FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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domingo, 28 de marzo de 2021

¿Creer en el hombre?

 ATRIO


      Un amigo al que no veía desde hace bastante tiempo me entrega un escrito que anuncia como su renuncia definitiva a la Iglesia católica. Se titula Credo con honestidad y comienza diciendo: “Creo en la creación, creo en los hombres, creo en el espíritu”.

      Lo curioso es que justo en esos días se leía en el evangelio de Juan (2,24) que “Jesús no se fiaba de ellos porque conocía todo acerca de las personas. No hacía falta que nadie le dijera sobre la naturaleza humana, pues él sabía lo que había en el corazón de cada hombre”.

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¡OLÉ POR FRANCISCO!

RELIGIÓN DIGITAL

col jesus mart

 

Una tarde de agosto de 2014, me cuenta Pilar, recibimos una llamada desde Irak que transformó todo. Nunca olvidaré cómo comenzó la conversación: “¡¡¡Mamá, están cortando cabezas!!!”. Fue así como ella y Carlos, su marido, se enteraron de que en Erbil se estaba produciendo un drama. “Mamá, son personas y familias que están a 20 kilómetros de aquí, de la capital. Huyen a las montañas y dejan todo atrás porque los persiguen, matan y -reiteró horrorizada- les cortan las cabezas”.

Quien así se expresaba telefónicamente era Teresa, su hija. Se encontraba allí realizando las prácticas de fin de carrera en un banco con sede en “la Dubai del Kurdistán”, como se la llama últimamente. Había ido los meses de julio y agosto para conocer otra cultura, otra gente, totalmente diferente, pobre, pero con ganas de salir adelante y montar granjas o pequeños negocios gracias a los microcréditos. Irak no era un país estable y seguro. Ninguno de sus compañeros lo había aceptado como destino. A ella, con 22 años, le había gustado el reto.

Es cierto que no le inquietaba tanto el trato que, por ser mujer, presumiblemente recibiría, cuanto el conflicto en el que parecía estar sumido un país desgastado por cuatro décadas de guerras y violencia casi continua. Pero también es cierto que los tutores y profesores de la Universidad le habían dicho que ya no había problema; y también los responsables del banco. Ello no había obstado para que, Teresa y sus padres, se informaran por su cuenta.

Erbil era la capital política y económica de la región autónoma del Kurdistán, en el norte; el lugar en el que se controlaba el 40 % de las reservas del petróleo de Irak, la segunda nación productora del mundo. Por eso, no les extrañó saber que había experimentado un desarrollo meteórico después de la invasión liderada por Estados Unidos y el Reino Unido con el apoyo de España en 2003 ni que, desde entonces, fuera una ciudad bastante segura.

Quizá, por eso, se quedaron horrorizados cuando el Estado islámico (ISIS o también Dáesh) se apoderó, encontrándose Teresa allí, de la llanura de Nínive. Fue entonces cuando decenas de miles de cristianos tuvieron que huir de Mosul y Bagdad buscando refugio apresuradamente en las iglesias, jardines públicos y edificios sin terminar de Anikawa, un antiguo pueblo cristiano, a veinte kilómetros de Erbil. Allí y en sus alrededores se estaba desarrollando la tragedia de la que era testigo Teresa y que ni ella ni sus padres lograban explicarse.

“¿A quiénes persiguen?, preguntaron Pilar y Carlos, ¿a los kurdos, a los occidentales, a gente normal?”. “A los cristianos”, logró balbucir su hija. “¿A los cristianos? ¿En pleno siglo XXI?”. “Yo me había imaginado -me comenta su madre- a los mártires en el circo romano, pero nada así en nuestros días”. Teresa no salió del banco durante tres o cuatro días. Siguió las noticias por la prensa y también por los compañeros de trabajo hasta que la entidad bancaria decidió evacuarla a Jordania, visto que la situación se recrudecía.

Después se enteraron, como yo, de la existencia -desde hace siglos- de dos almas en lo que Philip Jenkins denomina “la interacción entre el cristianismo y el islam”: la que apuesta, como así sucedió durante el régimen de Saddam Hussein (1979-2003), por una pacífica coexistencia bajo la tutela de una autoridad políticamente musulmana y la que viene decantándose por una persecución y destrucción del cristianismo de tal calibre y crueldad que los especialistas se han visto en la obligación de acuñar una nueva palabra: la de genocidio.

Las religiones, sentencia el mismo Jenkins, pueden enfermar y decrecer, pero nunca mueren por propia iniciativa. Por eso, hay que matarlas. Es lo que explicaba la tragedia de aquel verano de 2014. Ni a ellos ni a mí se nos escapaba que esta tragedia, recrudecida desde entonces, era otra consecuencia (y no, la menor) de la maldita guerra de 1991. Era, como ya entonces se indicó, el precio de sangre que se seguía pagando por el petróleo; sangre que, en este caso, era la de los cristianos y otras minorías.

Supongo que éste es, junto con el de Lampedusa, el segundo de los “viajes-denuncia” del Papa Francisco. Si el primero de ellos, a los pocos días de ser elegido, puso en el mapa la dramática situación de los migrantes en el Mediterráneo y en otras partes del mundo, en éste lo son los cristianos martirizados en Oriente Medio y silenciados en Occidente. De dicho viaje retengo, de manera particular, su mano tendida y su búsqueda de entendimiento, consciente de que es una utopía, insoportable provocación para los fundamentalistas, pero, a la vez, motivo de esperanza para las minorías perseguidas. He aquí el corazón de este singular viaje, culminado el 7 de marzo en el estadio de fútbol de Erbil.

“El Papa, me confía Pilar, ha ido a una zona peligrosa. Sé que es una visita que ha confortado a mucha gente. Y sé que, porque te llega al corazón, no se paga con nada”.

¡Olé por Francisco!

 

LA FUENTE DE LA MORALIDAD NUNCA EMANA DE LA VOLUNTAD DEL QUE MANDA O PROHÍBE SINO DE LA REALIDAD MISMA

RELIGIÓN DIGITAL

col forcano

En el tiempo que va de 1962 a 2020, hemos vivido en la Iglesia Católica situaciones y momentos en que las dos posturas –integrista y renovadora– eran de oposición radical. Ni pensar en un diálogo sereno que llevara a descubrir la parte de verdad de una y otra parte. El planteamiento era excluyente: o todo o nada, de un bando o de otro.

Creo que semejante hecho se da cuando se enfrentan personas y sectores bajo doctrinas de un mismo patrimonio histórico, pero en el que una de ellas se ha impuesto casi con predominio absoluto.

Es el hecho que precedió al concilio Vaticano II, con una tradición larga de oposición al mundo moderno y la más corta pero indomeñable de la necesidad de una renovación eclesial.

El peso de la autoridad fue decayendo y subiendo el de la autonomía de la razón y de las ciencias. Pero, la cristiandad en general estaba modelada en el obedecer y no en el pensar.

Esta tensión compareció irremediable en el preconcilio y durante la celebración del mismo. Y unos la celebraban de una manera y otros de otra. Pero, pese a la actitud reaccionaria de la Curia, el concilio logró avanzar mayoritariamente hacia el cambio y la renovación.

Sin embargo, al poco tiempo, los perdedores del concilio levantaron cabeza y reafirmaron el rumbo involucionista que, se quiera o no, prevaleció durante los 37 años de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. ¡El llamado y deplorado invierno eclesial!

La evocación de todo esto, acaso puede servir para entender lo que voy a contar.

Estamos en el año 2006. Y a los que nos consideramos hijos del concilio Vaticano II, nos tocó poner a prueba nuestra fidelidad entre la tendencia oficial, la más visible y aplaudida, y la que con dificultad y en medio de incesantes controles y censuras seguía proponiendo el espíritu y pautas del concilio Vaticano II. El caso es el siguiente.

Una prestigiosa editorial me pidió colaborar en una colección particular con la preparación de un libro. El contenido del mismo aparecía bajo el título “10 palabras clave sobre temas de nuestro tiempo”.

Tal como se ve en la portada del libro, las palabras eran:

Paradigma

Ética

Interreligiones

Bioética

Sexualidad

Homosexualidad

Revolución

Laicidad

Izquierda

Profetismo

La editorial, propiedad de una congregación religiosa, puso en marcha el proceso de impresión. El religioso, que coordinaba el grupo de trabajo, me comentó que como pocas veces los empleados hablaban del libro, un tanto extrañados con admiración y entusiasmo.

Se congratuló conmigo por el interés que estaba suscitando y me auguraba una incitante y buena salida. Tan pronto como lo tuvo impreso, me llamó para satisfacción y alegría mutuas.

Pasada una semana, volvió a llamarme, pero esta vez con tono preocupado y entristecido: —¡Ay Benjamín, no sé cómo comunicarte lo que ha ocurrido!

Le repuse enseguida: —No sufras, que ya sé lo que te pasa. (En ese tiempo era arzobispo de Navarra D. Fernando Sebastián, con el que de alguna manera la editorial quedaba relacionada y subordinada).

Continuó diciéndome el religioso: —Yo, como de costumbre, he dejado sobre una mesa en la sala de la Comunidad provincial, en la que vivo, un ejemplar de tu libro.

Uno de los consejeros nada más poner su vista y manos en la palabra homosexualidad, gritó: “Pero, dónde vais, esto nos va a armar un cirio, un gran problema”. Y de inmediato vino la orden de que la edición debía desaparecer, ser quemada o destruida como fuera.

El amigo religioso estaba desolado y no sabía cómo hacer para disculparse. Trataba de atemperar mi frustración y me propuso que yo podía disponer del libro para poder publicarlo en otra editorial, retirando lo pertinente a la suya.

Y, en eso quedamos, sin ninguna dificultad.

Les escribí una carta en tono y términos evangélicos y le rogué, eso sí, que me enviase algunos ejemplares, que me sirvieran de testimonio y testigo de lo ocurrido.

Me llegaron los libros. Visto todo, y atendiendo al contexto eclesial dominante, pensé que no habría editorial católica que se atreviera a publicar el libro y renuncié a hacerlo, aunque no del todo. Me limité a quitar el capítulo de la homosexualidad y suplirlo por otro –para mí mucho más peligroso– “Jesús y el poder, ayer y hoy”, y lo ofrecí a otra editorial, que sí lo publicó, bajo el título “Con la libertad del Evangelio”.

Como se ve, los tiempos oficiales de entonces, ya posconciliares, no apostaban por el cambio. La trama autoritaria de la Curia romana estaba bien fortalecida y quienes no hacían gala de pensar por cuenta propia y obrar con libertad, prestaban un plus de autoritarismo al que les venía de más arriba.

A este respecto, creo que puede enseñarnos algo recordar las palabras que mi profesor Bernard Häring me dijo cuando fui llamado a Roma para explicarme ante mi Gobierno General, por el proceso extraordinario que se me había abierto por mi libro Nueva Etica Sexual.

Tras casi una hora en qué mi profesor se explayó detallándome cómo lo habían maltratado y humillado, yo le dije: “Pues mire, Padre, el cardenal Ratzinger me comunica que mi libro ha perturbado a los fieles de la Iglesia”. Movido como por un resorte, se levantó y gritó: “Lei ha turbato la Chiesa entera”.

Llegó la hora de despedirnos, cariñosamente me acompañó hasta la calle y, abrazándome, me dijo: “Coraggio, Padre, Dio é grande, Ratzinger é piccolino”.

Puedo también ahora recordar las palabras que, en carta entrañable, me escribió luego: “Recuerdo con mucho gusto su visita y admiro el don de serenidad que ha recibido de Dios. He leído su libro. Ciertamente es expresión de gran sinceridad y también de gran amor a la Iglesia y de un gran esfuerzo para que la Iglesia muestre su verdadero rostro a imagen de Cristo misericordioso”.

Sus palabras me sirvieron mucho, porque un compañero de curso, sospecho que incitado por la autoridad, me llamó y trataba de persuadirme en tono áspero y violento: “Es la hora de obedecer, de aceptar la cruz, porque si no todo lo que has hecho en tu vida, no vale para nada”. Y me lo recalcó varias veces.

Concluyo este breve relato con unas palabras más del profesor que tanto me apoyó y que ha sido uno de los mejores moralistas de la Iglesia, perito del concilio y confesor de Papas.

“Los teólogos del Santo Oficio miran al pasado, encubren un concepto de Iglesia-Magisterio estático y ahistórico. No se acepta prácticamente que la Iglesia “encarnada” en el Santo Oficio pueda errar y tenga que aprender algo de los esfuerzos unidos de los teólogos y de los expertos en otras disciplinas. … No piensan en lo que se ha dicho durante el concilio Vaticano II, es decir, en el grave daño que se puede inferir a la credibilidad de la Iglesia”.

“¿Qué hacer? Sufrir con Cristo y por su Iglesia y también reclamar justicia y fórmulas más respetuosas para con el teólogo acusado… Repito, querido amigo: quien quiere servir a la Iglesia como teólogo, debe estar dispuesto a sufrir y también a progresar en el discernimiento con el Magisterio, con todo el pueblo de Dios y con la gran comunidad de los teólogos de todo el mundo”.

OTILIA: EL ÁNGEL DE LA GUARDA DE LOS SIN TECHO DE OURENSE DURANTE LA PANDEMIA

RELIGIÓN DIGITAL

col de la torre

Otilia es una monja gallega y a sus 85 años se ha convertido en una suerte de ángel de la guarda de las personas sin hogar de la ciudad de Ourense, en especial en este año marcado por la dureza de pandemia que amenaza con agravar todavía más la situación de las personas que están en riesgo de exclusión social.

Otilia angel guarda Ourense pandemia

Cada mañana esta mujer sale a la calle con su hábito, dispuesta a aportar su grano de arena entre los más necesitados, haga sol o llueva, labor que no le resulta ajena después de década y media dando esperanza a los más pobres.

Basta acercarse cualquier mañana sobre las 11 por las calles del casco histórico para conocer la labor desinteresada que realiza esta monja franciscana que reparte las piezas de pan, fruta o cualquier otro alimento con la ayuda de su carrito, el cual empuja con tesón.

"Con agua y pan no muere nadie"

"Reparto desde que llevo jubilada. La comida que sobra, fruta, pan, todo lo que hay la llevo al día siguiente para repartir", explica Otilia, sabedora de que su labor es, si cabe, todavía más importante en este año de pandemia marcado por la crisis económica, sanitaria y social.

Haciendo suyo el dicho de que "con agua y pan no muere nadie", regala en cada entrega un poco de conversación a estos ciudadanos, que se muestran agradecidos por ese pequeño gesto, que puede suponer comer ese día.

Uno de los beneficiarios, que prefiere no desvelar su nombre, ofrece su testimonio sobre estos convulsos tiempos. "En el año y medio" que lleva en la calle, este hombre, que era técnico de sonido, confiesa que vive de las ayudas que le prestan personas como Otilia y de entidades sociales como Cruz Roja.

Los efectos de las vacas flacas también se han dejado notar en las limosnas. "Hay días en que se saca muy poco. Si antes tenías bastante para pasar el día, ahora no llega", apunta este señor. Desde que comenzó la pandemia, las colas del hambre se han disparado no sólo en Orense sino también en el resto de ciudades gallegas y en España. Tan sólo en el último año, Cruz Roja ha atendido a más de tres millones de personas, más de 111.000 en el caso de Galicia.

El perfil de personas que acude a estas entidades como Cáritas o Cruz Roja y grupos parroquiales ha cambiado y ya se estima que casi la mitad de personas que pasa por estas instalaciones "nunca" habían tenido que solicitar este tipo de ayudas.

El perfil que llega es similar, y a las personas vulnerables ahora se suman casos de familias que se han encontrado con esta situación "sobrevenida" y "sin capacidad de ahorro", explica la coordinadora provincial de Cruz Roja Marisa Casero.

Trabajadores en ERTE, personas que se ha quedado sin trabajo o con un empleo en precario, son sólo algunos perfiles que han recibido en este año complejo donde se han multiplicado las necesidades básicas de alimentos o higiene, prosigue. A estas problemáticas, la coordinadora suma la brecha digital. "Es gente que no tiene medios o que los tiene muy limitados".

En la misma línea, Óscar Diéguez, coordinador del programa de acogida integral y empleo de Cáritas, coincide en que el perfil ha cambiado "bastante" por la Covid-19.En su caso, reconoce que cerca del "45% de personas nunca" habían tenido que recurrir a este tipo de ayudas.

"Hay quienes están trabajando o en ERTE y que están teniendo problemas para cobrar la prestación", explica. Entre los sectores especialmente castigados, hace especial hincapié en la difícil situación que atraviesan profesionales de la hostelería, así como servicio doméstico y pequeño comercio.

Muchas de las personas que acuden son "parejas con hijos" (30 por ciento, concreta) y también familias monoparentales a las que no les llegan los ingresos. Todo un desafío para estas entidades que redoblan esfuerzos para atender la elevada demanda, mediante el reparto de alimentos, ayudas para el pago de suministros y también a través de orientación laboral y formación para facilitar la búsqueda de empleo que les permita salir de la situación de precariedad.

LA RESPUESTA CORTA ES QUE EL SER HUMANO PUEDE VIVIR DE 3 A 5 DÍAS SIN AGUA

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col jl sanchez

 

(UCV).- Con motivo del Día Mundial del Agua, la Cátedra de Teología de la Caridad Santo Tomás de Villanueva de la Universidad Católica de Valencia (UCV) quiere recordar que el agua es un bien universal necesario e imprescindible que no debería faltar a nadie. El acceso al agua es un derecho humano básico e inalienable ya que disponer agua potable y sistemas de saneamiento son dos elementos esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

José Luis Sánchez, Vicario Episcopal de Cultura, RR.II. de la Archidiócesis de Valencia y director ejecutivo de la Cátedra ha señalado que “casi 844 millones de personas en el mundo, tienen dificultades para cubrir la necesidad más básica de la vida: la posibilidad del agua. El agua es un bien común que ha de considerarse un derecho universal, cada persona debe poder acceder a ella más allá del mercado, todos deben tener derecho a este bien escaso y necesario para vivir. La falta de acceso al agua potable en algunos lugares supone terribles situaciones sanitarias por la falta de disponibilidad y calidad”.

"La respuesta corta es que el ser humano puede vivir de 3 a 5 días sin agua. A partir de un determinado momento, el cuerpo sería incapaz de realizar sus funciones básicas, debido a la falta de este motor natural. Además, en un momento de pandemia como el actual, el acceso al agua es fundamental para frenar el avance del COVID-19 ya que mantener una higiene adecuada lavándose las manos es esencial para contener la propagación del virus y de otras enfermedades infecciosas. El Papa Francisco en su encíclica Laudato Si muestra su preocupación por la calidad y el acceso generalizado al agua. El pontífice deplora los actos tendientes a malgastar, tirar y agotar el agua (punto 27). Además, nos advierte, por un lado, que la provisión del líquido precioso es menos abundante que en el pasado y, por otro, que la demanda actual de agua excede la oferta (punto 28)", añade Sánchez.

De este modo, "el agua es un bien común escaso que debemos proteger y preservar porque todos hombres tenemos una responsabilidad respecto a la Creación. Como señalan las cifras oficiales de Naciones Unidas el uso global de agua se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años y sigue aumentando de forma constante. En este sentido, el Papa Francisco nos recuerda: Dios Creador no nos abandona en este trabajo para dar a todos y a cada uno acceso al agua potable y segura. Pero el trabajo es nuestro, la responsabilidad es nuestra”.

"Con motivo del Día Mundial del Agua queremos denunciar que la escasez de agua que sufren los más desfavorecidos les condena de un modo injusto al hambre y la pobreza. El agua debe ponerse al servicio de todos los hombres siguiendo el principio del destino universal de los bienes de la Doctrina Social de la Iglesia: Dios ha destinado la tierra y cuanto en ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad", concluye.

Congreso "El agua bien universal el reto ante la pobreza y el hambre en el mundo"

En 2019, la Cátedra de la Caridad organizó el Congreso “El agua bien universal el reto ante la pobreza y el hambre en el mundo” que, bajo un planteamiento interdisciplinar, reunió a filósofos, ingenieros, empresarios y otros expertos en el debate sobre la búsqueda de las soluciones que pueden darse ante el grave problema del agua en el mundo y su relación con la pobreza y el hambre. El curso fue propuesto por el Gran Canciller de la UCV, Antonio Cañizares, quien se hace testigo de la llamada del Papa Francisco en su encíclica Laudato Si sobre el cuidado de la casa común.

Se contó con intervenciones destacadas del Cardenal Arzobispo Antonio Cañizares; de Marcelo Sánchez Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias; y de Enrique Cabrera, Catedrático de Mecánica de Fluidos en la Universitat Politènica de València, entre otros.

Línea de investigación sobre Pobreza y Hambre

Con el apoyo del Colegio Mayor Seminario de la Presentación y Santo Tomás de Villanueva, la Cátedra de Teología de la Caridad promueve, desde 2014, una línea permanente de trabajo e investigación sobre pobreza y hambre en el mundo que bajo la dirección de Sánchez García, director ejecutivo de la Cátedra, integra a más de 60 expertos de la UCV y diferentes universidades cuyos trabajos se encaminan a la búsqueda de soluciones a estos temas.

 

41 años después, el magnicidio de Romero sigue sin investigarse

 


Religión Digital

Óscar Romero

Los abogados de la causa penal denuncian los obstáculos para el proceso
El Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador dictó en mayo de 2017 la reapertura de la causa por el homicidio de monseñor Romero y en octubre de 2018 ordenó a la Fiscalía realizar una nueva investigación
Romero fue asesinado por un francotirador el 24 de marzo de 1980 cuando oficiaba misa en la pequeña capilla del hospital de cáncer La Divina Providencia, en San Salvador
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He leído el libro de Juan José Tamayo “La internacional del odio”

 


Juan Cejudo Caldelas, miembro de Moceop y de Comunidades Cristianas Populares

El Blog de Juan Cejudo

Tamayo4

La internacional del odio

Debo decir de entrada que me ha impactado comprobar en el libro de Tamayo, editado por Icaria, la cantidad de pruebas que aporta sobre las conexiones que existen entre los grupos ultraderechistas y fascistas del Mundo con grupos y personalidades muy importantes de las religiones, incluyendo por supuesto a la católica.
El libro de Tamayo no es una disquisición teórica sobre la existencia de lo que él llama el cristoneofascismo. Es fruto de su propia experiencia, cuando estuvo en Brasil en 2019 dando unas conferencias sobre su libro “Teologías del Sur. El giro descolonizador”, estando ya encarcelado Lula.
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Fatiga eclesiástica

 


Charo Mármol

Alandar

Domingo 21 de marzo. Me dispongo a seguir la Eucaristía por la 2 de TVE. Lo hago en algunas ocasiones desde que empezó la pandemia. Estoy en mi mecedora violeta.
Empieza la Eucaristía. Hacia el altar desfilan en procesión sacerdotes, diáconos y el obispo de Córdoba Monseñor Demetrio Fernández. (¿recuerdan? Uno de los primeros en ponerse la vacuna del coronavirus, 71 años, pero no quiero desviarme del tema principal). Por supuesto ninguna mujer les acompaña. No me extraña, esto es lo habitual.
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¿Por qué los que no quieren la libertad utilizan tanto esa palabra?

 


Joaquín Sánchez, ‘el cura de la PAH’

eldiario

Joaquin Sanchez

Quieren que creamos que aceptar su poder y seguir sus dictados es de ser libres. El autoengaño y la autocensura juegan un gran papel
“Entra el primer candidato:
-¿Entiende usted que esto no es más que un simple test que queremos hacerle antes de darle el trabajo que usted ha solicitado?
-Sí.
-Perfectamente. ¿Cuántas son dos y dos?
-Cuatro.
Entra el segundo candidato.
-¿Está usted listo para el test?
-Sí.
-Perfectamente ¿Cuántas son dos y dos?
-Lo que diga el jefe.
El segundo candidato consiguió el trabajo”.
(Anthony de Mello)
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El gobierno de Bolsonaro ha terminado ¿y ahora qué?


Emir Sader

Alainet

Bolsonaro

Hay una sensación de vacío de gobierno, de que el país está en un precipicio, sin que nadie intente detenerlo. La desesperación se apodera de la población.
Bolsonaro atraviesa su peor momento -hasta ahora- en la presidencia de Brasil. La convergencia de varios fenómenos proyecta una perspectiva de futuro muy negativa, en la que su principal proyecto, la reelección, está muy cuestionado. Peor aún, transmite incluso a sus partidarios la imagen de que ha perdido la gobernabilidad, que ya no gobierna, que no tiene respuestas a los grandes problemas que afectan a Brasil.
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Aznar: como siempre, soberbio

Pedro Serrano

 Redes Cristianas

La declaración de Aznar sobre la caja B del partido no ha defraudado. En su declaración como
testigo ha estado soberbio. Soberbio en la acepción peyorativa, es decir, ha estado altivo,
impertinente, arrogante, petulante, magnifico, divino. Eso sí, en su declaración ha hecho grandes aportaciones a la causa abierta contra su partido.

Ahora ya sabemos que no se enteró de nada y que él no era inspector de cajas fuertes ni de
despachos en la sede de Genova; y que se siente muy orgulloso de su partido y de todos los
presuntos implicados en esa caja negra, donde, además de dinero turbio, había una minuciosa y
alargada lista de cantidades supuestamente entregadas a iniciales y nombres que resultan de
cajón, pero que ahora nadie reconoce, salvo esa persona de la que usted me habla, que diría en
su día el otro inefable negacionista de los sobresueldos y del clima, Mariano Rajoy, para referirse al señor Barcenas.

En fin señores, parafraseando a José Mota, “Si hay que ir a declarar se va, pero ir pa na es
tontería”.

34 millones de personas a un paso de la hambruna

 


Rebelión

hambre1

La guerra, el coronavirus o los fenómenos climáticos extremos son tres elementos que agravan la inseguridad alimentaria de millones de personas en todo el planeta. Un informe de la FAO alerta del inminente paso a situación crítica de 34 millones de personas.
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