FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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jueves, 15 de diciembre de 2016

NO ES LO MISMO SALOMÉ ARRICIBITA

NO ES LO MISMO

col salome

No es lo mismo la tristeza que la melancolía
no es lo mismo la pobreza que poder vivir al día
no es lo mismo estar vacío que buscar llenar la vida
no es lo mismo estar a oscuras que estar ciego a la justicia

Apareciste en mi vida y ya nada fue lo mismo
nada me es indiferente, ya no hay frío, no hay abismos
me acompañas de camino, y no da igual lo que opino
y me ayudas a ser fuerte al compartir el pan y el vino

HICISTE ARDER MI CORAZÓNY YA NO PUEDO "SER" SIN TU CALORQUIERO VIVIR EN VELAQUIERO INCENDIAR LA TIERRAREAVIVARLA CON EL ASCUA DE TU AMORDE TU AMOR... DE TU AMOR...
No es lo mismo ignorarte que no verte en unos ojos
no es lo mismo compartir que repartir nuestros despojos
no es lo mismo respetar que hacer caso omiso a todos
no es lo mismo incomodarme que salir de mí hacia otros

Apareciste en mi vida y ya nada fue lo mismo
nada me es indiferente, ya no hay frío, no hay abismos
me acompañas de camino, y no da igual lo que opino
y me ayudas a ser fuerte al compartir el pan y el vino

HICISTE ARDER MI CORAZÓNY YA NO PUEDO "SER" SIN TU CALORQUIERO VIVIR EN VELAQUIERO INCENDIAR LA TIERRAREAVIVARLA CON EL ASCUADE TU AMORQUIERO VIVIR EN VELAQUIERO INCENDIAR LA TIERRAREAVIVARLA CON EL ASCUADE TU AMORDE TU AMOR... DE TU AMOR...
Haces arder mi corazón... y ya nada es lo mismo...

Salomé Arricibita


Para descargar la canción pinche el siguiente enlace: No es lo mismo.mp3 y dele al botón derecho del ratón y guardar como...

¡¡EN ADVIENTO REGOCÍJATE!!

col cardenas

«Estén siempre alegres en el Señor,
les repito, estén alegres. El Señor
está cerca… » (Fil 4, 4)

En pleno tiempo de Adviento, un anuncio alto y claro para quienes somos Iglesia, la palabra que nos invita a alegrarnos, sin interrumpir la actitud de esperanza, ante la inminente manifestación de nuestro Señor. El regocijo y la esperanza se hacen, de aquí en adelante, la clave para disponerse en serio a vivir la Navidad.
No obstante, no siempre es fácil encontrar la palabra y gesto oportuno, que mueva al sincero regocijo, en los pasos cotidianos de la vida cristiana. A pie, por las calles, abriéndonos paso entre las muchas dudas y cuestionamientos, juicios y retos, carencias y debilidades; el regocijo parece a veces utopía, cuando tantas noticias desagradables nos invaden sin piedad:
¿Cómo podríamos regocijarnos sinceramente, en medio de tantos rostros hermanos que están llorando, víctimas del sufrimiento?
¿Cómo podría nuestro regocijo parecer sincero y adulto, en medio de tantas palabras hirientes, gestos culpabilizantes y acciones crueles de unos contra otros?
¿Cómo podemos regocijarnos de verdad, sin perder de vista la urgente necesidad de tomarnos en serio la misericordia y la solidaridad?
¿Cómo invitar reiteradamente a la humanidad al regocijo, sin que suene a cierto cinismo, ante las infamias y los crímenes de los que sin cesar somos testigos impotentes?
¿Cómo conseguir estar siempre alegres, aún en medio de la violencia y la tempestad?
¿Quién se atreve a invitar al regocijo, a quien sufre la depresión o le invade la angustia en la enfermedad de un ser querido, o sumergido en el duelo por la pérdida de alguien amado?
Sin embargo, no solamente es invitación seria y adulta, también es una respuesta inteligente ante lo que nos cuestiona. Hoy es importante invitar al regocijo. No es tonto ni ingenuo el regocijo del Adviento, cuando se mantiene humedecido con lágrimas, e impregnado de sudor. No es una burla, ni una salida fácil ante las consecuencias del pecado. Es una forma muy madura de hacer frente a la historia, con perdón y amor.
Por eso:
Regocíjate; Iglesia que estás en Adviento, esperando sin expectativas pero con esperanza, a tu Salvador, quien recrea tu vida y te ofrece felicidad plena.
Regocíjate, pueblo sacerdotal, porque a quien esperas es la razón de tu alegría más completa, y en la comunión a la que te invita, se encuentra tu fortaleza para seguir luchando por la paz y la justicia.
Regocíjate. No te digo regodéate. No engordes tus seguridades, ni intentes guarecer tus pertenencias. Muestra al mundo que, en realidad, no tienes tanto como parece, ni necesitas tanto como puedas obtener. Te basta con la diaria solidaridad.  Fortalece tu ánimo, fortaleciendo el ánimo de los demás.
Regocíjate, no por los bienes que poseas, porque aún sin necesidad de conseguir, tener y retener, vives nutrida por el gozo que viene de la presencia de tu Señor. Ni los privilegios, ni el poder te harían tan feliz como esa sonrisa, esbozada en la pobreza, ese abrazo, apretujado con afecto en el sufrimiento y esa bondad, que se consigue mantener, tenazmente, en la guerra
Reitero:
Regocíjate, aún en las situaciones más oscuras. Aún en el llanto y la soledad, en el fracaso y la injusticia; ahí precisamente, llena de gozo los huecos, ábrete paso sin darte por vencida.
Regocíjate, y mantén vivas las ascuas de la esperanza, que te den luz y abrigo aún en la más densa oscuridad. Encuentra tu fortaleza en la humildad, no intentes ocultar tu vergüenza, y pide perdón con sinceridad.
Regocíjate, y une tus manos; busca sin darte por vencida la unidad fraterna, aún en la diversidad. No temas a quienes piensen diferente, ni intentes eliminar a quienes puedan parecer amenazantes. Acógelos, como acoge tu Señor, y ofrece franco tu humano corazón. Colabora con las iniciativas en favor de la paz y la equidad.
Regocíjate, y viste de rosa tu liturgia sin pudor. Celebra desde la ternura y la debilidad, que en todo puede mucho, y sonríe francamente ante la humanidad. Que todas las personas, sea cual sea su identidad, su situación vital o su discurso ante la sociedad, encuentren en ti, un cálido y seguro hogar.
Regocíjate, porque son muchas las mujeres, consagradas y laicas, las madres y padres de familia, los jóvenes y ancianos, los diáconos, ministros y obispos; que siguen apostando por el Evangelio sincero y audaz.
En este tiempo de espera… ¡Regocíjate, de verdad!

CONVIVENCIA

col munarriz

La inteligencia, la simpatía, el tesón, la creatividad, la capacidad de esfuerzo o la vena artística, son cualidades humanas que nos permiten progresar como personas y como humanidad. Pero para que haya en el mundo inteligencia, simpatía o tesón es necesario que se encuentren encarnados en personas inteligentes, simpáticas, tesoneras... Se da la circunstancia de que estas cualidades están muy repartidas entre los hombres y mujeres que constituyen el género humano, como si la Naturaleza hubiese pretendido hacernos a todos partícipes del progreso general.
Si una persona es especialmente inteligente o simpática se lo debe a los genes que ha heredado o la educación que ha recibido, lo que significa que es una necedad presumir de ellas. A quien se ufana de “haberse hecho a sí mismo” a base de voluntad, hay que recordarle que esa voluntad también es fruto de los genes, y que su mérito es muy limitado. Esto podría llevarnos a consideraciones morales muy sugestivas, pero lo que aquí queremos resaltar es que todo cuanto tenemos lo hemos recibido, y que lo único por determinar es el uso que vamos a hacer de ello.
Podemos pensar que nuestras cualidades son nuestras; que las tenemos para nuestro disfrute. Y podemos pensar que las hemos recibido para ponerlas al servicio de todos y poder disfrutar de las que otros aportan. El problema es que unos han recibido mucho y otros poco, y este intercambio no puede plantearse en términos conmutativos, sino distributivos. Como dice Karl Marx: “Que cada uno aporte según su capacidad y reciba según su necesidad”… Y la verdad, no sabemos cómo se puede llevar esto a la práctica ─y él tampoco lo sabía─, pero es una excelente vía para caminar hacia la plenitud humana.
Las sociedades modernas basan la convivencia en las leyes. Quien se salta la ley es perseguido y en su caso juzgado y condenado. Y eso está muy bien, pero refleja una sociedad todavía inmadura a la que le falta mucho trecho por recorrer. Porque la ley deja a la persona a sus fuerzas, le pone preceptos que debe cumplir, le amenaza, le castiga, pero no le cambia el corazón. Una sociedad madura basa la convivencia en el arraigo de unos valores que cambian a la persona por dentro… y ya no necesita mandarle nada. Esto no significa que se pueda prescindir de las leyes, sino que el énfasis debe ponerse en el arraigo de valores y no en la promulgación leyes. Y es que la convivencia se puede imponer y se puede sembrar. Si se siembra tarda un tiempo en dar fruto, pero cuando lo da, da el ciento por uno.
Cualquier organización humana ─sea política o empresarial─ que se esfuerce en promover en su seno unos valores basados en el bien común, en la necesidad de compartir, la generosidad y el respeto a los demás, cumplirá su misión mucho mejor que otra que no lo haga así. El problema es que se trata de una tarea sorda y a largo plazo que no suele entusiasmar a los gestores. Tampoco es fácil. Es mucho más sencillo refugiarse en las cosas tangibles que se ven y nos dan una confortable sensación de eficacia, aunque a la larga todo el esfuerzo resulte baldío porque se pone el foco en lo secundario y se olvida lo esencial.
En contraste con esta forma de concebir la sociedad —como tarea colectiva basada en el compromiso de cada uno con el bien común—, vemos que la acción política en el mundo está cada vez más marcada por el odio, la descalificación, la revancha, y la garrulería. Vemos que la demagogia infame se impone al sentido común aupando al poder a profetas de la bronca y el enfrentamiento. Y esto es algo inquietante, porque estas actitudes que nacen en la cumbre acaban empapando todos los estratos de la sociedad, y la sociedad desgarrada y rota.

Se necesita otra Unión Europea


Xavier Caño Tamayo – ATTAC Madrid

La dimisión del primer ministro italiano Matteo Renzi, tras la victoria del No en el referéndum en Italia, más el inesperado Brexit de hace unas semanas, ha generado que medios, voceros y portavoces teman una inestabilidad institucional en la Unión Europea. Pero tal vez lo que preocupa a los de arriba, sea bueno para quienes están abajo. Veamos. ··· Ver noticia ···

Rechazo al inmigrante, signo de Adviento


Marco Antonio Velásquez

La Real Academia Española define escuetamente a la xenofobia como fobia a los extranjeros. Se trata de una conducta humana ancestral que remite a funciones sicológicas elementales, que reviven el instinto animal de la territorialidad. Sin embargo, en la evolución humana de la persona abierta y sociable el instinto es superado por la virtud de la solidaridad y de la apertura. ··· Ver noticia ···

Francisco: “Sólo una estrategia integral permite combatir la pobreza, restituir la dignidad y cuidar la naturaleza”


C. Doody/RV

Papa Francisco7
El Papa Francisco clama una vez más por “un liderazgo global auténtico”
Gabriele Bentoglio: “La Santa Sede subraya sin cesar la dignidad de todo ser humano”
Desde el comienzo de su pontificado, el Papa Francisco alienta la adopción de soluciones sostenibles
“Sólo una estrategia integral permite combatir la pobreza, restituir la dignidad a los excluidos y al mismo tiempo cuidar la naturaleza”. El Papa ha vuelto a alentar a los gobiernos a que afronten la crisis global de los refugiados, insistiendo en que una solución a tal problema solo será posible en la medida en que se acabe con la pobreza, la guerra y el tráfico de personas. ··· Ver noticia ···

Cristianismo y la Revolución

Alonso Ignacio Salinas Garcia (Chile)


Reflexión sobre las dos identidades del cristianismo –la construida por los hombres y la de Jesucristo- y el deber revolucionario que tienen los cristianos militantes.
Clotario Blest fundó en 1928 el grupo Germen, que buscaba difundir principios cristianos distintos a los del sector conservador de la Iglesia Católica, además de apoyar la lucha de los trabajadores. Germen tuvo una revista homónima, en la cual Blest escribía las editoriales y algunos artículos. La agrupación se consideraba católica y abogaba por la unión de la clase trabajadora, criticó el rol de la Iglesia en la sociedad, especialmente su actitud con las clases más desposeídas. En la declaración de principios de Germen se establecía:
“Se ha desfigurado a Cristo ante las masas hasta el extremo de hacerlo odioso. Silencio alrededor del obrero que es Cristo: mucha palabrería alrededor del Dios que es rey. Se ha desfigurado a Jesús, mirándole sólo como Dios, y no como hombre y obrero, verdadero hermano nuestro según la carne, donde Él quiere y desea y pide ser imitado y amado” (Salinas, M. 1991, p. 10)1.



Siendo una realidad que se ha impuesto desde que Roma oficializo al Catolicismo como la fe del imperio de los Césares, la alianza de la casta sacerdotal con la cuna de la civilización occidental encontró su continuación en los nuevos señores germanos que desmembraron aquel imperio, volviendo la fe cristiana en un instrumento para la dominación de una clase sobre otra.
Los nuevos señores –quienes construirían el mundo feudal- junto a sus amigos sacerdotes se dedicaron a construir una identidad más hereje que los pecadores que torturaba la Iglesia en la inquisición, una fe que habla más de sexo que de justicia social, una fe que se dedica a denigrar a la mujer y mantener el status quo, ¿pero es esta fe la convicción de cristo?

Mientras los Reyes Católicos se dedicaban a perseguir a los judíos y al Vaticano le preocupaba quemar libros, el Evangelio Jesús decía: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos”2. El Jesucristo rubio con ojos azules, con vestimentas lujosas es el señor de los Papas en silla de oro y anillos de lujo, es el señor de las mentiras y falsedades, más no el señor de los cristianos. La larga historia de la fe y Europa –entrelazada para mal- es una historia de vejaciones e injusticias; la inquisición, las guerras religiosas (1524 hasta 1697), las cruzadas, e incluso el mismo Holocausto3, una historia que hace llorar sangre al Carpintero, es una historia producto de la manipulación de los hombres sobre la fe, no de la fe sobre los hombres.
El verdadero y más sincero Jesucristo es precisamente aquel pecador, ese obrero y campesino hijo de Dios, y su historia no sería contada hasta la Teología de la Liberación, la cual perdió su batalla ante la Santa Sede, pero aun así logro cambiar el rostro de la fe cristiana, recuperando ese mensaje revolucionario dado por el verdadero cristo. Y es justamente ese mensaje el que debe recuperarse por parte de los cristianos militantes.
El deber que queda a los creyentes es justamente el devenir de una Sociedad Distinta, pues el deber de los cristianos no es ser; monógamos, vírgenes hasta el matrimonio ni heterosexuales, no es seguir las ridiculeces de personajes como Henry Boys, sino más bien, el deber de los creyentes es revolucionarse a sí mismos –abandonando todos los prejuicios que les impuso- como Jesús camino por cuarenta días y cuarenta noches por el desierto, y buscar la revolución social, crear un mundo distinto, construir el Reino de Dios en la tierra.
Hay una cosa mucho más importante que; rezar, mucho más importante que confesarse y más importante que ir a misa, eso es lo que el cantante Atahualpa Yupanqui dijo en Preguntitas sobre Dios: “Hay un asunto en la Tierra, más importante que Dios, y es que naide escupa sangre pa que otro viva mejor”4. Apena pensar que a pesar de que la historia y la cultura popular construida por la izquierda condena a la fe cristiana por los actos en los que se ha visto envuelta, es más miserable aun que aquellos que la han tomado como símbolo y parte de una identidad político –me refiero específicamente a la Derecha política- sean agentes que continúen perpetuando la falsa figura de Cristo y las injustas doctrinas nacida del sucio pacto entre casta sacerdotal y la extinta nobleza, estos agentes de la moral cuando niegan los derechos reproductivos de la mujer –ayer el derecho a los anticonceptivos, hoy el aborto- niegan a Jesús, niegan que él fue y se paró ante otros agentes de la moral –como hoy la UDI- que iban a apedrear a una mujer por adultera, niegan que la primera apóstol de él fue una mujer, niegan que todos somos hijos de Dios. Y peor aún, cuando estos mismos agentes morales, son a la vez privilegiados que han usado históricamente el miedo al “infierno” y el poder de los sacerdotes sobre el pueblo –en especial sobre el campesinado-, como ocurrió en Guatemala donde se movilizo a la Iglesia Católica para desestabilizar el gobierno de Jacobo Arbenz –el cual atacaba directamente los intereses económicos de la burguesía guatemalteca y al imperialismo estadounidense-.
Los cristianos deben comprender que el infierno solo existe aquí en la tierra, es un estado individual y colectivo, del cual la humanidad es esclava, y siempre será así mientras haya Patrón, siempre será así mientras la Sociedad Civil no controle el poder político y económico. Aquí el desafío de los cristianos militante y los que aún no lo son, las contradicciones de clase y la explotación del hombre por el hombre son antagónicas con el evangelio, los creyentes deben entender que Jesucristo es Revolución. 

Muere el cardenal Paulo Evaristo Arns, icono de la resistencia a la dictadura brasileña


C. Doody/Agencias


Una de las figuras más destacadas de la Iglesia latinoamericana del siglo XX
El franciscano figuró entre los “papables” en el cónclave que eligió a Juan Pablo II
La Iglesia latinoamericana ha perdido a un grande. Este miércoles ha fallecido el cardenal brasileño y arzobispo emérito de Sao Paulo, Paulo Evaristo Arns, conocido el mundo entero por “su dedicación y coraje en la defensa de la dignidad humana”, tal y como ha recordado el actual arzobispo de la ciudad paulista, Odilo Scherer.
Arns, considerado una de las figuras más destacadas de la Iglesia católica latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX, había estado ingresado en un hospital de Sao Paulo por una bronconeumonía. ··· Ver noticia ···

Cardenal Paulo Evaristo Arns: maestro, intelectual refinado, amigo de los pobres

 Leonardo Boff


Leonardo Boff2El Cardenal Pablo Evaristo Arns falleció en la mañana de hoy, 14 de diciembre de 2016. 
He perdido un maestro, un mecenas, un protector y un amigo entrañable. Cosas importantes van a ser dichas y escritas sobre el cardenal Paulo Evaristo Arns, que murió hoy, 14 de diciembre de 2016. No voy a decir nada. Sólo daré mi testimonio personal.
Lo conocí a finales de los años 50 del siglo pasado, en la ciudad de Agudos, São Paulo, cuando yo era seminarista. Volvía de París con el prestigio de ser doctor por la Sorbona. En el seminario, con cerca de 300 estudiantes, introdujo nuevos métodos de enseñanza. Nos hizo estudiar literatura griega y latina, idiomas que dominaba como dominamos la lengua materna. Nos hizo leer las tragedias de Sófocles y Eurípides en griego. Sabíamos tanto griego que hasta representábamos la Antígona en ese idioma, y todos entendíamos.


Después vine a conocerlo de nuevo en Petrópolis como profesor de Patrística y de la historia cristiana de los primeros dos primeros siglos. Nos obligaba a leer a los clásicos en su idioma original: san Jerónimo, su favorito, en latín, y san Juan Crisóstomo, en griego.
Cuando le visité hace dos años en el convento de religiosas en las afueras de Sao Paulo lo encontré leyendo sermones en griego de san Juan Crisóstomo.
Fue nuestro maestro de estudiantes a lo largo de los estudios de teología en Petrópolis, de 1961 a 1965. Acompañaba con interés a cada uno en sus búsquedas, con una mirada profunda que parecía llegar hasta el fondo del alma. Era alguien que siempre buscó la perfección. Incluso, entre nosotros los estudiantes, disputábamos para ver quién encontraba algún defecto en su vida y actividad. Cantaba maravillosamente el canto gregoriano al estilo de Solesmes, más delicado que el duro de Beuron, que había predominado hasta que llegó él.
Durante cuatro años lo acompañé en la pastoral de la periferia. Los jueves por la tarde, el sábado por la tarde y los domingos todo el día, lo acompañé en la capilla del barrio de Itamaraty, en Petrópolis. Visitaba todas las casas, especialmente las familias portuguesas que cultivaban flores y horticultura. Donde llegaba, enseguida fundaba una escuela. Estimulaba el trabajo de los poetas y escritores locales. Después de la misa de las 10, los reunía en la sacristía para escuchar los poemas y cuentos que habían elaborado durante la semana. Estimulaba intelectualmente a todos a leer, escribir y narrar para otros las historias que leían.
Fue un intelectual refinado, conocedor profundo de la literatura francesa. Escribió 49 libros. Nos instó a seguir el ejemplo de Paul Claudel, que acostumbraba a escribir todos los días al menos una página. Seguí su consejo, y hoy ya he pasado de cien libros.
Lo que siempre me impresionó en él fue su amor y su afecto franciscano por los pobres. Hecho obispo auxiliar de São Paulo, inmediatamente se ocupó de las periferias de la ciudad, fomentando las comunidades eclesiales de base y comprometiendo personalmente a Paulo Freire. Como era el tiempo de la dictadura brasileña, especialmente férrea en São Paulo, asumió enseguida la causa de los refugiados venidos del horror de las dictaduras de Argentina, Uruguay y Chile. Su misión especial fue visitar las prisiones, ver las heridas de las torturas, denunciarlas con coraje y defender los derechos humanos salvajemente violados. Corrió riesgos de su vida con amenazas y atentados. Pero como franciscano, siempre mantuvo la serenidad como quien está en la palma de la mano de Dios y no en las garras de la represión policial.
Quizás su mayor logro fue el Proyecto Brasil: Nunca más, desarrollado por él, el rabino Henry Sobel y el pastor presbiteriano Jaime Wright, con todo un equipo de investigadores. Fueron sistematizadas informaciones de más de 1.000.000 de páginas contenidas en 707 procesos del Tribunal Superior Militar. El libro, publicado por la Editora Vozes, Brasil Nunca Más, jugó un papel clave en la identificación y comunicación de los torturadores del régimen militar y aceleró la caída de la dictadura.
Yo personalmente, le estoy profundamente agradecido por haberme acompañado en el proceso doctrinal realizado en mi contra por el ex Santo Oficio, en 1982, en Roma, bajo el presidencia del entonces cardenal Joseph Ratzinger. En el diálogo que siguió a mi interrogatorio, entre el cardenal Ratzinger, el cardenal Lorscheider y el cardenal Arns, en el que yo también participé, valientemente dejó claro al cardenal Ratzinger: «Ese documento que usted publicó hace una semana sobre la Teología de la Liberación no corresponde a los hechos, hechos que conocemos bien; esta teología es buena para los fieles y para las comunidades; usted ha asumido la visión de los enemigos de esta teología, que son los militares latinoamericanos y los grupos conservadores del episcopado, insatisfechos con los cambios en pastoral y en los modos de vivir la fe que este tipo de teología implica». Y añadió: «Espero de usted un nuevo documento, positivo ahora, que reconozca esta forma de hacer teología a partir del sufrimiento de los pobres y en función de su liberación». Y así fue, tres años más tarde.
Todo esto ya es pasado. Queda la memoria de un cardenal que siempre estuvo al lado de los pobres y nunca dejó que fuese ignorado el grito del oprimido por sus derechos violados. Él es una referencia perenne al Buen Pastor que da su vida por los pequeños y los más sufridos de este mundo.

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