medio funcionando

  

Atrio

Cardenal Osoro

Proyecto Repara para la prevención de abusos secuales y la atención a las víctimasHa tenido que salir en El País para que ns enteremos, incluso quienes creemos estar al tanto de la actualidad religiosa. Y había sido creado hace año y medio, con buena pinta. Me refiero a la obra REPARA, dependiendo de la Vicaría de Pastoral Socialk que dirige José Cobo, con el arzobispo Osoro detrás. Has hecho bien, Javier Peláez, en dar la pista en ATRIO. Yo lo abro y presento a todos. Que se conozca lo que hace bien la Iglesia en estos oscuros tiempos. AD.
··· Ver noticia ···

Una respuesta de izquierda ante la crisis social

Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal anticorrupción

 Redes Cristianas

El País (Nacional) 11 Feb 2022
La regulación de los partidos y de las empresas no resulta suficiente para frenar la corrupción de una economía y un sistema político que manipula las normas al servicio de los poderosos
Ante la crisis laboral y social que estamos viviendo (cierre de empresas, despidos masivos, temporalidad del trabajo, salarios bajos e injustos, la vuelta a las barracas y la grave irrupción de la pobreza, etcétera) y las cesiones del Gobierno ante la presión empresarial, resulta necesario citar dos preceptos de la Constitución:

Artículo 128.2: “Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales y acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general” y
Artículo 129.2: “Los poderes públicos (…) establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción”.
Dos normas que están olvidadas, si no quebrantadas, por los responsables, especialmente políticos, de una economía que está al servicio muy prioritario de los patronos o empresarios. ¡Qué lejos está el actual Gobierno —y, especialmente, Podemos— de aquellos preceptos constitucionales!

Y resulta también sorprendente e insultante que, tan recientemente, se aprobara la Ley 11/2018 sobre lo que llaman “responsabilidad social corporativa” de las grandes empresas y, en ella, se derogara una norma del Código de Comercio de 1885. El capitalismo español —y, por supuesto, el catalán— aún funciona sobre el derecho vigente a finales del siglo XIX. Lo que acredita la pervivencia no solo del régimen capitalista, sino de una democracia de clase, de las clases dominantes, contra la que hoy se alzan tantos miles y miles de personas, trabajadores, campesinos, mujeres y una gran parte de una sociedad que clama por una democracia para todos. Ahí están los Papeles de Pandora para acreditarlo.

El incumplimiento de dichos preceptos constitucionales ha fortalecido al capitalismo en nuestro país y los principios que lo inspiran. El prestigioso jurista Stefano Rodotà ya lo dijo. El “evangelio del mercado” conduce a una “mercantilización del derecho” que abre la vía a mercadear incluso con los derechos fundamentales, dado que “la lógica mercantilista” es “radicalmente contradictoria con la centralidad de la libertad y la dignidad”.

Las obligadas consecuencias de un sistema basado en el enunciado de “enriquecerse” no se han hecho esperar. Así lo resumía el analista alemán Michael R. Krätke: “Corrupción, dinero negro, segundas cajas, engaño organizado y manipulaciones contables son prácticas corrientes en el mundo de los negocios”. Y continuaba: “La doctrina de fe neoliberal no precisa de religión ninguna, porque ha elevado el capitalismo mismo a rango de religión convirtiendo los imperativos de la economía capitalista en normas morales universales”, recordando las conclusiones de Walter Benjamin sobre la elevación del capitalismo “a religión de culto universal”. En esta fase ahora agudizada del capitalismo, mantiene el analista que “queda socavada la fe en el Estado como poder protector de los pobres y explotados”.

Evidentemente, un sistema sustentado en la “codicia humana” es capaz de destruir los mecanismos necesarios para garantizar la viabilidad de que ese sistema esté basado en el consenso del respeto a la legalidad democrática y a los derechos humanos. Porque, como imperativo de la conducta humana, conduce al individualismo dominante, en definitiva, a un “individualismo posesivo” en el que “el individuo es humano en su calidad de propietario de su persona”, como expresó con tanta lucidez C. B. Macpherson en 1962. En este contexto ideológico, cultural y político, las barreras morales y legales caen y la corrupción se extiende sin límites.

La desnaturalización de los partidos políticos como lo que debían ser, la máxima expresión de criterios éticos en la vida pública, tiene su origen, por una parte, en el periodo dictatorial anterior y, luego, en las leyes pseudodemocráticas que los regularon a partir de 1978 y, sobre todo, en la Ley Orgánica 6/2002 de Partidos Políticos. Normas que no plantearon en absoluto que los partidos hubieran de regirse por principios y normas que asegurasen su funcionamiento y el de sus miembros con integridad moral —es decir, con honradez personal y servicio exclusivo al interés público—. Exigencias que no podían quedar resueltas con una vaga apelación a “ajustarse” a “principios democráticos”.

Ya lo decía el profesor Villoria: “Un empleado público que ocupa un cargo público como miembro de un partido tiene que guardar también fidelidad a ese partido que lo nombró. En este caso, el conflicto está servido”. La ética pública es la gran ausente en la ley de partidos. Ausencia que ha generado, mucho más de lo que podía imaginarse, unos gobernantes para quienes la política se ha convertido en “el disfrutar del momento (el carpe diem de los clásicos)” en lugar de una suma de decisiones prudentes y responsables presididas por un único y exclusivo fin: el bien de los ciudadanos. Quehacer público que, en términos de la profesora Cortina, debe realizarse desde una “moral crítica universal” que obliga a un comportamiento justo, transparente y honesto.

Por una razón complementaria y fundamental, los gobernantes deben saber cuál es la razón por la que ejercen el poder, que no es otro que el gobierno de los seres humanos, que “tienen derecho a ser respetados, tienen dignidad y no pueden ser tratados como simples mercancías”. Sigue vigente la afirmación de Kant: “Los seres racionales son fines en sí mismos, tienen un valor absoluto y no pueden ser tratados como simples medios”. Principios menospreciados y pisoteados por los gobernantes que aplican las políticas neoliberales que privan a los ciudadanos de los derechos más básicos.

Principios ya presentes en la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción de 2003, ratificada por el Estado español en 2006, que continúa siendo abiertamente incumplida. Tratado que incorpora la exigencia de perseguir penalmente, por ser “particularmente nocivo para las instituciones democráticas”, el “enriquecimiento personal ilícito” de los gobernantes.

Para hacer frente a esta realidad tan compleja y difícil de enderezar hacia el imperio de la ley y el respeto a los derechos, debe partirse del conocimiento real de quienes, como gobernantes, están obligados a rechazar cualquier forma, por leve que fuese, de corrupción.

Que se compone, esencialmente, de los siguientes elementos:
—Desviación de poder, es decir, no aplicar las normas al servicio del interés general.
—Arbitrariedad, aplicándolas en función de criterios personales ajenos a la estricta legalidad y
—Favoritismo, que consiste en hacer un uso del poder público en beneficio propio o de terceros.

Todo ello, lo resumió el profesor Calsamiglia, calificando la corrupción, en cualquiera de sus formas, como un gran acto de deslealtad a la legalidad y, sobre todo, al Estado democrático. Como ciudadanos, como demócratas, tenemos un gran reto ante todos nosotros.
La desnaturalización de los partidos tiene su origen en la dictadura y en las leyes que los regularon desde 1978

La sociedad como zoológico

 

Jaime Richart

Redes Cristianas

Es posible que a la hora de hacer estos juicios de valor,mi edad sea determinante. Pero no cambiarán mucho las cosas por el hecho de subestimarla. La refutación sólo habrá de venir por argumentos en línea con lo enseñado y aprendido bajo la enseñanza básica y superior en sumisión, en línea con la metodología del aprendizaje. Al final, la autonomía de la voluntad personal decidirá. Pero si se refuta será por la principia petitio, petición de principio, es decir, dar por demostrado en las premisas del silogismo precisamente lo que se pretende probar.

Una clásica petición de principio de primaria era: para ser verdadera una Iglesia, ha de ser universal. Es así que la Iglesia católica es universal, luego es verdadera. En el presente caso la afirmación de que la sociedad es un zoológico, como decía, no puede refutarse salvo a través del prejuicio de la enseñanza y la metodología. Porque siendo como es el ser humano un animal racional, no debiera haber reparos en poner todo el énfasis en su naturaleza animal, considerando la racional esclava de ella.

Permítaseme a este propósito de la falacia petición de principio, la siguiente digresión sobre algo que ha estado en boga durante dos años en las esferas del periodismo y de la comunicación españoles sobre la vicisitud sanitaria del siglo: la pandemia. Las noticias sobre los sucesivos efectos del virus y sus remedios, los sueros, se han basado en dos locuciones que han de haber revuelto el estómago del orbe científico, y de ser repulsiva para toda persona despierta. Una es “evidencia científica”. La otra es “comunidad científica”.

Dos estribillos que a todas luces pretenden anestesiar al oyente, pese a que su único fundamento estriba en la credibilidad que le preste quien los escucha, al medio y al periodista que difunden la noticia, Pues la “evidencia científica” se pondera sólo en el laboratorio, pero no se proclama como un descubrimiento dogmático o un remedio repentino solo para tranquilizar al personal. Y la “comunidad científica” es un ente sin sede, está repartida por todo el planeta y es demasiado amplia como para que toda ella esté de acuerdo en todo respecto a un repentino avatar que ha superado al zoo, sea natural o intencionado.

El ser humano, según las categorías aristotélicas y el sentido común, es más que el animal. De acuerdo. Pero cada día que pasa, a medida que voy acercándome poco a poco al fin de mi propia vida voy también cambiandomi óptica y regulo la lente de observación para examinar cada vez a más distancia cuanto sucede en la sociedad, en el zoo. De modo que mi visióndel ser humano en particular y de la sociedad humana, el zoo, se va haciendo cada vez más borrosa en detalles a los que no presto atención porque no ofrecen novedad al ser siempre invariables. Ilumino exclusivamente los relieves. Y entonces advierto cada vez en ambos, más rasgos de irracionalidad que de racionalidad. Si bien la presumo en individuos aislados que han contribuido a mejorar nuestra vida, absolutamente desconocidos.

Que todo me parezca previsible, que preste cada vez más atención a que la historia es cíclica, que todo se repite en cuanto al hecho principal y la mayoría de las circunstancias que lo rodean no es tanto debido a mi erudición, que también, como a a mi carácter y a la experiencia. Pues, sin pertenecer a la naturaleza del augurio ni tampoco de la adivinanza, resulta fácil prever el futuro, lo que va a ocurrir a partir de una noticia de alcance, con un margen de error relativamente estrecho. En la mayoría de los casos, es tan fácil como saber el número que debe ocupar el espacio en blanco de una secuencia numérica para párvulos. Es más, las excepciones en el mundo animal son muchos más frecuentes que en la sociedad humana. La sociedad humana se reitera hasta la saciedad.

Por ejemplo, aun necesaria, la política es una simple competición miserable de engaños. Y en algunas sociedades, como la española, los políticos ni siquiera la amenizan con ironía o con humor en las sesiones parlamentarias. Y la astucia, que es un artificio para engañar o para evitar el engaño, propio de la política, es entre los españoles demasiado burda o tosca como para que, al menos la ciudadanía despierta no descubra enseguida la maniobra.No se da la sorpresa. Es inaudita.

Y dentro ya de la racionalidad y de la previsibilidad es preciso destacar que es imposible cambiar la realidad ideológica, jurí­dica o política, pues el capitalismo reproduce métodos de produc­ción que vician la ideología. La patronal se opone al sala­rio básico anunciado, y pese a ello el Congreso intenta una ley. Consiguiendo su promulgación se altera la realidad política y jurídica, pero sin la voluntad de cumplirla no se produce ningún efecto. El sistema sancionador no es la solución.
El nivel de una democracia se calcula por el hecho de que toda la ciudadanía esté relativamente insatisfecha. En España media sociedad está absolutamente insatisfecha, mientras la otra mitad rebosa de satisfacción. Pésima señal. Entre los que están satisfe­chos son estos de la patronal y en general quienes pagan salarios miserables. Por eso no sólo no ayudan, es que son un lastre que merecen los peores deseos.

Y es que las infraestructuras, a las que pertenece el mundo labo­ral, influyen sobre las superestructuras cuyos principales actores son los gobiernos. Es decir, dependiendo de cómo se organice la sociedad para producir los bienes que necesita para vivir, así se construye su marco jurídico, político e ideológico. Pero no es posible desde la política en el capitalismo modificar los princi­pios reguladores. Es preciso modificar la mentalidad de los agen­tes de las infraestructuras para que los de la superestructura puedan regular a la sociedad. En España apenas pueden hacer algo los agentes de la superestructura para cambiar, no ya las relaciones de producción sino, lo que es más grave, la mentali­dad que respecto a Europa es asquerosamente obsoleta, y la animali­dad social y políticamente hablando sigue superando con creces a la racionalidad…

¿Será Ottawa la espoleta de un nuevo Mayo del 68?

Germán Gorráiz López, analista

 Redes Cristianas

El actual sistema dominante o establishment de las sociedades occidentales utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas. Así, el sociólogo y filósofo alemán Herbert Marcuse, en su libro “El hombre Unidimensional (1.964), explica que “la función básica de los medios es desarrollar seudonecesidades de bienes y servicios fabricados por las corporaciones gigantes, atando a los individuos al carro del consumo y la pasividad política”.

De ello sería paradigma la cruzada para implementar en los países europeos el pasaporte COVID que permite al individuo vacunado disponer de un código QR que le facilitará el acceso a la vida laboral, cultural y social pero que llevaría implícito la obligación de vacunarse y violaría la sacrosanta libertad individual reconocida por la Constitución. Así, la propaganda del establishment va dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta (la vacuna es la salvación frente a la pandemia).

La irrupción en el escenario mundial de una nueva pandemia viral no fue percibida por los expertos de la OMS debido a que nuestra mente es capaz de secuenciar únicamente fragmentos de la secuencia total del inmenso genoma del caos ante hechos que se escapan de los parámetros conocidos. Asimismo, fueron incapaces de reconocer su ignorancia, pues la diferencia entre un sabio y un ignorante es que el primero es capaz de reconocer que la sabiduría procede del reconocimiento de la ignorancia, plasmada en la icónica frase atribuida a Sócrates (“sólo sé que no sé nada”)

La gestión de dicha pandemia sanitaria ha implementado el estigma de la incertidumbre y la incredulidad en una sociedad inmersa en la cultura del Estado de Bienestar del mundo occidental, derivando posteriormente en un shock traumático al constatarse las limitaciones de unas vacunas no esterilizantes que no evitan el contagio. En consecuencia, los ciudadanos occidentales se verán inmersos en la vacunación vitalicia al tiempo que estarán controlados por el pasaporte COVID para lograr una sociedad plegada a los dictados de los monopolios farmacéuticos de Pfizer y Moderna, quedando los sectores refractarios a los dictados sanitarios marginados de los circuitos habituales del trabajo, la cultura y el ocio.

Sin embargo, gracias a la interactividad que proporcionan las redes sociales de Internet (el llamado Sexto Poder que enlaza y ayuda a la formación de las identidades modernas), se estaría rompiendo el endémico aislamiento y pasividad del individuo sumiso y acrítico de las sociedades occidentales (Hombre unidimensional) y estaría ya surgiendo un nuevo individuo. El nuevo Individuo Multidimensional está reafirmado en una sólida conciencia crítica, sustentado en valores caídos en desuso pero presentes en nuestro código atávico como la defensa de la sacrosanta libertad individual, la solidaridad y la indignación colectiva ante la dictadura de las multinacionales farmacéuticas y estará dispuesto a quebrantar las normas y las leyes impuestas por el sistema dominante (Dictadura sanitaria). Asimismo, dicho Individuo estaría provocando un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de valores bajo el lema “prohibido prohibir” y aunado con las revueltas sociales para protestar por la carestía de la vida, podría instaurar un caos constructivo que termine por diluir el opiáceo inhibidor de la conciencia crítica y que podría desembocar en un nuevo Mayo del 68 teniendo como espoleta el colapso de la ciudad canadiense de Ottawa.

‘Apartheid’ israelí

 


palestina libre

Palestina4

El informe presentado por Amnistía Internacional acumula evidencias del maltrato sistemático de la población palestina. El Apartheid israelí es un modus operandi avalado por un sistema legal que sirve de escudo a estas prácticas discriminatorias y otorga en la mayoría de los casos impunidad ante los crímenes que se puedan cometer.
··· Ver noticia ··

Evitar que el mundo diga ‘Apartheid’: la presión de Israel para ocultar el sufrimiento palestino

 


Vijay Prashad

Alainet

Palestina4

En 2006, el Gobierno israelí creó un Ministerio de Asuntos Estratégicos para dirigir esencialmente dos campañas: una contra Irán y otra contra el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS). Este ministerio organizó una auténtica guerra de desinformación.
··· Ver noticia ··

DESPUÉS DE LA CRISTIANDAD: POR UN CRISTIANISMO NO RELIGIOSO


col tamayo

 RELIGIÓN DIGITAL

En las cartas que el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer escribe a su amigo Eberhard Bethge en 1944 desde la sección militar de la cárcel de Berlín-Tegel donde estaba preso por haber atentado de pensamiento, palabra y obra contra el nazismo y el Führer, le anuncia la llegada de una “época totalmente irreligiosa” que ya no necesita de la hipótesis de Dios. En un clima así, aboga por una interpretación no religiosa del cristianismo, que renuncie a hablar de Dios de forma metafísica, a pensarlo en clave de absoluto e infinito y a situarlo fuera del mundo. Esa interpretación lleva a descubrir a Dios en la debilidad y la impotencia, en el sufrimiento y la cruz, no en los viejos atributos de la teodicea: omnipotencia, omnipresencia, y omnisciencia.

Casi ocho décadas después es el filósofo italiano Gianni Vattimo quien retoma la idea de Bonhoeffer y defiende en Después de la Cristiandad. Por un cristianismo no religioso (traducción de Carmen Revilla, Paidós, 2021, ahora en segunda edición), un cristianismo no religioso, si bien desde nuevas bases y desde tradiciones distintas. Vattimo, que en su época de estudiante aprendió del pensador neotomista Jacques Maritian a desconfiar de algunos dogmas de la modernidad, se reencuentra ahora con el cristianismo a través de Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger, los críticos más radicales de la modernidad.

¿No resulta esto paradójico tratándose de dos pensadores no cristianos, y en el caso de Nietzsche, anticristiano? En absoluto, cree el filósofo italiano. Con el anuncio de la muerte de Dios Nietzsche no está haciendo una profesión de ateísmo, sino mostrando que no hay un fundamento último. En realidad, no niega la existencia de Dios. Lo que ha muerto, para él, es el “Dios moral”, el Dios de la escolástica medieval y de la metafísica, el “Dios de los filósofos”, al que se refiriera Pascal.

Heidegger, a su vez, se opone a la metafísica objetivista en nombre de la libertad humana y cree que no es posible pensar la realidad como una estructura anclada en un fundamento último. En consecuencia, tampoco puede unificarse el pluralismo actual en nombre de una verdad última. “Si Dios ha muerto y la filosofía ha tomado en consideración que no puede captar con certeza el fundamento último –argumenta Vattimo– ha concluido también la ‘necesidad’ del ateísmo filosófico”, y es posible creer de nuevo en Dios, escuchar su palabra y tomar en serio la Biblia, libro que, a su juicio, la metafísica racionalista ha ido negando poco a poco. Sólo una filosofía ‘absolutista’, concluye, cree sentirse autorizada para negar la experiencia religiosa.

Vattimo critica con especial severidad la imagen del Dios totalmente otro que ofrece buena parte de la filosofía moderna de la religión, por considerar que está muy cerca del Dios del Antiguo Testamento, tiene muy poco que ver con el Dios encarnado en Jesucristo, conserva muchos de los rasgos del Dios violento de las religiones naturales y sigue siendo, en definitiva, el viejo Dios de la metafísica. La crítica se dirige en concreto a la amplia influencia ejercida por Lévinas y a la deconstrucción de Derrida.

La filosofía de la religión cristiana de Vattimo no transita por los caminos trillados del pensamiento moderno, que entiende la filosofía de la historia como una interpretación secularizada de la idea judeo-cristiana de la salvación, sino por otros que la modernidad ha descuidado: la teología de la historia del monje calabrés Joaquín de Fiore; los discípulos espirituales de éste, entre los que cita a Novalis, Schleiermacher y Schelling; Dostoievski, a quien llama “el pensador cristiano más fiel al Evangelio”, con su paradójica elección de Cristo incluso contra la verdad; el anuncio de la muerte de Dios de Nietzsche, que coincide con el relato evangélico de la crucifixión y radicaliza la paradoja del novelista ruso; la ontología del acontecer de Heidegger frente a la metafísica del ser; los estudios antropológico-religiosos de René Girard, con quien coincide en que si existe una “verdad divina” en el cristianismo ésta consiste en el desvelamiento de los mecanismos violentos de lo sagrado, que caracterizan al Dios metafísico.

Vattimo reflexiona sobre la relación entre metafísica y violencia. La presencia de la violencia en la historia del cristianismo es innegable. Y se mantendrá mientras esta religión esté vinculada a la tradición metafísica.

Estamos ante una concepción posmoderna de la fe, que nada tiene que ver con la aceptación de los dogmas rígidos del catolicismo oficial, y ante una imagen de la Iglesia como comunidad de creyentes que, al decir del propio autor, escucha y pone en práctica el mensaje cristiano. Es la Iglesia de “después de la cristiandad”. Es esta una filosofía que tiene bastante de autobiográfica. Ahí radique quizás parte de la riqueza y del atractivo del libro de Vattimo, que he vuelto a leer con verdadera fruición en sintonía con el autor unas veces y disintiendo otras, pero siempre en un diálogo para mí enriquecedor.

DE 'SANTO SÚBITO' A 'SANTO DUDOSO Y AMBIGUO'


col aradillas

 RELIGIÓN DIGITAL

Quiero aclarar cuanto antes que, por la dúplice ventana ojival del diccionario y en relación con los términos de “súbito, ya, “presto”, sin demora e inmediatamente, con los de “sospechoso, inseguro, con reparos, ambiguo y dudoso”, habrá de contemplarse “esta” Iglesia, si bien no precisamente desde perspectivas que se proclamen “eternas”.

A la luz de acontecimientos pontificios protagonizados –y por protagonizar– en los últimos tiempos en los que se hace frecuente y capital noticia el papa “emérito” Benedicto XVI, creo que serán de utilidad, estas consideraciones y sugerencias, con directa referencia a su antecesor San Juan Pablo II.

Benedicto XVI

Demasiadas prisas y precipitaciones se detectaron y detectan en todo el proceso canónico que hizo posible la elevación al honor de los altares a Juan Pablo II. En los pasos y gestiones curiales caracterizados, por definición, de relevante, no caben las prisas y menos en el contexto reverencial eclesiástico de que “el tiempo no cuenta”. En él no caben las prisas. La santidad y su público, solemne y oficial reconocimiento, no es flor de un día. Ni de un eslogan, por feliz y concluyente que resulte, como el “¡Totus tuus!”. Tampoco es fruto de unos sentimientos al servicio de masas movilizadas no siempre con intenciones espirituales, y no de otras procedencias y orígenes discutibles e sinuosos.

Partiendo del convencimiento tan elemental de que, ser canonizado no es dogma de fe ni, por tanto, herejes quienes lo cuestionen, son explicables las reacciones y comportamientos de no pocos católicos, apostólicos y romanos “de toda la vida”, a los que les resulte escandalosa la proposición-manifestación de que la ascensión a los altares de Juan Pablo II pudo y debió habérsele ahorrado a la Iglesia.

Si la liturgia, como es sabido –y recordado tan fervorosamente por el papa Francisco, está tan necesitada de reforma–, el Santoral Año Cristiano está en igual, y aún mayor proporción, profundidad y urgencia. La función-ministerio de ejemplaridad e intercesión-mediación ante Dios, que encarnan los santos, canonizados o por canonizar, no la ejercita un papa por papa y menos en casos, circunstancias, formas y modos de ser Iglesia la Iglesia como la que viviera Juan Pablo II.

Al concilio Vaticano II, y a las esperanzas legítimas y salvadoras de Iglesia que este supuso para el pueblo de Dios y para la convivencia en general del resto de la humanidad, acerca de la gestión del papa Juan Pablo II y la del inmediato sucesor y continuador de su obra, hay que aseverar que fue ciertamente mejorable. Se perdieron unos años, que los esfuerzos del papa Francisco, por denodados y decisivos que sean, con dificultad suprema podrán subsanar convenientemente.

Es justo reseñar que en su largo y viajero pontificado, Juan Pablo II legó a la Iglesia y a la humanidad en general, claros y evidentes signos de religiosidad y convivencia. Pero, con objetividad, historia, fe y Evangelio, es igualmente imprescindible reconocer que el ejercicio-ministerio como papa se prestó y presta a falaces interpretaciones de la sagrada condición –“papalatría”– de “Vice-Dios”, con la que devotos y devotas le obsequiaron y reverenciaron.

Especial mención, innoble e inimaginable, hay que reservarle para la Curia Romana que eligió, o mantuvo, y en cuyas manos y procedimientos canónicos dejó la administración y ejercicio de la Iglesia mientras él comandaba “por esos mundos de Dios” ejércitos de admiradores al grito victorioso de “¡Totus tuus!” y del “¡Bendito el que viene en el nombra del Señor¡”.

La canonización de Juan Pablo II fue precipitada. Muchas razones o sinrazones lo explican y seguirán explicándolo, a medida que pasen los años y a los archivos les fallen algunos de los siete sellos que guardan, protegen y acorazan sus secretos. “Descanonizar” es un barbarismo no aceptado aún por los diccionarios, aunque es posible que algún día la técnica –y los hombres y mujeres “impías y blasfemas” – faciliten su legitimidad e inserción también en el lenguaje y en los procedimientos canónicos.

¿Papas infalibles? Por fin su sucesor y colaborador de por vida, Benedicto XVI, se ha visto obligado a reconocer graves –gravísimos– fallos “pastorales”, relacionados con la pederastia, y en cuyo recuento y ponderación, por omisión, San Juan Pablo II jamás pudo ser y sentirse ajeno.

 

A PELLO ZABALA, COMPAÑERO DE VIAJE


col arregi

 

Mi buen amigo Pello: recibe este pequeño homenaje, humilde y convencido. En cierto modo es un vano intento, porque son muchos –¡enhorabuena a todos!– los que ya han elogiado tus dones y tus logros mejor de lo que yo soy capaz. Con gusto hago míos todos los elogios.

Así pues, en estas líneas no te honraré porque te revistieran tantas cualidades admirables; ni porque tuvieras la gracia de la palabra hablada y escrita; ni porque fueras capaz de registrar en tus oídos las melodías del viento, de la lluvia, de la piedra y del pueblo, y de trasladarlas del oído al pentagrama con tanta facilidad y elegancia; ni porque fueras un virtuoso organista, sin haberlo estudiado con nadie; ni tampoco porque en la radio y la televisión vascas te hubieras convertido en chispeante informador del tiempo o en experto presentador de música clásica e iniciador a su disfrute. Y bloguero y escritor y…

No es poco. Has dejado el listón muy alto, pero sin competir con nadie y alegrando a todos. ¡Enhorabuena, Pello! Sin embargo, no es por todo eso por lo que te honro ante todo. Es tu humanidad, tu talante vital, tu ser sencillo y pleno, tu natural caminante lo que quiero recordar y encomiar. Quiero expresar mi reconocimiento de los hermosos años, mis últimos como franciscano, en que compartimos comunidad en nuestra bendita Arantzazu (2003-2010), así como de los años, anteriores y posteriores, en los que, sin estar juntos, hemos estado unidos. Es un reconocimiento de gratitud. Hemos sido compañeros de viaje, yo para ti, tú para mí. Te debo mucho, Pello, y no tengo más que un pobre gracias. Y estos renglones que me brotan del corazón.

Celebro ante todo tu juguetona infancia, el niño inocente que has sido. Aquel niño despierto y vivo que salió de las faldas del Txindoki ha seguido siendo niño hasta el final, hasta convertir el final en un nuevo comienzo. Has sido el niño que te habitaba. Mejor, has llegado a ser niño. Más niño cuanto más crecido, cuanto más mayor, cuanto más dotado. ¿O cuanto más niño más dotado? “El reino es de un niño”, escribió el sabio Heráclito hace2.500 años. Algo sabía. Has sido un niño juguetón. Y creabas jugando como suelen los niños, como mamaste del pecho de tu gran madre, como hablabas y escribías y componías y tocabas el órgano, como amabas el País Vasco llano y como respirabas el euskera, todo con esa facilidad tan tuya, con solo dejar que fluyera lo que manaba de dentro. Así es como has producido tanto, pero nunca te vi agobiado y angustiado, si bien en tu ancho ser habrás conocido las angustias y las sombras que llevamos todos; tú, sin embargo, habías aprendido también por ti mismo a jugar con tus sombras, como en las primeras horas de las tardes soleadas de Arantzazu la luz de los vértices de las piedras punteadas de las torres juega –te lo escuché a ti– con la sombra de las hendiduras.

A menudo te observé jugar hablando a silbidos con los mirlos –tú al mirlo, el mirlo a ti–, interlocutor divertido de todo lo que es. Inclinado a la tierra, mirando al cielo, atento a la luna y al viento. Las témporas y cosas así, ya sabes, no te las creía mucho, pero también ellas formaban parte de tu ingenuidad infantil. Admiro tu admiración de la naturaleza –siendo tú mismo naturaleza, como lo somos nosotros y todo lo que es–, y reverencio la veneración que le profesabas. Sin eso –por fuertes que seamos– no nos podremos salvar. Este mediodía, en el tranquilo bosquecillo de Elkota, me ha parecido que es eso lo que estabas diciendo mientras te escuchaba en el sonoro fiii-fiuuu del canto de un tordo.

Es una alegría mencionar también y elogiar la apertura con la que vivías y pensabas la religión, una apertura que tanto nos importaba y unía a los dos. No era en ti moda, sino instinto. Y conocimiento, y opción. Diría en pocas palabras –¿seré exagerado?– que en los más de 500 años de historia de los franciscanos de Arantzazu tú has sido el primer icono de la espiritualidad laica, imagen de una espiritualidad que trasciende la religión, modelo de la espiritualidad del futuro, que –como es tu caso, y también el mío– no tiene por qué abandonar determinadas formas religiosas cristianas–, pero que pone el corazón más allá de la religión y de todas las religiones. ¡Enhorabuena, Pello! ¡Ojalá Arantzazu hubiera seguido tu camino durante los 60 años que has vivido en Arantzazu! Lo digo con pena.

Pero tú has cumplido con lo tuyo, ahí queda eso, ahí sigues plenamente vivo. El día de la Candelaria, a mitad de camino entre el invierno y la primavera –una confesión de la luz–, emprendiste tu último viaje,a los cuatro vientos –Udalaitz y Aizkorri, Aloña y Elgea –, hacia la luz plena, más allá de todo espacio y tiempo. Yendo más allá te has quedado más acá.

Me viene a la memoria aquello que, en la celebración de tu despedida, mientras la voz del barítono solista de conmovedora dulzura llenaba la basílica de Arantzazu hasta lo más profundo, en la cima de la belleza, cantamos con letra de Gandiaga y en tu propia melodía: “Encendamos la luz, camino de la vida”. Sé, pues, para nosotros compañero de camino, Pello, tú caminante llegado ya a la realización de la bondad en el reino de la infancia, nosotros buscando todavía realizar la bondad del niño que somos.

 

José Arregi

Aizarna, 11 de febrero de 2022

LA IGLESIA NO DEBE OCULTAR SU CONDUCTA


col castillo

 RELIGIÓN DIGITAL

Todos sabemos que las cosas de la Iglesia se han puesto tan feas, que abundan quienes piensan que lo mejor sería aparcar este asunto, de forma que quien se entere de escándalos y delitos de pederastia, que lo denuncie a la autoridad competente, pero no que lo divulgue por los cauces que van derechos a la opinión pública. Quizá esto es lo que explica el silencio de no pocos obispos en este asunto.

¿No sería esto lo mejor? Yo pienso que no. Lo mejor es la sinceridad y la transparencia. El Evangelio les dice a los cristianos: “Vosotros sois la luz del mundo… No se enciende una lámpara para meterla debajo de un candelero… Que todos vean vuestras buenas obras… (Mt 5, 14-16). Pero, ¿y qué hacemos cuando nuestras obras no son buenas? Pues eso también se dice. Y que se entere todo el mundo.

El Evangelio es también ejemplar en este penoso y escandaloso asunto. Efectivamente, con frecuencia, ni nos damos cuenta de la cantidad de comportamientos escandalosos, que cometieron los apóstoles de Jesús. Y los evangelios no se callaron estas conductas poco ejemplares. Jesús reprendió a Pedro llamándole “¡Satanás!” (Mt 16, 23). Y en la última cena, otro enfrentamiento, también con Pedro, cuando éste se negó a que Jesús le lavase los pies (Jn 13. 6-8).

Además, todos sabemos que el mismo Pedro negó tres veces su conocimiento y buena relación con Jesús, precisamente cuando habían llevado a Cristo ante el Sumo Sacerdote. Como también sabemos que, cuando llegó la hora de la verdad y apresaron a Jesús, para entregarlo al Procurador Romano, Poncio Pilato, los “Doce Apóstoles” huyeron despavoridos. Allí nadie se jugó la vida por salvar a Jesús de la muerte. Y nadie lo defendió, sabiendo los Apóstoles –como lo sabían– que Jesús era inocente.

"El escandaloso silencio del clero se debe, sobre todo, a la severa prohibición que, una y otra vez, el Vaticano imponía a quienes tuvieran alguna información de los escándalos de pederastia"

Por supuesto, los Evangelios no hablan de delitos de pederastia. Desde este punto de vista, la “vergonzosa” conducta de los discípulos de Jesús no tiene nada que ver con el “delictivo” comportamiento de clérigos pederastas y sus encubridores, entre los que hay curas, frailes, obispos y cardenales. Sobre todo, si tenemos en cuenta que el escandaloso silencio del clero se debe, sobre todo, a la severa prohibición que, una y otra vez, el Vaticano imponía a quienes tuvieran alguna información de los escándalos de pederastia. Estoy hablando de los tiempos transcurridos desde el pontificado de Pío XII hasta la elección del actual papa Francisco, que ha sido el que ha tirado de la manta y ha decidido que se pongan en claro las desvergüenzas que se han vivido en la Iglesia durante tanto tiempo.

"¿Y qué hacemos cuando nuestras obras no son buenas? Pues eso también se dice y que se entere todo el mundo.

POR EL AMOR DE DIOS

ECLESALIA

col rollan

Escribí por aquí hace más de diez años que "el problema de la institución es que reaccionó alejando la vista, sin mirar a los ojos dañados de la víctima, evitando la cuestión" ("El terror del silenciamiento"). Me refería a la Iglesia, a la Iglesia como institución, y a los casos de abusos a menores protagonizados "por personas que tienen a Dios por norte, se comprometen públicamente a renunciar a su genitalidad y dejan buena parte de su voluntad en manos superiores".

Por entonces, Benedicto XVI ejercía de papa y, en su ejercicio, parecía que algo comenzaba a removerse en la institución, algo que no estaba bien y que se ocultaba de forma intencionada. Hace unos días, a punto de cumplir 94 años, escribió una carta "acerca del informe sobre los abusos en la Arquidiócesis de Múnich y Freising". En la misiva afirma que "hoy nuevamente puedo sólo expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón. Ya que he tenido importantes responsabilidades en la Iglesia Católica, mayor es mi dolor por los abusos y errores que se han producido durante el tiempo de mi misión en los lugares. Cada caso de abuso sexual es terrible e irreparable. Me siento consternado por cada uno de ellos en particular, y a las víctimas de esos abusos quisiera hacerles llegar mi más profunda compasión".

Es muy católico esto de pedir perdón. Así se estipula al comienzo de la Eucaristía y todo un sacramento está dedicado a la gracia de la reconciliación. Benedicto lo entiende así precisamente ahora que "muy pronto -dice- me presentaré ante el juez definitivo de mi vida".

Sin entrar en los detalles de las circunstancias de Joseph Aloisius Ratzinger (en su carta habla de un "memorial de 82 páginas", la "lectura y el análisis de casi 8.000 páginas de documentos en formato digital", el estudio y análisis del "informe pericial de casi 2.000 páginas"), sus palabras me mueven a reflexionar, de nuevo, sobre esta realidad triste, amarga y descorazonadora.

¿No habrá llegado ya el momento de que aquellas personas que ocasionaron el daño, lo ocultaron o lo dejaron pasar, salgan a la luz, pidan perdón y resarzan a quienes violaron su intimidad infantil? Las comisiones, protocolos, investigaciones, informes... que atienden a las personas afectadas son imprescindibles, pero, dado que hablamos de una institución, la Iglesia, que, como tal, dice acompañar la fe, ofrecer esperanza y vivir en el amor, ¿no debería actuar movida por la defensa de las víctimas y no por las denuncias en medios de comunicación y en juzgados? ¿No deberían ya reconocer sus atrocidades quienes las cometieron, antes de esperar a que todas las pruebas de la investigación les señalen? ¡Por el amor de Dios!

EL PELIGRO DE LA INDIFERENCIA

FE ADULTA

col otalora

 

Decía Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz en 1986 y superviviente de los campos de concentración nazis, que lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia. Lo contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, también es la indiferencia ante la existencia.

Al fin y al cabo, quien odia a otra persona muestra un interés por ella… La razón de fondo sobre lo que alertaba Wiesel es sencilla de exponer: la persona que se comporta con indiferencia no ha desarrollado un sentimiento de empatía que le permita conectar con las necesidades de los demás. Es una respuesta –negativa– en toda regla a la necesidad de un semejante. A veces basta solo con mirar para otro lado y consentirlo. Esta peligrosa actitud de la sociedad actual, poco visualizada, no mide el destrozo que provoca tanto en el orden social como en lo individual, a gran y a pequeña escala.

Un ejemplo a gran escala es el desinterés que ejerce el primer mundo con los países pobres, aunque esto ocupe menos espacio en los medios de comunicación de lo que supone este problema. “Nuestra indiferencia los condena al olvido” es el lema adoptado por Manos Unidas para su campaña 2022, que pretende sacudir conciencias recordando la durísima realidad que viven cientos de millones de seres humanos, cada día invisibles y abandonados a su suerte mientras otros nadan en la abundancia y el despilfarro. Concretando, algo más de 800 millones de personas padecen hambre por culpa de la desigualdad que azota al planeta. Y no es una noticia relevante.

Wiesel, que vivió en un infierno donde los asesinos y víctimas convivían con los indiferentes, en su conferencia Los peligros de la indiferencia, afirma que la actitud de indiferencia es un estado innatural en el cual, las líneas entre la luz y la oscuridad, el anochecer y el amanecer, el crimen y el castigo, la crueldad y la compasión, el bien y el mal, se funden. Por supuesto, la indiferencia puede ser tentadora; más que eso, seductora. Es fácil alejarse de las víctimas.

En cierta forma, ser indiferente a ese sufrimiento es lo que hace al ser humano, inhumano. La indiferencia, después de todo, es más peligrosa que la ira o el odio. La ira puede ser a veces creativa e incluso el odio a veces puede obtener una respuesta. La indiferencia, no. Y por lo tanto, afirma Wiesel, la indiferencia es siempre amiga del enemigo.

Los ejecutores del exterminio nazi, y los indiferentes, también son individuos corrientes, que excepcionalmente son monstruos asesinos. Lo que ocurre es que la indiferencia cala de manera imperceptible hasta que se borra el reconocimiento del semejante y la responsabilidad ética que se tiene con él. Freud esbozó algo similar sobre la indiferencia y el amor cuando afirmó que, “tomados conjuntamente, se oponen a la indiferencia”.

Por otra parte, la indiferencia es otra forma de increencia en la que el sujeto no acepta ni rechaza a Dios, sino que prescinde de Él desde el desinterés y la desafección hacia lo trascendente. Indiferencia que se extiende hoy entre personas que se consideran creyentes, al ser incapaces para mostrar a los demás, a través de su vida y de manera convincente, la importancia de Dios para los seres humanos. Con frecuencia parecen vivir, ellos también, como si Dios no existiera, convirtiendo la fe en algo insignificante o inútil.

La dinámica de su dimensión religiosa está bloqueada, cegada. Viven en la despreocupación insensible ante ciertos valores y experiencias de sentido y de totalidad. Sin afirmarlo explícitamente, han sucumbido al deslumbrante presente de los objetivos profesionales, el poder, el éxito, el dinero.

El problema principal es que no nos tomamos en serio la auto-evangelización de la Iglesia, como ya advertía Pablo VI en su Evangelii nuntiandi; sobre todo en Occidente por haberse convertido en verdadera tierra de misión en la que urge rehacer el tejido cristiano de las  comunidades cristianas para hacer creíble la Buena Noticia, sobre todo ante el descrédito institucional eclesial y la indiferencia que esta concita. Y lo peor es que contagia su descrédito al Mensaje que dice servir.

El Papa Francisco lo sabe bien y está empeñado en implantar la sinodalidad a fondo para recuperar el rumbo del Evangelio.

 

LA PANDEMIA ECLESIAL

RELIGIÓN DIGITAL

col alej fer

Hace ya tiempo que la Pandemia llegó a las filas eclesiales y se quedó. Es una gripe que se propaga con el enfriamiento y no se cura fácilmente con analgésicos. Hablamos, una y otra vez, de los posibles remedios pero no lo conseguimos del todo. Sólo parches analgésicos que son pan para hoy y hambre para mañana.

Se han enfriado los adultos incapaces de ofrecer un testimonio vivo y comprometido de la fe. Parece que ya todo da igual. Aquella fe militante de otros tiempos ha terminado en una fe sociológica sin mayores consecuencias. Una iglesia de sacramentos sin Jesucristo.

Se han enfriado también los jóvenes. Algunos, cada día menos, se casan por la iglesia, pero con la firme decisión de no bautizar a sus hijos para que ellos decidan cuando sean mayores. Son síntomas de una gripe que ha llegado y nos ha robado el mordiente de la fe.

Se han enfriado también los niños porque no encuentran estímulos suficientes para mirarse en los mayores y acaban cogiendo la gripe. Después de la primera comunión hay Pandemia generalizada en todas las parroquias.

Y ahí estamos nosotros, los adultos, catequistas y pastores, ideando una estrategia para abordar esta gripe y no encontramos solución. Tal vez porque nosotros mismos estamos amenazados de gripe y enfriándonos poco a poco.

¿Seremos capaces de encontrar una vacuna para la mayoría de la población que nos preserve de las amenazas gripales?

El Evangelio, conocido y amado, ha sido siempre un antídoto muy eficaz contra todas las pandemias que amenazan al ser humano. Contra la pandemia del enfriamiento necesitamos una buena dosis de formación, de testimonio creyente y de solidaridad cristiana. Aquellas viejas recetas caseras de autoritarismo, de clericalismo rancio, de mirada congelada, de fastos y oropeles, de espiritualidad desencarnada, de pederastia escandalosa, de inmatriculaciones injustificadas, nos han traído esta crisis pandémica. Necesitamos una estrategia eficaz, sinodal y compartida para ser más humanos y más auténticos. Necesitamos la vacuna de la conversión a gran escala que nos consiga una inmunidad de rebaño.

Domingo 20 de Febrero 7o Ordinario Jacinta y Francisco (1919/1920)

 KOINONIA

En 1Sam 24 leemos que David perdona la vida de Saúl. Muy cerca, en 1Sam 26 nos encontramos una versión del mismo relato, que, aunque distinto en la forma, en el fondo sigue siendo el mismo. El texto pretende mostrar cómo en la vida de David la misericordia está unida a su valentía.   IR A LA PÁGINA

DOMINGO 7 Tiempo ordinario – C (Lucas 6,27-38) ¿QUÉ ES PERDONAR?

 


JOSÉ ANTONIO PAGOLA

El mensaje de Jesús es claro y rotundo: «Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian». ¿Es posible vivir en esta actitud? ¿Qué se nos está pidiendo? ¿Podemos amar al enemigo? Tal vez hemos de comenzar por conocer mejor lo que significa «perdonar».

Es importante, en primer lugar, entender y aceptar los sentimientos de ira, rebelión o agresividad que nacen en nosotros. Es normal. Estamos heridos. Para no hacernos todavía más daño necesitamos recuperar en lo posible la paz interior que nos ayude a reaccionar de manera sana.

La primera decisión del que perdona es no vengarse. No es fácil. La venganza es la respuesta casi instintiva que nos nace de dentro cuando nos han herido o humillado. Buscamos compensar nuestro sufrimiento haciendo sufrir al que nos ha hecho daño. Para perdonar es importante no gastar energías en imaginar nuestra revancha.

Es decisivo sobre todo no alimentar el resentimiento. No permitir que el odio se instale en nuestro corazón. Tenemos derecho a que se nos haga justicia; el que perdona no renuncia a sus derechos. Pero lo importante es irnos curando del daño que nos han hecho.

Perdonar puede exigir tiempo. El perdón no consiste en un acto de la voluntad, que lo arregla rápidamente todo. Por lo general, el perdón es el final de un proceso en el que intervienen también la sensibilidad, la comprensión, la lucidez y, en el caso del creyente, la fe en un Dios de cuyo perdón vivimos todos.

Para perdonar es necesario a veces compartir con alguien nuestros sentimientos. Perdonar no quiere decir olvidar el daño que nos han hecho, pero sí recordarlo de la manera menos dañosa para el ofensor y para uno mismo. El que llega a perdonar se vuelve a sentir mejor.

Quien va entendiendo así el perdón comprende que el mensaje de Jesús, lejos de ser algo imposible e irritante, es el camino acertado para ir curando las relaciones humanas, siempre amenazadas por nuestras injusticias y conflictos.

EL PLAN AL REVÉS (Lc 6, 27-38)

FE ADULTA

col santos com


Tienes un plan, una hoja de ruta que requiere, como punto básico, ponerse a la escucha. “A vosotros que me escucháis os digo…”.

Con tantas distracciones alrededor es posible que ni siquiera lleguemos al punto básico. Pero no nos pongamos negativos, vamos a pensar que sí, que llegamos a escuchar desde dentro: “Amad a vuestros enemigos”.

Suena contra natura. El individualismo reinante nos pone en guardia: cualquiera puede ser el enemigo. Bajar la guardia es complicado. ¿Qué significa este mensaje?... y hay más: “Haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian”. Algunos ya tuvieron bastante, se retiran.

“Haced el bien… sed misericordiosos… no juzguéis… perdonad… dad…”. “Amad a vuestros enemigos”, escuchan de nuevo quienes quedaron expectantes.

Es muy posible que interpretemos este evangelio mirando siempre hacia fuera, a los otros. Habría revisar, humildemente, lo que sucede dentro de cada uno.

Empecemos por un poderoso enemigo interno: el ego. Campa a sus anchas tomando decisiones sobre quien es amigo, quien enemigo. Sus prácticas son sibilinas, egoístas, discriminatorias, selectivas, abusivas… y va tejiendo una red que es la envidia de la araña más ingeniosa. El miedo es su principal arma, disimulada con síntomas de prepotencia, ambición y exigencia. Quien se sienta libre de esto “que tire la primera piedra” (Jn 8,7)

Ahora miremos hacia fuera, al complicado entramado mundial: guerras, abusos, leyes injustas, discriminación por color de piel, por ser pobre, por ser mujer; alambradas y muros que señalan a los que llegan como enemigos; usos y abusos financieros delictivos amparados en marcos legales envueltos en oscuridades difíciles de detectar; muertes y detenciones de personas activas en la denuncia y en la ayuda a los más desfavorecidos… y volvemos a escuchar: “Amad a vuestros enemigos”.

Existe otra posibilidad. Mirémonos a un espejo, compartamos una pregunta con nuestra imagen: ¿Alguien piensa en mí como un enemigo, alguien concreto con intención desea causarme algún mal? Es duro.

En este choque de trenes vive el homo sapiens (en sentido masculino y femenino) sin reconocer que la humanidad es una y que, aunque camine orgullosamente erguido, no llegará a ser quien está llamado a ser hasta que cambie las herramientas que empuña desde hace millones de años por otras que mucho más sutiles: la bondad, la misericordia, el perdón, la generosidad, el cuidado, la ayuda desinteresada, oración, la bendición…

Propones un plan al revés que nos deja confusos, aturdidos. Nos propones conversión. Nos empujas hacia el precipicio para ver si reaccionamos y aprendemos a vivir desde el Amor, con una única inscripción en la hoja de ruta que recibimos al llegar a este mundo: “Amaos unos a otros como yo os he amado” (Jn 13, 34-35). Así no habrá enemigos sino hermanos.

Demos gracias por tantos hombres y mujeres que hicieron y hacen de su vida una obra de arte de Amor.