FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

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jueves, 20 de julio de 2017

Dar oportunidades - 16º Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

QUE BROTE

col salome 2




Que brote
que brote la vida nueva
que se abran las semillas
que Tú pusiste en mi tierra
que brote, Señor, que brote
que brote, por fin, sin tregua
que venza esa “débil fuerza”
que germina aún con maleza

Que brote
que brote la vida nueva
que se alce de mil colores
para todo el que quiera verla
que brote, Señor, que brote
aún con cizaña o sin ella
que crezca toda esa vida
que se hace fuerte en tu espera

Y CUIDA MIS BROTES NUEVOS
Y RIEGA CUANTO FLOREZCA
QUE TU PALABRA ALIMENTE
MI TIERRA, Y LA VIDA CREZCA (bis)

Y CUIDA MIS BROTES NUEVOS
Y RIEGA CUANTO FLOREZCA
QUE TU PALABRA ILUMINE
MI NOCHE, Y LA VIDA CREZCA


Salomé Arricibita


Para descargar la canción pinche el siguiente enlace: Que brote.mp3 y dele al botón derecho del ratón y guardar como...

Mario Alonso Puig - Ejercicio de Mindfulness

COMPRENDER Y HABLAR DE DIOS DESDE EL BUDISMO (I)

col sequeiros

El budismo no es propiamente una religión sino una filosofía de vida. Pero tal vez pueda ayudar a los cristianos a comprender mejor quién es Dios. En Tendencias21 de las religiones hemos aludido en otros artículos al teólogo católico Paul F. Knitter. Su reflexión teológica se ha centrado la solidaridad con las víctimas y la reconciliación con la naturaleza. Desde esta perspectiva, espiritualidad, lucha por la justicia y defensa global del planeta Tierra son tres dimensiones de un mismo proceso: el ecohumanismo. Pero un último ensayo (“Sin Buda no podría ser cristiano”, Fragmenta, 2016) reflexiona sobre una hipótesis sugerente: la filosofía del budismo puede ayudar a los cristianos a reformular racionalmente muchas de las formulaciones de la fe. Buda acude en auxilio de los teólogos. Por Leandro Sequeiros.
En recientes artículos publicados en Tendencias21 de las Religiones, se han presentado diversas facetas de lo que se denomina teologías del pluralismo religioso. Entre estos nuevos teólogos destaca Paul F. Knitter, del que hemos publicado un extenso trabajo sobre el ecohumanismo de un teólogo creativo. Como apuntaba el jesuita y teólogo experto en hinduismo Jacques Dupuis [El cristianismo y las religiones. Del desencuentro al diálogo. Sal Terrae, Santander, 2002], cuando hablamos de “teología de las religiones” o del “pluralismo religioso”, no se debe entender el genitivo sólo en sentido objetivo, como si se tratase de un objeto nuevo sobre el que investigar. Más que un nuevo tema para la reflexión teológica, la teología de las religiones debe ser considerada como un nuevo modo de hacer teología en un contexto interreligioso. Es reflexión teológica sobre el diálogo y en el diálogo. Es teología dialógica interreligiosa.         
Principales líneas de fondo la teología de Knitter
Pero, ¿cuáles han sido las líneas argumentales de la teología de Paul F. Knitter? Podemos decir que Knitter sigue el ejemplo de sus mentores: el monje trapense norteamericano Thomas Merton, Aloiysius Pieris, el teólogo hispano-indio Raimon Panikkar y el monje y místico benedictino Bede Griffiths.
Pero pronto Knitter llegó a la convicción de que tenía que ser religioso interreligiosamente, practicar la fe cristiana comprometido con las formas en que han vivido personas judías, musulmanas, hindúes, budistas, indios americanos, etc. y hacer teología dialógicamente.
Knitter reinterpreta la conocida afirmación de su maestro Rahner sobre la mística y los cristianos del siglo XXI. Y repite en sus escritos que: “los cristianos del futuro van a tener que ser místicos interreligiosos”. De igual modo, y hace suya la predicción del teólogo de la Universidad de Notre Dame (USA) John Dunne de que el hombre y la mujer santos de hoy deben ser una figura como Gandhi, un hombre que sobrevuela de su religión a otras religiones, y retorna de nuevo con una nueva visión de la suya propia. Sobrevolar y retornar constituye la aventura de espiritual de nuestro tiempo.
Teología de las religiones y teología de la liberación: una propuesta de futuro
Una de las principales y más originales características de la teología de las religiones de Paul Knitter es lo que él llama la dipolaridad dinámica: parte de la experiencia unificadora de que existen muchos pobres y muchas religiones. Y una no se puede separar de la otra, como no se pueden separar los polos de un imán.      
Esto implica asumir los dos polos de la realidad: la necesidad del diálogo interreligioso y la necesidad de integrar y asumir la perspectiva de las víctimas. Es necesario integrar en una misma dirección la pluralidad de religiones y creencias y la pluralidad de pobres y oprimidos. 
Desde este punto de vista, la teología de la liberación y la de las religiones son sin duda dos de los movimientos más creativos y significativos de la teología cristiana del último siglo. Sin embargo, han caminado por separado durante mucho tiempo. Knitter cree necesarios la comunicación y el encuentro entre ambas. Una y otra se necesitan y complementan. Es lo que denomina eco-humanismo.
Teología desde el sufrimiento eco-humano
El lenguaje de Knitter es contundente y no permite medias tintas. Incluso llega a hablar de la necesidad de un matrimonio entre las teologías de la liberación y las teologías del diálogo interreligioso. Un matrimonio no de conveniencia, sino por amor. Y con una tarea común: asumir juntos la responsabilidad global de lucha ante el sufrimiento eco-humano: aquel sufrimiento humano provocado por la pobreza, la discriminación y a violencia, y el desgarro medioambiental que amenaza el equilibrio de los ecosistemas.
Desde esta perspectiva, la re-conciliación, la comunión con lo sagrado, conlleva la comunión con los sufrimientos de nuestro mundo. La experiencia religiosa no es posible sin justicia ecológica global. Por eso llega a afirmar que el criterio universal de verdad en las religiones es el bienestar ecohumano.
Pero esa tarea, este proyecto interreligioso y ecohumano es de gran envergadura. La liberación integral de la humanidad y de la naturaleza es una tarea demasiado grande para que descanse sobre una sola nación, una sola cultura o una sola religión. Se necesita el concurso de todas las religiones y culturas, ya que en todas ellas hay dimensiones liberadoras. En palabras de Knitter, se requiere “una cooperación intercultural e interreligiosa en una praxis liberadora y un compartir la visión teórica de la liberación”.
Paul F. Knitter, cristiano budista para poder “hablar” de Dios
Un aspecto menos conocido de la teología de Knitter es el de su acercamiento al budismo. Sugiere que la identidad religiosa es híbrida, plural, promiscua, tanto en su núcleo doctrinal como en su praxis. Se va confirmando a lo largo de la vida en el proceso de formación del yo y en el encuentro con los demás. No existe una identidad única y definida para siempre. Por eso Knitter define su identidad como interreligiosa.
Entre las tradiciones religiosas con las que el teólogo de las religiones conversa y convive, el encuentro con el budismo ha sido el más agradable al tiempo que más difícil, el más profundo a la vez que más gratificante, hasta el punto de afirmar que “sin Buda no podría ser cristiano”. Se define como una persona que intenta ser verdadero discípulo de Cristo e incipiente discípulo de Buda en un mundo sacudido por el sufrimiento y las injusticias, y atormentado por los constantes descubrimientos de la ciencia: “En 1939 fui bautizado. En 2008 me refugié en el budismo. Puedo llamarme a mí mismo verdaderamente lo que pienso que he sido durante estas décadas pasadas. Un cristiano budista”.
Sobre la doble pertenencia, budista y cristiana, se pregunta si existe, si funciona y si no lleva a la infidelidad y a la promiscuidad. A las dos primeras preguntas responde afirmativamente. Su respuesta a la tercera es negativa: desde el punto de vista de las vivencias, no siente que su relación con Buda haya disminuido en modo alguno su compromiso con Jesús, con los valores del evangelio e incluso con las enseñanzas de la Iglesia católica. Todo lo contrario, la ha potenciado. La doble pertenencia no solo debe funcionar, ¡es necesaria! “Puedo ser un cristiano únicamente siendo también un budista”, es la conclusión de su libro Sin Buda no podría ser cristiano.  ¿Podría ser la filosofía budista un camino para encontrar un lenguaje sobre Dios? 
Estas afirmaciones, que pueden resultar escandalosas o al menos confusas para algunos, se justifican desde la explicitación de Knitter de lo que entiende por cristiano y por budista. Tal vez encontremos aquí un camino para hacer coincidir las tendencias de muchas tradiciones religiosas.
Prefacio: ¿Todavía soy cristiano?
Repasemos algunos textos más significativos. Leemos en el prefacio del libro: “Más de una vez me encontraba a mí mismo –cristiano católico de toda la vida, teólogo de profesión- preguntándome: ¿qué es lo que realmente hago, o en qué puedo creer de verdad?” (pág. 12) y prosigue: “¿Realmente creo –o mejor dicho, soy capaz de creer– lo que estas declaraciones [las formulaciones del credo cristiano] atestiguan y expresan? Aun cuando no las tome literalmente, aun cuando recuerde que son símbolos que se han de interpretar prudentemente y con cuidado, si bien no siempre de forma literal, todavía me pregunto: cuando retiro los estratos literales, ¿cuál es el significado interno o más profundo al que me puedo adherir? ¿En qué creo cuando manifiesto que Dios es personal (¡en realidad, tres personas!), que Jesús es el único Salvador, que por causa de su muerte todo el mundo es diferente, que resucitó físicamente de su tumba? El “qué” de mis creencias puede llegar a ser tan escurridizo que me pregunto, con total honestidad, si creo todo eso”. (pág 14).
Y propone esta hipótesis: “Siguiendo el ejemplo y las advertencias de mentores teológicos como Raimon Panikkar, Aloysius Pieris S.J., Bede Griffiths y Thomas Merton, me he convencido de que tengo que hacer mi teología –y vivir mi fe cristiana– de forma dialógica. O en la jerga teológica actual: tengo que ser religioso interreligiosamente” (pág 16)
Y justifica su postura: “Mi conversación con el budismo me ha permitido realizar tanto lo que todo teólogo debe hacer profesionalmente como lo que todo cristiano debe hacer personalmente, es decir, comprender y vivir nuestras creencias cristianas de tal manera que estas sean consecuentes y a la vez un reto para el mundo en que vivimos. El budismo me ha permitido dar razón de mi fe cristiana, de tal manera que puedo mantener mi integridad intelectual y sostener lo que de verdadero y bueno veo en mi cultura; y al mismo tiempo me ha ayudado a cumplir con mi responsabilidad profético-religiosa, y a cuestionar lo falso y perjudicial que veo en mi cultura” (pág 16-17)
Knitter, a la búsqueda de un lenguaje sobre Dios desde el budismo
“Lo que he aprendido del budismo, o la forma en que he entendido e interpretado mis creencias cristianas a la luz del budismo, ¿es coherente con la Escritura y la tradición cristianas? Podría decirlo de esta manera: mi diálogo con el budismo, ¿me ha convertido en un cristiano budista o en un budista cristiano? ¿Soy un cristiano que ha comprendido su identidad más profundamente con la ayuda del budismo, o bien me he convertido en un budista que aún conserva un poso cristiano?” (pág. 17)
“Quiero expresar con toda la lucidez que pueda cómo mi esfuerzo por comprender y dar razón de las enseñanzas y prácticas budistas ha hecho posible que revise, reinterprete y reafirme las creencias cristianas sobre Dios (capítulos I-III), sobre la vida después de la muerte capítulo IV), sobre Cristo como único Hijo de Dios y Salvador (capítulo V), sobre la plegaria y la adoración (capítulo VI) y sobre los esfuerzos para llevar este mundo hacia la paz y la justicia del Reino de Dios (capítulo VII)” (pág. 18)
Todos los capítulos de su provocador ensayo tienen una estructura común: en la primera parte, el autor expresa sus propias dudas de fe cuando expone las creencias cristianas formuladas tal como tradicionalmente se ha hecho. En la segunda parte de cada capítulo, describe su esfuerzo personal por llevar esas creencias al terreno del budismo. Y en la tercera parte, resume lo que cree que puede aprender cuando “regresa” a su identidad y a sus creencias cristianas.
Y concluye: “En el intento de ser un fiel discípulo de Cristo y un incipiente discípulo de Buda en un mundo tan sacudido por el sufrimiento debido a las injusticias como atormentando por los nuevos descubrimientos de la ciencia, he estado durante cuatro décadas planteándome nuevas preguntas y siguiendo nuevas intuiciones mientras, en el proceso, tomaba notas existenciales para el libro” (pág. 20-21).

SE PARECE A…

col Dolores L Guzman

Mt 13, 24-43
Las “cosas de Dios” nos parece que deben ser tan elevadas que cuando alguien las explica de manera asequible apenas nos las creemos y solemos “pedir una explicación”. Esto también les sucedió a los discípulos incluso con el Señor; por eso, cuando Jesús les hablaba en parábolas, le pedían que les aclarara lo que les había contado. La simplicidad cuesta mucho. Demasiado. Asociamos la complejidad a Dios, cuando es todo lo contrario. Por eso a los seguidores del Maestro les resultaba asombroso que no necesitaran ser doctos y “entendidos” en la materia para comprender un mínimo del estilo con el que el Señor había planteado su forma de implementar el Reino.
Que el mismo Jesús utilizara imágenes de la cotidianeidad para hacernos ver cómo es el reino de los cielos es maravilloso. Con ello quiere decir que la Creación es tan rica y significativa que tiene capacidad para remitir a lo divino; transmite así, que lo natural, lo común, encierra verdades hondas. Además, de este modo el mensaje resulta accesible a la mayoría; y entre todos, no solo podemos hacernos una idea, de verdad, de cómo está funcionando ya el Reino, sino saber dónde buscarlo y dónde mirar para encontrarlo.
Tres comparaciones propone el Señor en el evangelio de hoy:
En la primera identifica el Reino con su persona –se parece a un hombre que sembró buena semilla–. Y explica que la semilla son ya los ciudadanos de ese reino, es decir, los que viven con Él y en Él. Pero junto al trigo crece la cizaña. Una compañía nada agradable que a veces ahoga al mejor de los frutos. Una imagen de las mezclas tan potentes que se dan en la vida. Sin embargo, solo a Dios le corresponde recoger la cosecha y separarlos. Porque Él siempre estará atento para que no se pierda ningún tallo, ramita, u hojarasca, por pequeña que sea, que contenga algo aprovechable y salvable. Recolectar así es laborioso, pero se gana mucho (y sobre todo, ganamos todos).
En la segunda, el Reino es como un minúsculo grano de mostaza, de un tamaño parecido a la punta de un alfiler, que la persona siembra en su huerto. El Señor se hace semilla; y no entra en nuestra vida como un huracán, sino como una brisa suave; tampoco como una tormenta, sino como una suave lluvia. Apenas se percibe su presencia, pero va penetrando y haciendo su obra.
En la tercera, compara el Reino de los cielos con la levadura. Un ingrediente muy apreciado por los cocineros pues hace crecer de forma asombrosa la harina que utilizamos para elaborar, por ejemplo, lo bizcochos y el pan. Lo curioso es que con una medida casi ridícula es suficiente para que salgan unas raciones generosas. No hay proporción entre cada uno de los ingredientes. Con un poco de levadura bien repartida la masa “se crece”.
Tres parábolas que nos ayudan a grabarnos a fuego algunas ideas importantes: que el Reino no es otro que Jesús, su persona, pero que en esta vida está amenazado; que no nos corresponde a nosotros cosechar (siempre nos llevaríamos a alguien por delante); y que su apariencia es pequeña y penetra en la realidad de una forma apenas perceptible, en lo oculto, entremezclado con la realidad, y allí, dentro, queda activo y activado, creciendo a su ritmo de una manera misteriosa.

PARÁBOLAS PARA UNA CRISIS (2ª parte)

col sicre

Mateo resume la crisis que atravesó su comunidad a finales del siglo I en cinco preguntas a las que responde con siete parábolas. El domingo pasado vimos la primera, ¿por qué no aceptan todos el mensaje de Jesús?, a la que respondía la parábola del sembrador. En este domingo se plantean otras dos preguntas, a las que se responde en tres parábolas. La primera de ellas (el trigo y la cizaña) debió considerarla Mateo difícil de entender, y por eso ofrece su explicación. Sin embargo, no lo hace de inmediato. Cuenta tres parábolas seguidas y más tarde, cuando los discípulos llegan a la casa, interrogan a Jesús y éste aclara su sentido. En cambio, las parábolas tercera (grano de mostaza) y cuarta (levadura) carecen de explicación en el evangelio.
¿Qué actitud adoptar con quienes no viven el mensaje?
La parábola puede leerse desde diversas perspectivas, según pensemos que la finca es el pueblo de Israel, la comunidad cristia­na, o el mundo entero. Ya que esta parábola sólo la cuenta Mateo, vamos a verla primero desde el punto de vista de su comunidad, seriamente enfrentada con los judíos.
1ª hipótesis: La finca es el pueblo de Israel
En ella, el Señor ha plantado buena semilla (los cristianos). Pero el enemigo ha plantado también cizaña (los fariseos y demás enemigos de la comunidad). La tentación de cualquiera de los dos grupos es decidir por su cuenta y riesgo quién es trigo y quién cizaña. Pablo, por ejemplo, antes de convertirse, pidió permiso a las autoridades de Jerusalén para perseguir a los cristianos. Pero también la comunidad cristiana puede correr el riesgo de intentar acabar con los que no forman parte de ella o no los tratan como consideran justo. Así ocurrió cuando una aldea de Samaria no acogió a Jesús y los discípulos: Juan y Santiago le propusieron hacer bajar un rayo del cielo que acabase con todos (Lc 9,51-56). Con esta parábola, Mateo hace una exhortación a la calma, a dejar a Dios la decisión en el momento final.
2ª hipótesis: La finca es la comunidad cristiana
La parábola también podría entenderse dentro de la comunidad cristiana (sola ésta sería la finca), donde hay gente que respon­de al evangelio (trigo) y gente que no parece vivir de acuerdo con él (cizaña). El mensaje es el mismo en este caso. Aunque las cosas parezcan claras, es fácil que al arrancar la cizaña se lleven por delante el trigo. Porque cualquiera de nosotros, por muy preparado que se considere teológica y moralmente, puede equivocarse. No son raros los casos de personas condenadas por la Iglesia que terminaron no sólo rehabilitadas sino también canonizadas.
3ª hipótesis: la finca es el mundo
Finalmente, la parábola se puede interpretar en un contexto más general, donde la finca es el mundo, la buena semilla los ciuda­danos del Reino y la cizaña los secuaces del Malo. En esta línea se orienta la explicación de los versículos 36-43.
En cualquiera de estas tres hipótesis (todas válidas), Jesús advierte contra el peligro de que paguen justos por pecadores. Es preferible tener paciencia y dejar la justicia a Dios, el único que puede emitir un veredicto exacto, sin temor a equivocarse.
La primera lectura, tomada del libro de la Sabiduría, se mueve en esta línea de bondad y tolerancia, poniéndonos a Dios como modelo. Un Dios al que el poder impulsa, no a castigar sino a perdonar, que gobierna con moderación e indulgencia, y que siempre da un voto de confianza al pecador, esperando que se convierta.
¿Tiene algún futuro esto tan pequeño?
La comunidad de Mateo es pequeña. Las otras comunidades también. Han pasado ya cincuenta años de la muerte de Jesús, y aunque el cristianismo se va extendiendo por el Imperio Romano, representan una minoría. ¿Qué futuro tiene este grupo tan pequeño? ¿Qué futuro tiene la iglesia actual, que carece del influjo y el poder que tenía hace unos años? Mateo responde con dos parábolas: la del grano de mostaza y la de la levadura. Ambos coinciden en ser algo pequeño, pero más importante de lo que puede parecer a primera vista.
El grano de mostaza
Esta parábola sólo se comprende a fondo cuando se conoce una parábola del profeta Ezequiel que utiliza Jesús como modelo. A comienzos del siglo VI a.C., cuando el pueblo de Israel se encontraba deportado en Babilonia, para expresar que su suerte cambiaría y sería espléndida, Ezequiel cuenta lo siguiente:
Cogeré una guía del cogollo del cedro alto y encumbra­do;
del vástago cimero arrancaré un esqueje
y lo plantaré en un monte elevado y señero,
lo plantaré en el monte encumbrado de Israel.
Echará ramas, se pondrá frondoso
y llegará a ser un cedro magnífico;
anidarán en él todos los pájaros,
a la sombra de su ramaje anidarán todas las aves. (Ez 17,22-23).

Jesús acepta la imagen del árbol y la idea de que sirve para acoger a todas las aves del cielo. Pero introduce un cambio radical: no elige como modelo el cedro alto y encumbrado, sino el modesto arbusto de mostaza, que, cuando crece, «sale por encima de las hortalizas». Es un ataque lleno de humor e ironía al triunfalismo. Lo importante no es que el árbol sea grandioso, sino que pueda cumplir su función de acoger a los pájaros. Para la comunidad de Mateo era una excelente lección, y también debe serlo para nuestras tentaciones de triunfalismo eclesial.
La levadura
Algo parecido ocurre con la parábola de la levadura. Se usa en poca cantidad, pero cumple su función, hace que fermente la masa. La tentación de la comunidad cristiana es querer ocupar mucho espacio, ser masa, llamar la atención por su volumen, por el número de miembros. Jesús dice que lo importante es la función de fermentar la masa.
Resumiendo lo leído hasta ahora, Mateo ofrece una explicación de la realidad (sembra­dor) y una llamada a la sereni­dad (trigo y cizaña) y a confiar en algo que tiene unos comienzos tan modestos (mostaza y levadura). El próximo domingo, otras tres parábolas completarán esta enseñanza.

Las tres preocupaciones principales de Jesús

José M. Castillo, teólogo


Castillo2Fuente: Teología sin censura
En el informe, que José M. Vidal ha publicado en RD sobre una misa en la capilla de Sao Felix do Araguala (Mato Grosso. Brasil), el vicario general de la diócesis de Casaldáliga, Félix Valenzuela, recordó en la homilía que las tres preocupaciones principales de Jesús fueron la salud de los enfermos, la alimentación de los hambrientos y las buenas relaciones interpersonales.
Sobre estas tres preocupaciones de Jesús, que analicé ampliamente en mi libro “La humanización de Dios” (Trotta, 2009), quiero explicar algunas cosas que me parecen importantes.


Es verdad que Mc 1, 14 resume la misión de Jesús en el anuncio de la cercanía del “Reino de Dios”, la “conversión” y la “fe”. Pero lo que importa es precisar cómo realizó Jesús esta misión. No fundó una religión, ni construyó un templo, ni organizó un clero con sus rituales, ceremonias y normas sagradas. Además, se comportó con tal libertad respecto a todo eso, que en seguida entró en conflicto precisamente con los “hombres de la religión”. Un conflicto que le llevó a la muerte. ¿Por qué? Porque, para Jesús, más importante que el sometimiento a la religión, es la salud, la vida, la dignidad, la libertad y la felicidad de las personas. Esto es lo que destacan los sumarios, que presentan los evangelios, de lo que fue la actividad de Jesús (Mt 4, 23-24; 9, 35; cf. 8, 1. 16; 12, 15 s; 14, 35; 19, 21 y par.). Estos sumarios no son una exposición histórico-biográfica de lo que hizo Jesús. Son más bien un “cuadro general” de lo que después se particulariza en los relatos de la actividad de Jesús (U. Luz). La actividad que le llevó a la muerte. Porque la religión establecida no soportó el Evangelio. Es lo que viene a decir el evangelio de Juan cuando relata el juicio del Sanedrín y su sentencia de muerte. Precisamente porque Jesús le devolvió la vida al difunto Lázaro, lo que – a juicio de los profesionales de la religión – les ponía en grave peligro a los dirigentes del templo y al templo mismo (Jn 11, 47-53).
Todo esto no quiere decir que Jesús le concediera más importancia a lo humano que a lo divino. Lo que nos dice es que las religiones se organizan de manera que, con demasiada frecuencia, el argumento de la búsqueda de Dios se gestiona de forma que en realidad lo que se consigue es “poder”, “dinero” y “privilegios”. Esto es lo que el Evangelio de Jesús no soporta.
Pero lo que sucedió es que, con el paso del tiempo, la religión no tardó en sobreponerse al Evangelio. No es posible, en el reducido espacio de este artículo, analizar cómo y por qué se produjo esta marginación del Evangelio. Lo que pretendo destacar es que – a mi modo de ver – la cristología y la eclesiología se tienen que replantear con urgencia. Para que sea posible analizar e interpretar la “religión” desde el “Evangelio” y no el “Evangelio” desde la “religión”, que es lo que (sin darnos cuenta) estamos haciendo, con demasiada frecuencia. Porque, si seguimos como estamos, seguiremos teniendo una teología, una Iglesia, una liturgia, una espiritualidad y una ética que, con el Evangelio en las manos, justifican y gestionan (“sagradamente”) las ambiciones más bajas y que más daño causan a los simples mortales, que no disponen de otra cosa que su limitada humanidad. Y el colmo del disparate será continuar con lo que estamos haciendo. Y además con la conciencia del “deber cumplido”. Así, no vamos a ninguna parte. 

La matanza fundacional del franquismo: 81 años del golpe de Estado del 18 de julio


Alejandro Torrús


La obra ‘Los desaparecidos de Franco’ supone un estudio del franquismo que parte del relato de las víctimas para tratar de describir la magnitud del plan de exterminio de los militares que se alzaron en armas hace hoy 81 años.
El franquismo nació con un “exterminio suficiente”. Un plan de exterminio sistemático que llevó a cada localidad española su matanza particular. Es decir, al ocupar una aldea, el plan de Franco no era arrasarla, sino practicar dos docenas de fusilamientos, con lo cual se conseguía una inversión en terror y escarmiento que aseguraría la paz social durante décadas. Una matanza sin la que no se puede entender el franquismo ni tampoco la Transición.
Este martes se cumplen 81 años del golpe de Estado militar que dio inicio a la Guerra de España y el historiador Francisco Moreno no tiene dudas en señalar qué sucedió a partir de ese momento: “un exterminio suficiente o disperso”. Esta es la tesis que defiende en la obra Los desaparecidos de Franco (Editorial Alpuerto) donde se apunta que el plan de exterminio franquista es algo “intrínsecamente unido” a la dictadura. No se puede entender a Hitler sin las cámaras de gas, ni a Franco sin el “exterminio suficiente”. ··· Ver noticia ···

“La dictadura franquista fue una venganza”


Olivia Carballar


(lamarea, 15-7-2017)
‘La fosa borrada del sur’, un documental dirigido por Diego García Campos, intenta hacer entender cómo pudieron ocurrir los hechos y por qué se permitió silenciarlos durante tantos años.
Sólo en la provincia de Almería, entre 1939 y 1945, fueron procesadas 11.300 personas. De ellas, 609 fueron condenadas a muerte. Y más de la mitad, en torno a 380, fueron fusiladas en las tapias del cementerio de San José. Unas 350 murieron en la cárcel de El Ingenio, víctimas de torturas, enfermedades y hambre. Es la historia que narra La fosa borrada del sur (Ediciones Paralelo 37 Audiovisual), un documental que intenta hacer entender cómo pudieron ocurrir los hechos en la dictadura franquista y por qué se permitió silenciarlos durante tantos años. Charlamos con su director, Diego García Campos, que esta semana ha presentado la cinta en Sevilla.


– ¿Por qué ha hecho el documental?
En el origen del proyecto se han unido varias circunstancias: mi compromiso como periodista desde mediados de los 90 con la recuperación de la memoria; la necesidad de saber qué ocurrió con estas víctimas en Almería y la iniciativa conjunta con la ARMH Almería y su pasado reciente para apoyar a un grupo de familiares de víctimas a que encontraran a sus seres queridos.
– ¿Qué quiere transmitir con él?
Que el silencio y la injusticia no deberían haber quedado impunes. Que la violencia de posguerra no era necesaria. Que nadie debe impedir que ese dolor antiguo de posguerra quede ahí sepultado para siempre, y que hay unas víctimas que tienen, al menos, derecho al honor y la memoria.
– “Comenzó una nueva guerra… la de la venganza, la persecución, el miedo…”, dice el documental. ¿Por qué sigue España sin entenderlo?
Ni siquiera los historiadores que han estudiado nuestra historia reciente a fondo lo entienden. Todo fue una venganza, ni siquiera pesaron esos principios de perdón cristiano a los que tanto se acogieron durante y después de la guerra los vencedores. Fue una represión sin piedad, cruel y continuada. Por eso una de las cuestiones pendientes es construir un relato en el que se clarifiquen ciertas cuestiones básicas, tal y como hicieron las dictaduras fascistas europeas y otras dictaduras latinoamericanas. Aquí se hizo una ley de punto y final y se cerró la herida en falso.
– “El que olvida el pasado le vuelve la espalda al futuro”, dice una de las personas más mayores que sale en la cinta.
Es Alberto, un abuelo comunista que sufrió la violencia de posguerra en toda su familia, incluido él mismo. Uno de ellos, su hermano, fue fusilado después de ser torturado de una forma que hiela la sangre. Su edad no le impide seguir luchando con fuerza por que se conozcan aquellos hechos
– El documental incluye una parte ficcionada. ¿Por qué?
Se ficciona un juicio sumarísimo, traslado de presos, cárcel y fusilamiento en el tristemente conocido cementerio de San José, entre otras cuestiones. Es un apoyo a la parte documental. Sobre todo para intentar acercar a los ojos del siglo XXI lo que pudo ocurrir en esos años de posguerra. Hoy, tristemente, aún se enseña una historia torcida en algunos lugares. Los jóvenes y los no tan jóvenes deben entender que aquello no fue solo una guerra, que unos luchadores perdieron su vida por enfrentarse a unos golpistas y que la muerte no fue suficiente para los vencedores. La humillación y el dolor han pervivido y aún hoy siguen en parte.
– ¿Cree que el documental tendría que verse en las escuelas?
Precisamente explicamos en las presentaciones que se ha hecho en un tono didáctico. No obstante, hay algunos momentos muy duros por lo que se describe y por cómo lo describen los hijos o los nietos de las víctimas. Hemos pretendido ser didácticos. Por eso se intercalan puntos de vista de cinco historiadores, investigadores de referencia de la memoria –Fernando Martínez, Antonio Cazorla, Eusebio Rodríguez, Juan Hidalgo y Óscar Rodríguez–, que explican los acontecimientos para que se entiendan, y cómo se organizó la represión.
– ¿Se lo recomienda a miembros del Gobierno? Me acuerdo del diputado por Almería, y portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando.
Este y otros documentales que se han realizado a nivel de todo el territorio español deberían ser herramientas de concordia y reconocimiento de un pasado que está por reescribir y entender, no armas arromadizas de unos contra otros, y menos de falta de respeto al honor y recuerdo de las víctimas o de sus familiares. Algunos comportamientos no tienen ni calificativo. El respeto a las víctimas debe estar por encima de todo. Primero conocer, luego acordar un relato nuevo de la historia de acuerdo a las investigaciones y realidades. Poco ocurrió como se escribió. Hay mucho interés en ocultar en cada territorio quién hizo cada cosa y de qué forma se benefició, incluso económicamente, de aquellas muertes y expolios.

Mosul: un horror que no acaba nunca


Yassamine Mather


El 10 de julio el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi declaró que Mosul había sido “liberado”. El Estado Islámico (Isis) sólo controlaría “una o dos bolsas” en la ciudad. Al-Abadi llegó a la devastada ciudad para saludar a las fuerzas militares iraquíes, – y buscar la popularidad que tanto necesita.
Pero el triunfalismo, del que se hizo eco Teherán, es prematuro. El 11 de julio Lise Grande, la coordinadora para asuntos humanitarios de Naciones Unidas, afirmó que cientos de civiles – quizás tanto como 3.000 – aún estaban atrapados en las zonas donde los combatientes de Isis seguían resistiendo. Eran, dijo, personas con discapacidad en su mayoría, ancianos y niños que no habían logrado escapar de los barrios donde se lucha casa a casa. ··· Ver noticia ···

“Los cristianos que están al servicio del prójimo son anticapitalistas”


Alonso Salinas


La aplastante victoria de la Derecha en las Primarias y el éxito de Piñera me hacen reflexionar, y simplemente debo decir que ser de Derecha y cristiano es una contradicción biológica que lleva existiendo demasiado tiempo.
Hay principios básicos del modelo económico ofrecido por los Chicago Boys y adoptado por la Dictadura: que la única estructura para el desarrollo económico es una en la que el sector privado puede operar libremente; la empresa privada es la forma más eficiente de la organización económica, y por eso, el sector privado debe ser el factor predominante en la economía. En el “Ladrillo” se planteó que el bien moral del empresariado y su rol en la reconstrucción de la sociedad produciría bienestar. ¿Aumentó la calidad de vida? y si lo hizo, ¿a qué costo? Las encuestas dirán que hoy hay un mejor estándar de vida, pero ¿no es al menos sospechoso que aumentaran los suicidios y la depresión de forma estrepitosa? Dios no creó vida para que esta se bote, debemos luchar por la vida, y luchar por la vida es luchar contra el sistema que te deprime y mata.··· Ver noticia ···

El barco ultra que quiere frenar la inmigración a través del Mediterráneo



inmigrantes6Un grupo xenófobo fleta una embarcación para controlar a las ONG y bloquear los rescates
Este no es un verano cualquiera, sostienen Lorenzo Fiato y sus jóvenes colegas del movimiento ultraderechista y xenófobo Generación Identitaria. Este año, explican en su web, toca renunciar a las vacaciones, comprometerse, pensar en otro tipo de actividad. Conviene prepararse para frenar la creciente africanización de Europa. Nada menos. Y para ello, este grupo surgido de los cachorros de un partido político francés opuesto al islam y a la inmigración ha recaudado más de 160.000 euros, ha fletado un barco de 40 metros y se dispone a lanzarse durante un par de semanas a “monitorizar las actividades ilícitas de las ONG” que rescatan a los migrantes. Llegado el caso, sostienen, también a devolverlos a Libia ··· Ver noticia ···

A 500 años de la Reforma Protestante



LuteroCristianisme i Justícia publica un cuaderno de Jaume Botey sobre este acontecimiento trascendental para la historia europea y mundial, y apuesta por el acercamiento entre el protestantismo y el catolicismo
El año 1517, Martín Lutero inició un movimiento de carácter espiritual que tuvo un alcance y unas consecuencias trascendentales para la historia europea y mundial. Con las 95 tesis sobre las indulgencias que planta en la puerta de la Iglesia de Wittenberg, se inicia la Reforma protestante con la que quería que la Iglesia volviera al Evangelio, y que acabó con ruptura y división.


Aquel conflicto fue más allá del ámbito religioso y puso de manifiesto la existencia de dos culturas, dos maneras de entender la política y el poder y, incluso, dos modelos económicos. El movimiento de Lutero fue la expresión de las profundas fisuras que desde finales del siglo XIII aparecieron en la unidad entre pontificado e Imperio sobre la que se asentó el feudalismo. Síntomas del cambio eran una nueva visión del universo, la aparición de nuevos inventos como la imprenta o la aspiración a un nuevo modelo de relaciones sociales, entre otros.
No se puede entender la Europa de hoy sin la Reforma del siglo XVI y la figura de Lutero. Muchos de los debates que configuraron el inicio del Renacimiento, vuelven a ser los grandes debates de hoy, en una sociedad europea tan perpleja como la de entonces: cambio de modelos económicos, políticos e incluso filosóficos en un creciente nominalismo y desgaste de las grandes palabras, tanto en política como en el campo cultural y el religioso. Según el autor, católicos y protestantes se enfrentan hoy a dos grandes retos: la secularización de la cultura contemporánea y el sufrimiento que causa el crecimiento de la pobreza y el drama de los refugiados. Las consideraciones de Lutero sobre la laicidad así como su Teología de la Cruz posiblemente pueden ayudar a acercarnos a estas dos realidades.
El acercamiento entre protestantismo y catolicismo
500 años después de la reforma protestante, el diálogo entre protestantes y católicos, sin perder las respectivas identidades, es un hecho de enriquecimiento mutuo. El cuaderno apuesta por celebrar conjuntamente aquel episodio trascendental tratando de encontrar lo que nos une y nos ayude a situarnos ante los retos del mundo de hoy. El mismo papa Francisco reconocía recientemente que “la experiencia espiritual de Lutero nos interpela” y afirma que ambas iglesias están invitadas a rezar, amar y trabajar juntas, “superando controversias y malentendidos que a menudo nos han impedido comprendernos unos a otros”.

Es por todo ello que el centro de estudios Cristianismo y Justicia ha dedicado este cuaderno a la Reforma Protestante, su punto de partida y su principal protagonista, Lutero. Conocer y comprender estos hechos históricos resulta primordial para comprender la Europa de hoy.
Jaume Botey es Licenciado en Teología. Doctor en Antropología y Profesor de historia de la UAB. Ha publicado “Los dueños del mundo y los Cuarenta ladrones” (2002). Ha escrito los cuadernos de Cristianisme i Justícia “El dios de Bush” (cuaderno 126, julio 2004), “Conversaciones con Agustí de Semir” (cuaderno 136, octubre 2005) y “Construir la esperanza” (cuaderno 154, junio 2008). Es miembro del equipo de Cristianisme i Justícia.

Cuaderno
· “A 500 años de la Reforma Protestante” – castellano [descargar]

Domingo 23 de Julio, 16 del tiempo ordinario: Importancia de lo pequeño

José Antonio Pagola

Al cristianismo le ha hecho mucho daño a lo largo de los siglos el triunfalismo, la sed de poder y el afán de imponerse a sus adversarios. Todavía hay cristianos que añoran una Iglesia poderosa que llene los templos, conquiste las calles e imponga su religión a la sociedad entera.
Hemos de volver a leer dos pequeñas parábolas en las que Jesús deja claro que la tarea de sus seguidores no es construir una religión poderosa, sino ponerse al servicio del proyecto humanizador del Padre –el reino de Dios– sembrando pequeñas «semillas» de Evangelio e introduciéndolo en la sociedad como pequeño «fermento» de una vida humana.
La primera parábola habla de un grano de mostaza que se siembra en la huerta. ¿Qué tiene de especial esta semilla? Que es la más pequeña de todas, pero, cuando crece, se convierte en un arbusto mayor que las hortalizas. El proyecto del Padre tiene unos comienzos muy humildes, pero su fuerza transformadora no la podemos ahora ni imaginar.
La actividad de Jesús en Galilea sembrando gestos de bondad y de justicia no es nada grandioso ni espectacular: ni en Roma ni en el Templo de Jerusalén son conscientes de lo que está sucediendo. El trabajo que realizamos hoy sus seguidores parece insignificante: los centros de poder lo ignoran.
Incluso los mismos cristianos podemos pensar que es inútil trabajar por un mundo mejor: el ser humano vuelve una y otra vez a cometer los mismos horrores de siempre. No somos capaces de captar el lento crecimiento del reino de Dios.
La segunda parábola habla de una mujer que introduce un poco de levadura en una masa grande de harina. Sin que nadie sepa cómo, la levadura va trabajando silenciosamente la masa hasta fermentarla por completo.
Así sucede con el proyecto humanizador de Dios. Una vez que es introducido en el mundo va transformando calladamente la historia humana. Dios no actúa imponiéndose desde fuera. Humaniza el mundo atrayendo las conciencias de sus hijos hacia una vida más digna, justa y fraterna.
Hemos de confiar en Jesús. El reino de Dios siempre es algo humilde y pequeño en sus comienzos, pero Dios está ya trabajando entre nosotros promoviendo la solidaridad, el deseo de verdad y de justicia, el anhelo de un mundo más dichoso. Hemos de colaborar con él siguiendo a Jesús.
Una Iglesia menos poderosa, más desprovista de privilegios, más pobre y más cercana a los pobres siempre será una Iglesia más libre para sembrar semillas de Evangelio y más humilde para vivir en medio de la gente como fermento de una vida más digna y fraterna.

Domingo 23 de julio de 2017, 16º del tiempo Ordinario



16 del tiempo ordinarioABrígida, fundadora (1373)
Solemos dividir y “organizar” la sociedad con criterios que consideramos muchas veces correctos: buenos y malos deben estar separados y colocados en los extremos opuestos. Esta práctica de dividir entre buenos y malos, era aceptada por muchos grupos en el tiempo de Jesús por diversos grupos religiosos (fariseos y esenios), así como por los grupos económicos y políticos (herodianos, saduceos y zelotes), pues todos ellos veían como opositores a quienes no pensaban, creían u opinaban como ellos. ··· Ver noticia ···