FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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viernes, 17 de octubre de 2014

Una molesta pregunta de Hans Küng: ¿Morir feliz? Juan Jose Bosch

ATRIO


Juanjo
Juanjo Bosch Sintes, canario, ingeniero y alto funcionario del Estado ya jubilado, residente en Madrid, coetáneo mío, católico decepcionado, seguía y apoyaba ATRIO desde hace años. Hay aparece por primera vez en ATRIO para hablarnos de un libro que ha dado ya titulares antes de traducirso. Él ya lo ha leído ya en alemán y nos expone su controvertido contenido con rigor y respeto a la figura del gran teólogo Hans Küng. Al final de su artículo publicamos la referencia al libro y su índice. ¡Bienvenido, Juanjo!

Glücklich sterben? o en su traducción literal en castellano ¿Morir feliz? es el último libro del siempre polémico teólogo cristiano y profesor Hans Küng.
Hans Küng, nacido en Sursee (Lucerna,Suiza) el 19 de marzo de1928, ha publicado cerca de cuarenta libros de teología muy conocidos y casi siempre polémicos lo que le ha llevado a la suspensión por parte de la Iglesia de la enseñanza de Teología en centros católicos pero no a dejar de ser sacerdote católico en activo ya que ni su obispo ni la Santa Sede le han secularizado.

Son sin embargo bien conocidos los encontronazos que como profesor y teólogo ha tenido frecuentemente con la Iglesia y Curia Romanas en casi todas sus publicaciones. Porque Hans Küng ha sido un defensor a ultranza del aggiornamiento de la Iglesia Católica tal como lo defendieron en su día el Papa Juan XXIII y el Concilio Vaticano II. No tuvo, por lo tanto, la simpatía de Juan Pablo II ni de su sucesor Benedicto XVI de quien había sido amigo en los años sesenta al coincidir como profesores en la Universidad de Tubinga. Sin embargo, últimamente, ya retirado Ratzinger han tenido ambos en Roma un cordial encuentro en el que, al parecer, se evitaron los temas polémicos
Hans Küng padece a sus 86 años de un Parkinson creciente así como de una degeneración macular también en aumento. Esta disminución de sus facultades personales le ha llevado a escribir éste su último libro no sin algunas dificultades de última hora con la Editorial muniquesa Piper a raíz de un agravamiento de su enfermedad de Parkinson en junio de este año, felizmente superado, lo que le ha llevado a dedicar el libro y a terminarlo en su Postscriptum con el “agradecimiento a sus médicos, terapeutas, cuidadores y a todos aquellos que le han asistido”.
El tema, dicho claramente en el profundo sentido de la palabra griega, es el de la eutanasia, esto es una muerte buena, digna, leve, hermosa o feliz. Este sentido ha sido recogido también claramente por el diccionario de la R.A.E. en sus dos acepciones de: “Muerte sin sufrimiento físico” y “Acortamiento voluntario de la vida de quien sufre una enfermedad incurable para poner fin a sus sufrimientos”. Este tema ha sido una preocupación constante de Hans Küng en sus últimos años y a él ha dedicado en los noventa un libro “Morir dignamente” en colaboración con su amigo Walter Jens y un capítulo del tercer libro de sus memorias “Erlebte Menschlichkeit o Humanidad vivida” aún no publicado en español.
Su tesis, desde su profunda fe en el Dios de Jesús y en la vida eterna, dicho brevemente, es que Dios, ciertamente, nos da la vida pero que el hombre –toda persona– es responsable de ella a lo largo de toda su vida y también de su muerte cuando se dan ciertas circunstancias que permitan adoptar esa decisión consciente y responsablemente. Y es que Dios en su bondad quiere siempre para el hombre la felicidad que éste ha de procurarse justamente con arreglo a los principios ético-morales a los que también Hans Küng ha dedicado muchos esfuerzos en favor de una Ética Mundial.
El tema de la eutanasia o de la muerte feliz, digna… es, sin embargo, un tema siempre polémico, sobre todo en Alemania después de las ejecuciones masivas hitlerianas de la Segunda Guerra Mundial. Polémico también por su posible mal uso, principalmente por terceros.
Escuetamente, el uso y la defensa que hace Hans Küng de la eutanasia es el del derecho de todo hombre, creyente o no, a disponer de su vida cuando sus condiciones vitales sean tan precarias que no pueda vivir una vida que pueda llamarse razonablemente humana, es decir en condiciones de salud tan malas que los sufrimientos o las condiciones vegetativas derivadas de un alargamiento artificial de la vida hagan considerar razonablemente que ese paciente no merezca ya el nombre de persona.
Las dificultades principales para un correcto y responsable uso de la eutanasia vienen, a juicio de Hans Küng derivadas de la no adaptación a las actuales circunstancias de la sociedad en que vivimos, principalmente en dos ámbitos: el jurídico y sobre todo el religioso. Se queja el autor, en efecto, de la insuficiente regulación jurídica y del atraso en su adaptación a las circunstancias actuales de las religiones cristianas, la protestante y, en particular la católica.
Sin embargo defiende, en general, la actuación médica y su creciente adaptación a técnicas paliativas del dolor a medida que los avances actuales producen el alargamiento de la vida con sus inevitables secuencias de sufrimiento y de aumento de demencias. Está a favor de la política de residencias para enfermos terminales donde estos puedan morir en un ambiente lleno de comprensión y cariño en presencia y con participación de sus seres más queridos. Alaba también la presencia de movimientos de ayuda a morir dignamente como EXIT o la Sociedad Alemana por la Muerte Humana (DGHS), por la que ha sido premiado, así como la política de ciertos Estados como Suiza, Bélgica, Holanda u Oregón en Estados Unidos.
En definitiva, desde su larga experiencia vital y desde su profunda fe en el Dios de Jesús, en el Abba amantísimo , Küng cree que el cristiano creyente debe vivir su propia cruz, pero no a imitación de Jesús, como mantiene la doctrina más tradicional cristiana de aceptación del sufrimiento, sino como correlación o correspondencia, es decir, en sus propias palabras: “El reto del seguimiento de la cruz es éste: cargar cada uno con su propia cruz, colocarse en el riesgo de su propia situación y, a pesar de la inseguridad del futuro, marchar por su propio camino”.
Según el autor, pues, la tarea de todo cristiano en el mundo actual es luchar contra el sufrimiento, la pobreza, el hambre, las desigualdades sociales, la enfermedad y la muerte. Por ello no hay que buscar el sufrimiento sino soportarlo, pero no sólo soportarlo sino luchar contra él. Seguir la propia cruz y la ayuda a morir, consecuentemente, no son para él términos excluyentes.
Al respecto cita elogiosamente el libro del filósofo español de la Universidad Complutense de Madrid Antonio Monclús “La Eutanasia, una Opción Cristiana” (Madrid 2010) y con él la esperanza de constatar la existencia de distintas corrientes cristianas opuestas a la inamovible e inveterada opción de la Iglesia oficial de considerar todo tipo de eutanasia como crimen y pecado, lo que ha llevado a considerar este tema, incluso socialmente, como tabú.
En consecuencia según su punto de vista su compromiso por una muerte digna y con ayuda es un asunto totalmente personal; no es tema de otros, sea la Fundación de Ética Mundial o el Instituto de Ética Mundial. Y continúa: “Estoy convencido de hablar en nombre de muchas personas que buscan para su muerte una ayuda responsable… Pero ninguna ayuda a morir es aceptable si va en contra de los principios básicos de una Ética Mundial. Tanto la regla de humanidad como la regla de oro de subordinarlo todo al mantenimiento de la reciprocidad y al respeto por la vida.”
Y termina el libro con una bella oración de alabanza a Dios de la que reproduzco sólo la última estrofa:
Así, pues, pongo también, sereno y confiado, mi futuro en tus manos.
Sean muchos años o pocas semanas
Me alegro por cada nuevo día que me regalas,
Y abandono en ti, lleno de plena confianza y sin preocupación
Ni miedo, todo aquello que aun me aguarda.
Pues tú eres el principio de todo principio
Y el centro de todo centro
Y también el fin de todo fin
Y la meta de toda meta.
Te doy gracias, mi Dios,
Porque eres siempre amigo
Y tu bondad dura eternamente.
Amén. Así sea.

HANS KÜNG
GLÜCKLICH STERBEN? (¿Morir Feliz?)
Editorial Piper, Munich, septiembre 2014

Siguiendo a Jesús, nos unimos a la Lucha por la Vida del Pueblo de Rancho Grande Comunidades Eclesiales de Base de Managua


¡No a la minería de muerte!!
Es bueno estar aquí en Rancho Grande, lugar de intensa Lucha popular por la Vida en este 12 de Octubre en conmemoración de los “522 Años de Resistencia Indígena, Negra y Popular”. Es bueno estar aquí este 12 de Octubre porque queremos unir nuestra Lucha a la lucha de nuestros Pueblos originales, nuestros Pueblos Indígenas que hace 522 años resistieron a la conquista, a la explotación de sus tierras, al saqueo de su oro y de sus riquezas y a la destrucción de su cultura y de su religión. Tenemos presentes con el Pueblo a los dirigentes indígenas que dieron la vida en esta lucha, por ejemplo a Diriangén, a Cuauhtémoc, Atahualpa Yupanqui. Y hoy nos unimos también a la lucha de nuestros hermanos-hermanas Garífonas, Y es bueno estar aquí este 11-12 de Octubre unidos al “Encuentro Latinoamericano de Resistencias Populares” que estos mismos días se reúne en México, donde entre otras acciones denuncian que los Recursos Naturales, el Agua, las Tierras, los Bosques etc…son vistos como meras mercancías que se disputan los grandes capitalistas, mientras el Pueblo que defiende su territorio, su identidad, es visto como enemigo del capital y del progreso de la Nación.


Y desde Guatemala nos llega el Grito de nuestros hermanos del Quiché y de la Diócesis que les acompaña en la Lucha por sus Derechos ante los grandes proyectos Mineros e Hidroeléctricos. Piden se respete la consulta Comunitaria-Popular en esos Municipios, que no se dañe el Medio Ambiente y los Recursos Naturales, que no se divida a las Comunidades, ni se rompa su tejido social y sus valores fundamentales. Que no se manipule la compra de las tierras que lleve al despojo y explotación irracional de la Tierra. Y con energía también nos dicen que no se criminalice, ni persiga a los líderes y movimientos populares que defienden su tierra.(Diócesis del Quiché 15-09-14)
Las Comunidades Eclesiales de Base de Managua, nos sumamos hoy y respaldamos la lucha del Pueblo de Rancho Grande para decir NO a la destrucción del Medio Ambiente, NO A LA TAN CONTAMINANTE Y DESTRUCTIVA MINERIA A CIELO ABIERTO. Este Festival Ecológico CEB es continuidad de otros Festivales Ecológicos como el del 2013 en que luchamos con pasión por el Cerro Mokorón, pulmoncito verde de Managua que queremos y exigimos sea declarado Reserva Natural.

Nuestra Madre tierra es Creación de Dios, es nuestra gran Casa, Monseñor Romero decía “Lo que se tiene es como don de Dios para que lo administren al servicio del bien común. No es justo que unos pocos tengan todo y lo absoluticen de tal manera que nadie lo puede tocar, y la mayoría marginada se esté muriendo de hambre (Homilía del 12 agosto 1977). Y con frase muy dolorosa y tajante, Mns. Romero nos sigue diciendo: “Dios nos hizo administradores de la Creación, y nos hemos vuelto destructores de la Creación”.
Hoy las CEB siguiendo a Jesús que con sus palabras y su ejemplo nos enseña a amar a la Naturaleza, reafirmamos nuestro compromiso de cuidar la Creación de Dios. Por esto alzamos nuestra voz profética. Son ampliamente conocidos los efectos desastrosos que viene dejando la Minería a Cielo Abierto en la región desde México hasta Panamá. Es ampliamente comprobado que toda minería a cielo abierto utiliza una técnica que conlleva a la destrucción y agotamiento de los ecosistemas del planeta. La eliminación de la capa boscosa, la destrucción de los suelos, la contaminación y agotamiento de las aguas, la división en las comunidades, el soborno a funcionarios, la amenaza, el chantaje y la violación de Leyes Ambientales y Derechos de los Trabajadores y de la Población del lugar, forman parte de la intervención de las empresas mineras en los países empobrecidos como el nuestro. Honduras, Nicaragua y Guatemala son los países con más kilómetros cuadrados de territorio concesionados y con más concesiones mineras otorgadas a empresas, tanto nacionales como transnacionales.
Y hoy en esta lucha nos alegramos porque el 30 de agosto 2014 ha sido un día histórico para el sufrido pueblo hondureño que habita las montañas del Sector Florida Municipio de Tela, Atlántida en Honduras porque su territorio después de 15 años de Consulta y de Lucha, fue declarado Territorio libre de Minería. De ellos queremos aprender, nos unimos a su alegría y con ellos sentimos la fuerza del amor de Dios que nos quema por dentro y nos sigue lanzando en la búsqueda del Reino de Dios y su Justicia.
En el Municipio de Rancho Grande, que es un paraíso con su lluvia y vegetación abundante, sus 3 cosechas anuales, la actividad minera representa una amenaza ecológica fundamental y una amenaza también a la vida de su población ya que ocasionaría cambios irreversibles en la calidad su ambiente y especialmente por la contaminación de las aguas violentando con ello el derecho a vivir en un ambiente sano, y saludable.

Te invocamos: “Cristo Señor de la Vida, fortalece nuestra Esperanza frente a esta agresión a nuestro Medio Ambiente y a la vida de nuestros Pueblos”. Y así llenos de Esperanza, con la fuerza y organización del Pueblo de Rancho Grande y de la Solidaridad de los Pueblos y Comunidades que hoy nos unimos, hacemos, un llamado enérgico a toda la Sociedad Nicaragüense para exigir a los que toman las decisión, a los responsables políticos del Medio Ambiente, a la Sociedad Civil especialmente de Matagalpa, a la empresa minera B2Gold, a detener las Acciones Mineras a cielo abierto que de hacerse, resultarán en muy graves afectaciones perjudiciales para su población y para el Medio Ambiente.
“Solidarios/as con los/as hermanos/as de Rancho Grande, reafirmamos nuestro compromiso: NO a la minería de muerte, SI a la Vida”

12 de octubre del 2014

El sentido de una bioeconomía o de un ecodesarrollo Leonardo Boff, teólogo y escritor



Las actuales elecciones presidenciales han sacado a la luz la cuestión del desarrollo, tema clásico de la macroeconomía globalizada. Temas de absoluta gravedad como las amenazas que pesan sobre la vida y sobre nuestra civilización, que pueden ser destruidas ya sea por la máquina nuclear, química y biológica, o por el calentamiento creciente, eventualmente abrupto, que, como sugieren muchos científicos, destruiría gran parte de la vida que conocemos y podría poner en peligro la propia especie humana, ni siquiera fueron mencionados, bien por ignorancia, bien porque los candidatos se habrían dado cuenta de que tendrían que cambiar todo. Como dice la Carta de la Tierra: «el destino común nos convoca a un nuevo comienzo». Nadie ha tenido ese tipo de osadía, ni siquiera Marina que suscitó – ese es su gran mérito– el paradigma de la sostenibilidad.
Lo que podemos decir con toda certeza es que así como está no podemos continuar. El precio de nuestra supervivencia es un cambio radical en la forma de habitar la Tierra. La propuesta de un ecodesarrollo o de una bioeconomía como nos la presentan Ladislau Dowbor e Ignacy Sachs, entre otros, nos anima a caminar en esa dirección.
Uno de los primeros en ver la relación intrínseca entre economía y biología fue el matemático y economista rumano Nicholas Georgescu Roegen (1906-1994). En contra el pensamiento dominante, este autor, ya en los años 60 del siglo pasado, llamaba la atención sobre la insostenibilidad del crecimiento debido a los límites de los bienes y servicios de la Tierra. Se empezó a hablar de «decrecimiento económico para la sostenibilidad ambiental y la equidad social» (www.degrowth.net). Ese decrecimiento, mejor sería llamarlo “crecimiento”, significa reducir el crecimiento cuantitativo para dar más importancia al cualitativo en el sentido de preservar los bienes y servicios que les serán necesarios a las futuras generaciones. La bioeconomía es en realidad un subsistema del sistema de la naturaleza, siempre limitada, y, por eso, objeto de permanente cuidado por parte del ser humano. La economía debe obedecer y seguir los niveles de preservación y regeneración de la naturaleza (vea las tesis de Roegen en la entrevista de Andrei Cechin en IHU (28/10/2011).
Un modelo semejante, llamado ecodesarrollo y bioeconomía viene siendo propuesto entre otros por el ya mencionado profesor de economía de la PUC-SP Ladislau Dowbor, que piensa en la línea de otro economista, Ignacy Sachs, un polaco, naturalizado francés y brasilero por amor. Vino a Brasil en 1941, trabajó aquí varios años y mantiene actualmente un centro de estudios brasileros en la Universidad de Paris. Es un economista que a partir de 1980 despertó a la cuestión ecológica y es posiblemente el primero que hace sus reflexiones en el contexto del antropoceno. Es decir, en el contexto de la fuerte presión que las actividades humanas hacen sobre los ecosistemas y sobre el planeta Tierra como un todo hasta el punto de hacerle perder su equilibrio sistémico, que se manifiesta por los eventos extremos. El antropoceno inauguraría, entonces, una nueva era geológica, que tendría al ser humano como factor de riesgo global, un peligroso meteoro rasante y avasallador. Sachs tiene en cuenta ese dato nuevo en el discurso ecológico-social.
Los análisis de Dowbor y de Sachs combinan economía, ecología, justicia e inclusión social. De ahí nace un concepto de sostenibilidad posible, dentro todavía de las limitaciones impuestas por el modo de producción predominante, industrialista, consumista, individualista, predador y contaminador.
Ambos están convencidos de que no se alcanzará una sostenibilidad aceptable si no hay una disminución sensible de las desigualdades sociales, incorporación de la ciudadanía como participación popular en el juego democrático, respeto a las diferencias culturales, la introducción de valores éticos de respeto a toda la vida y sin un cuidado permanente del medio ambiente. Cumplidos estos requisitos, se crearían las condiciones de un ecodesarrollo sostenible.
La sostenibilidad exige cierta equidad social, o sea, «nivelación promedio entre países ricos y pobres» y una distribución más o menos homogénea de los costes y los beneficios del desarrollo. Así, por ejemplo, los países más pobres tienen derecho de expandir más su huella ecológica (sus necesidades de tierra, agua, nutrientes y energía) para atender sus demandas, mientras que los más ricos deben reducirla o controlarla. No se trata de asumir la tesis equivocada del decrecimiento, sino de dar otro rumbo al desarrollo, descarbonizando la producción, reduciendo el impacto ambiental y propiciando la vigencia de valores intangibles como la generosidad, la cooperación, la solidaridad y la compasión. Enfáticamente repiten Dowbor y Sachs que la solidaridad es un dato esencial al fenómeno humano y el individualismo cruel que estamos presenciando en los días actuales, expresión de la competencia sin freno y de la ganancia de acumular, significa una excrecencia que destruye los lazos de la convivencia, volviendo a la sociedad fatalmente insostenible.
Es de ellos la hermosa expresión «biocivilización», una civilización que da centralidad a la vida, a la Tierra, a los ecosistemas y a cada persona. De ahí surge, en su bella manera de decir, la «Tierra de la Buena Esperanza» (vea Ecodesarrollo: crecer sin destruir 1986 y la entrevista en Carta Maior del 29/8/2011).
Esta propuesta nos parece una de la más sensatas y responsables frente a los peligros que corre el planeta y el futuro de la especie humana. La propuesta de Dowbor (http://dowbor.org) y de Sachs merece ser considerada pues muestra gran funcionalidad y viabilidad.
Traducción de Mª José Gavito Milano

Domingo 19 de Octubre, 29 del tiempo ordinario: Los pobres son de Dios José Antonio Pagola


A espaldas de Jesús, los fariseos llegan a un acuerdo para prepararle una trampa decisiva. No vienen ellos mismos a encontrarse con él. Le envían a unos discípulos acompañados por unos partidarios de Herodes Antipas. Tal vez, no faltan entre estos algunos poderosos recaudadores de los tributos para Roma.
La trampa está bien pensada: “¿Es lícito pagar impuestos al César o no?”. Si responde negativamente, le podrán acusar de rebelión contra Roma. Si legitima el pago de tributos, quedará desprestigiado ante aquellos pobres campesinos que viven oprimidos por los impuestos, y a los que él ama y defiende con todas sus fuerzas.

La respuesta de Jesús ha sido resumida de manera lapidaria a lo largo de los siglos en estos términos: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Pocas palabras de Jesús habrán sido citadas tanto como éstas. Y ninguna, tal vez, más distorsionada y manipulada desde intereses muy ajenos al Profeta, defensor de los pobres.

Jesús no está pensando en Dios y en el César de Roma como dos poderes que pueden exigir cada uno de ellos, en su propio campo, sus derechos a sus súbditos. Como todo judío fiel, Jesús sabe que a Dios “le pertenece la tierra y todo lo que contiene, el orbe y todos sus habitantes” (salmo 24). ¿Qué puede ser del César que no sea de Dios? Acaso los súbditos del emperador, ¿no son hijos e hijas de Dios?
Jesús no se detiene en las diferentes posiciones que enfrentan en aquella sociedad a herodianos, saduceos o fariseos sobre los tributos a Roma y su significado: si llevan “la moneda del impuesto” en sus bolsas, que cumplan sus obligaciones. Pero él no vive al servicio del Imperio de Roma, sino abriendo caminos al reino de Dios y su justicia.


Por eso, les recuerda algo que nadie le ha preguntado: “Dad a Dios lo que es de Dios”. Es decir, no deis a ningún César lo que solo es de Dios: la vida de sus hijos e hijas. Como ha repetido tantas veces a sus seguidores, los pobres son de Dios, los pequeños son sus predilectos, el reino de Dios les pertenece. Nadie ha de abusar de ellos.
No se ha de sacrificar la vida, la dignidad o la felicidad de las personas a ningún poder. Y, sin duda, ningún poder sacrifica hoy más vidas y causa más sufrimiento, hambre y destrucción que esa “dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano” que, según el papa Francisco, han logrado imponer los poderosos de la Tierra. No podemos permanecer pasivos e indiferentes acallando la voz de nuestra conciencia en la práctica religiosa.

La ansiedad Jaime Richart


La ansiedad es un estado anómalo del ánimo, una respuesta emocional que implica un alto grado de activación del sistema periférico nervioso y comportamientos poco ajustados.
Parece ser que un 21 % o más de la población mundial sufre algún trastorno de ansiedad. Pero unos países la acusan más que otros. Por ejemplo, en España, la ansiedad es una epidemia. Un 40% de la española la padece y generalmente la mayoría sin saberlo. Es más, da la impresión de que la ansiedad empieza a ser estructural y por eso transmitida por vía genética en las dos últimas décadas.

La vida occidental por sí misma, su concepción, la educación, las nuevas tecnologías y los acontecimientos sociales contribuyen poderosamente a ella y a sus consecuencias. La informática y sus requerimientos constantes de velocidad en las respuestas de los dispositivos y la actualización de los mismos funcionan en el cerebro como un acelerador de partículas. Y el anticiparse constantemente los medios de comunicación a la evolución de los hechos sociales y sus competiciones entre sí por adelantarse a la información contribuyen asimismo a la ansiedad hasta la patología y el histrionismo.
La concepción “nueva” de la vida, del trabajo, del uso del tiempo bajo el ya vetusto y estúpido lema el tiempo es oro (cuando si algo le sobra al ser humano es tiempo pues es eterno) transmite asimismo ansiedad; ansiedad por acortar las distancias y por acelerar la velocidad, como si el desarrollo de los procesos no tuvieran que pasar por etapas y como si la impaciencia de los llamados a influir con su paciencia tuviese mayor valor que el que tiene calma. Todo lo cual hace de la vida cotidiana en este sentido una aberración, una suerte de corrupción del equilibrio emocional generando sólo seres acríticos. Pues ese conglomerado caduco o putrefacto es el que acaba penetrando en la epidermis de la población vapuleada por otros avatares; una población que va perdiendo rápidamente el interés por la vida a medida que cumple años y en la medida que se empeña en apurarla. Y para colmo, como la economía que todo lo domina está en manos de impacientes, quien no esté afectado por ella, quien no adolezca de ansiedad, quien no la consuma y no imprima celeridad a sus actos, a sus locuciones, a sus impresiones y a sus juicios de valor, es probable que acabe excluido del sistema.
Por la ansiedad se pueden explicar muchas cosas en España. Es ella, más allá de la valoración ética y moral, la que explica la codicia extrema de muchos políticos; es la ansiedad lo que explica el enriquecimiento fácil y rápido de empresarios y especuladores; es la ansiedad lo que explica el fracaso escolar; es la ansiedad lo que explica la ruptura súbita de la vida en común de las parejas; es la ansiedad lo que explica el frecuente sentirse obligados a aclarar sus declaraciones ante la prensa, de gobernantes y dirigentes; es la ansiedad lo que explica años atrás el crédito alocado causante de la hecatombe solicitado por los prestatarios o inducido por los prestamistas; es la ansiedad lo que explica el vivir o el querer vivir por anticipado lo que corresponde a otras fases de la vida; es la ansiedad, en fin, lo que ha hecho trizas el sentido del ahorro y ha traído el endeudamiento nefasto, público y privado, a este país…

Nadie puede detener la primavera en primavera José Manuel Vidal


La revolución de Francisco será un éxito, porque es obra del Espíritu
El Sínodo llega a su ecuador. Termina la primera semana, con fuerte discusión entre los partidarios de la doctrina y de la Iglesia aduana vs los partidarios de la misericordia y de la Iglesia hospital de campaña. Müller y Kasper frente a frente, con todo lo que representan. De la teología doctrinaria a la teología de rodillas. Una lucha teológica a brazo partido…pero nadie puede detener la primavera en primavera.


Con su maestría habitual y tras plasmar cuatro posibles talantes sinodales, el jesuita Juan Masiá, uno de los mejores expertos mundiales en bioética, concluye así:
“No basta la compasión pastoral, sin cambio doctrinal. Hace falta evolución en doctrina. La unión indisoluble no es propiedad del matrimonio sacramental sino promesa de tarea a realizar, que no siempre se logra. El “sí” de los novios no es “abracadabra” que produzca mágicamente vínculo. Es promesa de un proceso de crearlo. Los más avanzados hablan de acogida pastoral, sin cambio doctrinal ni tocar la indisolubilidad absoluta. Pero hay que tocarla, no es ni de derecho natural, ni de derecho divino”…Porque nadie puede detener la primavera en primavera.

En el Sínodo, Müller y los suyos comienzan ya a quejarse…olfatean que nadie puede detener la primavera en primavera.
Desde la llegada de Francisco al solio pontificio, los capos de la Curia, liderados por Sodano y la vieja guardia italiana, ponen palos en la revolución tranquila de Bergoglio…pero, por mucho que se resistan, saben que nadie es capaz de detener la primavera en primavera.
Algunos creyentes más ideologizados se enfurecen por la llegada de aire fresco a la Iglesia. Están que trinan por los gestos y los hechos de Francisco. No aguantan su testimonio de normalidad y su pontificado de misericordia y ternura. Y tratan de tirarle piedras o chinitas (como la de los que llegan a afirmar que su elección ha sido ilegítima), porque…temen que nadie es capaz de detener la primavera en primavera.
En muchos países, incluida nuestra España, algunos obispos continúan con sus inercias de obispos-príncipes, señores del rebaño, reculan ante un Papa que los deja en evidencia en su forma de pensar y, sobre todo de vivir. Pero están tristes y desolados, porque…saben que nadie puede detener la primavera en primavera.
Algunos movimientos neoconservadores están a la expectativa, sin mover ficha, para no arriesgar. Y porque estaban convencidos que lo de Francisco es una tormenta de verano, pero se dan cuenta, con el paso del tiempo, que…nadie puede detener la primavera en primavera.
La revolución de Francisco marcha adelante en alas de la sinodalidad y del apoyo del pueblo de Dios, que está con Francisco a muerte, en un referendum bisemanal de miércoles y domingo en la plaza de San Pedro…porque nadie puede detener la primavera en primavera.
Los pobres del mundo (todos los pobres del mundo, desde los tirados, enfermos, angustiados, desahuciados, parados, sin pan ni dignidad) miran al Papa como su ancla de salvación y su esperanza. Quieren que sus gritos sacudan la conciencia del sistema que crea indignidad, porque creen que…nadie puede detener la primavera en primavera.
La gente sencilla mira a Francisco como un referente, una autoridad moral, un ejemplo de líder cercano, sencillo, austero, ético, que predica con el ejemplo. Y la gente piensa, esperanzada: ¿Si el Papa lo puede hacer, si la Iglesia consiguió el cambio, por qué los políticos no van a poder? ¿Por qué no exigirles lo mismo? Es el efecto contagio del franciscanismo. Porque…nadie puede detener la primavera en primavera.
La revolución de Francisco será un éxito, porque es una revolución espiritual y obra del Espíritu. Y, aunque Francisco se rompa (¡Dios no lo quiera!) o lo maten (corren rumores en Roma de posibles atentados contra él), el camino está iniciado, la tendencia está marcada y destinada a cuajar, porque…nadie puede detener la primavera del Espíritu en eterna primavera.

Obispos piden que la Iglesia reciba a gays y a divorciados

Un cardenal brasileño, Raymundo Damasceno Assis instó al Sínodo de obispos a considerar la acogida en la Iglesia como “casa paternal” y no dar la espalda a ”situaciones difíciles”, como uniones del mismo sexo. Otros abogaron por quienes se separaron. Por Agencias AP y EFE

La Hora
El cardenal brasileño Raymundo Damasceno Assis instó ayer al Sínodo de obispos a considerar la acogida en la Iglesia, ”casa paterna”, a las ”situaciones familiares difíciles”, en las que incluyó a las de las parejas del mismo sexo.
El arzobispo de Aparecida analizó ayer la posibilidad de ”acompañar” y mostrar proximidad a las parejas formadas por personas del mismo sexo, ya que la ”Iglesia es la casa paterna en la que hay espacio para todo el mundo”, declaró.
”Lejos de encerrarnos en una mirada legalista, deseamos profundizar en estas situaciones difíciles para acoger a todos aquellos que nos llaman y hacer que la Iglesia sea la casa paterna donde hay espacio para todo aquel con una vida complicada”, dijo el cardenal en su intervención ante los congregados.


Damasceno Assis se encargó del discurso introductorio de una de las sesiones del Sínodo celebrada en la tarde de ayer y en la que se abordó la cuestión de las ”situaciones familiares difíciles”. De estas, así como de las uniones de personas del mismo sexo, dijo el cardenal que ”son situaciones que requieren el acompañamiento de la Iglesia”.
En este sentido, citó al papa Francisco para subrayar: ”La Iglesia debe aprender el arte del acompañamiento para dar a nuestro camino el ritmo saludable de la proximidad, con una mirada respetuosa y llena de compasión, pero al mismo tiempo sana, libre y alentadora para madurar en la vida cristiana”.


Asimismo, Damasceno informó que ”en relación a las uniones entre personas del mismo sexo”, se pusieron sobre la mesa los siguientes temas: ”El reconocimiento civil de tales uniones, valoraciones particulares de la Iglesia y algunas orientaciones pastorales sobre este asunto”.
Por su lado, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Buenos Aires, el arzobispo Víctor Manuel Fernández, quien intervino en una rueda de prensa tras la sesión matinal, afirmó que hay que tener en cuenta la ”realidad concreta de las personas” y que no todos ”pueden llegar al ideal de perfección y de bien posible que defiende la Iglesia”.


El rector argentino dijo que en este Sínodo ”nadie quiere eliminar el concepto indisoluble del matrimonio, ni debilitar ese vínculo tan importante”. Pero luego explicó: ”Muchos insisten en el realismo comprensivo que debe acompañar al sufrimiento de muchas familias, aunque esto implique que nos tengamos que manchar de fango”.
A su vez, el arzobispo de Glasgow, Philip Tartaglia, pidió a los obispos que no ”fallen” a quienes fracasan en su matrimonio y se quieren acercar a la Iglesia.
Para Tartaglia, la Iglesia tiene que tener ”compasión por el dolor y por la laceración de los corazones humanos atrapados en la separación, la traición y el divorcio”.

Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales

Antonio Esquivias: “El Opus Dei deja a centenares de personas en situaciones de potencial indigencia”

Religión Digital


Denunció que no tiene reconocidos sus años de trabajo en la Obra
“No he recibido contacto alguno de la Obra o de la Iglesia interesándose por mi situación”
Escribo este artículo porque a raíz de mi petición en Change.org y de mi denuncia en Religión Digital de mis derechos laborales a la prelatura del Opus Dei, he leído comentarios que desconocen la posición real de la Iglesia sobre los derechos laborales de las personas que gastan su vida en ella. ··· Ver noticia ···

Nuevamente el horror en nuestra historia Víctor Flores Olea


El pasado jueves diversas organizaciones manifestaron frente a la PGR su descontento ante los hechos violentos ocurridos en Iguala. Foto: Yazmín Ortega Cortés
En mi ya no tan corta vida jamás había presenciado tal indignción social y moral como frente a los horrorosos asesinatos de Iguala y Tlataya. Diría que ni siquiera en el 68, que de todos modos implicó enfrentamientos politicos, y que fue “resuelto” a tiros y vía la represión más sangrienta por Gustavo Díaz Ordaz, que ha pasado a las hojas de nuestra memoria como uno de los carniceros mayores que recuerda la historia de este país tan maltratado.

En el caso de Tlataya se trató de un enfrentamiento que una vez concluido dio lugar al salvaje asesinato a mansalva de 22 jóvenes cuando ya se habían rendido, ante un paredón de práctico fusilamiento. Crímen de Estado que fue ocultado y disimulado durante más de tres meses.
En el caso de Iguala y de los jóvenes de la nomal rural de Ayotzinapa estos fueron masacrados cuando ni siquiera se trataba de una manifestación política sino simplemente de la presencia de un grupo de jóvenes estudiantes normalistas e inclusive de deportistas que llegaron en el mal momento al lugar donde los bárbarous estaban por iniciar la balacera y los secuestros, por parte de la policía misma de Iguala, que todo indica no fue sino el préambulo de más asesinatos, seguramente de los 43 normalistas desaparecidos que ahora, todo indica, son exhumados de esas fosas del horror en la region de Iguala.
En su magnífico artículo publicado en estas páginas el pasado viernes, Jorge Carrillo Olea sintetiza acertadamante, entre otras, las fallas gubernamentales que vivimos, que se han acumulado dramáticamente a través de las décadas: “corrupción tolerada, impunidad evidente, pésima educación, falta de oportunidades, gobiernos discursivos, simuladores y consecuentemente ineficaces”. Todo esto en agravio del pueblo de México, que lo está llevado no sólo a los límites de su indignación sino probablemente a los límites de su contención.
Las líneas de profesores y académicos publicadas el jueves 11 en la propia Jornada, a las cuales me sumo en plenitud, reclaman con toda razón “…el fin del pacto político de la impunidad”, que nos ofrece el siniestro espectáculo de un país a lo que parece que no sólo está infiltrado en sus autoridades por delincuentes, sino que los delincuentes a sueldo disponen y mandan sobre las mismas autoridades. Y esto en cabal conocimiento de la pirámide de mandos en prácticamente todos sus niveles, lo cual es una muestra más de la situación de crisis que vive el país. Mandos de alto nivel, y a lo que parece en buen número de los Estados, que obedecen no a su compromiso con la ley sino con la delincuencia, que no sólo los han penetrado sino tomado ya los mandos.
Sí, discursos van y vienen y compromisos de un crecimiento que retóricamente beneficiará a todos, cuando la realidad es que la sociedad está en vilo sometida a las violencias más intolerables. ¿Hasta cuando? ¿Cuál es el límite? ¿Alguien de verdad piensa que habrá inversiones cuantiosas después de las privatizaciones, cuando ahora prácticamente el mundo entero conoce que esta tierra de promesas y oferta de grandes negocios está en manos de una barbarie sin ley ni límites? ¿Quién invertirá en este páramo ahora cubierto de sangre que viene en gran medida de las complicidades entre autoridades y delincuentes? En el New York Times se escribió: “… el 26 de septiembre marca una nueva fecha en el calendario de las atrocidades en México”.
Pero mucho más: las autoridades en materia de derechos humanos de la ONU, de la OEA y parlamentarios de la Unión Europa, junto a multitud de organismos civiles nacionales e internacionales, defensores de los Derechos Humanos, protestan airadamente y proclaman que “la desaparición forzada de estudiantes en Guerrero representa una prueba crucial para la voluntad y capacidad del Estado mexicano de lidiar con graves violaciones a los derechos humanos”, e incluso plantean que se detenga cualquier acuerdo comercial con México mientras no mejore significativamente la situación en el país.
La crisis en México: ¿vivimos una suerte de repetición del 1º de enero de 1994, que fue el inicio del desplome del régimen de Salinas de Gortari? ¿Qué pasará ahora? Desde luego pienso que Peña Nieto deberá cambiar radicalmente su peculiar estilo de gobernar: menos discursos inaugurales y promisorios y más acción de limpia efectiva y de sujeción a la ley en todos los niveles de gobierno, empezando por los municipios y llegando hasta las altas esferas de su propio equipo. Como quien dice, un gobierno de “tolerancia cero” en impunidad y desobediencia a la ley, además, de franco apoyo a los más desamparados de este país, en todos los sentidos del término, lo cual ha faltado radicalmente en este gobierno dirigido en el fondo a que los ricos se hagan más ricos y los pobres más pobres.

¿Y los partidos políticos? Seguirán al infinito en su acción de cubrirse unos a otros y asumirán con franqueza su obligación de estar al lado del pueblo? Parece difícil si no imposible, en todo caso tal es su obligación y necesidad en esta hora de crisis grave para México.
Porque se ha llegado e incluso rebasado el límite, que no debe sorprendernos se traduzca en el corto plazo en levantamientos y enfrentamientos ampliados que no deben “resolverse” con las armas sino con medidas gubernamentales de abierto apoyo a las demandas del pueblo, que es la única manera de evitar crisis más profundas y lograr soluciones para el largo plazo. La opinión dominante es que tal aspiración es imposible, en vista de los antecedentes; en todo caso apunto aquí mi opinión para evitar que la sangre llame a más sangre y para que el país, en serio, pueda retomar el camino de una prosperidad aceptable.

El problema es político y precisamente de una política popular y no de una política discriminatoria y de mayor violencia y castigo a los más necesitados: de otra manera México se enfilará inevitablemente a una situación de caos y enfrentamientos ampliados sin posible solución
Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales