FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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viernes, 31 de marzo de 2017

ANDA... LEVANTATE DE ALVARO FRAILE

LA IMPORTANCIA DEL SILENCIO

col enrique art

Florence Nightingale, una mujer extraordinaria considerada precursora de la enfermería moderna, afirmó: “El ruido innecesario es la falta de atención más cruel que se le puede infligir a una persona, ya esté sana o enferma”. Casi dos siglos más tarde, la ciencia ha confirmado que nuestro cerebro necesita el silencio casi tanto como nuestros pulmones el oxígeno.
El silencio contribuye a regenerar el cerebro
Hasta hace poco se pensaba que las neuronas no podían regenerarse y que nuestro cerebro estaba condenado a un declive progresivo e inexorable. Sin embargo, con el descubrimiento de la neurogénesis todo ha cambiado, y ahora los neurocientíficos se centran en descubrir qué puede promover la regeneración neuronal.
En este sentido, un grupo de investigadores alemanes del Research Center for Regenerative Therapies Dresden han descubierto que el silencio tiene un impacto enorme en el cerebro. Estos científicos comprobaron que en el cerebro de los ratones que se quedaban en silencio durante dos horas cada día crecían nuevas células en el hipocampo, la región del cerebro relacionada con la memoria, las emociones y el aprendizaje.
Además, constataron que esas nuevas células eran capaces de diferenciarse e integrarse en el sistema nervioso central para cumplir diferentes funciones. Por tanto, reservar algunos minutos al día para estar en completo silencio podría ser muy beneficioso para nuestro cerebro, ayudándonos a conservar la memoria y a ser más flexibles ante los cambios.
 El silencio permite que el cerebro le dé sentido a la información
Nuestro cerebro tiene una “red por defecto” que se activa cuando estamos descansando. Esa red se encarga de evaluar las situaciones e información a la que nos hemos expuesto a lo largo del día y las integra en nuestra memoria o las descarta si son irrelevantes.
Básicamente, esa red funciona reclutando una serie de regiones del cerebro, que son las encargadas de seguir trabajando por debajo del nivel de la conciencia. También es la principal responsable de los destellos de genialidad ya que se encarga de ir atando cabos y buscar soluciones a los problemas.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Harvard descubrieron que esa red se activa de forma especial cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, por lo que sería esencial para reafirmar nuestra identidad. Estos investigadores también apreciaron que la red por defecto se activa cuando estamos en silencio y con los ojos cerrados ya que cualquier estímulo del medio que nos distraiga la “apagaría”.
El silencio es el mejor antídoto contra el estrés
Las ondas del sonido provocan vibraciones en los pequeños huesos del oído, los cuales transmiten el movimiento a la cóclea, donde esas vibraciones se convierten en señales eléctricas que llegan hasta el cerebro. El problema radica en que nuestro cuerpo está programado para reaccionar de manera inmediata ante esas señales, incluso en medio de un sueño profundo. Por eso, el ruido provoca una activación de la amígdala, la cual responde estimulando la producción de hormonas como la adrenalina y el cortisol, que incrementan nuestro nivel de estrés.
Por eso, no es extraño que un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cornell haya descubierto que los niños que viven en zonas cercanas a los aeropuertos, donde hay mucho ruido, son más vulnerables al estrés. De hecho, estos niños tenían una presión arterial más alta y niveles más elevados de cortisol.
Afortunadamente, el silencio tiene el efecto opuesto en nuestro cerebro. Mientras el ruido causa tensión y estrés, el silencio tiene un efecto sanador y relajante. Así lo comprobaron investigadores de la Universidad de Pavia, quienes descubrieron que tan solo dos minutos en silencio absoluto son más beneficiosos que escuchar música relajante y provocan una mayor disminución de la presión sanguínea.
Por tanto, ahora ya lo sabes: disfruta del silencio. Tu cerebro, tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.

CREYENTES FUNDAMENTALISTAS, ¿SON AUTÉNTICOS CREYENTES?

col bastante

(Manuel Mandianes, antropólogo del CSIC).- Un terrorista islamista puede actuar sólo pero no es un solitario sino que piensa y actúa como miembro de una comunidad de creyentes. En general, son creyentes fundamentalistas: que siguen un texto, el fundamento, al pie de la letra: la literalidad tal como ellos la entienden, y fanáticos: que se guían ciega y exclusivamente por sus ideas, sin prestar atención ninguna al resto del mundo circundante. Parafraseando aquella frase célebre entre los primeros cristianos se puede decir: "sangre de fieles (islámicos), semilla de creyentes".
Ha podido recibir sus creencias de sus padres, en la mezquita, de un grupo, de un maestro. La única manera de defender su religión y extenderla hasta el confín de la tierra es actuar, desplegar el que ellos creen que es el mensaje de Alá: extender la UMMA, la comunidad de creyentes, hasta los confines el mundo. Para lograrlo hay que convertir a los infieles y al que no quiera convertirse hay que hacerle la guerra santa. También el Evangelio envía a los apóstoles a predicar al mundo entero para que el que oiga se convierta si quiere.
Muchos dicen: "Eso (el terrorismo) no es Islam porque no está en el Corán", tampoco la devoción a San Antonio está en la Biblia y sin embargo es practicada por millones de católicos. Una cosa es la ortodoxia teológica y otra la religión vivida y practicada por los fieles. El terror es uno de los medios para lograr sus propósitos y fines. El terror es uno de los medios para preparar el camino, para que los infieles se conviertan; son maquiavélicos, los fines justifican todos los medios.
Los terroristas islámicos no son bárbaros, ni idiotas, ni cobardes, ni bastardos, ni locos porque saben perfectamente lo que hacen, ni incoherentes porque lo hacen para desplegar la esencia del mandato de Alá, ni mercenarios porque no actúan por grandes sumas de dinero puesto que la mayoría de ellos se auto inmolan y los otros saben que, en la mayoría de los casos, antes o después, serán atrapados por la policía.
Tanto da que nazcan en Francia como en Alemania, Inglaterra o España; ellos son islámicos. La inadaptación a un estado no islámico hace parte integrante y constitutiva de su identidad. Los islamistas no se adaptan "Es la voluntad de Alá que todos los demás se adapten a ellos", piensan ellos. Su fe está por encima de cualquier otra circunstancia que identifique al ciudadano.
Los líderes, muchos columnistas y tertulianos y parte de la inteligencia de Europa no entienden esto porque no han pensado en ello, y porque muchos de ellos son ateos y desprecian la fuerza de la fe. Por eso, porque desconocen los términos del problema, todo lo que dicen se reduce a pura y vana palabrería que sólo sirve para desahogo y confesar la angustia que atenaza a las comunidades. Porque es una cuestión de fe, la solución del problema no es sólo cuestión policial y de armas.

LA CRUZ DE FRANCISCO

col velasquez

Cualquier evaluación de los cuatro años de Francisco a la cabeza de la Iglesia, ha de comenzar por recordar la crisis profunda que ésta vivía en los últimos días del Papado de Benedicto XVI.
En esos días era público el desprestigio de una curia vaticana asediada por graves escándalos, que incluían la violación de la correspondencia personal del Papa; camarillas de poder enquistadas en torno a las oscuras finanzas del Instituto de Obras para la Religión y eficientes redes de protección a pederastas y cómplices. La imagen pública de la Iglesia aparecía llena de contradicciones a su naturaleza y misión esencial.
En la esfera social, la crisis de credibilidad y confianza era severa, refrendada por una acelerada y aguda pérdida de feligresía. El magisterio era majadero en condenar los males del mundo, sin reparar en los propios defectos. La dictadura del relativismo era señalada como la causa de esos males, mientras la increencia y el silencio de Dios caracterizaban la cultura occidental.
El magisterio era pudorosamente moralizante y los documentos eclesiales se multiplicaban a raudales, marcando pautas, conductas y verdades irrefutables. Cundían persecuciones, amenazas, censuras e investigaciones canónicas contra hombres y mujeres libres de espíritu. Eran habituales las reducciones al estado laical y profusas las excomuniones.
En ese contexto, la renuncia de Benedicto XVI fue desconcertante. Un acto de desprendimiento y de generosidad sin parangón en la historia de la Iglesia.
Tan sorprendente como la renuncia de Benedicto XVI fue la elección del cardenal Bergoglio, quien desde su primera aparición pública marcó un cambio de estilo, caracterizado por la desacralización y humanización del Papado. Bastó el sencillo saludo de un Papa con la cabeza gacha, para derribar siglos de pompa y papolatría, gesto con el que Francisco se ganó las primeras desconfianzas curiales.
Luego, a sólo quince días de regir como Papa, las indignaciones subieron de tono, en aquel Jueves Santo, cuando vulneró los estrictos cánones litúrgicos al lavar los pies a mujeres, entre ellas algunas musulmanas.
En el corazón del mundo, y en breve tiempo, Francisco conquistaba el cariño incondicional de fieles, agnósticos y ateos, incluyendo a los líderes de las naciones. Era el reencuentro de la Iglesia con el mundo, pero no era la Iglesia universal, era -ayer como hoy- la Iglesia personal de Francisco, ya que más allá de los aplausos episcopales, la conversión pastoral que ha promovido nunca ha llegado a ser universal.
Hoy, como nunca, hay clara evidencia que las resistencias pastorales, y particularmente episcopales, han sido y serán la cruz de Francisco. Pero, más allá de los dolores y divisiones que ello provoca, esas resistencias son el signo inconfundible de la autenticidad de la misión apostólica del Papa de la Misericordia.
Mientras algunos quisieran detener la marcha de la Iglesia, Francisco no ha cesado de movilizarla en la dirección de tres ejes estratégicos: la reforma de la curia, el aggionamento de la Iglesia y la atención a los signos de los tiempos.
Con la reforma de la Iglesia, Francisco busca responder, con obediencia ignaciana, al mandato recibido en el cónclave, de ordenar la decadente estructura de la Iglesia, precisamente porque ella se había vuelto ingobernable. Lo que para los cardenales es primodial, para los fieles es carente de todo interés.
El aggionamento conlleva el intento de recuperar el impulso del Concilio Vaticano II, y como tal es una respuesta a esa Iglesia Pueblo de Dios que espera una renovación verdadera, no desde las estructuras, sino desde las comunidades de base. Es ahí donde la impronta liberadora de la Iglesia latinoamericana que formó a Bergoglio encuentra su mayor incidencia. El Papa sabe que la fuerza de la Iglesia está en el pueblo y no en las estructuras, precisamente porque en la Iglesia Pueblo de Dios la jerarquía se expresa en servicio y no en mandar.
Un eje fundamental del pontificado de Francisco es que le ha tocado en suerte vivir y sufrir la conjunción de poderosos signos de los tiempos, que con una densidad de elementos se conjugan en torno a los mayores peligros del presente y del futuro para la humanidad entera.
Ahí están ese fenómeno gigantesco de uno de los mayores desplazamientos humanos que tenga recuerdo la historia, donde enormes poblaciones humanas continentales migran escapando de la muerte, del terrorismo, del hambre y de la sequía, en busca de esperanza.
Ahí está como nunca ese “grito de la tierra”, que se expresa en el cambio climático, que amenaza con signos apocalípticos la sobrevivencia de todo el planeta.
Ahí están el resurgimiento de esos nacionalismos y fanatismos, que como una maldición de la historia vuelven a hacerse presente, después de dos grandes guerras mundiales. Hoy, es innegable el retorno renovado de la “banalidad del mal”, como Hannah Arendt denominó la aberración del exterminio y del holocausto.
Y ahí está esa otra Bestia insaciable, ancestral y poderosa de la Codicia, que ha conseguido hacer endémica y sideral la Corrupción, un Demonio de múltiples nombres que destruye las frágiles democracias de países emergentes.
En la conjunción de todos estos males se multiplica el poder de unos pocos y la pobreza de millones, haciendo de la explotación la Ley universal de la sobrevivencia.
Son signos poderosos y elocuentes del tiempo presente que ensombrecen el horizonte del futuro, y que afloran en medio de un kairós de la historia, en el que Dios quiere comunicar la esperanza con el temple y la fuerza de un hombre llamado Francisco. Dios y el pueblo de Dios esperan mucho de Francisco.
Y con seguridad algunos verán en Francisco el rostro de no pocas contradicciones, especialmente en el doloroso tema de la lucha contra la pederastia, contra sus responsables y cómplices.
Y entonces, habrá que caer en la triste cuenta que la pederastia será la cruz de la Iglesia, la de Francisco y la de todos los cristianos, porque cualquier justicia siempre será insuficiente, precisamente porque Dios ha querido que la mugre y la pestilencia de la Iglesia sea visible y perceptible, para mantener una memoria viva que de tanto mirar la paja en ojos ajenos, la viga de las propias culpas traspasó la visión de una Iglesia que se había henchido con la desfachatez de una perfección y santidad que nunca tuvo.
Sólo así, el corazón endurecido de la Iglesia podrá volver a palpitar con todos los sufrimientos humanos, y la Iglesia ya no podrá revestirse de ese señorío ni de esa gloria propia de Dios, porque no supo cuidar aquel tesoro que el mismo Señor le confiara.

LAS MIL PEDRADAS DEL INQUISIDOR KRZYSZTOF CHARAMSA

col delgado

Un Inquisidor del Santo Oficio, de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el lugar más selecto de la Iglesia) abandona el sacerdocio y la congregación, y publica un libro en donde revela los secretos del "martillo de herejes" de La Iglesia. Esto supone un auténtico regalo del cielo para cualquier investigador de la fe y de la religión.
Leyendo el libro La Primera Piedra del ex sacerdote, teólogo y ex miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Krzysztof Charamsa; lo primero que hay que decir es que nadie necesita justificar su condición sexual, ni tan siquiera está obligado a manifestarla. En la cuarta línea de su libro se afirma como gay. Es una manera de condicionar la lectura e incluso el juicio, pero él quiere hacerlo así y está en su derecho. No son muchos los sacerdotes y teólogos escogidos para integrar la Congregación de Ratzinger, al que admiraba y en la que deseaba estar.
En un proceso de exculpación "naif e ingenuo" por emplear sus propias palabras y quizá no necesario, porque la orientación sexual no necesita ser justificada, se tiende a señalar hacia los que le rodean cuando uno cree ser descubierto en algo. Así afirma, con exageración indemostrable, que la mitad de la Curia Romana y del clero católico es homosexual. En el caso de que así fuese, no supondría menoscabo alguno, como tampoco lo es la heterosexualidad o el lesbianismo. Lo único que exige la Iglesia Católica es la obligación del celibato, y tampoco con demasiado celo por lo que cuenta el teólogo de la Doctrina de la Fe, quién escribe que un cardenal curial afirma "ser un padre feliz".
Fue expulsado de la Congregación, pero por presentar a su novio formalmente al Prefecto, algo que también hubiese ocurrido presentando una novia al Papa. Lo que la Santa Iglesia no acepta es la ruptura pública de la obligación del celibato. No es así en la tradición ortodoxa, en la que el sacerdote puede casarse.
El segundo paso es hacer retraer la condición sexual, homosexual en este caso, hasta los tiempos remotos, como posible justificación, tampoco necesaria. Como él mismo reconoce, la relación sexual entre hombres en el pasado, como Grecia o Persia, no era considerada como homosexualidad. En cualquier caso, Krzysztof Charamsa ofrece dos regalos teológicos. El de la 2ª de Corintios 12, 7; y la alusión de Pablo: "se me dio una espina en mi carne, emisario de Satanás, para que me apuñee". Es una cita muy oscura de imposible interpretación. Aluda a lo que aluda, no hace desmerecer la obra teológica y fundadora de Saulo de Tarso, pero tampoco le añade un valor posterior.
La lectura en clave homosexual del episodio narrado por Lucas 7, 1-10, resulta sorprendente, algo que inimaginable, pues se trata de la frase más célebre de la Liturgia Católica: "No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme". En estos párrafos y en su desarrollo, Charamsa muestra de dónde procede. Están a gran altura. El libro es denso y más allá de las anécdotas, parece enviar mensajes cifrados y también abiertos a la Curia Vaticana. ¿Existe un lobby gay en el Vaticano, como afirmara Ratzinger?, ¿Hay una dictadura hetero y homofóbica, como expone Charamsa? ¿Justifica una afirmación la otra?
Sin embargo, la fuerza de su testimonio, valiente y honesto, se diluye en una diatriba ingenua contra La Iglesia, a la que lapida. Esto ya lo hizo Martín Lutero en 1517, en sus insuperables 95 Tesis contra Roma. El enfrentamiento de Lutero provocó la reforma protestante y la mayor fractura conocida del mundo católico. Charamsa invita a que el clero homosexual, que calcula en la mitad, abandone el sacerdocio para dejar así las iglesias vacías, lo que forzaría a la aceptación de la condición homosexual en el sacerdocio.
Hay una frase, realmente buena, para alguien que ha tenido en sus manos la salvaguarda de la fe, cuando al describir su primera ruptura del celibato con otro sacerdote, dice de él: "Sus prejuicios le impedían disfrutar del momento de su pecado mortal". Disfrutar del pecado mortal, una antítesis excelsa.
A estas alturas, si alguien conoce mejor que cualquiera la carnal condición humana, es la propia Iglesia, cuyos ministros han cometido todos los pecados del catálogo. Si alguien no se asusta de nada, es también ella. Sentirse pues engañado resulta una afirmación sorprendente, para quien procede de su parte más exigente y elevada, la de la Doctrina de la Fe. En su sentido más amplio, y también en el más ceñido: la Iglesia no engaña a nadie. En algunas partes su libro destila verdadero odio a La Iglesia.
La iglesia no necesita quien la defienda, ni quien la ataque. Cinco siglos después, no se puede decir sobre ella una barbaridad superior a cualquiera de las que dijo Lutero. Escribo esto, porque el ex inquisidor y teólogo sigue refiriéndose a ella como "mi iglesia, mi Dios o mi Jesucristo". Es tan simple como que no tiene nada que ver la fe, la creencia, o el sentimiento de pertenencia a la iglesia, con la condición sexual y la bondad de la persona.
Tan buen sacerdote puede ser un hetero como un gay (uso el término utilizado por Charamsa) incluso como podría serlo una mujer, que son las negadas en la Iglesia de Cristo, salvo en aspectos secundarios. En algún momento del libro alude a la especial sensibilidad para lo espiritual de los homosexuales, aunque luego rebaja la afirmación y afirma no estar de acuerdo con ella.
¿Se puede cambiar a la Iglesia? Sería antes necesario hacerlo con la sociedad patriarcal y su ideología machista, que oprime tanto a los hombres, como a las mujeres, pero sobre todo a estas últimas. La sociedad patriarcal no acepta disidencias entre sus filas. La ideología feminista se les escapó y por eso la combaten duramente. Aun así creo que la persecución contra la homosexualidad ha sido más dura en países de tradición protestante (Inglaterra, Alemania o Estados Unidos), como también lo fue la Inquisición en ellos. Calvino y Lutero fueron infinitamente más intolerantes que la Iglesia de Roma.
Krzysztof Chaamnsa, 12 años en la Doctrina de la Fe, profesor de la Gregoriana de Roma, sacerdote, pide "la ilegalización" de la Congregación a la que perteneció. ¿Puede ser homofóbica una Iglesia que tiene a la mitad de sus integrantes como homosexuales ocultos?, según sus apreciaciones. Hay homófobos, pero sobre todo misóginos, pero no solo en la Iglesia, sino en cualquier lugar. Es el caldo de cultivo del Patriarcado.
Que la Congregación para la Doctrina de la Fe no debate sobre la prueba indubitable de la resurrección de Cristo, o sobre la aparición del enésimo y definitivo 5º evangelio, es algo que conoce todo el orbe, pero deben tener un trabajo más serio que dictaminar si un médico surafricano puede masturbarse para una prueba de fertilidad, como escribe Chraramsa
El ex inquisidor resulta a veces demasiado disperso, pretende sacar categorías de las anécdotas, pero posee una formación sólida y apunta muy alto. Su confesión de que las afirmaciones doctrinales del Papa Francisco hacen temblar hasta las vigas del Santo Oficio, dibujan una lucha feroz en el seno de La Iglesia. Su calificación de Benedicto XVI como feroz homófobo a la vez que se refiere a su pontificado como el más gay de la historia, no se corresponde con la admiración que despertaba en él. En lo que lleva razón es en que no se puede odiar a nadie por su condición sexual, pero esto lo sabemos hace mucho.

Escuelas agrosilvopecuarias para el desarrollo de Honduras

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Rodolfo Cortés Calderón

El desarrollo de Honduras es una urgencia. Aquí todo es urgente. A pesar de que tenemos un país bendecido por la naturaleza en bosques, mares, fuentes de agua dulce, riquezas del subsuelo, paisajes, rica cultura histórica y biodiversidad, vivimos en completo atraso y subdesarrollo con el engaño, una gran mentira, que en tantos años saldremos de esta situación. Esto, además, no por voluntad de una Divinidad Creadora—sino de una manada de políticos, empresarios, policías, militares y religiosos corruptos enquistados en todos los partidos políticos y adueñados del Estado—. En muchos aspectos todavía estamos en la época feudal: se siembra con chuzo, se queman los rastrojos y la vida del suelo; se contaminan las aguas y el ambiente con agroquímicos y semillas transgénicas; los empresarios pagan sueldos de hambre (ni el salario mínimo cumplen); hay cientos de escuelas unidocentes; 30% de analfabetismo en el área rural; miles de familias no consumen agua potable; cientos de madres pariendo sin atención médica; se depreda irracionalmente la biodiversidad sin reparar en el daño que hacemos a la sociedad presente y futura.

El Instituto de Conservación Forestal, IFC, la Secretaría de Agricultura y Ganadería, SAG, el Banco Nacional de Desarrollo, BANADESA, son elefantes blancos, así como las escuelas y universidades de agricultura y ciencias forestales, poco o nada hacen. En los dos últimos años según las autoridades estatales se perdieron medio millón de hectáreas de bosque conífero a causa del gorgojo. Pero tampoco queremos escuelas agrícolas como la “Pompilio Ortega” de Macuelizo, Santa Bárbara, que teniendo tierras y un novedoso sistema de irrigación sus tierras están improductivas y abandonadas

Es una vergüenza nacional que existiendo la Escuela-Universidad Forestal en Siguatepeque se hayan desperdiciado millones de metros cúbicos de madera de pino atacada por el gorgojo que hubiesen servido para construir muebles a precios módicos para cubrir las necesidades mobiliarias de tantas familias rurales hondureñas que no disponen ni de una mesa, sillas o camas.
La vocación productiva del territorio hondureño es por su orden silvícola, agrícola y pecuario. No obstante no hay un uso racional y planificado de estas actividades, todo se improvisa y se da méritos a los “empresarios” que no lo merecen. La economía del Estado está basada principalmente en los casi 4,000.00 millones de dólares que anualmente aportan los sacrificados hondureños y hondureñas desde Estados Unidos, España, Canadá, Centroamérica y otros países, mientras las tierras están ociosas.

Pero tampoco es cierto que en Honduras no hay capacidades. Sobran, con tierras y capitales. Sino veámoslo. En los últimos cinco años el Estado de Honduras ha confiscado de grandes terratenientes dedicados al lavado de activos, actividades ilícitas y al narcotráfico fértiles y productivas tierras agrícolas; enormes áreas boscosas; cuantiosas cabezas de ganado caballar y vacuno; un zoológico bien organizado; grandes y bien montadas haciendas; bancos y millones de dólares en efectivo que han sido decomisadas a las familias MATTA BALLESTEROS, ROSENTHAL OLIVA, VALLE-VALLE, RIVERA MARADIAGA y otras famosamente conocidas que están siendo dilapidadas por funcionarios del actual gobierno como si de una piñata se tratara. Se habla por ejemplo, de un gran lote de ganado depositado en custodia en la Universidad Nacional Agrícola de Catacamas, que ha “desaparecido” o de funcionarios de la Oficina Administrativa de Bienes Incautados, OABI, que se han apoderado de algunos de estos bienes.
Se hace urgente que el gobierno actual o el venidero destine esta inmensa cantidad de bienes, capitales y fortunas para crear escuelas o universidades de agricultura, forestación, veterinaria o centros de investigación agroalimentaria, donde los campesinos y medianos agricultores puedan formarse para incorporarse a la producción de una manera tecnificada para mejorar su nivel de vida y generar beneficio a la sociedad y al Estado.

Pero que estas escuelas o universidades no sean rincones de solaz y esparcimiento para “hijitos de papá y mamá” o de politiqueros traficantes de los bienes estatales, sino centros de verdadera formación para jóvenes, hombres y mujeres del área rural que puedan utilizar estos bienes para generar desarrollo y bienestar familiar y estatal.
No debemos además olvidar que el Estado hondureño está en deuda con el sector agrarista hondureño necesitado de tierras y capital de trabajo para cubrir las necesidades de sus afiliados. Las organizaciones Movimiento Campesino del Aguán, MCA; Movimiento Auténtico Reivindicador Campesino del Aguán, MARCA y el Movimiento Unificado Campesino del Aguán, MUCA, todos de aquella región, son los mejores ejemplos y referentes, pero hay otros movimientos campesinos y rurales en todo el país.


Ojalá que los patriotas hondureños reaccionemos y actuemos con rapidez Y exijamos que estos millones de lempiras y dólares que han sido generados creando una vergüenza y dolor nacional, sirvan para generar una obra tan urgente y vital como es la formación y desarrollo de los sectores más postergados y no vayan a parar a los bolsillos de tantos delincuentes del bipartidismo cachureco Nacional-Liberal que ha convertido a Honduras en su propio feudo y potrero.
¡Estaremos vigilantes!

El sacerdote que se enfrenta al presidente de Honduras


Emiliano Ruiz Parra


PROGRESO, Honduras — Berta Cáceres tenía las llaves de la casa del padre Melo. Si pasaba por la ciudad de Progreso se quedaba en alguno de los cuartos vacíos en el hogar del sacerdote.
Ismael Moreno Coto, mejor conocido como el padre Melo, era amigo íntimo de la líder ecologista y de su esposo, Salvador Zúñiga, desde hacía más de dos décadas. Esa pareja fundó el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas (Copihn) en 1993. Durante 25 años de matrimonio, Berta y Salvador pasaron por diversas separaciones y reconciliaciones, y Moreno fue amigo y consejero de ambos. ··· Ver noticia ···

El aumento global de temperatura, factor clave en el incremento de catástrofes naturales y humanitarias

Santiago Sáez


lamarea
Es oficial. 2016 batió, de nuevo, el récord de temperatura global media. La Declaración anual sobre el estado del clima mundial, publicada el pasado 21 de marzo por la Organización Meteorológica Mundial plantea un escenario preocupante: La temperatura ya ha subido más de un grado sobre niveles preindustriales y la concentración de dióxido de carbono ha superado las 400 partes por millón, superando en aproximadamente 14% el nivel considerado seguro (350 ppm).


Durante el año pasado, según el informe, el cambio climático ha sido el principal factor en desastresnaturales como las sequías que han azotado al sur y el este del continente africano, o el Huracán Matthew, que dejó al menos 603 muertos, la mayoría en Haití. Matthew provocó, además, pérdidas económicas por valor de más de 15.000 millones de dólares en Cuba, Bahamas, Haití y Estados Unidos.
A la actividad humana hay que sumar, en 2016, el calentamiento marino producido por El Niño, un episodio natural que eleva la temperatura en el Pacífico Sur, y que se repite en un intervalo irregular de entre dos y siete años, afectando sobre todo a América del Sur y el Subcontinente Indio. El Niño ha sido especialmente intenso este año y su combinación con el cambio climático ha influido directamente en desastres naturales como las sequías en África Oriental y Centroamérica.
El ártico, en situación crítica
El informe avisa de que el aumento de las temperaturas ha sido especialmente severo en el ártico. En algunas zonas (como el norte de Rusia, Alaska y Canadá) se han registrado temperaturas medias anuales 3ºC por encima de la media registrada entre 1961 y 1990. En las islas Svalbard (Noruega), la temperatura superó en 6,5 ºC la media histórica.
Estas temperaturas han significado una caída en picado de la cantidad de hielo en el norte del planeta. Las reservas árticas de hielo suelen derretirse en primavera y verano para recuperarse en otoño e invierno. Sin embargo, nunca ha habido tan poco hielo en el ártico: El punto álgido de congelación de 2016, alcanzado el 24 de marzo del año pasado, ha sido el más pobre desde que hay registros. Según el informe, la superficie congelada incluso se contrajo durante algunos días del mes de noviembre.
El hielo del ártico es fundamental para el mantenimiento de la configuración actual de las corrientes oceánicas. Funcionando como una especie de noria de agua, el hielo del ártico enfría las aguas procedentes de zonas más cálidas, aumentando su densidad y haciendo que se hunda al fondo marino. Esto pone en marcha las corrientes marinas mundiales en lo que se conoce como “cinta transportadora oceánica”. Sin embargo, de acuerdo con la Declaración, el deshielo está modificando estas corrientes, “afectando a las condiciones meteorológicas en otras partes del mundo”.
Avance de los desiertos en España
En España, los efectos del cambio climático amenazan al suelo de las zonas áridas, que constituyen aproximadamente un 74% del país. De acuerdo con el Informe Especial de Eventos Extremos de 2012, publicado por el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), en el sur de Europa va a llover cada vez menos (aunque más intensamente) durante el próximo siglo.
Los efectos del cambio climático, unidos a otros factores como la sobreexplotación agrícola y forestal, han encendido las alarmas en el Gobierno. El pasado 13 de febrero, el Portal de Transparencia publicó un informe del Ministerio de Medio Ambiente en el que se avisa que al menos un 74% del territorio nacional se encuentra en riesgo de desertificación, del cual el 18% está en riesgo alto o muy alto. En las próximas ocho décadas, no obstante, las zonas susceptibles de desertificarse podrían aumentar hasta abarcar el 80% del país.
En terreno desconocido
El factor decisivo asociado a los devastadores efectos del cambio climático sigue siendo la creciente concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. David Carlson, director del Programa Mundial de Investigaciones Climáticas de la OMM, admitió en una nota de prensa que la inacción a la hora de reducir las emisiones han empujado al mundo a “terreno desconocido”: “Aun sin la presencia de un episodio de El Niño en 2017, se observan otros cambios notables en todo el planeta que ponen a prueba los límites de nuestra comprensión del sistema climático”, afirmó.
La Declaración es un informe breve presentado por la Organización Meteorológica Mundial que se basa en los datos proporcionados por los servicios meteorológicos de más de 80 países y agencias de la ONU.

El Papa pide “protección imperativa y urgente” para la población civil atrapada en Mosul


José Manuel Vidal


Papa Francisco7“Abrid vuestros corazones y la fuerza de Dios hará milagros en vosotros”
Francisco: “Lo que Dios promete, lo cumple. Nunca deja de cumplir su palabra”
Dia soleado en Roma para la audiencia papal. El Papa Francisco abordó, en su catequesis, el tema de la fe, que va de la mano de la esperanza, que nos abre a la promesa de Dios que “siempre cumple”. Con la única contrapartida: “Abrid vuestros corazones y la fuerza de Dios hará milagros en vosotros”. En el saludo en italiano, Bergoglio pide “protección imperativa y urgente” para la población civil atrapada en Mosul. ··· Ver noticia ···

Desarme de ETA en cristiano

Gabriel Mª Otalora

ETA deja oficialmente las armas, ya era hora. Lo mejor que nos podía ocurrir es que nadie siga organizado en torno al terror. ETA nació contra una dictadura y sus durísimos efectos en el País Vasco, pero bien pronto abrazó la ideología marxista leninista de la que solo ha quedado una mal disimulada huida infernal a ninguna parte con más de ochocientos muertos, damnificados varios y la reacción de los grupos terroristas de signo contrario: GAL, Batallón Vasco Español y asimilados, con su carga de muerte y dolor que a lo peor ha sido pagada con el dinero público.

Esta noticia, en plena Cuaresma, nos debe llevar a la reflexión de los cristianos si somos verdaderamente personas constructoras de paz, no solo amantes de una paz idílica que no existe en la vida real. Ni siquiera Jesús de Nazaret la tuvo: sus constantes tensiones con los letrados y fariseos le llevó a una muerte especialmente violenta. Y desde aquí, me parece importante compartir algunas reflexiones:
* La violencia incluso por una causa justa, pronto acaba al servicio de su propia agresividad; reducida a la mera autoafirmación de ella misma. Somos seres libres capaces tanto de pegar un tiro en la nuca como de orar ante el pelotón de fusilamiento. Libres para oprimir y para liberar.
* Ante las injusticias y el rebelarse ante ellas, Martín Luther King llamaba nada menos que esclavos a los que prefieren esconderse en silencio ante una realidad que les conviene. Al final, los que hacen imposible una revolución pacífica, hacen inevitable la revolución violenta.
* En esta sociedad tenemos una grave carencia en educación sobre la paz, sobre todo en los colectivos más sensibles, desde el hogar, la escolarización básica hasta la universidad. Ser agente de paz es un reto muy difícil. Pocas personas conozco que transmitan paz al corazón. Y las que son ejemplares no son noticia aunque sean agentes efectivos de concordia en la política, en la familia o la ansiada paz interior. Lo cierto es que sobran razones y faltan gestos que lleguen al corazón de las personas.
* Ni siquiera ha existido -ni existe- un único concepto universal del término paz, como lo reflejan estos dos ejemplos: la pax romana y su status quo quedaba restringida a la ausencia de guerra, a un mero orden sin violencia que hoy también se lleva mucho en Occidente. En el otro extremo, la paz de Gandhi entiende al conjunto de los humanos como una unicidad por la que cualquier bien que hagamos hace bien a todos y hacer daño a uno supone dañarnos a todos.
* A lo peor, somos mayoría los que vemos la paz principalmente como una ausencia de guerra. No nos sentimos capaces de ser portadores de paz porque constatamos a diario la dificultad de las luchas cotidianas con nosotros mismos ni con los demás en la calle, en el trabajo, en casa. Pero aceptemos mansamente la generosa ración de sucesos violentos que la televisión nos sirve a diario: las imágenes de una guerra convencional, el último episodio de violencia de género, la corrupción política y los programas que pagan para descalificar e insultar… ¿Estamos educando en la paz?
* Cada persona es generadora de paz y de violencia incluso detrás de la violencia estructural que aplasta pueblos enteros. Porque son personas concretas quienes la generan y alientan. Si apuesto por el odio, sirvo al odio; si apuesto por la fuerza, sirvo a la fuerza. Los que devuelven mal por mal lo único que consiguen es duplicarlo ¿Qué espacio queda así para la paz? ¿Qué esconde la indiferencia?
* La verdadera fuerza, incluida la fuerza de la paz, es una virtud de sabios. Me adhiero a Séneca cuando dijo que toda ferocidad procede de debilidad, y le doy una vuelta más: toda generosidad y comprensión procede de fortaleza.
* Sé que la paz es posible, entre otra cosas porque existen experiencias maravillosas de paz, de personas que viven grandes experiencias de paz, épocas enteras de pueblos en paz, moribundos que se nos van con paz… Quizá la paz perpetua no es cosa de este mundo por nuestras limitaciones, pero todos podemos crear espacios de paz donde ahora no existe, o no arrancarla donde ya ha germinado.
* Tenemos que hacernos algunas preguntas: ¿Qué actitud tomar? ¿Cómo mitigar tantas heridas y dolores asentados en años de tremendas injusticias? ¿Cómo sobrellevar el doloroso día a día, a veces en tu propia casa, otras veces viendo que todo un pueblo es víctima de una injusticia que lo lamina sin compasión alguna? ¿Cómo aportar a los tuyos paz en las relaciones cotidianas? ¿Qué hacer ante las víctimas de las diferentes clases de violencia, incluidos los refugiados?
* Entre derechos y responsabilidades crece la paz. Algunas respuestas salen solas: querer escuchar, querer perdonar, incluso aprender a olvidar. Saber sonreír. Querer compartir. Estar dispuesto al riesgo de que alguno se violente con nosotros precisamente por buscar la paz. Ser pacíficos (no pánfilos) asumiendo nuestra responsabilidad. Volver a empezar a pesar del desaliento. En el día a día es donde se hacen las personas de paz, en cada una de las situaciones concretas que exigen tomar la decisión de tratar a los demás como objetos o como personas. Que tratar con dignidad a las personas transforma a quien lo hace en agentes de paz.
Dicho todo lo anterior, ¿cómo es posible que los católicos seamos incapaces de ponernos de acuerdo en una Memoria Histórica? El perdón nos parece una debilidad que al orgullo le parece intolerable. Y la reconciliación, una cosa muy bonita aunque imposible. Sin embargo las enseñanzas de Cristo dicen lo contrario: hemos vivido episodios maravillosos de perdón y reconciliación entre nosotros, entre víctimas de ETA y del GAL, entre victimarios que cumplen condena y víctimas del terrorismo. Varias decenas de casos que, sin embargo, nuestros obispos han dejado pasar de largo sin darle el valor evangélico y heroico que tienen.
Todavía estamos en tiempo de conversión. La vida toda es tiempo de gracia.

Domingo 2 de abril, 5 Cuaresma – A (Juan 11,1-45): Así quiero morir yo

José Antonio Pagola

Jesús nunca oculta su cariño hacia tres hermanos que viven en Betania. Seguramente son los que le acogen en su casa siempre que sube a Jerusalén. Un día, Jesús recibe un recado: «Nuestro hermano Lázaro, tu amigo, está enfermo». Al poco tiempo Jesús se encamina hacia la pequeña aldea.
Cuando se presenta, Lázaro ha muerto ya. Al verlo llegar, María, la hermana más joven, se echa a llorar. Nadie la puede consolar. Al ver llorar a su amiga y también a los judíos que la acompañan, Jesús no puede contenerse. También él «se echa a llorar» junto a ellos. La gente comenta: «¡Cómo lo quería!».
Jesús no llora solo por la muerte de un amigo muy querido. Se le rompe el alma al sentir la impotencia de todos ante la muerte. Todos llevamos en lo más íntimo de nuestro ser un deseo insaciable de vivir. ¿Por qué hemos de morir? ¿Por qué la vida no es más dichosa, más larga, más segura, más vida?
El hombre de hoy, como el de todas las épocas, lleva clavada en su corazón la pregunta más inquietante y más difícil de responder: ¿qué va a ser de todos y cada uno de nosotros? Es inútil tratar de engañarnos. ¿Qué podemos hacer ante la muerte? ¿Rebelarnos? ¿Deprimirnos?
Sin duda, la reacción más generalizada es olvidarnos y «seguir tirando». Pero, ¿no está el ser humano llamado a vivir su vida y a vivirse a sí mismo con lucidez y responsabilidad? ¿Solo hacia nuestro final nos hemos de acercar de forma inconsciente e irresponsable, sin tomar postura alguna?
Ante el misterio último de la muerte no es posible apelar a dogmas científicos ni religiosos. No nos pueden guiar más allá de esta vida. Más honrada parece la postura del escultor Eduardo Chillida, al que en cierta ocasión le escuché decir: «De la muerte, la razón me dice que es definitiva. De la razón, la razón me dice que es limitada».
Los cristianos no sabemos de la otra vida más que los demás. También nosotros nos hemos de acercar con humildad al hecho oscuro de nuestra muerte. Pero lo hacemos con una confianza radical en la bondad del Misterio de Dios que vislumbramos en Jesús. Ese Jesús al que, sin haberlo visto, amamos y al que, sin verlo aún, damos nuestra confianza.
Esta confianza no puede ser entendida desde fuera. Solo puede ser vivida por quien ha respondido, con fe sencilla, a las palabras de Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida. ¿Crees tú esto?». Recientemente, Hans Küng, el teólogo católico más crítico del siglo XX, cercano ya a su final, ha dicho que, para él, morirse es «descansar en el misterio de la misericordia de Dios». Así quiero morir yo.

Domingo 2 de abril de 2017, 5º de Cuaresma

Koinonía

5 de CuaresmaA
Francisco de Paula (1507)
Muchos pueblos de la tierra, en el pasado y en el presente, se han visto forzados a abandonar su tierra, a marchar al exilio. Sus habitantes forman las legiones de desplazados y refugiados que, hoy por hoy, las Naciones Unidas, a través de su Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), se esfuerzan por atender. Para un desplazado no hay peor desgracia que morir lejos del paisaje familiar, de la tierra nutricia, del suelo patrio. ··· Ver noticia ···