FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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miércoles, 8 de agosto de 2012

Hacia la cristianización de la sociedad española

Enviado a la página web de Redes Cristianas
El Corán es el libro sagrado del islam. La Biblia es el libro revelado de los judíos. El Evangelio es el texto fundante del cristianismo. ¿Qué pensaríamos si los líderes musulmanes pusieran en marcha una campaña de “coranización” de la sociedad española, en la que vincularan directamente la religión con la política, identificaran la ley islámica con el derecho civil y fundamentaran la ética civil en la moral islámica?
¿Qué pensaríamos si los judíos iniciaran una campaña de difusión de la Biblia hebrea y de conversión al judaísmo en la sociedad española? Las tendríamos por un provocación y una falta de respeto a la libertad ideológica y religiosa de la gente. Consideraríamos ambas campañas como una operación de proselitismo religioso tendente a la islamización y a la judaización de la sociedad española. Y estaríamos en lo cierto. Sería un despropósito y un anacronismo.
Pues bien, ese despropósito y ese anacronismo, esa falta de respeto a la libertad religiosa e ideológica es la que pretende llevar o a cabo la Conferencia Episcopal Española (CEE) con su campaña de nueva evangelización de la sociedad. Insatisfecha como está con el proceso de secularización, que interpreta como una agresión a las creencia, incómoda como se encuentra en la democracia porque ve mermada su injerencia en la vida política, disconforme con la separación Iglesia-Estado, lo que pretende, en el fondo, es cristianizar la sociedad española. Y como no puede hacerlo en su conjunto volviendo al modelo de cristiandad, lo hace por áreas y sectores.
Empieza por la juventud, de cuyos problemas e inquietudes está totalmente alejada y a la que quiere re-conquistar, con escaso éxito, a través de puestas en escena espectaculares como la Jornada Mundial de la Juventud. De poco le ha servido, porque los jóvenes se distancian cada vez más de un cristianismo cultual y represivo como el ofrecido por el papa en dicha Jornada. Sigue con la familia, que la CEE ve amenazada de disolución por la legalización del divorcio y el matrimonio homosexual. y busca llevarla al redil del matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer a través de las celebraciones masivas de la Sagrada Familia en la plaza madrileña de Colón cada último domingo del año, así como de la Jornada Mundial de la Familia de 2006 con el escandaloso desvío de sumas importantes de dinero a la trama Gürtel.
Luego viene la escuela, que cristianiza por medio de los “idearios” en los centros docentes de titularidad católica, de la clase de religión católica y de la confesionalización de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Tras la escuela viene la cristianización de la universidad con la creación de universidades católicas y el mantenimiento de las capillas y de la realización de actividades de culto. La voluntad confesional alcanza a varios medios de comunicación, que transmiten, reproducen y legitiman las tendencias más conservadoras, tanto políticas como religiosas, y pretenden influir en la opinión pública a veces con mensajes desestabilizadores de la propia democracia.
La cristianización de la sociedad comporta, en la mentalidad episcopal, la imposición de una moral cargada de prohibiciones en materia afectiva y sexual, así como en las relaciones de pareja. Una moral que hace infelices a los seres humanos y en la que el pecado se convierte en delito.
Con esta intencionalidad cristianizadora, los obispos pretenden revertir el proceso de secularización que reconoce la autonomía de las realidades temporales de toda tutela religiosa. Un proceso, a mi juicio, ejemplar, que ha supuesto la apelación a la conciencia personal y el desarrollo de una ética cívica laica, y que se ha llevado a cabo con escrupuloso respeto hacia las creencias y las prácticas de las personas y comunidades religiosas. Por lo que conozco, la sociedad española es una de las más secularizadas de Europa, que, a su vez, cuenta con la jerarquía más conservadora del viejo continente.
Hay, con todo, otra forma de entender la evangelización como oferta de sentido humanizador y buena noticia de liberación de las personas, los grupos humanos, pueblos y continentes enteros más vulnerables y empobrecidos. Es la idea de evangelización que puso en marcha el Concilio Vaticano II y que llevaron a cabo el episcopado latinoamericano en las Conferencias de Medellín (1968), Puebla de los Ángeles (1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007), los teólogos y teólogas de la liberación, las comunidades de base y Cristianos por el Socialismo, que vinculan evangelio y liberación, cristianismo y promoción humana, esperanza cristiana y utopías históricas, opción por lo pobres y lucha contra la pobreza.
La CEE camina en dirección contraria a la historia. Demuestra insolidaridad ante la crisis, sobre la que guardan silencio porque a ellos no les afecta, ya que viven instalados cómodamente en un sistema de privilegios. Quiere convertir a la sociedad española al cristianismo pero sin predicar con el ejemplo. Ese es su modelo de evangelización. El fracaso está asegurado. ¡Cuántas energías desperdiciadas!
Juan José Tamayo es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones, de la Universidad Carlos III de Madrid, y autor de Invitación a la utopía (Trotta, 2012).

La razón en fase de larva y de capullo

Quien haya leido mis últimos textos sobre ecología y la situación dramática de la Tierra, tal vez se haya quedado con una impresión de pesimismo. No puede ser pesimista quien se da cuenta de los peligros reales que pesan sobre nuestro destino. Debemos siempre respetar la realidad, pero al mismo tiempo es necesario ampliar la comprensión de la realidad. Ésta es mayor de lo que se muestra, pues lo potencial también es parte de lo real. Siempre hay una reserva utópica presente en todos los eventos.
Si comprendemos la realidad así enriquecida, no se justifica un pesimismo cerrado, sino un realismo esperanzador. Éste capta la eventual irrupción de lo nuevo escondido dentro de lo potencial y de lo utópico. Esto nuevo hace entonces historia y funda otro estado de conciencia e inaugura un ensayo social distinto.
Además, si tomamos distancia y medimos nuestro tiempo histórico con el tiempo cósmico, tenemos aún más razones para la esperanza. Si condensamos en un año el tiempo cósmico, los 13,7 miles de millones de años que es la edad presumible de nuestro universo, notaremos que como humanos existimos hace solo una pequeñísima fracción de tiempo. Así, el 31 de diciembre a las 5 de la tarde nacieron nuestros antepasados pre-humanos. El 31 de diciembre a las 10 de la noche entró en escena el ser humano primitivo. El 31 de diciembre a las 23 horas, 58 minutos y 10 segundos surgió el hombre de hoy llamado sapiens sapiens. El 31 de diciembre a las 23.00 horas, 59 minutos y 56 segundos nació Jesucristo. El 31 de diciembre a las 23.00 horas 59 minutos y 59,2 segundos Cabral llegó a Brasil.
Como se deduce, temporalmente somos casi nada.
Además de esto, si tenemos en cuenta las 15 grandes destrucciones que conoció la Tierra, especialmente la del Cambriano hace 570 millones de años en la cual desapareció entre el 75 y el 90% del capital biótico, verificamos que la vida sempre resistió y sobrevivió. Y si nos concentramos solamente en el ser humano, siempre sobrevivió a las muchas glaciaciones. Y aún más, tuvo un proceso de encefalización altamente acelerado. Desde hace 2,2 millones de años aparecieron sucesivamente el homo habilis, el homo erectus, y en los últimos cien mil años, elhomo sapiens, ya plenamente humano. Sus representantes eran seres sociales, se mostraban cooperativos y usaban el habla, característica humana.
En el intervalo de un millón de años, el cerebro de estos tres tipos de homo se duplicó en volumen. Después de la aparición del homo sapiens, surgido hace 100 mil años, el cerebro no creció más. Ya no era necesario, pues surgió el cerebro exterior, la inteligencia artificial, que es la capacidad de conocer, de crear instrumentos y artefactos para transformar el mundo y crear cultura, característica singular del homo sapiens sapiens.
A partir del neolítico, hace cerca de diez mil años, surgieron las primeras ciudades que dieron origen a la cultura elaborada, al estado, a la burocracia y también a la guerra. Comenzó también una utilización sistemática de la razón instrumental para dominar la natureza, conquistar y someter a otros. Obviamente allí también estaban otros tipos de razón como la emocional, la simbólica y la cordial, pero sometidas a la razón instrumental que, desde entonces hasta culminar en nuestro tiempo, asumió la hegemonía, razón a la vez creativa y destructiva.
El proceso de la mariposa nos ofrece una sugestiva metáfora. La mariposa no nace mariposa. Es al principio un simple huevo que se transforma en una larva, devoradora insaciable de hojas. Después se enrolla sobre sí misma en foma de capullo (crisálida). Dentro de él, la natureza teje su cuerpo y lo pinta de colores. Cuando todo está listo se rompe el capullo y surge una mariposa espléndida.
Nosotros estamos todavía en el estadio de larva y de capullo. Larva, porque día y noche devoramos la naturaleza; capullo, porque estamos cerrados sobre nosotros mismos, sin ver nada a nuestro alrededor.
¿Cuál es nuestra esperanza? Que la razón rompa el capullo y surja como razón-mariposa. Tal vez la situación actual de gran peligro fuerce el nacimiento de la razón-mariposa. Ella revolotea por ahí, no es destructiva sino cooperativa, pues poliniza las flores.
Estamos todavía en génesis. No hemos acabado de nacer. Una vez nacidos, vamos a respetar y a convivir con todos los seres. Habremos superado para siempre la fase de larva y de capullo. Como mariposas seremos portadores de la razón sensata que nos concede tener junto con la Tierra un futuro sin amenazas.
[Traducción de MJG]