FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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jueves, 2 de febrero de 2017

CON UN POCO DE SAL


col gerardo

Jesús se ve que conocía la costumbre riojana. Cuando se asan chuletas al fuego encima de la parrilla, se echa sal a las ascuas, para que tomen fomento y se enciendan más.
Es sorprendente cuando me encuentro con algún texto de personas, creyentes o no, que me impresionan y me hacen pensar. Una tarea a realizar como misión evangelizadora es dar a conocer lo bueno y lo positivo. Hay muchas películas y libros y videos... Qué labor más bonita y cómo animan. Después de ver Silencio, muchas personas nos interrogamos tanto, por lo menos, como si viéramos una película religiosa.
Los que estamos con problemas de tensión arterial, nos ponen poca sal en las comidas. Y da la impresión de que en nuestra iglesia andamos mal de tensión y enseguida se nos sube de tono, y rechazamos y no descubrimos a Jesús en lo no religioso.
Ayer me encontré con un señor a quien le falta una pierna y va sobre una bicicleta: “voy a la cárcel de jóvenes porque un joven quiere hablar conmigo” y allá se va y rocía de sabor la vida y abre horizontes.
Por las noches en el verano está el campo plagado de luciérnagas. Pequeñas lucecitas. Si damos a conocer menos discursos pero más hechos positivos, con un poco de sal, eso son lucecitas. Ahí creo que está mi misión como cristiano.
Ya lo decía Helder Camara: “La sal tiene que estar mezclada con las alubias” Si no, no da sabor. Nuestras experiencias no las podemos dejar guardadas en nuestro arcón, sino en la vida, saliendo al periódico, dialogando en las pequeñas terrazas de la vida, del trabajo, de la diversión.
Me sorprende. Soy aficionado a escribir cartas al director en el periódico y sé que hay muchas personas que lo leen y que llegan a pensar a favor o en contra, pero intento que transmitir el sabor de la vida.
La comida demasiado salada no hay quien la coma, con un poco de sal, da gusto.
No se trata de atiborrar de grandes enseñanzas. Con una pizca de sal, especialmente si tiene humor, cala y penetra más. Me va sucediendo que los últimos cuatro domingos, se me ha ocurrido un chiste en cada evangelio. Y eso cala. Somos sal y luz con la vida, la palabra, los hechos. Aunque a veces la sal escuece las conciencias.

¿SAL Y LUZ? ¿QUÉ SOMOS?


col marife

Mt 5, 13-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra”.
Difícilmente podremos entender la riqueza de esta imagen que propuso Jesús, si no recordamos la importancia que tenía la sal en la sociedad de su tiempo:
· Servía para frotar el cuerpo de los bebés nada más nacer, así se evitaban las infecciones propias de la falta de higiene o de las heridas causadas en el parto.
· La sal era salario; se consideraba una especie de “moneda”, muy valiosa para intercambiar con otros productos de primera necesidad, especialmente con los pueblos que no tenían acceso al mar.
· Se utilizaba como arma, al alcance de cualquiera. Si se esparcía sobre la huerta de un enemigo se le podía arruinar la cosecha y causarle un grave daño económico, sin dejar rastro.
· Se ponía en los hornos del pan para catalizar el calor, hasta que por el uso continuado acababa desvirtuada.
· Servía para convertir el pescado en salazón. De este modo era muy útil para conservarlo y alimentarse en los viajes.
· Condimentaba las comidas.
La sal, por tanto, era muy un elemento imprescindible y valioso en la sociedad. Cuando san Mateo escribió su evangelio, los cristianos eran grupos marginales y estaban siendo perseguidos. ¿Qué reconocimiento social podía tener un grupo de gente que seguía a un galileo crucificado? Los hombres y mujeres cristianos eran la imagen viva del fracaso, como lo fue su Maestro.
El evangelista acaba el texto de las bienaventuranzas con un grito lleno de júbilo y esperanza: “Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos”. Pero no hay que esperar a llegar al cielo (parece que dice Mateo), porque aquí y ahora ya sois sal y luz.
Pero si la sal se estropea no hay manera de devolverle su capacidad de salar. No valía como salario, ni para los hornos; solo servía para reforzar los caminos.
 Si los cristianos apostataban, por miedo a las persecuciones o a la muerte ¿cómo podrían recuperar el amor primero, la pasión del seguimiento? Si el Evangelio se desvirtuaba ¿quién le devolvería la garra con la que predicó Jesús la Buena Noticia?
Hoy, junto a la sal tenemos otros productos que potencian el sabor. Seguramente se podría prescindir de la sal en la alimentación y no notaríamos que había sido sustituida por otro producto.
Algo semejante ocurre con el evangelio. La fuerza de una Buena Noticia que ha revolucionado la historia se ha ido desvirtuando en los países ricos y se va sustituyendo por migajas que no sacian el hambre y por “tiritas” que no curan las heridas de la humanidad.
En la educación religiosa y la catequesis se suele poner más el acento en lo que no somos y en lo que hacemos mal que en recordarnos que somos tan imprescindibles y valiosos como la sal.
Si no somos conscientes de esto ¿cómo vamos a despertar esa conciencia en quienes nos rodean?
Vosotros sois la luz del mundo. Estos versículos se escribieron en una sociedad en la que la llegada de la noche sumía en la oscuridad total, abundaban los peligros y la gente intentaba guarecerse en alguna aldea, en lugar de seguir el camino.
¿Quién podía permitirse el lujo de iluminar por la noche el camino? ¿Quién era tan tonto que malgastaba el aceite de una lámpara, poniéndola debajo del cajón con el que se medía el trigo (celemín)?
Todavía ahora se cuelgan los candiles en lugares altos, en los que alumbren lo más posible, así se economiza aceite.
¡Qué lejanas nos resultan estas imágenes de la luz y la oscuridad si no hemos experimentado una oscuridad total!
Quienes sufrieron el apagón que se produjo en Nueva York, del 13 al 14 de julio de 1977, contaron que habían vivido situaciones de auténtico pánico;  por ejemplo, las personas que se quedaron atrapadas durante horas en el Metro, hasta que pudieron ser evacuadas; o encerradas en los ascensores de los rascacielos.
 A consecuencia de la caída de varios rayos, casi toda la ciudad quedó sin suministro eléctrico, en medio de una severa ola de calor. El pillaje se extendió, hasta el punto de que arrestaron a unas 4.500 personas que fueron sorprendidas saqueando viviendas y comercios. Y muchas personas temieron toparse con un hombre que había cometido varios asesinatos en esa ciudad y andaba suelto.
¿Cómo nos sentiríamos nosotros si nos perdemos en un monte, en una noche sin luna, y sin ningún medio para iluminarnos? ¿Qué sentimos si  descubrimos a lo lejos la luz de las linternas de quienes vienen a rescatarnos?
Muchas homilías son soporíferas y no tienen relación con lo que está viviendo la comunidad o la parroquia. ¿Dónde tomamos conciencia de que somos luz? ¿Dónde, cuándo y cómo nos recordamos que somos como una central eléctrica, por la corriente que nos une? ¿Cómo podemos recuperar el potencial “energético” que tenemos las comunidades cristianas? ¿Nos damos cuenta de los profundos cambios sociales que pueden operarse cuando este potencial se pone en marcha?
La luz que somos ¿no se ha ido diluyendo con las pequeñas luces de las pantallas, que nos absorben la energía, nos entretienen y nos anestesian?
Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»
Hay un tiempo para cada cosa. Hay un tiempo para pasar desapercibidos, como levadura en la masa, y hay un tiempo para dar testimonio y que se vea el dinamismo del talante cristiano.
Pero siempre hace falta un requisito imprescindible: que el ego se acalle para que se perciba al Abba como la Luz y la Sal, de donde proceden nuestra sal y nuestra luz.

LA SAL Y LA LUZ


col sicre

El evangelio de este domingo consta de dos breves parábolas muy fáciles de entender. Pero se puede profundizar en ellas situándolas en su contexto y utilizándolas para un examen de conciencia.
El contexto: las parábolas y las bienaventuranzas
El evangelio de Mateo sitúa estas dos parábolas inmediatamente después de las bienaventuranzas. Las bienaventuranzas hablan de las personas que pueden interesarse por el mensaje de Jesús y entenderlo; de las que pueden entrar a formar parte de la comunidad cristiana (el reinado inicial de Dios) por los motivos más diversos en su actitud ante Dios y el prójimo. Proclamando los valores más inauditos, son un canto de esperanza para todos los que se sienten marginados por la sociedad y el estamento religioso: Dios Rey los acoge como súbditos.
Pero Mateo, siempre tan realista, no quiere que los cristianos lancemos las campanas al vuelo, que nos sintamos maravillosos y al seguro. Por eso, antes de entrar en el cuerpo central del Sermón del Monte, nos da un doble toque de atención con estas dos parábolas.
Los dos peligros
El tono general del texto no es de amenaza, sino de ánimo. Pretende ilusionar a los oyentes recordándoles que Dios les ha concedido la capacidad de dar sabor y una energía para iluminar a todos los hombres, redundando en gloria de Dios.
Pero caben dos peligros: el prime­ro, perder la energía (parábola de la sal); el segundo, ocultarla (parábola de la luz del mundo).
¿Cómo se puede perder la energía? En la parábola del sembrador, Mateo ofrece unas pistas cuando habla de la semilla sembrada entre cardos: las preocupaciones mundanas y la seducción de la riqueza lo ahogan, y no da fruto (Mt 13,22).
¿Cómo conservar la energía? Si tomamos como modelo a Jesús, sus dos fuentes de energía fueron la oración (tema que subrayan los cuatro evangelios) y el contacto directo con el prójimo, especialmente con los más necesitados (enfermos, marginados).
¿Cómo ocultar la luz? Dejándonos arrastrar por lo cómodo y fácil. Jesús fue luz del mundo porque no se recluyó cómodamente en su mundo, prefirió el esfuerzo, el riesgo, el cansancio, la adversidad y la muerte.
¿Cómo hacer que brille nuestra luz?
La primera lectura, tomada del c.58 de Isaías, encaja perfectamente con la parábola de la luz. Está tomada de un texto capital sobre el culto y la justicia. Tras la destrucción de Jerusalén y la deportación a Babilonia (año 586 a.C.), la situación del pueblo judío fue trágica, incluso después de la vuelta del destierro (año 538 a.C.). La capital siguió prácticamente despoblada hasta mediados o finales del siglo V (época de Nehemías) y la situación económica era trágica.
En esas circunstancias de desánimo, se busca la solución en una serie de ceremonias religiosas, especialmente el ayuno (que implicaba no sólo abstenerse de alimentos sino también otros ritos, como cubrirse de saco y ceniza, etc.), para ganarse el favor de Dios. Pero Dios no hace nada. Y el pueblo se queja y protesta. «¿Para qué ayunar si no haces caso?» Dios responde por medio del profeta: si quieres que tu situación mejore, que brille tu luz en las tinieblas, que rompa tu luz como la aurora, comprométete con el que pasa hambre, tiene sed, está desnudo y sin techo (las famosas obras de misericordia, que se conocían ya en el antiguo Egipto); destierra la opresión y la maledicencia.
Hay una idea capital en esta lectura. Cuando habla de los necesitados termina diciendo: «y no te cierres a tu propia carne». El hambriento, desnudo o sin techo no es un ser extraño, ajeno a mí, al que hago un favor si me apetece. Es mi propia carne, que reclama cuidado y atención, como un miembro cualquiera de nuestro cuerpo.

Sanguijuelas espirituales

Rodolfo Cortés Calderón

El periodista Ronnie Huete Salgado, a quien no conocemos, pero tenemos el placer de leer en varias columnas de la web ha escrito un artículo muy interesante denominado “La Bendición de la Mentira”, donde señala los niveles de corrupción y maridaje de amplios sectores jerárquicos de las iglesias cristianas de Honduras con el presidente del bipartidismo cachureco-rojiazul JUAN ORLANDO HERNÁNDEZ, JOH. Además, en el brillante artículo hay opiniones muy serias y orientadoras de connotados políticos hondureños. Pero lo que más nos impresionó leer es que un pastor eclesiástico entrevistado llamara a sus afines de oficio: curas, pastores o guías de iglesias “Sanguijuelas Espirituales”. Nos referimos al pastor y doctor Rigoberto Ulloa de la Iglesia Cristiana Ágape. En otra parte señaló el pastor Ulloa: “Esas son unas sanguijuelas espirituales que utilizan sus liturgias para esclavizar al ser humano” y “JOH presume estar en comunión con Dios, sin embargo usa a Dios como máscara o escudo para proteger su maldad”. En esta categoría caen todas las iglesias y sectas “cristianas”, sean católicas, evangélicas, protestantes, testigos, adventistas , mormones, etc.

Antes de continuar con nuestro escrito queremos aclarar que en estas Iglesias hay personas, nos referimos a líderes (curas, pastores u obispos), que digna y proféticamente predican en teoría y ejemplo el evangelio y hay además verdaderas masas cristianas muy comprometidas, pero la mayoría son víctimas de estas mafias religiosas. Me gozo de tener entre mis mejores amigos y amigas a sacerdotes, pastores y religiosas de diversas iglesias cristianas. Y aclaramos que nosotros somos estudiosos y practicantes de la fe cristiano-católica y que conocemos y damos fe de la conducta ejemplar y solidaria de algunos líderes de las diferentes iglesias, pero la gran mayoría son verdaderos truhanes, vividores, manipuladores, saqueadores (Saqueo, el bíblico, se queda pequeño) y asaltantes sin pistola de los mismos feligreses o discípulos que dicen servir.
Señala Huete en su contundente artículo: En Honduras, la palabra de un líder religioso, bendice las malas acciones de los altos funcionarios del ejecutivo, al estilo de la Europa medieval del siglo XVI. Ante estas acciones retrógradas, el médico y pastor Rigoberto Ulloa, es también defensor de derechos humanos y señala como brujos de la fe a estos religiosos. El pastor cuestiona las declaraciones hechas por la confraternidad cristiana evangélica de Honduras en diciembre de 2016, cuyos líderes religiosos aparentemente fueron objeto de amenazas a muerte.

Ulloa es de la opinión que la estructura del régimen de JOH, es la elaboración de un “show” mediático, para hilvanar especulaciones en la información, creando falsos positivos, ante la opinión pública nacional e internacional.
Esta distorsión de la información que describe el Pastor Ulloa, se trabaja en complicidad con el monopolio mediático financiero que rigen los medios de comunicación tradicionales en Honduras.
Frente a ello, el lingüista estadounidense Noam Chomsky menciona; “El papel de los medios de comunicación en la política contemporánea nos obliga a preguntar por el tipo de mundo y de sociedad en la que queremos vivir, y qué modelo de democracia queremos para esta sociedad”.


El intelectual internacional de origen estadounidense, también menciona que el papel de los medios de comunicación en el mundo, es el de informar, sin embargo, el que mantiene el control de esa información la utiliza a su favor.
Honduras, es un país latinoamericano, cuya cosmovisión política ha sido trastocada a la politiquería, y muy ligada al tradicionalismo y la idiosincrasia de sus pobladores, a tal punto, que la influencia de los líderes religiosos y políticos, es casi una verdad absoluta.
Si el presidente del régimen de Honduras, conocido como JOH, convierte una mentira en verdad, es hasta bendecida por el clérigo ultra conservador de esta nación. Esta mentira bendecida, luego es difundida en el minúsculo, pero poderoso grupo mediático en Honduras, quienes son cómplices en bendecir las mentiras de un gobernador, sospechoso de tener fuertes nexos con el crimen organizado.


Pero estos planteamientos contra estos mercaderes eclesiásticos no son de ahora, sino remontémonos al 28 de junio 2009, efemérides negra para la historia de Honduras cuando se dio el zarpazo a la endeble democracia hondureña de parte de sectores retardatarios de la política, militares, financistas, eclesiásticos y mediáticos.
No podemos obviar de esta lectura la actitud sumisa y servil del cardenal católico ÓSCAR ANDRÉS RODRÍGUEZ MARADIAGA que el 03 de julio 2009 a nombre de la Conferencia Episcopal de Honduras, CEH, hizo una formal y justificada conducta de los actores principales de esta acción antidemocrática que fue difundida y repetida en cadena nacional de radio y televisión. Desde entonces su conducta no ha variado un ápice, aun cuando parece que Francisco lo ha puesto en jaque. Muchas de las desgracias y muertes del pueblo hondureño son resultado de aquél oprobioso mensaje.

A esto hay que sumar la conducta de muchas iglesias “cristianas” cuyos “lideres” se han unido a participar y defender al gobierno de la dictadura de JOH como si ésta fuera su principal misión. Conducta que reprochamos también y principalmente de los “pastores” JORGE MACHADO, EVELIO REYES, ALBERTO SOLORZANO, MISAEL ARGEÑAL y otros de la Confraternidad Evangélica.
Cuando leamos o meditemos el Padre Nuestro sería oportuno pedir a Dios, nuestro Creador, que nos libere de estas dañinas SANGUIJUELAS ESPIRITUALES.

30 de enero 2017

Desconectar, más que un derecho

Carlos Miguélez Monroy, Periodista


La irrupción de mensajes relacionados con el trabajo impide vivir con plenitud en espacios vitales que son tan fundamentales para la vida.
Francia estrenó 2017 con la aplicación del “derecho a desconectar” para limitar la conexión a Internet por parte de los trabajadores tras varios años de negociación entre la patronal de empresarios y los sindicatos.
Se ha convertido en práctica habitual recibir llamadas, correos electrónicos y mensajes de Whatsapp de jefes y compañeros de trabajo a cualquier hora. Las nuevas tecnologías contribuyen a la eficacia y a la rapidez en la respuesta a cuestiones que antes llevaban horas y días. Pero este aumento en eficacia ha ido acompañado de un incremento en el número de tareas que se pueden resolver y, por tanto, en la carga de trabajo.



La acumulación de minutos dedicados a responder fuera de horas de trabajo no suele ir acompañada de una flexibilidad en los horarios presenciales en la oficina. Esto, junto con secuelas en la salud, llevó a los trabajadores en Francia a negociar con los empresarios para que, cada día, tuvieran derecho a 11 horas de desconexión cada día laborable y a no recibir correos, llamadas o mensajes los fines de semana. Pudo jugar un papel importante el caso del expresidente de France Télécom, Didier Lombard, procesado por acoso tras el suicidio de unos treinta empleados hace unos años.
Una persona que tenga una jornada laboral de diez horas vuelve a su casa a las cinco de la tarde. Como mínimo. Eso deja unas cuatro horas de calidad para pasar con la familia, para hacer la compra, para el deporte, para clases de idiomas o de lo que sea y a otras actividades.

La irrupción de mensajes impide vivir con plenitud en espacios vitales que son tan fundamentales como el trabajo, aunque éste nos dé el dinero para subsistir y llevar una vida digna. Muchos jefes animan a sus empleados a tener habilitadas sus cuentas de correo en su en su Smartphone “por si entra algún mensaje importante”. Lo que tiene mucha importancia a veces no suele resolverse con una llamada o con una gestión, lo que implica a conectarse a la computadora de casa o a hacer malabares con el teléfono celular. Todo esto quita tiempo y atención a la familia. O refuerza el phubbing, como se denomina a ignorar a una persona por atender un dispositivo móvil. Se repiten cada vez más las escenas de niños que demandan atención de unos padres poseídos por la pantalla de su teléfono. Estos mismos padres no podrán rasgarse las vestiduras cuando esos niños, dentro de unos años, deambulen como zombies por sus casas con los audífonos puestos y sin comunicarse con nadie.
La tecnología puede convertirse en un obstáculo más a la conciliación familiar a la que algunas patronales de empresarios parecen oponerse aunque, por otro lado, muchos se lleven las manos a la cabeza por las bajas tasas de natalidad de algunos países. Muchas parejas pierden la comunicación, se multiplica el estrés por la sensación de “no llegar nunca” y el agotamiento impide entregarse más a los hijos, lo que desemboca en sentimientos de culpa más adelante.Llevar el abuso de las tecnologías del ámbito laboral al personal no sólo perjudica la vida familiar y los tiempos para la expansión de las personas, sino también con la propia salud. Se ha comprobado que la utilización de aplicaciones en los minutos previos a dormir altera el sueño e incluso produce insomnio. Mucha gente reconoce despertarse varias veces a la mitad de la noche para ver si alguien les ha escrito algún mensaje. Incluso “aprovechan” sus visitas al baño.

La creencia extendida de que hay que estar disponible para los demás las 24 horas ha desembocado en la creación de herramientas como los “manos libres”. Sin embargo, el repunte de accidentes automovilísticos en Estados Unidos ha llevado a un cuestionamiento de su uso porque se demuestra que son un elemento de distracción para llevar un vehículo que puede acabar con la vida propia o la de los demás.
En años recientes han proliferado las clínicas de desintoxicación para personas que han desarrollado una adicción a las tecnologías. No se puede culpar al trabajo, pero el derecho a la desconexión contribuye a la erradicación de un problema que nos aísla de los demás y pone en peligro nuestra salud.

Indignación en la Iglesia de Cádiz por la muerte del pequeño Samuel



Niño hallado muerto en una playa de Barbate
“Es nuestro deber rezar por los que se dejan la vida en el Estrecho”
Redacción, 31 de enero de 2017 a las 16:32
La tragedia “ha vuelto a poner de manifiesto la dura realidad de miles de personas que pierden la vida intentando llegar a las costas europeas”
El Obispado de Cádiz y Ceuta, mediante sus parroquias en el litoral entre Tarifa y Vejer, ha instado a los cristianos a movilizarse para condenar la muerte de un niño hallado el pasado viernes en una playa de Barbate tras el naufragio de una patera. ··· Ver noticia ·