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miércoles, 1 de mayo de 2024

Fiesta inspectorial de Salesianos Santiago el Mayor, tiempo para agradecer


 El próximo sábado, 4 de mayo, llega una de las fechas más especiales del calendario: la celebración de la Fiesta de la Comunidad Inspectorial de Salesianos Santiago el Mayor. La entrada Fiesta inspectorial de Salesianos Santiago el Mayor, tiempo para agradecer se publicó primero en Salesianos […] LEER NOTICIA

El neoliberalismo se desmorona: de nosotros depende el futuro J. C. Pan


 Rebelión

Fuentes: Jacobin
Entrevista al profesor Gary Gerstle
Puede que el neoliberalismo no haya muerto, pero ya no es la ideología incuestionable de otros tiempos. Esto es una oportunidad para quienes deseamos un orden político y económico basado en la democracia y la solidaridad y no en la búsqueda desenfrenada de beneficios. Ver noticia 

La Flotilla de la Libertad suspende el viaje a Gaza por la presión ejercida por Israel Alberto López Girondo

 


Kaosenlared

Las presiones de Israel dieron efecto y los buques de bandera de Guinea-Bissau no fueron autorizados a zarpar. Buscan que a través de un nieto de Mandela se consiga auspicio sudafricano.
Las presiones del gobierno de Benjamin Netanyahu dieron resultado y la Flotilla de la Libertad, que llevaría 5500 toneladas de ayuda humanitaria para Gaza y estaba pronta a partir desde Estambul, se suspendió hasta nuevo aviso. Ver noticia

Las protestas estudiantiles contra la guerra en Gaza se extienden por todo EEUU

 


Público

Los jóvenes han decido levantar campamentos en las instalaciones de las universidades, lo que ha llevado a tensiones con las instituciones que han ejercido una dura represión contra los manifestantes.
Las protestas estudiantiles en contra de la guerra de Gaza se extendieron durante el fin de semana en decenas de universidades de Estados Unidos, dejando como consecuencia cientos de arrestos y enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden. Ver noticia

‘Odio, por tanto, existo’: Manos Limpias, Hazte Oír…, y algún obispo Juan José Tamayo, teólogo


 El blog de Juan José Tamayo

«También los movimientos religiosos integristas se alimentan del odio» ‘Odio, por tanto, existo’: Manos Limpias, Hazte Oír…, y algún obispo
«Estamos viviendo una situación nueva en las relaciones entre religión y política: la alianza entre la derecha extrema, la extrema derecha y las organizaciones cristianas integristas de carácter fundamentalista»
«Esta alianza se produce actualmente en España entre Hazte Oír, organización católica española de ideología ultraconservadora, y Vox, partido político de extrema derecha Ver noticia

UTOPÍA Y DISTOPÍA

ATRIO

col zapatero

 

En ATRIO el tema de Dios, sea su existencia, su imagen o concepto, su parcialidad como creador o árbitro supremo. ¿Y yo que sé? ¿Tengo que elegir? Demasiado para mí. Mariano plantea hoy el problema, atendiendo a la técnica, pero más existencial que filosóficamente. ¿Alguien nos ofrecerá aquí cómo y por qué llegó a optar por la fe en Él o por el no-dios (no-teos) como decisión definitiva? AD.

El autodenominado ateo que se afirma en la negación de Dios, lo hace en falso, y precisa la necesidad de que alguien le demuestre esa existencia para no tener que estar constantemente afirmándose en una negación, porque parece poco razonable tener que afirmarse con la negación de otro, dejando este trabajoso tema para el que se afirma en su firme creencia en Dios. También los hay que se afanan con todas sus fuerzas en demostrar su no existencia, pero se da la paradoja que ni unos ni otros alcanza tal demostración. Ni el que la afirma ni el que la niega, al menos en los términos arriba mencionados.

Tanto su demostración en un sentido u otro requiere mucho esfuerzo a la razón, con lo que lo más corriente es que unos y otros se declinen a la hora de decidirse más por su voluntad que por sus razones.

No sé por qué motivo nos resulta más a mano siempre el nó que el sí. El nó de la razón parece estar exento del principio filosófico de la duda metódica. El “nó”, no admite dudas, suele dejar siempre la cuestión zanjada, ¿se acuerdan de la famosa frase del, “nó es nó”, que daba por cerrado todo diálogo político posterior? El sí, siempre precisa justificarse, es como la mujer del césar, siempre está abierto a muchas condiciones.  Ejemplo de esto lo tenemos hasta en nuestro sistema jurídico y no digamos en la razón matemática al utilizarlo en muchas demostraciones como condición necesaria pero no suficiente, incluso en lenguaje coloquial siempre parece ir acompañado por un “pero”.

Pero ante los adelantos de la ciencia y la técnica parece ser que este esfuerzo racional nos lo vamos a ventilar de un “plumazo”, en un “plis-plas”, dicho en castizo y sin ambigüedades. Este esfuerzo se lo vamos a encargar a nuestro nuevo dios, que en este caso es diosa y que parece ser que deslumbra más que ese otro que queremos demostrar, y en el que tanto el que muchos de los que se dicen creyentes como en los que no, ponen todas sus esperanzas de futuro. Para ello sólo tendremos que esperar un poquito, no más de cinco años, según la noticia que me llega en el momento en que escribo este artículo.

Últimamente la IA está muy de moda, pero al igual que sucedió con la Teoría Especial de la Relatividad, que tuvo que esperar a que surgiese una ampliación de la misma y que explicase de forma más completa la realidad, con la denominada Teoría General de la Relatividad, y a su vez ésta también tuvo que esperar a las teorías “físico-matemáticas” cuánticas, en las que ya el sentido primigenio de realidad se esfuma; ahora pasa lo mismo con las llamadas IA ,bien sea en su sentido fuerte o débil, con ese acontecimiento a corto plazo de una nueva IAG (Inteligencia Artificial Generativa) en la que ya ella solita aprenderá sin necesidad de ser humano alguno. Inteligencia pura y dura, sabiduría con un solo sabor, el de su mente, que supongo sabrá a silicio, pero posiblemente con un poco de agua, para que no se caliente pues trabaja a la velocidad de la luz y además resulte Incolora, inodora e insípida.

Así las cosas, tanto los que quieran demostrar la existencia o no existencia de Dios se verán finalmente eximidos de dicho esfuerzo, cuya solución nos vendrá dada con esta nueva IAG, que por cierto tiene cierto parecido con el nombre de unas lavadoras alemanas muy buenas (AEG), lo que me lleva a sospechar que sus intenciones son las de hacernos un completo y perfecto lavado de cerebro.

Bueno, sea como sea, conflicto resuelto, pero acto seguido me pregunto: ¿Cambiaría en algo la realidad en que vivimos?, ¿tendríamos que empezar un proceso de deconstrucción? o ¿seguiría todo igual que antes de dicha demostración?, porque si fuese esto último, habríamos demostrado que Dios no es necesario para nada y que en definitiva hemos perdido el tiempo en absurdas e innecesarias peleas.

Había pensado en un principio, ofrecer esta reflexión con el resultado de un trabajo en prácticas de psicología social que hice al finalizar mis estudios de dicha disciplina, a los que accedí cuando me pre-jubilé, pero he preferido silenciarlo de momento y retomarlo ahora con una muestra mayor y más representativa que la que entonces tuve y además no finalizándolo en solitario, que siempre estaría afectado por un sesgo personalista y es por ello que abro dicho análisis a partir de aquí, invitándole a usted querido lector a tomar parte activa en el mismo, y por supuesto con su sesgo personal que es tan válido como el mío, si es que le interesa participar y de paso las conclusiones a las que se  llegara formarían parte de mi pretendida tesis doctoral.

Como dato curioso de aquél trabajo solo citaré un hecho que evidenció la veracidad de la famosa frase de: “Ni están todos los que son, ni son todos los que están”, trasladada al ámbito de los ateos y los creyentes.

También he de mencionar que en aquel trabajo y de forma colateral introduje un par de preguntas además de la que da título a esta reflexión, que fueron:

· ¿El conocimiento de Dios afectaría coyunturalmente o estructuralmente nuestras existencias?

· ¿Qué ocurriría si científicamente llegásemos a saber cada uno la fecha de nuestra muerte?

El resultado de estas preguntas fue muy curioso pues correlacionaron todas las respuestas entre sí. Dios, praxis, y muerte, correlacionan en la vida de toda persona, creyente y no creyente. Esto fue corroborado por un análisis estadístico con su correspondiente gráfica de distribución probabilística de la entonces muestra de campo obtenida.

Volviendo al tema de esta reflexión y dejando en claro la pregunta concreta en los términos que figura en el título de la misma junto a estas dos últimas y para iniciar el diálogo al respecto, he acudido también a hacérselas previamente a un personaje que según muchos sabe mucho de todo, y en el que actualmente casi todo el mundo creyente y no creyente pone sus esperanzas. Este personaje en aquel tiempo de mi trabajo estaba en mantillas y aún no tenía palabra, pero hoy ya la tiene, y vamos si la tiene, es un verdadero parlanchín, si no le cortas a tiempo te llena veinte folios, te abruma.

No les voy a abrumar con todo el diálogo que he tenido previamente con dicho personaje, pueden tranquilamente dialogar con él simplemente invocándole a través de internet, pero sí me quedé sorprendido por los datos que me facilitó sobre la cantidad de recursos de capital y humanos involucrados en dichos desarrollos.

En este punto, les presento a Copilot. Que es un asistente virtual de Inteligencia Artificial y le hagan las preguntas que quieran, simplemente entrando en internet e invocándolo, pudiendo empezar por ésta de: ¿Qué es la IAG?

La conclusión que saqué de dicho diálogo es la de que nunca se involucraba en lo que decía, siempre hablaba en tercera persona, desde la distancia, como si no fuera con su existencia, pero muy lógico por otra parte ya que supongo se consideraría como dios, como ese dios que lo sabe todo y que incluso está por encima de todo saber.

Espero que esto no acontezca en aquellos que respondan concreta y concisamente con sus conclusiones y sugerencias a este artículo. Les quedaría muy agradecido.

 

Mariano Álvarez Valenzuela

Atrio

PRISIONERA EN UN CONVENTO


col martell

 

Al amanecer del fatídico día en el que se formalizó el golpe militar en Argentina la obligaron a subir a un helicóptero militar y la llevaron a la Patagonia; después fue el exilio en España, donde todavía vive Isabelita Perón a la venerable edad de 93 años. El destino la había llevado hasta las más altas esferas del país sudamericano y las circunstancias posteriores la habían precipitado en el drama de la detención, a manos de un grupo de militares que decidieron para ella una vida alejada del poder.

Se sabe que la viuda de Perón pasó más de cinco años de reclusión en la residencia presidencial de verano en la Patagonia, frente a un lago de extraordinaria belleza, el Nahuel Huapi, y en una base naval en el sur, bajo la severa mirada de la Junta Militar que en 1976 había asumido el poder, y después terminó su reclusión en una finca en las afueras de Buenos Aires, donde todavía descansan los restos de su marido, el general.

Pero lo que no se sabe es que para María Estela Martínez Cartas, más conocida como Isabelita, tercera esposa de Perón, se consideró la posibilidad de una reclusión forzada en un monasterio. Como exiliada, naturalmente, no como monja. Después las cosas no salieron como era de desear y la incómoda esposa de Perón estuvo retenida durante un tiempo en una base de la Armada, no lejos del convento de monjas trapenses con las que hubieran querido que compartiera al menos parte de su exilio, antes del exilio definitivo en España.

Me enteré de este episodio por casualidad, durante la investigación que realicé sobre los comienzos del movimiento de Comunión y Liberación en Argentina y que dio origen al libro Tierra prometida, del que se está preparando una segunda edición ampliada que incluirá también este episodio desconocido.

Estaba en el monasterio de la Madre de Cristo - fundado en los años ’70 en la localidad de Hinojo - para hablar con unas monjas sobre las dos visitas de don Giussani allá por 1973 y 1974, verificando con ellas las circunstancias de aquellos momentos que precedieron a los comienzos del movimiento de CL en la América Latina de habla hispana. Don Giussani había ido hasta allí con el propósito de acompañar hasta en la pampa argentina a aquellas religiosas amigas provenientes del monasterio italiano de Vitorchiano que habían cruzado el océano para fundar la trapa, como se repite cíclicamente en la historia del monaquismo benedictino.

Habían partido de Italia en dos grupos para llegar a una tierra sometida a fuertes tensiones en aquel momento por el regreso del general Perón tras 18 años de exilio en España. Las monjas acababan de establecerse en su nuevo destino cuando el sacerdote lombardo cruzó el océano y fue a visitarlas. Fue una estadía corta, el monasterio todavía estaba en construcción y la hospedería donde lo alojaron no estaba terminada. Al año siguiente, 1974, don Giussani volvió una vez más al convento con un grupo de compañeros. Las crónicas de la trapa registran su presencia a fines de agosto de ese año. En este punto de la reconstrucción histórica de la presencia del fundador de Comunión y Liberación en Argentina fue cuando me encontré con esta singular historia sobre el "reclusión" de Isabelita Perón.

Eran los primeros meses de 1977 cuando dos hombres con sotana se presentaron a las puertas de ese mismo monasterio. Ellos también habían recorrido los trescientos cincuenta kilómetros desde Buenos Aires hasta los campos de Hinojo, una pequeña ciudad de provincias fundada por inmigrantes rusos del Volga a mediados del siglo XIX, a la que no mucho después se uniría una numerosa colonia de italianos. Las monjas dormían en el refectorio y comían en la zona de invitados, la hospedería actual, mientras los obreros circulaban por todas partes con carretillas y hormigoneras. La inflación era muy alta - una situación conocida en la Argentina - y la empresa constructora progresaba con lentitud.

Los dos visitantes solicitaron hablar con la priora, quien accedió a su petición y los hizo pasar al locutorio de la trapa. El más conocido de los dos era el obispo castrense, Adolfo Servando Tortolo; el segundo, con toda probabilidad su secretario. Tortolo había terminado recientemente su mandato como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y en ese momento era el obispo ordinario de las Fuerzas Armadas, una responsabilidad que lo introdujo frecuentemente en el entorno de los hombres de la Junta Militar responsables del golpe de Estado de marzo de 1976.

Y, efectivamente, él había sido el mediador a través del cual se había procurado convencer a la señora Martínez de Perón de que dejara el poder un poco antes de que se lo arrebataran. El intento fracasó y la maquinaria golpista siguió su curso. No sabemos si la nueva misión que el obispo había emprendido - desconocida para la historiografía argentina, que ha explorado a lo largo del tiempo casi todos los detalles de la vida de la mujer que estuvo junto a Perón en sus últimos años - fue idea suya o había sido acordada con el almirante Emilio Massera, quien en ese momento era responsable de la viuda de Perón y de la vida de miles de detenidos ilegales recluidos en varios puntos del país.

Lo cierto es que Tortolo presenta el caso de la viuda de Perón recurriendo a la compasión. Describe a la señora como una mujer a la que es preciso mantener alejada del "ojo de la tormenta", es decir de las diversas causas judiciales en las cuales estaba imputada de malversación de fondos de una fundación benéfica que había presidido. Esa presión de la Justicia angustiaba gravemente a la prisionera, hasta el punto de haberla empujado a un intento de suicidio, que según las fuentes argentinas ocurrió el 14 de junio de 1977. El vicario castrense también aseguró que era una persona muy religiosa, que llevaría una vida apartada y silenciosa en el monasterio.

La reacción que enfrentó Tortolo fue de perplejidad y desconcierto. Se le hizo notar que detrás del locutorio donde se encontraban en ese momento comenzaba la zona de clausura, característica de la trapa benedictina, y que, como tal, no podía entrar allí ninguna persona ajena. La hospedería, la misma donde se había alojado don Giussani, no podía garantizar la reserva que evidentemente resultaba fundamental en esas circunstancias. Y en efecto, el mismo Tórtolo no creía que fuera una buena solución, porque en ese caso la señora no habría estado suficientemente lejos de las miradas de la gente.

Sin embargo, se consideraba que la ubicación del monasterio habría permitido mantener la privacidad, y los espacios abiertos que rodeaban la abadía de la Madre de Cristo constituían una garantía de seguridad, una especie de isla que los motociclistas del Ejército que patrullaban los alrededores podrían fácilmente mantener bajo control. En resumen, el futuro de la viuda más ilustre y controvertida de Argentina bien podía transcurrir en la clausura de un apartado convento en el campo.

El prelado insistió en una solución más discreta, una celda en la parte propiamente conventual, asegurando a las monjas que no faltarían los permisos necesarios para que la señora María Estela viviera en la clausura del monasterio. Puso sobre la mesa su autoridad y buenas relaciones con los jefes de las Fuerzas Armadas. Respecto a esto último, baste decir que las investigaciones sobre la Iglesia en los años de la dictadura, que se llevó a cabo por voluntad de la Conferencia Episcopal Argentina (“La verdad los hará libres”), lo sitúan en el grupo conservador del episcopado de la época, "caracterizado por una imagen pública demasiado benévola con respecto a los militares”; obispos que daban prioridad a la "lucha contra el marxismo" y creían en la buena fe de los "militares católicos".

Tortolo - dice en el primero de los tres tomos - afirmaba que no había desaparecidos y que difundir esa idea formaba parte de la guerra psicológica de la subversión. La misma fotografía de portada que llevan los tres volúmenes lo muestra con otros capellanes militares cuando descienden del helicóptero que los llevó a la localidad de Potrero Negro, en la provincia de Tucumán, donde en septiembre de 1975 se llevó a cabo una actuación del Ejército denominada "Operativo Independencia” que desarticuló el ERP, la guerrilla de matriz marxista. En la fotografía, el grupo de religiosos se encuentra junto a la cruz levantada por el Ejército Argentino en memoria de un oficial muerto en un enfrentamiento armado con la guerrilla.

Pero estas consideraciones no convencen a las benedictinas de la Madre de Cristo. Las monjas piden tiempo y aducen que deben hablar con sus superiores. La cadena de consultas se pone en marcha. Al día siguiente, una delegación del monasterio acude a la trapa masculina Nuestra Señora de los Ángeles, en la localidad de Pablo Acosta, para hablar con el superior, padre Agustín Roberts, fundador de la misma en 1958 proveniente de la Abadía de Spencer en Estados Unidos.

La etapa sucesiva las lleva al obispo local, Manuel Marengo, muy conocido por las religiosas porque en su momento había colaborado en la compra del terreno de 14 hectáreas donde se encuentra su monasterio. Se decide hablar también con el nuncio en Argentina, Pio Laghi. Este, sorprendido por la iniciativa de Tortolo, se declara decididamente en contra de la idea de alojar a Isabelita en el monasterio femenino. Considera que el pedido es ni más ni menos que "¡un disparate!". Y ésa fue la respuesta que se comunica a Mons. Tortolo.

María Estela Martínez de Perón continuará su reclusión en la base naval de la Armada en la localidad de Azul, en condiciones no satisfactorias, o al menos eso es lo que se deduce de una carta que intentará hacer llegar a manos del recientemente elegido papa Juan Pablo II. Los portadores de la carta son tres hombres del cosmos peronista llamado Guardia de Hierro que visitaron Roma a fines de 1978: Alejandro Álvarez, Fabio Bellomo y Silvio Papi. Estos llegaron a la capital italiana en el otoño de 1978 procedentes de París, tras un viaje que les llevó primero al vecino Uruguay y luego a Madrid, siguiendo el mismo itinerario del anterior viaje a la corte de Juan Domingo Perón exiliado en la capital española. Ellos llevan la carta escrita por Isabelita a Juan Pablo II, pero no hemos podido confirmar si los tres “guardianes” consiguieron efectivamente hacerla llegar a su destino y a través de quién.

Isabelita obtuvo cumplir el arresto domiciliario en un lugar más confortable y en octubre de 1978 fue trasladada a una casa en las afueras de Buenos Aires, en la localidad de San Vicente, construida en un terreno de dieciocho hectáreas que Perón había comprado en 1943. Allí pasará los últimos años de su reclusión. En julio de 1981 se le redujo la pena y fue puesta en libertad. La última de las numerosas investigaciones sobre la señora de Perón la ubica en la intimidad de una casa a unos cuarenta kilómetros de Madrid, Villafranca del Castillo, donde transcurre en silencio una enfermiza e impenetrable vejez.

 

Alver Metalli*

Religión Digital

JUAN GERARDI, MÁRTIR DE LA MEMORIA HISTÓRICA


col koldo

 

En la noche del 26 de abril de 1998 fue brutalmente asesinado el obispo guatemalteco Juan Gerardi. No podemos dejar pasar esta fecha del 26 de abril sin hacer presente a este profeta de la Memoria Histórica. Gerardi es un referente para toda América Latina y para el mundo entero por su compromiso con las víctimas de las guerras y en concreto con el conflicto armados de Guatemala que dejó alrededor de 200.000 muertos.

Gerardi fue un infatigable defensor de la dignidad de las personas, sobre todo indígenas y gente pobre. En 1995 creó y coordinó el proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), para acompañar y ayudar a las víctimas del conflicto armado a redescubrir su dignidad y sanar sus heridas. El proyecto fue asumido por la Conferencia Episcopal en pleno. En las distintas diócesis se constituyeron equipos de animación. El pueblo guatemalteco se unió a sus obispos en el trabajo de la memoria histórica frente al olvido que querían imponer los grupos de poder y las fuerzas armadas.

Se recolectaron más 6.500 testimonios a lo largo y ancho del país. Los nombres de 60.000 víctimas se grabaron en las columnas del pórtico de la Catedral. Según el Informe del REMHI, el ejército y fuerzas gubernamentales son responsables del 93% de los asesinatos y masacres, mientras que la guerrilla fue responsable del 7%.

A los dos años de la firma de la paz, el 24 de abril de 1998, Gerardi presentó  las conclusiones del proyecto de la Memoria Histórica en la Catedral de Guatemala  en presencia de miles de personas y del cuerpo diplomático. En este Informe expresó: 

“El proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica busca conocer la verdad, reconstruir la historia de dolor y muerte, ver los móviles, entender el porqué y el cómo. Mostrar el drama humano, compartir la pena, la angustia de los miles de muertos, desaparecidos y torturados; ver la raíz de la injusticia y la ausencia de valores... Queremos contribuir a la construcción de un país distinto. Por eso recuperamos la memoria del pueblo. Este camino estuvo y sigue estando lleno de riesgos, pero la construcción del reino de Dios tiene riesgos y sólo son sus constructores aquellos que tienen fuerza para enfrentarlos".

Dos días después fue brutalmente asesinado, con una gran piedra en la cabeza, cuando entraba a su casa. Militares a las órdenes del coronel Lima fueron los responsables. Fue una muerte programada por el Ejército guatemalteco. Era la noche del 26 de abril de 1998. Su muerte fue un duro golpe para la Iglesia y para todo el pueblo de Guatemala. En él se cumplen las bienaventuranzas del Evangelio. Su martirio nos confirma en la fe y esperanza de la misión de Jesús, que pasó por el mundo haciendo el bien, y en la fuerza de su Espíritu que sigue presente en la Iglesia que trabaja por la vida, la reconciliación y la paz que nace de la justicia.

Juan Gerardi fue un profeta, un hombre de profunda fe, disponible siempre a la voluntad de Dios. Y desde el reconocimiento de la presencia de Dios en la humanidad sufriente defendió el derecho a la vida de los pobres y promovió el rescate de la Verdad, silenciada durante muchos años en Guatemala por los poderes del Estado. Así surgió el Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica, cuyo objetivo fue la Reconciliación y la Paz. Con el reconocimiento de la Verdad, Juan Gerardi buscaba que nunca más se vuelva a repetir esta historia de dolor y de muerte. Posibilitó que la gente que sufrió la represión pueda contar su caso y sanar sus heridas psicológicas. Hay quienes dicen que la Memoria Histórica abre heridas. Los que así hablan no han entendido que las heridas que no se cierran gangrenan a la persona y a la sociedad. Para sanar esas heridas es necesario el conocimiento de la Verdad de lo que aconteció. No reconocer la memoria nos pone en riesgo de repetir los errores del pasado. Un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia, y un pueblo sin historia es una masa informe de gente manipulable, sin identidad y sin sentido de pertenencia.

Gerardi  expresó la esencia del REMHI:  “Lo que nos interesa es el conocimiento de la Verdad, reconstruir la historia de dolor y muerte, ver los móviles, entender las causas. Ahí podremos ver el drama del dolor humano, sentir la pena, la angustia de los miles de muertos…, para que podamos ver la raíz de la injusticia y ver hasta dónde puede llegar el odio del hombre contra el hombre. Podremos ver también la ausencia de valores y la presencia de antivalores. Este conocimiento nos debe conducir a tomar una actitud solidaria”. 

Buscaba ayudar no solo a las víctimas sino también a los victimarios. No hay reconciliación si no hay reconocimiento de la verdad. Asimismo, ayudó al pueblo guatemalteco a tomar conciencia de que las causas que originaron la guerra radican en la situación de injusticia, corrupción y violencia incrustada en las instituciones del Estado. Por eso, llamó a cambiar esta realidad, para construir la verdadera paz.  Gracias al proyecto  de la Memoria Histórica se ha logrado exhumar las víctimas que en diversas partes del país estaban sepultadas en fosas comunes.

El Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de Naciones Unidas, “Guatemala, Memoria del Silencio”, calificó estos hechos contra la población civil en esos años de guerra, como “genocidio”. 

A Gerardi lo mataron, pero resucitaron a un mártir. Su  muerte  es la más valiente denuncia de un sistema de injusticia institucionalizada que se sustenta a costa de explotar y discriminar a los más pobres. Fue asesinado porque quiso que se realizara el plan de Dios en Guatemala, porque dio a conocer la verdad de tantas violaciones a los derechos humanos. Él sabía que su vida corría peligro, que algunos sectores poderosos de la nación, civiles y militares, lo estaban amenazando. Pero él no abandonó su compromiso. Como Jesús, siguió hasta el final.

Los enemigos de la Verdad creyeron que con matar al Obispo acabarían con su obra. Sin embargo, él sigue vivo en la memoria del pueblo guatemalteco y latinoamericano, al igual que hicieron en el vecino país de El Salvador con Oscar Romero. Su muerte alienta hoy la lucha y la esperanza por una nueva Guatemala de paz, justicia y libertad. Su testimonio nos impulsa a continuar el trabajo que él comenzó y nos da fuerza para vencer las dificultades.

Gerardi era consciente de que iba a encontrar resistencias.  Decía: “Ante los temas económicos y políticos mucha gente reacciona diciendo: para qué se mete en esto la Iglesia. Quisieran que nos dedicáramos solamente a los ministerios sacramentales. Pero la Iglesia tiene una misión que cumplir en el ordenamiento de la sociedad, que incluye los valores éticos, morales y evangélicos”.

El obispo Gerardi nos reta también a los cristianos de España a comprometernos en la búsqueda de la verdad sobre lo que sucedió durante la guerra civil y durante la dictadura franquista. “No se puede ocultar la verdad”. ¿Qué intereses hay en algunos políticos españoles para ocultar la verdad de lo que sucedió durante la dictadura? Es necesario conocer la verdad para que nunca más se repita esa página oscura de nuestra historia, pero también para dignificar a las víctimas.  Es justo y necesario exhumar los innumerables cadáveres que aún se encuentran en fosas comunes.  Es un derecho que tienen sus familiares, hijos y nietos y, sobre todo, porque es una exigencia ética dar sepultura digna a los muertos. Es así como se logrará la reconciliación y la paz que nace de la justicia. La figura profética del obispo Juan Gerardi debería ser un referente y una luz hoy en España.

El testimonio de su vida hasta derramar su sangre en solidaridad con las víctimas del conflicto, queda como legado no solo del pueblo guatemalteco sino también para todos los pueblos que han sufrido represión y genocidios. Su martirio nos confirma la presencia y la fuerza del Espíritu de Dios en la Iglesia y nos alienta a caminar llenos de esperanza y de fe en la utopía, hacia la construcción de otro mundo alternativo, signo de la presencia del reino de Dios.

LA FE RADIANTE DE DIETRICH BONHOEFFER


col zapatero

 

DIETRICH BONHOEFFER nació en 1906 en Breslavia, Alemania (hoy Wroclaw, Polonia). Se hizo pastor luterano y se opuso al ascenso del nazismo en Alemania en la década de 1930. Sospechoso de participar en el atentado contra Hitler, fue encarcelado en Berlín en 1943, pero mantuvo contactos con el mundo exterior. Posteriormente fue trasladado a una prisión de la Gestapo y finalmente internado en un campo de concentración. Sus compañeros de prisión fueron testigos de su humildad, bondad y radiante fe hasta el momento final de su ahorcamiento en abril de 1945.

Rose-Marie-Barandiaran: Quise tener esta conversación con el teólogo José Arregi (a quien los lectores de Golias tienen la oportunidad de leer) porque la vida y la espiritualidad de Bonhoeffer me parecieron tocar cuestiones que nos preocupan hoyEnumeraré sólo algunas: el ateísmo, la trascendencia, la realidad, la omnipotencia, el sufrimiento, la posición de la Iglesia y... cuál debe ser nuestra tarea como seres humanos...

Ya en 1931, Bonhoeffer constató el auge del ateísmo entre sus contemporáneos. En 1944, escribió a María, su novia: "El mundo avanza hacia la adultez, hace tabula rasa de una falsa imagen de Dios, se encamina a una era no religiosa".

¿Qué piensas, José, casi 80 años después de Bonhoeffer?

José Arregi: Son palabras de un hombre justo de fe probada al fuego del crisol. Lo ha arriesgado todo por lo más verdadero, y está a punto de perderlo…. A punto de perderlo, a no ser que haya que invertir todas nuestras categorías religiosas y teológicas, de verdad y de mentira, de ganancia y de pérdida, de vida y de muerte.

Conmueve imaginar a un joven pastor luterano de 37 años, brillante profesor de teología, extraordinariamente dotado de corazón, inteligencia y palabra, miembro destacado y peligrosamente comprometido de la Iglesia confesante antinazi, encerrado en una estrecha celda oscura de 2 x 3 m., tan oscura como su destino personal, y sumido en reflexiones teológicas. En sus entrañas sensibles y en su mente lúcida bullen interrogantes que sacuden todas las certezas: ¿Será que el mundo, y sobre todo Europa, esta Europa ilustrada y convulsa, está abandonando la vida por negar a Dios? ¿O será que debe negar al “Dios religioso” tapa-agujeros, para poder encontrar a Dios como gracia de vivir en libertad y bondad, más allá de la religión y de todos sus credos, normas y cultos? ¿Qué es, pues, Dios? ¿Y quién es Cristo para nosotros hoy? ¿Tiene algo que ofrecer todavía el cristianismo? ¿Qué cristianismo, qué Iglesia? Son nuestras preguntas 80 años después.

Bonhoeffer, de buen tono vital a pesar de todo, no se encoge ante ningún interrogante, aunque sacuda los cimientos vitales y carezca de respuestas. Siente la imperiosa necesidad de una nueva teología, un nuevo lenguaje para hablar de Dios, de Jesús, para anunciar el Evangelio a un mundo que ni entiende ni puede aceptar las creencias tradicionales ligadas a una cosmovisión y antropología en ruinas. No llegó a elaborar la teología que intuía. De él nos ha quedado un pensamiento fragmentario, inacabado: fue ahorcado a sus 39 años, de los que los dos últimos los pasó en la cárcel.

Sus reflexiones fundamentales, las más novedosas, a menudo paradójicas y provocadoras, se hallan en las cartas que escribió a su amigo y luego editor Bethge entre abril y septiembre de 1944 desde la cárcel de Tegel, a las afueras de Berlín. No estoy seguro de comprender exactamente o de interpretar correctamente algunas de sus afirmaciones lapidarias más conocidas y citadas: que “Dios nos abandona”, que Cristo es “señor de los arreligiosos”, que es necesario un “cristianismo arreligioso” o “mundano”, que hemos de vivir “como si Dios no existiera”, “vivir ante Dios sin Dios”…  ¡Cuánto me gustaría que hubiese sobrevivido muchos años y hubiera podido ahondar y sistematizar sus intuiciones profundas y creo que certeras! Su pensamiento es atrevido, abierto, en búsqueda, y diré lo que me sugiere para nuestro tiempo, no menos mortífero y peligroso que el suyo.

Dicho esto, vayamos a tu pregunta. ¿Qué pensaba realmente sobre el ateísmo? No sabría decirlo con seguridad. Nunca se llamó ateo, pero llama la atención que, en medio de una sociedad europea moderna en la que el ateísmo crecía de manera imparable –sobre todo, de momento, entre las masas obreras y las élites intelectuales–, confiese que siente más simpatía por los ateos que por los creyentes. Y que al mundo tradicional premoderno, religioso y teísta –la inmensa mayoría de los que asistían a los cursos y a los oficios presididos por el teólogo pastor– éste lo califique como “mundo menor de edad”, “ignorante” e “inconsciente”. Y más todavía: que declare tajantemente que el mundo ateo que niega a “Dios” está más cerca de Dios que el mundo religioso que lo afirma.

Bonhoeffer invierte así la interpretación teológica tradicional del ateísmo, y eso presupone una profunda metamorfosis de la noción misma de Dios, de Cristo, del cristianismo, de la fe, de la Iglesia. Nos ofrece bocetos parciales de una nueva teología, iluminadora si sabemos entenderla y aplicarla hoy con honradez intelectual y vital.

R.M.B. : Para Bonhoeffer, la “trascendencia” no significa "huir de este mundo para encontrar soluciones en el más allá". La “transcendencia”, para él, es simplemente "el prójimo en mi camino".

Encuentro esta admisión profundamente conmovedora y directamente vinculada a Jesús de Nazaret.

J.A.: Así es. Claro que el judío Jesús imaginaba un “Dios” Señor del cielo y de la tierra, pero eso no es lo decisivo. Lo decisivo es que el Jesús de los relatos evangélicos –el Jesús “real” (y plural) de las primeras comunidades cristianas, más allá de la estricta historicidad y más allá del dogma, el Jesús que Bonhoeffer llama siempre Jesucristo Cristo, que le inspiraba a él y que nos puede inspirar a nosotros– declara: “No todo el que me dice ‘Señor, Señor’ entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mt 7,21). Traduzcámoslo: “No todo el que cree en los dogmas y me da culto experimentará la presencia de Dios, sino quien viva humanamente en justicia, misericordia y libertad”.

Su parábola del buen samaritano es una crítica de la religión y de la transcendencia religiosa donde las haya: hacerse prójimo de la persona herida es para Jesús el criterio de lo divino y de lo humano. “Entended lo que significa: Misericordia quiero y no sacrificios” (Mt 9,13, citando Os 6,6), no divinidades, templos, códigos y credos.

“Permaneced fieles a la tierra” –había proclamado el Zaratustra de Nietzsche–, alejaos de “esperanzas sobreterrenales”, no seáis “despreciadores de la vida”, “no queremos entrar en el reino de los cielos: nos hemos hecho humanos y queremos el reino de la tierra”. Más cerca de Nietzsche que de los discursos religiosos, también Bonhoeffer reclama el reino de Dios en la tierra, no en el más allá. Para el teólogo pastor, libre entre los barrotes de una cárcel, la transcendencia, la fe, el cristianismo se realiza en la misericordia y la justicia, que no son cosas diferentes. Dios se encarna en la vida humanamente vivida, en nosotros como en Jesús. Y me gustaría añadir: Dios se encarna en el universo, en la tierra, en la comunión de los vivientes y de todos los seres; Bonhoeffer no lo dijo todavía, pero quiero imaginar que hoy lo diría. La transcendencia no se opone a la inmanencia, sino que es su realización profunda, que no significa perfecta.

 

Rose-Marie Barandiaran – José Arregi

2 FRASES Y MEDIA EN THE CHOSEN DE TREMENDA ACTUALIDAD. (DE NUESTRA RELACIÓN CON LOS NO CREYENTES)


col kowalski

 

Quiero compartir aquí el bien que me está haciendo la serie The Chosen. Reconozco que tenía mis reservas sobre esta serie, pero cuando las emociones y los sentidos se despiertan, transmiten esperanza y te reafirman en el amor, eso significa que viene de Dios. Podemos decir con Jesús que “el que no está contra nosotros, está con nosotros” (Mc 9,40). Todo suma…

Bien, pero no es mi intención hoy hacer un análisis completo de esta serie, sino más bien aprovechar algunas de las interesantes frases que aparecen en sus capítulos, en concreto dos frases y media. Tengo que reconocer que, aunque he leído sobre The Chosen, en realidad poco sé todavía, ya que acabo de comenzar la 2ª temporada. A decir verdad, me costaron un poco los dos capítulos iniciales, aunque entiendo que hay que contextualizarlo todo, y es mucho lo que hay en juego, pero a partir del tercer capítulo de la primera temporada todo dio un vuelco… Me llamó fuertemente la atención algunos personajes, como Mateo, Pedro o el propio Jesús; ¿Y qué puedo decir de los milagros y de las magníficas escenas con Nicodemo o la Samaritana?  Hoy solo quiero transmitir el impulso que he sentido a compartir 2 frases y media. Estas suceden en los tres primeros capítulos de la II temporada y, como reza el subtítulo, creo que son cuestiones que alumbran cómo debe ser nuestra relación con los no creyentes, tantas veces aparentemente contrapuesta.

La primera de ellas sucede en el cap. I y literalmente dice así en su traducción castellana: "Sé que pido mucho de los que me siguen, pero pido muy poco de los que no".  Si me lo permiten, creo que esto es algo que los cristianos nos debemos grabar a fuego: no podemos exigir a los demás lo que nosotros sentimos que Dios nos pide, entre otras cosas porque quien no cree (ateo o agnóstico) no siente que Dios le pida nada y, gracias a Dios, vivimos en una sociedad laica en el que debemos caber todos y regirnos bajo el imperio de la ley justa. Los que creemos sabemos que Dios hace salir el sol y produce la lluvia para todos, para creyentes y no creyentes, y la transmisión de la fe se produce más por efecto contagio que por obligación. Cada cual cargue con las consecuencias y las exigencias de su fe.

La segunda frase aparece en el capítulo II y es la respuesta que da Jesús a los suyos después de que Santiago y Juan (los hijos del trueno) solicitaran a Jesús mandar fuego del cielo para exterminar a esa gente hostil e incrédula con las que se tropezaron: "Estamos aquí en Samaria para plantar semillas y no para quemar puentes".  Nuestra misión _es la de dar testimonio de que ser cristiano es maravilloso. A veces se preguntan los que no tienen fe en qué consiste la Buena Noticia que nosotros tanto referimos porque no la sienten… La alegría del Evangelio, como afirma Francisco, se ha de transmitir en espíritu y en verdad. Creo que son muchas las posibles coincidencias y convergencias a las que podemos todos (creyentes y no creyentes) sumarnos. ¿Qué les parece comenzar por hacer de este mundo un mundo mejor, más habitable y solidario? Al final de nuestros días nos examinarán del Amor, decía Juan de la Cruz. Ahí tenemos el pasaje de Mt 25: ni sabían que lo que hacían se lo hacían al Señor, pero así fue y será.

Ahí están las 2 frases, pero ¿y la media? Dije 2 frases y media. La media frase (por llamar de alguna forma a las escasas palabras que salen de su boca) será la actuación de María, su madre, al final del capítulo III, mientras todos los discípulos están discutiendo de cómo se ha de actuar y de qué políticas se han de seguir (cada uno con sus razones y su peso), especialmente cuando Pedro echa en cara a Mateo su traición anterior al pueblo (lógico, por otro lado). Ahí María se pone a lavarle los pies a Jesús que llega exhausto después de no haber parado de curar los cuerpos y las almas de los que se ponían en fila esperando la sanación. María se da cuenta de que no se trata de ideologías o discusiones sino de Amar y poco más. Ya es hora de pasar de la teoría a la práctica, si en verdad nos hemos enterado de qué va el asunto del reino de Dios, si queremos mostrar a los demás en qué consiste la Buena Noticia.

APAGA LA TELE Y ABRE EL EVANGELIO; DEJA EL MÓVIL Y ¡ENCUÉNTRATE CON LA GENTE!, PINTA LAS CALLES DE LA VIDA CON EL EVANGELIO


col anso

 

"Levántate y vete". Y el Papa entró en la isla de Venecia en lancha. Surcando las olas para encontrarse con centenares de jóvenes que le esperaban y con quien mantuvo un encuentro antes de la misa en la icónica plaza de San Marcos. Una estampa nunca antes vista, con el fondo de la belleza de los canales de una de las ciudades más hermosas (y masificadas) de la Tierra.

En su discurso a los jóvenes venecianos, el Papa invitó a "realizar el sueño del Señor: ser testigos y experimentar su alegría". "No hay cosa más hermosa", confesó, mostrando su profunda admiración ante la ciudad. "Amigos, aquí en Venecia, ciudad de la belleza, vivimos juntos un hermoso momento de encuentro, pero esta noche, cuando cada uno estará en su casa, y después mañana y en los días que vendrán, ¿de dónde partimos para acoger la belleza que somos y alimentar la alegría?", preguntó, sugiriendo dos verbos: "Levántate y vete".

En primer lugar, levántate. "Levántate del suelo, porque hemos sido hechos para el Cielo. Levántate de las penas para mirar hacia arriba. Levántate para estar frente a la vida, no sentado en el sofá. Levantarse para decir «¡Aquí estoy!» al Señor, que cree en nosotros. Levantarse para acoger el don que somos, para reconocer, antes que nada, que somos preciosos e insustituibles", subrayó, instando a reconocernos "como un regalo", porque "para Dios no eres un perfil digital, sino un hijo, que tienes un Padre en el cielo y que, por tanto, eres hijo del cielo".

Frente a ello, Bergoglio admitió que "a menudo nos encontramos luchando contra una fuerza de gravedad negativa que tira de nosotros hacia abajo, una inercia opresiva que quiere que lo veamos todo gris". Si no podemos, "debemos dejarnos levantar, dejar que nos lleve de la mano el Señor, que nunca defrauda a los que confían en Él, que siempre levanta y perdona".

"Cuando cometes un error y caes, ¿qué hace Él? Se queda ahí, a tu lado, y te sonríe, dispuesto a cogerte de la mano. ¿No te lo crees? Abre el Evangelio y mira lo que hizo con Pedro, con María Magdalena, con Zaqueo, con tantos otros: maravillas con sus fragilidades. Porque Dios sabe que, además de bellos, somos frágiles, y las dos cosas van juntas: un poco como Venecia, que es espléndida y delicada al mismo tiempo. Dios no ata nuestros errores en su dedo, sino que nos tiende la mano. Él es Padre, y cuando estamos abatidos, ve hijos a los que levantar, no malhechores a los que castigar. Confiemos en Él", clamó.

Y, una vez levantados, "depende de nosotros permanecer de pie", cuando "tenemos ganas de sentarnos, de soltarnos, de dejarnos llevar. No es fácil, pero es el secreto". La constancia. "Hoy vivimos de emociones rápidas, de sensaciones momentáneas, de instintos que duran instantes. Pero así no se llega lejos", explicó el Papa, poniendo como ejemplo "los grandes logros" alcanzados por deportistas, artistas o científicos, que "no se alcanzan de golpe".

"Aquí el riesgo es dejarlo todo a la improvisación: rezo si me apetece, voy a misa cuando me apetece, hago cosas buenas si me apetece... Esto no da resultados: hay que perseverar, día tras día. Y hacerlo juntos. Juntos: el 'hazlo tú mismo' en las cosas grandes no funciona. Por eso os digo: no os aisléis, buscad a los demás, experimentad a Dios juntos, seguid caminos de grupo sin cansaros", pidió a los jóvenes.

"Quizá digáis: «Pero todos los que me rodean están solos con sus teléfonos móviles, pegados a las redes sociales y a los videojuegos». Y tú, sin miedo, vas contracorriente: toma la vida en tus manos, involúcrate; apaga la tele y abre el Evangelio; deja el móvil y ¡encuéntrate con la gente!".

"Me parece oír tu objeción: «¡No es fácil, parece ir contracorriente!»", admitió. "Pero la misma Venecia nos dice que sólo remando con constancia se llega lejos. Por supuesto, remar requiere regularidad; pero la constancia recompensa, aunque cueste esfuerzo. Así que, chicos, esto es levantarse: ¡dejar que Dios os lleve de la mano para caminar juntos!".

El segundo verbo, tras levantarse, es "ir". "Amigos, es cierto que muchas cosas en el mundo no van bien, pero la precariedad que respiramos no puede ser una excusa para quedarnos quietos y quejarnos: estamos en el mundo para incomodarnos, para salir al encuentro de quienes nos necesitan. Así es como nos encontramos a nosotros mismos", recordó.

"¿Sabes por qué a menudo nos extraviamos? Porque orbitamos alrededor de nuestra sombra", recalcó, pero "quien se gasta por los demás se gana a sí mismo, porque la vida sólo se posee dándola. Pero si siempre giramos en torno a nuestro yo, a nuestras necesidades, a lo que nos falta, siempre nos encontraremos de nuevo en la casilla de salida, abatidos con cara larga, tal vez con la idea de que todo el mundo está enfadado con nosotros".

"No nos dejemos paralizar por la melancolía, tendamos la mano a los demás. Escapemos de nuestro «por qué» preguntándonos «para quién»: ¿para quién puedo hacer algo? ¿Para quién puedo donar mi tiempo?", preguntó a los jóvenes. "¿Para quién creamos algo bello? Vivimos inmersos en productos hechos por el hombre, que nos hacen perder el asombro ante la belleza que nos rodea, sin embargo la creación nos invita a ser creadores de belleza a su vez, a hacer algo que antes no existía".

Porque "la vida pide ser dada, no gestionada; salir del mundo hipnótico de las redes sociales que anestesian el alma", finalizó el Papa, reclamando a los jóvenes: "Chicos, no seáis profesionales del tecleo compulsivo, ¡sino creadores de novedad!". "Es el estilo de la gratuidad, que te saca de la lógica nihilista del «hago para tener» y del «trabajo para ganar». Sed creativos con la gratuidad, dad vida a una sinfonía de gratuidad en un mundo que busca el beneficio. Entonces seréis revolucionarios. ¡Id, entregaos sin miedo!".

"Joven que quieres tomar las riendas de tu vida, ¡levántate! Abre tu corazón a Dios, dale gracias, abraza la belleza que eres; enamórate de tu vida. Y después, ¡ve! Sal, camina con los demás, busca a los solitarios, colorea el mundo con tu creatividad, pinta las calles de la vida con el Evangelio. Levántate y vete", finalizó.

 

Jesús Bastante

Religión Digital

HERODES HA DESCARGADO SU IRA EN GAZA


col arregi

 

Cuando creíamos que después de la Segunda Guerra Mundial ya no habría más guerras con la creación de Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos y sus múltiples Tratados en orden a humanizar este mundo, hemos sido testigos de horrorosos genocidios en diferentes regiones de África, la invasión de Ucrania y el criminal genocidio israelí en Palestina.

Netanyahu, después de bombardear y destruir casi el 90 % de las viviendas de Gaza y de masacrar a más de 34.000 personas entre las que 15.000 son niños y niñas, forzó a la población para que se desplace al sur de la Franja. Ahí infravive millón y medio de hombres, mujeres y niños en condiciones inhumanas. Yacen a la intemperie, pasan hambre, sed y frío, duermen hacinados, muchos heridos entre lodazales de barro, excrementos y sangre. Multitud de gente está al borde de la muerte bajo los constantes bombardeos de Israel, el hambre y la amenaza de ser expulsados al desierto. Una catástrofe humanitaria. Nos encontramos ante una barbarie genocida contra el pueblo gazatí por parte de Israel.

Ante esta realidad duele que mucha gente permanezca indiferente. En Occidente la vida continúa como si no pasara nada, se compra, se consume y se celebran fiestas. ¿Dónde ha quedado el sentido de humanidad que debe identificar a todo ser humano? Siento que el mundo se ha quedado sin corazón. Ha perdido la conciencia y la sensibilidad.

El terrorismo de Hamás, condenable a todas luces, pero que fue forzado por la desesperación de más de 70 años de represión sionista, no se combate con más terrorismo hasta alcanzar el límite de un genocidio herodiano. Se asesina a gente inocente. Se ametralla a niños, incluidos bebés. Los hospitales han sido bombardeados y destruidos. No hay medicinas. No hay comida. Las imágenes están dando la vuelta al mundo. ¿Hay consciencia en el planeta sobre este macabro genocidio? Un día la Humanidad despertará horrorizada de lo cometido ante sus ojos.

Algunos dicen que Israel tiene derecho a defenderse ¿defenderse de los 15.000 niños y niñas masacrados? Este mundo parece que está anestesiado. Si no despierta no hay futuro. La esperanza está en la juventud de todos los pueblos de la tierra, que cada vez se indigna más y se levanta contra este sistema de muerte que hoy impera en el mundo. Urge un cambio radical que implica la reinvención de Naciones Unidas, el abandono total de las armas nucleares y de la carrera armamentista, la desaparición de los colonialismos, el paso del mundo unipolar a otro multipolar, la asunción del diálogo y la negociación diplomática como única vía de resolución de conflictos y el respeto sagrado a la dignidad humana, a los derechos humanos y derechos de la naturaleza. La paz en Oriente Medio está exigiendo el reconocimiento de la soberanía de Palestina como Estado independiente y la salida de los colonos judíos de las tierras invadidas. El Papa Francisco no cesa de llamar a un diálogo para lograr la paz. La justicia y la fraternidad universal son la única salida que tiene la humanidad. No hay otra si queremos vivir en un mundo de paz.

 

Fernando Bermúdez, teólogo misionero

DECLARACIÓN DE AMISTAD-AMOR INSUPERABLE Juan 15, 9-17


col labrador

 


Este último año dos personas, por razones que desconozco y que no acceden a compartir, han roto una relación-amistad larga y profunda. Era una amistad que surgía en la comunidad cristiana en la que todas participábamos. Personas unidas por la experiencia de la Ruah en nuestras vidas.

Reconozco que me sigue doliendo y desconcertando. Si sabes el motivo por el cual te desprecian puedes intentar algo. Si te bloquean y abiertamente dicen que no quieren ni tomar un café contigo, te produce algo así como entrar en un vacío, en un bucle que quita ilusión y energía, que impide utilizar la mente porque te desconcierta y preocupa y le das vueltas.

Creía que había “alguien” al otro lado, pero resulta que era un espejismo. Otros casos son más claros, si les das lo que desean son amigas y amigos, si no, se acaba todo. Este caso es el superficial, el que busca siempre algo para llevarse, el que quiere aprovechar para sus intereses. No responde como amigo.

La amistad no puede forzarse, va surgiendo. Y es escasa. 

El texto del evangelio de hoy Juan 15, 9-17 me resuena como una declaración de amistad-amor insuperable.

Me permito escribir el texto quitando alguna frase cuya traducción nos puede confundir. Veamos:

Igual que el Padre me demostró su amor, os he demostrado

yo el mío. Manteneos en ese amor mío. Os dejo dicho esto para

que llevéis dentro mi propia alegría y así vuestra alegría

llegue a su plenitud.

Sólo os pido que os améis, igual que yo os he amado.

Nadie tiene amor más grande por los amigos que uno que

entrega su vida por ellos. Vosotros sois amigos míos. No os

llamo siervos, porque un siervo no está al corriente de lo que

hace su señor; a vosotros os vengo llamando amigos, porque

todo lo que le oí a mi Padre os lo he comunicado.

No me elegisteis vosotros a mí, os elegí yo a vosotros y os

destiné a que os pongáis en camino, produzcáis fruto y vuestro

fruto dure.

Esto os mando: que os améis.

Por respeto a la traducción y por evitar malestar no lo pongo en femenino. Pero sí os invito a las mujeres que al leerlo, al orarlo lo pongáis en femenino para que os resuene más adentro. Somos la inmensa mayoría. Creo que es justo hacerlo.

La amistad no puede forzarse. La amistad desmonta los muros más altos, normalmente creados por fantasmas oscuros que nos conducen a negatividad. Y llega una amiga, te mira a los ojos y te dice “déjalo correr” esa persona te trata así porque tiene miedo, o… tú sigue.

Jesús experimentó como nosotros y nosotras que lo más difícil es la comunidad-grupo de amigas adheridas a Jesús-. Por eso hay tan pocas comunidades atractivas, porque lo difícil no es rezar, lo difícil es aceptar, aguantar, perdonar…

Pero si no perdemos la perspectiva sabemos que el objetivo del amor mutuo es porque somos elegidos a reproducir el modo de amor que hay entre el Abba y Jesús. Y ese amor mutuo crea comunidad.

Como dice una pensadora “los pedazos que soy, mi amiga los reúne y me los devuelve en el orden correcto”. Este es el objetivo de la comunidad de Jesús.

Te invito a leer el texto varias veces, despacio, muy despacio. Y déjate llevar por la frase que te llega,  la que llama a tu puerta y déjala entrar.

¿Qué hago con todo lo que Jesús me comunica? ¿Me lo quedo? ¿Es mío?

Comparto esta frase de “El Principito” de Saint-Exupery:

Lo que embellece al desierto es que esconde un  pozo en cualquier parte…

Si las personas no nos dedican tiempo, si no se comunican, entonces la soledad se hace presente, aún en medio de una multitud.

Y es precisamente ese saber que en medio de la aridez, del ser siervo, que alguien te llama amiga, lo que descubre y localiza tu pozo interior.

Ese es el significado último del Evangelio, el esfuerzo que hace Jesús para comunicarnos donde bebe, donde está su pozo en medio de su desierto, y esa fuente es el Abba. Su intimidad, su complicidad que deja de ser lo que sea: religiosidad, moral… para ser amistad, relación de confianza absoluta.

De ahí el dolor cuando intentamos amar así, en confianza, como Jesús desde nuestra pequeñez y alguien se encarga de ponerte en el rol de sierva: sírveme lo que sabes hacer, pero no te relaciones conmigo…

¿Es así nuestra relación de preferencia con Dios? Que no se acerque demasiado, pero que siga dándome el amor, la comprensión, la fuerza que necesito para hacer sus obras pero, que no se acerque demasiado, este es mi espacio.

Madurar en la amistad con Dios, es dar pasos de madurez en nuestras relaciones humanas y con la Tierra. Es comprender que la base de toda relación es la confianza que se muestra en el respeto.

Muchas veces preferimos servir, ser servidores, que ser amigos, confidentes, comprometidas a producir frutos que duren.

Como dice el Principito “lo esencial es invisible a los ojos”.

Buen domingo. Disfruta del día con el que nos lo comunica todo, sin filtros para que llevemos por dentro su alegría y la contagiemos.

 

DEL MIEDO AL AMOR José Antonio Pagola


 No se trata de una frase más. Este mandato, cargado de misterio y de promesa, es la clave del cristianismo: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo: permaneced en mi amor». Estamos tocando aquí el corazón mismo de la fe cristiana, el criterio último para discernir su verdad. Únicamente «permaneciendo en el amor» podemos caminar en la verdadera dirección. Olvidar este amor es perdernos, entrar por caminos no cristianos, deformarlo todo, desvirtuar el cristianismo desde su raíz.

Y, sin embargo, no siempre hemos permanecido en este amor. En la vida de bastantes cristianos ha habido y hay todavía demasiado temor, demasiada falta de confianza filial en Dios. La predicación que ha alimentado a esos cristianos ha olvidado demasiado el amor de Dios, ahogando así aquella alegría inicial, viva y contagiosa que tuvo el cristianismo.

Aquello que un día fue «Buena Noticia», porque anunciaba a las gentes «el amor insondable» de Dios, se ha convertido para bastantes en la mala noticia de un Dios amenazador, que es rechazado casi instintivamente porque no deja ser ni vivir.

Sin embargo, la fe cristiana solo puede ser vivida, sin traicionar su esencia, como experiencia positiva, confiada y gozosa. Por eso, en este momento en que muchos abandonan un determinado «cristianismo» –el único que conocen–, hemos de preguntarnos si, en la gestación de este abandono, y junto a otros factores, no se esconde una reacción colectiva contra un anuncio de Dios poco fiel al evangelio.

La aceptación de Dios o su rechazo se juega, en gran parte, en el modo en que lo sentimos de cara a nosotros. Si lo percibimos solo como vigilante implacable de nuestra conducta haremos cualquier cosa para rehuirlo. Si lo experimentamos como amigo que impulsa nuestra vida, lo buscaremos con gozo. Por eso, uno de los servicios más grandes que la Iglesia puede hacer al ser humano es ayudarle a pasar del miedo al amor de Dios.

Sin duda hay un temor a Dios que es sano y fecundo. La Escritura lo considera «el comienzo de la sabiduría». Es el temor a malograr nuestra vida cerrándonos a él. Un temor que despierta a la persona de la superficialidad y le hace volver hacia Dios. Pero hay un miedo a Dios que es malo. No acerca a Dios. Al contrario, aleja cada vez más de él. Es un miedo que deforma el verdadero ser de Dios, haciéndolo inhumano. Un miedo dañoso, sin fundamento real, que ahoga la vida y el crecimiento sano de la persona.

Para muchos, este puede ser el cambio decisivo. Pasar del miedo a Dios, que no engendra sino rechazo más o menos disimulado, a una confianza en él que hace brotar en nosotros esa alegría prometida por Jesús: «Os he dicho esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a la plenitud».

JESÚS SE IDENTIFICÓ CON EL AMOR-DIOS Y CON ESE AMOR PUDO AMAR COMO SOLO DIOS AMA DOMINGO 6º DE PASCUA (B) Jn 15,9-17

 

 fe adulta


El evangelio de hoy es continuación del que leímos el domingo pasado. Sigue explicando en qué consiste esa pertenencia del cristiano a la vid. Poniendo como modelo su unión con el Padre, muestra Jesús la esencia de su mensaje. Sin metáforas nos coloca ante el centro del mensaje: El AMOR. En el c. 13 ya nos había dado la consigna: un mandamiento nuevo os doy. Solo el amor nos hace humamos.

Es el mandamiento nuevo, por oposición al mandamiento antiguo, la Ley. Queda establecida la diferencia entre las dos alianzas. Jesús no manda amar a Dios ni amarle a él, sino amar como él ama. No se trata de una ley sino de una consecuencia de la Vida de Dios y que se ha manifestado en Jesús. “Un amor que responde a su amor” (Jn 1,16). El amor que pide Jesús tiene que surgir de dentro, no imponerse desde fuera.

Juan emplea la palabra “agape”. Los primeros cristianos emplearon ocho palabras para designar el amor: agape, caritas, philia, dilectio, eros, libido, stergo, nomos. Ninguna de ellas excluye a las otras, pero solo el “agape” expresa el amor sin mezcla alguna de egoísmo. Sería el puro don de sí mismo, solo posible en Dios. Está haciendo referencia a Dios, es decir, al grado más elevado de don de sí mismo. No está hablando de amistad o de una “caridad”. Se trata de desplegar una cualidad exclusiva de Dios.

Dios demostró su amor a Jesús con el don de sí mismo. Jesús está en la misma dinámica con los suyos, les manifiesta su amor hasta el extremo. El amor de Dios es la realidad primera y fundante. Juan lo ha dejado bien claro en la segunda lectura: “En esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó”. Descubrir esa realidad y vivirla es la tarea del que sigue a Jesús. Es ridículo seguir enseñando que Dios nos ama si somos buenos y nos rechaza si somos malos.

Hay una diferencia que tenemos que aclarar. Dios no es un ser que ama. Dios es el amor. En Él, el amor es su esencia, no una cualidad como en nosotros. Yo puedo amar o dejar de amar y seguiré siendo yo. Si Dios dejara de amar un solo instante, dejaría de existir. Dios manifiesta su amor a Jesús y a mí, pero no lo hace como nosotros. No podemos esperar de Dios “muestras puntuales de amor”, porque no puede dejar de amar un instante. Jesús sí puede manifestar el amor de Dios amando como humano.

Juan intenta trasmitirnos que, hablando con propiedad, Dios no puede ser amado. Él es el amor con el que yo amo, no el objeto de mi amor. Aquí está la razón por la que Jesús se olvida del primer mandamiento de la Ley: “amar a Dios sobre todas las cosas”. Juan comprendió perfectamente el problema, y deja muy claro que solo hay un mandamiento: amar a los demás como Jesús nos ha amado. Es decir, manifestar plenamente ese amor, que es Dios, en nuestras relaciones con los demás.

No se puede imponer el amor por decreto. Todos los esfuerzos que hagamos por cumplir un "mandamiento" de amor están abocados al fracaso. El esfuerzo tiene que estar encaminado a descubrir a Dios que es amor dentro de nosotros. Todas las energías, que empleamos en ajustarnos a una programación, tienen que estar dirigidas a tomar conciencia de nuestro verdadero ser. Solo después de un conocimiento intuitivo de lo que Dios es en mí, podré descubrir los motivos del verdadero amor.

El amor del que nos habla el evangelio es mucho más que instinto o sentimiento. A veces tiene que superar sentimientos e ir más allá del instinto. Esto nos lleva a sentirnos incapaces de amar. Los sentimientos de rechazo a un terrorista pueden hacernos creer que nunca llegaré a amarle. El sentimiento es instintivo y anterior a la intervención de nuestra voluntad. El amor es más que sentimiento. La prueba de fuego del amor es el amor al enemigo. Si no llego hasta ese nivel, todo lo demás es engaño.

El amor no es sacrificio ni renuncia, sino elección gozosa. Esto que acaba de decirnos el evangelio no es fácil de comprender. Tampoco esa alegría de la que nos habla Jesús es un simple sentimiento pasajero; se trata de un estado permanente de plenitud y bienestar, por haber encontrado tu verdadero ser que es inmutable. Una vez que has descubierto tu ser luminoso e indestructible, desaparece todo miedo, incluido el miedo a la muerte. Sin miedo no hay sufrimiento. Surgirá espontáneamente la alegría.

Solo cuando has descubierto que lo que realmente eres no puedes perderlo, estás en condiciones de vivir para los demás sin límites. El verdadero amor es don total. Si hay límite en mi entrega, no he alcanzado el amor evangélico. Dar la vida, por los amigos y por los enemigos, es la consecuencia lógica del verdadero amor. No se trata de dar la vida biológica muriendo, sino de poner todo lo que somos al servicio de los demás.

Ya no os llamo siervos. No tiene ningún sentido hablar de siervo y de señor. Más que amigos, más que hermanos, identificados en el mismo ser de Dios, ya no hay lugar ni para el “yo” ni para lo “mío”. Comunicación total en el orden de ser. Jesús se lo acaba de demostrar lavándoles los pies. La eucaristía dice exactamente lo mismo: Yo soy pan que me parto y me reparto para que me coman. Yo soy sangre (vida) que se derrama por todos para comunicarles esa misma Vida. Jesús lo compartió todo.

Os he hablado de esto para que vuestra alegría llegue a plenitud. Es una idea que no siempre hemos tenido clara en el cristianismo. Dios quiere que seamos felices con una felicidad plena y definitiva, no con la felicidad que puede dar la satisfacción de nuestros sentidos. La causa de esa alegría es saber que Dios comparte su mismo ser con nosotros. Nos decía un maestro de novicios: “Un santo triste es un triste santo”.

No me elegisteis vosotros a mí, os elegí yo a vosotros. Debemos recuperar esta vivencia. El amor de Dios es lo primero. Dios no nos ama como respuesta a lo que somos o hacemos, sino por lo que es Él. Dios ama a todos de la misma manera, porque no puede amar más a uno que a otro. De ahí el sentimiento de acción de gracias en las primeras comunidades cristianas. De ahí el nombre que dieron los primeros cristianos al sacramento del amor. “Eucaristía” significa exactamente acción de gracias.

Cualquier relación con Dios, sin un amor manifestado en obras, será pura idolatría. La nueva comunidad no se caracterizará por doctrinas, ni ritos, ni normas morales. El único distintivo debe ser el amor manifestado. Jesús no funda un club cuyos miembros tienen que ajustarse a unos estatutos sino una comunidad que experimenta a Dios como amor y cada miembro lo imita, amando como Él. Esta oferta no la puede hacer la institución, por eso se muestra Jesús tan distante e independiente de todas ellas.