FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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viernes, 12 de enero de 2018

Venid y veréis - 2º Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Atrae lo bueno a tu vida...

BUENAS PERSPECTIVAS


col gerardo

Es una gozada. Constantemente el papa Francisco sigue luchando por los pobres, los refugiados, los presos, los hambrientos. Hoy podemos ver un cristianismo distinto. Es que además no es solo una imagen, sino que hay hechos. Estoy contento con este papa y con su línea. Sí que me gustaría que avanzásemos también en la liturgia. Ahí yo creo que caminamos hacia un mayor ritualismo.
Francisco, entregado al servicio de los pobres, no tiene tiempo para este cambio litúrgico. Y se cuelan goles muy fuertes, como esta última reforma litúrgica que hemos padecido.
Yo creía que lo de la pobreza iba a ser un intento. Pero, de tanto decirlo y vivirlo, toda la Iglesia nos estamos infiltrando de ese Espíritu. Nunca se había oído hablar y hacer tanto desde la periferia. Me maravilla cuando oigo a los obispos contagiados con este mensaje. Lo mismo que la cercanía a la periferia. En este campo queda mucho camino. Pero se oyen voces, se palpan intentos de estar junto a los últimos. Es una acción del Espíritu que está soplando de veras. Si la cosa sigue así, va a ser un nuevo Pentecostés. Una ventolera muy fuerte que mueve los corazones y las personas.
Decía Tarancón en otro tiempo que los obispos tenían tortícolis de tanto volver las cabeza hacia Roma. Ojalá ahora sea un hecho para todos: contagiados del servicio de Jesús a los últimos y desde los últimos. A ver si de verdad los “primoreamos” en nuestra vida. Por eso me da miedo si un día cambiamos de papa y de orientación... ¿seguiremos en las periferias?
Y a ver si llegamos a un tema que Francisco insinúa y le tiene ganas: los curas casados y el sacerdocio en las mujeres. Es una utopía. Pero cuanto más andamos, más cerca está el objetivo y más pasos damos en ese camino.
Es cierto que la voz del pueblo es constante “qué papa más majo tenemos”. Solo nos falta seguirle. Mejor dicho, seguir como él, a Jesús y actualizarlo en nuestros días.
Igual es por ser navidad o por empezar el año, pero siento el Viento de Jesús que nos menea y nos empuja. Para no seguirle, casi hay que hacer fuerza en contra. Y con el viento a favor, es más fácil vivir el evangelio.
Gracias al Padre por Francisco.

MIS “RECORDATORIOS”


col lozano art

Quiero compartir con vosotros y vosotras tres textos, que leo cada día, y que me sirven de “recordatorio” de aquello de donde no quiero escapar…, aunque en realidad el “escape” es imposible porque —lo veamos o no, lo sepamos o no— ya somos aquello de lo que pensamos habernos alejado. Pero, como os decía, me viene bien recordármelo.
Los textos son los siguientes:
1. “YO SOY” (Helen Mallicoat)
“Estaba lamentándome del pasado y temiendo el futuro… De repente «mi Señor» estaba hablando: «MI NOMBRE ES YO SOY».
Hizo una pausa. Esperé. Él continuó:
Cuando vives en el pasado, con sus errores y pesares, es difícil. Yo no estoy allí. Mi nombre no es Yo fui.
Cuando vives en el futuro, con sus problemas y temores, es difícil. Yo no estoy allí. Mi nombre no es yo seré.
Cuando vives en este momento, no es difícil. Yo estoy aquí. Mi nombre es YO SOY”.
La religión teísta, con la expresión “mi Señor”, se refiere a la divinidad. Lo cual es absolutamente legítimo. Sin embargo, me parece más ajustado afirmar la no-separación de todo, por lo que tal expresión puede entenderse como otro nombre de aquel Fondo común que compartimos todos los seres, y que, aun sin agotarse en las formas, constituye el núcleo de todas ellas. En ese sentido, la citada expresión nos remite a nuestra identidad más profunda, que puede nombrarse también como “Yo Soy”.
Esta lectura no-dual nos revela algo profundo. Cuando perdemos la consciencia del momento presente, nos alejamos de quienes somos. Por el contrario, en cuanto acallamos la mente y venimos al aquí y ahora, escuchamos en nuestro interior a nuestra verdadera identidad –nuestro “Señor interior”– que nos susurra: “Yo soy”, todo está bien.
2. ACEPTAR LO QUE VENGA (Papaji)
La Esencia de la Destreza es esta: Lo que sea que venga, déjalo venir; lo que se quede, déjalo estar, lo que se va, déjalo ir.
Quédate callado, y adora al Ser.
Esta es la esencia de vivir hábilmente en la apariencia del mundo.
Durante todas las actividades de la vida recuerda siempre que tú eres el Ser.
La manera de vivir una vida feliz es aceptar cualquier cosa que venga, y lo que no viene, que no te importe.
3. “Somos personitas, cada una con su penita”.
Siento no acordarme del nombre de la chica a quien escuché esta frase, en una entrevista reciente. Solo recuerdo que tiene una voz extraordinaria y, acompañada a la guitarra por un muchacho, canta desde una profunda y exquisita sensibilidad.
Mientras la entrevistaban, estaba yo atendiendo otras cosas. Pero esas palabras suyas me detuvieron y atraparon. Me sonaron, en su sencillez no exenta de humor, a “palabra inspirada” –inspirada es aquella palabra que nos silencia por dentro y produce un movimiento de desegocentración– y se me quedaron grabadas. Lo que me detuvo fue su “carga” de humildad y de invitación a la compasión.
Y nos encontramos, una vez más, con la paradoja, que me parece bueno noTERNURA olvidar: es verdad que somos Plenitud…, pero no lo es menos que tal Plenitud se expresa en estas formas concretas –frágiles y necesitadas de compasión– que palpamos a diario. Lo uno y otro, en un abrazo no-dual que, finalmente, nos unifica en el Ser.
Es lo que, una y otra vez, nos recuerda el sabio, también humilde y divertido, que es Fidel Delgado. De entre los numerosos videos suyos que pueden encontrarse en YouTube, os recomiendo ver este, cuyo enlace os dejo:
https://www.youtube.com/watch?v=_NpmCPsoLfE
Está aquíSomos –dice Fidel– “seres-humanos”: en cuanto “humano”, soy una forma transitoria, sumamente vulnerable y amenazado de muerte, y por eso lleno de inseguridad y de miedos; sin embargo, en cuanto “ser”, soy una realidad ilimitada y siempre segura.
Esta es nuestra paradoja, que no conviene olvidar, si no queremos perdernos en la confusión: somos “ambas identidades”. Y tal paradoja encuentra una admirable convergencia con lo que ha visto la física cuántica: el Todo se halla en cada parte.
La paradoja –omnipresente en toda la realidad– expresa una doble verdad, que es también en sí misma paradójica: que toda la realidad manifiesta es polar –no existe nada sin su polo opuesto– y que esa aparente contradicción solo queda resuelta en un lugar “superior”, que abraza ambos polos en una unidad mayor. A este abrazo o unidad englobante que no destruye las diferencias es a lo que llamamos “no-dualidad”.
Polaridad y no-dualidad, por tanto, no solo no se excluyen entre sí, sino que explican el carácter paradójico de lo real. Podemos ver lo real como una infinidad de “puntos” separados que, en un nivel más profundo, son una y la misma realidad que están expresando. Si absolutizáramos el valor de los “puntos” en sí mismos, estaríamos ignorando justamente aquello que los explica y les da consistencia. Solo cuando los vemos como expresiones del Todo único, alcanzamos la compresión adecuada, integrada y holística. Pero eso requiere que nos situemos en otro “lugar” desde el que es posible una perspectiva global, un “nuevo modo” de ver.
Al aplicar todo ello a nuestro caso, descubrimos que somos, a la vez, la “parte” –un “punto” particular de la única “red”: el yo individual– y somos, más profundamente, el “Todo” –la “red” completa: el Yo Soy universal–.
Si nos reducimos al yo, todo será confusión y sufrimiento. Solo cuando advertimos nuestra identidad ilimitada, somos capaces de comprender el “juego” de la Vida, que no consiste en otra cosa sino en el despliegue admirable del Ser en cada una de las infinitas formas que lo expresan, en una hermosa e inequívoca no-dualidad. El “Yo Soy” uno se disfraza y “juega” en cada yo individual.
Si nos percibimos únicamente como yoes individuales (o “puntos” aislados en todo el conjunto), serán inevitables la soledad, el miedo y la ansiedad, la comparación, la confrontación, el juicio, la descalificación del otro… Si, por el contrario, tenemos la lucidez suficiente para colocarnos en aquel “lugar” donde los “puntos” son trascendidos, la comprensión y la compasión serán inevitables: porque todo otro, en el nivel más profundo y en el sentido más verdadero, soy también yo mismo.
Con todo ello, me parece claro que vivir ajustadamente esa realidad paradójica que somos requiere consciencia –para no olvidar nunca lo que somos de fondo, aquella realidad ilimitada y siempre a salvo– y compasión –para amar la forma frágil y vulnerable, en que se está expresando de modo transitorio–.
En realidad, la consciencia (o sabiduría) y la compasión son las dos caras de la misma realidad y de la misma actitud. Así lo han expresado los sabios, con cuyas palabras os dejo:
“El amor dice: «Yo soy todo». La sabiduría dice: «Yo soy nada». Entre ambos fluye mi vida” (Nisargadatta).
“La compasión ve al Uno en los muchos, la sabiduría ve a los muchos en el Uno” (Frances Vaughan).
“La gran compasión que surge de la experiencia de unidad se experimentará como la fuerza motriz del universo” (Willigis Jäger).
Para concluir:
El camino es simple: anclarnos en nuestra verdadera identidad, aquello que permanece cuando todo lo demás cambia: ¿qué es lo único que no ha cambiado en mí, a lo largo de mi existencia temporal? Han cambiado mi cuerpo, mis pensamientos, mis sentimientos, mis reacciones… Solo una cosa permanece: la pura consciencia de ser, que puede expresarse como “Yo Soy”. Ese es el Fondo último de cada ser y de todo lo Real.
Si lo único que permanece siempre es la consciencia, se comprende –y aquí se da otra elegante coherencia– que nuestra única certeza sea esta: la certeza de ser. Como escribe Juan Carlos Savater, no necesitamos ninguna experiencia de “iluminación”; basta anclarnos en esa certeza innata y atestiguar su verdadera naturaleza invulnerable y eterna. “Anterior a la idea de ser tal o cual persona, anterior a cualquier tipo de razonamiento o pensamiento, hay una innata «certeza de ser». Una desnuda o pura consciencia que es y sabe que es. Esta es siempre, no la mayor, sino verdaderamente nuestra única e incuestionable certeza” (J.C. SAVATER, La certeza de ser, La Trompa de Elefante, Madrid 2012, p.35).
Permanece todo el tiempo que puedas, a lo largo de todo el día, en la única certeza: la certeza de ser.
Descansar confiadamente en Lo que es
Algo similar es lo que recomendaba el sabio Nisargadatta:
“Rechace todos los pensamientos excepto uno: “Yo soy”, la mente se rebelará en el comienzo, pero con práctica, paciencia y perseverancia, cederá y se mantendrá en calma. Una vez que usted esté en calma, las cosas comenzarán a suceder espontáneamente y de forma totalmente natural, sin ninguna interferencia de su parte.
No se preocupe por nada que usted quiera, piense o haga, sólo permanezca establecido en el sentimiento-pensamiento “Yo soy”, enfocando “Yo soy” firmemente en la mente. En el momento que usted se desvíe, recuerde: todo lo que es perceptible y concebible es pasajero, y solo el “Yo soy” permanece.
Después de todo, el único hecho del que usted está seguro es de que “usted es”. El “Yo soy” es seguro, el “yo soy esto” no lo es.
Yo solía sentarme durante horas 6 seguidas, solamente con el “Yo soy” en mi mente, y pronto la paz, la dicha y un profundo amor que todo lo abarca llegaron a ser mi estado normal.
Independientemente de lo que suceda, únicamente desvíe su atención lejos de ello y permanezca en el sentimiento “Yo soy”. Parece simple, y hasta ordinario, ¡pero funciona!”.
Consciencia e inconsciencia
“Aquellos que ven la luz en sí mismos nunca necesitarán dar vueltas como satélites alrededor de otros” (Michael Michalko).

Enrique Martínez Lozano (Boletín Semanal). Artículo publicado por primera vez en 2014.

Ferrando: “La llamada del Papa a Castillo es un gesto de fraternidad, de justicia y de libertad”


José Luis Ferrando

Castillo1
De Francisco a Castillo: “Un gesto de reconocimiento a muchos ‘Castillos'”
“Han dado su vida al servicio de la Iglesia, a pesar de haber sentido la soledad y la marginación”
Y nos contaba la carta que le escribió el Papa Francisco, en la que le decía: “te perdí la pista en los años ochenta”. A raíz de esto, se le planteó, en algún momento, una posible visita al Papa… si le recibiría o no
Francisco llama a Castillo: “Quiero agradecerle lo que usted está haciendo por mí”
“Nos comprometemos a ofrecer voz, a través de nuestras informaciones, a los más empobrecidos”
En la iglesia de San Antón, en Madrid, hace unas semanas tuvo lugar un encuentro internacional de periodistas y escritores de medios religiosos. Invitado por este digital, pude estar presente en varias reuniones y conferencias. Un momento enriquecedor y esperanzador.
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Domingo 14 de Enero, 2º del tiempo ordinario


2 del tiempò ordinarioB
Félix de Nola (260)
La primera y la tercera lecturas se complementan presentándonos el tema de «la vocación»: la vocación del pequeño Samuel en la primera, y la vocación o el llamado de Jesús a sus primeros discípulos.
El libro de Samuel nos presenta la infancia del joven Samuel en el templo al cual fue consagrado por su madre en virtud de una promesa. El niño duerme, pero una voz lo llama. Creyendo que es la voz de su maestro Elí, con ingenua obediencia se levanta el niño tres veces en la noche acudiendo a su llamado. Samuel no conoce aún a Yahvé, pero sabe de la constancia en la obediencia, y sabe acudir al llamado, una vez más, aun cuando en las primeras ocasiones le parecía haberse despertado en vano. Elí comprendió que era Yahvé quien llamaba al niño y le enseñó entonces a crear la actitud de escucha: “Habla señor, que tu siervo escucha”.
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Domingo 14 de Enero, 2 Tiempo ordinario – B (Juan 1,35-42): ¿Qué buscamos?

 José Antonio Pagola

Las primeras palabras que Jesús pronuncia en el evangelio de Juan nos dejan desconcertados, porque van al fondo y tocan las raíces mismas de nuestra vida. A dos discípulos del Bautista que comienzan a seguirlo Jesús les dice: «¿Qué buscáis?».
No es fácil responder a esta pregunta sencilla, directa, fundamental, desde el interior de una cultura «cerrada» como la nuestra, que parece preocuparse solo de los medios, olvidando siempre el fin último de todo. ¿Qué es lo que buscamos exactamente?
Para algunos, la vida es «un gran supermercado» (D. Sölle), y lo único que les interesa es adquirir objetos con los que poder consolar un poco su existencia. Otros lo que buscan es escapar de la enfermedad, la soledad, la tristeza, los conflictos o el miedo. Pero escapar, ¿hacia dónde?, ¿hacia quién?
Otros ya no pueden más. Lo que quieren es que se les deje solos. Olvidar a los demás y ser olvidados por todos. No preocuparse por nadie y que nadie se preocupe de ellos.
La mayoría buscamos sencillamente cubrir nuestras necesidades diarias y seguir luchando por ver cumplidos nuestros pequeños deseos. Pero, aunque todos ellos se cumplieran, ¿quedaría nuestro corazón satisfecho? ¿Se habría apaciguado nuestra sed de consuelo, liberación y felicidad plena?
En el fondo, ¿no andamos los seres humanos buscando algo más que una simple mejora de nuestra situación? ¿No anhelamos algo que, ciertamente, no podemos esperar de ningún proyecto político o social?
Se dice que los hombres y mujeres de hoy han olvidado a Dios. Pero la verdad es que, cuando un ser humano se interroga con un poco de honradez, no le es fácil borrar de su corazón «la nostalgia de infinito».
¿Quién soy yo? ¿Un ser minúsculo, surgido por azar en una parcela ínfima de espacio y de tiempo, arrojado a la vida para desaparecer enseguida en la nada, de donde se me ha sacado sin razón alguna y solo para sufrir? ¿Eso es todo? ¿No hay nada más?
Lo más honrado que puede hacer el ser humano es «buscar». No cerrar ninguna puerta. No desechar ninguna llamada. Buscar a Dios, tal vez con el último resto de sus fuerzas y de su fe. Tal vez desde la mediocridad, la angustia o el desaliento.

Dios no juega al escondite ni se esconde de quien lo busca con sinceridad. Dios está ya en el interior mismo de esa búsqueda. Más aún. Dios se deja encontrar incluso por quienes apenas le buscamos. Así dice el Señor en el libro de Isaías: «Yo me he dejado encontrar por quienes no preguntaban por mí. Me he dejado hallar por quienes no me buscaban. Dije: “Aquí estoy, aquí estoy”» (Isaías 65,1-2).

Me avergüenza la COPE

Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara
cope
La cadena de radio COPE (Cadena de Ondas Populares Españolas) es conocida por la gente como “radio dela Iglesia”. NO es una voz oficial e institucional dela Iglesia española, sino que la CEE (Conferencia Episcopal Española) tiene la mayoría de las acciones de la Cadena. Es decir, se puede considerar, con todos los cuidados exigibles y todas las cautelas, la radio de los obispos. A mí, y a muchos de mis parroquianos, uno de ellos antiguo trabajador periodístico de la Cope, ni nos gusta, ni nos deja de gustar, pero sentimos un cierto rechazo y zozobra al constatar el estilo, los contenidos , y la deriva conservadora, trasnochada y, ¡digámoslo abiertamente!, antievangélica, de la cadena. Sobre todo en el actual pontificado de Francisco, que denuncia y critica, desde el Evangelio, valores, situaciones, estilos, contenidos y actuaciones que la Cope defiende, y hasta exalta, y practica un “modus vivendi, informandi, evangelizandi et discendi” ( modo de vivir, de informar, de evangelizar y de enseñar) que la Cope rechaza, critica, y hasta condena.

Estos días esta cadena de radio se ha visto en el candelero con las inaceptables, insoportables, deleznables, condenables y vergonzosas manifestaciones y afirmaciones de, por lo menos, dos de sus locutores, Luis del Val, y Fernando Jáuregui. Sin embargo, mi enfado y mi denuncia es, más que los provocados por estos dos así llamados ¿periodistas?, se dirigen a la propia Cadena, a su dirección, y a la comisión de obispos encargada del control, y asesoría pastoral y evangélica, -porque ésta existirá, ¿no?, si no, la utilidad y el servicio de una radio para promover e implementar la obra evangelizadora de la Iglesia no se vería por ningún lado-, y en caso de que el silencio ominoso persista, mi indignación llegaría hasta la Comisión permanente de la CEE, y, siguiendo el estruendoso silencio, hasta la misma presidencia de la Conferencia Episcopal, hasta el cardenal Ricardo Blázquez. ¿Alguno de nuestros obispos imagina a Jesús tratando a nadie de “maricones de mierda”, o distinguiendo entre “gays serios, elegantes y respetuosos, y maricones zafios, burdos y llenos de heces?
Pero antes, veamos las declaraciones de estos falazmente considerados periodistas. Luis del Val, ““Los gays son muy respetables, gente educada, muy seria. Los de Orgullo Vallekano que van a ensuciar la fiesta, en vez de ser ellos gay, son maricones de mierda”. Y Fernando Jáuregui, afirmando, con evidente mal gusto. “Por lo menos no he ido a Vallecas, que creo que no había quien se agachase a coger caramelos”. Ante tamaña indecencia también se calentaron los ánimos de los injuriados, y uno de ellos respondió, con esta grosería, bajando al nivel que la radio de “los obispos” nunca debería haber llegado: “Señor Jáuregui, los gais follamos asiduamente, no sé si más que los héteros o menos, pero, ¡vamos!, que puede estar tranquilo, que yo a usted, ni con un palo..” ¿Es posible, es aceptable, que una emisora como la COPE chapotee por este terreno lleno de excrementos, que nadie, ningún dirigente de la cadena diga algo, pida disculpas por las graves acusaciones vertidas gratuita e idiotamente, y que ningún obispo salga a la palestra para poner, primero, cordura, y después misericordia evangélica, y pedir perdón por la hediondez en que cae, y provoca, una radio que debería ser modelo de respeto, y no solo de tolerancia, sino de amor a los diferentes, aunque alguien piense que están equivocados?
Hay un chiste que, de alguna manera, ilustra el mensaje, que, por encima de lo anecdótico, transmiten estos ex abruptos intolerables: “Vuelve Paquito, hijo de la Nicolasa, a su pueblo, un poco refinado tras su paso por la capital. Una vecina comenta con otra: -“Dicen que Paquito es ahora gay”-. Y la otra, ¡que va ser gay!, si no tiene estudios, y, además, ¡es maricón!” Algunos de la Cope piensan que a los de Vallecas les falta finura, estudios, o cuenta bancaria, para ser gays, así que se tienen que conformar con una denominación más chabacana e irrespetuosa. Será eso.

Pero a mí, como cura párroco en Vallecas, Vicaría IV, me indigna, y diciéndolo en estilo más vallecano, me cabrea, esta desconsideración hacia mi barrio, por parte de dos ideólogos disfrazados de periodistas, desde una emisora de radio que debería ser modélica en el respeto y consideración hacia todas las personas, como cadena radiofónica de la conferencia Episcopal Española. Así como también me preocupa, me hiere, y me asusta, como presbítero, es decir, cura, de la diócesis de Madrid, que en la radio que todos esperamos sea paradigma de excelencia en el trato humano y cristiano de los asuntos y de las personas, se hayan instalado algunos representantes de la extrema Derecha más radical.

Centenares de migrantes rezan por Helena Maleno en la catedral de Tánger


Agrelo
 LA ACTIVISTA ESPAÑOLA DECLARA HOY ANTE LA JUSTICIA MARROQUÍ
Salvamento Marítimo: “Posiblemente sea la persona que más vidas ha salvado en el Estrecho”
Un oasis de solidaridad. La catedral de Tánger se convirtió anoche en un clamor de oración, silencio y aplausos en defensa de la activista española Helena Maleno, que hoy declara ante la Justicia marroquí acusada de favorecer el tráfico de personas.··· Ver noticia ··

Los inmigrantes que vienen

Gabriel Mª Otalora
Los inmigrantes se han convertido en tema de conversación y pasto de comentarios y sensaciones mayoritariamente negativas; del corazón y sus miedos habla la boca. Cada vez vienen en mayor número, a pesar de que el gobierno español no llega ni de lejos a la cuota de acogida que le ha fijado la UE. Y los católicos no somos ajenos a muchas descalificaciones.
Es fácil captar una actitud generalizada de miedo ante la llegada de los inmigrantes: turismo médico, delincuencia, menores oportunidades de trabajo para nuestros hijos, falta de integración social, costes suplementarios en ayudas básicas… y miedo también a la colonización islamista. Rechazo al diferente, en suma, por lo que pueda perjudicarme, sin pensar en mayores consideraciones. Pero la realidad no es tan simple ni tan negativa porque tiene su lado luminoso.
Trabajo. La mayoría viene a trabajar, con ganas de aportar a la sociedad lo que en sus países no les deja la miseria o las injusticias estructurales. Los inmigrantes suelen coger los trabajos que no queremos el resto. Si se comparan las estadísticas del tipo de ocupación, es evidente que en el reparto de empleos entre los trabajadores autóctonos y extranjeros, los inmigrantes copan las tareas no cualificadas.
Legalidad. Los que huyen de las guerras deberían tener estatus de refugiado según la Carta de Naciones Unidas que obliga a los Estados a acogerlos. La Unión Europea comete una injusticia además de una ilegalidad flagrante. No pueden ser tratados como apestados, como ocurre en las vallas de Ceuta y Melilla y a espaldas de todos en pleno mar Mediterráneo. Pero aparte de que no se cumple la ley con los exiliados, (qué vergüenza el “centro de acogida” de Archidona), basta reflexionar sobre la cantidad de organizaciones solidarias que existen para atender sus necesidades más primarias, para entender que el colectivo se caracteriza porque sus miembros necesitan urgentemente un contexto humanitario básico como seres humanos que son.
Ayudas públicas. Las ayudas instauradas en Euskadi las disfrutan foráneos y autóctonos. Y el fraude en las prestaciones, es mayor en los de casa (Seguridad Social, IVA, IRPF, autónomos…). Un ejemplo más: a finales de 2015, los extranjeros empadronados en Euskadi aportaban más ingresos a las arcas públicas vascas que el gasto que suponen para el sistema de bienestar social: 631 frente a 593. Y sin la llegada de los inmigrantes, hubiésemos perdido 50.000 habitantes en los últimos años.
Delitos violentos. Es una realidad que no es exclusiva de los foráneos: un informe realizado por la Fundación Aspacia alerta de los obstáculos a los que las mujeres en situación irregular se enfrentan a la hora de denunciar una agresión sexual, como son el miedo a ser expulsadas y la desatención sanitaria. Mujeres sin tarjeta sanitaria que no tienen nada y que son presa fácil para las mafias. Hay estudios que demuestran que no hay una correlación causal entre migración y criminalidad. Como ha denunciado la Cruz Roja, en algunos conjuntos de datos sobre criminalidad se mezclan delitos con simples faltas administrativas como carecer de documentación o entrada al país de manera irregular.
Tratamiento informativo. Cualquier noticia negativa de este colectivo, tiene una repercusión exponencialmente peor que la de uno de los nuestros.
Problema político. Algunos opinan que se les dé ayuda en sus países de origen y así no tendrían que emigrar. No es precisamente lo que hemos hecho los refinados europeos con el colonialismo, ni seguimos haciendo al disminuirles la ayuda a la cooperación internacional cuando más la necesitan. Fuimos a sus países a robarles de mala manera sus recursos naturales y ahora que el mundo está como está, con tantos millones de desplazados huyendo de la miseria y la guerra, se encuentran con las puertas del bienestar cerradas o con muchas dificultades para traspasarlas. Lo peor es que el problema alcanza unas magnitudes colosales.
No son pocos los que quisieran volver a sus países en el momento en que la situación que motivó su salida desapareciese. No vienen por gusto. Si han dejado todo -su casa, su familia-, y ponen en riesgo su vida y la de sus hijos, lo hacen porque el resto de opciones han estrepitosamente. Qué son las 600.000 peticiones de asilo en Europa si se comparan con los 60 millones desplazados internos en Asia y África. El caso de Líbano es tremendo: 1.200.000 refugiados a los que añadir medio millón de palestinos, en una población que tiene unos cuatro millones de habitantes. Es como si a España llegasen 12 millones de refugiados.
Efecto llamada. Lo de justificar el endurecimiento de normas y fronteras para evitar el “efecto llamada”, se desmonta recordando que a las personas desesperadas no les las puede parar ni con vallas, ni con riesgo mortal para sus vidas, ni con la militarización de las fronteras. Lo curioso es que el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, dijo que la llegada de tres millones de inmigrantes no sería un caos para la UE; por el contrario, es un factor que elevaría el PIB de la economía europea.
Europa perderá su identidad y su cultura cristiana. Muchos piensan como el ultraderechista húngaro Viktor Orbán, cuando alerta de que podemos ser minoría en nuestro propio continente ante el riesgo de llegada masiva de refugiados musulmanes. La decadencia no nos deja ver que los pretendidos valores están desvalorizados hace tiempo, la ética expulsada de las aulas y la religión cristiana puesta en cuestión sine die, además del poco ejemplo de quienes nos decimos creyentes. Lo fundamental es preservar los valores de tolerancia, de respeto por la diversidad, de solidaridad, que es lo que nos va a propiciar las actitudes necesarias ante los retos a los que nos tendremos que enfrentar pronto. Discursos intolerantes como los de Orbán son la mejor propaganda para que grupos radicales capten a más gente.
Saturan la sanidad pública, que no la financian. Como explica Amnistía Internacional, el impacto fiscal de la inmigración en España, arroja un resultado positivo que representa medio punto del PIB, es decir, más de 5.000 millones de euros. En otras palabras, las personas migrantes obtienen menos de lo que aportan, y disfrutan de menos beneficios sociales que los autóctonos. En cuanto a la financiación, desde 1999 la Sanidad se paga a través de impuestos indirectos, como el IVA o el IRPF, y no mediante las cotizaciones a la Seguridad Social. Por lo tanto, los migrantes que consumen y pagan este tipo de impuestos, contribuyen a financiar los servicios sanitarios.

Acabo con una realidad que no puede soslayarse: no nos olvidemos que el exilio sigue siendo exilio aun estando en la ciudad más bonita del mundo.

El Gobierno de Rajoy ahorra dinero al Estado a costa de empobrecer aún más a los parados


Hace unos días el Gobierno español casi echa cohetes al anunciar que el pasado año el desempleo bajó en 290.193 personas. Pero es que, realmente, ya a cualquier cosa llaman empleo los muy caraduras, incluido a los que no permiten ni llegar malamente al final del mes. De esos hay muchísimos “empleos”, ninguno, por supuesto, entre la clase política que gobierna y que hace “oposición” en este engendro que llamamos España.
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Entre los apellidos ilustres y el disparate

Jaime Richart, Antropólogo y jurista
Se han satirizado en la literatura y en el cine español los ape­llidos vascos y los catalanes, pero de los apellidos conside­ra­dos ilustres, generalmente compuestos y casi todos de ori­gen castellano, lo único que se ha hecho son dos cosas: una, incrementarlos el dictador ampliando los títulos nobi­lia­rios hasta en número de 40 (datos de un digital) por su “servicio” a la Cruzada, es decir, al gol­pismo es decir, a la re­belión frente a la República; y otra, renovarlos, tanto por los gobiernos postfran­quistas como por los gobier­nos socialistas cuyos ministros de Justicia tam­poco duda­ron en estampar su firma al efecto para que, por ejemplo, los herede­ros de dos ge­nera­les del dictador mantuviesen sus títulos por su contribu­ción “al triunfo de las Armas Nacio­na­les (…) du­rante la Cruzada”.
Y es que los sinsenti­dos y con­trasentidos clamo­rosos en la política española, y especial­mente de los que se postularon como regenerado­res de la vida pública allá por los años 80, antes, después y ahora, son tan persis­ten­tes que a muchos nos hacen vo­mi­tar. Pero a lo que voy…
 
La frase de paternidad imprecisa “los pueblos que no co­no­cen la historia están condenados a repetirla”, tan ma­nida y ce­lebrada por los falsos intelectuales y por los políti­cos de oca­sión, es como poco una frivolidad. Es de esas frases que si hacen fortuna para la tentación de citarla los políticos de la caverna es porque el significado de su vacío signifi­cante gira en torno al verbo condenar que siempre tiene su aquél… Y digo que es una frivolidad, perdón, una estupi­dez, es por­que, por un lado, no hay pueblo que no conozca su historia, y por otro, porque los pueblos avanzados no la re­piten (y cuando se habla aquí de historia no hay duda de que pensa­mos en la histo­ria te­nebrosa o san­grienta). Los histórica­mente retrasados son los que la repiten una y otra vez en uno u otro aspec­to. Por ejemplo, en España una forma de re­petirse la historia es la reiteración del domi­nio de unas deter­minadas clases so­ciales sobre el resto de la población.

Aun co­nociendo natu­ral­mente muy bien su historia, sea por su ca­pa­cidad de sufrimiento, sea por su cam­pechanía, sea por su debilidad de carácter el pueblo español la re­pite obsti­nada­mente per­mitiendo una y otra vez el predo­minio de esas cas­tas. Pues es un hecho difícilmente rebatible que Es­paña, ya como na­ción, siem­pre estuvo dominada por unas es­tirpes, siempre las mismas, que abusaron del pueblo y le oprimie­ron mientras en otras naciones europeas hacía tiempo que la diferencia de clases se había ido ya difumi­nado; con la parti­cularidad de que el dominio en este país y en el ámbito político es­taba refor­zado por el decisivo papel, abierto o sola­pado, de una religión que si antes refrenaba las pasio­nes del pue­blo (y entre ellas los brotes de odio hacia los po­dero­sos) infundién­dole temor al más allá, ahora a veces las atiza, incluso estúpidamente en con­tra de ella misma.
 
Llegaron momentos en que parecía que España progresaba al paso de las democracias europeas, pero una guerra fratri­cida desembocó en dictadura con la opresión y abusos pro­pios de toda tira­nía y de las mismas clases sociales. Pero es que tras ella, la opresión y el abuso de esas clases conti­núa. Es cierto que la opresión y el abuso han cambiado de cru­deza al compás evolutivo pro­pio de toda sociedad más civili­zada, pero tanto la opresión como el abuso siguen em­boscadas en decretos, en decisiones legislativas y en políticas que les fa­vorecen y castigan a las clases débi­les. El caso es que nume­rosos apelli­dos reso­nantes, rimbombantes, la mayo­ría compues­tos, esos que nos vienen atronando el oído desde tiempo inmemorial, unas veces, y desde el fran­quismo, como dije, otros, siguen incrustados en la admi­nistra­ción del Estado, en las empre­sas estatales y tam­bién pri­vadas, en el alto funciona­riado, en la política, en los tribu­nales, en el ejér­cito, en los estamentos religio­sos….
 
No sé si será éste otro motivo por el que todo lo que ocurre en España en la vida pública se encuentra en un punto equi­dis­tante entre la tragedia y el más puro histrionismo. Por­que lo de los títulos nobiliarios y sus consiguientes ga­belas, con­sen­tidos por un socia­lismo que nos las prometía felices y está aca­bando en la caverna, es otro caso más del lo­gos ridicu­lizado y some­tido a la pusilanimidad o al pragma­tismo extre­mos. Circuns­tancia que en España a uno le hace a menudo pre­guntarse: ¿valdrá la pena analizar con la me­ticu­losidad del relojero y voluntad de neutrali­dad tanto dis­pa­rate sin caer en el deli­rio? ¿cómo es posi­ble que a es­tas altu­ras de una pre­tendida democracia el predominio en la vida pública del apellido alti­sonante y los títulos nobi­liarios, histó­ricos o de los herede­ros del franquismo si­gan siendo los que, abierta­mente o en la sombra de los despachos, mane­jen a bandazos a este país des­pués de ha­berlo saqueado?
 
Sea en la política rampante, sea en las hipervoluminosas cau­sas que se ventilan en la justicia o en los no menos enre­do­sos trasuntos del comercio y de la vida civil en gene­ral, los contrasentidos, lo inexplicable y el disparate siempre están presentes en el centro de la pública atención. Todo se trata y se despacha en contra del sentido común. Esos apellidos de re­lumbrón y las cas­tas a las que pertene­cen, por un lado, y los consentido­res, por otro, manejan los hilos del presente y ha­cen todo disparatado. Pero no nos engañan. Sabemos que son unos miserables y que sus propósitos son ocultar entre la hojarasca del contrasentido el verdadero motivo: unos, envol­ver en humo sus bellaque­rías y su latrocinio y prote­ger a los de su laya. Y los otros, trabajarse su promoción eco­nó­mica y social­ (ahí tenemos el caso de las puertas girato­rias), creyendo que nos desconciertan incluso también a los espíri­tus avisados…  

El caso es que apellidos de personajes en origen malhecho­res y sangrientos protegidos por el poder real de distintas épo­cas, y luego sediciosos, rebeldes, golpistas que provoca­ron y ganaron una guerra atroz, generándose todos sus pro­pios privilegios, medran a sus anchas en un país donde el de­mos de nues­tra época los rechaza, pues ellos mismos cí­nica­mente predi­can que los méritos y la excelencia perso­nales de­ben demos­trarse sin ventajas.

Hora es ya en España de que tanto esa gente ungida por la “suerte” del demonio, como los demás en sus respecti­vas res­ponsabilidades repudien este estado de cosas. Urge que to­dos com­prendan de una vez la imperiosa necesidad de re­generar a este país suprimiendo privilegios, amortizando tí­tulos y combatir tanta desigualdad, para lograr que sea más más democrático y sin sospecha definitivamente europeo…