FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

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ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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jueves, 25 de mayo de 2023

Votaciones: letanía de improperios y academia de intolerancia

 ATRIO


          En plena tarea nacional de preparar cuanto se relaciona con las votaciones, vaya apresuradamente por delante la proclamación de que, pese a todo, nadie se exima de hacerlo. Hay que votar. Es deber y derecho cívico. Se es y se ejerce de ciudadano consciente, con la papeleta a punto de su ubicación en la urna del municipio, distrito, local, sección y mesa que nos correspondan.

          Pero, ¿qué es eso de “improperios” y de “academia de intolerancia”? Leer artículo completo »

Indignados e indignadas ante las elecciones

 ATRIO


MEMORIA SUBVERSIVA DEL MOVIMIENTO DE LOS INDIGNADOS E INDIGNADAS:

DESAFÍO A LA POLÍTICA Y A LAS RELIGIONES

          Inmersos en plena campaña electoral tengo la impresión de que ha pasado desapercibida la efeméride del 12 aniversario de las movilizaciones del 15-M, que dieron lugar al movimiento de los Indignados e Indignadas. Me parece un error ya que podía ser el momento oportuno para comparar las alternativas políticas, económicas, culturales y sociales de entonces con las propuestas reformistas o involucionistas de los partidos políticos y las coaliciones electorales. En este artículo pretendo reparar tamaña amnesia haciendo memoria subversiva de dicho acontecimiento igualmente subversivo que recorrió el mundo entero como desafío actual a la política actual y a las religiones.  Leer artículo completo »

Cómo surge Dios dentro de la nueva visión del universo


Leonardo Boff

 Esta cuestión de Dios dentro de la moderna visión del mundo (cosmogénesis) surge cuando nos interrogamos: ¿qué había antes de antes y antes del big-bang?

¿Quién dio el impulso inicial para que apareciese aquel puntito, menor que la cabeza de un alfiler que después explotó? ¿Quién sustenta el universo como un todo para que siga existiendo y expandiéndose así como cada uno de los seres que existen en él, ser humano incluido?

¿La nada? Pero de la nada nunca sale nada. Si a pesar de eso aparecieron seres es señal de que Alguien o Algo los llamó a la existencia y los sustenta permanentemente.

Lo que podemos decir sensatamente, antes de formular inmediatamente una
respuesta teológica, es: antes del big bang existía lo Incognoscible y estaba en vigor el Misterio. Sobre el Misterio y lo Incognoscible, por definición, nada puede decirse literalmente. Por su naturaleza, el Misterio y lo Incognoscible son anteriores a las palabras, a la energía, a la materia, al espacio, al tiempo y al pensamiento.

Pues bien, sucede que el Misterio y lo Incognoscible son precisamente los
nombres con los que las religiones, incluido el judeocristianismo, designan a Dios. Dios es siempre Misterio e Incognoscible. Ante Él, vale más el silencio que las palabras. Sin embargo, puede ser intuido por la razón reverente y sentido por el corazón inflamado. Siguiendo a Pascal, yo diría: creer en Dios no es pensar a Dios, sino sentirlo desde la totalidad de nuestro ser.

Él emerge como una Presencia que llena el universo, se muestra como entusiasmo (en griego: tener un Dios dentro) dentro de nosotros y hace surgir en nosotros el sentimiento de grandeza, de majestad, de respeto y de veneración.
Esta percepción es típica de los seres humanos. Es innegable, poco importa que sea religioso o no.

Situados entre el cielo y la tierra, al mirar los millares de estrellas, contenemos la respiración y nos llenamos de reverencia. Y surgen naturalmente las preguntas:
¿Quién hizo todo esto? ¿Quién se esconde detrás de la Vía Láctea y dirige la expansión aún en curso del universo? En nuestros despachos refrigerados o entre las cuatro paredes blancas de un aula o en un círculo de conversación informal, podemos decir cualquier cosa y dudar de todo. Pero inmersos en la complejidad de la naturaleza e imbuidos de su belleza, no podemos permanecer callados.

Es imposible despreciar el irrumpir de la aurora, permanecer
indiferente ante el brotar de una flor o no contemplar con asombro a un recién nacido. Cada vez que nace un niño nos convence de que Dios sigue creyendo en la humanidad. Casi espontáneamente decimos: es Dios quien puso todo en movimiento y es Dios quien lo sostiene todo. Él es la Fuente originaria y el Abismo que todo alimenta, como dicen algunos cosmólogos. Yo diría: Él es el Ser que hace ser a todos los seres.

Al mismo tiempo surge otra pregunta importante: ¿por qué existe exactamente este universo y no otro y por qué nosotros hemos sido puestos en él? ¿Qué quiso expresar Dios con la creación? Responder a esta pregunta no es sólo una preocupación de la conciencia religiosa, sino de la ciencia misma.

Como dice Stephen Hawking, uno de los más grandes físicos y matemáticos, en su conocido libro Breve historia del tiempo (1992): «Si encontramos la
respuesta a por qué existimos nosotros y el universo, tendremos el triunfo definitivo de la razón humana; porque entonces habremos alcanzado el conocimiento de la mente de Dios» (p. 238). Pero hasta el día de hoy, científicos y sabios siguen todavía preguntándose y buscando el designio oculto de Dios.

Las religiones y el judeocristianismo se han atrevido a dar una respuesta dando reverentemente un nombre al Misterio, llamándolo con mil nombres, todos insuficientes: Yavé, Alá, Tao, Olorum y principalmente Dios.

El universo y toda la creación constituyen una especie de espejo en el que Dios se ve a sí mismo. Son expansión de su amor, pues quiso compañeros y compañeras a su lado. Él no es soledad, sino comunión de los Tres divinos –Padre, Hijo y Espíritu Santo– y quiere incluir en esta comunión a toda la naturaleza y al hombre y a la mujer, creados a su imagen y semejanza.

Al decir esto, descansa nuestro preguntar cansado, pero ante el Misterio de Dios y de todas las cosas, continúa nuestro preguntar, siempre abierto a nuevas respuestas.

*Leonardo Boff ha escrito junto con el cosmólogo canadiense Mark Hathaway, El Tao de la liberación: explorando la ecología de la trasformación, Vozes 2012; La nueva visión del universo, Petrópolis 2022.

Traducción de María José Gavito Milano

Francisco viajará a Lisboa del 2 al 6 de agosto

Religión digital

El Papa Francisco acompañará durante casi toda la JMJ de Lisboa a centenares de miles de jóvenes, tal y como ha anunciado el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni. En concreto, Bergoglio llegará a la capital portuguesa el 2 de agosto, y permanecerá hasta la clausura de la cita, el 6 de agosto.  

El viaje, respondiendo "a la invitación de las autoridades civiles y eclesiásticas de Portugal", incluirá una visita al santuario de Fátima el 5 de agosto, antes de la multitudinaria Vigilia con los jóvenes de los cinco continentes. En un principio, la llegada del Papa estaba prevista la tarde del jueves.  VER NOTICIA

Cristianisme i Jusiticia: "Los CIE son centros de castigo"

 Religión digital

El centro de estudios Cristianismo y Justicia acaba de presentar en Barcelona y Madrid su último cuaderno, que firma Laura Zanón, y que analiza las consecuencias que tiene en la vida de las personas haber pasado por un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE)  LEER NOTICIA

FE ADULTA

fe adulta

col gerardo

 

Cuando hablamos de creer en Jesús, veo que en la iglesia admitimos todo tipo de creencia. Desde una fe popular, que se manifiesta en prácticas religiosas con mayor o menor adhesión a Jesucristo, hasta una fe de firme descubrimiento y entrega con seguimiento de Jesucristo.

Me resulta chocante que por parte de la jerarquía, incluido el papa, se den por bueno prácticas más o menos superficiales. Pero… algo quedará… Decimos.

Tenemos el regalo de contar con muy buenos teólogos, que descubren y nos ayudan a profundizar en la Persona de Jesús, en su Mensaje, en sus sacramentos. Pero luego los dejamos a un lado y seguimos con el contenido del P. Astete.         

Me gustaría que los cristianos descubriéramos, profundizáramos, ahondáramos en la Persona y en el mensaje cristiano. Trabajar como tema fundamental el Evangelio y el contenido cristiano, visto hoy y desde los descubrimientos que hoy vamos haciendo. ¿Por qué quedarnos en cuatro trivialidades cuando hay tanto fondo y descubrimientos que enriquecen nuestras vidas y nuestras creencias?

Tengo la suerte de que en YouTube hay charlas con muy fuerte y profundo contenido evangélico, desde teólogos que van profundizando el mensaje, pero con lenguaje de hoy, con contenidos de hoy, con explicación de hoy. ¿Cómo contentarnos con generalidades y creencias generalizadas y sin llegar al fondo de nuestra fe?

Estamos trabajando en la iglesia el tema de la sinodalidad. Pero ¿se está haciendo bien? Siento que en la realidad se habla de grandes principios, pero no se avanza en participación. Nos quedamos en grandes afirmaciones generales, sin que eso influya en la organización y participación de nuestra comunidad, sin que todos los cristianos nos sintamos implicados y participantes de la comunidad.

Ya lo hemos comentado varias veces, pero siento que nuestra fe es muy infantil, no llegamos de ninguna manera a una Fe Adulta. Veo, leo y contemplo todas las explicaciones que sobre los distintos temas hay en esta página web y sobre todo en este estilo de Iglesia. ¿No podemos intentar que todos los cristianos entremos por esa profundidad de visión?

Si disfrutamos de una iglesia que trata de profundizar en la fe, ¿por qué no damos el paso y hacemos en la iglesia más catequesis de adultos, con mayor contenido y más profundidad? La fe como adhesión a Jesús vendrá de un mayor conocimiento y entrega.

En nuestra Iglesia podemos disfrutar de muchos teólogos que van escudriñando la fe. ¿Por qué no aprovechar sus descubrimientos cuando nos pueden ayudar un montón a calar en el seguimiento de Jesús? El papa Francisco reconoce, aplaude y apoya estos estudiosos. Aprovechemos y no lo dejemos simplemente en referencias.

CIENCIA, IDEOLOGÍA Y PODER

fe adulta/Religión Digital

col rodri guerra

Galileo Galilei ciertamente no murió en la hoguera, pero el hecho de que la autoridad eclesiástica obligara al anciano astrónomo a retractarse de sus teorías no fue un bello momento en la historia de la ciencia. Paul Feyerabend, en su libro “Contra el método”, ha intentado afirmar que tanto las instancias eclesiásticas como Galileo tuvieron una actitud científica en las diversas posturas que mantuvieron en su momento. Sin embargo, el “caso Galileo” ha quedado como recuerdo de que es mejor que la ciencia mantenga su independencia y libertad respecto del poder –eclesiástico, económico o estatal–.

La razón de esta anhelada independencia no es difícil de advertir: el conocimiento científico es tal si es fiel al dato ofrecido por la experiencia. Buscar que la ciencia deba responder a los dictados del poder en turno, sea cual sea, no es una pretensión científica.

La ciencia sólo se refuta con ciencia

Todo científico lo sabe: la ciencia sólo se refuta con ciencia. Por esta razón, en todos los ámbitos del saber existe debate, verificación de resultados, publicación con arbitraje doble ciego, y un sinfín de medidas para aproximarse, en la medida de lo posible, a la exploración rigurosa de la realidad. El poder político debe brindar el espacio, la libertad y la justicia elemental para que la ciencia exista. Sin embargo, habiendo construido este espacio, todo lo demás es preciso que sea respeto. Respeto a la libertad de investigación, respeto a la dignidad de todas las personas involucradas en la actividad académica.

Hace unos días tuve la oportunidad de conversar con un conjunto de rectores, miembros de la junta directiva de ODUCAL (Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe). Esta organización reúne a 115 universidades con más de un millón y medio de alumnos. Luego de escuchar diversas informaciones sobre la vida universitaria en América Latina, tocamos brevemente el tema de la libertad e independencia de la actividad académica respecto al poder político. Con tristeza tuvimos que constatar cuan frecuente es el hostigamiento directo o indirecto de instancias no-académicas, no científicas, en la realidad universitaria contemporánea. Ya sea por prejuicios ideológicos o por intereses de poder, la libertad académica se encuentra en riesgo.

Campea el 'pensamiento débil'

Tengo la impresión de que este fenómeno, en su versión más contemporánea, hay que encuadrarlo en un contexto amplio de descrédito a la actividad intelectual, la ciencia rigurosa y la necesidad de expertos reales. En muchos espacios y ambientes el “pensamiento débil” campea. Y el “pensamiento débil” frecuentemente está asociado a la actitud de creer saberlo todo y al fanatismo. Estudiar con método por largos años ayuda a descubrir, entre otras cosas, el tamaño de la propia ignorancia.

El papa Francisco con frecuencia insiste en la importancia de mantener el “pensamiento incompleto”, la capacidad de cuestionar y de dudar, para mantener vivo el asombro sin el cual es imposible descubrir la verdad hasta el fondo. Sólo así es posible superar la fácil tentación de las ideologías que sofocan y reducen la verdad a alguno de sus aspectos. Sólo así es posible readquirir energías y creatividad para enfrentar al poder autorreferencial. La idea, de hecho, es muy antigua. Gregorio de Nisa, en el siglo IV, ya decía: “Los conceptos crean ídolos. Sólo el asombro conoce”.

 

Rodrigo Guerra López, Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina


ALISTAIR DUTTON: "NECESITAMOS RECUPERAR LA CONFIANZA Y LA ALEGRÍA PROPIAS DE CÁRITAS, Y ÉSTE ES EL ESPÍRITU ADECUADO"

Religión Digital / Vatican News

col bordoni

 

“Caritas Internationalis mira al futuro y el pasado no cambiará su misión”. Con estas palabras, Alistair Dutton, ex director ejecutivo de Cáritas Escocia y nuevo secretario general de la organización, se presentó a los periodistas en la Sala de Prensa del Vaticano, junto con el nuevo presidente, monseñor Tarcisio Isao Kikuchi. Los nuevos dirigentes, elegidos por los participantes en la Asamblea General de Roma, celebrada la pasada semana, dirigirán la Confederación hasta el 2027. "Estamos preparados para responder a las emergencias y promover el desarrollo humano", afirma Dutton a Vatican News - Radio Vaticano.

Alistair Dutton, usted recibió el nombramiento en un momento crucial para la familia de Cáritas. ¿Con qué espíritu e intención se embarca en esta nueva andadura en la Confederación?

Creo que lo que he visto esta última semana ha dado el tono adecuado. Lo ocurrido en los últimos meses fue chocante para muchos de nosotros. No conocíamos los detalles y muchos teníamos preguntas. Pero cuando nos reunimos la semana pasada, había un verdadero deseo de comprender, de saber, aunque con dolor y frustración. Necesitamos recuperar la confianza y la alegría propias de Cáritas, y éste es el espíritu adecuado.

Había un ambiente estupendo entre los delegados. No sentí ninguna tensión. La gente hacía preguntas, admitían que no se sentían "muy positivos", pero al mismo tiempo decían que querían "mirar hacia delante y avanzar hacia el futuro". Así que creo que tiene sentido intentar asimilar todo esto y luego avanzar juntos y volver al punto de partida.

Y sé que tanto el Santo Padre como la Santa Sede desean que esto se logre. Así que tenemos que unirnos como una sola familia de Cáritas, y volver a los buenos tiempos, sabemos que podemos hacerlo, sabemos que podemos realizar el extraordinario trabajo que hace la organización para llevar el amor de Dios al mundo. Centrémonos en eso y dejemos el pasado en el pasado.

Usted asume este cargo en un momento en el que hay muchas crisis en el mundo: Ucrania, Myanmar, Etiopía... ¿Las han tenido en cuenta en su plan estratégico cuatrienal para el futuro de Cáritas? ¿Cómo piensan abordarlas?

El mundo cambia constantemente. En este momento, por ejemplo, la atención se centra en Sudán; las pasadas Navidades nunca lo habríamos imaginado, no estaba en el plan estratégico. Lo que necesitamos son estructuras y capacidades. De ese modo, cuando haya un caso como el de Sudán, podremos responder. O cuando haya uno como el de Ucrania, sabremos cómo responder. El mundo se ha vuelto más frágil. Las desigualdades son mucho más pronunciadas.

Cáritas tiene una organización en cada uno de estos países. Así que, aunque hay muchas cosas que hacer como Cáritas, lo más bonito es trabajar con cada uno de los miembros y Ucrania es un ejemplo maravilloso de ello. Tenemos dos miembros allí, y esto se debe a los diferentes ritos de la Iglesia y lo que estas dos agencias han conseguido allí es increíble.

Creo que puedo decir, y con razón, que ellos y la Cruz Roja son la mayor red de todo el país en cuanto a la extensión y la cantidad de trabajo que han sido capaces de hacer. Lo que hay que preguntar a los ucranianos es: ¿qué necesitan? ¿Qué ayuda necesitan para volver a ponerse en marcha?

A veces se trata también de proporcionar competencias especiales para que puedan destinar personal a cubrir puestos y luego, por supuesto, hay flujos financieros que les permiten hacerlo. La oración es una parte muy importante de todo esto, y cada vez que nos reunimos saben que estamos con ellos. Así que hay muchas formas diferentes en las que los miembros de todo el mundo apoyan a Ucrania, y esto es lo que se puede hacer en cada situación. Para los que están en un país pequeño es la manera de sentirse parte de algo, de poder hacer algo, y no son necesariamente los países ricos, sino también los más pequeños los que se sienten limitados, pero saben que Cáritas está ahí para ellos.

¿Cuál es su plan estratégico a cuatro años?

Cinco prioridades: la relación con la Iglesia y cómo colaboramos estrechamente como parte de ella; cómo respondemos a las emergencias; el desarrollo humano integral; el trabajo en diversas cuestiones de incidencia política. Y, por último, el desarrollo de capacidades y cómo garantizamos que nuestras organizaciones puedan responder cuando sea necesario e implicarse como deseen.

El papa Francisco ha hecho repetidos llamamientos en favor de las personas olvidadas, de los conflictos olvidados. ¿Qué utilidad tiene esto para su trabajo? Como ha dicho antes, ustedes son la organización que da voz a los olvidados...

El mensaje del papa Francisco es realmente inspirador para nosotros y, en muchos sentidos, resume nuestra misión y dónde creemos todos que debemos estar. Cáritas debe estar en la periferia. No podemos estar cómodos en el centro. Debemos estar "sucios y heridos".

Debemos tener tierra bajo las uñas y ser evangelizados por los pobres. Debemos salir y buscar donde el Espíritu Santo nos lleve, y escuchar de verdad la voz de los que están en los márgenes, de los que están en las periferias, de los que sufren la injusticia, porque debemos escucharlos para saber cómo responderles. No podemos quedarnos en bonitos despachos. Tenemos que estar "afuera"...

Por último, ¿hay algún llamamiento que quiera hacer?

Sí. En cada país hay una Cáritas y Cáritas es amor. Sólo podemos hacerlo gracias a los voluntarios y al personal de ese país. Así que, por favor, apoyen a su Cáritas local, ya sea con oraciones, voluntariado o fondos. De cualquier forma que participes, ayúdanos a extender el abrazo del amor en tu parte del mundo.

 


JOAN MARI IRIGOIEN. IN MEMORIAM



JOSÉ ARREGI 

Joan Mari Irigoien (Altza, 1947-2023), reconocido poeta y novelista vasco en euskera. Altza, el nombre de su barrio natal de Donostia, es también el nombre vasco del aliso, del que en el cancionero vasco se dice: “Altzak ez du bihotzik” (el aliso no tiene médula, literalmente “corazón”). Un hombre creador, solitario y solidario. Un hombre rebelde y pacífico, libre. Falleció anteayer, 17 de mayo, tras haber decidido en plena lucidez y paz el lugar, el día, la hora de poner fin a su vida mortal sufriente, durmiéndose plácidamente para hacerse uno con la Vida que no nace ni muere, y tras haber dispuesto minuciosamente la manera en que quería ser despedido por su familia y por los más próximos de sus innumerables amigos y admiradores. Dispuso, entre otras cosas, que yo interviniera en su despedida, y no pude negarme. Esto es lo que dije (con alusiones a algunas de sus obras como Biziminaren sonetoak – Sonetos del deseo [o del dolor] de vivir” –, Babilonia, Lur bat haratago –Una tierra más allá–):

Te saludo, Joan Mari, querido amigo. Te saludo y te honro, hijo de Altza, aliso con corazón, árbol esbelto tú mismo, con raíces profundas en la tierra y ramas extendidas al cielo. Te saludo y te honro.

Nos reunimos en el dolor, pero sin amargura. Y ahora que hemos perdido la forma que has sido, que hemos amado, me viene a la mente tu soneto In principium: “Si el ojo viera…, pero ¿qué ve? La piel, la máscara y el disfraz; los colores y las líneas de la forma. Otra cosa sería si viera el fondo”.

Aquí estamos, pues, según tu voluntad, vueltos los ojos al interior, hacia el fondo de ti, más allá de todas las formas. No es fácil la tarea que nos pones, Joan Mari, la de descubrir en ninguna parte y en todos los lugares el fondo, la esencia y a la vez la carne de tu presencia tierna y luminosa.

Esta vez te nos has ido mucho más más lejos, más allá de BabiloniaUna tierra más allá, más allá de la Tierra y de todos los planetas y estrellas, ahora sin necesidad de lupa para ver con asombro el eterno multiverso que se revela en el cáliz de las flores. Te nos has ido más allá… y has llegado más acá de nosotros, Joan Mari, más acá de todos los átomos y partículas y de todas las formas, más acá del antes y después, de lo alto y de lo bajo, más acá de tu tuidad y de nuestra mismidad limitada, hasta el corazón de la infinita totalidad de todo lo que es. Salimos, pues, a tu encuentro, a buscar, los ojos siempre abiertos al más allá del más acá. Aquí nos tienes, Joan Mari, aquí te tenemos.

Te saludamos y te honramos a ti que ya has recorrido el camino de la forma de tu vida, nosotros, caminantes aún y errantes a menudo. Admiro y bendigo tu vida con sus campos soleados y sus zonas sombrías. Y no porque tu vida ha sido fecunda y exitosa, sino porque has sido sincero y libre y bueno, y no has cedido a la ambición, la avaricia, la ganancia, la vanidad, la lisonja, el afán de exhibición, en una palabra: a la mentira. Porque has bebido de tu más profunda fuente interior, porque has caído y te has levantado, porque en la oscuridad más negra has dejado a la luz abrirse paso. Bendigo tu rostro de niño, tan risueño como pícaro. Has sido costurero de palabras y jugado con la palabra, tejido historias, hilado poemas, sin halago ni engaño ni violencia alguna. El humor ha sido tu vía de escape y tu medicina de la dureza, tu arma inteligente, porque al fin y al cabo lo blando vence a lo duro, como el agua a la piedra.

Pero has maldecido todos lo que hay que maldecir: la tortura, la xenofobia, la vanidad, la cementitis que va camino de cubrir la tierra, los imperios y los poderes, los ejércitos y las banderas. Sin embargo, a los autores y causantes de todo ello no los has maldecido, porque la venganza y la cárcel y la pena de muerte no borrarán de la tierra común la maldición, como te enseñaron Laozi de China y Jesús de Nazaret y Francisco de Asís. ¿Lo aprenderemos alguna vez? Tú lo aprendiste. ¡Felicidades, Joan Mari!

Has cumplido con sobresaliente. Y al término de tu camino, has puesto tu firma final a toda la vida en plena posesión de ti mismo, entregando la córnea de tus ojos y tu hígado y los riñones a quien los necesite, y el último aliento a nosotros, tan necesitados de aliento. ¡Gracias, Joan Mari!

Has coronado el soneto de la Vida, haciéndote uno con el poema infinito de la Vida. La Memoria Infinita que te une para siempre con nosotros y con todo curará el recuerdo doliente que nos queda.

 

José Arregi

En el tanatorio Rekalde, 18 de mayo de 2023 (traducido del euskera)

Josearregi.com - 19/05/2023

LA CONCIENCIA DE UN COMUNISTA ATEO

fe adulta

col haya

 

Frecuentemente he defendido que la conciencia ética es nuestro punto de conexión permanente con Dios. La mística, según Panikkar es “el punto tangencial con la eternidad”, una breve experiencia de la Vida indefinida en su plenitud. La conciencia es algo más modesto; no percibe la Vida eterna en su plenitud, sino el rayo de luz que ésta enfoca sobre las realidades temporales; es la voz de Dios.

Alguna vez he descrito la conciencia como la interfaz que Dios se ha reservado para comunicarse con cada uno de nosotros en sus circunstancias de época y cultura. En otra ocasión la presenté como el ombligo que nos une a Dios nuestra madre. Incluso he imaginado que el mismo Dios es la conciencia universal que se hace presente en cada ser humano.

Las religiones en cambio (incluido el cristianismo) son estructuras humanas, nacidas de una conciencia sensible a esa voz de Dios, para socializar la manifestación de esas conciencias en grupos humanos, en cuanto a comportamientos, expresiones emocionales, y explicaciones intelectuales.

La conciencia por tanto, según todos los moralistas, es el criterio definitivo que tiene el ser humano para tomar sus decisiones, aun por encima de la autoridad de la Iglesia o del Papa, si es necesario (Ver Gaudium et Spes n.º 16). “Mejor equivocarse siguiendo la propia conciencia que acertar contra ella” (Cardenal Newman).

No obstante, como todo lo temporal y humano, la conciencia puede equivocarse, sufrir distorsiones por nuestros egoísmos; por eso la conciencia, antes de adoptar su última palabra, debe ser humilde y contrastar su juicio con sus grandes referentes éticos y espirituales (Jesús, Buda, Confucio, Mahoma…).

Un comunista ateo

¿A qué viene esta larga introducción? Pues porque en la novela “Dime quién soy” he encontrado un pasaje en que se plasma muy vivamente lo que vengo defendiendo sobre la conciencia. La autora es Julia Navarro, periodista y escritora de novelas históricas, aunque ella dice que la historia sólo es el escenario (muy bien documentado) en que se mueven sus personajes.

Krisov es un funcionario soviético, entusiasta convencido del ideal de justicia social de la revolución rusa, y jefe de un grupo de espías diseminados por el mundo, entre los que se encuentra Pierre. Ahora ha cambiado el jefe superior, y el nuevo está eliminando al equipo de su predecesor; Krisov sabe que tiene puesta la vista en él y en su equipo. Por eso va a Buenos Aires a advertir a Pierre.

 “- ¿Me está diciendo que ha venido a buenos Aires a decirme que debo desertar?

- No le estoy diciendo que deserte, le estoy exponiendo cuál es la situación, y ahora es usted quien debe decidir lo que hace. Yo he cumplido con mi obligación.

No quiera hacerme creer que ha desertado pero que se ha sentido en la  obligación de venir a avisarme antes de desaparecer. Eso es pueril – dijo Pierre levantando la voz.

- Tener conciencia es un inconveniente y yo, amigo mío, la tengo, nunca he podido desprenderme de ella. Soy ateo, he borrado de mi mente todas las historias que mis padres me contaban de niño, y las que el pope se empeñaba en que aceptáramos como única verdad. No, no creo en nada, pero me quedó grabada una conciencia en algún lugar de mi cerebro, le aseguro que me hubiera gustado prescindir de ella porque es la peor compañera que puede tener un hombre” (p. 282-283).

Julia Navarro ha descrito muy bien a sus personajes. Son entusiastas de la revolución rusa y sacrifican su vida por este ideal. Sin embargo la arbitraria injusticia de algunos jefes supremos les hace desertar y desaparecer del alcance de la extensa red de espionaje. Han visto la condena a Siberia o la ejecución de algunos compañeros por la mera desconfianza de su jefe.

Krisov sigue fiel al ideal de la revolución, pero huye de la arbitraria crueldad de su nuevo superior. Se reconoce como comunista y ateo, pero es fiel a su conciencia que le exige lealtad con aquellos colaboradores que han colaborado y confiado plenamente en él, y se arriesga a que Pierre “cumpliendo su obligación” denuncie su paso por buenos Aires y facilite su captura y ejecución.

La conciencia es algo superior a él mismo, y le exige que arriesgue su vida para cumplir “la obligación” (el imperativo categórico) de avisar a su colaborador.

 

Gonzalo Haya

gonzalohaya@telefonica.net

MONS. OJEA: “EL COMUNICADOR TIENE QUE VIVIR UN PROFUNDO AMOR A LA PERSONA HUMANA”

fe adulta

col modino


Con motivo de la 57° Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, Mons. Oscar Ojea reflexionó diciendo que “el lema para esta Jornada de las Comunicaciones Sociales, el día de la Ascensión del Señor, es ‘hablar con el corazón’”. Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “el amor y la verdad tienen que ir juntos en la comunicación, es importante comunicar la verdad, es fundamental para los comunicadores no desinformar y decir aquello que es verdadero, pero al mismo tiempo es muy importante recordar como dice el libro de los Proverbios: ‘la palabra suave quiebra los huesos’, no podemos hacerles el juego a la indiferencia y a esta necesidad de humillar al otro en la comunicación”.

No crear un clima que no favorece la paz

En sus palabras resaltó que “todo esto no nos hace bien y crea en nosotros un clima que no favorece a la paz”, recordando las palabras del Salmo: “El amor y la verdad se encontrarán, la justicia y la paz se abrazarán”. Para el obispo de San Isidro, “somos lo que comunicamos, por eso es tan importante hablar con el corazón”. Unas palabras que como hace ver Mons. Ojea, “el Papa Francisco invoca en estas jornadas el patrocinio de San Francisco de Sales, del cual se cumplen 400 años en su canonización. San Francisco de Sales, patrono de los periodistas”.

El presidente del episcopado argentino recuerda que este santo, “podía comunicarse con un sordomudo solo porque hablaba con el corazón”. Desde ahí insiste en que “este santo de la ternura es fundamental para la comunicación en este momento; cualquier otro modo, aquel que humille, que favorezca las divisiones, todo eso hace muchísimo mal, sobre todo en un tiempo de guerra, en un tiempo donde el espíritu se va ‘cebando’ con los temas que tienen que ver con las agresiones, la violencia, todo lo que favorece el marco de la guerra; la guerra comienza siempre desde adentro del corazón del hombre y luego se materializa hacia afuera”.

Comunicarse con ternura

Desde ahí resalta que “por eso es tan fundamental en este momento, las y los comunicadores que luego de escuchar e intentar ver, al transmitir la realidad, con una escucha profunda, puedan comunicarse con ternura, puedan comunicarse con el corazón”. Para el prelado argentino, “la comunicación en realidad es de corazón a corazón. Si esa comunicación favorece cualquier tipo de división, de separación, de grieta, nos hace mucho mal, porque en el fondo muchos inconscientemente buscamos que el comunicador confirme aquellos sentimientos negativos que podemos tener hacia muchísimos lados; se produce como una estimulación de aquello que nos hace mal”.

Mons. Ojea destacó que “el comunicador tiene que vivir un profundo amor a la persona humana, una profunda confianza en que la persona pueda llegar a transformar el mundo en el que vive; no a sobrevivir, sino a transformar, por eso es tan fundamental para el comunicador hablar con el corazón”. Finalmente, pidió al Señor “por todas y todos los comunicadores que tenemos, una responsabilidad tan grande para preservar la paz en el mundo en que vivimos”.

 

Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Religión Digital

NO NOS QUEDEMOS PLANTADOS MIRANDO AL CIELO. VOLVAMOS CON CRISTO JESÚS A LOS CAMINOS DE LA VIDA

fe adulta

col agrelo

 

Es siempre Pascua, Cristo resucitado está siempre con nosotros, pero hoy lo celebramos elevado más allá de nosotros, al cielo, a su Dios, a nuestro Dios.

Hoy, la nube de la divinidad aparta a Jesús de nuestra vista, que no de nuestra vida. De ahí que no nos quedemos plantados mirando al cielo, sino que volvamos con Cristo Jesús a los caminos de la vida.

Hoy la Iglesia contempla a Jesús enaltecido en Dios y lo aclama con las palabras del salmista: “Dios asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas”.

Contempla lo que celebras e imita lo que contemplas: el que ahora asciende es el mismo que ha descendido; el que ahora es enaltecido es el que antes se ha rebajado a sí mismo; aquel de quien hoy celebras con gritos de júbilo la ascensión es el mismo de quien has celebrado junto con los ángeles la encarnación.

Si quieres entender qué significa “ser levantado”, “ser enaltecido”, “subir”, has de aprender primero qué significa “bajar”, “descender”, “rebajarse a sí mismo”, “encarnarse”.

Éste es el misterio de la fe: “Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz”.

Ese camino hacia lo hondo, hacia “lo profundo de la tierra”, ese “despojarse”, “rebajarse”, “someterse”, es el camino que lleva al “enaltecimiento”, como si no hubiese otro modo de acceder a él, como si el “vaciamiento de sí” fuese el seno natural donde se genera el señorío de Cristo Jesús.

El cántico de la fe lo expresa así: “Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el nombre sobre todo nombre, de modo que, al nombre de Jesús, toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”.

Cristo Jesús “fue levantado” porque “se abajó”; se le dio “un nombre sobre todo nombre” porque a sí mismo se dio un nombre bajo todo nombre; fue constituido Señor porque asumió la condición de esclavo.

Hoy contemplas y celebras al que es primero porque se hizo último, al que es rico porque se hizo pobre, al que “es Señor” de todos porque se hizo “siervo” de todos.

Tú, Iglesia de Cristo, sabes y confiesas que él “no se ha ido para desentenderse de nuestra pobreza, sino que nos precede el primero como cabeza nuestra, para que nosotros, miembros de su cuerpo, vivamos con la ardiente esperanza de seguirlo en su reino”.

Tú sabes y confiesas que el destino de Cristo Jesús es tu destino.

Y no olvidas que el camino de quien es cabeza nuestra, es también el camino de los miembros de su cuerpo; no olvidas que has de bajar con Cristo Jesús hasta los hambrientos de pan y de justicia, hasta el peregrino, el forastero y el emigrante, hasta el enfermo, hasta el encarcelado y el okupa, hasta el que no es como tú, el que no es de los tuyos, el que está en lo más hondo. No olvidas que has de bajar con Cristo Jesús hasta Cristo Jesús.

Si bajas, él te llevará consigo a lo alto, más allá de la nube que lo apartó de tu vista.

Él te llevará hasta Dios.

Feliz ascensión desde la encarnación, Iglesia cuerpo de Cristo.

 

Santiago Agrelo

Religión Digital

¿A QUÉ EXPERIENCIA ME REMITE EL ESPÍRITU SANTO, HOY? DOMINGO DE PENTECOSTÉS (A) (Jn 20,19-23)

FE ADULTA

col paret


Un signo de nuestro tiempo es la constatación de un espíritu universal. El ser humano actual se manifiesta ciudadano del mundo. Los medios de comunicación difunden tanta información (también basura), tantos acontecimientos relevantes en tiempo real que podríamos pensar que el entendimiento es posible. Sin embargo, este espíritu universal no se realiza sin graves tensiones y desencuentros. Es más, los motivos por los que los pueblos se ven abocados a reunirse no son, por lo general, el llegar a lograr una fraternidad sin fronteras. Uno de los objetivos prioritarios es la competitividad en el mercado internacional o la opresión secular de unos sobre los otros. La complejidad de estas dificultades son como los dolores de parto de un mundo que pugna por dar a luz lo universal, que va construyendo la unidad y la conciencia de que todos formamos parte de un mismo pueblo con un mismo destino.

La Iglesia, comunidad del Espíritu de Unidad, extendida entre todos los pueblos, trata de anunciar y testimoniar que somos un solo pueblo viviendo una comunión de hermanos y hermanas. El Espíritu Santo es aliento de vida, empuje creador, fuerza para reparar lo dañado, reunir lo separado, viento que barre la contaminación, fuego purificador, agua que limpia y fecunda…

El Espíritu de Dios es un poder infinito de amor. “Revoloteaba sobre las aguas” (Gn 1,2) desde la creación. Se revela constantemente en cada logro positivo del ser humano, en el coraje de cada persona y generación. Dios Espíritu-Ruah se ha embarcado en la misma historia y es para todos/as Sabiduría, Señora y Dadora de vida, Maestra, Defensora, Reveladora de la Palabra de Dios. El Espíritu de Dios es, a la vez, el Espíritu de Jesús, el que lo ha resucitado. Ello significa que el Espíritu que creó el mundo, el que lo sostiene y lo impulsa permanentemente con Amor le dará la plenitud haciendo posible la nueva creación en el universo. El acontecimiento pascual acontece simultáneamente: muerte-resurrección-ascensión-pentecostés.

Surge deslumbrante la certeza: creado para el amor y la alegría, el ser humano está llamado a la alegría y el amor –ésa es su verdadera naturaleza- y esto se cumplirá. Conocer ese fondo último que nos habita, es conocer a Dios; vivir ese amor, esa belleza y libertad que somos, es vivir a Dios y en Dios, que es el nombre de la vida. Ese es el mensaje que nos transmite Juliana de Norwich, beguina.

“Desde el momento en que esto me fue revelado, deseé muchas veces saber lo que nuestro Señor quería decir. Y años después me fue respondido en mi entendimiento: “Y bien, ¿deseas saber lo que nuestro Señor ha querido decir? Conócelo bien, amor era su significado. ¿Quién te lo revela? Amor. ¿Qué te reveló? Amor. ¿Por qué te lo reveló? Por amor. Permanece en ello y conocerás más y más el amor”. “Así me fue enseñado que el amor es el propósito último de nuestro Señor. Y vi con plena certeza que Dios, ya antes de crearnos, nos amaba. Su amor nunca disminuyó y nunca disminuirá. En nuestra creación, tuvimos un principio, pero el amor en el que nos creó estaba en Él desde toda la eternidad”.

Las tres lecturas de este domingo, confluyen en esta certeza. En Hechos 2,1-11, encontramos el significado de Pentecostés: el Espíritu-Ruah nos invita a hablar nuevos lenguajes, emplear metáforas femeninas, atrevernos a recrear formulaciones anacrónicas que no nos dicen nada. Nadie debería tener, ni siquiera la Iglesia, el monopolio de la evangelización, de la teología, del conocimiento. La liturgia actual clama una profunda renovación. La Divinidad es ternura, madre, compasión, efusión, matriz, presencia, fuente, brisa, vida, luz, bondad, fuego, misericordia, aliento... ¿lo expresamos así, hoy, en nuestras celebraciones?

El Salmo 103 proclama: “Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra” entendiendo que es presencia que ya nos habita. En la 1 Carta a los Corintios (12,3b-7.12-13) Pablo nos recuerda que “hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo”. La Iglesia no puede seguir siendo espacio de discriminación entre hombres y mujeres, entre clérigos y laicos, entre culturas privilegiadas y culturas arrinconadas o despreciadas. ¿Qué puertas mantiene todavía cerradas? ¿Y yo?

El primer día de la semana la comunidad se encuentra reunida, celebra la fracción del pan, la Eucaristía; es en la mesa compartida donde descubrimos al Resucitado. Porque creemos, “vemos”. Esa experiencia nos habla del Espíritu, de la misión a la que estamos llamados, de la paz y del perdón que debemos ejercitar cada día. “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. El núcleo central es, pues, comunicar y favorecer la vida ya que Él ha venido “para que tengan vida y la tengan abundante” (Jn 10,10). Sentirse enviado es reconocerse “cauce” a través del cual la Vida se manifiesta en mí, en nosotros, tal como somos. El Resucitado comunica su propio Espíritu y nos hace partícipes de su propio Dinamismo y de su propio Gozo, el mismo que lo acompañó durante toda su vida.

Dios Espíritu es el fundamento de nuestro ser y la fuerza de unión de la comunidad. Por eso las personas se entienden, porque la lengua del Espíritu es el Amor, que todo el mundo puede comprender. La vivencia de la fraternidad de las primeras comunidades, mediante la fe en Jesús presente en ellos por el Espíritu, pronto se convierte en estructura jerárquica donde unos pocos mandan y la mayoría obedece. ¿A quién? No es la voluntad de Dios lo que se busca, sino someter a los demás a la propia voluntad.

El “perdonar y retener los pecados” se halla vinculado a la tradición sinóptica de “atar y desatar”. La lectura que hizo el concilio de Trento, que vio en estas palabras la institución del sacramento de la penitencia, es una interpretación dogmática, que fuerza lo que el texto quiere expresar. La clave para salir de ese callejón sin salida es ponernos a la escucha del Misterio de Dios, aprender a percibirlo en lo más íntimo de nuestro ser, aun en medio de la mediocridad y la frivolidad del mundo que nos rodea. Se nos reconoce, pues, como sus discípulos/as en cuanto habitados por aquel mismo “Espíritu de verdad”, que nos capacita para discernir lo verdadero de lo falso.

¡Shalom!

DOMINGO DE PENTECOSTÉS (A) Jn 20,19-23

 


José Antonio Pagola

Aterrados por la ejecución de Jesús, los discípulos se refugian en una casa conocida. De nuevo están reunidos, pero ya no está Jesús con ellos. En la comunidad hay un vacío que nadie puede llenar. Les falta Jesús. No pueden escuchar sus palabras llenas de fuego. No pueden verlo bendiciendo con ternura a los desgraciados. ¿A quién seguirán ahora?

Está anocheciendo en Jerusalén y también en su corazón. Nadie los puede consolar de su tristeza. Poco a poco, el miedo se va apoderando de todos, pero no tienen a Jesús para que fortalezca su ánimo. Lo único que les da cierta seguridad es «cerrar las puertas». Ya nadie piensa en salir por los caminos a anunciar el reino de Dios y curar la vida. Sin Jesús, ¿cómo van a contagiar su Buena Noticia?

El evangelista Juan describe de manera insuperable la transformación que se produce en los discípulos cuando Jesús, lleno de vida, se hace presente en medio de ellos. El Resucitado está de nuevo en el centro de su comunidad. Así ha de ser para siempre. Con él todo es posible: liberarnos del miedo, abrir las puertas y poner en marcha la evangelización.

Según el relato, lo primero que infunde Jesús a su comunidad es su paz. Ningún reproche por haberlo abandonado, ninguna queja ni reprobación. Solo paz y alegría. Los discípulos sienten su aliento creador. Todo comienza de nuevo. Impulsados por su Espíritu, seguirán colaborando a lo largo de los siglos en el mismo proyecto salvador que el Padre ha encomendado a Jesús.

Lo que necesita hoy la Iglesia no es solo reformas religiosas y llamadas a la comunión. Necesitamos experimentar en nuestras comunidades un «nuevo inicio» a partir de la presencia viva de Jesús en medio de nosotros. Solo él ha de ocupar el centro de la Iglesia. Solo él puede impulsar la comunión. Solo él puede renovar nuestros corazones.

No bastan nuestros esfuerzos y trabajos. Es Jesús quien puede desencadenar el cambio de horizonte, la liberación del miedo y los recelos, el clima nuevo de paz y serenidad que tanto necesitamos para abrir las puertas y ser capaces de compartir el evangelio con los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

Pero hemos de aprender a acoger con fe su presencia en medio de nosotros. Cuando Jesús vuelve a presentarse a los ocho días, el narrador nos dice que todavía las puertas siguen cerradas. No es solo Tomás quien ha de aprender a creer con confianza en el Resucitado. También los demás discípulos han de ir superando poco a poco las dudas y miedos que todavía les hacen vivir con las puertas cerradas a la evangelización.

DIOS ES ESPÍRITU, IMAGINARLO DE OTRA MANERA NOS LLEVA A LA IDOLATRÍA PENTECOSTÉS (A) Jn 20,19-23

fe adulta

col fraymarcos

 


Espíritu es el concepto más escurridizo de la teología. La Escritura no es de gran ayuda en este caso, porque las numerosas referencias al Espíritu, tanto en el AT como en el NT no se pueden entender al pie de la letra. Apenas podremos encontrar dos pasajes en los que tenga el mismo significado. El valor teológico lo debemos descubrir en cada caso, más allá de la literalidad del discurso. Algo está claro: en ningún caso en toda la Biblia podemos entenderlo como una entidad separada que actúa por su cuenta.

Pablo aporta una idea genial al hablar de los distintos órganos. Hoy podemos apreciar mejor la profundidad del ejemplo porque sabemos que el cuerpo mantiene unidas a billones de células que vibran con la única vida. Todos formamos una unidad mayor y más fuerte aún que la que expresa en la vida biológica. El evangelio de Juan escenifica también otra venida del Espíritu, pero mucho más sencilla que la de Lucas. Esas distintas “venidas” indican que Dios-Espíritu-Vida no tiene que venir de ninguna parte.

No estamos celebrando una fiesta en honor del Espíritu Santo ni recordando un hecho que aconteció en el pasado. Estamos tratando de descubrir y vivir una realidad que está tan presente hoy como hace dos mil años. La fiesta de Pentecostés es la expresión más completa de la experiencia pascual. Los primeros cristianos tenían muy claro que todo lo que estaba pasando en ellos era obra de Dios: Padre, Hijo y Espíritu. Vivieron la presencia de Jesús de una manera más real que su presencia física. Ahora, era cuando Jesús estaba de verdad realizando su obra de salvación en cada uno de los fieles y en la comunidad.

Pablo dijo: sin el Espíritu no podríamos decir: Jesús es el Señor (1 Cor 12,3)”. Ni decir: “Abba” (Gal 4,6). Pero con la misma rotundidad hay que decir que nunca podrá faltarnos el Espíritu, porque no puede faltarnos Dios en ningún momento. El Espíritu no es un privilegio ni siquiera para los que creen. Todos tenemos como fundamento de nuestro ser a Dios-Espíritu, aunque no seamos conscientes de ello. El Espíritu no tiene dones que dar. Es Dios mismo el que se da, para que yo pueda ser lo que soy.

Cada uno de nosotros estamos impregnados de ese Espíritu-Dios que Jesús prometió (dio) a los discípulos. Solo cada persona es sujeto de inhabitación. Los entes de razón, como instituciones y comunidades, participan del Espíritu en la medida en que lo viven los seres humanos que las forman. Por eso vamos a tratar de esa presencia del Espíritu en las personas. Por fortuna estamos volviendo a descubrir la presencia del Espíritu en todos y cada uno de los cristianos. Somos conscientes de que, sin él, nada somos.

Ser cristiano consiste en alcanzar una vivencia personal de la realidad de Dios-Espíritu que nos empuja desde dentro a la plenitud de ser. Es lo que Jesús vivió. El evangelio no deja ninguna duda sobre la relación de Jesús con Dios-Espíritu: fue una relación “supra personal”. Lo llama papá, cosa inusitada en su época y en la nuestra; hace su voluntad; le escucha siempre. Todo el mensaje de Jesús se reduce a manifestar esa experiencia de Dios. Toda su predicación estuvo encaminada a hacer ver a los que le seguían que tenían que vivir esa misma experiencia para alcanzar la plenitud de humanidad que le alcanzó.

El Espíritu nos hace libres. “No habéis recibido un espíritu de esclavos, sino de hijos que nos hace clamar Abba, Padre”. El Espíritu tiene como misión hacernos ser nosotros mismos. Eso supone no dejarnos atrapar por cualquier clase de sometimiento alienante. El Espíritu es la energía que tiene que luchar contra las fuerzas desintegradoras de la persona humana: “demonios”, pecado, ley, ritos, teologías, intereses, miedos. El Espíritu es la energía integradora de cada persona y también la integradora de la comunidad.

A veces hemos pretendido que el Espíritu nos lleva en volandas desde fuera. Otras veces hemos entendido la acción del Espíritu como coacción externa que podría privarnos de libertad. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de Dios, que obra desde lo hondo del ser y acomodán­dose totalmente a la manera de ser de cada uno, por lo tanto, esa acción no se puede equiparar, ni sumar, ni contraponer a nuestra acción; se trata de una moción que en ningún caso violenta ni el ser ni la voluntad del hombre.

Si Dios está en cada uno de nosotros, no puede haber privilegiados. Dios no se parte. Si tenemos claro que todos los miembros de la comunidad son una cosa con Dios, ninguna estructura de poder o dominio puede justificarse apelando a Él. Por el contrario, Jesús dijo que la única autoridad, que quedaba sancionada por él, era la de servicio. "El que quiera ser primero sea el servidor de todos." O, "no llaméis a nadie padre, no llaméis a nadie Señor, no llaméis a nadie maestro, porque uno sólo es vuestro Padre, Maestro y Señor."

El Espíritu es la fuerza que mantiene unida la comunidad. En el relato de los Hechos, las personas de distinta lengua se entienden, porque la lengua del Espíritu es el amor, que todos entienden. Es lo contrario de lo que pasó en Babel. Este es el mensaje teológico del relato. Dios hace de todos los pueblos uno, “destruyendo el muro que los separaba, el odio”. El Espíritu fue el alma de la primera comunidad. Se sentían guiados por él y se daba por supuesto que todo el mundo tenía experiencia de su acción.

Jesús promueve una fraternidad cuyo lazo de unidad es el Espíritu-Dios. Para las primeras comunidades, Pentecostés es el fundamento de la Iglesia naciente. Está claro que para ellas la única fuerza de cohesión era la fe en Jesús que seguía presente en ellos por el Espíritu. No duró mucho esa vivencia generalizada y pronto dejó de ser comunidad de Espíritu para convertirse en estructura jurídica. Cuando faltó la cohesión interna, hubo necesidad de buscar la fuerza de la ley para subsistir como comunidad.

“Obediencia” fue la palabra escogida por la primera comunidad para caracterizar la vida y obra de Jesús en su totalidad. Pero cuando nos acercamos a la persona de Jesús con el concepto equivocado de obediencia, quedamos desconcertados, porque descubrimos que no fue obediente en absoluto, ni a su familia ni a los sacerdotes ni a la Ley ni a las autoridades civiles. Pero se atrevió a decir: “mi alimento es hacer la voluntad del Padre”. La voluntad de Dios no viene de fuera, sino que es nuestro verdadero ser.

Para salir de una falsa obediencia debemos entrar en la dinámica de la escucha del Espíritu que todos poseemos y nos posee por igual. Tanto el superior como el inferior, tienen que abrirse al Espíritu y dejarse guiar por él. Conscientes de nuestras limitaciones, no solo debemos experimentar la presencia de Espíritu, sino que tenemos que estar también atentos a las experiencias de los demás. Creernos privilegiados o superiores con relación a los demás, anulará una verdadera escucha del Espíritu.

 

LA IMPORTANCIA DEL ESPÍRITU Domingo de Pentecostés. Ciclo A

 col sicre art

fe adulta

La liturgia de la misa no ha tratado muy bien al Espíritu Santo. En el Gloria, después de extenderse en el Padre y el Hijo, al final, casi por compromiso, se añade: «con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre». Y el Credo, aunque lo reconoce «Señor y dador de vida», da más importancia a su relación con las otras personas divinas («procede del Padre y del Hijo») y limita su acción al Antiguo Testamento («habló por los profetas»). Afortunadamente, los textos bíblicos ofrecen una imagen mucho más rica. Pero también más compleja. Lucas y Juan ofrecen dos versiones muy distintas del don del Espíritu Santo, porque cada uno quiere ofrecer un mensaje peculiar. Pero es preferible comenzar por el texto más antiguo, el de la primera carta a los Corintios (escrita hacia el año 51).

La importancia del Espíritu (1 Corintios 12, 3b-7.12-13)

En este pasaje Pablo habla de la acción del Espíritu en todos los cristianos. Gracias al Espíritu confesamos a Jesús como Señor (y por confesarlo se jugaban la vida, ya que los romanos consideraban que el Señor era el César). Gracias al Espíritu existen en la comunidad cristiana diversidad de ministerios y funciones (antes de que el clero los monopolizase casi todos). Y, gracias al Espíritu, en la comunidad cristiana no hay diferencias motivadas por la religión (judíos ni griegos) ni las clases sociales (esclavos ni libres). En la carta a los Gálatas dirá Pablo que también desaparecen las diferencias basadas en el género (varones y mujeres). En definitiva, todo lo que somos y tenemos los cristianos es fruto del Espíritu, porque es la forma en que Jesús resucitado sigue presente entre nosotros.

La versión de Lucas (Hechos de los apóstoles 2,1-11)

A nivel individual, el Espíritu se comunica en el bautismo. Pero Lucas, en los Hechos, desea inculcar que la venida del Espíritu no es sólo una experiencia personal y privada, sino de toda la comunidad. Ya lo había anunciado el profeta Joel cuando dijo que el Señor enviaría su espíritu sobre todos los israelitas sin distinción de género (hijos e hijas) de edad (ancianos y jóvenes) ni de clase social (siervos y siervas). Por eso viene sobre todos los presentes, que, como ha dicho poco antes, era unas ciento veinte personas (cantidad simbólica: doce por diez). Al mismo tiempo, vincula estrechamente el don del Espíritu con el apostolado. El Espíritu no viene solo a cohesionar a la comunidad internamente, también la lanza hacia fuera para que proclame «las maravillas de Dios», como reconocen al final los judíos presentes.

La representación pictórica más famosa de esta escena es del cuadro de El Greco, conservado en el museo del Prado. Hay en él un detalle que puede pasar desapercibido: junto a la Virgen se encuentra María Magdalena. Por consiguiente, el Espíritu Santo no baja solo sobre los Doce (representantes de los obispos) sino también sobre la Virgen (se le permite, por ser la madre de Jesús) e incluso sobre una seglar de pasado dudoso (a finales del siglo XVI María Magdalena no gozaba de tan buena fama como entre las feministas actuales). El Greco no podía pintar una comunidad de ciento veinte personas, pero ha sugerido la diversidad y totalidad del don a través de la Magdalena.

La versión de Juan 20, 19-23

Este pasaje ya lo leímos el segundo domingo de Pascua. En el comentario que entonces envié destacaba los distintos temas: el miedo de los discípulos, el saludo de Jesús, la prueba de las manos y el costado, la alegría de los discípulos, la misión y el don del Espíritu. Recuerdo lo que dije a propósito del último tema, fundamental en la fiesta de hoy.

Los evangelios de Mc y Mt no dicen nada de este don, y Lucas lo reserva para el día de Pentecostés. El cuarto evangelio lo sitúa en este momento, vinculándolo con el poder de perdonar o retener los pecados. ¿Cómo debemos interpretar este poder? No parece que se refiera a la confesión sacramental, que es una práctica posterior. En todos los otros evangelios, la misión de los discípulos está estrechamente relacionada con el bautismo. Parece que en Juan el perdonar o retener los pecados tiene el sentido de admitir o no admitir al bautismo, dependiendo de la preparación y disposición del que lo solicita.

Conclusión

Estas breves ideas dejan clara la importancia esencial del Espíritu en la vida de cada cristiano y de la Iglesia. El lenguaje posterior de la teología, con el deseo de profundizar en el misterio, ha contribuido a alejar al pueblo cristiano de esta experiencia fundamental. En cambio, la preciosa Secuencia de la misa ayuda a rescatarla.

El don de lenguas

«Y empezaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse». El primer problema consiste en saber si se trata de lenguas habladas en otras partes del mundo, o de lenguas extrañas, misteriosas, que nadie conoce. En este relato es claro que se trata de lenguas habladas en otros sitios. Los judíos presentes dicen que «cada uno los oye hablar en su lengua nativa». Pero esta interpretación no es válida para los casos posteriores del centurión Cornelio y de los discípulos de Éfeso. Aunque algunos autores se niegan a distinguir dos fenómenos, parece que nos encontramos ante dos hechos distintos: hablar idiomas extranjeros y hablar «lenguas extrañas» (lo que Pablo llamará «las lenguas de los ángeles»).

El primero es fácil de racionalizar. Los primeros misioneros cristianos debieron enfrentarse al mismo problema que tantos otros misioneros a lo largo de la historia: aprender lenguas desconocidas para transmitir el mensaje de Jesús. Este hecho, siempre difícil, sobre todo cuando no existen gramáticas ni escuelas de idiomas, es algo que parece impresionar a Lucas y que desea recoger como un don especial del Espíritu, presentando como un milagro inicial lo que sería fruto de mucho esfuerzo.

El segundo es más complejo. Lo conocemos a través de la primera carta de Pablo a los Corintios. En aquella comunidad, que era la más exótica de las fundadas por él, algunos tenían este don, que consideraban superior a cualquier otro. En la base de este fenómeno podría estar la conciencia de que cualquier idioma es pobrísimo a la hora de hablar de Dios y de alabarlo. Faltan las palabras. Y se recurre a sonidos extraños, incomprensibles para los demás, que intentan expresar los sentimientos más hondos, en una línea de experiencia mística. Por eso hace falta alguien que traduzca el contenido, como ocurría en Corinto. (Creo que este fenómeno, curiosamente atestiguado en Grecia, podría ponerse en relación con la tradición del oráculo de Delfos, donde la Pitia habla un lenguaje ininteligible que es interpretado por el “profeta”).

Sin embargo, no es claro que esta interpretación tan teológica y profunda sea la única posible. En ciertos grupos carismáticos actuales hay personas que siguen «hablando en lenguas»; un observador imparcial me comunica que lo interpretan como pura emisión de sonidos extraños, sin ningún contenido. Esto se presta a convertirse en un auténtico galimatías, como indica Pablo a los Corintios. No sirve de nada a los presentes, y si viene algún no creyente, pensará que todos están locos.