FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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miércoles, 12 de junio de 2019

¿ACOGEMOS LA VERDAD DE NUESTRO DIOS Y NUESTRA PROPIA VERDAD?

col labrador
Jn 16, 12-15
¿Hemos experimentado muchas veces la imposibilidad de comunicar lo más hondo que sentimos o vivimos? ¿Nos hemos dado cuenta de que no lográbamos hacernos entender, porque no encontrábamos las palabras apropiadas?
Algo semejante ocurre con el evangelio de este domingo, fiesta de la Santísima Trinidad. Lo que Jesús tiene que decir a sus discípulos, lo que le gustaría comunicarles, excede la capacidad de comprensión que tienen. No pueden  “cargar con ello”.
Hace falta que vivan un proceso y que el Espíritu les vaya conduciendo a la verdad plena, completa. El verbo que usa san Juan: guiar hacia la verdad, evoca el ponerse movimiento, dirigirse hacia… No se trata de comprendan algo racionalmente, sino de situarse de otro modo ante el misterio de Dios.
En el concilio de Nicea (325) y en el de Constantinopla (381) los teólogos hicieron un esfuerzo por expresar “la verdad” sobre Jesús, tal como la comprendían entonces y formularon la doctrina sobre la Trinidad con las categorías que tenían a su alcance.  
Desde entonces, el esfuerzo lo hemos tenido que hacer los hombres y mujeres que, desde niños, hemos aprendido esa doctrina en el catecismo, intentando hablar de Dios, el ser, la esencia, las personas, las naturalezas… y salir airosos del intento, sin suspensos ni castigos. Y, lo que es más grave, creyendo que esa definición era el camino que nos llevaba al misterio de Dios, a comprender claramente su identidad.
A la luz de la fiesta de la Trinidad es importante que nos preguntemos: ¿cuál es la verdad plena?  ¿Cómo la hemos ido percibiendo a lo largo de nuestra vida? ¿Con qué símbolos, gestos y palabras la traducimos hoy?
No nos conformemos con lo que hemos recibido “formulado, atado y bien atado”. Conectemos con nuestra propia experiencia vital y espiritual; con nuestra experiencia personal y comunitaria; con nuestra historia de salvación.
¿Cómo traduciríamos hoy, a través del arte, la imagen clásica de un anciano varón, sentado junto a otro varón más joven, una paloma en el centro y multitud de angelitos sin sexo alrededor?
¿Cómo traducimos y vivimos la experiencia de Jesús que nos invita a llamar “Abbá” al Ser que le ha dado la vida y le envía a comunicarla? ¿Cómo encarnamos su palabra, sus gestos, sus prioridades, para irnos configurando con el Hijo?
¿Cómo conectamos continuamente con el Paráclito que se nos ha dado? Es decir, con  quien nos defiende y nos impulsa. Nos han dicho que es como el viento que nos da vida y nos mueve o como la energía que nos anima. ¿Con que otras imágenes y símbolos lo expresaríamos hoy?
La fiesta de la Trinidad y el evangelio de este domingo nos impulsan a tomar distancia de lo que se ha quedado obsoleto en la dimensión doctrinal para buscar de nuevo el rostro de Dios. Nos invitan a  cuidar la dinámica del vaciamiento, la desapropiación  y la donación para avanzar en la dimensión fraternal y comunitaria.
 Si aceptamos la invitación a dejarnos guiar por la Trinidad, encontraremos que el  amor que difumina “lo tuyo” y “lo mío”, crea comunión entre nosotros y con nuestro Dios, nos define y plenifica, da sentido y solidez a nuestra vida, nos hace felices. Nos acercaremos a la verdad de Dios y a nuestra propia verdad.
Hechos a imagen de Dios, la Trinidad nos revela lo más hondo de nosotros mismos, nuestras aspiraciones y deseos, incluso aquellos de los que no somos conscientes, porque nuestra realidad no se agota en nosotros mismos, nos transciende y nos configura con el mismo Dios.     
El evangelio de hoy nos invita a dejarnos conducir por el Espíritu, a vivir la vida como un proceso abierto, con mociones, dones, sequías, nube del no-saber, aventura y pasión.
Lo contrario es quedarnos en nuestra verdad, nuestras pequeñas verdades intocables, que nos dejan cómodamente en nuestra zona de confort, seguros y sin sobresaltos, afianzados en lo que creemos conocer. Desde ahí nos vamos desplazando hacia el inmovilismo, el fanatismo y la descalificación de los demás.
Se nos llama a buscar la verdad plena. ¿Entra dentro de nuestras aspiraciones, como seguidores y seguidoras de Jesús?
No se trata de rompernos la cabeza para entender el misterio de la Trinidad, sino de abrir nuestro corazón y nuestra vida para acoger al Dios que se nos comunica y nos pone en relación con Él y con sus criaturas.
 ¡Amplia tarea que vale la pena emprender!

PARA NOSOTROS TRINIDAD ES UNA UNIDAD

col fraymarcos
Jn 16,12-15
De Dios no sabemos ni podemos saber nada, ni falta que nos hace. Tampoco necesitamos saber lo que es la vida fisiológica, para poder tener una salud de hierro. La necesidad de explicar a Dios es fruto del yo individual que se fortalece cuando se contrapone a todo bicho viviente, incluido Dios. Cuando el primer cristianismo se encontró de bruces con la filosofía griega, aquellos pensadores hicieron un esfuerzo para “explicar” el evangelio desde su filosofía. Ellos se quedaron tan anchos, pero el evangelio quedó hecho polvo.
El lenguaje teológico de los primeros concilios, hoy, no lo entiende nadie. Los conceptos metafísicos de “sustancia”, “naturaleza” “persona” etc. no dicen absolutamente nada al hombre de hoy. Es inútil seguir empleándolos para explicar lo que es Dios o cómo debemos entender el mensaje de Jesús. Tenemos que volver a la simplicidad del lenguaje evangélico y a utilizar la parábola, la alegoría, la comparación, el ejemplo sencillo, como hacía Jesús. Todos esos apuntes tienen que ir encaminados a la vivencia no a la razón.
Pero además, lo que la teología nos ha dicho de Dios Trino, se ha dejado entender por la gente sencilla de manera descabellada. Incluso en la teología más tradicional y escolástica, la distinción de las tres “personas”, se refiere a su relación interna (ab intra). Quiere decir que hay distinción entre ellas, solo cuando se relacionan entre sí. Cuando la relación es con la creación (ad extra), no hay distinción ninguna; actúan siempre como UNO. A nosotros solo llega la Trinidad, no cada una de las “personas” por separado. No estamos hablando de tres en uno sino de una única realidad que es relación.
Cuando se habla de la importancia que tiene la Trinidad en la vida cristiana, se está dando una idea falsa de Dios. Lo único que nos proporciona la explicación trinitaria de Dios es una serie de imágenes útiles para nuestra imaginación, pero nunca debemos olvidar que son imágenes. Mi relación personal con Dios siempre será como UNO. Debemos superar la idea de que crea el Padre, salva el Hijo y santifica el Espíritu. Esta manera de hablar es metafórica. Todo en nosotros es obra del único Dios.
Lo que experimentaron los primeros cristianos es que Dios podía ser a la vez: Dios que es origen, principio, (Padre); Dios que se hace uno de nosotros (Hijo); Dios que se identifica con cada uno de nosotros (Espíritu). Nos están hablando de Dios que no está encerrado en sí mismo, sino que se relaciona dándose totalmente a todos y a la vez permaneciendo Él mismo. Un Dios que está por encima de lo uno y de lo múltiple. El pueblo judío no era un pueblo filósofo, sino vitalista. Jesús nos enseñó que, para experimentar a Dios, el hombre tiene que mirar dentro de sí mismo (Espíritu), mirar a los demás (Hijo) y mirar a lo trascendente (Padre).
Lo importante en esta fiesta sería purificar nuestra idea de Dios y ajustarla a la idea que de Él nos transmitió Jesús. Aquí sí que tenemos tarea por hacer. Como cartesianos, intentamos una y otra vez acercarnos a Dios por vía intelectual. Creer que podemos encerrar a Dios en conceptos, es ridículo. A Dios no podemos comprenderle, no porque sea complicado, sino porque es absolutamente simple y nuestra manera de conocer es analizando y dividiendo la realidad. Toda la teología que se elaboró para explicar a Dios es absurda, porque Dios ni se puede ex-plicar, ni com-plicar o im-plicar. Dios no tiene partes que podemos analizar.    
Entender a Dios como Padre Todopoderoso nos conduce al poder de la omnipotencia y la capacidad de hacer lo que se le antoje. Los “poderosos” han tenido mucho interés en desplegar esa idea de Dios. Según esa idea, lo mejor que puede hacer un ser humano es parecerse a Él, es decir, intentar ser más, ser grande, tener poder. Pero ¿de qué sirve ese Dios a la inmensa mayoría de los mortales que se sienten insignificantes? ¿Cómo podemos proponerles que su objetivo es identificarse con Dios? Por fortuna Jesús nos dice todo lo contrario, y el AT también, pues Dios, empieza por estar al lado, no del faraón, sino del pueblo esclavo.
Un Dios que premia y castiga, es verdaderamente útil para mantener a raya a todos los que no se quieren doblegar a las normas establecidas. Machacando a los que no se amoldan, estoy imitando a Dios que hace lo mismo. Cuando en nombre de Dios prometo el cielo (toda clase de bienes) estoy pensando en un dios que es amigo de los que le obedecen. Cuando amenazo con el infierno (toda clase de males) estoy pensando en un dios que, como haría cualquier mortal, se venga de los que no se someten. 
Pensar que Dios utiliza con el ser humano el palo o la zanahoria como hacemos nosotros con los animales que queremos domesticar, es hacer a Dios a nuestra imagen y semejanza y ponernos a nosotros mismos al nivel de los animales. Pero resulta que el evangelio dice todo lo contrario. Dios es amor incondicional y para todos. No nos ama porque somos buenos sino porque Él es bueno. No nos ama cuando hacemos lo que Él quiere, sino siempre. Tampoco nos rechaza por muy malos que lleguemos a ser.
Un dios en el cielo puede hacer por nosotros algo de vez en cuando, si se lo pedimos con insistencia. Pero el resto del tiempo nos deja abandonados a nuestra suerte. El Dios de Jesús está identificado con nosotros. Siendo ágape no puede admitir intermediarios. Esto no es útil para ningún poder o institución. Pero ese es el Dios de Jesús. Ese es el Dios que, siendo Espíritu, tiene como único objetivo llevarnos a la plenitud de la verdad. Y aquí “Verdad” no es conocimiento sino Vida. El Espíritu nos empuja a ser auténticos.
Un Dios condicionado a lo que hagamos o dejemos de hacer, no es el Dios de Jesús. Esta idea, radicalmente contraria al evangelio ha provocado más sufrimiento y miedo que todas las guerras juntas. Sigue siendo la causa de las mayores ansiedades que no dejan a las personas ser ellas mismas. Cada vez que predico que Dios es amor incondicional, viene alguien a recordarme: pero es también justicia. ¿Cómo puede querer Dios a ese desgraciado pecador igual que a mí, que cumplo todo lo que Él mandó?
Lo que acabamos de leer del evangelio de Jn, no hay que entenderlo como una profecía de Jesús antes de morir. Se trata de la experiencia de los cristianos que llevaban setenta años viviendo esa realidad del Espíritu dentro de cada uno de ellos. Ellos saben que gracias al Espíritu tienen la misma Vida de Jesús. Es el Espíritu el que haciéndoles vivir, les enseña lo que es la Vida. Esa Vida es la que desenmascara toda clase de muerte (injusticia, odio, opresión). La experiencia pascual consistió en llegar a la misma vivencia interna de Dios que tuvo Jesús. Jesús intentó hacer partícipes, a sus seguidores, de esa vivencia.
S. Juan de la Cruz
Entreme donde no supe, / y quedeme no sabiendo.
Yo no supe donde entraba, / pero cuando allí me vi, /sin saber donde me estaba, /
grandes cosas entendí; / no diré lo que sentí, / que me quedé no sabiendo.
Estaba tan embebido, /tan absorto y agenado, / que se quedó mi sentido /
de todo sentir privado, /y mi espíritu dotado / de un entender no entendiendo.
El que allí llega de vero / de sí mismo desfallece; / cuanto sabía primero /
Mucho bajo le parece, / y su sciencia tanto crece, / que se queda no sabiendo.
Este saber no sabiendo / es de tan alto poder, / que los sabios arguyendo /
jamás lo podrán vencer, / que no llega su saber / ano entender entendiendo.
Y si lo queréis oír, / consiste esta suma sciencia / en un subido sentir /
De la divinal esencia; / es obra de su clemencia / hacer quedar no entendiendo, /
Toda sciencia trascendiendo.

FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

col sicre
El ciclo litúrgico se abre con la venida de Jesús y culmina con la venida del Espíritu; el Padre está presente en todo momento. Es lógico que se dedique una fiesta en honor de la Trinidad. Para ella había que elegir textos que hablaran de las tres personas, al menos de dos de ellas. Pero no pretenden darnos una lección de teología sino ayudarnos a descubrir a Dios en las circunstancias más diversas. La primera, llena de belleza y optimismo, en los momentos felices de la vida. La segunda, incluso en medio de las tribulaciones, dándonos fuerza y esperanza. La tercera, en medio de las dudas, sabiendo que nos iluminará.
Dios presente en la alegría (1ª lectura)
Del Antiguo Testamento se ha elegido un fragmento del libro de los Proverbios que polemiza con la cultura de la época helenística: ¿cuál es el origen de la sabiduría? Para muchos, es fruto del pensamiento humano, tal como lo han practicado, sobre todo, los filósofos griegos. Frente a esta mentalidad, el autor del texto de los Proverbios afirma que la verdadera sabiduría es anterior a nuestras reflexiones y estudios; y lo expresa presentándola junto a Dios muchos antes de la creación del mundo, acompañándolo en el momento de crear todo.
¿Por qué se eligió esta lectura? San Pablo, en la primera carta a los Corintios, dice que Cristo es “sabiduría de Dios” (1,24). Y la carta a los Colosenses afirma que en Cristo “se encierran todos los tesoros del saber y del conocimiento” (Col 2,3). Este fragmento del libro de los Proverbios, que presenta a la Sabiduría de forma personal, estrechamente unida a Dios desde antes de la creación y también estrechamente unida a la humanidad (“gozaba con los hijos de los hombres”) parecía muy adecuado para recordar al Padre y al Hijo en esta fiesta.
Dios presente en los sufrimientos (2ª lectura)
Curiosamente, en este texto, que menciona claramente a las tres personas, los grandes beneficiarios somos nosotros, como lo dejan claro las expresiones que usa Pablo: “hemos recibido”, “hemos obtenido”, “nos gloriamos”, “nuestros corazones”, “se nos ha dado”. Él no pretende dar una clase sobre la Trinidad, adentrándose en el misterio de las tres divinas personas, sino que habla de lo que han hecho por nosotros: salvarnos, ponernos en paz con Dios, darnos la esperanza de alcanzar su gloria, derramar su amor en nuestros corazones. Para Pablo, estas ideas no son especulaciones abstractas, repercuten en su vida diaria, plagada de tribulaciones y sufrimientos. También en ellos sabe ver lo positivo.
Dios presente en las dudas (evangelio)
El evangelio, tomado de Juan, también menciona a Jesús, al Espíritu y al Padre, aunque la parte del león se la lleva el Espíritu, acentuando lo que hará por nosotros: “os guiará hasta la verdad plena”, “os comunicará lo que está por venir”, “os lo anunciará”.
Pienso que el texto se ha elegido porque habla de las relaciones entre las tres personas. El Espíritu glorifica a Jesús, y todo lo recibe de él. Por otra parte, todo lo que tiene el Padre es de Jesús. Tampoco Juan pretende dar una clase sobre la Trinidad, aunque empieza a tratar unos temas que ocuparán a los teólogos durante siglos.
Para entender el texto conviene recordar el momento en el que pronuncia Jesús estas palabras. Estamos en la cena de despedida, poco antes de la pasión. Sabe que a los discípulos les quedan muchas cosas que aprender, que él no ha podido enseñarles todo. Surgirán dudas, discusiones. Pero la solución no la encontrarán en el puro debate intelectual y humano, será fruto del Espíritu, que irá guiando hasta la verdad plena.
En la situación actual de la Iglesia, con problemas nuevos y de difícil solución, debemos pedir al Espíritu Santo que nos guíe “hasta la verdad plena”.

Himno a la sabiduría

comentario editorial
En corazón inteligente descansa la sabiduría, en el corazón de los necios no es conocida (Salomón)
16 de junio. SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Proverbios 8, 22-31 dice:
“Desde el principio fui formada / desde el principio, antes del origen de la tierra; / no había manantiales ni hontanares; / todavía no estaban encajados los montes. / Cuando trazaba la bóveda celeste sobre la faz del océano, / cuando sujetaba las nubes en la altura / y reprimía las fuentes abismales”.
La Sabiduría se interpreta bajo varias facetas fundamentales: 
Su dignidad, íntimamente relacionada con la sagacidad y la reflexión, que le otorgan autoridad para aconsejar con acierto y así lograr que quienes ejercen poder y autoridad desempeñen el papel de gobernantes sabios y justos.
Su origen. Observamos la autoconciencia de ser una criatura como las demás en el universo, pero al tratarse de la primera creación “acompaña” al Creador en su trabajo. Valorada como ser preexistente, la Sabiduría se declara un don ofrecido al resto de las criaturas.
Es la alternativa que tiene que solucionar el ser humano desde la libertad: poseer la Sabiduría, buscarla cada día, es caminar hacia una meta feliz sugiriendo que las relaciones éticas y morales se deben fundamentar en los cimientos que el corazón les brinda con amor. La boca, es decir, la palabra debe estar al servicio de la verdad y la justicia
Las diosas de la Sabiduría en la mitología:
En Egipto Isis, Amaterasu en el Sintoísmo; en la celta Scatha; Guan Yin en la budista, y en la hindú Sarasvati. Freiya en la nórdica; Lilit en la mesopotámica. En Grecia, Juno y Hera, y la romana Minerva, diosa de la sabiduría, las artes, la estrategia militar, además de la protectora de Roma y la patrona de los artesanos, de ella se dijo que “iluminaba el mundo y podría lucir más que todas las estrellas”.
¿Por qué la Sabiduría tiene casi siempre rostro de mujer?
Tengo en mi casa de muñecas, los sueños de la ciencia, que he vestido con trajes de colores. Las de color rojo encendido, cantan; las de amarillo pálido fantasean; y las de negro profundo lloran. ¿Por qué llorarán tanto las vestidas de negro, si hoy es Domingo Trinitario? ¡Los Coros Celestiales están siempre cantando!
Cantan esperando que suceda lo que le ocurrió a Miguel Ángel cuando esculpía unas esculturas inacabadas, conocidas como la serie de los esclavos. Unos bloques de piedra de los que surgen unos cuerpos que parecen liberarse de la materia que los aprisiona. El contraste de la piedra en bruto con el pulido de la parte de las figuras que emerge es de una belleza subyugante. Esto es lo que suele acontecer cuando queremos cincelar módulos de Sabiduría: hay que despojarla de toda la masa, para que quede espiritualmente viva, en este caso, dentro de nosotros.
¿O es que ignoran acaso lo que dice el Libro de los Proverbios en el Himno de la Sabiduría?
sabid
El rey Salomón, que siempre fue muy sabio, dijo: En corazón inteligente descansa la sabiduría, en el corazón de los necios no es conocida”.
Rosalind Franklin (1920-1958), igualmente sabia y judía, que trazaba también bóvedas celestiales pronunció esta ilustrada frase en una carta escrita a su padre:
“La ciencia y la vida diaria no pueden y no deberían estar separadas. La ciencia, para mí, otorga una explicación parcial de la vida…No acepto tu definición de fe, es decir, en la vida después de la muerte… Tu fe se basa en tu futuro y el de otros como individuos, la mía, en mi futuro y en el de mis sucesores. Me parece que la tuya es más egoísta. Refiriéndome a la pregunta de un Creador: ¿Creador de qué?... No veo razón para creer que el creador del protoplasma o de la materia primigenia tenga alguna razón para sentir interés por nuestra insignificante raza en un pequeño rincón del universo”.
¡¡Soberana bóveda celeste sobre la faz del pensamiento humano!!
Abraham Maslow (1908-1970), pionero de la Psicología Humanista afirmó en A Theory of Human Motivation quelas necesidades de crecimiento individual y felicidad no pueden ser conquistadas sin satisfacer primero la necesidad básica de conexión humana.
Procedente de una familia rusa de emigrantes judíos, dijo en cierta ocasión: “Yo era un niño pequeño judío en un barrio no judío. Era un poco como ser el primer negro en una escuela de blancos”.
Cuando nos vemos, intercomunicamos -Trino y Uno-, cambiamos nuestra historia.
En el corazón inteligente descansa la sabiduría, en el corazón de los necios no es conocida, decía Salomón.
Y como cabría esperar de su Sabiduría, nos dice en Proverbios 11:

LA HONRADEZ SALVA A LOS DE CORAZÓN RECTO
La honradez guía a los buenos,
la falsedad destruye a los traidores.
La honradez del íntegro allana su camino,
el malvado caerá por su maldad.
La honradez de los rectos los salva,
los malvados quedan prendidos en su codicia.
Quien desprecia al prójimo no tiene juicio,
el hombre prudente se calla.
La mujer sensata se hace respetar.
la que odia la rectitud, se sentará en la picota.
Fruto de la honradez es un árbol de vida,
el sensato se gana a la gente.

.¿Espiritualidad cristiana?

José Arregi 
José Arregui1¿Es adecuado hablar de espiritualidad cristiana, como si fuera distinta de la judía, musulmana, budista o simplemente laica sin etiqueta confesional ni expresión religiosa? En efecto, la espiritualidad, más allá de toda forma, es siempre la misma, como el mismo es el Aliento sin forma que anima en el fondo todas las formas: el átomo de hidrógeno, la rosa que florece, el mirlo que canta. Toda espiritualidad transciende sus expresiones, sean religiosas o laicas. Toda espiritualidad vive del mismo Espíritu que anima, mueve y une a todos los seres.
Es cierto. Pero es igualmente cierto que los seres humanos, como todos los seres del universo, somos formas animadas por un aliento divino. No hay “alma” sin forma ni forma sin “alma”. Las formas solo son por el Espíritu o el Aliento que las anima, y el Espíritu solo es en las formas del mundo que lo portan y manifiestan. Como el agua en la fuente, el sentido en la palabra, la luz en el color, la vida en el viviente o la consciencia en el cerebro. O como Dios en el mundo.
Somos formas vivientes, seres vivientes emergiendo de una forma concreta y limitada, a la que el propio límite abre al infinito. Tenemos unas raíces, procedemos de una tradición, bebemos de una fuente, una tierra concreta nos nutre. Por eso no existe una espiritualidad intemporal y acultural, neutra o abstracta, sin forma, pero nunca se circunscribe tampoco a una forma inmóvil, inmutable y cerrada. No puede ser vivida y expresada sin alguna forma, pero no debe ser identificada con ninguna forma.
El Espíritu se hace carne, como la palabra. La espiritualidad toma forma. Cada forma tiene un color. La luz es la misma, pero se refracta en todos los colores del arcoíris, aunque los colores no existen sino en el ojo que los ve o en el cerebro que los procesa, y a menudo sucede que lo que para uno es gris para otro es azul, para uno morado y para otro fucsia, o incluso verde para uno y rojo para otro. Nadie ve el color verdadero, pues no existe. Ningún color es superior a otro, y nadie es dueño de la luz.
Es lícito, pues, hablar de espiritualidad cristiana, aunque también ella adopta diversos colores o tonos, como el verde en la primavera. Habría que llamarla más bien espiritualidad de Jesús, “cristianizada” por las diversas iglesias que, a la vez que la transmitieron, en alguna medida también la traicionaron. La seguimos traicionando.
La espiritualidad cristiana es la espiritualidad del Espíritu profético que llenó a Jesús de esperanza subversiva, que le hizo abandonar su casa y su familia, orar de noche en la soledad de la montaña e ir de casa en casa, de aldea en aldea, de camino en camino, anunciando: “Levantad la cabeza, se acerca vuestra liberación”. Se acerca el Reino o el Jubileo de Dios, decía: la cancelación de las deudas, la recuperación de las propiedades y de la dignidad enajenada, el descanso y el respiro de todos los vivientes.
La espiritualidad cristiana de Jesús es la espiritualidad de la compasión: Vio la multitud hambrienta y tuvo compasión, como está escrito. La espiritualidad que no obra ni por mandato divino ni por reconocimiento humano, ni por miedo al castigo ni por deseo del premio, sino por entrañas de piedad para con el herido. La espiritualidad que hace sentir más gozo en compartir que en tener y que merece la pena dar la vida por transformar el mundo, aunque aparentemente fracasemos. No depende del éxito.
La espiritualidad cristiana de Jesús transciende la religión, el cristianismo incluido, con todas sus creencias, ritos y formas: Misericordia quiero, no sacrificios, dijo. Misericordia, no dogmas ni cánones, ni liturgias ni templos, ni iglesia ni clero.
La espiritualidad cristiana de Jesús, como toda auténtica espiritualidad, es una forma particular que nos abre al Espíritu universal: “Si alguien tiene sed, que venga a mí y beba”, dijo. Pero añadió: “Y de su propio fondo brotarán ríos de agua viva”.
“Ésa será tu espiritualidad cristiana de Jesús –se me podrá objetar–, más que la espiritualidad cristiana de Jesús”. Seguramente. Es la espiritualidad que hoy me inspira Jesús. Ni yo ni nadie puede escapar de la interpretación, necesariamente ligada a la forma particular que somos cada uno, hasta el propio Jesús. Convierte tu destino en gracia. Busca en el fondo de tu forma el Aliento universal. Bebe el agua de la Vida de tu propio pozo.
(Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo NOTICIAS el 9 de junio de 2019)

Ejemplo y confianza

Gabriel María Otalora
Una de las frases de Jesús con menos posibilidad de exégesis es “Por sus hechos les conoceréis”. Pues bien, el ejemplo es la puerta para generar confianza en nuestras relaciones humanas y ambos -ejemplo y confianza- deben ser la base de conducta de todo cristiano, especialmente de los que más responsabilidades tienen y por aquello del escándalo, tan de moda precisamente cuando brillan por su ausencia.
Dicen que fue Einstein quien recordó que dar ejemplo es la única manera de influir en los demás y la única manera efectiva de inculcar valores. Nadie seguirá las palabras ni a quienes las pronuncian si nos coherentes y, lo que es peor, existe el riesgo añadido de rechazo a esas buenas ideas por el efecto perverso que produce la falta de credibilidad. Y todo el mundo es capaz de percibir al vuelo la falta de coherencia.
¿Qué valoración nos merecen nuestras actitudes? El contagio viene desde los máximos responsables hacia todo el resto de la organización eclesial. Como ocurre en las familias, que el chorro fundamental de la influencia va de los padres a los hijos. Los ojos y oídos de nuestros chavales, igual que los de nuestros compañeros están fijos en nosotros. Los hijos y los compañeros de trabajo recordarán más nuestra conducta que nuestras palabras. Alguien dijo acertadamente que, lo que los padres hacen con moderación, los hijos lo harán con exageración.
Y cuando la falta de ejemplo se estira demasiado, se nota y, lo que es peor, cala como agua fina. No deja de ser una sutil manera de faltar a la verdad que alguien pontifique grandes directrices y normas que después no respeta ni cumple. Pero todos llevamos dentro un maestro y un aprendiz que, por la mera observación, activan el aprendizaje. Nos influenciamos y contagiamos mutuamente más de lo que parece a primera vista. Somos seres influenciables para bien y para mal.
El ejemplo tiene la fuerza de la experiencia vivida. Sin este valor de la credibilidad pierde toda su fortaleza. Hablamos mejor con nuestros hechos, que son por lo que nos conocerán. Y cuando el ejemplo es negativo, transmitiremos mensajes terriblemente influyentes, en este caso para mal. En el idioma inglés existe la expresión Walk the Talk, que viene a decir que actuemos por donde hablamos. Y la Madre Teresa de Calcuta, nos puso sobre aviso: no te preocupes porque tus hijos no te escuchan, te observan todo el día. Haciendo una paráfrasis aplicable al ámbito del liderazgo, podríamos decir que nuestros feligreses y la sociedad en general te observan todo el tiempo. Ser fiable es lo fundamental. Y cuando alguien es creíble, automáticamente se activa la confianza.
La diferencia entre reputación y confianza es que la primera se refiere a lo que la gente piensa de ti, mientras que la confianza se refiere a lo que la gente espera de ti. La confianza o su falta es una realidad fundamental en cualquier sociedad, sobre todo cuando disminuyen los comportamientos éticos con las consecuencias negativas que esto produce en el día a día. Es decir, que necesitamos mantener un comportamiento predecible lo suficientemente arraigado en el tiempo como para que otra persona se haga digna de nuestra confianza. Y viceversa. La confianza también va de arriba hacia abajo; el superior es quien debe generar ambientes de confianza e irradiar él mismo este imprescindible comportamiento. No es delegable.
La confianza es un proceso intangible que se apoya en la intuición y en la experiencia. A veces nos fiamos del sexto sentido y apostamos por una decisión de confianza, pero implica un riesgo elevado de equivocarnos. Lo normal es que se asiente tras un proceso de experiencias y vivencias que se construye con el tiempo y puede ser destruida en un segundo; la confianza es muy cara de lograr, fácil de perder y más cara todavía de recuperar.
Ganarse el derecho a ser escuchado, que esto es el meollo de influir y no otra cosa. El doble lenguaje no ha funcionado nunca en los cristianos. La confianza se crea cuando podemos creer en algo y en alguien porque sabemos por experiencia o por su imagen de seguridad que nos dice la verdad (credibilidad es tener autoridad sobre algo). En la medida que un ser humano se hace más creíble amplia la base del liderazgo, es decir, de su capacidad de influencia. No importa si las noticias son buenas o malas, debe tratarse a los demás con madurez pensando en ellas, no solo en nosotros.
Escuchar a la gente también genera confianza. Una persona que no nos presta la debida atención no puede saber qué es lo que realmente necesitamos o sentimos, y no se hace acreedora de depositar nuestra confianza en ella; como mínimo, no estaremos seguros de que entendió nuestra actitud o propuesta. Además, el acto de escuchar genera una actitud recíproca, básica en toda comunicación que se precie, y si ambas personas se escuchan con empatía, su relación creará mayores espacios de confianza y comunicación fructíferos.
Confiamos en las personas que son coherentes, que dan ejemplo, que cumplen su palabra. Siendo constantes crecemos en veracidad. Diciendo la verdad, crecemos en lealtad. Confiamos en las personas que buscan win-win, (ganar-ganar o gano-ganas). Una secuencia más cristiana e inteligente sería: ganan, ganamos, ganas, gano.
De camino a la Pascua de Pentecostés, pidamos al Espíritu luz y fuerza para ser ejemplares y generar espacios de confianza también con los que no son afines; a la manera de Jesús. La evangelización está en juego.

,Carta abierta al episcopado venezolano


Óscar Fortin

Soy creyente en Jesús y en sus Evangelios. Pasé años, meditando en profundidad esa fuente de la fe cristiana. De las primeras comunidades de fe a las de hoy hay todo un recorrido que dejo huellas, tanto de auténticos testigos del Evangelio que de falsos testigos disfrazados en pastores de la Iglesia. No dudo que ustedes saben mas que yo de los Evangelios y de las distintas intervenciones de Jesús en ellas.··· Ver noticia ··

Comunicado sobre el auto del tribunal supremo que suspende la exhumación de los restos del dictador


Juezas y Jueces para la Democracia

Franco31. La Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo, Sección 4ª, compuesta por cuatro magistrados y una magistrada, ha suspendido por Auto de 4 junio de 2019, con carácter cautelar, el Acuerdo del Consejo de Ministros para la exhumación de los restos del dictador Franco. No podemos sino lamentar esta decisión que confirma la incapacidad de la justicia española para perseguir los crímenes de la dictadura y reparar a las víctimas de las atrocidades contra la vida y los derechos fundamentales que se cometieron.··· Ver noticia ···

El obispo de Cádiz quiere desahuciar por burofax a los porteros del convento de las Capuchinas de San Fernando


María Auxiliadora Moreno

Zornoza1El matrimonio trabaja en el convento desde el año 1973 Navarro
“Ildefonso Portillo y Carmen Guerreros han dedicado toda su vida e incluso su familia (de hecho, sus hijos han nacido allí) al servicio de la iglesia”
“El Obispado se ha querido desentenderse de ellos y los quiere echar de su vivienda habitual (no tienen otra) sin más trámite que un burofax”
“Existe un acuerdo firmado entre la abadesa y los dos trabajadores, donde se reconoce que existe relación laboral con ambo”
“El silencio y desprecio absoluto hacia los trabajadores es la postura que se ha mantenido desde el Obispado, mostrando superioridad sobre la parte débil”··· Ver noticia ···