FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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lunes, 2 de diciembre de 2019

Después de las naciones, construir la Tierra


Leonardo Boff
Leonardo Boff2Un anuncio-propaganda de un canal de televisión muestra a un grupo interétnico cantando: “Mi patria es la Tierra”. Aquí se revela un estado de conciencia que deja atrás la idea convencional de patria y de nación. En efecto, vivimos todavía bajo el signo de las naciones, cada cual autoafirmándose, cerrando o abriendo sus fronteras y luchando por su identidad. Esa fase, todavía vigente, pertenece a otra época de la historia y de la conciencia. La globalización no es sólo un fenómeno económico. Representa un dato político, cultural, ético y espiritual: un nuevo paso en la historia del planeta Tierra y de la Humanidad.
Hace algunos miles de años la especie humana salió de África, de donde surgimos en el proceso evolutivo (somos todos africanos), y conquistó todo el espacio terrestre formando pueblos, ciudades y civilizaciones. Fernando de Magallanes hizo en tres años (1519-1522) la circunnavegación de la Tierra y comprobó empíricamente que es efectivamente redonda (no plana como una obtusa visión sostiene todavía). Después de la expansión, llegó el tiempo de la concentración, del retorno del gran exilio. Todos los pueblos se están encontrando en un único lugar: en el planeta Tierra. Descubrimos, más allá de las nacionalidades y de las diferentes etnias, que formamos una única especie, la humana, al lado de otras especies de la gran comunidad de vida.
Con esfuerzo estamos todavía aprendiendo a convivir acogiendo las diferencias sin dejar que se transformen en desigualdades. Respetando la riqueza acumulada por las naciones y etnias, que revelan los distintos modos de ser humanos, nos enfrentamos a un desafío nuevo, que nunca había existido antes: construir la Tierra como Casa Común. Crece la conciencia de que Tierra y Humanidad tienen un destino común. Xi Jinping, jefe de Estado de China, lo formuló muy bien: tenemos el deber de construir la “Comunidad de Destino compartido para la humanidad”.
El éxito de esta construcción nos traerá un mundo de paz, uno de los bienes más ansiados por todos. Vivir en paz, ¡oh que felicidad! Esa paz es lo que nos falta en la actualidad. Por el contrario, vivimos en guerras regionales letales y una guerra total movida contra Gaia, la Tierra viva, nuestra Madre Tierra, atacada en todos los frentes, hasta el punto de que muestra su indignación a través del calentamiento global y del agotamiento de sus bienes y servicios, sin los cuales la vida corre peligro.
En este contexto vale la pena revisitar a un filósofo, Immanuel Kant (+1804), uno de los primeros en pensar una República Mundial (Weltrepublik), aunque nunca había salido de su pequeña ciudad de Königsberg en Alemania. Aquella solo se consolida si consigue instaurar una “paz perenne”. Su famoso texto de 1795 se llama exactamente “Para una paz perenne” (Zum ewigen Frieden).
La paz perenne se sustenta, según él, sobre dos pilares: la ciudadanía universal y el respeto a los derechos humanos.
Esta ciudadanía se ejerce en primer lugar por la “hospitalidad general”. Precisamente porque, dice él, todos los humanos tienen el derecho de estar en ella y de visitar sus lugares y los pueblos que la habitan. La Tierra pertenece comunitariamente a todos.
Frente a los pragmáticos de la política, por lo general poco sensibles al sentido ético en las relaciones sociales, enfatiza: ”La ciudadanía mundial no es una visión de fantasía sino una necesidad impuesta por la paz duradera”. Si queremos una paz perenne y no solo una tregua o una pacificación momentánea, debemos vivir la hospitalidad y respetar los derechos.
El otro pilar son los derechos universales. Estos, en una bella expresión de Kant, son “la niña de los ojos de Dios” o “lo más sagrado que Dios puso en la tierra”. Su respeto hace nacer una comunidad de paz y de seguridad que pone un fin definitivo “al infame beligerar”.
El imperio del derecho y la difusión de la ciudadanía planetaria expresada por la hospitalidad deben crear una cultura de los derechos, generando de hecho la “comunidad de los pueblos”. Esta comunidad de los pueblos, enfatiza Kant, puede crecer tanto en su conciencia, que la violación de un derecho en un sitio se siente en todos los sitios, cosa que más tarde repetirá por su cuenta Ernesto Che Guevara.
Esta visión ético-política de Kant fundó un paradigma inédito de globalización y de paz. La paz resulta de la vigencia del derecho y de la cooperación jurídicamente ordenada e institucionalizada entre todos los Estados y pueblos.
Diferente es la visión de otro teórico del Estado y de la globalización, Thomas Hobbes (+1679). Para este, la paz es un concepto negativo, significa ausencia de la guerra y el equilibrio de la intimidación entre los estados y pueblos. Esta visión funda el paradigma de la paz y de la globalización en el poder del más fuerte que se impone a los demás. Esta visión predominó durante siglos y hoy ha vuelto poderosamente a través del singular presidente de USA, Trump, que sueña todavía con un solo mundo y un solo imperio, el norteamericano. Los Estados Unidos decidieron combatir el terrorismo con el terrorismo de Estado. Es la vuelta amenazadora del Estado-Leviatán, enemigo visceral de cualquier estrategia de paz. En esta lógica no hay futuro para la paz ni para la humanidad.
Hoy nos enfrentamos a este escenario: si por la locura de un gobernante o por la Inteligencia Artificial Autónoma se activaran los arsenales de armas nucleares podría ser el fin de nuestra especie. Et tunc erat finis. ¿Tendremos tiempo y sabiduría suficientes para cambiar la lógica del sistema implantado hace siglos que ama más la acumulación de bienes materiales que la vida? Eso dependerá de nosotros.
*Leonardo Boff es teólogo y filósofo y ha escrito: Cuidar la Tierra y proteger la vida: cómo escapar del fin del mundo, Record 2010.

Traducción de Mª José Gavito Milano

¿ Fue Jesús célibe o estuvo casado con María Magdalena?


Benjamín Forcano
Redes Cristianas
Benjamín Forcano11. Sobre la Familia de Jesús
Jesús, como cualquier otro judío de su época, estaba integrado en una familia, que le confería identidad y reconocimiento social. En Nazaret, con una población de unos 1.600 habitantes, Jesús había alargado sus lazos familiares.
Todo el mundo lo conocía como hijo de María y de José, ejerciendo con toda probabilidad el oficio de su padre. A José no se le menciona para nada desde el momento en que Jesús comienza su vida pública. La razón más plausible es que José ya no vivía cuando Jesús comenzó su ministerio público, más o menos entre los 30-35 años.
María, por el contrario, sí que aparece y suponiendo que comenzó a ser madre a la edad de 14 años, y que había traído al mundo otros seis hijos por lo menos, tendría unos 48-50 años en el momento de la crucifixión de su hijo. ¿Los hermanos y hermanas de Jesús eran tales, eran hijos de un matrimonio anterior de José (hermanastros) ligados a Jesús por el vínculo legal del segundo matrimonio de José, o eran primos?
Que los hermanos y hermanas de Jesús fueran primos u otra clase de parientes lejanos es todavía la doctrina habitual de la Iglesia católica romana, aun cuando hace algún tiempo teólogos y exégetas católicos afirman que se trata de hermanos reales. Meier, gran investigador del Jesús histórico, no duda en afirmar que “la búsqueda de los parientes históricos de Jesús se acerca a lo imposible” (Pg. 328) No obstante, “un juicio sobre el NT y los textos patrísticos como fuentes históricas nos llevan a la opinión más probable de que los hermanos y hermanas de Jesús lo eran verdaderamente” (Pg. 340).
2. ¿Jesús era célibe?
 Nos encontramos con que, en la tradición cristiana, se admite como buena la condición del estado de casado, pero se admite igualmente como superior el celibato al matrimonio. En ese contexto y desde la perspectiva de la fe cristiana, se mantiene la creencia casi universal de que Jesús permaneció célibe.
Pero, aquí utilizamos ahora los argumentos de historiadores modernos. Desde las fuentes históricas, ¿es posible determinar si Jesús estaba o no casado? Conviene no confundir en este punto determinadas ideas negativas sobre la sexualidad sostenidas en la Iglesia católica con el análisis de la historia. Una cosa es la cuestión histórica del estado civil de Jesús y otra las preocupaciones contemporáneas.
Hay autores que están a favor del matrimonio de Jesús con el siguiente argumento: el judaísmo del tiempo de Jesús tenía una posición muy positiva sobre el sexo y matrimonio; el matrimonio era la norma; por lo tanto, el celibato era inconcebible, luego Jesús estuvo casado. Así razona también el Código da Vinci.
Tratándose de la cuestión decisiva que origina y abarca toda la trama del secreto del Código da Vinci, bien vale la pena exponer los argumentos, si los hay, a favor del celibato de Jesús. Los argumentos serían los siguientes:
1. Los evangelios no hablan para nada de la mujer e hijos de Jesús durante su vida pública. Sí que hablan de su padre, madre, hermanos y hermanas durante su vida privada, pero tampoco en todo ese tiempo se dice nada de su mujer o hijos.Este silencio, en uno y otro momentos, parece indicarnos que no existían.
2. Jesús vivía inmerso en el judaísmo del siglo I. Dentro de él, había diversas corrientes ideológicas respecto al sexo y matrimonio. Una era la del judaísmo farisaico y otra la de otros grupos como los esotéricos, proféticos, místicos, etc. Es seguro que algunos o muchos de los esenios eran célibes.
3. También se da como seguro que otros grupos –los terapeutas, establecidos en Egipto-, esenios también o de otro movimiento judío similar, practicaban la abstinencia, encontrándose dentro de él también mujeres. Qumrán, el monasterio del Mar Muerto, expresión concreta del movimiento esenio, albergaba miembros que practicaban el celibato.
Este hecho está acreditado por el testimonio de Josefo y Filón, dos judíos del siglo I.
4. Fueron célibes también figuras bíblicas como las del profeta Jeremías del AT, Elías, Juan Bautista, etc.
5. Se puede constatar también, dentro del mundo grecorromano del siglo I después de Cristo, la existencia de un celibato vocacional en destacados hombres de la filosofía: : Epitecto, Apolonio, etc.
Es lógico, por tanto, concluir que el celibato no estaba ausente en el judaísmo del siglo I. El erudito judío Geza Vermes no tiene dificultad en ver a Jesús como célibe y explicar este estado poco habitual por su llamada profética y la recepción del Espíritu (Cfr. Jesus the Jew, 99-102).
J.P. Meier, después de hacer un análisis largo desde los contextos del celibato de Jesús en el judaísmo, concluye: “En suma, no podemos tener una absoluta certeza sobre si Jesús estaba o no casado. Pero los varios contextos, tanto próximos como remotos, en el NT lo mismo que en el judaísmo, señalan como hipótesis más verosímil la de que Jesús permaneció célibe por motivos religiosos. Digamos que Jesús probablemente interpretó su celibato como necesidad impuesta por su misión profética, totalmente absorbente, orientada a Israel para hacer del dividido y pecador pueblo de Dios un todo purificado en preparación para la llegada final de Dios como rey. Es, por tanto, posible que Jesús -quizás con tono irónico- se cuente a sí mismo entre quienes “se hacen eunucos por el reino de Dios”. El total silencio sobre una mujer y unos hijos de Jesús en contextos donde son mencionados varios familiares suyos bien puede indicar que nunca estuvo casado” (Idem, pp. 353-354).
3. ¿Estuvo Jesús casado con María Magdalena?
Si hacemos caso a las investigaciones anteriores, queda la hipótesis más probable de que Jesús no estuvo casado con Maria Magdalena.
Magdalena, oriunda de Magdala, una pequeña ciudad de Galilea, pertenecía al círculo de los discípulos de Jesús, pues en ella se dan de hecho, aunque apenas se le nombre como tal, las características del discípulo. No sólo eso, sino que era reconocida como ocupando un puesto preeminente: ella figura siempre a la cabeza de las demás mujeres y es reconocida como la principal en seguir, acompañar y ayudar a Jesús.
Según los especialistas, Magdalena estaba soltera y entre ella y Jesús había una gran amistad, debido seguramente a que Jesús la curó de una grave enfermedad, lo que propició una especial cercanía y afecto entre ambos.
Esta especial amistad dio lugar a que entre las diversas comunidades primitivas existentes, unas se decantasen por su liderazgo, y otras por el de Pedro, haciendo valer la preferencia que sobre ella mostraba el Señor.
Naturalmente que unos y otros iban a interpretar esa amistad con matices y acentos distintos; unos tratarían de reivindicarla para asegurar el protagonismo de la mujer en la Iglesia, con responsabilidades y servicios equiparables a los de los discípulos varones y otros tratarían de rebajarla, influidos probablemente por ideas que atribuían a la mujer una condición de indignidad e inferioridad.
En esto, Jesús demostró actuar con libertad e innovación, favoreciendo un cambio radical, de igualdad, que afectaría de diversa manera a los grupos que se iban formando.
Tema éste apasionante, que puede ilustrar la evolución del papel que la mujer ha tenido o debiera haber tenido en el desarrollo posterior de la Iglesia.
Carmen Bernabé, teóloga y doctora bíblica, en su libro “María Magdalena, tradiciones en el cristianismo primitivo”, demuestra que las características que los textos extracanónicos atribuyen a María están basadas en los evangelios, sobre todo en el de Juan, que la presentan como discípula, receptora y transmisora de una revelación especial y concluye su estudio con esta valoración: “ Parece que María Magdalena tiene un papel importante en la interpretación del destino de Jesús a la que iban a llegar los primeros discípulos, así como en la decisión de la conveniencia de iniciar la misión, con la que se debió enfrentar muy pronto aquella comunidad. María Magdalena era, sin duda, la figura más importante, del grupo de discípulas, así como Pedro fue de los varones. María Magdalena fue una figura muy cercana a Jesús, con una relación especial, en cuanto se adivina más intensa que la que tienen las otras mujeres discípulos. No se está defendiendo aquí, como a veces se ha hecho, una relación matrimonial entre ella y Jesús, algo que no es posible demostrar basándose en los textos; sino una relación de amistad cercana y preferente” (EVD, p. 265, 1994).
No dejan de ser sugerentes las investigaciones últimas acerca de la identidad y significado de la expresión del cuarto evangelio “uno de sus discípulos, aquel al que amaba Jesús” (Jn 12,23; Jn 19,25-27; Jn 21,7; Jn 21, 20.
Hay autores que hacen luz sobre este punto, argumentando de esta manera: Al pie de la cruz o, más bien, un poco lejos mirando, sólo podían encontrarse mujeres, sin saber a ciencia cierta si eran cuatro o dos. De ser dos, serían María la madre de Jesús y Maryam Magdalena. “En esta escena no es la madre el centro, sino la discípula de Magdala, a la que se quiere ensalzar y con ella la tradición de la propia comunidad, precisamente con la entrega que Jesús le hace de su propia madre. En ningún caso y en ningún estado de la redacción se menciona a ningún otro hombre fuera de Jesús”(Juan Manuel Lozano, Un retrato de Jesús, Nueva Utopía, pg.
143, 2006).
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Leyendo ahora el texto “Jesús viendo a su madre y al discípulo que amaba” los autores lo interpretan como la entrega que Jesús hace de su madre a Magdalena. Ella la recibió en su familia. “Los cristianos de entonces, escribe Lozano, entendían perfectamente que el discípulo (ho mathetes) al que Jesús había amado particularmente, era Maryam Magdalena, a quien Jesús dejó confiada su propia madre. No, ciertamente, a ningún hombre que no ha aparecido hasta ahora. Más cerca de Jesús, no se podía colocar al discípulo que Jesús amaba…Con esta entrega por Jesús de su madre el cuarto evangelio pretendió presentarse como el libro de una comunidad, cuya tradición venía nada menos que de Maryam Mgadalena. Maryam es su heroína, como Pedro acaba siéndolo del Evangelio de Mateo. El cuarto Evangelio realiza la tarea de glorificar a su héroe, aquí heroína, colocando a Maryam al pie e la cruz y haciendo que Jesús le confíe su madre” (Idem, Pgs. 156-159).
Los apuntes anteriores nos permiten decir que las afirmaciones del Código da Vinci, no parten de una investigación histórica seria y quedan, por lo mismo, relegadas al mundo de la ilusión.
El secreto, que abarca la novela entera, que sustenta la teoría de que el Santo Grial es Maria Magdalena, que se transmite a través de la dinastía merovingia y lo conserva seguro el Priorato de Sión mediante la creación de los Templarios su brazo armado, que señala a la Iglesia católica como exterminadora del culto a la diosa femenina y de la degradación y marginación de la mujer, que explica el invento político de la Divinidad de Jesús y el alza inconmensurable del poder patriarcal y machista en la Iglesia, que ha creado el engaño bimilenario del cristianismo, se convierte en fantasía, en pura ilusión de quien intenta pasarlo como verdad a través de una novela.
Todo depende, para la consistencia del secreto, en que Jesús de Nazaret estaba casado y estaba casado con María Magdalena.
La Iglesia católica no admitió esta verdad “natural, obvia, pública y rigurosamente histórica”, tuvo poder para desterrarla y entonces para no desaparecer, esta verdad comienza a conservarse en secreto, el SECRETO más importante y mejor guardado de todos los tiempos. Y eso es lo que, al parecer con argumentos irrefutables, pretende finalmente mostrar y anunciar Dan Brown a la engañada y manipulada humanidad: Jesús estaba casado y lo estaba con María Magdalena. La trama, el contenido y las consecuencias del Código da Vinci se vienen abajo con la facilidad de un sueño. Dan Brown nos ha ofrecido un sueño con pretensiones de relidad, pero por suerte la realidad es más fuerte que la ilusión.

Jesús de Nazaret repudia el materialismo. A propósito de Lc. 20, 27-40


José Rafael Ruz Villamil-Yucatán (México)

En la Tierra de Israel del primer tercio del siglo I, es, sin duda, el grupo de los saduceos el más permeable al dominio romano. Involucrados históricamente en la cosa política, los saduceos están asociados desde antaño con el sacerdocio que controla Templo de Jerusalén como sacerdotes jefes incluyendo, desde luego, al sumo sacerdote: “Cuentan sobre todo con los ricos; no tienen al pueblo de su parte […] esta doctrina es profesada por pocos, pero éstos son hombres de posición elevada”. Con estas pocas palabras Flavio Josefo deja un boceto de los saduceos.··· Ver noticia ···

Homenaje a José María Castillo de las Comunidades Cristianas Populares de Granada


Pío Tudela
ccpCastillo2Querido Pepe:
Me han pedido que en nombre de Comunidades Cristianas Populares de Granada diga unas
palabras en este acto en el que todos queremos mostrarte nuestro cariño y nuestro
agradecimiento por todo lo que has significado a lo largo de muchos años y continúas
significando para nosotros hoy también. En mi caso concreto, y claro está en el de Tere, tuvimos
la suerte de conocerte poco después de nuestra llegada a Granada en un grupo a través del cual
llegamos a conocer CCP.
Por aquellos días publicaste tu libro “Símbolos de Libertad” y en
nuestra copia nos regalaste una dedicatoria que decía: “A Tere y Pío, los de la hora de nona y
amigos ya, con mi afecto y amistad, Pepe Castillo” y está fechada el 31 de Enero de 1981. Va a
hacer ya cuarenta años que gozamos de tu afecto y amistad porque cuando tu los das, uno puede
estar seguro de que, por tu parte, es para siempre. Hay aquí hoy personas que seguramente son
de sexta, o tercia o laúdes, personas mas cualificadas que yo para agradecerte tu permanente
afecto y amistad, pero ya que ellas lo han querido así, reconozcamos que cuarenta años no es un
tiempo corto para poder expresar en nombre de todos nuestro cariño y nuestro agradecimiento.
Muchos nos han envidiado, y con razón, porque los de Granada – solían ellos decir – teníamos a
Pepe Castillo.
En parte, decir eso era falso, porque tu has sido de todos y has estado disponible
para todos los que han llamado a tu puerta. Pero en parte es verdad, porque tu has tenido tus
raíces en Granada y ello ha permitido que fuéramos los de Granada quienes hemos disfrutado,
en nuestras eucaristías en nuestros encuentros y en tus charlas, de tu saber, de tu sinceridad, de
tu honestidad con el Evangelio, pero sobre todo de tu presencia. Porque nos has ayudado a
saber ser críticos, a quitar los miedos, a disfrutar de la vida como algo que también Dios quiere y a buscar en Jesús esa humanidad que El supo hacer realidad y que nos interpela desde un fondo
que la hojarasca de veinte siglos de historia han añadido y con frecuencia impide escuchar su
mensaje. Tu nos acercaste a la realidad de América Latina y en particular del Salvador; mis hijos
recuerdan, aún sobrecogidos, tu relato sobre Ellacuría y quienes con él sufrieron el zarpazo del
odio y la injusticia.
Contigo hemos celebrado bautismos en arroyos de nuestra preciosa sierra,
contigo hemos aprendido a vivir los símbolos de libertad, contigo hemos llorado la marcha de
nuestros santos, pues ellos son nuestro modelo de referencia: Diamantino, Pilar Traver, Miguel
López y muchos otros que no quiero empezar a enumerar por miedo a olvidar injustamente a
alguno. Contigo sufrimos el desprecio a tu trabajo por parte de una jerarquía que, encastrada en
sus propios privilegios, no supo ver el valor de la honestidad intelectual que siempre te ha
caracterizado.
Contigo nos alegramos el día que la Universidad de Granada te concedió el título
de Doctor Honoris Causa; no era poco que fuera la Universidad quien sabía valorar lo mucho que
nos habías dado a todos, aunque aquellos a quienes mas habías dado no supieran nunca
agradecerlo. Me equivoco, nos llenamos de alegría cuando el Papa Francisco te llamó y te dijo lo
mucho que apreciaba tu trabajo y ahora nos llena de esperanza leer tu nombre en la lista de
teólogos que participan en la plataforma de apoyo a Francisco y que habéis llamado “Teología
para una Iglesia en salida”.
Déjame terminar con algo mas personal, ya que a esto se arriesgaban
quienes me pidieron estas palabras. Nunca olvidaré el tiempo en que juntos preparamos y
llevamos cabo aquel Master puntual que la Universidad de Granada ofreció sobre “Ciencias de
las Religiones”. Creo que a partir de entonces nos conocimos y apreciamos mas, si es que cabía.
Fue una buena idea y tiempos vendrán que, quizás con mas suerte y apoyo, otros podrán dar a
esa idea la estabilidad y continuidad que merece.
Aquí acabo, Pepe. Los CCP de Granada hemos vivido, reído y llorado contigo, hemos compartido
alegrías y tristezas, son experiencias que solo pueden generar cariño y amistad. ¡Nos has dado
tanto! Pero sobre todo nos has dado algo que en mi opinión no tiene precio. Siempre nos has
hecho sentir que somos parte de la Iglesia, críticos sí, pero dentro de ella porque somos Iglesia.
Cómo podemos terminar si no es diciéndote: ¡GRACIAS, MUCHAS GRACIAS, PEPE!

Movilización sin precedentes frente a la COP25


El viernes 6 de diciembre la ciudadanía y numerosas organizaciones de la sociedad civil volverán a llenar las calles en la Marcha por el Clima.
Es una movilización mundial que tendrá lugar en Santiago de Chile y Madrid, tras la decisión unilateral del gobierno chileno de cancelar la COP25 y su posterior acogida en España.
Estas marchas contarán con una voz única. Frente a la inacción de los gobiernos, la ciudadanía se levanta ante la emergencia climática y socioecológica.··· Ver noticia ··