FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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miércoles, 14 de septiembre de 2011

Madrid: Comunidad Nuevas Palomeras en recuerdo de Julio Lois


Madrid: Comunidad Nuevas Palomeras en recuerdo de Julio Lois

La comunidad Nuevas Palomeras nos invita a la eucaristia que se celebra en recuerdo de Julio Lois, esta organizada por la comunidad, por la Parroquia y la Asociación de Vecinos.
Dia 24 de septiembre a las 19.30 en la Parroquia Santo Tomás de VillanuevaCalle Leoneses esquina a calle Villalobos
Autobuses: nº 10, 144, 57, 310.

La convivencia puede transformarse en un infierno

El Papa asegura que la paz no es sólo una «obligación» sino también «un don»Las religiones deben ser "una fuerza de paz"
La humanidad entera afronta "grandes desafíos" en esta nueva época, como "la migración, la globalización, la crisis económica y el cuidado de la Creación"
Benedicto XVI ha enviado al Arzobispo de Munich, Reinhard Marx, una carta con ocasión del Encuentro ecuménico por la Paz celebrado en esta ciudad y ha destacado que la paz "no es sólo una obligación permanente" confiado a los hombres, sino también "un don que debe ser invocado".
Así, el Papa ha recordado que "terribles actos de violencia y terrorismo han sofocado repetidamente la esperanza de la convivencia pacífica de la familia humana" también "en el tercer milenio", lo que demuestra que la paz "es al mismo tiempo un don de Dios y un proyecto a realizar".
Según ha explicado el Pontífice, la convivencia humana puede transformarse "en un infierno" si los hombres no aprenden "a acoger los unos a los otros" y a formar "una única familia".
En este sentido, el Papa ha recordado que la humanidad entera afronta "grandes desafíos" en esta nueva época, como "la migración, la globalización, la crisis económica y el cuidado de la Creación" y ha invitado a los líderes religiosos reunidos en Munich a "abrir los corazones a los demás" y permitir que "todos los hombres" tomen parte "en las alegrías, esperanzas y preocupaciones" de cada comunidad.
Por otra aprte, el Papa ha recordado que la religión "está conectada de forma esencial con la cuestión de la paz" porque "si la religión falla en el encuentro con Dios", puede contribuir "a destruir la paz", mientras que si la fe "conduce hacia lo divino", pasa a ser "una fuerza de paz".
Además, Benedicto XVI ha destacado que el campo "donde debe prosperar el fruto de la paz" debe ser "siempre cultivado" y ha subrayado que las autoridades religiosas pueden "preparar de forma incesante y con pequeños pasos" el terreno "para la paz".(RD/Ep)

Comentarios desde una óptica cristiana a la crisis económica


Pedro José Larraia Legarra

Después de la reforma constitucional, en los presupuestos anuales de las Administraciones públicas se considerarán como gastos los servicios de la deuda -principal más intereses- y el pago de esos gastos gozará de prioridad absoluta frente a cualesquiera otros.
Esto quiere decir que si la situación económica de un ejercicio no fuese buena, a la hora de preparar los presupuestos, o si estando estos ya aprobados sobreviniera una disminución de los ingresos estimados, primero se atenderán las obligaciones derivadas del pago de la deuda pública -captación de dinero a través de las subastas del Tesoro y similares- y luego a lo que se pueda, porque en cada ejercicio tendrá siempre prioridad absoluta el cumplimiento de las obligaciones financieras contraídas con los prestamistas (inversores).
En el libro Jesús. Aproximación histórica, José Antonio Pagola ofrece este panorama económico de la época:
[…] Uno de los rasgos más característicos de las sociedades agrícolas del Imperio romano era la enorme desigualdad de recursos que existía entre la gran mayoría de la población campesina y la pequeña élite que vivía en las ciudades. Esto mismo sucedía en Galilea. Son los campesinos de las aldeas los que sostienen la economía del país, ellos trabajan la tierra y producen lo necesario para mantener a la minoría dirigente. En las ciudades no se produce; las élites necesitan del trabajo de los campesinos. Por eso se utilizan diversos mecanismos para controlar lo que se produce en el campo y obtener de los campesinos el máximo beneficio posible. Este es el objetivo de los tributos, tasas, impuestos y diezmos. Desde el poder, esta política de extracción y tributación se legitima como una obligación de los campesinos hacia la élite, que defiende el país, protege sus tierras, y lleva acabo diversos servicios de administración. En realidad, esta organización económica no promovía el bien común del país, sino que favorecía el bienestar creciente de las élites(1).
[…] El primero en exigir el pago del tributo era Roma: el tributum soli, correspondiente a las tierras cultivadas, y el tributum capitis, que debía pagar cada uno de los miembros adultos de la casa(2). Se pagaba en especie o en moneda: a los administradores les agradaba recibir el tributo en grano para evitar las crisis de de alimentos que se producían con frecuencia en Roma(3). Los tributos servían para alimentar a las legiones que vigilaban cada provincia, para construir calzadas, puentes o edificios públicos y, sobre todo, para el mantenimiento de las clases gobernantes. Negarse a pagarlos era considerado por Roma como una rebelión contra el Imperio, y eran los reyes vasallos los responsables de organizar la recaudación. No es posible saber a cuánto podía ascender. Se estima que, en tiempo de Antipas, podía representar el 12% ó 13% de la producción. Sabemos que, según el historiador romano Tácito, significaba una carga muy pesada para los campesinos(4).
También Antipas, como su padre [Herodes], tenía su propio sistema de impuestos.
[…] No sabemos si terminaban aquí las cargas o también desde el templo de Jerusalén se les exigía otras tasas sagradas. En el período asmoneo, antes de que Roma impusiera su Imperio, los gobernantes de Jerusalén extendieron a Galilea el tradicional y complicado sistema judío de diezmos y primeros frutos. Se consideraba una obligación sagrada hacia Dios, presente en el templo, y cuyos representantes y mediadores eran los sacerdotes. Al parecer, llegaba a representar hasta el 20% de la cosecha anual. Lo recogido en el campo, más el impuesto de medio shékel que todo judío adulto debía pagar cada año, servía en concreto para socorrer a sacerdotes y levitas que, conforme a lo prescrito por la ley, no tenían tierras que cultivar; para costear los elevados gastos del funcionamiento del templo y para mantener a la aristocracia sacerdotal de Jerusalén. La recaudación se llevaba a cabo en los mismos pueblos, y los productos se almacenaban en depósitos del templo para su distribución. Roma no suprimió este aparato administrativo y, bajo Herodes, se siguieron recaudando diezmos. No sabemos qué sucedió en Galilea cuando, gobernada por su hijo Antipas, se convirtió en una jurisdicción separada de Judea.

[…]
La carga total era probablemente abrumadora. A muchas familias se les iba en tributos e impuestos un tercio o la mitad de lo que producían. Era difícil sustraerse a los recaudadores. Ellos mismos se presentaban para llevarse los productos y almacenarlos en Séforis, principal ciudad administrativa, o en Tiberíades. El problema de los campesinos era cómo guardar semilla suficiente para la siguiente siembra y cómo subsistir hasta la siguiente cosecha sin caer en la espiral del endeudamiento. Jesús conocía bien los apuros de estos campesinos que, tratando de sacar el máximo rendimiento a sus modestas tierras, sembraban incluso en suelo pedregoso, entre cardos y hasta en zonas que la gente usaba como sendero(5).
El fantasma de la deuda era temido por todos. Los miembros del grupo familiar se ayudaban unos a otros para defenderse de las presiones y chantajes de los recaudadores, pero tarde o temprano bastantes caían en el endeudamiento. Jesús conoció Galilea atrapada por las deudas. La mayor amenaza para la inmensa mayoría era quedarse sin tierras ni recursos para sobrevivir. Cuando, forzada por las deudas, la familia perdía sus tierras, comenzaba para sus miembros la disgregación y la degradación. Algunos se convertían en jornaleros e iniciaban una vida penosa en busca de trabajo en propiedades ajenas. Había quienes se vendían como esclavos. Algunos vivían de la mendicidad y algunas de la prostitución. No faltaba quien se unía a grupos de bandidos o salteadores en alguna zona inhóspita del país.
Aunque nos separan dos mil años, el esquema es el mismo y las consecuencias -desestructuración personal, familiar y social- parecidas. Jesús pone como requisito imprescindible para entrar en la dinámica del Reino hacer justicia con quienes padecían ese estado de cosas. No hace elucubraciones teóricas, habla de lo que ve.
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(1) Los estudios de Lenski, Freyne, Hanson, Oakman, Horsley, etc. están contribuyendo a adquirir una conciencia más precisa de la organización económica de Galilea. No existe prácticamente intercambio económico de reciprocidad entre campesinos y élites, sino imposición de una política que se resume en tres palabras. «exacción», «tributo», y «redistribución» desde el poder (Oakman).
(2) Al parecer, el tributum soli consistía en pagar un cuarto de la producción cada dos años; por el tributum capitis, cada persona pagaba un denario al año: los varones a partir de los catorce años y las mujeres desde los doce.
(3) Flavio Josefo habla del «trigo del César que estaba depositado en las aldeas de la Alta Galilea» (Autobiografía, 71).
(4) Según Tácito, hacia el año 17, cuando Jesús tenía veintiuno o veintidós años, Judea, exhausta por los tributos, pidió a Tiberio que los redujera; no sabemos la respuesta del emperador. Sin embargo, Sanders está probablemente en lo cierto cuando observa que la situación de los campesinos de Egipto y del norte de África, los dos grandes «graneros» de Roma, era todavía peor.
(5) Parábola del sembrador (Marcos 4,3-8).

Dice que ocultaron la verdad al Papa: Pérez Esquivel acusó a la cúpula de la Iglesia argentina de encubrir crímenes de la dictadura


La Arena
El Premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, acusó a la cúpula de la Iglesia Argentina y a sectores del Vaticano de ocultar al Papa Juan Pablo II lo que estaba sucediendo en el país “con los desaparecidos y el robo de criaturas”.
Pérez Esquivel también recordó las entrevistas con el por entonces Nuncio Apostólico en la Argentina Pio Laghi con quien, según afirmó, mantuvo “una discusión muy dura” en torno a las denuncias por las desapariciones y violaciones a los Derechos Humanos que se estaban sucediendo.
“Yo no puedo hacer lo que los obispos argentinos no quieren hacer”, fue la respuesta del representante del Vaticano, quien le informó al dirigente del Servicio de Paz y Justicia que la noche anterior a ese encuentro habían estado en la Nunciatura los tres comandantes de las Fuerzas Armadas.
El referente de los derechos humanos declaró como testigo en el juicio que se sigue por la implementación de un plan sistemático para la apropiación de hijos de desaparecidos, que lleva adelante el Tribunal Oral Federal 6 (TOF 6).
Las entrevistas relatadas por Pérez Esquivel se sucedieron entre 1975 y los primeros meses de 1976, antes del golpe de Estado, pero ante una pregunta del abogado querellante de las Abuelas de Plaza de Mayo, Luciano Hasan, recordó haber sostenido una última entrevista con Laghi “en los días posteriores” al 24 de marzo de 1976, en la cual el prelado le confió haberle dicho a los miembros de la Junta militar que estaba “recibiendo muchas denuncias por violaciones a los derechos humanos”.
“Sabemos que había obispos argentinos que apoyaban a la dictadura, como Bonamin, Plaza, Graselli, quienes estaban de acuerdo con lo que se estaba haciendo”, advirtió.
También recordó que se efectuaron denuncias ante la Comisión de Justicia y Paz del Episcopado argentino, las embajadas de distintos países de Europa, Canadá y los Estados Unidos y que varios de ellos efectuaron reclamos a la dictadura argentina.
Tras recibir el galardón que otorga la Academia sueca en 1980, Pérez Esquivel aprovechó para solicitar una audiencia con el Papa Juan Pablo II “con quien mantuve una discusión muy dura, porque no sabía qué información le llegaba”.
Durante la entrevista con el máximo dignatario de la Iglesia católica, el dirigente le entregó un dossier con el relato de lo que estaba sucediendo en la Argentina, y le señaló que ese documento se lo habían hecho llegar “por tres canales”.
El Papa le dijo: “esto nunca llegó a mis manos”. Al respecto recordó que en ese momento el dossier incluía la desaparición de “54 niños”, un número “que fue aumentando en la medida que se iba conociendo de nuevos secuestros y desapariciones”.
Pero el Papa también le retrucó que además debía ocuparse “de los países comunistas”, a lo que Pérez Esquivel le respondió “que esta desaparición de niños lo hizo una dictadura que dice defender los valores occidentales y cristianos”.
Admitió que un mes y medio después de aquel encuentro, Juan Pablo II “por primera vez habló en el balcón de San Pedro en el Vaticano acerca de los desaparecidos en la Argentina”.
También explicó haber intentado infructuosamente efectuar sus denuncias ante la Comisión de Justicia y Paz del Vaticano, pero según reconstruyó- su máximo responsable “me siguió para decirme: tengo orden de no recibirte”.
“Esto tiene que ver con el Episcopado argentino y la nunciatura”, especuló Pérez Esquivel, quien recordó haber mantenido seis entrevistas más con el papa.
Por último, reivindicó la actuación de los obispos Enrique Angelelli, Miguel Hesayne, Jaime de Nevares y Alberto Devoto de Corrientes, el primero y el último de ellos asesinados durante la dictadura.

Mensaje final del XXXI Congreso de Teología de la Asociación Juan XXIII


"La JMJ ha ofrecido una imagen autoritaria y patriarcal de la Iglesia" y "ha fomentado la papolatría"   

Los fundamentalismos se canalizan "a través de los movimientos neoconservadores"

Geolocalización de la noticia


José Manuel Vidal, 11 de septiembre de 201

(PERIODISTA DIGITAL)
Los fundamentalismos aumentan la intolerancia, son enemigos de la diversidad y pueden manifestarse bajo cualquier ideología". La denuncia, en toda regla, la hacen los 700 participantes en el XXXI Congreso de Teología, que se clausuró hoy en Madrid. Una condena tajante, porque el feómeno fundamentalista "está cada vez más extendido y se apropia de todas las parcelas de la existencia humana". Incluso de las religiones y, por supuesto de la catolica, en la que suele canalizarse "a través de los movimientos neoconservadores" y de "actuaciones intolerantes de la jerarquía", dirigidas a "minimizar e incluso negar, aspectos fundamentales del Concilio Vaticano II".LEER MÁS