FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
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ATALAYA

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jueves, 22 de junio de 2017

SOMOS PLENITUD

col enrique art

No somos el yo separado (persona) que nuestra mente piensa, sino plenitud de presencia que se expresa, manifiesta y experimenta en esta forma concreta –sumamente frágil y vulnerable– que llamamos “yo”.
¿Cómo pasar de esa creencia errónea –por más arraigada que esté– a la comprensión de nuestra verdadera identidad? En este “paso” se ventila la liberación de la ignorancia y del sufrimiento. Pedagógicamente, podría plantearse en las siguientes etapas:
La creencia: Desde niños hemos crecido pensando que éramos el “yo” que nuestra mente pensaba; creencia que es sostenida y alimentada de manera constante por nuestro entorno familiar, educacional y cultural. Tal creencia hace que nos veamos radicalmente como carencia, que necesita ser “completada” por “algo” exterior de lo que todavía carecemos. Aquella misma creencia nos lleva a pensar que “somos malos” o, al menos, que “podemos ser mejores”. Y ahí nos pasamos la vida en una ansiedad más o menos intensa, entre la autoexigencia perfeccionista y la decepción o frustración inevitable.
La realidad: No somos el yo carente que pensamos ser, sino Plenitud que se expresa en esta forma (persona) débil, frágil y sumamente limitada y vulnerable. Lo que llamamos “yo” es solo una construcción mental, que es fruto de la naturaleza apropiadora y separadora de la mente. Por eso, mientras nos pensamos, nos vemos como “yo”; sin embargo, en cuanto acallamos el pensamiento y atendemos, nos percibimos como Plenitud, una con todo lo que es. Así se explica que cuando no hay pensamiento ni memoria, no existe ningún yo; nunca había existido, salvo en la creencia mental de la que nació.
La consecuencia: No necesitamos “mejorar”, porque no nos falta nada; todo es perfecto tal como es; todo está bien. Cuando has comprendido que eres uno con todo lo que es…, cuando eres consciente de ser Plenitud, ¿qué podrías desear?
La trampa: La mente se apropia también de esta comprensión en beneficio propio, dando lugar a mecanismos de justificación y endiosamiento del yo, utilizando aquella certeza como pretexto para la indolencia y el narcisismo, que perpetúan la “zona de confort” donde el yo se refugia.
La comprensión: Somos pura Presencia –Eso que queda cuando no ponemos pensamiento–. Pero la Presencia no es “algo” que tenemos o un “objeto” del que pueda apropiarse el yo; es, sencillamente, nuestra verdadera identidad, Eso que somos en lo más profundo; una identidad compartida con todos los seres, dado que todo es Presencia o Consciencia que se despliega a través de infinitas formas.
Solo esta comprensión permite sortear las trampas de la mente y del ego. En ella se disuelve también la paradoja entre lo que somos –plenitud de presencia– y la forma (persona) que tenemos o en la que nos experimentamos.
Cuando eso se ha percibido, se comprende que todo consiste en poner consciencia, es decir, en vivir conscientemente en conexión con lo que realmente somos. De esa vivencia –que en realidad es un “fluir” en la Vida que somos– brotará la acción adecuada en cada momento

IR A LA MONTAÑA Y VOLVER

col paz santos

Fuí a la Montaña... miré, contemplé y escuché atentamente el mensaje que tiene para quien se acerca. Eso hice y volví más ligera de equipaje interior y más atenta a lo que permanece, lo que es verdadero, lo que no se compra ni se vende, lo que hace moverse en la vida con la agilidad de la corza que se cruzó en la carretera; miró y desapareció en la espesura de la noche en el bosque.
La Montaña tiene un algo interior que llamo: imán. Me acerca a su ser, pero en la distancia; me enseña lo que es permanecer; ese verbo tan desconocido en el mundo actual. Ahí está acogiendo impasible el flujo de las estaciones. Entregando lo que almacena en invierno convertido en torrenteras, cascadas, arroyos que convergen en un primer cauce, y se unirá a otros muchos hasta llegar a ser un inmenso y caudaloso río. Y me avergüenzo de lo que va sucediendo en el trayecto... La Creación canta, la Naturaleza danza: que no dejemos que ese canto y esa danza sean interrumpidos por los intereses del dinero y el consumo. Contemplo la montaña... y ríe con carcajadas de agua saltarina.
La naturaleza no es simétrica. Acoge la pluralidad, la diversidad, la complementariedad. Y en ese revoltijo que pudiera entenderse como el caos... ocurre todo lo contrario: la belleza de lo mínimo y lo extremo; la sinfonía del silencio sonoro y la palabra callada. El árbol, la flor, el animal, la cascada, el silbido, el baile de la polinización... ¡En el círculo de la Vida no hay simetría... gracias a Dios!
¡Qué pequeñas se quedan las fotos cuando se quiere capturar la inmensidad que ofrece la Naturaleza por mucha tecnología que nos permita acceder a los más recónditos rincones!
Volviendo a los mensajes de la Montaña. Pensaba en la mañana que no sé si me quedé "colgada" de algún pico... pero no, me he traído la Montaña y sigo en conversación con ella y con vosotros. Y ayer noche se unión también Victor Hugo, gran escritor y pensador, con un pensamiento suyo que encontré en un cuaderno y que va como anillo al dedo para este tiempo: “Produce una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el género humano no escucha”.
No sólo no escuchamos, Victor, es que, además de sordos, somos ciegos que miran para otro lado, disimulando para seguir con un estilo de vida que es imposible: el consumo y el crecimiento sin medida a costa de lo que sea.
Gracias, Montaña, por dejarme estar en silencio, escuchando y respetando vuestra conversación, grabando interiormente las palabras de agua de las cascadas del deshielo y de los pájaros que cada mañana siguen anunciando: ¡Despierta, que ya está aquí el Sol; consiguió alcanzar la cima...! ¡Venga, levántate, contempla y agradece!
Que no olvide nunca el sabio mensaje de la Naturaleza que nos habla de sí misma y del Misterio que engloba la Creación entera.

Mari Paz López Santos

EL CURA DEBERÍA DEJAR DE SER EL EJE. LA PRIORIDAD, EL PROTAGONISMO RETORNA A LA COMUNIDAD

religion digital

En distintos continentes, países y colectivos de Iglesia -tras muchos años de andadura- queremos ofrecer nuestra ya larga experiencia y reflexión en torno a otras formas ministeriales y presbiterales al servicio de las comunidades cristianas.
Nos alegra comprobar que el enfoque inicial por el celibato opcional de los curas, que nos sirvió de despegue y de aglutinante, muy pronto y en muchos países se abrió hacia otro eje transversal más amplio y fundamental: qué ministerios y presbíteros son necesarios desde y para unas comunidades corresponsables, en una Iglesia misionera y periférica como la que alienta el Papa Francisco.
Nos parece oportuno, superando el silencio institucional y alentados por los gestos y orientaciones del Papa Francisco, ofrecer al público que está buscando luz, nuestras experiencias y reflexión. Deseamos que puedan ser útiles de cara al próximo Sínodo 2018.
La primavera eclesial impulsada por el Vaticano II, duró pocos años, apenas una década. Acontecimientos como la Humanae Vitae (1968) y el Sínodo de los Obispos (1971), anticiparon una paulatina y larga restauración más allá de la defensa teórica de los textos conciliares. Una hemorragia sin precedentes en el clero católico diezmó un colectivo tan esperanzado como frágil: más de 100.000 curas -una cuarta parte de los efectivos totales- se casaron y dejaron su ministerio (Annuarium Statisticum Ecclesiae). En la década de los 70 obtuvieron con facilidad la dispensa del celibato; no sucedió así posteriormente. Como resultado, numerosas comunidades se quedaron sin presbíteros; muchos de estos fueron abandonados a una situación irregular.
Antes de 1980, ya se habían formado diferentes grupos y movimientos de curas casados: ponían en común su nueva situación. La reivindicación de un celibato opcional era el banderín de enganche. La reflexión en común, la valoración sin nostalgia de su experiencia pastoral, la negativa a refugiarse en una actitud pasiva, una profunda fe en Jesús y el deseo de seguir siendo útiles a las comunidades, animaron a estas personas a reorientarse en la vida, tanto en lo laboral como en la vivencia y expresión de su fe. Muchos dejaban el ministerio oficial, pero mantenían su compromiso con comunidades, en un servicio más amplio, más allá de lo cultual.
Desde el principio, una nueva perspectiva se abría paso con fuerza: el celibato impuesto por ley no era un problema exclusivo del cura, sino que repercutía en las comunidades, en su atención y en su configuración en torno a un presbítero. En el fondo latía el sentimiento y la convicción de estar viviendo algo que afectaba profundamente a toda la comunidad de creyentes. En comunidades concretas surgieron curas que habían decidido contraer matrimonio y no veían incompatibilidad -solo un impedimento jurídico- entre su nueva situación y su vocación de servicio comunitario. En ciertos casos, eran los propios movimientos y comunidades las que aceptaban esa decisión de su cura o, por lo menos, se cuestionaban su viabilidad futura.
Esta problemática afectaba a la Iglesia católica universal. Y las demandas de una reforma se fueron manifestando en muchos países. El movimiento internacional de curas casados (formalizado en París, 1986: 35 países, 7 congresos internacionales y otros muchos nacionales) coordinó gran parte de esos colectivos. Como queda destacado, el sentido eclesial de sus apuestas y compromisos fue un principio incuestionable: se partía de la opción por una reforma eclesial, en la que los integrantes estaban implicados. Descalificativos como prófugo, traidor, desertor, renegado, parecen fuera de lugar.
La tentación de unas iglesias paralelas no fue una vía contemplada. La opcionalidad del celibato se veía como una primera condición para esa reforma en la manera de ser y de analizarse como iglesia: quienes desempeñaran las tareas o ministerios eclesiales debían disfrutar de libertad para elegir estado de vida. Con ello se respetaría un derecho humano fundamental y se facilitaría la atención de tantas comunidades que perdían a sus pastores.
La reflexión posterior fue dando lugar a un planteamiento global más rico. Ya no se hablaba de cura-celibato-opcionalidad; sino de ministerios, servicios -en plural- en el seno de la comunidad. El cura debería dejar de ser el eje. La prioridad, el protagonismo retornaba a ella. No parece correcto y dificulta la maduración de las comunidades que el cura acapare toda la responsabilidad, el servicio y el poder de decisión. Lo cual nos lleva, en consecuencia, a hablar de corresponsabilidad, sacerdocio común, derechos humanos de todo creyente y de las comunidades; y también, de diversidad de ministerios. Este es el sentir y la reivindicación de otros muchos grupos reformadores de Iglesia.
El título del último congreso (Guadarrama. Madrid. 2016) puede ser ilustrativo del final de este recorrido: "Curas en unas comunidades adultas". Tras el análisis de un conjunto de experiencias comunitarias de varios países, se constata el hecho y la necesidad de una rotunda afirmación del protagonismo de cada comunidad. Es una realidad ya en muchos grupos comunitarios. El cura es un servidor más de la comunidad; la prioridad está en ella: el grupo de creyentes no se constituye en comunidad por la presencia de un presbítero.
El reto de fondo, por tanto, no se encuentra en cómo ha de ser o vivir el cura; sino en que exista una comunidad adulta en la que los creyentes asumen la responsabilidad de que ese grupo surja, sirva y crezca. En esta perspectiva cobran nuevas dimensiones todos los ministerios y servicios que nacen y se desarrollan en cada comunidad, incluido el presbiteral; así como la designación de qué personas son las elegidas y presentadas por la comunidad para el desempeño de esas tareas.
Los problemas de fondo que hicieron surgir estos grupos hace 20, 30 o 40 años, siguen aún de actualidad; y tal vez más hoy que entonces. Abusos sexuales del clero, relaciones clandestinas de curas, mujeres condenadas a la invisibilidad y una descendencia sin referentes públicos y reconocidos; parroquias cerradas, comunidades atendidas por clero importado, curas sobrepasados en sus tareas y abocados a una profesionalización casi inevitable... son otros tantos motivos que nos interpelan y alientan nuestro compromiso.
Nos consta que, a iniciativa del Papa Francisco y de otros obispos y comunidades, se están dando pasos en esta dirección: buscando salidas desde la creatividad del Espíritu y negándose a la rutina de la falta de vocaciones. Queremos apoyar estas iniciativas y ofrecer nuestra experiencia y disponibilidad.
Para poder servir a las personas, la Iglesia necesita urgentemente realizar una transformación fundamental de los corazones y de las estructuras, partiendo de cada pequeña parroquia, de cada comunidad local o doméstica. De no ser así, será difícil que pueda ser entendida y captada como algo que tiene vida y que sirve. En su interior deben resplandecer la igualdad, la fraternidad, el compartir, la corresponsabilidad, la tolerancia, la misericordia, el servicio; y deben desterrarse la prepotencia, el autoritarismo, la inercia, el dogmatismo, las condenas, la exclusión...
Este cambio de perspectiva resitúa en el centro, como eje, a la comunidad de creyentes, toda ella ministerial y corresponsable; y a su servicio a toda persona creyente que desempeñe cualquier ministerio, desde la igualdad fundamental de todas las hijas e hijos de Dios. Deberá ser la propia comunidad la que elija a quien vaya a desempeñar esas tareas o servicios, en comunión con toda la Iglesia universal, representada y ejercida a través del ministerio episcopal de la unidad. La comunidad plantea y decide. Y presenta sus decisiones para la imposición de manos...

Ramón Alario y Julio Pinillos
Religión Digital

NI MIEDO A HABLAR, NI MIEDO A MORIR

col sicre

El evangelio de este domingo es parte del segundo gran discurso que Mateo pone en boca de Jesús. Dirigido a los apóstoles, comienza con unas instrucciones sobre cómo deben anunciar el Reinado de Dios, insistiendo en el desinterés y la pobreza (Mt 10,5-15). No pueden imaginar que la predicación de este mensaje, o curar enfermos, sobre todo sin pedir nada a cambio, pueda provocarles calumnias y persecuciones. Sin embargo, repetir el mensaje de Jesús y vivir como él vivió provoca mucho malestar en ciertos ambientes. Por eso, les deja claro a los discípulos que van a ser muy perseguidos (10,16-25). Ante esto, corren dos peligros: el de callar, para no meterse en complicaciones; y el de dejarse arrastrar por el miedo a la muerte. La forma en que Jesús aborda este tema resulta de una frialdad pasmosa, usando tres argumentos muy distintos: 1) la muerte del cuerpo no tiene importancia alguna, lo importante es la muerte del alma; 2) todo lo que pueda ocurriros lo dispone Dios; 3) la actitud que adoptéis con respecto a mí la adoptaré yo con respecto a vosotros.
Mateo ha recogido en este breve fragmento frases pronunciadas por Jesús en distintos momentos de su vida. Por eso, pueden desconcertar un poco. En el primer caso, a quien deben temer los apóstoles es a Dios, el único que puede matar el alma. En el tercero, a quien deben temer es a Jesús, que podría negarlos ante el Padre del cielo. En cualquier caso, a quienes no deben temer es a los hombres, idea que se repite tres veces en estos pocos versículos.
Cuando se piensa en los recientes asesinatos de cristianos en Egipto, Siria y otros países, quienes vivimos en una sociedad tranquila y segura (por mucho que nos quejemos) podemos tener la impresión de que estas palabras son inhumanas, casi crueles. Sin embargo, es probable, incluso seguro, que a esos cristianos perseguidos les infundan enorme esperanza y energía para confesar su fe. Han preferido la muerte a renegar de Jesús; han preferido ponerse de su parte, salvar el alma antes que el cuerpo.
La primera lectura sirve de contraste (aunque es probable que quienes la eligieron no cayeran en la cuenta de este detalle). El destino de Jeremías, calumniado y perseguido por sus paisanos de Anatot y por las autoridades religiosas y políticas de Jerusalén, recuerda lo que anuncia Jesús a sus discípulos. Pero hay una gran diferencia entre esta primera lectura y el evangelio. El profeta termina pidiendo a Dios que lo vengue de sus enemigos. Jesús nunca sugiere algo parecido a sus discípulos. Al contrario, morirá perdonando a quienes lo matan

La vida en peligro en la Iglesia


Evaristo Villar

2017, Nº 102. La vida en peligro
Ya no se hacen Actos de Fe en las plazas públicas ni se queman brujas y herejes en grandes pilas de leña
“Quien se mueve, no sale en la foto”
La amenaza a la vida en la Iglesia se manifiesta como un ensimismamiento que rechaza todo lo que suponga sentir y pensar, querer, recordar y olvidar, crear y creer de forma distinta a la se establece desde los que detentan el poder. Este encerramiento en sí misma paraliza e impide toda creatividad en la Iglesia. La superación y la vida vienen por la salida hacia las periferias.

Que no son números, son personas


Luis Pernía Ibáñez (CCP Antequera)

2017, Nº 102. La vida en peligro
Los años 2016 y 2017 están siendo años de sufrimiento y de miedo para millones de personas. La falta total de respeto a los derechos de refugiados e inmigrantes, la externalización de fronteras de la Unión Europea a cambio de dinero para países que aceptan ser policías protectores de las fronteras europeas, la excusa de la necesidad de militarizar fronteras para ocultar el beneficio del desarrollo de la industria militar, junto con el desprecio de los acuerdos internacionales, el silencio cómplice y la culpabilización de los que vienen… son signos de que la vida de muchas personas es algo sobrante.
Decíamos en el número anterior de Utopía que el paradigma de los tiempos modernos es el escándalo de los ricos, percibido desde una desigualdad creciente que pone en peligro la Naturaleza y la propia vida humana. Sí, la vida humana, la de la población “sobrante”, en términos del papa Francisco, o de los “perdedores”, como decía Eduardo Galeano.··· Ver noticia ·

Colombia: Los Jesuitas enfrentan a Álvaro Uribe


La comunidad a la que pertenece el polémico padre Giraldo alza la voz en su defensa frente a las acusaciones de “terrorista y difamador” que le hizo el expresidente
Tras la captura de su hermano Santiago, el expresidente Álvaro Uribe se tomó unos días para reflexionar reposadamente. Un par de días después leyó un extenso comunicado en el que se despachó contra una serie de personajes a los que acusó de ser los responsables de la situación de Santiago Uribe a quien llamó “preso político”. Sobre el padre Javier Giraldo dijo que era “Un sacerdote al servicio del terrorismo. Difamador de profesión” en alusión a que desde el Centro de Investigación y Educación Popular, CINEP, Giraldo documentó el caso de Eunicio Pineda, uno de los testimonio que luego la Fiscalía usó para fundar la acusación contra Santiago Uribe.··· Ver noticia ···

Sigue la guerra psicológica y mediática contra Venezuela

Marcelo Colussi

venezuela¡No creer ni el 1% de lo que se dice!
mmcolussi@gmail.com,
https://www.facebook.com/marcelo.colussi.33
En Venezuela no hay una narco-dictadura. En Venezuela no hay una dictadura castro-comunista. ¡En Venezuela hay mucho petróleo! Así de simple. Esa es la clave para entender lo que está sucediendo en el país caribeño. Y hay un proceso nacionalista que desde hace años creó un proyecto alternativo, con proyección socialista, que tiene enloquecidos a la derecha nacional y, fundamentalmente, a los grandes capitales globales, estadounidenses en principio, que ven perder un gran negocio (el petrolero ante todo, junto a otros no menos lucrativos, como el hierro, nuevos minerales estratégicos (coltán, bauxita), el gas, el agua dulce, la biodiversidad de la selva amazónica).

¿Y qué está sucediendo? Una terrible guerra psicológica y mediática que intenta preparar las condiciones para una posible intervención extranjera (Operación Venezuela Freedom-2 / https://kenzocaspi.wordpress.com/2017/04/05/el-plan-de-eeuu-para-intervenir-a-venezuela-documento-de-comando-sur-operacion-venezuela-freedom-2/), militar probablemente, disfrazada de “operación para rescatar la libertad y la democracia perdidas”.

La idea pertinaz, repetida enfermizamente hasta el cansancio, es que en Venezuela tiene lugar hoy una feroz dictadura que hambrea a su población y la reprime brutalmente. Eso se complementa con la imagen de un país en crisis, al borde de la guerra civil, ingobernable. En otros términos: todo aquello que para la visión de Washington constituye un “Estado fallido”, y que, por tanto, clama por la intervención extranjera para salir de la crisis.

Recientemente, los días 12, 13 y 14 de junio, tuvo lugar en Caracas el Primer Foro Internacional “Violencia y Operaciones Psicológicas en Venezuela”, donde se debatió acerca de la guerra particular a la que está siendo sometida la nación, buscando las alternativas del caso. Definitivamente, la realidad no tiene nada que ver, ¡en modo alguno!, con la imagen virtual que se ha ido construyendo del país, y que es la que recorre el mundo. Imagen, por cierto, que va quedando fijada como la única realidad de la patria de Bolívar. Por eso mismo, como dice el título del presente escrito: ¡no creer ni el 1% de lo que se dice!

Sin dudas, no es posible afirmar que Venezuela está en paz, que sigue su vida cotidiana normal libre de inconvenientes. Por el contrario, se la ha llevado a un clima de zozobra inusual. La vida cotidiana del ciudadano venezolano término medio se está viendo afectada, golpeada, enrarecida. El miedo y la desconfianza del otro se han instalado, junto a una situación de incomodidad creciente en la resolución del aprovisionamiento básico.

Pero a ello se suma, desde inicios del mes de abril, una provocación con características de operaciones bélicas de baja intensidad. En realidad, no son muchas las personas involucradas en esos actos de desestabilización, pero sí suficientes para provocar la angustia social, el pánico a veces, la incertidumbre. Jóvenes, generalmente provenientes de los sectores más humildes y pagados como mercenarios (a veces pagados con drogas), según las informaciones disponibles: preparados militarmente en Colombia en técnicas de “guerra callejera”, están llevando a diario acciones de disturbios en distintas ciudades del país. Montaje de barricadas, cobro de impuesto de circulación a los ciudadanos que deambulan por allí, quema de dependencias gubernamentales, ataques contra las fuerzas de seguridad bolivarianas, agresiones contra puntos sensibles como hospitales, guarderías infantiles, en todos los casos apoyados por francotiradores debidamente apostados, estas acciones vienen cobrando un promedio de no menos de un muerto diario desde hace ya más de dos meses.

Con todo ello se crea un clima de inseguridad y caos que termina por “enloquecer” a los habitante, básicamente, en los sectores no chavistas, difundiéndose rumores atemorizantes, siempre en clave de violencia, de lógica de guerra. Pero sirven para “enloquecer” también a la sociedad en su conjunto.

Está claro que esta bien pensada y elaborada guerra psicológica tiene como objetivo final abonar para un clima de desasosiego total que pueda terminar llevando a una guerra civil. La zozobra generalizada ya se está logrando. Si las muertes diarias y las agresiones vandálicas continúan, la matriz mediática se encargará de mostrar eso como el caos más mayúsculo de la historia, que obliga a intervenciones externas que puedan garantizar la más.

Lo repetimos con la mayor y enérgica contundencia: ¡¡no se debe creer ni el 1% de lo que los medios masivos de comunicación propalan sobre Venezuela!!

El desabastecimiento, el mercado negro, la crisis financiera, las muertes cotidianas, el temor inducido de la población, el clima paranoico con el que se vive dividiendo el país en forma visceral entre chavistas (“malos”) y antichavistas (“buenos”) es una monstruosa campaña mediático-psicológica orquestada por quienes ansían no perder sus negocios ni su cuota de poder.

Es imprescindible dejar claro por todos los medios posibles que en Venezuela ¡¡no existe el caos que se quiere presentar!! En Venezuela se ha inducido una enfermiza, “loca” polarización que puede servir para justificar el robo de sus recursos, tal como se hizo en otros países: Libia, Irak, Afganistán. En Venezuela no hay dictadura; ¿cuándo un gobierno dictatorial permitiría ser insultado en la cara por la oposición sin reaccionar? ¡¡En Venezuela hay cuantiosos recursos naturales que la voracidad capitalista de grandes empresas no quiere perder!! Y para ello apela a esta guerra psicológico-mediática que está volviendo locos a los venezolanos, enfrentándolos y desquiciándolos.

Una prensa veraz, seria y profesional debe denunciar enfáticamente estas calumnias

El porqué de la violencia en el ser humano y en la sociedad


Leonardo Boff
jun212017

Leonardo Boff2Vivimos a nivel nacional y mundial situaciones de violencia que desafían nuestro entendimiento. No solo de seres humanos contra otros seres humanos, especialmente en el Norte de África, en Sudán y en Oriente Medio, sino también contra la naturaleza y la Madre Tierra. El Papa Francisco en su encíclica ecológica, Cuidando la Casa Común, llega a afirmar que «nunca hemos maltratado y herido tanto nuestra Casa Común como en los dos últimos siglos» (n.53). No sin razón se está imponiendo la idea de que hemos inaugurado una nueva era geológica, el antropoceno, según el cual el gran meteoro rasante amenazador de la vida en el planeta es el mismo ser humano, que se ha vuelto el Satán de la Tierra a pesar de haber sido llamado a ser el cuidador del Jardín del Edén.
La existencia de la violencia, que no es raro encontrar bajo la forma de aterradora crueldad, representa un desafío para el entendimiento. Teólogos, filósofos, científicos y sábios no han encontrado hasta hoy una respuesta convincente.
Quiero presentar sumariamente la propuesta de un notable pensador francés que vivió muchos años en Estados Unidos y falleció en 2015: René Girard (1923-2015). Apreciaba mis textos y la Teología de la Liberación hasta el punto de organizar él mismo un encuentro en Piracicaba-SP (25-29 de junio de 1990) con varios teólogos y teólogas, pues veía en los propósitos de este tipo de teología la posibilidad de superación de la lógica de la violencia.
De su vasta obra destaco dos principales: “Lo sagrado y la violencia” (Rio 1990) y “Cosas escondidas desde el principio del mundo”(Rio 2005). ¿Cuál es la singularidad de Girard? Él parte de la tradición filosófico-psicoanalítica que afirma que el deseo es una de las fuerzas más estructuradoras del ser humano. Somos seres de deseo. Este no conoce límites y desea la totalidad de los objetos. Por ser indeterminado, el ser humano no sabe cómo desear. Aprende a desear, imitando el deseo de los otros (“deseo mimético” en el lenguage de Girard).
Eso se ve claro en los niños. Por muchos juguetes que tenga un niño, lo que más quiere es el juguete de otro niño. Y ahí surge la rivalidad entre ellos. Uno quiere el juguete solo para él excluyendo al otro. Si otros niños entran en esse mimetismo, entonces se origina un conflicto de todos contra todos.
Ese mecanismo, afirma Girard, es paradigmático de toda sociedad. La situación de rivalidad-exclusión se supera cuando todos se unen contra uno, haciéndolo chivo expiatorio. Se le culpa de querer el objeto solo para si. Al unirse contra él, olvidan la violencia entre ellos y conviven con un mínimo de paz.
En efecto, las sociedades viven creando chivos expiatorios. Los culpables son siempre los otros: el Estado, el PT, los políticos, la polícia, los corruptos, los pobres etcétera. Es importante no olvidar que el chivo expiatorio solamente oculta la violencia social, ya que todos continúan rivalizando entre sí. Por eso, la sociedad goza de un equilibrio frágil. Cada cierto tiempo, con o sin chivo expiatorio explícito, la violencia se manifiesta especialmente en aquellos que se sienten perjudicados y buscan compensaciones.
Lo expresó bien Rubem Fonseca en su libro El Cobrador. Un joven de clase media empobrecida, empujado por las circunstancias practica actos ilícitos. Se siente robado por la sociedad dominante y confiesa: «Me están debiendo colegio… sándwich de mortadela en el bar, sorbete, pelota de futbol… me están debiendo una chica de veinte años, llena de dientes y perfume. Siempre tuve una misión y no lo sabía. Ahora sé… sé que si todo jodido hiciese como yo, el mundo sería mejor y más justo».
Aquí se busca una solución individual a un problema social. En la medida en que permanece individual no da mucho miedo. Por el contrario, los principales causantes de la violencia estrutural son las clases dominantes que acumulan para sí a costa del empobrecimiento de los otros. Cuanto más duramente se aplican las leyes contra los empobrecidos, más seguras se sienten. De esta manera consiguen ocultar el hecho de que son ellas las principales causantes de la situación de violencia permanente que el empobrecimiento implica.
Y todavía más, vivimos en un tipo de sociedad cuyo eje estructurador es la magnificación del consumo individualista. La publicidad enfatiza que alguien es más alguien cuando consume un producto exclusivo que los demás no tienen. Se suscita un deseo mimético de apoderarse del bien del otro. Esta lógica perpetúa la violencia.
Pero el deseo no es sólo competitivo, dice Girard. Puede ser cooperativo y unirse todos para compartir el mismo objeto. De competidores pasan a ser aliados. Tal propósito genera otro tipo de sociedad, más cooperativa que competitiva y una democracia participativa. Aqui Girard veía el sentido político de la Teología de la Liberación porque propone una educación que no imita al opresor, sino que se hace libre y enseña a no crear chivos expiatorios y a asumir la tarea de construcción de una sociedad más igualitaria y justa. Entonces sí habrá más paz que violencia.
*Leonardo Boff es teólogo, filósofo, autor de La violencia de la sociedad capitalista y del mercado mundial y articulista del JB online.
Traducción de Mª José Gavito Milano