FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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martes, 25 de septiembre de 2018

Ella en cambio...

col bennasar

“Y, volviéndose  a la mujer, dijo a Simón:
-¿Ves esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste aguapara los pies, ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha secado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró no ha dejado de besarme los pies. Tú no me echaste ungüento en la cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume…  le dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado; vete en paz.” (Lucas 7, 44-50)
Uff, es de estos textos que te ponen la carne de gallina. Me gustaría entrar en lo que esta mujer debía sentir cuando esta escena tiene lugar.
Pensemos que el Simón que tenemos dentro representa aquello que nos impide ser libres, felices, abiertas al Espíritu de amor sin dejarnos vencer por condicionamientos creados por las circunstancias del pasado y del presente. Simón no puede ver a la mujer, la tiene invisibilizada.
La pedagogía de Jesús consiste en, paso a paso, ayudarle a descubrir lo femenino-complementario en él, invisibilizado, reprimido, ignorado, no valorado…
¿Ves esta mujer?  Y le enumera, uno a uno, con respeto y destreza lo que ella sí tiene que es de lo que él carece en abundancia.
Ella, en cambio…cuéntanos hermana, qué pasó en ti cuando él te ponía como modelo de amor. Ella, en cambio…eres capaz de llorar de amor agradecido, son lágrimas de emoción por la bondad, la ternura que Jesús te comunica a través de su cuerpo y tú le regalas a través del tuyo. Ahí encuentras tu oriente, tu orientación, tu origen, tu pertenencia y tu destino. Esa persona de Jesús que se deja ungir, cuando lo patriarcal se otorga la exclusiva de tan femenino gesto. Ungir, acariciar zonas significativas del cuerpo, como la frente, las manos, los pies, los labios…
Ella en cambio, no deja de besarle los pies. Interesante ingrediente para nuestra relación personal con alguien. Hay tantos grados de comunicación a través del beso y siendo un gesto tan común en nuestra cultura, en Bélgica, Francia, Rusia dan tres al saludar, no dos como en España, lo obviamos en nuestra relación personal con el Cristo místico que habita en nosotras.
¿Te imaginas no besar a tus hijos, nietos, marido, hermanas…? ¿Cuánto tiempo llevas sin besar y dejarte besar por dentro? No me lo digas, no me extraña que te cueste orar…sólo silencio no basta, sólo leer no es suficiente…
Ella, en cambio…no deja de besarle los pies. Te invito a la oración del beso. Muchas y muchos frunciréis el ceño, diréis que se me ha ido un poco…tal vez, pero hasta que no incorporemos los sentidos, luego la sensualidad, en nuestra experiencia de relación con el Cristo místico que habita en nosotras, no daremos con la chispa que lo ilumina y caldea todo.
Esa oración afectiva es nuestro oriente. Cuando al amanecer todos los días, veo asomarse el sol, por oriente, por el este, es una experiencia de una expectación infinita. Todas las personas que oramos miramos al este, nuestro origen, nuestro destino. No sólo físicamente sino interiormente. La persona que ha sido regalada con el don de desear la oración afectiva es una privilegiada, invitada a vivir en estado de salvación que quiere decir en comunicación del Espíritu.
Y cuando aprendes a besar en tu relación con Dios, besas su piel en el cosmos, en la naturaleza, en cada árbol que abrazas, en cada flor que hueles y riegas con mimo, en cada ola que te salpica, en cada gota de lluvia que te acaricia…
Y cuando besas la piel de Dios en todo también la besas en todos. Hay una transformación de la mirada. Tengo en la habitación estos días en Lovaina, la foto del Damián de Molokai, estamos unos días en una casa de su comunidad.
Ayer en la iglesia de S. Pedro del centro de Lovaina le encendíamos dos velas orando con todos y todas las personas que nos leéis, para que Damián nos enseñe a besar la piel de Dios, que para él eran los leprosos, y así murió, leproso entre leprosos. Tal vez para nosotros la invitación sea menos fuerte, pero no lo olvidemos, el amor empieza y termina con un beso. Este hombre, Damián, captó el misterio del beso y no pudo diferenciar entre besar a Dios y besar a las leprosas y leprosos que le rodeaban. Su vida sigue atrayendo a hombres y mujeres de los cinco continentes. Damián, varón, aprendió a besar a lo Dios.
Maravilloso reto. Asombrosa invitación.

Magdalena Bennásar Oliver
www.espiritualidadintegradoracristiana.es

FRANCISCO, A LOS SACERDOTES Y RELIGIOSOS LITUANOS: "NO SOMOS FUNCIONARIOS DE DIOS

col bastante
"No somos funcionarios de Dios". "Quizás la sociedad del bienestar nos tiene demasiado repletos, llenos de servicios y de bienes, y terminamos empachados de todo y llenos de nada; quizás nos tiene aturdidos o dispersos, pero no plenos". Como es habitual en sus viajes, Francisco quiso encontrarse con los sacerdotes, seminaristas y religiosos de Lituania, ante quienes invitó a estar atentos a los "gemidos" del pueblo, pero también, y sobre todo, a sus silencios.
"Mirándolos a ustedes, veo a tantos mártires, mártires anónimos", improvisó Francisco en su saludo. "Ni siquiera sabemos dónde han sido sepultados. También he saludado a alguno de ustedes, que ha sabido lo que es estar en prisión. No se olviden. Tengan memoria. Son hijos de mártires. Esta es su fuerza, que el espíritu del mundo no venga a decirles una cosa distinta de aquella que han vivido sus antepasados".
"Recuerden a sus mártires, aprendan de ellos, no tengan miedo", continuó, preguntándose cómo se podría introducir la causa de canonización de estos mártires. "Es un consuelo la preocupación de tantos aquellos que nos han dado el testimonio. Son santos". "No se olviden de los primeros días, no se olviden de sus antepasados", concluyó su primer saludo improvisado.
En el discurso que tenía preparado para los consagrados en la catedral de Kaunas, el Papa subrayó la importancia de "escuchar la voz de Dios en la oración", que "nos hace ver, oír, conocer el dolor de los demás para liberarlos". "Pero también -advirtió- nos debe impactar cuando nuestro pueblo ha dejado de gemir, ha dejado de buscar el agua que sacia la sed. Es un momento también para discernir qué puede estar anestesiando la voz de nuestra gente".
Un llamado a estar atentos a los signos de los tiempos, pero también a no perder las raíces, y escuchar a los ancianos. Los religiosos que han padecido la persecución, el martirio y el silencio, y que son memoria viva de la Iglesia lituana. "La violencia ejercida sobre vosotros por defender la libertad civil y religiosa -dijo a los más mayores-, la violencia de la difamación, la cárcel y la deportación no pudieron vencer vuestra fe en Jesucristo, Señor de la historia".
Por eso, añadió, "tenéis mucho que decirnos y enseñarnos, y también mucho que proponer, sin necesidad de juzgar la aparente debilidad de los más jóvenes". Y vosotros, dijo, dirigiéndose a los más jóvenes, "cuando ante pequeñas frustraciones que os desalientan tendéis a encerraros en vosotros mismos, a recurrir a estilos y diversiones que no están acordes con vuestra consagración, buscad vuestras raíces y mirad el camino recorrido por los mayores".
Porque, añadió, "son precisamente las tribulaciones las que perfilan los rasgos distintivos de la esperanza cristiana, porque cuando es solo una esperanza humana podemos frustrarnos y aplastarnos en el fracaso. No sucede lo mismo con la esperanza cristiana, ella sale más nítida, más aquilatada tras pasar por el crisol de las tribulaciones".
"Somos nosotros, hombres y mujeres de especial consagración, los que nunca nos podemos permitir perder ese gemido, esa inquietud del corazón que solo encuentra descanso en el Señor", recalcó Bergoglio, quien animó a no perder la oportunidad de "un diálogo cotidiano con el Señor por medio de la oración y la adoración".
Ello implica contemplar "las necesidades insatisfechas de nuestros hermanos más pobres, ante la ausencia de sentido de la vida de los más jóvenes, la soledad de los ancianos, el atropello al mundo creado". Un gemido que "busca organizarse para incidir en el acontecer de una nación, de una ciudad; no como presión o ejercicio del poder, sino como servicio".
¿Qué espera el pueblo de sus pastores? "Un delicado discernimiento, organizarnos, planificar y ser audaces y creativos en nuestros apostolados", respondió Francisco. "Que nuestra presencia no esté entregada a la improvisación, sino que responda a las necesidades del pueblo de Dios y sea así fermento en la masa".
"Es cierto que estos son otros tiempos y vivimos en otras estructuras, pero también es cierto que esos consejos son mejor asimilados cuando los que han vivido esas experiencias duras no se encierran, sino que las comparten aprovechando los momentos comunes", insistió el Papa, quien animó a "ser conscientes de que la historia vivida es raíz para que el árbol pueda florecer".
Y no olvidarse de mirar a Dios, "Por último, mirar a Cristo Jesús como nuestra esperanza significa identificarnos con él, participar comunitariamente de su suerte", se convierta en un "nosotros" que "integra, pero también supera y excede el "yo"; el Señor nos llama, nos justifica y nos glorifica juntos, tan juntos que incluye a toda la creación".
"Este es el desafío, que nos urge, el mandato a evangelizar", y hacerlo juntos, pues "el Espíritu Santo nos reúne, reconcilia nuestras diferencias y genera nuevos dinamismos para impulsar la misión de la Iglesia".
Volviendo a improvisar al término de sus palabras, el Papa lamentó "cuántos sacerdotes tristes, que no están enamorados del Señor". "Por favor, cuando se encuentren tristes, deténganse, y busquen un sacerdote, o una religiosa, sabios. No sabios que se hayan graduado en una universidad de prestigio, sino porque han sido capaces de andar hacia adelante en el amor".
"Vayan a pedir consejo, porque cuando comienza esta tristeza, podemos profetizar que si no se cura a tiempo, hará de ustedes personas sin carisma, hombres y mujeres que no sean fecundos, estériles. Así que tengan miedo de esta tristeza, porque la siembra el mal, la siembra el Diablo", concluyó, advirtiendo del riesgo de considerar "la vocación como un trabajo en una empresa".
Si es así, llegará el momento en que "se den cuenta de que han caminado por una senda equivocada". Porque, como repitió "la vida de un consagrado no es la de un funcionario, es la vida del amor y el celo apostólico de la gente". Un sacerdote así "abre la puerta, abre la oficina, y la cierra. Y no se acerca a la gente. Si ustedes no quieren ser funcionarios, les diré una palabra: cercanía, proximidad".
"¿Y si la gente no viene? Bueno, entonces, salgan a buscarla", señaló Francisco, llevándose la enésima ovación en un discurso que ha sido fuertemente aplaudido. "Vayan a buscarla. Pero los jóvenes hoy no vienen. Bueno, creen algo, inventen algo. Cercanía con la gente, y con el Señor en el Santísimo. El Señor los quiere pastores de pastores, y pastores del pueblo, y no quiere funcionarios".
También, en el confesionario. "Si no puedes darle la absolución, al menos dale un abrazo, estate cercano. Nunca echen a ninguno del confesionario. Díganle que no puede hacerlo así, que Dios le ama. Pongan cercanía. Esto es ser padre". "El confesionario no es el despacho de un psiquiatra, ni es un lugar para escarbar sobre otra gente... Por eso, queridos sacerdotes: cercanía para ustedes significa también vivir la misericordia".
Y, a las hermanas, "son muy buenas, pero algunas rumorean... Pregúntenle a alguna hermana de entrada, si tenía tiempo para rumorear cuando trabajaba en las cárceles. Por favor, ustedes son madres. Sean madres, son imágenes de la Iglesia y de la Virgen". "Y la madre Iglesia no es chismosa, no rumorea. Ama, sirve, hace crecer".
Discurso del Papa en la catedral de San Pedro y Pablo
Queridos hermanos y hermanas:
Toda la visita a vuestro país ha estado enmarcada en una expresión: "Cristo Jesús, nuestra esperanza". Ya casi al finalizar este día, nos encontramos con un texto del apóstol Pablo que nos invita a esperar con constancia. Y esta invitación la hace habiéndonos anunciado el sueño de Dios para todo ser humano, es más, para toda la creación: que «Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman» (Rm 8,28); "endereza" todas las cosas, sería la traducción literal.
Hoy querría compartir con vosotros algunos rasgos de esa esperanza; rasgos que nosotros -sacerdotes, seminaristas, consagrados y consagradas- estamos invitados a vivir.
En primer lugar, antes de invitarnos a la esperanza, Pablo ha repetido tres veces la palabra "gemir": gime la creación, gimen los hombres, gime el Espíritu en nosotros (cf. Rm 8,22-23.26). Se gime desde la esclavitud de la corrupción, desde el anhelo de plenitud. Y hoy nos hará bien preguntarnos si está presente en nosotros ese gemido, o por el contrario ya nada grita en nuestra carne, nada anhela al Dios vivo. El bramido de la cierva sedienta ante la escasez de agua debería ser el nuestro, en la búsqueda de lo profundo, de lo verdadero, de lo bello de Dios. Quizás la "sociedad del bienestar" nos tiene demasiado repletos, llenos de servicios y de bienes, y terminamos "empachados" de todo y llenos de nada; quizás nos tiene aturdidos o dispersos, pero no plenos. Somos nosotros, hombres y mujeres de especial consagración, los que nunca nos podemos permitir perder ese gemido, esa inquietud del corazón que solo encuentra descanso en el Señor (cf. S. Agustín, Confesiones, I,1,1). Ninguna información inmediata, ninguna comunicación virtual instantánea nos puede privar de los tiempos concretos, prolongados, para conquistar -de eso se trata, de un esfuerzo sostenido- un diálogo cotidiano con el Señor por medio de la oración y la adoración. Se trata de cultivar nuestro deseo de Dios, como escribía san Juan de la Cruz: «Procure ser continuo en la oración, y en medio de los ejercicios corporales no la deje. Sea que coma, beba, hable con otros, o haga cualquier cosa, siempre ande deseando a Dios y apegando a él su corazón» (Avisos a un religioso para alcanzar la perfección, 9).
Ese gemido también brota de la contemplación del mundo de los hombres, es un clamor de plenitud ante las necesidades insatisfechas de nuestros hermanos más pobres, ante la ausencia de sentido de la vida de los más jóvenes, la soledad de los ancianos, el atropello al mundo creado. Es un gemido que busca organizarse para incidir en el acontecer de una nación, de una ciudad; no como presión o ejercicio del poder, sino como servicio. A nosotros nos debe impactar el clamor de nuestro pueblo, como a Moisés, a quien Dios le reveló el sufrimiento de su pueblo en el encuentro junto a la zarza ardiente (cf. Ex 3,9). Escuchar la voz de Dios en la oración nos hace ver, oír, conocer el dolor de los demás para liberarlos. Pero también nos debe impactar cuando nuestro pueblo ha dejado de gemir, ha dejado de buscar el agua que sacia la sed. Es un momento también para discernir qué puede estar anestesiando la voz de nuestra gente.
El clamor que nos hace buscar a Dios en la oración y adoración es el mismo que nos hace auscultar el quejido de nuestros hermanos. Ellos "esperan" en nosotros y precisamos, desde un delicado discernimiento, organizarnos, planificar y ser audaces y creativos en nuestros apostolados. Que nuestra presencia no esté entregada a la improvisación, sino que responda a las necesidades del pueblo de Dios y sea así fermento en la masa (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 33).
Pero el apóstol también habla de constancia; constancia en el sufrimiento, constancia para perseverar en el bien. Esto supone estar centrados en Dios, permanecer firmemente arraigados en él, ser fieles a su amor.
Vosotros, los de mayor edad -cómo no mencionar a Mons. Sigitas Tamkevicius- sabréis testimoniar esta constancia en el sufrir, ese "esperar contra toda esperanza" (cf. Rm 4,18). La violencia ejercida sobre vosotros por defender la libertad civil y religiosa, la violencia de la difamación, la cárcel y la deportación no pudieron vencer vuestra fe en Jesucristo, Señor de la historia. Por eso, tenéis mucho que decirnos y enseñarnos, y también mucho que proponer, sin necesidad de juzgar la aparente debilidad de los más jóvenes. Y vosotros, los más jóvenes, cuando ante pequeñas frustraciones que os desalientan tendéis a encerraros en vosotros mismos, a recurrir a estilos y diversiones que no están acordes con vuestra consagración, buscad vuestras raíces y mirad el camino recorrido por los mayores. Son precisamente las tribulaciones las que perfilan los rasgos distintivos de la esperanza cristiana, porque cuando es solo una esperanza humana podemos frustrarnos y aplastarnos en el fracaso. No sucede lo mismo con la esperanza cristiana, ella sale más nítida, más aquilatada tras pasar por el crisol de las tribulaciones.
Es cierto que estos son otros tiempos y vivimos en otras estructuras, pero también es cierto que esos consejos son mejor asimilados cuando los que han vivido esas experiencias duras no se encierran, sino que las comparten aprovechando los momentos comunes. Sus relatos no están llenos de añoranzas de tiempos pasados presentados como mejores, ni de acusaciones solapadas ante los que tienen estructuras afectivas más frágiles. La reserva de constancia de una comunidad discipular es eficaz cuando sabe integrar -como aquel escriba- lo nuevo y lo viejo (cf. Mt 13,52), cuando es consciente de que la historia vivida es raíz para que el árbol pueda florecer.
Por último, mirar a Cristo Jesús como nuestra esperanza significa identificarnos con él, participar comunitariamente de su suerte. Para el apóstol Pablo, la salvación esperada no se limita a un aspecto negativo -liberación de una tribulación interna o externa, temporal o escatológica- sino que el énfasis está puesto en algo altamente positivo: la participación en la vida gloriosa de Cristo (cf. 1 Ts 5,9-10), la participación en su Reino glorioso (cf. 2 Tm 4,18), la redención del cuerpo (cf. Rm 8,23-24). Entonces, se trata de entrever el misterio del proyecto único e irrepetible que Dios tiene para cada uno. Porque no hay nadie que nos conozca ni nos haya conocido con tanta profundidad como Dios, por eso él nos destina a algo que parece imposible, apuesta sin posibilidad a equivocarse a que reproduzcamos la imagen de su Hijo. Él ha puesto sus expectativas en nosotros, y nosotros esperamos en él. Un "nosotros" que integra, pero también supera y excede el "yo"; el Señor nos llama, nos justifica y nos glorifica juntos, tan juntos que incluye a toda la creación. Muchas veces hemos puesto tanto énfasis en la responsabilidad personal que lo comunitario pasó a ser un telón de fondo, solo un ornamento. Pero el Espíritu Santo nos reúne, reconcilia nuestras diferencias y genera nuevos dinamismos para impulsar la misión de la Iglesia (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 131; 235).
Este templo en el que nos reunimos, el de San Pedro y San Pablo, tiene sobre nosotros una lámpara en forma de barca. Ambos apóstoles fueron conscientes del tesoro que se les había dado, ambos fueron invitados a «ir mar adentro» (Lc 5,4). En esta barca estamos todos, intentando siempre clamar a Dios, ser constantes en medio de las tribulaciones y tener a Cristo Jesús como el objeto de nuestra esperanza. Y esta barca que es la Iglesia, reconoce en el centro de su misión el anuncio de esa gloria esperada, que es la presencia de Dios en medio de su pueblo, en Cristo Resucitado, y que un día, anhelado por toda la creación, se manifestará en los hijos de Dios. Este es el desafío que nos urge: el mandato a evangelizar. Es la razón de ser de nuestra esperanza y de nuestra alegría. Y hoy ese mar serán "los escenarios y los desafíos siempre nuevos" de esta Iglesia en salida. Es necesario volver a preguntarnos: ¿qué nos pide el Señor? ¿Cuáles son las periferias que más necesitan de nuestra presencia para llevarles la luz del Evangelio? (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 20).
Si no, ¿quién podrá creer que Cristo Jesús es nuestra esperanza? Solo nuestro ejemplo de vida dará razón de nuestra esperanza en él.

¡NI TÚ… NI VOSOTROS

col santos com
En el Antiguo Testamento ya tenían problemas por la mala comprensión que tiene el ser humano para mirar a los otros como iguales. Diría que es casi una enfermedad endémica a través de los siglos: cuando nos vemos reunidos en grupo, con un nombre, siempre el mismo, “yo-nosotros”, y miramos hacia fuera y vemos al “tú-vosotros” como algo ajeno.
Es una patología que parece venir inscrita en el ADN humano, girando en algún gen loco que se resiste a reinventarse.
Ahí tenemos a Moisés reprendiendo a Josué, su mano derecha, que se siente potente como para inducir a su jefe a gestionar quien puede o no profetizar. La actitud de apropiarse de lo que el Espíritu da gratis a quien quiere, hace clamar a Moisés: “¡Ojalá todo el pueblo del Señor recibiera el espíritu del Seños y profetizara!”.(Núm 11, 25-29)
También Jesús tuvo que lidiar con el mismo tema en la versión de hacer el bien al prójimo: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero, como no viene con nosotros, hemos tratado de impedírselo”. Era Juan, el discípulo que tuvo que recostarse en el pecho de Jesús para saber cómo latía su corazón y aprender que late por quien hace el bien, le conozca o no. Y late también por quien no lo hace pero, con paciencia infinita e incalculable, espera que antes o después se una a los que ponen el Amor en el primer puesto de prioridades.
Imagino la mirada de Jesús y un cierto aire cansino en su voz: “No se lo impidáis…”. Sus radicales palabras nos previenen de lo que sería mejor para quienes en algún momento podamos sentirnos como propietarios, gestores o administradores de lo que el Espíritu quiere hacer en la vida de cada persona.
No olvidemos aquello de que “el viento sopla donde quiere, y oyes su rumor, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu”. Lo escribe Juan, ya maduro en la vida del Espíritu, cuando escribe su evangelio (Jn 3, 8). Entendió desde el corazón el mensaje de Jesús. Lo hizo suyo y nos lo dejo bien escrito, inspirado por el Espíritu para que otros nazcan al Espíritu.
Revisemos, personal y comunitariamente, no demos todo por hecho. ¿A quiénes considero de los nuestros? ¿A quiénes digo: ni tú… ni vosotros sois de los nuestros. ¿A quién dejo fuera? ¿A quiénes encierro en estereotipos o en guetos?
Más aún. ¿Qué hago con mi mano, con mi pie y con mi ojo? ¿Escandalizo al que se me acerca apartándole de un manotazo o dándole un puntapié? ¿Le echo una mirada de esas que invisibilizan o matan?
No dijo Jesús nada de la boca, pero mejor callar y entrar sin lengua en el Reino de Dios antes que soltar dardos en forma de palabras contra quienes no considero “de los míos”.
Cuando tengamos dudas sobre lo imprevisible e impredecible del movimiento del Espíritu, volvamos al centro, al corazón de Pentecostés. Nos remite a los tiempos antiguos indicando que ya se habló de ello con profética visión de futuro: “Derramaré mi Espíritu sobre todo mortal y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. Y también sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu…”. (Hch 2, 17-18). Me ha refrescado ver que no hace distingos: hijos e hijas, jóvenes y ancianos; siervos y siervas.
Escuchemos al Espíritu que nos dice: “Tened paz unos con otros” (Mc 9, 50).

Todos son de los nuestros

col fraymarcos
Mc 9, 38-48
El texto de hoy es continuación inmediata del que leímos el domingo pasado. Es Juan el que, sin hacer mucho caso a lo que acaba de decir Jesús, salta con una cuestión al margen de lo que se viene tratando en el evangelio. Este texto tiene un significado aún más profundo si recordamos que, es este mismo capítulo (Mc 9,14-29), justo antes del episodio que hemos leído el domingo pasado, se cuenta que los discípulos no pudieron expulsar un demonio.
Una vez más, Jesús tiene que corregir su afán de superioridad. Siguen empeñados en ser ellos los que controlen el naciente movimiento en torno a Jesús. Con el pretexto de celo, buscan afianzar privilegios. Seguramente se trata de un problema, planteado ya en la primitiva comunidad donde se escribe el evangelio. El resto de lo que hemos leído no es un discurso, sino una colección de dichos que pueden remontarse a Jesús.
No es de los nuestros. El texto griego dice: “porque no nos sigue a nosotros”. Este pequeño matiz podría abrirnos una perspectiva nueva en la interpretación. Solo pronunciar esta frase, supone alguna clase de exclusión y una falta de compresión del evangelio. Todo lo que nos hace diferentes como individuos es accidental y anecdótico. Unirnos a un grupo con la intención de ser superiores y más fuertes es un egoísmo amplificado.
Muchas veces me habéis oído hablar de las contradicciones del evangelio; pues hoy lo vemos con toda claridad. (Mt 12,30) dice exactamente lo contrario de lo que acabamos de oír a Mc: “El que no está con nosotros está en contra nuestra, y el que con nosotros no recoge, desparrama.” En Lc encontramos las dos fórmulas, (10,50) y (11,23); así que no hay manera de desempatar. Además, estas palabras de Jesús están en contradicción con lo que él mismo dice en (Mt 7,22) “No hemos profetizado en tu nombre, y no hemos expulsado muchos demonios… Yo les responderé: No os conozco de nada, apartaros de mí, malvados”.
La contradicción es aparente. El mensaje del Jesús no se puede meter en conceptos. La razón necesita crear opuestos para poder explicar la realidad. Solo puede entender lo que es el frio en contraposición con lo que es el calor. Entenderá lo que es el color blanco, solo cuando tenga la idea de negro. La luz solo se puede comprender si tenemos en cuenta la oscuridad. Para poder afirmar algo como verdadero, tenemos que considerar lo opuesto como falso. En el orden espiritual las contradicciones quedan superadas en la unidad.
El que no está conmigo está contra mí, se refiere a que la pertenencia al Reino es una opción personal, no es lo natural, no viene dada por el ADN. Hay que hacer un verdadero esfuerzo por descubrirlo y entrar en él. Recordad las frases del evangelio: “El reino de los cielos padece violencia y solo los esforzados lo arrebatan”; y “estrecha y angosta es la senda que lleva a la vida y pocos dan con ella”. Para entrar en el reino es imprescindible un proceso. Hay que nacer de nuevo, y para ello es preciso morir a lo terreno.
El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Quiere decir que del Reino no se excluye a nadie. Todo el que busca el bien del hombre, está a favor del Reino, que predica Jesús. Solo queda fuera el egoísta que rechaza al hombre. La posesión diabólica era el paradigma de toda opresión. Expulsar demonios era el paradigma de toda liberación. En contra de todos los movimientos religiosos de la época, saduceos, fariseos, Qumrán, etc., Jesús anuncia un Dios que es amor y que no excluye a nadie, ni siquiera a los pecadores.
La pretensión de exclusividad, ha hecho polvo las mejores iniciativas religiosas de todos los tiempos. Considerar absoluta cualquier idea de Dios como si fuera definiti­va, es la mejor manera de entrar en el integrismo, fanatismo e intransigen­cia. Monopolizar a Dios, es negarlo. Poner límites a su amor es ridiculizarlo. Nuestra religión ha ido más lejos que ninguna otra en esa pretensión de verdades absolutas y excluyentes. Recordad: fuera de la Iglesia no hay salvación. Fuera de la Iglesia hay salvación. A veces, más que dentro de ella.
En un ocasión en que no los recibieron en Samaría, Santiago y Juan dicen a Jesús: ¿Quieres que mandemos bajar fuego del cielo para que les destruya. Jesús les reprendió; pero algunas traducciones añaden: no sabéis de qué espíritu sois. Seguimos sin enterarnos del espíritu de Jesús. Seguimos pretendiendo defender a Dios, sin darnos cuenta de que estamos defendiendo nuestros intereses más rastreros. No se trata simplemente de tolerar lo malo que hay en los otros. Se trata de apreciar todo lo que hay en los demás de bueno.
Entre el episodio de la primera lectura y el que nos narra el evangelio hay doce siglos de distancia, pero la actitud es idéntica. Desde que se escribió el evangelio hasta hoy, han pasado veinte siglos, y aún no nos hemos movido ni un milímetro. Seguimos esgrimiendo el “no es de los nuestros”. Todo aquel que se atreve a disentir, todo el que piense o actúe de modo diferente sigue excluido. Incluso arremetemos contra todo el que se atreve a pensar.
El espíritu de Jesús va mucho más allá de lo que abarca el cristianismo oficial. Se ha acuñado una frase últimamente: “patrimonio de la humanidad”que se podía aplicar a Jesús sin restricción alguna: Cristo no es de la Iglesia. En realidad, el mensaje de Jesús no se puede encerrar en ninguna iglesia o institución religiosa. Jesús intentó que todas las religiones, incluida la suya, descubriesen que el único objetivo de todas ellas es hacer seres cada vez más humanos. Cualquier religión que no tenga esa meta, es simplemente falsa.
De la misma manera que la mente racional creó el yo individual para garantizar la subsistencia biológica, el ser humano ha ido creando guetos y grupos que potencian ese objetivo de mayor seguridad. Desde la familia a la nación todas las instituciones tienen como objetivo que nos sintamos más seguros gracias a ese egoísmo amplificado. La socialización ha sido un medio muy adecuado para el progreso humano y debe seguir siéndolo, pero puede convertirse en el mayor enemigos del hombres si se utilizad para ir contra los demás.
Tenemos que decirlo con toda claridad. Para los seres humanos ha sido mucho más nefasta la idolatría teísta que el ateísmo. Las mayores barbaridades de la historia se han cometido en nombre de dios. Es un ídolo el dios que hace diferencia entre buenos y malos. Es un ídolo el dios que depende de lo nosotros hagamos para estar de nuestra parte o en contra nuestra. Claro que ese dios nos tranquiliza, porque si él hace eso, está más que justificado que nosotros estemos a favor de los nuestros y en contra de los que no lo son.
Que en el evangelio de Mc, la causa de Jesús no coincida con la causa del grupo de los doce, es un toque de atención para los cristianos de todos los tiempos. Jesús no es monopolio de nadie. Todo el que está a favor del hombre está con Jesús. Todo el que trabaja por la justicia, por la paz, por la libertad, es cristiano. Nada de lo que hace a los hombres más humanos es ajeno a un seguidor de Jesús. Es inquietante que todas las grandes religiones monoteístas hayan sido y siguen siendo causa de las mayores divisiones y guerras.

Meditación
Aunque alguien se empeñe en estar en contra nuestra,
nosotros nunca debemos estar contra nadie.
Mi actitud no debe depender de la actitud el otro
Si aún me cuesta aceptar al otro tal cual es,
es señal de que aún no he comprendido el evangelio.
Estoy esperando que cambie él para sentirme yo bien.
¿Puedo imaginarme que Dios hiciera conmigo lo mismo?

UNIVERSALIDAD DEL EVANGELIO

comentario editorial

“Prefiero contemplar la naturaleza, y esta contemplación permite acercarse a lo sagrado antes que dominarla” (Frédéric Lenoir) 
30 de septiembre. Domingo XXVI del TO
Mc 9, 38-43. 45. 47-48
Jesús respondió: No se lo impidáis. Aquel que haga un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí 
La Biblia de nuestro pueblo hace esta consideración: “La universalidad del Evangelio no se refiere sólo a los destinatarios, sino también a los agentes. Los discípulos de Jesús deberíamos incluso propiciar alianzas o proyectos comunes con quienes, siendo de otras religiones o con quienes no profesan ninguna, dedican su vida al servicio de la Humanidad. Hacer el bien es un evangelio universal”. Un bien y una competencia de todos los cristianos.
Tanto la figura de Jesús como su doctrina tienen mucho que ver con el carácter universal del Evangelio, en el sentido de que su misión es para todos los seres humanos sin distinción. En su primera carta a Timoteo dice que Dios quiere “que todos los hombres se salven” (1 Ti 2, 4). Y que también desea “que el universo, lo celeste y lo terrestre, alcancen su unidad en el Mesías”. El visionario de Patmos escuchó el canto de los veinticuatro Ancianos que con sus cítaras y copas de oro llenas de perfume cantaban un Cántico nuevo al Cordero: “con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación”. Universalidades vinculadas ambas a la esencia del Evangelio. No hacerlo es renunciar al compromiso de servicio de la Humanidad entera.
El primer principio es la formulación cristológica del Sermón de la Montaña. Jesús encarna la espiritualidad común a todas las religiones. Toda religión entiende la vida santa como libertad frente a las necesidades. En esto, un discípulo de Cristo es también “discípulo " de Buda, y viceversa. Como ésta es una espiritualidad universal, se sigue que cualquier rama del cristianismo que no se la apropie deja de ser una vía de salvación o religión universal y, a fortiori, la religión de Cristo.
En su obra El poder de la alegría, Frédéric Lenoir escribe esta consideración: “El amor no se limita a la relación con el prójimo. El vínculo de comunión no se limita a las relaciones interpersonales. Los griegos se referían a la idea de “aceptar el mundo” de manera armoniosa. No ir a destiempo. Inscribirse en el círculo de la vida. Participar en la sinfonía, sin ser el instrumento disonante. Aceptar el mundo es entrar en consonancia con los que nos son próximos, con la ciudad, con la naturaleza, con el cosmos. Es negarse a destruir y saquear el planeta, el mantener unas relaciones respetuosas con todos los seres sensibles”
Un cristianismo que haya renunciado a la predicación y la práctica de las bienaventuranzas como ideal utópico no será un cristianismo profético y estará fuera de lugar. Ésta es la crisis de significado o la falta de orientación de las que hoy nos lamentamos la mayoría de nosotros. En realidad, el italiano Francisco de Asís (1182-1226), santo, diácono y fundador de la Orden Franciscana, el Maestro Eckhart Hochheim (1260-1328), dominico alemán, teólogo y místico, Thomas Merton (1915-1968), monje trapense, poeta y místico y Bede Griffithts (1906-1993), monje y místico benedictino que vivió en el sur de la India, etc. etc. etc, son extraños hoy para la mayoría de los cristianos. Y, sin embargo, todos ellos fueron auténticos cristianos universales, capaces de proclamar la Buena Nueva para toda persona en el mundo que tiene sed del Agua de la Vida. Jesús no tiene inconveniente en hablar con la mujer samaritana, pecadora y no judía, y compartir con ella su agua viva.
“Prefiero contemplar la naturaleza, y esta contemplación permite acercarse a lo sagrado antes que dominarla”, dice Frédéric Lenoir, dándonos a entender que lo trascendental es estar más allá de las propias creencias y doctrinas. Y Jesús replica a los discípulos, que negaban la potestad taumatúrgica a un exorcista anónimo que no era de los suyos diciéndoles: “No se lo impidáis. Aquel que haga un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. (Mc 9, 39).
“Quien beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás” (Jn 4, 14)

TRAVELLING
Vino sonoro y silencioso al mundoguiado por la brújula del Viento,con alpargatas líricas de esparto,con estruendosas voces y silencios.
Sembraba música de flor y amoresen el paisaje de los Evangelios. 
(EVANGÉLICO CUARTETO. Ediciones Feadulta)

Francisco recuerda con dolor a los cientos de miles de víctimas del nazismo y el comunismo en Lituania


Jesús Bastante

Papa FraciscoEl Papa reza en el gueto de Lituania: “No permitas que seamos sordos al grito de todos los que hoy siguen clamando al cielo”
Lamenta “la desolación y la impotencia, la crueldad y el sinsentido que vivió este pueblo lituano”
Que aquel grito sea estímulo para no acomodarnos a las modas de turno, a los slogans simplificadores, y a todo intento de reducir y privar a cualquier persona de la dignidad con la que tú la has revestido
Se cumplen 75 años del genocidio de la población judía en Lituania. El Museo de la Ocupación fue la antigua sede y cárcel de la Gestapo, y posteriormente de la KGB. Aquí murieron decenas de miles de personas, judíos y opuestos al régimen comunista. Hasta aquí quiso llegar Francisco, quien en su oración pidió al Señor que “no permitas que seamos sordos al grito de todos los que, hoy, siguen clamando al cielo”.··· Ver noticia

Conmoción en Guatemala por el asesinato de la lideresa indígena Juana Ramírez


El responsable de la muerte de Juana Ramírez Santiago fue un hombre que le disparó en cuatro ocasiones.
Juana Ramírez Santiago, líder indígena y comadrona de Nebaj, Quiché, fue ultimada durante la noche del pasado viernes 21 de septiembre, según reportes de medios locales.
El crimen ha causado indignación y rechazo de varias personas, debido a las labores que la víctima desarrollaba en protección de los derechos humanos.
Se reportó que el crimen de Ramírez Santiago ocurrió en el sector del Puente Xolanay, en Nebaj. La víctima tenía 54 años de edad y era originaria de aldea Cambalam.··· Ver noticia ··

Diez años de saqueo de lo público y de la economía a través de los gobiernos del PP y del PSOE

15M Ronda

Redes Cristianas
DIEZ AÑOS DE SAQUEO DE LO PÚBLICO Y DE LA ECONOMÍA A TRAVÉS DE LOS GOBIERNOS DEL PP Y PSOE
El 15 de septiembre del año 2008, hace ahora diez años, con el derrumbe del banco de inversión Lehman Brotherson, la quiebra de una de las entidades más tradicionales y poderosas de Wall Street (calle del muro), se inició una de la mayor “crisis financiera global” desde la Gran Depresión de 1929, con consecuencias económicas sociales y políticas nefastas en casi todo el mundo. Los Estados se vieron obligados a rescatar a sus bancos con miles de millones de euros y dólares (más de 300.000 millones de dólares durante el comienzo del año 2009) –en España, la factura sin retorno asciende a 60.000 millones de euros, como mínimo- lo cual acarreó duros recortes de gasto y la pérdida de millones de empleos.
Estamos en el año 2018. Diez años después, las economías de los países afectados han vuelto al crecimiento y los bancos supuestamente han saneado sus balances. Sin embargo, la huella devastadora de aquella crisis/estafa sigue visible en forma de salarios más bajos, más trabajos precarios y un altísimo endeudamiento de los Estados (el total de la deuda mundial supera por tres veces al Producto Interior Bruto –PIB-).
Diez años de sufrimiento que se han llevado por delante los derechos, los salarios dignos y el futuro de la gente. El empobrecimiento y la destrucción laboral están en la base de la destrucción de derechos y libertades.
Trabajos precarios, salarios indignos, alquileres por las nubes y un futuro inexistentes (con mayor incidencia en jóvenes menores de 40 años) son los principales daños que han quedado tras una década de recortes de derechos fundamentales. Lo único cierto es que, tras estos años, el trabajo ya no es en España garantía de alimentación y techo. Y, al contrario de lo que ha suce-dido a la inmensa mayoría de la población trabajadora, las grandes empresas y entidades financieras han hecho su agosto.
Según el informe anual presentado por la Agencia Tributaria en 2017, las empresas crecieron el doble que los sueldos, algo que viene siendo habitual en los últimos años. El resultado contable declarado de las empresas en España alcanzó los 217.563 millones de euros, un 9,2% más que en 2016. Sin embargo, los salarios habían subido sólo un 0,1%. Los salarios crecen en Europa cuatro veces más que en España.
En los beneficios empresariales se basó el relato mentiroso del gobierno del Partido Popular para difundir la idea de que España había “salido de la crisis”, incluso que España “encabeza” la recupera-ción económica en Europa (otra gran mentira). Según los datos de Eurostat, España era en 2017 el país de la Unión Europea con mayor pérdida de poder adquisi-tivo por parte de la clase trabajadora. La renta salarial en España se ha reducido en 9.500 millones de euros en la última década. Las trabajadoras y los trabajadores han perdido de media más de 500 euros anuales durante la “crisis”. En cuanto al tipo de contrato, sirvan de ejemplo las cifras del año 2016, de los cerca de 20 millones de contratos formalizados, el 91,43% fueron temporales.
“El problema no fue el terremoto económico del año 2007, sino la estafa continuada posterior, que dura ya más de 10 años, han utilizado la excusa de la “crisis” para desmantelar el Estado del Bienestar. Los gobiernos del PP y PSOE han practicado un saqueo constante de lo público y de la economía, especial-mente de la clase trabajadora” (Alberto Garzón).
En este año 2018 la diferencia entre personas enrique-cidas y personas empobrecidas es muy superior a la que había hace 10 años, la sanidad y educación públi-ca se encuentran bajo mínimos y el sistema de pensio-nes está seriamente deteriorado. El 10% de las perso-nas más enriquecidas acumula más riqueza que el 90% restante de la población española. En España, 10,2 millones de personas con una renta por debajo del umbral de la pobreza (año 2017, menos de 8.500 € al año), es el tercer país europeo en desigualdad, por detrás de Rumanía y Bulgaria.
La rebeldía ciudadana es un recurso legítimo en estos tiempos tan peligrosos, para empezar a reconstruir un poder basado en la ciudadanía.
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EN POCAS PALABRAS. LA TRASTIENDA DE LA DEMOCRACIA
15-M RONDA SEPTIEMBRE 2018 Nº32

¿Para qué nos sirve la historia?


Editorial de Utopía

Décadas atrás, salvo en ambientes muy intelectuales y círculos de imaginación reducidos, nadie ponía en duda que “la historia es maestra de la vida”. La historia, se pensaba, como depositaria de la gran experiencia humana, encierra en sí un rico depósito de luces y sombras capaces de darnos a conocer el pasado de la humanidad, de ayudarnos a entender un presente, siempre revuelto y convulso, y de orientar pedagógicamente nuestros pasos hacia el futuro. La historia es maestra de la vida.··· Ver noticia

Facua acusa al Gobierno de mentir sobre los posibles descuentos en la factura de la luz con el bono social


bono social eléctrico2La federación denuncia que el descuento de un usuario medio sólo puede representar un 11%, frente a del 25% o 40% que asegura el Ejecutivo. La asociación considera lamentable que el Gobierno haya recurrido a una “engañifa”.
Facua-Consumidores en Acción ha acusado al Gobierno de mentir sobre los posibles descuentos en la factura de la luz con el bono social eléctrico anunciados por el Ministerio para la Transición Ecológica en su nueva campaña publicitaria.··· Ver noticia 

Stefano Martoglio: 'Me encuentro en casa'


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- Por: Manu Serrano


El Consejero para la Región Mediterránea ha compartido hoy los objetivos de su Visita Extraordinaria a la Inspectoría con los miembros del Consejo. También ha bendecido las nuevas instalaciones de la Casa Inspectorial y el trabajo que se lleva a cabo allí.
Stefano Martoglio ha vivido hoy una de las jornadas más intensas desde su llegada a Madrid el pasado 15 de septiembre para realizar la Visita Extraordinaria en nombre del Rector Mayor a la Inspectoría Santiago el Mayor. El Consejero para la Región Mediterránea se ha reunido por la mañana con el Consejo Inspectorial para hacer una puesta en común de las expectativas de esta Visita Extraordinaria.

Don Stefano ha asegurado que se trata de "un tiempo para compartir la mirada del camino de la Inspectoría en estos años". Cómodo por la acogida, también ha mostrado su agradecimiento por los documentos elaborados con motivo de su Visita, que, según ha manifestado, "serán de gran ayuda para el informe final".

El principal objetivo de la Visita "es conocer a los hermanos, las casas, los educadores y los jóvenes". En este sentido, ha recordado que las Constituciones salesianas remarcan la Visita Extraordinaria como "experiencia de Dios en la vida de la Inspectoría, de los hermanos, de las casas y de las comunidades". Se trata de escuchar, de preocuparse, de observar...

"Otro foco de la Visita Extraordinaria es potenciar el sentido de Congregación que tenemos", puesto que se hace "en nombre del Rector Mayor", ha añadido Don Stefano. "Debe servir para caminar junto a la vida de la Congregación". Estas observaciones se harán a la luz de la aplicación del Capítulo General 27 en la Inspectoría. 

En relación a la misión compartida, la Visita Extraordinaria se presenta también como una oportunidad para "conocer en cada casa a la comunidad educativa, a los seglares, especialmente a los que tienen responsabilidades".

Bendición de las nuevas instalaciones
La Visita Extraordinaria del Consejero ha coincidido con la reciente reforma de algunos espacios de la Casa Inspectorial. Por ello, hoy Don Stefano ha bendecido las nuevas instalaciones y el trabajo que se realiza en las mismas. Una labor que ha puesto de relieve en el encuentro que ha mantenido a continuación con todos los trabajadores de la Casa.

Hasta los vientos contrarios nos conducirán a puerto seguro

Leonardo Boff

Leonardo Boff3El pueblo brasilero se ha habituado a “enfrentar la vida” y a conseguir todo “en la lucha y a la fuerza”, es decir, superando dificultades y con mucho trabajo. Por qué no “enfrentaría” también el último desafío de hacer los cambios necesarios, en medio de la actual crisis, que nos coloquen en el recto camino de la justicia para todos.
El pueblo brasilero todavía no ha acabado de nacer. Lo que heredamos fue la Empresa-Brasil con una élite esclavista y una masa de destituidos. Pero del seno de esta masa nacieron líderes y movimientos sociales con conciencia y organización. ¿Su sueño? Reinventar Brasil.
El proceso comenzó a partir de abajo y ya no hay cómo detenerlo, ni por los sucesivos golpes sufridos como el de 1964 civil-militar y el de 2016 parlamentario-jurídico-mediático.
A pesar de la pobreza, de la marginación y de la perversa desigualdad social, los pobres inventaron sabiamente caminos de supervivencia. Para superar esta anti-realidad, el Estado y los políticos necesitan escuchar y valorar lo que el pueblo ya sabe y ha inventado. Sólo entonces habremos superado la división élites-pueblo y seremos una nación no escindida ya sino cohesionada.
El brasilero mantiene un compromiso con la esperanza. Es la última que muere. Por eso tiene la seguridad de que Dios escribe derecho con líneas torcidas. La esperanza es el secreto de su optimismo, que le permite relativizar los dramas, bailar su carnaval, luchar por su equipo de futbol y mantener encendida la utopía de que la vida es bella y que el mañana puede ser mejor. La esperanza nos remite al principio-esperanza de Ernst Bloch que es más que una virtud; es una pulsión vital que siempre nos hace suscitar sueños nuevos, utopías y proyectos de un mundo mejor.
Existe en el momento actual, marcado por un casi naufragio del país, cierto miedo. Lo opuesto al miedo, sin embargo, no es el valor. Es la fe de que las cosas pueden ser diferentes, de que organizados podemos avanzar. Brasil mostró que no es solo bueno en el carnaval y la música, sino que puede ser bueno en la agricultura, en la arquitectura, en las artes y en su inagotable alegría de vivir.
Una de las características de la cultura brasilera es la jovialidad y el sentido del humor, que ayudan a aliviar las contradicciones sociales. Esa alegría jovial nace de la convicción de que la vida vale más que cualquier otra cosa. Por eso debe ser celebrada con fiesta y ante el fracaso, mantener el humor que lo relativiza y lo hace soportable. El resultado es la levedad y la vivacidad que tantos admiran en nosotros.
Se está dando un casamiento que nunca antes se dio en Brasil entre el saber académico y el saber popular. El saber popular es “un saber hecho de experiencias”, que nace del sufrimiento y de las mil maneras de sobrevivir con pocos recursos. El saber académico nace del estudio, bebiendo de muchas fuentes. Cuando esos dos saberes se unan, habremos reinventado otro Brasil. Y seremos todos más sabios.
El cuidado pertenece a la esencia de lo humano y de toda la vida. Sin cuidado enfermamos y morimos. Con cuidado, todo se protege y dura mucho más. El desafío hoy es entender la política como cuidado de Brasil, de su gente, especialmente de los más vulnerables, como indios y negros, cuidado de la naturaleza, de la educación, de la salud, de la justicia para todos. Ese cuidado es la prueba de que amamos a nuestro país y queremos a todos incluidos en él.
Una de las marcas del pueblo brasilero bien analizada por el antropólogo Roberto da Matta, es su capacidad de relacionarse con todo el mundo, de sumar, juntar, sincretizar y sintetizar. Por eso, en general, no es intolerante ni dogmático. Le gusta acoger bien a los extranjeros. Pues bien, estos valores son fundamentales para una globalización de rostro humano. Estamos mostrando que ella es posible y la estamos construyendo. Infelizmente en los últimos años ha surgido, en contra de nuestra tradición, una oleada de odio, discriminación, fanatismo, homofobia y desprecio a los pobres (el lado sombrío de la cordialidad, según Buarque de Holanda) que nos muestran que somos, como todos los humanos, sapiens y demens, y ahora más demens. Pero eso seguramente pasará y predominará la convivencia más tolerante y apreciadora de las diferencias.
Brasil es la mayor nación neolatina del mundo. Tenemos todo para ser también la mayor civilización de los trópicos, no imperial, sino solidaria con todas las naciones, porque incorporó en sí a representantes de 60 pueblos diferentes que vinieron aquí. Nuestro desafío es mostrar que Brasil puede ser, de hecho, una pequeña anticipación simbólica de que todo es rescatable: la humanidad unida, una y diversa, sentados a la mesa en una comensalidad fraterna, disfrutando de los buenos frutos de nuestra bonísima, grande, generosa Madre Tierra, nuestra Casa Común.
¿Es un sueño? Sí, el necesario y bueno.
*Leonardo Boff ha escrito Brasil, ¿concluir a refundación o prolongar la dependencia? Vozes 2018.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Xabier Pikaza: “Iglesia rica, vende lo que tienes y dáselo a los pobres”


Pikaza2“LA RIQUEZA VERDADERA DE LA IGLESIA NO SON LAS PROPIEDADES QUE HA INMATRICULADO”
“La distinción entre Iglesia rica-poderosa y algunos cristianos pobres-impotentes va en contra del evangelio”
Ante el tema de las “inmatriculaciones”, discutido en estos días en España, ha de recordarse la palabra de Jesús al rico Mc 10, 17-21 (y paralelos), que quiere seguir a Jesús y alcanzar la vida eterna, pero con dinero.
Esa “palabra” forma parte de una parábola central del camino de Jesús, de manera que el “hombre” (en Mateo el joven) que quiere seguir a Jesús con dinero es un signo de la Iglesia, que ha mantenido en su evangelio este pasaje, pero aplicándolo sólo a un tipo de elegidos o pefectos (que serían los eremitas antiguos).··· Ver noticia ··

La vuelta al cole...cardenalicio

PEPE MALLO
ENVIADO a la página  Web de Redes Cristianas
Regreso a sus tareas del Consejo de cardenales asesores del Papa (C9)
¿Quién no ha vivido en estos días pasados el “síndrome posvacacional o de la vuelta al cole”? Personalmente me agrada la palabra francesa “rentrée”. Viene a significar algo así como el “regreso” a una actividad que se ha dejado temporalmente, pero con el matiz de “algo nuevo añadido”. No se trata de volver a más de lo mismo, de montarse nuevamente en la rueda de la “rutina”, sino de teñir la tarea con un tinte de “novedad”. Por eso se revisan y se trazan proyectos, objetivos y metas para el “nuevo curso”: curso político, económico, social, judicial, académico… Y el eclesial, con el regreso a sus tareas del Consejo de cardenales asesores del Papa (C9). Esperamos que este regreso no se transforme en regresión.
El “torbellino clerical” ha resultado calentorro y tormentoso
En esta perspectiva, tenemos la sensación de que la Iglesia ha vivido unas “vacaciones” poco relajadas. El “torbellino clerical” se ha comportado como el tiempo; el verano eclesial más que caliente ha resultado calentorro y tormentoso. Más que una gota fría ha sido un jarro de agua helada. El ala ultra ha entrado a matar. Algunos cardenales, por hacer honor a su título, han provocado hematomas en el vaticano. Resulta llamativo que Francisco se vea rechazado, atacado y hasta odiado por los más acérrimos defensores de los papas, que, incluso, llegaron a rendir culto a la persona. Es en el propio Vaticano, en la propia Curia, en un sector de cardenales, obispos y clero, en los grupos más integristas y conservadores, en los más aferrados al clericalismo, donde menos se soporta al papa Francisco. Hasta han pedido su cabeza. Los “falsos profetas de desventuras”, como ya los definió Juan XXIII.
La verdadera primavera de la Iglesia
Se atribuye a Mark Twain el dicho: “La Historia no se repite; sucede que a veces rima”. ¿Qué significarían esas rimas en la historia de la Iglesia de hoy? Es ya casi un tópico decir que la Iglesia en la que perseveramos se parece cada vez más a la de hace cincuenta años, la verdadera primavera de la Iglesia, la de las ventanas abiertas de par en par. Hace poco más de cinco décadas se clausuró el Concilio Vaticano II. Su gestación como fenómeno eclesial fue una respuesta a su tiempo, aquel mundo del siglo XX en el que, aparentemente, la Iglesia empezaba a quedar rezagada. Nació con una actitud de apertura al mundo moderno, con el que estaba tan enfrentada. Y a pesar de las dificultades y de algunas mentes captivas, la Iglesia resolvió pasar “del anatema al diálogo con el mundo”. Sin embargo, a más de cincuenta años vista, vemos que aquel impulso se ha quedado ya corto, hemos rebasado las tímidas propuestas del Concilio Vaticano II.
Francisco, la reacción audaz y fulgurante
En estos últimos tiempos ¿será Francisco un verso libre o con él la rima histórica se ha hecho más consonante? Francisco ha sido la reacción audaz y fulgurante de la Iglesia al tremendo desprestigio que ha venido sufriendo. Francisco es consciente de que ha recogido el testigo de la apertura de la Iglesia impulsada por Juan XXIII. Ha dejado atrás la imagen de papa como figura hierática, fastuosa, mostrando un talante donde cada uno de sus gestos y palabras van dejando al descubierto los contrastes de la tentación del poder. Se ha mostrado “un hombre distinto, un trasgresor que desafía todos los convencionalismos”. Pero no todo es esplendor, aire sano. Serán necesarios esfuerzos tremendos para vencer las inercias de tanto clericalismo con poder.
¿Hacia dónde quiere llevar Francisco a la Iglesia?
No cabe duda que Bergoglio quiere cambiar muchas cosas. En la Iglesia hay conciencia de la necesidad de reformas profundas. Francisco nos recuerda de continuo que es mucho lo que hay cambiar, tanto en el interior como en la imagen externa de la Iglesia actual. Ante la aciaga crisis que actualmente atraviesa la Iglesia, no caben lamentaciones, paños calientes ni remedios paliativos. Hay problemas cuya solución reclaman más pragmatismo que idealismo. Reforma, no cosmética. Cuestiones como el ejercicio del papado y la colegialidad, la función de los cardenales, la administración de la Iglesia y la Curia, la pastoral de los laicos y su implicación en el gobierno de la Iglesia eliminando el clericalismo, la reforma del Derecho Canónico, la abolición del celibato obligatorio, el ministerio de las mujeres y su papel en órganos eclesiales, las relaciones con los poderes civiles, etc. Es completamente necesario crear un amplio debate sobre todos estos temas.
Mirar el pasado sí, pero a la luz de los problemas del presente. La reconstrucción lleva su tiempo, por eso el camino debe iniciarse con decisión. Sin embargo, más allá de toda euforia y entusiasmo, yo no creo que la recuperación de la credibilidad y autoridad moral de la Iglesia se vaya a producir tan fácilmente como parece a primera vista. Si el proceso de su deterioro fue largo y profundo, la rehabilitación de la credibilidad perdida tardará todavía algún tiempo. No bastan los gestos admirables del papa Francisco y alguna de sus manifestaciones. Los gestos son eso, gestos; y los gestos pueden transformarse en populismo y, a la inversa, en papolatría.
Francisco puede hacer algo más
¿Por qué no imitar a su antecesor Juan XXIII que en tiempos más duros sorprendió al mundo entero con la convocación de un Concilio? Roncalli fue elegido como “papa de transición”, sin embargo se opuso firmemente a la recalcitrante Curia conservadora. Intentaron manipular el Concilio, pero Juan XXIII con su libertad de espíritu acabó ganando la batalla. Francisco ha sido elegido para “restaurar la Iglesia”.
¿Asistiremos pronto a decisiones de gran calado?