Hoy en la prensa aparece una noticia que manifiesta el desagrado de los varones norteamericanos por el feminismo extremo que les inclina a no votar por una mujer. Por otro lado, salen encuestas sobre el comportamiento que en las elecciones tendrán los grupos de los afroamericanos o de los latinos.
Pero en las próximas elecciones de los Estados Unidos los votos cristianos también tendrán importancia porque no olvidemos que es un país religioso. Por un lado, los evangélicos que eran francamente pro Trump - en las dos elecciones anteriores habían votado mayoritariamente por él -, muestran señales de que el comportamiento ético de su elegido está afectando a su voto. No solo la infidelidad a su mujer sino en una reciente conferencia aludió al tamaño del órgano sexual de un golfista, Arnold Palmer, y en muchas ocasiones su lenguaje roza el insulto y lo peor de todo, la blasfemia.
La duda es tan grande que, en la Convención Baptista del sur del país, un grupo que apoyó mayoritariamente al candidato republicano en las elecciones del 2016 y 2020, el 30% de los asistentes no quiso revelar sus intenciones en las urnas cuando solo el 4% lo habían ocultado anteriormente.
Viendo que se abría una oportunidad, los que apoyaban a Harris emplearon millones de dólares para convencer a evangélicos en los principales estados donde se jugaba la mayoría. Concretamente el grupo fundado por el reverendo Ball de Virginia que cuenta con 300.000 miembros, una minoría dentro de los evangélicos protestantes que tienen decenas de millones de fieles, pero los números están tan ajustados en algunos estados, como Georgia, que pueden dar el vuelco ya que Trump allí perdió por 12.000 votos.
La verdad es que más que el convencimiento por uno de los candidatos está la duda y la apatía, incluso el declive de la religiosidad en la juventud que ha hecho disminuir el número de fieles que asisten a templos de organizaciones religiosas. Entre los afroamericanos Harris recibe más votantes que entre los fieles de raza blanca. Un pastor, parafraseando la Biblia, “por sus frutos los conoceréis” advierte de los resultados, para él negativos, de la política que desarrolló Trump cuando era presidente.
Los católicos, por su lado, están más preocupados por el derecho al aborto y piensan que los recortes que han conseguido los jueces, elegidos por Trump, influirán en los votos finales. Por otro lado, temen que esta línea dura contra el aborto incline a algunas personas por el ticket demócrata y a que algunos abogados y jueces de esta línea dura apoyan la restricción de los contraceptivos y los tratamientos de fertilidad cuando la mayoría de los estadounidenses, apuestan por la libertad de decidir.
Por estos y otros motivos, Trump, se está inclinando cada día más por apartarse la extrema derecha religiosa pues se encuentra mujeres, a lo largo del país, que están a favor de Harris. La candidata demócrata ha visitado Texas, un estado que tiene las leyes más estrictas sobre el aborto, para advertir a los ciudadanos de que el triunfo de Trump ampliaría esas leyes a todo el país. Las empresas de apuestas advierten de que las leyes abortistas darán un empujón a la ola azul, es decir a los demócratas.
Tampoco ha ayudado al candidato republicano la declaración de su mujer Melania a favor de que las mujeres tengan libertad para suspender sus embarazos, aunque algunos periodistas piensan que el matrimonio está jugando a ambos lados de la baraja ¿Quién resultará ganador? Hasta que no se cierren las urnas y se haga el recuento de votos no lo sabremos pero está claro que muchas pequeñas cosas tendrán su importancia.
Isabel Gómez Acebo
Religión Digital
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