jueves, 25 de abril de 2019
TIEMPO DE PALABRAS HUECAS
Fe Adulta
“La palabra no es nada más que la resonancia del silencio”, decía Max Picard (1888-1965, escritor y filósofo suizo). Cuando leí este pensamiento en la mañana desemboqué en el periodo electoral que vivimos, o padecemos.
Corren tiempos de palabras huecas. Más que hablar se vocifera. Escuchar perdió el sentido entre tanto ruido. Agredir verbalmente es una moda. La mentira corre de un lado para otro con libertad absoluta amparada en las redes y demás medios de comunicación al alcance de propagandistas y manipuladores sibilinos que lanzan la piedra y esconden la mano.
No necesitan saber escribir, no dan la cara; ni hablar, total lo que “vende” es el despropósito y la manipulación; hasta la calumnia que, aunque creo que es delito, resulta ser una herramienta de uso frecuente.
La palabra necesita alimentarse de silencio previo, para ser transmitida con el contenido esencial que pueda llegar con cordura al oído, al cerebro y al corazón humanos… creo que estamos en peligro.
Con tanto consumo de palabras vacías, aliñadas con ruido y agresividad en mítines, mesas redondas, espacios televisivos de debates impresentables, etc. Las conocidas fake-news, sinónimo de un montón de nuestro abundante idioma: noticias falsas, mentiras, bulos, embuste, bolas… alguno se me olvida, seguro.
En las campañas electorales no hay contrincantes sino contrarios. No olvidemos que estas dos palabras no son sinónimos. Según la Real Academia de la Lengua ‘contrincante’ es “persona o grupo con los que se compite en un enfrentamiento deportivo, juego o concurso, para acceder a un puesto, etc.”. Y ‘contrario’: es el opuesto, el completamente diferente, en desacuerdo total, etc.
La vida de nuestros representantes políticos está tan ácida que incluso se extrapola a todos los ambientes, a través de los mass media. Para entendernos: medios de comunicación que hacen el juego a la acidez, la violencia verbal, el postureo mediático de confrontación, etc. provocando un contagio colectivo que se difunde socialmente. Desaparece el ‘contrincante’ y aparece el ‘contrario’ por cada esquina.
La tensión se expande y al pueblo llano (hombres, mujeres, jóvenes, niños, ancianos, consumidores, ciudadanos, usuarios, contribuyentes, hipotecados, parados, desahuciados, profesionales, obreros, empleados, universitarios, pensionistas, sanitarios, inmigrantes con y sin papeles, etc. etc. etc. etc. etc… etc.) y se nos alimenta, informativamente hablando, como a los patos en la Dordogne francesa: les abren la boca, les meten con un embudo comida de gran contenido en grasa, hasta que enferma el hígado; esa víscera será luego convertida en un paté delicatessen.
¡Cuidado!... con los patos no hay peligro, ellos no votan, pero nosotros sí.
Antes de que llegue la fecha de las elecciones generales, locales, autonómicas y europeas, convendría hacer silencio interior y de tecnología punta. Desintoxicarnos de palabrería chabacana.
Permanecer atentos a la palabra serena y plena de sentido común a la hora de comunicar, identificar lo que huela a mentira electoralista, y memorizar lo que en otros momentos electorales fue “palabra mojada” nada más recoger las urnas.
Y cuando llegue la fecha de ir a votar, vayamos… ¡claro que sí!, a ejercer ese derecho, tan deseado en otros momentos de la historia que estuvo prohibido, e introducir la papeleta llena de nombres y siglas… palabras fin y al cabo.
Toda mi reflexión empezó con Max Picard, su sabio pensamiento y la papeleta electoral informativa para ir a votar, que recogí ayer del buzón y tengo al lado del ordenador.
CONSCIENCIA DESPUÉS DE LA MUERTE
Boletín Semanal de Enrique Martinez Lozano
Entrevista de Lluís Amiguet a Pim van LOMMEL
La Contra de La Vanguardia
Pim Van Lommel, cardiólogo: investiga regresos de la muerte.
Tengo 58 años. Soy cardiólogo desde hace 31 y profesor de Cardiología del hospital Rijnstate de Arnhem (Holanda). He visto morir a cientos de pacientes y resucitar a algunos: mi vida cambió cuando empecé a averiguar qué había al otro lado. Mi estudio en ‘The Lancet’ desafía el concepto de conciencia de la medicina oficial.
Más allá
“Si estoy yo, no está la muerte; si está la muerte, no estoy yo. ¿Por qué, pues, preocuparnos de ella?”. Lo decía Epicuro y para mí era suficiente hasta ahora, pero el doctor Van Lommel me lo deja inservible: si está la muerte, seguimos estando nosotros. La pregunta es: ¿seguimos siendo nosotros? Y si no somos nosotros ya, ¿quiénes somos? Como todos los grandes avances, el de Van Lommel, avalado por The Lancet (“Near death experience in survivors of cardiac arrest: a prospective study in the Netherlands”, diciembre del 2001), más que responder, plantea un montón de preguntas. Al contestar a las mías, Van Lommel me ha transmitido la tranquilidad de un hombre feliz, porque se ha asomado al más allá como científico y le ha gustado.
Tenía 42 años y sufrió un infarto en el autobús. Llegó a mi hospital en coma, ya azul, sin pulso ni respiración. Lo intubamos. La enfermera le quitó la prótesis dental para conectarle el tubo…
¿Y murió?
Clínicamente estaba muerto. Pero al cabo de hora y media su corazón volvió a latir débilmente. Tras una semana abrió los ojos y la primera persona que vio fue aquella enfermera que le había intubado cuando estaba en coma.
¿Y…?
Fue la enfermera la que casi sufre un ataque entonces, porque el paciente que ella había visto muerto la saludó y le dio las gracias por haberle intubado con mimo. Y le preguntó dónde había puesto su prótesis dental…
No es la primera vez que se explican estas experiencias: túneles, luces blancas…
Pero es la primera vez que la prestigiosa The Lancet publica un estudio como el mío, que desafía nuestro concepto de conciencia.
Cuénteme.
Es el primer estudio científico prospectivo, no retrospectivo; es decir, no explicamos experiencias después de la muerte (EDM), porque ya han sido suficientemente documentadas, sino que apuntamos las causas que las producen.
Pues explique.
Estudiamos 344 casos de pacientes que habían sufrido un ataque cardiaco y estaban clínicamente muertos. Solo 62 de ellos (el 18 por ciento) había experimentado una EDM.
No son muchos.
Precisamente por eso, no aceptamos la explicación meramente fisiológica de esas EDM. Como sabe, hay tres explicaciones médicas hoy aceptadas para justificar las EDM.
No lo sabía, pero me estoy enterando.
La primera es fisiológica: la anoxia (falta de oxígeno) en el cerebro daría lugar a alucinaciones, luces blancas y demás.
Resplandor blanco al final del túnel.
Luego hay otra teoría, la psicológica, que sostiene que esas EDM son fruto del miedo a la muerte. Y luego una tercera teoría afirma que las EDM son consecuencia de la mezcla de anoxia y el miedo a la muerte.
¿Y usted qué cree?
Yo he demostrado que no puede ser la anoxia, pues todos los pacientes la padecen y, por tanto, todos tendrían también que experimentar una EDM. En cambio, solo el 18 por ciento de quienes la experimentan tiene una EDM. Tampoco acepto la teoría psicológica, porque los 344 pacientes que entrevisté no tienen conciencia de haber sufrido ese miedo a la muerte.
¿Y son sinceros siempre?
Sus recuerdos son precisos, claros y muchas veces comprobables, como el de la prótesis que le explicaba. Pero no cuestione mi estudio. ¿Por qué no cuestiona nuestra idea de conciencia?
Estoy dispuesto.
Muchos médicos, cuando oyen estas historias de pacientes, prefieren atribuirlas a alucinaciones, al trauma, a lo que sea, porque cuestionan su concepto de conciencia y de muerte.
¿Y usted?
Yo ya no puedo aceptarlo tras mis 31 años de cardiólogo y de haber visto morir a cientos de pacientes y resucitar a decenas de ellos. La medicina oficial considera que la conciencia es un producto del cerebro y por lo tanto desaparece cuando desaparecen las funciones cerebrales.
Eso tiene su lógica…
¡Pero la realidad y mi experiencia lo desmienten! Estos enfermos con sus EDM demuestran que hay conciencia después de la muerte y la tenían cuando ya estaban clínicamente muertos y sin funciones cerebrales. Su percepción estaba encima de su cuerpo y fuera de él. ¡Y tuvieron experiencias ultrasensoriales comprobadas!
¿Y usted qué piensa?
Me interesa el concepto de conciencia como retransmisor de ondas, una especie de televisión que repite ondas que llegan de otro sitio. Así que, aunque el cerebro deje de funcionar, la conciencia sigue retransmitiendo.
Interesante.
Y me intriga ver cómo las experiencias después de la muerte cambian la vida de mis pacientes. ¿Sabe que el 70 por ciento de los regresados se divorciaron poco después?
¿Por qué?
Porque ya eran otras personas y su nueva personalidad no casaba con su antigua pareja. Cuando regresan de la muerte, los pacientes con una EDM ya son otras personas.
¿Por qué?
Han perdido el miedo a la muerte, pues han estado allí y saben que no pasa nada, que de algún modo siguen estando en alguna parte. Y eso les cambia su manera de vivir.
Pero no son ellos ya…
¡Por ahí va usted bien! Ahora siga pensando conmigo…
Lo intentaré.
¿Cómo es posible que cambiemos nuestro cuerpo hasta la última célula unas 50 veces en 80 años –si es que llegamos a vivirlos– y sigamos siendo nosotros?
¿Aún somos nosotros?
Siga haciéndose preguntas. ¿Está la conciencia ligada a nuestro yo o puede ir más allá? Está claro que puede ir más allá de la muerte. Lo hemos demostrado.
Doctor, no sé si yo quiero ir más allá.
Ese es el problema de muchos humanos y, no crea, también de muchos médicos.
¿Y usted?
A mí, este estudio me ha cambiado la vida porque, si no temes la muerte, cambias tu vida.
PASCUA, RESURRECCIÓN, TIEMPO DE NUEVOS CAMINOS DE VIDA
Religión Digital
Creer en la vida es elemento fundamental para continuar apostando por ella, para no quedarse anclado en la muerte, en la desesperanza que nos paraliza y no nos permite ir abriendo nuevos caminos que nos lleven a avanzar. Las amenazas de muerte, y la propia muerte, es una realidad cada día más presente en la Amazonía, que se manifiesta en la persecución y asesinato de sus pueblos y del medio ambiente.
Ante esta realidad, la Pascua nos trae la posibilidad de regenerar nuestra esperanza, de aumentar nuestra fe, de entender que también depende de nosotros el echar una mano para hacer realidad ese mundo mejor para todos que Jesús anunció con su Resurrección. Ser testigo de la Pascua, de la vida, de la Resurrección es un desafío para todo bautizado, que debe llevar a cabo en medio de aquellos con quienes divide la vida del día a día.
La misión nos lleva a eso, y en este momento, la misión que el Papa Francisco ha encomendado a la Iglesia que peregrina en la Pan-Amazonía es la de abrir nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral. Esa es una tarea que dará mejores frutos en la medida en que todos los bautizados, y la propia Iglesia como un todo, lleve a cabo un ejercicio de escucha, de contemplación, que ayudará a descubrir las señales de vida, de Resurrección, presentes en medio de aquellos que nunca escucharon, o lo hicieron vagamente, hablar sobre el mensaje cristiano, pero que encierran muchos signos que nos pueden ayudar a entender que Dios siempre tiene sus canales de comunicación.
En la Amazonía la vida se regenera con una velocidad extraordinaria, siempre y cuando esa vida no es decepada por la acción maligna de agentes externos, principalmente el ser humano, que al servicio de un sistema que mata en busca de lucro y aparente bienestar, va destruyendo esa vida para siempre. Decir que creemos en la Resurrección y la Vida reclama de quien pronuncia esas palabras un compromiso cada día más firme y auténtico, que nos lleve a anunciar que Él está vivo y que debemos hacer todo lo que está en nuestras manos para que aquello que es de Dios pueda vivir para siempre.
Podemos decir, como recoge el Documento Preparatorio del Sínodo para la Amazonía, que “con la muerte y resurrección de Jesús se ilumina el destino de la creación entera, impregnado de la potencia del Espíritu Santo, ya evocada en la tradición sapiencial (cf. Sab 1,7). La Pascua lleva a cumplimiento el proyecto de una “creación nueva” (cf. Ef 2,15; 4,24), revelando que Cristo es la Palabra creadora de Dios (cf. Jn 1,1-18) y que «todas las cosas han sido creadas por medio de él y para él» (Co 1,16)”.
Es un tiempo nuevo, una nueva oportunidad de apostar por la Vida, de sembrar esperanza, de abrir nuevos caminos. No dejemos pasar una nueva oportunidad que Dios nos da, que en cada momento histórico nos habla a través de sus enviados, de aquellos en quienes podemos descubrir una voz que nos remueve, que nos regenera, que nos hace mujeres y hombres nuevos, a imagen de Aquel que se entregó a la muerte porque confiaba en la presencia de un Dios que nunca nos abandona en nuestras luchas, en nuestro empeño de hacer realidad el Reino en medio de los que nunca abandonaron el proyecto de Dios. Es Pascua, Resurrección, tiempo de nuevos caminos.
DICHOSOS LOS QUE CREEN A PESAR DE LO QUE VEN
Fe Adulta
Domingo 2º de Pascua. Ciclo C.
Todas las apariciones de Jesús resucitado son peculiares. Incluso cuando se cuenta la misma, los evangelistas difieren: mientras en Marcos son tres las mujeres que van al sepulcro (María Magdalena, María la de Cleofás y Salomé) y también tres en Lucas, pero distintas (María Magdalena, Juana y María la de Santiago), en Mateo son dos (las dos Marías) y en Juan una (María Magdalena, aunque luego habla en plural: «no sabemos dónde lo han puesto»). En Mc ven a un muchacho vestido de blanco sentado dentro del sepulcro; en Mt, a un ángel de aspecto deslumbrante junto a la tumba; en Lc, al cabo de un rato, se les aparecen dos hombres con vestidos refulgentes. En Mt, a diferencia de Mc y Lc, se les aparece también Jesús. Podríamos indicar otras muchas diferencias en los demás relatos. Como si los evangelistas quisieran acentuarlas para que no nos quedemos en lo externo, lo anecdótico. Uno de los relatos más interesantes y diverso de los otros es el del próximo domingo (Juan 20,19-31).
Las peculiaridades de este relato de Juan
- El miedo de los discípulos. Es el único caso en el que se destaca algo tan lógico, y se ofrece el detalle tan visivo de la puerta cerrada. Acaban de matar a Jesús, lo han condenado por blasfemo y por rebelde contra Roma. Sus partidarios corren el peligro de terminar igual. Además, casi todos son galileos, mal vistos en Jerusalén. No será fácil encontrar alguien que los defienda si salen a la calle.
- El saludo de Jesús: «paz a vosotros». Tras la referencia inicial al miedo a los judíos, el saludo más lógico, con honda raigambre bíblica, sería: «no temáis». Sin embargo, tres veces repite Jesús «paz a vosotros». Algún listillo podría presumir: «Normal; los judíos saludan shalom alekem, igual que los árabes saludan salam aleikun». Pero no es tan fácil como piensa. Este saludo, «paz a vosotros» sólo se encuentra también en la aparición a los discípulos en Lucas (24,36). Lo más frecuente es que Jesús no salude: ni a los once cuando se les aparece en Galilea (Mc y Mt), ni a los dos que marchan a Emaús (Lc 24), ni a los siete a los que se aparece en el lago (Jn 21). Y a las mujeres las saluda en Mt con una fórmula distinta: «alegraos». ¿Por qué repite tres veces «paz a vosotros» en este pasaje? Vienen a la mente las palabras pronunciadas por Jesús en la última cena: «La paz os dejo, os doy mi paz, y no como la da el mundo. No os turbéis ni os acobardéis» (Jn 14,27). En estos momentos tan duros para los discípulos, el saludo de Jesús les desea y comunica esa paz que él mantuvo durante toda su vida y especialmente durante su pasión.
- Las manos, el costado, las pruebas y la fe. Los relatos de apariciones pretenden demostrar la realidad física de Jesús resucitado, y para ello usan recursos muy distintos. Las mujeres le abrazan los pies (Mt), María Magdalena intenta abrazarlo (Jn); los de Emaús caminan, charlan con él y lo ven partir el pan; según Lucas, cuando se aparece a los discípulos les muestra las manos y los pies, les ofrece la posibilidad de palparlo para dejar claro que no es un fantasma, y come delante de ellos un trozo de pescado. En la misma línea, aquí muestra las manos y el costado, y a Tomás le dice que meta en ellos el dedo y la mano. Es el argumento supremo para demostrar la realidad física de la resurrección. Curiosamente se encuentra en el evangelio de Jn, que es el mayor enemigo de las pruebas física y de los milagros para fundamentar la fe. Como si Juan se hubiera puesto al nivel de los evangelios sinópticos para terminar diciendo: «Dichosos los que crean sin haber visto».
- La alegría de los discípulos. Es interesante el contraste con lo que cuenta Lucas: en este evangelio, cuando Jesús se aparece, los discípulos «se asustaron y, despavoridos, pensaban que era un fantasma»; más tarde, la alegría va acompañada de asombro. Son reacciones muy lógicas. En cambio, Juan sólo habla de alegría. Así se cumple la promesa de Jesús durante la última cena: «Vosotros ahora estáis tristes; pero os volveré a visitar y os llenaréis de alegría, y nadie os la quitará» (Jn 16,22). Todos los otros sentimientos no cuentan.
- La misión. Con diferentes fórmulas, todos los evangelios hablan de la misión que Jesús resucitado encomienda a los discípulos. En este caso tiene una connotación especial: «Como el Padre me ha enviado, así os envío yo». No se trata simplemente de continuar la tarea. Lo que continúa es una cadena que se remonta hasta el Padre.
- El don de Espíritu Santo y el perdón. Mc y Mt no dicen nada de este don y Lucas lo reserva para el día de Pentecostés. El cuarto evangelio lo sitúa en este momento, vinculándolo con el poder de perdonar o retener los pecados. ¿Cómo debemos interpretar este poder? No parece que se refiera a la confesión sacramental, que es una práctica posterior. En todos los otros evangelios, la misión de los discípulos está estrechamente relacionada con el bautismo. Parece que en Juan el perdonar o retener los pecados tiene el sentido de admitir o no admitir al bautismo, dependiendo de la preparación y disposición del que lo solicita.
“Dichosos los que crean a pesar de lo que ven”
En este pasaje del evangelio se da un importante cambio con respecto a los destinatarios. En la primera parte, Jesús se dirige a los once: a ellos les saluda con la paz, a ellos los envía en misión. En la segunda se dirige a Tomás, invitándolo a no ser incrédulo. En la tercera se dirige a todos nosotros: “Dichosos los que crean sin haber visto”.
Podríamos añadir: “Dichosos los que crean a pesar de lo que ven”. Basta pensar en las desgracias que ocurren a menudo en nuestro mundo, en los grandes fallos de la Iglesia, en las luchas más o menos ocultas por el poder dentro de ella, en otros detalles contrarios al evangelio. Para muchos, estos motivos son suficientes para abandonar la Iglesia o incluso la fe. Conviene escuchar a Jesús, que nos dice: “Bienaventurados los que creen a pesar de lo que ven”.
Una primera lectura que hay que leer con atención (Hechos 5,12-16)
El evangelio ha proclamado dichosos a quienes creen sin ver. La primera lectura habla de la dicha de ver milagros y beneficiarse de ellos. Comienza diciendo que “los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo”. Y termina subrayando el papel principal de Pedro; en opinión de la gente, incluso su sombra basta para curar a alguno. Por eso le traen enfermos hasta de los alrededores de Jerusalén.
En una lectura rápida, parece que son estos milagros los que favorecen la expansión de la comunidad cristiana (“crecía el número de los que se adherían al Señor”). Sin embargo, lo que cuenta Lucas es más sutil.
Además de los apóstoles, juega un papel capital la comunidad (“los fieles se reunían en común en el pórtico de Salomón”). Y es a ella a la que se adhieren los nuevos creyentes.
Los milagros de los apóstoles y de Pedro continúan la labor de Jesús, que “pasó haciendo el bien”. Esos enfermos se benefician pero no entran en la comunidad cristiana. Los que pasan a formar parte de ella son los que ven la forma de vida de la comunidad.
LA MISA DEL DOMINGO SEGUNDO DE PASCUA 28 DE ABRIL
JOSÉ LUIS GUZÖN SDB
La resurrección de Jesús, como casi todos los grandes acontecimientos de su vida, se sitúan en la noche, suceden de noche. Es grande el simbolismo de la noche. Pero, además, sus apariciones después de su resurrección... ¡muchas de ellas serán también de noche o casi a escondidas, con la presencia de unos cuantos, sus amigos predilectos! También aquí nos vuelve a sorprender el Señor: "Al anochecer de aquel día, el primero de la semana... entró Jesús y se puso en medio de ellos" -nos dice el Evangelio de hoy. IR A LA PÁGINA
La resurrección de Jesús, como casi todos los grandes acontecimientos de su vida, se sitúan en la noche, suceden de noche. Es grande el simbolismo de la noche. Pero, además, sus apariciones después de su resurrección... ¡muchas de ellas serán también de noche o casi a escondidas, con la presencia de unos cuantos, sus amigos predilectos! También aquí nos vuelve a sorprender el Señor: "Al anochecer de aquel día, el primero de la semana... entró Jesús y se puso en medio de ellos" -nos dice el Evangelio de hoy. IR A LA PÁGINA
MISA CON NIÑOS 28 de abril segundo de Cuaresma
IÑAKI LETE SDB
(En este domingo. también se le ha llamado “de la Divina Misericordia”, quizás han regresado a casa las personas que habitualmente participan en nuestra celebración dominical. Conviene destacar, por lo tanto, los signos y mensajes que ya se expresaron el domingo anterior. Este domingo, como toda la semana anterior, se puede considerar como continuación de la fiesta de Pascua, “un único día de Pascua” prolongado en el tiempo.
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(En este domingo. también se le ha llamado “de la Divina Misericordia”, quizás han regresado a casa las personas que habitualmente participan en nuestra celebración dominical. Conviene destacar, por lo tanto, los signos y mensajes que ya se expresaron el domingo anterior. Este domingo, como toda la semana anterior, se puede considerar como continuación de la fiesta de Pascua, “un único día de Pascua” prolongado en el tiempo.
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A JESÚS RESUCITADO NO SE LE PUEDE VER
Fe Adulta
Jn 20,19-31
Lo que los textos del NT quieren expresar con la palabra resurrección es la clave de todo el mensaje cristiano. Pero es mucho más profundo que la reanimación de un cadáver. Sin esa Vida que va más allá de la vida, nada de lo que dice el evangelio tendría sentido. Fue la manera más convincente de transmitir la vivencia pascual después de la experiencia de su pasión y muerte. Lo que quieren transmitir es la experiencia pascual de que seguía vivo, y además, les estaba comunicando a ellos esa misma vida. Éste es el mensaje de Pascua.
Como todos los años, leemos este mismo evangelio y lo explicamos el año pasado, vamos a referirnos hoy al aspecto general de la experiencia pascual. Los exégetas han rastreado los primeros escritos del NT y han llegado a la conclusión de que la cristología pascual no fue ni la primera ni la única forma de expresar la experiencia que, de Jesús vivo, tuvieron los discípulos después de su muerte. Hay por lo menos tres cristologías que se dieron entre los primeros cristianos, antes o al mismo tiempo de hablar de resurrección.
En las primeras comunidades, se habló de Jesús como el juez escatológico que vendría al fin de los tiempos a juzgar, a salvar definitivamente. Fijándose en la predicación por parte de Jesús de la inminente venida del Reino de Dios y apoyados en el AT, pasaron por alto otros aspectos de la figura de Jesús y se fijaron en él como el Mesías que viene a salvar definitivamente a su pueblo. Predicaron a Jesús, el Cristo (Ungido), como dador de salvación (Vida) última y definitiva sin hacer referencia explicita al hecho de la resurrección.
Otra cristología, que se percibe en los textos que han llegado a nosotros de algunas comunidades primitivas, es la de Jesús como taumaturgo. Manifestaba, con su poder de curar, que la fuerza de Dios estaba con él. Para ellos los milagros eran la clave que permitía la comprensión de Jesús. Esta cristología es muy matizada ya en los mismos evangelios; seguramente, porque, en algún momento, tuvo excesiva influencia y se quería contrarrestar el carácter de magia que podría tener. En los evangelios se utiliza y se critica a la vez.
Una tercera cristología, que tampoco se expresa con el término resurrección, es la que considera a Jesús como la Sabiduría de Dios. Sería el Maestro que, conectando con la Sabiduría preexistente, nos enseña lo necesario para llegar a Dios. También tiene un trasfondo bíblico muy claro. En el AT se habla innumerables veces de la Sabiduría, incluso personalizada, que Dios hace llegar a los seres humanos para que encuentren su salvación.
Todas estas maneras de entender a Cristo fueron concentrándose en la cristología pascual, que encontró en la idea de resurrección el marco más adecuado para explicar la vivencia de los seguidores de Jesús después de su muerte. Sin embargo, la cristología pascual más primitiva tampoco hace referencia explícita a la resurrección. La experiencia pascual fue interpretada, en una primera instancia, como exaltación y glorificación del humillado, tomando como modelo una vez más el AT y aplicando a Jesús la idea del justo doliente.
La mayoría de los exégetas están de acuerdo en que ni las apariciones ni el sepulcro vacío fueron el origen de la primitiva fe. Los relatos de apariciones y del sepulcro vacío se habrían elaborado poco a poco como leyendas sagradas, muy útiles en el intento de comunicar, con imágenes muy vivas y que entraran por los ojos, la experiencia pascual. Esa vivencia fue fruto de un proceso interior en el que tuvieron mucho que ver las reuniones de los discípulos. Todos los relatos hacen referencia, implícita o explícita a la comunidad reunida.
En ninguna parte se narra el hecho de la resurrección porque no puede ser un fenómeno constatable empíricamente; cae fuera de nuestra historia, no puede ser objeto de nuestra percepción sensorial. Todos los intentos por demostrar la resurrección como un fenómeno verificable por los sentidos, estarán abocados al fracaso. Toda discusión científica sobre la resurrección es una estupidez. Cuando decimos que no es un hecho “histórico”, no queremos decir que no fue “Real”. El concepto de real, es más amplio que lo sensible o histórico.
En Jesús no pasó nada, pero en los discípulos se dio una enorme transformación que les hizo cambiar la manera de entender la figura de Jesús. Sería muy interesante averiguar como llegaron los discípulos a ese descubrimiento, sobre todo teniendo en cuenta que en los momentos de dificultad todos le abandonaron y huyeron. Ese proceso de “iluminación” de los primeros discípulos se ha perdido. No solo sería importante para conocer lo que pasó en ellos, sino porque ese mismo proceso tiene que realizarse en nosotros.
La resurrección quiere expresar la idea de que la muerte no fue el final. Su meta fue la Vida, no la muerte. La misma Vida de Dios, como dice el mismo Jn: “El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre”. Vaciándose del "ego", queda en él lo que había de Dios. No cabe mayor glorificación. “Aquilatar” el oro es ir quitando las impurezas: 12, 18, 22… hasta llegar a 24 quilates que es oro puro; ya no se puede ir más allá. Este vaciamiento no supone la anulación de la “persona”, sino su potenciación. Desde la antropología judía se puede entender muy bien. El hombre es un todo monolítico, desde la carne al espíritu.
La base de la credibilidad está en las apariciones a los doce, con justificación de la misión. Todos los relatos responden a un esquema teológico y nos dan la clave de interpretación:
a) Una situación de la vida real. Jesús se hace presente en la vida real. La nueva manera de estar presente Jesús no tiene nada que ver con el templo o con los ritos religiosos. Ni siquiera están orando cuando se hace presente. El movimiento cristiano no empezó su andadura como una nueva religión, sino como una forma de vida. De hecho los romanos los persiguieron por ateos. En todos los relatos de apariciones se quiere decir a los primeros cristianos que en los quehaceres de cada día se tiene que hacer presente Cristo. Si no lo encontramos en las situaciones de la vida real, no lo encontraremos en ninguna parte.
b) Jesús sale al encuentro inesperadamente. Este aspecto es muy importante. Él es el que toma siempre la iniciativa. La presencia que experimentan no es una invención ni surge de un deseo o expectativa de los discípulos. A ninguno de ellos les había pasado por la cabeza que pudiera aparecer Jesús una vez que habían sido testigos de su fracaso y de su muerte. Quiere decir que el encuentro con él no es el fruto de sus añoranzas o aspiraciones. La experiencia se les impone desde fuera, desde una instancia superior.
c) Jesús les saluda. Es el rasgo que conecta lo que está sucediendo con el Jesús que vivió y comió con ellos. La presencia de Jesús se impone como figura cercana y amistosa, que manifiesta su interés por ellos y que trata de llevarles a su plenitud de vida.
d) Hay un reconocimiento, que se manifiesta en los relatos como problemático. No dan ese paso alegremente, sino con muchas vacilaciones y dudas. En el relato de hoy se pone de manifiesto esa incredulidad personalizada en una figura concreta, Tomás. No quiere decir que Tomás era más incrédulo que los demás, sino que se insiste en la reticencia de uno para que quede claro lo difícil que fue, para todos, aceptar la nueva realidad.
e) Reciben una misión. Esto es muy importante porque quiere dejar bien claro que el afán de proclamar el mensaje de Jesús, que era una práctica constante en la primera comunidad, no es ocurrencia de los discípulos, sino encargo expreso del mismo Jesús, que ellos aceptan como la tarea más urgente que tienen que llevar a cabo.
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El Dios (o Diosa) en quien creo
Deme Orte
Deme es cura obrero y casado, es la encarnación misma del Espiritu de servicio, animador de comunidades, con sonrisa y disponibilidad total a los demás, a pesar del camino de cruz que durante años tuvo que recorrer con su querida Carmelina. Hoy nos descubre algo de la espiritualidad que sostiene su vida de entrega. AD.
No me entretendré demasiado en explicar la imagen del Dios-teísta en que no creo. Ese Dios patriarcal, Ser Supremo que está en el cielo, que todo lo sabe, todo lo puede, todo lo controla y que premia a los buenos y castiga a los malos… Lo siento por las personas que “todavía” andan ancladas en ese teísmo que las ata a una religión del temor, es más: del miedo, de la culpa, del pecado, del deber religioso, de las creencias absolutas. Si son felices con esa creencia, adelante. Pero ojalá pudieran liberarse y superarla. Yo no las culpabilizo. Las respeto y comprendo, pero lo siento.··· Ver noticia ··
No me entretendré demasiado en explicar la imagen del Dios-teísta en que no creo. Ese Dios patriarcal, Ser Supremo que está en el cielo, que todo lo sabe, todo lo puede, todo lo controla y que premia a los buenos y castiga a los malos… Lo siento por las personas que “todavía” andan ancladas en ese teísmo que las ata a una religión del temor, es más: del miedo, de la culpa, del pecado, del deber religioso, de las creencias absolutas. Si son felices con esa creencia, adelante. Pero ojalá pudieran liberarse y superarla. Yo no las culpabilizo. Las respeto y comprendo, pero lo siento.··· Ver noticia ··
Bienaventuranzas del político
Faustino Vilabrille
Redes Cristianas
profunda de su misión y compromiso con la sociedad.
2.-Bienaventurado el político, que transparenta credibilidad y honestidad.
3.-Bienaventurado el político que pone los intereses del pueblo por encima de los
personales.
4.-Bienaventurado el político que va a la política, solo movido por el bien común de la
sociedad.
5.-Bienaventurado el político que permanece siempre coherente con su misión.
6.-Bienaventurado el político que busca y fomenta la unidad del pueblo en busca del
bien común.
7.-Bienaventurado el político que educa a la comunidad políticamente para que todos
busquemos el bien común.
8.-Bienaventurado el político que opta preferencialmente por los que más sufren y
menos tienen.
6.-Bienaventurado el político que busca y fomenta la unidad del pueblo en busca del
bien común.
7.-Bienaventurado el político que educa a la comunidad políticamente para que todos
busquemos el bien común.
8.-Bienaventurado el político que opta preferencialmente por los que más sufren y
menos tienen.
9.-Bienaventurado el político que solo promete lo que está seguro de poder cumplir, y si
no lo consigue lo dice y se retira.
10.-Bienaventurado el político que no acepta soborno y denuncia a los que intentan
sobornarlo.
11.-Bienaventuraado el político que se siente seguro porque dice siempre la verdad.
12.-Binaventurado el político que sabe escuchar las necesidades y aspiraciones de la
ciudadanía.
no lo consigue lo dice y se retira.
10.-Bienaventurado el político que no acepta soborno y denuncia a los que intentan
sobornarlo.
11.-Bienaventuraado el político que se siente seguro porque dice siempre la verdad.
12.-Binaventurado el político que sabe escuchar las necesidades y aspiraciones de la
ciudadanía.
13.-Bienaventurado el político que no aspira a perpetuarse en el poder sino a cumplir
una misión concreta, cumplida la cual se retira a su actividad anterior.
15.-Bienaventuraado el político que forma a los ciudadanos para sean políticamente
maduros, a fin que la política tenga siempre la primacía sobre la economía para que esta
esté siempre al servicio de la ciudadanía.
16.-Bienaventurado el político que opta por lo público para que todo ciudadano tenga
acceso a todos los servicios sociales básicos en condiciones de igualdad para todos
una misión concreta, cumplida la cual se retira a su actividad anterior.
15.-Bienaventuraado el político que forma a los ciudadanos para sean políticamente
maduros, a fin que la política tenga siempre la primacía sobre la economía para que esta
esté siempre al servicio de la ciudadanía.
16.-Bienaventurado el político que opta por lo público para que todo ciudadano tenga
acceso a todos los servicios sociales básicos en condiciones de igualdad para todos
Personas sin hogar acampan en pleno centro de Madrid para reclamar el derecho a techo
Diana Moreno
En medio del tráfico y las prisas del Paseo del Prado de Madrid puede verse una gran pancarta que dice “¿Todavía no nos veis?”. Cerca de la pancarta están ‘ellos’, esos ‘invisibles': un colectivo de personas sin hogar que ha levantado una acampada en medio del bulevar, justo enfrente del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, para reivindicar el derecho a techo y, aprovechando que se está en plena campaña electoral, hacerse un hueco en la agenda política.··· Ver noticia
2 Pascua – C (Jn 20,19-31)
José Antonio Pagola
DE LA DUDA A LA FE
El hombre moderno ha aprendido a dudar. Es propio del espíritu de nuestros tiempos cuestionarlo todo para progresar en conocimiento científico. En este clima la fe queda con frecuencia desacreditada. El ser humano va caminando por la vida lleno de incertidumbres y dudas.
Por eso, sintonizamos sin dificultad con la reacción de Tomás, cuando los otros discípulos le comunican que, estando él ausente, han tenido una experiencia sorprendente: «Hemos visto al Señor». Tomás podría ser un hombre de nuestros días. Su respuesta es clara: «Si no lo veo… no lo creo».
Su actitud es comprensible. Tomás no dice que sus compañeros están mintiendo o que están engañados. Solo afirma que su testimonio no le basta para adherirse a su fe. Él necesita vivir su propia experiencia. Y Jesús no se lo reprochará en ningún momento.
Tomás ha podido expresar sus dudas dentro del grupo de discípulos. Al parecer, no se han escandalizado. No lo han echado fuera del grupo. Tampoco ellos han creído a las mujeres cuando les han anunciado que han visto a Jesús resucitado. El episodio de Tomás deja entrever el largo camino que tuvieron que recorrer en el pequeño grupo de discípulos hasta llegar a la fe en Cristo resucitado.
Las comunidades cristianas deberían ser en nuestros días un espacio de diálogo donde pudiéramos compartir honestamente las dudas, los interrogantes y búsquedas de los creyentes de hoy. No todos vivimos en nuestro interior la misma experiencia. Para crecer en la fe necesitamos el estímulo y el diálogo con otros que comparten nuestra misma inquietud.
Pero nada puede remplazar a la experiencia de un contacto personal con Cristo en lo hondo de la propia conciencia. Según el relato evangélico, a los ocho días se presenta de nuevo Jesús. Le muestra sus heridas.
No son «pruebas» de la resurrección, sino «signos» de su amor y entrega hasta la muerte. Por eso, le invita a profundizar en sus dudas con confianza: «No seas incrédulo, sino creyente». Tomas renuncia a verificar nada. Ya no siente necesidad de pruebas. Solo sabe que Jesús lo ama y le invita a confiar: «Señor mío y Dios mío».
Un día los cristianos descubriremos que muchas de nuestras dudas, vividas de manera sana, sin perder el contacto con Jesús y la comunidad, nos pueden rescatar de una fe superficial que se contenta con repetir fórmulas, y estimularnos a crecer en amor y en confianza en Jesús, ese Misterio de Dios que constituye el núcleo de nuestra fe.
Domingo 28 de abril de 2019, 2º de Pascua
Luis Ma. Grignon, fundador (1716)
El libro de los Hechos, el Apocalipsis y el evangelio de Juan se escribieron casi por la misma época. La Iglesia de Jesús, formada por muchas y diferentes comunidades, estaba recogiendo las diversas tradiciones sobre Jesús histórico y cada comunidad las reelaboraba y contaba de acuerdo a las nuevas situaciones que estaban viviendo. Eran tiempos de grandes conflictos con el imperio romano y con los fariseos de Jamnia (norte de Jerusalén), donde radicó el único grupo oficial judío que sobrevivió a la destrucción del templo el año 70.··· Ver noticia ··
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