FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

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ATALAYA

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viernes, 6 de enero de 2012

Ha fallecido D. José Luis Roncal Loyola, Salesiano Sacerdote


Ha fallecido D. José Luis Roncal Loyola, Salesiano Sacerdote

Falleció ayer, 5 de enero de 2012, a las 7 de la mañana, en Valencia a los 77 años de edad y 61 de profesión.
El funeral se celebrará en la Parroquia Salesiana de San Antonio Abad de Valencia, mañana viernes, 6 de enero a las 10:30 h.
Durante el curso 1977-1978 estuvo destinado en Salesianos Pamplona; de 1978 a 1983 en Salesianos Barakaldo, donde fue director dos años; de 1983 a 1988 formó parte de la comunidad de Salesianos Intxaurrondo.
José Luis ha sido ejemplo de salesiano entregado y fiel a su vocación, simpático, generoso, sencillo, disponible y gran trabajador.
Damos gracias a Dios por habernos dado a este hermano y lo encomendamos a su amor y misericordia.
¡Descanse en Paz!       VER ESQUELA

JOSÉ ANTONIO PAGOLA REYES


INCAPACES DE ADORAR
 
Cayendo de rodillas, le adoraron
Mt. 2, 1-12
 

El hombre actual ha quedado, en gran medida, atrofiado para descubrir a Dios. No es que sea ateo. Es que se ha hecho “incapaz de Dios”.
Cuando un hombre o una mujer sólo busca o conoce el amor bajo formar degeneradas y su vida está movida exclusivamente por intereses egoístas de beneficio o ganancia, algo se seca en su corazón.LEER MÁS


Una jueza argentina contra los crímenes del franquismo


 Atrio

Hace unos años el juez Garzón, basándose en el principio de justicia universal, inició una causa contra los crímenes cometidos por los dictadores de Chile y Argentina, e incluso ordenó la detención de Pinochet en Inglaterra, que no pudo regresar a Chile. Hoy una jueza argentina ha iniciado una causa contra los crímenes cometidos en la dictadura franquista. Nos dice Oscar Varela, al enviarnos este enlace a Pagina 12, que el Gobierno español (PSOE) trató de evitar este juicio argumentando que el sistema español está investigándolo “de puertas adentro”. Con gran acierto, la juez argentina pidió pruebas concretas de tal investigación. Que ridículo ha hecho el gobierno del PSOE. Se había olvidado que el juez Garzón está siendo juzgado por haberlo intentado.
LA JUSTICIA ARGENTINA REQUIRIO INFORMACION A ESPAÑA SOBRE LOS CRIMENES DEL FRANQUISMO

Un atajo para luchar contra la impunidad

A partir de la denuncia de víctimas de la dictadura de Franco, la jueza Servini de Cubría pidió a España datos para iniciar la causa. El principio de justicia universal lo aplicó el español Baltasar Garzón para investigar a las dictaduras latinoamericanas.
La Justicia argentina empieza a investigar los crímenes del franquismo. La jueza María Servini de Cubría pidió nombres y domicilios de los militares vivos involucrados en el gobierno fascista, una lista con las empresas que se enriquecieron a costa del régimen e información sobre la cantidad de desaparecidos, fusilados y niños apropiados entre 1936 y 1977, año en que murió el dictador Francisco Franco. El requerimiento se enmarca en la causa iniciada por víctimas y familiares de fusilados y desaparecidos radicados en Argentina, que denuncian al Estado español, basados en principios de justicia universal. Fue a través de esos mismos términos internacionales que el juez Baltasar Garzón logró abrir investigaciones sobre los delitos cometidos en las dictaduras argentina y chilena y detener a Augusto Pinochet en Londres en octubre de 1998. En ese momento, la intervención judicial significó un enorme aporte a las causas de los organismos de derechos humanos de los dos estados americanos.
Mientras en España temen por el silenciamiento de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el mandato de Francisco Franco, la jueza federal argentina rechazó una presentación del país europeo que sostiene que puertas adentro se investigan esos delitos y solicitó medidas probatorias concretas.
Pero lo que se hace hacia afuera, no se replica hacia adentro. Mientras desde el extranjero Garzón es aplaudido, en España lo espera un juicio que le inició el mismo Estado por haberse declarado competente para investigar los crímenes cometidos por La Falange, el partido que encabezaba Franco. “Yo actué como juez interpretando las normas nacionales e internacionales, como en otros casos”, dijo en declaraciones radiales recientes. Lo que pasa, en su opinión, es que “el franquismo en España todavía está vivo”.
En ese marco, organismos de derechos humanos españoles manifestaron que temen que, con la llegada de la derecha al poder, de la mano del jefe del Ejecutivo Mariano Rajoy, se retroceda en los derechos adquiridos. “Existe un peligro de regresión, porque la crisis económica es la excusa para que caigan las ayudas que recibimos”, apuntó Pedro Vicente Romero de Castilla Ramos, referente de la asociación Memoria Viva. En julio último, además, el Parlamento español ratificó la Ley de Amnistía vigente desde 1977, que bloquea el procesamiento de los militares involucrados.
Por eso, para Garzón es “complicado” que otro juez español investigue los crímenes de la dictadura franquista. Paradójicamente, en ese contexto, la Fiscalía General del Reino de España realizó un informe, a pedido de Cubría, destinado a responder si España investiga los crímenes del franquismo. La respuesta fue que “se han tramitado y se están tramitando numerosos procedimientos judiciales”. Algunas de las causas en curso citadas por la autoridad española se referían a los procesos desprendidos de las acciones de Garzón. “Esas causas se archivan automáticamente por prescripción o por una cuestión de competencia, ya que los jueces buscan que se haga cargo el Tribunal Superior de España”, explicó el abogado querellante Máximo Castex.
Con el exhorto de ayer, Servini de Cubría derrumbó la endeble torre de argumentos. Solicitó los “nombres y últimos domicilios conocidos de los miembros de los Consejos de Ministros de los Gobiernos del Estado Español y de los miembros de los mandos de las Fuerzas Armadas, Guardia Civil, Policía Armada, Directores de Seguridad y dirigentes de La Falange” que actuaron durante el franquismo –comprendido entre el 17 de julio de 1936 y el 15 de junio de 1977– con la “certificación de los que hayan fallecido”.
Además, pidió el número de personas desaparecidas, con sus nombres completos, y la fecha y el lugar de sus desapariciones; la cantidad de personas asesinadas y torturas por “persecución política”; y la cifra de niños sustraídos a sus familias de origen, apropiados y con su identidad sustituida por familias afectadas a la dictadura. Las agrupaciones que luchan por la memoria aseguran que son al menos 30 mil los bebés robados.
También se requiere informes sobre las fosas comunes encontradas, la cantidad de cuerpos recuperados a la fecha y la lista de empresas privadas beneficiadas del trabajo forzado y esclavo de los presos republicanos, que aún siguen activas. Para Castex, ese último punto del exhorto librado el 13 de diciembre último es fundamental. “Con las enormes distancias y diferencias, puede tener las repercusiones que acá tiene el tema de (la empresa que durante la dictadura militar pasó a manos del Grupo Clarín) Papel Prensa.”
Todas las medidas pedidas por Servini de Cubría corresponden a las peticiones solicitadas por el equipo de abogados de los familiares o españoles radicados en Argentina. En su última presentación, el 25 de noviembre último, la querella solicitó además que la jueza se constituya en la embajada nacional en España para recibir en persona nuevas denuncias y testimonios de víctimas. La magistrada podría dar lugar a este pedido una vez que recabe los datos solicitados.
“Tras 40 años de dictadura y 35 de democracia –sostienen los abogados argentinos en el último documento entregado a Cubría–, en España no sólo no existe siquiera una Comisión de la Verdad (si no que) no hay un solo niño a quien se le haya restituido su identidad. No hay un solo victimario que haya sido identificado, uno al que siquiera un juzgado le haya tomado declaración, ni un imputado por la comisión de alguno al menos de los múltiples, masivos, generalizados crímenes cometidos.”
Informe: Rocío Magnani.

El año que pasa


Jose Arregi, 05-Enero-2012

No hay seguramente nada –aparte del Misterio que es en todo lo que es– más difícil de entender que el tiempo. Nuestros ojos captan tres dimensiones (largura, anchura, profundidad) en una foto cualquiera, por plana que sea, ¡y ya es admirable ver tres dimensiones en dos! Pero ¿quién puede captar la cuarta dimensión, la del tiempo en el espacio? ¿Quién es capaz de dibujarlo, por artista que sea?
Siempre hemos sabido, mucho antes de Einstein, que, para un encarcelado, una hora de espera del vis à vis con su pareja es más larga que una hora de disfrute con ella, por mucho que ambas horas sean iguales en el reloj del funcionario. Ninguna fórmula matemática podría explicarnos por qué son tan diferentes las dos horas. Últimamente, los físicos del mundo entero están expectantes por saber si, efectivamente, los neutrinos corren más que la luz, pues si fuera así se vendrían abajo todas las medidas del tiempo y del espacio, y también la teoría de Einstein; sería como decir que uno corre más que su propia sombra, o como imaginar (pero imagínelo quien pueda) que, corriendo más que la luz, podríamos retroceder en el tiempo, de modo que pudiéramos, por ejemplo, asistir desdoblados a nuestro propio nacimiento, o que pudiéramos incluso impedir nosotros mismos, por el medio que fuere, que nuestra pobre madre nos diera a luz, en el caso de que la vida nos fuera tan mal, cosa que a tantos sucede. Entendemos muy bien que uno prefiriera no haber nacido, pero ¿cómo entender que uno pudiera impedir su propio nacimiento? Y tantos enigmas que guarda el tiempo dentro de sí. ¿Será que algún día dejará de ser inexorable?
Razón tenía San Agustín (siglo V) cuando, al final de su vida y de todo su saber acumulado, dedicó un complicado capítulo de sus Confesiones a esta cuestión del tiempo, empezó el capítulo de esta manera: “Sé bien lo que es, si no se me pregunta. Pero cuando quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé”. Tal vez nos ocurre lo mismo con casi todo, no solo con el tiempo: sabemos lo que es la belleza y el amor, la vida y la muerte, la dicha y la desdicha, hasta que nos preguntan o nos preguntamos, y entonces dejamos de saber, cesa la palabra y nos dejamos llevar. ¡Bendita ignorancia!
Una cosa sabemos con nuestra ignorante certeza: que todo pasa, que todo fluye, como esta incesante lluvia que cae y que algún volverá a ser agua en las nubes o sangre en nuestras venas, y nunca acabará. Así corre y pasa todo y todo vuelve. Así pasa la vida, pasajera como todo y eterna como Dios. Sí, pasajera y eterna, como Dios. Pues eternidad no es la prolongación infinita del tiempo ni lo que había antes del tiempo ni lo que habrá después del tiempo; antes del mundo y del tiempo no había ni Dios, pues no puede existir ningún “antes” ni “después” del tiempo; “antes” y “después” del tiempo serían también tiempo. Eterno es el corazón del tiempo, aunque no sabemos qué es. Eterno es el movimiento, la energía, la dynamis, el Espíritu. Eterna es la paz que irrumpe mansamente en medio de todos los torrentes y torbellinos, y de los terribles huracanes. Eterno es Dios en el corazón de todo lo que es, vive, fluye. Eterna belleza, humildad y ternura, entregadas al destino de nuestro pobre ser contingente y perenne.
Pasan los días y los años, vienen y van. Y ¿qué es un año? Sí, lo sabemos, es el tiempo que tarda esta Tierra que somos en girar alrededor del Sol: 365 días, como ya lo descubrieron hace cinco mil años los sabios egipcios, instruidos por iletrados labradores. Ellos, al igual que nosotros, se sentían perdidizos en la inmensidad del espacio y del tiempo, necesitaban orientarse y midieron el tiempo mirando al Sol para orientarse en la Tierra, para saber cuándo cultivar y cuándo cosechar, cuándo trabajar y cuándo descansar, y cómo dar culto a los dioses, es decir, cómo agradecer y cuidar el misterio de la Vida tan fugaz y mortal y, sin embargo, eterna. Luego midieron con más precisión, en honor de los bisiestos: la Tierra tarda en girar alrededor del Sol 365 días, 6 horas, 9 minutos, 9,76 segundos. Y en nuestros tiempos, más exactos y veloces que nunca, han medido también las centésimas y las milésimas de segundo, e incluso los microsegundos (millonésimas de segundo) y los nanosegundos (milmillonésimas de segundo) y los psicosegundos (billonésimas de segundos) y los femtosegundos (milbillonésimas de segundo), y hasta los attosegundos, que no se sabe ni cómo decir, pero baste decir que en un segundo hay tantos attosegundos como segundos han pasado desde el Big Bang de este universo, hace trece mil millones de años. Es asombroso, pero uno se asusta de pensar que vayan a inventar relojes que cuenten el tiempo hasta esos extremos, y nos hagan vivir infinitamente más deprisa aún de lo que ya vivimos.
Pero todo eso no es más que el año solar. Otro es el año lunar, de aquellos que, como los musulmanes, miran más a la Luna que al Sol. Y muy distinto es el año galáctico que indica el tiempo que necesita el Sol en completar una órbita en torno al centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea: unos 220 millones de años. Y otro muy distinto es, en el hinduismo, el año de Brahma: unos 3.000 millones de nuestros años.
Y así sucesivamente, hasta perder la medida del tiempo inmensamente grande e inmensamente pequeño, en el que tocamos la misma eternidad. Lo único cierto es que el tiempo pasa, aunque no sepamos qué es. Dicen los sabios lingüistas –más sabias son las lenguas– que “año” viene, justamente, de la raíz indoeuropea at que significa “ir” o “período que se va” (al encontrarse con el sufijo -no se convierte en doble n: annus en latín, y de ahí “año”).
Así ha pasado este año, tan corto para algunos y tan largo para otros –¿quién les alargará a éstos una mano amiga para que el tiempo se les haga más corto?–. El año 2011 del calendario cristiano, gregoriano o de la “era común”; el año 4707-08 del calendario chino, el año 5771-72 del calendario hebreo, el año 1432-33 del calendario musulmán. Distintos años, el mismo pasar.
Déjalo pasar. No quieras retener el tiempo, ni quieras acelerarlo. No te aferres al pasado, ni te atormentes por nada de lo que pasó. Está en buenas manos. No lo olvides, no, pues el olvido conduce al destierro y el recuerdo acelera la liberación. No olvides el llanto de “Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, pues ya no viven”, como escribieron el profeta Jeremías (31,15) y el evangelio de Mateo (2,18). No olvides el clamor que sube de Egipto y Siria, de Irak y Afganistán, el clamor de África, el clamor de los incontables que mueren de hambre. No olvides la causa que los mata, de la que formamos parte. No olvides la codicia insaciable de los ricos que nos ha traído a este tiempo de aprietos y angustias con todas las alarmas encendidas. Pero procura liberar la memoria del pasado, curarla de sus heridas, y cuidarla libre y sana para crear el futuro posible que nos merecemos.
No quieras forzar el futuro, que llegará a su tiempo. Y tampoco te aferres al presente, eterno en su fugacidad. Vívelo como mejor puedas. Vívelo en paz. Como la anciana profetisa Ana y el anciano profeta Simeón hicieron en otro tiempo, alza en tus brazos a Jesús con el nombre y la figura que tú quieras y exclama como ellos: “Mis ojos ven la luz. Ahora puedo morir, ahora puedo vivir, ahora es posible la liberación del mundo en este tiempo que pasa”.