FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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martes, 16 de abril de 2013

De la calidad de la formación depende el futuro de la Congregación: la nueva carta del Rector Mayor

OLYMPUS DIGITAL CAMERAEn relación con la Solemnidad de la Pascua, el Rector Mayor entrega a la Congregación una nueva carta circular. “Vocación y formación: don y tarea”. Su objetivo es ilustrar la belleza y las exigencias de la vocación y la formación salesiana, y al mismo tiempo la situación actual de inconsistencia vocacional. La carta está dividida en dos partes fundamentales.
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Consistencia y fidelidad vocacional
El Rector Mayor pone de manifiesto la necesidad de ayudar a los jóvenes hermanos a lograr una consistencia vocacional y a los que han tomado decisiones definitivas a vivir la fidelidad vocacional. La debilidad vocacional está especialmente demostrada por las estadísticas que el Rector Mayor quiere dar a conocer a toda la Congregación para que sea consciente de los problemas y, por lo tanto, ayuden a asumir la responsabilidad.

Se destacan dos aspectos complementarios, causas fundamentales de una falta de consistencia y fidelidad vocacional:
  • una concepción errónea de vocación; a veces se identifica con un proyecto personal motivado por las necesidades de autorrealización. Para comenzar el camino de la vida consagrada salesiana a menudo hay razones no válidas o débiles, a veces inconscientes; si no se purifican las motivaciones, será inevitable ir al encuentro de la fragilidad vocacional o la infidelidad.
  • la cultura en la que se vive, que ofrece oportunidades y riesgos. Es sobre todo la visión antropológica que constituye un recurso, pero también un desafío para el camino vocacional. Se trata de la exigencia de autenticidad, del sentido de la libertad, de la historicidad, de la búsqueda continua de experiencias, de la apreciación de las relaciones y de las emociones, de las dificultades para la renuncia y de la fidelidad, en un contexto de posmodernidad y multiculturalismo. Estos aspectos antropológicos, aunque desafiantes, son imprescindibles para una vida consagrada que quiere ser plenamente humana y por lo tanto creíble.

Vocación y formación
La vocación es el fundamento del camino formativo y la formación está al servicio del pleno desarrollo de la vocación. Ambos son un regalo y una tarea.

La vida de cada persona es una vocación; y la vida es por tanto una respuesta a la llamada de Dios. La vocación no es ante todo un proyecto humano, sino el plan que Dios tiene para cada uno: un plan para reconocer, aceptar y vivir. El descubrimiento de una vocación es el origen de la realización de la propia vida; se necesita una vida para vivir la vocación. Es una llamada para una misión que está confiada por Dios; no hay vocación sin misión. Por esto la misión, con la vocación, da forma y contenido a la formación.
La formación es un proceso continuo de identificación con la vocación recibida. Por ello la carta presenta la identidad de la vocación consagrada salesiana y sus metodologías formativas que aseguren el proceso de identificación. La adquisición de la identidad es el objetivo de la formación.
Don Pascual Chávez propone, como objetivos, los elementos fundamentales de la identidad vocacional salesiana: enviados a los jóvenes (conformación a Cristo, Buen Pastor); convertidos en hermanos de una única misión (la vida común lugar y objeto de la formación); consagrados para Dios (testimoniar la radicalidad del Evangelio); el compartir la vocación y la misión (animar comunidades apostólicas en el espíritu de Don Bosco); en el corazón de la Iglesia (contribuir a su edificación); estar abierto a la realidad para inculturar el carisma.
Para garantizar la adquisición de la identidad y por lo tanto favorecer el proceso de identificación vocacional, el Rector Mayor recuerda que la “Ratio” propone metodologías específicas y peculiares, que deben ser tomadas con una mayor conciencia y compromiso. Se trata de llegar a la persona en profundidad, animar una experiencia formativa unitaria, asegurar el ambiente formativo y la corresponsabilidad de todos, dar calidad formativa a la experiencia cotidiana, cualificar el acompañamiento formativo, prestar atención al discernimiento.
Al final de la carta del Rector Mayor hace una llamada para que la formación, inicial y permanente, se convierta en una “prioridad absolutamente vital” de la Congregación, y dirige una súplica a María para que acompañe, como lo hizo desde el principio y a lo largo de la historia, a la Congregación Salesiana.
La carta del Rector Mayor, que abre el número de las Actas del Consejo General número 416, es, aparte de los comentarios sobre el Aguinaldo 2014, la última carta temática de este mandato enviada por Don Pascual Chávez.
El texto completo de la carta está disponible por ahora en italiano y francés. Pronto será posible leer en los otros idiomas.

Teresa Forcades: “Siempre ha habido diálogo entre el marxismo y el cristianismo” Jairo Vargas

Teresa Forcades, la monja impulsora de una candidatura unitaria por un proceso constituyente en Catalunya, anima durante la presentación de su nuevo libro, a “responsabilizarse” y a “actuar” contra “la deriva neoliberal” a la que asistimos
Con un crucifijo tras ella y un micrófono en la mano, la monja benedictina y licenciada en Medicina, Teresa Forcades (Barcelona, 1966), ha presentado el libro Diálogos con Teresa Forcades, escrito por la periodista Eulalia Tort tras un año de conversaciones con ella en el monasterio de Montserrat.
Forcades se hizo famosa por sus críticas a la industria farmacéutica en 2009 a raíz de la epidemia de la gripe A y, más recientemente, por su iniciativa junto al economista catalán Arcadi Oliveres de formar una candidatura popular y unitaria que se presente a las siguientes elecciones catalanas que pueden culminar con un proceso constituyente para Catalunya. Y este sábado ha despertado el interés de un centenar de asistentes, ateos, cristianos o evangelistas, que han asistido a la parroquia de San Carlos Borromeo en el madrileño barrio de Vallecas.
La suya es una forma diferente de trasladar la palabra de dios. Diferente en Europa, ya que los asistentes latinoamericanos se han sentido como en casa al escuchar a la religiosa hablar de la necesidad de conformar comunidades cristianas de base, lejos de las élites eclesiásticas, que reaccionen ante el avance del neoliberalismo y que “luchen por el progreso social” y contra “el retroceso en derechos y libertades conquistadas a los largo de muchos años y sangre derramada”. Así se ha explicado la monja ya en el turno de preguntas, después de hacer un recorrido por la teoría de los evangelios, la Filosofía de la Modernidad de Emanuel Kant y el marxismo recogido en El Capital.
La firme defensora del II Concilio Vaticano y de la teología de la liberación , nacida en la década de los 60 en Latinoamérica bajo la influencia de los curas obreros europeos y que buscaba el acercamiento de la Iglesia a los pobres y la construcción de comunidad desde una óptica marxista, ha criticado el “retroceso” que supuso el papado de Juan Pablo II para esta expresión americanista de la Iglesia. Esta corriente religiosa dio lugar a la figura de los sacerdotes que tomaron las armas ingresando en las guerrillas que pelearon contra las dictaduras títeres que la CIA financiaba y colocaba en países con Colombia, Honduras o El Salvador.
“Siempre hubo diálogo entre el marxismo y el cristianismo”, ha dicho Forcades, que ha recordado los textos del filósofo argentino Enrique Dussel. “Marx hablaba del fetichismo asociado al dinero, algo de lo que ya hablaban los profetas del Antiguo Testamento”, ha afirmado. “No tenemos que arrodillarnos ante un sistema económico que no hemos creado nosotros”, ha aseverado después de criticar la reforma de la Constitución del PSOE con el apoyo del PP que primaba pagar la deuda externa sobre cualquier otra prioridad. “No tenemos que arrodillarnos ante un sistema económico que no hemos creado nosotros”"Pagar la deuda es un ídolo, puro fetichismo. Decir que no se puede es entrar en la alienación, porque no es que no se pueda, es que no se quiere, porque cuando hay voluntad política se modifica incluso la Constitución”, ha criticado.
Forcades ha animado a todos a ejercer la “libertad radical” de la que goza el hombre, “algo que nos ha dado dios”, según ella, porque “confía en la libertad humana”. Sin embargo ha dejado claro que dios nos da los medios, pero lo que ocurra es responsabilidad de todos. “No somos marionetas en manos de dios” y, si ahora asistimos a “recortes en derechos civiles, sociales y libertades, los tendremos hasta que digamos basta” porque “la solución no nos va venir desde arriba, ni nos la va a dar dios ni nos la van a dar los políticos” ha explicado.
“La solución no nos va venir desde arriba, ni nos la va a dar dios ni nos la van a dar los políticos”"No tenemos que hacer márquetin, sino un cambio profundo. Debemos articular una lucha por la justicia social a través del cristianismo”, ha dicho. Porque a pesar de su defensa del marxismo, como religiosa no confía ni en la dictadura del proletariado ni en la violencia como forma de lucha.
Por eso, su apuesta pasa por la política, una forma de “asumir la “responsabilidad”. “No somos responsables de esta realidad que vivimos ahora, pero la responsabilidad es también actuar en consecuencia”. “No sé qué pasará con el manifiesto por el proceso constituyente en Catalunya que he propuesto junto a Oliveres. Hay que ver cómo responde el entorno. Pero se busca un cambio social en esta deriva neoliberal”.
“El manifiesto de Oliveres y mío busca un cambio social en esta deriva neoliberal” Como muestra de su proyecto, su concepción cristiana del trabajo, no muy lejos del socialismo: “No estoy en contra de las empresas. No quiero un mundo donde haya que esperar a que un comité central decida todo”, decía. Pero “una cosa es ser empresario capitalista y otra emprendedor”, ha aseverado. ¿La diferencia?: “Hay gente que, con el trabajo de otro, gana 1.000 y paga uno. Eso es puro capitalismo y es la base de nuestro sistema”, ha explicado. “Eso no es cristiano y, por eso, soy anticapitalista, porque atenta contra la dignidad de las personas”.
“El evangelio liga la dignidad al trabajo y la capacidad de trabajo es indisociable a la dignidad”, ha dicho. Para Forcades, “trabajar no es ir a fichar todos los días, sino construir y cooperar. Ser creador en el mundo, que es lo que dios nos ha encomendado. Yo quiero colaborar en una actividad conjunta, no venderme mi fuerza de trabajo, que es venderme a mí misma”.
Pero la monja también ha tenido palabras para la crítica interna. En concreto contra la institución eclesiástica: “desde abajo se pide más democratización. Que las bases elijan a los obispos y que las decisiones no sean tomadas por las élites”. Confía en el nuevo Papa, del que ha dicho que “puede aliarse con este cambio o puede volver hacia atrás como hizo Benedicto VXI”, quien en palabras de la profesa “siempre estuvo a la defensiva”.

El Papa Francisco, ¿promotor de la conciencia ecológica? Leonardo Boff, teólogo

Enviado a la página web de Redes Cristianas
Crece cada vez más la consciencia de que estamos en una fase peligrosa de la vida en la Tierra. Nubes oscuras nos ocultan las estrellas-guía y nos advierten de eventuales tsunamis social-ecológicos de gran magnitud. Nos faltan líderes con autoridad y palabras persuasivas y gestos convincentes que despiertan a la humanidad, especialmente a las élites dirigentes, al destino común de la Tierra y la humanidad, y a la responsabilidad colectiva y diferenciada de garantizarlo para todos.
Es este contexto, la figura del obispo de Roma, Francisco, podría desempeñar un papel de gran importancia. Él se vincula explícitamente a la figura de San Francisco de Asís. En primer lugar mediante la opción clara por los pobres, contra la pobreza y por la justicia social, nacida inicialmente en la Iglesia de la liberación latinoamericana de Medellín (1968) y Puebla (1979), y convertida después, según palabras de Juan Pablo II, en patrimonio de la Iglesia universal. Esta opción, bien lo vieron los teólogos de la liberación, incluye dentro de sí al Gran Pobre, que es nuestro planeta, súper estresado porque la huella ecológica de la Tierra ya ha sido superada en más del 30%. Esto nos lleva a un segundo punto: la cuestión ecológica, es decir, cómo debemos relacionarnos con la naturaleza y con la Madre Tierra. En este particular Francisco de Asís puede inspirar a Francisco de Roma. Hay elementos en su vida y práctica que son actitudes generadoras. Veamos algunas.
Todo los biógrafos de su tiempo (Celano, San Buenaventura, Leyenda Perusina y otras) certifican «el tiernísimo afecto que albergaba hacia todas las criaturas», «a quienes les daba el dulce nombre de hermanos y hermanas, de quien adivinaba los secretos, como quien ya goza de la libertad y de la gloria de los hijos de Dios». Recogía las babosas del camino para que no fueran pisoteadas, daba miel a las abejas durante el invierno para que no murieran de frío o de escasez, pedía a los jardineros que dejasen un rincón sin cultivar para que creciesen en él todas las hierbas, inclusive la maleza, porque «también anuncian al Padre hermosísimo de todos los seres».
Aquí vemos otra forma-de-estar en el mundo, diferente a la de la modernidad. En ésta el ser humano está sobre las cosas como quien las posee y domina. La forma-de-estar de Francisco es ponerse a su lado para vivir como hermanos y hermanas en casa. Él intuyó místicamente que hoy es un hecho científico: Todos somos portadores del mismo código genético de base, por lo que nos une un lazo de consanguinidad, haciendo que nos respetemos y amemos unos a otros y que jamás usemos la violencia entre nosotros. San Francisco está más cerca de los pueblos originarios, como los yanomami o los andinos, que se sienten parte de la naturaleza, que de los hijos e hijas de la modernidad técnica y científica, para los que la naturaleza, considerada salvaje, está a nuestra disposición para ser domesticada y explotada.
Toda la modernidad se ha construido casi exclusivamente sobre la inteligencia intelectual. Ella nos ha traído innumerables comodidades. Pero no nos ha hecho más integrados y felices porque ha puesto en segundo plano y hasta ha reprimido la inteligencia emocional y cordial, y ha negado la ciudadanía a la inteligencia espiritual. Hoy es urgente amalgamar estas tres expresiones de la inteligencia si queremos desentrañar esos valores y sentimientos en los que tiene su nicho: el respeto, la reverencia y la coexistencia pacífica con la naturaleza y la Tierra. Este enfoque nos alinea con la lógica de la naturaleza que se consorcia, inter-retro-conecta a todos con todos y sostiene la sutil red de la vida.
Francisco vivió esta síntesis entre ecología interior y ecología exterior hasta tal punto que san Buenaventura le llama «homo alterius saeculi», «un hombre de otro tipo de mundo», de otro paradigma, diríamos hoy.
Esta postura será fundamental para el futuro de nuestra civilización, de la naturaleza y de la vida en la Tierra. Francisco de Roma debe hacerse portador de esta sagrada herencia, heredada de San Francisco de Asís. Él puede ayudar a toda la humanidad a hacer el paso de este tipo de mundo que puede destruir, a ese otro mundo, que vivió en anticipación san Francisco, hecho de fraternidad cósmica, de ternura y de amor incondicional.

Leonardo Boff es autor de La oración de san Francisco: un mensaje de paz, Sal Terrae 2000.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Objetivos incumplidos del milenio Juan Torres López, catedrático de economía aplicada

Es una singular casualidad que sea en España donde se celebre la reunión internacional para debatir sobre la lucha contra el hambre una vez que concluya el periodo para el que se fijaron los Objetivos del Milenio. Digo esto porque España es uno de los peores ejemplos que pueden ponerse hoy día en cuanto a ayuda al desarrollo y, por tanto, de lucha contra el hambre.
A pesar del rimbombante discurso humanitario del que suelen hacer gala nuestros ministros y de las creencias religiosas que la mayoría de ellos proclaman con fervor, lo cierto es que el Gobierno español se desentiende por minutos de los compromisos de ayuda que habían contraído sus antecesores y está dejando en la estacada y sin financiación a cientos de proyectos de desarrollo. Sin ir más lejos, el dinero dedicado a ayuda al desarrollo ha descendido un 49% en los presupuestos de 2013. Así que, desgraciadamente, no parece que nuestro país tenga mucho que decir en una reunión de este tipo. Más bien tendrá que callar cuando se plantee renovar los esfuerzos e ir más allá de donde se ha llegado hasta ahora.
En cualquier caso, tampoco se puede decir que los demás países, y sobre todo de los más ricos, hayan sido mucho más generosos. La realidad es que, cuando llegue 2015, los objetivos previstos, a pesar de su modestia, no se habrán cumplido en la mayoría de los casos.
El Objetivo uno, erradicar la pobreza extrema y el hambre, no se alcanzará en África Subsahariana, América Latina y el Caribe ni en parte de Europa y Asia Central. Es más, el número de personas con hambre en África Subsahariana y Asia meridional ha aumentado y la FAO estima que al paso que vamos este objetivo no se alcanzaría sino en 2150.
El Objetivo dos, que todos los niños y niñas puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria en 2015, tampoco se va a alcanzar en más de 80 países.
El tercer Objetivo del Milenio, eliminar en 2005 las desigualdades de género en la enseñanza primaria y secundaria no se consiguió, y en más de 90 países la desigualdad persiste en todos los niveles educativos.
El Objetivo cuatro, reducir en dos terceras partes la tasa de mortalidad infantil de los niños menores de cinco años para 2015 solo se cumpliría en 2045 de seguir la tendencia actual. Según UNICEF, 91 países están muy rezagados y es muy difícil que lo cumplan.
Tampoco se cumplirá el Objetivo cinco, reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes, pues cada año siguen muriendo 500.000 mujeres durante el embarazo o el parto. Un riesgo que afecta a una de cada 3.800 mujeres en los países ricos, mientras que en África le afecta a una de cada 16. Según la Organización mundial de la Salud entre 1990 y 2010 el número de muertes maternas por 100.000 nacidos vivos solo ha disminuido en un 3,1% al año, cifra que está lejos de la reducción del 5,5% anual necesaria para alcanzar el Objetivo.
El Objetivo seis, combatir el VIH/Sida, el paludismo y otras enfermedades y reducir su propagación para 2015, tampoco se cumplirá muy posiblemente, puesto que las zonas más afectadas, como el África Subsahariana, apenas si han recibido un 40% de los fondos prometidos contra el Sida, cuya prevalencia ha aumentado en casi todas las regiones del mundo, y poco más del 10% de las personas con VIH recibe tratamiento.
El Objetivo 7, incorporar principios de desarrollo sostenible en las políticas nacionales y reducir a la mitad en 2015 el número de personas que no acceden al agua potable o saneamiento básico, quizá esté más lejos que nunca, al menos si se tiene en cuenta el número de muertes, de guerras o de actos violentos de todo tipo que conlleva su uso, que casi 2.200 millones de personas carecen de servicios mejorados de saneamiento y que más de 600 no tienen acceso a fuentes de agua limpia.
El último objetivo, desarrollar un sistema comercial y financiero abierto y basado en normas no discriminatorias, es también evidente que no se ha cumplido. La ayuda oficial al desarrollo ha disminuido casi en un 25% en los últimos 15 años, sigue siendo tres veces menor a los reembolsos por deuda que los países pobres pagan a los ricos, y éstos (principalmente Estados Unidos, Unión Europea y Japón) siguen manteniendo grandes barreras arancelarias, al mismo tiempo que impiden que los pobres se defiendan de su agresión comercial.
En suma, en el mundo siguen habiendo más de 1.000 millones de seres humanos en situación de extrema pobreza, prácticamente cada segundo muere una mujer en el mundo al quedar embarazada o dar a luz sin cuidados suficientes, unos 850 millones pasan hambre y cada día mueren, en las estimaciones más bajas, unas 40.000 personas por falta de comida, agua o de atención sanitaria.
En África la situación es mucho peor. En 1990 había 175 millones de personas desnutridas (un 27,3% de la población) y en 2012, 239 millones (un 22,9%). Casi una de cada cuatro personas pasa hambre durante largos períodos de tiempo y 2,3 millones de niños y niñas mueren cada año (4,3 cada minuto) como consecuencia directa de la desnutrición.
Los organismos internacionales y los expertos de todo el mundo saben muy bien por qué sucede este drama y demuestran la falsedad del discurso oficial empeñado en convencernos de que su causa es la falta de recursos.
Nada más falso: solo con la riqueza de las 100 personas más ricas del mundo (241.000 millones de dólares en 2011) bastaría para acabar con la pobreza en cuatro años (Rajesh Makwana, Extreme Wealth vs Global Sharing). Y un estudio reciente ha propuesto diez medidas con las cuales se podrían obtener 2,8 billones de dólares para financiar la solución de los problemas que hacen sufrir innecesariamente a millones de personas y al propio planeta (Financing the global sharing economy. How to mobilise $2.8 trillion to prevent life-threatening deprivation, reverse austerity measures, and mitigate the human impacts of climate change o en su Resumen Ejecutivo).
La desigualdad gigantesca, la concentración inmoral de los recursos, es la primera y más directa causa del hambre y la pobreza: ¿cómo no los va a haber en un planeta en donde el 1,75% más ricos posee la misma riqueza que el 77% más pobre, según las últimas estimaciones de Branko Milanovic (Inequality: The Haves and Have-nots)?
Esa concentración se está manifestando especialmente hoy día en la adquisición de grandes extensiones de tierra para dedicarla a suministrar combustibles a los países ricos, destruyendo así la agricultura y la fuente alimentaria de millones de personas: se calcula que cada seis días se adquieren tierras en los países pobres con una superficie equivalente a la de Londres.
Otra fuente de pobreza es la evasión fiscal y el fraude generalizado, sobre todo, de las grandes fortunas y empresas multinacionales que se ocultan en los paraísos fiscales y, que podría generar pérdidas, según diversos informes, de entre 150.000 y 300.000 millones de dólares anuales a los países más pobres.
Por supuesto, también produce millones de seres hambrientos la especulación masiva sobre los precios de las materias primas alimentarias. Un reciente estudio de dos investigadores de la OCDE (“Quantification of the High Level Endogeneity and of Structural Regime Shifts in Commodity Markets”) muestra que estos precios varían en un 70% a causa de movimientos especulativos y solo en un 30% por efecto de su oferta y demanda real.
Y nos empobrece a todos, y literalmente mata de hambre a millones de personas el mal uso que hacemos de los recursos, creyéndonos que son ilimitados, que el medio natural es nuestro esclavo y que podemos utilizarlo para destrozarlo a nuestro antojo.
Cada muerte de un ser humano por falta de recursos, cuando los hay sobrados en muestro planeta, es un drama. Pero cuando eso le ocurre a millones de personas como consecuencia de un tipo de negocio obsesivo e insaciable, que solo enriquece a unos pocos con la complicidad de los Gobiernos y de organismos internacionales, deberíamos hablar de auténticos crímenes de lesa humanidad y perseguirlos como tales.

Rouco reprende al Gobierno y Europa Laica exige transparencia a los obispos Juan G. Bedoya

El presidente de la Conferencia Episcopal ve urgente una reforma de la ley que garantice el derecho a la vida
Europa Laica exige que la ley de transparencia alcance a los obispos
El Estado destinó 94 millones para profesores de religión en 2012
El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, no comprende al Gobierno, y lo lamenta con severidad. Lo dijo esta mañana con contundencia en el discurso inaugural de la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
“No es fácil entender que todavía no se cuente ni siquiera con un anteproyecto de Ley que permita una protección eficaz del derecho a la vida de aquellos seres humanos inocentes que no por hallarse en las primeros estadios de su existencia dejan de gozar de ese básico derecho fundamental. Es urgente la reforma en profundidad de la legislación vigente. Se ha de poner coto cuanto antes a este sangrante problema social de primer orden”, sentenció.
También exige el cardenal arzobispo la radical supresión del matrimonio entre personas del mismo sexo. Afirmó: “Hemos de reiterar también que es urgente la reforma de nuestra legislación sobre el matrimonio. No se trata de privar a nadie de sus derechos, ni tampoco de ninguna invasión legal del ámbito de las opciones íntimas personales. Se trata de restituir a todos los españoles el derecho de ser expresamente reconocidos por la ley como esposo o esposa”.
Rouco habló a las once de la mañana en la llamada Casa de la Iglesia, en Madrid, en un discurso que, en su mayoría, dedicó a ponderar lo bien que ha resultado la renovación en el pontificado romano, hace algo más de un mes, tanto por la, en su opinión, providencial renuncia de Benedicto XVI, como por la acertada elección de su sustituto, el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio. “No se lo esperaban los medios de comunicación y muchos de sus comentadores”, sostuvo. Antes había afirmado que la Iglesia está viviendo “un especial tiempo de gracia, desde la nunca vista despedida pública de un papa ejerciendo su ministerio de pastor de la Iglesia universal, hasta la celebración del cónclave, en un clima de extraordinaria expectación mundial, crecida, si cabe todavía más, con la elección del papa Francisco”.
Fue muy al final del discurso cuando el líder del catolicismo español entró en materia política, prácticamente a la misma hora en que el presidente Rajoy iniciaba en Roma su visita de fiel católico al nuevo pontífice y, más tarde, al primer ‘ministro’ vaticano, el cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone.
Dijo Rouco: “Persiste la crisis económica con su cortejo de paro -especialmente de desempleo juvenil- y de falta de medios para hacer frente a los compromisos contraídos en la adquisición de viviendas o a la debida atención a los ancianos y a los emigrantes. Persiste la desprotección legal del derecho a la vida de los que van a nacer y persiste una legislación sobre el matrimonio gravemente injusta. Persiste la ausencia de protección adecuada para la familia y la natalidad, en especial, para las familias numerosas. La calidad de la enseñanza sigue dejando mucho que se desear, siendo así que de ella depende en tan gran medida el futuro de la sociedad. Por eso, es legítimo el pluralismo social y político entre los católicos. Sin embargo, el pluralismo legítimo no debe ser confundido con el relativismo”.
Persiste la desprotección legal del derecho a la vida de los que van a nacer y persiste una legislación sobre el matrimonio gravemente injusta
A la misma hora en que los obispos ponían de nuevo sobre la mesa del Gobierno sus exigencias de poder fáctico en crisis, el presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, hacía el recuento de los dineros que el Estado español, a través de sus diferentes Administraciones, da cada año a la Iglesia católica (11.337,1 millones de euros: el 1% del PIB) por muy diferentes conceptos, incluido un práctico régimen de paraíso fiscal. También presentaba en conferencia de prensa la campaña anual pidiendo a los contribuyentes no poner equis alguna en las dos casillas habilitadas en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF, tanto a la Iglesia católica (la única confesión que aparece en ese impreso), como a los llamados Fines sociales. Europa Laica reclama, en consecuencia, que la futura Ley de Transparencia incluya a los obispos y sus innumerables organizaciones.
Sostiene Francisco Delgado: “El culto y el clero de cualquier organización religiosa y de las organizaciones a su servicio, deberían estar financiadas, exclusivamente y de forma voluntaria, por las personas que son fieles o se sienten atraídas por esa doctrina religiosa. De hecho, la propia Iglesia católica en los Acuerdos económicos de 1979, se comprometió a su autofinanciación progresiva. El pacto no sólo no se ha cumplido, sino que el Gobierno del PSOE lo incrementó en 2008. Esta circunstancia nos da pié para indicar que esos Acuerdos, al ser incumplidos por la propia iglesia católica, al margen de otras consideraciones de presunta inconstitucionalidad, no son válidos y el Estado está obligado a anularlos o revisarlos”.
Este año, los obispos reciben del Ministerio de Hacienda, en entregas mensuales en una cuenta de la CEE, 248 millones para culto y salarios, de acuerdo con lo aprobado en la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2013. Según el cálculo de Europa Laica, ello supone 260 euros por habitante, sea niño o anciano, católico, ateo, judío, protestante o musulmán, sin que los fieles católicos pongan ni un solo euro más de su bolsillo. Lo proclama la propia Conferencia Episcopal en su campaña invitando a sus fieles que marquen la equis en el impreso del IRPF. “Ni se paga más, ni te devuelven menos”, sentencian los anuncios que estos días se ponen en marcha.
Pese a todo, el portavoz secretario general de la CEE y obispo auxiliar de Rouco en Madrid, el jesuita Juan Antonio Martínez Camino, repite cada año, con gran desparpajo, que la Iglesia católica no figura en la ley de Presupuestos Generales del Estado y que se financia con el dinero de sus fieles.
Además del dinero que se detrae de Hacienda para culto y salarios eclesiásticos por la equis correspondiente en el IRPF, el catolicismo recibe un porcentaje alto de lo asignado por los contribuyentes a “fines sociales” (en torno a otros 120 millones), para 40 organizaciones no gubernamentales (ONG), dependientes de alguna de las 40.000 instituciones católicas (diócesis, parroquias, órdenes y congregaciones religiosas, fundaciones,. universidades, hospitales, centros de enseñanza concertados, etc.)
Concluyó esta mañana el presidente de Europa Laica: “Después de 35 años de democracia formal y con una Constitución que, aun en su calculada ambigüedad en esta materia, establece “que ninguna confesión tendrá carácter estatal”, las relaciones del Estado con la iglesia católica en materia económica, no sólo siguen con la misma orientación que en la dictadura, sino que, en términos cuantitativos, se ha acrecentado considerablemente. Ello significa que estamos, en la práctica, en un Estado “confesional (católico)”. Exigimos pasos políticos y sociales a favor de la construcción del Estado Laico, entre otros, la derogación de los Acuerdos de 1979 con la Santa Sede y del concordato nacionalcatólico del 53, la elaboración de una ley de libertad de conciencia, eliminar los conciertos educativos con los centros privados católicos y sacar la enseñanza de la religión y moral católicas de los centros escolares, entre otras medidas”.