FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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jueves, 17 de agosto de 2023

InicioRevista de prensaiglesia catolicaLa Iglesia alemana pide formalmente al Papa el sacerdocio para la mujer... La Iglesia alemana pide formalmente al Papa el sacerdocio para la mujer y dejar de considerar pecado la homosexualidad

  Jesús Bastante

“Ninguno de nosotros quiere sustituir al papa, anular el derecho canónico o reescribir el dogma de la Iglesia. Lo que queremos es hacer preguntas, debatir, hacer avanzar la discusión”. El cardenal Marx, uno de los purpurados de la mayor confianza del Papa, resumía el paso adelante –para los ultraconservadores, un cisma en toda regla– dado por el Camino Sinodal alemán (Synodaler Weg) para modificar algunos aspectos clave de la doctrina eclesiástica en temas como la moral sexual, la homosexualidad o el acceso de gays y mujeres al sacerdocio. LEER NOTICIA

La muerte como invención de la vida

Boff Leonardo

En la vida damos muchas vueltas. En la última de ellas encontramos la muerte. Ella es la única certeza indiscutible. Porque somos, por esencia, seres mortales, vamos muriendo lentamente, un poco cada segundo, en prestaciones, hasta acabar de morir.

El sentido que damos a la muerte es también el sentido que damos a la vida. Cada pueblo con su cultura interpreta, a su manera, la muerte. Quiero referir algunas visiones que merecieron mi consideración.

Como cristiano, conmigo mismo, cómo entiendo la muerte.

No considero la muerte como el fin de la vida. Morir es un acabar de nacer. La vida va más allá de la muerte. Por eso mi libro sobre el tema no se titula Vida después de la muerte, sino Vida más allá de la muerte. La vida se estructura dentro de dos líneas: en una, la vida comienza a nacer y sigue naciendo a lo largo del tiempo, aprendiendo a caminar, a hablar, a pensar, a comunicarse y a construirse hasta acabar de nacer. Es el momento de la muerte. En la otra, la vida comienza a morir en el mismo momento en que nace, porque el capital vital se va consumiendo lentamente a lo largo de los años hasta acabar de morir.

En el cruce de las dos líneas –acabar de nacer y acabar de morir– se da el paso a otro nivel de vida que los cristianos llaman resurrección: es la vida que llega en la muerte a la plena realización de sus potencialidades e irrumpe hacia dentro de Dios. Pero no de cualquier manera, pues todos somos imperfectos y pecadores. pasaremos por la clínica de Dios, en la cual nos purgaremos y maduraremos hasta llegar a nuestra plenitud. Es el juicio purificador. Otros lo llaman purgatorio, antesala del cielo y no del infierno.

En todo caso, no vivimos para morir, como decían los existencialistas. Morimos para resucitar, como dicen los cristianos. Hay una frase inspiradora de la gran figura cubana, José Martí, escritor, poeta, filósofo y combatiente por la liberación de su país de la dominación de un tirano. Para Martí “morir es cerrar los ojos para ver mejor”.

Cuando queremos concentrarnos e ir al fondo de nuestro pensamiento, cerramos los ojos de forma natural. Al morir, cerramos los ojos para ver mejor el corazón del universo, nuestro lugar en él y la Realidad Suprema que hace existir y persistir todo.

Tengo un amigo de Uganda que trabaja en la radio vaticana, Filomeno Lopes, que me describió así el concepto de muerte más frecuente entre los africanos:

“En África, cuando muere un anciano, no se llora, sino que se celebra el triunfo de la vida sobre la muerte, porque la vida ha recorrido su camino normal y hemos podido recoger la herencia antes de la muerte de nuestros padres. Por eso decimos que “nuestros muertos nunca se han ido”. Sólo dejan de estar con nosotros en la inmanencia de nuestra vida cotidiana para habitar en nosotros. Así es como se establece esa profunda comunión entre nosotros y ellos, que a veces resulta ser más fuerte que cuando estaban físicamente entre nosotros.

Esto nos permite llamarlos en la oración y pedirles que intercedan por nosotros en las circunstancias de nuestra vida cotidiana, pues nosotros somos la única razón por la que ellos siguen presentes, como vivos, sobre la faz de la tierra. La vida humana, de hecho, no nace contigo, sino que renace siempre contigo. En este sentido, la vida es en sí misma ‘filosofía’ ya que nunca empieza una sola vez, sino que vuelve a empezar siempre en cualquier momento, en cualquier espacio, tiempo o circunstancia histórica”.

Para la mayoría de nuestros pueblos originarios, la muerte es solo pasar al otro lado de la vida. Los que han pasado al otro lado, especialmente los sabios y los ancianos, los visitan en sueños y les aconsejan. Acompañan a los que aún están en el lado de acá. Solo están invisibles, pero nunca ausentes.

Me contó el presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, que es indígena y vive la cultura de su pueblo: cuando se siente presionado por los problemas políticos, de noche o de madrugada, se retira a un rincón y con el rostro en tierra consulta a los sabios y a los ancianos de su etnia. Se concentra. Entra en profunda comunión con ellos. Después se levanta con las inspiraciones recibidas. La mente se aclaró.

Quiero honrar a Sandra Mara Herzer, que siendo una niña se sentía niño. Se vestía como un niño. Asumió el nombre de Anderson Herzer. Sufrió mucho en la FEBEM. Tenía una extrema sensibilidad y quería ayudar a todos los sufridores que encontraba. Con pocas letras, escribió un libro conmovedor, promovido por Suplicy Matarazzo, A Queda para o Alto. Cuenta toda su vida y los padecimientos que su situación provocaba. Al final del libro publicó algunos poemas. Uno con el título “Encontré lo que quería” es impresionante. En ese pequeño poema habla de la muerte:

“Yo quería que el fuego me cremase/ para ser las cenizas de quien hoy nace./ Yo quería morir ahora, en este instante,/ solo para ser nuevamente embrión, y nacer;/ yo solo quería nacer de nuevo, para enseñarme a vivir”.

Esa belleza y esa generosidad no necesitan comentario.

Finalmente, el testimonio del que fue uno de los mayores seres humanos nacidos en Occidente del cual podemos enorgullecernos: Francisco de Asís. Estableció un lazo de afecto con todos los seres, a los que llamaba con el dulce nombre de hermano y hermana. En su cántico a todas las criaturas dice:

“Alabado seas mi Señor por nuestra hermana la muerte corporal, de la cual ningún ser humano puede escapar!”

La muerte no es ‘una bruja’ que viene a quitarnos la vida. Es la hermana querida que nos abre la puerta de la eternidad feliz. La muerte no es la última barrera. Es un puente que nos hace pasar del espacio y del tiempo pasajeros a la eternidad sin fin. La muerte es una invención de la vida para dar un salto y seguir viviendo más y mejor.

*Leonardo Boff ha escrito Vida para além da morte, Vozes, muchas ediciones; publicado en español con el título Hablemos de la otra vida, editorial Sal Terrae; A nossa ressurreição na morte, Vozes 2005; también publicado en español por Sal Terrae, con el título La resurrección de Cristo, nuestra resurrección en la muerte.

Traducción de María José Gavito Milano

Un niño palestino de 4 años en estado crítico tras ser atropellado intencionalmente por un colono israelí en Cisjordania ocupada.

 

R.D.

Casi todos los días colonos agreden y embisten con sus vehículos a niños palestinos. Esta práctica es parte de las campañas de odio que llevan las autoridades israelíes en contra de los palestinos que viven bajo ocupación militar israelí. Cabe recordar que recientemente el ministro israelí de seguridad alabó a los colonos que asesinan a palestinos calificándolos como ‘héroes y merecen medallas’.LEER NOTICIA

Ex general del ejército israelí compara el control militar de Cisjordania con la Alemania nazi y es un ‘apartheid absoluto’

 R.D.

Amiram Levin acusó a las fuerzas armadas israelíes de ser "socios en crímenes de guerra" y que la situación en Cisjordania ocupada es un "apartheid absoluto”. El control de Cisjordania por parte de Israel tiene similitudes con las políticas discriminatorias de la Alemania nazi, y que el ejército está "podrido hasta la médula" debido a la presencia continua de Israel en Cisjordania. “Se hace a un lado, mira a los colonos que se amotinan y comienza a ser un socio en los crímenes de guerra”, dijo Levin LEER NOTICIA

Mark Coleridge: "Es muy probable que el Vaticano acabe modificando la norma del celibato obligatorio"

 R.D.

El arzobispo de Brisbane apuesta por ordenar sacerdotes casados en las comunidades indígenas

No hay forma de reclutar un clero célibe en esas culturas», señaló el prelado
«Creo que la situación actual de la Iglesia en general es bastante sombría. Así que una de las cosas que acabo de plantear es la siguiente: ¿hay razones suficientes para decir que en las comunidades indígenas ordenaremos a hombres casados?» LEER NOTICIA

EL LUGAR DE LOS DÉBILES COMO MIRADA HERMENÉUTICA (I)

 

col pino

 

Un nuevo espacio y tiempo en Gianni Vattimo

Conferencia en Ronda en el curso de verano de la UNED (26-30 de junio). 

Decía Nietzsche, en Verdad y mentira en sentido extramoral, “No hay hechos, sólo interpretaciones”, y aunque nosotros podamos entender que hay interpretaciones mejores que otras (¿verdad?), partimos con Nietzsche de que la realidad no es una cuestión puramente objetiva (no todos viendo lo mismo vemos lo mismo), pero tampoco meramente subjetiva: la realidad, como nuestra felicidad, está ligada y relacionada con los demás, con quienes me rodean, con la sociedad en la que vivo y la humanidad a la que pertenezco. Y según como yo perciba la realidad, según cómo la comprenda y me sitúe ante los acontecimientos, así actúo.

-Es muy importante lo que hacemos, pero sobre todo “desde dónde lo hacemos y por qué lo hacemos”, y eso está conectado con la visión que poseemos de las cosas y el análisis de la realidad que tenemos.

Puedo ver un oleaje impecable en alta mar, con truenos y rayos y una oscuridad que se levanta en el cielo…, y dependiendo de donde me sitúe lo veré y sentiré de un modo u otro y actuaré de una manera diferente. Digamos que, salvo que seamos invidentes, todos veremos los truenos y los rayos y la lluvia y las olas…

Pero no sentiremos de la misma forma los acontecimientos si soy el marido o la mujer del marinero que está jugándose la vida en alta mar, o si soy el dueño de un chiringuito situado a la orilla de la playa, si soy un curioso turista o el mismísimo hombre del tiempo, ¿Por qué no? Como dice Heidegger, no es el mismo el significado para uno que para otro porque esa diversa significación deriva de una forma, también diversa, de preocupación o de interés. Es, por tanto, el Dasein quien da a las cosas del mundo su sentido y su inteligibilidad.

En cada una de estas situaciones, en cada uno de estos lugares de referencia la realidad es comprendida de forma diversa y ello está vinculado a la percepción que tenemos de las cosas, no sólo porque la realidad ilumina nuestra comprensión dejándome tocar por ella y descubriendo su impacto sobre mí -como decimos- de un modo único, sino porque también ilumina nuestras acciones transformadoras (nuestro compromiso con el mundo). Y esto es muy importante, porque según contemple la realidad, así votaré, por ejemplo, en las próximas elecciones, trataré a quienes trabajen conmigo, me comportaré con mis vecinos y me conmoveré o no por los cientos de muertos y desaparecidos en las aguas del sur de Grecia…

Como le ocurre a Vattimo y veremos seguidamente, el análisis que hace de la realidad configurará su modo de ser y estar en el mundo, pues éste mira la realidad y la traduce desde un espacio y tiempo que tiene como protagonistas a los perdedores, a los vencidos, a los ignorados y los silenciados de este mundo aquí y ahora. Y es que la visión de la realidad configura toda la vida personal y social del que mira… ¡Y, no me podéis negar que hay miradas que matan y miradas que aman, miradas que ilusionan y miradas vencidas, miradas individualistas y egoístas, que excluyen, y miradas compadecidas!  

A este respecto recuerdo cómo un amigo que vivía en una comunidad me contaba una anécdota significativa que traigo ahora aquí para ilustrar la importancia de la mirada y, en definitiva, de la hermenéutica: en uno de los sitios que vivió, un compañero suyo siempre estaba quejándose de otro, éste era mayor, enfermo (tenía una bolsa externa por la que hacía y  depositaba sus necesidades, y además se le caía de la boca muchas veces la comida. Bueno, Miguel se llamaba…). Pues bien, me contaba que este otro compañero suyo expresaba pública y continuamente su queja mostrándole a Miguel el malestar que le causaba el mal olor de la bolsa y el asco que le producía la comida salpicada que se le caía. A ver, Miguel era el mismo compañero de ambos pero, mientras el otro no hacía más que quejarse y despreciar a Miguel, mi amigo veía en él a un pobrecito enfermo de cáncer, a una persona mayor necesitada de cariño, de cuidados… Bastante tenía Miguel con seguir dándole sentido a su vida como para encima aguantar insultos o incomprensiones. Miguel no era sólo su enfermedad, su limitación.

La realidad es más compleja, quiero decir: más rica de lo que habitualmente una mirada distraída o egoísta capta. No es simplista, es exigente porque es multiforme y plural. Me llama mucho la atención cómo, por ejemplo, ante las circunstancias sociales tan complejas, los medios de comunicación, los partidos políticos, las tertulias, incluso alguna filosofía pretenden que veamos todo desde una perspectiva dicotómica: blanco/negro, bueno/malo…, “si p, entonces q”… olvidando que la vida está llena de perspectivas, de miradas, de colores y tonalidades, también grises. Comprender la realidad depende de la complejidad de los hechos y su  interrelación con otros hechos, pero también de la subjetividad del sujeto que interpreta la realidad. Para comprender la realidad tenemos que tener en cuenta todos los aspectos personales que intervienen en ella (experiencias, vivencias, historia, ideología, personalidad…), si no queremos quedarnos sólo con una parte. Esto lo que nos muestra es que la compresión de la realidad no es neutra. No existe la neutralidad ante la realidad.

Por un lado estamos diciendo que la realidad es compleja, pero también que la comprendemos, la desciframos, la traducimos desde un lugar y un espacio concreto. Y en esto los hermeneutas son como los músicos que tocan Jazz: dominan todos los géneros musicales y son capaces de salirse de la escala establecida. En la música clásica existe una partitura con las notas musicales escritas por el compositor y el que la ejecuta debe obedecer y no tocar otras diferentes. Para el jazz esto se queda corto. Podemos decir que supera esta visión. Así, el gran maestro Louis Armstrong decía que «el jazz es una música de intérpretes».

En un mundo que se muestra hostil a las humanidades y frente a un pensamiento estereotipado que los mercados de la filosofía nos viene vendiendo para poder sobrevivir, me gustaría aquí hacer un hueco a uno de los grandes, uno de los mejores hermeneutas del siglo XX (seguro que de lo que llevamos del XXI) que supo nadar a contracorriente e interpretar a gigantes del pensamiento, como Nietzsche, Heidegger o Gadamer, pero generando un nuevo pensamiento, a la vez que rescataba de la fosa del olvido a un cristianismo hermenéutico no doctrinal.

Éste, sin lugar a dudas, es Gianni Vattimo. El italiano va a partir de unas claves de comprensión de la realidad que se construye desde el lugar del que sufre, de la persona excluida, rota… y lo hace sin conformarse, rompiendo los estereotipos, lo convencional, orientándose siempre para todos, sin olvidar a las minorías y a los olvidados, sobre todo no desligando medios de fines, al contrario de lo que hacen habitualmente las ideologías fuertes. Desde la empatía y la caridad, poniéndose en el lugar del otro, desde la comprensión y el diálogo, sabiendo que a veces hay que ceder pero sin justificar sus propios intereses al analizar la realidad y, especialmente, desterrando toda forma de violencia (¡y hay tantas!), siendo capaz de diferenciarse y también de “señalarse” como un modo de pensamiento no fuerte, abierto, dialogante pero en modo alguno relativista porque no lo es, ya que a Vattimo la realidad le interroga, le duele y le exige tomar partido. -Como él mismo reconoce en una entrevista concedida a la UCA (la Universidad católica del Salvador, donde mataron a Ignacio Ellacuría y a otr@s compañer@s allá por los años 80), él se dirigía hacia una crítica de la modernidad ilustrada pero también del comunismo marxista soviético que dejó 70 millones de muertos porque éste se convertía en un pensamiento único (Vattimo no tenía por qué dejar de ser comunista, cosa que no ha dejado de serlo aunque de un comunismo débil, pero debía hacer una crítica de él, si traspasaba unos límites, porque un hermeneuta no firma un cheque en blanco a nada ni a nadie, a ninguna ideología, institución o persona.

Vattimo es un intérprete de la realidad. Fue Gadamer y, especialmente, Heidegger quienes lo dirigieron hacia su escuela más significativa, aquella que ponía en el centro de la realidad la interpretación. Así, la escuela hermenéutica posmoderna desde la cual él responde declarando débil al pensamiento es -como él mismo dice- una historia de debilitación, de reducción de los absolutos, de reconocimiento de los que son golpeados, apartados, excluidos por las políticas y estrategias más intransigentes y dogmáticas (se llamen como se llamen).

Si observamos el título de esta presentación hablamos de un espacio, de un lugar de referencia que ilumina la mirada de Vattimo y toda su comprensión de la realidad. Este espacio, como decimos, es el lugar de los débiles.  A su vez, la comprensión de la que parte Vattimo y la lectura iluminadora de la realidad que su mirada posee se entreteje, filosóficamente hablando, con el concepto de temporalidad heideggeriana. Decía Heidegger que el hombre consiste en un poder ser todas esas posibilidades que tiene “a mano”. Pero no todas las posibilidades que el hombre puede ser se realizan: hay que elegir… y se elige según un proyecto. El hombre, desde su libertad, eligiendo entre sus posibilidades, proyecta –dice Heidegger- lo que ha de ser. Quizá sea ésta una de las concepciones más luminosas y enriquecedoras del pensamiento contemporáneo sobre el hombre. El hombre no es un ser completo, acabado, sino que tiene que "hacerse".

Vattimo nunca dejó sus intereses religiosos y políticos, no. De hecho, el pensamiento débil (aunque de una forma crítica) le da una lectura al tema de la religión. No podemos olvidar que el cristianismo siempre ha sido fundamental en su discurso; él siempre ha sido un “catocomunista”, un comunista católico porque –como él mismo afirma- si no fuera cristiano (si no fuera católico), no tendría la tentación de ser comunista. La única razón por la que él se siente comprometido con una política del socialismo es el amor al próximo que aprendió en el Evangelio, especialmente el amor por los débiles. Traduciéndolo para que en la calle también se pueda entender: a Vattimo no le da igual 8 que 80. Vattimo tiene muy claro su opción preferencial: la misma mirada que le hace escuchar a todos y dialogar con todos, le otorga una lucha incansable nada titubeante por la justicia, llegando a comprender -como también lo hicieron Sócrates o Jesús- que es preferible padecer la injusticia a causarla, al tiempo que defiende y pone voz a los intereses y necesidades de los que no tienen voz o no tienen fuerza para ejercerla. ¡cuántas veces tuvo que lidiar Vattimo con el recién fallecido y magnate Silvio Berlusconi! *El pensamiento débil  no es un pensamiento acomodaticio sino, más bien, un pensamiento a favor de los débiles.

Pero este "hacerse" no tiene un sentido estrictamente biológico, de puro desarrollo somático, no se trata de un desarrollo de las puras virtualidades, de un hacerse por  sí mismo, sino de un hacerse a sí mismo, decidiendo, eligiendo lo que se quiere ser. El hombre está, pues, embarcado en la ardua tarea de hacer su propia vida, lo quiera o no, decía Heidegger. Arrojado en el mundo sin ninguna opción por su parte, sin haber sido consultado, el Dasein se encuentra sintiendo que es y teniendo que ser en un perpetuo inacabamiento. De aquí que toda elección que el hombre realiza sea una determinación creadora de su ser porque lo va configurando.

Así pues, el "ser-ahí" vive anticipándose a lo que va a ser. El futuro, pues, pertenece al sentido del ser. Pero aquí “futuro” hay que entenderlo no tanto como lo que aún no es pero será, sino como posibilidad de existir. Es, por lo tanto, una dimensión estructural de la existencia humana. Heidegger la llama “futuridad”. Este ser anticipándose hace resaltar lo que en el Dasein es ya. Así, y esto es algo más que interesante, el futuro (como posibilidad de ser) implica el pretérito, puesto que se es desde lo ya sido, desde donde se plantea nuestra posibilidad de ser. El pretérito, el pasado es, así, otra dimensión estructural del "ser-ahí".

Pero es que la comprensión desde nuestras posibilidades de lo ya sido determina la comprensión de lo que actualmente somos. El presente, pues, aparece envuelto por la relación entre futuro y pasado. Estas tres dimensiones -pasado, presente y futuro- constituyen la unidad del ser y recibe el nombre de “temporalidad”. El ser del hombre es, por consiguiente, temporalidad. Y éste es, en realidad, el tiempo originario, a diferencia del tiempo cósmico, incluso del tiempo vulgar. Pero, entiéndase bien, no es que el hombre esté en el tiempo ₋dice Heidegger₋ sino que él mismo es temporalidad. La temporalidad, pues, es la estructura concreta del Dasein, su sentido último porque está como "entretejido de tiempo". El tiempo es la textura más profunda del "ser-ahí". Es, por lo tanto, aquello desde lo cual él comprende e interpreta. Es el horizonte de la comprensión del ser.

Pero, claro, el mundo no es sólo el mundo de las cosas, de los útiles. Además de con las cosas, el Dasein se relaciona con otros Dasein. Si el análisis del "ser-en-el-mundo" reveló que "jamás se da un mero sujeto sin mundo,... a la postre tampoco se da inmediatamente un yo aislado de los otros". Y es precisamente al relacionarse con el mundo de las cosas como el Dasein descubre al otro. Es decir, las mismas cosas que son útiles a la mano para mí me aparecen como siendo también "a la mano" para los otros. Y en razón de este concomitante "ser-en-el-mundo", el mundo es ya siempre en cada caso aquel que comparto con los otros.

Ahora bien, los otros no son útiles, ni son para mí sólo objeto de preocupación. Los otros son como yo y, como yo, coexisten conmigo en el "estar-en-el-mundo". Esto determina un modo nuevo de relación ₋que llama Heidegger₋ la "solicitud". Si la actividad del hombre con respecto a las cosas se llama "preocupación, la forma de relacionarse con los otros se llama "solicitud". Curiosamente en alemán ambas palabras tienen la misma raíz, que significa  "cuidado". El cuidado pertenece, por consiguiente, a la estructura ontológica fundamental de la existencia humana y ese cuidado se traduce  de dos maneras: (1) como preocupación por las cosas y (2) como solicitud por los otros. Si Sartre hablaba del choque, la hostilidad y el enojo y de que “el infierno son los otros”, haciendo referencia a las relaciones conflictivas que tenemos en nuestras vidas, Heidegger va a  hablar de solicitud hacia el prójimo como forma del cuidado. Y ese cuidar, esta solicitud hacia los demás puede ser positiva, indiferente o negativa. Tal relación determina la convivencia, pero no es más que una relación informe, mientras no se estructura políticamente. Y es aquí donde Vattimo milita como catocomunista, como pensador contra dogmático y de izquierdas y, a la vez, seguidor del Evangelio. Y es que a Vattimo le ocurrió lo que ya alguien dijo, que “de tanto mirar al mar se le volvieron los ojos azules…”

[CONTINUARÁ...]

TEST ANTICORRUPCIÓN: "¿QUISIERA QUE MI FAMILIA SE ENTERARA DE LO QUE ESTOY HACIENDO?"


col chomali

 

En el contexto político y social en el que se encuentra Chile, donde se han visto claras situaciones de corrupción, y que además han sido reconocidas por las máximas autoridades del país y la región, es bueno que cada uno de nosotros nos hagamos un test para ver cómo estamos

No vaya a ser cosa que como dice el Evangelio, por estar mirando tanto la paja en el ojo ajeno, no nos demos cuenta la viga que tenemos en el  propio. Este test lo saqué del libro de H.B Loosdrept, Prevenir los riesgos éticos en la empresa, Paris 2008, pero vale también para todos los estamentos de la sociedad.

Preocúpese si usted ha dicho lo siguiente:

Esto lo hago ahora y nunca más
Esto que voy a hacer no se lo cuentes a nadie
Lo que importa son los resultados y no tanto cómo se llega a ellos
Pero si todo el mundo lo hace; además siempre lo hemos hecho así
No estamos obligados a decir cómo logramos esto
Hagamos la vista gorda
Pero si no es tan grave
Mira, si tuviéramos que respetar todas las reglas no haríamos nunca nada

Esté muy tranquilo si usted se hace estas preguntas:

Lo que estoy haciendo, ¿es legal, es ético, es conforme a las normas de conducta que yo quisiera par la sociedad en que vivo?
¿Es honesto lo que estoy haciendo?
¿Me siento conforme con lo que estoy haciendo; le haría lo mismo a la persona que quiero?
Si me lo hicieran a mí, ¿qué pensaría?
¿Quisiera que mi familia se enterara de lo que estoy haciendo?
¿Si todas las personas actuaran como yo estoy actuando, qué mundo construiríamos?

La corrupción en los países es el germen de muchos males que acarrean violencia, pobreza, desesperanza. Es tarea de todos darle un decidido freno, y para ello tenemos que comenzar en nuestro propio entorno. La prosperidad económica, la superación de la pobreza, la seguridad en las ciudades, son absolutamente incompatibles con la corrupción.

Lo que está en juego con el asunto de la corrupción es la democracia, el estado de derecho y la absoluta y necesaria confianza mutua que requerimos como lo es el convivir en paz. El momento de decirle no a la corrupción es ahora, con claridad y sin ambigüedades. De no ser así, de hechos de corrupción pasaremos a una cultura de la corrupción. Y ya será tarde.

 

Fernando Chomali, arzobispo de Concepción, Chile

Religión Digital

CON JESÚS DE NAZARET SE DIO INICIO A UNA NUEVA CIVILIZACIÓN


col guerrero

 

Con Jesús de Nazaret se dio inicio a una nueva civilización, con su vida, sus actitudes y enseñanzas coherentes nos transmitió lo que Dios quería para el ser humano: libertad, solidaridad con los más necesitad@s, igualdad de derechos entre razas, sexos, etc. Nos mostró la verdadera naturaleza de Dios, cómo es por dentro. Nos dijo que era Amor, Relación, Humanidad.

Por ello dio su vida, por la instauración del por Él llamado Reino de Dios, y que hoy se traduce por Derechos Humanos, Igualdad de Género, Solidaridad con los más desfavorecid@s, etc.
Nunca escribió su doctrina, pero quienes vivieron con Él lo transmitieron a sus descendientes y posteriormente fueron dejando escritos que nos recordaran qué hizo y cómo era.

Pero lo importante ha sido la integración en el subconsciente colectivo de sus enseñanzas, a partir de su presencia en nuestro mundo, l@s pobres sabían que Dios se identificaba con ell@s, las mujeres sabían que para Cristo eran iguales a los hombres, que había una utopía posible que ya había comenzado a existir.

Luego vinieron tiempos oscuros, los representantes de ese Resucitado no transmitían correctamente su mensaje, más bien, al contrario, le daban la vuelta horrorizando con sus decretos, juicios y sanciones al pueblo llano y a sus verdader@s discípul@s, anulando la libertad, oxígeno de su doctrina. Tanto es así, que, saliendo de esas oscuras épocas, la fe se fue perdiendo en buena parte de la sociedad y donde ésta se hallaba no era ni de lejos visible ese Reino por el cual el Maestro dio su vida.

Ha sido así como, Dios Padre se ha servido de l@s no creyentes, como mayor libertad y desligamiento de las directrices oficiales eclesiásticas, quienes han continuado su labor, recogiendo el clamor de justicia de l@s pobres y explotad@s –comunismo-socialismo-, la igualdad entre los sexos –feminismo-, la igualdad de razas, etc.

Es cierto que no todo el mundo puede comprender esto, ya que los creyentes no ven más allá de sus creencias y l@s no creyentes se sienten ajen@s a la doctrina cristiana, unificar ambos no es fácil y somos poc@s quienes lo vemos, aquell@s que apreciamos el valor evangélico de la izquierda política y social, así como la realidad espiritual que ella alberga.

Pues no hay verdadera espiritualidad sin justicia social, ni libertad de espíritu sin igualdad de derechos para todo ser humano.

No nos enseñó Jesús de Nazaret caminos más o menos tortuosos, ni ejercicios físicos ni restricciones alimentarias o de ningún otro tipo para llegar a conocer la trascendencia divina, nuestra realidad más profunda, el suyo, el camino por Él propuesto era algo más sencillo y complejo a la vez: “amaos un@s a otr@s como Yo os he amado”, nada más y nada menos.

Si hay amor hay sana relación con uno mismo y con l@s demás, por lo que para ser buen ser humano, buena persona, buen cristian@, hay que vivir el amor, hay que pedírselo a Dios –si se es creyente- hay que trabajarlo desde la consciencia, y si para ello gustáramos de técnicas físicas –yoga por ejemplo…- bienvenidas fueran, aunque no sean imprescindibles pueden ser útiles.

Hay mucho que podría contar, qué papel juega la Iglesia u iglesias en todo esto, qué diría Jesús en la actualidad, etc. Y lo contaré, si me lo permiten.

 

Julio Guerrero Moreno

Religión Digital, 28.01.2023

SENCILLEZ

fe adulta

col gerardo

 

No tuve suerte. Invité a dos obispos en su entrada cuando les tocaba, a tomar posesión de la diócesis, no en la catedral, sino en uno de los pueblos más pequeños de la diócesis, con una participación de 4 o 6 personas, Pazuengos.

Yo era capellán en esos momentos de la cárcel y le propuse seguir la jornada conmigo visitando y celebrando la Eucaristía en la cárcel. Pero no tuve suerte y no me acompañó.

Por eso, me ha encantado ver que José Cobo ha visitado en su segunda eucaristía una de las parroquias de las afueras de Madrid. Es un gesto estupendo. Qué gesto más evangélico. Ya sé que es solamente un signo, pero indica un camino que empieza por ahí. Espero que siga por esos caminos…

Yo he tenido suerte al recibir nombramientos de la diócesis, porque siempre he pedido lo más pequeño, lo que nadie quería. Y me he sentido a gusto de esa periferia. Son los pueblos pequeños, retirados, con carreteras difíciles. Así he recorrido veinte parroquias.

Hoy que hablamos de ir a la periferia, entiendo que uno de los lugares preferidos han de ser las parroquias más pequeñas y lugares de los alrededores de algún barrio de la ciudad. Estos nombramientos han de ser la alternativa a los nombramientos de canónigos, párrocos de la capital, catedráticos vicarios.

Me sorprende cuando veo a los obispos, cardenales, el papa, con vestimentas llamativas, mitras, ropajes llamativos. A los fieles eso nos infunde sorpresa. Nos choca y nos disgusta. Lo vemos contra la sencillez. Así como nos agrada el verlos conducir coches pequeños, sencillos.

También nos choca y nos sorprende ver en las procesiones de los patronos participar al clero rodeados de autoridades y reyes de la fiesta. Me preocupa el que se hable mucho de la iglesia samaritana, pero luego mi actuación como cristiano está reducida al área eclesial más o menos situada en el centro eclesial.

Cuando se celebra o se trabaja en una parroquia pequeña, no se puede hacer grandes actividades o celebraciones muy participativas. Pero es más fácil fomentar la creatividad y tener un trato muy cercano. Me contento porque en la Última Cena no estarían más de 20 personas. Y fue así de importante.

 

Gerardo Villar

JACQUES MOURAD: "CUANDO ME SECUESTRARON, ME DIJERON: 'CONVIÉRTETE O TE CORTAREMOS LA CABEZA'"


col putzolu

 

(Vatican News).- Secuestrado en Siria en 2015 y retenido durante cinco meses por los yihadistas del autodenominado Estado Islámico antes de lograr escapar, el padre Jacques Mourad, arzobispo católico sirio de Homs, estuvo a punto de ser martirizado. "Conviértete o te cortaremos la cabeza", le dijeron sus carceleros. Esta frase, pronunciada como un ultimátum, puso al entonces sencillo monje del monasterio de Mar Elian frente a sus votos.

"Me encontraba exactamente en esta encrucijada", dice, "seguir llevando la Cruz hasta la muerte con Cristo, por amor a la Iglesia y a la salvación del mundo, o renunciar a ella y dejar así también de lado mi vocación". Luego vino la certeza de seguir llevando la Cruz, y no sólo eso. "También de pensar en mis carceleros", dice el Arzobispo de Homs. "El don que he recibido durante esta experiencia -añade- es mirar a estas personas, a estos yihadistas, con espíritu de oración para pedir a Dios que ilumine sus corazones, que los convierta. No por mí, sino por su salvación y por la paz mundial". Esta renovada confianza total en Dios "me liberó de todo temor", prosiguió el prelado. "Cuando nos enfrentamos a la muerte, hay un cierto sentimiento de miedo que penetra en nuestra alma. Cada vez que tenía este miedo rezaba el Rosario, el miedo desaparecía y se convertía en valor".

El cautiverio un tiempo de gracia

"Hoy considero aquella experiencia como una gracia", dice monseñor Mourad, "una gracia que comenzó el octavo día, justo antes de la puesta del sol". El arzobispo sirio católico de Homs recuerda que, al final de su primera semana como rehén, recibió la visita del gobernador de Raqqa, sin saber que el hombre que tenía delante era el líder del autodenominado Estado islámico en Siria. "Cuando le pregunté: ¿por qué somos prisioneros? ¿Qué hemos hecho de malo para serlo?", el líder islamista respondió: "Considera este tiempo como un retiro".

"Su respuesta conmocionó el resto de mi vida", subrayó el arzobispo, que admitió que nunca esperó una respuesta así de un líder extremista al frente de uno de los grupos más sanguinarios, un enemigo. "Aunque para un discípulo de Cristo no hay enemigo. Y si lo hay, estamos invitados a amarlo", exhorta el arzobispo de Homs, "¿cómo se puede amar a un enemigo que quiere matarte y al que tú querrías matar? Ahí está el misterio del amor de Cristo, que se reveló claramente cuando dijo en la cruz: 'Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen'".

Jacques Mourad se fugó en su quinto mes de detención, ayudado por un joven musulmán que, junto con una quincena de personas, organizó también la huida de decenas de rehenes. "Dios quiso salvarme en este mundo para que pudiera seguir sirviendo y dando testimonio de un importante principio evangélico: si quieres la paz, empieza por abrir tu corazón".

El martirio del jesuita Frans Van der Lugt

Un año antes del secuestro de Jacques Mourad, también en Homs, el jesuita holandés Frans Van der Lugt fue asesinado en el jardín de su convento. En 2015, el actual arzobispo de Homs sabía, por tanto, exactamente a qué se enfrentaba con sus secuestradores yihadistas. "El padre Frans fue para mí, y para todos los sirios, el ejemplo de fidelidad a su maestro, Jesucristo. Dedicó su vida al amor por Siria y por el pueblo sirio". Su ejemplo, prosigue monseñor Mourad, es el de Cristo encarnado que lleva a todos el mensaje del amor del Padre, "y la verdadera salvación sólo puede venir a través del amor y del sacrificio de sí mismo".

Paolo Dall'Oglio, un mártir viviente

El arzobispo de Homs recuerda a continuación a otro jesuita, Paolo Dall'Oglio, del que no se tienen noticias desde 2013. En Roma, en la iglesia de San Ignacio de Loyola, se celebró una misa en el décimo aniversario de su desaparición, el 29 de julio pasado. Monseñor Mourad también participó en la celebración. Él y el padre Dall'Oglio compartieron casi 30 años juntos. Juntos restauraron el monasterio de Mar Moussa. Se conocen desde 1986. "Conocí al padre Paolo como me conozco a mí mismo y le quise como me quiero a mí mismo. Para mí, es un mártir viviente. Es un verdadero mártir viviente, tanto si está muerto como si sigue vivo".

"Un mártir es alguien que vive siempre en la memoria de la Iglesia", señala el arzobispo de Homs, "en el corazón de la Iglesia y del pueblo de Dios. El padre Paolo apoyó a tanta gente, explica, que la gente venía de todas partes para conocerle. "Si recopilamos los mensajes y las cartas que recibía o enviaba, podríamos hacer una enciclopedia con ellas", dice monseñor Mourad, sonriendo. "Era alguien que siempre estaba ahí para todos, tanto para los más jóvenes como para los más mayores; tanto para el creyente como para cualquier otra persona".

La oración nos ayuda a vivir la libertad que Dios nos ha dado

Hablando de su cautiverio, monseñor Mourad considera que estar prisionero es lo peor que se puede infligir a un ser humano creado a imagen de Dios, "creado libre, libre para pensar, libre para hablar, libre para moverse". "Dios nos ha dado esta gracia", aclara, y hacer prisionero a un hombre es "un acto contra la voluntad de Dios en su creación". En este contexto, "la única práctica que nos ayuda a vivir esta libertad esencial es la oración, porque es la oración la que nos permite salir de nosotros mismos para estar con Dios y vivir con los que amamos". "Puedo dar testimonio de que era lo único que daba sentido a mi detención, a mi vida cotidiana". Paradójicamente, concluye el prelado, el periodo de mi cautiverio fue "el más generoso de mi vida espiritual, de mi relación con Dios y con la Virgen María".

 

Jean Charles Putzolu

Religión Digital

CAMILAS REINCIDENTES


col caro

 

Pensé que habían quedado escarmentadas después de aquella primera vez (ver “Afinación” - 15 de enero de 2022), pero extrañamente me volvieron a pedir que les diera una tanda de ejercicios de ocho días. Me resistí un poco… aunque con la boca chica. De modo que acá estoy, de nuevo en La Molina, al este de Lima, junto a los cerros brumosos de aspecto lunar.

No les podía decir que no a las camilas, porque forman parte de nuestro Vicariato, están en Santa Clotilde realizando una generosa y excelente labor en el hospital y en la parroquia; porque cualquiera que me conozca un poco sabe que me encanta dar ejercicios espirituales; y porque nos queremos mucho (o al menos yo a ellas). Y este quizá sea el aspecto más misterioso.

Lo digo porque no sé si habrá una congregación más diferente a mí en cuanto al modo de pensar la fe y de concebir la vida cristiana y la Iglesia en general. En serio, les cuadrarían mucho mejor otros sacerdotes de corte más “clásico”, que les diesen charlas en línea con su tendencia eclesial y su espiritualidad, pero curiosamente se empeñan en requerirme. A sabiendas de que van a escuchar cosas que les van a sonar raras, rompedoras y hasta extravagantes.

Y así, a la hora de tratar temas del día a día de la vida consagrada o misionera, ¿cómo podría difuminar o edulcorar lo que creo para que lo recibieran con más suavidad? Sería posiblemente decepcionar la intención con la que me llaman. Pero, por otra parte, distingo cómo más de una se remueve en su silla cuando, a través de las contemplaciones de la segunda semana, aparecen los votos, el ministerio o la vida comunitaria.

Al mismo tiempo, en este proceso de enriquecimiento mutuo, aprendo a valorar “lo suyo”, a alabar, en lenguaje ignaciano, estilos, prácticas, sensibilidades o enfoques que no tanto comparto pero que respeto desde el cariño y la admiración. No deseo cambiarlas, pero sí puedo aportarles elementos, matices o planteamientos que creo que podrían ayudarlas a vivir con más humanidad y felicidad.

Programo una instrucción sobre la autoridad y la obediencia en torno al documento “Modo de tratar o negociar con cualquiera superior”, esa genialidad de San Ignacio; invito a la comunidad, las hermanas que no hacen retiro, entre ellas la provincial. Repruebo mecánicas de obediencia deshumanizadas o “militares” y expongo sugerencias para mejorar: la escucha, el imprescindible discernimiento de las dos partes, el diálogo franco y abierto, la asertividad… incluso critico la propia palabra “superiora” como inadecuada y excesiva hoy día.

Se funden los plomos de más de una, pero ahí están atentas, opinan, preguntan. “Siempre nos han enseñado que…”, dice una abuelita, y esa humildad sincera me da ternura. “Pobrecitas, lo que tienen que aguantar de este muchacho” – pienso… Pero al instante despierto y pienso que no tan muchacho… son 53 años y 23 ya de presbítero; y 14 en una congregación. Alguna experiencia tengo; y me he preparado, no les suelto ocurrencias o excentricidades, aunque vista con camiseta y sandalias.

La clave está en que, en lo fundamental, coincidimos plenamente. Esta imagen lo atestigua; cada mañana nos damos una hora de silencio ante el Pan, el rostro de todas las pobrezas. Las hermanas con sus hábitos negros rigurosos, y yo con mi polo azul sentado entre ellas, y el corazón dulce. Ese mito de los progres y los carcas se disuelve bajo la mirada del Buen Pastor. Todos somos trigo y cizaña, solo hay diversos tonos de gris, como enseña el evangelio de hoy.

Toca la campana (…), me voy dar puntos. Tengo por delante un día de chambaza, ya he celebrado una misa y me queda otra, y espero una carrafilera de seis acompañamientos. Hay hermanas que son preciosas por dentro, así que presumo que disfrutaré tanto como me cansaré. Eso sí, tendré mis frutas, yogures y galletas preparadas, con delicadeza y generosidad. Aprovecharé para alimentarme bien en todos los sentidos, porque solo soy un misionero que da ejercicios y ya mismo regreso a mi hábitat.

 

César Luis Caro

Religión Digital 12.08.2023

EN LA IGLESIA ¿CABEN TODOS?


col velez

 

El papa Francisco se dirigió a los jóvenes de la Jornada Mundial de la Juventud con sencillez, claridad y cercanía. A algunos no les gustó esa espontaneidad, incluso criticaron que “no leyera” sus homilías y hablara directamente, mirando a su auditorio, logrando esa conexión que surge de quien no pretende “dar cátedra” sino comunicar un mensaje en el que cree y lo ofrece sin otras pretensiones. Sin duda, Francisco sigue rompiendo esos esquemas rígidos, solemnes y doctrinales que han marcado la vida de la Iglesia a lo largo de la historia. Más de un clérigo tiene que hacer todo un equilibrio de justificaciones para acomodarse a ese estilo que no le parece adecuado, pero que necesita hacerlo para no parecer que no está en comunión con el Papa. Ahora bien, no solo hay clérigos con esa dificultad. También hay una porción de laicado que tampoco sintoniza con ese estilo porque en su formación cristiana se les ha insistido en la rigidez, tradicionalismo y muchas otras formas prácticamente “prevaticanas”, haciéndoles creer que corresponden a la “auténtica” doctrina.

Se podrían comentar varios aspectos del mensaje de Francisco a los jóvenes, pero quiero detenerme en este: “En la Iglesia hay espacio para todos y, cuando no haya, por favor, esforcémonos para que haya, también para el que se equivoca, para el que cae, para el que le cuesta. Porque la Iglesia es, y deber ser cada vez más, esa casa donde resuena el eco de la llamada que Dios dirige a cada uno por su nombre. El Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos; nos lo muestra Jesús en la cruz. Él no cierra la puerta, sino que invita a entrar; no aleja, sino que acoge”. Estas palabras van en sintonía con el énfasis que ha puesto, a lo largo de su pontificado, en la misericordia que debe ser la carta de presentación de los cristianos y en aquello de que la Iglesia no es para los puros sino para los pecadoresno es una aduana sino una casa para todos.

Esa afirmación, tan propia de la Buena Noticia del Reino, no es fácil vivirla en el día a día. Tal vez una de las realidades más difíciles de asumir es la diversidad sexual frente a la cual el Papa ha dicho que “quién es Él para juzgar”, sin que esto suponga un mayor avance en las iglesias locales. En algunos templos se tienen grupos en los que sus integrantes son personas LGTBIQ+ y mantienen una pastoral dirigida a esa población. Pero, en muchos casos, se acepta mientras estén así, en grupos separados, no integrados a la comunidad parroquial. Además, cuando se habla de estas realidades, sea en la parroquia e incluso en los ámbitos académicos católicos, siguen siendo realidades excluidas, llenas de prejuicios y, lo que es más grave, de desinformación y de discursos ideológicos para fundamentar el rechazo del que deben ser objeto.

Otro tema en el que tampoco es fácil vivir esa inclusión de todos en la Iglesia, es la incorporación de los guerrilleros, paramilitares, delincuentes, etc., una vez se han sometido a un proceso de paz. En Colombia esto es evidente. Quienes más se oponen a estos procesos son los que se consideran más involucrados con la vida eclesial y se glorían por sus buenas obras o sus donaciones a la Iglesia. Conocemos bien cómo hubo tanto rechazo al proceso de paz con la Farc y, como hoy, sigue el rechazo -casi visceral- frente a todas las propuestas que implican el diálogo y los esfuerzos por una reconciliación y un nuevo comienzo. Hace poco, escuchando a personas que se dicen muy creyentes y que atacaban todos los esfuerzos por la construcción de la paz, exigiendo el castigo inmisericorde sobre los que han hecho mal a la sociedad, les pregunte: y si los cristianos no apoyamos esos procesos ¿quién los puede apoyar? ¿no es este el mensaje del evangelio? ¿no nos enseñó Jesús que Dios es el Padre misericordioso que hace fiesta porque el hijo que pidió su herencia -eso significaba en el contexto judío, desear la muerte del padre- y la malgastó, volvió a la casa? La respuesta que me dieron fue igualita a la del Hijo mayor de la parábola: “ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado” (Lc 15, 30); es decir, se enfadan de que se busquen otras salidas -diferentes a la confrontación armada-, para construir la paz.

Y así podríamos continuar los ejemplos en que lo de la inclusión verdadera de todos, todas (y todes -aunque a tanta gente -incluidos creyentes- le molesta eso del lenguaje inclusivo), es una bonita idea que pocos se esfuerzan por llevar a la prácticaSigue existiendo el racismo de muchas formas, el clasismo, el etnocentrismo, el colonialismo, el machismo y, como define la filósofa española Adela Cortina, “la aporofobia” (odio a los pobres) que hace más inalcanzable la inclusión cuando a las anteriores realidades se añade el que estas personas son pobres.

El Papa hizo que los jóvenes repitieran que en la Iglesia caben “todos, todos, todos” pero ese mensaje no fue solo para ellos. Convendría que cada uno se pregunte su disponibilidad para esa acogida sin límite, ni medida. Este sería un testimonio creíble, en estos tiempos, en los que la palabra de la Iglesia ya no parece resonar en muchos ambientes. De ahí que, redoblar en “testimonio” no es solo algo necesario, sino urgente.

 

Consuelo Vélez

Religión Digital 07.08.2023

LA MUJER CANANEA Y EL SÍNODO DE LA SINODALIDAD Imprimir

fe adulta

col cruz tome

 

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO XX TO

(Mt 13, 21-28.)

Síntesis: Relato de la conversión de Jesús: De judío a cristiano católico (universal). Paralelismo con la conversión que nos pide el proceso hacia una Iglesia Sinodal: De la exclusión a la Iglesia de todos, todas y todes. Repitan, por favor: Todos, todas y todes. De una Iglesia organizada piramidalmente a una Iglesia circular: Sin clericalismo ni patriarcado ni machismo. Iglesia de iguales y corresponsables con su misión: Sacramento del Reinado de Dios.

El comentario del Evangelio de este domingo lo hago desde “mi estar” en esta Iglesia en revisión, en discernimiento sobre su futuro. Como mujer que espera y trabaja para que no perdamos la oportunidad que el Sínodo de la Sinodalidad nos ofrece de actualizar y abrir la Iglesia a los signos de los tiempos.

Las tres lecturas de la liturgia de hoy hablan de los gentiles, de los que están fuera del pueblo de Israel y sus instituciones. Y por extensión, de todos los excluidos de casas y mesas “institucionalizadas y excluyentes”. Y el mensaje a descubrir en estas lecturas es el alcance universal del Reinado de Dios y el papel que la Iglesia Católica, como  Patrimonio de la Humanidad, debe desempeñar en él. En la primera lectura Isaías anticipa: “A los extranjeros los traeré a mi monte santo y los llenaré de júbilo en mi casa de oración”. En la segunda, Pablo, apóstol de los gentiles, se dirige a los Romanos, gentiles ellos, y les anuncia que toda la humanidad es sujeto de la misericordia divina, sin acepción de personas. Y el Evangelio nos escenifica (psicodramatiza), en los personajes de una mujer siro-fenicia, la cananea, y Jesús, cómo llevar adelante el proceso de cercanía, apertura, aceptación y acogida del otro aunque sea gentil, extranjero o simplemente piense diferente a nosotros.  

Siempre me ha gustado este pasaje bíblico de la mujer sirio-fenicia o cananea. Para mí este relato ha sido un estímulo y modelo en mi propia evolución como creyente crítica y librepensadora. Siempre he admirado la ayuda mutua que los dos personajes llevan a efecto en su encuentro e intercambio de saberes. En este diálogo entre la mujer cananea y Jesús los dos aprenden y se enseñan recíprocamente. Se da un encuentro enriquecedor para los dos. Ganaron los dos. Hay que alabar la osadía, seguridad, constancia y persistencia de la mujer. Ejemplo de fuerza, valentía y creatividad. Lo tenía todo en contra: era mujer y extranjera. Pero era madre y los discípulos y Jesús no lo sabían. Su amor de madre  y la  necesidad de encontrar remedio al dolor de su hija es más grande que la dificultad y resistencia que encuentra en su camino. Tiene claro lo que necesita y sabe quién tiene la solución y resiste hasta el insulto pero consigue lo que busca y desea. Pertinaz, humilde e inteligente. Hoy diríamos que es una mujer empoderada y asertiva. 

Pikaza, comentando este relato bíblico, llama a la mujer cananea ”catequista de Jesús”. Esta mujer enseña a Jesús y Jesús aprende de ella. Lucas nos dice que Jesús crecía en talla, sabiduría y bondad. Y el relato que estamos contemplando nos brinda un ejemplo claro del cambio de actitud de Jesús.  Jesús aprende de la mujer cananea. En este encuentro se produce en Jesús una conversión, un cambio de mentalidad, un cambio de actitud ante los no judíos. Primero Jesús contesta a la petición de esta madre cananea desde el dogma judío: que los judíos eran hijos y  los paganos perros. En segundo lugar Jesús supo  escuchar  y aprender de la respuesta: “También los perros comen de lo que cae de la mesa de los señores”. La cananea le enseña a superar sus prejuicios judíos. También los gentiles son hijos. Este cambio de actitud, gracias al encuentro con la mujer cananea, humaniza a Jesús. Como todos los humanos, Jesús asumió su “sombra (M. Navarro) y creció, con ello, en madurez personal. Ver a Jesús evolucionando y creciendo como ser humano nos facilita y hace posible identificarnos con él, pues es como nosotros, pero más y mejor. Por eso, nos podemos mirar en él como modelo o ideal humano.

A modo de moraleja, lección aprendida o por aprender.

En el momento actual de la Iglesia: A un mes de la 1ª Asamblea General del Sínodo de la Sinodalidad reflexionar sobre este relato bíblico es inspirador y fortalece la esperanza de que  otro modo de ser Iglesia es posible. Porque:

1.- Este relato bíblico es un espejo o marco de referencia en ell que debemos mirarnos todos los sujetos eclesiales, clero y laicado, en esta fase de discernimiento en el Camino hacia una Iglesia Sinodal: Comunión, Misión y participación. Es de capital importancia en esta mirada, la actitud de conversión (cambio de mentalidad) y apertura a lo que el Espíritu quiere decir a las iglesias. Este es un proceso espiritual. Sin miedo a los cambios necesarios. Con la confianza de que no estamos solos. Dios está con nosotros. Y Dios confía en nosotros. Es su Reinado la meta que todos debemos perseguir.

2.- La mujer siro-fenicia, cananea es ejemplo y modelo para la Revuelta de las Mujeres en la Iglesia. Como la mujer cananea tenemos muy claro que: Lo que pedimos, dignidad e igualdad, es justo y necesario. Que como sujetos eclesiales tenemos un potencial infraevaluado en perjuicio de la misión de la Iglesia. Que nuestra integración en todos los estamentos es de justicia e inteligencia. Porque amamos la Iglesia y nos duele su cerrazón y despilfarro de talentos. Porque las justificaciones de esta injusticia “es dogmáticamente imposible” “teólogicamente infundado” “Jesús fue varón” “Jesús eligió  sólo apóstoles varones” etc. además de ser un insulto a la historia y la inteligencia, nos suenan o equivalente a “no es justo dar el pan de los hijos a los perros” o «Solo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel»    

3.- Las mujeres y los hombres (todos, todas y todes) en la Iglesia Sinodal (Comunión, Misión y participación) somos necesarios, corresponsables y comprometidos con su misión. La Iglesia, como sacramento de salvación para toda la humanidad, tiene que  abrirse a los signos de los tiempos y dar respuesta a los problemas reales de los hombres y mujeres de hoy, si quiere tener futuro.

Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas. Bautizados ¡¡¡qué grande debe ser vuestra fe-confianza en la Iglesia para que se cumpla lo que pedís y deseáis!!!


PEDIR CON FE 20 Tiempo ordinario – A (Mateo 15,21-28)

col pagola

 

 


La oración de petición ha sido objeto de una fuerte crítica a lo largo de estos años. El hombre ilustrado de la época moderna no acierta a ponerse en actitud de súplica ante Dios, pues sabe que Dios no va a alterar el curso natural de los acontecimientos para atender sus deseos.

La naturaleza es «una máquina» que funciona según unas leyes naturales, y el hombre es el único ser que puede actuar y transformar, solo en parte, el mundo y la historia con su intervención.

Entonces la oración de petición queda arrinconada para cultivar otras formas de oración como la alabanza, la acción de gracias o la adoración, que se pueden armonizar mejor con el pensamiento moderno.

Otras veces la súplica de la criatura a su Creador queda sustituida por la meditación o la inmersión del alma en Dios, misterio último de la existencia y fuente de toda vida.

Sin embargo, la oración de súplica, tan controvertida por sus posibles malentendidos, es decisiva para expresar y vivir desde la fe nuestra dependencia creatural ante Dios.

No es extraño que el mismo Jesús alabe la fe grande de una mujer sencilla que sabe suplicar de manera insistente su ayuda. A Dios se le puede invocar desde cualquier situación. Desde la felicidad y desde la adversidad; desde el bienestar y desde el sufrimiento.

El hombre o la mujer que eleva a Dios su petición no se dirige a un Ser apático o indiferente al sufrimiento de sus criaturas, sino a un Dios que puede salir de su ocultamiento y manifestar su cercanía a los que le suplican.

Pues de eso se trata. No de utilizar a Dios para conseguir nuestros objetivos, sino de buscar y pedir la cercanía de Dios en aquella situación. Y la experiencia de la cercanía de Dios no depende primariamente de que se cumplan nuestros deseos.

El creyente puede experimentar de muchas maneras la cercanía de Dios, independientemente de cómo se resuelva nuestro problema. Recordemos la sabia advertencia de san Agustín: «Dios escucha tu llamada si le buscas a él. No te escucha si, a través de él, buscas otra cosa».

No es este el tiempo del cumplimiento definitivo. El mal no está vencido de manera total. El orante experimenta la contradicción entre la desgracia que padece y la salvación definitiva prometida por Dios. Por eso toda súplica y petición concreta a Dios queda siempre envuelta en esa gran súplica que nos enseñó el mismo Jesús: «Venga a nosotros tu reino», el reino de la salvación y de la vida definitiva.


UN AUTÉNTICO DIÁLOGO QUE ENRIQUECE A JESÚS Y A LA MUJER DOMINGO 20 (A) Mt 15,21-28

fe adulta

col fraymarcos

 


Hoy las tres lecturas y hasta el salmo van en la misma dirección: La salvación universal de Dios. El tema de la apertura a los gentiles fue de suma importancia para la primera comunidad. Muchos cristianos judíos pretendían mantener la pertenencia al judaísmo como la marca y seña de la nueva comunidad, conservando la fidelidad a la Ley. Esta postura originó no pocas discusiones entre los discípulos y no se solucionó hasta pasado casi un siglo de la muerte de Jesús. Por eso es tan importante este relato.

Mateo relata este episodio inmediatamente después de una violenta discusión de Jesús con los fariseos y letrados acerca de los alimentos puros e impuros. Seguramente la retirada a territorio pagano está motivada por esa oposición. Jesús viendo el cariz que toman los acontecimientos prefiere apartarse un tiempo de los lugares donde le estaban vigilando. El relato pretende romper con los esquemas estereotipados que algunos cristianos pretendían mantener: judío=creyente y extranjero=pagano o ateo.

El evangelista no pretende satisfacer nuestra curiosidad sobre un acontecimiento más bien anodino. Quiere dejar claro que si una persona tiene fe en Jesús, no se puede impedir su pertenencia a la comunidad aunque sea “pagana”. Es un relato magistral que plantea el problema desde las dos perspectivas posibles. En él se quiere insistir tanto en la actitud abierta de los cristianos como en la necesidad de que los paganos vivieran unas disposiciones adecuadas de reconocimiento y humildad.

Los perros son considerados impuros en muchas culturas. La idea que nosotros tenemos de hiena es lo que más se aproxima a la idea de perro inmundo. Pero hay gran diferencia entre los perros salvajes y los de compañía, que son considerados como familia. A esta diferencia se aferra la mujer para salir airosa. Jesús no podía prescindir de los prejuicios que el pueblo judío arrastraba. Jesús tenía motivos para no hacer caso a la Cananea; pero vemos un Jesús dispuesto a aprender, incluso de una mujer pagana.

En el AT hay chispazos que nos indican ya la apertura total por parte de Dios a todo aquel que le busca con sinceridad. La primera lectura nos lo confirma: "A los extranje­ros que se han dado al Señor les traeré a mi monte santo". No cabe duda de que Jesús participa de la mentalidad general de su pueblo, que hoy podíamos calificar de racista, pero que, en tiempo de Moisés, fue la única manera de garantizar su supervivencia.

Gracias a que, para Jesús la religión no era una programación, fue capaz de responder vivencialmente ante situacio­nes nuevas. Su experiencia de Dios y las circunstancias le hicieron ver que solo puede uno estar con Dios si está con el hombre. Las enseñanzas de Jesús no son más que el intento de comunicarnos su experiencia personal de Dios. Pero para poder comunicar una experiencia, primero hay que vivirla. Jesús, como todo ser humano, no tuvo más remedio que aprender de la experiencia cotidiana.

Jesús toma en serio a la mujer, no como los discípulos. El texto oficial quiere suavizar la expresión de los discípulos y dice ‘atiéndela’. Pero el “apoluson” griego significa también despedir, rechazar; exactamente lo contrario. La respuesta de Jesús: “Solo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel”, no va dirigida a los apóstoles, sino a la Cananea. La dureza de la respuesta no desanima a la mujer, sino todo lo contrario. Le hace ver que el atenderla a ella no va en contra de la atención que merecen los suyos.

Por ser auténtico y sincero por ambas partes, el diálogo es fructífero. Jesús aprende y la cananea también aprende. Se produce el milagro del cambio en ambos. Lo que en este relato resalta de Jesús es su capacidad de reacción. A pesar de su actitud inicial, sabe cambiar en un instante y descubrir lo que en aquella mujer había de auténtica creyente. Jesús descubre que esa mujer, aparentemente ajena al entorno de Jesús, tiene más confianza en él que los más íntimos que le siguen desde hace tiempo.

Jesús es capaz de cambiar su actitud porque la Cananea demuestra una sensibilidad mayor de la que muestra Jesús. De ella aprendió Jesús que debía superar sus prejuicios. Aprendió que hay que proteger ante todo a los débiles; una idea femenino-maternal. Le sorprendió la confianza absoluta que en él tenía la mujer; otro valor femenino. Lo que más maravilla en el relato es la capacidad de Jesús de aceptar, es decir, hacer suyos los valores femeninos que descubre en la mujer. Jesús descubre su "anima" y la integra.

La mujer representa a todos los que sufren por el dolor de un ser querido. La profunda relación entre ambas impide delimitar donde empieza el problema de su hija. La madre es también parte del problema; de hecho, le dice socórreme. La enfermedad de la hija no es ajena a la actitud de la madre. Curar a la madre supone curar a la hija. La enfermedad de la hija nos hace pensar en problemas de relación materno-filial. Cuando la madre se encuentra a sí misma con la ayuda de Jesús, se soluciona el problema.

Hoy sabemos que la salud psicológica depende de unas relaciones adecuadas con los demás y con nosotros mismos. Debemos aceptar, como la Cananea, que muchas de las carencias de los demás se deben a nuestra falta de compromiso con ellos. Sobre todo, en el ambiente familiar, una relación inadecuada entre padres e hijos es la causa de las tensiones y rechazo del otro. Muchas veces, la culpa de lo que son los hijos la tienen los padres, por no ponerse en su lugar e intentar comprender sus puntos de vista. El acoger al otro con cariño y comprensión podría evitar muchísimas personalidades enfermizas.

El texto nos enseña que ser cristiano es acercarse al otro, superando cualquier diferencia de edad, de sexo, cultura o religión. El prójimo es siempre el que me necesita. Nosotros no hemos tenido, ni tenemos esto nada claro. Por creernos superiores a los demás, nos sigue costando demasiado aceptar a “otro” como es y dejarle seguir siendo diferente; sobre todo al que es “otro” por su religión. Tenemos que aprender del relato, que el que me necesita es el débil, el que no tiene derechos, el que se ve excluido, independientemente de su estado. También en este punto está la lección sin aprender.

Juzgar y condenar en nombre de Dios a todo el que no pensaba o actuaba como nosotros, ha sido una práctica constante en nuestra religión a través de sus dos mil años de existencia. Va siendo hora de que admitamos los tremendos errores cometidos por pensar y actuar de esa manera. Debemos reconocer que Dios nos ama a todos, no por lo que somos, sino por lo que Él es. Esta verdad bastaría para desmantelar todas nuestras pretensiones de superioridad y como consecuencia, todo atisbo de intolerancia y rechazo al que no piensa o actúa como nosotros. Debemos tratar a todos como Dios nos trata.