FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA

martes, 6 de febrero de 2018

PUES NO, EL PAPA FRANCISCO NO SE CALLÓ EN DAVOS

Pues no, el papa Francisco no se calló en Davos

Eduardo RojoEl 27 de marzo del pasado año escribí una entrada para este blog con el título “Del pasado al futuro de la Unión Europea. ¿Escucharán los Jefes de Estado y de Gobierno al papa Francisco?”, del que reproduzco ahora un breve párrafo “Llega el viernes 24 de marzo de 2017. En la Sala Regia del Vaticano el Santo Padre Francisco se reúne con los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea presentes en la capital italiana para la celebración del 60 aniversario del Tratado de Roma que instituyó la Comunidad Económica Europea. Con respeto y silencio los dirigentes políticos escuchan al papa Francisco… ¿o fingen que le escuchan?”
Le escucharon, ciertamente, pero los avances que el papa pedía en materia de derecho sociales para las personas que lo necesitan, que son muchas en el espacio geográfico de la Europa de los (todavía) 28 Estados, va a ritmo de tortuga, si me permiten utilizar una expresión coloquial. (más…)

Obiang Nguema pide penas de muerte a cada uno de los 146 detenidos en Evinayong del partido CI


Fuente: guinea.net

El tirano Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, que se encuentra con una grave crisis política en varios frentes, ha instruido al fiscal para que pida la pena de muerte a cada uno de los 146 detenidos que van a ser juzgados en breve en la Audiencia Provincial de Mongomo. Estos 146 encarcelados fueron detenidos en Malabo, Bata, Akonibe y otros puntos del país. Y todos ellos han sido acusados de lo mismo en una instrucción que adolece de miles de errores de fondo y de forma, suficientes solo eso para (...)

Desconcertad el corazón por Salomé

ME TOCÓ


col inma eibe

(Mc 1,40-45)
¡Me tocó!
Podría no haberlo hecho, pero ¡me tocó!
Había oído hablar de él en más de una ocasión. Fuera de la ciudad, donde nos recluimos los de nuestra condición, se nombra a Jesús con frecuencia. A menudo nos llegan historias de él. Cuentan que algunos ciegos han recobrado la vista y que más de un paralítico ha vuelto a caminar gracias a él. Comentan que acoge siempre a quien se acerca, sin hacer distinción alguna. Es más, refieren que las autoridades están escandalizadas porque Jesús se acerca y atiende especialmente a quienes ellos rechazan y desechan.
De algún modo, quienes vagamos por los arrabales, cargando con el peso de la vida, con la desesperanza, el abandono, la soledad, la culpa, el desaliento, la tristeza, el miedo… anhelamos encontrarnos con él. Porque dicen que, cuando te encuentras cara a cara con él, te cambia la vida.
¡Cara a cara! ¡Cuántas veces soñé hallarme cara a cara con él! Pero ¿cómo?
Alguna vez lo vi, sí. Allí estaba: conversando, riendo, rodeado de personas… Pero ¿cómo dirigirme a él “cara a cara”? A esa distancia nunca pude siquiera distinguir bien su rostro. Envidiaba a quienes estaban a su lado. Yo… yo no me sentía digno. Sobre mí ha pesado toda la vida lo que tanto escuché: “eres impuro”, “eres culpable de lo que te sucede”, “si te acercas a otro le contagiarás”... “nadie te quiere como eres”, “eres inferior a todos”, “no eres digno”…
Nunca creí que me atrevería.
Es prácticamente imposible acercarse a la ciudad siendo leproso. Las vendas nos delatan al momento. Lo sé. El olor, el color de la piel, las lesiones… todo en un cuerpo leproso molesta. Lo diferente y fuera de orden asusta. Lo desconocido atemoriza.
Pero ese día algo me empujó. No sé si una fuerza interior o si más bien fue Jesús mismo quien me atrajo. De pronto me descubrí a mí mismo caminando, dirigiéndome hacia él todo lo rápido que me permitían mis heridas. Sin escuchar los gritos de la gente, sin atender a quienes huían de mí, llegué hasta él y me arrodillé a sus pies.
En mí estaba la certeza de que él podía liberarme de esas ataduras. No dudé en ningún momento de que, si él quería, podría limpiarme. Ahora advierto que, a su lado, experimenté algo nuevo. Por primera vez en mi vida no percibí rechazo, sino profunda compasión. Sí, sentí que Jesús padecía conmigo, que se hacía cargo de todo lo que me sucedía sin necesidad siquiera de contárselo, que acogía mi historia, mi pasado y mi presente.
Escuché sus palabras: “Quiero, queda limpio”. Pero antes de que mis oídos oyeran su voz, mi piel sintió su mano.
¡Me tocó!
Podría no haberlo hecho, pero ¡me tocó!
Sé que podía haberme sanado sólo con su palabra, pero él me tocó. Y al hacerlo, sin miedo a quedar impuro, transgredió la ley y quebrantó el orden social.
Jesús se arriesgó por mí y, al tocarme, borró mi estigma, me liberó de mi vergüenza, rompió mis ataduras… Al sentirme tocado por él me supe amado y me reconocí de nuevo persona, recobré mi dignidad de ser humano y recuperé la alegría.
Por eso estoy aquí. Él me pidió que viniera y que ofreciera lo ordenado por Moisés. Sé que me dijo que no se lo contara a nadie más, pero no he podido contenerme y he ido publicando por los caminos lo que me ha sucedido. ¡Me siento tan agradecido!
No había vuelto a entrar en el Templo desde que era un niño. Creo que él busca que recupere mi lugar en el pueblo y en la comunidad. Sé que él desea que le dé gracias a Dios y que reconozca que ha sido Él quien me ha devuelto la vida. ¡Bendito sea Dios, que me ha liberado a través de su Hijo!
Sí, no se fije en mi apariencia, en mi color, en mi lengua, en mi sexo, en mi edad, en mi condición, en mi procedencia... Soy un ser humano. Jesús me tocó.

LIBERAR A LOS DEMÁS ES SIEMPRE ARRIESGARSE


col fraymarcos

Mc 1, 40-45
Seguimos en el primer capítulo de Mc. Después de un enunciado general, que resume su habitual manera de actuar, (fue predicando por las sinagogas y expulsando demonios), nos narra la curación de un leproso. El leproso no tiene nombre. Tampoco se habla de tiempo y lugar determinados. Se advierte una falta total de lógica narrativa. Apenas ha pasado un día de la predicación de Jesús y ya le conocen hasta los leprosos que vivían en total aislamiento.
La primera lectura es suficientemente expresiva. La lepra era el motivo más radical de marginación. Lo que se entendía por lepra, en la antigüedad, no coincide con lo que es hoy esa enfermedad concreta. Más bien se llamaba lepra a toda enfermedad de la piel que se presentara con un aspecto más o menos repugnante. Tanto la lepra como las normas sobre la enfermedad, no son originales del judaísmo. Esas normas nos parecen hoy inhumanas, pero debían defenderse de una enfermedad que podía causar estragos en una población.
Se trataba de salvaguardar la vida de la comunidad ante una enfermedad contagiosa y mortal. Sin la garantía de que era Dios el que lo mandaba, no hubiera tenido ningún efecto la prohibición. Por eso todas las normas se presentaban como recibidas de Dios, aunque fueran simplemente profilácticas. En una de las losas donde se encontró escrito el Código de Hammurabi, lo primero que aparece es la figura del rey recibiendo de Dios el escrito.
Se acercó, suplicándole de rodillas: Si quieres puedes limpiarme. Esta actitud indica a la vez valentía, porque se atreve a trasgredir la Ley, pero también el temor a ser rechazado, precisamente por eso. Se puede descubrir una complicidad entre el leproso y Jesús. Los dos van más allá de la Ley. Uno por necesidad imperiosa, el otro por convicción profunda.
Sintiendo lástima. La devaluación del significado de la palabra “amor” nos obliga a buscar un concepto más adecuado para expresar esa realidad. En el NT, ‘compasivo’ se dice solo de Dios y de Jesús. La acción de Dios manifestada a través de los sentimientos humanos. La compasión era ya una de las cualidades de Dios en el AT. Jesús la hace suya en toda su trayectoria. Es una demostración de que para llegar a lo divino no hay que destruir lo humano. La compasión es la forma más humana de manifestar el amor.
Le tocó. El significado del verbo griego aptw, no es en primer lugar tocar, sino sujetar, atar, enlazar. Este significado nos acerca más a la manera de actuar de Jesús. Quiere decir que no solo le tocó un instante, sino que mantuvo esa postura durante un tiempo. Teniendo en cuenta lo que acabamos de decir de la lepra, podemos comprender el profundo significado del gesto, suficiente por sí mismo para hacer patente la actitud vital de Jesús. No solo está por encima de la Ley sino que asume el riesgo de contraer la lepra.
Quiero... La simplicidad del diálogo esconde una riqueza de significados: Confianza total del leproso, y respuesta que no defrauda. No le pide que le cure, sino que le limpie. Por tres veces se repite el verbo kadarizw limpiar, verbo que significa también, liberar. Nos está lanzando más allá de una simple curación. No solo desaparece la enfermedad, sino que le restituye en su plena condición humana: Le devuelve su condición social, y su integración religiosa. Vuelve a sentir la amistad de Dios, que era el valor supremo para todo buen judío.
Lo echó fuera… y cuando salió… La segunda parte del relato es de una gran importancia. Se supone que estaban en un lugar apartado del pueblo, sin embargo el texto griego dice literalmente: lo expulsó fuera, y del leproso dice: cuando salió. Una vez más nos está empujando a una comprensión espiritual. Jesús no quiere que continúe junto a él y lo despide inmediatamente; eso sí, con el encargo de no contarlo y de presentarse ante el sacerdote. Una vez más, manifiesta Mc el peligro de que las acciones de Jesús en favor del marginado fueran mal interpretadas.
¡Qué curioso! Jesús acaba de saltarse la Ley a la torera, pero exige al leproso que cumpla lo mandado por Moisés. Hay que estar muy atento para descubrir el significado. Jesús no está nunca contra la Ley, sino contra las injusticias y tropelías que se cometían en nombre de la Ley. Él mismo tuvo que defenderse: “no he venido a abolir la Ley, sino a darle plenitud”. Jesús se salta la Ley cuando le impide estar a favor del hombre. Presentarse al sacerdote era el único modo que tenía el leproso de recuperar su estatus social.
El evangelio nos dice que las consecuencias de la proclamación del hecho fueron nefastas para Jesús. Si había tocado a un leproso, él mismo se había convertido en apestado. Y no podía ya entrar abiertamente en ningún pueblo. Las consecuencias de la divulgación del hecho podían también ser nefastas para el leproso. Era el sacerdote el único que podía declarar puro al contagiado. Los sacerdotes podían ponerle dificultades si tenían conocimiento de cómo se había producido la curación.  
La lepra producía exclusión porque la sociedad era incapaz de protegerse de ella por otros medios. Hoy la sociedad sigue creando marginación por la misma razón, no encuentra los cauces adecuados para superar los peligros que algunas conductas sociales suponen para los instalados. No somos todavía capaces de hacer frente a esos peligros con actitudes humanas. A veces se toman medidas para aliviar la situación de los marginados pero teniendo mucho cuidado de no cambiar la situación que supondría perder privilegios.
Jesús se pone al servicio del hombre sin condiciones. Lo que tenemos que hacer es servir a los demás como hace Jesús. Dios no tiene nada que ver con la injusticia, ni siquiera cuando está amparada por la ley humana o divina. Jesús se salta a la torera la Ley, tocando al leproso. Ninguna ley humana, sea religiosa, sea civil, puede tener valor absoluto. Lo único absoluto es el bien del hombre. Pero para la mayoría de los cristianos sigue siendo más importante el cumplimiento de la ley que el acercamiento al marginado.
No creo que haya uno solo de nosotros que no se haya sentido leproso y excluido por Dios. El pecado es la lepra del espíritu, que es mucho más dañina que la del cuerpo. Es un contrasentido que, en nombre de Dios, nos hayan separado de Dios. El evangelio de Jesús, es sobre todo buena noticia. El Dios de Jesús es Padre porque es Ágape. De Él, nadie se tiene que sentir apartado. La experiencia de ser aceptado por Dios es el primer paso para no excluir a los demás. Pero si partimos de la idea de un Dios que excluye, encontraremos mil razones para excluir en su nombre. Es lo que hoy seguimos haciendo.
Seguimos aferrados a la idea de que la impureza se contagia, pero el evangelio nos está diciendo que la pureza, el amor la libertad la salud, la alegría de vivir, también pueden contagiarse. Este paso tendríamos que dar si de verdad somos cristianos. Seguimos justificando demasiados casos de marginación bajo pretexto de permanecer puros. ¡Cuántas leyes deberíamos saltarnos hoy para ayudar a todos los marginados a reintegrarse en la sociedad y permitirles volver a sentirse seres humanos!

Meditación
El nuevo nombre del amor podría ser hoy compasión.
Todos los que encontramos en nuestro camino
esperan que sepamos hacer nuestros sus padecimientos.
Si fuésemos capaces de compadecernos, vendría el Reino.
Como seres limitados, necesitamos que los demás nos completen.
Como humanos, debemos volcarnos en los demás.


PODER Y COMPASIÓN


col sicre

Tras la curación de la suegra de Pedro y a otros muchos enfermos, Marcos cuenta el primer gran milagro de Jesús: la curación de un leproso. El texto sólo se comprende a fondo teniendo en cuenta los casos parecidos, y muy distintos, de Moisés y Eliseo.
La lepra en el antiguo Israel: diagnóstico y curación
"La lepra, en el sentido moderno, no fue definida hasta el año 1872 por el médico noruego A. Hansen. En tiempos antiguos se aplicaba la palabra "lepra" a otras enfermedades; por ejemplo, a enferme­dades psicógenas de la piel" (J. Jeremias, Teologia del AT, 115, nota 36).
En Levítico 13 se tratan las diversas enfermedades de la piel: inflama­ciones, erupciones, manchas, afección cutánea, úlcera, quemadu­ras, afecciones en la cabeza o la barba (sarna), leucodermia, alopecia. Se examinan los diversos casos, y el sacerdote decidirá si la persona es pura o impura (caso curable o incurable). De ese capítulo está tomado el breve fragmento de la primera lectura de este domingo.
Dos casos de lepra: impotencia de Moisés, poder sin compasión de Eliseo
El milagro de curar a un leproso sólo se cuenta en el AT de Moisés (Números 12,10ss) y de Eliseo (2 Reyes 5). Es interesante recordar estos relatos para compararlos con el de Marcos.
María y Aarón murmuran de Moisés, no se sabe exactamente por qué motivo. En cualquier hipótesis, Dios castiga a María (no a Aarón, cosa que indigna a las feministas, con razón). "Al apartarse la nube de la tienda, María tenía toda la piel descolorida como nieve". Aarón se da cuenta e intercede por ella ante Moisés. Pero Moisés no puede curarla. Sólo puede pedirle a Dios: "Por favor, cúrala". El Señor accede, con la condición de que permanezca siete días fuera del campamento (Números 12).
El caso de Eliseo es más entretenido y dramático (2 Reyes 5). Naamán, un alto dignatario sirio, contrae la lepra, y una esclava israelita le aconseja que vaya a visitar al profeta Eliseo. Naamán realiza el viaje, esperando que Eliseo salga a su encuentro, toque la parte enferma y lo cure. Pero Eliseo no se molesta en salir a saludarlo. Le envía un criado con la orden de lavarse siete veces en el Jordán. Naamán se indigna, pero sus criados lo convencen: obedece al profeta y se cura. A diferencia de Moisés, Eliseo puede curar, aunque sea con una receta mágica, pero no siente la menor compasión por el enfermo.
Jesús: poder y compasión
El relato de Marcos consta de seis elementos: petición del leproso; reacción de Jesús; resultado; advertencia; reacción del curado; consecuencias.
Petición del leproso. Tres detalles son importantes en la actitud del leproso: 1) no se atiene a la ley que le prohíbe acercarse a otras personas; 2) se arrodilla ante Jesús, en señal de profundo respeto; 3) confía plenamente en su poder; todo depende de que quiera, no de que pueda.
Reacción de Jesús. Podía haber respondido a la petición del leproso con las simples palabras: “Quiero, queda limpio”. Con ello, a diferencia de Moisés y de Eliseo, habría demostrado su poder: no necesita pedir la inter­vención de Dios, ni recurrir a remedios cuasi-mágicos. Sin embargo, antes de demostrar su poder muestra su compasión. Marcos habla de lo que siente (“lástima”) y de lo que hace (“extendió la mano y lo tocó”). Es lo que esperaba el sirio Naamán que hiciera Eliseo: tocar su parte enferma. Por otra parte, quien tocaba a un leproso quedaba impuro; pero a Jesús no le preocupa este tipo de impureza.
Advertencia. Aparentemente, Jesús da dos órdenes al recién curado: 1) que no se lo diga a nadie; 2) que se presente al sacerdote. La primera (no decirlo a nadie) resulta extraña, porque Jesús no pretende pasar desapercibido. Es probable que las dos órdenes estén relacionadas entre sí, formando una sola: «no te entre­tengas en decírselo a nadie, sino ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés». ¿Qué había ordenado Moisés? Según el Levítico, el curado debe ofrecer: dos aves puras (se suponen tórtolas o pichones), dos corderos sin defecto, una cordera añal sin defecto, doce litros de flor de harina amasada con aceite y un cuarto de litro de aceite. Con todo ello el sacerdote realiza un complejo ritual que dura ocho días. Además, el curado deberá afeitarse completamente el primer día y raparse de nuevo el octavo.
Las palabras finales de Jesús parecen tener un tinte polémico: «para que les conste». Se pasa del singular (el sacerdote) al plural (les conste), como si Jesús pensase en todos sus adversa­rios que no lo aceptan.
Reacción del curado. No obedece a ninguna de las dos órdenes de Jesús. Ni se calla ni acude al sacerdote. Según la traducción litúrgica, «empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones». Una traducción más literal sería: «empezó a predicar mucho y a divulgar la palabra». Como si el leproso curado, en vez de atenerse a lo mandado por Moisés prefiriese convertirse en un misionero cristiano.
Consecuencias. Jesús no puede entrar abiertamente en ningún pueblo. Debe permanecer en descampado, y aun así acuden a él. ¿Por qué esta reacción suya? Sabiendo lo que cuenta Marcos más tarde, la respuesta sería: para no verse agobiado por la multitud de gente que acude a él.
Una lectura simbólica: el leproso es cada uno de nosotros
Los relatos evangélicos tienen siempre una gran carga simbólica. Quieren que nos identifiquemos con la situación que narran. En este caso, con el leproso. Todos llevamos dentro algo, mucho o poco, de lo que nos sentimos culpables. Podemos negarnos a admitirlo, escondiendo la cabeza bajo tierra, como el avestruz. O podemos reconocerlo, y acudir humildemente a Jesús, con la certeza de que “si quieres puedes limpiarme”. Él tiene el poder y la compasión necesarios para cambiar nuestra vida.

SALTÁNDOSE LAS LEYES


comentario editorial

No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que más se adapta a los cambios (Charles Darwin).
11 de febrero. Domingo VI del TO.
Mc 1, 40-45
Se le acercó un leproso y, arrodillándose, le suplicó: Si quieres puedes sanarme
Un leproso que, saltándose las leyes se acercó a Jesús y le suplicó que lo curara. Y Jesús lo hizo tocándole la cabeza. Una caricia brotada de la ternura de su corazón, loco de amor por los hombres.
El Dt dice en 5, 10, dice de Dios: “actúo con lealtad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos”. Mandamientos, dice la Biblia, “que el Señor pronunció con voz potente”. Luego los grabó en dos losas de piedra y se las entregó a Moisés y, entre otros, le da orden de guardar el sábado (5, 12).
En Gálatas 2, 16, dice San Pablo: “sabemos que el hombre no alcanza la justicia por observar la ley, sino por creer en Jesucristo”, pues “por cumplir la ley, nadie alcanza la justicia”.
Jesús criticó constantemente a los que tenían reglas sobre lo que se podía o no hacer en sábado, y enseñó siempre libertad de conciencia de lo que marcaban las leyes. Mt 5, 21-43 pone ejemplos de superación de leyes establecidas respecto a la ofensa, al adulterio, al divorcio, etc. Y, en los Evangelios, varias cosas que él hizo en sábado. Lucas cuenta en 6, 1 que: “Un sábado cuando atravesaba unos campos de trigo, sus discípulos arrancaban espigas, las frotaban con las manos y comían los granos”. Y avala el hecho con lo que hizo el rey David con sus compañeros cuando estaban hambrientos: “Entró en la casa de Dios, tomó los panes consagrados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió y compartió con sus compañeros” 6, 3. Jesús está diciendo a los fariseos que el amor por los hombres es más importante que la observancia de ritos: “Supongamos que uno de vosotros tiene una oveja y un sábado se le cae en un hoyo: ¿no la agarraría y la sacaría?” (Mt 11, 12).
Las superpostales de libertad humana y de misericordia que nos regalan Jesús y el Papa Francisco –aquél en el Evangelio, y éste en sus atenciones a los necesitados– hay que enmarcarlas y colgarlas en los muros de nuestros museos personales. Y hasta quizás también en los de El Prado, El Louvre y El Hermitage. Para realizar su visita a Birmania y Bangladesh el pasado noviembre, el obispo de Roma puso como condición poder reunirse con refugiados rohingyas, una minoría musulmana perseguida por el ejército birmano. Se saltó la prohibición impuesta por el general Min Aung Hlaing, comandante en jefe. En su vuelo de regreso a Italia confesó a los periodistas: “con los rohingya he llorado, y ellos también”.
Charles Darwin nos insiste y anima a seguir instalados en la vida, porque: “No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que más se adapta a los cambios”. El leproso que se acercó a Jesús suplicándole arrodillado que le sanara había comprendido a Darwin. ¿Les hemos comprendido también nosotros a ambos?

¿LO OYE EL VIENTO?
Suenan voces en mí mismo
pulsando aciertos y yerros.
Unos relatan amores,
otros cuentan vituperios.

Las oye el viento.
¿Las oye?
Tañen fuera, tañen dentro.
Doblan arriba y abajo
con festivos tintineos.

Son rebaños de palabras,
que pastoreo en mis feudos,
pastando voces divinas
en prados del pensamiento.

Todos son y no son, míos.
Son sobre todo del viento,
que los parte y los comparte
con todos los hemisferios. 

(SOLILOQUIOS. Ediciones Feadulta)

Abuso sexual de clérigos y mujeres en la iglesia y la sociedad. Problemas no resueltos que plagan un pontificado extraordinario


Robert Mickens, Roma

Ciudad del Vaticano
2 de febrero de 2018
Una de las características más notables del Papa Francisco es su capacidad, demostrada a lo largo de su vida, de escuchar atentamente puntos de vista diferentes a los suyos y, al final, estar dispuesto a cambiar su forma de pensar e incluso toda su forma de pensar sobre un tema en particular.
Esto es aún más notable para un hombre de unos 80 años, un momento de la vida en el que la mayoría de la gente ya está profundamente marcada en sus caminos y no exactamente receptiva a las opiniones que amenazan sus propias certezas bien establecidas.
··· Ver noticia ···

El racismo de Trump


Miguel Concha

images2
Dada su trayectoria y su constante reincidencia, cada día más agresiva, las expresiones soeces y ofensivas que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, profirió contra los migrantes salvadoreños, haitianos y africanos no hacen más que confirmar su racismo, con todas sus funestas consecuencias en pleno siglo XXI. A ello contribuye de manera contundente su prurito por discriminar absurdamente a las personas y grupos simplemente por su origen nacional y étnico, y es esto lo que más nos debe preocupar de manera ética y política.
··· Ver noticia ···

María: ni represora, ni corrupta, ni asesina

Rodolfo Cortés Calderón
Precisamente es de esa MARÍA, la antítesis de lo que dice el titular de este escrito de la que queremos hablar: La mujer sencilla y humilde, campesina y pastora, solidaria y amorosa, refugiada y migrante. La esposa del carpintero JOSÉ y la madre del verdadero liberador de la humanidad: JESÚS de Nazaret.
La MARÍA que para los cristianos garantiza la grandeza de su hijo JESÚS. La amorosa y respetuosa fe en Dios; el Dios judaico; el Dios de la Vida. Por eso los profetas bíblicos escribieron tantas maravillas sobre ella.
Analicemos algunos textos del Nuevo Testamento sobre la esencia de MARÍA:
Al enterarse a través del ángel GABRIEL que sería la madre de JESÚS, dijo MARÍA con suficiente humildad e imbuida de un profundo amor: “Yo soy la servidora del Señor, hágase en mi tal como has dicho”. Lucas 1, 38.
Y MARÍA a pesar de su estado de preñez, fue hasta las serranías de JUDÁ donde estaba ISABEL, su prima, preñada de 6 meses y en un gesto de solidaridad y desprendimiento la cuidó por tres meses hasta que nació JUAN el que después sería el Bautista.
Pero al llegar MARÍA a la casa de ISABEL ésta le dijo: “Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor”. Lucas 1, 42-43 y ella le contestó con la bella oración que se llama el Magníficat que no tiene nada que ver con reinados terrenales, ni con riquezas, ni coronas de oro, ni vestimentas finas, ni templos suntuosos, ni poder militar, pero que exalta la figura humana y sencilla de MARÍA: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me llamarán feliz.
El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre! Muestra su misericordia siglo tras siglo a todos aquellos que viven en su presencia. Dio un golpe con todo su poder: deshizo a los soberbios y sus planes. Derribó a los poderosos de su trono y exaltó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su siervo, se acordó de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a sus descendientes para siempre. Lucas 1, 46-55.
Posteriormente en todo el Capítulo 2 del evangelista Mateo podemos leer sobre el sufrimiento de la familia nazarena mientras eran perseguidos por el poder militar herodiano que pretendía matar a JESÚS siendo recién nacido y toda la familia huyó a Egipto por muchos años.
Después vino la vida, obra y testimonios de JESÚS hasta la muerte por el poder romano de él y la mayor parte de sus discípulos. Si es cierto que en la cruz donde murió JESUS se leía en un rótulo INRI, que significa Jesús Nazareno Rey de los Judíos. Esto no porque JESUS se proclamaba rey, sino que lo escribieron los romanos como mofa.
Esta manipulación de JESÚS y MARÍA como rey o reina y hasta emperador o emperatriz nos llega desde los tiempos cuando el “cristianismo cupular” se prostituyó en tiempos del Concilio de Nicea, AÑO 327, que reunió cerca de 300 obispos dirigido por el papa SILVESTRE I aliándose al poder en favor del Imperio Romano, eran los tiempos del emperador FLAVIO VALERIO AURELIO CONSTANTINO (272-337 d. C).
Varios de los papas anteriores a SILVESTRE I, murieron como mártires cristianos, perseguidos, reprimidos y asesinados por los diferentes emperadores, aunque algunos también se aliaron al Imperio.
A MARÍA como madre de JESÚS se le venera y estima en varios lugares del mundo con diferentes nombres, pero es la misma MARÍA histórica de nuestra semblanza. Se le conoce en México como GUADALUPE, en Venezuela como COROMOTO, en Nicaragua como LA INMACULADA, en Yugoslavia como MEDJUGORJE, en Portugal como FÁTIMA, en Cuba como CARIDAD DEL COBRE y en Honduras como SUYAPA, teniendo como fecha central el 3 de febrero.
A SUYAPA desde 1925 el papa PIO XII la nombró PATRONA DE HONDURAS, que debería ser MATRONA, pero en los tiempos del dictador golpista y violador de la Constitución, el general OSWALDO LÓPEZ ARELLANO en 1969, le asignó a MARÍA DE SUYAPA el rango de capitana general de las fuerzas represoras y golpistas, una verdadera estupidez y burla que como cristianos no podemos entender. Vaya usted a creer semejante barbaridad de la cual la Conferencia Episcopal, CEH, calló. Además no debemos olvidar que LOPEZ A. y los militares estuvieron de facto en el poder del Estado desde 1963 hasta el 1982.

Nos desagrada, entonces, que con unas FUERZAS ARMADAS tan asesinas, represoras, corruptas y violadoras de la Constitución se quiera comparar la dignidad de esta mujer, madre de JESÚS, que es todo un símbolo de fe para el cristianismo.

Cardenal Sergio da Rocha: “El Sínodo es una oportunidad para oír la voz de los pueblos indígenas y defender su dignidad”


Luis Miguel Modino

DESTACA LA IMPORTANCIA DE LA PASTORAL SOCIAL EN EL MUNDO URBANO
“La ausencia de presbíteros en la Amazonia es un dato que debe ser considerado”
(corresponsal en Brasil).- El episcopado brasileño está preocupado con la situación por la que el país pasa, por lo que no ha dudado en cuestionar las iniciativas gubernamentales que suponen una pérdida de derechos, sobretodo de los más pobres, queriendo ser una voz profética que alerte a la población.
··· Ver noticia ···

Un carpetazo judicial ningunea a las víctimas de El Tarajal 4 años después de la tragedia


María F. Sánchez

MIGRANTES / Las ONG denuncian que no se haya tenido en cuenta los testimonios de los supervivientes o las autopsias
El caso se archiva por segunda vez porque “no aparece debidamente justificada la perpetración de los delitos que han dado motivo a la formación de la causa”
“Significa negar justicia a las familias de las víctimas por su condición de pobres, negros o porque el Estado español hubiese podido cometer el delito”, dice Caminando Fronteras
Desde el PP han indicado que la causa judicial abierta ha hecho “mucho daño” a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y “ha dejado en mal lugar a la ciudad ”
··· Ver noticia ···