FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
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ATALAYA

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martes, 10 de enero de 2017

Vivir para ver

Atrio

IñakiY lo que estamos viendo es un D. Mariano Rajoy, alias Duracel, que sigue y sigue al frente del Gobierno, sin que nadie le pare. Gallego de pura cepa, parece empeñado en emular a sus inolvidables paisanos Franco y Fidel Castro. De todos modos, no deja de sorprender el verle tan sólido en su segundo mandato y con serias aspiraciones a seguir en un tercero.  ¿Será verdad que nos esperan hasta doce años y lo que haga falta, en manos de este personaje?
Y todo ello con un currículo político capaz de tumbar a un elefante.   Superviviente destacado de la cada vez más discutida era Aznar; maestro en la espera paciente a que sus adversarios políticos se autodestruyan;  malísimo interlocutor con Cataluña y Euskadi;  aparente protector de Bárcenas;  soporte inamovible de la Sra. Cospedal;   escurridizo en el feísimo tema Trillo….. Suma y sigue. En fin, algo estará haciendo bien para que el pueblo soberano le siga votando. Y algo deben de estar haciendo, rematadamente mal, socialistas, podemitas y Cia., para que no haya ni atisbos de la salida del túnel.
Entre tanto y a pesar de las luces de Navidad, la llegada de la era de una información masiva pone, ante nuestros ojos, la indignidad y la miseria en la que vive atrapada demasiada gente. Por un momento, con la aparición espectacular de Podemos, pensamos que las insoportables diferencias socio-económicas, que también las hay en nuestro entorno próximo, habían hecho despertar a la buena gente. Pero, va a ser que no, al menos del todo. Habrá que seguir esperando. Aquí y también en el conjunto de la humanidad, parece faltar una eficiente estructura de solidaridad. Sobra, por el contrario, el individualismo feroz que se ha apoderado tanto de los opresores como de los oprimidos. Terrible la prepotencia en las minorías que controlan el dinero, las armas y los medios de comunicación.  Y también la obsesión por tener, sobre todo  de algunos, tan dañina para la convivencia. Algo habrá que hacer para liberarnos de tantas ataduras y dictaduras, aunque no va a ser nada  fácil.
Empezamos un nuevo año y no está bien caer en el pesimismo tan pronto. Algún día nos daremos cuenta de la importancia de sumar. Es decir, de apuntarnos a una colaboración en la que todos y cada uno podríamos aportar, con dignidad, nuestro granito de arena. Menos egoísmo y más mutualismo. Es la única forma de generar sinergias y hacer progresar la evolución humana de un modo inteligente. Desafortunadamente, D. Mariano no parece ser el mesías capaz de devolver la dignidad y llevar un poquito de esperanza, al alto porcentaje de pueblo que ha abandonado.

José Marins: “La mayoría de los obispos no están imitando al Papa, lo están aplaudiendo, pero nada más que eso”


Luis Miguel Modino


“El Vaticano II dice que quien consagra en la misa somos los bautizados, y que el presbítero preside”
“La ordenación de la mujer, o cualquier otro ministerio, es un gesto transformador”
La Iglesia necesita evaluar si estamos en un rumbo seguro o estamos desviándonos por uno u otro motivo. Existen vientos y otros elementos por los que el avión se puede desviar, pero tiene que volver al rumbo inicial
(corresponsal de RD en Brasil).- José Marins es un teólogo brasileño considerado un experto en Comunidades Eclesiales de Base (CEBs). Desde hace cuarenta años visita distintos países del mundo para animar, acompañar y respaldar esta actividad eclesial que surgió en la década del cincuenta en Brasil, y que desde allí se fue extendiendo a los países de América Latina y luego a los otros continentes. ··· Ver noticia ···

El Papa abre los albergues de Roma para los sin techo durante la ola de frío


sin techo1Papa Francisco7
Envía a sus autos a recoger a indigentes
La Comunidad de San Egidio está repartiendo mantas polares, ropa y comida entre estas personas El sufrimiento en la cara de este marine norteamericano, sometido al frío, el hambre y el incesante ataque de los comunistas norcoreanos. 
A través de la Limosnería Vaticana, el Papa Francisco ha decidido poner los autos vaticanos a disposición de las personas sin hogar, para poder llevarles a refugios durante la noche, debido a la ola de frío en Italia. ··· Ver noticia ···

Las condiciones inhumanas de las cárceles brasileñas

Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara


Santos en la cárcel
El Gobernador de Amazonas, José Melo, dijo que “no había ningún santo” entre las víctimas mortales en la prisión de Manaos, poco después de el Papa expresara este miércoles su “dolor y preocupación” por la matanza en la cárcel brasileña de Manaos, durante un espantoso motín que se produjo en ella, como consecuencia de la lucha de dos bandas de narcotraficantes por conseguir el control de las droga peruana. Por los testimonios de los testigos, la crueldad y barbarie de las imágenes, y las terrible consecuencias del enfrentamiento, el luctuoso evento provocó la estupefacción, sorpresa, incredulidad, y, luego, la indignación, mezclada con el dolor, en todas las personas con un mínimo sentimiento humanitario. Por eso no es de extrañar que, con la conocida sensibilidad del episcopado brasileño para involucrarse, sentir, e interesarse por los problemas y conflictos sociales, se pronunciara rápidamente, denunciando “el lamentable sistema penitenciario brasileño”.


Y esa “¿injerencia?” de la Iglesia y del Papa en el enjuiciamiento del bárbaro sucedo es la que provocó la respuesta airada del Gobernador, afirmando, de los 60 fallecidos, que “eran todos asesinos o violadores”, y en su elemental e ignorante conocimiento teológico, concluir que entre ellos “no había ningún santo”. Posiblemente el dirigente amazonense se sintió alcanzado, y, de alguna manera responsabilizado, por las palabras de Francisco, que resumían así su mensaje: “Expreso dolor y preocupación por lo sucedido. Invito a rezar por los difuntos, por sus familiares, por todos los detenidos de esa cárcel y por los que allí trabajan. Y renuevo la apelación a que los institutos penitenciarios sean lugares de reeducación y de reinserción social, y las condiciones de vida de los detenidos sean dignas de personas humanas”. Es decir, el Papa acertó de lleno en la diana. Todos los que hemos vivido unos cuantos años en Brasil sabemos las infrahumana condiciones en que se encuentran las cárceles brasileñas, y los niveles de indignidad en que transcurren los días de los presos.
En estas condiciones de absoluta inhabilitación, degradadas y embrutecidas, no sabemos si los “santos” a los que se refiere el Gobernador lograrían comportarse de manera digna, decorosa, ética, y, ¡esto sería lo deseable”, cristiana. Pero el caso es que sospecho que el concepto de santidad de la máxima autoridad del Estado amazonense no solo participe de la exagerada moralización que tanto he criticado yo en la aplicación de la idea de “santidad” en la Iglesia, sino que la amplíe y la convierta en una condición inaguantable e irresistible. Quiero decir con esto, que si Melo se refiere con la palabra santos a los que muestran “virtudes heroicas”, como se suele afirmar en los documentos de beatificación y canonización de los “santos oficiales” proclamados por la Iglesia, habría que hacerle ver que en el palacio gubernamental tampoco abunda ese tipo de santos, por lo que si ésta carencia es una razón viable y presentable para una matanza como la de la cárcel de Manaos, que se eche a temblar, porque nadie se podría tampoco lamentar por una incidencia de esa índole en los muros de su vivienda.
Con eso quiero decir que es una solemne estupidez lanzar la idea de que entre los “no santos” la barbarie, la crueldad y la indignidad son aspectos soportables y asumibles, como si solo “los santos” tengan derecho a una vida digna, humana y respetada. Y, desgraciadamente, este es un concepto socio-político que está aumentando con la creciente e imparable desigualdad socio-económica. Así que, mejor que responder de manera torpe e irrespetuosa al Papa, más le vendría bien al Gobernador del Estado donde sucedió una escena tan escandalosa y vergonzosa, iniciar un proceso de autocrítica, como último responsable de las condiciones humanitarias mínimas exigibles a todo habitáculo de personas. Y si su Estado no se siente capacitado para garantizar ese mínimo derecho, que lo proclame, lo exponga, y, en último extremo, presente su dimisión por no poder cumplir, en conciencia, uno de los mandatos fundamentales a los que se debe un gobernante en una sociedad civilizada.

¿Pensiones? O reaccionamos ya o, a largo plazo, todos pobres


Ignacio Muro Benayas, miembro de Economistas Frente a la Crisis

Decía Keynes que, ‘a largo plazo, todos muertos’. Con ello, reflejaba el poco interés del capitalismo en plantearse el futuro lejano y su tendencia a ir resolviendo solo los desequilibrios presentes. Sigue siendo cierto pero a medias. Puede que las élites no tengan claro como salir de las crisis financieras recurrentes pero, desde luego, tiene la voluntad inquebrantable de asegurarse mecanismos de desigualdad a largo plazo. ··· Ver noticia ···

Miles de refugiados soportan 20 grados bajo cero sin apenas ayuda humanitaria en Grecia y Serbia



Médicos Sin Fronteras denuncia la dramática situación de estas personas que, tras el acuerdo entre la UE y Turquía, permanecen atrapadas en los balcanes y las islas griegas.
MADRID.- La ola de frío que está azotando el centro de Europa está recayendo con más fuerza sobre los inmigrantes y los refugiados que huyen de la guerra en Oriente Medio. Son miles las personas que soportan temperaturas extremas, de incluso 20 grados bajo cero, en campos improvisados o en edificios abandonados en ciudades de Grecia y Serbia, donde permanecen atrapados entre vallas, burocracia y controles fronterizos. ··· Ver noticia ···

Zygmunt Bauman: posmodernidad, vida líquida, amor líquido

Juan José Tamayo


Tamayo3Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones, de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Invitación a la utopía. Ensayo histórico para tiempos de crisis (Editorial Trotta) y Cincuenta intelectuales para una conciencia crítica (Fragmenta Editorial)
Ha fallecido a los 91 años el politólogo y científico social polaco Zygmunt Bauman, uno de los pensadores más lúcidos e influyentes de nuestro tiempo. Es autor de numerosos libros entre los que cabe citar: (2001), La sociedad individualizada, Cátedra, Madrid; (2002), La cultura como praxis, Paidós, Barcelona; (2003), Modernidad líquida, FCE, México DF.; (2004), La sociedad sitiada, FCE, Buenos Aires; (2005), Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, FCE, México DF.; (2005), Archipiélago de excepciones, Katz, Barcelona; (2006), Vida líquida, Paidós, Barcelona; (2007), Vida de consumo, FCE, Buenos Aires; (2007), Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores, Paidós, Barcelona; (2011), Daños colaterales. Desigualdades sociales en la era global, Fondo de Cultura Económica; (2012) Socialismo. La utopía activa. Nueva Visión, Buenos Aires; (2013), La cultura en el mundo de la modernidad líquida. FCE, Buenos Aires; (2014), ¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?. Paidós, Barcelona; (2015), Ceguera moral. La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida. Paidós. Barcelona.



“Líquido” es una de las categorías centrales y de gran riqueza analítica de su pensamiento. Su tesis es que en la sociedad actual todo es líquido, inconsistente, evanescente: la modernidad, los miedos, los temores, el amor, la vida. Las condiciones de vida y de acción y las estrategias de respuesta se modifican con tal celeridad que no pueden consolidarse ni traducirse en hábitos y costumbres.
Nuestro mundo avanza a un ritmo vertiginoso pero sin rumbo, cambia compulsivamente, pero sin consistencia. No hay tiempo para que las cosas echen raíces. La precariedad es el signo –y el sino- de nuestro tiempo. Siempre hay que estar empezando y terminando. Pareciera que el imperativo categórico fuera estar poniéndose al día constantemente. Las cosas se adquieren y se desechen con una celeridad compulsiva. Las capacidades se tornan discapacidades en un abrir y cerrar de ojos. La apelación a la experiencia es signo de decrepitud. Se impone la velocidad frente a la duración, la aceleración frente a la eternidad, la novedad frente a la tradición, el consumismo frente a la ciudadanía. “El consumidor –afirma- es enemigo del ciudadano” (Vida líquida, 166). Hemos pasado del miedo al cambio al miedo al estancamiento.

La vida líquida se caracteriza, según Bauman, por ser una “cultura del desenganche, de la discontinuidad, del olvido”; una cultura que no educa en la reflexión en profundidad, ni en la actitud de búsqueda, sino en la ojeada fugaz, en dejá vu. No hay convicciones firmes, sólo opiniones diletantes que pueden cambiar de un día para otro, tanto en la política como en el debate intelectual. Cada vez hay menos personas dispuestas a dar su vida por algo o por alguien. Se ha pasado de la figura del mártir a la del héroe como camino más rápido para conseguir celebridad (Bauman, 2006, 57ss).
El martirio, para él, significa solidarizarse con “un colectivo al que la mayoría discrimina, humilla, ridiculiza, odia y persigue”. El mártir “pone la lealtad a la verdad por encima de cualquier otro cálculo de ganancia o beneficios mundanos (materiales, tangibles, racionales y pragmáticos)” (Bauman, 2006, 60). Aquí radica precisamente la diferencia entre los mártires y los héroes modernos. Estos hacen cálculos sobre las pérdidas y las ganancias de sus acciones y esperan obtener beneficios de su sacrificio. Mientras que la muerte de los mártires es “inútil”, no se entiende que pueda existir un “heroísmo inútil”. Aquí convendría recordar la reflexión de Ernst Bloch sobre el héroe rojos en las prisiones nazi-fascistas, coincidente con el análisis de Bauman (Ernst Bloch, El principio esperanza, III, Trotta, Madrid, 2007).
La democracia ha sufrido un golpe de Estado por mor del neoliberalismo, cuyo objetivo es privatizar la esfera pública y eliminar la utopía social. La utopía de la modernidad, dice Bauman, se ha convertido “en blanco y presa de llaneros, cazadores y tramposos solitarios: uno de los muchos trofeos de la conquista y la anexión de lo público a lo privado” (Bauman, 2006, 200). Calificar hoy a una persona, a un colectivo o a un proyecto de utópicos no es precisamente un piropo. Constituye una descalificación en toda regla. La utopía sufre hoy un largo destierro y un maltrato semántico. Se identifica con quimera, fantasmagorería, ilusión, sueño irrealizable, evasión de la realidad, renuncia a las responsabilidades del presente.

Sin embargo, la utopía, liberada de toda mitología, es una categoría mayor de la filosofía de la esperanza y tiene un sentido positivo en tanto proyecto de un mundo justo, que implica la crítica del presente. Es necesaria como imagen movilizadora de las energías humanas, horizonte que orienta y guía la praxis, instancia crítica de la realidad y, en definitiva, motor de la historia (Juan José Tamayo, Invitación a la Utopía. Estudio histórico para tiempos de crisis, Trotta, Madrid, 2012, 147 y 260).
El individuo vive en permanente asedio. Cuanto más se empeña en afirmar su individualidad, más asediado se ve por la sociedad. “La individualidad –dice Bauman- es tarea que la propia sociedad de individuos fija para sus miembros (Bauman, 2006, 31). El auge de la individualidad supuso el debilitamiento progreso de los lazos sociales. ¿En qué consiste entonces el viaje de autodescubrimiento? En una mera feria global de comercio al por mayor de recetas de individualidad. Los elementos auténticamente individuales de cada persona terminan por convertirse en moneda de uso común, en estándares sin valor. Aquí convendría recordar a Antonio Machado para quien es de necios confundir valor y precio.


Vivimos un proceso de fragmentación y de segmentación, de diversidad individual y social. Lo que exige como objetivos políticos y sociales importantes, escribe el intelectual polaco citando a Dominique Simone Rychen, el fortalecimiento de la cohesión social, el desarrollo de un sentido de conciencia y responsabilidad sociales, la interacción con otras personas, el diálogo, la comprensión mutua, la gestión y resolución de los conflictos (Bauman, 2006, 166).
Siguiendo a Hannah Arendt y a Bertold Brecht, llama a nuestra época “tiempos de oscuridad”, en los que se degrada toda verdad a una trivialidad sin sentido y el distanciamiento de la política y de lo público se ha convertido en la “actitud básica del individuo moderno, quien, alienado del mundo, sólo puede revelarse verdaderamente en privado y en la intimidad de los encuentros cara a cara” (Bauman, 2006, 172).


Bauman se pregunta por la posibilidad de convertir el espacio público en lugar de participación duradera, de diálogo permanente, de debate y de confrontación entre el consenso y el disenso, en vez de ámbito de encuentros fugaces y casuales. Su respuesta es que esa conversión sólo es posible creando un espacio público nuevo y global, que se traduzca en una política planetaria adecuada, un escenario igualmente planetario, un análisis global de los problemas provocados a escala global y una responsabilidad realmente planetaria. Ello exige reformar el tejido de las interdependencias e interacciones globales.
Las reflexiones de Bauman no dejan a nadie indiferente. Se compartan o no, dan que pensar. Llevan siempre por veredas inexploradas, no por los caminos del éxito seguro en los negocios. Provocan insatisfacción como punto de partida para cambiar la realidad. Invitan a construir relaciones simétricas, cálidas, duraderas, auténticas, profundas, no mediadas crematísticamente. Los pensamientos de Bauman no acaban en desencanto y apatía. Todo lo contrario. Su libro Vida líquida termina con una llamada a la esperanza entendida como encuentro entre la imaginación y el sentido moral.

La esperanza se resiste, y con razón, a reconocer la jurisdicción “de lo que es” y a someterse al dictamen de la realidad. Es esta, más bien, la que tiene que explicar por qué no siguió el criterio marcado por la esperanza. Y junto a la esperanza, la apelación a la utopía, a partir de la consideración del ser humano como criatura esperanzada según Bloch y de la idea de la ética como filosofía primera según Lévinas. El mundo exterior tiene que demostrar su inocencia ante el tribunal de la ética, no viceversa. Y por el momento no le va a ser posible demostrarla, porque dicho tribunal está sometido al asedio del mercado, que es el mejor ejemplo de inmoralidad.

Que seas feliz

José Arregi

José Arregui1Cuando era joven –me sorprendo de hablar así, de sentirme tan mayor, tendré que mirármelo–, cada comunidad franciscana se hacía con grandes fajos de tarjetas de Navidad, y a mediados de diciembre dedicábamos días enteros a escribir felicitaciones: a comunidades religiosas, sacerdotes, familiares, amigos, “bienhechores”… Cada tarjeta en un sobre, con dirección y sello. Un año, de joven estudiante de teología en Arantzazu, me tocó escribirle a Don Jacinto Argaya, obispo de San Sebastián. Entre ingenuo y familiar, y algo rebelde, empecé la carta con este saludo: “Kaixo, Jaxinto”, y en ese tono debí de continuarla. La cosa es que a nuestro maestro le pareció irreverente y tuve que repetir la felicitación. ¡Qué tiempos aquellos, sin embargo tan recientes!

Las felicitaciones han decaído sensiblemente, sobre todo entre los jóvenes (¿qué saben ellos de la Navidad? Y nosotros mismos, en realidad, ¿qué sabemos?). Hoy nos fastidian un poco las fórmulas hechas, rutinarias, sobre todo cuando la publicidad se las ha apropiado hasta tal punto. “Feliz Navidad”, “Feliz Año Nuevo”, entre celofanes y villancicos y luces de color. Todo resulta bastante vacío, frío. Y casi nos alivia que estos días hayan pasado ya, aunque la cuesta de enero sigue siendo bien ardua para no pocos, demasiados.
No quisiera, sin embargo, minusvalorar en exceso nuestras felicitaciones, por rutinarias que nos parezcan. ¿No expresan un deseo profundo, nuestro deseo más profundo, quizá más profundo que nosotros mismos? Creo que sí. Que seas feliz. ¿Qué mejor que eso podemos desear a alguien, quien fuere? Pero podemos hacer algo todavía mejor: procurar un granito de felicidad a quien se la deseamos. No podemos hacer felices a todos, pero ¿quién no puede hacer un poquito más feliz a alguien y tratar de no hacer más infeliz a nadie? ¿Cómo podremos ser felices de otra forma?

Ser felices. Muchas veces sabemos cómo ser felices, y no podemos. Otras muchas veces creemos saber cómo, pero nos engañamos.
Y ¿en qué consiste ser felices? No es fácil decirlo, pues puede ser muchas cosas, incluso contradictorias aparentemente. No es rebosar de alegría, no es carecer de problemas, no es estar libre de dolores, incluso de angustias. No consiste en que se realicen todos los deseos, a no ser que hayamos aprendido a no desear nada o a desear sin apego. Ser feliz es vivir en paz, vivir en armonía, sentirse bien consigo y con todos los demás, con todo. En paz con todo, a pesar de todo.

Para ser feliz, no necesitas poseer una felicidad plena. Ni un ánimo perfecto, ni una pareja perfecta, ni una familia perfecta, ni una salud perfecta. Somos seres inacabados, y es inacabada nuestra felicidad aun en el mejor de los casos. Además, ¿quién podría ser feliz del todo mientras no lo sean todos? ¿Quién debiera poder ser enteramente feliz mientas gente en el paro, mujeres maltratadas, países hambrientos, fronteras cerradas, refugiados repudiados, guerras atroces, salarios de miseria, ganancias abusivas? ¿Quién podrá ser feliz si se cierra ante la infelicidad ajena?
Gozar de salud y de unas condiciones económicas mínimas pueden ayudar a ser feliz, o incluso ser indispensable para la inmensa mayoría. Pero no pienses que cuanta mejor salud o más éxito tengas o más rico seas más feliz serás. A menudo sucede más bien lo contrario: cuanto más tenemos más deseamos. Y cuanto más deseamos más infelices somos. Inevitablemente. No es feliz quien lo tiene todo sino quien se conforma con lo que tiene y es.

Y si no tienes nada, si te duele todo, si has perdido el trabajo o no lo has encontrado, si estás hundida/o en el negro abismo de una depresión, si solo quisieras morir… No sé qué decirte. Pero cuídate, déjate cuidar. No desesperes, por favor. Respira, respira. En tu fondo habitan la luz y la Presencia. Callo y me siento a tu lado.
Y tú, cualquiera que seas, déjame que desde del fondo del corazón te desee y te diga: Que seas feliz, que vivas en paz contigo y con todos, en paz con todo, que bendigas tu vida cada día por la mañana y por la noche a pesar de todo. ¿A pesar de todo? Sí, a pesar de todo.



(Publicado en DEIA y en los diarios del GRUPO NOTICIAS el 8-01-2017)